Transcripción del Video: Appiah Teorías de Conspiración Kwame Anthony Appiah Ganador de la Medalla de Humanidades 2011 Profesor Laurance S. Rockefeller de Filosofía y del Centro Universitario para Valores Humanos de la Universidad de Princeton Presidente del Consejo Académico de Facing History and Ourselves Creando el “Nosotros” y el “Ellos” Muchas veces la intolerancia deriva en cosas como los Protocolos de los Sabios de Sión, el cual es una clásica fantasía paranoica, una historia de conspiración. Creo que las conspiraciones atraen la mente humana porque, esencialmente, son una forma de hacer cuadrar todas las cosas que, de hecho, no cuadran. Es una forma de darle sentido al mundo diciendo: “Esto no puede ser una coincidencia, por lo cual debo tener una historia que lo explique”. Así que si alguien me cuenta una historia que, si bien es descabellada, al menos sirve para relacionar una cosa con otra, entonces pienso: “Ah, bien; ahora tiene sentido”. Es decir que, en cierta forma, nuestras tendencias paranoicas reflejan nuestra necesidad de hallar explicaciones. De hecho, pienso que una de las enseñanzas más importantes para las personas es que hay cosas que, simplemente, suceden; que hay cosas para las que no hay una explicación; y que, básicamente, el mundo es así. Porque esa es una de las formas de resistir la tentación paranoica de hacer cuadrar todo a partir de alguna historia fantástica. Por ejemplo, uno de los grandes interrogantes que tenemos frente a nosotros en todo momento, es la clásica pregunta “¿Por qué les suceden cosas malas a las personas buenas?”. Sabemos que suceden cosas malas, pero queremos una explicación. Desafortunadamente, creo que muchas de las cosas malas, simplemente, suceden y que no hay historias que expliquen por qué suceden. No hay una explicación profunda; sin embargo, es posible que aquel medio paranoico diga: ¡no lo puedo aceptar! Evans Pritchard, el gran antropólogo británico, cuenta estas historias sobre las tierras de los azande, en una zona al sur de Sudán, en donde los azande no podían aceptar que, por ejemplo, se desmoronara un granero sobre una persona, no había explicación alguna. Entonces, inventaron una elaborada teoría de brujería, que determinaba que la única causa de muerte en la tierra de los azande era la brujería. Todas las muertes se explicaban con cuentos de brujería y, una vez que se instauró esa forma de pensar, se podía ver la evidencia en todo lo que se mirara. La filosofía de la ciencia sostiene que es complicado comprender el mundo y es difícil hallar explicaciones, e inventarlas, a diferencia de descubrir la verdad, es más fácil. Y pienso que estas historias paranoicas, estas teorías de conspiración, forman parte de nuestra búsqueda de sentido.