Descargar - Concello de Ferrol

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Edita:
DIPUTACION
DE
A
CORUÑA
Colaboran:
ICOMOS
CONSEJO INTERNACIONAL DE MONUMENTOS Y SITIOS
INTERNATIONAL COUNCIL ON MONUMENTS AND SITES
EXCMO.
CONCELLO
DE FERROL
Autor:
Juan Antonio Rodríguez-Villasante Prieto
EXCMO.
Colaboradores:
José A. Alonso Rodríguez, CONCELLO
José
López Hermida, Bárbara López Reig, Alfonso Fuentes Martínez,
DE
FERROL
Mª Carmen Daviña Facal, Mª Concepción Perales Garat, Mª Ángeles Martínez Fernández,
Mª Carmen Perales Garat, Gloria Mª Ormaechea Ares, Agustín Bravo Díaz y Argemino Malde Freire.
Producción:
Pluma Estudio Gráfico
Dep. Legal:
ISBN:
Presentación
La Diputación Provincial de A Coruña, el Concello de Ferrol, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y Ferrol Metrópoli,
teniendo una larga colaboración para estudiar y valorar los bienes culturales
ferrolanos, han hecho posible una nueva actualización de los trabajos sobre
esta gran fortificación costera y ahora también la edición en formato de libro y
soporte informático (CD). Así, el Director del Centro Internacional de Estudios
de Fortificación y Apoyo Logístico (CIEFAL) y sus colaboradores han preparado esta edición para un mejor conocimiento del castillo y aportar una base de
datos para los planes directores de gestión y rehabilitación, así como un nuevo
documento para demostrar el valor “excepcional universal” de la candidatura
de “Ferrol de la Ilustración” a la Lista de Patrimonio Mundial.
Diego Calvo Pouso
Presidente da Deputación da Coruña.
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CASTILLO DE SAN FELIPE
INFORME HISTÓRICO PATRIMONIAL
ÍNDICE
Introducción............................................................................................................ Identificación y Localización: Lugar y coordenada. Geografía física.................... Descripción............................................................................................................. Estudio histórico general
Del conjunto y zona defensiva
De la construcción del castillo de San Felipe.......................................... La primera fortificación “a la marina”
La gran reconstrucción dieciochesca............................................. El final de las obras y los juicios críticos...................................... Las reformas decimonónicas y su pérdida de eficacia defensiva............. Del estado actual del castillo y su valoración histórica................................... Configuración general
Descripción y valoración histórica de los elementos (partes).................. El entorno................................................................................................. Delimitaciones (acotación para zona de respeto)................................................... Resumen de la valoración histórica........................................................................ 7
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21
29
36
39
43
71
72
73
Anexos
I. Tipologías: modelos académicos de ingeniería naval y militar........................... 79
II. Documentación histórica................................................................................... 98
A. Documentos escritos
B. Mapas, planos y dibujos históricos............................................................. 130
III. Material de artillería y pertrechos ................................................................... 165
IV. Bibliografía....................................................................................................... 182
V. Gráficas dimensionadas complementarias......................................................... 187
VI. Logística y servicio de aguas........................................................................... 224
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Navegando entre castillos…
El Castillo de San Felipe en Ferrol
INFORME HISTÓRICO PATRIMONIAL
INTRODUCCIÓN
Se trata de hacer un estudio histórico del Castillo de San Felipe en la Ría de Ferrol con
proyección a su gestión en el futuro y su plan director.
Para este trabajo se han recogido una gran cantidad de fuentes primarias y secundarias
en diferentes archivos de España y también de otras naciones, principalmente de Francia e
Inglaterra, o sea se dispone de un amplio catalogo documental, tanto en escritos como en planos, mapas y dibujos, y la abundante bibliografía que también encuadra el tema en un ámbito
superior del conjunto y sistema a que pertenece; todo ello se recoge en los correspondientes
anexos a este trabajo.
En cuanto a la metodología que se emplea debemos destacar el modelo seguido, en base
a la estructura de análisis que se ha diseñado en el ámbito del Comité Científico Internacional
de Fortificaciones y Patrimonio Militar (ICOFORT), dependiente del Consejo Internacional de
Monumentos y Sitios (ICOMOS) que es el órgano asesor de la UNESCO para el patrimonio
inmueble. Este modelo de análisis e información es parte de una “base de datos”, más amplia
y de la que se extrae la información y permite hacer todo tipo de comparaciones y establecer
las lógicas interrelaciones con otros bienes culturales similares. Así, este modelo, denominado CIEFORM y creado precisamente en el Centro Internacional de Estudios de Fortificación
y Apoyo Logístico (CIEFAL) en Ferrol, y adoptado como método de trabajo por el citado
ICOFORT, nos facilita la coordinación de informaciones muy diferentes que se obtienen de
ámbitos profesionales diversos con carácter interdisciplinario: geografía, historia, arqueología,
arquitectura, ingeniería, ejercito, marina, botánica etc, incluyendo también ciertas aportaciones
del ámbito económico y del derecho.
Este modelo y esquema nos facilita también la comprensión de la historia del diseño y
su posibilidad de ejecución, es decir de la funcionalidad que tenía y tiene, la tipología de los
cánones académicos aplicados y sus adaptaciones para conseguir los proyectos, luego condicionados por la disponibilidad de personal cualificado, de los materiales con su tecnología y la
necesaria financiación.
En este orden de ideas hacemos una primera identificación del bien cultural y su localización, donde se plantea un breve estudio de la geografía física (orografía e hidrografía) que es
el escenario básico (“teatro de operaciones”) del Castillo y después de su entorno.
Se procede a realizar una descripción completa de la construcción, con referencias al
conjunto y sistema defensivo al que pertenece, comenzando por el estudio histórico. En este
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epígrafe se analizan las demandas funcionales defensivas, teniendo en cuenta la geoestrategia,
la organización, la táctica y logística de cada época, así como la aportación de los entornos
académicos de las corporaciones militares que intervinieron, valorando también las iniciativas
y pensamiento de los sucesivos autores de los diseños (proyectos) y su ejecución.
Los referidos estudios históricos nos facilitarán una breve descripción general, encuadrando así las diferentes partes del castillo en unos esquemas tipológicos que nos proporcionan
después la base para la valoración de este bien cultural, incluido el entorno.
El apartado de la valoración se realiza desde cuatro puntos de vista diferentes: la “instrumental” en sus aspectos defensivos, la de “antigüedad” o rememorativa de acontecimientos
importantes, la “evolutiva” que compara en el tiempo y espacio este bien con otros similares
y sus aportaciones históricas, también finalmente la “artística” en su sentido más amplio de la
estética. Estas valoraciones nos deben facilitar una clasificación del bien y sus partes, teniendo
también en cuenta el estado de conservación en cuanto a la “autenticidad” e “integridad” de la
fortificación y su entorno.
Por último, se plantean las recomendaciones para la gestión en base a establecer los
elementos sustanciales e importantes del castillo con los máximos valores y su mejor conservación, los que trasmite la historia por sus formas y el “espíritu del lugar”, pretendiendo una
protección integral. Pero también se deben obtener otros dos niveles inferiores, en cuanto a la
valoración y conservación, determinando así los elementos que se consideran secundarios y
los que tienen escaso valor.
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IDENTIFICACIÓN
El Castillo de San Felipe, así nombrado desde su construcción inicial, se identifica como
un bien cultural del grupo material inmueble y de la clase de fortificación permanente y batería
de costa, según la base de datos del CIEFAL-ICOMOS, dándole el nº 1173 (grupo-clase)ES-10000 (provisional). Está identificado en el catálogo de Bienes de Interés Cultural del
Ministerio de Cultura y de la Xunta de Galicia con el nº R-I-51-0008845.
LOCALIZACIÓN
Lugar y coordenadas
El Castillo está localizado en España, en su Comunidad Autónoma de Galicia, provincia
de A Coruña, comarca y ayuntamiento de Ferrrol, parroquia de Santa María de Brión.
Tiene las siguientes coordenadas para su localización:
UTM:
Geográficas:
X:558232 Longitud:43º 27´ 53´´ N
Y:4812894 Latitud:8º 16´ 53´´ O
USO: 29
GEOGRAFÍA FÍSICA
En este apartado se trata de
aportar una información elemental de
la orografía, hidrografía y otros elementos condicionantes geográficos
como introducción y soporte del escenario histórico.
El conjunto costero de la ría de
Ferrol, con su contigua de Ares-Betanzos y la zona exterior a estas, presenta una geomorfología de profundas
entradas de la mar en un territorio de
relativa gran altitud y compleja formación de valles. Estas características, con los materiales que componen
el territorio y sus asociaciones biológicas, tendrían una decisiva importancia en la historia de la zona, ya que
conformaron un ecosistema de apreciadas cualidades para el desarrollo
de la vida marítima, pero también
compatible con otras actividades en
tierra. En todo caso fue esencial para
determinar su relaciones exteriores y
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el aprovechamiento de sus recursos naturales. Por otra parte habrá que reconocer este paisaje
con sus características estéticas naturales y de su evolución.
Cuando se estableció la primera proto-base naval en la ría ferrolana, durante el siglo XVI,
la geografía física no había tenido prácticamente ninguna variación por las acciones humanas,
lo que es muy importante para comprender los condicionantes del puerto de mar y valorar sus
interesantes características; las que también determinaron después la evolución de este primer
establecimiento de apoyo para las armadas de la monarquía, hasta obtener la gran base naval
de Ferrol en el siglo XVIII.
La geoestrategia de los puertos “llave” del reino de Galicia fue inicialmente, como después su ampliación al océano Atlántico Norte, un factor decisivo en el sistema de comunicaciones marítimas, dando gran importancia al conjunto de infraestructuras de la ría de Ferrol;
entendiendo que ya cumpliría con las exigencias de un buen fondeadero para los buques y la
disponibilidad de las construcciones necesarias para su apoyo y defensa.
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En este informe sobre el castillo de San Felipe no es necesario relatar la importancia de
esta geografía del conjunto ferrolano que ya tiene su estudio específico complementario, ni
siquiera la parte relativa al ámbito de las “Defensas Costeras” de la base naval, al que pertenece esta fortificación y sobre las que hemos publicado también el oportuno informe particular
(Rodríguez-Villasante, Juan. 2008). Aquí nos centraremos en los condicionantes del territorio
que controlaba el Castillo de San Felipe, aunque contando con el apoyo colateral de los otros
fuertes construidos en esta zona.
Debemos intentar conocer las cualidades de esta parte de la costa para comprender la funcionalidad de la fortificación, teniendo en cuenta la limitada capacidad de modificar la geografía
que se tenía en el siglo XVI y aún después en el “siglo de las luces”, por lo menos en los parajes
con grandes diferencias de altitud costera y sus profundidades marinas. En la doctrina académica
de los ingenieros militares se daba una capital importancia a las características del terreno para la
elección del lugar (Zapatero L.Anaya, J.M. 1978; cita a Zastrow), considerando siempre la posición de “comodidad” para una fortificación defensiva respecto de su entorno, más o menos dominante o dominada en altura, la posibilidad de construir con “simetría” en su concepto de figura
geométrica tendente a la regularidad, adaptada la orografía, y también la “firmeza” que dependía
en gran manera de los materiales disponibles en la zona próxima, para obtener la mejor resistencia
de su estructura, tanto en previsión de un posible ataque como para su mantenimiento.
11
Una primera idea sobre la forma de la Ría de Ferrol puede ser la de un “embudo con su
parte central ancha y espaciosa, formando el cuello un corredor estrecho” (Pérez Alberti, A.
1983) de una longitud aproximada de cuatro kilómetros, en el que se encuentra el castillo de
San Felipe. Esta comparación descriptiva de su plano es también buena para sus perfiles de
cierta angostura. Sabemos que este corredor es el resultado de una parte de la gran fractura del
macizo noroccidental gallego que hizo posible el curso del río Grande de Jubia, cuyo cauce se
amplió por la debilidad de los materiales y la transgresión marina, dando lugar a esta Ría y su
particular zona del oeste que tiene una configuración de garganta por la excepcional dureza de
las rocas como ahora describiremos.
El impresionante aspecto de esta boca de la ría tiene su base en la pequeña anchura de
1800 metros que se estrecha en su parte del este a menos 500 metros y deja un canal de acceso
de sólo 200, formado precisamente por las faldas de las montañas de Montefaro al sur y San
Cristóbal al norte, incluyendo su abrupta caída en la mar. Es también importante destacar que
este corredor tiene un cierto ensanchamiento en sus dos extremos ; o sea hacia el sudoeste
(exterior) que forma la pequeña ensenada de Cariño, así como también el comienzo de la gran
bahía que se extiende hacia el nordeste y este (interior).
La configuración de esta boca de la ría tiene un eje (oeste-este) que atraviesa una gran
franja rocosa, constituida por granito, la que es una parte de la gran veta que se extiende desde
la banda norte hacia la sur, formando unas montañas con apreciables alturas de 216 metros en
Brión y Ventoso, pero también la de 265 metros del citado Montefaro en la otra orilla.
Parece lógico afirmar ahora que esta configuración rocosa influyó notablemente en el
diseño de la fortificación, teniendo en cuenta la dureza del granito y el perfil de la superficie
con escasa tierra y aflorando la roca a menos de un metro de profundidad ; pero también esta
cantería facilitó el recurso material que predomina en la obra ejecutada.
En cuanto a la configuración de las cotas próximas a la ribera es fácil de apreciar que su
plano se caracteriza por una línea muy sinuosa y accidentada, lo que se produjo por los citados
movimientos tectónicos y la erosión de la mar sobre la costa primitiva; así, hay abundantes
pequeños cabos, tallados en el duro granito, destacando para este informe los siguientes: por
la banda norte están los de Prioriño Chico, Viñas (hoy desaparecido por los rellenos del puerto
exterior ferrolano), San Cristóbal, Porca, San Felipe (el castillo) y Vispón que está ya dentro
de la ría; por la ribera sur encontramos los cabos del Segaño (el más occidental), San Martín,
La Palma y Leira (dentro de la bahía).
Destacamos ahora que el cabo donde se construyó el castillo de San Felipe se aproximaba mucho a la figura de triangulo (línea en cota 10), con un apuntamiento hacia el sur-oeste
y avanzando unos 160 metros desde la línea imaginaria que uniría la cala de poniente con el
entrante de levante (dirección oeste-este); las curvas de nivel tenían casi la misma forma angular y alcanzaban la cota 27 aproximadamente en la intersección de la bisectriz con la citada
línea imaginaria de su base triangular; así el dato más importante es la fuerte inclinación de las
laderas, de manera que en sentido sur sobrepasaba los 10º (17%) y en las direcciones este oeste
los 15º (24%) aproximadamente.
En esta zona ribereña se produjeron también algunos restos arcillosos y más aún de arenas
con depósitos detríticos que forman algunas calas entre los citados cabos: en la banda norte está
la de Cariño entre la desaparecida punta de Viñas y San Cristóbal, las dos citadas y contiguas al
Castillo de San Felipe con forma de pequeña playa al oeste y un gran entrante de perfil rocoso
al este, llamado de Leusa; en la zona sur está la ensenada del Baño al este de la Palma y una
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breve cala al oeste. Parece interesante hacer una generalización de estos tipos de formación
costera a todo el entorno, incluso el más alejado. Así pues, la morfología de las riberas de toda
esta comarca nos permite comprender los condicionantes de la actividad del castillo, tanto a
nivel de su situación estratégica como en el desarrollo de los planteamientos de tipo táctico
(defensivos) y de utilización de los diferentes elementos de apoyo logístico, incluidos los de
aprovisionamiento y transporte desde la zona interior de la ría. Para una mayor información
remitimos al correspondiente informe publicado del conjunto o zona de las “Defensas Costeras”
(Rodríguez-Villasante, J. 2008) como parte de la base de datos general.
En cuanto a hidrografía, en su plano y perfil de fondos marinos, debemos destacar la existencia de idénticos materiales rocosos de granito en toda esta boca de la ría y señalar también
las grandes profundidades marinas en relación con la poca extensión de esta zona, llegando a
31 metros en la citada boca y superando los 10 metros en las cercanías de la ribera. Al sudoeste
del ensanchamiento del canal hay calados de 13 y 14 metros muy próximos a la costa y 24
metros en su parte central. Todo esto permitió siempre a las embarcaciones históricas un acceso
relativamente fácil a la Ría, en cuanto a la profundidad demandada por sus diferentes tipos,
aunque era necesaria una complicada maniobra para navegar por el ya citado plano sinuoso
del corredor, aún con pleamar. Estos datos pueden ampliarse en el trabajo publicado sobre el
Puerto de Ferrol (Rodríguez-Villasante, J. 2001)
En esta aproximación a los condicionantes geográficos hay que destacar también que
había algunos bajos marinos, conocidos como los de la Palma (9, 8 y 9,0 metros) y del Inglés
(10,6 metros) que no eran casi apreciables en el siglo XVI y XVIII por los pilotos, por lo menos
estaban escasamente considerados como limitaciones; incluso las rocas de la Reina, Mirela,
Batel, Cabaliño etc no pasaron de ser puntos de referencia en las cercanías de las riberas, por
cierto produciendo algunos accidentes marítimos con varadas de los buques mal gobernados,
generalmente en días de niebla y temporales del sudoeste.
A manera de resumen volvemos a destacar la sinuosidad de esta boca de la Ría, enfrentando
la ensenada del Baño con la punta del Vispón, la rinconada de Leusa con la punta de la Palma, el
entrante de Nande con el saliente de San Felipe y la cala de Lage con la punta de San Martín.
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Además de estos datos
es imprescindible conocer
que existe una fuerte corriente
marina, producida por la subida y bajada de las mareas,
que llega a superar en algún
punto y hora la velocidad de
3 nudos.
Las modificaciones de
esta orografía e hidrografía
en el siglo XX, tanto en la
ensenada de Cariño como
en la zona del Vispón, tienen
que ser tenidas en cuenta para
comprender ahora como fue
el entorno histórico de la fortificación de San Felipe y apreciar sus influencias en la época de la construcción y sucesivas
obras de modificación. Así pues, debemos citar la pérdida del que fue antepuerto natural de
Ferrol, situado entre el cabo Prioriño Chico y la punta de Porca, cuyo fondeadero fue rellenado en gran parte por la citada obra del puerto exterior; pero también el avance de los muelles
actuales de la Estación Naval de la Graña y la modificación de los antiguos viales costeros en
esta zona.
Es imprescindible hacer una cita sobre los vientos que influyeron grandemente en este
espacio marítimo costero, por ser un condicionante de la navegación con propulsión vélica hasta
la mitad del siglo XIX: el viento dominante es de componente oeste y sudoeste, con frecuentes
lluvias, entrando los temporales precisamente por la boca de la ría.
Por último parece oportuno destacar la clase de vegetación del entorno montañoso, hoy
modificado grandemente por la plantación de especies nuevas en Galicia y de alto porte como
es el eucalipto, llegando a las cercanías de la línea costera norte, además de una inadecuada
conservación de la “campaña” o zona polémica del castillo.
Esta configuración geográfica como factor del sistema portuario y defensivo estará presente en la descripción y valoración histórica que sigue en los posteriores epígrafes de este informe
(base de datos), de manera que remarcamos así los condicionantes: los de tipo geoestratégico
para la elección del lugar y sus zonas de control, incluyendo la organización del conjunto defensivo; los del planeamiento para los supuestos tácticos referidos a las armas que se empleasen
y los de la construcción del castillo que fue una actividad de ingeniería-arquitectura regida por
el correspondiente “ciclo logístico: determinación de necesidades, obtención y distribución”
(Salgado Alba, J. 1973). Este es un procedimiento que podemos enlazar con las operaciones
del diseño en sus fases de estudio funcional y del modelo aplicable para realizar el proyecto,
así como en las de obra por su posibilidad de ejecución, o sea la disponibilidad de personal
adecuado, materiales apropiados y financiación suficiente.
Remarcamos estos temas, puesto que ya eran conocidos por los ingenieros militares que
tenían formación académica a partir del siglo XVI, como luego analizaremos, y más perfeccionada en el siglo XVIII utilizando un precursor “esquema operacional de diseño”.
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200
150
100
200
50
150
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50
100
150
200
14
250
DESCRIPCIÓN
ESTUDIO HISTÓRICO GENERAL
En este apartado se trata de relatar el proceso histórico que se realizó para la construcción del Castillo de San Felipe, o sea un relato de su tiempo y cronología, pero referido a las
demandas funcionales, a los modelos de diseño empleados, a sus autores como interpretes de
estos cánones académicos que produjeron los proyectos y, por supuesto, la ejecución de la obra
con sus condicionantes.
DEL CONJUNTO Y ZONA DEFENSIVA
Comenzamos esta descripción con una breve referencia al conjunto y zona que pertenece,
puesto que este bien cultural es una parte de las “Defensas Costeras” y estas de la agrupación
que denominamos “Ferrol de la Ilustración”, más concretamente de las fortificaciones de la Ría
y precisamente para la defensa de la “boca” como hemos anotado anteriormente.
En primer lugar debemos hacer también una referencia a que este conjunto y zona es parte
de un sistema de control del territorio y la mar que conocemos como el antiguo Departamento
Marítimo del Norte con capital en Ferrol desde 1726, ya que antes la defensa fue simplemente
del fondeadero y la protobase naval del siglo XVI. En este orden de ideas, es preciso destacar
que el condicionante geoestratégico y su ampliación al concepto de “poder naval”, ya en el
siglo XVIII, fue decisivo para la historia del Castillo de S. Felipe; así como también la disponibilidad de personal del Ejercito de Tierra y la Marina, la producción de material de guerra y
otros considerados estratégicos, los transportes terrestres y marítimos, el apoyo logístico de las
Maestranzas (militares) y bases navales, así como la composición de las “fuerzas” de tierra y
mar (buques), conformaron un entramado de organización realmente complejo para el diseño
y construcción del castillo a partir de su remodelación en el “siglo de las luces”.
De una forma más concreta nos referimos a la “amenaza” como parte del análisis estratégico, tanto en el siglo XVI como en el XVIII, determinando unas funcionalidades de tipo
“táctico” y sus necesidades logísticas. En todo caso el diseño defensivo se hacía siempre desde
las “fortalezas” naturales de la boca de la Ría, aunque contando también con ciertas “debilidades” del territorio costero y aprovechando la “oportunidad” de cada momento.
Este subconjunto o zona defensiva costera se planteaba ya inicialmente, como hemos escrito, para la protección de la proto-base naval de Ferrol desde 1520 que apoyaba el armamento
de las escuadras de la Corona con motivo de las campañas marítimas de la Europa atlántica.
En 1580 se concretaban los informes de los ingenieros del Rey para fortificar en tres
puntas geográficas que dominarían la estrecha boca de la ría, las que hoy se conocen como de
nuestro Castillo de San Felipe, la de Nª Señora de la Palma y San Martín, formando un triangulo
de control; pero además se tenía en cuenta una fortificación al interior inmediato en las puntas
del Vispón y de Mugardos (Leyra). Esta fue la primera configuración defensiva que se basaba
lógicamente en los estudios estratégicos dirigidos por los Capitanes Generales, considerándose
principalmente la amenaza naval que se contrarrestaría con la fortaleza de una artillería con
poca potencia pero emplazada en lugares apropiados (puntas geográficas), aunque con alguna
debilidad por la zona terrestre de las montañas que dominan estos cabos. Los castillos deberían
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controlar conjuntamente el acceso, aunque cada uno tenía lógicamente asignado un sector de
tiro artillero hacía la mar, considerando entonces que los desembarcos de tropas expedicionarias
para el ataque por tierra eran de una gran dificultad.
Los buque que constituían la amenaza eran entonces de muy diferentes portes y potencia
artillera, pero sobre todo tenían una gran dificultad en sus maniobras de aproximación a la boca
de la ría. Otro tanto se podría afirmar de la capacidad para un ataque por tierra de una fuerza
expedicionaria desembarcada (García-Parreño, J.1982).
Este conjunto defensivo sirvió en los años finales del siglo XVI y durante todo el siglo
XVII, con cierta eficacia, a pesar de su deficiente estado de conservación, incluso con distintos
tipos de construcción, siendo el de San Felipe el de peores calidades, como luego se verá, para
aquella época. Los modelos de fortificación eran los aconsejados por la Academia de Matemáticas de Madrid de los ingenieros de Felipe II.
En el siglo XVIII, repetimos, con el nuevo planteamiento defensivo a partir de 1729, se trató
inicialmente de mejorar los tres castillos que se habían consolidado como “permanentes”, pero
valorando también las defensas “terrestres” que se habían utilizado puntualmente. En 1731 ya se
concretaba más el plan defensivo, fortificando también hacia el exterior o, mejor dicho, el antepuerto de la ensenada de Cariño, apareciendo diseños para las puntas de Segaño, Rabo de Porca
(luego San Carlos) y Restrebor (luego San Cristóbal). Este “teatro de operaciones” se analizaba
en base a las nuevas tácticas y los medios logísticos disponibles, siguiendo ciertas “lecciones
aprendidas” de los ataques recientes de Rande (Vigo) y otras muchas expediciones.
Las nuevas propuestas de los Capitanes Generales del Ejercito y Marina, con la decisión
final de la Corona (Secretarías), aprobaban un plan estratégico y una incipiente organización.
Se trataba de contrarrestar la nueva amenaza de los grandes navíos artillados con mayor número
de cañones, hasta en tres cubiertas, y enorme “masa de fuego” pero que tenían aún grandes
dificultades en la maniobra para forzar la entrada de la ría (García-Parreño J., 1982, Casado
Soto, J. 2002, Rodríguez-Villasante J. 2002).
Entonces se disponía de una corporación de ingenieros de gran calidad, formada en el
entorno de la Academia de Matemáticas del Ejercito de Barcelona, crisol de tecnologías de toda
la Monarquía Hispánica y con apreciación de otras escuelas extranjeras, como era la prestigiosa
de Francia del siglo XVII (Vauban entre otros). Pero esta parte de ingeniería sería completada
también con un fuerte apoyo logístico y financiero, por lo que el desarrollo del gran proyecto
defensivo abarcaba un gran entorno comarcal y de la zona marítima.
En 1733 ya se estaban modificando sustancialmente las fortificaciones de San Felipe y La
Palma, pero también se ampliaba el proyecto a los apoyos del almacenamiento de pólvora en
la zona del Vispón (1737) y a la obtención de materiales de obra en las cercanías y en el resto
de Galicia, para aminorar costes.
En 1738 surgían nuevas iniciativas ante la presencia de ataques y desembarcos, fortificando en las playas de Canelas y Cariño, incluso después en la punta de Viñas que serían complementadas con otras baterías costeras en la zona exterior en la ría de Ares, playa de Doniños
etc.
Todo este impulso de construcción de fuertes, ya como “baterías colaterales”, tenía un
cierto fundamento en la eficacia de la artillería disponible, tanto la defensiva española como la
de los posibles atacantes franceses o ingleses; por lo que los estudios de las “piezas” artilleras
eran fundamentales y entonces ya estaban en procesos de normalización, más o menos basados
en estudios matemáticos y experiencias contrastadas en alcances y efectividad destructora. Así
16
17
27’
43º
28’
43º
29’
43º
30’
43º
4816000
4815000
4814000
4813000
4812000
4811000
8º 21’
8º 21’
553000
Dc08
Dc09
Dc11
553000
8º 20’
554000
554000
8º 20’
555000
Dc10
555000
Dc05
8º 19’
8º 19’
556000
Dc04
556000
8º 18’
8º 18’
557000
557000
Dc03
Dc06
8º 17’
558000
558000
8º 17’
Dc01
559000
Dc02
Dc12
559000
8º 16’
8º 16’
Dc07
560000
560000
8º 15’
8º 15’
561000
561000
27’
43º
28’
43º
29’
43º
30’
43º
8º 14’
4816000
4815000
4814000
4813000
4812000
4811000
en la segunda mitad del siglo XVIII ya se tenía un conocimiento del tiro artillero con datos
bastantes concretos; por ejemplo: con cañones de “a 24” y elevación a 0º se podría penetrar
en el casco de un navío a unos 600 metros y con elevaciones a 2º y 3º se tiraba “a desarbolar”
entre alcances de 1000 y 1500 metros.
En consecuencia con estas ideas se procuró mejorar los sectores de tiro para dominar la
ensenada de Cariño y la boca de la Ría, así como sus ampliaciones exteriores. Todo esto llevo a
la reedificación de las citadas baterías colaterales y a la construcción de la de San Carlos (1762)
que tenía gran relación con las de San Felipe y San Martín por su proximidad.
Hacia 1756, la costa estaba ya bien fortificada, aunque había ciertas deficiencias según
informes de los sucesivos ingenieros que atendían las mejoras del conjunto por orden del Capitán General. De manera que en el resto del siglo se fue perfeccionando la defensa, aunque
sabemos que había grandes dificultades en su apoyo logístico, las que debían compaginarse con
otras ampliaciones del conjunto fortificado en la costa exterior (Ares, Doniños y San Jorge),
además de la nueva batería de cabo Prioriño Chico.
El siglo XIX fue la época en la que perdieron valor estas defensas colaterales por la revolución tecnológica que proporcionaba una artillería más potente, de mayor alcance y precisión,
así como el blindaje de los buques, también con mejor maniobra por su propulsión mecánica.
En 1860 se trataba de adaptar el Castillo de San Felipe a las nuevas armas, pero complementando al de La Palma que pasaría a ser el más importante, así como pensando ya en el
emplazamiento de las baterías a mayor altura, en Montefaro.
Este epígrafe se cierra con la necesaria referencia a la publicación “Las Defensas Costeras” (Patrimonio histórico del Ferrol de la Ilustración), ya citado, en el que se amplia la información sobre esta zona o subconjunto defensivo, identificado el castillo de San Felipe en el
plano con el número 1 y el resto del 2 al 12 (Dc).
DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO DE SAN FELIPE
Siguiendo el mismo criterio y exposición cronológica del apartado anterior, ahora iniciamos la descripción histórica de esta fortificación a partir de los primeros datos conocidos
y contrastados, tanto en la documentación escrita como en los planos, mapas y dibujos que se
encuentran en diferentes archivos con gran cantidad y calidad (Ver anexo II apartados A y B).
La primera fortificación “a la marina”
En 1589, coincidiendo con la invernada de la escuadra de Alonso de Bazán en Ferrol,
comenzaba a construirse la primera edificación con el nombre de San Felipe por la onomástica
del Rey, aunque posiblemente existiera una obra terrera, un par de años antes. Se procedía lógicamente el inicio por la excavación del foso (1590) y sus movimientos de tierras (incluidas las
rocas), siendo su director técnico el alférez Pedro Rodríguez Muñiz; pero siguiendo los primeros
estudios y anteproyectos que se habían realizado en Ferrol para la defensa del fondeadero y
proto-base de los buque de las Armadas Reales, a partir de 1580, incluyendo los informes de
otros prestigiosos ingenieros que estaban vinculados a la Real Academia de Matemáticas de
Madrid: J. Palearo Fratrin, Tiburcio Españochi y Cristóbal de Rojas, etc (Soraluce, J. 1988).
Estos técnicos eran los responsables de crear las defensas del imperio de Felipe II y aplicaban
la nueva cultura renacentista de la geometría a los diseños de la naciente fortificación abaluartada que era la solución para el problema de la nueva amenaza con la artillería y otras armas
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de fuego, de reciente introducción
en las campañas militares. Pueden
consultarse las obras de Alicia Cámara, 1998; Ignacio González Tascón, 1998, José Soraluce, 1987 y
Fernando Cobos, 2000 y 2004.
En este estudio concreto del
Castillo de San Felipe no es necesario extenderse en los pormenores
de estas técnicas de fortificación
defensiva, en las que intervenían
multitud de ingenieros y artilleros
con experiencias en las numerosas
guerras contemporáneas, pero si debemos resaltar la importancia de la
aplicación de las “máximas” de las
Escuelas y su adaptación al terreno.
Para una introducción al sistema de
fortificación abaluartado remitimos
a las publicaciones concretas sobre
el reino de Galicia y sus contenidos
más generales. Puede consultarse
la obra de José R. Soraluce, 1985,
Juan Rodríguez-Villasante, 1984, y
el resumen de “Tipologías: modelos académicos de ingeniería militar” en anexo I.
En el primer momento se proyectó un castillo ligeramente apartado del perfil costero y
relativamente elevado del nivel de la mar; tenía forma de trapecio (polígono básico) alargado
en dirección norte-sur, siguiendo el modelo de los fuertes “a la marina”, o sea “a propósito
sobre un río o en el canal de un puerto” que conocemos por el tratado de “Teoría y Práctica de
Fortificación” de Cristóbal de Rojas en 1598, recogiendo las experiencias de la citada Academia
de Madrid y de todo el imperio hispano, incluidas las opiniones de otros tratadistas con mayor
dominio de las técnicas de la artillería que comenzaba a desarrollarse y era normalmente escasa
en número de piezas, calidad y personal sirviente (Lechuga, Cristóbal. 1611).
El castillo por su parte defensiva de la ría presentaba una forma estrellada con dos mediotorreones y en el frente de tierra dos baluartes muy agudos en su ángulo capital que flanqueaban
una pequeña cortina. De este primer proyecto no se conserva realmente nada, salvo una traza
muy parcial y las referencias documentales que nos dicen de los trabajos preliminares de movimientos terreros y excavación del foso, con grandes dificultades por el personal y material
granítico del suelo (Ref. documentos escritos de 1590 y 1596 en anexo II A, nº 1, 2, 3 y 4 y su
apéndice números 369 a 387, así como sus planos históricos en anexo II B, nº 1 y 2 del Archivo Instituto de Historia y Cultura Militar, APA-1-40 y Archivo General de Simancas, Mapas,
Planos y Dibujos XXXVII-71).
El castillo se construyó realmente como un pequeño fuerte para defender el sector norte
de la boca de la ría, “cruzando fuegos” con los de Nª Sra. de la Palma y San Martín, siendo probablemente una ejecución limitada y muy condicionada por el terreno del antedicho proyecto,
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concretamente construida en su parte sudoeste, o sea una punta de la estrella y el medio-torreón
contiguo. Así se llegó a levantar una línea quebrada en dirección oeste-sur para el emplazamiento de la artillería y una especie de cubo de acceso por levante; pero esta obra, que conocemos
por un grabado de V.M. Coronelli (Atlas editado en hacia 1720 Anexo II nº 7), no concuerda
exactamente con la disposición que se conservó en la obra del siglo XVIII: creemos que debió
modificarse parcialmente durante las obras iniciales con la forma de una cortina (sin baluartes)
para artillar con 6 troneras entre merlones, defendiendo el acceso por el sudoeste, y otra ligeramente curva para otras tres piezas, también con troneras y cubriendo el sector sudeste; tras su
amplio adarve, formando casi 90º, estaba la zona de acuartelamiento con la puerta del recinto
en su lado del nordeste. Hoy se conserva la cortina del sudoeste y parte de la puerta.
Este fuerte de San Felipe, aunque no pasó de tener una forma muy sencilla, sin cumplir los
cánones académicos y con mala construcción, tenía su mayor importancia por su localización
en la costa, cerrando la boca de la ría con los otros dos fuertes citados de Nª Sra. de la Palma y
San Martín que fueron de mejor traza académica, pudiendo colocar una “cadena” con maderas
(sobre la mar) para atrancar la canal de entrada, desde su lado de poniente hasta el citado de
S. Martín.
A pesar de su escasa calidad, sirvió en su conjunto para impedir la entrada en la ría de
las escuadras inglesas del Conde de Essex, de Charles Howar y Walter Raleigh, en 1597, que
intentaban un “golpe de mano” después de los apreciables resultados de su asalto a Cádiz.
Sabemos que a la disposición defensiva se añadía la fortificación de Santiago en la punta del
Vispón y de materiales “terreros”, además del fondeo en batería de los galeones disponibles
de la escuadra que se estaba armando en Ferrol, bajo el mando de Martín de Padilla. (Anexo
II B nº 3 y 4).
En 1609 el ingeniero Jerónimo de Soto, durante su inspección de las fortificaciones de
Galicia, consideraba conveniente la demolición de los tres fuertes que estaban en mal estado
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y reedificar el de San Felipe, dándole la mayor importancia. Al año siguiente, en otro informe
del Capitán General Luis Enriquez describía la mala conservación de los castillos.
La cantidad y calidades de las piezas de artillería emplazada en San Felipe debió variar
mucho durante el siglo XVI y primera mitad del XVII, dadas las disponibilidades en Galicia y
de acuerdo con el estado de la defensa, en la que pesaba también un menosprecio por algunos
mandos militares por este fuerte. Parece que no sobrepasó nunca la cifra de 15 piezas, de la que
sabemos solamente algunos datos de sus clases: en 1592 había 8 piezas de hierro, 5 pedreros, 1
berraco y 1 falconete; en 1656 estaba artillado 6 piezas de bronce que suponemos que eran de
la tipología de cañones (ver material de artillería en anexo III). En todo caso debemos referir
que la artillería fue siempre escasa y con un deficiente apoyo logístico, como se desprende del
contenido de los documentos de la época citados, incluidos las “encabalgaduras” (cureñas) y
el suministro de pólvora, balas y pertrechos.
En 1639 las deficientes fortificaciones de la boca de la Ría dieron nuevamente una muestra de su valor estratégico (Ref. doc. escritos anexo II A nº 5 y Cartas-dibujo nº 5 y 6 de anexo II
B), disuadiendo del ataque a la fuerza expedicionaria francesa del almirante Henri D´Escobleau
de Sourdis que también bloqueó la vecina plaza coruñesa. Después de estas fechas y la concentración de las escuadras del almirante Antonio de Oquendo, la ría ferrolana no tendría casi
actividad militar, hasta el siglo XVIII; pero seguían los estudios para mejorar la fortificación con
ciertos intentos al comenzar la nueva centuria y en relación con la campaña defensiva que se
realizó en la ría de Vigo, conocida como batalla de Rande y su ataque anglo-holandés de 1702
y otro posterior en 1719. La experiencia obtenida en estos combates fue muy importante para
el diseño y fortificación de la ría ferrolana, sobre todo en los aspectos del conocimiento de las
cualidades de los navíos y capacidades para los desembarcos de tropas y su armamento para el
ataque a las fortificaciones costeras (Rodríguez-Villasante, J. 2002 y Casado Soto, J. 2002). Ver
el Resumen de Tipologías (modelos) academias de ingeniería naval y militar en anexo I.
La gran reconstrucción dieciochesca
El gran impulso, como se adelantó en anterior epígrafe, fue a partir de 1726 durante el
segundo reinado de Felipe V, cuando el ministro José Patiño decidió convertir a Ferrol en capital de uno de los tres Departamentos Marítimos del litoral español. Así, con esta resolución, se
creaba el primer Arsenal para el Departamento del Norte en La Graña y se elaboraba un plan
defensivo. Comenzaba entonces un estudio de la rada de Ferrol y los puntos más idóneos para
mejorar la fortificación, teniendo en cuenta la amenaza de los numerosos buques con mayor
potencial artillero, contando hasta tres cubiertas con cañones y cierta posibilidad de efectuar
desembarcos de fuerzas expedicionarias (remitimos al informe de las “Defensas Costeras” y
al apartado anterior para mayor detalle de la situación geoestratégica, táctica y logística). Ver
plano n 8 y 9, Anexo II B.
El Ingeniero Director de las obras de Galicia Francisco Montiagu fue el encargado de planificar la reforma de los fuertes existentes, pues se consideró que era muy buena su disposición
para controlar la boca de la Ría. Montiagu propuso probablemente el proyecto de ampliación
del antiguo fuerte de S. Felipe, hacia 1729, con dos baterías laterales: una de cinco troneras
hacia el interior de la ría y otra en forma angular con otros cinco cañoneras para el lado oeste
y tres para el sur; además de un pequeño flanqueo de la cortina de tierra con muros aspillados.
Esta obra no llegó a realizarse pero nos indica ya un primer análisis de tipo estratégico y orgánico del conjunto, así como un planteamiento táctico y logístico, aunque era muy corto para la
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amenaza previsible (Referencia planos históricos en anexo II B con nº 11, Archivo General de
Simancas M.P. y D-XXV-14).
En 1730 Montiagu fue relevado como ingeniero jefe de la comisión en Ferrol por Juan
de la Ferriere que iniciaba los nuevos proyectos para una gran ampliación de San Felipe, considerado ya como el lugar de mayor importancia y desarrollando posiblemente
algunas ideas de Montiagu (Plano nº 10
Archivo General de Simancas, M.P. y
D. VI-97). Así, el 23 de abril de 1731,
firmaba un plano que marcaba las nuevas líneas que debían establecerse “para
la seguridad del puerto” desde este castillo (Ref. planos históricos en anexo
II B nº 12, Archivo General de Simancas M.P. y D-VI-98) y la edificación de
otras “baterías colaterales exteriores”.
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Este plano fue enviado con oficio de la misma fecha a la Corte para su aprobación, junto con
otros que determinaban las necesidades de cañones y artilleros y el coste de la fortificación
nueva.
Juan de la Ferriere parece que tenía en cuenta un análisis de la nueva funcionalidad
defensiva ante los buques de mayor poder artillero y posibles desembarcos, incluso de la determinación de los elementos logísticos propios para desarrollar un plan defensivo a base de
una artillería que debía igualar, por lo menos, la de los buques atacantes y el acoso por tierra,
fiándose de la eficacia de cañones de “a 24” para la mayor parte de la batería (Ref. Anexo II A
documentos 7 al 13 y Material artillería, anexo III). Aplicaba entonces toda su experiencia e
interpretación de la tecnología que se estaba consolidando en el entorno de la Real Academia
de Matemáticas del Ejército (Barcelona) que era la fusión de los estudios de todas las “Escuelas
de la Monarquía Hispánica” y ciertas aportaciones de las francesas y holandesas. Esta fortificación abaluartada, con atenazamiento hacia el exterior, aplicaba ya sus “máximas” y modelos
académicos en función de los condicionantes del terreno y la posibilidad de ejecución, incluso
la financiera, como se comprueba en nuestro caso. De nuevo remitimos al anexo I de “Tipologías: modelos de ingeniería naval militar” y al IV de Bibliografía, citada anteriormente para
una mayor información general.
El proyecto de 23 de abril de J. de la Ferriere respetaba el castillo antiguo del s. XVI, al
que le serían añadidos dos baluartes, parecidos al diseño anterior de F. Montiagu, pero diseñaba una gran obra hacia la zona terrestre y otra a la mar por el poniente. Esto era el intento
de materializar la necesaria defensa hacia la montaña dominante, con una “obra accidental”
avanzada delante de la cortina y baluartes (“obras esenciales”) del pequeño castillo (antiguo);
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pero también una batería con más de 20 cañones que necesitaban una línea de 80 metros
aproximadamente, además de artillar posiblemente otra a mayor altura. Así, el frente de tierra
lo trazaba con un gran hornabeque sencillo (dos semibaluartes flanqueando la cortina) con
su gran revellín y glacis, así como en su interior situaba una gran plaza con las edificaciones
logísticas y en su gola (al sur) estaría unido a la vieja fortificación con los citados baluartes y
sendas lunetas hacia levante y poniente. Trazaba también la gran batería artillera baja a “flor
de agua” al poniente y la unía al camino cubierto del foso (cara oeste del hornabeque) con una
gran caponera, salvando así el enorme desnivel del terreno. No se planteaba la “simetría” total
de la fortificación, infravalorando el “revés” (hacia el interior de la ría), ni resolvía totalmente
la “incomodidad”, al estar dominado por las cercanas alturas, aunque apunta ya ciertas soluciones parciales y, en todo caso, se pretendía obtener una gran “firmeza” por su construcción en
cantería granítica y bóvedas a “prueba de bomba”. Con este proyecto estaba haciendo una gran
aportación a la ingeniería militar de su época, ya que aproximaba enormemente el hornabeque
al castillo, haciendo una composición novedosa para una gran batería colateral que sustituiría
realmente al concepto del castillo antiguo (“fuerte a la mar”) que tenía entonces 12 cañones de
pequeño calibre y todos considerados como inútiles.
Este proyecto era aprobado por la Corona el 8 de abril de 1731 con oficio del Secretario
(Ministro) José Patiño el 20 de mayo, comenzando las obras inmediatamente (Anexo II A.
Documento. 14). A partir de esta fecha tenemos una gran información de la evolución de las
obras por sus planos de 17 de julio (planta y perfil) y de 24 del mismo mes (Anexo II B planos
históricos del Archivo General de Simancas: M. P. y D.-XXV-13, nº 14; M.P. y D.-XXIV-21,
nº 13 y M.P y D-XXIV-23, nº 15). Se realizaban entonces las cimentaciones, incluidos los
grandes movimientos de tierra y cantería de granito para terraplenar los distintos niveles. En
25 de septiembre (plano histórico del anexo II B nº 16, Archivo General de Simancas M.P. y
D. XII-44) se había realizado gran parte de la batería de poniente (curva y ángulo sur), pero sus
perfiles nos indican que llegaba solamente a la cota del adarve, sin realizarse este remate, y todo
asentado sobre la roca en bajamar con escollera exterior. En 1732 se continuaba consolidando
los distintos niveles, según planos de 1 de enero, se llegaba a la cimentación de la caponera de
poniente sobre el 22 de julio y se proyectaba la caponera de levante (ver planos históricos: nº
17 de Archivo General de Simancas M.P. y D.-XXV-12 y nº 18, M.P. y D. XXIV-16). En 1733
se realizaba un fuerte avance de las obras: el 1 de septiembre Juan de la Ferriere presentaba
la puerta del Castillo (plano histórico anexo II B nº 19, Archivo General de Simancas M.P. y
D. VI-96) y al mes siguiente se dibujaba la planta y perfil de lo realizado que era la caponera
y el frente exterior con el foso, camino cubierto y revellín, también con sus muros escarpados
y terraplenes, todo firmado de 13 de octubre (ver planos y perfiles Anexo II B nº 20, Archivo
General de Simancas M.P. y D. XXI-34, nº 21 M.P. y D. XII-45). Estas obras continuaban
con menor intensidad en el año siguiente de 1734 en que se remata gran parte de la batería de
poniente y las caponeras (ver Anexo II B plano histórico nº 22 Archivo General de Simancas
M.P. y D. XXIV-20).
Por supuesto que estos años de la dirección de Juan de la Ferriere se producían gran
cantidad de problemas que conocemos en la abundante documentación escrita (ver anexo II A
doc. escritos nº 15 al 58): gestiones para artillar el castillo con cierta urgencia y necesidad de
operarios (maestros y peones) que se compartían con las obras en el arsenal de La Graña y el
castillo de La Palma; dificultades para cortar las faldas del monte para hacer la gran batería;
contratación por asiento con Domingo Núñez y otros empresarios catalanes que reducían el pre-
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cio de la obra. Cuestiones estas en las que
intervenía el Intendente Bernardino Freire
por su responsabilidad de gestión en el Departamento de Marina que financiaba gran
parte de la construcción, concretamente la
batería baja.
En esta época, auxiliaron a Juan de la
Feriere los ingenieros José Reinaldi, Diego
Pandorgy y Juan Focault.
En marzo de 1735 se hacía cargo de
las obras el ingeniero Juan Vergel, formado
en la Real Academia de Matemáticas del
Ejercito (Barcelona) y con dedicación prioritaria al remate de las obras del Castillo de
S. Felipe. De manera que, con fecha 20 de
julio, remitía el oficio y plano de las objeciones que propiciaron algunos cambios
en el diseño y construcción de las baterías
de poniente, también la de levante con su
caponera (ver plano histórico en anexo II
25
B, nº 23 Archivo General de Simancas M.P. y D. XXIV-22 y anexo II A, documentos escritos
nº 51 al 55). Con este proyecto se avanzaba más aún en la idea de integrar el hornabeque en
el cuerpo del castillo-batería, pasando a ser realmente una obra de tipo “esencial” y, en todo
caso, una novedosa aportación para utilizar el hornabeque con doble función: táctica, como era
su tipo original, y logística, como entonces se utilizaría, incluyendo las obras “accesorias” de
la fortificación (cuarteles, almacenes, cisterna), también con las caponeras, puertas, puentes,
garitas etc. Se consolidaba entonces un nuevo modelo académico.
Estas reformas de Vergel quedaron bien documentadas en la colección de planos que
firmaba y remitía el 14 de septiembre (ver planos históricos anexo II B, nº 24 Archivo General de Simancas, M.P. y D. XII-42, nº 25 M.P. y D. XXI-30, nº 26 M.P. y D. XXI-31, nº 27
M.P. y D. XXI-32, nº 28 M.P. y D. XII-40 y nº 29 M.P. y D. XII-41) y otros dibujos de 20 de
diciembre, sin firma (ver planos históricos anexo II B, nº 32 Archivo General de Simancas
M.P. y D. LXII-12, nº 30 M.P. y D. LXII-10 y nº 31 M. P. y D. LXII-11). Entonces estaban
levantados los muros de las baterías y la caponera de levante con las líneas defensivas que
hoy aún se aprecian, incluido el frente exterior de tierra; también se iniciaban los cimientos
del hornabeque con cierta dificultad y, al comenzar el invierno, las primeras hiladas de los
muros. Por estos planos se aprecia muy bien el estado de las obras con unos magníficos
dibujos de perfil (norte-sur) que aún dibujan en amarillo (proyecto) estas fábricas y otros
parciales de las caponeras y algún detalle de ornamentación como los remates de la puerta
del rastrillo (caponera de levante).
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Durante el año 1736 y todo el siguiente continuaban las obras, al mismo tiempo que se
hacia la obtención del armamento para el castillo y su munición, iniciada su previsión el año
anterior con dificultades y apoyándose en la Armada (cañones de “a 24” de Marina. Ver material
artillería en anexo III); pero lo más importante era la decisión de “aumentar la batería alta” en
la zona de poniente para mejorar la defensa de la entrada de la ría. Entonces había nuevos contratos con el asentista de la obra Antonio Vázquez, en los que se fijaba el precio de la cantería,
mampostería, madera, plomo etc.
Debemos recoger aquí que el castillo, según se terminaban las obras parciales, se estaba
artillando: en 1736 se habían montado ya 72 cañones de a 24 y 8 de a 18 (Ver anexo III de material artillería), también fue el caso de la caponera de la izquierda (levante), ante la peligrosidad
de una acción por esta parte más expuesta. En aquel año se estaban distribuyendo los espacios
interiores de acuerdo con los proyectos: almacenes de pólvora, acuartelamientos etc, lo que
suponía lógicamente la previsión de los materiales para cerrar sus cubiertas con bóvedas que
serían de ladrillo; así se calculó una obtención de 600 millares de estos, cuyos primeros envíos
se recibieron en 30 de octubre de 1737, la mayoría procedentes de Málaga.
Esta situación, de simultanear la construcción con el cumplimiento de la orden de poner en defensa el castillo, producía grandes problemas, sobre todo con el almacenamiento de
pólvoras en el recinto, estudiándose su distribución en otros lugares y tratando de resolver
algunos problemas de la organización militar entre el Ejercito de Tierra y la Armada, incluidos
los aportes de caudales de las Secretarías (Ministerios) de Guerra y Marina, lo que finalmente
se determinó con el mando del “General de Tierra” y ciertas contribuciones de caudales del
Ministro de Hacienda.
Esta gran obra necesitaba de un control administrativo importante, por lo que se destinó
personal del Cuerpo del Ministerio (intendentes) que colaboraban con los ingenieros y controlan los materiales y pagos; tal es el caso de los Comisarios, como Pedro Oarrichena Borda,
que informa continuamente de los estados de las obras y de su liquidación a los proveedores y
asentistas. Sobre estas acciones logísticas durante la construcción pueden consultarse las referencias de los documentos escritos del anexo II A, con numeración del 55 al 117.
Todos estos datos y los planos que se levantan en 1736 y 1737, concretamente los firmados el 1 de diciembre por Juan Vergel, nos dan una idea del avance de las obras del castillo
(ver referencia Anexo II B planos históricos nº 33, Servicio Geográfico del Ejercito Gal 109;
nº 37, Archivo General de Simancas M.P. y D. XIV-95, nº 36; M. P. y D. XIV-94; nº 38, M.P.
y D. XIV-96; nº 35, M.P. y D. XIV 93; nº 34, M.P. y D. XIV-92). En esta fecha estaba hecho el
primer cuerpo del pabellón de oficiales y parte del hornabeque, casi hasta el inicio de las bóvedas, así como las modificaciones de las cubiertas, ventanales y el cierre superior del gran aljibe
que se había practicado bajo la gran plaza, en la gola del hornabeque. El perfil (corte norte-sur),
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desde el glacis al espaldón y la mar, nos demuestra el avance de la obra que ya había salvado
los desniveles para iniciar sus murallas hasta una altura de unos tres metros en algunos lugares,
también apreciadas en los alzados del frente del hornabeque, incluidos los semibaluartes. En
fin, el plano general (planta) de aquel 1 de diciembre de 1737 nos indica el gran avance de las
obras que, en resumen, ya eran útiles militarmente en el frente exterior, en toda la batería baja
(poniente, sur y levante), batería alta y caponeras de ambos lados (el artillado continuaba con
80 cañones); pero parcialmente en el hornabeque.
Se habían iniciado también las obras proyectadas de los espaldones que eran imprescindibles para proteger a los artilleros de los “fuegos cruzados” desde la mar y la montaña, de manera
que las dos baterías de poniente ya disponían de estas obras y estaba en proyecto la del ángulo
sur (batería baja), así como las diseñadas para ser construidas sobre las caponeras laterales que
unían el hornabeque con las baterías bajas. Se habían proyectado entonces otras dos caponeras
en los laterales del glacis central para flanquear las campañas del oeste y este, las que arrancaban del camino cubierto del foso en ambas esquinas, frente a los ángulos capitales.
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Se puede afirmar que en 1738 el castillo estaba prácticamente diseñado en su totalidad y
las obras muy avanzadas, cesando la dirección de Juan Vergel que había sido auxiliado por otros
ingenieros: José Santos, Miguel Roncali y Antonio Córdoba. A partir de entonces se producía
una serie de intervenciones de nuevos ingenieros para rematar las obras y hacer pequeñas modificaciones que se describen a continuación, comentando también los problemas de la ejecución
material de los proyectos y el artillado de las baterías que, al fin, eran el objetivo prioritario
para rematar la fortificación.
El final de las obras y los juicios críticos
Pedro Daubeterre firmaba un plano en 10 de febrero de 1738 que nos presenta el perfil
“que pasa a 20 toesas (38,98 metros) distante del glacis de la derecha” y otro dibujo de aquel
mismo mes con otro “perfil que pasa por la capital de la “plaza de armas...hacia la montaña”
(ver anexo II B planos históricos, nº 39 Archivo General de Simancas M.P. y D. XVII-55 y nº
40 M.P. y D. XXVII-56). De 1739, el 22 de julio, es otro plano de José Crane (nº 43 Archivo
General de Simancas M.P. y D. XVII-63) que proyectó una reforma del revellín con troneras
(“plaza de armas”). Todo esto nos indica la preocupación por el dominio de la zona polémica
y la valoración de las obras externas hacia la “campaña” (glacis), siempre conscientes de estar
con cierta “incomodidad” por las cotas próximas del monte dominante. Entonces, como hemos
apuntado, el castillo estaba bastante edificado y se remataban ya las zonas de los adarves con
sus parapetos de troneras o cortina “a barbeta”, tanto en el frente de tierra como en las baterías
a la mar; lo que exigía una concreción final de las obras para el emplazamiento de los cañones
y otras piezas de artillería. Por tanto, los ingenieros estaban atentos a la evolución de estas
armas, tanto en la eficacia del tiro como en las exigencias de sus cureñas, pertrechos, cargas
de pólvora y municiones.
Hasta 1743 la artillería del ejercito de tierra se regía básicamente por antiguas ordenanzas,
admitiendo una gran variedad de piezas distintas en sus formas y materiales, calibres, longitudes etc, aunque las más empleadas eran las de una primera normalización de los cañones en
1609 (Cristóbal Lechuga, 1611) que regulaba los tipos que debían emplazarse en los castillos:
cañón de batería de 40 libras de bala, medio cañón de 24 libras, cuanto cañón de 10 libras y
los primeros morteros que no eran de bombas, sino mezclas incendiarias; pero durante el resto
del siglo XVII se fue generalizando el uso de los proyectiles de bomba y los primeros tipos
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de obuses para sustituir a los cañones, determinando también las cargas de pólvora para las
distintas piezas artilleras.
Por otra parte, la Marina tampoco había realizado una verdadera normalización de su
armamento a bordo de los buques, hasta que en 1728 se iniciaba una reglamentación que sería
aplicada lentamente, dada la existencia de muchas de estas armas y teniendo en cuenta que
estos cañones tendrían una cierta aplicación en las baterías de tierra, como ya hemos comentado, por su intercambiabilidad entre navíos y castillo, siendo los de “a 24” quizá la referencia más importante. Así pues, hacia la mitad del siglo se procedía a ordenar los sistemas de
armas, repercutiendo estas variaciones en las obras de fortificación, considerando también las
características de los cañones de campaña de la fuerza que atacaría los castillos por tierra, así
como los de tipo naval, incluidos los de nuestros previsibles enemigos ingleses y franceses. El
caso es que, en 1743, el Ejercito de Tierra copiaba de Francia el sistema Valliére con cañones
de cinco calibres diferentes (24, 16, 12, 8 y 4) y morteros (12/8 pulgadas), minimizando los
obuses y desapareciendo la distinción entre piezas de campaña y de batería (castillos y plazas),
salvo el tipo de cureña lógicamente, conservando la utilización del tipo de marina (madera y
cuatro ruedas) para las baterías en tierra. Los buques de la Real Armada hacían también una
normalización parecida en 1752 con pequeñas reformas en 1765.
Las normalizaciones posteriores, de 1783, con nueva ordenanza, conocida como de Morla
para el Ejercito de Tierra (Morla, Tomás Edic. facsímil, 1993) y otra del mismo año para la
Real Armada, no tendrían influencia prácticamente para el diseño y construcción del castillo de
S. Felipe, aunque si produjeron algunas pequeñas adaptaciones en las baterías (normalización
con cañones de a 24, 16 y 12 libras, obuses de 8 pulgadas y morteros de 12, 10 y 8 pulgadas).
Otro tanto podemos decir de los cañones recamados a partir de 1792 y 1798, porque se realizaron pruebas de estos tipos precisamente en Ferrol (1793), determinando los distintos alcances
efectivos con los diferentes grados de elevación y los tipos de carga de pólvora y municiones
(Rovira Francisco X. 1785; Ciscar, Gabriel. 1795 y 1829, Fernández Núñez, Pedro.1990)
Todos estos datos de la artillería, incluso el estudio de los tiros de “rebote”, tenían gran
importancia para diseñar entonces y comprender ahora la disposición de las troneras y parapetos
en las baterías bajas y alta respectivamente, tal y como se comprueba en los planos y perfiles
de las construcciones; más aún teniendo en cuenta que las reformas del castillo en el siglo XIX
nos han dejado muy modificadas las citadas troneras y parapetos. Así pues debemos considerar
ciertas medidas originales en correlación con el tipo de cureña; por ejemplo la altura que se
ajustaría a la base de la tronera y parapeto, siendo una de cañón de “a 24” de 4 pies (1,2 metros
aproximadamente).
Para estos temas remitimos a los datos y figuras del anexo III, con resumen del material
de artillería.
En estas terminaciones de las obras tenían gran poder condicionante los problemas que
planteaban los materiales disponibles y el sistema de asiento de los contratistas, ambos siempre
relacionados y que alargaron el tiempo de ejecución de los proyectos: si las condiciones del
“maestro arquitecto” Vázquez Seijas producían ciertos contratiempos, más fueron las del estudio y controversias para el empleo de diferentes materiales para el cerramiento de las bóvedas
(“macizos de los huecos de las formaletas...”), de manera que Juan Vergel trataba de solucionar
el problema del alto coste de ladrillos de Málaga con alternativas de “rajuela” o incluso de “piedra labrada”, en todo caso “revocadas con una capa de argamasa de media pulgada de grueso,
compuesta por cal, polvo de teja o ladrillo y escorias de hierro”. En 1738, por orden de la Real
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Junta de Fortificaciones, Vergel reconocía las calidades de los ladrillos de la zona de La Coruña
que desechaba y luego los de Padrón, donde también acudía el ingeniero Fulgencio Jiménez.
Existe un informe final de Pedro Daubeterre que fijaba calidades y precios, lo que produjo la
decisión de la Junta de Fortificación a favor de la fábrica de Padrón por su buena calidad, pero
con las medidas del de Málaga; no obstante se hacían pruebas para comprobar su clase que
realizaba Juan Vergel, teniendo en cuenta también la posibilidad de fabricarlos en Cortiñan
(Betanzos), lo que suponía menos coste y llegando a obtener mejor calidad luego que los de
Padrón. Aún así se producía un gran debate por la utilización de estos materiales, interviniendo
otros ingenieros de mayor empleo como José Crane y hasta el jefe superior en la Capitanía
General de La Coruña, Carlos Desnaux, quien ordenaba finalmente la vuelta a la utilización de
cantería de granito para el cerramiento de las 26 bóvedas que aún estaban pendientes de hacer,
dejando las de ladrillos para algunos almacenes secundarios de víveres y pertrechos (ver anexo
II A, documentos escritos, nº 118 a 313).
Además de estos problemas técnicos, debemos reseñar los de tipo financiero, por la falta
de caudales en algunos años, llegando a situaciones de total parada en las obras por el asentista
y también por otros problemas de personal, documentándose una deuda que llegaba a 90.000
reales de vellón en 1739. Estos problemas se irían solucionando poco a poco y, por tanto, retrasándose las obras, pero siempre con repetidas deudas y las consiguientes interrupciones de
las obras, aún existiendo ciertas amenazas de ataques ingleses, como las de los años 1739 y
1745.
Al iniciarse la década de los años cuarenta ya estaban cerradas las bóvedas del hornabeque
y terminadas la mayoría de las obras principales, en las que habían intervenido Vergel y otros
ingenieros subalternos: Tomás Montojo y Fulgencio Jiménez.
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En 1752 el ingeniero Francisco Llobet, al mando en Ferrol, firma un plano (1 de marzo)
donde se comprueba el estado de las obras, destacando los trabajos de remate de la caponera
de levante y el camino cubierto del lado este, delante del hornabeque (ver anexo II B, planos
históricos nº 45 Archivo General de Simancas M.P. y D. XX-100). El Castillo estaría prácticamente terminado. Poco después, en 1756, se está trabajando en el entorno del castillo, mejorando teóricamente su glacis y reconociendo las casas de la aldea contigua (lado del nordeste),
donde después se pensaban establecer la “casa-habitación para la dotación del bote de servicio
del castillo”, en 1772, según plano de Baltasar Ricaud de 24 de febrero (ver anexo II B planos
históricos nº 53 Archivo General de Simancas M.P. y D. XIV-113). También se hacia un proyecto sobre la casa del Gobernador en el mismo año y por el mismo ingeniero (ver anexo II B
planos históricos nº 50. Archivo Instituto Histórico y Cultura Militar, C-13-16).
Continuaba el ingeniero Miguel Hermosilla con otro proyecto (31-diciembre 1772) realizando sus obras en la casa del gobernador (zona del castillo antiguo) y al año siguiente otro para
la casa del “piloto-práctico” de la embarcación (17-agosto 1773), lo que nos permite conocer
de nuevo el entorno de la caponera de levante (ver anexo II B planos históricos nº 54 Archivo
Instituto Historia y Cultura Militar C-13-4 y nº 55 del mismo archivo C-13-19).
De aquel mismo año de 1772 son dos planos que nos indican la construcción del brocal
del pozo (sobre el aljibe) y las garitas que coinciden exactamente con los diseños que publicó
Sánchez Taramas, M. (1768) en el seno de la Academia de Barcelona (Anexo II B planos históricos nº 51, Archivo Instituto Historia y Cultura Militarl. C-13-1).
También se conserva el plano y alzado de la capilla, por Hermosilla, en la misma fecha,
indicándonos así que las obras estaban ya casi terminadas con sus remates finales (Anexo II B
planos históricos nº 52. Archivo Instituto de Historia y Cultura Militar. C-13-21).
Un plano muy interesante es el que realizó también Miguel Hermosilla en 31 de diciembre
de 1774 por su importante descripción, ya muy completa, del castillo de San Felipe; aunque no
era para la ejecución de obras, nos permite conocer su estado en el último cuarto del siglo XVIII,
incluso todo su glacis con la captación de aguas; es más, por su contenido que incluye perfiles
y plantas (con sistemas de pestañas) fue uno de los que se llevaron a Francia en tiempos de la
ocupación de 1809, estando actualmente en Paris, (ver anexo II B planos históricos nº 56 Archive
du Genie Cartón 1. Pieza 10/2). Este tipo de información por planos de los ingenieros nos permite
conocer finalmente también el estado del castillo en 20 de junio de 1792, con la firma del ingeniero
Juan Bautista Meric que es muy completo y dibuja todo el glacis y monte, dándonos así una visión
de conjunto al terminar el siglo XVIII (ver anexo II B planos históricos nº 58 Archivo Instituto
Historia y Cultura Militar C-13-28)
Otro documento importante es el dibujo de las “anclas de una uña y su baliza y cadena”
que servían para asegurar la cadena de cierre de la ría y que nos facilita la comprensión de este
aparato que se fijó debajo de la batería de poniente en combinación con otra igual en el castillo
de San Martín (ver anexo II B planos históricos, nº 46 Archivo General de Simancas M.P. y
D. XV-60).
Estos datos, tomados de oficios y planos históricos, se pueden completar con los informes
descriptivos y críticos, incluso con propuestas, que se emitieron por los ingenieros que inspeccionaban la fortificación en diferentes ocasiones, dándonos así una visión importante de los valores y
defectos de esta construcción. Nos referimos seguidamente a los más importantes conservados:
En 1752, Francisco Llobet, y en 1754, Miguel Marín, hacían las iniciales valoraciones tácticas de este conjunto de fortificaciones (anexo II A, documentos escritos nº 341-343 y 320-321).
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El 5 de octubre de 1756, Francisco Llobet, en un largo informe sobre las fortificaciones de
Galicia, dedicaba unos párrafos al Castillo de San Felipe (anexo II A, documentos escritos nº 358):
nos dice de sus 70 cañones a “flor de agua”, 24 en la batería alta y 8 en la parte antigua, “cuyos
fuegos y los interiores se dirigen a diversos puntos y cursos de la ría”; define también la función
del hornabeque y las caponeras, resaltando el concepto de protección de los espaldones, además
de sus instalaciones logísticas internas. Llobet comentaba la gran ventaja de “que para apoderarse
de él un enemigo necesitaba hacerle sitio formal, operación larga y dificultosa por la inseguridad e
insubsistencia de su campamento, costoso desembarco, transporte y colocación de su artillería...”
(sic) reparando que las fuerzas navales adversarias estarían en “demora peligrosa” en la ensenada
de Cariño. Razonaba Llobet la idoneidad de la batería alta y baja en su posición relativa a la proa
de los navíos que se acercasen, así como resaltaba la idoneidad de las enfilaciones o sectores de
tiro frente al curso de los navíos que estarían muy condicionados por los vientos y corrientes en
su maniobra; todo ello en relación con los otros castillos de la orilla sur. En resumen, razona la
buena combinación de los elemento arquitectónicos y sus particularidades funcionales, bien distribuidas en el entorno geográfico, lo que supondría, como se verá, un gran valor disuasorio que
se percibe también con su amenazante estructura, sobre todo desde la mar.
Otros comentarios similares se encuentran en la documentación general de las “Defensas Costeras de Ferrol” que se han publicado como informe de este subconjunto (Rodríguez-
Villasante, 2008).
Por otra parte, quizá, es más destacable la contribución de San Felipe al rechazo del pretendido golpe de mano inglés en el 25 de agosto de 1800; entonces se pudo comprobar, efectivamente, la perfección del diseño estratégico y de ingeniería militar disuasoria y defensiva para la
costa ferrolana: una gran escuadra y un ejército expedicionario, cifrado en unos 15.000 hombres,
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a las órdenes del general Pultney, desembarcaba en las playas de Doniños y San Jorge con el
objetivo de arrasar el Arsenal de Ferrol. Ésta acción era el fruto de un nuevo planemiento de
ataque inglés, posterior a las campañas de espionaje del ingeniero Hugh Debbieg y su informe
“Remarks upon the Harbour of Ferrol...” en 1767 y 1768 (anexo II A documentos escritos nº
359). Entonces se optó por no forzar la boca de la ría, ni el desembarco en Ares, haciendo un
asalto por el norte y bajando de los altos de Brión hasta el Castillo de San Felipe el 26 de agosto. Este castillo, por su buena disposición y a pesar de contar con escaso personal y artillería,
también con el apoyo del castillo de La Palma y buques fondeados en esta zona, rechazaron el
ataque y la batalla terminó con la retirada del ejército inglés derrotado (González-Llanos, S.
2000 y Ramos Arda, R. 2000)
En 1804, el ingeniero Miguel Hermosilla hacía el oportuno informe y comentarios de
este castillo de San Felipe, cumplimentando una Real Orden de 31 de agosto, para reconocer
el estado de toda la fortificación costera gallega, ante otros posible ataques (ver anexo II A
documentos escritos nº 360). Hermosilla lo califica inicialmente de “puesto respetable, así por
su magnitud, como por que puede montar 145 cañones, los 109 repartidos por las baterías que
miran a la mar”. Hace también una descripción de sus elementos defensivos y aporta una serie
de datos como “juicio crítico” y apunta soluciones que nos dan una idea de su estado real,
aunque siempre destacando sus grandes valores. Todo esto nos permite ahora obtener una serie
de matizaciones sobre los detalles de la construcción; así comenta la mala calidad del “castillo
antiguo” y los problemas de ventilación y filtración de aguas pluviales que deberían corregirse
con apertura de “aspilleras”; la falta de estacada del camino cubierto que proponía sustituir
por un muro también “aspillerado” para fusilería, entre otras muchas ideas. Pero este informe
resalta también el valor de su disposición artillera, “pudiendo hacer fuego este castillo a cualquier buque que entre por la ría con los 100 cañones a un tiempo, mientras que él solo puede
corresponderle con las miras de proa”, luego añade que “aunque está dominado con mucha
proximidad, se halla remediado este defecto con abundantes y gruesos espaldones, teniendo
casi todos los edificios necesarios a prueba de bomba...”
En los textos citados se aprecia el valor excepcional de la fortificación, según el buen
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entender de los ingenieros contemporáneos, al final de una época que cerraba el sistema abaluartado y atenazado, ya que la artillería del siglo XIX planteaba nuevas amenazas y demandaba
soluciones diferentes: los cañones de retrocarga, anima rayada y proyectiles con mayor carga
explosiva, eran entonces parte de la revolución tecnológica e industrial; de manera que el castillo dieciochesco perdía valor táctico y, en parte estratégico, pasando entonces a un nuevo sistema defensivo más amplio y con fortificaciones que demandaban emplazamientos dominantes
en altura por el mayor alcance de los proyectiles artilleros. Pese a esta demanda, en la mitad del
siglo XIX, cuando los buques comenzaban a ser blindados en sus cascos y las maniobras eran
más precisas y fáciles por su propulsión mecánica, se decidió adaptar el castillo de San Felipe a
la nueva artillería con algunas modificaciones que apuntamos ahora. (Ver resumen de Tipologías
académicas de la ingeniería naval y militar, Anexo I y de Material de artillería Anexo III).
Las reformas decimonónicas y su pérdida de eficacia
En 1847 el ingeniero Rafael Balanzat reproducía los planos antiguos de Hermosilla (1773)
para el estudio previo (ver anexo II B, planos históricos nº 60, Archivo Instituto Historia y
Cultura Militar C-13-22) y al año siguiente otro similar de Sisto Ferrín y Casimiro Polanco
(ver anexo II B, planos históricos nº 61 Archivo Instituto Historia y Cultura Militar C-13-2).
Sobre este trabajo gráfico realizó el nuevo diseño de las reformas el ingeniero Enrique Montenegro que firma su proyecto el 1 de diciembre de 1860 (ver anexo II B, planos históricos nº
62 Archivo Instituto Historia y Cultura Militar C-13-23). Las obras se aprobaron y ejecutaron
con apreciable rapidez.
En 1862, el 13 de agosto, se levantó otro plano por José González Molade con las obras
ejecutadas, según el citado diseño de Montenegro: Se hacían casamatas sobre la batería baja de
poniente, modificando parte de los merlones y troneras, se levantaba una torre de observación y
dirección artillera en el ángulo sur, se modificaba el parapeto de la batería alta (poniente) y se
hacía llegar el foso en su lado oeste hasta la batería baja, penetrando en la roca y construyendo
unos arbotantes de sujeción; además se realizaban otras obras de menor volumen, como eran las
modificaciones de la mayoría de las troneras y los adarves para situar la nueva artillería sobre
sistemas mecánicos giratorios, incluso en las terrazas del hornabeque (ver anexo II B planos
históricos, nº 63, Archivo Instituto Historia y Cultura Militar c-13-24). Estas obras cambiaron
mucho las vistas parciales del castillo dieciochesco, repetimos, por la gran modificación de las
troneras, aunque quedan sus señales y vestigios.
En 1868, Gustavo Valdés levanta unos nuevos planos que son muy explicativos por su
planta, alzados y perfiles, recogiendo la obra efectuada y descrita (ver anexo II B, planos históricos nos 64, 65, 66 Archivo Intermedio Militar de Ferrol, Museo. Planero, Cajón 1). Otro
plano, también del mismo año (16 de septiembre) de Montenegro, dibuja los sectores de tiro
y los radios de acción de la artillería que controlaba la parte más estrecha de la boca de la ría
hacia las fortificaciones de S. Martín y La Palma (ver anexo planos históricos nº 69 Archivo
Intermedio Militar. Noroeste. Planero, Cajón 3). Otro tanto representa este ingeniero en la parte
de tierra con las cotas del monte y zonas polémicas que llegaban hasta el Vispón, la batería de
S. Carlos y la cota 240 aproximadamente por el lado norte, también en 1868 (ver anexo II B,
planos históricos nº 68 Archivo Instituto Historia y Cultura Militar c-12-17 y nº 67 Archivo
Instituto Historia y Cultura Militar c-12-18).
Otra reforma, aunque de pequeña incidencia en la obra, fue la de “poner en abrigo de un
golpe de mano” por la gola del castillo, según proyecto de Cipriano Díez Reliegos en 1873 (ver
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anexo II B planos históricos nº 70, Archivo Instituto Historia y Cultura Militar c-13-26).
Poca información tiene el croquis de las baterías que realizaron los espías franceses,
posiblemente en 1883, pero que parece interesante por la importancia que se daba aún a estas
instalaciones militares de Ferrol y su castillo de S. Felipe (ver anexo II B, planos históricos nº
71 Archive du Genie (París) Articulo 14 Cartón 2.Pieza 3.F-1). Los documentos de espionaje
francés de 1905 y 1910, tampoco aportan nuevos datos (anexo II A. Documentos 365 y 366).
Al final del siglo XIX se edificaba un almacén de artillería sobre el muro exterior del
camino cubierto del este (foso) del hornabeque, llegando por el norte hasta la caponera.
Terminamos esta referencia de la construcción fortificada, citando un plano de Carlos
Masquelet de 31 de octubre de 1904, en el que se proyectan las conduciones de aguas potables
y saneamientos, así como se dibujan los emplazamientos de los diferentes tipos de piezas de
artillería, sin variar prácticamente las formas de la fortificación citadas (ver anexo II B, planos
históricos nº 72 Archivo Intermedio Militar. Ferrol, Museo. Planero, Cajón 1).
Puede consultarse también el “Informe/base de datos” (CIEFORM) del castillo de San
Felipe en la Comisión Patrimonio Histórico Ferrol con su anexo 6.2.4.1. del “material portátil” (artillería) para mayor información y el resumen anexo III de este material de artillería
con las características de todo el armamento. Aunque la exigencias de tipo táctico (armas y su
emplazamiento) no se modificarían desde 1905, sí se intervenía en la logística del personal,
habitabilidad y servicio de aguas con proyectos y obras desde 1891 a 1909, así como reformas
posteriores (ver anexo II A, apéndice I y anexo II B, así como el anexo VI sobre logística y
servicio de aguas).
En la primera década del siglo XX el castillo de San Felipe perdía definitivamente su
función esencial defensiva, después de que se instalasen las baterías de mayor alcance y precisión en Montefaro desde 1886 y otras en Segaño y Sudova al principio del siglo XX, luego
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también completadas, hacia 1928, con las de Campelo, Prior, Prioriño y La Coruña (S. Pedro).
Se utilizaron entonces las dependencias del castillo como centro de reclusión para condenas de
la Justicia Militar, con especial repercusión en la Guerra Civil de 1936.
En abril de 1998 se realizaron algunas pequeñas obras de reforma, con la idea de utilizar
algunos espacios (interior del semibaluarte de levante y edificio central) para Archivo Judicial
del Tribunal Territorial IV, proyecto que nunca llegó a ser aprobado (ver anexo documento
histórico nº 367).
El día 31 de diciembre del año 2000 fue enajenado por el Ministerio de Defensa, siendo
adquirido en propiedad por el Ayuntamiento de Ferrol (ver anexo II A, documentos nº 368).
Con respecto al entorno debemos remarcar los datos históricos citados, en cuanto se
refiera a sus limitaciones a la construcción por seguridad del castillo y su zona polémica que
casi coincidían, por lo que no podría haber obstáculos para las líneas de tiro; no obstante, se
fue generando un pequeño núcleo de población desde el siglo XVIII en las cercanías de su
lado nordeste que se incrementaba por el camino de comunicación hacia La Graña por la parte
alta del Vispón (polvorín y cuartelillo). Esta aldea se fue consolidando en el siglo XIX y en la
actualidad es un tramo de carreteraa urbanizada con caserio que llega al limite del glacis.
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DEL ESTADO ACTUAL DEL CASTILLO Y
SU VALORACIÓN HISTÓRICA
En este capítulo se trata de hacer una descripción espacial; es decir, como está ahora el
castillo, en general y sus partes (zonas, elementos), incluyendo su valoración histórica (funcional, rememorativa, evolutiva y estética), así como su estado de conservación (integridad y
autenticidad). Esta descripción y análisis nos permite hacer una clasificación de los elementos
que son “esenciales” y “secundarios” para transmitir el “espíritu del lugar” y, por tanto, las
pautas para la protección de este bien cultural.
CONFIGURACIÓN GENERAL
El recinto fortificado de San Felipe, con una superficie de 23.500 metros cuadrados, presenta en su planta una forma parecida a una punta de flecha, una especie de “morro” que mira
a la mar, formado por las baterías que recorren la línea de costa sobre la que se asientan. El
hornabeque que defiende el frente de tierra hace realmente de núcleo central del castillo y le
dota de un cierta “simetría” que se acentúa por la presencia de las caponeras laterales. De esta
forma se cumple con la máxima de planta regular de los modelos académicos de la época.
Además de esta característica cumple el principio de “firmeza” que es la consistencia de
las fábricas con eficacia en la función defensiva y ofensiva, lograda por la sólida construcción
de cantería labrada de toda la obra. Pero la idea de “comodidad” no se consiguió totalmente
al verse amenazado por la gran altura de los montes cercanos, sobre el pequeño glacis, y el
enorme desnivel existente entre las cotas más altas del castillo y el nivel del mar, que fue lo
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que aconsejó el diseño inicial del hornabeque para salvarlo y la solución de situar dos largas
caponeras como elemento de unión entre el hornabeque y las baterías costeras que circundan
la fortificación.
Para poder describir y valorar históricamente el castillo con cierto detalle, distinguimos
cuatro zonas diferentes. Se señalan en el plano con distintos colores, según su función predominante.
• Baterías artilleras del frente de mar. (rosa)
• Frente defensivo de tierra. (azul)
• Obras exteriores. (verde)
• Instalaciones interiores de apoyo logístico. (amarillo)
Cada una de ellas está, a su vez, formada por distintos elementos que se detallarán en los
puntos sucesivos y que son:
•Baterías artilleras del frente de mar.
A) Batería del castillo antiguo.
B) Batería baja.
C) Batería alta.
•Frente defensivo de tierra.
D) Hornabeque.
E) Caponeras.
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•Obras exteriores.
F) Foso.
G) Camino cubierto.
H) Revellín.
I) Glacis y traida de aguas.
•Instalaciones interiores de apoyo logístico.
J) Plaza del hornabeque.
K) Casa del gobernador y jefes.
L) Pabellón de oficiales.
M) Puerta de acceso.
N) Almacén de pertrechos de artillería
En esta descripción parece lógico hacer primeramente una breve reseña del sistema constructivo que se conforma en general con sólidos muros de cantería y también con la utilización
de ladrillo en algunos lugares.
En este orden de ideas comentamos los siguientes datos sobre los tipos de muros, cubiertas y pavimentos:
• Los muros de sillería son generalmente de simple o doble cara ataluzados, a base sillares graníticos asentados, trabados y rejuntados con mortero de cal grasa y arena. Se
utilizaron en los lugares más expuestos de los frentes de mar y tierra .
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• Los muros de mampostería concertada careada son generalmente de aparejos graníticos
regulares y juntas de espesor constante, asentados, trabados y rejuntados con mortero de
cal grasa y arena. En muchos lugares se rellena su alma con argamasa de piedra ciclópea granítica y tierras, por ser zonas menos expuestas de los frentes de mar y tierra.
• Los muros de mampostería no concertada careada son generalmente de aparejos graníticos irregulares y juntas de espesor variable, asentados, trabados y rejuntados con
mortero de cal grasa y arena y también rellenos con argamasa de piedra ciclópea
granítica y tierras, siendo utilizados en los taludes interiores y algunos remates de las
construcciones.
• Los muros de cachotería granítica y esquistos son a base de mampuestos irregulares
con intercalado de piedras labradas y ripios, combinándose con potentes arcos ciegos
de descarga, para estabilidad, enlace y reparto de esfuerzos; también asentados, trabados y rejuntados con mortero de cal grasa y arena, siendo poco utilizados y en obras
interiores o de simple contención de los terreros.
El arranque de las cimentaciones se produce desde la propia roca natural a través de un
ensanchamiento o tacón más amplio que le sirve de base, escalona y adapta a la topografía que
condicionó la fortificación en todo el perímetro de la Batería Baja (línea de costa); se encuentra
defendida su base por una escollera formada por la propia roca y piedras ciclópeas graníticas.
Los muros presentan en algunas zonas huecos para paso, aspilleras de tiro y ventilación,
mechinales de evacuación de aguas, etc. Todos ellos se encuentran realizados en sillería espléndidamente labrada, (soleras, jambas, adintelamientos, arcos...) siendo tal la cantidad, variedad
y calidad de los mismos que nos remite a los tratados de estereometría y estereotomía de la
época, como el de Ginés Martínez de Aranda (facsímil de 1986) y otros que estudia Antonio
Bonet Correa en esta misma obra.
Las albardillas para la coronación en los muros están en función de su espesor y de los
elementos de su coronación; normalmente con la misma configuración que la composición del
muro. Se destacan especialmente las piezas de merlones y troneras, realizadas en sillería, con
soleras, jambas y derramas de una cuidada estereometría.
Las zonas cubiertas en edificaciones, pasos, casamatas, etc, son de dos tipos: las de fábrica y las realizadas con maderas, normalmente de roble o castaño. De estas ultimas, quitando
la cubierta del Pabellón de Oficiales, apenas alguna permanece en pie y no merecen especial
mención. Las de fábrica están resueltas a base de bóvedas de cañón. Se realizaron con dovelas
de sillares graníticos o doble rosca de ladrillo macizo a tizón, como es el caso de las casamatas. Los morteros de agarre y recubrimiento son a base de cales grasa y arenas y debido a las
filtraciones de agua presentan serias patologías con perdida y descomposición del mortero.
En cuanto a los pavimentos se pueden hacer las siguientes diferenciaciones:
En las dependencias y estancias interiores, los suelos de los niveles altos, eran de madera,
pero poco o nada queda de ellos. Por otra parte en la actualidad existen varios tipos de soleras.
Hay losas de granito labradas, tanto en espacios exteriores como interiores, algunas de ellas
recubiertas de mortero de cemento, hormigón o baldosas, como es el caso de algunas depen-
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dencias interiores, rampas, polvorín, parte alta del hornabeque, etc. Este enlosado de granito
permanece en bastante buen estado en adarves y caminos cubiertos. En las zonas de accesos al
castillo y en las áreas aterrazadas de las baterías aparece un pavimento de tierra compactada,
consolidado con chacotería, que en la actualidad se presenta más bien como un problema por
su mal estado de acabado y falta de pendientes en la evacuación de aguas.
En cuanto a la canalización de aguas (sistema hidráulico) debe resaltarse su importancia
en toda fortaleza, ya que podría quedar asediada y también por la recogida de pluviales; así
pues, existe en el castillo un complejo sistema hidráulico para la captación de agua potable y la
evacuación de las de lluvia. En la ladera Norte (monte dominante) y desde el regato que discurre
en torrentera por el Nordeste encontramos una construcción destinada a la captación de agua,
que se encauza por una canalización, en parte subterránea, realizada en sillería y mampostería
con pozos de decantación hasta el revellín y finalmente hasta el aljibe y servicios sanitarios,
cocinas, etc. (ver anexo VI logística y servicio de aguas). El aljibe también recibe el agua de
lluvia del patio de armas, por las pendientes en su pavimento.
Debido a la topografía y a las diferencias de nivel entre las distintas zonas del castillo,
existe una completa red de conducciones y canalizaciones, en parte ocultos y en parte superficiales que, a través de gárgolas, aliviaderos y mechinales evacuan el agua hasta el exterior.
Párrafo a parte debería de constituir el equipamiento fijo de tipo inmueble, tanto de los
sistemas de armas como de plataforma logística; pero no queda ninguno excepto los carriles de
la artillería del s. XIX. No obstante es imprescindible su conocimiento histórico que presentamos en el Anexo III (Material de artillería).
DESCRIPCIÓN Y VALORACIÓN HISTÓRICA DE LOS ELEMENTOS
(PARTES)
• Baterías artilleras del frente de mar.
A- Batería del castillo antiguo.
Se construyó durante el reinado de Felipe II con la función defensiva de la entrada de la
ría, junto con los castillos de La Palma y San Martín; pero en el S. XVIII se planificó su reforma
quedando como un destino secundario en la defensa.
En el perfil de la muralla no se distinguen marcas que puedan hacer sospechar la presencia
de un cordón magistral que aún no era preceptivo en aquella época del siglo XVI.
Los proyectos del S. XVIII lo respetaban bastante, pero en el siglo XIX se modificó su
parte oriental, eliminando las troneras existentes, por lo que solo queda en pie un trozo de su
muralla sur, en la que se abren cinco troneras, integradas en el castillo actual. La parte posterior
sirvió de apoyo a la gola del hornabeque y a la casa del gobernador e ingeniero. (Se describe
y valora en las obras de apoyo logístico, letra K).
También en el S. XIX se modificó la parte escarpada del este, sustituyendo la muralla
antigua redondeada por un muro recto para permitir el paso a los cañones de la época desde la
entrada principal del castillo hasta la batería baja.
No hay constancia de hechos históricos que merezcan su valoración rememorativa.
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En cuanto al criterio histórico-evolutivo debe tenerse en cuenta su escaso valor como
representación de la tipología académica del siglo XVI. No obstante, debe valorarse ya que es
el único vestigio de aquélla época. No tiene tampoco valor artístico.
El muro del poniente conservado se realizó en mampostería concertada careada con
simple ataluzado, siendo auténtico, al igual que su adarve del siglo XVI y parte de la puerta
de levante. La integridad de su forma primitiva está mermada por las modificaciones del siglo
XVIII y XIX.
Existe en esta zona un pequeño jardín, más bien vinculado a la Casa del Gobernador con
escasa autenticidad.
Por todos estos valores y su conservación parece lógico considerar esta batería como obra
“esencial”, facilitando la comprensión del lugar histórico.
B- Batería baja.
Su función fue la defensa de la posición frente a la artillería de los navíos enemigos que
pretendían entrar en el puerto. Esta función defensiva en el siglo XVIII se consiguió con gran
eficacia por su ubicación “a flor de agua” y por su capacidad para albergar 70 cañones, dispuestos a lo largo de toda la línea de costa.
Casi toda la batería se resolvía a merlones que formaban 60 troneras, excepto un tramo
recto por levante, donde se decidió que no era necesario el uso de merlones por la” imposibilidad de que un navío pueda darle el costado” y que, por tanto, se resolvió a barbeta.
No hay referencias rememorativas de ningún hecho importante en esta zona.
Pertenece a la tipología de “batería costera”; por lo que, como fortificación permanente, su
trazado consiste en una línea poligonal quebrada más o menos regular que se adapta al terreno
sobre el que se asienta.
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Estas trazas fueron muy estudiadas en el ámbito
académico de la ”Monarquía Hispánica”, donde se
definían la “batería baja” como la situada al nivel del
mar que debía estar artillada con cañones dispuestos
en troneras entre merlones y dotada de una amplia
plataforma interior o “adarve” para situar la artillería
y permitir el movimiento del personal.
En este caso se compone de un largo murallón
de 400 metros y escasa altura (5 m. de media sobre el
nivel del mar) que, para cubrir con sus trayectorias de
fuego todos los frentes, describe una línea quebrada
formada por:
1.Flanco de playa contigua por el oeste.
2.Línea curva que defiende la boca de la ría hasta el castillo de San Martín.
3.Pequeño tramo orientado al suroeste para cubrir el centro de la canal.
4.Tramo que cubre el sector sureste haciendo ángulo recto con el anterior.
5.Punta redondeada que cubre el interior de la ría cruzando sus fuegos con el castillo de
La Palma.
6.Tramo recto que, mirando al este, complementa sus fuegos con el anterior.
Sobre este muro se situaba la batería
propiamente dicha, con capacidad para 70
cañones dispuestos sobre un amplio adarve de entre 15 y 20 metros de ancho, y
46
protegidos por gruesos merlones que
separan las pequeñas troneras sobre
las que se asientan. En sus esquinas
presentaba cuatro pequeñas garitas
iguales de bella traza para abrigo y
defensa de los centinelas, que luego
se comentarán.
Su perfil responde también al
tipificado, distinguiéndose el cordón
magistral de su escarpa que señala el
nivel de las obras interiores del castillo.
Para proteger a los artilleros del tiro de enfilada o través, poseía cuatro espaldones en la
zona oeste, de los que sólo quedan dos, y otro en la punta redondeada que cubre el interior de
la ría. Los espaldones están perforados por arcos carpaneles para permitir el paso de armas y
personal.
Tras la parte de batería situada en el ángulo recto se dispusieron cuatro naves contiguas
intercomunicadas, formadas por bóvedas de cañón, destinadas a cuerpo de guardia y almacenes
de pertrechos y de pólvora para servicio de la batería baja.
47
Esta obra dieciochesca es una
buena muestra del diseño y construcción de las baterías, representando
fielmente la evolución de estos elementos defensivos al máximo nivel
de la ingeniería de su época.
En 1860, para adaptarse a las
necesidades defensivas de la época,
acordes con el desarrollo de nuevo
armamento, se proyectó la construcción en el flanco oeste de una zona
con casamatas, consistentes en cinco
naves intercomunicadas con bóvedas muy resistentes y con abocinadas ventana-troneras para instalar la
artillería. Junto a ellas se construyó
una torre-casamata de dos pisos con
48
capacidad para cuatro cañones y se modificó el cuerpo de guardia y los almacenes de pólvora
y pertrechos para instalar en ellos otros siete cañones. Todo ello ocasionó que se eliminara la
garita del ángulo saliente y los dos espaldones situados en la zona que pasaba a ser acasamatada,
se rebajaron los merlones del tramo recto orientado al oeste y se rellenó su adarve; también se
trasformó a barbeta la zona correspondiente al tramo recto sur para no estorbar el tiro desde las
nuevas zonas acasamatadas. En el resto de la batería se recrecieron los merlones para proteger
los nuevos cañones de mayor envergadura (cañones de retrocarga y ánima rayada). En la cantería de la explanada y en las casamatas pueden distinguirse las acanaladuras de los cañones
del S. XIX.
A finales de siglo sufría otra modificación con la construcción de cinco
troneras en la zona oriental que se había resuelto a barbeta inicialmente.
Todas estas obras del siglo XIX
son una adaptación muy elemental de
la antigua fortificación de la centuria
anterior, sin representar ningún valor
importante en su época.
La batería está construida sobre
la roca granítica de la costa, defendida
de las acciones marítimas por escollera
de piedra ciclópea de material granítico,
de manera que su cortina no estuviera
en contacto con el agua, lo que simplificó las obras necesarias. El muro está
ataluzado y formado por sillería bien
labrada con aristas bien vivas y colocado en hileras perfectas, calzadas al
menos un tercio y tomadas con mortero
de cal grasa y arena. El adarve también
está realizado con cantería bien labrada. Para poner a nivel el adarve fue necesario hacer toda
la excavación a fuerza de barrenas por lo que las obras se realizaban con gran lentitud.
Los espaldones están realizados con muro de mampostería no concertada hasta alcanzar
su altura y rematados con sillería en la formación de sus arranques y en los dinteles con arcos.
Cabe señalar la existencia de arcos de descarga que se observan sobre el adintelamiento.
Las casamatas se apoyan en la fábrica de la batería baja y se realizaron en diferentes tipos
de mampostería con sillería en esquinales, pasos y huecos. Se realizaron también abovedados
a prueba de bomba con ladrillo compacto.
Casi toda la construcción se realizó con piedra granítica de las canteras existentes en la
zona. Este material de gran calidad y solidez era trabajado por numerosos canteros que trabajaban en la obra y que eran aportados por los asentistas que tomaban las obras.
Por todos estos atributos de diseño, materiales y técnicas constructivas documentadas, se
puede afirmar que las obras conservadas son auténticas del siglo XVIII y XIX, excepto el murete del tramo sur, contiguo a la torre que tiene también un cerramiento de arcadas con ladrillo
y cemento, así como algunas tuberías de gres y una barandilla sobre el espaldón sur.
49
Al ser una obra de gran calidad
constructiva, su conservación es buena
en su estructura, aunque presenta algunas pérdidas de su integridad histórica
y ciertas patologías en su superficie. El
porcentaje de conservación es muy alto
aunque faltan los merlones contiguos por
el sur a la casamata y los de las troneras
del resto han sido recrecidas; así como la
pérdida de la garita de la esquina sur, un
relleno de tierra sobre el adarve y vegetación improcedente. Debido al mal funcionamiento de los aliviaderos del adarve se
producen problemas de filtraciones, empujes y lavado de juntas en los muros.
También presenta problemas por absorción de humedad por capilaridad desde el
arranque en base de muros. En su frente
de poniente presenta claras patologías de
exfoliación y pérdida de rejuntado. La
zona oriental presenta claras manchas de
suciedad, oscurecimiento y pérdida de su
color natural.
En esta batería baja cabe destacar
las cuatro garitas idénticas que existían
50
en sus esquinas, de las que sólo quedan tres, puesto que en el S. XIX se eliminó la que estaba
situada en el ángulo saliente del castillo, junto a la torre. Estas obras constituyen su gran valor
artístico por la proporción de sus medidas y ornamentación.
Las garitas fueron objeto de minucioso estudio académico. Las de este castillo se adaptan
con gran fidelidad al diseño que publicó Sánchez Taramas (Tratado de fortificación. 1768) que
predominó en el S. XVIII como ideal compositivo de la Real Academia de Matemáticas de
Barcelona y su entorno artístico y científico. Sus elementos, normalizados por los numerosos
trabajos de esta escuela, se distinguen con las formas siguientes:
- Culdelamp: ménsula que arranca de la muralla en una bola.
- Linterna: cuerpo hexagonal donde estaba el centinela.
- Chapitel: cúpula que la cubre, con remate en lo alto de una piña ó una bola.
Las proporciones de su perfil (linterna) siguen la relación 8/5, afín con la proporción del
número áureo (φ =1.618).
El labrado de la cantería de las garitas también se realizó según los precisos tratados del
corte de piedras (estereotomía), destacando las piezas que forman el chapitel y las aspilleras
de la linterna.
Las dovelas de los arcos de comunicación de las casamatas también presentan una estereotomía y estereometría de especial relevancia, debido a la desviación de la cruceta de sus
naves, siguiendo la orientación de la batería baja en esa zona.
Otros detalles a destacar en esta batería son los arcos carpaneles en los espaldones, así
como la cuidada red de canales para el alivio de pluviales.
Sobre la escollera de la batería, en el ángulo entrante sudoeste se pueden ver las anclas
que aguantaban la cadena de cierre del puerto y otra procedente de un navío (sumergidas generalmente).
Estos valores y su conservación demuestran un tipo de obra “esencial” para toda la batería
baja que trasmite el “espíritu del lugar” perfectamente como defensa artillera. Sería importante,
recuperar parcialmente algún tramo de las troneras y merlones del siglo XVIII, aunque tengan
un cierto mimetismo, pero didáctico. Podrían ser las desaparecidas de la zona oeste junto a las
casamatas.
C- Batería alta.
La funcionalidad de esta batería era la de formar, con la batería baja, un doble frente
artillado por el oeste que defendía la entrada de la ría. Tenía capacidad para unos 24 cañones,
desde los que se tiraba “a barbeta” que consiste en disparar por encima de un parapeto bajo que
defendía a la pieza pero no tanto a los sirvientes, aunque con gran ventaja para poder orientarla
hacia cualquier objetivo. Su función defensiva se veía completada por los ocho cañones que
estaban situados en las troneras del antiguo castillo del S. XVI, casi al mismo nivel.
No hay constancia de hechos históricos relevantes en esta zona.
La cortina de esta batería alta tiene una longitud de 100 metros y sigue las mismas líneas
que la batería baja por el lado oeste del castillo, distinguiéndose en su perfil la escarpa de 4 a 5
metros, con su cordón magistral y amplio adarve de unos 15 metros para la colocación de las
piezas artilleras. Detrás hay un gran espacio que funcionaría como glacis del camino cubierto
del foso, al oeste de la cara del hornabeque.
51
Sobre el adarve había cinco espaldones para proteger a los artilleros del
tiro de través desde la montaña, siendo
similares a los de la batería baja, o sea
perforados con arcos carpaneles y de
medio punto. Se comunica con la batería baja con dos escaleras de caracol.
En el S. XIX, la batería alta también tuvo que adaptarse a la artillería
de retrocarga, recreciéndose el parapeto,
debido al mayor tamaño de los nuevos
cañones, sobre todo en altura, ocultando
parte de la jamba oeste del espaldón, así
como modificando parte del adarve.
La batería se compone de un muro
de mampostería concertada y careada,
rematado en su parte superior por diferentes calidades de cantería. Al estar
situado a cierta altura y más expuesto a
las bombas enemigas, podía correr mayor peligro de derrumbamiento; para
evitarlo se agrandaron los espaldones
situados sobre el adarve de la batería
52
baja, de manera que hiciesen de
contrafuertes, a la vez que conservaban su función defensiva;
además de separar los muros de
manera que, si ocurría un derrumbamiento de alguna zona
de la batería alta, sus ruinas no
cayeran sobre los defensores de
la batería baja ni dificultasen sus
movimientos.
La construcción de esta batería se realizó con material granítico extraído de la excavación
del propio interior del castillo.
Para nivelar el adarve se usaron tierras, cubiertas por pavimento de piedra granítica. Se usaron
374 toesas³ de mampostería + 15776 pies² de sillería + 4736 pies² de pavimento de piedra según
Juan Vergel en 1736 (1 toesa = 1.949 m. y 1 pie = 0.2786 m).
Al no tener la calidad constructiva de la batería baja, su conservación es algo inferior
aunque se conserva en su totalidad con las citadas modificaciones del siglo XIX. Destaca la
gran suciedad de su lienzo, su rejuntado de mortero de cemento y la meteorización, debida a la
acción del viento y a la salinidad marina. Sólo quedan tres de los cinco espaldones construidos,
estando dos de ellos desmochados.
El adarve se encuentra cubierto de losas graníticas desniveladas y con pérdida de material
en juntas, lo que provoca filtraciones contra el trasdós del muro.
Contiguo al adarve se encuentra un terreno que actuaba de glacis del camino cubierto del foso en su parte oeste del hornabeque,
manteniendo su declive y vegetación de hierba,
aunque algo rebajado en su nivel y con pavimentación de cemento en su zona sur.
Podemos señalar que la integridad es
bastante alta con las excepciones citadas de los
desmoches de los espaldones y el hormigonado
del extremo sur, contiguo a la torre. En cuanto
a la autenticidad se aprecian los cambios en
el diseño, materiales y técnicas empleadas, no
dándose mimetismos.
Destacan las dos magníficas escaleras de
caracol que se construyeron para unir la batería
alta con la baja; estando situadas: la primera junto
a las naves del ángulo sur saliente y la segunda
de la caponera de poniente. Con respecto a estas
escaleras es preciso escribir que los libros de arquitectura de la época cuidaron mucho estos diseños, publicándose incluso tratados específicos de
53
famosos autores. El más completo es el de Ginés Martínez Aranda en cuyas trazas parecen basarse
estas escaleras del Castillo. En este libro, (editado en facsímil por el CEHOPU (1986), se describen
las monteas necesarias para construir hasta once tipos de escaleras de caracol, destacando su cuidada
estereometría y estereometría. Otros elementos de cierto valor artístico son las gárgolas.
Por todo lo expuesto en sus valores funcionales, tipológicos (evolutivo) y artísticos, así
como su conservación (autenticidad e integridad) este elemento debe considerarse como “esencial” en su casi totalidad, exceptuándose la parte del adarve sur que tendría una calificación de
“secundaria” por su falta de autenticidad. De manera que la protección debe ser integral, menos esta parte citada. En todo caso esta batería alta trasmite el “espíritu del lugar” en su actual
estado, como batería artillera reformada en el siglo XIX.
• Frente defensivo de tierra
D- Hornabeque.
Este elemento es eminentemente defensivo y se utilizaba en el frente de tierra de las fortificaciones, cuando éstas se situaban sobre una colina alargada o, como en este caso, cuando
hay que defender una loma con grandes desniveles laterales. Su función particular sería la de
repeler un ataque enemigo que llegaría por tierra, tras desembarcar en las playas próximas del
litoral. Para ello el hornabeque de San Felipe se construyó con su cortina a gran altura y provisto de treinta troneras entre merlones a lo largo de sus dos semibaluartes y de sus alas. En
este caso, los cañones emplazados sobre la cortina y los semibaluartes defendían el frente de
tierra, mientras que los situados sobre las alas constituían la batería de tercera línea del frente
de mar, así como apoyo de las baterías baja y alta.
54
En este castillo de San Felipe el hornabeque cumple también una función logística por la
disposición del espacio interior, ya que albergaba dentro de él dos almacenes de pólvora (uno
en el semibaluarte oeste y otro en la gola en su parte oeste al nivel de la plaza) y dos almacenes
de víveres (en los semibaluartes), además de los alojamientos para la tropa.
Se percibe bien su valor funcional defensivo (táctico) aunque sus instalaciones logísticas
de habitabilidad han perdido parte de su carácter histórico. No obstante es importante hacer
una valoración funcional en su totalidad por la aportación de esta arquitectura que combina
excepcionalmente las funciones tácticas y logísticas citadas. Tiene un cierto valor rememorativo
por la defensa de 1800 (Batalla de Brión).
Responde a la tipología propia de los frentes “atenazados” de “hornabeque sencillo a
cola de milano”. Está formado por dos largos muros de 75 metros en forma trapezoidal que
descienden hacia el mar, unidos en su frente de tierra por una cortina de 40 metros con dos
semibaluartes que forman con ella un ángulo denominado fijante con apertura a 100º (adopción
del primer sistema de Vauban).
En los ángulos capitales de los semibaluartes, que son de 60º; y en la parte final de sus
alas hay sendas garitas idénticas a las de la batería baja, cuya traza se ajusta al modelo aconsejado por la Real Academia de Matemáticas de Barcelona, ya definidas al describir dicha batería.
En la gola (parte sur del hornabeque), se encuentra el patio de armas central del castillo que se
comentará después; también el foso que lo rodea, excepto por la parte sudoeste que se apoya
en el castillo antiguo y donde se encuentra la casa del gobernador.
En su perfil se distingue la elevada escarpa con su cordón magistral, situado a una altura
de 10 metros en la cortina central y de 8 metros en la gola, así como las pequeñas aberturas o
55
aspilleras que recorren toda la longitud de la cortina central y
alas del hornabeque para tiro con fusil desde el interior de los
acuartelamientos. En los polvorines, las ventilaciones que se
abren al exterior tienen una forma especial, denominada “sistema de dado” que permite la aireación del reducto, a la vez
que impide la entrada de artefactos que pudiesen representar un
peligro para los materiales almacenados en su interior.
La puerta principal de acceso al hornabeque se sitúa en el
ala este. En la cortina (central) del hornabeque se abre también
un portillo al foso seco y las correspondientes aspilleras de fusilería..
El hornabeque está formado por paredes de mampostería
no concertada careada que forma un muro de doble cara ataluzada, asentados sobre el foso y rematados en su cordón magistral
y en los ángulos capitales de los baluartes con sillería labrada.
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Los alojamientos para tropa, almacenes de pólvora y de víveres del
interior del hornabeque se realizaron
abovedados, “a prueba de bomba”, y
se encontraban divididos en dos plantas, utilizándose para la separación
un sistema de canzorros de cantería
sobre los que apoyaban las vigas y
soportaban el entarimado de madera
del segundo piso. En el piso bajo se
encontraban las aspilleras de fusilería
con sus banquetas para la defensa y el
hogar-cocina.
El material utilizado en la construcción de los muros es, como en toda la obra, roca granítica, proveniente de la excavación de los propios fosos e interior del castillo, así como del
glacis (frente de tierra).
Para la construcción de las bóvedas se utilizaron ladrillos que se trajeron en un principio
de Málaga y posteriormente se intentó construir una fábrica de ladrillos cerca de Ferrol, pero
no fue posible por falta de material adecuado en la zona. Al final se obtenían de una fábrica en
Padrón, aunque la calidad de los ladrillos no era tan buena como la de los traídos de Málaga;
Carlos Dexnaux (ingeniero jefe en 1738) la consideró suficiente para continuar la obra y resolvió también que, debido
al elevado coste de la fabricación de este material en la
época y la falta de recursos
necesarios, las últimas bóvedas, (1739) se hicieran de
cantería, ya que precisaban
un menor tiempo de ejecución y su coste era menor.
Todas ellas debían estar revestidas con cal delgada a la
llana. Para los entarimados,
puertas y ventanas se utilizaron maderas de castaño y
de roble.
Con respecto a la conservación del hornabeque cabe señalar lo siguiente:
La integridad es total en su configuración externa, pero sus interiores han sufrido grandes
cambios con perdida de compartimentación en el polvorín del semibaluarte y de las habitaciones.
Con respecto a la autenticidad consideramos que es muy alta en su diseño y ejecución, con
la excepción de las obras realizadas en el interior del baluarte del este, la apertura de ventanas
en las caras de ambos baluartes y las adaptaciones del siglo XIX en los alojamientos.
El exterior presenta como patologías más significativas ciertas capilaridades en fábrica,
57
en base de apoyo de cimentaciones, lienzos exteriores con manchas generalizadas de suciedad
y polvo, presentando en algunas partes de su cara a poniente exfoliaciones por la acción del
viento, humedad y salinidad. Su encintado está realizado con mortero de cemento.
En la terraza superior, el adarve presenta un pavimento de mortero de cemento completamente fisurado.
En los alojamientos del interior presenta suelos de mortero de cemento y filtraciones provenientes de la terraza con afectación a los enfoscados y a los materiales de agarre de las bóvedas.
Desde una valoración artística destacan las impresionantes puntas afiladas que presentan
los semibaluartes en su ángulo capital y las garitas que rematan estas puntas a gran altura, ya
comentadas en la batería baja.
Otro elemento importante es la puerta principal de entrada al hornabeque que se abre en
el ala oriental y da acceso a la plaza de armas. Se trata de una elevada portada que llega a la
altura de las troneras, construida con fábrica lisa
de cantería granítica y coronada por una cornisa
curva en su centro y recta en los laterales.Sobre
el arco de entrada hay una gran placa lisa y superpuesta, sobre la que debía estar prevista la
colocación de un gran escudo de armas que no
llegó a realizarse. En ella se observan las hendiduras laterales que indican que, en su día, la
entrada se realizaba sobre un pequeño puente levadizo. También son interesantes las gárgolas.
Por todo lo expuesto el hornabeque es
una obra “esencial” en su estructura arquitectónica, considerando los espacios internos como
elementos “secundarios” de menor valor y con
cierta perdida de autenticidad e integridad. No
obstante debería reproducirse algún alojamiento a efectos didácticos, aunque sea con cierto
mimetismo. En todo caso trasmite la idea de su
función antigua defensiva y logística.
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E- Caponeras.
Su función era la de unir perpendicularmente los
largos muros del camino cubierto en los laterales del hornabeque con las baterías; ejerciendo así la defensa de los
flancos libres existentes. Para ello están provistas de baterías a sus espaldas, con capacidad para cuatro cañones sobre la caponera derecha y cinco la de la izquierda, siendo
éstos últimos cañones de “a 12” pues la proximidad de la
montaña hacía que no fueran necesarios calibres mayores. Sus parapetos bajos, con naves de bóveda de medio
cañón, están perforados y presentan pequeñas aspilleras
para tiro con fusil.
En la caponera de levante se abre la puerta principal exterior del castillo que se comentará después.
El perfil de las caponeras responde al mismo principio que el frente abaluartado, compuesto por la cortina
(con su cordón magistral), foso, contraescarpa, camino
cubierto y su glacis, estando este más bajo que la explanada (glacis) central del hornabeque y dominado en
su flanco por otras caponeras subterráneas en dirección
norte-sur.
La caponera oriental, de 52 metros, salva un desnivel de 7,50 metros entre el hornabeque y la batería
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baja. En su perfil se distinguen 20
aspilleras situadas sobre el cordón
magistral (tiro desde el interior)
y 4 troneras situadas sobre la terraza-adarve. En esta caponera se
encuentra la puerta principal de entrada a toda la fortificación (que se
detallará en otro apartado), a la que
se accedía atravesando el foso seco
mediante un puente levadizo. En su
interior y entrando a la derecha se
encuentra el cuerpo de guardia y a
la izquierda el cuarto del oficial de
guardia.
La caponera oeste ocupa una longitud de 50 metros
y salva un desnivel de 8,50
metros. Tiene 16 aspilleras
(tiro desde el interior abovedado) y sobre su terraza
(adarve) tiene 5 troneras con
amplios merlones, así como 3
grandes espaldones con arcos
de comunicación. Su interior
estaba compartimentado para
alojamientos de la tropa, luego muy modificado.
Estas caponeras presentan una tipología muy compleja e interesante en relación
con las de su época. La conservación se puede considerar como de total integridad
y autenticidad, excepto las
pequeñas obras que se realizaron en sus interiores: la del
este adaptada para habitabilidad recientemente, en parte,
y la del oeste que fue convertida en granja de animales.
Estas caponeras siguen
el mismo sistema constructivo que el resto de la fortificación, siendo su frente de mampostería concertada careada de diferentes calidades, con su cordón magistral de cantería labrada. Los espaldones son de mampostería no concertada con los pasos en sólida sillería trabada y pavimento con losas de granito.
60
61
Tanto los cuerpos de guardia de la caponera oriental como los alojamientos de la caponera
oeste son abovedados, siguiendo el diseño primitivo.
El material utilizado en la construcción es roca granítica como en el resto del castillo, y
ladrillos para las bóvedas interiores, como también se citó. Todas estas instalaciones interiores
de las caponeras se encuentran deterioradas, debido a las filtraciones de agua, con pérdida de
material de agarre y recubrimientos. La meteorización de la caponera de poniente en su piedra,
juntas y enfoscados de cemento es más destacable.
Como valoración general se consideran como obras de tipo “esencial” para comprender
el castillo en su práctica totalidad exterior defensiva y su estructura, siendo la actual compartimentación interior carente de valores.
•Obras exteriores
F- Foso.
Su funcionalidad particular es la de separar las obras exteriores de la “línea de defensa”
de la fortificación, en particular del hornabeque.
Es una obra de tipo “esencial” en las fortificaciones atenazadas. Para nuestro caso, se trata
de un “foso seco” que recorre todo el frente del hornabeque y sus alas, dejando libre la parte
posterior, donde se apoya la casa del gobernador; aunque en la zona este se encuentra bastante
deformado por la compartimentación de la puerta de entrada. En su interior se encuentra un
pequeño lavadero, (parte norte), y su refosete para canalización de las aguas. Los frentes de las
caponeras también estaban recorridos por fosos secos, cuya comunicación con el del hornabeque
se encuentra hoy cerrada.
62
En el siglo XIX se profundizó la parte oeste, para facilitar el
movimiento de la nueva artillería y del personal, construyéndose
unos arcos transversales que actúan como arbotantes en las bases
del hornabeque y camino cubierto, así como una comunicación
con las casamatas de la batería baja. En esta zona también se
construyó un aljibe para recibir las aguas pluviales, conocido popularmente como “baño de la reina”, que tenía y aún conserva un
canalón central que conduce las aguas al exterior.
Toda la excavación del foso se produjo mediante barrenas,
por ser la zona sobre la que se encuentra la roca granítica. El plan
del foso es de tierra con hierba o roca, sin tener una especial rele-
vancia su diseño y construcción; pero debe reseñarse una pequeña
falta de integridad en la puerta este del hornabeque hoy rellenado,
donde se utilizó para su colmatado el material granítico de los
espaldones, eliminados en la batería alta.
Se puede considerar que tiene todos los atributos de autenticidad.
Por todos estos valores y conservación se considera obra
“esencial” que trasmite el espíritu del lugar, excepto la mencionada entrada este del hornabeque y pequeña plaza que no tiene
ningún valor.
63
64
G- Camino cubierto.
Su función consiste en permitir la circulación exterior y adelantada de los defensores, así como crear
una primera línea de fuego contra
los atacantes que se acercaran por
el glacis, formada por fusileros que
se colocaban tras su parapeto “a
cubierto” (como el propio nombre
indica) del fuego enemigo.
Su perfil se compone de un
estrecho camino de unos cuatro
metros de ancho, exterior a la contraescarpa de los muros de la fortificación, con banquetas o escalones
donde se asentaría el personal y un parapeto lo suficientemente alto para facilitar la defensa
de este primer puesto avanzado. En su exterior se colocaban estacas con sus puntas hacia el
glacis para dificultar el asalto enemigo. Debía circundar todo el frente del hornabeque y de las
caponeras por delante del foso, con sus correspondientes escaleras.
En la zona más cercana al revellín presenta dos pequeños espaldones transversales que
protegen la entrada y le dan cierto flanqueo. En la caponera de levante, en la parte más cercana
al mar, presenta una batería de tres piezas para defender el acceso desde el la playa y rampa.
Para su construcción se nivelaron las tierras a la altura de la contraescarpa del foso,
realizándose las banquetas con piedra de sillería tallada y los parapetos con mampostería no
concertada.
En los ángulos salientes, delante de los semibaluartes, están las entradas a las caponeras
del glacis, de las que se comentará luego.
Este camino cubierto se encuentra en buen estado de conservación, excepto en la zona
de levante, donde se apoyó un edificio-cobertizo para almacén de pertrechos de artillería. La
estacada exterior de madera ha desaparecido y fue sustituida en algunos puntos por alambrada
metálica. Así pues, tiene total autenticidad y gran parte de integridad. En todo caso debe considerarse como obra “esencial” para comprender el “espíritu del lugar”, teniendo en cuenta que el
citado edificio de almacenamiento adosado
tiene un valor muy secundario, haciendo
una mala interpretación de esta zona.
H- Revellín.
La funcionalidad particular es la de
aumentar la protección exterior; así se sitúa en la entrada central del camino cubierto por el frente de tierra del castillo,
para proteger los flancos de los baluartes
y la puerta de la cortina del hornabeque,
impidiendo el tiro directo sobre ella. En
su cara nordeste se encuentra su pasillo de
65
entrada de tierra. Tiene forma de rombo o de punta de flecha que mira al glacis y se coloca en
la crujía del conjunto defensivo; siendo del tipo simple (sencillo, sin flancos).
Su construcción es parecida a la del camino cubierto, con una zona de tierra compactada
y sus parapetos de mampostería no concertada, con banquetas para la defensa.
Se conserva en buenas condiciones, aunque con las patologías descritas anteriormente
para las fábricas al exterior, teniendo total integridad y autenticidad.
Se considera como una obra “esencial” para su conservación, completamente ligada a la
funcionalidad del camino cubierto.
I- Glacis.
Consiste en una amplia explanada exterior a la fortificación, libre de obstáculos y vegetación, cuya función es que el enemigo se tenga que acercar a campo abierto y siempre expuesto
a los disparos de la artillería y fusilería del frente defensivo.
Se construyó con una ligera pendiente que asciende hacia la fortificación, pero sin llegar
a una altura en que se pierda la ventaja defensiva desde ésta.
En el Castillo de San Felipe los glacis del frente del hornabeque y de las grandes caponeras de levante y poniente están separados por unos muros que tienen también la consideración
de caponeras, laterales y subterráneas que salvan el desnivel existente entre ambos glacis y
mejoran su defensa, al estar acasamatados y provistos de aspilleras para tiro con fusil desde su
interior, en todo caso flanqueantes de sus explanadas.
El glacis abarca un espacio de 60 toesas (unos 115 metros) en los muros, pretendiendo
que con su “forma se conseguirá una dominación del enemigo más distante, más feliz el fuego
de la plaza y la ventaja que para venir de frente le atrasará el resalto.” (Disposiciones de S. M.
Felipe V comunicadas por José Patiño, 1735); pero realmente su extensión es muy poca y está
totalmente condicionado por la ladera montañosa, por la que discurre la conducción de aguas
según se describe en el anexo VI de logística y servicio de aguas.
Por otra parte, al estar el Castillo de San Felipe situado sobre una ladera de roca granítica, la
nivelación del terreno fue realizada a base de barrenos y pequeños movimientos de tierra, con la ventaja de dificultar cualquier minado por el enemigo. De este frente procede parte del material utilizado
en el resto de la construcción. Su manto vegetal está muy deteriorado, incluso han desaparecido los
planos originales que formaban su superficie con vértices en las esquinas del camino cubierto.
En la zona de levante hay arbolado de gran porte, hasta alcanzar las murallas de la fortificación, y con una pendiente bastante irregular. En la zona de la caponera de poniente ha perdido
gran parte de su nivel y tiene arboleda de varios tipos de porte bajo.
Se puede considerar como un elemento auténtico y con integridad, a pesar de su recorte
en extensión y perdida de los planos y cotas originales. Se debe valorar como una obra terrera
“esencial” y que llegaría más lejos del vial hoy existente en su lado norte
•Instalaciones interiores de apoyo logístico.
J- Plaza del hornabeque.
Es el lugar del castillo donde formaban y hacían ejercicio las tropas, siendo también, el
centro del hornabeque y de toda la fortificación, sirviendo de lugar de encuentro y reparto de
funciones.
Se trata de una plaza trapezoidal de unos 25 metros de largo desde la fachada del pabellón
de oficiales hasta la gola y unos 35 metros de anchura en su parte central.
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En su lado norte se sitúa el edificio para pabellón de oficiales y capilla (fachada principal),
mientras al sur se sitúa un frente porticado con arcos de medio punto “para formar la guardia
en días de lluvia y oír misa la tropa a cubierto”. (Duque de Montemar 1738).
En su parte central se encuentra un aljibe “a prueba de bomba”, sobre el que en 1772 se
construyó un pozo hexagonal, proyectado por Miguel Hermosilla, teniendo un aliviadero de
canalización subterránea por la zona este, hacia la mar. Se puede acceder al aljibe desde una
trampilla situada cercanamente del brocal del pozo. Es una parte esencial del servicio de aguas
(ver anexo VI)
Los laterales este y oeste de la plaza lo constituyen las alas del hornabeque con sus
acuartelamientos.
Para su construcción fue necesario rebajar y nivelar los terrenos de peña viva, sobre los
que se asienta, manteniendo una ligera inclinación hacia el centro de la plaza donde está la
cisterna y desde donde sale un caño para limpieza y alivio de pluviales, como se citó.
Tiene el suelo de piedra de granito, labrada a picón.
Se considera un elemento relativamente bien conservado, con autenticidad e integridad,
aunque con ciertas patologías: el
verdín y las malas hierbas cubren
en parte el enlosado del patio de
armas, sin llegar a ocultarlo y
presenta serias separaciones en
sus juntas.
Desde un punto de vista
artístico destaca en el centro del
patio el brocal del pozo citado,
con planta hexagonal y cuidada
cantería labrada.
Este elemento es “esencial”
para comprender el castillo en su
totalidad por su función logística
de distribución del personal.
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K- Casa del gobernador y jefes.
Constituía la vivienda, despacho y sala de recibimiento del gobernador del castillo, así
como de sus subalternos inmediatos.
Se trata de un edificio con un trazado muy simple y sin ningún tipo de ornamentación en
su fachada. Estaba construido inicialmente para una sola altura, con entradas desde la plaza de
armas (hornabeque) y desde la batería del castillo antiguo.
En su distribución interior destacaban dos grandes salas para recibimiento y el despacho
del gobernador. Las otras habitaciones estaban dedicadas a gabinete y alcoba, dos cuartos para
criados y cocina. Frente a la cocina y separado del edificio por la entrada del castillo antiguo
se encontraba una sala de repuestos para pertrechos.
Adosadas a ella se encontraban la casa del ayudante mayor y la del ingeniero. La primera,
proyectada por Baltasar Ricaud en 1772, se situaba sobre la cocina de la casa del gobernador y
sobre el almacén de pertrechos, formando un arco sobre la entrada del castillo antiguo. Constaba
solo de un gabinete con alcoba, cocina, alacena (despensa) y cuarto para un criado. El pabellón
del ingeniero, proyectado por Miguel Hermosilla también en 1772, constaba de dos pisos con,
cocina, dos cuartos para criados, sala de reunión y despacho en la inferior y alcoba, sala y alacena en la superior que era abuhardillada. Su fachada estaba más cuidada, destacando en ella
los tejadillos de las buhardillas y la imposta de separación de los pisos.
El conjunto de las tres casas ocupaba todo el ancho delimitado por las murallas del castillo
antiguo y se apoyaban sobre la gola del hornabeque. Fue construido a base de muros portantes
de mampostería y se aprovechó el de la gola del hornabeque, utilizando vigas de roble y con
recercados en huecos, antepecho, jambas y dinteles de sillería.
Todas estas casas se encuentran en ruinas, con sus tejados caídos y tabiquería interior
destruida, de forma que apenas se puede reconocer su antigua estructura, además de las reformas posteriores de escasa calidad. Así pues tenemos que referir el concepto de integridad a la
fachada solamente y el de autenticidad a este mismo muro y sus vanos. Párrafo aparte debe
hacerse para el jardín contiguo, delante de la casa, con un par de especies de cierto interés,
aunque posteriores a la construcción (araucaria y yucas). Este jardín se puede considerar como
parte de la integridad y, en cierto modo, auténtico (no sus especies). Por todo ello se considera
de valor “secundario” para comprender el castillo.
L- Pabellón de oficiales.
Fue construido inicialmente para alojamiento del gobernador, capellán y oficiales, con
una pequeña capilla. Más tarde, el gobernador pasó a alojarse en la vivienda que se edificó para
él en el castillo antiguo.
Está situado en el lado norte de la plaza del hornabeque (de armas) con su fachada principal mirando hacia ella. Su planta es rectangular y está dividida en siete pequeñas salas abovedadas, dispuestas de fachada a fachada, aunque en el proyecto original cada sala se dividía en
dos más pequeñas. La sala central estaba destinada a capilla y vivienda del capellán y el resto
a pabellón del gobernador y oficiales.
Con la construcción de la vivienda del gobernador se reordenaron sus usos pasando algunas dependencias a almacenes de pertrechos y víveres. Más tarde sufrió una remodelación
interior, quedando el espacio dividido en seis salas más grandes, conservando la zona central
para capilla; pero en la actualidad presenta las siete salas iniciales.
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Vista actual. (Foto Víctor Shäfer Freire)
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La puerta central está formada por un arco escarzano sobre el que se abre un ventanal
ovalado y el resto de las puertas y ventanas del piso bajo son rectangulares; las ventanas del
piso superior son cuadradas. En el año 2010 se terminó una obra de rehabilitación que modificó
su tejado y su interior.
Se conservó la espadaña central, desapareciendo un pequeño reloj de sol, construido a
propuesta de Dambaterre en lugar del reloj de campana propuesto por Vergel por ser éste último demasiado caro. Se conservan también las dos gárgolas con forma de cañón y dos remates
ovales coronados con pináculos, pero se modificó la función y forma de este tejado, de manera
que los citados remates y espadaña se utilizaron como áticos, añadiendo otros de cierto mimetismo, además de aumentar el volumen total de la cubierta y sustituir la teja por láminas de
zinc. A cada lado del pabellón se encuentran adosadas unas escaleras para subir a los pabellones
superiores.
La fachada presentaba muros de mampostería, y se dejó sin enfoscar inicialmente pero
fueron enlucidos recientemente con mortero de cal y arena, y está rematada con sillares de cantería en los marcos de las puertas y ventanas (situados en los ejes de las siete salas construidas
inicialmente), así como en la cornisa y en el almohadillado de las esquinas.
En el interior del edificio se han realizado obras de reforma en el piso superior con materiales no muy acordes con la construcción, de forma que se ha perdido su autenticidad y parte
de su integridad. En el piso bajo se conserva su estructura pero se observan bastantes problemas
de filtraciones de agua con pérdida de recubrimientos y material de agarre.
Este elemento se considera de carácter “esencial” con la excepción de su interior en la
segunda planta y su cubierta..
M- Puerta principal.
Está situada en la parte central de la caponera oriental y controla el paso al interior del
recinto.
Se trataba de una puerta con paso levadizo propia de las fortificaciones de la época. Su
tipología se basa en modelos muy estudiados pero de una gran simplicidad. Consiste en un
amplio portón rectangular con arco central de medio punto y, separada por un listel, tiene una
elevada cornisa de remate con molduras muy voladas. No posee más ornamentación que el almohadillado de los sillares en los laterales de la puerta. El diseño inicial de Juan de la Ferrière
(1733) presentaba un coronamiento con un gran escudo, orlado con cañones y dos pirámides de
balas de artillería en sus extremos y marcadas dovelas sobre el arco; pero no llegó a realizarse
quizá por los problemas económicos que atravesó la construcción. En la portada se aprecian
claramente los rebajes diseñados para alojar las “flechas” o maderos que accionaban el puente
levadizo de manera que al levantarlo quedaba totalmente encajado en la puerta. El puente ha
desaparecido hoy en día y ha sido sustituido por un tramo compacto de piedra, prolongación
del “durmiente”, que aún se conserva (1903), añadiéndose también unos pequeños pilares para
sostener unas cadenas de protección lateral.
La puerta propiamente dicha, era de madera con gruesos herrajes y fue rehecha en una
reciente restauración, según modelo mimético del siglo XVIII.
Los muros están construidos a base de sillares graníticos labrados que se encuentran
asentados, trabados y rejuntados con mortero de cal grasa y arena. Las jambas están recubiertas
con sillares almohadillados dispuestos sobre el cordón magistral, también de sillería de calidad
al igual que la cornisa.
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Presenta las patologías descritas para las obras exteriores, principalmente suciedad acumulada por polvo y humedad y filtraciones.
Es preciso destacar la falta de integridad de los elementos originales de la puerta y puente
levadizo, así como la falta de autenticidad en estos y los pilarillos y cadenas citadas.
Esta puerta se considera como elemento “esencial” para comprende el “espíritu del lugar”
que controlaba el acceso principal del castillo.
N. Almacén de pertrechos de artillería
Este almacén está situado al sur de la caponera de levante y apoyado en esta y el muro
exterior del camino cubierto del hornabeque por el este. Es una obra hecha a base de pilares de
cantería haciendo una especie de diafragma para sostener una cubierta de madera y teja.
Fue realizado al final del siglo XIX y reformado recientemente en su tejado. Se considera
de valor secundario.
El ENTORNO
El Castillo de San Felipe se asienta en un enclave de un extraordinario valor medioambiental, enmarcado por la suave pendiente de Monte Ventoso y frente a la elevación más
escarpada de Montefaro; las que limitan la estrecha boca de la ría.
Al poniente del castillo y antes del inicio del canal de entrada de la ría se encuentra la
Ensenada de Cariño: conforma un espacio amplio como antepuerto, que fue clave para la elec-
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ción de Ferrol como capital del Departamento Marítimo del Norte, por lo que se encontraba
fuertemente protegido por un conjunto de baterías costeras “colaterales”. Este espacio posee
en sí mismo un alto valor paisajístico y estratégico, aunque en la actualidad se encuentra muy
modificado por la reciente creación del puerto exterior desde 1998.
El frente sur de este antepuerto y canal se cierra con unas laderas en fuerte pendiente,
sobre cuya ribera se ubica el Castillo de la Palma y los restos del de San Martín, completando
la impresionante vista que se creó con la presencia de ambos fuertes, situados en los puntos
más sobresalientes del canal.
La banda norte es la falda del Monte Ventoso, que forma el entorno próximo del castillo,
desde la punta de San Carlos (antes Rabo da Porca), y tiene paisaje forestal predominante pero
con un grupo de casas y unas instalaciones deportivas en las cercanías del glacis actual.
Al nordeste del castillo, en su ensenada contigua, se encuentra el núcleo poblacional de
San Felipe, formado por una pequeña aldea con una estructura lineal de crecimiento junto a
la costa y camino de acceso al Castillo; tiene una morfología de pequeño caserío adosado y
todavía conserva parte de su antiguo frente marino. Además, sobre los espacios laterales del
regato existente se aprecian unas interesantísimas construcciones de terrenos aterrazados con
mampostería para antiguos cultivos (viñas y otras plantas) así como varios molinos; aportando
todo ello un característico entorno que se creó con dependencia y apoyo al Castillo.
Se cierra esta ensenada, ya dentro de la ría, con la Punta del Vispón, lugar del polvorín
para avituallamiento de las baterías costeras.
En la ribera sur del canal, una vez sobrepasado el Castillo de Nuestra Señora de la Palma,
el ensanchamiento de la ría produce la ensenada del Baño que tiene algún caserío disperso, un
espigón de un pequeño astillero para reparación de buques y, al fondo de la propia ensenada,
da paso a la playa de Bestarruza; después del pequeño saliente del mismo nombre, dan lugar
al pueblo costero de Mugardos.
De este entorno cabe destacar el recorte geográfico de ambas riberas que forman el canal
de entrada y la configuración de vegetación como elementos visuales relevantes. En este orden
de ideas, se puede afirmar que tiene integridad y autenticidad histórica, con la excepción de la
repoblación forestal y las citadas casas contiguas al glacis.
DELIMITACIONES
(ACOTACIón PARA ZONA DE RESPETO):
Las funciones (disuasoria y defensiva) del Castillo son claves para el entendimiento de su
configuración general y cualquier intervención en su área de influencia. Se trata de reconocer
la zona de respeto en base a su área “polémica” que completa el “espíritu del lugar”, tanto para
su línea costera como para sus frentes hacia tierra.
Estas delimitaciones se deberían extremar en la zona terrestre, donde la presión edificatoria, apertura de nuevos caminos e invasión de algunas especies arbóreas son más acusadas.
Elementos como el glacis, hornabeque, espaldones etc., no se llegarían a entender sin una
conservación del área polémica antigua que, al menos, se debería extender al campo visual que
desde ellos se abarca. En este orden de ideas se debería establecer una delimitación de la zona
de respeto que alcance hasta la cota de 110 metros (círculo aproximado de 600 m de radio) y
retomar su condición natural del siglo XVIII.
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RESUMEN DE LA VALORACIÓN HISTÓRICA
Como resumen final de la valoración patrimonial histórica se anotan seguidamente los
elementos del castillo de San Felipe que se clasifican en tres categorías, teniendo en cuenta
sus valores, ya citados, y su estado de conservación (autenticidad e integridad). Se considera
además su propuesta de protección.
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• Elementos esenciales:
Estimamos que debe de establecerse esta categoría y, por tanto, su “protección integral”
para todos los elementos descritos y valorados del castillo de San Felipe con carácter general,
pero con las excepciones de los siguientes elementos “secundarios” y “complementarios”.
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• Elementos secundarios:
Se estiman en esta categoría por sus particularidades descritas y valoradas; por tanto con
“protección parcial”:
A.Entorno próximo de toda la fortificación, incluida parte del glacis más alejada con
especial cuidado en los movimientos de tierras y vegetación que deberá ser autóctona
y de su tiempo histórico, así como la conducción de aguas al Castillo.
B.Espacios internos con vegetación, a los que se le aplicará el criterio anterior, incluidos
los fosos, adarves y rampas antiguas.
C.Cuerpo de Guardia de la caponera de levante (Puerta Principal) en su interior.
D.Almacén de Pertrechos y Cureñas, contiguo al Cuerpo de Guardia.
E.Casa del Gobernador, en la gola del hornabeque sobre el castillo antiguo, en su interior,
incluyendo la casa del ingeniero.
F. Jardín del castillo antiguo, con limitación al diseño clásico existente y respetando el
adarve de la batería en su totalidad.
G.Almacenes de apoyo a la batería baja (sudoeste). Al ser espacios de igual construcción,
se puede aplicar la “protección integral” a uno de ellos y podrá darse “protección parcial” a los otros tres.
H.Torre del siglo XIX, en su interior solamente y con tratamiento de los vanos (arcadas)
abiertas hacia el este que recuperen su diafanidad histórica.
I. Espacios artilleros de las casamatas de la batería baja (S: XIX). Al ser espacios de
igual construcción, se aplicará la “protección integral” a uno de ellos y podrá aplicarse
la “protección parcial” a los otros cuatro, pero deberá respetarse escrupulosamente la
visión de su comunicación interna por los sucesivos arcos.
J. Espacios internos de la caponera de poniente. Al ser espacios de igual construcción se
puede aplicar el mismo criterio de protección que los apartados G, cuidando el aspecto
original del pasillo escalonado de las aspilleras.
K.Espacios de la arquería del patio interior, en su zona de la gola del hornabeque (sur)
y en su interior, pero dejando claro su aspecto diáfano de estos soportes.
L.Alojamientos de los lados este y oeste del patio interior. Al ser espacios de similar
construcción interna se aplicaría el mismo criterio de protección que en el apartado G;
pero el antiguo polvorín y nave de entrada, tendrán protección integral.
M.Espacios internos del edificio de alojamiento de mandos y capilla en planta baja. Se
respetará la idea de espacio diáfano de la nave central que fue capilla.
N.Espacios de alojamiento bajo la cortina y semibaluartes del hornabeque. Por ser espacios de similar construcción interna se aplicará el mismo criterio de protección que
en el apartado G. Así como se respetará la diafanidad de la nave central que comunica
con la puerta del foso.
• Elementos complementarios:
Se estima que no deben tener protección específica, aunque sus actuaciones estarán acordes con el entorno:
O.Planta alta del edificio de alojamiento de mandos, (al norte del patio central) y su cubierta incluidos sus áticos.
P. Límite del glacis, contiguo a la carretera, y del entorno próximo que deberán considerarse como zona de respeto.
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Hay otros pequeñas partes de los elementos que tampoco tienen valor histórico y, por
tanto, son excepciones a la categoría de esencial y secundaria.
– Murete de la batería baja que está al este de la torre del s. XIX.
– Garita (de cemento) en la entrada de la caponera de levante.
– Pavimento en a plazuela de entrada de hornabeque.
– Barandilla sobre el espaldón sur.
– Adiciones de la Torre del s. XIX.
– Cegamientos de los arbotantes en foso por su zona de poniente.
– Relleno del adarve en batería baja, al sur de las casamatas.
– Verjas metálicas en la caponera de poniente y foso, también de poniente.
– Elementos de la granja de la caponera de poniente.
– Rejas de zona porticada sur en Patio de Armas.
– Relleno del foso de entrada al hornabeque (Puerta).
76
• Valoración general
En base a lo anteriormente expuesto, podemos hacer una valoración de este bien cultural
sobre los siguientes conceptos que se pueden atribuir a un monumento, según estableció Alois
Riegl, recogidos y actualizados por Miguel Aguilo (2004) para las obras de ingeniería:
El valor instrumental ha variado evidentemente de su función basicamente defensiva, pero
tiene ahora una posible utilidad para otras actividades que sean compatibles con la exposición
cultural de sus elementos de arquitectura/ingeniería militar.
El valor de antiguedad es de tipo rememorativo de la actividad diaria de más de cuatrocientos años y los hechos relevantes, como fueron los asedios que resistió y particularmente el
ataque de los ingleses en 1800 y su consiguiente rechazo.
El valor histórico evolutivo de su tipología es, quizá, el más destacado por su diseño, ya
que representa una gran innovación en los proyectos de las “baterías costeras”, consiguiendo
integrar una obra exterior, como era el hornabeque, en el polígono básico de la defensa, llegando a un modelo que demuestra la pericia de sus ingenieros para la oportuna adaptación a las
condiciones geográficas, destacando también el trazado de las caponeras y las plantas de las
baterías a la mar como sucesivos frentes en las líneas de defensa.
El valor artístico lo encontramos en el conjunto de sus volúmenes que resaltan por el
juego de las luces sobre los diferentes elementos arquitectónicos, actualmente apreciados y
en relación con el paisaje natural que rodea el castillo: un gran cabo de roca artificial que se
adentra en la mar.
Podemos hacer una consideración final en base a los criterios que propone la UNESCO
para justificar el valor “universal excepcional” de un bien cultural. Creemos que son aplicables
los dos siguientes: el castillo “atestigua un intercambio de influencias considerable” en los
ámbitos de la “tecnología y las artes monumentales” que fue la ingeniería militar del academicismo mundial; el castillo constituye un “ejemplo eminentemente representativo de un tipo
de construcción” que ilustra un “periodo significativo de la historia humana”, como fue el de
la cultura clasicista, sobre todo en el siglo XVIII. Así pues, el castillo de San Felipe en Ferrol
puede aspirar a la consideración de “Patrimonio Mundial”.
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Anexo I
Tipologías: modelos académicos de ingeniería naval y
militar
En este anexo se trata de hacer un resumen descriptivo de los diferentes modelos, generalmente académicos, que se aplicaron con ciertas adaptaciones en la Edad Moderna a los
proyectos y construcciones de los buques, armas y fortificaciones, relacionados con la costa
de Ferrol; o sea una reseña de los medios técnicos (elementos logísticos) que funcionarían en
las tácticas de ataque y defensa de la boca de la ría.
LA INGENIERÍA NAVAL MILITAR (BUQUES Y ARMAS NAVALES).
En este resumen se pretende aportar una información básica para conocer la tipología
de los buques de guerra y sus “requisitos operativos”, como se dice hoy; referenciando particularmente los que fueron una amenaza para los castillos defensivos costeros, como el de
San Felipe (Ferrol), y también algunos datos de la capacidad ofensiva de las fuerzas expedicionarias que podrían desembarcar para atacar por tierra. En todo caso estos datos, con algo
de las tácticas militares, determinarían el estudio funcional, más o menos consciente, para los
diseños de fortificación “a la marina” y después su evolución a lo que denominó “baterías colaterales” costeras.
La amenaza naval del siglo XVI
En el siglo XVI los buques de las escuadras en contienda bélicas no estaban diseñados
exclusivamente para la guerra; en la mayoría de los casos se procedía a preparar su estructura
y completar sus dotaciones con piezas de artillería y otras armas. Por otra parte, los tipos de
embarcaciones eran entonces muy variados en su tonelaje (peso/ desplazamiento) y medidas,
incluso eran diferentes en sus formas y aparejos velicos. Aún hoy es difícil establecer una tipología de las naves que formaban las flotas, ni siquiera con aproximación a los modelos más
conocidos, algunos de origen académico.
En la fachada atlántica española se utilizaron múltiples tipos que se armaban, en su sentido general, para las campañas marítimas de la Carrera de Indias (América) o la formación de
escuadras de guerra naval.
Aquellos buques del final del siglo XVI habían evolucionado de los modelos de galeras
a las nuevas formas de galeazas y de carabelas, naos y carracas, luego a los “galeones” que
eran realmente una denominación genérica de buques con una buena capacidad de carga y
también artillería suficiente para la autodefensa e incluso para servir de escoltas. Había también una especialidad de galeones “de armada”, más adaptados para el combate naval. Por
supuesto que las citadas naos y carracas de menor porte también se armaban para la guerra
con funciones de apoyo.
Esta clase de buques serían el grueso de las flotas que se completaban con otras naves
de funciones variadas: los “brulotes” que se utilizaban como elementos incendiarios, las urcas, zabras, pataches y pinazas que eran más bien logísticas, de transporte de materiales y
personal, montando una escasa artillería.
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En el caso de otras naciones, como Inglaterra, Francia y Holanda, que fueron nuestros
oponentes con frecuencia, los tipos de buques también variaron mucho, aunque comenzaban
a tener una pronta especialización para la guerra o el corso, disponiendo de bases de apoyo
permanente, sobre todo en Gran Bretaña (Plymouth), ya en el siglo XVI.
Para un posible ataque a los puertos de mar españoles, que es interesante resaltar ahora,
estas fuerzas navales carecían de diseño académico, en su sentido de falta de estudios teóricos
y científicos, a pesar de existir algún intento de “tratado” de construcciones navales (Cano,
Thome.1611); más bien fueron trabajos artesanales, aunque obtenidos con una gran experiencia en la navegación y acciones militares. Es interesante resaltar que se producían ya copias
de modelos entre las naciones. Así pues, tratamos de señalar algunos datos de los requisitos
operativos que podrían tener en cuenta los ingenieros responsables de fortificar la costa; es
decir identificar la “amenaza” en su dimensión táctica y logística.
Para este tema puede consultarse las obras de García-Parreño, J.1982; Casado Soto, J.
1988; Cerezo, R. 1988; Salgado Alba, J. 1989; Martín, C. 1988; Carrero, L. 1962; Landstrom,
B. 1964).
Las fuerzas inglesas tenían generalmente buques con algo más de especialización,
destacando los equivalentes funcionales a los galeones, aunque con portes algo inferiores,
siendo en su mayoría de 600 toneladas y muy ligeros, también parecidos a los “filibotes”
(fly-boat) holandeses; pero había ciertas experiencias con buques próximos a las 1000 toneladas que sirvieron luego de base a los llamados “navíos de línea”, tal era el ejemplo del
“Ark Royal”, construido en 1587, contando con el ensayo del anterior gran navío “Henry
Grace a Dieu”; entonces se aconsejaba reducir su plataforma y darle mayor capacidad de
maniobra, aumentando su línea de flotación y aparejo, llegando a ceñir en 6 cuartas (los
españoles generalmente llegarían sólo a 7). Además los ingleses habían adquirido una gran
experiencia en el armamento de mercantes (equivalentes a las carracas españolas) que montaban artillería del tipo de las culebrinas, pero con una gran eficacia por el apoyo logístico
de personal y material (municiones, pólvora y sus fábricas). Todo esto es conocido por los
estudios más recientes que se realizaron sobre la campaña de 1588 (de la “Gran Armada”),
como es el trabajo de Michael Lewis (“Armada Guns”) recogido por García-Parreño (1984)
y otros autores.
Los buques holandeses tenían ciertas semejanzas con los ingleses aunque destacaban
por su mejor maniobra y menor porte, pero relativamente bien armados en sus tipos comparados, tal como hemos citado de los “filibotes”.
En esta misma línea de semejanzas, producto de las copias de los modelos en construcción y armamento, estaban los buques franceses, siempre atentos a las experiencias oceánicas
de los españoles, ingleses y holandeses.
En todo caso hay que remarcar el resultado práctico de la artillería a bordo de los buques, de cualquier nación: entonces no se había conseguido una gran potencia artillera, ni la
eficacia del tiro, empleándose con frecuencia los “brulotes” o “navíos de fuego” en los combates navales, pero estos no serían efectivos lógicamente contra las defensas de los fuertes
costeros que normalmente dominarían su entorno marítimo.
Por todo lo descrito se puede pensar que los ingenieros de aquella época partirían del
conocimiento de una amenaza naval previsible y que se limitaría a buques con difícil aproximación a los fuertes para disparar por una banda, en su comprometida situación y con un
máximo de 25 piezas de artillería, estando las de mayor peso (cañones) en la batería baja y las
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de menor carga (culebrinas) en la alta, así como algunos tipos de armas más ligeras (falcones)
en la cubierta, sobre la borda.
Para hacernos una idea de este armamento, podemos imaginar lo que sería uno de los
tipos de buque más potente, montando sobre 24 piezas de artillería, casi todas por las bandas;
algo así como: 3 cañones bastardos de “a 24” libras de bala y otros tantos pedreros del mismo
tipo, 4 culebrinas bastardas de “a 14” libras y 2 sacres de “a 5” libras por cada costado. Este
armamento suponía un alcance máximo de 780 metros para las culebrinas (de a 24) con tiro
“a raso de metales” (3º a 6º elevación según el espesor de la pieza) y unos 380 metros en tiro
“por nivel de ánima” (mirando hacia el blanco por el lado de la culebrina); si fuesen cañones
(“medio” de a 24) el alcance sería menor, entre 580 y 290 m. respectivamente; este era el tipo
de cañón cuyo peso máximo era posible instalar a borde de buques de 800 toneladas (Rojas
Cristóbal, 1598. Edición facsímil: CEHOPU, 1985). Debemos matizar que la disposición de
esta artillería de mayor peso en la batería baja y con portas (no estacas) hacía muy difícil la
maniobra del tiro, sobre todo en zonas de poco calado y angostas. Ver esquema al final de este
anexo y datos de la artillería en anexo III.
Las fuerzas expedicionarias para desembarcar y atacar por tierra tenían múltiples problemas, aún contando con algunas experiencias en su época, como la utilización de barcazas en
la campaña de las islas Terceras (1583) por los españoles, siendo operaciones muy complejas
que no conseguían poner en tierra la artillería pesada y sus rudimentarias “encabalgaduras”que
tomaban en algunos casos la forma de las cureñas de grandes ruedas, peso y volumen, necesitando caballerías para su arrastre. Por tanto, la amenaza sería más bien de piezas menores como
los sacres (de a 8 libras) o falcones (de a 4 libras), con alcances entre 400 y 300 metros, para
batir los ángulos capitales de los baluartes, así como los arcabuces y mosquetes que alcanzarían
con dificultad los 350 metros. Con este armamento se plantearía un espacio táctico de pequeños
“glacis” y “líneas de defensa” (entre ángulos capitales de baluartes) de unos 200 metros (Cristóbal de Rojas, 1598) según se explican en el apartado de las fortificaciones de este anexo.
Todo esto explica y justifica en gran parte las magnitudes que se tenían en cuenta para el
diseño de los fuertes costeros, como fueron el castillo de San Felipe y sus complementarios de
Nª Srª de La Palma y San Martín en los años finales del siglo XVI. La evolución de las armas
y su amenaza en el siglo XVII, por lo menos en sus tres primeros cuartos de la centuria, no
tendría repercusión real en estas defensas costeras ya que no se modificaron prácticamente.
La amenaza naval del siglo XVIII
Tratamos ahora de exponer las características de la amenaza al principio del siglo XVIII,
recogiendo los datos más importantes de las fuerzas navales que disponían de una mejor artillería y la plataforma de los buques les permitía unas mayores capacidades ofensivas, así
como también se daban unas mejoras en el armamento de las fuerzas expedicionarias en los
desembarcos.
Los buques de guerra, que estaban operativos en el primer cuarto del siglo XVIII, eran
ya de un diseño y construcción especializada según el concepto de “buque de línea” que tenía
un gran aumento de tonelaje y mejor capacidad en las maniobras, precisamente por un aparejo
que facilitaría las formaciones en “línea” para producir una mayor descarga artillera por cada
una de las dos bandas.
Aunque había ya varios tipos de buques, denominados diferentemente según el porte,
armamento y funciones, nos referimos ahora a los que presentaban una mayor amenaza; o sea
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a los llamados “navíos”, siendo relativamente importantes las “fragatas” y “corbetas” para el
ataque costero, pero más bien actuando de escoltas y avisos estos últimos.
Los “navíos” fueron aumentando de porte y artillería en la última parte del siglo XVII y
principios del XVIII, llegando a unos modelos o clases que se distinguían esencialmente por
el número de cubiertas (baterías) artilladas; así los había de dos o tres “puentes” que eran su
denominación por rango de tonelaje y armamento; es más, se estaba produciendo una cierta
normalización de los buques y sus pertrechos, muy relacionados con el “ciclo logístico” que
era ya entonces bastante complejo y necesitado de modernos arsenales para las funciones de
construcción, armamento (aprovisionamiento) y reparaciones (mantenimiento).
Los navíos de las diferentes naciones tenían ciertas desigualdades en sus cascos y quizá
menos en sus tipos de aparejo y piezas de artillería, pero también se espiaban y copiaban los
“requisitos operativos” y las construcciones. En todo caso, las campañas navales de aquella
época y el conocimiento de las características de los buques nos dan una idea de las demandas
defensivas, ante sus posibles ataques.
Tomamos como referencia importante las operaciones navales de la Guerra de Sucesión a la Corona española y más concretamente los acontecimientos de la llamada batalla de
Rande, en la Ría de Vigo, por la posibilidad de consignar los datos más relevantes de aquellas
fuerzas que intervinieron: españolas, francesas, holandesas e inglesas, en 1702. Esta contienda
y otro ataque posterior (1719) a la misma ría, fueron “lecciones aprendidas” con cierto “juicio
crítico” para el diseño y construcción de la base naval de Ferrol y particularmente importantes
para la remodelación de sus defensas costeras.
La citada batalla en sus fuentes documentales (Compilación documental, Varios Autores, 2002) y los estudios sobre las fuerzas navales en conflicto (Casado Soto, José L. 2002)
y las defensas de la Ría de Vigo (Rodríguez-Villasante Prieto, Juan Antonio. 2002), nos permiten hacer un resumen de la tecnología militar marítima en aquella época como base para
el esquema funcional (estratégico, orgánico, táctico y logístico) que se tendría en cuenta en
Ferrol unos años después.
Los buques de guerra españoles, al comenzar el siglo XVIIII, eran muy escasos por la desastrosa política naval que se había desarrollado en el océano Atlántico y la Carrera de Indias, a
pesar de los esfuerzos científicos y tecnológicos que se realizaron y hoy conocemos por los tratados de Jacinto Echeverri (1670), Francisco Garrote (1690) y, sobre todo, de Antonio de Gaztañeta (1688 y 1720). La fuerza naval española tenía, a pesar de todo, algunos modelos y construcciones de cierto valor táctico que eran equiparables a los extranjeros oponentes: El “Jesús, María
y José”, de algo más de 1000 toneladas, montaba 70 cañones; considerado como de rango II (se
quemó en Rande) era realmente un reflejo de las viejas y escasas construcciones del siglo XVII.
El “Reina” (Isabel de Farnesio) se botó en 1729 y portaba 70 cañones. El “Princesa” (María Antonia) entró en servicio en 1730, también con 70 cañones (2 puentes). El “Real Felipe” de 1965
toneladas y 114 cañones (3 puentes, rango I) y el “Real Familia” de 1000 toneladas y 60 cañones
(2 puentes. Rango III) se construyeron en 1732. Estos podrían ser los modelos nacionales que
considerarían los mandos militares españoles para tener en cuenta durante el diseño defensivo
costero, incluso también por estas fechas el llamado “Príncipe de Asturias” (Luis I) de 1220 toneladas y 80 cañones (rango I) que había sido inglés (1695) con el nombre de “Cumberland”, luego
apresado por los franceses y finalmente vendido a España en 1716 y armado con 70 cañones.
Por otra parte, como hemos apuntado, se considerarían lógicamente las capacidades de
ataque de los navíos extranjeros que anotamos ahora con algunos datos, teniendo en cuenta
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que en aquella época todas las potencias marítimas comparaban sus modelos y aplicaban algunas reglas de construcción pretendidamente científicas.
Los buques franceses estaban bien representados en la obra de Dassie (1677), L’Hoste
(1697) y en los recientes estudios de Martine Acerra, (1993). En general eran buques menos
artillados que los ingleses, pero más que los españoles, siendo posiblemente los mejores de su
época en la maniobra de las velas. Se daba una gran variación en los modelos y su artillería,
abundando los de más de 70 cañones y 1500 toneladas, pero tendrían grandes pérdidas en los de
menor artillería durante la batalla de Rande (40-60 cañones). Serían quizás representativos los
de nombre “Prompt” (70 cañones),“Bourbón”, “Fort” y “Superbe” (de 68 cañones cada uno).
Los buques ingleses se conocen principalmente por la obra de Anthony Deane (1670) y
Sutherland (1711). Como norma general anteponían a cualquier otra consideración la necesidad de obtener una gran plataforma para aumentar la artillería de gran calibre, resultando más
pesados y con mayor calado. Entonces se habían normalizado bastante los tipos, estableciendo
los rangos más precisos: 60, 70, 80, 90 y más cañones. En la citada batalla de Rande, con el
ataque a las defensas costeras y a la “cadena” tendida entre estas, destacó el navío “Association”, recientemente botado (1696) con 1459 toneladas en su plataforma y 90 cañones de hierro; era un prototipo de Edmund Dummer muy equilibrado en su desplazamiento y artillería,
además de poco calado (6,5m.); también el “Barfleur” que era muy similar en sus características y el “Torbay” de 80 cañones. Se habían elegido precisamente estos para aquella acción
sobre el estrecho de Rande, por ser los más artillados y maniobreros, aunque arriesgando mucho en el ataque.
Los buques holandeses se aprecian en las obras de Nicolas Witsen (1671) y Cornelius
Van Yk (1697). Eran navíos de dos puentes casi todos y con limitaciones en su calado, pero
maniobreros y también muy artillados, con rango de 72 cañones en su mayoría y algunos de
92 cañones como eran el “Unie” y el “Zeven Provincien”, siendo este último el que se utilizó
con los citados ingleses para el ataque en el angosto canal de Rande.
En estos buques era común la utilización de cañones de grueso calibre y corto alcance,
ciertamente imprecisos y con distribuciones diferentes según los tipos y naciones. Un buque
bastante generalizado y representativo entre los más potentes de su época sería de 90 cañones
en dos baterías (puentes), artillando la más baja con cañones de “a 36” libras y la alta con los
de “a 24” libras, además en el alcázar montaría de “a 8” libras; pero se fueron usando cada
vez más los de “a 24”. Se había producido realmente una primera normalización de los tipos
de piezas artilleras, aunque no se despreciaban las antiguas, siendo prácticamente todos cañones de hierro colado de siete tipos (de 36, 24, 18, 12, 8, 6 y 4 libras de bala), además de un
limitado uso de morteros (más bien montados en los buques llamados bombardas)
Fue entonces muy importante el diseño y construcción de cureñas que se usaban indistintamente a bordo de los buques o en las baterías costeras, normalizándose una conocida
como de “escaleta”, de madera y cuatro ruedas, con sus herrajes para la maniobra. (Ver anexo
III de material de artillería y esquema de buque al final de este anexo).
A principio del siglo XVIII el tiro naval no conseguía una buena precisión ni alcance;
por ejemplo, para un cañón de “a 24” hasta unos 1500 m (2º/ 3º de elevación) y más fiable en
600 m (0º de elevación).
En cuanto a la maniobra de los buques, por su aumento de tonelaje y a pesar de las novedades en los galibos, no se habían conseguido grandes mejoras en la propulsión, también
mejorado el aparejo de sus velas. La aproximación a la costa era dificultosa y más aún gober-
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narlos en un canal de entrada portuaria, salvo vientos muy determinados, lo que hacía muy
dificultosos los bloqueos y control de los fondeaderos. El diseño y construcción de los buques
estaba pensado básicamente para la mar abierta, siendo la maniobra portuaria muy incomoda
y lenta, utilizándose antepuertos cuando se podría disponer de esta configuración geográfica
para el resguardo de las flotas. Esta circunstancia incidía notablemente en su autodefensa,
siendo relativamente fácil desarbolar un buque por el disparo de algún tipo de munición de los
cañones, como eran las palanquetas, balas encadenadas, angelotes, saquetes de metralla etc.
Los avances realizados en los buque y armas navales a final del siglo XVIII, aunque
interesantes, no son aplicables al estudio del diseño y construcción del Castillo de San Felipe,
aunque la nueva artillería si se debió emplear con alguna pequeña ventaja.
En cuanto a la fuerza para los desembarcos hay que señalar que no se habían superado
la mayoría de las dificultades para poner en tierra la necesaria artillería de campaña, aunque
habían mejorado las cureñas y algún medio de trasbordo. Todo el gran contingente de tropas
expedicionarias embarcadas eran muy vulnerables en el desembarco desde las simples trincheras y ataques de caballería por los flancos, aún contando con fuego de apoyo desde los buques
y la disponibilidad de “carcasas explosivas” sobre las primeras defensas que eran las nuevas
técnicas de ataque. Se puede afirmar que estos desembarcos, sirva de ejemplo el siempre citado en Teis (Vigo), previo a la acción naval de Rande, eran muy dificultosos. En todo caso era
complicado poner en tierra un ejercito capaz de sitiar una plaza o fortaleza durante un tiempo
prolongado y con las técnicas de “aproches” (aproximaciones) y ataques sucesivos, para abrir
brechas en las defensas permanentes de las fortificaciones, ya por la artillería, ya por la construcción de minas. En este sentido hay que valorar la condición de “firmeza”, “comodidad” y
“simetría” de la fortificación abaluartada, como luego se explicará, contrarrestando fácilmente
los medios de los atacantes.
La táctica en este tipo de operaciones ya terrestres, que generó luego los modelos de fortificación costera, no varió mucho en los siglo XVI, XVII y XVIII. Se trataba de hacer un desembarco en zonas poco defendidas y progresar por tierra, para acosar y tomar por “la espalda”
las baterías que defenderían las angostas entradas portuarias, permitiendo así la penetración de
los navíos en las bahías, donde pudiera haber otros buques de guerra y otras fortificaciones,
entablándose luego el combate con brulotes y artillería en la cantidad equivalente (buques-defensas). Es importante anotar que se creía suficiente defensa de las bocas portuarias cualquier
fuerte costero, aún los terreros (no permanentes) y la utilización de una “cadena” entre ellos.
Por tanto, habría realmente dos fases en las operaciones: una anfibia y otra marina, lo que
suponía lógicamente una previsión de necesidades logísticas en ambos escenarios, incluidas
las construcciones y su sostenimiento. Hoy constatamos una cantidad apreciable de acciones
similares en el siglo XVIII como la citada de Rande Vigo (1702) o las de La Habana (1762),
Cavite-Manila (1762) y Ferrol (1800); todas ellas con planeamientos tácticos muy parecidos,
incluso en el desarrollo de las operaciones.
Las modificaciones del siglo XIX
En el siglo XIX, mejor dicho la segunda mitad de esta centuria, se producían importantes modificaciones en los buques de guerra, relacionados con la logística y su aplicación
táctica, siendo precisamente las fortificaciones costeras las que produjeron las primeras innovaciones. Desde la perspectiva de la plataforma de los navíos mejoraba su estructura que pasaba a ser metálica y con propulsión mecánica (vapor), lo que permitía una mayor movilidad
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y maniobra, aún conservando el aparejo velico. Pero el primer experimento de acorazar los
buques se producía en la Guerra de Crimea, con el ataque del fuerte Kinburn en Sebastopol,
por “baterías flotantes”francesas e inglesas que tenían un forro exterior de hierro forjado de
10 centímetros de espesor. El ataque de 1855, a 1000 metros de distancia, consiguió rendir el
fuerte, demostrando que la nueva metalurgía y tecnología aplicada a los buques era verdaderamente efectiva y los parapetos de cantería de los fuertes, incluso las casamatas, no resistirían
los nuevos cañones de gran potencia y ánima rayada que también se habían conseguido emplazar a bordo de los buques. Así fueron apareciendo nuevos modelos de cascos blindados del
tipo del “Monitor” americano que luego se adaptaron a las “fragatas de helice”, convirtiéndose en buques acorazados con gran poder ofensivo, muchos famosos como el “Dreadnoght”
inglés, el “Gloria” francés o nuestro “Numancia” (de origen francés). Entonces la artillería
seguía progresando en su eficacia: se mejoran las cureñas con mayor movilidad y frenado en
retroceso, llegando a las “torres de artillería”, y también se modernizaban con mayor eficacia
los proyectiles de ogiva ya “perforantes”, y otras clases de munición con nuevos explosivos
y pólvoras (mecánicas, prismáticas, pardas, nitroglicerinicas etc.); el sistema de “avancarga”
que pasaría a “retrocarga” (por la culata) y también las técnicas de dirección de tiro.
Todo esto haría necesario un nuevo estudio de la amenaza y adaptación de las defensas
que luego pasarían a tomar mayor altura con parapetos de gran masa y hormigonados (final
del siglo), así como mayor complejidad en el apoyo logístico (maestranzas, transportes, municionamiento, polvorines etc.).
Para el tema que nos ocupa, la defensa en España y la Ría de Ferrol, anotamos un cierto
desfase con los avances tecnológicos extranjeros, a pesar de los esfuerzos de nuestros ingenieros con ideas muy útiles pero con escasos recursos logísticos. No obstante se producían
ciertas reacciones estratégicas y orgánicas para la defensa hacia la mitad del siglo XIX, más
bien como adaptaciones de los castillos antiguos (San Felipe y Nª Srª de La Palma) que se
comentarán después.
En cuanto a la amenaza de los fuertes por tierra está muy claro que las mejoras citadas
de la artillería, incluidos los morteros, con mayor eficacia y alcance, dejaban totalmente ineficaz el sistema abaluartado-atenazado, aunque se contase con obras externas avanzadas. En fin,
se pasaba a realizar un planeamiento táctico en un “teatro de operaciones” de mayor amplitud
que no tenía conexiones prácticamente con las posiciones defensivas antiguas.
LA INGENIERÍA DE LA FORTIFICACIÓN
Esta información es realmente un pequeño resumen de la doctrina académica de fortificación en la Edad Moderna que permite comprender las aportaciones de cada época y siguiendo las diferentes teorías y prácticas de las Academias que funcionaron en el ámbito de la
Monarquía Hispánica durante los siglos XVI, XVII y XVIII; es decir, las que informaron a los
ingenieros constructores, más o menos directamente, aportando unos modelos que se estimaban como óptimos, pero que debían ser adaptados a las condiciones geoestratégicas, tácticas
y logísticas de cada lugar. Así pues, este resumen es también una especie de diccionario ideológico que se presenta con la terminología de cada época y su concepto funcional. En todo
caso es una síntesis adaptada a las defensas costeras en general y al castillo de San Felipe en
particular. Ver esquemas de las fortificaciones al final de este anexo.
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La fortificacón del siglo XVI y XVII
Para el tema de este informe hay que señalar que el modelo académico durante la época
de construcción de los castillos en la ría de Ferrol fue el que se desarrolló en el ámbito de la
“Real Académica de Matemáticas, Arquitectura Civil y Militar” de Madrid, creada por Felipe
II en 1583 y dirigida por Juan de Herrera, con la colaboración de Tibucio Espanochi que era
el ingeniero responsable de los temas de fortificación. Los estudios de los profesores, como
Pedro Rodríguez Muñiz o Cristóbal de Rojas, y las experiencias de las grandes obras de fortificación de esta época por otros importantes ingenieros (J. Pelearo Fratin, Juan B. Antonelli,
G. De Soto etc), fueron perfilando unas soluciones formales a los problemas defensivos del
momento. Estos modelos pretendían tener una base matemática, casi toda obtenida de los estudios de geometría euclidiana y de sus primeros desarrollos prácticos por autores tan famosos
como Pedro L. Escriba, Carlo Teti, Jerónimo Cataneo, entre otros muchos intelectuales renacentistas.
La función que tendrían las fortificaciones defensivas de un puerto de mar estaban en
relación con la geografía del fondeadero que ya se identificaba en su tipología; para nuestro
caso es el de una bahía con su acceso por una canal, teniendo en cuenta también los modelos
de buques (muy diferentes), las disponibilidades de la artillería y otras armas (arcabuces, mosquetes etc) como ya se indicó en este mismo estudio. Así pues se trataba de controlar básicamente la “avenida de los navíos”, teniendo en cuenta su maniobra de navegación, oponiéndole
un suficiente “fuego artillero”; pero también estableciendo una defensa por tierra de la fortificación ante un posible ataque por esta parte. En definitiva, se estudiaba y diseñaba un modelo
con dos zonas diferenciadas: la batería artillera hacia la mar (normalmente estaría sobre un
cabo) y el frente “a la campaña”, también con armas de fuego.
El modelo generalmente utilizado lo encontramos en un tratado de Cristóbal de Rojas
(1598): “Teoría y práctica de la fortificación...” que nos muestra el tipo denominado “fuerte a
la marina... a propósito sobre un río o en canal de un puerto”. Este modelo se puede analizar
de la siguiente forma:
En la planta (entonces denominada Ichnografía) presentaba lógicamente las dos soluciones a las funciones antedichas: Por la parte de la mar describía una línea quebrada que
significaba la adaptación a los sectores del tiro artillero hacia los buques y su condicionante
del plano costero (cabo o ribera más o menos recta). Por la parte de tierra (“espaldas a la marina”) presentaba un frente abaluartado, configurando un cierre poligonal, cuyos lados eran las
llamadas “cortinas” y en sus ángulos tenían sus correspondientes “baluartes” en forma romboidal saliente que flanquearían las citadas cortinas. La unión de las partes de tierra y la mar
se hacía generalmente con una adaptación del baluarte que perdía prácticamente su función de
flanqueo, dando realmente un “semibaluarte”. Por supuesto que los baluartes tenían entonces
unas trazas también académicas y medidas aconsejadas, con nombres propios que identificaban cada elemento de su composición, además de su entorno hacia el foso y campaña (ver
esquema). Reseñamos las partes más significativas para este estudio:
“Cortina franca” era la línea frontal entre los baluartes (360 pies)
“Frente del recinto” era la distancia entre los ángulos del polígono (600 pies)
“Frente del baluarte” era el lado saliente de este (250 pies)
“Flanco del baluarte” era el lado que se unía a la cortina, con un ángulo de 90º y podía
tener un “orejon” y “casamata” para la artillería (90 pies).
“Foso” era el espacio excavado en todo el frente (80 pies de ancho)
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“Estrada cubierta” era un terraplén al otro lado del foso, junto a la campaña (“glacis”),
más bajo que esta (15 pies de ancho) y podría tener un ángulo saliente al frente de la cortina,
llamado “rebellín”, de donde podría salir un puente sobre el foso.
“Gola” era la parte donde se estrechaba cualquier parte de la fortificación hacia el interior, como era la unión del baluarte con el ángulo del polígono defensivo.
Había, por supuesto, otros muchos elementos bien identificados que no se explican en
este resumen (consultar bibliografía para mayor conocimiento: Rojas C. 1598).
En la sección o perfil (entonces denominada orthografía) se daban también dos soluciones: Por la parte de la mar se presentaba una muralla escarpada (45 pies o más, según el terreno), normalmente sobre la roca de la ribera, que tenía hacia el interior un terraplén (“adarve”)
de unos 50 pies de ancho para emplazar las armas. Por la parte de tierra tenía este mismo perfil y su correspondiente foso (50 pies de profundidad) y la citada estrada o camino cubierto.
Se podía disponer de una “contramina” junto a la muralla escarpada, bajo la adarve. El remate
o coromiento de la muralla era un “parapeto” que podía ser continuo para tiro “a barbeta” (sobre el parapeto) o discontinuo con “troneras” (cañoneras) para las bocas de los cañones y sus
correspondientes “merlones” laterales para defensa de los servidores.
(Ver esquemas/diccionario gráfico).
Durante el siglo XVII el imperio de la Monarquía Hispánica fue desarrollando una serie
de teorías y experiencias en la fortificación de los grandes territorios que trataba de controlar. Si bien es cierto que los ingenieros militares fueron adaptando los modelos de la citada
Academia de Matemáticas de Madrid, como máxima autoridad en la formación, también es
cierto e importante que a lo largo del siglo XVII se crearon una apreciable cantidad de centros
académicos que formaron “escuela” en diferentes modalidades y contribuyeron a establecer
un enorme cuerpo doctrinal que se puede conocer en la multitud de tratados que se conservan.
Así, como introducción para comentar luego las tipologías del siglo XVIII, parece conveniente citar algunos datos de estas experiencias y teorías: El caso de las adaptaciones de la
discutida “traza triangular” para los castillos en América (Zapatero J. 1978) y la construcción
de los “fuertes a la mar”, ya citados, produjo una serie de fortificaciones de gran calidad y
eficacia para la defensa de las bahías; estos fueron los magníficos diseños de Juan B. Antonelli
en los”morros” (La Habana, Santiago de Cuba, S. Juan de Puerto Rico) que en su adaptación
a las puntas costeras presentan una cierta diversidad por sus baterías a la mar y también en su
frentes de tierra que se acomodaban al escarpado costero, modificando las cortinas y los baluartes ; así estos reducen los flancos en las zonas de mayor desnivel por el imposible ataque
a estos lados de la fortaleza, incluso desapareciendo, hasta llegar a formas parecidas a lo que
luego se denominaría “hornabeque” por su configuración de semibaluartes, adaptados a terrenos con gran diferencia de cotas.
Esta fortificación hispana en el Nuevo Mundo tiene sobrados méritos y características propias para ser considerada como “Escuela de Fortificación Hispanoamericana”, en su sentido de
aplicación a unas necesidades concretas en el Caribe y los virreinatos coloniales próximos, pero
también en conexión con los centros de estudios de los reinos hispanos en Europa (XXXVI
Congreso Internacional de Americanistas, 1966: Zapatero, J.M. 1978): “Escuela de Palas “ del
Marques de Leganes en Madrid y la “Academia de Matemáticas” en Milán de Ambrosio de
Spinola, ambas después de 1630; “Academia Real y Militar del Ejercito de los Países Bajos”
en Bruselas de Sebastián Fernández Medrano, después de 1670; el famoso “Colegio Imperial”
de los Jesuitas con varias sedes y enorme difusión de la teoría matemática y su aplicación po-
87
liorcética; incluso también pequeñas academias que funcionaron en Burgos, Valladolid, Sevilla
y Cádiz. En general en todos estos centros técnico se percibe la importancia y el gran impulso
de la adaptación de los fuertes en la configuración geográfica, como interpretación lógica de
unos modelos geométricos clásicos (“simetría”), así como un esfuerzo por obtener los mejores
diseños para “fortificar al exterior”, como hemos citado de los ingenieros en territorio americano, destacando, una vez más, la aportación de los Antonelli con cierta formación italo-española
en la que se tenía muy en cuenta este método de proyección exterior, por otra parte contrario al
francés de “fortificación al interior” que defendió Errard de Bar-Le-Duc.
Hay que destacar que hacia el final de la primera parte del siglo XVII había ya un gran
intercambio de tratados de fortificación entre las diferentes escuelas que también atendían a
sus particulares territorios; así, por ejemplo, el ingeniero francés F. Pagan en 1645 combinaba los métodos hispano-italianos y las experiencias holandesas que luego aplicaría Sebastián
LaPreste (Vizconde de Vauban), llevando a sistematizar en sus obras las diferentes maneras
(sistemas) de hacer fortificación, dándole hoy un excesivo protagonismo a este autor y luego
divulgadas también con algunos desarrollos por otros tratadistas como Bernard Forest de Belidor.
Para nuestro caso de los fuertes o castillos “a la mar” es preciso valorar los elementos
fundamentales de estas fortificaciones que se consideraban en cierto modo “irregulares”; pero
también necesarias para el control de las bahías y sus ciudades portuarias por la conveniencia
de los “fuegos laterales” de la artillería, frente a la gran potencia de los primeros “navíos de
línea” que comenzaban a presentar más de 30 cañones por banda. Así pues, los llamados “planes de defensa” tenían en cuenta las nuevas “baterías colaterales” que realmente se articulaban
en un sistema defensivo con los antiguos “fuertes a la mar”, incluso transformándolos como
“obras convenientes” según su tamaño y tipo de protección, al decir de algunos autores. En
ninguna de las otras “escuelas” europeas se le dio la importancia debida, siendo la hispanoamericana la que desarrolló realmente este tipo de fortificación, más aún después en el siglo
XVIII, como veremos.
Los castillos-baterías-costeras se consideraban obras “permanentes” por su “firmeza”
(construcción sólida) y sus proporciones quedaban reguladas por el número de cañones de
la dotación: “a cada cañón se le da 12 pies, con que multiplicados los cañones por doce, el
producto es lo ancho de la batería”, según lo enseñado en el ámbito el Colegio Imperial de los
Jesuitas (Cassani, J. 1705) y reconocido por la Escuela de Bruselas, luego incorporada doctrinalmente a la de Barcelona (Fernández Medrano, S. 1700). Los parapetos con sus troneras
también se dimensionaban, siendo inicialmente entre 7 y 9 pies de altura, con troneras de unos
3 pies en la boca interior o de tiro “a barbeta” si estaban a gran altura, ya que “así pueden tirar
a todas partes y excusar la tierra…” (Fernández Medrano. S. 1700).
Estas instalaciones artilleras, agrupadas inicialmente por razón táctica, quedaron ordenadas con tipificaciones propias de “bajas” y “altas” según su posición. En su frente de tierra se iría acudiendo a las soluciones académicas que se conocían en cada época, siempre
utilizando las “esenciales” (cortinas, fosos, camino cubierto y explanada), pero también con
las”convenientes” (revellines, contraguardias, plazas de armas etc), las “accidentales” (tenazas, hornabeques, coronas etc.) y las “accesorios” (puentes, garitas, caponeras, espaldones,
almacenes, cisternas, cuarteles etc.). Ver esquemas gráficos.
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La fortificación del siglo XVIII
Al comenzar el siglo XVIII, como ya se comentó, la relación de conocimientos entre las
diferentes “escuelas” era muy grande, tal y como se puede comprobar en la bibliografía que
manejaban los ingenieros en sus “academias” y de los apuntes que realizaban para utilizar como
cuadernos teóricos, luego en su profesión (Capel, Horacio. 1988). Estos tratados personalizados
y sus pequeñas bibliotecas les acompañarían en sus destinos y hoy se conservan en buena parte
en Ferrol (Biblioteca de la antigua Zona Marítima). Además, en el entorno fundacional de la Real
Academia de Matemáticas de los Ejércitos en Barcelona estaban presentes todas las doctrinas de
las más prestigiosas escuelas europeas e hispano-americanas, siendo el citado Fernández Medrano el gran teórico inicial para la formación del nuevo Cuerpo de Ingenieros, a partir de 1710.
A esta primera época y entorno académico pertenecían los ingenieros que proyectaron
las fortificaciones costeras de Ferrol. La más importante fue la de San Felipe, llegando a ser
una síntesis de todas las “máximas” de fortificación que se reconocían como la base científica
de la ingeniería militar española en la primera mitad del siglo XVIII. Las 15 máximas que
enseñaba Fernández Medrano serían indiscutibles y aplicadas en Ferrol por los ingenieros F.
Montiagu, J. de la Ferriere y J. Vergel; como después, las 6 máximas de Pedro Lucuze en la
segunda mitad del siglo por F.Llobet, M. Hermosilla y otros muchos. Ni que decir tiene que
estas máximas se desarrollaban en las diferentes clases con apuntes, ejercicios y referencias
bibliográficas dedicadas al estudio de los elementos (obras) esenciales, convenientes, accidentales y accesorias que hemos citado.
Para el tema que desarrollamos en Ferrol y el castillo de San Felipe es muy importante reseñar algunas características funcionales y constructivas de las obras que se definían ya
con cierta precisión, utilizando las mejoras obtenidas de los diseños del anterior siglo que se
debían básicamente a la adaptación de estos tipos a los alcances y potencia de las armas de
fuego en el comienzo del siglo XVIII, aunque la normalización de los modelos de piezas de
artillería y armas portátiles de fuego aún comenzaba a desarrollarse.
En el diseño y construcción de la gran reforma de San Felipe no tendrían lógicamente
aplicación los cambios realizados por los ingenieros de la segunda mitad del “siglo de las
luces”, como fueron los destacados españoles Pedro Lucuze o Pedro Martín Cermeño de la
Academia de Barcelona, el francés Marc Montalaubert y otros de la escuela de Meziers, introduciendo novedades en las postrimerías del sistema abaluartado-atenazado, como fueron
ciertos desarrollos de las casamatas y otras precauciones para los tiros de rebote que Vauban
había estudiado y aplicado.
Por la parte de la mar las baterías artilleras, ya se comentó, se estructuraban en base a la
amenaza de los navíos, con su gran potencia de fuego y la posibilidad de bombardear a diferentes cotas, lo que determinó, repetimos, una “orthografía” (perfil) de batería baja “a flor de
agua” y otras altas, siendo de troneras o barbeta respectivamente; la ichnografia (planta) era
muy variable en función de la “avenida de los báxeles”, intentando cruzar los tiros con otros
castillos, siguiendo los rumbos y maniobras de los navíos; en todo caso estableciendo sectores
de tiro desde las agrupaciones de cañones en líneas curvas y quebradas, con algún pequeño
flanqueo para las proximidades de los entrantes de la mar (laterales de las puntas geográficas).
En resumen no había grandes diferencias tipológicas con los diseños del siglo anterior, pero si
una mayor capacidad de ejecución de los proyectos.
Por la parte de tierra se daban algunos cambios, debidos a las mejoras de la fusilería y
artillería de campaña, así como las también citadas obras “al exterior” que trataban de poner
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sucesivos frentes y reparos, más bien pensando en las posibles tácticas de “sitios” o “cercos“
con líneas de “circunvalación” y “contravalación” y sus correspondientes “aproches” (aproximaciones) con trabajos de zapadores, incluso de minados.
En las obras “esenciales” no habían cambiado grandemente las cortinas, fosos y explanadas respecto a su configuración antigua (si sus medidas); pero la zona de la estrada o camino cubierto se complicaba con obras “convenientes”, ya que los “revellines” tomaban formas
diferentes y con elementos parecidos de ángulos salientes que se aplicaban a esta zona; como
eran las “lunetas” o “plazas atrincheradas”, flanqueando los revellines y las “contraguardias”
que estaban delante de los baluartes con formas más o menos complejas.
Había también otros elementos que no se aplicaron en San Felipe: medias lunas y tenazones. Los baluartes modificaban entonces su “ángulo fijante” entre la cortina y el flanco,
ampliándose a 100º (antes 90º).
Es importante señalar que las obras llamadas “accidentales”, por ser complementarias
de los frentes abaluartados-atenazados, llegaban a tener una extraordinaria función en base a
los condicionantes del terreno, incluidas las partes que estaban dominadas (“incomodidad”);
de tal manera que se perfeccionaron las llamadas “tenazas” y “hornabeques”, también con diferentes tipos en planta que llegaban a formar verdaderos frentes avanzados, contando con todas las obras “convenientes”. En San Felipe se utilizó solamente el tipo “hornabeque”, en este
caso de la modalidad “sencillo” (dos semibaluartes que flanquean una cortina) y de “cola de
golondrina” que era más estrecho por la “gola” o parte más cercana a la fortificación básica.
La adaptación del hornabeque a las baterías costeras, cerrando su “espalda”, como fue
la novedad de San Felipe, facilitó el desarrollo de un nuevo modelo de “batería colateral”,
también diseñado por F. Llobet en Ferrol para la punta de Rabo da Porca (hoy San Carlos) y
perfeccionando finalmente por la Academia de Barcelona.
Las obras “accesorias” también se fueron ensayando y modelando con diferentes tipologías según su función táctica o logística; de manera que en el siglo XVIII los ingenieros
tenían ya buenos diseños generales como referencias. Para el tema que nos ocupa destacamos
los siguientes:
Las “garitas” tenían la función de puestos de vigilancia en los ángulos más avanzados
(baluartes normalmente), construídas sobre el “cordón magistral” (marcaba la línea de la fortificación interna), y su figura tenía base hexagonal llamada “solanera “ o “culdelamp“, evolucionada de las circulares y pentagonales, con un cuerpo o “linterna” y sus aspilleras, rematada
en “cubierta de media naranja” o “chapitel” (cupulilla); fueron también piezas bastante decoradas.
Los “puentes” que cruzaban los fosos no evolucionaron grandemente, consolidándose
la parte fija o estable, llamada “durmiente”, que sería de fábrica de cantería compacta o de
pilastras, a veces de madera, y la parte “levadiza” que evolucionó de un sistema mecánico de
“contrapeso y flechas” a otro de cadena con aparejo de roldana.
Los “portales” eran también objeto de estudio, aunque su función básica de cierre con
portón (normalmente de madera) se completaba con la de mostrar la importancia de la fortificación, teniendo carácter ornamental que seguía los cánones académicos de cada época y sus
estilos artísticos (del barroco al clasicismo académico) con escudos, alegorías etc.
Las llamadas “caponeras”, aunque su función como elemento avanzado hacia el exterior
de la fortaleza había sido siempre muy diversa, fue tomando gran importancia en la determinación de sus tipologías, de manera que se complicaban las formas: Desde una simple galería
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en el foso o glacis hasta llegar a presentar la completa “orthografía” (perfil) de una cortina,
con su propio foso y camino cubierto. En cualquier caso fue una obra de vanguardia, cabecera
hacia el exterior, de ahí su nombre y muy flexible en su aplicación por los ingenieros.
Los “espaldones”, también de origen antiguo, tenían la función de proteger los emplazamientos de las armas y sus dotaciones de los disparos laterales de los enemigos; así estas
piezas eran fundamentales en las fortificaciones dominadas desde las alturas próximas; fueron
evolucionando desde un simple muro hasta diseños con arcadas de cierta complejidad.
En cuanto a los edificios logísticos de apoyo al personal y material debemos reseñar su
relación directa con los modelos de arquitectura civil de la época, aunque en las fortificaciones
se aprovechaban los espacios internos del polígono básico con las consiguientes adaptaciones
y compartimentaciones internas: cuarteles, almacenes generales, hospitales, cisternas para el
agua, capillas, cuadras de animales etc, etc. No obstante debemos reseñar algunas características particulares que los distinguen: Los almacenes de pólvora en las fortificaciones se disponían en los lugares que se consideraban más protegidos, siempre a “prueba de bomba” por
su cubierta resistente de fábrica y con ventilaciones indirectas (dado interpuesto en el muro
aspillado). Estos polvorines solían tener también una zona de protección con doble acceso.
Los alojamientos de la tropa eran por unidades orgánicas, incluyendo su habitabilidad, incluso
la cocina (ranchos), adaptándose siempre y de manera subordinada a las necesidades tácticas
defensivas de la fortificación.
La fortificación del siglo XIX
Con respecto a la evolución de las fortificaciones costeras del siglo XIX basta decir, para
este trabajo del castillo de San Felipe y las otras baterías colaterales, que se fue imponiendo
un sistema de mayor de protección para las piezas de artillería, basado en la construcción de
“casamatas” a prueba de bomba, similar en su forma y materiales a la cubierta de los polvorines y también con un diseño a varios niveles; pero esta evolución desde el último cuarto de
siglo XVIII y primera mitad del XIX fue también el final de este tipo de fortificación, ya que
la nueva artillería de la época, con mayor alcance, potencia y precisión, dejo completamente
ineficaces los emplazamientos de la Edad Moderna, o sea el sistema abaluartado-atenazado,
tal como hemos apuntado en el epígrafe que describe la ingeniería naval militar.
Las obras genuinas y académicas del nuevo sistema defensivo con la artillería de la
segunda mitad de la centuria no tendrían realmente aplicación en el castillo de San Felipe,
eligiéndose lugares de mayor altura y dominio de la costa para las nuevas armas.
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Anexo II
Documentación histórica
A- Documentos escritos
Este anexo de los documentos escritos, que
son referencias importantes para el “Informe
patrimonial histórico” del castillo de San Felipe (Ferrol), es una parte del catalogo general
del conjunto “Ferrol de la Ilustración”, editado
en dos volúmenes en el año 2006 y 2007 en
Ferrol (Ayuntamiento/ Comisión para el Estudio y Valoración del Patrimonio Histórico),
así como algunas adiciones posteriores que
se han incluido en la base de datos general,
realizada para el estudio de este bien cultural
(referencias: Fortificación de la Ría (Ferrol) y
castillo de San Felipe). Así, este catálogo parcial recoge los documentos escritos obtenidos
hasta la fecha de 30 de junio de 2010, procedentes de muy diferentes archivos históricos,
estimándose que abarca un alto porcentaje
por los fondos consultados durante la última
década. En todo caso debemos precisar que
todos estos documentos están catalogados y
reprografiados íntegramente en la Comisión
de Estudio y Valoración del Patrimonio Histórico de Ferrol (Ayuntamiento).
1. Le envía un tanteo de lo que costará ahondar el foso
del castillo de San Felipe en Ferrol, será de largo 160
pasos, de ancho 20 y de fondo 10,e n la superficie serán
3.120 pasos y el coste de los mismos será de 401.340
escudos de a 10 reales.
1590/10/06
Marques de Cerralbo
A. G. de Simancas. Guerra Antigua, leg. 289, fol. 1
2. Según el tanteo del coste la excavación del Fuerte de
San Felipe en Ferrol, costará en total 401.30 escudos
de a 10 reales.
1590/10/06
Pedro Rodriguez Moñíz
A.G. de Simancas. Guerra Antigua, leg. 289, fol. 2
3. Dice que para la mejor fortificación del Puerto de
Ferrol se deben hacer tres fuertes, que están señalados
a su entrada; se pondrá una cadena de trozos de madera
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entre los fuertes de San Felipe y de la Palma, y artilleros, ganarán 2.500 ducados. Acompaña al plano donde
se pretende hacer el citado Fuerte de San Felipe.
1596 s.f.
Conde de Santa Gadea, Adelantado de Castilla
A.G. de Simancas. Guerra Antigua, leg.462, fol. 145
4. Explica la traza que tendrán los fuertes de la Ría
de Ferrol y que así quedará asegurada la entrada a su
puerto.
1596/12/06
Conde de Santa Gadea, Adelantado de Castilla
A.G. de Simancas. Guerra Antigua, leg. 462, fol. 144
5. Envía el plano de la plante del Puerto de Ferrol y
el estado en que están los tres fuertes de la Ría: San
Martín, San Felipe y Nuestra Señora de la Palma, por
la visita que mandó hacer al capitán y sargento mayor
Francisco Fernández Palomino. Necesitan más gente
y municiones.
1639/02/13
Marques de Valparaíso
A.G. de Simancas. Guerra Antigua, leg. 1275
6. Infoma sobre el estado del Puerto de Ferrol y su
defensa: el puerto tiene 1 legua de canal desde la boca
al sugidero, la latitud no pasa de tiro de arcabuz en
lo más ancho y el mosquete hará efecto de una banda
a otra; tiene a más de medio canal tres castillos que
mandó fabricar el Adelantado de Castilla, Martín de
Padilla, para seguridad del puerto, cuando los ingleses quisieron venir a quemar los navíos de la Armada
y que tienen poca guarnición, artillería y artilleros.
Tiene almacenes y hornos de labrar bizcocho. Para su
seguridad es necesario hacer un fuerte donde llaman
el cabo de Leyres.
1639/02/17
Marques de Mancera
A.G. de Simancas. Guerra Antigua, leg. 1275
7. Estado de la gente que se necesita para las obras que
se pretender ejecutar en la Ría de Ferrol: sobrestantes,
carpinteros, aserradores, canteros, monteros, peones
1731/04/22
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
8. Envía el plano de la fortificación proyectado para
el Castillo de San Felipe, dice que se puede hacer una
gran batería; se fortificará la punta de Segaño y la del
Rabo de Porca
Oficio
1731/04/24
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
9. Estado de los artilleros que se necesitan en los tres Cas-
tillos, indica el número de ellos según las ocasiones
1731/04/24
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
10. Estado del gasto que mensualmente ocasionarán las
obras de la conclusión del tercer almacén y los castillos
de San Felipe y La Palma
1731/04/24
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
11. Informa que recibió el plano y el presupuesto del
costo de las obras del Castillo de Nuestra Señora de
Palma; pide el gasto total de la obra y un plano de las
fortificaciones y el número de cañones que se necesitan
en los tres castillos de la Ría de Ferrol y en la batería
de Segaño.
1731/05/06
José Patiño
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
12. Remite el plano de la fortificación de la punta de
Segaño y lo que mensualmente importaran las obras;
ha pedido ingenieros y demás trabajadores a Bernardino Freire para empezar a trabajar en el Castillo de
San Felipe
1731/05/08
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
13. Informa que se le avisará cuando el Rey dé la resolución del proyecto de la obra del Castillo de San
Felipe de Ferrol
1731/05/13
José Patiño
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
14. Informa que el Rey aprueba la obra que se debe
hacer en el Castillo de San Felipe de Ferrol
Oficio
1731/05/20
José Patiño
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
15. Remite una relación con el estado de los cañones,
cureñas, pólvora, balas y demás pertrechos que se necesitan para las baterías de los tres castillos de la Ría
de Ferrol: Nuestra Señora de Palma, San Martín y San
Felipe
1731/06/05
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
16. Estado de la que se remitió de Cádiz y de los arsenales de la Marina para los tres castillos de la Ría de
Ferrol: Nuestra Señora de Palma, San Martín y San
Felipe
1731/06/05
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
17. Estado general de la artillería, municiones y demás
pertrechos con que se han de guarnecer los tres castillos de la Ría de Ferrol: Nuestra Señora de Palma, San
Martín y San Felipe
1731/06/05
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
18. Envía un estado particular de la artillería, municiones y pertrechos con que se han de guarnecer los tres
castillos de la Ría de Ferrol: Nuestra Señora de Palma,
San Martín y San Felipe.
1731/06/05
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
19. Estado de los maestros y peones empleados en
las obras del tercer almacén del Arsenal de La Graña,
baterías del castillo de Nuestra Señora de Palma y fortificación del Castillo de San Felipe
1731/07/03
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
20. Le informa que el Rey ha resuelto que de los Arsenales de la Carraca de Cádiz se lleven 30 cañones para
los castillos de la Ría de Ferrol
1731/07/04
Salvador de Olivares
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
21. Informa del estado de las obras con plano y perfiles
del Castillo de San Felipe; en el Castillo de Nuestra
Señora de Palma, se trabaja en el cordón para la batería
a barbeta y excavación para la muralla del recinto
1731/07/17
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
22. Informa que el Rey ha resuelto que se provean a
los tres castillos de la Ría de Ferrol: Nuestra Señora de
Palma, San Martín y San Felipe, de artillería, municiones y pertrechos necesarios
1731/08/18
José Patiño
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
23. Le informa que el Rey ha resuelto que se guarnezcan de artillería, municiones y pertrechos necesarios
los tres castillos de la Ría de Ferrol: Nuestra Señora
99
de Palma, San Martín y San Felipe
1731/08/18
José Patiño
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
24. Le incluye un planito del estado de las obras del
Castillo de San Felipe en Ferrol; se ha puesto la pizarra a las dos testeras de la falda del tercer almacén, se
prosigue la escalera del primer piso al segundo; se ha
adelantado la gran batería; también informa del estado
de los operarios
1731/09/25
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
25. Le envía el plano y perfiles del estado de las obras
del Castillo de Nuestra Señora de Palma, el trabajo en
las baterías es duro y penoso; informa sobre el trabajo
de los carpinteros y canteros; se acabaran en breve las
baterías, para ello se han llevado operarios del Castillo
de San Felipe. Que se han excavado los cimientos de la
puerta principal del Arsenal de La Graña, que corresponde al frente de los almacenes de desarmo y que se
empezará alguno de los almacenes
1732/01/01
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
26. Estado de los maestros, peones y demás operarios empleados en las obras del Arsenal de La Graña,
baterías del Castillo de Nuestra Señora de Palma y
fortificación del Castillo de San Felipe
1732/01/01
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
27. Informa que en el Arsenal de La Graña se trabaja en la
excavación y cimientos de los almacenes de desarmo. En
el Castillo de Nuestra Señora de Palma, se hacen reparos
en la muralla antigua, y propone que se hagan tres espaldones en la batería a barbeta de Santa Isabel, le da noticias
de las obras de albañilería y le remite un plano del citado
castillo. En el Castillo de San Felipe, se ha finalizado una
porción del parapeto del camino cubierto, se ha empezado
el parapeto a la muralla y se continua cortando la falda de
la montaña que cae a la gran batería.
1732/07/08
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
28. Le informa del estado de las obras de la ría de Ferrol, incluye un plano del Castillo de San Felipe, en el
cual propone que se hagan alguna obras más.
1732/07/29
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
100
29. Informa de cómo siguen las obras: en el Arsenal
se clavaron estacas de pilotaje en las dos rampas, se
empezaron las murallas en el tercer y cuarto almacén
de desarmo. En el Castillo de Nuestra Señora de Palma
se deberán hacer los tres espaldones en la batería a
barbeta. En el Castillo de San Felipe: manda un plano
adjunto del castillo, donde se ve la comunicación a la
derecha del hornaveque, en simetría a la de la izquierda, con esto cierra la parte de tierra; no se necesitará de
tanta obra y se ahorrará mucho en el presupuesto
1732/07/29
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
30. Informa del estado de las obras de albañilería: en
el Arsenal, se han clavado estacas del pilotaje en las
dos rampas; se concluyó la muralla de los cimientos
del tercer y cuarto almacén de desarmo. En el Castillo
de San Felipe, se prosigue la cara interior del parapeto
de la gran batería, la muralla de la estrada incubierta,
la excavación de la contra escarpa del frente del hornaveque, se labra la piedra de sillería para los parajes
que se necesita; se hacen los pagos de los gastos de
labrar la madera, compra de materiales, los jornales
de los operarios, etc.
1732/08/05
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
31. Le informa que el Rey ha visto el plano del Castillo
de San Felipe y manda aprobar las obras proyectadas y
que se disponga se hagan según el plano; para el cuartel de la infantería, deja la elección de la construcción
dentro o fuera del Arsenal.
1732/08/29
José Patiño
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
32. Le informa sobre las obras y asiento para la plataforma de la gran batería del Castillo de San Felipe en
Ferrol. Incluye las condiciones a las que se obliga el
asentista Domingo Núñez, en la citada construcción,
que corresponde a las 12 troneras que hay en las dos
caras del ángulo saliente
1733/05/12
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
33. Le envía una copia de las condiciones practicadas
para quien quisiere tomar por asiento labrar y sentar la
piedra de sillería de la cara exterior de la muralla, que
debe seguir a la gran batería del Castillo de San Felipe
1733/08/11
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
34. Informa de la contrata hecha a Domingo Núñez
para la realización de la plataforma de la gran batería,
zócalo de la muralla, y pies derechos de los arcos del
Castillo de San Felipe en Ferrol; incluye las condiciones del asiento de la citada contrata
1733/08/11
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
35. Le informa sobre el asiento para labrar la piedra
de sillería para la muralla que ha de seguir a la gran
batería del Castillo de San Felipe en Ferrol. Incluye
las condiciones y posturas de los asentistas para la
citada obra
1733/09/08
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
36. Informa que el Rey aprueba las obras que deben
hacerse en el Castillo de San Felipe de Ferrol, para
aumentar la seguridad del puerto, y por ser uno de los
castillos que defienden su ría.
1734/05/13
José Patiño
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
37. Le remite la contrata hecha por los asentistas catalanes para las obras del Castillo de San Felipe en
Ferrol, en la que han reducido los precios y con la que
tendrán que proseguir las obras del citado castillo
1734/06/01
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
38. Envía el estado de la Artillería y cureñas que se
hallan en los almacenes y parque del Arsenal de La
Graña; el estado de la Artillería, municiones y demás
pertrechos de Guerra, que se hallan existentes en los
tres Castillos de la Ría de Ferrol: San Martín, Nuestra
Señora de la Palma y San Felipe.
1734/06/01
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
39. Le informa que debían de traerse de la fundición de
La Cavada (Cantabria), 100 cañones de a 12; se habían
traído cañones de a 24 que se habían colocado en el
Castillo de San Felipe de Ferrol; Bernardino Freire
dice que no hay cañones en La Cavada, porque se los
llevaron a Cádiz, si no los traen, se quitaran los del
castillo para ponerlos en el navío San Fernando
1735/03/08
Francisco Cornejo
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
40. Informa que enviará un pontón a Santander para
transportar los 43 cañones de a 24 para el Castillo de
San Felipe
1735/03/22
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
41. Le informa sobre la Artillería que debe remitirse al
Arsenal de La Graña, enviará 28 cañones de artillería
del calivo de a 12
1735/04/28
Juan de la Pedrueca
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
42. Da noticia de que está pendiene la salida del Pontón
San Francisco Xavier con 37 cañones de a 24, esperando tiempo favorable y espera embarcación para enviar
el resto que son 28 de a 12 y 6 más de a 24.
1735/05/18
Juan de la Pedrueca
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
43. Da noticia de la salida del Ponton San Francisco
Xavier con 37 cañones del calibre de a 24 para Ferrol.
1735/05/19
Juan de la Pedrueca
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
44. Sobre el transporte de la artillería de Guarnizo al
Castillo de San Felipe
1735/06/07
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
45. Da cuenta de la salida para Ferrol de 28 cañones
de a 12 y 6 de a 24.
1735/06/09
Juan de la Pedrueca
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
46. Da cuenta de la salida para Ferrol de un patache
de bandera española que Manuel Olarte fletó para el
transporte a Ferrol de 20 cañones de a 12. Se prevee
próxima la salida de los 8 restantes de a 12 y los 6 de
a 24.
1735/06/16
Juan de la Pedrueca
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
47. Hace objeciones sobre la fortificación del Castillo
de San Felipe de Ferrol. Incluye unas disposiciones del
Rey comunicadas por José Patiño, sobre las obras de
la fortificación del citado castillo.
1735/06/17
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
101
48. Informa que se han recibido 37 cañones para el
Castillo de san Felipe
1735/06/21
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
49. Informa que se han enviado 14 cañones para el
navío San Fernando, y 43 para el Castillo de San Felipe, desde Guarnido a Ferrol en el patache “Nuestra
Señora de Aguirre”
1735/06/23
Juan de la Pedrueca
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
50. Le informa que han llegado dos embarcaciones
que remite Juan de la Pedrueca, con cañones para el
navío San Fernando y para el Castillo de San Felipe
de la Ría de Ferrol
1735/06/28
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
51. Le remite el plano de las objeciones y decisiones de
la obra del Castillo de San Felipe de Ferrol.
1735/07/19
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
52. Le remite un plano del Castillo de San Felipe de
Ferrol e incluye la explicación del mismo.
1735/07/20
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
53. Le comenta el estado actual de los planos del Castillo de San Felipe de Ferrol: hornaveque, cuarteles y
almacenes
1735/08/02
s.a.
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
54. Le remite la noticia de la munición y valeria que
se ha conducido a Cádiz desde Ferrol; y que la valeria
que se salvó del navío Andrómeda se destinará para el
Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol.
1735/08/30
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
55. Le envía un plano y los perfiles del Castillo de San
Felipe de Ferrol, con una explicación detallada del
citado plano (la batería baja ya está concluida).
1735/09/14
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
102
56. Informa que se puede almacenar la pólvora de los
navíos en los almacenes del Castillo viejo de San Felipe de Ferrol
1735/10/11
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
57. Le envía el proyecto y el plano del Castillo de San
Felipe de Ferrol que formado para terminar las obras
que faltan por hacer siguiendo la idea que se le comunicó, aumentando la batería alta, para mejorar la defensa
de la entrada de la ría. Incluye el estado de las especies
de obra y el importe total de lo que falta por hacer
1736/02/27
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
58. Le informa que se ha convenido con el maestro
Antonio Vázquez, asentista de las obras del Castillo de
San Felipe de Ferrol, para entrar en ellas, bajo los precios y circunstancias que se le han propuesto. Incluye
una relación de los precios de cantería, mampostería
y demás géneros de obras que se deben hacer en el
citado castillo (maderas, hierro, plomo etc.) con las
condiciones del citado asentista.
1736/03/05
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
59. Informa que Juan Vergel le ha comunicado que en
el Castillo de San Felipe de Ferrol está casi finalizada
la batería de 5 cañones sobre la caponera de la izquierda, que se guarnezca el frente y alas del hornaveque; se
necesitan 24 cañones de bronce de a 12 libras de bala,
que el comandante de Artillería forme los diseños de
las cureñas para su construcción.
1736/05/01
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
60. Le informa que el almacén de pólvora proyectado
en el ala izquierda del Hornaveque del Castillo de San
Felipe de Ferrol, se pondrá en medio del baluarte de la
izquierda, como se lo encargó
1736/05/23
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
61. Le envía el estado de la artillería, municiones y
demás pertrechos, que existían a final de noviembre de
1736 en los tres castillos de la ría de Ferrol: Nuestra
Señora de Palma, San Martín y San Felipe
1736/12/03
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
62. Le informa que la pólvora de los navíos desarmados se almacena en el Castillo de San Felipe de Ferrol,
y pide señalen sitio separado del citado castillo y del
Arsenal de La Graña, para construir un almacén para
la pólvora.
1737/01/21
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
63. El Gobernador del Castillo de San Felipe, José
Candía, se queja de sus atribuciones porque debe estar
a las ordenes del Duque de Montemar
1737/02/08
José Candía
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
64. Informa que el gobernador del Castillo de San Felipe de Ferrol, tendrá grado de teniente coronel, se le
destinará un sargento mayor, un ayudante y un capitán
de llaves; tendrá un considerable número de artilleros
y guarnición. El derecho de Ancoraje y de visita, será
según lo ordene Su Majestad
1737/02/20
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
65. Informa que se ha hecho el tanteo de las bóvedas
del frente del Hornaveque, caponeras, almacenes y
cuerpo de guardia del Castillo de San Felipe de Ferrol, se necesitarán 600 millares de ladrillos para su
construcción
1737/02/20
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
66. Informa sobre las dudas que tienen a cerca del
paraje donde se construirá el Almacén de Pólvora de
Ferrol y su cuartel y sobre las bóvedas de piedra del
Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol.
1737/03/11
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
67. Le informa que el gobernador del Castillo de San
Felipe, José Candía, pretende que los almacenes de los
castillos no intervengan en los oficios de Marina; en
los almacenes hay 1.010 quintales de pólvora de la Armada y 373 quintales de pólvora de la dotación de los
castillos. El gobernador pretende tocarle el derecho de
Ancoraje de las embarcaciones extranjeras que entren
en el puerto de Ferrol, alegando que se practica en los
demás puertos y citando una orden del Marqués de Risbourg de fecha de 19 de abril de 1720. Los capitanes
del puerto son los que cobran ese derecho. El Castillo
de San Felipe necesita más oficiales
1737/04/16
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
68. Le envía los estados generales de a Artillería, municiones y pertrechos correspondientes a los meses de
marzo y abril de 1737, que hay existentes en los tres
castillos de la Ría de Ferrol: San Martín, Nuestra Señora de la Palma y San Felipe.
1737/05/06
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
69. Le informa que los navíos los guarnecerán con
tropa de Marina y la fortificación la ejecutará el Ministerio de Guerra.
1737/05/17
Marqués de Torrenueva
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
70. Le informa que los castillos de la ría de Ferrol,
están destinados al resguardo y seguridad del Arsenal
y de los navíos que han de subsistir en la citada ría.
Los gobernadores del Castillo de Nuestra Señora de la
Palma y San Martín deben estar a las ordenes del gobernador del Castillo de San Felipe, por ser el de mayor
fuerza y el más principal. El derecho de Ancoraje debe
cobrarlo el capitán del puerto de la ría.
1737/05/27
Casimiro Uztariz
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
71. Informa del peligro a que está expuesto el Castillo
de San Felipe de Ferrol, por la considerable cantidad de
pólvora que hay: la de los cañones y la de unos bajeles
1737/06/06
Francisco Cornejo
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
72. Le manda el estado de la Artillería, municiones y
demás pertrechos, que hasta fin de mayo de 1737, existían en los tres castillos de la Ría de Ferrol: San Martín,
Nuestra Señora de la Palma y San Felipe.
1737/06/09
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
73. Le informa sobre los almacenes de pólvora, que se
adaptaron los cuartelitos de la tropa en el Castillo de
San Felipe de Ferrol, para poder depositar el aumento
de pólvora de los cañones de la batería baja
1737/06/10
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
74. Le informa que los almacenes de pólvora deben
estar fuera del Castillo de San Felipe de Ferrol. Que
103
examine el inconveniente que ha representado José
Candia, gobernador del Castillo de San Felipe en la ría
de Ferrol, porque tiene los almacenes en la ruina
1737/06/12
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
75. Que podrá continuar entregando los géneros de
Artillería al Guarda de Almacén de los castillos de la
Ría de Ferrol, que le pidan los gobernadores de los
mismos
1737/06/12
Marqués de Torrenueva
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
76. Le informa que el asentista de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol Antonio Vázquez, pide el
abono de los huecos (puertas, ventanas, troneras, chimeneas y los de los arcos), por macizos en la medida
de la mampostería en las citadas obras.
1737/06/18
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
77. Le comunica que ha recibido un informe de Juan
Hevitt, donde indica que se le debe 5.139 reales de
vellón, por un fletamiento de una partida de balas de
artillería y palanquetas de distintos calivos, que llevó
desde el Puerto de Pasajes al Puerto de Ferrol, por
cuenta de la Real Hacienda y no se le pagó por falta
de caudales.
1737/06/24
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
78. Remite un informe diciendo que es francés y capitán del navío llamado “San José”, que condujo por
cuenta de la Real Hacienda desde el Puerto de Pasajes
hasta el Puerto de Ferrol, cantidad de valeria y palanquetas; su flete importa 5.139 reales de vellón.
1737/06/24 s.f.
Juan Hevitt
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
79. Le informa que los gobernadores de los castillos
de San Martín y de Nuestra Señora de la Palma deben
estar subordinados al gobernador del Castillo de San
Felipe
1737/06/26
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
80. Informa sobre las salvas en los castillos de la ría
de Ferrol y pregunta que días se deben de tirar las
citadas salvas
1737/07/04
104
José Candía
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
81. Le informa que se ha puesto a cargo del Teniente
Coronel José Candía, gobernador del Castillo de San
Felipe de Ferrol, el cuidado de la sargentía mayor y
caudillatos de Cedeira, Valdoviño y Prioro, pide se
le suministren algunas armas y municiones para defenderse de las embarcaciones de moros que habían
llegado a la costa.
1737/07/08
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
82. Informa sobre los reparos que ejecuta el gobernador
del Castillo de San Felipe de Ferrol, y sobre la subordinación de los otros dos castillos de la ría de Ferrol:
San Martín y Nuestra Señora de la Palma
1737/07/10
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
83. Le informa de la resolución que ha tomado el rey
sobre el mando concedido al gobernador del Castillo
de San Felipe, debe atender al resguardo de la ría y
recibir los avisos del Comandante General de Marina,
residente en Ferrol. El santo y seña lo dará cada gobernador. Francisco Cornejo desaprueba el mando que
se le ha dado sobre los tres castillos de la ría, que es
igual al del Conde de Itre
1737/07/18
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
84. Le informa que el rey dice que las obras de fortificación que se construyen en la ría de Ferrol, se harán bajo la dirección de la Secretaría del despacho de
Marina
1737/07/28
Sebastián de la Cuadra
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
85. Le pregunta si las obras de la ría de Ferrol deben
correr a cargo de la Secretaría de Guerra o de la Secretaría de Marina
1737/07/28
Marqués de Torrenueva
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
86. Informa sobre las salvas de artillería en los tres
castillos de la ría de Ferrol. Y sobre los inconvenientes
que causarían los comandantes de Marina si se meten
en el gobierno de los citados castillos
1737/07/29
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
87. Pide noticias sobre las fortificaciones de la ría de
Ferrol; quiere ver los planos, perfiles y elevaciones del
Castillo de San Felipe de Ferrol
1737/07/31
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
88. Le informa de la inquietud del gobernador del
Castillo de San Felipe de Ferrol, sobre las ordenes o
reglas de la salida o entrada de las embarcaciones y
de la tropa
1737/08/12
Marqués de la Ensenada
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
89. Le pide recursos y providencias para seguir y terminar las obras del Castillo de San Felipe de la ría de
Ferrol
1737/08/21
Casimiro Uztariz
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
90. Le informa de la resolución del rey sobre los recursos y controversias ocurridas en Ferrol, por instancias
de los gobernadores de los tres castillos: San Martín,
Nuestra Señora de la Palma y San Felipe
1737/08/22
Sebastián de la Cuadra
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
91. Le pide que el mando de los tres castillos de la
ría de Ferrol (Nuestra Señora de Palma, San Martín y
San Felipe) sea igual que en los demás puertos donde
hay marina
1737/08/23
Marqués de Torrenueva
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
92. Informa que ya está enterado que las fortificaciones de los castillos de Ferrol, quedarán a la orden del
General de Tierra
1737/08/28
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
93. Informa que según Su Majestad todos los empleados de los castillos de la ría de Ferrol, deben tener Real
Despacho o nombramiento del ministerio de Marina
1737/08/31
Sebastián de la Cuadra
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
94. Informa que según una Resolución del Rey, las
obras de fortificación de los castillos de la Ría de Ferrol, deben estar a cargo del Ministerio de Tierra y no
a cargo del Ministerio de Marina.
1737/09/11
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
95. Informa que el Comandante de Marina no tendrá
mando sobre los castillos de la ría de Ferrol, ni en otras
fortificaciones
1737/09/21
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
96. Le dice que exonere a la Marina de concurrir a los
gastos de los tres castillos de la ría de Ferrol (Nuestra
Señora de Palma, San Martín y San Felipe), conforme
a lo resuelto por el Rey. Avisa de la entrega de inventarios de lo que existía en los almacenes para el servicio
de Tierra y que sea separado lo que corresponde a la
Marina. Que en los gastos de Tierra se debe incluir el
sueldo de los dependientes de almacenes de Tierra
1737/09/22
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
97. Le dice que como consecuencia de la Resolución
del Rey de que las obras de fortificación de los tres
castillos de la Ría de Ferrol pasen a cargo del Ministerio de Tierra, se previno al Conde de Itre y a Pedro de
Oarrichena se hiciese cargo de la dirección y cuidado
de las citadas obras, cada uno en lo que le corresponde; se previno al Ministro de Hacienda que facilite los
fondos necesarios para estas obras.
1737/10/02
Sebastián de la Cuadra
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
98. Memorial de Antonio Vázquez de Seijas, asentista
de las obras del Castillo de San Felipe de la Ría de
Ferrol, solicita le paguen por llenos y no por triángulos
los huecos de las formaletas o arcos que se hacen en
el citado castillo.
1737/10/21
Antonio Vázquez de Seijas
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
99. Informa que según la resolución del Rey, la dependencia de Tierra debe asistir con el sueldo al Guarda
Almacén de Artillería de los castillos de la Ría de Ferrol, a sus dos ayudantes, a los capellanes y a los demás
empleados en ellos.
1737/10/23
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
100. Pide que envíen un comisario de guerra para presenciar los gastos de la obra del Castillo de San Felipe
de Ferrol.
105
1737/10/23
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
101. Informa de la entrega de los ladrillos para las obras
del Castillo de San Felipe de Ferrol y pide que destine
barcos para su traslado desde La Graña a Ferrol.
1737/10/30
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
102. Informa de cómo está el estado de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, se continúa ejecutando el
ala izquierda del hornaveque a la altura de las flecheras;
incluye una relación completa del estado de las obras
1737/11/06
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
103. Le informa de la entrega de una porción de ladrillos de Málaga que existe en el Arsenal de La Graña,
con destino para las bóvedas del pabellón del Castillo
de San Felipe de Ferrol
1737/11/06
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
104. Dice que le envíen el dinero que ha pedido y no le
han remitido para las obras del Castillo de San Felipe
de Ferrol
1737/11/06
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
105. Informa de cómo van las obras del Castillo de San
Felipe de Ferrol, se continúa ejecutando la pared que
divide las bóvedas superiores de las inferiores, y los
cimientos de la primera bóveda inferior
1737/11/13
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
106. Informa sobre el asiento de los sueldos de los trabajadores de las obras de Ferrol, dice que se les pague
por la tesorería de Tierra y no por la de Mar
1737/11/20
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
107. Informa sobre el estado de las obras de fortificación del Castillo de San Felipe de Ferrol, se continúa
construyendo la pared que divide las bóvedas inferiores
de las superiores
1737/11/20
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
106
108. Informa de la entrega que les han hecho de la porción de ladrillo de Málaga que existía en La Graña para
la ejecución de las bóvedas del Castillo de San Felipe
de Ferrol
1737/11/20
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
109. Le envía el estado de las obras de fortificación
del Castillo de San Felipe de Ferrol, se levantan las
paredes de la primera bóveda inferior del ala izquierda
del hornaveque, hasta la altura de los arranques de la
bóveda
1737/11/27
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
110. Informa del estado y adelantamiento de las obras
del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol; incluye
un memorial del asentista de las obras, en el que solicita el abono de las formaletas.
1737/11/27
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
111. Le dice que las bóvedas del frente y principio de
las alas del hornaveque del Castillo de San Felipe de
Ferrol, se harán mejor de ladrillo de Málaga, cada toesa
de bóveda serán de dos pies de grueso y costarán a 105
reales de vellón; que se han adjudicado las obras al
asentista Antonio Vázquez, que pide que los senos de
las bóvedas se le midan como macizos y se le pague
por pie cuadrado de mampostería
1737/12/01
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
112. Informa del plano y perfiles y del estado de las
obras del Castillo de San Felipe de la ría de Ferrol,
que se siguen construyendo las bóvedas, y dice que si
se hacen de cantería se logrará mayor solidez que con
el ladrillo, la obra se saca a pregones y se remata en
el asentista
1737/12/04
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
113. Le informa sobre el estado de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, dice que se ha concluido
la formaleta de la primera bóveda interior del ala izquierda del hornaveque
1737/12/11
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
114. Le envía de orden del Rey, la carta del Conde de
Itre con el plano y perfiles de la obra del Castillo de
San Felipe en la Ría de Ferrol, y el dictamen del ingeniero Juan Vergel, para que de su opinión.
1737/12/16
Sebastián de la Cuadra
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
115. Le dice que se continúan las obras de fortificación
del Castillo de San Felipe de Ferrol, que se sigue ejecutando la primera bóveda inferior del ala izquierda del
hornaveque, la fuente y los terraplenes
1737/12/18
Pedro de Oarrichena y Borda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
116. Antonio Vázquez de Seijas, maestro arquitecto,
vecino de La Coruña, dice que se obliga a tomar por
asiento las obras de fortificación del Castillo de San
Felipe de Ferrol, bajo unas condiciones y calidades,
según los precios de los materiales que se emplearan.
1737/12/28
Antonio Vázquez de Seijas (Asentista de las obras del
Castillo de San Felipe de Ferrol).
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
117. Informe sobre los jornales que se han pagado a los
operarios que han trabajado en las obras del Castillo de
San Felipe de la ría de Ferrol.
1737-1738 s.f.
José Candía
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
118. Le comunica que se le deben abonar al asentista
de la obra del Castillo de San Felipe, por macizos todos
los huecos de puertas, ventanas, troneras, chimeneas y
los de los arcos medidos por el triángulo.
1738/01/02
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
119. Le informa que el asentista de las obras del castillo de San Felipe de Ferrol, pretende que se le abonen
por macizos los huecos de las formaletas hechas para la
formación de las bóvedas del Hornaveque y que sirven
de tránsito a las flecheras.
1738/01/24
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
120. Le comunica que el coste de los ladrillos de Málaga para las bóvedas del Hornaveque del Castillo de
San Felipe de Ferrol, es bastante elevado y que deberían ejecutarse las citadas bóvedas de piedra labrada
o de rajuela.
1738/01/25
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
121. Le envía las condiciones hechas por Juan Vergel,
para el Asentista de las obras del Castillo de San Felipe
de la Ría de Ferrol, en quién se rematará y adjudicará
la ejecución y conclusión de las obras, según los planos
y perfiles que se le darán
1738/01/27
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
122. Le informa que Pedro de Oarrichena le envío una
copia de la contrata del asentista de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, informándole del abono por
llenos de los huecos de las formaletas que se hicieron
para la formación de las bóvedas del Hornaveque y que
sirven de tránsito a las flecheras
1738/01/29
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
123. Pide le remita los perfiles del terreno del frente del
Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol
1738/01/29
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
124. Le remite los planos y perfiles de las obras del
Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol, con el dictamen del ingeniero Juan Vergel; éste dice que sería
conveniente hacer las bóvedas del castillo con ladrillos
de Andalucía y sino de rajuela, revocadas con una capa
de argamasa de media pulgada de grueso, compuesta
por cal, polvo de teja o ladrillo y escorias de hierro
1738/01/29
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
125. Informa que la fábrica de ladrillo de La Coruña
no se puede hacer porque no hay tierras a propósito y
que el ingeniero Juan Vergel reconozca el ladrillo del
Padrón para las bóvedas del Castillo de San Felipe de
Ferrol.
1738/01/31
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
126. Le pide que examine el terreno para el establecimiento de una fábrica de ladrillo en las cercanías del
Castillo de San Felipe de Ferrol.
1738/02/04
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
127. Le informa que el Rey ha declarado que el asen-
107
tista de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol,
no tiene derecho a que se le abonen y midan por llenos
los huecos de las formaletas, que se hicieron para la
formación de las bóvedas del Hornaveque y que sirven
de tránsito a las flecheras, los arcos se medirán por
triángulos.
1738/02/10
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
128. Le comunica que el Rey ha quedado enterado de
las obras proyectadas en el Castillo de San Felipe de
la Ría de Ferrol, según lo expuesto por Juan Vergel
y el Conde de Itre; le remite los planos y perfiles del
citado castillo, para que de instrucciones y se ejecute
todo lo proyectado
1738/02/10
Sebastián de la Cuadra
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
129. Le informa que Juan vergel tiene la orden de ir
a hacer un reconocimiento a la fábrica de ladrillos de
la villa de Padrón, para ver si son de buena calidad y
poder ejecutar con ellos las bóvedas del Castillo de San
Felipe de Ferrol.
1738/02/12
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
130. Dice que el Rey prefiere que las bóvedas del Castillo de San Felipe de Ferrol, se hagan de ladrillo de
Andalucía o de ladrillo del Padrón y en su defecto se
hagan de rajuela en vez de piedra
1738/02/19
Casimiro Uztariz
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3369
131. Le informa que pasará a ver el estado de las obras
del Castillo de San Felipe, las cuales están bajo su dirección
1738/02/19
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
132. Le pide que encargue la diligencia de visitar la
fábrica de ladrillo del Padrón al Ingeniero extraordinario Fulgencio Jiménez, en lugar de a Juan Vergel, por
encontrarse éste enfermo.
1738/02/19
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
133. Informa del reconocimiento de los ladrillos de la
fábrica del Padrón; incluye una relación que sirve de
noticia de los hornos de ladrillos que hay en la Ría de
Padrón, su número, calidad, el género del barro con que
108
se fabrican, el coste de cada millar, su transporte hasta
el embarcadero y todo lo demás. Fue reconocida por
el Ingeniero de Su Majestad Fulgencio Jiménez. Las
medidas de los ladrillos son: 12 pulgadas de largo, 6 de
ancho, 2 de alto, a 7 reales de vellón el ciento, ponerlos
en el embarcadero a 3 reales el millar, es decir el millar
saldrá a 73 reales de vellón.
1738/02/26
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
134. Le pregunta si como está a cargo de la dirección
de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, también está a su cargo la obra de los almacenes
1738/02/26
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
135. Pide le entregue los planos y perfiles de las obras
del Arsenal de La Graña y de las obras de fortificación
de los castillos de la Ría de Ferrol.
1738/02/26
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
136. Le comunica que después que el Rey ha examinado los planos y perfiles del Castillo de San Felipe de Ferrol, ha resuelto que las bodegas se ejecuten
con el ladrillo de Andalucía, si se puede conseguir su
transporte o con el de la villa de Padrón, o con el de
la fábrica de la Ría, si su calidad fuese buena y precio
moderado; en su defecto que se hiciesen las citadas
bodegas de rajuela, en lugar de piedra; también informa
como deben ejecutarse las demás obras del castillo.
1738/02/27
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
137. Le informan de la dirección de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol; las obras están a cargo
de la Secretaría de Marina, y el Rey ordena que pasen
a depender de la Ministerio de Guerra.
1738/03/04
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
138. Remite una copia de la Orden del Capitán General, sobre lo que ha resuelto Su Majestad, referente a
las obras del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol;
da orden que Juan Vergel resida en el castillo, para dar
las ordenes necesarias para su mejor construcción, debe
avisar del estado de las obras cada 8 días.
1738/03/05
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
139. Le comunica que los contornos de Ferrol, carecen
de materiales para establecer una fábrica de ladrillos;
encargó la comisión al ingeniero Diego Montojo, por
tener más conocimiento del terreno, no queda ninguna duda de la imposibilidad de establecer la citada
fábrica.
1738/03/05
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
140. Comunica que el ingeniero Juan Vergel, pasará a
la dirección de las obras del Castillo de San Felipe de
Ferrol, que se hará todo lo que ha mandado el Rey en
cuanto a las obras del citado castillo.
1738/03/12
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
141. Informa que por el reconocimiento que se ha hecho al ladrillo de la fábrica de la villa de Padrón, se
ha observado que es de buena calidad, tiene la falta de
no estar bien cocido, pero quiere que se hagan de las
medidas del de Málaga.
1738/03/12
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
142. Le informa que ha examinado y devuelve los planos
de los perfiles del terreno del frente de tierra del Castillo
de San Felipe de la Ría de Ferrol: uno va señalado con
tinta negra y color amarillo, es la forma en que debe
quedar el terreno, para hacer más impracticable el acceso
al castillo; el asentista tomará toda la piedra necesaria
1738/03/18
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
143. Le comunica que no se ha encontrado barro para
los ladrillos de la fábrica que se ha solicitado establecer
en La Coruña; que ha prevenido a Juan Vergel para que
traslade su residencia al Castillo de San Felipe en la
Ría de Ferrol.
1738/03/18
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
144. Comunica que la experiencia de la hornada de
ladrillos del Padrón se hará con las medidas del de
Málaga, a razón de 70 reales el millar y que se pagarán
con los Fondos de Dotación.
1738/03/18
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
145. Le informa de la subordinación de los subalternos
en las obras del castillo de San Felipe de Ferrol; que
deben continuar las obras a cargo del ingeniero Juan
Vergel.
1738/03/19
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
146. Informa que ha mandado a visitar la fábrica de
ladrillos a la villa del Padrón al ingeniero Fulgencio
Jiménez.
1738/03/19
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
147. Envía una relación de los reparos que se necesitan
ejecutar en plazas y castillos del Reino de Galicia, con
el tanteo prudencial de su coste, en la que van incluidos
los que ya están aprobados. Reparos castillos de la Ría
de Ferrol: Castillo de San Martín y Castillo de Nuestra
Señora de la Palma
1738/03/19
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
148. Informa de las diligencias que se han ejecutado
para el establecimiento de una fábrica de ladrillos en
las cercanías de Ferrol, se ha comprobado que es imposible.
1738/03/24
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
149. Pide le remita el estado de la metralla que existe
en los arsenales de Ferrol y la que necesitan para tener
repuesto en los almacenes
1738/03/25
Marqués de la Ensenada
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
150. Le comunica que dispondrá se costee la prueba
de la fábrica de ladrillos de Padrón, con el Fondo de
Dotación.
1738/03/26
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
151. Dice que se hará la experiencia de una hornada
de ladrillos de la fábrica del Padrón, con las medidas
del de Málaga, para ejecutar las bóvedas del Castillo
de San Felipe de Ferrol.
1738/03/26
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
152. Informa que la dirección de las obras está a cargo del ingeniero jefe Pedro Daubeterre y del ingeniero
segundo Juan Vergel; que están aprobados los planos
109
y perfiles y no debe haber gran novedad en las citadas
obras.
1738/04/01
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
153. Envía una relación de los reparos que por ahora se
podrán ejecutar en las plazas y castillos del Reino de Galicia, con el tanteo total de su costo (14.471 reales de vellón). Castillo de Nuestra Señora de la Palma en la Ría de
Ferrol (5406 reales de vellón). Castillo de San Martín.
1738/04/01
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
154. Le comunica que ha mandado al ingeniero Juan
Vergel a que resida en el Castillo de San Felipe de
Ferrol, así estará más cerca de las obras y de los trabajadores.
1738/04/02
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
155. Le comunica que se reconocerá la porción de metralla que existe en los almacenes del Arsenal de La
Graña, y se le enviará su estado y el número que se
necesita
1738/04/08
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
156. Envía el inventario de los planos, perfiles y demás
papeles de las obras que se deben ejecutar en el Castillo
de San Felipe de la Ría de Ferrol; sobre el abono que
se ha de hacer al Asentista de las citadas obras de los
huecos de las formaletas; plano y perfiles del Castillo
de Nuestra Señora de la Palma de la misma Ría.
1738/04/11
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
157. Le informa que se necesitan construir torres en
la costa de Galicia, para su defensa, por los daños que
anualmente se experimentan
1738/04/15
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
158. Informa que Juan Vergel le entregó los planos
y perfiles del Castillo de San Felipe de Ferrol; al ingeniero Fulgencio Jiménez le encargará los reparos
que deben hacerse en los Castillos de San Martín y de
Nuestra Señora de la Palma de la Ría de Ferrol.
1738/04/16
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
110
159. Le remite el estado de la cantidad y calidad de metralla y valeria, que existe en los almacenes del Arsenal
de La Graña, y de lo que considera más importante
para tener de repuesto
1738/04/22
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
160. Informa del estado y adelantamiento de las obras
en el Castillo de San Felipe de Ferrol: se continúa el
ala del medio baluarte de la izquierda a la altura de 8
pies.
1738/04/30
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
161. Le comunica que el ingeniero Alonso Montojo
está en las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol;
Pedro Daubeterre y Juan vergel fueron a visitar las
obras de los tres castillos de la Ría de Ferrol.
1738/04/30
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
162. Le remite una relación de las obras y reparos que
deben ejecutarse en las plazas y castillos del Reino de
Galicia, con los Fondos de Dotación, con expresión de
su importe: Castillos de la Ría de Ferrol: Castillo de
Nuestra Señora de la Palma: importe de la obra 122
reales de vellón. Castillo de San Martín: importe de la
obra 1.683 reales de vellón.
1738/04/30
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
163. Le comunica que prefiere que Juan Vergel haga las
pruebas de los ladrillos en las fábricas de Cortiñán y de
Padrón, por estar más práctico en la materia.
1738/04/30
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
164. Le comunica la propuesta de colocar un reloj en
el Castillo de San Felipe de Ferrol, esto traería consigo unos gastos para su mantenimiento, mantener un
hombre que le cuidase, dice que se puede excusar su
colocación haciendo uno de sol, que con el de arena
para los días nublados y de noche es suficiente. Apenas
se han adelantado las obras en el citado castillo.
1738/05/14
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
165. Le comunica que el ladrillo de Cortiñán es de
mejor calidad que el del Padrón; que se necesitaran
ladrillos muy pronto para empezar las bóvedas del Cas-
tillo de San Felipe de Ferrol.
1738/05/23
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
Ferrol.
1738/06/07
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
166. Informa que se han hecho experiencias de calidad
con los ladrillos del Padrón y de Cortiñán; pide que
traigan fabricantes de ladrillos de Málaga para que
hagan prácticas en las cercanías para el establecimiento
de fábricas de ladrillos lo más cerca posible.
1738/05/28
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
172. Le comunica que se han dado providencias por la
vía de Guerra, para el establecimiento de las baterías
provisionales para el resguardo de la Ría de Ferrol
1738/06/10
Marqués de la Ensenada
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
167. Informa de los lugares donde se deben construir
las baterías provisionales para el resguardo de cualquier
ataque de los ingleses, se establecerán baterías en las
playas de Cariño y de Canela, a la entrada del Puerto
de Ferrol, en la fábrica de Sada habrá otra batería. Se
podría enviar de la fábrica de La Cavada (Cantabria),
alguna artillería.
1738/06/02
Bernardino Freire
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
168. Le comunica que el Capitán General Conde de
Itre, le ha avisado que tenía orden para que se estableciesen en la villa de Ferrol, el Regimiento de Lisboa y
un escuadrón de Dragones de Batavia; que sería conveniente para evitar cualquier ataque se formase una
batería a barbeta en la playa de Cariño, Prioriño y en
otros parajes inmediatos al Arsenal de La Graña
1738/06/03
Francisco de Liaño
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
169. Le informa que dará orden para que el Fondo de
Dotación suministre lo necesario para las experiencias
en las fábricas de ladrillos de Cortiñán y de Padrón;
que informen de cual es el mejor para las bóvedas del
Castillo de San Felipe de Ferrol.
1738/06/07
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
170. Pide que de orden a Juan Vergel para que examine las fábricas de ladrillos de Cortiñán y de Padrón,
para no retrasar las obras del Castillo de San Felipe
de Ferrol.
1738/06/07
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
171. Dice que Juan Vergel u otro ingeniero determinarán que calidad del ladrillo es la mejor, para la fabricación de las bóvedas del Castillo de San Felipe de
173. Informa del estado y adelantamiento de las obras
del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol; del importante trabajo que desempeña Miguel de Zárraga,
ayudante de Guarda Almacén del citado castillo, interviniendo en las obras que en él se ejecutan, se le
asistirá con 9 reales de vellón diarios.
1738/06/15
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
174. Le informa que se harán pruebas de ladrillos en el
lugar de Cortiñán, jurisdicción de la villa de Betanzos,
con cargo al Fondo de Dotación, para la realización de
las bóvedas del Castillo de San Felipe de Ferrol.
1738/06/18
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
175. Le informa del estado y adelantamiento de las
obras del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol: la
cortina del Hornaveque se halla a la altura de 18 pies.
1738/06/25
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
176. Informa de las pruebas que se han hecho con los
ladrillos del Padrón y de Cortiñán, éste parece que es
de mejor calidad; pide que informe Juan Vergel cual es
el más apropiado para realizar las bóvedas del Castillo
de San Felipe de Ferrol.
1738/06/25
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
177. Le comunica que no se adelantará dinero a los ingenieros para realizar las pruebas de los ladrillos, para
las bóvedas del Castillo de San Felipe de Ferrol, porque
el Intendente sabe el costo y lo pagará más adelante.
1738/07/02
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
178. Le pide que se haga más grande la capilla del
Castillo de San Felipe de Ferrol, que se construya a
111
la espalda del castillo viejo, donde habita Juan Vergel,
en el tinglado donde a de hacer frente al pabellón y a
la Plaza de Armas.
1738/08/05
Obispo de Mondoñedo
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
Felipe de la Ría de Ferrol, su coste será de 151 reales
de vellón el millar de ladrillos, más baratos que los de
Andalucía.
1738/08/20
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
179. Informa de la prueba que se hizo con los ladrillos
de Padrón para las obras del Castillo de San Felipe de
Ferrol, y su coste que será de 151 reales de vellón el
millar puesto en el castillo, en lugar de 220 reales de
vellón que costaba el de Andalucía. Incluye una copia
del coste de los ladrillos del Padrón ya puestos en el
castillo (serán 15.900 ladrillos, que costarán en total
2.409 reales de vellón).
1738/08/05
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
185. Le comunica que será conveniente erigir la capilla
del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol, en el
lugar que le ha indicado, para que su guarnición pueda
oír misa a cubierto, y tendrá capacidad para todos.
1738/08/20
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370ç
180. Le informa del trabajo de Miguel de Zárraga,
ayudante de Guarda Almacén del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol, que se podría disponer de un
comisario de guerra para este destino.
1738/08/06
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
181. Le envía adjunta una relación de las obras y reparos ejecutados en el mes de julio de 1738 en las plazas
y castillos del Reino de Galicia, con los Fondos de Dotación, ordenados por su Majestad: Castillos de la Ría
de Ferrol: San Felipe y Nuestra Señora de la Palma.
1738/08/06
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
182. Informa de que el Obispo de Mondoñedo ha pedido que se haga más grande la capilla del Castillo de
San Felipe de Ferrol, sólo caben en ella 8 personas.
1738/08/19
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
183. Pide que Bernardino Freire, permita hacer una
relación de los fusiles, pistolas y chafarotes que existen
en los navíos y paquebotes que se hallan en el Puerto
de Ferrol, y su calidad para dar providencias sobre el
reemplazo de lo que faltare; convendrá que se informe de sí existen estos géneros en los almacenes de
Artillería
1738/08/20
Félix Celdrán
A.G. de Simancas. Marina, leg. 660
184. Le informa de la buena calidad de los ladrillos de
la villa de Padrón, para las obras del Castillo de San
112
186. Le informa del estado y adelantamiento de las
obras del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol,
pide se aumente el número de obreros y su salario.
1738/08/27
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
187. Le informa del coste de los ladrillos que se traerán
de la villa de Padrón, que será de 70 reales de vellón el
millar, más el coste del acarreo y el flete.
1738/09/02
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
188. Le comunica que para concluir el frente del Hornaveque del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol
y sus bóvedas se necesitan más obreros.
1738/09/03
Juan de la Feriére
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
189. Informa del estado de las obras del Castillo de
San Felipe de la Ría de Ferrol, y que los ladrillos del
Padrón para las citadas obras no son tan buenos como
los de Andalucía, pero se pueden emplear por su bajo
coste.
1738/09/03
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
190. Le comunica que cuando lleguen los ladrillos del
Padrón al Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol, se
suspenderán todas las obras, para hacer las bóvedas del
hornaveque, empezando por las de los flancos y caras
de los baluartes, a fin de poner con la mayor brevedad
posible en estado de defensa por tierra el citado castillo; informa de la calidad de los ladrillos que se traerán
de la villa de Padrón.
1738/09/10
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
191. Informa de la ejecución de las bóvedas del hornaveque del castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol,
no se permite se aumenten los fondos destinados para
ellas.
1738/09/10
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
192. Le pide que se haga con la mayor brevedad el
transporte de los ladrillos de la villa de Padrón al Castillo de San Felipe de Ferrol, para comenzar las obras
cuanto antes.
1738/09/10
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
193. Informa que ya está hecha una hornada de ladrillos del Padrón, para las bóvedas del Castillo de
San Felipe de Ferrol, antes de concluir el mes estarán
hechos 279.500 ladrillos de mejor calidad.
1738/09/16
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
194. Pide que un Comisario de Guerra asista en las
obras del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol.
1738/11/18
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
195. Le informa que las obras en el Castillo de San
Felipe de la Ría de Ferrol, en el mes de noviembre de
1738, se adelantaron poco por falta de dinero: se continuaron las bóvedas del ala derecha del Hornaveque,
se ha concluido la bóveda de ladrillo del almacén de
pólvora.
1738/12/10
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3370
196. Informa sobre las irregularidades que ha notado
en las obras del Castillo de San Felipe de la Ría de
Ferrol.
1738/12/22
José Candía (gobernador de Castillo de San Felipe).
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
197. Le informa sobre los reparos en las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, las cuales están bajo la
dirección del ingeniero Juan Vergel.
1738/12/22
José Candía (Gobernador del Castillo de San Felipe
de Ferrol).
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
198. Informa de la dificultad que hay para concluir las
bóvedas del Castillo de San Felipe de Ferrol, por la
falta de ladrillos, por no ser estos de tan buena calidad
como los de Málaga y ser muy costosos, dice que se
podrían hacer de cantería porque es de mejor calidad y
solidez, se ejecutaran con mayor brevedad y con menor
coste para la Real Hacienda.
1738/12/24
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
199. Informa de los reparos que son necesarios en las
obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, ha hecho un
reconocimiento y ha encontrado varias irregularidades
tanto en las obras como en los materiales.
1738/12/29
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
200. Informa sobre el reconocimiento que ha hecho a
las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, y ha visto
que según los planos hay varios errores; la relación de
lo ejecutado no es lo mismo que lo dicho por el gobernador, que se ha puesto de acuerdo con el ingeniero
Juan Vergel, y han arreglado los planos.
1738/12/29
José de Crane y Snoucy
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
201. Envía el estado general de lo que se ha ejecutado en
el año 1738 en el Castillo de San Felipe de la ría de Ferrol, por cuenta del asentista Antonio Vázquez de Seijas,
sobre los fondos mensuales de 15.000 reales de vellón
ordenados por Su Majestad; se ha gastado 233.868 reales
de vellón, la dotación del año es de 180.000 reales de
vellón, hay un alcance de 53.868 reales de vellón.
1738/12/31
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
202. Extracto de las providencias dadas en punto a
fortificaciones, para la defensa de la Ría de Ferrol, y
Plaza de La Coruña.
1739 s.f.
s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
203. Le remite un mapa de Ferrol, en el que se ven
las dos fortificaciones que se señalan a la entrada del
Puerto, una en el Cabo de Segaño, y la otra en el cabo
de Pietro, y para que se forme el proyecto de fortificación, afirma que los tres castillos de la Ría de Ferrol
(Castillos de San Felipe, La Palma y San Martín) están
indefensos ante un posible ataque enemigo.
1739/01/07
Rodrigo de Torres y Morales
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
113
204. Le envía una relación del estado de las obras del
Castillo de San Felipe de Ferrol en el mes de diciembre
de 1738: se ha terminado las últimas bóvedas del ala
izquierda del Hornabeque, se ha concluido la escalera de caracol de la izquierda, también el parapeto del
camino cubierto inferior, etc El importe del estado de
estas obras durante los meses de noviembre y diciembre es de 36.710 reales de vellón.
1739/01/07
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
205. Informa sobre los diferentes costes que pueden
tener el hacer las bóvedas que faltan por ejecutar en el
Castillo de San Felipe de Ferrol, de cantería o de ladrillo; algunas partidas de ladrillo son de mala calidad, la
obra de cantería es de mayor resistencia.
1739/01/19
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
206. Juan Vergel sirve destinado a perfeccionar las
obras del Castillo de San Felipe en Ferrol, está empleado al mismo tiempo en la construcción de los almacenes de pólvora y almacenes de desarmo en el Arsenal
de La Graña.
1739/01/19
Marqués de la Ensenada
A.G. de Simancas. Marina, leg. 375
207. Informa sobre los reparos y los defectos que se
han reconocido en la construcción de las obras de fortificación del Castillo de San Felipe de la ría de Ferrol.
1739/01/21
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
208. Informa que no puede tomar una resolución sobre
los ladrillos para la construcción de las bóvedas del
Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol, hasta que no
le envíen el acuerdo con el ingeniero Juan Vergel.
1739/01/21
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
209. Le informa sobre las quejas que dio José Candía,
gobernador del Castillo de San Felipe de Ferrol, contra
el ingeniero Juan Vergel, encargado de las obras de la
ría de Ferrol, y sobre los materiales que se emplean en
su construcción. Incluye las notas de los artículos en
que ha faltado el ingeniero Juan Vergel, en la construcción de las obras del citado castillo: en la flaqueza de
la muralla del revestimiento exterior del Hornabeque;
en las divisiones y distribuciones de los cuarteles; entablado del tejado; dejó las bóvedas sin cubrir con las
plataformas; no conviene ejecutar la capilla en el paraje
114
donde la ha empezado por su altura; el pabellón está
más elevado y no corresponde al plano.
1739/01/21
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
210. Le comunica que prefiere que las bóvedas del
Castillo de San Felipe de Ferrol, se ejecuten de cantería
en vez de ladrillo de Padrón, aunque el ingeniero Juan
Vergel esté en contra de ello.
1739/01/27
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
211. Informa que la ejecución de las bóvedas de cantería del Castillo de San Felipe de Ferrol, serán más
ventajosas que si se ejecutan de ladrillo de Padrón por
ser de menor grosor y calidad.
1739/01/28
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
212. Le informa sobre la diferencia que hay en construir las bóvedas del Castillo de San Felipe de Ferrol,
de ladrillo de Padrón o de cantería; Juan Vergel insiste
en hacerlas de ladrillo, dice que por cada toesa de bóveda de dos pies de grueso se necesitan 760 ladrillos;
las obras de cantería son muy buenas, resistentes y de
bajo coste; cree que el asentista Antonio Vázquez se
hará cargo de estas obras por el precio de 150 reales
de vellón la toesa cuadrada.
1739/01/28
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
213. Le envía una relación de las cantidades de obra
y reparos que se han hecho en los castillos de la Ría
de Ferrol: San Felipe, Nuestra Señora de la Palma y
San Martín, en el año de 1738, y del importe total del
gasto que han tenido según sus precios, que ha sido de
215.777 reales de vellón.
1739/01/31
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
214. Envía una relación de lo que se han adelantado
las obras del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol
en el mes de enero de 1739: se han continuado las
plataformas de la batería alta, se ha enlosado la mitad
de la calle entre el pabellón y la cortina, etc
1739/01/31
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
215. Informa que se ha convenido con el asentista Antonio Vázquez, que ejecutará de cantería las 26 bóvedas
que faltan por hacer en el frente y alas del Hornabeque del Castillo de San Felipe de Ferrol, pagándole lo
mismo que si se harían de ladrillo, 22.000 reales de
vellón por todas.
1739/02/04
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
216. Informa que las bóvedas que faltan por ejecutar en
el Castillo de San Felipe de Ferrol se harán de cantería
en vez de ladrillo por ser más conveniente y barato para
la Real Hacienda, resultará a su favor en el total de las
26 bóvedas de 27.066 reales de vellón.
1739/02/04
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
217. Envía una relación de las obras y número de trabajadores que ha tenido empleados el asentista en las
obras del Castillo de San Felipe de Ferrol. Se ha enlosado la explanada de la batería alta y se ha hecho una
escalera de caracol.
1739/02/16
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
218. Le informa sobre los defectos y reparos en las
obras del Castillo de San Felipe de Ferrol; dice que el
ingeniero Juan Vergel no ha seguido los planos y perfiles del citado castillo y ha cometido irregularidades.
1739/02/17
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
219. Envía el estado semanario de las obras que se
ejecutan en el Castillo de San Felipe de Ferrol, incluye el número de operarios que trabajó en ellas esa
semana; se sigue trabajando en las plataformas de la
batería alta.
1739/02/24
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
220. Le da noticias de lo que se han adelantado las
obras del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol,
en el mes de Febrero de 1739: se han concluido las
plataformas de la batería alta, se han enlosado todas
las bóvedas del pabellón, etc
1739/02/28
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
221. Informa acerca de las obras del Castillo de San
Felipe en la ría de Ferrol, y responde a los defectos
que le han sacado sobre las citadas obras y sobre su
conducta en la dirección de las mismas.
1739/03/01
Juan Vergel
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
222. Envía una relación del estado de las obras: labrar
y sentar el cordón del baluarte del ala izquierda del
Hornabeque, en la parte superior, y de la gente que
trabaja en el Castillo de San Felipe de Ferrol.
1739/03/03
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
223. Le comunica que se deben reglar los trabajos de
las obras del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol,
a proporción de los fondos con que están asistidos.
1739/03/11
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
224. Le pide un cálculo individual del coste que tendrían de cantería y de ladrillo, las 26 bóvedas que faltan por ejecutar del Castillo de San Felipe de Ferrol,
para tener mejor conocimiento del ahorro que tendrá la
Real Hacienda, y poder dar una resolución.
1739/03/11
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
225. Le comunica que las obras del Castillo de San
Felipe son por asiento, el estado de las obras: están
losando las oficinas y los almacenes del Hornabeque.
1739/03/13
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
226. Le remite dos cálculos del gasto de la construcción de una toesa de bóveda de ladrillo del Padrón de
dos pies de grueso, uno según el ingeniero Juan Vergel
y el otro del ingeniero en jefe Carlos Desnaux, autor
de la carta, por los que se verá la diferencia que hay de
ejecutarlas de cantería a hacerlas de ladrillo. El coste
total de cantería será de 27.120 reales de vellón y el
coste de ladrillos del padrón será de 49.120 reales de
vellón.
1739/03/25
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
227. Remite una relación de lo que se han adelantado
las obras del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol
en el mes de marzo de 1739: se acabó de colocar el cordón en el medio baluarte de la izquierda, se echaron los
pavimentos del primer cuartel etc; Que está esperando
la resolución sobre el material con el que se construirán
las bóvedas; el comandante del citado castillo ha hecho
destruir los huertos y plantíos que había en él.
115
1739/04/01
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
228. Le dice que le han informado que las 26 bóvedas
del Castillo de San Felipe de Ferrol, se ejecutaran de
piedra de cantería en lugar de ladrillo, así la obra tendrá
mayor solidez y ahorro a la Real Hacienda; informa
que al asentista se le debe gran cantidad de reales de
la obra que ha realizado.
1739/04/14
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
229. Le remite el estado de las obras que por asiento
se ejecutan en el Castillo de San Felipe de la ría de
Ferrol: se han continuado las bóvedas inferiores del
ala izquierda del Hornabeque; y el estado de la gente
que trabaja en ellas.
1739/04/21
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
230. Le informa que se ha ajustado la ejecución de las
26 bóvedas que faltan por hacer en el Castillo de San
Felipe de Ferrol, se ejecutarán de cantería al precio
de 200 reales cada toesa superficial de dos pies de
grueso, sin abono de sólido; se ejecutaran igual en
las dos alas del Hornabeque; la obra será más sólida,
permanente y se ejecutará con mayor brevedad que
con el ladrillo.
1739/04/29
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
231. Le informa que las 26 bóvedas que faltan por
construir en el Castillo de San Felipe de Ferrol, se
deben ejecutar de piedra de cantería. El asentista no
empezará la obra hasta que no se la pague el caudal que
se le debe, el cual excede de 60.000 reales de vellón.
1739/04/29
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
232. Comunica que no le agrada la orden que ha dado
de destinar a las obras del Castillo de San Felipe de la
ría de Ferrol, al ingeniero Fulgencio Jiménez, para que
esté a las órdenes de Juan Vergel.
1739/04/29
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
233. Informa del estado de las obras que se ejecutan
por asiento en el Castillo de San Felipe de la ría de
Ferrol, incluye la gente que trabaja en ellas.
1739/05/04
116
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
234. Le envía los importes de las obras de fortificación
del Castillo de San Felipe de los meses de marzo y abril
de 1739 que es de 37.189 reales de vellón. Que han
llegado 24.000 ladrillos de Padrón, los cuales se emplearan en terminar la bóveda del almacén de víveres,
las demás se harán de cantería. Da noticia del adelantamiento de las obras en el citado castillo: concluidas
las divisiones de los cuartos del pabellón, se continúan
las bóvedas del ala izquierda del Hornabeque.
1739/05/06
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
235. Le comunica que aún no se ha hecho efectivo el
dinero destinado para las obras de fortificación del Castillo de San Felipe, el cual se ha empleado para pagar
el Prest, para poder continuar las obras.
1739/05/13
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
236. Informa del estado de las obras de fortificación
del Castillo de San Felipe de Ferrol: se han concluido
dos de las bóvedas de cantería del Hornabeque, se ha
seguido ejecutando de ladrillo la bóveda del Almacén
de Pólvora; incluye el estado de la gente que está trabaja en las citadas obras.
1739/05/19
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
237. Comunica que se van a suspender las obras de
fortificación del Castillo de San Felipe de Ferrol y de
la Plaza de La Coruña, porque los asentistas las van
a abandonar a causa del descubierto que tienen al no
haber mandado el caudal necesario para ellas.
1739/05/20
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
238. Pide le envíe un plano del Puerto de Ferrol, con la
situación, resguardo y fortificación de los tres Castillos
de su Ría, con el Astillero y el Arsenal, y si necesita
más tropa para reforzar algún puesto.
1739/05/23
Marqués de Villerías
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
239. Le comunican que es preciso que se continúen las
obras en el Castillo de San Felipe, pues las fortificaciones de la parte de tierra están en mediano estado; se establecerá una gran batería en la Punta de Segaño, para
evitar que ni en la ensenada de San Cristóbal ni en la de
Chanteiro se pueda arrimar alguna embarcación.
1739/05/24
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
240. Le comunica que le enviará un plano del puerto
de Ferrol, en el cual se ve la situación de los castillos
de la ría, su resguardo y fortificación con el Astillero
y Arsenal.
1739/05/26
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
241. Informa de la mala situación de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, en vez de adelantarse van
disminuyendo por falta de caudales y de operarios. El
asentista Antonio Vázquez de Seijas, quiere dejar el
asiento por estarle debiendo 5 meses del trabajo.
1739/05/27
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
242. Le comunica que si no llegan caudales suficientes, se van a suspender las obras de fortificación del
Castillo de San Felipe de la ría de Ferrol, por falta de
medios y por que hay un descubierto con el asentista
de 50.000 reales de vellón.
1739/05/27
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
243. Quiere que se tomen precauciones para impedir
un desembarco en el Puerto de Ferrol, es necesario
construir tres baterías en la Ensenada de Cariño, dos
de a 8 cañones y una de a 12 en la Punta de Segaño,
provisionalmente serán de tierra y fagina; conviene terminar enseguida la obra del Castillo de San Felipe, que
es la principal defensa de la ría; es preciso establecer
otro fuerte en la Punta de Segaño; señala que se debe
llevar una porción de tropa al lugar de San Cristóbal,
para defender el Arsenal de La Graña, poner guardia
en el lugar y playa de Cedeira, distante del arsenal por
tierra cinco leguas al Norte.
1739/05/30
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
244. Le dice que es necesario se tomen precauciones
para impedir el desembarco que puede practicarse en
la rivera donde termina la falda de la montaña que está
sobre el Castillo de San Felipe y Arsenal de La Graña,
para el resguardo de la Marina se establecerán tres
baterías sobre la Ensenada de Cariño, dos de a ocho
cañones y una de a doce, en la Punta de Segaño, que
serán provisionales de tierra y fajina; conviene que se
esfuercen en las obras del Castillo de San Felipe de
la Ría de Ferrol, y es preciso establecer otro fuerte en
la citada Punta de Segaño, para prevenir un posible
ataque en las ensenadas de San Cristóbal y en la de
Chanteiro.
1739/05/30
s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
245. Le previene que ha resuelto Su Majestad que se
haga construir una batería provisional de 20 cañones
de a 24 en la Punta de Segaño; que en la Ensenada de
Cariño se haga una línea flanqueada con sus reductos
guarnecidos con cañones, estableciendo una porción de
tropa en el lugar inmediato de San Cristóbal, poniendo
también una guardia en la playa de Cedeira; que se
continúen los trabajos en el frente de tierra del Castillo
de San Felipe, y se establezca la Artillería necesaria,
porque junto con el Castillo de La Palma, se hace imposible la entrada a la ría, no consideran necesario la
colocación de las cadenas entre los dos castillos.
1739/06 s.f.
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
246. Memorial de Antonio Vázquez de Seijas, maestro
arquitecto, vecino de La Coruña, asentista de las obras
de fortificación del Castillo de San Felipe de Ferrol,
dice que rescinde el asiento de las citadas obras por el
descubierto que tienen con él; pide que se haga inventario y tasación de todos los géneros que le pertenecen
y están en dichas obras.
1739/06/02
Antonio Vázquez de Seijas
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
247. Suplica que le sean pagados los 90.000 reales
de vellón que le deben como asentista de las obras de
fortificación del Castillo de San Felipe de Ferrol.
1739/06/02
Antonio Vázquez de Seijas
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
248. Le dice que con el asentista de las obras del Castillo de San Felipe, hay un descubierto por la falta de
caudales de 90.000 reales de vellón.
1739/06/02
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
249. Informa que el asentista que tenía las obras de fortificación de del Castillo de San Felipe de la ría de Ferrol,
no continuará y despedirá a los trabajadores por que le
deben algunas semanas por falta de caudal, lo que ha
producido gran perjuicio. Incluye una instancia del asentista diciendo que no sigue en ella por falta de pago.
1739/06/03
117
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
250. Le informa que se dio orden al conde de Itre con
todas las providencias para continuar las obras del Castillo de San Felipe de la ría de Ferrol, pide el plano que
está en la Secretaría de Marina.
1739/06/04
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
251. Le pide que se tomen todas las precauciones para
la defensa y resguardo del Puerto de Ferrol y del Arsenal de La Graña; que el Conde de Itre disponga de
lo necesario para su ejecución y forme el tanteo del
gasto de las obras provisionales para facilitar el caudal
necesario, que encargue la conclusión del plano del
citado puerto.
1739/06/04
Marqués de Villerías
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
252. Le remite la carta del Conde de Itre sobre la falta
de caudales para las obras de fortificación del Castillo
de San Felipe de la ría de Ferrol; se ha prevenido por
orden del Rey al Ministerio de Hacienda que se reemplace el caudal en que está descubierto el asentista de
las citadas obras Antonio Vázquez de Seijas.
1739/06/07
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
253. Le remite un plano comprendiendo desde La Coruña a la Ría de Ferrol, con explicaciones detalladas
del citado plano acerca de la fortificación de la dicha
ría y de otros lugares.
1739/06/10
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
254. Le informa que Su Majestad ha dado una resolución para que se continúen las obras de fortificación del
Castillo de San Felipe de Ferrol, y que se construirá
provisionalmente una batería en Segaño.
1739/06/12
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
255. Pide se remitan caudales para hacer el pago de
60.000 reales de vellón que tiene de descubierto el
asentista de las obras del Castillo de San Felipe de
Ferrol, se van los obreros porque no cobran el trabajo,
no se pueden adelantar las obras.
1739/06/17
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
118
256. Le informa de todo lo que ha observado en el
reconocimiento que ha hecho de la parte norte de La
Graña y de Ferrol; que pronto le remitirá un mapa de
lo que ha reconocido, es importante mantener el mayor
número de tropa en el Castillo de San Felipe.
1739/06/17
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
257. Le remite el diseño de dos cadenas atravesadas
oblicuamente en parajes oportunos para cerrar el paso
de la entrada de la Ría de Ferrol, y un plano y perfil de
donde se colocaría la dicha cadena.
1739/06/17
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
258. Pide se haga efectiva la remesa de caudal necesario para la continuación de las obras de fortificación
de la Ría de Ferrol; la Tesorería Mayor sólo ha enviado
fondos para el Prest de las tropas, se debe dinero al
asentista del Castillo de San Felipe de Ferrol.
1739/06/17
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
259. Informan del modo que se puede defender la Ría
y el Puerto de Ferrol, que conviene establecer un fuerte
en la Playa de Ares, que los castillos de San Martín y
de La Palma, no aguantarían un ataque, pero la mayor
oposición está en el castillo de San Felipe; se deberían
repartir dos batallones de tropa por los lugares inmediatos a la ría; comunica que hay un gran atraso en el
pago de las pagas a los ingenieros.
1739/06/18
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
260. Le comunican que disponga la tropa en la mejor
forma que le parezca para mayor defensa de la entrada
de la Ría de Ferrol, que la propuesta de la colocación
de una cadena a la entrada de la ría cree que es inútil
y de un gasto excesivo.
1739/06/22
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
261. Pide le envíe los planos de las baterías provisionales que se han comenzado a construir para la defensa de
la Ría de Ferrol, y el plano y perfiles del estado actual
de las obras del Castillo de San Felipe, y de las que
faltan por ejecutar.
1739/06/24
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
262. Le informa de la defensa de la Ría de Ferrol,
expone lo que sobre ello se le ofrece, y avisa lo que
se van adelantando las obras provisionales que a este
fin se están ejecutando. Pide que mande caudales para
que puedan seguir las obras del Castillo de San Felipe
y todas las demás que se hacen para la defensa de la
citada ría.
1739/06/24
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
263. Le informa del adelanto de las obras en la Ría de
Ferrol, se trabaja en la batería de Viñas (Ensenada de
Cariño), en el Castillo de San Felipe, apenas se avanza
por el alcance que se debe al asentista, que si no se le
envían caudales tendrá que parar las obras.
1739/06/24
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
264. Le comunica que ha recibido los mapas de la Ría
de Ferrol, explicando que puertos se deben resguardar para su mayor seguridad, estableciendo en unos
baterías y en otros a la tropa; pide el envío del plano
y perfiles del estado de las obras del Castillo de San
Felipe y lo que conviene ejecutar para su defensa.
1739/06/24
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
265. Avisa del estado y adelantamiento de las obras
de fortificación del Castillo de San Felipe de la ría de
Ferrol, el Ministro de Hacienda avisa de la dotación
de la tesorería para el mes, se incluyen 90.000 reales de vellón para atender al citado castillo; según el
asentista a final de mes estarán concluidas todas las
bóvedas del Hornabeque; remitirán un plano y perfiles
del castillo.
1739/07/01
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
266. Comunica que queda enterado de la promesa del
asentista, de terminar las bóvedas del frente del Hornabeque del Castillo de San Felipe de la ría de Ferrol,
para que se pueda colocar la artillería sin necesitar
plataformas, previene lo que se debe ejecutar y espera
le envíen el plano y perfiles del estado en que se hallan
las obras.
1739/07/08
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
267. Le informa que en la Ensenada de Cariño, se están
adelantando las obras, a pesar de la falta de Alarifes,
se han puesto ya 14 cañones en la Punta de Viña; y en
las obras del Castillo de San Felipe, se concluirán las
bóvedas y el frente del hornabeque.
1739/07/15
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
268. Le comunica que se deben concluir las obras de
las baterías provisionales lo más brevemente posible,
y que se deben vencer las dificultades para poder construir la batería en la Punta de Segaño, pide que en
breve se le remita un plano y perfiles del Castillo de
San Felipe.
1739/07/21
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
269. Que los ingenieros han pensado que se podrá
construir una batería de 4 cañones en el atrincheramiento de la Plaza de Armas del Castillo de San Felipe
de Ferrol, según el plano que le envían.
1739/07/22
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
270. Le envía su reflexión sobre la defensa de la Ría de
Ferrol, se acordonarán los navíos de la Escuadra en la
Boca de la Ría, y se formarán baterías en tierra.
1739/07/28
Francisco de Liaño
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
271. Informa que se prosiguen con mucho esfuerzo las
obras del Castillo de San Felipe de Ferrol por parte de
su asentista, si no hay fondos las obras se atrasaran,
pide el envío de caudales para el adelantamiento de
las mismas.
1739/07/28
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
272. Le comunica que los ingenieros tienen falta de
medios para mantenerse, por los excesivos gastos, tienen un atraso de 19 meses, pide que se les pague el
alcance que se les está debiendo.
1739/07/29
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
273. Le comunica la imposibilidad de emprender a un
tiempo todas las obras que están pendientes en la ría
de Ferrol, pide le diga la preferencia que tiene cada
obra.
1739/07/29
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
274. Le remite el plano de la Ría de Ferrol, desde el
119
Castillo de San Martín hasta la boca de la ría, en la que
están señaladas las baterías provisionales proyectadas,
le enviará los perfiles del Castillo de San Felipe, las
obras van lentas porque el asentista no tiene medios
para continuar, por no haber cobrado las libranzas.
1739/07/29
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
275. Envía una reflexión sobre la defensa de la Ría de
Ferrol, y la disposición más conveniente para asegurar
los navíos de guerra que se hallen en el puerto contra un
posible ataque enemigo, los navíos se deberán poner amarrados desde la Punta del Bispón hasta La Graña; informa
sobre el adelanto de las obras de las baterías en tierra.
1739/07/29
Reinaldo MacDonnell
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
276. Le comunica que ha prevenido al Ministerio de
Hacienda para que se envíen caudales a las obras que
se ejecutan en el Castillo de San Felipe de Ferrol.
1739/07/31
Marqués de Villerías
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
277. Informa de las proposiciones del Conde de Itre en
las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol: bóvedas
del frente del Hornabeque; añadir merlones en la batería alta construida a barbeta; no han podido concluir
el plano y perfiles del estado de las obras del citado
castillo. Han pensado los ingenieros hacer una batería
de 4 cañones en el atrincheramiento de la Plaza de
Armas.
1739/07/31
Real Junta de Fortificaciones.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
278. Le comunica que los planos de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, llegan sin escala y sin la
explicación correspondiente; que es preciso la terminación de la batería de 3 cañones en el ala del camino
cubierto de la izquierda del citado castillo; que el asentista no saque piedra de mampostería de otro paraje que
no sea el ya señalado.
1739/07/31
Real Junta de Fortificaciones (Juan de la Ferière, Juan
Ballesteros y Pedro Superviela).
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
279. Informa que ha prevenido al Ministro de Hacienda
que envíe los caudales dotados para la continuación
de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, pide
noticias del estado en que se halla la construcción de
la batería de Segaño y demás obras provisionales que
se ejecutan en la Ría.
120
1739/07/31
Marqués de Villerías
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
280. Le comunica que no conviene ejecutar el proyecto
de la batería de 4 cañones en la cortadura de la Plaza
de Armas del Castillo de San Felipe de Ferrol.
1739/08/04
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
281. Le pide que destine a las playas de Ares y Redes,
en la Ría de Sada, a la caballería y Dragones, para
impedir cualquier desembarco; que haga retirar a todas
las embarcaciones de la Ría de Ferrol, que se hallan
en aquella banda a la de La Graña, cortando el Puente
de Jubia, para hacerles más dificultoso el acceso al
Arsenal, y en caso que se inclinasen a tomar los tres
Castillos de la Ría: San Felipe, Nuestra Señora de La
Palma y San Martín, y la batería de Segaño, por su
poca defensa en la parte de tierra, que haga retirar la
artillería a San Felipe.
1739/08/04
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
282. Que ha recibido el plano del Castillo de San Felipe de Ferrol y se lo devuelve por no tener escala ni
explicación del estado de las obras; le previene el modo
que el asentista debe sacar la piedra de mampostería.
1739/08/04
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
283. Informa sobre lo que se ha ejecutado en el Castillo
de San Felipe de la Ría de Ferrol, en el mes de julio
de 1738: se han construido 4 bóvedas de cantería en la
cara izquierda del Hornabeque, etc, se han adelantado
poco por falta de dinero.
1739/08/05
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
284. Le remite un dibujo y da explicaciones acerca de
la defensa y seguridad de la entrada a la Ría de Ferrol,
le propone que Juan de la Ferriére pase a Ferrol para
poderlo ejecutar.
1739/08/09
Real Junta de Fortificaciones(Juan de la Ferriére, Juan
Ballesteros, Pedro Superviela).
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
285. Le encarga que junte al ingeniero director de
las obras con el comandante de artillería y un oficial
general y examinen las reflexiones que se han hecho
sobre los terrenos de Ferrol y de su ría, y le dé una
respuesta.
1739/08/10
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
286. Le informa que ha pasado la orden a Juan Vergel
para que se perfeccione la batería de las tres piezas del
camino cubierto del ala izquierda del Hornabeque del
Castillo de San Felipe; que el asentista debe sacar las
piedras para mampostear todo el frente de tierra según
está obligado por su contrata.
1739/08/19
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
287. Piensa que las baterías proyectadas para la seguridad de la Ría de Ferrol, son muy útiles y convenientes,
las tropas están bien situadas, y registran todas las playas de alrededor, aunque es difícil que haga el enemigo
un desembarco en ellas por no tener agua suficiente.
1739/08/21
Marqués de Valparaíso y de Villahermosa
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
288. Le dice que conviene que todas las baterías que
miran a la marina sean a barbeta, para el libre uso de
la Artillería y dirección de sus tiros donde convenga; la
batería de Segaño se extenderá lo necesario para poner
hasta 16 cañones.
1739/08/25
Duque de Montemar s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
289. Informa que hay un hoyo que el asentista ha hecho en la plaza de armas del Castillo de San Felipe de
Ferrol, inmediato al Glacis con el arranque de la piedra
y otro más arriba de donde se saca arena para las mezclas, expone lo perjudicial que son para el fuerte; se
debe prevenir al Conde de Itre que mande taparlos, que
se hicieron cuando la obra se hacía por Administración,
por anteriores asentistas y por el actual asentista.
1739/08/29
Real Junta de Fortificaciones.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
290. Informa que ha prevenido al Conde de Itre que
se terraplenen los hoyos del frente del Castillo de San
Felipe de Ferrol, dejando abierto lo necesario para extraer la arena y la piedra.
1739/09/07
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
291. Informa del estado y adelantamiento de las obras
del Castillo de San Felipe y de la Ría de Ferrol; que se
han concluido los almacenes de pólvora de las baterías
de Viñas, Restrebort y de Segaño, y se están ejecutando
sus Cuerpos de Guardia.
1739/09/09
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
292. Le informa de la falta de caudales para las obras
del Castillo de San Felipe de Ferrol: al asentista se le
están debiendo 15.000 reales de vellón de la dotación
mensual, si no se le paga parará las obras a finales de
mes.
1739/09/23
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
293. Le comunica que hay falta de caudales para continuar las obras para la defensa del Puerto de Ferrol,
pide que se informe de ello al Rey.
1739/09/24
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
294. Le comunica que se ocasionarán graves consecuencias si no se reciben caudales para la continuación
de las obras de defensa del Puerto y Ría de Ferrol y
para el vestuario de la tropa.
1739/09/28
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
295. Le informa que la falta de fondos originará que
se paren las obras para la defensa del Puerto de Ferrol,
lo que tendrá graves consecuencias.
1739/09/29
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
296. Informa que las obras en el Castillo de San Felipe
de la Ría de Ferrol, prosiguen lentamente, por falta de
fondos para poder pagar mensualmente al asentista de
la misma.
1739/09/30
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
297. Le pide que vigile los fondos dotados para la fortificación de la Ría y Puerto de Ferrol para que no vayan
a otro destino.
1739/10/07
Duque de Montemar
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
298. Que en cuanto el Ministro de Hacienda remita
los fondos para la continuación de las obras para la
defensa de la Ría y Puerto de Ferrol, se finalizarán
convenientemente y no se irán a otro destino que no
121
sean las citadas obras.
1739/10/14
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
299. Informa que el asentista no puede continuar las
obras del Castillo de San Felipe sino se le abona lo que
se le está debiendo que son cuatro meses, por esto se
han suspendido las citadas obras.
1739/10/14
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
300. Le informa que como asentista deja las obras de
fortificación del Castillo de San Felipe de Ferrol, por
falta de pago del asiento, la Real Hacienda le está debiendo 60.000 reales de vellón.
1739/10/20
Antonio Vázquez de Seijas
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
301. Relación y noticia del estado en que se hallan las
obras del Castillo de San Felipe y las baterías de la Ría
de Ferrol (de Campo Santo, de Restrebort, de Cariño,
de Viñas, de Canelas, de Segaño, de Ares, del Camino
de Redes).
1739/10/20
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
302. Informa que le remite el estado de las obras del
Castillo de San Felipe y de las Baterías de la Ría de
Ferrol y le da su opinión acerca de las citadas obras. El
Conde de Itre le ha propuesto que formase un proyecto
para la construcción de una batería en la Punta de Rabo
de Porca, en la entrada del canal de San Felipe, esto
sería lo más útil para impedir el paso de los navíos, si
en lugar de estar el Castillo de San Felipe donde se halla, se hubiera construido en este paraje, sería perfecto
para la mayor defensa de la ría y no hubiese tenido tan
grandes gastos.
1739/10/21
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3680
303. Le informa del mal estado de las obras de fortificación del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol,
por el impago al asentista.
1739/10/21
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
304. Informa del estado de las obras del Castillo de
San Felipe de Ferrol: el frente del Hornabeque estará
concluido a fin de mes; los almacenes y Parque de Artillería están sin maderas y sin repuesto de estacas.
122
1739/10/21
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
305. Informa que el Conde de Itre pide que se permita
construir una cisterna en el Castillo de San Felipe de
la Ría de Ferrol; el corte de la madera se hará en el
tiempo oportuno; la batería de Rabo de Porca es la
pieza más importante para asegurar la entrada de la
citada ría.
1739/10/26
Diego de Bordiell
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
306. Informa sobre la falta de medios para continuar las
obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, el asentista
no quiere seguir con las obras si no se le pagan los
cuatro meses que se le deben. Es necesario adelantar
las obras, por ser el principal puesto para la defensa de
la Ría de Ferrol.
1739/10/27
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
307. Informa que se debe construir una cisterna para el
agua en el Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol,
pide se den providencias para su ejecución. Que se
haga prevención e maderas y estacas para las fortificaciones.
1739/11/03
Real Junta de Fortificaciones
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
308. Informa sobre el perjuicio que causa el cese de las
obras de fortificación del Castillo de San Felipe de la
Ría de Ferrol, se ha quedado indefenso; es necesario
que lleguen remesas de caudales para hacer frente al alcance del asentista Antonio Vázquez de Seijas, al pago
de las tropas, y demás gastos de las citadas obras.
1739/11/03
Francisco Salvador de Pineda
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
309. Informa que ha pedido a Carlos Desnaux, forme la
relación y tanteo de las maderas que se necesitan para
las obras proyectadas, para que se den las providencias
necesarias para ello.
1739/11/18
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
310. Informa que ha vuelto a prevenir al ingeniero Juan
Vergel, que le remita cada mes el estado de las obras
del Castillo de San Felipe de Ferrol; se están ejecutando dos almacenes, uno de pólvora entre el Arsenal de
La Graña y el citado castillo, y otro en La Graña, para
el uso de la Marina. Se ha empleado a los subalternos
Fulgencio Jiménez en cuidar las obras de la batería de
San Cristóbal, y a Tomás Montojo en las baterías de viñas y Segaño, dice trabaja bien y que sería conveniente
se encargase de las obras del citado castillo.
1739/11/18
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
311. Le informa de la marcha de los ingenieros de las
obras del Castillo de San Felipe de Ferrol por falta de
pago y medios para seguir trabajando; pide que de las
órdenes convenientes para que se les envíen caudales
para continuar las citadas obras.
1739/11/25
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
312. Informa que el asentista no se esfuerza en continuar las obras de fortificación del Castillo de San
Felipe, porque aún no se le ha pagado todo el descubierto que se le debe, y no se le ha abonado la dotación
mensual de 15.000 reales de vellón, desde el mes de
junio; pide el envío de fondos.
1739/11/25
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
313. Le comunica que no le envía noticias de las obras
ejecutadas en el Castillo de San Felipe de Ferrol, porque no le ha mandado nada el ingeniero Juan Vergel;
las baterías del Puerto de Ares no se construyen por
falta de medios.
1739/12/02
Carlos Desnaux
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3371
314. Le comunica que la tropa de tierra que guarnece
el Arsenal de La Graña, debe estar subordinada a la
jurisdicción de Marina; los tres castillos de la ría de
Ferrol (San Martín, Nuestra Señora de la Palma y San
Felipe), son la defensa del citado arsenal impidiendo
al enemigo entrar en la ría.
1741/10/30
Marqués de la Ensenada s. a.
A.G. de Simancas. Marina, leg. 311
315. Informa que le es muy difícil abastecer tanta cal
como se necesita para la contraguardia de La Coruña y para el Castillo de San Felipe de Ferrol, por no
encontrar embarcaciones grandes para su transporte,
se necesitan diariamente 500 fanegas de cal para las
referidas obras.
1751/07/16
Cosme Álvarez
A.G. de Simancas. Marina, leg. 376
316. Remite la relación y tanteo de las obras de fortificación que deben hacerse en el Castillo de San Felipe
de la Ría de Ferrol para su conclusión, según la relación que dio el ingeniero jefe Juan Vergel.
1752/02/09
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
317. Relación y tanteo de las obras que se deben ejecutar en el Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol para
su conclusión. El importe total de las obras era según
Juan Vergel en 1749 de 300.319 reales de vellón, desde
entonces se han hecho obras por un total de 65.914
reales de vellón, para la entera conclusión de estas se
necesitan 234.404 reales de vellón.
1752/02/09
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
318. Le remite un plano del Castillo de San Felipe, en
el cual se ve su actual estado, y las obras que faltan y
deben ejecutarse para su conclusión y dejarle en estado
de defensa.
1752/03/01
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
319. Le informa que el Rey ha destinado para las obras
de conclusión del Castillo de San Felipe de la ría de
Ferrol y para los reparos en otras obras del Reino de
Galicia, 15.000 escudos de vellón, pide dé providencias
para que se continúe con la realización de las obras.
1752/03/08
Marqués de la Ensenada s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
320. Informa que Francisco Llovet ha formado ya la
relación sobre las obras y reparos de las fortificaciones
del Reino de Galicia. El Rey ha aprobado y ha aumentado la dotación en 15.000 escudos para que se vayan
perfeccionando las obras del Castillo de San Felipe de
Ferrol y que dará las disposiciones necesarias.
1752/03/15
José de Avilés
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
321. Envía una relación de las obras y reparos que podrán ejecutarse el año 1752 en las plazas y demás puertos fortificados del Reino de Galicia, con los 60.000
reales de vellón que el Rey ha destinado y los 26.082
reales de vellón que quedaban al final de 1751, resto
de la dotación.
Castillo de San Felipe y su dependencia en Ferrol: para
continuar el ala derecha del hornabeque del castillo se
destinan 40.000 reales de vellón. Para ensanchar las
puertas de las bóvedas de la batería baja, retejos y otros
123
reparos menudos del citado castillo y otros puestos de
la ría de Ferrol y Ensenada de Cariño, se destinan 3.000
reales de vellón.
1752/03/22
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
322. Le informa sobre la relación de las obras y reparos
del Castillo de San Felipe de Ferrol, se ha aumentado
su dotación en 15.000 reales de vellón.
1752/03/22
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
323. Le dice que cumplirá la orden y se pondrá de
acuerdo con José de Avilés, sobre la cantidad de cal
que se va a necesitar para las obras del Castillo de San
Felipe de Ferrol
1752/03/28
Cosme Álvarez
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
324. Le remite la instancia de Antonio Blanco, Asentista del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol, que
dice haber entrado en el Asiento en el año 1751, bajo
las mismas condiciones que tenía el anterior Asentista Antonio Vázquez de Seijas, pide se le paguen las
perdidas que ha tenido para que pueda proseguir con
las obras; y la instancia de José Martínez de Celis,
Asentista de las obras de La Coruña.
1752/12/15
Salvador Felipe Bermeo Aries
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
325. Da noticias sobre el caudal que quedó existente a
final del año 1751, para obras y reparos de fortificación
del Reino de Galicia; de lo consignado y pagado en el
año 1752, el caudal existente el 31 de diciembre de
1752 era de 4.476 reales de vellón. En las obras del
Castillo de San Felipe de Ferrol se pagó a los asentistas
y los materiales que se necesitaron para las obras.
1753/01/21
Francisco de Mendoza Sotomayor
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
326. Le comunica que las obras del Arsenal de Marina
de Ferrol, son las más grandes y numerosas, están atendidas por Cosme Álvarez. Que el ingeniero segundo
Sebastián Rodolphe cuidará las obras del Castillo de
San Felipe; pide proyecto y tanteo de las obras que se
deben hacer en la Ensenada de Cariño para asegurar su
defensa de un posible ataque de tropas extranjeras.
1753/01/24
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
124
327. Relación del adelantamiento y gastos causados
en las obras nuevas y reparos de las fortificaciones y
edificios militares del Reino de Galicia en el año 1752.
Fondo que hay para todas las obras: 150.000 reales de
vellón.
Castillo de San Felipe: por asiento se continuó el ala
derecha del hornabeque, el perfil de la rampa que comunica a la batería baja; el transporte de algunos géneros y la porción de cal que se llevó a Ferrol desde
Corcubión, por un total de gastos: 49.028 reales de
vellón. Por administración se hicieron reparos en los
edificios militares del Castillo de San Felipe y en los
demás castillos de la Ría, por un total de 287 reales
de vellón.
1753/01/25
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
328. Le remite una relación de las obras y reparos que
podrán ejecutarse en el año 1753 en las plazas y puertos
fortificados del Reino de Galicia, con los 260.000 reales
de vellón que ha destinado Su Majestad y los 112.648
reales de vellón que quedaron sobrantes a final de 1752,
que en total son 372.648 reales de vellón: En el Castillo
de San Felipe, se destinaran 100.000 reales para continuar las obras; para retejos y demás puestos de sus
dependencias se destinaran 4.000 reales de vellón.
1753/01/27
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
329. Le adjunta una relación de las obras y reparos que
podrán ejecutarse en las fortificaciones del Reino de
Galicia en el año 1753.
1753/02/14
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
330. Remite una relación de los oficiales y cadetes que
podrán emplearse como sobrestantes de las obras que se
ejecutan en la Ría de Ferrol, expresando el Regimiento
en el que sirven, la obra a la que van destinados y su
salario. Al Castillo de San Felipe irá destinado Miguel
de Robles, Alférez de la Compañía de Artilleros inválidos, su salario será de seis reales de vellón diarios.
1753/02/21
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
331. Le informa que el Rey ha destinado para el reparo
de las fortificaciones y edificios militares del Reino de
Galicia durante 1752: 60.000 reales de vellón. Pide al
ingeniero comandante Francisco Llovet, que forme una
relación individual de las obras y reparos más urgentes;
hacen falta más ingenieros para estas obras y reparos.
1753/02/23
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
332. Antonio Blanco, maestro de obras, hizo obligación en el mes de julio de 1751, de continuar las obras
del Castillo de San Felipe en la ría de Ferrol, bajo los
mismos precios y condiciones que las que tuvo Antonio
Vázquez, que tomó el asiento en abril de 1736. Dice
que no podrá cumplir con la obra en los precios convenidos, que tuvo unos gastos de más de 3.000 reales
de vellón.
1753/03/12
Antonio Blanco
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
333. Le manda una relación de las perdidas que ha
tenido Antonio Blanco, asentista de las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, en la parte que de ellas
ha ejecutado en los dos últimos años de 1751 y 1752.
Total pérdidas: 13.874 reales de vellón.
1753/03/23
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
334. Le envía los tanteos que ha formado Francisco
Llovet sobre los perjuicios alegados por Antonio Blanco, asentista de las obras de fortificación del Castillo
de San Felipe en Ferrol, consistentes en 13.874 reales
de vellón.
1753/05/23
José de Avilés
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
335. Envía un estado del caudal consumido en las obras
nuevas y reparos de las fortificaciones y edificios militares del Reino de Galicia en el año 1753. En las obras
del Castillo de San Felipe de Ferrol, se abonó al asentista de la obra: 101.026 reales de vellón; la excavación
de la peña ejecutada por Administración ha importado:
5.005 reales de vellón; reparos en los tres castillos de la
ría (San Felipe, Nuestra Señora de Palma y San Martín)
han importado 4.180 reales de vellón. Total gastado en
las obras de Ferrol: 110.211 reales de vellón.
1754/01/01
Miguel Marín
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
336. Le informa sobre el estado de las obras de fortificación del Reino de Galicia: si al fondo se aumentase
en este año de 1754 la cantidad de 400.000 reales de
vellón, se conseguiría concluir el hornabeque del Castillo de San Felipe de Ferrol, además de otras obras
del Reino.
Oficio
Miguel Marín
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
337. Le envía el total del caudal que sobró a final de
1753, para las obras y reparos del Reino de Galicia, de
lo entregado en tesorería en 1754, procedido de diferentes efectos que se beneficiaron de cuenta de la Real
Hacienda. Pagos hechos en el Castillo de San Felipe de
Ferrol, por los jornales en la excavación de la piedra;
al asentista Antonio Blanco por diferentes reparos en
los tres castillos de la ría (San Felipe, Nuestra Señora
de Palma y San Martín), etc. Total 80.686 reales de
vellón.
1754/01/16
Francisco de Mendoza y Sotomayor
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
338. Envía una relación del caudal gastado en el adelantamiento de las obras del Reino de Galicia: en el
Castillo de San Felipe para diferentes reparos se gastaron 3.996 reales de vellón.
1754/01/18
Francisco de Mendoza y Sotomayor
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
339. Remite una relación del estado de las obras que se
ejecutan en el Castillo de San Felipe de Ferrol, las que
faltan por hacer para su conclusión, y el caudal que se
necesita para acabar el ala derecha del Hornabeque, la
caponera de la derecha, pórtico de la Plaza de Armas,
para pavimentos, para las bóvedas de ladrillo, para
terraplenes, para las puertas y ventanas de las bóvedas
y caponera, para suelos y forros de los Almacenes de
Pólvora y puentes levadizos, para acabar el caño de
limpieza en la batería baja, y para gastos imprevistos
en total hacen falta 310.562 reales de vellón.
1754/01/30
Miguel Marín
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
340. Informa que ha pedido al ingeniero director Miguel Marín, le remita una relación de lo que falta por
concluir en el Castillo de San Felipe de Ferrol.
1754/01/30
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
341. Relación del estado de las obras que se ejecutan
en el Reino de Galicia, en el que se expresa lo que
falta por concluir y el caudal que se necesita para
ello. En el Castillo de San Felipe de Ferrol, se sigue
trabajando en el ala derecha del hornabeque, perfil
de la rampa que comunica a la batería baja; en la
caponera derecha, en el pórtico de la plaza de armas
del castillo; y para la cantería, mampostería, ladrillo,
puertas y ventanas, forros de los almacenes de pólvora y puentes levadizos, y otros gastos, se necesitan
340.562 reales de vellón.
1754/01/31
125
Miguel Marín
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
342. Le remite una relación de las obras nuevas y reparos necesarios que se necesitan en el Castillo de San
Felipe de Ferrol y demás obras de las fortificaciones y
edificios militares del Reino de Galicia, a las cuales se
aplican y comparten los 70.000 escudos que el Rey ha
destinado en este año de 1754, más los 187.787 reales
de vellón que sobraron del fondo del año 1753; en total
hay destinados para las obras 787.787 reales de vellón.
Para dejar perfeccionado el Castillo de San Felipe se
necesitan 310.562 reales de vellón.
1754/01/31
Miguel Marín
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
343. Le dice que no está de acuerdo con la Orden del
Rey, sobre que se perfeccionen las obras en el Castillo
de San Felipe de Ferrol, desatendiendo las obras de la
Puerta Real de La Coruña, que es el único asilo de la
guarnición en la citada ciudad; propone que se destinen para el castillo 100.000 reales de vellón y para la
Puerta Real 87.000 reales de vellón. Pide le manden
más ingenieros. Le dice que no está de acuerdo con la
Orden del Rey, sobre que se perfeccionen las obras en
el Castillo de San Felipe de Ferrol, desatendiendo las
obras de la Puerta Real de La Coruña, que es el único
asilo de la guarnición en la citada ciudad; propone que
se destinen para el castillo 100.000 reales de vellón
y para la Puerta Real 87.000 reales de vellón. Pide le
manden más ingenieros.
1754/02/02
Miguel Marín
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
344. Le comunica que ha pasado al ingeniero director
Miguel Marín la Real Resolución que le envió el pasado mes de marzo, para que del caudal sobrante del año
anterior se destinen 100.000 reales de vellón a la obra
del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol.
1754/04/17
Conde de Itre
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
345. Le remite una relación del caudal que se necesita
para continuar y concluir las obras del Castillo de San
Felipe de Ferrol: en total 150.000 reales de vellón.
Para reparos y retejos en los Castillos de San Martín y Nuestra Señora de la Palma y en otros puestos
fortificados de la ría: total 10.000 reales de vellón.
Piensa que las obras deben hacerse por asiento y no
por administración.
1755/01/18
Miguel Marín
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
126
346. Le envía una relación de los empleados en las
obras de fortificación del reino de Galicia, que se pagan
con su fondo, formada por la Contaduría General. En el
Castillo de San Felipe de Ferrol, trabaja el sobrestante
Manuel de Robles, que ha sido nombrado por los ingenieros, recibe de sueldo seis reales de vellón al día.
1755/04/02
Francisco de Mendoza y Sotomayor
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
347. Pide que se le informe sobre la distribución de
los fondos que deben consignarse para cada una de las
obras de las fortificaciones del Reino de Galicia; para
las obras del Castillo de San Felipe de Ferrol, ya se ha
hecho el Asiento.
1755/04/23
José de Avilés
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
348. Le envía el reparto y la aplicación de los 30.000
escudos de vellón que se dotaron para el año 1755 más
el sobrante de 1754 que son 489.091 reales de vellón,
para las obras y reparos de fortificación del Reino de
Galicia; de los cuales para la obra nueva del Castillo
de San Felipe, se aplicaron 90.000 reales de vellón;
para renovar el tejado del pabellón del castillo y otros
reparos 12.000 reales de vellón; para reparar el Castillo
de Nuestra Señora de Palma, de los daños causados con
pólvora, y otros reparos en las fortificaciones de la ría
de Ferrol, 10.000 reales de vellón.
1755/05/28
Francisco Llobet s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
349. Envía una relación de los reparos y obras que se
necesitan ejecutar en las habitaciones de los gobernadores, cuarteles, almacenes de pólvora y demás edificios
interiores de los castillos de San Felipe, Nuestra Señora
de la Palma y San Martín, y de las baterías de Segaño,
Viñas, Cariño y San Cristóbal de la Ría de Ferrol, y un
tanteo individual de los mismos que ha formado el Ingeniero ensegundo Sebastián Rodolphe, por orden del
Ingeniero Director Miguel Marín; el importe total de
las obras será de 2.277 reales de vellón, de las cuales
se hace cargo para ejecutarlas por Asiento el maestro
de obras Antonio Blanco.
1755/07/03
Francisco de Mendoza y Sotomayor
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
350. Tanteo del coste que tendrán las obras y reparos
que se necesitan realizar en el Castillo de nuestra Señora de la Palma y vidrieras para la capilla del Castillo de
San Felipe de la ría de Ferrol, estas obras se harán por
el Asentista Antonio Blanco, por un total de 9.435 reales de vellón; el cual se obliga a hacer los reparos que
sean necesarios en los tres castillos de la citada ría.
1755/07/03
Francisco de Mendoza y Sotomayor
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
351. Informa que ha reconocido las obras del Castillo
de San Felipe de la Ría de Ferrol, que se ejecutan por
Asiento; en el Castillo de Nuestra Señora de la Palma
y en las demás fortificaciones de la citada ría y de la
Ensenada de Cariño, se deben hacer varios reparos y
por Administración sería muy costoso, se consiguió que
el Asentista del Castillo de San Felipe, los tomase a su
cargo.
1755/07/08
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
352. Le remite dos informes con los reparos de los
fuertes y baterías de la Ría de Ferrol, que se deben
hacer en este año y los fondos destinados a ellos y a
otras obras de fortificación del Reino de Galicia.
1755/07/09
José de Avilés
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
353. Comunica el envío de dos tanteos para ejecutar
las obras de los reparos en los fuertes y baterías de la
Ría de Ferrol; con los contratos de obligación para que
los ejecute Antonio Blanco, Asentista del Castillo de
San Felipe, uno es de 9.200 reales de vellón y el otro
de 2.277 reales de vellón.
1755/07/17
s.a.
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
354. Le informa que según el reparto que hizo el Ingeniero Director Miguel Marín del fondo destinado para
las obras de fortificación que debían hacerse en el año
1755 en el Reino de Galicia, dio las instrucciones para
su cumplimiento, aunque el Intendente le previno que
debían ceñirse los gastos, porque sólo se contaba con
los 300.000 reales dotados para el año, se determinó
que se atendiesen los reparos más urgentes.
1755/09/08
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
355. Relación del caudal que se considera podrá gastarse para continuar las obras de fortificaciones y reparos
de los edificios militares del Reino de Galicia en el año
1756: para la continuación de las obras y reparos en
el Castillo de San Felipe de Ferrol, en el de Nuestra
Señora de la Palma, en el de San Martín y en las baterías de su dependencia, se necesitarán 93.000 reales
de vellón. En total se necesitan para todas las obras del
reino 576.111 reales de vellón.
1755/11/11
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
356. Relación de lo que se ha gastado en el año 1755
en las obras y reparos de las fortificaciones y edificios
militares del Reino de Galicia. En el Castillo de San
Felipe de Ferrol se gastaron desde el día 22 de mayo
hasta el 31 de octubre 65.307 reales de vellón; por los
reparos que se hicieron en los tres castillos de la ría:
San Felipe, Nuestra Señora de la Palma y San Martín,
y en las baterías de la Ensenada de Cariño, se gastaron
22.000 reales de vellón. En total en todo el reino hubo
unos gastos por las obras de 303.786 reales de vellón;
como la dotación para el año fue de 300.000 reales de
vellón se ha gastado demás 3.786 reales de vellón.
1755/11/11
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
357. Remite una relación de las obras y reparos ejecutados en las fortificaciones y edificios militares del Reino de Galicia en el año 1755. En las obras y reparos de
los tres castillos de la ría de Ferrol: San Felipe, Nuestra
Señora de la Palma, San Martín, baterías de Segaño, de
Viñas, de Cariño y de San Cristóbal, el coste de todo
asciende a 98.592 reales de vellón.
1756/01/21
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. Guerra Moderna, leg. 3375
358. Descripción de las Plazas y puestos fortificados
del Reyno de Galicia, de sus costas y fronteras. Consistencia y estado de sus defensas, con noticia con noticia
de las obras Proyectadas y aprovadas.
1756/10/05
Francisco Llobet
Instituto de Historia y Cultura Militar. Archivo Histórico 3-1-68.
359. Remark upon the Harbour of Ferrol…of the attack
which was lately meditated upon the harbour of Ferrol.
1767-1768
Hugh Debbieg
Biblioteca del Museo Británico. Grupo III (6R-III)
360. Relación topográfica de las plazas y puestos fortificados del Reino de Galicia. Informe de la Real Orden
de 31 de agosto de 1800.Parte relativa a Ferrol. Contiene planos de las fortificaciones a las que alude.
1804
Miguel de Hermosilla
Instituto de Historia y Cultura Militar. Biblioteca-Museo. 1800-B1/ Rollo R-3C. Nº: 02-098
361. Descripción detallada de la ciudad de Ferrol y sus
127
sistemas de defensa.
1809/01/31
Blein
Archive du Génie. Places ètrangeres. La Corogne et
le Ferrol dans la Galice Article nº 14. Carton 1 Pièce
nº 14
362. Descripción detallada de la ciudad de Ferrol y sus
sistemas de defensa.
1824/08/20
Perreau
Archive du Génie. Places ètrangeres. La Corogne et
le Ferrol dans la Galice. Article nº 14. Carton 1 Pièce
nº 17
363. Proyecto del camino vecinal y militar desde el
Castillo de San Felipe a la Villa de La Graña para
unirse con el que partiendo del Ferrol llega al mismo
punto.
1864
Enrique Montenegro y López
Archivo de la Comandancia de obras de La Coruña.
Legajo del Castillo de San Felipe
364. Proyecto de las obras necesarias para habilitar
doce emplazamientos para obuses de hierro ratados
de 21 cm.
1878
Gabriel Lovarinas
Archivo de la Comandancia de obras de La Coruña.
Legajo del Castillo de San Felipe
365. Descripción de la Coruña, Ferrol y sus defensas,
tomando en cuenta el estado en el que se encuentran
en 1905. Contiene 7 gráficos catalogados como: Carton
2: Ficha No 27; Ficha No 28; Ficha No 29 No 5F4;
Ficha 30(a) No5F5; Ficha 30(b); Ficha 30(c); Ficha
31 No7F1.
1905
s.a.
Archive du Génie. Places ètrangeres. La Corogne et
le Ferrol dans la Galice. Article nº 14. Carton 2 Pièce
nº 5
366. Descripción de Ferrol y sus defensas, tomando
en cuenta el estado en el que se encuentran en 1910.
Se describen los siguientes sitios: La muralla, caseta
defensiva, el malecón, Fuerte de San Felipe, Monte
faro, Batería de Coitelada, Batería de Segaño, Batería
A, Batería C, cúspide del faro, Batería D. Contiene
varios gráficos y fotografías que apoyan la descripción
escrita y están catalogados como: Carton 2: Ficha No
31 hasta la Ficha No 42.
1910/07/07
s.a.
Archive du Génie. Places ètrangeres. La Corogne et
128
le Ferrol dans la Galice. Article nº 14. Carton 2 Pièce
nº 7
367. Documentación gráfica sobre el estado actual del
Castillo de San Felipe. Incluye planos de las reformas
ejecutadas a partir de 1991.
2000/04/27
Ministerio de Defensa. Área de Asuntos Territoriales
Ayuntamiento de Ferrol
368. Escritura de compraventa por la cual le Gerencia
de Infraestructura y Equipamiento de la Defensa vende
al Ayuntamiento de Ferrol el Castillo de San Felipe
2000/12/29
s.a.
Ayuntamiento de Ferrol
Apéndice I
Documentos escritos, catalogados después de 2007
y hasta septiembre de 2010.
369. Defensas de Ferrol…
Bernardo de Pedroso
1590/91/03
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
280.
370. Estado de las obras, carenas…
B. de Pedroso.
1590/01/24
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Lega.
280.
371. Forma en que se pone en defensa la entrada del
Puerto de Ferrol…
[Alonso de Bazán]
1590/01/24
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
280.
372. Sobre la defensa del Puerto de Ferrol…
Alonso de Bazán
1590/01/24
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
280.
373. Sobre al avance de las obras…
Alonso de Bazán
1590/01/28
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
280.
374. Estado de defensas y artillería…
[Alonso de Bazán]
1590/02/07
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
375. Personal. Haberes.
Alonso de Bazán.
1590/02/07
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
376. Personal y estado general de la Escuadra…
Alonso de Bazán.
1590/02/23
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
377. Declaración marineros ingleses apresados.
Juan Ramos de Arriola.
1590/02/20
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
378. Relación de gente de mar…
[Alonso de Bazán]
1590/02/20
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
379. Relación de marinos de la Armada.
S.A.
[1590]
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
380. Testimonio de los franceses apresados.
S.A.
S.F.
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
381. Relación de naves…
S.A.
1590/02/17
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
382. Personal. Haberes.
S.A.
1590/02/21
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
383. Relación de Artillería.
Pedro López de Sota.
1590/02/22
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
384. Sobre los buques… en Ferrol.
Bernardo de Pedroso.
1590/02/23
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
281.
385. Gastos de construcción del Castillo de San Felipe.
Manuel de Espinoza.
1591/04/04
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
328.
386. Órdenes del Marqués de Cenalbo.
Cristóbal de Salas.
1591/12/06
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
328.
387. Gastos de obras en Castillo de San Felipe y San
Martín.
S.A.
[1591]
Archivo General de Simancas. Guerra Antigua. Leg.
328.
Apéndice II
Documentos escritos, catalogados después de 2010
hasta 2012.
388. Proyecto de mejora en el servicio de aguas
Leonardo Rego
1891
Archivo Intermedio M. Noroeste (Ferrol).
389. Proyecto de mejora en el servicio de aguas potables en el Castillo de San Felipe.
Antonio Vidal y Rúa.
1895
Archivo Intermedio M. Noroeste (Ferrol).
390. Proyecto de modificación del servicio de aguas
potables en el Castillo de San Felipe.
Carlos Masquelet Lacaci
1904
Archivo Intermedio M. Noroeste. Museo / Cajón nº1
(p-112).
391. Proyecto adaptado (de Carlos Maquelet) para
guarnición más 4 cañones de a 10 sistema “García
Lomas”...
1905
Archivo Intermedio M. Noroeste (Ferrol).
129
Anexo II
Documentación histórica (continuación)
B- Mapas, planos y dibujos históricos
Este anexo de los “Mapas, Planos y Dibujos” históricos (MPyD), que son referencias importantes para el “Informe patrimonial histórico” del castillo de San Felipe, es una parte del catálogo
general del conjunto “Ferrol de la Ilustración”, editado en dos volúmenes: en 2006 y 2007, en
Ferrol (Ayuntamiento/Comisión para el Estudio y Valoración del Patrimonio Histórico), así
como algunas adiciones posteriores que han sido incluidas en la base de datos general, realizada para el estudio de este bien cultural. Así este catalogo parcial recoge los mapas, planos y
dibujos obtenidos hasta el 30 de septiembre de 2010, procedentes de varios archivos históricos,
estimándose que abarca un alto porcentaje de los fondos consultados durante la última década.
Debemos precisar que todos estos mapas, planos y dibujos están catalogados y reprografiados íntegramente en la Comisión de Estudios y Valoración del Patrimonio Histórico de Ferrol
(Ayuntamiento).
130
1
Plano del perfil para que se vea lo que se va ahondar en el foso del castillo de San Felipe en Ferrol. Acompaña
al plano una carta del marqués de Cerralbo al Rey, con fecha de La Coruña, 6 de octubre de 1590, y le incluye
un tanteo del coste de la excavación del foso del citado castillo por Pedro Rodríguez Moñíz.
1590/10/06 s.f.
Tiburcio Espanochi s.a.
A.G. de Simancas. MPD XXXVIII-71. Guerra Antigua, leg. 289.
2
Plano del perfil para que se vea lo que se va ahondar en el foso del castillo de San Felipe en Ferrol. Copia del
plano anterior realizada por José Aparici el 24 de diciembre de 1849.
1590/10/06 s.f.
Tiburcio Espanochi s.a.
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. APA-1/40
131
3 (a)
Plano de la planta del Puerto de Ferrol. Acompaña al plano una carta del conde de Santa Gadea, Adelantado de
Castilla al rey Felipe II, con fecha de Ferrol 6 de diciembre de 1596, donde le incluye una relación de las obras
proyectadas en el citado puerto.
[1596/12/06] s.f.
Pedro Rodríguez Moñíz
A.G. de Simancas. MPD. XXV-53. Guerra Antigua, leg. 462
3 (b)
Planta del Puerto de Ferrol. Copia del plano anterior realizada por José Aparici el 12 de marzo de 1846.
[1596/12/06] s.f.
Pedro Rodríguez Moñiz
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. APA-1/41
4
Dibujo de la preparación de la “forma de la defensa de Armada y Puerto de Ferrol” que acompañaba una carta
del Adelantado.
[1597/04/11] s.a.
Copia en Museo Naval de Ferrol
132
5
Plano del puerto de Ferrol; incluye una descripción del citado puerto. Contiene: representación de las casas
reales donde se labra el bizcocho, aceñas del rey, La Graña, castillos de San Felipe, Nuestra Señora de la Palma
y San Martín de Padilla. Monasterio de Santa Catalina de Monte Faro, etc. Acompaña al plano una carta del
marqués de Valparaiso al rey Felipe IV, con fecha de La Coruña 13 de febrero de 1639, una relación del estado
de los castillos y una descripción de la ría y puerto de Ferrol.
[1639/02/13] s.f.
Bernardo Gómez Geographus
A.G. de Simancas. MPD. LXII-4. Guerra Antigua, leg. 1275
6
Plano del puerto de Ferrol; incluye una descripción del citado puerto. Contiene: representación de las casas
reales donde se labra el bizcocho, aceñas del rey, La Graña, castillos de San Felipe, Nuestra Señora de la Palma
y San Martín de Padilla, Monasterio de Santa Catalina de Monte Faro, etc. Copia del plano anterior realizada
por José Aparici el 11 de septiembre de 1847.
[1639/02/13] s.f.
Bernardo Gómez Geographus
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. APA-6/7
7
Grabado del Puerto de Ferrol (Atlas).
[1720] s.f.
V. M. Coronelli
(Colección Escrigas)
133
8
Mapa de la Ria de Ferrol
1728/01/01
Diego Bordick
Servicio Geográfico del Ejército. CGE-Gal 96
9
Mapa de la Ria de Ferrol
1728/01/01
Diego Bordick s.a.
Museo Naval Ferrol
MNF 390
10
Plano de un proyecto para el Castillo de San Felipe en la entrada del puerto de Ferrol.
[1731] s.f.
s.a.
A.G. de Simancas. MPD VI-97. Marina, leg. 375
134
11
Plano del Castillo de San Felipe de Ferrol, en el que se ven las baterías proyectadas y que están señaladas de
color amarillo
[1730] s.f.
[Francisco Montaigu] s.a.
A.G. de Simancas. MPD XXV-14. Marina, leg. 375
12
Plano del Castillo de San Felipe de Ferrol, con el proyecto de un hornaveque, que se propone ejecutar en él,
para la seguridad del puerto, lo pintado de amarillo es lo proyectado y lo pintado de rojo es en lo que consiste
actualmente el castillo
1731/04/23
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD VI-98. Marina, leg. 375
135
13
Plano con los perfiles de la fortificación del Castillo de San Felipe
1731/07/17
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD XXIV-21. Marina, leg. 375
14
Plano de la fortificación que se ejecuta en el Castillo de San Felipe de Ferrol, en él se ve lo ejecutado
1731/07/17
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD XXV-13. Marina, leg. 375
136
15
Plano del hornaveque de la fortificación del Castillo de San Felipe de Ferrol, en el que hay sólo ejecutado una
porción de peña del frente.
1731/07/24
[Juan de la Ferrière] s.a.
A.G. de Simancas. MPD XXIV-23. Marina, leg. 375
16
Plano y perfiles de la gran batería que se ejecuta en el Castillo de San Felipe de Ferrol
1731/09/25
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD XII-44. Marina, leg. 375
137
17
Plano de los perfiles que pasan por las líneas 1 y 2, 3y 4 de la fortificación proyectada en el Castillo de San
Felipe
1732/01/01
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD XXV-12. Marina, leg. 375
18
Plano de la fortificación del Castillo de San Felipe en Ferrol, por el que se ve lo que está ejecutado y lo que se
propone ejecutar nuevamente, que no estaba proyectado en el primer proyecto que se envió
1732/07/29
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD XXIV-16. Marina, leg. 375
138
19
Plano de la elevación de la fachada de la puerta que se proyecta en la comunicación de la derecha de la
fortificación del Castillo de San Felipe en Ferrol.
1733/09/01
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD VI-96. Marina, leg. 375
20
Plano de la fortificación del Castillo de San Felipe
1733/10/13
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD XXI-34. Marina, leg. 375
139
21
Plano con los perfiles del Castillo de San Felipe en Ferrol.
1733/10/13
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD XII-45. Marina, leg. 375
22
Plano del Castillo de San Felipe
1734/02/16
Juan de la Ferière y Valentín
A.G. de Simancas. MPD XXIV-20. Marina, leg. 375
23
Plano del recinto de la batería alta y baja de la fortificación del Castillo de San Felipe de Ferrol
[1735/07/20] s.f.
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XXIV-22. Marina, leg. 375
140
24
Papel volante del plano del Castillo de San Felipe de Ferrol, para colocarle sobre el plano detallado
1735/09/14
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XII-42. Marina, leg. 375
25
Plano de las baterías y del recinto del Castillo de San Felipe de Ferrol
1735/09/14
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XXI-30. Marina, leg. 375
141
26
Plano de los perfiles de las baterías y del recinto del Castillo de San Felipe de Ferrol.
1735/09/14
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XXI-31. Marina, leg. 375
142
27
Plano del perfil que pasa por la línea 22, 23, 24, 11, 12 del plano general del Castillo de San Felipe de Ferrol.
1735/09/14
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XXI-32. Marina, leg. 375
28
Plano del perfil que pasa por la línea 1y 2 del plano detallado del Castillo de San Felipe de Ferrol.
[1735/09/14] s.f.
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XII-40. Marina, leg. 375
29
Plano del perfil que pasa por la línea 3, 4, 5, 6, 7, 8 del plano del Castillo de San Felipe de Ferrol
1735/09/14 s.f.
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XII-41. Marina, leg. 375
143
30
Plano de la caponera pequeña del Castillo de San Felipe de Ferrol, después de hecho el plano se echó para atrás
las pilastras.
[1735/12/20] s.f.
s.a.
A.G. de Simancas. MPD LXII-10. Marina, leg. 375
31
Plano del Castillo de San Felipe de Ferrol. Después del plano y perfiles entregado a la corte, le entregaron este
que aunque tenía la piedra labrada no sirvió por ser distinto del otro
[1735/12/20] s.f.
s.a.
A.G. de Simancas. MPD LXII-11. Marina, leg. 375
32
Plano del Castillo de San Felipe de Ferrol. Estos remates son de la primera puerta del nestrillo, que después de
hacerlos labrar, no sirven, porque no caben con las estacas, aunque les cortaron dos pulgadas
[1735/12/20] s.f.
s.a.
A.G. de Simancas. MPD LXII-12. Marina, leg. 375
144
33
Plano del Castillo de San Phelipe en la entrada de la Rya del Ferrol
[1736] s.f.
Cuerpo de Ingenieros Militares
s.a.
Servicio Geográfico del Ejército. CGE-Gal 109
34
Plano detallado de las baterías y del recinto del Castillo de San Felipe de Ferrol
[1737/12/01] s.f.
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XIV-92. Guerra Moderna, leg. 3369
145
35
Plano del perfil 1º según la línea de puntos en el plano 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8.
1737/12/01
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XIV-93. Guerra Moderna, leg. 3369
36
Plano del perfil según la línea 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30
1737/12/01
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XIV-94. Guerra Moderna, leg. 3369
146
37
Plano del alzado del pabellón de oficiales del Castillo de San Felipe de Ferrol. Perfil del ala derecha y ala
izquierda del hornaveque, según la línea 31, 32, 33, 34.
1737/12/01
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XIV-95. Guerra Moderna,
leg. 3369
38
Plano del alzado según la línea exterior del hornaveque D, E, F, G, H, I, K
1737/12/01
Juan Vergel
A.G. de Simancas. MPD XIV-96. Guerra Moderna, leg. 3369
39
Plano del perfil que pasa a 20 toesas, distante del perfil del glacis de la derecha del Castillo de San Felipe de la
Ría de Ferrol, paralelamente a su polígono.
1738/02/10
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. MPD XVII-55. Guerra Moderna, leg. 3370
147
40
Plano del perfil que pasa por la capital de la Plaza de Armas del Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol,
desde ella hacia la montaña.
[1738/02/26] s.f.
Pedro Daubeterre
A.G. de Simancas. MPD XXVII-56. Guerra Moderna, leg. 3370
41
Plano y perfil de una cadena proyectada para el Puerto del Ferrol. Cadena hecha con maderas, con cuerdas y
con hierros.
Acompaña al plano una carta del Conde de Itre al Duque de Montemar, con fecha de Coruña 17 de junio de
1739.
1739/06/17
José de Crane y Snoucy
A.G. de Simancas. MPD XXV-58. Guerra Moderna, leg. 3680
148
42
“Plano de la medianía de la entrada del puerto de Ferrol, con el proyecto que propone el jefe de escuadra
Francisco Cornejo: A. Nueva fortificación que propone al Castillo de San Felipe…” además de muelle, islotes y
cadena de cierre. (Acompaña carta del Conde de Itre).
[1731] s.f.
[Francisco Cornejo] s.a.
A.G. de Simancas MPD XXV-45. Guerra Moderna. leg. 3680.
43
“Plano de una porción del Castillo de San Felipe de la ría de Ferrol, en el cual se ven proyectadas las 4 troneras
sobre el retrincheramiento de la gola de la Plaza de Armas y Cuerpo de Guardía”.
[1739/07/22] s.f.
José de Crane y Snoucy
A.G. de Simancas. MPD XVII-63. Guerra Moderna, leg. 3371
149
44
Dibujo de la Ría de Ferrol.
Señala: la entrada de la Ría, Segaño, Castillo de San Martín, Castillo de Nuestra Señora de la Palma, al Castillo
de San Felipe (Chata y pontones). Al lado del Castillo de San Felipe hay navíos que se propone por la Junta
de Fortificaciones. Punta de Bispón y hasta La Graña, hay navíos que propone Liaño. Casa del Priorato de
Bernardo en el interior y en la costa pone desembarco que pueden hacer los enemigos. Acompaña al plano una
carta de la Real Junta de Fortificaciones al Duque de Montemar, con fecha de 9 de agosto de 1739, donde le da
varias providencias para la seguridad de la Ría de Ferrol.
[1739/08/09] s.f.
s.a.
A.G. de Simancas. MPD XXVI-96. Guerra Moderna, leg. 3680
45
Plano del Castillo de San Felipe en la Ría de Ferrol, en el que se ven las obras que todavía faltan para
concluirlo. Lo lavado de encarnado son las obras ya ejecutadas y lo de amarillo es la obra que falta por ejecutar.
Acompaña al plano una carta de Francisco Llovet al Marqués de la Ensenada.
1752/03/01
Francisco Llobet
A.G. de Simancas. MPD XX-100. Guerra Moderna, leg. 3375
150
46
Plano de un ancla de uña con su cadena para puertos de marea, con un peso de sesenta a setenta quintales; hay 2
figuras en el dibujo. Acompaña una carta de Cosme Álvarez al Marqués de la Ensenada, con fecha de Ferrol, 5
de diciembre de 1752, en la que explica el dibujo.
[1752/12/05] s.f.
Cosme Álvarez s.a.
A.G. de Simancas. MPD XV-60. Marina 321
47
Mapa de la Ria con arsenales de Ferrol con Castillos
1755/02/25
Miguel Marín
Museo Naval Ferrol
391
151
48
Plano del Castillo de San Phelipe Ría de Ferrol
1756
José Santos Calderón
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/15
49
Mapa en que se manifiesta la situación de la Ría del Ferrol, disposición de sus costas contiguas, y del terreno
de sus inmediaciones con las trincheras, puestos y reductos, con que se han ocupado las diferentes alturas y
avenidas que de las costas inmediatas pueden dirigirse a los castillos que defienden la canal de la expresada Ría,
con el fin de poner a cubierto aquel Arsenal de un golpe de mano.
1771/02/02
Baltasar Ricaud
A.G. de Simancas. MPD XVII-75 Guerra Moderna, leg. 3383
152
50
Plano y Perfiles de la Casa del Gobernador del Castillo de San Felipe en la Ría del Ferrol con la vivienda que
se propone sobre la cosina del citado edificio para habitación del Ayudante Mayor de dicho castillo la que va
señalada en pagizo.
[1772] s.f.
Baltasar Ricaud
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/16
51
Planos y vista del brocal y armazón… (pozo), así como de las garitas.
1772
Miguel de Hermosilla
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/1
153
52
Capilla y retablo construidos en el Castillo de San Felipe.
1772
Miguel de Hermosilla
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/21
53
Plano y perfiles de un edificio a Plan terreno que se propone para vivienda de un piloto practico con 17
marineros y el patron del bote para el servicio del Castillo.
1772/02/24
Baltasar Ricaud
A.G. de Simancas. MPD XIV-113 Guerra Moderna 3384
154
54
Plano, perfil y vistas del Pavellón para los Yngenieros, en el Castillo de San Phelipe de la Ría de Ferrol
contiguo a la Casa del Gobernador y reedificado en el año de 1772
1772/12/31
Miguel de Hermosilla
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/4
55
Plano de una porción de terrenos inmediata al Castillo de San Phelipe en la Ría del Ferrol, en que se manifiesta
el sitio que se considera a propósito para colocar una Habitación … con el plano en grande de la distribución de
dicha vivienda, sus perfiles y elevaciones. Inserta plano y perfiles de la vivienda.
1773/08707
Miguel de Hermosilla
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/19
155
56
Plano detallado del recinto y baterías del Castillo de San Felipe en la Ría de Ferrol
1774/12/31
Miguel de Hermosilla
Archive du Génie. Places étrangères. La Corogne et le Ferrol dans la Galice. Article nº 14. Carton 1 Pièce
nº10/2
57
Plano del Castillo de San Phelipe, en la entrad de la Ría del Ferrol.
[1790] s.f.
s.a.
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/7
156
58
Plano detallado del Castillo de San Felipe en la Ría de Ferrol. Perfil cortado por la línea 1.2.3.4.5.
1792/06/20
Juan Bauitista Meric
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/28
59
Castillo de San Felipe
[1830] s.f.
s.a.
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/8
157
60
Plano de los Castillos de San Felipe y la Palma en la Ría del Ferrol, levantado por Don Miguel de Hermosilla
en 1773, corregidos y copiados y dibujados por el Comandante Capitán Don Rafael Balanzat
1847/06/04
Rafael Balanzat
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/22
61
Plano del Castillo de San Felipe levantado por el ingeniero Don Miguel Hermosilla en 1773
1848/08/02
Casimiro de Polanco
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/2
158
62
Proyecto de baterías acasamatadas para el Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol.
1860/12/01
Enrique Montenegro y López
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/23
63
Plano del Castillo de San Felipe en la Ría del Ferrol con las obras ejecutadas en su modificación
1862/08/31
Enrique Montenegro y López / José González Moleda
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/24
159
64
Cortes y vistas del Castillo de San Felipe levantado por la Brigada Topográfica.
1868
Gustavo Valdés
Archivo Intermedio Militar del Noroeste. Museo (f-111) y Arch. G. Obras La Coruña (f-111)
65
Cortes y vistas del Castillo de San Felipe levantado por la Brigada Topográfica.
1868
[Gustavo Valdés]
Archivo Intermedio Militar del Noroeste. Museo (f-111) y Arch. G. Obras La Coruña (f-111)
160
66
Cortes y vistas del Castillo de San Felipe, levando por la Brigada topográfica con cinta rodete en 1868.
1868
[Gustavo Valdés]
Archivo Intermedio Militar Noroeste. Museo. Planero. Cajón nº 1. (f-111) y Arch. G. Obras La Coruña (f-111)
67
Plano del terreno inmediato al Castillo de San Felipe de la plaza de Ferrol y de la parte de la 1ª zona que sin
peligro para la defensa por los accidentes topográficos se pueden modificar las condiciones de edificación
expresadas en la Real Orden de 16 de septiembre de 1856.
1868/06/20
Enrique Montenegro y López
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-12/18 y Arch. G. Obras La Coruña (f-99)
161
68
Plano de las zonas polémicas del Castillo de San Felipe con la indicación de las partes en que se puede
modificar las condiciones de edificación expresadas en la Real Orden de 16 de Septiembre de 1856.
1868/06/20
Enrique Montenegro y López
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-12/17 y Arch. G. Obras La Coruña (f-99)
69
Croquis de la entrada a la ría de Ferrol. (a lápiz) Planos de los emplazamientos señalados en el Castillo de San
Felipe para 3 piezas de 28 en un caso y para 6 en otro. Aparecen San Felipe, La Palma y San Martín.
1868/09/16
Enrique Montenegro y López
Archivo Intermedio Militar Noroeste Ferrol. Museo. Planero. Cajón nº 3. (f-115)
162
70
Proyecto de las obras y reformas de aumento de defensa en el Castillo de San Felipe de la Ría de Ferrol,
principalmente en su gola, con objeto de ponerle al abrigo de un golpe de mano que pudiera intentarse por
sorpresa por la misma: formado con arreglo as lo prescrito en Real Orden de 20 de Diciembre de 1872
1873/02/12
Cipriano Díez y Reliegos
Inst. de Historia y Cultura Militar. SH. C-13/26
71
Croquis del Castillo Fuerte de San Felipe
[1883] s.f.
s.a.
Archive du Génie
Places étrangères. La Corogne et le Ferrol dans la Galice. Article nº 14. Carton 2 Pièce nº3-Feuille 1
163
72
Proyecto de modificación del servicio de aguas potables y saneamiento de los retretes en el Castillo de San
Felipe. Hoja nº 1 Figuras 1 y 2, plantas del Castillo, con emplazamiento de piezas de artillería.
1904/10/31
Carlos Masquelet
Archivo Intermedio Militar Noroeste. Museo. Planero. Cajón nº 1. (f-112)
164
Anexo III
Material de artillería y otro armamento
En este anexo sobre el material de artillería y otro armamento se trata de aportar los datos
más importantes para conocer los tipos de estas armas de fuego que se instalaron o utilizaron
en el castillo de San Felipe, siguiendo una secuencia cronológica y las clases de estos bienes
inmuebles que fueron indispensables para la defensa, incluso condicionantes de la estructura de
la fortificación. No se trata de hacer un estudio exhaustivo del armamento, pero si reconocerlo
para poder reproducir en su momento la imagen histórica del castillo, incluido el centro de interpretación que se establezca; en todo caso contribuir al conocimiento del “espíritu del lugar”.
El siglo XVI y gran parte del XVII fue una época en la que las armas de fuego se desarrollaron con muy diversos tipos, productos del ingenio innovador de la época, pero también
se trataría de ir seleccionando los más efectivos y, en cierto modo, obtener una relativa normalización. (Ver representación gráfica al final de este anexo).
En cuanto a la artillería debemos reseñar que era de fundición y avancarga (cargar el
proyectil por la boca de la pieza) y montada sobre unos primitivos afustes o cureñas, siendo
las de los fuertes generalmente “en escaleta” de madera (escalonada) en forma de “carreta” y
con cuatro ruedas, pero también utilizados los de campaña con dos grandes ruedas, apoyadas
sobre “muñones” u horquilla para las más ligeras (sin cureña).
Se produjeron piezas de bronce y de hierro que se diferenciaban básicamente por su forma
y el alcance del proyectil que solía ser esférico generalmente. Así, podemos hacer una primera
clasificación de los tipos:
Las “culebrinas” eran las más largas y de mayor alcance y las había de muchas clases,
según su longitud y el peso de la balas (en libras: 460 gramos): las llamadas “extraordinarias”
(las más largas) que tenían curiosos nombres como “dragón volante” (doble culebrina) de 40
libras la bala, “pasamuros” o “serena” de 20 libras de proyectil, “pasavolante” o “merlina” que
era una media culebrina de 10 libras de bala y el “girante” o “falconete” extraordinario con bala
de 2,5 libras (1/8 de culebrina). Las llamadas culebrinas normales se confundían algunas veces
con las anteriormente citadas en sus tamaños menores, siendo la más utilizada la “sacre” que
era considerada como cuarto de culebrina con bala de 5 libras; otros tipos interesantes fueron
las culebrinas “bastardas” que eran realmente más cortas en la caña y también tenían curiosos
nombres: “Basilisco” de 48 libras, “serpentín” de 24 libras, “ribadoquín” de 14 libras, “áspide”
de 12 libras, “pelicano” de 6 libras y “esmeril” de 10 onzas. Todas estas piezas tenían unos
alcances muy variables, por el tipo de pólvora, balas y la difícil precisión del tiro, llegando a
los 780 m. en el caso de las culebrinas-serpentín de 24 libras de bala, pero generalmente alcanzaban unos 500m. las de tipo normal o bastardas. La eficacia del tiro era a menos de 300 m (se
documentaban los alcances de cada tipo, pero hay imprecisiones y contradicciones).
Los “cañones” eran piezas de artillería de menor longitud, mayor peso de bala y un relativo menor alcance; también se dieron diferentes tipos, clasificados por el tipo de bala: los
“normales” se dividían en los llamados “doble”, “despertador” o “quebrantahuesos” de 96
libras de bala, el “común” o “batemuro” de 48 libras, el “brecante” (1/2 cañón) de 24 libras de
bala, el “perseguidor” o “moyano” (1/4 de cañón) de 12 libras y el 1/8 de cañón con balas de 6
165
libras; los “bastardos” eran cañones aún más cortos, también con nombres curiosos: “rebufo”,
“crepante” (1/2 cañón) y “berraco” (1/4 de cañón) con balas semejantes a las anteriores. Estos
cañones podrían alcanzar en su tiro algo más de 500 m. y con efectividad a unos 250 m.
Los “pedreros” eran denominaciones que indicaban el tipo de bala por su material (piedra)
no ferrica, siendo de gran utilización en buques y baterías costeras, normalmente con el formato
de cañones y menos en culebrinas.
Comenzaron entonces a producirse algún tipo de “mortero”, de ancha boca y muy cortos,
pero también muy imprecisos.
Hacia el año 1609 se llegaba a una primera normalización de la artillería (Ordenanzas de
Cristóbal Lechuga), estableciéndose para los castillos tres tipos básicos: “cañón de batería” de
40 libras de bala (18 calibres de longitud), “medio cañón” de 24 libras (19 calibres de longitud)
y “cuarto cañón” de 10 libras; para los de “campaña” se usarían preferentemente los de 5 libras
de bala, así como los morteros que no eran de bombas, sino de mezclas incendiarias.
Según se avanzó en el siglo XVII se fue generalizando la bomba como munición y comenzó también la fabricación de las piezas del tipo “obús” de mayor calibre que el cañón, en
relación con su longitud y usando munición de tipo “granada”.
Para el caso concreto del castillo de San Felipe en Ferrol contamos con poca documentación que nos indique su artillado en el siglo XVI y XVII, sobre su antigua fortificación.
En 1592, según documento del Archivo General de Simancas. (Legajo 359.folio 82)
monta ba la siguiente artillería:
-1 berraco, que era un cañón bastardo (1/4 cañón) de 12 libras de bala y posible alcance
entre 518 m y 250 m (efectivos).
-5 pedreros, sin especificar, pero que serían posiblemente de tipo cañón de 24 libras de
bala.
-1 falcon, sin especificar, que podrían ser 2,5 libras de bala.
-8 piezas de hierro, también sin especificar, quizá del tipo culebrina de pequeño calibre
y peso de bala.
Este armamento es mayor que el número de troneras, por lo que se supone emplazamientos “a barbeta” para algunos.
No hay otra información documentada hasta 1656, en el Archivo General de Simancas.
(Legajo. 1882.folio 91-93), donde consta:
-6 piezas de bronce, sin especificar tipo; podrían ser del tipo cañón de 24 libras de
bala; que estaba bastante generalizado y era el armamento más común también en los
buques.
El armamento portátil en esta época, a parte de las armas blancas, era del tipo “arcabuz”,
más o menos evolucionado en su sistema de disparo (mecha-serpentín, llave, etc), luego también los “mosquetes”, más precisos y mejorando el alcance. En estos casos debemos anotar una
cierta eficacia a menos de 900 pies (aproximadamente 250 m.), llegando a 1000 pies (aproximadamente 300 m.).
En el siglo XVIII la artillería evolucionaba notablemente, por lo menos en la segunda
mitad del siglo, normalizándose los tipos de piezas, sobre todo los cañones, ya que las culebrinas habían desaparecido prácticamente, así como los de bronce también dejaban de utilizarse
166
en las fortificaciones. No obstante, debe señalarse que no se retiraron de los parques artilleros
las viejas armas que, por ser escasas, continuaban en uso, aunque más restringido. La citada
normalización fue importante para determinar el uso en navíos y fortificaciones costeras de las
mismas piezas e, incluso, las cureñas para variar el ángulo de tiro.
En 1728 se reglamentaban los tipos de cañón en la Real Marina, siendo esta la que apoyaría el castillo de San Felipe inicialmente, por lo menos durante su construcción. Destacamos
los siguientes datos documentados en esta fortificación:
En el año, 1731, según domento del A.G.S (Marina, Legajo 375; oficio de J. de la Ferriere
de 6 de mayo) el artillado era de cañones y no especifica el metal; siendo 7 cañones de a 16; 1
de a 12 y 3 de a 8 libras. Todos considerados inútiles.
En el año, 1735, según oficio de Francisco Cornejo en A.G.Simancas. (8,1, Marina, legajo
660) de 3 de agosto, había varios cañones de a 24, que se habían colocado en la construcción,
pero no especifica el número.
En el año 1736, según oficio de Bernardino Freire en A.G.S. (Marina Legajo 375) se
habían montado 80 cañones de hierro; siendo 72 cañones de a 24 y 8 de a 18.
En el año 1737, según otro oficio de Bernardino Freire en A. G. S. (Marina Legajo 660)
de 6 de octubre, estaban los citados 80 cañones de hierro, sin variación.
Pocos años después, en 1743, el Ejercito de Tierra normalizaba los tipos de cañones,
siguiendo el modelo francés (sistema Valliere) con cinco calibres y balas de “a 24”, 16, 12, 8
y 4 libras, así como morteros de 12 y 8 pulgadas. Además desaparecía la distinción de piezas
de campaña y baterías de fortificación, aunque las cureñas eran lógicamente diferentes. No se
aceptaban los obuses. (Ver representación gráfica y fotografías al final de este anexo).
En los años de 1728, 1752 y 1762 la Marina también precisaba los dataos de construcción
de los cañones nuevos y seguía colaborando con el armamento del castillo.
En el año, 1781, según Gómez Ruíz y Alonso Juanolas, en el trabajo “El Ejército de los
Borbones” (Tomo II. Página 184. Servicio Histórico Militar y Museo del Ejército) había 55
cañones de hierro, siendo 11 cañones de a 36; 39 de a 24; 3 de a 22; 1 de a 12; 1 de a 6.
La nueva reglamentación de 1783 (R. Ordenanza), conocida como de Tomás Morla, que
coincidía también con otra de Marina del mismo año, normalizaba los cañones de campaña (cortos) de 12, 8 y 4 libras; obuses de 6 pulgadas y para las baterías de las plazas (fortificaciones)
eran de “a 24”, 16 y 12, así como morteros de 12, 10 y 8 pulgadas; pero continuaba el apoyo
de la Marina con sus cañones similares y los de a 18 y a 6 libras. Esta normativa no influyó
realmente hasta el inicio del siglo siguiente, ni tampoco la utilización de los nuevos cañones “
recamados” que se probaron en Ferrol en 1792.
En el siglo XIX el castillo de San Felipe, después del ataque inglés de 1800 en el que
estaba poco armado, se documentan los siguientes estados de artillería:
167
En el año 1806, según estudio realizado por el Teniente Coronel Rafael de Hozes, comandante de artillería de la Plaza de Ferrol y sus costas, había 57 cañones de hierro; siendo 27
cañones de a 24; 3 de a 22; 2 de a 18; 6 de a 12 y 19 de a 6. También 2 obuses de hiero de a
24 y 2 obuses de bronce de a 6.
En el año 1825, según escrito dirigido por el Comandante de Artillería de la Plaza, Teniente Coronel Pablo de la Puente, al Gobernador de la Plaza de Ferrol (17 de febrero 1825)
había sólo 14 cañones de hiero de a 18.
En el año 1826, según relación de piezas de artillería, fechada en Ferrol el 10 de agosto
1827, había 20 cañones de hierro, siendo 5 cañones de a 24 (1 inútil); 2 de a 18; 4 de a 8; y 9
de a 6.
En el año 1830, según la relación de armamento de aquel año, había 23 cañones de hierro;
siendo 9 cañones de a 24 (4 inútiles); 4 de a 18; 19 de a 8 (7 inútiles).
En el año 1838, según el estado de la dotación de artillería de esta plaza de Ferrol (4 de
agosto 1838) había 9 cañones de hierro; siendo 3 cañones de a 24; 2 de a 18; y 4 de a 8.
En el año, 1843 según el resumen de la fuerza (personal y material) del arma en esta
Plaza, Castillo de San Felipe y en el de la Palma, había 16 cañones de hierro; siendo 7 cañones
de a 24; 2 de a 18 y 7 de a 8; además de 1 obús de bronce de a 9
En el año 1857, según el estado de la artillería montada que existe en los fuertes y baterías
de la plaza (Ferrol 31 de marzo), había sólo 4 cañones de hierro de a 24.
Con fecha 7 de abril 1862 se aprobó un Real Decreto por el que se fijó el nuevo sistema
de artillería rayada y se señaló el nombre con que debían ser tituladas las piezas antiguas, una
vez reformadas, y que detallamos seguidamente: la primera letra significa la clase de arma; la
segunda, tipo del metal con que está construida; la tercera, si es lisa o rayada; la cuarta, si es
de avancarga o retrocarga, etc.; seguida del calibre en centímetros. (Ver representación gráfica
y dibujos al final de este anexo).
Las abreviaturas más usadas en esta nueva denominación de las bocas de fuego, son las
siguientes:
Ac. Acero............................... H. Hierro
B. Bronce............................... L. Liso
Bc. Bronce comprimido........ Lr. Largo
C. Cañón................................ M. Mortero
Cc. Cargado por la culata...... Mt. Morterete
Có. Cónico............................. O. Obús
Cr. Corto................................ R. Rayado
Cs. Costa................................ Rf. Reformado
G. Granada............................. S. Sunchado
168
Siguiendo esta tipología se detallan los siguientes estadillos de armamento artillero elaborados por José López Hermida con datos sacados del Archivo Intermedio de la RMN en
Ferrol.
Año1861: Cañones de hierro: C.H.R 16 cm= 8; C.H.R. 8 cm= 3; Obuses de hierro: O.H.L.
21 cm= 15; Obuses de bronce: O.B.L. 15 cm= 5; Morteros de bronce de 32 cm= 2
Año 1873, Cañones de hierro: C.H.R.Lr = 20 (10 de baja); Cañones de bronce: C.B.R.Cr.
12 cm= 6; C.B. 10 cm= 8; C.B. R. Lr. 8 cm= 12; C.B.R.Lr. 16 cm= 20 (6 de baja); C.B. 15
cm= 2; Obuses de hierro: O.H.Lr. 21 cm= 8; O.H. 16 cm= 7; Obuses de bronce: O.B.Lr. 21
cm= 4; O.B.Cr. 21 cm= 1.
Año 1884. Cañones de hiero: C.H.R. 16 cm= 10; C.H.L.21 cm= 3; C.H.L. 28 cm. (Barrios)= 8; Cañones de bronce: C.B.R. 12 cm= 3; C.B.R. 16 cm= 8; C.B.L. 16 cm= 2; Obuses
de hierro: O.H.R. 21cm= 12; O.H.L. 16cm= 5; Obuses de bronce: O.B.L. 21cm= 4.
Año 1885. Cañones de hierro: C.H.R. 16 cm. 2, marco y cureña de hierro; C.H.R. y S.
15 cm Cc.=8, marco y cureña de hierro; C.H.L 28 cm., Barrios17, marco y cureña de hierro;
cañones de bronce: C.B.R. 16 cm= 7, marco y cureña de hierro; C.B.L. 15 cm= 2, marco y cureña de hierro; C.B.R. Lr. 12 cm= 2, marco y cureña de madera; C.B.R. 10 cm. Cc= 8, cureña
de madera; Obuses de hierro: O.H.R. y S. 21 cm = 21, marco y cureña de hierro).
Año 1914, según Historia del Regimiento de Artillería de Farol: cañones de tipo “García
Lomas”= 4; cañones de hierro: de a 32, 24, 22, 18, 16, 12, 8 y 6 libras de bala; C.H.L. 21 cm.,
C.H.L. 28 cm tipo Barrios, C.H.R. 8cm., C.H.R. 16 cm., C.H.R. y S. 15 cm. Cc.; Cañones de
bronce: C.B.L. 10 cm., C.B.L. 15 cm, C.B.L. 16 cm. C.B.R. Lr. 8 cm. C.B.R. 10 cm., C.B.R.
12 cm, C.B.R. Lr. 12 cm., C.B.R. 16 cm., C.B.R. Lr. 16 cm.; Obuses de hierro: de a 9 y 6
pulgadas O.H.L. 16 cm., O.H.Lr. 21 cm., O.H.L. 21 cm., O.H.R. 21 cm., O.H.R. y S. 21 cm.;
Obuses de bronce O.B.L. 15 cm., O.B.Lr. 21 cm., O.B.Cr. 21 cm., O.B.L. 21 cm.; Morteros:
M. B. 32 cm.
169
REPRESENTACIÓN GRÁFICA Y DATOS DE LAS PIEZAS
170
CAÑONES DE HIERRO
CAÑÓN DE A 24 LIBRAS.
C. de a 24 libras, en cureña de Marina asentados en la batería.
(A. G. Simancas, Ref. MP. y D. XLIX 38).
171
Piezas de artillería y sus cureñas en el “Tratado de Artillería…” de Tomás Morla (17841786).
172
Cañones del siglo XVIII de “a 24 libras” en sus cureñas (Arsenal de Ferrol).
173
CAÑÓN DE HIERRO LISO 28 Cm. BARRIOS (C. H. L. 28 Cm.)
- Anima lisa
- Longitud del tubo................................................. 4,660 m.
- Peso................................................................... 19.040 kg.
- Penetración a 658 metros....................................... 17,2 m.
- Peso de las cargas............................... 19,600 ó 21,600 m.
- Montaje, marco bajo y cureña de hierro.
- Proyectiles:
Bala esférica de hierro endurecido o de acero 87 kg.
Bala esférica de hierro colado de 79 kg. contra buques de madera
CAÑON DE HIERRO RAYADO 16 Cm. (C. H. R. 16 Cm.)
- Número de rayas...............................................................3
- Longitud del tubo................................................. 3,195 m.
- Peso del tubo....................................................... 4.100 kg.
- Peso de la carga de proyección........................... 3,500 kg.
- Montaje, cureña chapa de hierro M. 1866 nº1 y marco M. 1868 nº1
- Proyectil, granada con tetones de zinc de 28 kg.
174
CAÑON DE HIERRO RAYADO Y SUNCHADO 15 Cm.
A CARGAR POR LA CULATA.
(C. H. R. y S. 15 Cm. Cc.)
- Número de rayas.............................................................36
- Longitud del tubo................................................. 3,670 m.
- Peso de la pieza................................................... 6.240 kg.
- Velocidad inicial...................................................... 475 m.
- Peso de la carga de proyección.................................. 7 kg.
- Alcance................................................................. 5.000 m.
- Montaje, cureña y marco de chapa M. 1.878
- Proyectil, granada cilindro ojival con aros de cobre, de 28,300 kg
Cañón H.R. y S. de 24 cm. Colección de José López Hermida
175
CAÑÓN DE HIERRO RAYADO 24 Cm. A CARGAR POR LA CULATA
(C. H. R. 24 Cm Cc.)
De este cañón se fabricaron dos modelos (M. 1881 y M 1884) no difieren nada más que
en sus dimensiones.
Tiene dos montajes de marco alto, uno de giro central y otro adelantado, además del de
marco bajo.
CARACTERISTICAS comunes a los dos M.
- Número de rayas.............................................................36
- Proyectiles:
Granada ordinaria, cilindro-ojival de 44 Kg.
Granada perforante de fundición endurecida 141 Kg.
Con marco alto, de giro central.
Con marco bajo, de giro adelantado.
176
CAÑONES DE BRONCE
CAÑÓN DE BRONCE LISO DE 16 Cm. (C. B. L. 16 Cm.)
Es el antiguo de a 24 transformado a 16 Cm.
CAÑÓN DE BRONCE LISO DE 15 Cm. (C. B. L. 15 Cm.)
Es el antiguo de a 24 que no se han rayado y se seguían usando en el siglo XIX, pero ya
no se fabricaban en esta época.
Su figura exterior es igual al de 16 Cm., que procede de este.
- Proyectil, esférico sólido de 11,8 Kg. de peso.
CAÑON DE BRONCE RAYADO 10 Cm. A CARGAR POR LA CULATA. (C. B.
R. 10 Cm.)
- Número de rayas.............................................................16
- Longitud del tubo................................................. 1,809 m.
- Peso del tubo..........................................................630 Kg.
- Velocidad inicial...................................................... 368 m.
- Peso de la carga de proyección............................. 1,200 g.
- Peso del proyectil................................................8,360 Kg.
- Alcance................................................................. 4.000 m.
- Montaje, de madera
- Proyectil, granada de envuelta, de 8,380 Kg.
CAÑON DE BRONCE RAYADO DE 12 cm. (C. B. R. 12 Cm., proviene de haber
rayado el antiguo del mismo calibre).
- Número de rayas...............................................................6
- Longitud del tubo................................................. 3,154 m.
- Peso del tubo....................................................... 1.663 kg.
- Peso de la carga de proyección.............................. 800 kg.
- Montaje, cureña de madera M. 1.864 nº 2 y marco M. 1864 nº 2
- Proyectil, granada ojival de 12 cm. con tetones de cinc de 10,930 kg.
177
CAÑÓN DE BRONCE RAYADO LARGO DE 16 Cm. (C. B. R. Lr. 16 Cm.)
Procede del de a 24 rayado a 16 cm. de calibre.
- Número de rayas...............................................................3
- Longitud............................................................... 3,524 m.
- Peso...................................................................... 2.950 m.
- Proyectil, cilíndrico-ojival de tetones de 26 Kg.
CAÑON DE BRONCE RAYADO DE 16 Cm. (C. B. R. 16 Cm., proviene de haber
rayado el antiguo de 15 cm.).
- Número de rayas...............................................................3
- Longitud del tubo................................................. 3,524 m.
- Peso del tubo....................................................... 2.800 kg.
- Velocidad inicial.....................................................307 ms.
- Peso de la carga de proyección........................... 3,500 kg.
- Alcance................................................................. 3.600 m.
- Montaje, cureña de madera M.1864, o en la de chapa de hierro M. 1866 nº 1
- Proyectil, granada con tetones de zinc de.................. 8 kg.
178
CAÑONES DE ACERO
CAÑÓN DE ACERO 10 Cm. TIRO RAPIDO tipo GARCÍA LOMAS.
(C. Ac. 10 Cm).
- Número de rayas.............................................................30
- Longitud total.................................................... 4.678 mm.
- Peso de la pieza...................................................1.805 Kg.
- Velocidad inicial....................................................660 m/s.
- Penetración en hierro a 1.000 m………26 cm.
a 2.000 m………18 cm.
a 3.000 m…...15,43 cm.
- Montaje de cuna (con mantelete) modelo Guillén Ristari.
- Alcance................................................................. 3.200 m.
- Peso de la carga de proyección........................... 7,850 kg.
- Proyectiles:
granada ordinaria
granada de segmentos
granada perforante de acero (bala granada)
179
OBUSES DE HIERRO
De a 9 y 6 pulgadas. Con las nuevas denominaciones pasan a ser, O. H. L. 21 Cm. y O.
H. L. 16 Cm. respectivamente.
OBÚS DE HIERRO LISO DE 16 Cm. (O. H. L. 16 Cm.)
Es el antiguo de 6 pulgadas trasformado a 16 cm.
OBÚS DE HIERRO RAYADO 21 Cm. (O. H. R. 21 Cm.)
Es el resultado de la trasformación del antiguo liso de nueve pulgadas para costa o bombero de a 80.
- Número de rayas...............................................................6
- Peso.....................................................................6.000 Kg.
- Longitud............................................................... 2,390 m.
- Alance................................................................... 4.500 m.
- Cureña nº 3 M 1872
- Marco nº 3 M 1872
- Proyectil, granada ordinaria de tetones y falsa boquilla de zinc, tenía dos modelos.
Uno de tres calibres de largo y 100 kg. de peso, el otro de dos calibres y medio, con
un peso de 78 kg.
OBUS DE HIERRO RAYADO Y SUNCHADO 21 cm. M 1.870.
(O. H. R. y S. 21 Cm. proviene del obús de igual calibre, que ha sido rayado y reforzado
con seis zunchos de acero)
- Numero de rayas...............................................................6
- Longitud del tubo................................................. 3,231 m.
- Peso de la pieza................................................... 8.672 kg.
- Velocidad inicial.....................................................231 ms.
- Peso de la carga de proyección........................... 5.800 kg.
- Alcance................................................................. 5.000 m.
- Montaje, cureña y marco de chapa M. 1.872, giro adelantado
- Proyectil, cilíndrico- esférico 12 tetones de zinc, de 75 kg.
180
MORTERO DE BRONCE
MORTERO DE BRONCE DE 32 cm. (M. B. 32 Cm.)
- Longitud del tubo...................................................896 cm.
- Peso..................................................................... 1.288 kg.
- Peso de la carga de proyección................................ 42 kg.
- Afuste modelo 1861
- Proyectiles:
bomba de....................................................77,503 Kg.
181
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Enciclopedia General del Mar
Barcelona
Ed. Garriga
1968
99. VVAA
Enciclopedia de la guerra en el
mar
Madrid
Ed. San Martín
1981
100. VVAA
El buque en la armada española
Madrid
Edit. Silex
1981
101. VVAA
Compilación documental sobre
la batalla de Rande
Vigo
Museo de Mar de Galicia
2002
102.VVAA
L’arsenal de Rochefort
Rochefort
Musée National de la Marine
2008
103.VVAA
Participación pública y protección a través de planeamiento
y la catalogación
Toledo
ICOMOS-CNE
1999
104.VVAA
Puertos y fortificaciones en
América y Filipinas
Madrid
CEHOPU
1985
105.VVAA
Ferrol y las defensas del puerto de guerra del Rey
Ferrol
Autoridad Portuaria FerrolSan Ciprián
2008
106.VVAA
La academia de matemáticas
de Barcelona. El legado de los
ingenieros militares
Madrid
Ministerio de defensa
2004
107.VVAA
Levantamiento topográfico do
castelo de San Felipe
Ferrol
IES Rodolfo Ucha
2003
108.VVAA
Al pié de los cañones. La artillería española
Madrid
Ministerio de Defensa
1993
109.VVAA
Técnica e ingeniería en España
Zaragoza
M. Silva (ed.)
2004
110.Zapatero L. Anaya, Juan Manuel
La fortificación abaluartada
en América
San Juan de Puerto Rico
Instituto de Cultura Puertorriqueña
1978
Anexo V
Gráficos dimensionados complementarios
En este anexo se presenta una selección de planos de plantas, secciones y alzados que
realizó Alfonso Fuentes para conocer el estado actual del Castillo de San Felipe y que no
han sido incorporados a los textos descriptivos y de valoración, pero son gráficos complementarios que permiten conocer y estudiar la fortificación con gran detalle, incluyendo sus
dimensiones. Esta expresión gráfica y georeferenciada es la que corresponde al estado del
Castillo en 2010, siendo después alterado solamente las que corresponden al Pabellón de
Oficiales en su cubierta.
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ANEXO VI
Logística y servicio de aguas
(Colaboración específica de José Antonio Alonso Rodríguez, José López Hermida, Alfonso
Fuentes Martínez y Jorge Álvarez).
Para ofrecer una descripción algo más completa, aunque resumida, de los elementos
funcionales de apoyo logístico del Castillo de San Felipe, se anotan a continuación unos
datos generales sobre el sostenimiento de su dotación, pero detallando más la infraestructura
del servicio de aguas, por ser la única conservada y que aparece fuera del recinto defensivo
en continuidad con él.
Del mantenimiento del castillo y sus armas no es necesario exponer para este trabajo
los talleres que hacían o reparaban estas instalaciones y sus pertrechos, ya que en el texto
descriptivo histórico y los anexos documentales se han hecho referencias a las obras más
importantes de los inmuebles, siempre proyectadas por ingenieros y contratadas en su
ejecución a diversos asentistas, así como las referentes a las armas se pueden comprender
con lo expuesto en el Anexo II, teniendo en cuenta que era suministradas por los “parques”
dependientes del mando de la Plaza (ciudad) de Ferrol y con origen en Reales Fábricas
(Liérganes, La Cavada, Trubia, etc.).
En lo concerniente al servicio de “munición”, entonces provisión para personas y
armas, distinguimos entre los almacenes externos y vinculados al castillo y los espacios
interiores compartiendo funcionalidades, ya descritos; así, los proyectiles vendrían del citado
Parque, también con la aportación de la Real Fábrica de Sargadelos al final del siglo XVIII,
pero los explosivos eran almacenados de manera centralizada en el cercano polvorín del
Vispón, construido en 1737 por Juan Vergel, y también en el de la Armada, en El Montón,
como auxilio. La “munición de boca”, se hacía prácticamente por compra directa a la
población cercana y algún “asiento” para el racionamiento de pan, vino y otros alimentos,
incluida la leña para los hogares de los “ranchos” (organización de habitabilidad); pero el
agua era de captación propia del castillo, con una importante infraestructura hidráulica, en
todo caso imprescindible para la dotación.
Del abastecimiento de aguas al castillo.
La demanda de agua y su ciclo logístico (determinación de necesidades, obtención
y distribución) fue siempre objeto de estudio y obras por los mandos operativos y los
ingenieros de la “plaza”; así, era un diseño que debía integrarse en la fortificación como
condicionante esencial para el suministro normal en tiempo de paz y, más aún, en guerra
ante un asedio, incluyendo una cierta discreción sobre su acceso en la zona “polémica”, si
no se disponía de un pozo-manantial interno; asunto superado en sus connotaciones tácticas
ya avanzado el siglo XIX, pero siempre atendido para la vida cuartelaria.
Para el fuerte de San Felipe no encontramos información en las obras del siglo XVI
y XVII, debiendo suponer que el abastecimiento se realizaría con el traslado y acopio de
la misma desde fuentes o manantiales cercanos. Tampoco, hasta el segundo tercio del
XVIII, aparecen ni tenemos referencias, de conducciones y captaciones externas, únicamente
cuando se proyectan las obras internas del castillo (Feriére -1731, Vergel -1735-37), aparece
224
un almacenamiento de aguas pluviales, provenientes de las cubiertas y terrazas, en un aljibe
situado en la plaza del hornabeque, con sus correspondientes previsiones de conducciones
y canalizaciones internas, tanto para la captación (en superficie), como en su desagüe. Este
actualmente todavía existe y las diferentes actuaciones, que ha sufrido a lo largo del tiempo,
han sido para repararlo y dotarlo de medios necesarios para su uso (rebosadero, brocal,
fuente, etc.)
En 1756 se estaba trabajando en el glacis y en las cercanías del entorno noroeste del
castillo en la edificación de casas de servicios externos (casa de leña, para patrón y marinero
de bote, ayudante, herrero, huerto del Gobernador, etc.) y en la zona de la rinconada de
“Lousada” (ó Caleta de Lensada), en donde desemboca el Río Laxes, (Santos Calderón
-1756). En esta época el castillo estaba prácticamente operativo (Llobet -1756).
En los años de las décadas 60-70, debió de realizarse (así lo recogen los planos) la
primera conducción de aguas externa, desde el citado Laxes (Hermosilla -1774) . En él se
aprecia un trazado de línea azulada que parece ser una canalización por zanja a cielo abierto
desde el río, terminando en una fuente situada en el glacis ya cerca del ángulo capital del
revellín. De esta fuente parece que una parte se derramaba sobre el terreno y otra, a través
de canalización subterránea entraba al camino cubierto por el ángulo capital, llegando el
agua al foso donde hay una fuente y pilón. Las canalizaciones por el interior del foso y
hornabeque todavía se conservan.
Así estaba el servicio de aguas al final del siglo XVIII (Meric -1792), pero debía
tener problemas de escasez y calidad, según nos consta por informes de 1810 -13 (escasez
en épocas de verano, aguas turbias, obstrucción en cañerías, etc.,). En dichos informes ya
se hace mención a la conducción de tubos de barro, manantial, arquetas intermedias, etc.,
así como figura en un plano de Enrique Montenegro (1868), lo que nos hace pensar que la
conducción hidráulica, perfectamente descrita en los proyectos de Leonardo Rego (1891),
Antonio Vidal (1895) y Carlos Marquelet (1904), debió de ser realizada sobre finales del
XVIII principios XIX.
La conducción antes aludida se iniciaba tomando el agua de un manantial próximo
al río Laxes, a unos 600 mts. de distancia desde la fuente que está en la contraescarpa del
foso y a unos 54 mts de diferencia de cota; realizada con tubería de barro de acueducto,
tomada a enchufe y de 7 cmts. de diámetro interior; ésta se interrumpía por siete arquetas
de sillería para limpieza y registro. El agua corría en continuo descenso y sin presión hasta
la fuente, desde cuyo pilón partían los sobrantes del líquido por cunetas labradas en el foso
hasta perderse en el mar.
Siendo de gran calidad el agua del manantial, pone en desuso el aljibe, el cual durante
una época permanece clausurado por ser causa de infecciones al albergar aguas insalubres en
épocas de escasez.
Los proyectos antes mentados que inicia Leonardo Rego y posteriormente se van
modificando, mejorando y ampliando, según las circunstancias y financiación, poor Vidal y
Masquelet (el finalmente realizado), tienen como principales objetivos la mejora y solución
definitiva del abastecimiento de aguas al castillo; para ello proponen, entre otras obras:
– Mejora en la arqueta de recogida de aguas
– Depósito de decantación y filtro
– Sustitución de tubería de barro por hierro
225
–
–
–
–
–
–
Construcción de depósito regulador y de distribución
Conducción desde deposito a dependencias del fuerte
Puesta en funcionamiento de aljibe, suministrando agua de traída, fuente
Mejora, eliminación y creación de retretes de tropa y oficiales
Servicios en casa del gobernador y oficial artillero
Servicios y red de saneamiento
Ha resultado curioso y muy didáctico el estudio de dichos proyectos, tanto por la
aplicación de sus conocimientos técnicos: depósitos de regulación, decantación y filtrado,
cálculo de suministros, presiones y diámetros; como por la calidad de los planos y
aportaciones en obra, que en la mayoría de los casos aún existen en la actualidad.
Los recientes reconocimientos de esta obra de servicio de agua nos permiten valorar su
conservación con gran autenticidad e integridad.
Se acompañan estas notas con el esquema de la conducción de aguas, sobre foto aérea,
que da idea de la escala y dimensión de esta obra hidráulica. Es perfectamente identificable
en ella el relieve topográfico que aparecen en los plano de Hermosilla y Meric de 1774
y 1792. Se adjuntan detalles de los proyectos de Miguel de Hermosilla (1774), Antonio
Vidal (1895) y Carlos Masquelet (1904); así como fotos de detalles de las diferentes partes
mencionadas de la misma.
Esquema de la conducción de aguas sobre foto aérea y sus arquetas (J. A. Alonso)
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Detalle de fuente y canalización de agua en plano detallado del recinto y baterias del Castillo de San Felipe.
Miguel Hermosilla, 1774. Archive du Génie. París
Detalles de fuente, pilón y aljibe.
Antonio Vidal, 1895. Archivo Intermedio Militar del Noroeste.
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Detalles de manantial, filtro y depósito.
Antonio Vidal, 1895. Archivo Intermedio Militar del Noroeste.
Plano parcial de saneamiento en Pabellón del Gobernador y otras dependencias en la gola del hornabeque.
Carlos Masquelet, 1904. Archivo Intermedio Militar del Noroeste.
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Muro de contención y canalización de agua en su inicio. (Foto J. A. Alonso)
Arqueta nº 6 de conducción de aguas. (Foto J. A. Alonso)
Arqueta nº 1 de conducción de aguas.
(Foto J. A. Alonso)
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Arqueta nº 7 y depósito de conducción de aguas. (Foto J. A. Alonso)
Fuente y pilón en contraescarpa del foso. (Foto J. A. Alonso)
Conducción de agua bajo el glacis
hasta el revellín.
(Foto J. A. Alonso)
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