VIOLENCIA SEXUAL CONTRA LA MUJER EN MEDIO DEL CONFLICTO ARMADO Y SU TRÁMITE DENTRO DEL MARCO DE JUSTICIA Y PAZ: LOS CRÍMENES INVISIBLES DE LA GUERRA EN COLOMBIA MARÍA CAMILA GÁFARO MOLINARES DAVID LEONARDO ROMERO LEÓN TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR EL POR EL TÍTULO DE COMUNICADOR SOCIALPERIODISTA CAMPO PROFESIONAL PERIODISMO DIRECTORA: MARISOL GÓMEZ GIRALDO PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE COMUNICACIÓN SOCIAL BOGOTÁ 2011 “La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia” Artículo 23 Reglamento de la Universidad Javeriana Bogotá, 30 de Mayo de 2011 Señor Dr. JOSE VICENTE ARIZMENDI Decano Académico Facultad de Comunicación y Lenguaje Pontificia Universidad Javeriana Nos complacemos en presentarle el trabajo “Violencia Sexual Contra la Mujer En Medio Del Conflicto Armado y su Trámite Dentro del Marco de Justicia y Paz: Los Crímenes Invisibles de la Guerra en Colombia””. Trabajo de grado que cumple con los requerimientos que fija la Facultad para optar por el título de Comunicadores Sociales y Periodistas. Esta investigación, aborda una de las problemáticas de nuestro conflicto armado con mayores dificultades para reparar y con la mayor diversidad de cifras y escenarios, lo cual evidencia la invisible situación de sus víctimas. Atentamente, María Camila Gáfaro Molinares David Leonardo Romero León C.C. 1.032.412.081 De Bogotá C.C. 1.013.594.125 de Bogotá Mayo 30 de 2011 Señor Decano JOSE VICENTE ARIZMENDI Me complace entregar el trabajo de grado titulado “Violencia Sexual Contra la Mujer en medio del conflicto armado y su trámite dentro del marco de Justicia y Paz: Los crímenes invisibles de la Guerra en Colombia”, de los estudiantes María Camila Gáfaro Molinares y David Leonardo Romero León. Atentamente, Marisol Gómez Giraldo Profesora Asociada Periodismo TABLA DE CONTENIDO Introducción…………………………………………………………………………………………1 1. Capítulo Primero: La Agresión Sexual Como Arma de Guerra en Colombia………..4 1.1. Tipos de Violencia Sexual en Medio del Conflicto Armado (violación y otras que se encuentren según los estudios que hay hasta ahora)………………………..9 2. Capítulo Segundo: La Víctimas………………………………………………………………..13 2.1. Tipo de Víctimas…………………………………………………………………....16 2.2. Estimaciones de Víctimas por Etnia……………………………………………………….17 2.3. Estimaciones de Víctimas de violación y acoso sexual según edad y estrato Socioeconómico……………………………………………………………………………...18 3. Capítulo Tres: Violencia Sexual, un delito de lesa humanidad……...................... 20 3.1. Qué dice la ONU sobre el tema……………………………………………..24 3.2. Qué dice la Comisión Interamericana de Derechos Humanos………….25 3.3. Qué dice el Derecho Internacional Humanitario…………………………...28 3.4. Qué dice el Código Penal Colombiano…………………………………....29 4. Capítulo Cuatro: La Violencia Sexual en Medio del Conflicto Armado y su Trámite en Justicia y Paz ……………………………………………………………………………………...32 4.1. Las dificultades detectadas hasta ahora en Justicia y Paz…………………….35 4.2. Organizaciones que trabajan con víctimas a veces son un obstáculo……..37 4.3. Testimonios víctimas de violencia sexual en medio del conflicto armado colombiano ……………………………………39 5. Conclusiones……………………………………………………….…………………….........49 6. Anexos…………………………………………………………………………………………..51 6.1. Entrevista Adriana Serrano, Asesora de Género, Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación………………………………………………………….....52 6.2. Entrevista Diana Montealegre, Policy Advisor OXFAM………………………….59 6.3. Entrevista Patricia Hernández, Fiscal Justicia y Paz……………………………..70 7. Bibliografía……………………………………………………………………………………….78 INTRODUCCIÓN “En este año, puedo estar contenta… no me ha pasado nada grave, nada más amenazas.” (Blanca Díaz, después del horror y el dolor del asesinato de su compañero y de la violación de su hija de 15 años) Revista Trabajadora, n. 38 (noviembre de 2010) Página 22 1 Este trabajo de grado es una aproximación a una de las violencias menos exploradas y visibles en medio del conflicto armado colombiano: la agresión sexual contra las mujeres. Si bien esta conducta se da en medio de las filas de los grupos armados ilegales, para esta investigación nos centramos en la violencia contra las mujeres que no hacen parte de la guerra, pues nuestro interés era abordar el tema desde lo que ha significado la violencia sexual como instrumento de terror, de humillación al enemigo y de poder en medio de las batallas que han librado guerrilleros, paramilitares y miembros de la Fuerza Pública por el control de regiones y poblaciones en Colombia. Y el interés más específico de esta investigación era conocer cómo se ha resuelto el tema en medio del proceso de Justicia y Paz, marco jurídico bajo el cual se desmovilizaron más de 30.000 paramilitares, teniendo en cuenta que se trata del primer experimento de justicia transicional en el país, que incluye verdad, justicia y reparación para las víctimas. Se bien partimos de la idea cierta de que el tema tenía un gran problema de visibilidad por lo difícil que resulta para una víctima de agresión sexual hablar sobre ella y por el poder de intimidación que ejercían los distintos grupos armados sobre las mujeres agredidas, el trabajo de investigación nos ratificó que este tipo de violencia sigue siendo muy desconocida, incluso para las autoridades que hoy la investigan en medio del proceso de justicia y paz, por las 1 Tomado de: http://issuu.com/csccoo/docs/trabajadora__n._38__noviembre_de_2010___alta_calid 1 mismas razones: el temor de las mujeres a ser estigmatizadas, la timidez para hablar de lo que les ocurrió y el miedo a una venganza de quienes les hicieron daño. Además de esta situación, la violencia sexual contra las mujeres civiles en medio del conflicto apenas está comenzando a ser de interés para la justicia y la sociedad colombiana, y por tanto las cifras sobre lo que ha ocurrido son dispersas. Lo que hay es, por las razones ya mencionadas, apenas un subregistro. Para armar un panorama más o menos completo de lo que se conoce sobre el tema nos basamos en la revisión de casos denunciados por organizaciones de víctimas, en los datos que ha recogido la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR), organismo creado por la Ley de Justicia y Paz para representar a las víctimas en medio del proceso de verdad, justicia y reparación emprendido con los paramilitares y guerrilleros desmovilizados que hubieran cometido delitos de lesa humanidad, y en las cifras que hoy tiene la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía. Además, en los reportes parciales que ha hecho la Defensoría del Pueblo y en una encuesta de prevalencia del delito hecha por Oxfam, una de las organizaciones empeñadas hoy en visibilizar lo que ha sido la violencia sexual contra las mujeres en medio del conflicto armado colombiano. La violencia sexual se manifiesta en todas las sociedades y esferas sociales. Sin embargo, en contextos de conflicto armado puede intensificarse. Las estrategias utilizadas por los diferentes actores armados –legales o ilegales – para ocultarla, el drama que viven miles de mujeres que en silencio buscan olvidar, la limitada capacidad de las autoridades para hacer justicia, y la tradición patriarcal de la sociedad en general, han sido cómplices de esta infamia. No contar con datos confiables y la falta de herramientas conceptuales adecuadas para estudiar el fenómeno, pues el subregistro también tiene que ver con que no está claro qué se considera agresión sexual en medio del conflicto, entorpecen una medición precisa del alcance, magnitud, escala y distribución de la violencia sexual. Por eso, este trabajo deja planteada una inquietud: ¿Qué tanto conocen las instituciones oficiales, la academia y la sociedad de la realidad de violencia sexual en medio del conflicto armado? Son suficientes los mecanismos con los que cuentan o deben esforzarse más para superar el desconocimiento y la invisibilidad de una de las tragedias más grandes para las 2 mujeres en medio de la conflicto, si se considera que una agresión sexual tiene profundos efectos sicológicos. 3 Capítulo I La Agresión Sexual Como Arma de Guerra en Colombia “La violencia contra las mujeres, en especial la de carácter sexual por parte de grupos armados, resulta habitual en el contexto de un conflicto que lentamente va cambiando de matices y que no respeta el Derecho Internacional Humanitario. [...] 2 Raduca Coomarswamy, Relatora Especial de la Naciones Unidas sobre Violencia contra Mujeres. 1. Contexto El conflicto colombiano es el más largo de la historia de América Latina, y también del mundo. Ha sido epicentro de muchos crímenes de lesa humanidad, como el secuestro, la extorsión, el asesinato de civiles, la siembra de minas antipersonales y la violencia sexual. Estos delitos, en su mayoría, continúan en la impunidad y han llevado a la degradación del conflicto, pero también a hacer un esfuerzo por conseguir dentro del marco jurídico un acuerdo que lleve a la paz y a la reparación de las víctimas. Para este caso en particular nos interesa la reivindicación de las víctimas que han sufrido agresión sexual de parte de alguno de los actores armados. “En el curso de los cerca de 50 años del conflicto armado colombiano, la violencia sexual es empleada como arma de guerra por todos los grupos armados (fuerzas militares del Estado, paramilitares y grupos guerrilleros). El objetivo es sembrar el terror en las comunidades usando a las mujeres para conseguir sus fines militares. Pero además, se utiliza como forma de tortura y de castigo, como control sobre la población, como medio para imponer férreos códigos de conducta, como instrumento de venganza y de presión o como herramienta para lesionar y aterrorizar al enemigo” 3. 2 INFORME DE LA RELATORA ESPECIAL DE NACIONES UNIDAS SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, SUS CAUSAS Y CONSECUENCIAS, señora Raduca Coomarswamy, Comisión de Derechos Humanos, 58 período de sesiones, E/CN.4/2002/83/Add.3, marzo 2002, Pp.3. 3 Informe “La Violencia Sexual en Colombia: Un Arma de Guerra”. Oxfam International. Septiembre de 2009 4 Apenas en los últimos años una de las preocupaciones ha sido la vulneración de los derechos de las mujeres y la impunidad que reina en los casos de agresión sexual por parte de los actores armados (legales o ilegales). El tema ha sido fuente de investigación para organizaciones defensoras de derechos humanos y para instituciones internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Pese a los esfuerzos por sacar estos casos a la luz, la continua acción por parte de los grupos en conflicto ha llevado de manera sistemática a la negación e invisibilidad de las mujeres víctimas de este tipo de violencia. A su vez, el Gobierno colombiano no ha actuado con celeridad para impartir justicia. “La precariedad de la información producida por las autoridades gubernamentales territoriales y la insuficiencia de la misma, refleja un desconocimiento del marco jurídico internacional y nacional vigente para Colombia, frente a la garantía de los derechos de las mujeres, especialmente en lo referente al derecho a la igualdad, a los derechos sexuales y reproductivos” 4. Además, hablar de las víctimas de la violencia sexual en el marco de la guerra es difícil cuando se mira más allá de una cifra y se abordan las historias de sus protagonistas. Preguntar por los momentos de horror y de humillación es escarbar en heridas que tal vez sólo el tiempo logrará sanar. Muy pocas son las mujeres que se atreven a denunciar, ya sea por temor a una represalia del autor de la agresión o por temor a la estigmatización. Los testimonios, a veces, han conducido a señalamientos sin justa causa o a la condena popular: “ella se lo buscó”. De hecho, así lo constató la Primera Encuesta de Prevalencia VIOLENCIA SEXUAL EN CONTRA DE LAS MUJERES EN EL CONTEXTO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO”, desarrollada en el marco de la campaña Violaciones y Otras Violencias: Saquen mi Cuerpo de la Guerra, impulsada por Oxfam con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda y de la ONG colombiana Casa de la Mujer. Esta encuesta es la única en su tipo que se Informe “Las mujeres frente a la violencia y la discriminación derivada del conflicto armado en Colombia” CIDH, Párrafo 64 4 5 ha hecho hasta ahora. Incluyó a víctimas de violencia sexual entre el 2001 y el 2009. Mujeres entre los 15 y 44 años fueron encuestadas en 15 municipios de 11 departamentos del país. Los resultados dejaron ver al menos un panorama general hasta entonces invisible en el marco del conflicto armado. Según la encuesta, el 82% de las mujeres víctimas de algún tipo de violencia sexual no denunciaron los hechos que sufrieron, mientras que el 74% consideraron la presencia en sus zonas de los grupos armados (guerrillas, paramilitares y Fuerza Pública) responsables de la agresión, como un obstáculo para hacer la denuncia 5. De otro lado, el informe “La Violencia Sexual en Colombia: Un Arma de Guerra”, hecho por Oxfam, afirma que la agresión sexual contra la mujer se ha “normalizado” dentro de la sociedad colombiana, en gran parte, porque las mujeres no se consideran víctimas, ya que desconocen la naturaleza del delito. Según los resultados de la encuesta de prevalencia, 4 de cada 10 víctimas de violencia sexual no reconocieron haber sido víctimas antes de que se les indagara por los hechos que las afectaron, pues se suele creer que la violencia sexual se reduce únicamente a la violación. De la invisibilización de los casos de violencia sexual contra las mujeres ha sido causa el silencio de parte de las víctimas, lo que las condena al olvido y a la impunidad. Sin embargo, existen mujeres que han logrado derrotar el miedo y contarle al mundo el drama que sufrieron. Desde el 2008, a través de la campaña ‘Violaciones y otras Violencias: Saquen Mi Cuerpo de la Guerra’, Jineth Bedoya, periodista del diario El Tiempo (el primero en circulación nacional de Colombia), decidió liderar la visibilización de los casos de las víctimas de violencia sexual de parte de los grupos armados. Su caso se remite al 2000, cuando trabajaba para el diario El Espectador (el segundo más importante de Colombia). Frecuentemente visitaba cárceles y desarrollaba su profesión en medio de guerrilleros, narcotraficantes, paramilitares y delincuentes comunes. Primera Encuesta de Prevalencia “VIOLENCIA SEXUAL EN CONTRA DE LAS MUJERES EN EL CONTEXTO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO” http://www.intermonoxfam.org/es/page.asp?id=2045&ui=12033 5 6 Jineth relata escena tras escena como si los hechos acabaran de suceder. Su caso refleja el dolor de las muchas mujeres que han pedido justicia, en medio de la indiferencia del país. Reunió pruebas, citó a testigos e instó a las autoridades a acompañarla en su proceso, pero se dio cuenta de que el único apoyo que realmente tenía era el de su familia y sus verdaderos amigos. La agresión sexual contra ella (violación) se dio luego de denuncias que hizo sobre los malos manejos administrativos de las cárceles y el enfrentamiento entre paramilitares y guerrilleros en varias penitenciarias, que en abril del 2000 dejó a la cárcel Modelo de Bogotá parcialmente destruida y un saldo de 27 muertos. Su trabajo la convertiría en blanco de un plan para acabar con su vida. Un mes después, el 25 de mayo de ese año, Jineth ingresó a la cárcel Modelo. Había conseguido una cita con un recluso paramilitar que le prometió serias revelaciones. El reloj marcaba las 8 de la mañana. Dos colegas suyos del periódico la acompañaban y esperaban afuera mientras ella realizaba su labor. En ese tiempo, la periodista misteriosamente abandonó el penal y fue conducida en un vehículo a las afueras de Bogotá. Pasaron 16 horas antes de conocer nuevamente noticias de Jineth. “En ese lapso –cuenta ella- “fuí abusada por paramilitares que drogándome me mantuvieron secuestrada y con órdenes de asesinarme”. Diez años después de ese fatídico 25 de mayo, sigue pidiendo justicia. Los abusos sexuales y el maltrato a las mujeres en el contexto del conflicto se han convertido en un arma de guerra, y en una buena parte tienen por objetivo demostrar poder, humillar y maltratar sicológicamente. La violencia sexual es también una de las causas más frecuentes de desplazamiento de la población civil. Según un informe de la Defensoría del Pueblo, 2 de 10 cada diez mujeres en situación de desplazamiento huyeron por esa causa 6.. La violencia contra la mujer se convierte así en una táctica para favorecer intereses estratégicos y territoriales de los grupos armados. La Corte Constitucional, en el Auto 092 del 2008, hizo un llamado al Estado para garantizar la protección de los derechos fundamentales de las mujeres en situación de desplazamiento: “La Informe de la Defensoría del Pueblo “Promoción y monitoreo de los derechos sexuales y reproductivos de mujeres víctimas de desplazamiento forzado, con énfasis en violencia intrafamiliar y sexual” 2008. 6 7 violencia ejercida en el conflicto armado interno colombiano victimiza de manera diferencial y agudizada a las mujeres, porque (a) por causa de su condición de género, las mujeres están expuestas a riesgos particulares y vulnerabilidades específicas dentro del conflicto armado, que a su vez son causas de desplazamiento, y por lo mismo explican en su conjunto el impacto desproporcionado del desplazamiento forzado sobre las mujeres, a saber: (i) el riesgo de violencia sexual, explotación sexual o abuso sexual en el marco del conflicto armado; (ii) el riesgo de explotación o esclavización para ejercer labores domésticas y roles considerados femeninos en una sociedad con rasgos patriarcales, por parte de los actores armados ilegales… En atención a tan grave estado de cosas, la Corte Constitucional constata que el Estado colombiano está actualmente obligado a dar cumplimiento, con el mayor grado de diligencia, a sus diversas obligaciones constitucionales e internacionales atinentes al respeto, protección, restablecimiento y promoción de los derechos de las mujeres, niñas, jóvenes y adultas mayores desplazadas por el conflicto armado interno, así como a sus obligaciones de prevenir el desplazamiento forzado de la población, y específicamente de prevenir su impacto desproporcionado sobre las mujeres” 7. Por otro lado, la Fiscalía General de la Nación, atendiendo las insistentes recomendaciones de las diferentes organizaciones de mujeres, recogió 183 casos de agresión sexual denunciados desde 1993 hasta 2009. Estos casos, muy pocos por cierto y que darían cuenta del subregistro, incluyen desde violación hasta prostitución forzada. Según la Fiscalía, “al menos 22 de los casos son denuncias colectivas y no de una sola mujer. De todos, 106 fueron atribuidos a paramilitares, 43 a militares y policías y 15 a las guerrillas. En el resto de las denuncias se desconoce al autor” 8. Lo cierto es que la protección, atención y prevención frente al abuso sexual de las mujeres es todavía una tarea pendiente del Estado Colombiano. Auto 092 de 2008 de la Corte Constitucional de Colombia. http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/Autos/2008/A092-08.htm 7 Informe de la Quinta Visita Asturiana de Verificación de los Derechos Humanos en Colombia, 2009. Página 47. Fiscalía General de la Nación. Revista SEMANA. 2 de marzo/09. 8 8 2. Tipos de Violencia Sexual en Medio del Conflicto Armado Para abordar la problemática de la violencia sexual contra las mujeres en medio del conflicto armado, es necesario conocer las definiciones y qué se entiende por violencia de género. Para la Oficina de las Naciones Unidas para la Mujer (ONUMUJER) hay que considerar “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada […]” (ONU, 1995, online). ¿Qué es Violencia Sexual? Para definir qué es violencia sexual suele tomarse como base lo contenido en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, ya que se trata de un instrumento de protección del derecho internacional, de carácter vinculante, generado en la región y ratificado por los Estados de Colombia, Guatemala y Perú; específico para abordar la problemática de la violencia. “...Debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado (artículo 1°)… Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y psicológica…” (artículo 2°) 9. Entre tanto, hay un concepto más específico en un Informe sobre la violencia y la salud de la Organización Mundial de la Salud: “La violencia sexual abarca el sexo bajo coacción de cualquier tipo, incluyendo el uso de fuerza física, las tentativas de obtener sexo bajo coacción, la agresión mediante órganos sexuales, el acoso sexual, incluyendo la humillación sexual, el matrimonio o cohabitación forzados, incluyendo el matrimonio de menores, la prostitución forzada y comercialización de mujeres, el aborto forzado, la denegación del derecho a hacer uso de la anticoncepción o a adoptar medidas de protección contra enfermedades, y los actos 9 Impunidad: pongámosle fin violencia sexual contra las mujeres en conflicto armado y posconflicto en América Latina. http://www.observatorioviolencia.org/upload_images/File/DOC1183541290_Impunidad_pongamosle_fin.pdf 9 de violencia que afecten la integridad sexual de las mujeres, tales como la mutilación genital femenina y las inspecciones para comprobar la virginidad” 10 Por otra parte, el Estatuto de Roma, que es el marco jurídico de la Corte Penal Internacional, reconoce como violencia sexual la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado, la esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable. En este instrumento, la violación es definida como la invasión del cuerpo de una persona mediante una conducta que haya ocasionado la penetración, por insignificante que fuera, de cualquier parte de la víctima o del autor con un órgano sexual o del orificio anal o vaginal de la víctima con un objeto u otra parte del cuerpo. Pero según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) en su informe Violencia de Género y Violencia Sexual en Colombia, publicado en el 2008, a pesar de las diferentes definiciones de tribunales nacionales e internacionales, distintos tipo de violencia sexual contra la población quedan invisibles. “Las definiciones nacionales e internacionales de violencia sexual hacen énfasis en las acciones que involucran los órganos sexuales de hombres y mujeres, restándole gravedad a lo que se entiende por sexualidad y por sexo. Es decir, que actos como la felación bajo amenaza, quedan invisibilizados bajo el concepto de acto sexual violento como un todo. La felación constituye una violencia sexual proporcionada por quien es físicamente más fuerte o está armado o dispone de un poder inapelable, y viola la identidad humana de la víctima, viola un segmento fundamental en el proceso de humanización, aquel que constituye el recinto de las palabras” (Giberti, E., 2006: 12) 11 La encuesta de prevalencia que hemos mencionado, y cuyos datos preliminares se dieron a conocer en noviembre del 2010, permitieron visibilizar varios de estos tipos de agresión sexual. Según este sondeo, para las mujeres “el conflicto armado es una realidad cotidiana, expresión de tiempo y espacio vivido día a día. No es un evento o suceso, es más bien, la condición misma de sus vidas, desde hace seis décadas” 12. 10 Tomado de Corporación Humanas: http://www.humanas.org.co/html/seminario_3.html Tomado de Centro de Recursos para el Analisis de Conflictos (CERAC) Informe Violencia de Género y Violencia Sexual en Colombia http://es.scribd.com/doc/30748950/Violencia-de-genero-y-violencia-sexual-en-Colombia 11 12 Primera Encuesta de Prevalencia “VIOLENCIA SEXUAL EN CONTRA DE LAS MUJERES EN EL CONTEXTO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO” 10 Para la campaña Violaciones y Otras Violencias: Saquen mi Cuerpo de la Guerra, “las violencias en contra de las mujeres continúan, se redefinen y adquieren nuevas facetas. Ante estas viejas y nuevas realidades, un reto ineludible con la ética y con la vida es conocer la magnitud de las violencias en contra de las mujeres y encontrar alternativas que permitan su erradicación. De ahí la necesidad y pertinencia de esta investigación para obtener información sobre la violencia sexual en el contexto del conflicto armado en Colombia. La siguiente tabla, recogida por la primera encuesta de prevalencia sobre el tema, muestra el tipo de agresiones: Esta encuesta, realizada en 407 municipios con presencia de Fuerza Pública, guerrilla, paramilitares y otros actores armados en Colombia, estimó que la ocurrencia de la violencia sexual en Colombia entre el 2001 y el 2009 fue de 17,58%, lo cual significa que durante estos nueve años 489.687 mujeres fueron víctimas directas de violencia sexual. Es decir que, entre el 2001 y el 2009, un promedio de 6 mujeres, cada hora, fueron víctimas directas de este tipo de violencia. La Campaña Violaciones y Otras Violencias afirma que el 82,15% de las 489.678 mujeres víctimas de algún tipo de violencia sexual, es decir, 402.264 mujeres, no denunciaron los hechos que sufrieron. Además, que el 73,93% de las mujeres considera que la presencia de los grupos armados en dichos municipios constituye un obstáculo a la denuncia de los actos de violencia sexual. 11 Estos datos expresan la realidad de las mujeres en los municipios que son los espacios de enfrentamiento en el marco del conflicto armado que se vive desde hace más de cinco décadas en el país. 12 Capítulo II Las Víctimas “Indignadas denunciamos la violación de una niña de 11 años en el 2004 por parte de un agente de la Policía, quien abusando de su poder la atemorizó con el argumento de que si no estaba con él es porque compartía con la guerrilla” Mujer del Norte del Cauca 13 La violencia sexual es la única violación de los derechos humanos en la que la víctima puede llegar a ser considerada responsable. Además de sobrellevar sus sentimientos de vergüenza y humillación, la mujer debe enfrentarse a normas sociales y culturales bajo las cuales tienden a estigmatizarla y responsabilizarla por no haber hecho suficiente resistencia ante el agresor o incluso por supuestamente haber propiciado el daño. Todos los actores del conflicto en Colombia, incluyendo a miembros de la Fuerza Pública, han perpetrado alguna forma de violencia contra la mujer, y la magnitud de estas violaciones es insospechada y desconocida. De hecho Amnistía Internacional publicó, en el 2004, un estudio documentado sobre la amplitud de la violencia sexual contra las mujeres en Colombia y reveló que existen razones para creer que las cifras no reflejan el número de casos, siendo esta una práctica extendida a lo largo de las cinco décadas del conflicto, y por todos los actores armados: las fuerzas de seguridad del Estado, paramilitares e insurgencia. La Mesa de trabajo “Mujer y conflicto armado” en su sexto informe había incluido como modalidades de violencia sexual contra las mujeres: las violaciones perpetradas sobre mujeres organizadas o defensoras de los derechos humanos; el control de la reproducción sobre Tomado del Informe La Violencia Sexual en Colombia: Un Arma de Guerra de la Campaña Violaciones y Otras Violencias: Saquen mi cuerpo de la Guerra. 2009 13 13 mujeres indígenas, afrocolombianas o de otras comunidades marginadas; dificultad en el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva debido al control o a la disputa territorial por parte de los actores del conflicto; imposición de prácticas de control de la reproducción y del aborto sobre las niñas y mujeres combatientes; asesinato y violación de mujeres cabeza de familia cuyas parejas estaban ausentes, argumentando que la ausencia de compañero se debe a su pertenencia a la guerrilla; control social y de comportamiento de los habitantes de una comunidad, en particular de las mujeres; imposición de normas sexistas y homofóbicas: la persecución y violación de mujeres lesbianas; la ejecución de mujeres seropositivas; la esclavitud sexual y secuestro para que realicen tareas domésticas para los combatientes de mujeres y niñas 14. La presunta colaboración con el bando contrario se castiga con violación o muerte, y en ocasiones las mujeres han sido declaradas “objetivos militares” por frecuentar policías o soldados, de acuerdo con un reporte de Sisma Mujer, del año 2007. Para el caso de los ex integrantes de las llamadas autodefensas, según un informe de la revista Semana del 2007, de las más de 80.000 denuncias que tenía para ese momento la Fiscalía contra los paramilitares, apenas 21 se referían a violación de mujeres. “Sin embargo, de los relatos de las víctimas se proyecta que esta práctica fue generalizada”. 15 Por otra parte, dentro del Proceso de Justicia y Paz tampoco se han garantizado los derechos a la verdad, la justicia y la reparación de las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado. El informe Examen Periódico Universal de Colombia subrayó que no se había garantizado la seguridad de las víctimas y testigos que han participado en los procesos de justicia y paz. 16 En las versiones libres de los postulados ante la Fiscalía de Justicia y Paz no se ha obtenido mayor avance en la identificación de los delitos cometidos contra las mujeres, a pesar de que se logró que progresivamente los fiscales incluyan en los interrogatorios preguntas al respecto. 14 Mesa de trabajo “Mujer y conflicto armado”, 2006 15 La barbarie que no vimos. Informe especial de la Revista Semana. Edición No. 1336, 10 de diciembre de 2007, pág. 98. 16 Informe para el Examen periódico universal de Colombia, Op. cit., pág. 7. 14 La Corporación Sisma Mujer realizó en el 2008 un estudio de 20 versiones libres realizadas en 71 sesiones por mandos paramilitares, y encontró que en sólo 5 (el 25%) hubo alusión a hechos de violencia sexual sin que se reconociera ningún caso, no obstante, que en una de ellas una mujer preguntó el paradero de su hija, presuntamente desaparecida con fines de esclavitud sexual y doméstica. La Fiscalía ha indagado sobre 78 hechos relacionados con homicidios y desapariciones forzadas contra mujeres, y los desmovilizados confesaron la participación en 66 casos, aunque se presentaron versiones justificadoras. Los desmovilizados reconocieron también que el asesinato de trabajadoras sexuales era una práctica común. 17 En el marco del Auto 092/08, la Corte adoptó órdenes individuales de protección concreta para 600 mujeres desplazadas en el país, víctimas de delitos sexuales entre 1993 y 2008. Por otra parte, solicitó al Fiscal General de la Nación investigar 183 hechos de violencia sexual que fueron tipificados como 107 casos de violación, 36 de tortura, 35 de secuestro, 35 de homicidio, 21 de abuso sexual, 21 de retención ilegal, 12 de esclavización, 11 de desplazamiento, 9 de mutilación, 7 de violencia sexual, 7 de acceso carnal violento y 7 de amenaza (Mesa de trabajo “Mujer y conflicto armado”, 2008). Según Patricia Hernández, fiscal de Justicia y Paz, este ente administrador de justicia tiene a la fecha en sus registros un total de 717 casos reportados por las víctimas, de los cuales solo 65 han sido confesados 18, es así como dentro del marco de este conflicto prolongado, la violencia sexual en contra de las mujeres en Colombia continúa y su nivel de afectación va en aumento. II Informe de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación “La reintegración, logros en medio de rearmes y dificultades no resueltas”. Bogotá, DC, Agosto de 2010. 17 18 ANEXO ENTREVISTA FISCAL DE JUSTICIA Y PAZ PATRICIA HERNANDEZ. 15 Tipo de Víctimas La CIDH ha recibido denuncias de amenazas y otras formas de violencia física, sexual y psicológica en contra de personas homosexuales por los actores del conflicto armado. La organización Colombia Diversa ha puesto en conocimiento de la Comisión, el caso de una pareja de lesbianas en Tolima que desde el 2006 han sufrido amenazas de muerte y daños a su propiedad por el grupo paramilitar AUC debido a su orientación sexual 19La Comisión observa con preocupación que actualmente, las mujeres indígenas y afrocolombianas continúan siendo particularmente vulnerables a actos de violencia y discriminación en el marco del conflicto armado colombiano. Según un informe de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) sobre los derechos humanos de las mujeres indígenas, “La realidad de las mujeres indígenas en Colombia, es que son impactadas doblemente por el conflicto y la violación sistémica de los derechos humanos; ser mujeres e indígenas hace que los efectos y la utilización de las mujeres en la guerra causen daños diferenciados en su vida personal y comunitaria”. De acuerdo con cifras de esta organización, entre 2002 y 2009 más de 1.000 indígenas fueron asesinados por causas violentas, siendo los pueblos más afectados Nasa, Wayúu, Kankuamo, Awá y Embera Chamí. Aproximadamente un 15% (151) víctimas, eran mujeres, niños y niñas. También se reportó que en el mismo periodo 187 mujeres indígenas fueron víctimas de violencia sexual y tortura 20 Colombia Diversa, Situación de los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas en Colombia, 23 de octubre de 2006, recibido en la Comisión el 5 de noviembre de 2006. 19 Organización Indígena de Colombia (ONIC), Elementos sobre la situación de derechos civiles y políticos de los pueblos indígenas en Colombia, 2009, disponible en < http://www.verdadabierta.com/web3/justicia-y-paz/1457violencia-contra-indigenas-ha-empeorado-relator-de-la-onu>, 20 16 Gracias a la primera encuesta de prevalencia “Violencia Sexual en contra de las Mujeres en el contexto del conflicto Armado colombiano”, COLOMBIA 2001-2009, realizado por la ONG OXFAM , podemos evidenciar la tipificación de víctimas de la siguiente manera: TIPIFICACION POR ETNIA DE VÍCTIMAS DE VIOLACIÓN Y ACOSO SEXUAL EN EL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO VIOLACIÓN SEXUAL Etnia Negro Indígena Mestizo Blanco Otro Ninguno Total Total 11507 7140 20914 32399 2732 19873 94565 Porcentaje 12,17 7,55 22,12 34,26 2,89 21,01 100 ACOSO SEXUAL Etnia Negro Indígena Mestizo Blanco Otro Ninguno Total Total 17123 7480 35321 45210 4810 65929 175873 2,74 37,49 100 Porcentaje 9,74 4,25 20,08 25,71 Fuente Encuesta ENVISE Colombia. 2001-2009. Cálculos del estudio A diferencia de los anteriores estudios, la encuesta de prevalencia muestra un panorama más general y los altos niveles de violencia sexual en las diferentes poblaciones, siendo la blanca la más afectada. Mientras en el 2009 organizaciones indígenas denunciaban alrededor de 150 casos, en la Encuesta de Prevalencia se refleja que existen más de 7.000 casos en los dos tipos de agresiones sexuales más comunes. A. Caracterización por Edad Los estudios internacionales adelantados acerca de esta forma de violencia contra las mujeres definen edades entre 15 y 49 años o de 22 y 44 años 21. 21 (ELLSBERG, et. al 2001) 17 Para este fin, en la Primera Encuesta de Prevalencia se tuvieron en cuenta mujeres víctimas de violencia sexual en medio del conflicto colombiano entre 15 y 44 años. Según la misma se estima que 94.565 mujeres entre los 15 y 44 años en 407 municipios del país con evidencia de conflicto armado, lo que equivale al 3,4% del total estimado de mujeres, fueron víctimas de violación en el periodo 2001 – 2009 ESTIMACIONES DE VÍCTIMAS DE VIOLACIÓN Y ACOSO SEXUAL SEGÚN EDAD Y ESTRATO SOCIOECONÓMICO VIOLACIÓN SEXUAL Años 15 – 24 25 - 34 35 - 44 Total Total 30928 30507 33130 94565 Porcentaje 32,71 32,26 35,03 100 ACOSO SEXUAL Años 15 - 24 25 - 34 35 - 44 Total Total 78251 46813 50809 175873 26,62 28,89 100 44,49 Porcentaje ESTRATO SOCIOECONÓMICO Estrato Uno Dos Tres Cuatro Total Total 45894 31183 17488 0 94565 Porcentaje 48,53 32,98 18,49 0 100 Fuente: Encuesta ENVISE Colombia. 2001-2009. Cálculos del estudio. 18 Teniendo en cuenta las apreciaciones de la primera Encuesta de Prevalencia, podemos concluir que las mujeres entre los 15 y 34 años, blancas o mestizas, con primaria o bachillerato incompleto, que habitan viviendas de estrato 1, se encuentran más expuestas a ser víctimas de este tipo de violencia sexual. 22 Mientras organizaciones como OXFAM clasifican las víctimas de violencia sexual tanto por etnia como por edad y estrato socioeconómico, la Fiscal de la unidad de Justicia y Paz Patricia Hernández afirma que son muy pocos los casos que se manejan en torno a víctimas que conforman poblaciones vulnerables, porque no hay un condicionamiento o un enfoque diferencial. La Fiscalía maneja rangos de edad de mujeres jóvenes entre 14 y 20 años. Igualmente, Hernández afirma : “Creo que esa es la característica principal, pero no podría afirmar que mujeres indígenas o afro hayan sido más afectadas, además siempre se aplica en las investigaciones ese enfoque diferencial…” 23 Tratar el tema de Violencia Sexual es describir un enorme muro de silencio que rodea a las víctimas y conlleva a que, en la mayoría de los casos, estas agresiones se mantengan ocultas y de igual manera sean vistas y comprendidas no como agresiones, sino como resultado de algún acontecimiento circunstancial de un delito que se considera mayor, como el desplazamiento forzado. Es por esta razón que es preciso hablar de violencia sexual para generar el efecto contrario que se mantiene en el ideario colectivo de nuestro país y así empezar a denunciar las perversidades a los que son sometidas las mujeres víctimas de violencia sexual en el conflicto armado 22 colombiano. Primera encuesta de prevalencia “Violencia Sexual en contra de las Mujeres en el contexto del conflicto Armado colombiano”. COLOMBIA 2001-2009. Oxfam Colombia. Pag.26 23 Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernández. 19 Capítulo III Violencia Sexual, un delito de lesa humanidad La eficacia de la violencia sexual como instrumento de terror explica en parte su frecuencia en un elevado número de contextos afectados por la violencia armada y política. Y no obstante la reciente preocupación por el tema en Colombia, que ha sido fruto en gran medida de los esfuerzos de las organizaciones de mujeres de lugares afectados por esta violencia, ese interés no se ha traducido de manera suficiente en la protección de las mujeres ni en la investigación de los pocos casos denunciados. Y es así aunque la violencia sexual está definida como un crimen de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI), siempre y cuando implique un “ataque sistemático o generalizado contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque […] en los siguientes términos: violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable” 24 La recopilación y documentación sobre la violencia sexual contra la mujer en el contexto del conflicto armado colombiano empieza a sistematizarse a partir del año 2001, luego de conocerse el informe de la visita al país de la Relatora Especial sobre Violencia contra las Mujeres de las Naciones Unidas. En él, instaba a las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales a que llevaran a cabo investigaciones y publicaran “las conclusiones empíricas sobre incidentes de violencia contra la mujer con el fin de evaluar la verdadera índole del problema al que hace frente la sociedad colombiana” 25 La sociedad civil colombiana asumió el reto y desde entonces se han obtenido algunos avances en la documentación de estos crímenes. A sus esfuerzos se han sumado los seguimientos por partes de instancias de Naciones Unidas, la misión de la Relatora sobre derechos de la mujer de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2005, los informes de organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional en 2004, así como la vinculación de dependencias 24 Estatuto de Roma, art.8 25 Relatora Especial, 2001: p. 29 del Estado 20 como la Defensoría y la Fiscalía. Los tipos de violencia sexual más recurrentes en distintas partes del mundo son las relaciones sexuales sin consentimiento, el hostigamiento sexual, los abortos inducidos sin consentimiento, la mutilación de órganos sexuales y la trata de personas con fines de explotación sexual. En cuanto a las relaciones sexuales sin consentimiento, es importante partir del hecho de que es un tipo de violencia que se comete a través de la manipulación física o psíquica, y en ella el victimario impone una relación sexual o un acto con connotación sexual no deseado mediante la intimidación o aprovechándose de la indefensión de su víctima. Según la organización Sisma Mujer 26, citando datos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLCF), el subregistro en los casos de violencia sexual para Colombia llegaría a ser del 95%. Y de acuerdo con una la publicación de El Tiempo, del 27 de Diciembre de 2008, la Fiscalía General de la Nación, a través de la Unidad de Justicia Y paz, recibió, entre el 2006 y el 2008, 133 denuncias sobre delitos sexuales de paramilitares. No obstante, la mesa de trabajo Mujer y Conflicto Armado (2008) en su VIII informe sobre violencia sexual contra las mujeres en Colombia, asegura que la cifra es mucho mayor, solo en departamentos como Putumayo, Antioquia, Cauca y Arauca, donde grupos paramilitares y de guerrilla han cometido actos de violencia sexual para generar terror. También en Antioquia y Cauca, de acuerdo con una información del diario El Tiempo del 27 de diciembre del 2008, miembros de las Fuerzas Militares cometieron actos de violencia sexual en un claro abuso de poder, y en el Valle, los ejecutaron para obtener información. Dentro de la violencia sexual encontramos el hostigamiento sexual, que se convierte en un arma de guerra en la medida en que es usado para provocar el desplazamiento de la población. Los grupos armados, a través de la intimidación, influyen en la decisión de familias enteras de quedarse o no en sus tierras. Por el temor a que miembros de la familia sean víctimas de violencia sexual, huyen de sus lugares de origen 27 . Lamentablemente este tipo de violencia sexual no es muy documentado, debido a que se relaciona directamente con la idea que cada sociedad construye con relación al cuerpo y la intimidad. Por eso es que las víctimas, en muchos casos, ni siquiera se reconocen como tales. 26 Informe 2008. P.7 27 Pinzón, D., 2006 21 En situaciones de conflicto en las que se tiene como principal objetivo destruir un grupo específico, el aborto inducido sin consentimiento se convierte en una estrategia de guerra, ya que con este tipo de prácticas se logra evitar que nazca la siguiente generación. La Convención para la Prevención y la Sanación del delito de Genocidio (ONU, 1948b) y la Declaración sobre la Protección de la Mujer y el Niño en Estados de Emergencia o de Conflicto Armado (ONU 1974) fueron formuladas en contra de esta práctica. Ambas fueron acogidas por Colombia y la práctica introducida como conducta punible en el Código Penal. Otro tipo de violencia sexual es la mutilación de órganos sexuales. Este tipo de agresión se puede presentar en dos formas: como una estrategia de guerra o como un mecanismo de control social. En el primer caso, la mutilación se ha convertido en una herramienta para infundir terror a las comunidades. En el Código Penal colombiano, la referencia a la mutilación de órganos sexuales se encuentra en el artículo 116. Está tipificada como un delito contra la vida y la integridad personal. “Si el daño consistiere en la pérdida de la función o miembro, la pena será de seis (6) a diez (10) años de prisión y multa de veinticinco (25) a cien (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes” 28. Amnistía Internacional llegó a escribir en uno de sus informes sobre Colombia que la violación y otros delitos sexuales eran prácticas frecuentes de las fuerzas de seguridad estatales y los paramilitares, como una de las piezas del conjunto de tácticas de terror que utilizan contra las comunidades ubicadas en zonas de conflicto, a las que acusan de colaborar con la guerrilla. Estas tácticas, según la organización, son creadas para producir desplazamientos en masa o romper los vínculos, sospechosos o reales, entre dichas comunidades y las fuerzas guerrilleras 29 28 Art. 116- Código Penal 29 2004:3 22 Haciendo un contraste a nivel internacional, encontramos que la mutilación de órganos sexuales ha sido públicamente denunciada, y se encuentra tipificada dentro del Estatuto de Roma como violencia sexual. Igualmente, a nivel regional, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha repudiado dicha práctica a través de convenciones contra los tratos crueles. El otro tipo de violencia sexual es la trata de personas con fines de explotación sexual. El comercio de cualquier tipo de actividad sexual con o sin consentimiento simboliza una grave transgresión a la integridad de las personas. El turismo sexual, el tráfico ilícito de personas y su explotación sexual, son formas de violencia tipificadas a nivel internacional, sobre todo porque no solo se tiene en cuenta el acto de obligar o inducir a terceros a que realicen actos de connotación sexual, sino que además, fomentan el desarrollo de redes de crimen organizado que se benefician económicamente con dicha explotación. La prostitución forzada es una actividad recurrente aún más en situaciones de conflicto armado, ya que quienes están en combate deben saciar su ímpetu sexual y lo hacen a través de violaciones o relaciones pagadas. Para el caso colombiano se ha sabido que los grupos en conflicto reclutan personas para actividades sexuales forzadas, obligándolas a realizar actos degradantes en detrimento de su integridad personal 30. En la zona de Montes de María, por ejemplo, denunciaron que la prostitución forzada fue recurrente durante la presencia del ex paramilitar Marco Tulio Pérez, alias ‘El Oso’, quien en compañía de Rodrigo Mercado Pelufo, alias ‘cadena’, tuvo bajo su control varios departamentos del norte del país. Según publicó El Tiempo en un reportaje especial el 6 de diciembre del 2008, varias mujeres fueron llevadas sin consentimiento a los campamentos paramilitares o a las fincas de los cabecillas, con el fin de retenerlas hasta por 15 días, durante los cuales las obligaron a tener relaciones sexuales. En términos generales todos los informes, pese a haber sido realizados en años diferentes y no siempre con las mismas fuentes coinciden en señalar una serie de características comunes en cuanto a la población afectada por la violencia sexual y el tipo de delitos que se cometen en el marco del conflicto armado colombiano. Sobresalen dos rasgos comunes: todos los actores del conflicto, incluyendo a miembros de la Fuerza Pública, han perpetrado alguna forma de violencia contra la mujer, y la magnitud de estas violaciones es aún desconocida. 30 Revista Semana, 30 de octubre de 2004 23 A partir de la revisión de casos registrados entre enero del 2006 y diciembre del 2007, la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), como observador encargado para la ONU, señaló que: a) Grupos guerrilleros y paramilitares cometieron actos de violencia sexual como estrategia de guerra y para generar terror en las comunidades, en los departamentos de Putumayo, Antioquia, Cauca y Arauca; b) Grupos paramilitares cometieron actos de violencia sexual contra mujeres líderes pertenecientes a organizaciones campesinas y de desplazadas en el departamento de Santander; c) Miembros de la Fuerza Pública cometieron actos de violencia sexual como forma de abuso de autoridad en los departamentos de Antioquia y Cauca; d) Miembros de la Fuerza Pública cometieron actos de violencia sexual acusando a la víctima de tener relaciones afectivas con un guerrillero y como medio para obtener información, en el Valle de Cauca. e) En algunos casos la violencia sexual se realizó al tiempo con otras violaciones a los derechos humanos, por ejemplo precedió al homicidio, o se dio de manera concomitante con hechos de tortura, toma de rehenes y desaparición forzada. Qué ha dicho la ONU sobre el tema Con relación al tipo de violencia sexual relacionado con la trata personas con fines de explotación sexual, la ONU se manifiesta por medio del Protocolo de Palermo para “Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente de Mujeres y Niños (2000b), en el cual se expresa que la trata de personas es: “la captación, el transporte, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de 24 coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación 31. En el ámbito internacional se han estipulado normas para evitar este tipo de violencia, entre las cuales se encuentran el Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena 32, la Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada internacional 33 y el ya mencionado Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional 34. Estos tratados se encuentran ratificados por Colombia por medio de la Ley 747 de 2002, modificada por la Ley 985 de 2005, por medio de la cual se adoptan medidas contra la Trata de personas y normas para la atención y protección de las víctimas de la misma. De igual forma, esta ley modificó el Código Penal definiendo este delito como: “El que con ánimo de lucrarse o para satisfacer deseos de otro, introduzca al comercio carnal o a la prostitución a otra persona” 35. • Qué ha dicho la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) En su Informe anual de seguimiento – LAS MUJERES FRENTE A LA VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN DERIVADAS DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA (2009)-, la CIDH reafirmó la consideración que tuvo en su informe del 2006, expresando que el conflicto armado en Colombia afecta de forma distinta a las mujeres que a los hombres, pues agrava la discriminación y la violencia histórica que las mujeres colombianas han vivido. En dicho informe, la Comisión estableció que todas las características que históricamente han expuesto a las mujeres a ser discriminadas, sobre todo sus diferencias corporales y su capacidad reproductiva, son explotadas y abusadas 31 ONU, 2000b, anexo 2, art. 3 32 ONU, 1949 33 ONU, 2000 34 ONU, 2000b 35 Ley 985 de 2005 art.308. cap. 5 por los actores 25 del conflicto interno colombiano. De igual forma, analizó las distintas expresiones de violencia derivadas del conflicto armado – física, sicológica y sexual-, el impacto en las mujeres víctimas del desplazamiento forzado, el reclutamiento forzado de mujeres y niñas por los grupos al margen de la ley, y la imposición de pautas de comportamiento social por los actores del conflicto, cuyas consecuencias también tienen un impacto diferenciado en la vida de las mujeres. “Este impacto diferenciado de la violencia en las mujeres se caracteriza por embarazos no deseados, abortos forzados, el contagio de infecciones de transmisión sexual, el rechazo y la estigmatización por parte de la comunidad” 36, entre otros. La Comisión analizó también la múltiple discriminación que sufren las mujeres indígenas y afrocolombianas en virtud de su sexo, raza y etnia, situación que persiste y se agrava por las variables del conflicto armado. La CIDH concluyó que había una ausencia de una política estatal integral y de servicios y programas coordinados y multidisciplinarios para afrontar el impacto específico del conflicto armado en las mujeres. Identificó fallas en el diagnóstico y prevención de las consecuencias del conflicto en ellas; encontró una perspectiva homogénea de las mujeres como grupo objeto y beneficiario de protección y servicios estatales; localizó vacíos en la atención humanitaria y los servicios de apoyo a mujeres víctimas del conflicto armado; halló obstáculos en el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia y discriminación por el conflicto armado; priorizó la necesidad de proteger y legitimar el trabajo de las defensoras de derechos humanos de las mujeres; e identificó deficiencias en los procesos de justicia y paz para proteger los derechos de las mujeres en el contexto del conflicto armado. Reconoció el papel fundamental que la Corte Constitucional de Colombia continúa ejerciendo al emitir pronunciamientos favorables para los derechos de las mujeres afectadas por el conflicto armado. Sin embargo, consideró que la violencia ejercida por todos los actores del conflicto interno sigue causando un impacto específico y agrava la discriminación histórica que las mujeres colombianas han vivido. En este sentido, la Comisión expresó con preocupación que las principales manifestaciones de violencia contra las mujeres identificadas en el informe de 2006 y que todavía perduraban en el conflicto colombiano eran la violencia física, sexual y sicológica, el reclutamiento forzado, la imposición de pautas de comportamiento social y el desplazamiento forzado. Dijo que esas 36 VIOLENCIA SEXUAL EN EL MARCO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO: IMPACTO PSICOLÓGICO DE LOS PROCESOS JURÍDICOS http://www.mujeresporlapaz.org/web/pdf/vsconflictoarmado.pdf 26 manifestaciones continuaban afectando a las mujeres de todas las edades, razas y etnias en Colombia. Igualmente llamó la atención sobre el hecho de que el conflicto armado seguía afectando de forma particular a las mujeres indígenas y afrocolombianas por la discriminación histórica que han sufrido. La Comisión hizo notar que persistían desafíos notables para cumplir con las recomendaciones hechas en el informe del 2006 y que uno de ellos era adoptar una política estatal que brindara atención integral y diferenciada a las mujeres víctimas del conflicto interno para garantizar la protección y restitución de sus derechos. Como avances destacó leyes para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres, como la 1275 del 2008 y el Decreto 1290 del 2008, por el que se creó un programa administrativo de reparación para las víctimas de grupos armados ilegales. Sin embargo, la CIDH fue insistente en que seguían los obstáculos para que las mujeres tuvieran acceso a la justicia, así como deficiencias importantes en la atención integral a las víctimas y protección efectiva ante las amenazas y la violencia ejercida por los actores del conflicto armado. “Es preocupante la falta de recursos y las carencias en la capacidad de instituciones claves, como la Fiscalía General de la Nación, para actuar con la debida diligencia en la investigación de casos de violencia de género y sexual ocasionada por los actores del conflicto armado. La CIDH ha tomado conocimiento de que, a pesar de los notables avances en los sistemas y los registros de información estadística, dichos sistemas todavía no reflejan adecuadamente la realidad de la situación de la violencia contra las mujeres a nivel nacional y local, especialmente la magnitud de problemáticas como la violencia sexual causada por los actores del conflicto” 37, dijo la CIDH. “Con relación a los procesos de verdad, justicia y reparación, la Comisión reconoce la creación e implementación del Programa de Protección de Víctimas y Testigos de la Ley de Justicia y Paz en el 2007, pero continúa recibiendo denuncias de que este programa no toma en cuenta las problemáticas específicas de las mujeres víctimas de violencia en el contexto del conflicto armado, y que muchos casos de violencia contra las mujeres investigados en estos procesos continúan en la impunidad” 38. 37 Informe CIDH 2009 Capítulo V http://www.cidh.oas.org/annualrep/2009sp/Cap.5.Colombia.sp.htm 38 Ibíd. 27 Precisamente en su informe del 2006, la Comisión recomendó “adoptar las medidas necesarias para prevenir, castigar y erradicar hechos de violación, abuso sexual y otras formas de violencia, tortura y trato inhumano por parte de todos los actores del conflicto armado” 39. “Otra de las tendencias que la Comisión también observa con preocupación es la incidencia de la violencia sexual en el marco del conflicto armado, siendo las niñas las principales afectadas” 40. Citó un estudio según el cual en el 2008 se realizaron 21.202 informes periciales sexológicos, 929 casos más que en el 2007 (4.3%) Hizo alusión a la violencia sexual perpetrada por los actores del conflicto contra las mujeres indígenas, y llamó la atención sobre que esa era una realidad silenciada. 3. ¿Qué dice el Derecho Internacional Humanitario (DIH)? El Derecho Internacional Humanitario, es decir las normas que regulan el comportamiento de los actores armados de un conflicto y que tiene como objetivo disminuir el sufrimiento de los combatientes y proteger a la población civil, incluye dentro de las infracciones a estas normas la violencia sexual. Condena la violencia sexual contra personas civiles enemigas, integrantes de las fuerzas armadas y personas que las acompañan, prisioneros/as de guerra, durante los conflictos armados internacionales y contra personas que ya no toman parte en los combates durante conflictos armados no internacionales. Así mismo, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF) señaló que en el 2008, el 87% de los dictámenes sexológicos fue practicado a menores de edad, siendo las niñas de 10 a 14 años (31.5%) las más afectadas. De acuerdo con los informes de la sociedad civil, “en los años de 2007 y 2008, se registraron 126 dictámenes sexológicos que tienen por presunto agresor a un actor armado”. Sin embargo, en la mayoría de los casos no se cuenta con información sobre las circunstancias en las que se produjeron los hechos. De la información INFORME “SOMBRA” AL COMITÉ DEL PACTO DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS www.ccprcentre.org/doc/HRC/Colombia/NGO%20Reports/CLADEM_Sp 39 40 Informe CIDH 2009 Capítulo V http://www.cidh.oas.org/annualrep/2009sp/Cap.5.Colombia.sp.htm 28 proporcionada por agentes estatales y no estatales en el periodo de 2007 a 2009, la Comisión observa que los principales perpetradores de la violencia sexual son la policía, las fuerzas militares y los actores ilegales del conflicto armado (guerrillas y grupos paramilitares), de dicha información, también se desprende que la violencia sexual es perpetrada mayormente en acciones militares, enfrentamientos armados y acciones guerrilleras. La Corporación Sisma Mujer ha documentado más de 70 casos de violencia sexual perpetrados en contra de mujeres por actores armados o contra mujeres desplazadas por actores civiles entre el 2006 y 2009. En este sentido, en la mayoría de los casos documentados, las mujeres han padecido secuelas físicas y psicológicas ocasionadas por las agresiones sexuales, como torturas, amenazas, vivencias traumáticas (haber presenciado asesinatos, otras violaciones y agresiones sexuales) así como embarazos no deseados. Así mismo, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas en Colombia continúa registrando casos de violencia sexual contra mujeres y niñas perpetrados por grupos armados ilegales, como el caso del asalto sexual a una menor de 14 años que había sido previamente reclutada por las FARC-EP en Palmira (Valle del Cauca). En dichos informes se reporta que la violencia sexual ha continuado por parte de los grupos paramilitares durante los procesos de desmovilización, lo que significa que los perpetradores siguen ejerciendo control sobre la vida y el cuerpo de las mujeres afectadas por el conflicto armado. 4. Qué dice el Código Penal Colombiano El Código Penal Colombiano, por su parte, define a la Violencia Sexual en los artículos 137 al 143 como acceso carnal, la penetración del miembro viril en órganos sexuales, así como la penetración en órganos sexuales de cualquier otra parte del cuerpo humano u otro objeto. Cabe resaltar que el acceso carnal y los actos sexuales violentos no hacen parte de la normatividad colombiana sobre violencia intrafamiliar, debido a que se considera que están tipificaos dentro de la legislación sobre violencia sexual y actos sexuales abusivos del código penal. Actos como la felación bajo amenaza, quedan invisibilizados bajo el concepto de acto sexual violento como un todo, debido a que como vimos anteriormente solo se hace énfasis a las acciones que involucran los órganos 29 sexuales de hombre y mujeres. “La felación constituye una violencia sexual proporcionada por quien es físicamente más fuerte o está armado o dispone de un poder inapelable y viola la identidad humana de la víctima, viola un segmento fundamental en el proceso de humanización, aquel que constituye el recinto de las palabras” 41 Al revisar el Código Penal Colombiano, se observa que una nota del artículo 212 aclara que existen formas de acceso carnal, sin embargo, estos quedan sujetos a una nota aclaratoria, mientras el acceso carnal violento presenta todo un desarrollo jurídico y penal. Colombia cuenta en la actualidad con un marco normativo dotado de herramientas jurídicas para la garantía y protección de los derechos humanos de las mujeres: la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer desde 1982, el Protocolo Adicional II de la Convención de Ginebra en 1994, la Convención de Derechos Humanos de Viena de 1993, la Convención de Belén do Pará ratificada en 1996. Por otra parte, en el escenario del conflicto armado, el nuevo Código Penal, en el título II, tipifica los delitos contra personas y bienes protegidos por el DIH incluyendo la penalización de distintas modalidades de violencia sexual. Sin embargo, la falta de reconocimiento social de las mujeres como sujetos iguales en dignidad y derechos, los estereotipos de género que realzan la discriminación contra la mujer, y la constante aprobación social de la superioridad de valores tales como la agresión, el dominio y la fuerza, culturalmente atribuidos a lo masculino, aumenta la vulnerabilidad de las mujeres, las jóvenes y las niñas frente a la violencia sexual en medio del conflicto armado. Confirmar los vacíos de información que existen en cuanto al tema de violencia sexual contra las mujeres en el conflicto armado en Colombia, es uno de los descubrimientos más preocupantes. Podemos afirmar que el análisis que se ha hecho del conflicto armado en Colombia ha invisibilizado a las mujeres. Su participación en la guerra no ha sido ni siquiera registrada por estos análisis y no sólo en los académicos, sino también los medios de comunicación 41 ignoran su presencia Gilberti,E.,2006:12 30 en esta realidad colombiana. La Fiscal de Justicia y Paz Patricia Hernández, afirma que hasta la fecha se llevan 717 casos reportados por las víctimas, de los cuales solo 65 han sido confesados por los victimarios. Igualmente, Hernández es consciente de que las ONG, la CIDH en sus diferentes informes y la relatora especial han determinado que son muchos más. 42 Poco a poco algunos casos han visibilizado la situación tan preocupante que viven las mujeres en medio del conflicto en nuestro país y, aunque todavía son muy pocas, ellas marcan el inicio de la reflexión sobre el conflicto armado en Colombia en perspectiva de género. 42 ANEXO ENTREVISTA FISCAL PATRICIA HERNÁNDEZ 31 Capítulo IV La Violencia Sexual en Medio del Conflicto Armado y su Trámite en Justicia y Paz “Ellos (los paramilitares) te confiesan 50 mil masacres, te confiesan muchas cosas, pero no te confiesan Violencia Sexual” 43 Patricia Hernández Fiscal 15 Justicia y Paz La desmovilización de los paramilitares en Colombia, entre el 2003 y el 2006, a raíz de un acuerdo entre los jefes de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y el entonces gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se dio sobre la base de que no ocurriría con estos grupos lo que había ocurrido hasta entonces en el país: que las organizaciones armadas ilegales hacían procesos de paz con los gobiernos bajo la figura de indultos y amnistías, sin que ninguno de los miembros de esos grupos respondiera ante la justicia por los crímenes atroces cometidos en la vida armada. Es decir que el pacto de paz con los paramilitares se enmarcaría dentro de un proceso de justicia transicional, en medio del cual ellos confesarían sus delitos, repararían a las víctimas y a cambio tendrían una pena alternativa de máximo 8 años. En ese momento, la legislación vigente en Colombia para abrir la puerta a diálogos con grupos armados era la Ley 782, que consideraba amnistía y e indulto para delitos políticos y otros relacionados. Era necesario entonces diseñar una ley que abarcara los postulados de verdad, justicia y reparación y fue así como se tramitó en el Congreso la que ahora es conocida como Ley de Justicia y Paz, o Ley 975 del 2005. Bajo este marco jurídico, los paramilitares se Entrevista Patricia Hernandez, Fiscal Justicia y Paz: encargada de la documentación del Bloque Mineros de las AUC. Fiscal designada por la Unidad de Justicia y Paz para recoger los casos de Violencia Sexual. (Ver anexos) 43 32 comprometían a no volver a delinquir, a contar las atrocidades cometidas en medio de la guerra y a entregar sus bienes para reparar a sus víctimas. Como se ve, lo más importante de esta nueva herramienta era que no habría “perdón y olvido” para los delitos de lesa humanidad y los crímenes de guerra, entendidos, respectivamente, como delitos que por su gravedad ofenden a la humanidad entera, y como las infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH), que regula la guerra. La ley regula lo relativo a la investigación, procesamiento, sanción y beneficios judiciales de las personas pertenecientes a grupos armados organizados al margen de la ley, como autores o participantes de hechos criminales llevados a cabo durante la pertenencia a esos grupos. Dentro de este proceso, se define como víctima a la persona que de manera individual o colectiva haya sufrido daños directos como lesiones temporales o permanentes que generen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o detrimento de sus derechos fundamentales. Estos daños deberán ser resultado de acciones realizadas por grupos armados organizados al margen de la ley. Dentro de los derechos de las víctimas y de acuerdo con las disposiciones legales vigentes, el Estado tiene el deber de realizar una investigación que sea efectiva y que conduzca a la identificación, captura y sanción de las personas que son responsables de delitos cometidos por los miembros pertenecientes a grupos armados al margen de la ley; de igual forma, las víctimas de esos delitos deben tener el acceso a recursos que sean eficaces para que reparen el daño y se les debe garantizar las medidas necesarias para evitar la repetición del daño sufrido. La sociedad y especialmente las víctimas, tienen el derecho de conocer la verdad sobre los delitos cometidos por los grupos armados organizados al margen de la ley, por ende, las investigaciones y los procesos judiciales sobre los que la Ley de Justicia y Paz se aplique deben promover la investigación de lo que le ocurrió a las víctimas e informar a sus familiares eficazmente. 33 Dentro del procedimiento que establece la ley de Justicia y Paz, los servidores públicos deben tener las herramientas necesarias para que se asegure el esclarecimiento de la verdad sobre los hechos que son objeto de investigación y así se garantice la defensa de los procesados. La Unidad Nacional de la Fiscalía para la Justicia y la Paz creada por esta ley, tiene la obligación de investigar, por conducto del fiscal delegado para el caso, con el apoyo del grupo especializado de policía judicial, las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que tuvieron lugar las conductas punibles; las condiciones de vida, sociales, familiares e individuales del imputado o acusado y su conducta anterior; los antecedentes judiciales y de policía, y los daños que individual o colectivamente haya causado de manera directa a las víctimas, tales como lesiones físicas o sicológicas, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de derechos fundamentales. 44 La Unidad de Justicia y Paz está conformada hoy por 59 fiscales en todo el país. La idea es que haya uno para cada uno de los 34 grupos paramilitares desmovilizados. “Cada fiscal tiene la competencia y la misión de investigar y documentar todo el accionar delictivo de un bloque que se ha desmovilizado. 45 La fiscal Patricia Hernández fue designada dentro de la unidad como la encargada de los casos de violencia sexual, además de que maneja la información sobre el ‘Bloque Mineros’ de las autodefensas, que actuaba en Antioquia y Córdoba. La designación de una fiscal para el caso específico de la violencia sexual indica, de alguna manera, que el tema ha tomado importancia para la Fiscalía General de la Nación dentro del proceso de Justicia y Paz. 44 Tomado de http://www.fiscalia.gov.co/justiciapaz/Documentos/Normativa/LEY_975_250705.htm 45 Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernández 34 Si bien la ley que tiene este nombre también puede aplicarse a guerrilleros desmovilizados que tienen delitos de lesa humanidad, el grueso del trabajo está dedicado a las confesiones de los paramilitares desmovilizados postulados a Justicia y Paz por ser autores de delitos atroces y crímenes de guerra. Las dificultades detectadas hasta ahora en Justicia y Paz Hasta la entrega de este trabajo, finales de mayo del 2001, cerca de 340.000 víctimas habían pedido reparación dentro del proceso de Justicia y Paz. Habían denunciado, entre otros delitos, homicidios, desplazamiento forzado y desapariciones forzadas. Pero llama la atención que la Fiscalía de Justicia y Paz solo tenía reportados 717 casos de Violencia Sexual. Y de estos, 65 habían sido confesados en medio de las versiones de los paramilitares, es decir, ni el 1 por ciento de los casos. La fiscal Hernández asegura que los colegas encargados de manejar casos de violencia sexual dentro de Justicia y Paz tienen limitaciones para la documentación de los casos, no sólo de violencia sexual contra la mujer, sino de toda forma de violencia contra la mujer en el conflicto armado. Admite que este problema, sumado a la falta de capacitación de los funcionarios para el tema “han impedido la visibilización de los casos (de violencia sexual) ocurridos” 46. Asegura que para contrarrestar estas dificultades, “la Fiscalía General de la Nación en la Unidad de Justicia y Paz dispuso la capacitación de todos los funcionarios en un taller de sensibilización, tanto de conocimiento de género, como la investigación y el abordaje con las víctimas en este caso mujeres”. 47 46 Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernandez 47 Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernandez 35 Hernández sostiene que la invisibilización de la violencia sexual cometida contra las mujeres en medio del conflicto armado surge desde ellas mismas. “Las mujeres, pese a todos los esfuerzos que hace la Fiscalía para trasladar a los fiscales a los lugares más recónditos, hasta los corregimientos, la vereda más inhóspita para que todas las víctimas puedan reportar sus hechos, no es fácil que una mujer se levante y diga: ‘yo fui violada”[...] en muchos casos dicen: ‘nosotras no queremos saber nada de esto, no queremos saber nada del proceso de Justicia y Paz, no queremos denunciar nuestros casos’. (La violencia sexual) es un delito que viola la intimidad de tal manera que no es fácil socializarlo con otras personas, menos con un funcionario judicial al que ven por primera vez y que es un desconocido”. 48 Diana Montealegre, líder de la campaña responsable de la primera encuesta de prevalencia sobre violencia sexual en medio del conflicto, realizada por la Ong Oxfam, afirma que son varias las dificultades de las mujeres víctimas para acceder a la justicia. Empiezan por la distancia espacial de las instituciones y pasan por la estigmatización social, el sentimiento de culpa , y lo más preocupante, que cuando las mujeres deciden tocar las puertas del aparato judicial se ven enfrentadas al maltrato de los funcionarios públicos. El maltrato y la desconfianza de funcionarios judiciales al recaudar las pruebas, hacen que las mujeres desistan de buscar justicia. Montealegre habla de “los patrones culturales de los funcionarios públicos como fallas estructurales, en términos de capacidades técnicas para responder a un delito como este. Desde el momento en que se toman las pruebas hasta como se conduce toda la investigación, porque de los pocos casos que son denunciados hay un porcentaje muy mínimo en el que ha habido respuesta en el sentido de investigar los hechos, identificar al responsable, condenarlo y reparar a la víctima”. 49 La fiscal Hernández sostiene que la Unidad de Justicia y Paz está trabajando para superar obstáculos jurídicos y extrajurídicos. Ella considera que para resolver los casos de violencia sexual, es necesario manejar distinto la investigación en términos probatorios y dejar de considerar, por ejemplo, como prueba reina, el dictamente de Medicina Legal, sobre todo porque los casos denunciados ocurrieron hace mucho tiempo. “Uno debe estar acorde con la 48 Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernandez 49 Anexo entrevista Diana Montealegre 36 nueva realidad y la normatividad que se maneja actualmente. Yo no llamaría esto fallas sino obstáculos, y lo importante es poder superarlos”. 50 Organizaciones que trabajan con víctimas a veces son un obstáculo Hernández también encuentra como obstáculo para el manejo y visibilización de casos de violencia sexual el comportamiento de algunas organizaciones de mujeres que asesoran a las víctimas. “Hacen las denuncias como una forma de hacer esa catarsis en cuanto al hecho” 51, pero no trabajan de la mano con la Fiscalía para ayudar al esclarecimiento de los hechos. Hernández se pregunta: “¿Por qué no nos dan los casos y nosotros los documentamos?, 52 a lo cual las organizaciones responden argumentando que “las mujeres no quieren, las mujeres sólo han venido acá para hacer este proceso pero no quieren tener nada que ver con la justicia” 53. Hernández asegura finalmente que para un fiscal encargado de un caso el primer contacto con la víctima es demasiado complicado, debido a la desconfianza, a la poca credibilidad de la justicia colombiana, a la ausencia de empatía y sobre todo a la falta de creación de lazos de solidaridad. Si bien la violencia sexual es un delito importante para la Fiscalía de Justicia y Paz, esta unidad sostiene que es prioridad todo lo que sean agresiones contra las mujeres. “No solamente la violencia sexual es la expresión más atroz, o la de mayor impacto dentro de los crímenes cometidos contra las mujeres. Hay muchísimos casos que se cometieron y eso lo tenemos claro y es una obligación nuestra investigarlo” 54, sostiene Hernández 50 ANEXO Fiscal Patricia Hernandez 51 Anexo Fiscal Patricia Hernandez 52 Anexo Fiscal Patricia Hernandez 53 Anexo Fiscal Patricia Hernandez 54 Ver Anexo Entrevista Fiscal Patricia Hernández 37 Si la agresión sexual no está en el Código Penal Colombiano, se castiga con base en normas internacionales Los delitos de violencia sexual no tienen que estar tipificados en el Código Penal Colombiano. Para castigarlos dentro del proceso de Justicia y Paz se puede recurrir a otros mecanismos como el Derecho Internacional Humanitario, que considera la agresión sexual en medio del conflicto como un crimen de guerra. Adicionalmente, la Fiscalía puede interpretar la cláusula residual de los artículos 7 y 8 del Estatuto de Roma para abordar la desnudez forzada. “Nosotros no la tenemos contemplada (la desnudez forzada) como crimen en nuestra legislación. Pero podemos decir que esa puede ser una tortura o puede ser otra conducta. Entonces no solamente castigamos los delitos que están en el Código, hay otras formas de violación de los derechos humanos de las víctimas a los que tenemos que darles una nominación jurídica porque no puede quedar eso así. Hay temas como la servidumbre doméstica, hay muchas cosas que afectan a las mujeres y que la Fiscalía está en la obligación de investigar y judicializar”, señala Hernández. 38 Testimonios de la Barbarie contra las Mujeres en Medio del Conflicto El temor de las mujeres a denunciar las agresiones sexuales que han sufrido en medio del conflicto armado, la negación a revivir los momentos de humillación y el miedo a ser estigmatizadas por la sociedad y la propia justicia, fueron también un obstáculo para conseguir testimonios de primera mano para este trabajo. Pero para dejar constancia de la tragedia que han vivido muchas mujeres por cuenta de los grupos armados colombianos, recogimos testimonios entregados a organizaciones sociales y a algunos medios de comunicación. En ellos se refleja toda la barbarie que han sufrido y se ve claramente que la violación no ha sido el único caso de violencia sexual cometido en medio del conflicto, para mostrar poder, aterrorizar o humillar. Testimonio de “Leidy” víctima de 25 años, en Bello Oriente, Comuna Nororiental de Medellín "El 24 de noviembre de 2002 cuando cumplí 18 años, las Auc marcaron mi vida. Vivía en el sector de Bello Oriente, en la Comuna Nororiental de Medellín, y cuando caminaba por la calle me agarraron seis tipos, todos armados y con brazaletes de las Auc. Me vendaron los ojos y me montaron en un carro, mientras uno de ellos decía: '¡Es el objetivo, es el objetivo!'.Empezaron a insultarme y a pegarme, querían que confesara que era guerrillera pero yo les suplicaba y les decía que no, que no era. Como no me creían, me golpeaban más y más. Luego me llevaron a un sitio y me violaron todos, uno por uno, por turnos, hasta que casi perdí el sentido. Después, con una navaja o cuchillo, no sé, empezaron a cortarme las piernas, los senos y las nalgas. Yo no paraba de gritar pero ellos seguían. Con el mismo cuchillo me marcaron el brazo izquierdo con las siglas de las Auc. No sé cuánto tiempo pasó hasta que por fin me soltaron. Me dijeron que me fuera del barrio y que si me atrevía a hablar me mataban y también a mis hermanos. 39 Desconsolada, no le conté a nadie hasta que se me apareció un 'angelito' y entonces denuncié el caso ante una organización de mujeres que me acompañó en el proceso de recuperación. Luego, con su apoyo, hice la denuncia ante la Fiscalía. El problema es que es difícil demostrar la violación porque ha pasado mucho tiempo. Estoy a la espera de que se haga justicia. Mi caso lo denunció hasta Amnistía Internacional en un informe, pero sigue en la impunidad". 55 Testimonio víctima de Antioquia Allá donde yo vivía era tierra fría y todo estaba nublado. Estábamos acostumbrados al trato de los paramilitares, ellos llegaban a la casa y nos insultaban. Nos decían tantas cosas groseras que usted no se imagina. Nos empujaban, nos dañaban las cositas de la casa y se nos robaban lo que les llamara la atención: animales, ropa, cualquier cosa..... Un día cuando menos pensé, me encontré con los paramilitares. No me pareció extraño porque siempre se mantenían en la vereda, yo seguí caminando y cuando iba pasando salieron detrás a cogerme. Salí corriendo pero se me fueron encima y uno de ellos me tiró contra un 55 Relato tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/818/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLYPRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4856710.html 40 barranco. Yo nunca pensé que me iba a pasar esto. Ellos eran muy agresivos con nosotros pero llegar a eso, no creí. Cuando me tiraron al barranco me empezaron a golpear. Me pegaron mucho y muy fuerte, yo pensé que me iban a matar. Después me amarraron y me taparon la boca. Yo tenía una sudadera y una chaquetica y me aferraba a ella con toda mi fuerza, pero ellos me arrancaron la ropa. Lo único que hacía era llorar y pedirles que no me hicieran nada. Lloraba y lloraba y más me pegaban. Me tapaban tan fuerte la boca con sus manos que no me dejaban casi ni respirar. Me desnudaron y con los fusiles me apuntaban, me amenazaban y me decían que me iban a matar. Yo no podía ni gritar, sentía que me ahogaba. Empezaron a violarme y pensé que ellos no me iban a matar, sino que yo no iba a aguantar y me iba a morir. Perdí la cuenta de cuántos me violaron. Fueron como siete u ocho, la verdad no sé…Eso fue muy horrible. Yo lo único que hacía era rezar en mi mente y pedirle a Dios que me ayudara y no me dejara morir. No podía hablar porque tenía la boca tapada. Cuando menos pensé me dejaron tirada y se fueron. Yo no lo podía creer. Me paré, me vestí como pude y me fui para mi casa. Yo llegue a mi casa y no le dije a nadie lo que me había pasado. Me fui a mi cama a llorar. Mi mamá me preguntaba que me pasaba y yo sólo lloraba. Al otro día le conté a mi abuelo, pero a nadie más y le pedí que no dijera nada. Los primeros días me dio muy duro lloraba todo el tiempo, no comía ni dormía. No le encontraba sentido a nada. Me despertaba pensando que ya iban a entrar por el zarzo. Soñaba todas las noches que me estaban violando. Si salía al baño era como si los viera en el corredor o en el potrero, era una cosa horrible. A los días mi mamá se dio cuenta porque me veía llorando y sin hablar. Yo no les había contado porque les iba a doler demasiado. Eso para los papás es muy duro. 56 56 http://www.reporterosdecolombia.net/node/253 41 Testimonio víctima de la Vereda El Bongal. Los paramilitares llegaron a la casa de una familia compuesta por el padre, la madre, tres hijas (8, 16 y 26 años), dos hijos (10 y 17 años) y un nieto (37 días de nacido). Eran como las 8 de la noche. Lo primero que hicieron fue tirar las lámparas de gas al suelo para dejar a la familia en la oscuridad: “Nos dijeron que saliéramos. Nos tiraron al suelo y a mis hijos también. A todos nos pusieron un fusil, incluso a los niños. La niña de ocho años lloraba en silencio y temblaba, pensaba que nos iban a matar. Mi marido preguntaba qué pasaba y lo cogían con la bota en el cuello y lo apretaban contra el suelo y le gritaban que se callara. Nada más hablaba uno, ese mismo preguntaba y decía todo. Nos preguntaban que dónde estaban las armas. Nosotros les decíamos que buscaran si querían en la casa, que lo único que teníamos eran los machetes de trabajo. A mi hija de 16 años la tiraron al suelo, la separaron de la hermana y la pusieron distante. Ella estaba envuelta en una sábana y así se la llevaron. Le rogaba a la hermana que no la dejara ir sola. Ellos le dijeron –a ti no te va a pasar nada, te vamos a hacer unas preguntas y te vamos a regresar–. Después que se la llevaron, escuché unos disparos. En la mañana del 17 salimos a la vía y como a cuatro kilómetros la encontramos a ella. Estaba muerta, boca arriba, tenía un disparo en la cara. Todo el cuerpo lleno de moretones, los brazos, las piernas, la cara…¡todo! Quedó sin brasier y el panti a media canilla. Medicina Legal confirmó la violación” 57. ____________________________________________________________________________ 57 http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/csociales/tesis46.pdf 42 Testimonio de “Ariana” mujer de 21 años, víctima de Prostitución Forzada "Estaba en octavo de bachillerato y no tenía posibilidad de elegir: o me iba de manera voluntaria con los paramilitares o me llevaban a la fuerza. Me escogieron por ser la niña bonita del colegio y terminé en una finca en Córdoba de la cual no quiero acordarme. Ellos decidieron que yo tenía que ser puta. Allí estuve prostituida forzadamente durante tres años, desde 2003. Me mandaban a otras fincas de los comandantes de las Auc y a cambio me daban un pago que no estaba pidiendo, entre 200.000 y un millón de pesos. Por otras pagaban 50.000. Crecer como mujer en ese lugar significaba ser propiedad de ellos. Tenía que portarme bien y seguir viviendo en el pueblo ante la mirada estigmatizadora de la gente que pensaba que yo era una cualquiera y que no sabía que estaba allá obligada. Pero era que yo no quería terminar como algunas muchachas a las que desaparecieron o masacraron y terminaron en el río y en las fosas. En 2006 pude escaparme con un conductor que me ayudó. Puse mi denuncia en Justicia y Paz. Ahora estoy desplazada y todos los días tengo pesadillas con ellos y ruego para que no me encuentren". 58 Testimonio de “Mayerly” trabajadora sexual, víctima de 36 años. "En enero de 1994, 30 paramilitares ingresaron al local donde laboraba desde hacía seis meses como trabajadora sexual. Mi compañero me dejó, tenía dos hijos para alimentar y por eso estaba allí. Quedé horrorizada porque había escuchado que cogían a las prostitutas y hacían cosas tan horribles con ellas, que quedaban hasta fracturadas y que a otras las jodían y después las mataban. Muchas compañeras están muertas porque ellos decían que había que limpiar esto de basura. Uno de ellos, el comandante, se me acercó y me preguntó que cómo así que no quería trabajar. Me llevaron a un cuarto y me tuvieron desde las dos de la tarde hasta las 11 de la noche, me hicieron las cosas más terribles que se le pueden hacer a una mujer. Cuando trataba de defenderme me pegaban con el mango del arma. Luego empezaron a herirme todo el cuerpo con el pico de una botella. Relato tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/818/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLYPRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4856710.html 58 43 Cuando se fueron, llegó otro cliente que no era paramilitar y me llevó a un hospital. Nadie dijo nada, nadie preguntó quién me había hecho eso. Un día tomé Furadán (herbicida) y decidí irme de este mundo y dejarle los niños a mi mamá, pero no funcionó y tuve que vivir. Entonces resolví contar lo que me había pasado pero la única frae de apoyo que recibí fue: 'Usted se lobuscó por andar trabajando en eso'. Aun así, me dediqué a ser mamá y a trabajar dignamente. Tardé 14 años en poner la denuncia, pero no se ven resultados porque las prostitutas, o las que lo fueron, no parecen tener derecho al respeto. La denuncia la trasladaron a la Fiscalía del pueblo de donde huí y no puedo comparecer ante ese despacho porque los 'paras' siguen acechando". 59 Testimonio de “Magdalena”, víctima de Embarazo no deseado, 23 años. “Hace tres años llegó una camioneta a mi casa. Empezaron a patear la puerta y abrí. Eran paramilitares. Revolcaron toda la casa buscando algo, preguntaron por mi papá y dijeron que tenía que dar la cara. Les dije que no estaba y que ya les había pagado suficiente, que no había nada más que darles. No entendieron razones, me golpearon y uno de ellos me violó delante de mi hermana y de mi tía. Cuando terminó me dijo: 'Dígale a su papá que este es el principio'. Quedé embarazada. Tuve una niña que nació baja de peso después de un parto traumático. Cuando me la pusieron en mis brazos vi en su rostro al papá y la rechacé, le dije a mi madre que no la quería, que me ayudara a cuidarla. No creo que pueda superar esa experiencia y aunque me está ayudando una psicóloga, para mí es duro tener hombres cerca. No les tengo confianza, creo que no voy a tener pareja en mucho tiempo porque mi parte sexual está dormida. La niña no tiene la culpa de nada, la veo crecer, trato de quererla". 60 Relato tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/818/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLYPRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4856710.html 59 Relato tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/818/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLYPRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4856710.html 60 44 Testimonio de víctima entrevistada por Amnistía Internacional "Cuando iba en la mitad del camino salieron cuatro muchachos, contó una de las jóvenes entrevistadas por Amnistía. Tenían la cara cubierta y me preguntaron si quería bailar. Me dio miedo y dije que no. Entonces me preguntaron si en mi casa atendíamos al Ejército que acampaba al lado y les dábamos agua. Yo respondí que no podíamos negarle el agua a nadie y que si ellos nos pedían también les dábamos. Preguntaron si tenía novio en el Ejército. Les dije que no. De ellos, el que más hablaba me arrastró hasta una casa abandonada que quedaba más abajo y cuando me quise resistir me tapó la boca. Me dijo que si gritaba o si yo abría la boca, se desquitaban con mi familia o se llevaban a mis hermanitos. (...) Me quedé quieta, no hice fuerza por defenderme, ni les dije nada, ni grité nada porque tenía miedo. Él me violó y me dijo que eso era un recuerdito para que no olvidara que ellos no hablan en vano, que ellos cumplían su palabra 61 ___________________________________________________________________________ Testimonio de “Ana” víctima de Violación Sexual “No preguntaron nada. Sacaron a mi marido, en ropa interior, lo amarraron. A mí me apartaron y abusaron de mí. Solamente me decían perra, esa era la palabra que más escuchaba Yo les suplicaba que vieran mi estado, estaba embarazada. Se reían a carcajadas Tras huir a otro lugar con sus hijos, Ana necesitó recurrir a una sentencia de la Corte Constitucional para obligar a la Fiscalía a abrir una investigación. Miembros de un organismo de seguridad la ubicaron y la citaron a la misma región donde había sido violada. Días después, un periódico regional divulgó su foto, su historia y el pueblo donde vivía. “Después de eso ya no confío en nadie, di esas declaraciones pero no pensé que me iban a sacar en un periódico; nunca me preguntaron si estaba de acuerdo; dijeron hasta donde me encontraba y lo que me había ocurrido” . Ese día empezaron sus problemas. La llamaron varias veces diciéndole que sabía en qué andaba y donde estaba. Después de semanas de intimidaciones telefónicas Ana recibió una carta con un dibujo intimidatorio: una cruz, un revólver y un águila, en la misiva le Relato tomado de: http://www.semana.com/wf_ImprimirArticulo.aspx?IdArt=82629 61 45 daban 72 horas para salir del pueblo. “Ahí me vi acorralada, me di cuenta que me iban a matar”. 62 __________________________________________________________________________ Testimonio de víctima de Tulúa, Valle del Cauca “Era de noche. Llegaron dos hombres armados que vestían prendas militares, camufladas y armas… Se llevaron a mi esposo fuera de la casa y todo el tiempo le apuntaron el arma… Yo logré calmar a la niña y la arrullé hasta que se durmió. Entonces el hombre me sacó de la habitación y me llevó al corredor para interrogarme, me amenazó con matarme si no me dejaba. Me quitó la ropa, me tapó la boca y me forzó. Me violó. Luego me dijo que me vistiera y también dijo: “Aquí no pasó nada. Las mujeres, al fin y al cabo, son para esto.”63 Testimonio de víctima de Bogotá “Llegaron a la ciudad los paramilitares, congregaron a todos, pusieron música y empezaron a beber. Mataron unos pollos, violaron a algunas mujeres, dieron muerte a unas cuantas personas y bailaron. Los paramilitares llevaban pasamontañas, obligaron a las mujeres a cocinar para ellos y únicamente violaron a las jovencitas. La fiesta se prolongó cuatro días y los cadáveres empezaron a pudrirse en las calles. Quemaron a algunos de ellos para que no se pudieran identificar. Oímos sobrevolar a un helicóptero pero no pasó nada hasta el cuarto día. Los paramilitares se quitaron los pasamontañas y dijeron que había llegado el ejército, entonces vinieron automóviles, fiscales y persona 62 de la Cruz Roja” 64. http://www.verdadabierta.com/nunca-mas/nuncamas/1966-violadas-por-los-paras-ahora-amenazadas http://portal.ajintem.com/derechos-humanos-de-las-mujeres/28073-tribunal-internacional-denuncia-encolombia-las-mujeres-son-violadas-asesinadas 63 64 http://www.otromadrid.org/imprime/10969/ 46 ______________________________________________________________________________ Testimonio de víctima, Valledupar, Cesar “No sé quien recogió el cadáver. La había enterrado como N.N (desconocida). Los AUC habían puesto la plata para la urna, porque así hacen ellos. Los indígenas que vivían cerca del jagüey (pozo) habían escuchado sus gritos. Me contaron que mi niña les decía ¡no me maten, yo no les he hecho nada a ustedes! Y que me llamaba. Los paramilitares le gritaron: ¡qué mami ni qué carajo, si es por tu mamá que viene todo esto! Le cortaron los pechos… Yo era dirigente de la ANMUCIC (Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia)". En las delicias también mataron a una niña de 10 años, la degollaron y mutilaron. Fue por los días que mataron a mi hija. A otra muchacha indígena de 16 años le cortaron los senos por esos mismos días. Querían hacer notar su presencia. Todas eran niñas indígenas. Para los indígenas, en cualquier guerra las mujeres, los niños y los ancianos deben ser respetados. Están horrorizados. 65 De igual manera, la Fiscalía de Justicia y Paz ha sido fundamental para esclarecer muchos de los crímenes ejecutados por los grupos paramilitares en sus años de dominio territorial en diferentes regiones del país. A continuación un aparte de uno de los procesos adelantados contra Ever Veloza alias ‘HH’, jefe del Bloque Bananero que operaba en el Urabá antioqueño. Intervención de Fiscal de Justicia y Paz en el proceso contra Éver Veloza García, alias “HH”, 27 de noviembre de 2007 (…) ellas tienen una inquietud y es la violencia de género, es decir, la violencia que se haya podido ejercer sobre las mujeres teniendo en cuenta que muchos hechos de los cuales fueron víctimas las mujeres por la misma afectación psicológica moral y física que se genera, muchas no se atreven a hacer sus denuncias públicas. Pero sí hay conocimiento de que muchos hechos ocurrieron como violaciones a las mujeres, violaciones a niñas, como que la mujer llegó a ser botín de guerra en muchos casos. Por eso encontrará usted siempre esas preguntas de manera reiterativa, en cada uno de los hechos de los cuales se pregunta y además que son preguntas que ya en anteriores ocasiones ha hecho este despacho frente a si ocurrían las violaciones, si este hecho era permitido, cómo se sancionaba a los hombres que cometían estos hechos sobre 65 http://www.intermonoxfam.org/es/page.asp?id=3631 47 los cuales yo le solicito nuevamente cuando usted se reúna con sus hombres o con los hombres que estaban bajo su mando y que usted desmovilizó indagar por estos hechos que son preocupación de las mujeres Urabá. 66 del Versión libre de Éver Veloza García, alias “HH”, 27 de noviembre de 2007. En este caso, la Fiscal se estaba apoyando en las preguntas formuladas por la organización no gubernamental Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz. 66 48 Capítulo V CONCLUSIONES El desarrollo de esta investigación permitió establecer que la violencia sexual contra las mujeres ejercida por actores armados es un universo de desconocimiento, temores y de incertidumbre que impide dar a conocer una cifra certera de mujeres afectadas por este crimen. Mientras los organismos gubernamentales argumentan estar haciendo el mejor esfuerzo por conocer los casos que implican este tipo de delito, las organizaciones civiles denuncian poca eficacia en las investigaciones por parte de los entes gubernamentales encargados. El panorama de la violencia sexual en Colombia, según los representantes de las víctimas en el proceso, se caracteriza por una total falta de acceso a la justicia y desconfianza en los organismos judiciales, lo que genera un recelo entre las instituciones para compartir información y llevar una misma documentación de casos. Lo anterior lo encontramos preocupante debido a la creación de una invisibilidad, lo cual finalmente genera las tensiones entre unos y otros responsabilizándose mutuamente por la ineficacia y que dejando a las víctimas sin una solución real. De igual modo, esta investigación encuentra que pese a la presión internacional ejercida especialmente por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y por organizaciones de la sociedad civil, no es posible generar una agenda con el Gobierno colombiano para la definición de una política pública integral que busque la protección de las mujeres víctimas y la reparación de las mismas. No obstante, el principal obstáculo que se demuestra a lo largo del trabajo es la poca articulación interinstitucional que los diferentes organismos gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil tienen en cuanto a la definición del delito de violencia sexual, sus categorizaciones, así como las respectivas condenas. 49 Durante el trabajo, se han expuesto de manera constante los estudios de organizaciones internacionales y organizaciones de la sociedad civil colombiana, que denuncian el gran impacto que la violencia sexual ha generado en la población civil y la presunta impunidad que en estos se alberga. Preocupa en el desarrollo de la investigación, el conflicto que genera la categorización de delitos o de posibles delitos cometidos contra las mujeres. Si bien es cierto, que la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía ha implementado herramientas jurídicas conforme a los tratados internacionales que Colombia ha firmado, manifiesta su inconformidad sobre la categorización expresada en los distintos informes y estudios publicados por otras instituciones. Por otro lado, debido a la naturaleza de cada institución y a la complejidad del delito, se demostró que en la actualidad en Colombia no existe un registro único de denuncia para la violencia sexual contra la mujer que permita establecer un panorama real de la situación. Gracias al proceso de investigación, encontramos que en algunas zonas del país, la violencia sexual contra las mujeres es entendida por las víctimas como un acto “normal”, esta “normalización” del delito es sumamente preocupante, ya que las propias mujeres no son conscientes de que sus derechos están siendo vulnerados, por ende, no lo conciben como un delito y por tanto no lo denuncian. Frente a esta problemática es necesaria la presencia de Antropólogos, Psicólogos y expertos en Ciencias Sociales, para llevar a cabo investigaciones más profundas, con tratamientos más específicos, que abarquen todos los campos de este fenómeno y así evitar que muchos casos de violencia sexual contra las mujeres queden en la impunidad debido al desconocimiento de este acto como delito por parte de las propias víctimas. No obstante, la percepción de las organizaciones de la sociedad civil sobre la voluntad política del Gobierno colombiano ha cambiado con la llegada de Juan Manuel Santos. No sólo por colocar fin al debate de los últimos 8 años sobre la existencia o no del conflicto armado interno, sino por colocar dentro de la agenda gubernamental toda la disposición para que el pasado 24 de mayo de 2011, el Congreso de la Republica aprobara la Ley de Víctimas. Esta herramienta buscará reparar a las personas que fueron vulneradas en sus derechos desde enero de 1985 hasta la fecha. Según el Partido Liberal, uno de los ponentes, “La Ley dispone de un conjunto de directrices para evitar que los prejuicios sexuales y de género lleven a suponer que la víctima propició o aceptó la violencia sexual. Para resguardar la identidad de la 50 víctima, se proponen medidas especiales como la declaración a puerta cerrada, el testimonio por medio de audio o video, la asignación de un seudónimo o una clave o la utilización de medios técnicos para alterar la voz y la imagen. Estas medidas se complementan con los programas de protección y la presencia de personal especializado en situaciones traumáticas 67. Lo anterior, desarrolla un gran avance en esa exigencia por parte de las mujeres hacia el Estado colombiano de garantizarles una adecuada atención y reparación por los hechos violentos que cometieron con ellas. Sin embargo, a 2011 podemos concluir que mientras en la Fiscalía reposan más de 350.000 casos de diferentes delitos, sólo de violencia sexual han reportado 717 y de los cuales 65 ya son casos confesados. Esto, sumado a la estigmatización y al temor por parte de las mujeres víctimas, serán los principales retos de la sociedad colombiana para la resolución del conflicto, para la memoria histórica y para que hechos tan aberrantes como los relatados en esta tesis no se vuelvan a repetir. 67 Tomado de: http://www.partidoliberalcolombiano.info/sites/default/files/abcvictimas_1.pdf 51 ANEXOS 52 ENTREVISTA ADRIANA SERRANO ASESORA DE GÉNERO COMISIÓN NACIONAL DE REPARACIÓN Y RECONCILIACIÓN David Romero (DR): Cuál ha sido el trabajo de la CNRR en el tema específico de Violencia Sexual contra la Mujer en el marco de Justicia y Paz y en el marco de Conflicto Armado. Adriana Serrano (AS): Yo creo que para hablarte de casos, debo comentar dos cosas. La primera es que como se puede evidenciar en la investigación, no existen muchos casos denunciados en justicia y paz. No son más de 130 casos. Esa es como la primera línea que esta ligada al proceso como tal. ¿qué ha hecho la CNRR en temas de violencia sexual? en su trabajo la CNRR,sobre todo en las regiones, la Comisión se ha encontrado con muchos casos de mujeres que han sido víctimas de violencia sexual y que no están dispuestas a denunciar aún. ¿Qué hizo la CNRR al respecto? Eso se remonta desde 2007, que la comisión y el área de género empezó a acompañar terreno… DR: Hago un pequeño paréntesis ¿Por qué las víctimas no quieren denunciar? AS: … Las víctimas no quieren denunciar por muchas razones, nosotros hemos destacado algunas la primera por miedo a retaliaciones. Porque muchas de ellas saben o sienten o tienen conocimiento de que actores que las victimizaron están presentes o por redes que tienen contactos con integrantes de ese grupo armado. Miedo porque muchas mujeres temen a la estigmatización de ellas y de sus familias. Nos hemos encontrado con muchas mujeres que nos han contado que han sido víctimas de violencia sexual pero a renglón seguido nos dicen que el esposo no sabe y no quiere que él se entere. Muchos casos no hay denuncia por que no existe el conocimiento que sobre ella se cometió un delito, entonces no hay esa cercanía al proceso 53 judicial y una vez ellas conocen y se acercan al proceso judicial, ellas evidencian que puede ser algo que las visibilice mucho, entonces muchas mujeres no están dispuestas a hacerlo por eso. Otras porque sencillamente no quieren volver a hablar de lo que les paso. Esas son para nosotros las principales razones, además pues a esto se le suma como la barrera histórica del acceso a la mujer a la institucionalidad y a al acceso a la justicia. Entonces nosotros qué hicimos. Nos encontramos con sedes regionales y trabajo en terreno que nos preguntaban con frecuencia cómo atender a las víctimas de violencia sexual. a raíz de eso, se intentó hacer un primer borrador de una ficha y un manual de cómo documentar casos de violencia sexual. Este manual se distribuyó en 2007 a nivel interno, tenía 10 hojas en donde encontraba los derechos de las mujeres, legislación internacional sobre derechos humanos y aspectos básicos para que una persona pueda documentar un caso de violencia sexual y para referenciarlos. Lo segundo fue una ficha donde se daban pautas de sistematización de casos. Esto se repartió en las sedes regionales de la CNRR. Su funcionamiento fue bueno en algunas regiones, no fue uniforme, en algunos lugares fue adoptado y usado pero otros fue sencillamente olvidado y archivado. En otras sedes regionales reportaban bajo otros formatos, por ejemplo nos enviaban copias de formatos de justicia y paz, que curiosamente no denunciaba violencia sexual sino que denunciaba homicidio y en el relato decía: “ah y a mí me violaron”. DR: En qué regiones se trabajo con esta cartilla? AS: La CNRR tiene 12 sedes regionales, nosotros recibidos documentación de casos y trabajamos muy de cerca con la sede regional Sucre y Putumayo, de hecho, está última fue la más juiciosa y constante en el proceso de recolección de información. Algunos de la zona del Magdalena y del Atlántico. Y unos pocos de la zona nororiental, es decir, Santander y Norte de Santander. DR: En esas regiones que menciona, ¿cuáles son los tipos de violencia sexual que son más denunciados y que conoce la CNRR? AS: Yo creo que por ser como tal casi uno de los únicos tipos de violencia sexual y por ser el que más se presenta en las regiones es el acceso carnal violento. Ese es el que más nos encontramos. Con que más nos hemos encontrado. Ese tipo de acceso carnal, con el agravante que es múltiple. Es decir, por que varias personas están en el momento, o porque varias personas violan a una mujer o por qué se hace de forma reiterada hacia la mujer. Es decir un actor que constantemente realiza esta acción. En algunos lugares encontramos temas de desnudez forzada, pero quizá por el tema que la desnudez no es un delito como tal ante el 54 código penal, y también es un poco naturalizado ya que muchas personas no lo ven como un delito. Pero básicamente que dentro de los caso que CNRR ha conocido los más comunes son acceso carnal violento, acompañado de muchas otras cosas. Eso si es algo muy típico, que son casos que encontramos que están acompañados de varios delitos, ya sean cometido hacia la misma víctima de violencia sexual o hacia su núcleo familiar, es decir, por ejemplo mientras hay asesinatos, la mujer es violada. O mientras hay una incursión del grupo armado la mujer es violada. DR: En ese sentido, ¿cuál ha sido la región que más denuncias e información que CNRR ha recolectado? AS: Sin lugar a dudas, la región de donde nosotros hemos recibido más información sobre violencia sexual es el departamento de Putumayo. Sin embargo, hay que hacer una claridad a este hecho, y es que es la sede que más se comprometió con esta búsqueda. Nosotros no podríamos decir que la CNRR encontró que el departamento que más sufrió de violencia sexual fue el Putumayo, sino que fue el más juicioso en la recolección de la información. DR: Y en qué se basaba que Putumayo fuera más juicioso. Había más acceso a las víctimas? O las víctimas se acercaban más? Ó había más voluntad y disposición por parte de los funcionarios para recolectar esa información? AS: Eso último. Efectivamente encontramos que en la sede de Putumayo había más disposición más sensibilidad para abordar estos temas. ¿Qué hizo la CNRR desde el 2007? A medida que se creaban las sedes regionales, se realizaba un proceso formativo, presentando el área de género. Se mostraban varios temas, se hablaba del trabajo de género en temas de violencia sexual, se presentaban manuales y fichas. Se explicaba como documentarlo. Es decir, todas las sedes regionales que existían tenían las mismas condiciones. Hay que tener presente que unas sedes son más recientes que otras. Pero todas al año pasado – las doce sedes regionales – conocían la información. Entonces, ya en el momento del uso de la información que se les dio, se encontró la diferencia. Entonces encontramos sedes regionales que se comprometieron con el trabajo y que empezaron a hacer todo ese proceso de documentación, ó que simplemente ante la identificación de casos de violencia sexual se iban a las herramientas que se le había entregado. Había otras sedes que no, no tenemos información de sedes regionales, porque podemos decir que no hubo voluntad o no hubo quizá la capacidad y la capacitación necesaria para que estas 55 personas se acercaran a estos temas. No tenemos casos documentados de regiones enteras, a pesar de que teníamos las herramientas. DR: Pero esa recolección y capacitación en la doce regionales de CNRR se inició al mismo tiempo, estuvo por fases? O cómo fue la implementación? AS: La recolección de la información se dio a medida que se iban creando las sedes regionales. La CNRR comenzó siendo sólo a nivel nacional. Después tuvo tres sedes regionales y actualmente tenemos 12 sedes regionales. Estas últimas se terminaron de crear entre 2008 y 2009. Entonces fue un proceso lento. A medida que se creaba una nueva sede, nosotros íbamos a presentar las herramientas y demás. Entonces no fue un proceso constante ni una sola vez, ni por fases, sino que simplemente se acomodaba la dinámica de ampliación de regiones de la CNRR. DR: Perfecto. Y haciendo un corte a 2010 o primer trimestre de 2011: ¿Cuántos casos de Violencia Sexual contra la Mujer conoce la CNRR? AS: A diciembre de 2010, por que este año no hemos recibido reporte. Pero también porque paramos el proceso. Teníamos documentados aprOximadamente 55 casos de violencia sexual… DR: ¿En todo el país? AS: En todo el país. DR: Y ¿Cuál fue la zona que más reportó? AS: La zona que más reportó casos fue Putumayo, seguida por Sucre. DR: ¿Cuántos casos se dieron en Putumayo y en Sucre? AS: No tengo los datos exactos, pero están en la base de datos. DR: En ese sentido, ¿Cuál fue el actor armado que más denuncias tiene? AS: Por la naturaleza de la Comisión y por el perfil de víctimas que se acercan a la CNRR. Sin lugar a dudas los grupos paramilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz en muchos de los casos. Sin embargo, la política que también nosotros difundimos desde el área es que no nos íbamos a sesgar al mandato de la ley 975 que son grupos armados organizados al margen 56 de la ley, desmovilizados y acogidos a él. En ese sentido, tenemos casos documentados – no muchos – de grupos guerrilleros. Tenemos casos documentados – también no muchos uno o dos – de personas del ejército. Y tenemos casos documentados, uno o dos, atribuidos a águilas negras y a los nuevos grupos armados ilegales. DR: Ese seguimiento realizado por la CNRR, ¿Cuál es el registro que ustedes llevan sobre la visibilización y qué necesitan para recoger mejor la información para la documentación de los casos? AS: Básicamente, tras una evaluación de la ficha realizada en 2007, que era algo muy básico. Se llegó a la conclusión que se necesitaban hacer varias cosas. La primera de ellas era una actualización, es decir, implica una actualización normativa, una actualización de estándares internacionales, una actualización que recogiera lo que la CNRR había visto de cómo se debería atender en términos éticos los casos. Se tomó la decisión de actualizarlo, de proponer una herramienta que facilitará la sistematización de la información, y facilitará su análisis, porque nosotros teníamos una ficha muy abierta, que era casi un relato. Entonces cuando uno quería sistematizarla y quería comparar la información era casi imposible. Entonces nosotros tenemos cifras pero en cuanto al análisis de la información ha sido demasiado complejo. Debido a esto, el año pasado nos dedicamos a construir un nuevo manual y una nueva ficha, que básicamente lo que busca es recoger esos aprendizajes para aumentar las garantías para la atención de estas personas y la orientación. Entonces armamos un paquete que no solamente era actualizar normativamente, es decir, Auto092 que para la fecha en que se creó la ficha anterior no existía. actualizarlo al manual y a la ficha para colocar variables de análisis para conocer los riesgos y si se unieron victimizaciones según lo establecido por la Corte. A estándares internacionales, como las resoluciones del Consejo de Seguridad, debido a que salieron tres en cadena y que no fueron incluidas. La ley 1257 tampoco estaba. Entonces primeros se hizo esa actualización para darle al funcionario toda la información en un paquete: si usted quiere saber todo lo referente a la protección de la mujer acá esta la legislación. DR: Ese material que usted habla es orientado a funcionarios, sin embargo, tengo curiosidad sobre publicaciones que estén orientadas para las víctimas. Una mujer víctima de región como sabe del trabajo de acompañamiento que ustedes realizan. AS: Esta herramienta que he descrito es un poco técnica. Sin embargo, nosotros también hemos diseñado una cartillita de bolsillo que se ha repartido por todas las regiones en donde hemos estado. Más que desde la sede nacional, desde las sedes regionales, tenían un stock de 57 cartilla que acompañaban todos los procesos formativos y que eran de fácil acceso para todas las personas que llegaban a las sedes regionales. Adicional a eso, nosotros desde hace un tiempo hemos intentado ser unos aliados del área de prensa y comunicaciones para términos de difusión. Por medio de las herramientas que ellos ofrecen hemos participado y hecho varios documentales en temas de poblaciones específicas y género en una serie documental que se llama “nunca más”. Hay un capítulo específico de violencia sexual, uno de mujeres líderes, otro sobre mujeres indígenas víctimas que aborda todo un análisis sobre la perspectiva étnica. Que incluso a partir de hoy participa en un festival internacional. Además de las alianzas con las organizaciones de mujeres que son muy fuerte. Además, debo mencionar trabajos muy profundos en Putumayo. En Sucre, que tenemos una asesora muy incidente en el trabajo de género que no solo se ha acercado a las instituciones y organizaciones sino también hemos creado una mesa de género para conocer que otros temas surgen con respecto a este delito. Tenemos trabajo en el Departamento de Nariño, donde liderábamos las mesas de género y creaba alianzas para compartir información en distintos niveles y entre distintas instituciones y organizaciones. En Pasto ocurría que si una mujer se acercaba a una institución gubernamental como la alcaldía, conocía sobre el trabajo de la CNRR. Todo esto permitió la creación de una red de información. DR: Con los casos que ustedes conocen en las diferentes regiones. ¿Qué ha pasado con ellos? ¿Se han resuelto? AS: Bueno, esto es algo que yo no sé si es tan correcto decir. Son los errores que la CNRR cometió, que hay que decirlo. Es al crear una herramienta como está, no era fácil hacerle un seguimiento. Lo cual desde la sede nacional se dejó a criterio de las sedes regionales el acompañamiento. Lo cual en algunos casos fue muy éxitoso como en Putumayo y en Sucre, pero pues en otros no podemos dar cuenta de que sucedió. Lo cual es ya un problema muy grave. Adicional a eso, tenemos una cosa que no sabemos si es un problema o no. Es que nosotros hicimos una ficha, siempre explicamos que esta ficha no tenia propósitos judiciales, sino era más para visibilizar, evidenciar. Entonces, para curarnos en salud, y darles una garantía a las víctimas, todos esos casos tienen en su primera parte un acuerdo de confidencialidad. Entonces pues tenemos la información, pero no podemos divulgarla. Entonces la forma en que hemos presentado la información ha sido distinta, como un análisis contextual, sin entrar en detalles. En algún momento se presentó de esta forma a la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía. Eso no es suficiente, nosotros tenemos como misión es hacer recomendaciones sobre política pública para una reparación integral. Entonces que hizo la comisión con esta información, que le permite intuir que hay lugares donde toca prender los 58 focos. En primer lugar, todo esto va dirigido a las instituciones, como una herramienta para que las instituciones no se puedan escudar en que desconocen cómo abordar este tipo de delitos. Contribuyendo un poco a la lucha contra la impunidad. Adicional a esto, hemos venido acompañando procesos grandes de formulación de política. Este año será nuestro tema central, el programa institucional de reparaciones colectivas. Primero, aprovechamos los pilotos de la reparación colectiva y la coincidencia de los casos de violencia sexual y pilotos de reparación. Coincidencial o no, los mayores índices registrados por la CNRR en violencia sexual es Putumayo y Sucre. A la vez en esos dos departamentos también hay pilotos de reparación colectiva. La CNRR tiene ocho pilotos de reparación colectiva. Entonces tomamos la decisión de profundizar esos temas con esos pilotos. Cogimos el piloto de Libertad (sucre) y tomamos el piloto de El Tigre (Putumayo), que son pilotos de reparación colectiva e hicimos un proceso de identificación medidas de reparación colectiva para mujeres. Entonces trabajamos con estas mujeres con diferente información que ella convalidara. En primer lugar, hicimos un listado de impactos y aceptaciones sobre delitos con las mujeres. 59 ENTREVISTA DIANA MONTEALEGRE POLICY ADVISOR OXFAM DR: NOS LLAMO LA ATENCIÓN EL ESTADO EN EL QUE SE ENCUENTRA LA INVISIBILIZACIÓN DEL DELITO EN MUCHOS ASPECTOS JUDICIALES, ¿CÓMO ES TRATADO EL ABUSO SEXUAL POR PARTE DEL GOBIERNO COLOMBIANO? ¿CUÁL CREES QUE ES EL TRATO QUE LE ESTÁ DANDO EL GOBIERNO COLOMBIANO EN MATERIA DE ESTE DELITO? DM: Hablar de la respuesta del gobierno frente a este delito pues implica hablar incluso de las responsabilidades que tendrían las distintas ramas del poder, no solo la rama judicial. Digamos que en términos de políticas públicas que requieren pues el concurso de varias instituciones, como los ministerios, hay varias preocupaciones. En estos momentos se está discutiendo el Plan Nacional de Desarrollo y nos hubiera gustado que en ese documento plan que el de política marco, hubiera mayor respuesta, mayor reconocimiento de la gravedad, de la dimensión de esta problemática de la violación de derechos humanos de las mujeres y aunque se plantea avanzar en la implementación de la ley 1257 de 2008, que es la ley de violencias contra las mujeres, sabemos que las respuestas, al menos en política publica tienen que ser más amplias, osea hay una ley pero si existe un plan nacional de desarrollo debe existir en varios componentes del plan la preocupación por dar respuesta a la violencia sexual. Ahora cuando miramos en este documento del plan nacional, la preocupación especifica por la seguridad de las mujeres, porque estamos hablando de violencia sexual en el marco del conflicto armado, se mantienen las estrategias de seguridad nacional por un lado en todo énfasis en la militarización, si es parte del enfoque del plan, que desconocen por ejemplo los efectos de la militarización en la vida y cuerpo de las mujeres cuando la encuesta de prevalencia por ejemplo, afirma que un porcentaje significativo de mujeres considera que la presencia de actores armados, incluyendo fuerza pública, pues constituye un obstáculo para la denuncia y también propicia que se cometan actos de violencia sexual. Entonces digamos que ése es un contraste de cómo se maneja la política nacional o como no se maneja la política 60 nacional en consideraciones de género para establecer prioridades dentro de un plan de desarrollo y estrategias de seguridad nacional. DR: ¿DE QUÉ PORCENTAJE ESTAMOS HABLANDO FRENTE A LAS MUJERES QUE CONSIDERAN QUE ES UN OBSTACULO QUE EL ACTOR ARMADO ESTE PRESENTE PARA EL TEMA DE DENUNCIA DE SUS DELITOS? DM: Es alrededor del 60%. DR: PARA CONTEXTUALIZAR UN POCO, ESA ES UNA ENCUESTA QUE SE HIZO EN 15 DEPARTAMENTOS... DM: En 10 departamentos, 15 municipios, que se seleccionaron de manera aleatoria para poder hacer la proyección. Se seleccionaron del universo de 407 municipios que según la defensoría del pueblo, tienen presencia de actores armados en conflicto. También vemos la respuesta desde el legislativo, que por el concurso de esfuerzos del movimiento de mujeres y sus organizaciones hay una ley importante la ley 1257, sin embargo su implementación a la fecha no ha sido efectiva, van dos años después de su promulgación y no se han asignado los recursos suficientes para la promoción, para que los funcionarios públicos, autoridades públicas a nivel local y regional la conozcan y sobre todo para que a las instituciones encargadas de dar respuesta conforme a la ley la den Entonces ahí hay una deuda pendiente, afortunadamente hay un marco legal favorable pero la implementación efectiva pues hay que seguir trabajándolo en términos de la rama legislativa. Ya la parte judicial pues hay muchos más estudios cualitativos sobre las dificultades para el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia sexual, que son incluso antes de que las mujeres tomen la decisión de acudir al aparato de justicia, entonces la distancia de donde están esas instituciones, toda la parte de estigmatización social, el sentimiento de culpa , pero es más preocupante aun aquellas mujeres que deciden tocar las puertas de aparato de justicia pues se ven enfrentadas a malos tratos por los funcionarios públicos también, a una estigmatización, a falta de credibilidad de su testimonio, no buen trato en el momento de recaudar las pruebas y eso hace que las mujeres no confíen en el aparato de justicia y también pues que no hay resultados efectivos. 61 DR: ¿TU CREES QUE HAY UNA FALLA EN EL PROCEDIMIENTO JUDICIAL PARA CONOCER LOS CASOS DE VIOLENCIA SEXUAL CONTRA MUJERES? DM: Si, y son fallas que tienen que ver tanto con patrones culturales de los funcionarios públicos como fallas estructurales en términos de capacidades técnicas para responder a un delito como este. Desde el momento en que se toman las pruebas hasta como se conduce toda la investigación, porque de los pocos casos que son denunciados hay un porcentaje muy mínimo en que haya habido respuesta en el sentido de investigar los hechos, identificar al responsable, condenarlo y reparar a la víctima. DR: HASTA EL MOMENTO LO QUE TU ME ESTAS SEÑALANDO POR EJEMPLO, QUIERO TOMAR ESE PUNTO A ACOLACIÓN Y ES QUE A NIVEL JUDICIAL Y SEGUN LOS DATOS QUE LA PROPIA FISCALIA SEÑALA, TAMBIEN ARGUMENTAN QUE LA FALTA DE DOCUMENTACION DE ESOS CASOS DE VIOLENCIA SEXUAL VONTRA LA MUJER, SE DEBE TAMBIEN A LA FALTA DE COLABORACION DIGAMOS EN CUANTO A ORGANIZACION DE MUJERES Y EN CUANTO A ORGANIZACION DE VICTIMAS, EN CONTRIBUIR O EN COLABORAR PRECISAMENTE CON EL APARATO JUIDICIAL PARA DARA CONOCER ESOS TESTIMONIOS, LA JUSTIFIACION DE FISCALIA SE ESTAN BASANDO EN QUE LOS PROCESOS DE ORGANIZACIONES SIRVEN MAS DE CARTASIS QUE DE RECOLECCION DE INFORMACION Y NO PERMITEN EL ACCESO DE FISCALIA A LOS CASOS CONCRETOS DE LAS VITIMAS, YA SEA PORQUE ELLAS NO QUIEREN, YA SEA PORQUE ELLAS QUIEREN OLVIDAREL SUCESO O PORQUE NO ESTAN INTERESADAS EN SER REPARADAS O EN TENER JUSTICIA PRECISAMENTE POR SU CASO. ¿TU CREES QUE SE ESTA PRESENTANDO ESO FRENTE A LA RELACION DE ORGANISMOS JUDICIALES Y ORGANIZACIONES DE MUJERES? DM: Yo creo que la discusión debe orientarse de manera distinta a como lo ha orientado la Fiscalía, incluso otras instituciones de control como la defensoría del pueblo y eso hay que hacer claridad en que la responsabilidad primaria, principal de promover la denuncia y de garantizar las condiciones para que las mujeres denuncien es del Estado, como garante de los derechos humanos. Ahora que la sociedad civil incluyendo las organizaciones de mujeres deben coadyuvar y hace parte de su naturaleza y misión como organización de la sociedad civil, 62 esos son esfuerzos justamente de sociedad civil que no pretenden ,no tienen la pretensión, ni tienen la capacidad de equiparar la responsabilidad del Estado con todo su aparato, que debe tener muchos más recursos y capacidad técnica para ellos, entonces en ninguna circunstancia se debe justificar la falta de denuncia con las debilidades del proceso organizativo de mujeres, que las puede haber pero no pueden servir de excusa. Ahora bien, cuando el Estado tiene esa responsabilidad, esa responsabilidad pasa por estudiar cuáles son los obstáculos que hacen que no se promueva tanto la denuncia y ahí está la falta de protección, la doble amenaza de las mujeres que se atreven a denunciar y también la falta de credibilidad de las mujeres al aparato de justicia, que eso no lo va a cambiar las organizaciones de mujeres, eso lo va a cambiar el día en que el aparato de justicia de una respuesta adecuada a las necesidades de mujeres víctimas de violencia sexual. DR: ENTRANDO UN POCO AL TEMA DE LA ENCUESTA DE PREVALENCIA QUE SE PUBLICÓ EN 2010, ¿CUÁLES FUERON ESOS PRINCIPALES HALLAZGOS? ¿CUÁLES FUERON LOS DATOS MÁS RELEVANTES QUE ARROJO ESE ESTUDIO PRESENTADO PRECISAMENTE POR OXFAM EN 2010? DM: Fueron varios, primero es lograr señalar que el 17% de las mujeres en zonas de conflicto han sufrido en algún momentos del periodo 2001 y 2009 algún tipo de violencia sexual, y ese porcentaje es problemático, es preocupante, que estemos hablando de que más de 17 mujeres de cada 100 hayan sido víctimas de algún tipo violencia sexual nos debe preocupar, debe preocupar a cualquier sociedad y a cualquier Estado democrático y de derecho. También parte de los datos es justo la relación entre violencia sexual y conflicto armado, es decir, militarización. Nos resulto preocupante también evidenciar la afectación o las consideraciones de las mujeres de que la presencia de actores armados si repercute en la violencia sexual, en la alta prevalencia, construye un ambiente propicio para ellos, que sí constituye un obstáculo para la denuncia. Ahora otros datos que arroja el estudio por ejemplo, es que la gran mayoría de mujeres reconoce la violencia sexual como un delito y además como una violación a sus derechos humanos, que esto entra en contraste con la poca denuncia, no se denuncia no porque no se considere un delito sino por otras razones. Entre las razones que las mujeres presentaron a la hora de reconocer, de responder a la encuesta, fue principalmente por temor a que todavía los perpetradores viven sus mismas regionales, en sus mismo contextos, luego por 63 falta de credibilidad ante la justicia, porque prefirieron dejarlo así porque no creen que la justicia vaya a dar una respuesta efectiva y también por temor al rechazo social que incluye el rechazo por parte de familiares y amigos. Hace parte también de los hallazgos significativos de la encuesta y es que si bien las mujeres consideran que la violencia sexual en general es un delito, en el momento de pregunta si habían sido víctimas o no de violencia sexual, un porcentaje significativo dijo que no porque tenían una concepción limitada en qué es violencia sexual, a esto me refiero a tipos de violencia como la violación o la prostitución forzada casi el 100% de las mujeres lo consideraba violencia sexual, pero otras formas de violencia sexual como control de la vida social, servicios domésticos forzados, de entrada no se consideran tipos de violencia sexual, eso quiere decir que hay una jerarquización entre las distintas formas de violencia sexual, donde unos resultan más fácilmente reconocidos y otros más socialmente aceptados y eso también es problemático y ahí también hay que trabajar tanto el Estado como la sociedad civil para ampliar la concepción que se tiene de violencia sexual. Otro de los hallazgos tiene que ver con el uso de armas cuando se comete el delito de violencia sexual casi en el 20% de los casos, eso lo que evidencia es que hay una intencionalidad del perpetrador de agredir sexualmente a la victima mediante el uso de la fuerza en todos los casos pero que en algunos casos incluye el uso de armas, es decir, que no se trata de eventos aislado de reacciones incontroladas de los perpetradores no planeadas sino que hay una intencionalidad de agresión en esos casos. También existen en algunos tipos de violencia sexual algunas caracterizaciones que nos permiten de manera arriesgada hablar de mayor prevalencia en algunos grupos poblacionales de mujeres. Hay algunos delitos donde muestran mayor afectación las mujeres jóvenes, menos de 25 años y otros en mayores de 25 años que habría que revisar cada uno de los tipos que estudio la encuesta. DR: ME LLAMA LA ATENCIÓN UNA COSA QUE TÚ DICES, Y ES ACERCA DE LA TIPIFICACIÓN DE LOS CASOS DE VIOLENCIA SEXUAL LOS DIFERENTES TIPOS DE VIOLENCIA SEXUAL QUE SE COMETEN EN CONFLICTO ARMADO, Y HAGO ACOTACIÓN PORQUE PARA LA FISCALÍA Y PARA LAS INSTITUCIONES JUDICIALES ELLOS SEÑALAN QUE DENTRO DEL ÚLTIMO INFORME QUE SE PRESENTO, ES DECIR, EL ÚLTIMO ESTUDIO DE PREVALENCIA HAY HECHOS QUE A LOS OJOS DE LA JUSTICIA COLOMBIANA NO SON DELITOS, QUE POR EJEMPLO EL TEMA DE LA DESNUDEZ FORZADA NO ESTÁ CONTEMPLADO COMO DELITO, QUE ES UNA FORMA DE TORTURA COMO LO MANEJAN DENTRO DEL TEMA DE PROCESOS JUDICIALES DENTRO DE JUSTICIA Y PAZ PERO QUE EN EFECTIVO NO SON Y QUE AHÍ TIENEN CIERTO REPARO 64 EN CUANTO A LA TIPIFICACIÓN DE CASOS Y DE VIOLENCIAS Y DE TIPOS DE VIOLENCIA QUE SE GENERAN FRENTE A LAS VÍCTIMAS, ¿CÓMO SE HACE PRECISAMENTE TU DEL LADO DE LAS ORGANIZACIONES PARA INCIDIR O SI HAY ALGUNA VÍA QUE PUEDA PRECISAMENTE UNIFICAR ESOS TÉRMINOS DE CONCEPTOS DE VIOLENCIA SEXUAL? PORQUE TÚ MISMA DICES LAS MUJERES RECONOCEN UNOS TIPOS DE VIOLENCIA SEXUAL, LA FISCALÍA O EL ESTADO COLOMBIANO RECONOCE OTROS TIPOS DE VIOLENCIA SEXUAL LAS ORGANIZACIONES A SU VEZ ACUDEN A OTROS TIPOS DE CLASIFICACIÓN EN LOS TEMAS DE TIPOS DEL DELITO, ENTONCES PARA UNA VÍCTIMA ¿CÓMO SABER QUIEN TIENE LA RAZÓN FRENTE A ESE TEMA, FRENTE AL TEMA DE LA TIPIFICACIÓN? DM: En un contexto como el colombiano, donde el arraigo a las leyes es significativo, pues lo que tenemos en este momento es que algunos tipos de violencia sexual están tipificados como delito dentro del código penal, otros si bien no lo están tipificados dentro del código penal lo están dentro del derecho internacional, dentro del derecho penal internacional que por el bloque de constitucionalidad entrarían a ser considerados delitos en la legislación nacional así no estén en el código penal y hay otros que se quedan por fuera tanto del código penal como de la legislación penal internacional y que reconocemos las organizaciones de mujeres como tipos de violencia sexual . Pero digamos que estamos hablando de reconocimientos distintos que nos gustaría desde nuestra puesta política que en algún momento de homologaran pero que reconocemos que es un trabajo de muchos años y en este momento no tenemos la pretensión y la discusión no está en si son delitos o no porque eso se define a través de las leyes, sino que si lo consideramos una agresión de tal magnitud que tiene que tener una respuesta del Estado. Las organizaciones partimos porque es una posición política desde la construcción feminista, de tener una consideración más amplia de la violencia sexual, que va mas allá del derecho como lo ha sido la mayoría de posturas políticas del movimiento de mujeres y que sin esa diferencia pues difícilmente hubiéramos logrado unos avances legislativos, entonces no es la pretensión en este momento, tenemos claro que algunos constituyen delitos otros no, pero el principal mensaje que queremos transmitir es que son violaciones a derechos humanos de tal magnitud que requieren una respuesta urgente por parte del Estado. Tipo de violencia sexual como el control de la vida social en contexto de conflicto armado donde un actor armado en muchos municipios determina a qué horas pueden salir las mujeres, con quien pueden socializar, de quien pueden enamorarse, como pueden vivir y que en el caso de que no cumplan esa reglamentación reciben castigos, que si pueden ser delitos incluso la misma violación sexual u 65 otros actos de tortura so pena de no cumplir con esas conductas, pues ese control va a ser todavía muy difícil de tipificar pero nos parece de mucha gravedad en una sociedad que se dice democrática, que existan este tipo de prácticas y que nos escudemos en el hecho real de que no sea delito para no responder. ¿Qué pasa con las mujeres victimas que no son consideradas como tal en todos los casos?, pues ahí hay un punto clave y problemático de responsabilidad del Estado y de la sociedad en general donde nos incluimos las organizaciones de mujeres de no dejar de lado o no considerar que ya los logros que hemos alcanzado dan hasta tal punto de que es un conocimiento generalizado el reconocer los distintos tipos de violencia sexual, es decir que todavía hay que trabajar muchos en educación, mucho en empoderamiento de las mujeres, mucho en procesos de educación formal y no formal para poder cambiar estos pensamientos culturales y ahí si la responsabilidad es compartida, porque mientras exista esta aceptación social que no es de las mujeres victimas únicamente, sino que es de toda una cultura, por eso no se puede señalar solo a las mujeres víctimas, pues mientras no logremos implementar estrategias efectivas de transformar esos patrones culturales, difícilmente vamos a lograr esa comprensión amplia de la violencia sexual que deseamos. DR: RETOMANDO UN POCO EL TEMA DE LA ENCUESTA DE PREVALENCIA, ¿CUÁLES FUERON LAS PRINCIPALES RECOMENDACIONES QUE COMO ORGANIZACIONES DE MUJERES, USTEDES LE DIERON PRECISAMENTE AL ESTADO COLOMBIANO, DENTRO DEL MARCO DEL CONFLICTO ARMADO, PARA ABORDAR ESE TEMA? DM: La principal recomendación es que debe existir una política pública integral de prevención y eliminación de las violencias contra las mujeres, que reconozca la afectación especifica de conflicto armado. Que tenemos un avance con la ley 1257 si, pero que una política pública debe ser precisamente de carácter integral. Entonces que al partir de ese referente se amplíen las propuestas de política pública y que deben traducirse en las políticas locales y regionales, para dar respuesta a este delito y principalmente a la impunidad que reviste este delito. Una propuesta de política pública que tenga en cuenta principalmente el contexto del conflicto armado y las dificultades para el acceso a la justicia de las mujeres víctimas en este conflicto, que pasa por la implementación efectiva de la ley 1257, que pasa por procesos de formación y fortalecimiento de capacidades técnicas a los operadores de justicia. Las recomendaciones se hicieron también a la comunidad internacional, entonces pasa por volver la violencia sexual en 66 el marco del conflicto armado una asunto prioritario en las relaciones bilaterales con los países, por ejemplo, si las mujeres están diciendo que la militarización obstaculiza el acceso a la justicia y además crea un ambiente propicio para la violencia sexual, pues esas consideraciones y la violencia sexual en el marco del conflicto armado tiene que ser un asunto prioritario en las discusiones de las políticas de cooperación militar, por ejemplo, entre los Estado Unidos y Colombia. DR: EN ESE SENTIDO, ¿CUÁNTOS CASOS COMO TAL SE CONOCEN QUE HAN SIDO RESUELTOS, QUE YA SE HAYAN IMPUESTO CONDENAS Y QUE HAYAN PASADO POR TODO EL PROCESO EN EL MARCO DE CONFLICTO ARMADO? ¿SE TIENEN CASOS? ¿SE TIENEN CIFRAS DE CASOS QUE HAYAN SIDO YA RESUELTOS? DM: La encuesta de prevalencia no alcanza a indagar esos datos, alcanza a indagar por cuantas mujeres denunciaron, porque ya el estado de los procesos, o si alcanzó a haber por ejemplo sentencia pero no orden de captura o en que instancia esta el proceso requeriría una investigación dentro de juzgados y fiscalías y la encuesta pues fue solo eso, una encuesta de prevalencia a mujeres víctimas, entonces no se indago por las consideraciones ni de perpetradores, ni del aparato de justicia, entonces la encuesta no pretendió y no lo hizo a recaudar tanto sobre efectividad del aparato judicial en la materia, sin embargo, otras investigaciones o los mismos datos de fiscalía pues revelan cifras muy preocupantes, los últimos datos por ejemplo de la unidad de la Fiscalía de justicia y paz, pues nos indica que hay aproximadamente 72 delitos de violencia sexual identificados en los hechos de confesión, y son 72 de más de 75.000 delitos identificados en hechos de confesión dentro del marco de justicia y paz, eso quiere decir que un porcentaje mínimo y no creemos que responda a la realidad de que fue un delito que no fue de tal prevalencia, pero lo que es más preocupante es que hasta la fecha no existe ninguna sentencia sobre estos delitos, siendo delitos que han sido confesados en el marco de justicia y paz . DR: SE HA EVIDENCIADO EN MUCHOS ESTUDIOS QUE OXFAM HA LIDERADO QUE EL CUERPO DE LA MUJER SE VE COMO UNA ESTRATEGIA DE GUERRA, ¿TÚ NOS PUEDES IDENTIFICAR CUÁLES HAN SIDO ESAS PRINCIPALES TÁCTICAS DE GUERRA QUE HAN UTILIZADO LOS DIFERENTES ACTORES ARMADOS FRENTE AL CUERPO DE LA MUJER, FRENTE AL USO DE LAS MUJERES? 67 DM: Realmente todas las formas de violencia sexual han sido utilizadas como estrategias de guerra, desde la violencia sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado, el aborto forzado, la esterilización forzada, el control de la vida social, todos los tipos de violencia sexual que indaga la encuesta y es tanta la complejidad del conflicto que encuestas tan amplias como esta, que generan reparos por parte de las instituciones se quedan cortas frente a la complejidad del conflicto armado. Casos, como el de Hernán Giraldo, alias "Taladro" en las costa norte, donde se ha investigado y el ha reconocido la violencia sexual con alrededor de 80 menores de edad, de las cuales se identifican casi 40 niños que nacieron fruto de esa violación y que son menores de 14 años, pero donde las investigaciones revelan que también habría cierta participación de familiares que incluso facilitaban el acercamiento de las niñas con este señor pero donde también este señor tenia paramilitares de otro rango que ayudaban al reclutamiento, pues eso es muy difícil de enmarcar, dentro de las distintas formas de violencia sexual, porque ahí estamos hablando de la concurrencia de muchos tipos incluso de muchas actorías en términos penales, porque no es solamente Hernán Giraldo, es toda la estructura paramilitar y civil que sirvió de contexto para que este tipo de prácticas se dieran. Estamos hablando que no necesariamente fue en medio de la confrontación armada, no necesariamente fue en medio de cuando se genero el desplazamiento forzado o la masacre, estamos hablando más de un contexto pues tristemente mas cotidiano en la situación del conflicto, llegara determinar cuántas estrategias hay del uso de la violencia sexual como arma de guerra en medio de esta complejidad del contexto colombiano es bastante difícil, de ahí el valor de investigaciones como la encuesta y otros tipos de investigación cualitativa que trata de determinar parámetros que ayuden tanto al accionar de la justicia, como a la construcción de memoria historia y sobre todo a pensar en medidas de prevención y de no repetición, pero es un trabajo que ha sido muy arduo pero donde nos falta mucho camino por recorrer porque la gravedad y la perversidad de las practicas de violencia sexual nos desborda. DR:¿TU CREES QUE EN COLOMBIA SE PUEDE ESTAR DESARROLLANDO UNA ESTRATEGIA PARA INVISIBILIZAR LA VIOLENCIA SEXUAL CONTRA LAS MUJERES, DESDE ALGUN ACTOR ARMADO, 68 DESDE ALGUNA INSTITUCION? DM: La misma cultura patriarcal y machista es la mejor estrategia de invisivilización y esa situación se exacerba en una situación de conflicto armado, ahora que esa estrategia sea intencional o no habrá que indagar en cada actor, institución específicamente, por ejemplo, es parte de muestra cultura patriarcal y machista que para los actores armamos por ejemplo para los paramilitares, sea mas fácil reconocer la masacre, la desaparición forzada, el homicidio que la violencia sexual, porque hasta dentro de las mismas estructuras paramilitares pues tiene cierto rechazo o cierta sanción de honor así se cometa, entonces las organizaciones no dudamos que se cometa, nos preguntamos mucho que hay en la cabeza de los perpetradores que les permite reconocer más fácilmente eso una masacre, un desplazamiento forzado, una desaparición o un homicidio que una violencia sexual o a operadores de justicia que les permita actuar con mayor celeridad o con mayor decisión frente a delitos también que son graves, lo mismo como el homicidio dentro del conflicto armado y que les impide actuar con la misma efectividad frente a la violencia sexual. Yo sí creo que mas que estrategias hay patrones culturales muy arraigados y eso hace que haya despreocupación, el interés porque eso cambie está en muy pocas manos y es en las manos de las organizaciones y de las mujeres víctimas de este delito y eso puede ser también cómodo para instituciones y actores armados, porque como es un delito tan difícil de abordar culturalmente, legalmente, judicialmente, en el momento en que se haga más visible va ha haber más necesidad de respuesta. Un caso internacional que está actualmente en discusión en Perú, en Perú hubo una comisión de la verdad después de la situación de conflicto, donde esta comisión logre identificar practicas de violencia sexual dentro del conflicto interno, dentro del periodo de dictadura y establecer mecanismos de reparación para las mujeres víctimas, luego entran a un proceso de desarrollo de normas incluyendo la ley de víctimas, algo parecido a lo que estamos actualmente discutiendo en el país y algo que no se considero en la comisión de la verdad de la época pero que está en debate hoy en Perú, es considerar la esterilización forzada como violencia sexual, en ese momento no se considero por muchas circunstancias, pero el debate ahora es en que si abren la ley a esta consideración el principal perpetrador fue el Estado que en esa misma época emprendió una política de esterilización que se conoce que afecto principalmente a la mujeres pobres o pertenecientes a grupos étnicos, entonces no reconocer ese delito, que es delito dentro del derecho penal internacional, pero que el estado tiene mucho miedo en abrir la puerta, es porque se habla de miles de mujeres que fueron sometidas a esta forma de violencia sexual. Estoy hablando de Perú que tuvo una comisión de la verdad que indago sobre violencia sexual y que se reconoció como practica dentro de la situación de conflicto, aquí estamos en una situación donde llevamos años debatiendo si hay conflicto o no, donde llevamos algunos años 69 debatiendo un proyecto de ley de víctimas, pues tendremos que esperar también como van a ser incorporadas las consideraciones sobre las distintas formas de violencia sexual contra las mujeres dentro del este desarrollo legislativo. DR: ¿CUAL ES EL ACTOR AL QUE SE LE PUEDEN ATRIBUIR MÁS CASOS DE VIOLENCIA SEXUAL? ¿HAY ALGUNO EN ESPECÍFICO? DM: Tanto datos oficiales como no oficiales, identifican a las fuerza militares, ejercito y policía como el principal perpetrador de violencias contra las mujeres de los casos documentados, le siguen paramilitares y guerrilla en su orden. Con distintos niveles, esa es como la jerarquía que se mantiene, que coinciden datos oficiales como de medicina legal y otros datos de organizaciones de sociedad civil. 70 ENTREVISTA PATRICIA HERNÁNDEZ FISCAL JUSTICIA Y PAZ David Romero (DR): ¿Los fiscales que manejan casos de justicia y paz están preparados? Patricia Hernández (PH): Realmente tenemos algunas limitaciones para efectos de la documentación de los casos no sólo de violencia sexual contra la mujer sino toda forma de violencia contra la mujer en el marco del conflicto armado. A raíz de eso no solamente la falta de capacitación de los funcionarios sino de otros obstáculos que han impedido la visibilización de los casos ocurridos. Realmente el número de casos reportados es muy poquito a Justicia y Paz. A raíz de eso, la Fiscalía General de la Nación en la unidad de justicia y paz dispuso la capacitación de todos los funcionarios en un taller de sensibilización tanto de conocimiento de género, la perspectiva como la investigación y el abordaje con las víctimas en este caso mujeres. Es decir la fiscalía y la unidad de justicia y paz lo que trata de hacer y está establecido ya es realizar un tipo de investigación con enfoque diferencial, me refiero no sólo a las mujeres sino a los indígenas los afro e incluso creo que a los discapacitados. DR: ¿Cuántos casos conoce la Fiscalía sobre violencia sexual contra la mujer hasta la fecha? PH: Bueno yo no podría darte un dato exacto, pero creo que hasta la fecha llevamos 717 casos reportados por las víctimas. Las ONG, la CIDH en sus diferentes informes, la relatora especial han determinado que son muchos más, y justamente las estrategias tienden a eso, a que nos sensibilicemos y que las mujeres puedan libremente contarnos que fue lo que pasó, y a raíz de eso la capacitación de los funcionarios, inclusive en una resolución que sacó la Fiscalía, se designó un fiscal que se va a encargar de la asesoría en estos temas de género de todos los crímenes cometido en el marco de conflicto armado contra las mujeres. DR: Cuantos fiscales manejan el tema específicamente en justicia y paz PH: Somos 59 fiscales en todo el país en justicia y paz. Cada fiscal maneja un bloque de autodefensa. Es decir, tú sabes que en la desmovilización a partir del 2005 en adelante hasta el 2006 hubo desmovilización de 34 bloques de autodefensa y a cada fiscal se nos ha asignado 71 uno, también lo de guerrilla. Entonces cada fiscal tiene la competencia y tiene la misión de investigar y documentar todo el accionar delictivo en un bloque que se ha desmovilizado. DR: Cree que en los casos que lleva la fiscalía de justicia y paz existe una categorización de delitos en cuanto a violencia sexual. ¿Le dan importancia? PH: Te digo que no es muy visible en relación con los reportes. Nosotros tenemos aproximadamente 350.000 víctimas reportadas, te estoy hablando de homicidios, desplazamiento forzado, desapariciones forzadas y otros delitos pero de violencia sexual solo tenemos 717, entonces comparativamente es muy bajito. Pero eso no significa que no nos importe, significa que vimos que había obstáculos de visibilización y estamos trabajando en ello. Nosotros dentro de la estrategia de trabajo de justicia y paz tenemos una priorización de delitos, eso ¿qué significa?, le damos no mayor trascendencia sino que digamos que primero investigamos temas como la violencia sexual, las masacres crímenes contra sindicalistas, indígenas, partidos políticos, entonces si se le da la importancia que debe tener, dentro de todo contexto investigativo. DR: Me llama la atención una cosa, el último informe presentado por una misión del gobierno español señala que el seguimiento realizado por la Fiscalía entre 1993 y el 2009 sólo conoció 190 casos relacionados con víctimas de violencia sexual en todo el país atribuido a diferentes actores. Comparar esta cifra con el último informe por organizaciones de mujeres con las presentadas por usted. ¿Cuál es la causa de esta diferencia tan grande? ¿Cuál se ajusta a la realidad? PH: Bueno mira, tú me estás preguntando es de lo que ha conocido la fiscalía en el 93 pero esos son de la justicia ordinaria. Yo lo que te digo es lo siguiente, la competencia de la unidad de justicia y paz son los delitos cometidos por los desmovilizados y por los postulados a la ley de justicia y paz, entonces yo no te puedo manejar cifras por los delitos cometidos por el personal de las fuerzas armadas o por personas que no están en el proceso de justicia y paz. Ahora reconocemos que hay un problema de visibilización claro que lo reconocemos. Déjame decirte algo, te refieres al informe que presentó Oxfam, yo tengo serios reparos en cuanto a ese informe porque ahí están presentando inclusive como delitos unas conductas que no lo son. Que son atentatorias contra la dignidad de las mujeres, estamos de acuerdo, pero como delitos como tal no. Entonces partiendo de esa base, no te puedo responder por las conductas delictivas de actores distintos a los postulados por justicia y paz. Hay que reconocer que existen problemas de visibilización y no solamente hay obstáculos jurídicos sino extrajurídicos. 72 Las mujeres pese a todos los esfuerzos que hace la fiscalía de ir todos los fiscales y trasladarnos hasta los lugares más recónditos, hasta los corregimientos la vereda más inhóspita, hemos ido hasta allá a tratar de que las mujeres y todas las víctimas puedan reportar sus hechos pero el delito de violencia sexual no es un hecho fácil que una mujer se levante y diga: “yo fui violada no”. Ahora hay otros tipos de conducta que atentan contra la mujer y la mujer por desconocimiento no sabe que es un delito, la mujer se ha reportado con nosotros acá por que le mataron a su marido, le desplazaron a su esposo, le desparecieron a su hijo, pero en cuanto a lo que a ella le hicieron piensa que no es nada y eso debido también a los altos índices de analfabetismo que hay dentro de todas nuestras victimas hombres y mujeres, y al desconocimiento que hay de los derechos que tienen las mujeres no solo en el marco del conflicto armado sino en este sistema democrático, y tú sabes también que es muy importante todo este desarrollo cultural patriarcal que maneja nuestro sistema, ese también es un problema de arraigo cultural que te impide que una mujer venga a decir: “me violaron”, empezando porque eso trae unas consecuencias de estigmatización social familiar y personal. DR: Entiendo, pero quiero insistir en una cifra que señala los 190 casos entre 1993 y 2009 se llevaron a cabo dentro de conflicto armado. Entiendo también que dentro de los casos recolectados en el marco de justicia y paz a partir de 2005, las cifras son muy inferiores a las presentadas por los informes de las organizaciones de mujeres. Cuál es el principal obstáculo que tiene la Fiscalía para conocer todos esos detalles? Por qué las organizaciones si la conocen y las denuncian y la fiscalía no? PH: Mira, no es muy fácil que vaya un fiscal y con las implicaciones que tiene una investigación judicial, a que vaya una organización de mujeres o una organización de víctimas. Mira, nos ha pasado muchas veces, casos que dicen: “nosotras no queremos, ese episodio ya lo miramos, no queremos nada, no queremos saber nada de esto, no queremos saber nada del proceso de justicia y paz, no queremos denunciar nuestros casos”. Entonces es por eso, porque es un delito que viola la intimidad de tal manera que no es fácil socializarlo con otras personas menos con un funcionario judicial que lo ve por primera vez y que es un desconocido. No es así con una organización, que han hecho una empatía, han hecho unos lazos de amistad y solidaridad, es más fácil. Pues muchas veces las organizaciones hacen esas denuncias como una forma de hacer esa catarsis en cuanto al hecho. En los procesos judiciales, no solo en justicia y paz, en un proceso judicial la situación, las consecuencias es distinto. Ahora tenemos 73 hay un problema, y es un problema porque esa ha sido la respuesta de las organizaciones de mujeres que trabajan el tema de violencia sexual, yo les digo ¿por qué no nos dan los casos y nosotros documentamos? Y ella dicen: “no no no las mujeres no quieren, las mujeres sólo han venido acá para hacer este proceso pero no quieren tener nada que ver con la justicia. Entonces considero yo que esa puede ser una de las principales causas. DR: Perfecto. Entiendo que esta documentando los delitos del Bloque Minero, podría contarnos qué es lo que ha encontrado en términos de violencia sexual contra la mujer. PH: Bueno yo documento todo el bloque minero que tiene incidencia en 12 municipios de Antioquia y 1 en Córdoba. He encontrado lo que sucede en la generalidad de las violaciones contra las mujeres en el marco del conflicto armado. Por ejemplo, hemos encontrado que la violencia sexual era ejercida por los grupos de autodefensas como una de las modalidades en el marco de los ataques o tomas a las poblaciones, en el marco de las masacres, generalmente se cometían violaciones sexuales, muchas veces la violencia sexual intra-filas, la violencia sexual que incide en el desplazamiento forzado. Eso es lo que nosotros hemos encontrado. Hemos encontrado que algunas violaciones se cometieron contra algunas mujeres que tenían unos roles específicos. Que tenían algún tipo de liderazgo en la zona. Que tenían algún vínculo con algún grupo contrario a las autodefensas, me refiero a la guerrilla. Mujeres que tenían una representación comunitaria. Eso es lo que se ha encontrado. Además de una forma de control social impuestas por las autodefensas en todo el territorio pero que básicamente afectaban a las mujeres. Hemos encontrado por ejemplo que los castigos que proferían los paramilitares a la población civil afectaban directamente el rol de las mujeres, ósea, su feminidad, sus rasgos característicos de mujeres entonces esos eran afectados, entonces como que los patrones de criminalidad son muy acordes con los roles y la concepción cultural patriarcal. DR: Dentro de los casos que está manejando. Encuentras algún caso prevalente o referente del Bloque Mineros. PH: Recuerdo un caso que para mí es emblemático pero que está aún sometido a reserva. Es un caso de servidumbre sexual, una chica que era obligada a tener relaciones sexuales con un grupo de patrulleros, me refiero alrededor de 200, 300 hombres. DR: y en ese caso que menciona, cual es el estado en que se encuentra? PH: Ese caso ya se ha preguntado a todos los comandantes y personas involucradas, ese caso ya va para imputación. 74 DR: A ¿quién se le imputa ese caso emblemático? PH: Pues ese caso, estamos buscando a los perpetradores. Ella ha señalado a algunos de los perpetradores y ya están identificados, porque el proceso de Justicia y Paz ha servido justamente para revelar la identidades de todos los 64 mil desmovilizados, donde tienen alias tienen dobles identidades, para establecer la plena identificación de ellos. Entonces se están buscando. Y por otra parte, dependiendo de la complicidad en justicia y paz posiblemente lo imputemos al comandante del bloque. DR: En ese sentido, ¿sería responsable únicamente el comandante del bloque? PH: Lo que pasa es que es muy difícil establecer la responsabilidad de los otros 200. Ella se acuerda de algunos y nosotros tenemos las identidades de los 2790 hombres que se desmovilizaron del Bloque Mineros. Pero es muy difícil establecer quienes estaban en ese momento. Entonces, los hombres identificados por la victima y los comandantes vamos a ver la línea en que se pueda imputar. Pero recuerda que es un proceso de justicia transicional una de las características es justamente la selectividad de los responsables como de los hecho. Y este hecho es muy emblemático para nosotros y no podemos establecer la responsabilidad de todos los perpetradores. DR: Y en ese proceso ¿qué papel tiene la víctima? PH: El papel de la víctima de hecho en todo el proceso de Justicia y Paz es determinante. La víctima desde el primer momento en que viene a justicia y paz, es atendida, se le garantiza todos los derechos, en un delito de violación sexual, cuando se formulan las preguntas en el interrogatorio a los postulados, solamente está la víctima con su abogado, no tenemos más asistentes, y por la confidencialidad del caso. Personalmente te lo digo, yo prefiero que organizaciones de mujeres sean las que asesoren a las víctimas en esos casos específicos. Inclusive, ha habido casos en los que hemos tenido que proteger la integridad de la víctima y se ha realizado con la mayor agilidad que podamos. Pero la víctima es la principal protagonista de esta situación. 75 DR: Y en ese sentido ¿ cómo funciona una audiencia en Justicia y Paz? PH: Lo primero es que el proceso viene con el reporte que hace la víctima. Se somete a un postulado, los postulados son los que vienen los jefes paramilitares, se les somete a un interrogatorio, cuenta todos los hechos cometidos, se hace un proceso de verificación e investigación del caso. Posteriormente el caso va a una primera audiencia que es la formulación de imputación ante magistrado de control de garantías. Pasan 60 días. Formulamos el cargo, en la audiencia de formulación de cargos, ante magistrado de control de garantías. El postulado acepta o no acepta el hecho. Si no lo acepta hacemos lo que se llama el rompimiento de la unidad procesal y luego viene la audiencia de legalización de cargos, en donde el magistrado legaliza los cargos, posteriormente la sentencia. Ese es el procedimiento. DR: Dentro de los miedos que encuentra en la investigación. ¿Cuál es el tipo de temor más frecuente que impide la denuncia? PH: Bueno yo podría decir que son varios. Algunas veces es el temor que los actores permanecen en la zona, les da mucho temor la estigmatización. Pues en una cultura que una mujer la violen, es rechazada, estigmatizada, muchas mujeres rehacen su vida, están casadas y tienen sus hijos, entonces a ellas no les interesa poner en conocimiento eso. Hay muchas mujeres que siguen con el trauma y no han recibido asesoramiento psicológico. DR: En cuánto a los victimarios, que tanto trabajo ha llevado para que reconozcan los delitos o confiesen los delitos. ¿Qué tan fácil es que reconozcan la autoría de estos delitos? PH: Mira, en el caso de violencia sexual son muy poquitos los postulados. Creo que solo apenas tenemos 65 casos confesados. Ellos te confiesan 50 mil masacres, te confiesan muchas cosas, pero no te confiesan la violencia sexual. Eso no significa que nosotros relevemos la obligación de investigarlo. No es fácil para ellos, además que los estatutos creados por las autodefensas se han reportado casos y lo tenemos documentados en donde un patrullero que violara a una mujer era ejecutado y hay casos documentados sobre esto. DR: Me quiero devolver un poco en un tema que se hablaba anteriormente sobre los diferentes tipos de violación y de acto sexual contra la mujer. Usted decía que había hechos que no estaban tipificados como delitos para la Fiscalía. Para la Fiscalía entonces ¿qué es violencia sexual? 76 PH: Mira quiero ser muy clara y quedar súper clara contigo. La fiscalía no solamente investiga los delitos de la violencia sexual sino todo tipo de violencia ejercida contra las mujeres en el marco del conflicto armado. Porque no solamente la violencia sexual es la expresión más atroz, o la de mayor impacto dentro de los crímenes cometidos contra las mujeres. Hay muchísimos que se cometieron y eso lo tenemos claro y es una obligación nuestra investigarlo. Ahora de la violencia sexual qué es lo que entendemos, que los delitos de violencia sexual no tienen que estar tipificados en el código, no solamente en la parte de los delitos que habla sobre los crímenes de guerra que son los que protege a nivel jurídico el Derecho Internacional Humanitario sino lo de la parte penal del Código, pero adicionalmente nosotros también tenemos claro que interpretando la clausula residual que nos dice el artículo 7 y 8 del estatuto de Roma podemos impugnar también la desnudez forzada. Nosotros no la tenemos contemplada como crimen en nuestra legislación. Pero nosotros podemos decir que esa desnudez forzada puede ser una tortura o puede ser otra conducta. Entonces no solamente son delitos los que están en el código, hay otras formas de violación de los derechos humanos de las víctimas que tenemos que darle una nominación jurídica por que no puede quedar eso así. Ahora lo que yo voy, hay por ejemplo temas como la servidumbre doméstica hay muchas cosas que afectan a las mujeres y que la Fiscalía está en la obligación de investigarla, de judicializarla y de adecuarla técnicamente. DR: En ese sentido, quería preguntarle si existen las herramientas judiciales suficientes para investigar y procesar este tipo de delitos? PH: Yo creo que sí, yo no puedo decir que el derecho interno prima sobre todos los derechos. Estamos hablando de justicia transicional, estamos hablando de violación de derechos humanos y de infracciones graves al derecho internacional humanitario. Y esta situación nos remite a todos los tratados internacionales firmados por el país, a los cuatro convenios de Ginebra. Esto nos permite traer algunas conductas que no son tipificadas acá como crímenes pero que en el ámbito internacional lo puede ser. Claro que tenemos entendido también, que hay que respetar dentro de los tratados de derecho, el principio de legalidad y adecuar las figuras para que puedan ser aplicadas. Te doy un ejemplo, la desnudez forzada es un delito contemplada como una forma de tortura, nosotros no la tenemos, pero en el estatuto de Roma, este es un delito condenable. DR: En el marco de las investigación adelantada en el bloque minero, ¿Qué tipo de población (indígenas, afro) ha sido más afectado por la violencia sexual contra la mujeres? 77 PH: Los casos que yo manejo son pocos, pero no hay un condicionamiento o un enfoque diferencial. Se puede establecer en rangos de edad, mujeres jóvenes entre 14 y 20 años. Creo que esa es la característica principal, pero no podría afirmar que mujeres indígenas o afro hayan sido más afectadas, además siempre se aplica en las investigaciones ese enfoque diferencial, no solo como enfoque de género sino dentro del género un enfoque diferencial. DR: Mencionaba que son pocos los casos que maneja sobre violencia sexual en el bloque minero, ¿Cuántos casos maneja? PH: Si son muy pocos. Tenemos estrategias de visibilización. Dentro de esas estrategias esta las jornadas de mujeres que iniciamos hace dos años, donde ellas pueden conocer sus derechos. Esta el tema de la capacitación de funcionarios. La comunicación con ONG en la zona para que nos ayuden a contactar con aquellas mujeres que fueron víctimas de este delito. Este no es un tipo de delito fácil de visibilizar. El hecho que un fiscal vaya a la zona significa que las mujeres cuenten que fueron violadas. Se necesita de un proceso de empatía, un proceso de confianza, para poder determinar eso. Ahora en los procesos de investigación también. Por ejemplo en el caso de denuncia de un homicidio, pero dentro del homicidio nosotros encontramos un indicador que nos muestre que hubo violencia sexual. entonces esa es la forma que nosotros trabajamos para identificar cuantos casos hay. En caso de reclutamiento ilícito, era casi que la generalidad que la niña que fuera reclutada menor de edad, iba a tener relaciones sexuales con el comandante. Claro relaciones sexuales dentro de un marco de contexto de conflicto armado en donde su consentimiento está viciado por supuesto. DR: Con base en lo anterior, ¿incide de alguna manera que los casos de violencia sexual tengan más sensibilidad si el fiscal es hombre o mujer? PH: Mira, el hecho que sea un hombre o una mujer la que direccione una entidad, no es garantía que los casos de mujeres tenga prioridad. Lo importante es que el hombre o la mujer tengan conocimiento en género. Pasa como en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, uno diría pero por qué razón solamente cuando ingresan mujeres, empiezan a sacar casos como los de Garzón – Castro con perspectiva de género, cuando hubo casos anteriores que también se podría dar esa perspectiva. Con esto quiere decir que no existe garantía que sea un hombre o una mujer para dar mejor ese enfoque. Lo importante es que esa persona tenga esa perspectiva de género. En el caso de nuestra fiscal, ella tiene esa perspectiva de género, se sabe que cuando ella estuvo en el legislativo, ella fue la congresista que propuso la ley de 78 cuotas del 30% en lo cargos públicos para las mujeres. Y efectivamente esa condición ha dado lugar para que los crímenes contra las mujeres ocupen un lugar prioritario dentro la investigación que tiene la unidad de Justicia y Paz. Ahora no creo que solo sea de sensibilidad, primero diría que es parte del mandato que tiene la Fiscalía y segundo cumplir con todas las obligaciones que tiene el estado colombiano en cuanto a la investigación con la diligencia debida, y eso implica, realizar las investigaciones con el enfoque diferencial, en este caso de género para cumplir con todas esas obligaciones de los tratados de derechos humanos a los que nos hemos comprometido. DR: En ese sentido a que se puede atribuir las fallas en el desconocimiento de los casos de violencia sexual PH: Yo no diría fallas, yo lo llamaría obstáculos de visibilización, ese es el término que le hemos dado acá en la Fiscalía, y estamos trabajando en diferentes estrategias para superar obstáculos jurídicos y extrajurídicos. El conocimiento y la capacitación en la sociedad es fundamental.la perspectiva de género que tenga la sociedad, dejando atrás los estereotipos, y tratar de una manera diferente a las mujeres y la investigación también en términos probatorios, por ejemplo, las viejas conductas donde la prueba reina era la prueba que se realizaba en Medicina Legal. Uno debe estar acorde con la nueva realidad y la normatividad que se maneja actualmente. Entonces yo no llamaría fallas sino obstáculos y lo importante es poder superarlo. 79 BIBLIOGRAFÍA OMS. 2003. “Informe mundial sobre la violencia y la salud”. Cap.6 http://www.paho.org/spanish/am/pub/violencia_2003.htm CPI. 1998. “Estatuto de roma de la Corte Penal Internacional. 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