5 EL FRAUDE ESPIRITUAL Deborah Del Prado Cuando la voz del hombre suplanta la voz de Dios Suena el despertador Publicación Eléctronica Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y prejuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización. EL FRAUDE ESPIRITUAL Cuando la voz del hombre suplanta la voz de Dios Deborah Del Prado 2012 CONTENIDO Prólogo…………………………………………………………………………..6 La religión hija del hombre Parte I La historia de la religión comenzó en Sumer………………………………11 Parte II El legado de Enlil: el gobierno político-religioso……………………….….23 Parte III Dios es galu (hombre)………...………………………………………………46 Practicando el monoteísmo con el sistema religioso politeísta…………...71 La religión bíblica Parte I Los sacrificios y holocaustos…………………………………………………94 Parte II Los sacrificios y holocaustos en el N.T…………………………………….132 La prédica de Jesús…………………………………………………...……...156 Obras citadas……………………………………………………..…………..186 6 PRÓLOGO D urante casi dos milenios la iglesia cristiana nos ha enseñado que lo más importante de nuestra creencia espiritual gira alrededor de un hombre llamado Jesús. Esa enseñanza es la consecuencia lógica de haber creído, los escritores neo testamentarios, que las leyes levíticas que prescribían el desenvolvimiento del ritual hebreo en el templo fueron decretadas por Dios en el desierto. De modo que la teología cristiana gira alrededor de las ideas del sacrificio y el sacerdocio. Los escritores neo testamentarios, violando pautas lógicas de entendimiento y lectura trataron de hacer concordar declaraciones del A.T. con la nueva interpretación cristiana de los libros antiguos con grandes esfuerzos. Aserciones que no tenían que ver con Jesús sino con Dios u otros personajes bíblicos donde la profecía era dirigida. Adicionalmente, los escritores cristianos adjudicaron a Jesús particularidades sólo atribuidas a Dios en Israel. Como por ejemplo el título de Señor, que sólo era concedido a Yahveh Dios en el A.T. a Jesús el hijo del hombre. En otras palabras cuando el cristiano 7 PRÓLOGO lee el título “el Señor” lo adjudica consciente o inconscientemente a Jesús, aunque el texto habla de Yahveh Dios y no de Jesús. Para hacer concordar sus interpretaciones, los responsables de la enseñanza espiritual escrita, flexibilizaron textos, extrajeron textos fuera del contexto y dejaron de lado palabras de Dios dada a los profetas que comprometían sus opiniones. La iglesia evangélica es Cristo céntrica y la católica, primordialmente, mariana céntrica expresando al mismo tiempo alguna consideración devocional hacia Dios y hacia Jesús. Ninguna de las dos comunidades más representativas del cristianismo es, como debería ser, Yahveh Dios céntrica. Debido a la hegemonía del cristianismo católico surgido de la caída del paganismo como religión mundial, la nueva y dominante religión puso en el vagón último de la adoración a Yahveh Sebaot, Dios de Jesús y el único Dios verdadero proclamado a través de la prédica profética. Los dogmas cristianos sobre la figura de Jesús de Nazaret no existirían si el cristianismo hubiera prestado atención a las palabras de los profetas sobre la ley levítica o el ritual de los sacrificios y holocaustos. El principio fundamental cristiano de la doctrina de salvación a través de Jesús, el ritual de los sacrificios y holocaustos del Israel antiguo, no pertenecen a Dios sino que fue creación del hombre. El Levítico es un libro histórico que relata el antiguo protocolo religioso hebreo en el templo. Los antiguos hebreos, seguramente los sacerdotes, conectaron las leyes levíticas con Dios sin su autorización. La redacción de este estudio comienza con el capítulo titulado “La religión hija del hombre”, procurando distinguir el origen humano de la religión, en ello se in- 8 PRÓLOGO cluye al judaísmo y al cristianismo como religiones producidas por el hombre, de la fe nacida en Dios. Así también, se propone ayudar al lector a entender como es que se llegó a un error hermenéutico tan grande en el judeocristianismo. Que como resultado dio lugar a la creación de una nueva religión que obnubiló por casi 2000 años la verdadera fe espiritual, recibida de Abraham, en Yahveh Dios. De igual forma, se explica cómo el pueblo hebreo a través de sus costumbres o tradiciones ancestrales inyectó en sus creencias, heredadas del patriarca, prácticas paganas que al final resultaron en la elaboración de una nueva religión catalogada como alianza nueva y creada alrededor de Jesús a la caída del paganismo como fuerza espiritual dominante. Si el cristianismo no hubiera elaborado la salvación del hombre basada en las prescripciones levíticas del ritual y no hubiera tomado lo que se decía era o pertenecía a Yahveh y lo hubiera aplicado a Jesús, la única religión bíblica que hubiera existido es “la levítica”. Desafortunadamente, siguiendo la creencia de que las leyes levíticas del ritual hebreo fueron mandatos divinos, e imaginando dogmas absurdos sobre el origen, identidad y destino del hijo del hombre, el cristianismo se convirtió en la segunda religión bíblica. En su elaboración llegaron aún más lejos que la de aquellos hebreos que pusieron en la boca de Yahveh la articulación de las reglas del ritual. Le dieron al “hijo del hombre” los títulos de Dios y Señor, que sólo pertenecen a Yahveh, diciendo que esa era su voluntad. Para, de alguna forma, arreglar la incoherencia y la falacia entre el concepto de Dios es uno y Jesús es Dios, fabricaron la doctrina trinitaria, un ser divino con tres cabezas. Y para el que no entendía esa fórmula matemática, que esta fuera del alcance de toda lógica, se introdujo la idea de que no ha- 9 PRÓLOGO bía que razonar sino creer lo que la iglesia enseñaba porque eso era fe... Adicionalmente, cuando la iglesia santificó y declaró que todos los libros de la Biblia eran palabras de Dios creó otra gran confusión. Porque en la Biblia hay palabras de Dios y palabras de hombres y entre las dos voces hay una diferencia definida. Si la lectura bíblica se hace con la mentalidad doctrinal enseñada por la institución religiosa, aparentemente, concuerda con lo que se lee. Pero una lectura profunda, minuciosa, respetuosa y sin prejuicio cuenta otra historia. En realidad hay dos historias en la Biblia. La historia basada en la voz de Dios y la basada en la voz y rebeldía del hombre. La voz de Dios en la Biblia enseña acerca de la existencia de Dios y de la responsabilidad personal de pecados. Como así también en la única absolución acreditada por Dios que es el arrepentimiento de corazón o conversión. El dogma de absolución cristiano, la voz del hombre, a través de la “sangre derramada de Jesús” dejó de lado la responsabilidad personal por el pecado. Debido a que las dos creencias son incompatibles. O nos salvamos por la muerte de Jesús o nos salvamos por el arrepentimiento personal. Si Dios nos perdonó a través de su muerte no necesitamos arrepentirnos. Porque el hecho implicaría que su muerte no fue suficiente. O dicho de otra manera la necesidad de arrepentimiento hace inefectiva su muerte como reemplazo del sacrifico por el pecado. En realidad esta cuestión no tiene importancia alguna. Fundamentalmente, porque Dios no ordenó el ritual de los sacrificios. Al no haberlo decretado todo el andamiaje de los dogmas de la salvación a través de la sangre de Jesús se desmoronan. En un principio, todo este enredo ocurrió porque algunos en Israel sellaron y santificaron las tradiciones o costumbres reli- 10 PRÓLOGO giosas paganas de sus ancestros, los rituales sacrificiales, como palabras o mandamientos de Dios. Luego, el pensamiento cristiano neo testamentario, siguiendo la creencia, aportó su cuota de producción fantástica. Definido el contenido lo canonizaron haciéndolo Palabra de Dios. Terminado este proceso, con lo que llegaron a creer acerca de Jesús de Nazaret, se arribó al resultado de haber concebido otra religión humana que sucedió a la pagana.