Las tesis 85/2010 y 8/2016, su interpretación popular

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Laboral y de seguridad social
En
busca
de una
pensión
digna
Las tesis 85/2010 y 8/2016,
su interpretación popular
C.P.C. Ariel Morales García
PLANTEAMIENTO
ecientemente hemos sido
testigos de un nutrido debate periodístico con motivo de
la publicación de la jurisprudencia
8/2016, emitida por la Segunda
Sala de nuestro máximo tribunal,
que toca nuevamente un tema
delicado, como es el cálculo de la
pensión por jubilación, conforme a
los lineamientos establecidos en la
Ley del Seguro Social (LSS) vigente, mejor conocida como Ley 97.
R
De hecho, se trata de un segundo debate que se viene a sumar
al de 2010 con la jurisprudencia
85/2010, la cual inició esta polémica tocando el mismo tema, y aunque motivada por litigios distintos
a los de la tesis actual, la opinión
pública de entonces la consideró
como un caso cerrado; sin embargo, los señores ministros de la Segunda Sala de la Suprema Corte
de nuestro máximo tribunal nos
recordaron con esta otra tesis, que
dicho debate, al parecer, está muy
lejos de haber concluido.
En esta ocasión, de nueva
cuenta se interpretan los aspectos
meramente numéricos, que supone
la operación aritmética que debe
realizar el propio Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para
efectos de determinar el importe
que servirá como base para el pago
de la pensión mensual por jubilación definitiva, dado el retiro por
cesantía o vejez del asegurado.
Como puedes ver, es una discusión que gira en torno de la principal prestación económica del régimen de seguridad social, cuyos
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fondos son administrados por el IMSS, en su calidad
de ente asegurador.
Dado el interés general mostrado en este tema, me
obliga a no limitar esta exposición a un “diálogo entre
especialistas” (abogados y contadores), por lo que sigo
un lenguaje sencillo en la medida de lo posible, de acuerdo con una tesis de jurisprudencia que así lo señala.1
De acuerdo con el tema planteado, el presente artícuTodo esto con el fin de anticipar algunas conclusiolo se dirige a obtener algunos elementos que ayuden nes preliminares que permitan una comprensión más
a destrabar dicha polémica, comparando ambas tesis simple sobre este asunto. Con estos objetivos y límites, el
(85/2010 y 8/2016) conforme a la doctrina surgida del presente artículo se suma a lo que los académicos denoPoder Judicial federal, que considero la más adecuada minan interpretación popular, como veremos enseguida.
para analizarlas, al constituir la propia jurisprudencia
en general, la interpretación oficial de la ley y que es
legalmente obligatoria, al momento de resolver pleitos
(litigios) futuros ante los tribunales, precisando el tipo
Interpretar es una actividad práctica que pretende
de jurisprudencia a que pertenecen ambas tesis.
En este artículo me ocupo en específico de la op- desentrañar el significado o el sentido que contiene un
ción otorgada a los asegurados, en los artículos tran- conjunto de textos escritos en papel, que forman los
sitorios de la LSS actual, cuyas cotizaciones (apor- llamados “artículos” de un código o de una ley.2
Por esta razón, se afirma que lo que se interpreta
taciones) fueron cubiertas bajo la vigencia de la ley
anterior de 1973 (Ley 73) y la ley vigente a partir de 1997 no son las palabras, sino el significado que un texto o
un conjunto de textos pueda tener con el propósito de
(Ley 97).
Este tipo de asegurados, una vez llegado el mo- aplicarlos al sentido que, a su vez, tiene una conducta
mento de su jubilación, cuenta con la opción de elegir en el mundo real, que se designa hecho natural o sientre los beneficios de la pensión estimada (calcula- tuación de hecho.
Así, una cosa es el texto de la ley, el cual dispone
da) conforme a la Ley 73 o la pensión que se estime (se
calcule) de acuerdo con la Ley 97, operaciones que el que los efectos del derecho ante una conducta futura
propio Instituto debe realizar por disposición de la ley. se denomina precepto o artículo, y otra es la conducta
Y debe entregarlos al asegurado para que éste efectiva o situación de hecho, ocurrida en la realidad
decida qué régimen elige para su pensión definitiva; o el hecho natural mismo. Se interpretan los preceptos
radicando aquí la trascendencia de este asunto, ya para aplicarlos a la situación de hecho o al hecho natuque hablamos del importe con el que a la postre serán ral de que se trate, siendo esta comparación como segunda acción lo que se denomina aplicación de la ley.
pensionados.
Se trata de una actividad práctica que no exige la
Pienso que el interés general en este asunto se
centra en que los asegurados en su retiro (jubilación), intervención de un especialista, ya que el propósito de
logren una prestación de subsistencia digna (pen- toda ley es que ésta pueda ser leída y comprendida
sión) que no los lleve a la indigencia, cuidando que no por todos, debe ser general y abstracta, siendo ésta la
se afecten los beneficios o derechos adquiridos con principal garantía que se busca al redactar por escrito
sus aportaciones a lo largo de su vida laboral frente al las leyes y fijar en ellas los preceptos del derecho, con
el fin de otorgar certeza jurídica a la población y no
Instituto.
Utilizo el método histórico-sistemático para expo- aplicar a sus conductas individuales “leyes no escritas”
ner de manera breve la evolución de la jurisprudencia que tiendan a dañarlos de algún modo o que de foren general y el artículo involucrado en ambas tesis, ma deliberada los perjudiquen, es decir, se garantiza
como es el artículo 33 de la Ley 73 del Seguro Social, la seguridad jurídica de todos en la interpretación y la
en el contexto de los artículos transitorios de la Ley 97. aplicación de la ley.
OBJETIVOS Y LÍMITES
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INTERPRETACIÓN JURÍDICA
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Al respecto, hay diversas pautas o métodos que a través de la
historia han creado los profesionales involucrados con el derecho
para llevar a cabo dicha actividad y
conforme a los cuales también han
surgido diversas teorías y clasificaciones para distinguirlos.3
Desde el punto de vista del
legislador, cuando se expide una ley
o las reformas a una ley ya existente, es cuando se utiliza la interpretación oficial que se conoce como
auténtica o primaria, puesto que se
asume que es en dicha ley donde
el autor de la misma expresa por
escrito la voluntad general, es decir,
en su texto es donde se manifiesta
lo que los legisladores quieren. De
acuerdo con nuestra Constitución,
hablamos del órgano designado
expresamente para hacerlo y que
conocemos como Poder Legislativo, cuya labor consiste en fijar por
escrito en una ley o en un código,
el derecho.
En el enfoque del juzgador, la
interpretación se denomina secundaria o jurídica propiamente dicho
y es la que realiza el Poder Judicial, que plasma por escrito en sus
sentencias o en la jurisprudencia,
siguiendo el principio de seguridad
jurídica antes mencionado. Siendo
estos dos tipos de interpretación
oficial los únicos reconocidos por
la Constitución, porque es la única
interpretación que puede obligar
a los jueces para resolver un caso
por medio de una sentencia, obligando a quienes han sido partes
en una contienda; por ello, la interpretación en México es legislativa
o judicial, y no hay ninguna otra
reconocida por la Constitución, quedando a cargo del Poder Ejecutivo la
actividad de aplicar las leyes. 4
Es el propio Luis Recasens quien llama la atención sobre el hecho de
que en la vida cotidiana esta actividad interpretativa es efectuada por
los particulares, las autoridades, las universidades y mayormente por los
profesionales relacionados con el derecho (como abogados y contadores,
entre otros) a quienes los ciudadanos piden consejo sobre asuntos legales, sin
que intervengan los tribunales al no haber ningún litigio.
Se trata de la enorme masa de casos reales, que sólo cuando surge una
controversia se comunican al tribunal o al juez en una demanda, constituyendo lo que este autor denomina interpretación popular que, como ya
señalamos, es dentro de la cual se inscribe el presente artículo.5
Otro factor que no debe escapar a nuestra atención es que los artículos de una ley no aparecen de forma aislada, sino formando parte de un
conjunto que se denomina precisamente ley o código, es decir, se encuentran integrados en un sistema escrito. Cuando se interpone una demanda
ante un juez, dichos artículos se le ofrecen también, interpretados de manera correlacionada en un contexto.
Esto es así porque la ley tiende a crear conjuntos de normas y, en esa
medida, ningún intento interpretativo puede tener éxito, si se pretende
de manera aislada, la interpretación de un solo precepto o una sola
regla de derecho. Así, cuando se habla del aspecto histórico de una ley,
a lo que se atiende es a las reformas que ésta ha sufrido a lo largo de su
vigencia, es decir, su existencia jurídica.6
Por eso, cuando los académicos se refieren al concepto de derecho,
la definición que proponen en sus libros siempre inicia señalando que el
derecho es un conjunto de normas…, y este conjunto no es otra cosa que
los preceptos de una ley o de un código, según la materia de que se trate.7
La jurisprudencia por contradicción obligatoria y la pensión de
seguridad social son dos figuras jurídicas cuyo diseño legislativo es netamente nacional, mismas que fueron establecidas en la legislación a
mediados del siglo XX, por lo que es necesario recordar: ¿cómo se integraron?, y, ¿con qué fines?, lo que implica exponer de forma abreviada su
historia y su evolución, respectivamente.
JURISPRUDENCIA POR
CONTRADICCIÓN OBLIGATORIA
La integración de la jurisprudencia del Poder Judicial federal en la ley se
debe a Ignacio Luis Vallarta, durante el desempeño de su cargo como
ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
a finales del siglo XIX, tomando como ejemplo los precedentes judiciales
de los tribunales de los Estados Unidos de América.8
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El ministro Vallarta estimó
que era indispensable que las
sentencias de amparo de la SCJN,
en su calidad de máximo intérprete
del derecho en México, no debían
quedarse en el olvido, ya que salvo
las partes contendientes, nadie las
conocía. Por lo que era necesario
hacer una síntesis de los razonamientos que contenían para que
sirvieran como doctrina jurídica y
de esta forma se fuera fijando el
derecho público mexicano. Por tal
motivo, dichas sentencias debían
ser publicadas en el Diario Oficial
de la Federación (DOF), de forma sintetizada en resúmenes que
llamó “Tesis”, para que toda la población pudiera conocer la interpretación efectuada por la Suprema
Corte.
Fue cuando se le encargó el
proyecto para una nueva ley orgánica de los artículos 101 y 102,
de la Constitución federal de 1881
(Ley de Amparo), cuando el ministro Vallarta diseñó el sistema
de jurisprudencia obligatoria para
todo el Poder Judicial federal y los
tribunales de los estados, mediante
la acumulación de cinco sentencias consecutivas, que reiteraran
una interpretación en un mismo
sentido, sin ninguna en contrario.
De esta manera se introdujo a la
nueva ley antes citada el 14 de diciembre de 1882, y la aplicación de
la jurisprudencia, desde entonces,
es obligatoria para los jueces tanto
federales como estatales, una vez
publicada la tesis correspondiente,
en el periódico de los tribunales federales creado también por dicha
ley.
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De acuerdo con lo anterior, podemos ver que la jurisprudencia es
obligatoria para el Poder Judicial
federal, y mediante ella se fija por
escrito la interpretación que se estima es la correcta, ya sea de una
ley o de la propia Constitución.
En otras palabras, se introdujo la
“interpretación judicial obligatoria”, no sólo para fijar el derecho
público, sino con la intención de
que la jurisprudencia, en su conjunto, fuera integrando lo que
Vallarta llamó: “Doctrina del derecho
público mexicano”, proyecto histórico que sin duda ha cumplido con
creces su cometido. La jurispruden­
cia por contradicción se integró a
la ley de amparo con la reforma del
19 de febrero de 1951, cuando se
crearon los tribunales colegiados
de circuito para desahogar cargas de
trabajo de la Corte, para resolver
cuestiones de legalidad.
Ello con el propósito de corregir los vicios que surgieran en la
aplicación de leyes federales y estatales, en los cuales la discusión
sustancial no se ocupara de una
controversia constitucional. Fue
gracias a esta reforma, conocida
también como “Reforma Miguel
Alemán”, que se introdujo con el fin
de eliminar criterios opuestos entre
los nuevos tribunales colegiados,
siendo competentes las salas de la
Corte para resolverlo.
Por su sencillez, destaca la explicación de esta figura que hacen los
maestros Miguel Acosta Romero y
Alfonso Pérez Fonseca,9 quienes seña­
lan que en este proceso no se trata
de un pleito propiamente dicho,
es decir, no hay una controversia
entre un actor y un demandado,
ya que no hay siquiera una acción
y menos una excepción10 procesal, por lo que el resultado final no
constituye una sentencia de ninguna índole en el sentido tradicional
de esta palabra, y en lugar de ello,
se trata de un proceso de unificación de criterios, con el fin de eliminar las contradicciones que puedan surgir cuando los tribunales
colegiados interpretan una ley o un
tema de una ley, que es semejante
o análogo en los casos por ellos resueltos.11
Una vez identificada la oposición entre uno y otro criterio, se
debe reportar por el tribunal a la
Sala, para que defina cuál de entre ellas debe prevalecer, sin que la
Sala pueda modificar las sentencias
ya resueltas, en esta unificación.
De esta manera, la Sala de la Corte
se debe limitar a estudiar los casos
opuestos, para establecer cuál interpretación debe prevalecer; puede
suceder que no prevalezca ninguno
de los criterios y la Sala establezca
uno nuevo, siendo al resultado de
este estudio a lo que se denomina
jurisprudencia por contradicción.
Los dos autores arriba mencionados lo califican como un “proce­
so de tipo académico” que vino a
alterar la idea tradicional sobre la
jurisprudencia, porque en esta nueva modalidad no se requiere más
que una sola decisión para cons­
tituir nueva jurisprudencia por
contradicción. Apareciendo aquí lo
verdaderamente importante de esta
modalidad, porque en la práctica, lo
que se establece son verdaderas líneas o directivas de interpretación
uniforme, para los tribunales colegiados y juzgados de
Distrito, que deben seguirlas de manera obligatoria al
resolver juicios futuros. Fijando ahora la jurisprudencia
uniforme, lo que ahorra tiempo, para no volver a estudiar materias ya resueltas en el pasado.
HECHOS RELATIVOS A LAS
TESIS 85/2010 Y 8/2016
El primer hecho coincidente en ambas tesis es que son
jurisprudencia por contradicción, por lo que una vez
publicadas son de aplicación obligatoria en pleitos futuros. Y las dos coinciden en interpretar el artículo 33
de la LSS de 1973, cuya vigencia concluyó el 30 de junio
de 1997.
Al publicarse la jurisprudencia 8/2016, se agrupa
a la tesis 85/2010 porque ambas tratan sobre el límite máximo de salarios mínimos que se debe aplicar
a la base de la pensión por jubilación, y estos datos
son en ambas: 10 veces el salario mínimo del Distrito
Federal vigente a las últimas 250 semanas cotizadas
cuando los asegurados elijan los beneficios de la Ley
73, conforme a lo dispuesto en su artículo 33. Siendo
una primera confusión, porque el factor es de 25 y
no de 10 salarios mínimos, por ser una lectura mas no
una interpretación del artículo 33 de la Ley 73, para los
asegurados de “tránsito” de la Ley 73 a la Ley 97, como
veremos más adelante.
La tesis 85/2010 alertó negativamente a los asegurados ante el IMSS al suponer que “pretendía reducir
los beneficios de la Ley 97 vigente, para efectos del
cálculo de su pensión”, lo que en nuestra opinión es
una segunda confusión debido a una desafortunada redacción de su encabezado, al identificar allí la
ley que fue efectivamente interpretada, que no es otra
que la Ley 73, error que se confirma leyendo el encabezado de dicha tesis:
Jurisprudencia 2a/J. 85/2010
SEGURO SOCIAL. EL SALARIO PROMEDIO DE
LAS ÚLTIMAS 250 SEMANAS DE COTIZACIÓN,
BASE PARA CUANTIFICAR LAS PENSIONES
POR INVALIDEZ, VEJEZ Y CESANTÍA EN EDAD
AVANZADA, TIENE COMO LÍMITE SUPERIOR EL
EQUVALENTE A 10 VECES EL SALARIO MÍNIMO
GENERAL VIGENTE EN EL DISTRITO FEDERAL,
ACORDE CON EL SEGUNDO PÁRRAFO DEL AR­
TÍCULO 33 DE LA LEY RELATIVA VIGENTE HASTA
EL 30 DE JUNIO DE 1997.
(El uso de negrillas cursivas dentro del texto es
nuestro.)
En esa ocasión, la aclaración de la Suprema Corte,
mediante el comunicado 142/2010 publicado en su página web, tranquilizó los ánimos al exponer, de forma
sencilla dichos puntos a como se lee la tesis 85/2010.12
Por su parte, la jurisprudencia 8/2016 evidencia el mismo error de redacción en su encabezado, como sigue:
Jurisprudencia 2a/J. 8/2016 (10a)
PENSIÓN POR CESANTÍA EN EDAD AVANZA­
DA. AL RESOLVER LA JUNTA SOBRE EL AJUSTE
EN LA CUANTIFICACIÓN DE SU PAGO, DEBE
ATENDER EL LÍMITE SUPERIOR PREVISTO EN EL
PÁRRAFO SEGUNDO DEL ARTÍCULO 33 DE LA LEY
DEL SEGURO SOCIAL, VIGENTE HASTA EL 30 DE
JUNIO DE 1997, SIN QUE REPRESENTE OBSTÁCULO
ALGUNO QUE EL DEMANDADO NO SE HUBIERE
EXCEPCIONADO EN ESE SENTIDO.
(El uso de negrillas cursivas dentro del texto es
nuestro.)
Comparados ambos encabezados, podemos constatar también que, no obstante haber sido diferentes
los asuntos que motivaron ambas tesis, según lo confirma la SCJN con la nota número 90/2016, recién publicada
el pasado 16 de mayo del presente año, donde informa
que la tesis 8/2016 se refiere a cuestiones meramente
procesales, se incurre en el mismo error de redacción.
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Sostengo que es un error de redacción que induce a confusión,
porque al citar en el encabezado de ambas tesis “la Ley vigente hasta el
30 de junio de 1997”, esta parte del texto en las dos se refiere a la Ley 73, y
por eso se confunde con la Ley 97, que es la ley vigente.
Ahora bien, leída con mayor atención la tesis 8/2016, se confirma
también que le proporciona medios procesales de defensa al IMSS para
que se niegue a modificar el cálculo que sirvió de base para las pensiones que
ya está pagando y que calculó conforme a la Ley 73.
Siendo esta tercera confusión la que complica más este asunto,
porque en la nota antes mencionada, la Corte genéricamente llama a
estos medios de defensa: “asuntos meramente procesales”, sin decir nada
en cuanto a que se trata de una interpretación para que el Instituto se
niegue a modificar las pensiones que se encuentran ya en periodo de
disfrute por los asegurados que en su momento fueron calculadas bajo
la Ley 73.
PENSIÓN DE SEGURIDAD SOCIAL,
SU EVOLUCIÓN EN LA LEY 73
Y EN LA LEY 97
644
La primera LSS se publicó el 19 de enero de 1943 y tras algunas reformas,
fue el 12 de marzo de 1973 que se publicó una nueva ley que entró en vigor
introduciendo reformas novedosas para la época, el 1 de abril de 1973,
principalmente para complementarla con la entonces nueva Ley Federal
del Trabajo (LFT) de 1970, y se mantuvo vigente hasta el primer semestre de
1997.
Entrando de lleno al tema, al parecer la Segunda Sala de la Suprema
Corte utilizó un razonamiento que resulta incongruente con el cálculo de
la pensión en cuanto al sistema establecido mediante el régimen de transición establecido en los artículos transitorios de la Ley 97 actual, conforme a lo siguiente:
1. Cuando se publicó la Ley 73, el 1 de abril de 1973, el cálculo se encontraba en el artículo 34 y no distinguía entre cuotas de cotización, con un
factor de 10 veces el salario mínimo. Por reforma del 28 de diciembre
de 1984, el artículo 34 se derogó y su contenido se agregó al artículo
33, para señalar que en la inscripción de los asegurados al sistema debían ser inscritos con el salario base que percibieran al momento de su
afiliación, quedando un límite superior equivalente a 10 veces el salario
mínimo que rija en el Distrito Federal.
2.La siguiente reforma al artículo 33 ocurrió el 22 de febrero de 1992,
donde se mantuvo el mismo texto, pero se agregó la siguiente aclaración: quedando un límite superior equivalente a 10 veces el salario mínimo
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que rija en el Distrito Federal,
excepto para el ramo de retiro,
agregando un segundo párrafo al
artículo 33 de la Ley 73 del Seguro
Social, con el siguiente texto:
Artículo 33.. . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tratándose del seguro de retiro, el límite superior será el equivalente a veinticinco veces el salario mínimo general que rija en el
Distrito Federal.13
3.Posteriormente, de nueva cuenta fue reformado el artículo 33,
con fecha 20 de julio de 1993,
pasando a su primer párrafo el
límite de 25 veces el salario mínimo general (SMG) que rigiera en
el Distrito Federal, agregando de
nueva cuenta un segundo párrafo, como sigue:
Artículo 33. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tratándose de seguros de invalidez, vejez, cesantía en edad avanzada, y muerte, el límite superior
será el equivalente a 10 veces el
salario mínimo general que rija en
el Distrito Federal.
Estableciendo en el Artículo
Cuarto Transitorio de esta reforma del 20 de julio de 1993, para
efectos del artículo 33 reformado, para los seguros de riesgos de
trabajo, enfermedades y maternidad y guarderías, lo siguiente:
a)Un incremento gradual de 10 a 18 veces el salario
mínimo del Distrito Federal a partir de su entrada en vigor, en su fracción I;
b)A partir del 1 de enero de 1994, un incremento
gradual de 18 a 25 veces el salario mínimo del
Distrito Federal, en su fracción II, y
c)En el caso del seguro de retiro, se aplicó el
límite superior de 25 veces el salario mínimo
del Distrito Federal, para armonizarlo con
el decreto que reformó la LSS y la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR) de 24 de febrero
de 1992, por lo que estos incrementos entraron en vigor a partir del 1 de mayo de 1992, en
un segundo párrafo de este Artículo Cuarto
Transitorio.
4.Esta circunstancia del límite superior de 25 veces
el salario mínimo del Distrito Federal, para el
seguro de retiro, se mantuvo así desde el 1 de
mayo de 1992 hasta la abrogación de esta ley
el 30 de junio de 1997, conforme al decreto publicado el 21 de diciembre de 1995. Por su parte, la
LSS vigente, que entró en vigor el 1 de julio de 1997,
en cuanto a este tema, regula en su artículo 28 lo
siguiente:
Artículo 28. Los asegurados se inscribirán con el
salario base de cotización que perciban en el momento de su afiliación, estableciéndose como límite superior el equivalente a veinticinco veces el salario
mínimo general que rija en el Distrito Federal y
como límite inferior el salario mínimo general del área
geográfica respectiva.
(El uso de negrillas dentro del texto es nuestro.)
En relación con el artículo 28 anterior, para el tipo
de asegurados en transición, expresamente los ar­
tículos Cuarto, Undécimo y Vigésimo Quinto Transitorios de la Ley 97, disponen lo siguiente, existiendo una
aclaración publicada el 16 de enero de 1996, en el caso
del Artículo Undécimo:
Artículo Cuarto. Para el caso de los trabajadores
que hayan cotizado en términos de la Ley del Seguro Social que se deroga, y que llegaren a pensionarse
durante la vigencia de la presente Ley, el Instituto
Mexicano del Seguro Social, estará obligado, a solicitud de cada trabajador, a calcular estimativamente el importe de su pensión para cada uno de
los regímenes, a efecto de que éste pueda decidir
lo que a sus intereses convenga.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Artículo Undécimo. Los asegurados inscritos con
anterioridad a la fecha de entrada en vigor de esta Ley,
al momento de cumplirse los supuestos legales o el siniestro respectivo que, para el disfrute de las pensiones de vejez, cesantía en edad avanzada o riesgos de
trabajo, se encontraban previstos por la Ley del Seguro Social que se deroga, podrán optar por acogerse
a los beneficios por ella contemplados o a los que
establece la presente Ley.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Artículo Vigésimo quinto. El artículo 28 de esta
Ley entrará en vigor el 1 de enero del año 2007, en
lo relativo al seguro de invalidez y vida, así como
en los ramos de cesantía en edad avanzada y vejez. Los demás ramos de aseguramiento tendrán como
límite superior desde el inicio de la vigencia de esta
ley el equivalente a veinticinco veces el salario mínimo
general que rija en el Distrito Federal.
A partir de la entrada en vigor de esta Ley el
límite del salario base de cotización en veces salario mínimo para el seguro de invalidez y vida, así
como para los ramos de cesantía en edad avanzada y vejez, será de quince veces el salario mínimo
general vigente en el Distrito Federal, el que se
aumentará un salario mínimo por cada año subsecuente hasta llegar a veinticinco en el año 2007.
(El uso de negrillas dentro del texto es nuestro.)
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61
Como vemos, el cálculo es obligación del Instituto en términos
del Cuarto Transitorio; la opción para los asegurados en transición,
la establece el Artículo Undécimo Transitorio y el incremento gradual
de 15 a 25 veces el salario mínimo del Distrito Federal, en su momento ocurrió de 1997 a 2007, y lo estableció el Artículo Vigésimo Quinto
Transitorio.
La pregunta es: ¿por qué la Corte insiste en un límite ya inexistente en la época de entrada en vigor de la Ley 97, cuando la Ley 73 ya
se había homologado en dichas cuotas y esto lo confirma el Vigésimo
Quinto Transitorio de la Ley 97? Más aún, si tomamos en cuenta que los
preceptos en que surge la comparación de cálculos entre la Ley 73 y la
Ley 97, son precisamente los artículos Cuarto y Undécimo de la Ley 97
vigentes, ¿por qué insistir en distinguirlos con las tesis 85/2010 y la tesis
8/2016?
DOCTRINA JURISPRUDENCIAL
DE LA CORTE
Advertimos que este artículo sólo es un ejercicio de interpretación popular, y como fuente académica tiene apoyo en tesis que a lo largo de la
historia han conformado un verdadero cuerpo doctrinal, y bajo esta advertencia, las usamos para efectos expositivos dada su sencillez y claridad.
En ambas tesis: 85/2010 y 8/2016, la Corte no siguió su propia doctrina
jurisprudencial, que señalan lo siguiente:
Tesis del Pleno:
INTERPRETACIÓN DE LA LEY.- Los preceptos de un ordenamiento legal deben interpretarse principalmente, en el sentido de que no se
contradigan; y para lograrlo, a fin de establecer su verdadero sentido y
alcance, deben ser interpretados, en relación con los demás de la misma
ley, armónicamente.14
Tesis de la Primera Sala:
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JURISPRUDENCIA, NO ES LEY EN SENTIDO ESTRICTO.- La Jurisprudencia no es ley en sentido estricto, sino que constituye la interpretación que hace el Alto Tribunal desde el punto de vista gramatical, lógico
e histórico, al través de cinco decisiones ininterrumpidas y pronunciadas
en casos concretos con relación a sujetos de derecho determinados que
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integran así nueva jurisprudencia;
pero si razonamientos posteriores
sustentan otro criterio nuevo de
interpretación de la ley, descartando la anterior jurisprudencia,
de acuerdo con la Ley de Amparo,
ello no implica aplicación retroactiva de la jurisprudencia, y por lo
tanto no conculca garantías.15
Tesis de la Tercera Sala:
JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACIÓN, AUN CUANDO
EL PRECEPTO INTERPRETADO POR ELLA SE ENCUENTRE
DEROGADO. DEBE SEGUIRSE
APLICANDO SI EL LEGISLADOR REPRODUJO ESA MISMA NORMA EN UN ORDENAMIENTO POSTERIOR.- Si se
derogó la ley en que aparece un
precepto interpretado por la jurisprudencia de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, pero el legislador lo reproduce en diverso ordenamiento, y lo destina a regir las
mismas situaciones que en el anterior, el criterio adoptado subsiste
con la misma fuerza obligatoria,
y en consecuencia debe seguirse
aplicando, pues la fuente que le da
vida es el contenido de la norma
que en el cuerpo legal, quizá tan
sólo con otro número, seguirá produciendo idénticos efectos que en
el pasado.16
Tesis del Segundo Tribunal
Colegiado del Octavo Circuito:
ANALOGÍA, PROCEDE LA APLICACIÓN POR, DE
LA JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN.- Es infundado que las
tesis o jurisprudencias de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación o sus Salas, no puedan ser aplicadas por
analogía o equiparación, ya que el artículo 14 constitucional, únicamente lo prohíbe en relación a juicios del
orden criminal, pero cuando el juzgador para la solución de un conflicto aplica por analogía o equiparación
los razonamientos jurídicos que se contienen en una
tesis o jurisprudencia, es procedente si el punto jurídico es exactamente igual en el caso a resolver que en la
tesis, máxime que las características de la jurisprudencia son su generalidad, abstracción e impersonalidad
del criterio jurídico que contiene.17
CONCLUSIÓN
De acuerdo con lo antes expuesto podemos anticipar
las siguientes conclusiones:
1. La Suprema Corte y sus salas deben seguir el cuerpo doctrinal generado por dicho órgano a lo largo
de su historia jurisprudencial y no limitarse a una
interpretación “mecánica” o “aislada” de los preceptos de una ley, omisión que evidencian las tesis
85/2010 y 8/2016.
2.La SCJN muestra rasgos de apertura al atender
reclamos de la interpretación popular que hace
la opinión pública, como el comunicado 142/2010
y la nota 90/2016; sin embargo, este tipo de aclaraciones, al no ser jurisprudencia, no pueden ser
tomadas en cuenta por los tribunales en casos
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futuros, por lo que se estima
más prudente atender a la in­
terrupción de tesis prevista en la
Ley de Amparo, en lugar de este
tipo de mensajes.
3.La interrupción de tesis se podría hacer de oficio, dada la importancia y trascendencia de
asuntos que, como en este caso,
busca que se otorgue a los asegurados en el IMSS, una pensión
digna, para que en el futuro inmediato, un error de cálculo por
parte del IMSS no los lleve a la
indigencia.
4.Respecto de la jurisprudencia,
no se trata de quién interpreta
mejor la ley, sino de quién se
ajusta a la lógica de lo razonable
cuando la interpreta.
5.Se debe redactar la jurisprudencia en términos lisos y llanos
para que cumpla su cometido
original, fijar el derecho público en México y su correcta interpretación de la ley y la Constitución.
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REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
1Véase Semanario Judicial de la Federación, Julio de 2009, pág. 1930,
Tesis V.2o.C.T.9 K, con el encabezado: FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. PARA EL DEBIDO CUMPLIMIENTO DE ESA GARANTÍA ES
NECESARIO QUE EL MANDAMIENTO SE REDACTE EN ESPAÑOL RESPETANDO, EN EL MAYOR GRADO
POSIBLE, LAS REGLAS Y PRINCIPIOS
QUE RIGEN LA ESCRITURA, A EFECTO DE QUE EL SIGNIFICADO DE LA
VOLUNTAD DE LA AUTORIDAD SEA
COMPRENSIBLE.
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2
Véase Eduardo García Máynez, Introducción al estudio del derecho,
Porrúa, México, 1989, pp. 325-332.
3Es recomendable la crítica que hace Luis Recasens Siches a los diversos métodos de interpretación, que lo único que han hecho es abrumar a los estudiosos del derecho, en lugar de aclarar este tema, véase Introducción al estudio
del derecho, Porrúa, México, 1993, p. 214.
4Véase el artículo de Manuel González Oropeza: “La Interpretación Jurídica en México”, Revista Isonomía, México, 1996, pp. 65-76, en particular
p. 65.
5Véase obra citada en nota 3 anterior, p. 211.
6Aquí seguimos a Roberto Vernengo “La interpretación jurídica”, UNAM,
México, 1977, pp. 49-63, siendo en este capítulo donde de forma muy sencilla,
expone el método sistemático y el método histórico y la síntesis de ambos
con el método histórico-sistemático.
7Véase la definición de Eduardo García Máynez: “El Derecho es un conjunto de normas, esto es, un conjunto de preceptos imperativos-atributivos de
derechos y facultades, es decir, son reglas que imponen deberes y conceden
facultades”; obra citada en la nota 2 anterior, p. 36.
8A este respecto se sugiere revisar el importante estudio de Manuel González Oropeza véase La Jurisprudencia: Su conocimiento y forma de reportarla;
Suprema Corte, México, 2008, en particular los capítulos Quinto y Sexto,
pp. 43-80. En el mismo sentido, Jorge Ulises Carmona Tinoco “La Interpretación Judicial Constitucional”, UNAM, México, 1996, Capítulo Quinto,
apartado 3, pp. 142-149; de Héctor Fix Zamudio “Ensayos sobre el Derecho de Amparo”, UNAM, México, 1993, pp. 23-30 y pp. 67-69, así como el
planteamiento en voz del propio Ignacio Luis Vallarta “El Juicio de Amparo y el Writ de Habeas Corpus”, Obras, Tomo V, Porrúa, México, 1989,
pp. 305-322.
9Véase Derecho jurisprudencial mexicano, Porrúa, México, 1998, pp. 152-156. En
el mismo sentido, Héctor Gerardo Zertuche García, La Jurisprudencia en el
sistema jurídico mexicano, Porrúa, México, 1990, pp. 142-146.
10Para Hugo Alsina, la excepción en un proceso judicial es la capacidad que
tiene el demandado para anular la acción del demandante, véase Defensa y
excepciones, Europa-América, Argentina, 1958, p. 86.
11Véase Rafael de Pina y Rafael de Pina Vara, Diccionario de derecho,
Porrúa, México, 1989, para quienes la sentencia es la resolución de un juez
que pone fin a un proceso o juicio en una instancia o en un recurso extraordinario, p. 437.
12El comunicado fue consultado por internet el 18 de mayo de 2016, en el siguiente enlace: https://www.scjn.gob.mx/saladeprensa/noticias/Paginas/2010142.aspx
13Véase DOF del 22 de febrero de 1992. En todos los casos cito por la fecha de
publicación en el DOF, salvo que en el texto diga otra cosa.
14Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volumen 38, Primera Parte, pág. 33, por Unanimidad de 16 votos, 15 de febrero de 1972.
15Semanario Judicial de la Federación, Sexta Época, Volumen LI, Segunda Parte,
pág. 68, por Unanimidad de 5 votos, 11 de septiembre de 1961.
16Informe de la Suprema Corte de Justicia, Segunda Parte, 1986 pág. 69, por
Unanimidad de 4 votos, 17 de abril de 1986.
17Semanario Judicial de la Federación, Novena Época, Tomo IX, pág. 837,
por Unanimidad de votos, 18 de maro de 1999.
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