El Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec y su vinculación con el

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EL MEGAPROYECTO DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC Y SU VINCULACIÓN ...
El Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec
y su vinculación con el Plan Puebla Panamá
Teresita C. Payán Porras*
Rosalinda García Sierra**
RESUMEN : El “Proyecto de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec” o
Megaproyecto, iniciativa del entonces presidente Ernesto Zedillo de detonar 146 proyectos de desarrollo en la zona ístmica muy rica en biodiversidad, es retomado por el
actual presidente Vicente Fox al incluirlo en el Plan Puebla Panamá (PPP) Capítulo
México. Ambos proyectos responden a una lógica corporativa y transnacional de reparto
del mundo: de sus mercados, de sus recursos humanos y naturales, con graves consecuencias que ponen en entredicho la soberanía de nuestro país. El PPP, forma parte del Acuerdo
de Libre Comercio de las Américas y ha sido integrado al programa ecológico del Banco
Mundial “Corredor Biológico Mesoamericano”. Ambos planes, han despertado muchas
inquietudes y dudas, las cuales tratamos de responder en el presente artículo.
Desde contextos globales, tenemos —como universitarios y
como parte de la sociedad civil— que aprender a pensar y a
actuar con responsabilidad para no afectar al ámbito común,
al medio ambiente y no comprometer el futuro del mundo.
T. PAYÁN
¿QUÉ ES EL MEGAPROYECTO del Istmo de Tehuantepec? ¿Cuáles son los actores
que están involucrados en el Megaproyecto? ¿Cuáles son sus antecedentes históricos?
¿Es el Istmo de Tehuantepec una zona estratégica? ¿Cuáles son los verdaderos
intereses que están en juego? Si es viable ¿Cuáles serían las consecuencias de su
implementación? ¿Cuál es su vinculación con el Plan Puebla Panamá en el escenario
actual de la globalización? ¿Cuál sería la participación de la Universidad con los
sectores de la sociedad y regiones afectados por los Megaproyectos? ¿Existe una
resistencia civil organizada ante la aplicación de los Megaplanes? A estas preguntas
pretendemos dar respuesta en el presente artículo.
* Coordinadora del Proyecto Interdisciplinario de Investigación Social sobre el Istmo de Tehuantepec,
aprobado por el Consejo de la División de Ciencias Sociales y Humanidades en sesión 10.99 el 16 de
noviembre de 1999.
** Docente-investigadora. Instituto Politécnico Nacional.
ANUARIO 2002 • UAM-X • MÉXICO • 2003 • PP. 99-111
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DISCURSOS DE GÉNERO Y POLÍTICA
¿Qué es el Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec?
El Megaproyecto denominado “Programa de Desarrollo Integral del Istmo de
Tehuantepec” para realizarse en el Istmo de Tehuantepec, contempla 65 proyectos
de infraestructura: de desarrollo urbano(63 por ciento), turismo(14 por ciento) y de
comunicaciones y transportes (23 por ciento); 81 proyectos productivos: petroquímica
y química (26 por ciento), agroindustria (22 por ciento), pesca (16 por ciento),
industria (11 por ciento), minería (10 por ciento), forestal (6 por ciento), turismo
(5 por ciento) y petrolíferos (4 por ciento); además incluye primordialmente la ya
iniciada privatización de la petroquímica, química y extracción de recursos petrolíferos
y el paso de mercancías extranjeras a través de esa zona del territorio nacional. De los
146 proyectos que inicialmente se impulsan, catorce corresponden a la industria
química, petroquímica y petrolíferos que ascienden a un 90 por ciento de la inversión.
Como parte del Megaproyecto, gran importancia tiene el Proyecto de Transporte
Multimodal, cuya prioridad es modernizar, privatizar y concesionar las vías férreas,
los puertos terminales, los sistemas de embarque y desembarque de cargas
contenerizadas, así como los sistemas de transporte de carga carretero de ocho carriles
para el comercio transnacional (Payán, 2001:11 y ss.).
¿Cuáles son los actores involucrados en el Megaproyecto?
El Megaproyeco Transísmico, planteado por el embajador Manuel Uribe, surgió
en 1996 como iniciativa del presidente Ernesto Zedillo, con la participación
conjunta del gobierno federal por conducto de la SCT y los gobiernos de Veracruz
y Oaxaca, con la finalidad estratégica de detonar 145 proyectos para el desarrollo
del Istmo de Tehuantepec. Se presentó como algo sin estructura, con información
aislada, parcializada y sin un documento que señalara claramente las pretensiones
de tal proyecto. No se llevó a cabo ningún proceso serio de consulta y participación
social, a pesar de su demanda por parte de los pobladores del Istmo, sólo apareció
en la primera página del periódico La Jornada (22 de julio de 1996), como cabeza
principal a cuatro columnas, la existencia de un estudio-proyecto denominado
“Consultoría Maestra para el Desarrollo Integral del Istmo”, mediante el cual se
planteó “abrir el Istmo al capital extranjero”, hecho que despertó el interés de
intelectuales y miembros de la sociedad civil por conocer el magno proyecto. En
1997 y 1998, por iniciativa del PRD fueron realizados dos foros en defensa de la
región denominado “El Istmo es Nuestro”. En 1999 en la ciudad de Coatzacoalcos
se realizó otro con la presencia de presidentes municipales de la zona y el último,
de carácter empresarial, con la participación del periódico El Financiero y
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representantes de la iniciativa privada. Los resultados no tuvieron mayor trascendencia,
los primeros opusieron resistencia a la aplicación del proyecto por la pérdida de
soberanía de la nación al ofertar sus recursos estratégicos a las transnacionales, por las
afectaciones a los grupos étnicos, por la pérdida de biodiversidad y por la nula
participación de las comunidades en los beneficios del desarrollo. Esta resistencia fue
plasmada en una carta que se dirigió al propio presidente, ante la cual no se obtuvo
respuesta. El foro empresarial concluyó la necesidad de privatizar las petroquímicas
rentables de Petróleos Mexicanos, no así las que están “en quiebra” y que pretende
vender el propio Pemex como es la Petroquímica “Morelos”, de reciente creación
durante el gobierno salinista y que trabaja a un tercio de su capacidad, e hicieron
patente la necesidad de los capitalistas nacionales de fusionarse con empresas
transnacionales como garantes de su inversión. Finalmente, los presidentes
municipales, sin tener una posición abierta de resistencia, condicionaron el desarrollo
a ser sustentable, en donde se diera una interrelación operativa entre los niveles de
gobierno municipal, estatal y federal, así como también una coinversión pública y
privada en los proyectos que afecten a los municipios.
¿Cuáles son los antecedentes históricos del megaproyecto?
Desde la época de Hernán Cortés, el Istmo de Tehuantepec se ha considerado
como una región ideal para abrir un canal interoceánico (Nemesio, 2001:95 y
ss.). Pero quizás el primer plan factible para abrir un corredor que uniera el Atlántico
con el Pacífico fue el que ideó Antonio López de Santa Anna en 1843. El proyecto
pretendía cruzar algunos tramos del Istmo en barco y otros por ferrocarril y con él,
aseguraba el militar, se abría la oportunidad para hacer de México “el emporio del
comercio y la navegación de todas las naciones”. Por su parte, el gobierno
estadunidense también estaba interesado en el Istmo de Tehuantepec. Tras la guerra
de 1846, México tuvo que ceder a Estados Unidos los territorios de Texas, California
y Nuevo México. Con ello, el país del norte extendió su territorio hasta el Pacífico,
por lo que necesitaban un paso de comunicación entre su costa este y su recién
adquirida costa oeste.
El Istmo de Tehuantepec era idóneo para ello y el gobierno estadunidense
pretendió incorporar al tratado de paz con México una cláusula que garantizaba a
Estados Unidos el derecho de transporte por el Istmo de Tehuantepec “de océano
a océano”. Sin embargo, México no accedió y la cláusula no fue incorporada al
Tratado de Guadalupe Hidalgo.
En 1859, el gobierno de Benito Juárez se vio obligado a firmar el tratado
McLane-Ocampo y México tuvo que conceder a los estadunidenses no sólo el
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DISCURSOS DE GÉNERO Y POLÍTICA
derecho de tránsito a perpetuidad por el Istmo de Tehuantepec, sino el derecho de
proteger militarmente esta concesión. No obstante, el Poder Legislativo de Estados
Unidos nunca ratificó el tratado y México se volvió a salvar.
En 1879 se realizó el Congreso Internacional de París para la Comunicación
Interoceánica en América. Ahí, un ingeniero estadunidense propuso construir en el
Istmo una línea ferroviaria de doce carriles sobre las que correrían trenes capaces
de transportar buques de un océano a otro. Ese mismo año, Porfirio Díaz se empeñó
en hacer realidad el canal interoceánico y en 1907 se inauguró el corredor comercial
del Istmo. La obra la realizó una compañía inglesa, que a cambio de poder explotar el
corredor durante 51 años, construyó el tren transísmico y los puertos de Salina Cruz
y Coatzacoalcos. Ambos con capacidad suficiente para poder alojar los barcos más
grandes de la época.
Cinco años después, el ferrocarril transportaba un millón de toneladas anuales
de carga, pero tras la inauguración del Canal de Panamá en 1914, el transístmico
dejó de ser competitivo y quedó en el olvido.
Salvo algunos esfuerzos aislados, poco se habló sobre el cruce interoceánico del
Istmo hasta que en 1980, el entonces presidente José López Portillo anunció la
realización de un ambicioso proyecto multimodal transítsmico, mejor conocido
como el plan “Alfa-Omega”. Este proyecto buscaba impulsar el desarrollo de la
zona ístmica; servir como insfraestructura de transporte y atraer carga internacional.
De hecho el gobierno aseguró que con el proyecto México captaría el 7 por ciento
de la carga internacional de contenedores que cruzaban por el Canal de Panamá.
Sin embargo, la crisis económica de 1982 terminó por frustrar el último intento
por construir un corredor interoceánico en el Istmo de Tehuantepec (Payán,
2001:36 y ss.).
¿Es el Istmo de Tehuantepec una zona estratégica?
El Istmo de Tehuantepec es una de las zonas más importantes y estratégicas del
país por ser la porción más estrecha de nuestro territorio y punto de paso
interoceánico fundamental para el desarrollo del comercio internacional. Produce el
80 por ciento de la petroquímica nacional, el 39 por ciento del crudo procesado
en México es de la región, el 33 por ciento del gas seco nacional y el 66 por ciento
del gas licuado provienen del Istmo. El Istmo se considera la cuarta reserva biótica de
Mesoamérica. De ahí el enorme interés histórico que se ha generado tanto en México
como en el extranjero por la región. García nos ilustra al respecto:
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EL MEGAPROYECTO DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC Y SU VINCULACIÓN ...
En el Istmo de Tehuantepec sobreviven los bosques y selvas tropicales húmedas
más importantes del país por su biodiversidad y extensión conservada
(Chimalapas, Uxpanapa, Mixe baja...). Esta gran zona de contacto entre la flora
y la fauna del Norte y Sudamérica, forma parte del grupo de ecosistemas que
albergan todavía entre el 30 y 40 por ciento de la biodiversidad del planeta.
El Istmo es al mismo tiempo, el único puente natural que une las selvas tropicales
del país (caducifolias, subhúmedas y húmedas) entre la costa del Pacífico y el
Golfo de México. Asimismo, es la región con mayor disponiblidad de agua en
función de su demanda a nivel nacional, y donde se generan los sistemas lagunares
más grandes del Pacífico mexicano (con un enorme potencial pesquero,
especialmente en materia de camaronicultura) y donde también se extienden las
mayores planicies costeras del Golfo y del Pacífico de enorme potencial agrícola
y pecuario [2001:85 y ss.].
[Desde el punto de vista geológico] la parte norte del Istmo, además de poseer
una rica cuenca petrolífera, cuyo potencial ha revivido con el descubrimiento
de enormes yacimientos profundos en el subsuelo marino en las zonas denominadas Hoyos de Dona, donde se presumen reservas petroleras (y sulfurosas
ampliamente explotadas) similares o mayores a las de la Sonda de Campeche y
que actualmente su delimitación se encuentra en litigio con los Estados Unidos,
informa La Jornada el 12 de febrero de 1998 [García y Garza, 2001:177 y ss.].
La región se sitúa en una gran llanura aluvial formada por acumulación de
gravas y limos, originando suelos muy ricos, lo cual, unido al tipo de orografía
y la fuerte precipitación pluvial, da como resultado buena extensión de tierra
agrícola, hoy subaprovechada por la ganadería extensiva. [En la parte central del
Istmo (Sierra Mixe, Chimalapas y parte de Uxpanapa)] la topografía se comprime
por la presión de las placas continentales del Golfo de México y sobre todo del
Golfo de Tehuantepec, presentándose la formación de abruptas sierras cubiertas
de extensos bosques y selvas con afloramientos rocosos y con presencia de
yacimientos de tungsteno, calhidra, mica, fosforita y hierro [García, 2001].
La flora de la región es variadísima y diversificada, debemos recordar que la
porción central de América se forma prácticamente en el Terciario pues estaban
separados América del Norte y América del Sur y la unión por Centroamérica
se da posteriormente de tal manera que el Istmo se constituye en un punto de
confluencia de la vegetación del norte o Neártica y del sur Neotropical, de ahí
la diversificación que en conjunto con una gran variedad de microhabitats, crea la
biodiversidad.
La zona originalmente se encontraba cubierta por vegetación de selva alta
perennifolia y subperennifolia, con espacios de bosque de niebla en posición más
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DISCURSOS DE GÉNERO Y POLÍTICA
elevada o en cañadas. De los últimos espacios que quedan sin afectar por la tala
inmoderada, la expansión de la ganadería, la agricultura de monocultivo y la plantación
y explotación petrolera, se pueden señalar Uxpanapa, las reservas de la biósfera del
Ocote y Chimalapas que comparte con Chiapas. Se puede decir que de aproximadamente veintidós millones de hectáreas de selva en el país sólo quedan dos
millones. De los sitios sin afectar, el más importante es precisamente Chimalapas,
pues por ser tan diversificado el ambiente, cubre todos los tipos de vegetación selvática
que se tenían en la República Mexicana.
La diversidad en fauna es muy grande. En cada ecosistema, hábitat o nicho,
abundan las especies faunísticas que en cada cadena trófica (alimenticia) subsisten
armónicamente. De romperse el equilibrio, largas serían las listas de organismos
afectados, baste recordar a los escarabajos, las mariposas, arañas y escorpiones, las
lagartijas, sapos y aves como quetzal, tucán, faisán y las perdices que están en
peligro de extinción o las garzas gavilanes, patos y colibríes que ejecutan vuelos
migratorios (Flores, 2001:320).
¿Cuáles son los verdaderos intereses que están en juego?
El gran capital representado por Estados Unidos ha mostrado desde el siglo XIX
un gran interés por construir un paso interoceánico en el Istmo de Tehuantepec,
mismo que recobra hoy vigencia por haber sido entregado el Canal a Panamá.
En la actual era de globalización del proceso de producción y reproducción del
capital transnacional se manifiesta la necesidad de abrir por todo el Hemisferio
Norte y Centroamérica, múltiples rutas de acceso comercial y corredores industriales
para el libre flujo de mercancías: para el territorio mexicano se tienen previstos los
siguientes: Veracruz-Acapulco, Nuevo Laredo-Puerto Manzanillo, Ojinaga-Puerto
de Topolobampo-Puerto Guaymas y Coatzacoalcos-Salina Cruz, en el territorio
mexicano (Barreda, 2001:67 y ss.).
Estos corredores obedecen al interés de vincular y prolongar los corredores
industriales de Estados Unidos, especialmente de la zona noreste, donde se encuentran
las dos terceras partes de su agroindustria, hacia los países asiáticos de la Cuenca del
Pacífico, destacando la República Popular China, que con su apertura representa un
potencial de 3 mil millones de personas entre las cuales se encuentra la masa regional
de trabajadores más grande y barata de todo el mundo (0.25 centavos de dólar la
hora industrial), maquiladores y posibles consumidores (Aguayo, Payán et al.,
2001:89 y ss.). Cabe señalar que a los Estados Unidos les resultaría sumamente
costoso realizar estas rutas en su territorio debido a las condiciones orográficas de su
país, como es la presencia de las Montañas Rocallosas (Barreda, op. cit.).
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Por lo que se refiere a la existencia de recursos estratégicos en la zona, salta a la
vista, por su primera importancia, las extraordinarias reservas de biodiversidad,
principalmente concentradas en la reserva campesina de los Chimalapas, selva que
junto a las reservas de Uxpanapa en Veracruz y el Ocote en Chiapas, conforman la
exótica culminación del Corredor Biológico Centroamericano, también identificado
como Mesoamericano o como Paseo Pantera, una de las reservas continentales a
nivel mundial con mayor biodiversidad, las mayores reservas de agua dulce
disponible y casi con las mayores reservas petroleras.
Otro interés que se tiene en el Istmo responde a la importancia que ha cobrado
el desarrollo de la ingeniería genética que, como en el caso de la microelectrónica,
será universal. Si bien en la actualidad sólo pareciera tener utilidad dentro de
algunos importantes sectores (farmacéutica, medicina, agricultura, agroindustria,
recuperación de petróleo, control de medio ambiente, etcétera), en realidad ya se
explora acuciosamente la utilidad de esta nueva técnica en el diseño de los llamados
Nuevos Materiales. Conforme se domine el lenguaje de la vida y se eleve la
capacidad manipuladora del código genético, las reservas terrestres y marinas de
biodiversidad se convertirán en una de las principales materias primas, si no es
que en la principal, del nuevo mercado mundial.
Otro recurso de energía eólica se encuentra en La Ventosa; y uno más lo
constituye la Falla de succión que corre por la costa oaxaqueña y chiapaneca del
Océano Pacífico, lo cual hace de las profundas fosas marinas de la costa del Pacífico
una franja natural que succiona hacia el interior de la corteza terrestre los materiales
de la propia corteza y que, por lo mismo es valorado como un área estratégica para
la desaparición de los peores desechos industriales, un extraordinario basurero
sobre todo para los residuos altamente tóxicos que pueden ser procedentes de la
energía nuclear, eléctrica, química, etcétera.
Si el Megaproyecto es viable ¿cuáles serían las
consecuencias de su aplicación?
Para evaluar la viabilidad o no del Megaproyecto se deberán tomar en cuenta varios
aspectos. El primero de ellos es que responde a un proyecto del entonces presidente
Ernesto Zedillo, y éste ya terminó su mandato. Durante su gestión tuvo que enfrentar
muchas dificultades, tales como la presencia de fuerzas revolucionarias en la zona
que ahuyentaron la inversión del capital extranjero. Concretamente el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional con el apoyo de diversos representantes de la
sociedad civil, especialmente de organizaciones no gubernamentales nacionales e
internacionales. Por otra parte, tuvo en su contra desastres naturales tales como
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DISCURSOS DE GÉNERO Y POLÍTICA
grandes inundaciones en la zona durante 1998 que estropearon la de por sí deficiente
infraestructura carretera, misma que para su recuperación le representarían tiempo y
altos costos. Sin embargo, la viabilidad de este proyecto, en todo caso, dependía de
la voluntad política del siguiente presidente de ser o no retomado. En este caso,
Vicente Fox no sólo asumió el proyecto como propio, sino que lo incluyó como una
parte importante de otro proyecto mayor como es el Plan Puebla Panamá. He ahí su
viabilidad.
Para hablar de las posibles consecuencias hay que tomar como punto de partida
la situación que guarda la zona antes de la puesta en marcha de todos los 145
proyectos, esto es, que en la actualidad y debido a la deforestación inmisericorde que
se lleva a cabo en la zona, sólo quedan algunos reductos estratégicos de la biósfera,
tales como Chimalapas, Uxpanapa y El Ocote. En el caso de la fauna, 801 especies
están amenazadas y 442 son endémicas. Es importante señalar que de la flora se
estima que existan 336 especies en peligro de extinción de las cuales 170 son endémicas
(Estudillo, 2001:275 y ss.). A ello hay que agregar el deterioro ambiental que ha
ocasionado la moderna pero peligrosa planta de akilación (García, op. cit.) (Barreda,
op. cit.) que procesa la producción de gasolinas reformuladas en la Petroquímica de
Salina Cruz y la producción de la planta de eucalipto que requiere de exageradas
cantidades de agua, afectando la presencia de otros cultivos, alterando seriamente la
biodiversidad.
La embestida de todos estos intereses transnacionales (Saxe-Fernández, 2001:19
y ss.) con anuencia de nuestros gobiernos (Reforma al artículo 27 constitucional
que permite la privatización del ejido y la desaprobación de los Acuerdos de San
Andrés Larráinzar, versión Cocopa por ejemplo), ponen en tela de juicio el manejo
sustentable en el desarrollo armónico del hombre con la naturaleza, amén de que
la transnacionalización neoliberal excluye de sus beneficios a grandes conglomerados
humanos asentados en el Istmo, baste señalar los desplazamientos a los que están
obligados algunas comunidades indígenas de al menos doce etnias (zapotecos,
mixtecos, popolucas, nahuas, zoques, huaves, mixes, chontales, tzoltziles, chinantecos, mazatecos y cholos) (Payán, 2001, op. cit.) (Rodríguez, 2001:105 y ss.)
ante el desmantelamiento y desinterés por el fortalecimiento del campo, orillándolos
a la proletarización urbana y con ello al proceso de descampesinización, el
crecimiento de cinturones de miseria, el desarraigo y la pérdida de control de sus
recursos naturales (léase medicina tradicional, herbolaria, etcétera).
Todo lo anterior puede resumirse en una pérdida de soberanía al ser ofrecidos
indiscriminadamente los recursos estratégicos de los istmos oaxaqueño y veracruzano,
sin prever las consecuencias de una apertura de tal magnitud al capital extranjero.
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¿Cuál es la vinculación del Megaproyecto
con el Plan Puebla Panamá en el escenario actual de la globalización?
El Megaproyecto del Istmo de Ernesto Zedillo ha sido retomado por Vicente Fox en el
Plan Puebla Panamá. Dentro del Plan aparecen delimitados dos apartados: el Capítulo
México y el Capítulo Centroamérica. El caso mexicano forma parte del Plan de Desarrollo
Nacional de Vicente Fox y corresponde al Plan Nacional de Desarrollo junto con el
Proyecto de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec de Zedillo, cuyos objetivos
y estrategias de ambos, aparecen aparentemente dispersos y sin difusión y, ahora, con
la nueva administración, los encontramos integrados en una sola propuesta que se
incluye como Capítulo México en el PPP, ampliamente difundido por todos los medios
nacionales e internacionales (Payán, op. cit.:11 y ss.).
El documento base del PPP (Salazar et al., 2001:1 y ss.) lo presenta “como un
plan de pacificación, desarrollo y creación de empleos”; incluye un diagnóstico
(fortalezas, debilidades, oportunidades, amenazas y retos) de las zonas centroamericana
y principalmente del sur-sureste de México en los renglones de transporte, turismo,
energía, telecomunicaciones, desarrollo territorial, infraestructura hidroagrícola y
economía; cubre una superficie total de un millón 26 mil 117 kilómetros cuadrados,
con una población también total de 64 millones de habitantes. Los actores que
participan en el Plan son el gobierno federal mexicano y nueve gobiernos estatales:
Puebla, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Guerrero, Oaxaca y
Chiapas; los gobiernos de siete países centroamericanos: Guatemala, Belice, Nicaragua,
Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá. También participan organizaciones
empresariales de México y transnacionales (Pulsar, Dupont, Monsanto, Novartis,
Bayer, Diversa y otras como Shell, Texaco, etcétera, las cuales están en disputa por la
flora, la fauna, el agua y el petróleo), asi como organismos económicos internacionales
con aportes financieros (BM, BID, FMI, entre otros).
El PPP conjuntamente con el Plan “Nuevos Horizontes 2001” para ser
desarrollado en la zona del Petén, entre los ejércitos de Estados Unidos y Guatemala,
forman parte de un proyecto geoestratégico continental (TLC = Tratado de Libre
Comercio) e imperial de Estados Unidos para toda la América Latina (ALCA =
Acuerdo de Libre Comercio de las Américas) en el que participan sectores del gran
capital financiero, consorcios multinacionales y las oligarquías de los países del
área mexicana y centroamericana. El Petén guatemalteco y el Istmo mexicano,
han sido integradas al programa ecológico del Banco Mundial denominado
“Corredor Biológico Mesoamericano“ o “Corredor Pantera”. Todos estos proyectos
han sido presentados con propósitos ecológicos, cívicos y humanitarios, pero
encubren intereses en los que se combina intervencionismo político, económico y
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DISCURSOS DE GÉNERO Y POLÍTICA
militar y son de carácter contrainsurgente y, por ello, son una manifestación genuina
del capitalismo global transnacional (Payán, op. cit.:14).
El Corredor Biológico Mesoamericano, ya en marcha en los países centroamericanos incluido Panamá, de 7 años de duración, pretende incorporar el sur-sureste
mexicano con excepción de Guerrero, para lograrlo el BM acaba de aprobar un
presupuesto de 19.1 millones de dólares (Burch, 2001:1 y ss.). Busca promover
formas “innovadoras” para manejar la biodiversidad de la región (.05 por ciento de
superficie mundial contiene siete por ciento de biodiversidad del planeta), incluyendo
la explotación con fines económicos de vastos recursos naturales de la zona, tales
como el genoma para la investigación biotecnológica de las selvas como Chimalapas,
el petróleo, uranio, minerales, recursos genéticos de las selvas húmedas y el agua.
El Plan “Nuevos Horizontes 2001” responde a los intereses de seguridad
nacional y forma parte de un reposicionamiento geoestratégico del Pentágono en
América Latina ante el descontento popular creciente producido por las políticas
neoliberales. Ante tal descontento, y con el fin de atraer inversiones, es urgente y
necesario garantizar condiciones de “gobernabilidad”, para lo cual se responde
con la militarización y paramilitarización de estados como Chiapas, Oaxaca y
Guerrero y la instalación de un contingente militar de 12 mil soldados
estadunidenses en Guatemala, frontera con Chiapas (Fazio, 2001:1 y ss.).
Por los aspectos antes señalados, el PPP debe leerse y estudiarse en el contexto
geopolítico internacional para desentrañar los propósitos de la Proclama Monroe desde
1823, “América para los norteamericanos”, y su impacto devastador a la naturaleza, a
la pérdida de identidad, cultura y formas de organización de la población principalmente
de las comunidades étnicas (caso mexicano: mayas, kekchis, ixiles, yucatecos y quichés
en Campeche; zoque, tzoltziles, tzeltales, choles, tojolabanes, mames, zapotecas y
lacandones en Chiapas; náhuatls, mixtecos, tlapanecas, amuzgos y triques en Guerrero;
zoques, zapotecas, huaves, mixes, chontales, mixtecos, mazatecos, chinantecos y chatinos
en Oaxaca; mixtecos, náhuatls, totonacas, hña hñues, mazatecos, popolucas, otomíes,
tepehuanos y cocolucas en Puebla; mayas, kekchies, ixiles, quichés y yucatecos en
Quintana Roo; choles y chontales en Tabasco; zoques, zapotecas, huaves, mixes, chontales,
popolucas, náhuatls, totonacas, huastecos y chinantecos en Veracruz; y mayas y yucatecos
en Yucatán) (Serna, 2001:1 y ss.) y no se diga la pérdida de soberanía e identidad de los
estados nacionales, quienes en el caso latinoamericano, representan estados de
competencia (Oliver, 2001: 51 y ss.) entre ellos por ofrecer al capitalismo global,
recursos de zonas estratégicas y mano de obra barata.
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¿Cuál sería la participación de la universidad con los sectores
de la sociedad y regiones afectados por los megaproyectos?
Por las implicaciones sociales, políticas, económicas, ambientales, culturales y de
salud pública, la universidad no puede estar al margen de la problemática derivada
de proyectos de tal envergadura. La presencia de esta Casa de Estudios es fundamental
para realizar diagnósticos en la zona, para dar a conocer a las comunidades las
consecuencias que provocarán estos cambios en su hábitat, en sus usos y costumbres,
en sus personas, en su sociedad. Es necesario crear vínculos con las comunidades
para iniciar trabajos relacionados con las funciones sustantivas de la universidad:
docencia, investigación, servicio social y difusión de la cultura; además es importante
para que nuestros alumnos lleven a cabo prácticas de campo y se desarrollen
investigaciones de licenciatura, maestría y doctorado.
Como parte de la sociedad civil, los universitarios tenemos que participar en el
desarrollo, pero los términos de cómo hacerlo tienen que partir de las poblaciones afectadas,
de sus recursos disponibles y de las necesidades de cada región. Éstas deben conectarse
entre sí para ir construyendo un tejido social con base en lo que nos una y con
respeto a lo diferente —nuestra identidad— en la búsqueda de espacios de lucha
para la reivindicación de sus derechos que son los nuestros, tales como respeto a las
autonomías, reconocimiento de los derechos de los pueblos indios, recuperar el
artículo 27 constitucional original, en unas cuantas palabras: rescatar nuestro proyecto
de nación. Esto se traducirá en una verdadera democracia participativa: organización
social, propuestas contrahegemónicas y acciones colectivas.
¿Existe una resistencia civil organizada
ante la implementación de los megaproyectos?
Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec y Plan Puebla Panamá han generado un
amplio movimiento de resistencia en México y Centroamérica. Se han realizado
varios foros nacionales en Coatzacoalcos, Veracruz; en Tapachula, Chiapas; en
Jaltipan, Veracruz; en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; en Tepeaca, Puebla (en
coordinación con resistencia de Tlaxcala y Veracruz); en Villahermosa, Tabasco;
en Mérida, Yucatán; en Tehuacan, Puebla. Contra el Plan Puebla Panamá, destacan
por su importancia y alcance tres foros mesoamericanos: el primero, conocido
como “Foro de Información, Análisis y Propuestas de Organizaciones Sociales y
Civiles Mesoamericanas”, se llevó a cabo en mayo de 2001 en Tapachula, Chiapas,
y generó la declaración “El Pueblo es Primero frente a la Globalización”. El segundo
fue el “Foro de Análisis, Discusión y Propuestas sobre el Plan Puebla Panamá”, del
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DISCURSOS DE GÉNERO Y POLÍTICA
que surgió la “Declaración de Xelajú”, realizado en Quetzaltenango, Guatemala,
en noviembre de 2001 y, finalmente, el “Tercer Foro Mesoamericano frente al
Plan Puebla Panamá”, que tuvo lugar en Managua, Nicaragua, en julio del 2002,
y cuya respectiva declaración es conocida como “El Movimiento Mesoamericano
por la Integración Popular”. En todos estos foros hubo una amplia, propositiva y
plural participación de la sociedad civil.
Por último, es importante señalar que contra el ALCA (de la que forman parte
los megaproyectos que nos ocupan), la sociedad en resistencia también se ha
manifestado amplia y contundentemente en todo nuestro continente, manifestándose en diversos foros que se han realizado en Brasil, Argentina, Cuba, Chile,
Québec y Quito. Asimismo, en el Foro Social Mundial que se está llevando a cabo
hoy día (enero 2003) en Porto Alegre, Brasil, se organizó un taller de análisis sobre
PPP y ALCA, cuyos resultados serán motivo de un próximo trabajo.
Todas estas acciones reflejan la respuesta de una sociedad ética y consciente. Pensamos
que la red social se está tejiendo y con ello la esperanza de construcción de un futuro libre
y emancipado.
Bibliografía
Aguayo; Flores; Guerra; Payán (2000), “Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec”, en
Anuario de investigación 1999, Educación y Comunicación, vol. II, UAM-Xochimilco,
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