Texto historiográfico de contenido social y económico. Se trata de un fragmento del libro coordinado por Nigel Townson “España en cambio” El segundo franquismo 19591975), publicado en Madrid en 2009 por la Editorial siglo XXI. El libro consta de una selección de artículos escritos por varios historiadores, y que tratan diversos aspectos del franquismo en su segunda época. El texto aquí analizado es un fragmento del capítulo “El cambio de mentalidad en el segundo franquismo”, cuyo autor es Walther L. Bernecker, un reputado historiador y catedrático alemán, especialista en la historia de México, América Latina y también hispanista pues ha estudiado en profundidad la España contemporánea (siglos XIX y XX), sobre todo en lo relativo a temas sociales. Cabe encuadrar el tema objeto de estudio de este libro en la dictadura franquista, en concreto a los años del “desarrollismo”, una vez superados el panorama económico dantesco de los años de hierro, y una vez iniciado, desde 1959, el proceso de liberalización económica llevada a cabo a por los tecnócratas del Opus Dei. Fue una de las etapas de mayores transformaciones de nuestra historia contemporánea, esencial para entender el paso posterior de la dictadura a la democracia. En rigor, no es una fuente histórica sino un texto de historia escrito por un historiador y destinado a los historiadores, politólogos y al público en general interesado en conocer la historia reciente de España, especialmente en sus aspectos sociales. -Este texto nos da las claves para analizar, desde un punto de vista interdisciplinar (economía, sociedad, cultura), el cambio de mentalidad que experimentaron los españoles durante el segundo franquismo. -En primer lugar, el autor del texto comienza aludiendo al desarrollismo, destacando que se realizó tanto en el ámbito económico como en el social, específicamente en transformaciones de actitudes y mentalidades. Así por ejemplo señala Bernecker que este cambio se plasmó en la disposición de los españoles para emigrar, tanto del campo a la ciudad como de España al extranjero. Este hecho lo interpreta como un rasgo de no resignación ante una realidad económica adversa. Y puntualiza que “este cambio de mentalidad antes del auge económico o paralelamente a él”. Recordemos que en esta etapa del franquismo aproximadamente tres millones de españoles emigraron del mundo rural al urbano mientras que un millón lo hicieron de España a varios países industrializados (Francia, Alemania y Suiza). -En segundo lugar, hace referencia a la mejora del nivel educativo, verdadero “boom estudiantil” que se produjo en esta etapa, basándose en los siguientes datos: descenso del analfabetismo –“un 19 por ciento en 1940 a un 9 por ciento en 1970”-; aumento espectacular del número de alumnos de enseñanza media –“siete veces” entre 1960 y 1975-; ascenso también vertiginoso de jóvenes que acceden a la universidad pública –ya en 1976 eran 400.000 frente a los 65000 del año 1961. -Finalmente, el autor interpreta estos hechos como la apuesta de las familias españolas por conseguir un “ascenso social” mediante la mejora del nivel educativo de sus hijos. Un aspecto más, en definitiva, del cambio de mentalidad de la época del desarrollismo, que se resume en la legítima aspiración a un futuro mejor. -En efecto, la década de los años 60 es conocida como la etapa del “desarrollismo” y fue denominado por el régimen franquista como la época del “milagro español” dada la mejora espectacular del nivel de vida que se produjo en la España de entonces. Y es que nuestro país conoció en los años sesenta el mayor desarrollo económico de su historia. -Los factores que explicaron este desarrollo económico, junto a la liberalización de la económica española fueron la emigración interior y exterior (del campo a la ciudad, y de España a Europa), la expansión industrial, y el espectacular desarrollo del turismo. -El arranque de este boom económico se encuentra en el llamado Plan de Estabilización de 1959. El objetivo de este plan económico era sustituir la política intervencionista, proteccionista y autárquica del primer franquismo por una de corte más liberal, aperturista y moderna. -Durante toda esa década, las tasas de crecimiento españolas fueron muy elevadas, situándose dentro de los cinco países del mundo con mejores resultados económicos durante ese decenio. España mantuvo un crecimiento medio anual del 7%. El desfase con respecto a los países europeos más desarrollados disminuyó drásticamente. En los años sesenta entraron en vigor los Planes de Desarrollo Económico y Social. Los planes de desarrollo fueron programas de planificación económica para fomentar y organizar el crecimiento económico. El primero abarcó los años 1964-1967 y fue seguido de otros dos que se aplicaron hasta 1975. Se centraron en el fomento de la industria en zonas atrasadas económicamente (Burgos, La Coruña, Huelva, Zaragoza, etc.) que se denominaron “Polos de Desarrollo”. Por otra parte, es importante destacar que se favoreció especialmente la industrialización del País Vasco y Cataluña en un intento de reducir las tensiones nacionalistas. Hubo, asimismo, un crecimiento en la inversión extranjera en la industria española (estadounidense, francés, suizo, alemán y británico). -Por lo que se refiere al turismo, las principales áreas turísticas españolas fueron en esa época Baleares, Canarias, Cataluña y Andalucía. Fue básicamente un turismo de “sol y playa” que trajo consigo, además, la proliferación sin control de un urbanismo de bloques de cemento en casi todas nuestras costas. En la agricultura se introdujeron mejoras como la mecanización y nuevas técnicas (abonos, insecticidas, herbicidas...) que permitieron un aumento de la producción agraria. -Pero no todos fueron éxitos en este período: se produjo una inflación alta y un déficit comercial elevado. Además, el desarrollo se llevó a cabo de forma desigual en el territorio español. -En los años 70, y después de una década de espectacular crecimiento, España dejó de ser un país agrario y subdesarrollado y se convirtió en la décima potencia industrial del mundo. La renta per cápita de los españoles, que superaba por entonces los mil dólares, produjo como consecuencia la aparición de una sociedad urbana y moderna con un alto grado de consumo. El bienestar económico, permitió a las clases medias, crecer y asentarse. Los españoles fueron progresivamente más libres en sus costumbres y más europeos en sus necesidades políticas. -En 1973 se produjo una profunda crisis económica mundial, la llamada crisis del petróleo que comportó un espectacular aumento de los precios de esta fuente de energía. Los índices de crecimiento económico se ralentizaron y se empezó a conocer un fenómeno irrelevante hasta ese momento: el paro, cuyas tasas se dispararon a lo largo de la década de los años setenta. Muchos emigrantes volvieron de Europa por la crisis del petróleo internacional, sufriendo el desarrollo económico del país un frenazo. De todas maneras, en 1973 la renta per cápita española superaba los 2000 dólares, cuando en 1960 no llegaba a los 300 y si en estas fechas sólo el 1% de los hogares españoles tenía televisión, en 1973 las cifras se situaban en torno al 70%. Se produjo también un mayor nivel educativo y cultural y disminuyeron la pobreza y las diferencias socioeconómicas. -Por lo que se refiere a la demografía, los años 60 conocen una reducción considerable de la mortalidad y el mantenimiento de elevadas tasas de natalidad, que no empezaron a disminuir hasta finales de la década. Como resultado se produjo un gran crecimiento demográfico conocido como el baby boom de los sesenta. El crecimiento demográfico, por tanto, fue bastante significativo. De los 25 millones de habitantes en 1940 se pasó a 35 millones en 1973. - La estructura social fue más diversificada y dinámica que en la etapa anterior. De una sociedad agraria pasamos a una sociedad industrializada, aunque el peso del sector agrario seguía siendo muy fuerte, bastante más que en los países occidentales. Así, aumentaron las clases medias –en 1970 casi el 55% de la población- en detrimento de las bajas, y aumentó también, de forma general, el nivel de vida. En las clases altas pierden protagonismo los grandes propietarios agrarios, ganándolo la alta burguesía industrial y financiera. En las clases bajas también se produjeron dos fenómenos característicos; pérdida del protagonismo campesino y gran crecimiento de la clase obrera. Paralelamente la mujer se fue incorporando paulatinamente al mercado laboral. No obstante, la tasa de empleo femenino era la más baja de Europa. -Se produjo un incremento de la demanda de bienes de consumo y el auge del consumismo. El consumismo se produjo primero en las ciudades, seguido a gran distancia del mundo rural. Las clases medias fueron las grandes protagonistas de este fundamental cambio; el porcentaje de los ingresos dedicado a la alimentación disminuyó drásticamente y aumentó el dirigido a la adquisición de la vivienda, del automóvil, los electrodomésticos, la ropa - la minifalda-, los espectáculos de masas - el fútbol o el cine-, el ocio - los bares y restaurantes- o las vacaciones en Benidorm… -Este consumismo de las clases medias va a ser fundamental en los cambios en el ámbito de la moral, de la familia, de la juventud. Se fue implantando una nueva mentalidad, también en el terreno religioso. En poco más de una década la sociedad se hizo mucho más moderna, más abierta y tolerante. -El turismo influyó decisivamente en la modernización de la sociedad española. La presencia masiva de extranjeros, gente con otro nivel de vida y con otros valores, pusieron a los españoles frente a la realidad de formas de vida diferentes y distintos modos de comportamiento, no sólo político, también social. -En conclusión, si comparamos la sociedad española del inicio del franquismo con la de sus momentos finales tendremos que concluir que los cambios sufridos desde el punto de vista económico y social fueron muy importantes y profundos. Sin embargo, políticamente, aunque hubo ciertos intentos de apertura, España siguió siendo una dictadura que no tuvo fin hasta el fallecimiento de Franco. Los logros de la Transición deben muchísimo a todo lo ocurrido antes en el terreno de las mentalidades, las costumbres o la cultura política. Por último, hay que destacar que en comparación con la guerra civil o el primer franquismo, esta etapa no ha atraído, hasta el momento, tanta atención y estudio por parte de los historiadores, laguna, que en parte, viene a subsanar el libro que comentamos que ha coordinado N. Townson.