PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO POR EL QUE SE EXHORTA RESPETUOSAMENTE A LA SECRETARIA DE SALUD, EN COORDINACIÓN CON LOS SERVICIOS DE SALUD DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS, PARA QUE CUENTEN CON POLÍTICAS PÚBLICAS EN LOS HOSPITALES DE LOS TRES NIVELES EN EL PAÍS, ASIMISMO, SE EXHORTA A LOS CONGRESOS DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS PARA QUE PROMUEVAN REFORMAS A LA LEGISLACIÓN, AMBOS EN MATERIA DE SALUD MENTAL SENADO DE LA REPÚBLICA LXII LEGISLATURA La suscrita Senadora María Elena Barrera Tapia, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México en el Senado de la República, de conformidad con lo establecido en los artículos 8 fracción II y 276 del Reglamento del Senado de la República, someto a la consideración del Pleno del Senado de la República, la siguiente PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO POR EL QUE SE EXHORTA RESPETUOSAMENTE A LA SECRETARIA DE SALUD, EN COORDINACIÓN CON LOS SERVICIOS DE SALUD DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS, PARA QUE CUENTEN CON POLÍTICAS PÚBLICAS EN LOS HOSPITALES DE LOS TRES NIVELES EN EL PAÍS, ASIMISMO, SE EXHORTA A LOS CONGRESOS DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS PARA QUE PROMUEVAN REFORMAS A LA LEGISLACIÓN, AMBOS EN MATERIA DE SALUD MENTAL, con base en la siguiente: EXPOSICION DE MOTIVOS La salud mental ha estado oculta tras el estigma y discriminación durante largo tiempo. La magnitud, el sufrimiento y la carga en términos de discapacidad y costos para los individuos, las familias y las sociedades son abrumadores. En los últimos años, el mundo se ha tornado más consciente del potencial que existe para hacer los progresos necesarios en cuanto a esta problemática. La Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró a la salud mental como parte integral de la definición general de salud, donde fue definida como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades”. Asimismo, define a la salud mental como “el estado de bienestar que permite a los individuos realizar sus habilidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva y fructífera, y hacer una contribución significativa a sus comunidades”1. Por otra parte, el órgano informativo del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, define a las “enfermedades mentales como desórdenes químicos en el cerebro, las cuales pueden afectar a personas de cualquier edad, raza, religión o situación económica”2. Es decir, la mayoría de los pacientes se ven afectados en: su actividad física, conducta, emociones, pensamiento, percepción, relaciones interpersonales, sexualidad, trabajo y ocio. Estos trastornos están producidos por una combinación poco conocida de determinantes biológicos, psicológicos y sociales. Por lo que la tarea de los gobiernos consiste en proporcionar servicios relacionados con la promoción del bienestar, prevención, tratamiento y rehabilitación de los trastornos mentales. Uno de los grandes problemas de los trastornos mentales es el costo social que afecta a las personas sin distinción de edad, sexo, nivel socio-económico y cultural. En términos epidemiológicos, la salud mental participa en la carga global de las enfermedades con alrededor de 12%, lo que afecta hasta el 28%3 de años vividos con discapacidad, y constituye una de tres principales causas de mortalidad entre las personas de 15 a 35 años, lo que trae como consecuencia el suicidio. Es decir, para un rendimiento óptimo del ser humano, se requiere de tanto la salud física como de la mental. La evolución social de las últimas décadas ha ocasionado disfuncionalidad familiar, carencias afectivas, además de una proliferación de los estilos de vida nocivos y entornos insalubres. Esto ha generado mayores problemas de salud mental que aumentan por la pobreza y la exclusión social. Estos problemas, aunados al incremento del consumo de drogas y violencia, repercuten cada vez más en la esfera psicosocial. En este sentido, es la salud mental una de las demandas sociales más insatisfechas. Los grandes hospitales psiquiátricos, deben ser el modelo a seguir para la atención de la salud mental en la población; sin embargo, éstos distan mucho de lograr ese objetivo, debido a que imposibilitan la integración de la salud mental como un componente importante en la atención de la salud en general. Más aún, en este marco de accesibilidad insuficiente a los servicios, se observan casos obvios de violación de los derechos humanos de las personas con trastorno mental. Se requiere ahora una gran voluntad política y un compromiso de todos los profesionales de la salud, para lograr un verdadero cambio que se encuentre acorde al prototipo ideal de la atención, continua y comunitaria dentro de la red de servicios de salud; de tal forma que promueva la reinserción social, de acuerdo con las necesidades de los pacientes y sus familiares. La problemática de salud mental tiene que convertirse en un desafío imperioso para reflejar la traducción de los valores de equidad y de justicia social. Los sistemas de salud basados en la atención primaria son claves para articular esta respuesta con énfasis en el derecho a la salud y a los nuevos enfoques familiares y sociales. Tomando como referencia el Informe de Evaluación del Sistema de Salud Mental en México publicado en el año 2011, con la colaboración de la Secretaría de Salud, así como de las Secretarías de Salud de los 31 estados y el Distrito Federal, del Instituto Mexicano del Seguro Social, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, y de la Secretaría de Marina, publicado en el mismo año, se observan resultados importantes a considerar: La Secretaría de Salud de México elaboró el Programa de Acción Específico de Atención en Salud Mental 2007-2012 con el propósito de disminuir las brechas de atención, y combatir el estigma y la discriminación. También se buscaba cambiar el paradigma hacia la atención en salud mental comunitaria, e integrar la salud mental a la red de servicios de salud en general y actualizar la legislación en materia de salud mental, así como la protección de los derechos humanos de los pacientes y la protección social de los trastornos mentales prioritarios. Si bien es cierto que no existe una ley nacional específica para la salud mental, en la Ley General de Salud se incluye un capítulo dedicado a este rubro. Del total del presupuesto asignado a la salud, solamente el 2% es orientado a la salud mental; de este monto, se destina el 80%4 a la operación de los hospitales psiquiátricos. Dada estas condiciones, las acciones enfocadas al trabajo comunitario se ven reducidas y de muy bajo impacto. El eje de la atención a la salud mental es el tercer nivel5, ejemplo de ello es que existen 46 hospitales psiquiátricos frente a 8 establecimientos residenciales y 13 unidades de internamiento psiquiátrico en hospitales generales de un total de 641 hospitales generales el 3% en la República. Aunado a lo anterior, el acceso se ve limitado por barreras geográficas, ya que la mayoría de estos servicios se ubican en las grandes metrópolis o cercanas a ellas. Se cuenta con 544 establecimientos de salud mental ambulatorios que ofrecen atención a 310 usuarios por cada 100,000 habitantes, en contraste con los hospitales psiquiátricos que atienden a 47, la mayoría adultos. La población de niños y adolescentes atendidos es de 27% en unidades ambulatorias y 6% en hospitales psiquiátricos. Estas cifras son preocupantes, ya que la mitad de los trastornos mentales se presentan en las primeras décadas de la vida antes de los 21 años de edad (Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiatrita Medina-Mora 2005). Otros estudios reportan que el 24.7% de los adolescentes se encuentran afectados por uno o más problemas de salud mental. Los más frecuentes son problemas de aprendizaje, trastornos de ansiedad, déficit de atención, depresión, uso de sustancias e intentos de suicidio. México es uno de los países que atiende el 50% de los pacientes en servicios hospitalarios especializados independientemente de la gravedad del trastorno, lo que aumenta los costos de tratamiento y amplía la brecha de atención. Las últimas políticas y acciones mundiales en salud mental, plantean que la atención primaria debe ser el punto donde se articule la salud mental comunitaria. A México le falta mucho por hacer, ya que únicamente el 30% de los centros de atención primaria cuentan con protocolos de evaluación y tratamiento, y solo realizan una referencia al especialista al mes. Del mismo modo, sólo el 15% del personal recibe cursos de capacitación en temas de salud mental. El número total de recursos humanos que trabajan en unidades de salud mental es de 10,000, y la tasa por cada 100,000 habitantes equivale a 1.6 psiquiatras, 1 medico, 3 enfermeras, 1 psicólogo, 0.5 trabajadores sociales, 0.19 terapeutas y, 2 técnicos en salud. Los especialistas son insuficientes, mal distribuidos y la mayoría están en los hospitales psiquiátricos. La Secretaría de Salud, en conjunto con las Secretarías de Salud de las entidades federativas, deberá preparar y fortalecer los programas integrales de salud mental en beneficio de la población. En días pasados el Partido Verde y el Partido Revolucionario Institucional, han presentado varias iniciativas que buscan reformar la Ley General de Salud en beneficio de la población más vulnerable en cuanto a los trastornos mentales en los niños y los jóvenes, mismas que tienen como objetivo prevenir, diagnosticar y atender con especial énfasis a ese grupo de habitantes. Por lo anterior, debemos tomar en consideración que todas las actividades encaminadas a la prevención, atención y tratamiento de la población en cuanto a la salud mental, brindará un futuro promisorio a los ciudadanos en el tratamiento de trastornos mentales. En atención a lo anteriormente expuesto, la senadora que suscribe pone a consideración del Pleno del Senado de la República el presente: PUNTO DE ACUERDO PRIMERO.- El Senado de la República del Honorable Congreso de la Unión exhorta respetuosamente a la Secretaría de Salud, en coordinación con los servicios de salud de las entidades federativas en el ámbito de sus respectivas competencias, para que cuenten con políticas públicas en materia de salud mental en los hospitales de los tres niveles del país. Asimismo, fortalezcan los programas, en coordinación con los tres órdenes de gobierno para dotar de los recursos suficientes para la prevención, detección, atención y tratamiento con el fin de prevenir, detectar, tratar y rehabilitar el problema de salud mental. SEGUNDO.- Esta Soberanía exhorta a los Congresos de las entidades federativas y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, para que promuevan reformas a la legislación respectiva en materia de salud mental. Dado en el recinto del Senado de la República, a los 7 días del mes de marzo del año dos mil trece. Senadora María Elena Barrera Tapia 1Constitución de la Organización Mundial de la Salud, http://www.who.int/es/ 2 Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, http://www.biomedicas.unam.mx/ 3 IESM-OMS Informe sobre el Sistema de Salud Mental en México,http://www.who.int/mental_health/who_aims_country_reports/who_aims_report_mexico_es.pdf 4 Presupuesto de Egresos de la Federación 2012, Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 12 de diciembre de 2011, http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5226418&fecha=12/12/2011. 5 Los Hospitales de Tercer Nivel, son aquellos que cuentan con especialidades como: Cancerología, nutrición, cardiología, psiquiátrico, entre otras. Los de Segundo Nivel, son las especialidades troncales, como medicina interna, ginecología, anestesiología y pediatría. Los de Primer Nivel, son los de atención primaria y medicina general, como consultorios familiares. 6 http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/SaludMentalMexico.pdf