REAL COLEGIO COMPLUTENSE ----------------------------------------------- CORPORATE COVERNANCE CONFLICTS AND CORPORATE INSOLVENCY II Harvard-Complutense Seminar on Business Law ------------------------------------------------------------------------------------Fundacion GARRIGUES ICO ALLEN&OVERY Abogados-As.T. Alberto Javier Tapia Hermida EL ACTIVISMO SOCIETARIO DE LOS PRINCIPALES INVERSORES INSTITUCIONALES: FONDOS DE INVERSIÓN Y FONDOS DE PENSIONES 1 SUMARIO 2 I. PRESENTACIÓN. II. LA EVOLUCIÓN RECIENTE DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN Y DE LOS FO NDOS DE PENSIONES EN ESPAÑA. III. EL MARCO REGULATORIO DEL ACTIVISMO SOCIETARIO DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN Y DE LOS FONDOS DE PENSIONES. 1. Derecho Comunitario. 2. Derecho Español. IV. EL ACTIVISMO SOCIETARIO DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN. 1. La estructura jurídica de gestión de los fondos de inversión. 2. Las inversiones de los fondos de inversión en valores de renta variable. 3. Las reglas de actuación de las sociedades gestoras (SGIIC) en el ejercicio de los derechos políticos inherentes a los valores de renta variable incluidos en el patrimonio de los fondos de inversión que administren. V. EL ACTIVISMO SOCIETARIO DE LOS FONDOS DE PENSIONES . 1. La estructura jurídica de gestión de los fondos de pensiones. 2. Las inversiones de los fondos de pensiones en valores de renta variable. 3. Las reglas de actuación de las Comisiones de Control o de las Entidades Gestoras en el ejercicio de los derechos políticos inherentes a los valores de renta variable incluidos en el patrimonio de los fondos de pensiones. VI. CONCLUSIONES. 1 Estos textos han sido redactados exclusivamente para su entrega a los participantes en el Second Harvard-Complutense Seminar on Business Law Corporate Governance conflicts and corporate insolvency. Por ello, cualquier referencia al mismo deberá de hacerse citando al autor y el lugar de publicación. 2 Relación de abreviaturas: FI, Fondo de Inversión; FP, Fondo de Pensiones; IIC, Instituciones de Inversión Colectiva; LIIC, Ley 35/2003, de 4 de noviembre de Instituciones de Inversión Colectiva; LMV: Ley 28/1998, de 28 de julio, del Mercado de Valores; LPFP, Texto Refundido de la Ley de Regulación de los Planes y Fondos de Pensiones, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2002, de 29 de noviembre; OICVM, Organismos de Inversión Colectiva en Valores Mobiliarios; RIIC, Reglamento de Instituciones de Inversión Colectiva, aprobado por Real Decreto 1393/1990, de 2 de noviembre; RPFP, Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones, aprobado por Real Decreto 304/2004, de 20 de febrero; SGIIC, Sociedad Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva. 1 I. PRESENTACIÓN. En el Derecho español se consideran inversores institucionales los Fondos de Pensiones, las Instituciones de Inversión Colectiva (Sociedades y Fondos de Inversión), las Entidades aseguradoras, las Entidades de crédito y las sociedades de valores que realicen habitual y profesionalmente inversiones en valores negociables 3 . En esta comunicación examinaremos la intervención de los dos tipos de inversores institucionales –los fondos de inversión y los fondos de pensiones- más relevantes en el gobierno corporativo de las sociedades cotizadas 4 , tanto por su importancia cuantitativa como por la aparición de nuevas regulaciones que han incidido en este aspecto de su activismo societario. II. LA EVOLUCIÓN RECIENTE DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN Y DE LOS FONDOS DE PENSIONES EN ESPAÑA. La evolución reciente de los fondos de inversión y de los fondos de pensiones en España coincide en mostrar 2 circunstancias relevantes para esta comunicación: 1ª. El crecimiento cuantitativo de sus patrimonios: 3 Art. 7.1.a del RD 291/1992, de 27 de marzo, sobre emisiones y ofertas públicas de venta de valores. Ver nuestro comentario a este artículo en SANCHEZ CALERO, F. (Dir.), “Régimen Jurídico de las Emisiones y Ofertas Públicas de Venta (OPVs) de Valores. Comentario sistemático del Real Decreto 291/1992”, Madrid 1995, págs. 183 y ss. y RONCERO SANCHEZ, A., “Los inversores institucionales y el denominado Gobierno Corporativo”, en ESTEBAN VELASCO, G. (Coord.), “El gobierno de las sociedades cotizadas”, Madrid 1999, págs.665 y ss. 4 Aspecto al que ya nos referimos en nuestro trabajo TAPIA, A.J., “Institucional Investors and Corporate Control in Spanish Perspective”, en BAUMS/ BUXBAUM/ HOPT (Eds.) “Institucional Investors and Corporate Governance”, Berlín. Nueva York, 1994, págs. 399 y ss. Allí nos referíamos al hecho de que la intervención de los inversores institucionales en las grandes sociedades cotizadas podía provocar un “segundo salto o disociación” entre la propiedad y el control de las mismas que viniera a superponerse al derivado de la clásica “revolución de los managers”. En particular, nos referíamos a la intervención de las IIC en el gobierno de las sociedades cotizadas. 2 a) Los fondos de inversión se reactivaron en el ejercicio 2003 y en el primer trimestre de este año 2004, alcanzando un patrimonio de 209.580 millones de euros y un número de 7,72 millones de partícipes 5 . En particular, fueron los fondos de inversión en renta variable los que experimentaron un mayor crecimiento en el anterior ejercicio 2003. Este dato económico tiene su consecuencia jurídica en forma de incremento de la importancia relativa de las acciones en el patrimonio de los fondos, con sus derechos políticos –voto e informacióninherentes y la consiguiente capacidad de intervención de los fondos y de sus sociedades gestoras en la vida de las sociedades cotizadas. A pesar de este incremento relativo, conviene recordar que, en términos absolutos, los fondos de inversión españoles gestionaban, a diciembre de 2003, un reducido porcentaje (2%) de la capitalización de la bolsa española 6 ; que contrasta significativamente con el porcentaje mucho más elevado de acciones cotizadas en poder de los inversores institucionales en otros países (por ejemplo del 55,8% en los EEUU)7 . Por otro lado, debe tenerse en cuenta que, según datos de la Bolsa de Madrid, a finales de 2002, el 34,7% de los valores cotizados estaban en manos de inversores extranjeros que, además, se han mostrado especialmente activos en las juntas generales de las principales sociedades cotizadas españolas 8 . 5 En concreto, los fondos de inversión que invierten en valores de renta variable, fundamentalmente acciones, experimentaron un crecimiento muy notable que les llevó a alcanzar un patrimonio de 19.712 millones de euros en marzo de 2004. Es importante indicar que los resultados de un sondeo realizado entre entidades gestoras de fondos de inversión que distribuyen sus productos en el mercado español mostró que la rentabilidad esperada en los próximos 12 meses en los fondos de renta variable superaba claramente las perspectivas de los otros tipos de fondos y alcanzaba las siguientes medias: para España (11,8%), para Europa (13,2%), para EEUU (9%) y para Japón (16,2%). Ver Expansión de 13 de abril de 2004 6 Ver Expansión de 21 de abril de 2004, pág. 20. 7 Este porcentaje se recoge por POZEN, R.C., “Institutional Perspective on Shareholder Nominations of Corporate Directors”, en The Business Lawyer; Vol. 59, November 2003, pág. 95, nota 2 refiriéndose al ejercicio 2001. Entre nosotros, GUERRA MARTIN, G., “El gobierno de las sociedades cotizadas estadounidenses. Su influencia en el movimiento de reforma del Derecho europeo”, Monografía RdS nº.20, Navarra 2003, pág.162 y ss. ofrece cuadros detallados de la evolución de los porcentajes de participación de los inversores institucionales en el total de las acciones emitidas en los EEUU o de los admitidas en la Bolsa de Nueva York. 88 En este sentido cabe destacar la intervención de la gestora DWS Investment, del grupo Deutsche Bank en la Junta General de accionistas de Telefónica para mostrar su disconformidad con la política de retribución de la operadora mediante el reparto de acciones de Antena 3 TV. Asimismo, en el diario económico Expansión del pasado 21 de abril de 2004 (pág. 21) se daba cuenta de la revisión del proceso de control del ejercicio de los votos de los fondos gestionados por Russell que le llevó a asumir dicho control de forma centralizada mediante la contratación de la firma Institutional Shareholder Services para que suministre información sobre el gobierno corporativo de las sociedades cotizadas y representación para el ejercicio del derecho de voto. Sobre estos últimos servicios puede verse el estudio de ARNOLD, 3 b) Los fondos de pensiones crecieron en 2003 un 15% hasta alcanzar un patrimonio de 55.552 millones de euros con 7,34 millones de partícipes9 . 2ª. La creciente exigencia de responsabilidad a sus gestores: a) En cuanto a los fondos de inversión se refiere, la prensa económica se ha hecho eco de algunas declaraciones del Presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en las que se apuntaban irregularidades en la gestión de los fondos con la realización de operaciones en beneficio de sus gestores y en perjuicio de sus partícipes 10 . Estamos ante un proceso de revisión, por las autoridades bursátiles, de las prácticas de gestión de los fondos de inversión y de exigencia de las responsabilidades consiguientes que ha “cruzado” el Océano Atlántico desde los EEUU hasta Europa y se ha extendido por el Continente Europeo 11 . b) En cuanto a los fondos de pensiones, la prensa económica se ha hecho eco de la exigencia de una gestión más responsable y profesional por parte de las comisiones de control de los fondos que integran planes de pensiones del sistema de empleo, a raíz de la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones de 20 de febrero de 2004 12 . C., “Voting Abroad: Practical Experiences”, en BAUMS, T./ WYMEERSCH, E., “Shareholder Voting Rights and Practices in Europe and The United States”, La Haya, Londres, Boston 1999, págs. 391 y ss. 9 Ver EXPANSIÓN de 30 de enero de 2004, pág.16. 10 Ver EXPANSIÓN de 29 de enero de 2004, págs. 1, 21 y 22. 11 En este sentido, cabe recordar que, en septiembre de 2003, el fiscal de Nueva York desveló las investigaciones llevadas a cabo en torno a 4 gestoras de fondos de inversión que habían realizado operaciones dudosas en beneficio de clientes preferentes, tales como permitir a un cliente suscribir o reembolsar participaciones tras la hora límite fijada, conociendo informaciones fuera del alcance de los restantes clientes (“late trading”) o ejecutar entradas y salidas rápidas en el fondo a fin de beneficiarse de las fluctuaciones diarias de su valor liquidativo (“market timing”). Estas investigaciones se han saldado con el pago de compensaciones por alguna de las principales gestoras, como Alliance Capital y han supuesto recortes de rentabilidad estimados por la Universidad de Standford de en torno a un 1%. En Europa, la autoridad supervisora de los mercados financieros de Holanda (la AFM) ha descubierto recientemente, en el sector de los fondos de inversión, prácticas de información incorrecta o confusa, falta de controles adecuados sobre las operaciones de negociación, auditorías deficientes, etc. (Ver EXPANSIÓN de 27 de abril de 2004, pág. 20. 12 Ver Expansión de 22 de marzo de 2004, pág. 18. 4 III. EL MARCO REGULATORIO DEL ACTIVISMO SOCIETARIO DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN Y DE LOS FONDOS DE PENSIONES. 1. Derecho Comunitario. 1.1. Normas. a) Los fondos de inversión. Los fondos de inversión son un tipo de Organismo de Inversión Colectiva en Valores Mobiliarios (OICVM) armonizados por la Directiva 85/611/CEE, del Consejo de 20 de diciembre de 1985, modificada por las Directivas 88/220/CEE, 2001/107/CE y 2001/108/CE13 . El activismo societario de estos fondos y, en concreto, su capacidad de intervenir en el gobierno corporativo de las sociedades cotizadas viene condicionado por las obligaciones de diversificación de las inversiones de los OICVM en valores mobiliarios de un mismo emisor o grupo de emisores previstas en el art.22 y siguientes y por el principio general establecido en el art.25.1 de la Directiva cuando señala que “una sociedad de inversión o una sociedad de gestión, para el conjunto de los fondos comunes de inversión que administra y que entren en el ámbito de aplicación de la presente Directiva, no podrá adquirir acciones que den derecho al voto y que le permitan ejercer una influencia notable en la gestión del emisor”. b) Los fondos de pensiones. En la Unión Europea están armonizados únicamente los fondos de pensiones de empleo por la Directiva 2003/41/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo de 3 de junio de 2003 relativa a las actividades y la supervisión de los mismos 14 . 13 Sobre estas últimas Directivas, ver TAPIA HERMIDA, A.J., “Nuevas Directivas sobre los organismos de inversión colectiva en valores mobiliarios (OICVM)”, en la RDBB nº.87, 2002, pág.328 y ss. y nuestro manual sobre “Derecho del Mercado de Valores”, 2ª Ed., Barcelona 2003, págs. 119 y ss. 14 Sobre esta Directiva, ver TAPIA HERMIDA, A.J., “La Directiva 2003/41/CE sobre los fondos de pensiones de empleo”, en la RDBB nº.92, 2003, pág.245 y ss. y nuestro manual de “Derecho de Seguros y Fondos de Pensiones”, 2ª Ed., Barcelona 2003, cit., págs. 20 y ss. Ver noticia RDBB. 5 El activismo societario de estos fondos esta condicionado por las normas de inversión establecidas en el art.18 de dicha Directiva 2003/41/CE que dispone que los activos se invertirá mayoritariamente en mercados regulados, que estarán suficientemente diversificados, de forma que se evite la dependencia excesiva de un activo, de un emisor determinado o de un grupo de empresas y las acumulaciones de riesgo en el conjunto de la cartera, y que la inversión en la empresa promotora no será superior al 5% de la cartera o al 10% de la misma para empresas pertenecientes al mismo grupo que la promotora. 1.2. Informes a) El Informe Winter. El Informe del Grupo de Alto Nivel de Expertos en Derecho de Sociedades sobre “Un marco normativo moderno para el Derecho de Sociedades en Europa” de 2 de noviembre de 2002 (Informe Winter), en el apartado 3.3 de su Capítulo III, dedicado al “Gobierno Corporativo”, se refería a las “responsabilidades de los inversores institucionales” entre los que se mencionaban los fondos de inversión, junto a los fondos de pensiones y las compañías de seguros. Allí, tras constatar el incremento de las participaciones accionariales de este tipo de inversores en las sociedades cotizadas y la tendencia creciente al ejercicio por su parte de los derechos políticos inherentes a tales participaciones, el Grupo manifestaba su convicción sobre el importante papel que tales inversores están llamados a jugar en el gobierno corporativo de las sociedades en las que invierten. Para que esta colaboración resulte positiva, y ante los eventuales conflictos de intereses que pueden tener los gestores de estos inversores institucionales a la hora de votar en las juntas generales de las sociedades cotizadas en las que invierten, estos deben manifestar ante sus partícipes o accionistas el sentido de sus políticas de voto y los últimos deben tener derecho a informarse del sentido de los votos emitidos. Añadían que la Unión Europea debía garantizar que estas medidas de transparencia estaban incluidas en las regulaciones nacionales porque ello desembocaría en una participación más activa de tales inversores en el gobierno corporativo. 6 Finalmente, mostraban sus dudas sobre la imposición a los inversores institucionales de una obligación general de votar15 . b) La Comunicación de la Comisión Europea de 21 de mayo de 2003. El testigo del Informe Winter fue recogido por la Comisión, en la Comunicación que realizó al Consejo y al Parlamento Europeo el 21 de mayo de 2003 sobre la “Modernización del Derecho de sociedades y mejora de la gobernanza empresarial en la Unión Europea. Un plan para avanzar”16 donde señalaba que los inversores institucionales debían estar obligados a informar sobre su política de inversiones y de ejercicio del derecho de voto y sobre el sentido del voto ejercido. En concreto, en el “Plan de actuación en la UE” trazado en el epígrafe 3 se abordaba la “gobernanza empresarial” (3.1) y, dentro de ella, la intención de “mejorar la información sobre las prácticas de gobernanza empresarial” entre las que destacaba la “información sobre el papel desempeñado por los inversores institucionales” (págs.15 y 16). A este respecto, la Comunicación dice que “los inversores institucionales deberían estar obligados a: a) a informar sobre su política de inversiones y su política con respecto al ejercicio de los derechos de voto en las empresas en las que invierten; b) a informar a sus beneficiarios, a petición de éstos, de la forma en que éstos derechos se han utilizado en un caso concreto”. Con ello se mejoraría, a juicio de la Comisión, no sólo el gobierno interno de los propios inversores institucionales, sino también se reforzaría su participación en los asuntos de las empresas en las que invierten. Tampoco consideraba la Comisión deseable “imponer a los inversores institucionales la obligación formal de utilizar sistemáticamente su derecho de voto, porque eso podría tener efectos contraproducentes. En conclusión, la mejora de la participación de los inversores en la gobernanza societaria exigiría reformas de los estatutos legales respectivos de los fondos de inversión y de pensiones y de compañías de seguros y en el voto transfronterizo. 15 Entre nosotros, explicaba estos aspectos un coautor del Informe, GARRIDO, J.M., “El Informe Winter y el gobierno societario en la UE”, en RdS nº.20, 2003-1, pág.121 y ss. El capítulo III del Informe es objeto de comentario por GUERRA MARTIN, G., “Capítulo III (Gobierno Societario) del Informe del Grupo de Alto Nivel de Expertos en Derecho de Sociedades sobre un Marco Normativo Moderno del Derecho de Sociedades de Europa (Informe Winter). Bruselas 4 de noviembre de 2002”, en la RdS nº.20, año 2003-1, pág.275 y ss. 16 COM 2003.284 final. 7 2. Derecho Español. 2.1. Normas. a) Los fondos de inversión. Los fondos de inversión son un tipo de instituciones de inversión colectiva (IIC) regulados en la LIIC de 2003 y en el RIIC de 1990, que está pendiente de adaptación a la nueva Ley17 . El activismo societario de estos fondos esta condicionado por sus obligaciones de de diversificar las inversiones. Destacan, en particular, los nuevos deberes de determinación de la política de actuación, transparencia y eventual ejercicio de los derechos políticos inherentes a los valores integrados en los fondos de inversión por parte de sus sociedades gestoras (SGIIC) que establece el art.46.1.d de la LIIC de 2003. b) Los fondos de pensiones. Los fondos de pensiones están regulados en la LPFP de 2002 y en el RPFP de 200418 . El activismo societario de estos fondos esta condicionado, por un lado, por las normas sobre diversificación de las inversiones en valores emitidos o avalados por una misma entidad o por entidades pertenecientes a un mismo grupo (art.16 LPFP y art.69 RPFP) y, por otro, por las normas sobre el ejercicio de los derechos derivados del los valores integrados en el patrimonio de los FP (art.81.2.c RPFP). 2.2. Informes. a) El Informe Olivencia. El apartado 9.4 del Capítulo III del “Informe sobre el Consejo de Administración” elaborado en febrero de 1998 por la Comisión Especial para el estudio de un código 17 Ver nuestro manual de “Derecho del Mercado de Valores” cit. págs. 120 y ss. y art. RDBB 93. 18 Ver nuestro manual de “Derecho de Seguros y Fondos de Pensiones” cit., págs. 238 y ss. 8 ético de los Consejos de Administración de las sociedades (Comisión Olivencia) decía que los inversores institucionales “son agentes de gran relieve” para el gobierno de las sociedades cotizadas “puesto que los intereses de sus afiliados o partícipes (titulares de pólizas de seguros, de participaciones en fondos de inversión, etc.) coinciden en buena medida con los intereses de los accionistas ordinarios” y que, tradicionalmente, aquellos inversores institucionales no habían mostrado especial interés por tener una presencia activa en los órganos de gobierno de las sociedades cotizadas prefiriendo la liquidez al control. Este Informe concluía el apartado dedicado a los inversores institucionales diciendo que, en el futuro, los consejos de administración de las sociedades cotizadas deberían aceptar de buen grado las políticas activas de aquellos inversores institucionales en el gobierno de las compañías y éstos últimos deberían comprometerse en la promoción de las reglas de buen gobierno. b) El Informe Aldama. El “Informe de la Comisión Especial para el fomento de la transparencia y seguridad en los mercados y en las sociedades cotizadas” (Comisión Aldama) de enero de 2003, en el apartado 1.5 de su epígrafe IV, dedicado a la “celebración y desarrollo de la Junta” decía que “debería facilitarse que los inversores institucionales –fondos de inversión, entidades financieras, intermediarios de cualquier otro tipo-, que agrupan accionistas e inversores múltiples pudieran contribuir más activamente a la conformación de la voluntad social”. Asimismo señalaba que “en cualquier caso parece que, dada la importancia creciente de la participación de los inversores institucionales en el accionariado de las sociedades, se recomienda que (los inversores institucionales) definan y hagan pública su política de participación o no en las decisiones de las sociedades en las que han invertido y que esta definición sea conocida y comunicada a sus partícipes”; recomendación ésta que ha sido tenida muy en cuenta en el segundo párrafo de la letra d) del apartado 1 del art. 46 de la LIIC, como después veremos. 9 IV. EL ACTIVISMO SOCIETARIO DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN. 1. La estructura jurídica de gestión de los fondos de inversión. Los fondos de inversión se definen como patrimonios separados, carentes de personalidad jurídica y asentados sobre un triángulo de relaciones personales19 en cuyos vértices están: a) Los partícipes. Son las personas físicas o jurídicas que, en número mínimo de 100, aparecen como copropietarios del fondo con unos derechos mínimos tipificados legalmente que cabe resumir diciendo que tienen derecho a desinvertir, mediante el reembolso de sus participaciones o el traspaso de sus inversiones; estar informados; reclamar y exigir responsabilidades a la sociedad gestora y al depositario (art. 5º LIIC). Conviene destacar que no existe órgano alguno que refleje la actuación colectiva de los partícipes, lo que constituye una diferencia esencial con los fondos de pensiones de gran importancia a la hora de explicar el activismo societario de ambos tipos de inversores institucionales. b) La sociedad gestora. Esta SGIIC es la encargada de la gestión y representación del fondo y esta dotada para ello de una titularidad fiduciaria manifiesta legalmente al decir la LIIC que ejerce “las facultades de dominio sin ser propietaria” de aquél (art. 3º.1). En concreto, es la entidad encargada de desarrollar la función (entendida como poder-deber) de ejercer los derechos políticos inherentes a los valores incluidos en el fondo correspondiente. La LIIC enumera las obligaciones principales de las SGIIC (art.46.1), establece los parámetros de diligencia exigibles a las mismas (al decir el art.46.2 que “actuarán en beneficio de los partícipes o accionis tas de las instituciones cuyos activos administren”) y señala las consecuencias de sus incumplimientos (al decir el art.46.4 que “será 19 Sobre esta estructura personal de carácter triangular ver nuestra obra “Sociedades y Fondos de Inversión y Fondos de Titulización”, Madrid 1998, pág.162 y ss. y nues tro manual de “Derecho de Mercado de Valores” cit. págs. 152 y ss. 10 responsable frente a los partícipes o accionistas de todos los perjuicios que les causare por incumplimiento de sus obligaciones legales”). Además, debe tenerse en cuenta que las SGIIC, al igual que las entidades depositarias, están sujetas a las normas de conducta establecidas en el capítulo I (arts. 65 a 68) del título VI de la LIIC, que se remite expresamente a las normas de conducta contenidas en el título VII de la LMV (art. 65). c) El depositario. El depositario se encarga de la custodia de los activos del fondo y de la vigilancia de la SGIIC (art. 3º.1 y art. 57 LIIC). La SGIIC y el depositario podrán percibir del fondo sus respectivas comisiones de gestión y depósito y la SGIIC podrá percibir de los partícipes comisiones de suscripción y reembolso de participaciones (art. 8º LIIC). Por último, conviene advertir que las instituciones de inversión colectiva en general y los fondos de inversión en particular, en cuanto inversores institucionales, pueden aparecer como sujetos activos o pasivos de las relaciones de gobierno corporativo, esto es, pueden ser actores cualificados en el gobierno corporativo de las sociedades en cuyos valores invierten o pueden ser escenario de relaciones de gobierno corporativo 20 . 2. Las inversiones de los fondos de inversión en valores de renta variable. Los fondos de inversión, al igual que todas las instituciones de inversión colectiva, deberán invertir su activo conforme a los principios de liquidez, diversificación del riesgo y transparencia establecidos en el art. 23 de la LIIC que se concretan según la clase de institución de que se trate, bien sean financieras (art. 30.2) o inmobiliarias (art. 36). El patrimonio de los fondos de inversión financieros deberá estar materializado en activos aptos para su inversión, entre los que destacan, en primer lugar, los valores negociables e instrumentos financieros admitidos a cotización en bolsas de valores o en 20 A este doble papel nos referíamos en “Sociedades y Fondos de Inversión y Fondos de Titulización”, cit., pág.99 y ss. 11 otros mercados o sistemas organizados de negociación o respecto de los cuales esté solicitada la admisión a negociación en aquellos mercados o sistemas o en cuyas condiciones de emisión conste el compromiso de solicitar tal admisión21 . Además, debe recordarse que las IIC deberán mantener un coeficiente de liquidez que garantice suficientemente el régimen de reembolso de sus participaciones en los términos reglamentariamente previstos (art. 30.2 párrafo 1º LIIC). Los fondos de inversión financieros deberán diversificar los riesgos de sus inversiones sin superar, con carácter general, el 5% de su patrimonio en activos e instrumentos financieros de un mismo emisor y el 15% en un mismo grupo (art. 30.2 párrafo 2º y 3º LIIC). Por último, los fondos financieros deberán definir claramente su vocación inversora de modo tal que el inversor conozca con precisión a que categoría pertenece de entre las establecidas a fines estadísticos e informativos por la CNMV (art. 30.2 párrafo 4º). La exigencia de transparencia lleva a imponer a las IIC financieras el deber de incorporar a sus reglamentos o estatutos sociales la explicación de los principales aspectos de su política de inversión tales como forma de cumplimiento de los principios generales del art. 23, reglas de utilización de los instrumentos financieros derivados, financiaciones que pueden recibir y operaciones sobre sus activos (art. 31). 3. Las reglas de actuación de las sociedades gestoras (SGIIC) en el ejercicio de los derechos políticos inherentes a los valores de renta variable incluidos en el patrimonio de los fondos de inversión que administren. 3.1 Las pautas tradicionales de comportamiento de los fondos de inversión en las sociedades cotizadas. 21 De acuerdo con el art.30.1 de la LIIC también pueden invertir en acciones y participaciones de otras instituciones de inversión colectiva autorizadas conforme a la Directiva 85/611/CEE cuyos reglamentos o estatutos no autoricen a invertir más del 10% del activo de la IIC en participaciones o acciones de otra institución o bien de instituciones de inversión colectiva no autorizadas conforme a aquella Directiva 85/611/CEE cuando se cumplan determinados requisitos; depósitos a la vista o a corto plazo en entidades de crédito; instrumentos financieros derivados negociados en un mercado o sistema de negociación o no negociados cuando cumplan determinados requisitos; instrumentos del mercado monetario que cumplan ciertos requisitos; valores o instrumentos financieros distintos y, en el caso de sociedades de inversión, bienes muebles o inmuebles indispensables para el ejercicio directo de su actividad. 12 Los inversores institucionales en general y los fondos de inversión en particular han venido actuando, en el seno de las sociedades cotizadas en cuyas acciones invierten, según pautas específicas de comportamiento que les sitúan en una posición intermedia entre los accionistas individuales y los de dominio porque, si bien comparten con los primeros su objetivo de liquidez y su rechazo del dominio, en la práctica les resulta difícil desinvertir, bien por el propio volumen de su inversión o bien porque desarrollan políticas de “indexación” (invierten en un conjunto de valores representativos de los índices bursátiles). En consecuencia, sin poder implicarse como entidades dominantes (por sus propias exigencias de diversificación), tampoco resultaban recomendables políticas de abstención en el gobierno de las sociedades cotizadas en cuyos valores invertían22 . En el mercado de valores español, los gestores de fondos de inversión han justificado una posición abstencionista de “votar con los pies”, esto es, sustituir el voto en contra por la venta de la s acciones en caso de desacuerdo con la política de gestión desarrollada por su escaso peso relativo en las grandes corporaciones23 . Así pues, el tamaño de la sociedad cotizada en que invierten y el carácter estable de dicha inversión son factores que determinarán el activismo societario de los fondos de inversión. La práctica internacional muestra un activismo creciente de los inversores institucionales –así como de los pequeños inversores en algunos casos- en los procesos de nombramiento de los consejos de administración de las grandes corporaciones y, en especial, de sus presidentes 24 . 22 Ver TRIAS SAGNIER, M., “El sistema de protección del accionista inversor”, RdS nº.14, 2000-1, pág.203 y ss. 23 En este sentido, POZEN, ob.cit., pág. 96 se refería a la “Wall Street Rule” en el sentido de que en muchas ocasiones, cuando los inversores institucionales están en desacuerdo con la gestión de las compañías que desarrollan sus administradores, simplemente venden sus acciones, conducta que sirve para enviar un mensaje a la sociedad, sin implicar para el inversor institucional otros costes que no sean los de negociación. 24 Así, por ejemplo, CALPERS, el fondo de pensiones de los funcionarios del Estado de California, declaró el 12 de abril de 2004 su intención de votar en contra de la reelección de Sandy Weill como presidente de Citygroup en la Junta convocada para el 20 de abril así como su intención de votar en contra de la reelección de Warren Buffett como consejero de Coca-Cola (Expansión, 14 de abril de 2004, pág. 28). También el 43% de los accionistas de Walt Disney votaron en contra de la renovación de Michael Eisner como presidente (Expansión, 6 de marzo de 2004, pág. 12). Igualmente, el candidato a la presidencia de Eurotúnel Philippe Bourguignon retiró su candidatura a la vista de la posición de los accionistas de la compañía (Expansión, 8 de abril de 2004, pág. 9). 13 3.2. La prohibición genérica de dominio de las sociedades cotizadas por parte de las sociedades gestoras (SGIIC) de fondos de inversión. Es preciso dejar sentado que el activismo societario de los fondos de inversión debe respetar un rasgo esencial y común a todas las IIC que encuentra su razón de ser en el origen de los “investment trust” como instituciones que gestionan el riesgo mediante la diversificación de sus inversiones y sin alcanzar el dominio de las sociedades destino de su inversión. A tal efecto, más allá de las normas de diversificación de las inversiones de las IIC en origen (respecto del porcentaje del patrimonio de la IIC) y en destino (respecto de los valores emitidos o avalados por una entidad) que se establecen y pueden desarrollarse reglamentariamente al amparo del art.30 de la nueva LIIC de 2003; el art.25 de la Directiva 85/611/CEE establece claramente que “una sociedad de inversión o una sociedad de gestión, para el conjunto de los fondos comunes de inversión que administra y que entren en el ámbito de aplicación de la presente Directiva, no podrá adquirir acciones que den derecho al voto y que le permitan ejercer una influencia notable en la gestión del emisor”25 . Esta previsión es distinta y compatible con las reglas de diversificación porque se refiere a la posición de una SGIIC, en relación con el conjunto de fondos de inversión que administra y porque persigue evitar un resultado de dominio societario que aquellas reglas de diversificación no garantizan porque, por ejemplo, incluso manteniéndose en los límites porcentuales máximos de inversión, puede alcanzarse el dominio mediante pactos parasociales 26 . En conclusión, el ejercicio, por parte de una sociedad gestora de fondos de inversión, de los derechos de voto inherentes a las acciones del patrimonio de tales fondos no debe desembocar en que aquella SGIIC adquiera una posición de dominio de las sociedades emisoras de aquellas acciones. 25 La necesidad de tener en cuenta este precepto a la hora de examinar la actuación de las IIC como inversores institucionales en el gobierno corporativo ha sido destacada por WYMEERSCH, E., “Belgium”, y por PRÜM, A. “Luxembourg”, en BAUMS, T./ WYMEERSCH, E., “Shareholder Voting Rights and Practices in Europe and The United States”, La Haya, Londres, Boston 1999, págs.49 y ss. y 200 y ss., respectivamente, 26 En España, la Ley 26/2003, de 17 de julio, de transparencia de las sociedades cotizadas reformó la LMV añadiendo un nuevo Titulo X, sobre las sociedades cotizadas, en cuyo Capítulo II (art.112) se establece un deber de “publicidad de los pactos parasociales y de otros pactos que afecten a una sociedad cotizada”. 14 3.3. Las obligaciones que impone la nueva LIIC de 2003 a las sociedades gestoras (SGIIC) de los fondos de inversión. El art.46 de la nueva LIIC de noviembre de 2003 incorpora, como novedad, una referencia expresa al papel de las SGIIC como actores de las relaciones de gobierno societario de las sociedades cotizadas. En efecto, tiene una especialísima importancia la previsión contenida en la letra d) del apartado 1 del art. 46 en un doble sentido: Por un lado, la eventual obligación de la SGIIC de ejercer los derechos inherentes a los valores de la cartera de la IIC que administre. En este primer sentido, se deja al desarrollo reglamentario el establecimiento de los supuestos en los que la relevancia cuantitativa y el carácter estable de la participación de un fondo de inversión en una sociedad implique la obligación, para su SGIIC, de “ejercer todos los derechos inherentes a los valores integrados en el fondo, especialmente el derecho de asistencia y voto en las juntas generales”. La exigencia de esta primera obligación en la práctica deberá esperar a la determinación de los supuestos de voto obligatorio en el nuevo Reglamento. Por otro lado, la determinación de una política de ejercicio de los derechos políticos y la transparencia de la misma diciendo que “en todo caso, las SGIIC deberán informar a los partícipes de su política en relación al ejercicio de los derechos políticos inherentes a los valores que integren la cartera del fondo, justificando bien el no ejercicio de derecho de voto o bien el sentido del mismo. Asimismo, deberán dejar constancia de dicha política en los documentos informativos que se determinen”. Las SGIIC obligadas a cumplir estos deberes de transparencia desde la entrada en vigor de la LIIC en febrero de 2004. Ambos deberes están directamente inspirados en los documentos e informes comunitarios y nacionales sobre transparencia y buen gobierno societario antes señalados (epígrafe III) que, al tratar del papel de los inversores institucionales, han venido insistiendo en tres principios esenciales: determinación por las SGIIC de una política de ejercicio de los derechos políticos coherente con el tipo de IIC de que se trate, transparencia máxima de dicha política y de su aplicación ante los partícipes y 15 accionistas de las IIC administradas y el mercado en general y libertad de ejercicio –o no- de aquellos derechos políticos. En este último sentido, la imposición a los inversores institucionales de una eventual obligación de ejercer los derechos de voto inherentes a las acciones que posean ha suscitado dudas porque existen razones a favor 27 y en contra 28 . Por ello, no parece conveniente imponer tal deber de voto con carácter general y nos parece prudente que el art.46.1.d) de nuestra LIIC de 2003 deje al eventual desarrollo reglamentario el establecimiento de los supuestos de ejercicio obligatorio de los derechos –políticos, económicos y mixtos (v.g. el de suscripción preferente)- inherentes a los valores de la cartera de la IIC. V. EL ACTIVISMO SOCIETARIO DE LOS FONDOS DE PENSIONES. 1. La estructura jurídica de gestión de los fondos de pensiones. Un fondo de pensiones, como todo patrimonio, genera tres necesidades jurídicas básicas: la propiedad, la custodia y la administración. Nuestra LPFP atiende estas tres necesidades mediante una estructura triangular de sujetos 29 : a) Los partícipes y beneficiarios de los planes de pensiones integrados. La titularidad de los recursos que integran el fondo de pensiones y que están afectos al cumplimiento del plan o planes integrados corresponde a los partícipes, o, a falta de ellos, a los beneficiarios de este o estos planes. 27 Especialmente interesante es la experiencia estadounidense con los fondos de pensiones, a los que su ley específica (la ERISA de 1974), interpretada por el Departamento de Trabajo, impone el deber de voto al considerar que la capacidad de votar es un activo de los fondos y que, por lo tanto, procede la destitución de los gestores de los fondos que no ejercen los derechos de voto de aquellos o que votan sin prestar la atención debida a las implicaciones que su voto tiene en el valor último del patrimonio del fondo. En este sentido, ver KLAUSNER, M./ EFENBEIN, J., “The United States”, en BAUMS, T./ WYMEERSCH, E., “Shareholder Voting Rights and Practices in Europe and The United States”, La Haya, Londres, Boston 1999, págs.364 y ss. 28 El Informe Winter consideraba que la imposición de una obligación de ejercer el voto con carácter general podría resultar contraproducente al implicar un “seguidismo” o voto automático favorable a las propuestas de los administradores de las sociedades cotizadas. 29 Ver nuestro manual de “Derecho de Seguros y Fondos de Pensiones” cit. págs. 287 y ss. 16 Estos copropietarios desempeñan las facultades inherentes a su condominio organizados en forma de comisión de control del fondo, en donde participan también los promotores de los planes integrados (art.8.º4 y 14 LPFP y art.17.1 y 63 y ss. RPFP). Esta comisión de control no se constituirá cuando el fondo de pensiones integre uno o varios planes de pensiones del sistema individual promovidos por una misma entidad financiera, correspondiendo en este caso al promotor del plan o planes integrados las funciones y responsabilidades de la comisión de control (art.14.1 LPFP y art.67.3 RPFP). Por otro lado, existe una diferente regulación de las comisiones de control de los fondos de pensiones de empleo que integran planes de empleo (art.63 y ss. RPFP) y de las comisiones de control de los fondos de pensiones personales que integran planes asociados o individuales (arts.67 y ss. RPFP). Por último, destacar que la existencia de la comisión de control constituye la principal diferencia entre la estructura jurídica de propiedad y gestión de los fondos de pensiones respecto de los fondos de inversión. b) La entidad gestora. La administración del fondo compete, fundamentalmente, a su entidad gestora; con la peculiaridad derivada de que dicha gestión se comparte con la entidad depositaria y esta supervisada por la comisión de control (art.13 LPFP y art.57 RPFP). c) La entidad depositaria. La custodia y depósito de la parte financiera del patrimonio del fondos de pensiones se confía a una entidad depositaria (art.21 LPFP y art.82 RPFP). Como hemos señalado, las tres funciones indicadas no se desarrollan de forma aislada por cada uno de los sujetos mencionados sino de forma coordinada entre ellos. Estas relaciones de coordinación se expresan en la gestión del fondo, supervisada por su comisión de control y compartida por las entidades gestora y depositaria; que se refleja, a su vez, tanto en la existencia de funciones compartidas entre ambas entidades (v.g. arts.81.1.d y 83.3.c RPFP) como en el deber legal de exigencia recíproca de responsabilidad entre ambas en interés de los FP que administren o custodien (art.22 LPFP y art.93 RPFP). 17 Junto a las tres funciones básicas anteriormente citadas, el interés público presente en los fondos de pensiones hace que se establezca una función más, la de revisión o verificación de sus estados contables y financieros y de los de sus entidades gestoras, función cuyo desarrollo se confía a los auditores o sociedades de auditoría que cumplan determinados requisitos reglamentarios (art.25 LPFP y art.98 RPFP). 2. Las inversiones de los fondos de pensiones en valores de renta variable. El régimen de las inversiones de los fondos de pensiones se basa en el principio general de transformación de las aportaciones a los planes de pensiones en inversiones de los fondos de pensiones en los que los primeros se integran30 . En efecto, las contribuciones económicas de los partícipes -y, en su caso, de los promotores- de los planes deben integrarse, de manera inmediata y necesaria, en el patrimonio de un fondo de pensiones a través de una cuenta de posición con cargo a la cual se realizarán las inversiones, se recogerán sus rendimientos y se atenderán las prestaciones previstas en el plan integrado (arts.10 LPFP y art.17 RPFP). Por lo tanto, el fondo constituye el instrumento a través del cual las contribuciones al plan o planes integrados se transforman en inversiones que permitirán combatir, con sus rendimientos, las consecuenc ias de la depreciación monetaria. El mecanismo de transformación de las aportaciones a los planes de pensiones en inversiones de los fondos de pensiones se completa con un principio de inversión necesaria de los bienes que figuran en el activo de estos fondos. En efecto, su patrimonio debe estar invertido en bienes, salvo la parte necesaria para cubrir las dotaciones para el pago de las primas de seguros o el coste de las garantías cuando se integren planes total o parcialmente asegurados (art. 16.1 LPFP y art.19 RPFP). El interés social inherente a la correcta inversión del patrimonio de los fondos de pensiones -que será, en última instancia, la mejor garantía del cumplimiento de las prestaciones previstas en el plan o planes de pensiones integrados- lleva a establecer unos criterios genéricos de inversión que deben respetar la comisión de control y la entidad gestora, en caso de que la primera delegue en la segunda la facultad de seleccionar las inversiones (art. 81.2.a RPFP). Se trata de los criterios clásicos de seguridad, rentabilidad, diversificación y congruencia de plazos adecuados a sus finalidades (art.69.5 y 73 RPFP); a los que cabe 30 Ver nuestro manual de “Derecho de Seguros y Fondos de Pensiones” cit. págs. 303 y ss. 18 añadir el de liquidez, por cuanto los fondos deben mantener un coeficiente mínimo de liquidez del 1 % de su activo, representado por depósitos a la vista o activos del mercado monetario con un vencimiento máximo de tres meses (art.16.1 LPFP). Una vez establecido “como” debe invertirse el patrimonio de los fondos de pensiones con carácter general, procede examinar “donde” puede invertirse, esto es, en que tipos de bienes se podrán invertir tales patrimonios. En general, un 70%, como mínimo, del activo del fondo se invertirá en activos financieros contratados en mercados regulados, en depósitos bancarios, en créditos con garantía hipotecaria y en inmuebles (art.16.1 LPFP y art.72 RPFP)31 . En concreto, se declaran con activos aptos para la inversión de los FP los “valores y derechos de renta fija y variable admitidos a negociación en mercados regulados, incluidos aquellos que den derecho a la suscripción o adquisición de aquellos” (art.70.1 RPFP). Para valorar el límite de la capacidad de influencia de los fondos de pensiones en el gobierno de las sociedades cotizadas deben tenerse en cuenta los criterios de diversificación de sus inversiones tanto en origen (esto es, en porcentaje del activo del propio fondo) como en destino (esto es, en porcentaje de los valores emitidos por una entidad o grupo). Así, la inversión de un fondo de pensiones en valores emitidos por una misma entidad no podrá exceder del 5% del activo del fondo ni del 10%, si se trata de valores emitidos por varias empresas de un mismo grupo (art.72.b RPFP). Y la inversión de un fondo de pensiones en valores emitidos o avalados por una misma entidad no podrá exceder del 5% del valor nominal de los valores en circulación de aquella (art.72.d RPFP). Asimismo, los fondos de pensiones no podrán invertir más del 5% de su activo en valores emitidos por entidades del grupo al que pertenezca el promotor o promotores de los planes de pensiones integrados en dicho fondo (art.72.c RPFP) 31 Conviene tener en cuenta que el cump limiento de las normas sobre inversiones de los fondos establecidas en el art. 16 de la LPFP viene reforzado mediante la imposición de la correspondiente responsabilidad administrativa a los sujetos que las incumplan. Así, “la inversión en bienes distintos a los autorizados o en proporción superior a la establecida en el art. 16, cuando el exceso supere el 50 por 100 de los límites legales y no tenga carácter transitorio” tiene la consideración de infracción muy grave (art. 35.3.g TRLPFP); mientras que, si el exceso de inversión supera el 20 por 100 sin rebasar el 50 por 100 de aquellos límites legales y tiene carácter transitorio, se considera infracción grave (art. 35.4.g TRLPFP); y, por último, si no supera el 20 por 100 y tiene carácter transitorio, se considera infracción leve (art. 35.5.b TRLPFP). 19 3. Las reglas de actuación de las Comisiones de Control o de las Entidades Gestoras en el ejercicio de los derechos políticos inherentes a los valores de renta variable incluidos en el patrimonio de los fondos de pensiones. La entidad titular de la función de ejercer los derechos derivados de los valores incluidos en el fondo de pensiones es su comisión de control (o su promotor en caso de que ésta no se haya constituido conforme a la legislación vigente), que puede delegarla en la entidad gestora (art.81.2.c RPFP). En la práctica, es frecuente que las comisiones de control de los fondos de pensiones de empleo establezcan una comisión de inversiones que da las instrucciones a la entidad gestora sobre la selección de inversiones y el ejercicio de los derechos derivados de los valores y controla su cumplimiento. Sin perjuicio de lo anterior, en la mayoría de los casos, es la entidad gestora la que selecciona las inversiones del fondo de pensiones en valores de renta variable y ejerce los derechos inherentes a dichos valores. En este sentido, se trata de funciones en las que la voluntad de la entidad gestora determinará la composición del patrimonio del fondo y pueden ordenarse cronológicamente de la siguiente manera: En primer lugar, la entidad gestora podrá configurar la composición patrimonial del fondo mediante la selección de inversiones y las consiguientes órdenes de ejecución de compra o venta de activos cursadas a la entidad depositaria. En esta función, deberá respetar el régimen financiero de los fondos de pensiones (arts.16 y ss. LPFP y arts.69 y ss. RPFP) y, en especial, las normas sobre inversiones (art.16 LPFP y art.70 RPFP) y las condiciones generales de las operaciones (art.17 LPFP y art.74 RPFP), que le imponen restricciones específicas de contratación con el fondo. En segundo lugar y respecto del fondo ya configurado, la entidad gestora podrá ejercitar los derechos derivados de los valores y bienes del mismo. En este sentido, debemos destacar la importancia creciente que van adquiriendo los fondos de pensiones como inversores institucionales y el consiguiente poder político que van teniendo en la toma de decisiones de las principales sociedades cotizadas tanto en nuestro país como en otros países de nuestro entorno. 20 Las entidades gestoras podrán contratar la gestión de las inversiones de los fondos que administran con otras entidades gestoras de fondos de pensiones autorizadas o bien con terceras entidades autorizadas conforme a lo dispuesto en las Directivas de servicios de inversión (93/22/CEE), de seguros directos de vida (92/96/CEE) y sobre entidades de crédito (2000/12/CE) (art.20.4 LPFP y arts.86 y ss. RPFP). VI. CONCLUSIONES. 1ª Los inversores institucionales deben hacer pública su política de inversión y de ejercicio de los derechos políticos, especialmente de voto, en las juntas generales de las sociedades cotizadas que hayan emitido las acciones integradas en sus patrimonios. En los casos en los que se así se establezca legal o reglamentariamente, los gestores de los fondos de inversión y de los fondos de pensiones estarán obligados a ejercer el derecho de voto. 2ª El ejercicio del derecho de voto en las juntas generales de las sociedades cotizadas resulta especialmente relevante para los inversores institucionales cuando se someten a aprobación acuerdos que pueden modificar de forma significativa la estructura financiera de aquellas, tales como aumentos o reducciones de su capital, emisiones de obligaciones, fusiones o escisiones, etc.32 . En concreto, tales inversores deberán concentrar su activismo societario en las situaciones en las que el precio de las acciones puede resultar afectado33 . 3ª Un supuesto especialmente significativo para el ejercicio del voto por los inversores institucionales es el constituido por los acuerdos de nombramiento, renovación, destitución o exigencia de responsabilidad a los administradores 34 . Así, un aspecto específico de este 32 En este sentido, es interesante la constatación que se hace en el “Comparative Study of Corporate Governance Codes Relevant to the European Union and Its Member States (On behalf of the European Commission, Internal Market Directorate General)” Final Report, January 2002, pág. 38 en el sentido de que existen determinados asuntos reservados para la acción de los accionistas. Así, dice: “en casi todos los Estados miembros de la UE, los accionistas tienen la facultad de modificar los estatutos u otros documentos orgánicos (esto requiere a menudo una mayoría cualificada de votos), aprobar la emisión de nuevas acciones, aprobar la designación de los auditores externos, aprobar las cuentas anuales, aprobar la distribución de dividendos, aprobar operaciones extraordinarias tales como fusiones, adquisiciones y OPAS y elegir los órganos de supervisión (considerando los derechos de los trabajadores en algunos Estados miembros)”. 33 Ver POZEN, ob. cit., pág. 98. 34 En este sentido, en las anotaciones a los “Principios de la OCDE para el gobierno de las sociedades” aprobados en la Cumbre de Ministros del 26-27 de mayo de 1999, en concreto, en las anotaciones a los principios sobre “los derechos de los accionistas” ( pág.29) se dice que “los derechos de los accionistas a 21 activismo societario es el papel que los fondos de inversión pueden jugar en el sistema de gobierno corporativo de las sociedades cotizadas mediante acciones proponiendo a la junta general la separación de los administradores conforme al art. 131 de la LSA o exigiéndoles la responsabilidad en los términos del art. 133 y concordantes de la misma LSA35 . 4ª En el momento de adoptar la decisión de intervenir o no en las juntas generales de las sociedades cotizadas y, en el primer caso, de votar en uno u otro sentido; los gestores de los inversores institucionales deben aplicar un método de análisis coste/beneficio porque, según vimos anteriormente, las sociedades gestoras de los fondos de inversión están obligadas a actuar “en beneficio de los partícipes o accionistas de las instituciones cuyos activos administren” (art.46.2 LIIC), del mismo modo en el que las entidades gestoras de los fondos de pensiones deberán actuar “en interés de los fondos que administren” (art.22 LPFP) 36 . La aplicación de este método de análisis coste/beneficio resulta especialmente pertinente en el activismo de los inversores institucionales respecto de la configuración de los consejos de administración de las sociedades cotizadas en las que invierten y se enfrenta a dificultades metodológicas derivadas de la difícil cuantificación de los costes y de los beneficios asociados a aquel activismo 37 . intervenir en la gestión de la sociedad se centran en ciertas cuestiones fundamentales: elegir a los miembros del consejo u otros medios para influir en la designación de este consejo, realizar enmiendas en los documentos orgánicos de la empresa, aprobar transacciones extraordinarias y otras cuestiones especificadas en el reglamento interno y en los estatutos de la compañía”. 35 A esta faceta de los inversores institucionales en el proceso de sustitución y selección de los administradores de las sociedades cotizadas se refería DAVIES, P. “The United Kingdom”, en BAUMS, T./ WYMEERSCH, E., “Shareholder Voting Rights and Practices in Europe and The United States”, La Haya, Londres, Boston 1999, págs.335 y ss. y BAUMS, T./ SCOTT, K.E., “Taking Shareholders Protection Seriously? Corporate Governance in the United States and Germany”, Arbeitspapiere nº.119 (11/2003) Johann Wolfgang Goethe- Universität Frankfurt am Main, págs.29 y 30 con referencia a la situación en EEUU y en Alemania, respectivamente. 36 En este sentido, los Principios de la OCDE de 1999 antes citados referidos a “los derechos de los accionistas” señalan que “los accionistas, incluidos los inversores institucionales, deben tomar en cuenta el coste y los beneficios derivados del ejercicio de su derecho de voto” (F) y las anotaciones a los mismos señalan (pág.33) que “los principios no abogan por una estrategia de inversión en particular y no pretenden dictaminar el grado óptimo de activismo de los inversores. No obstante, muchos inversores han llegado a la conclusión de que se pueden obtener beneficios financieros llevando a cabo una tarea de análisis razonable y ejerciendo sus derechos de voto. Algunos inversores institucionales también desvelan sus propias políticas por respeto a las empresas en las que invierten”. 37 A estos efectos, resulta especialmente significativo el análisis que hace POZEN, ob.cit. pág.95 y ss. de los cinco métodos alternativos propuestos por la “American Bar Association Task Force on Shareholder Proposals”. En concreto, identifica ciertos costes (el tiempo invertido por los ejecutivos y el personal del inversor institucional, el riesgo de litigios, el coste de oportunidad en términos de liquidez asociado a la espera para al Junta General Ordinaria de Accionistas, la restricción del acceso del inversor a la información societaria, etc.) así como algunos beneficios (por ejemplo, la relación existente entre la prima de control obtenida y el número de consejeros independientes en situaciones de OPAS hostiles). 22 5ª En todo caso, los gestores de los fondos de inversión y de los fondos de pensiones responderán frente a los partícipes por los daños que puedan derivarse para el patrimonio de aquellos fondos de una gestión negligente de los derechos políticos inherentes a las acciones integradas en los mismos. Gestión negligente que puede producirse bien cuando, debiendo ejercer los derechos de voto, no lo han hecho o bien cuando ejerzan tales derechos en un sentido contrario a los intereses de los fondos que administren (por ejemplo, dando prioridad a los intereses del grupo bancario al que pertenezcan, esto es, resolviendo en contra de los partícipes el conflicto de intereses correspondiente). 23