Enfermedad bronquial en el gato por X. Roura

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ENFERMEDAD BRONQUIAL EN EL GATO
Xavier Roura
Med Vet, Phd, Dip ECVIM -CA
Hospital Clínic Veterinari
Facultat de Veterinària
Universitat Autònoma de Barcelona
E-mail: xavier.roura@uab. es
Introducción. El término de enfermedad bronquial felina no debe entenderse como un diagnóstico definitivo.
Más bien debe entenderse como la descripción de un síndrome clínico que puede englobar diversas
enfermedades. Todas ellas con un nexo común que es la presencia de un mayor o menor grado de inflamación
de las vías respiratorias inferiores. Se han utilizado muchos otros términos y combinaciones de ellos para intentar
describir este problema, entre ellos asma felina, bronquitis eosinofílica, bronquitis alérgica y asma bronquial
felino. Las causas que inician el proceso de inflamación de las vías bronquiales pueden ser de diferente
naturaleza y hoy en día ante los gatos con signos de enfermedad bronquial debemos utilizar un protocolo
diagnóstico para profundizar en la etiología de la inflamación.
Patogenia. En los gatos con enfermedad bronquial se produce una obstrucción del flujo de aire en las vías
respiratorias generalmente de carácter reversible provocada por una o combinaciones de las siguientes
alteraciones: hiperreactividad de la musculatura lisa bronquial, hipertrofia y broncoconstricción, inflamación y
edema de los bronquios e hipertrofia de las glándulas mucosas y cúmulo de secreciones en la luz de las vías
respiratorias. En la patogenia de estas alteraciones están involucrados diversos factores de tipo alérgico,
inflamatorio y factores neurogénicos y miogénicos. Los fenómenos de hiperreactividad bronquial pueden
desencadenarse debido a agentes infecciosos (virus, bacterias, Mycoplasma, parásitos), sustancias ambientales
irritantes y alergenos diversos. Se producen fenómenos de liberación de mediadores de la inflamación por parte
de los mastocitos (histamina y mayoritariamente serotonina en el caso del gato) produciendo broncoconstricción
neurogénica/miogénica y una respuesta inflamatoria mediada por linfocitos T y sobretodo eosinófilos. La
inflamación y liberación de sustancias tóxicas de los gránulos de los eosinófilos incrementa la respuesta
neurogénica y por lo tanto la broncoconstricción, además de producir lesiones en las células de las vías
respiratorias, edema y fibrosis, hipertrofia de las glándulas productoras de moco. Si este proceso se cronifica se
llega a producir rotura de alvéolos pulmonares y cuadros crónicos de enfisema.
Signos clínicos. Combinación de tos, disnea y ruidos respiratorios que pueden ser de carácter leve o grave, de
evolución aguda o crónica y de frecuentemente de presentación paroxística. También pueden presentarse gatos
con episodios agudos de disnea grave y cianosis (status asmático). En ocasiones hay vómitos después de la tos
y el propietario puede confundir los signos.
Diagnóstico. Debe realizarse un diagnóstico diferencial completo ante la presencia de gatos con signos de tos
+/- disnea crónica. Hay diversas enfermedades de presentación frecuente en los gatos con una sintomatología
parecida a la que producen los problemas bronquiales: infecciones de las vías respiratorias inferiores o
superiores (víricas, bacterianas y parasitarias), derrame pleural, insuficiencia cardiaca, obstrucciones de las vías
respiratorias superiores, filariosis (en zonas endémicas) y neoplasias de las vías respiratorias inferiores. Otras
enfermedades a tener en cuenta pero menos frecuentes son neumotórax, tromboembolismo pulmonar y cuerpos
extraños en bronquios.
El diagnóstico diferencial ante la presencia de un gato con un cuadro agudo de disnea severa, cianosis y colapso
es de status asmático, insuficiencia cardiaca y derrame pleural o neumotórax por traumatismo. La auscultación y
el patrón respiratorio pueden ser de ayuda para distinguir estos procesos graves e iniciar el tratamiento lo más
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rápido posible. En ocasiones debe realizarse una radiografía aunque sea con una mala técnica sin provocar
estrés al gato para poder realizar el tratamiento más correcto.
La exploración de los gatos con enfermedad bronquial suele demostrar la presencia de un mayor esfuerzo
espiratorio y menor duración de la respiración en ausencia de signos clínicos sistémicos. La auscultación puede
ser normal o pueden oírse ruidos respiratorios anormales especialmente durante la espiración o bien tras
estimular la tos mediante la palpación de la traquea.
El diagnóstico de enfermedad bronquial generalmente se confirma mediante radiografía lateral y dorsoventral del
tórax. Los hallazgos radiológicos que podemos encontrar en gatos con enfermedad bronquial son variables. El
patrón más constante es el de infiltración peribronquial con la presencia de “donuts” y “vías de tranvía”,
ocasionalmente con patrón de infiltrados intersticiales y alveolares. En ocasiones la radiografía puede ser normal
completamente o observarse un aumento de la hiperlucencia pulmonar y aplanamiento del diafragma.
Aproximadamente en un 10% de los casos se observa consolidación de lóbulo medio o craneal derecho.
Generalmente no hay correlación con el patrón radiológico y la gravedad o intensidad de los signos clínicos.
Los resultados del hemograma en gatos con enfermedad bronquial son muy variables y no ayudan en la
confirmación del diagnóstico. La eosinofilia en gatos con asma bronquial no es constante siendo las causas más
frecuentes de signos respiratorios y eosinofilia periférica la filariosis y parasitosis pulmonares. Especialmente en
gatos jóvenes deben realizarse análisis parasitológicos en heces para la detección de huevos de
Aelurostrongylus (técnica de Baermann) y Capillaria (técnicas de flotación).
Una vez se ha confirmado el diagnóstico de enfermedad bronquial es recomendable realizar un estudio
citológico de las secreciones bronquiales. Deben realizarse bajo anestesia general y debe aprovecharse para
hacer una exploración completa de las vías respiratorias superiores y descartar definitivamente un problema de
obstrucción (pólipos nasofaringeos). La técnica de lavado broncoalveolar (BAL) se puede realizar mediante una
sonda por el interior de la sonda endotraqueal o bien mediante el uso de broncoscopio. Debe realizarse un
contaje celular y un estudio citológico de las muestras para clasificar el tipo de inflamación. En citologías de gatos
normales la célula predominante es el macrófago (70 a 90%) y es importante destacar un alto número de
eosinófilos (20 a 25%). En muestras de gatos con enfermedad bronquial puede encontrarse un predominio de
neutrófilos, eosinófilos, inflamaciones mixtas, presencia de bacterias y neutrólifos tóxicos o degenerados, larvas
de parásitos o células neoplásicas. Los cultivos bacteriológicos deben solamente realizarse si la citología es muy
sugestiva de infección bacteriana ya que es muy frecuente que exista contaminación bacteriana de la flora oral,
por lo tanto si se realizan cultivos deben interpretarse cuidadosamente.
Tratamiento. El tratamiento médico del asma bronquial o la bronquitis crónica idiopática se basa en el uso de
corticoesteroides +/- broncodilatadores. Aparte del tratamiento debe realizarse un esfuerzo para controlar todos
aquellos agentes irritantes o alergenos que pueden desencadenar o favorecer la aparición de los signos, con
especial atención al humo del tabaco, fuentes de polvo, humos de la cocina, productos ambientadores, incienso y
sprays de diverso uso. En casos muy iniciales y poco graves y especialmente si el gato ha presentado signos de
infección respiratoria anteriormente, puede establecerse una prueba terapéutica con doxiciclina (5 mg/Kg c12h
durante 3 semanas) para descartar que el factor iniciador sea una infección por Mycoplasma.
Generalmente se utiliza prednisona a dosis inicial de 2 a 4 mg/Kg día durante 2 semanas y posteriormente
ajustar la dosis durante un periodo de 3 meses hasta encontrar la dosis más baja que mantiene el gato sin signos
clínicos. En gatos refractarios a la prednisona oral o bien difíciles de medicar debe utilizarse el acetato de
metilprednisolona a dosis de 20 mg IM cada 4 a 8 semanas según cada caso. Los broncodilatadores más
utilizados son la teofilina de liberación retardada (Theo-Dur) 25 mg/Kg cada 24 horas o bien la terbutalina 0.625
mg hasta 2.5 cada 8 a 12 horas.
El tratamiento de gatos con signos agudos de asma o status asmático es el siguiente: no provocar estrés,
oxigenoterapia, broncodilatar mediante adrenalina 1 ml de una solución 1:10.000 por vía subcutánea (1mg en 10
ml de suero) o preferiblemente terbutalina 0.01 mg/Kg por vía subcutánea, esperar unos 15 a 20 minutos una
ligera mejoría e administrar succinato de prednisona o metilprednisolona a dosis de 5 a 10 mg/Kg IV.
Actualmente no debería utilizarse la aminofilina por vía intravenosa en estos casos agudos. Si no hay respuesta
en una hora replantear el diagnóstico. Si hay respuesta empezar protocolo diagnóstico.
En ocasiones hay casos que no responden al tratamiento o bien que necesitan dosis altas o muy frecuentes de
corticoesteroides para mantener el gato sin signos clínicos. El protocolo a seguir en estos casos consiste en:
replantear el diagnóstico (¿hemos hecho todas las pruebas del protocolo diagnóstico?). Sí es así o es un caso
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confirmado mediante citología utilizar otros fármacos que están en proceso de investigación: por ejemplo la
ciproheptadina (inhibidora de la secreción de serotonina) 2 mg/gato cada 12horas puede ser de ayuda, o bien
ácidos grasos omega 3 para modificar la respuesta inflamatoria. , la amitriptilina 5-10 mg/gato cada 24 horas por
sus efectos antiinflamatorios y estabilizadores de los mastocitos y en fase experimental el uso de ciclosporina 10
mg/Kg cada 12 horas por sus efectos inmunosupresores e inhibidores de la interleukina2.
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This manuscript is reproduced in the IVIS website with the permission of the Congress Organizing Committee
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