Derecho Financiero y Bancario Boletín mensual - Abril 2016 I. Normativa Estatal 1. Circular 1/2016, de 16 de marzo, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, por la que se establecen los requisitos para eximir a determinadas sociedades emisoras de acciones exclusivamente negociadas en un sistema multilateral de negociación para solicitar su admisión a negociación en un mercado regulado. (BOE 06.04.2016) La Ley 5/2015, de 27 de abril, de Fomento de la Financiación Empresarial modificó la Ley del Mercado de Valores para exigir que la negociación de valores de entidades de capitalización superior a quinientos millones de euros durante más de seis meses continuados tenga lugar necesariamente en un mercado secundario oficial y no en un sistema multilateral de negociación, si bien permitió a la CNMV fijar excepciones. La presente Circular recoge tales excepciones y, a tal efecto, establece que las sociedades de inversión y financieras no están obligadas a solicitar su admisión en un mercado regulado y pueden seguir -operando a través de un sistema multilateral de negociación cuando cumplan las siguientes condiciones: a) Ser sociedades que sin ser de naturaleza estrictamente financiera o de inversión, no alcancen una distribución de acciones superior al 25%, sin tener en cuenta aquellas que pertenezcan a un socio que ostente más de un 3% del accionariado y aquellas que pertenezcan a un miembro del consejo de administración (así se evita que tengan que afrontar las exigencias propias de estos mercados que les resultan desproporcionadas atendiendo a su realidad accionarial) o b) que, en los supuestos de sociedades de inversión reguladas en la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de Instituciones de Inversión Colectiva, durante los seis meses en que se supere el umbral económico fijado, el precio de sus acciones no haya superado el 50% del volumen total negociado. Concurriendo una de estas dos condiciones las sociedades referidas no estarán obligadas a solicitar su admisión a negociación en un mercado regulado; pudiendo permanecer en un sistema multilateral de negociación. 2. Criterios de la CNMV para la elaboración de los planes de recuperación de empresas de servicios de inversión (19.04.2016) La Directiva 2014/59/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 15 de mayo de 2014, por la que se establece un marco para la reestructuración y resolución de entidades de crédito y de empresas de servicios de inversión, ha sido incorporada a nuestro ordenamiento jurídico por la Ley 11/2015, de 18 de junio, de Recuperación y Resolución de Entidades de Crédito y Empresas de Servicios de Inversión, la cual, a su vez, es objeto de desarrollo en el Real Decreto 1012/2015, de 6 de noviembre, por el que se desarrolla la Ley 11/2015, de 18 de junio, de recuperación y resolución de entidades de crédito y empresas de servicios de inversión, y por el que se modifica el Real Decreto 2606/1996, de 20 de diciembre, sobre fondos de garantía de depósitos en entidades de crédito. Esta normativa regula, entre otros procedimientos, la actuación temprana, que pasa por la elaboración de planes de recuperación para aquellas entidades que no puedan cumplir con la normativa de solvencia, ordenación y disciplina o se prevea que se hallarán en esta situación próximamente. En consecuencia, la CNMV ha recogido los criterios para determinar qué entidades están eximidas de la obligación de elaborar estos planes de recuperación y qué contenido deben tener los mismos. Están eximidas las sociedades con un capital social inferior a 730.000 €, que únicamente presten uno o varios de los servicios previstos en el art. 63.1.a), b), d) y g) de la Ley 24/1988, del Mercado de Valores y que no puedan tener dinero de sus clientes en depósito. Tampoco se exigirán los planes de recuperación a aquellas sociedades de valores integradas en grupos que estén supervisados por el Banco de España, la CNMV y otras autoridades competentes del Espacio Económico Europeo. No obstante, éstas últimas podrán valorar la conveniencia de la elaboración de un plan de recuperación y la variación de determinados requisitos como la fecha en que deben estar listos o la frecuencia de los mismos. A priori, bastará con la elaboración y aprobación de planes de recuperación simplificados. Los años sucesivos se valorará la necesidad de planes completos atendiendo a las circunstancias económicas de cada entidad. Los planes simplificados deberán incluir un resumen del plan de recuperación, el gobierno corporativo, el análisis estratégico, el plan de comunicación y divulgación y las medidas preparatorias. Los planes de recuperación de las sociedades de valores deben incluir un escenario basado en un acontecimiento sistémico, otro basado en uno de carácter idiosincrático y, finalmente, uno que combine ambos escenarios. Se establecen como categorías de indicadores obligatorios el capital, la liquidez, la rentabilidad y la calidad de los activos. Excepcionalmente, las autoridades competentes podrán excluir alguno de los anteriores indicadores cuando consideren que no son relevantes dado el modelo de negocio de la empresa de servicios de inversión. 3. Proyecto de Circular de la Comisión Nacional del Mercado de Valores sobre advertencias relativas a instrumentos financieros (19.04.2016) La Comisión Nacional del Mercado de Valores, atendiendo a las facultades que le otorga el artículo 110 de la Ley del Mercado de Valores, ha elaborado una Circular mediante la cual determina qué productos son considerados especialmente complejos y qué información deben recibir los inversores minoristas para cumplir con el deber de información y transparencia exigido. El espíritu de esta Circular busca una protección más amplia de la actual para los inversores minoristas, pues la CNMV entiende que ha quedado demostrado que, de acuerdo con la normativa vigente, se han comercializado inadecuadamente instrumentos financieros a personas que no comprendían los riesgos que asumían con su adquisición. Por ello, el objetivo que se persigue es 2 evitar nuevas adquisiciones de productos financieros por inversores con una deficiente comprensión de los mismos. Desde la CNMV se ha considerado que hay productos respecto de los que, por su elevado grado de complejidad, será preciso reforzar el consentimiento informado de los inversores y que exigen el asesoramiento de un profesional, ya que es preciso que el inversor minorista comprenda todos los riesgos inherentes a los productos que adquiere. En estos casos, se considera que no es suficiente con un estudio de conocimientos y experiencia del cliente y se estima conveniente recoger la advertencia efectuada por la entidad que comercialice los productos mediante una expresión manuscrita efectuada por el comprador e incorporada a los documentos contractuales. Asimismo, también deberá incluirse de forma destacada que se trata de un producto financiero no adecuado para inversores no profesionales debido a su complejidad. La Circular también establece las advertencias que deberán incorporar estas operaciones e incorpora varias cláusulas que serán de aplicación individualmente o combinadas en función del producto. La CNMV también considera como productos especialmente complejos aquéllos cuyo valor razonable resulta poco transparente. Este supuesto concurre en los casos en que hay una diferencia significativa entre el precio de colocación y el valor de mercado que exigirían inversores profesionales y cualificados. Para la comercialización de estos productos será necesario informar al inversor minorista de la diferencia entre el importe efectivo al que vaya a realizarse la operación y la estimación que la entidad comercializadora haga de su valor razonable. Finalmente, ha de añadirse que se prevén las medidas necesarias para que los requisitos exigidos puedan ser cumplidos en los supuestos de contratación online o telefónica. 4. Circular, de 20 de abril de la Comisión Nacional del Mercado de Valores por la que se modifica la Circular 7/2011, de 12 de diciembre, sobre folleto informativo de tarifas y contenido de los contratos-tipos (BOE 30.04.2016) Con la publicación de la Circular 7/2011 se perseguía el objetivo de proteger los intereses de los consumidores minoristas. Por ello, y aprovechando la estandarización de las condiciones de los clientes minoristas, se estableció la obligación de elaborar los folletos informativos para que los consumidores pudieran comparar todos los elementos de las condiciones económicas que les ofrecía cada entidad. Actualmente, algunas entidades imponen a sus clientes unas comisiones de traspaso tan elevadas que, en vez de servir para remunerar a la entidad por el servicio prestado, tienen una función penalizadora y disuasoria, llegando a afectar y limitar la competitividad. En consecuencia, mediante esta modificación se establece que la comisión de traspaso deberá estar expresada mediante un porcentaje sobre el importe de los valores traspasados. También se exige la incorporación de un importe máximo y se prohíbe establecer un coste mínimo. III. Jurisprudencia Cláusula suelo 1. Sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 11 de Madrid, de 7 de abril de 2016. Procedimiento ordinario 471/2010. La demanda interpuesta en 2010 pretendía que se declararan nulas las cláusulas insertas en los préstamos hipotecarios suscritos por una pluralidad de consumidores y que establecían un interés mínimo sobre el capital pendiente de amortizar en contratos en los que se pactaba un interés variable basado en un índice de referencia más un diferencial. Las entidades demandadas expusieron, entre otros argumentos, que no todos los prestatarios tenían la misma capacidad para comprender el significado y las consecuencias económicas de las cláusulas impugnadas y que éstas habían sido previamente negociadas con los clientes, pues no se establecían los mismos 3 diferenciales en todos los contratos y se había ofrecido a los clientes la posibilidad de escoger entre un préstamo con un tipo de interés variable o fijo. Por ello, las demandadas entienden que no concurren los requisitos para reputarse condiciones generales de la contratación, pues no se trataba de cláusulas predispuestas a efectos de lo establecido en el artículo 1 de la Ley 7/1998, de 13 de abril, sobre Condiciones Generales de Contratación. El juzgador considera que, si bien existía la posibilidad de elegir entre un sistema de tipo de interés u otro y es posible apreciar diferencias entre los diferenciales establecidos en varios contratos aportados por la demandante, no cabe duda de que se trata de condiciones predispuestas y que las entidades financieras demandadas tampoco acreditan que existiese un proceso de negociación previo a la firma del contrato. Además, entiende que las cláusulas afectadas regulan el precio del producto, por lo que versan sobre uno de los elementos esenciales del contrato. No obstante, entiende el Juzgado que todas las entidades financieras han tratado estas cláusulas como secundarias y se han beneficiado de que los clientes, al desconocer su existencia y su trascendencia, no mostraban preocupación por las mismas. El Juzgado, ante la multitud de afectados y la imposibilidad de realizar un control individualizado de cada uno de los afectados, considera que debe hacerse un control abstracto, tomando en consideración a un consumidor medio. Desde esta perspectiva, entiende que las cláusulas superan el control de incorporación y son comprensibles para los prestatarios. Además, se trata de cláusulas admitidas por la doctrina y la jurisprudencia. Así, la Orden Ministerial de 12 de diciembre de 1989 recoge expresamente la posibilidad de incluir acotaciones a la variación del tipo de interés y el Banco de España las considera ventajosas para ambas partes de la relación contractual. A pesar de todo lo anterior, el juzgador concluye que debe darse un doble control de transparencia, que conlleva que el consumidor no sólo comprenda el redactado de las cláusulas, sino también las consecuencias económicas que pueden derivarse de las mismas y, a su criterio, las cláusulas impugnadas no superan este segundo eslabón, pues las entidades no cumplieron con este deber reforzado de control y los consumidores no comprendían que dichas cláusulas conllevaban la posibilidad de que su contrato con un tipo de interés variable pudiese convertirse en uno de tipo fijo, así como no se predijo el efecto sorpresa que ha conllevado el sustancial descenso del Euribor (índice de referencia establecido), llegando a ser negativo. Finalmente, el Juzgado cita que la Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de diciembre de 2015 exige para declarar la abusividad de las condiciones generales de la contratación, que los consumidores hayan podido comparar varias ofertas y alternativas. En este caso, el cliente sólo llegaba a conocerlas cuando se disponía a firmar el contrato y, el Juzgado considera que tampoco cabe alegar por parte de las demandadas el deber de control de comprensión que debe realizar el notario, ya que tampoco es el momento en que cliente reflexiona y se cuestiona cada una de las cláusulas que suscribe. Por todo lo expuesto, el Juzgado de lo Mercantil estima parcialmente la demanda, reconoce la nulidad de las cláusulas impugnadas y fija la irretroactividad de las mismas al día 9 de mayo de 2013, amparándose en la justificación contenida en el fallo de la sentencia promulgada por el Tribunal Supremo en esta fecha. 2. Auto del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, Sección primera, de 12 de abril de 2016 El Tribunal acordó la suspensión de la sentencia referenciada en el epígrafe anterior hasta que se conozca el fallo de la cuestión prejudicial planteada por el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Granada ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en relación con la aplicación del artículo 6.1 de la Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos 4 celebrados con consumidores, por tratarse de cuestiones directamente vinculadas. Estatal 1. Auto del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Sevilla, de 6 de abril de 2016 (Auto de homologación del acuerdo de refinanciación del Grupo Abengoa) 2. Sentencia 244/2016, del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, Sección 1ª, de 13 de abril Se ha procedido a la homologación del acuerdo de refinanciación alcanzado por las sociedades refinanciadas con el grupo de acreedores que cumplen con los requisitos para ser parte de este tipo de acuerdos. El control judicial sólo puede entrar a valorar si se cumplen los requisitos establecidos por el artículo 71 bis y la Disposición adicional cuarta de la Ley Concursal (que el acuerdo conlleve mejores condiciones para devolver la deuda contraída con anterioridad al mismo, que se aporte un plan de viabilidad que justifique que la mercantil refinanciada pueda sobrevivir en el corto y medio plazo y que cuente con la adhesión de los acreedores que ostenten pasivo que supere los mínimos exigidos). En consecuencia, ante la propuesta de prorrogar la fecha de vencimiento de las deudas actuales hasta el 29 de octubre de 2016, entendiéndola como una mejora de las condiciones para la devolución de la deuda contraída, con la aportación de un plan de viabilidad elaborado por la entidad auditora que prevé la capacidad de la refinanciada para seguir activa, por lo menos, cinco años más y contando con las mayorías suficientes, se ha estimado que cumple con los requisitos exigidos y se ha procedido a la homologación judicial del acuerdo propuesto, con la irrescindibilidad que esta resolución judicial conlleva. Señalar también que el apartado 12 de la Disposición Adicional Cuarta de la Ley Concursal establece que no se podrá solicitar la homologación de un acuerdo de refinanciación del mismo deudor hasta que haya transcurrido, por lo menos, un año desde la homologación del anterior. La Sentencia analiza la suscripción de un contrato que debía estar garantizado por siete fiadores solidarios. Sin embargo, sólo dos de ellos suscribieron el contrato mediante el cual se constituía la garantía. Cabe destacar que el mismo no se suscribía en unidad de acto, por lo que los firmantes no podían conocer si lo demás fiadores también lo firmarían. La entidad financiera, ante el impago por parte del acreditado, requirió a los fiadores solidarios que habían suscrito el abono del total adeudado. Éstos se opusieron, alegando que la garantía no estaba debidamente constituida, ya que cinco de los siete garantes no la suscribieron. Si bien es cierto que la cláusula de constitución de fianza solidaria no condicionaba la firma de todos los fiadores para que la fianza quede válidamente constituida, la relación entre los cofiadores solidarios se basa en la confianza y se crea un vínculo entre ellos. Esto conlleva que no sea indiferente que firmen todos o sólo algunos, pues comparten el riesgo y considera que el contrato no está perfeccionado hasta que todas las partes hayan prestado su consentimiento. 5 Más Información: Javier Menchén Idoya Arteagabeitia Cándido Pérez Elena Tarragona jmenchen@ramoncajal.com iarteagabeitia@ramoncajal.com cperez@ramoncajal.com etarragona@ramoncajal.com +34 91 576 19 00 +34 91 576 19 00 +34 91 576 19 00 +34 93 494 74 82 www.ramonycajalabogados.com Almagro, 16-18 28010 Madrid T +34 91 576 19 00 F +34 91 575 86 78 Caravel•la La Niña, 12, 5ª planta 08017 Barcelona T +34 93 494 74 82 F +34 93 419 62 90 Emilio Arrieta, 6 1º Derecha. 31002 Pamplona T +34 94 822 16 01 © 2016 Ramón y Cajal Abogados, S.L.P. 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