Guadalajara, Jalisco, 20 veinte de Marzo del año 2015 dos mil quince.V I S T O S los autos del juicio Civil Sumario * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * promovido por * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * en contra de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , radicado en el Juzgado * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ; y: R E S U L T A N D O: 1.- Consta en autos que la sociedad mercantil actora demanda la rescisión o resolución del contrato erróneamente denominado como ce “concesión” (sic) que en realidad es un contrato de arrendamiento especial relativo a promoción o exhibición previsto en el artículo 2091 y demás aplicables del Código Civil Local, celebrado con el demandado en su carácter de otorgante (arrendador); como consecuencia de lo anterior, y conforme lo pactado en la cláusula séptima del contrato, la devolución de ********************* más la actualización correspondiente de acuerdo al incremento del índice nacional de precios al consumidor (INPC) por concepto del importe de renta no devengada, según el plazo pactado, pago de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * por concepto de gastos por desmonte y desinstalación del anuncio unipolar materia del fundatorio, pago de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * generados por maniobra de grúa de movimiento, carga y descarga de la estructura del anuncio, más los intereses legales que generen las cantidades anteriores, pago de daños y perjuicios, finalmente costas del juicio. El juez admitió la demanda en los términos y por los conceptos reclamados, ordenó emplazar al demandado, quien compareció en tiempo y forma a dar contestación, y compareció ante el C. Juez Sexto Mercantil de este Partido Judicial a oponer excepción de incompetencia por inhibitoria que en sentencia interlocutoria del * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , se declaró infundada y se impuso multa promovente de la excepción. Posteriormente se abrió el juicio a prueba, ambas partes las ofrecieron y desahogaron, concluido éste se abrió el de alegatos, y se citó para sentencia que se pronunció el * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , en el sentido que la parte actora había justificado parcialmente su acción, mientras el demandado no justificó sus excepciones, en tanto que el tercero llamado a juicio se declaró en rebeldía, en consecuencia se declaró procedente la rescisión del contrato de arrendamiento celebrado y se ordenó al demandado restituir a favor de la empresa actora las sumas reclamadas en la demanda inicial, en tanto que absolvió de las prestaciones atinentes a daños y perjuicios, costas del juicio e intereses legales reclamados. Inconformes con el fallo, actor y demandado interpusieron recurso de apelación que se admitió en el efecto devolutivo. 2.- En su oportunidad, esta Sala se avocó a resolver el recurso de apelación planteado, confirmó la calificación de grado, tuvo por expresados los agravios de los apelantes, los dejó a disposición de sus respectivas contrarias y citó para dictar sentencia. C O N S I D E R A N D O S: I.- En consideración de que las actuaciones judiciales prueban plenamente, de acuerdo a lo que dispone el numeral 402 del Código de Procedimientos Civiles, y entre ellas aparecen los puntos de inconformidad que como agravios vierten los recurrentes, la Sala da por transcritos literalmente los puntos de queja y se exime para transcribirlos, en la contradicción de tesis 58/2010 aprobada por la segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que aplica por extensión y analogía, consultable en la página 830 Tomo XXXI, Mayo 2010, Novena Época, bajo el rubro: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE AMPARO ES INNECESARIA SU TRASCRIPCIÓN”. No obstante para facilitar su estudio, la Sala plasma en síntesis lo expuesto por los apelantes. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * abogado patrono del demandado expuso en síntesis lo siguiente: Que en el considerando sexto de la sentencia definitiva de fecha * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , en donde el juez arriba a la conclusión de que a la parte demandada correspondía la carga de la prueba para acreditar la derivación de la obligación a su cargo. Que el A quo no toma en consideración que si los demandados celebraron un contrato de compra venta del terreno donde con anterioridad se había celebrado un contrato de arrendamiento respecto de un letrero espectacular, era obvio que se tenía que respetar éste último contrato, y que tal obligación recaía en el nuevo propietario del inmueble * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , y es a este como tercero llamado a juicio a quien correspondía acreditar que nunca se pactó la derivación de la obligación a cargo de los demandados, lo que no hizo, pues fue juzgado en rebeldía. Que con su determinación, el juez viola el precepto legal 271 del Código de Procedimientos Civiles, pues en este no se establece que sea obligación de quien denuncia a un tercero a juicio acredite ésta denuncia, sino que el tercero tiene que salir a juicio a defenderse, y de no hacerlo, la sentencia le perjudicará, sin embargo, de manera contradictoria, el juez lo absuelve y señala que la cara probatoria era del demandado en términos del artículo 283 del enjuiciamiento civil, en el sentido de demostrar que se había pactado con el tercero que el nuevo propietario del terreno respetaría el arrendamiento del espectacular. Que por lo anterior dicha sentencia carece de una debida fundamentación y motivación, y por tanto violatorio del artículo 16 de nuestra carta magna, que establece esta obligación para la autoridad, pues no basta que se exprese el precepto legal aplicable al caso, sino también cuáles con las circunstancias especiales, razones o causas que se consideraron para emitirla. Por su parte, * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * abogado patrono de la parte actora, señaló por su parte que la sentencia no fue dictada en armonía por los artículos 86 y 87 del enjuiciamiento civil del Estado, por lo siguiente. Que viola en su perjuicio los artículos 1974 a 1977 del Código Civil del Estado de Jalisco, por una indebida aplicación e interpretación por parte del A quo, en lo que se refiere a haber considerado que no procedía condenar al demandado al pago de intereses legales por no ser una prestación pactada en el contrato, lo que en opinión del apelante es incorrecto, pues argumenta que la ausencia de pacto al respecto no implica su inexistencia. Que la ley contempla la figura de los intereses como una sanción para quien incumple con sus obligaciones, que el interés moratorio es como su nombre lo indica una consecuencia al incurrimiento en mora del deudor respecto a una deuda vencida, y el que los intereses no se hayan pactado a una tasa particular, no implica que sea improcedente su cobro. Que el artículo 1976 del Código Civil, tiene como finalidad suplir la inexistencia de pacto convencional entre las partes respecto al monto por el citado concepto. Que el cobro de intereses deviene del imperio de la ley, instaurado con la intención de resarcir al acreedor del tiempo que dejó de percibir una prestación pecuniaria que legalmente le corresponde. Que la obligación de pago a cargo del demandado nace desde el momento en que fue *********************, retirado fecha el que anuncio, consta esto en las es, el facturas generadas por el desmontaje y desinstalación, documentales que no fueron objetadas ni controvertidas por su contraparte. Que por cuanto a la absolución del pago de gastos y costas del juicio, se violenta en su perjuicio lo dispuesto en los artículos 142 y 143 del Código de Procedimientos Civiles, y el diverso numeral 1426 del Código Civil, pues este último es claro al señalar que las costas será a cargo de quien incumplió. Que en el caso, el demandado fue condenado por su incumplimiento al contrato, y no existe causa alguna de excepción contenida en la propia ley para absolverle del pago de costas. Que la fracción II del artículo 143 establece que cuando ejercitada una II.- Esta Sala por cuestión de método procede analizar en primer término los agravios esgrimidos por la parte demandante, la cual en esencia manifiesta, que la Sentencia emitida por el A quo le ocasiona agravios substancialmente por lo que respecta a la proposición cuarta misma que prevé lo siguiente: (sic) CUARTA.- Se absuelve al demandado * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , de las prestaciones que le fueron reclamadas en los incisos E).- F) y G). de su escrito de contestación de demanda;” esto es, el primigenio no consideró procedente la acción de daños y perjuicios, y tampoco determinó fundado el pago del Interés Legal que el demandante reclamaba. En este orden de ideas el promovente de alzada manifiesta en primer término que el A quo realizó una indebida interpretación de la Ley, ya que en la sentencia de mérito, según el apelante el primigenio confunde lo que es el Interés Legal con el interés convencional, al respecto es de señalar que la parte actora en su escrito inicial de demanda y concretamente en su inciso G) solicitó lo siguiente: (sic) El Pago de los intereses legales que generen las cantidades anteriores, ello de acuerdo a lo prevenido por el artículo 1976 del Código Civil del Estado de Jalisco, hasta la total solución del adeudo.” Y asimismo el Juzgador resolvió que dicha prestación resultaba infundada toda vez que no fue estipulada en el contrato base de la acción, pues del mismo no se advierte que las partes hayan pactado un interés legal en caso de incumplimiento. De una atenta lectura al fundatorio en mención se desprende que efectivamente las partes no pactaron el pago de intereses, en caso de incumplimiento de la obligación. Sin embargo, y como acertadamente lo manifiesta el apelante este en su escrito de demanda, no solicitó la aplicación del interés convencional, sino la actualización del interés legal, y en esa tesitura el artículo 1976 del Código de Procedimientos Civiles prevé que el interés legal será del 9% anual, y en el numeral anterior del mismo ordenamiento jurídico, se hace una distinción entre el interés convencional y el interés legal, luego entonces la naturaleza jurídica del interés legal, indudablemente debe ser para que este pueda ser aplicado en caso de no existir el interés convencional, y en el caso que nos ocupa quedó debidamente acreditada la relación contractual entre actor y demandado así como el incumplimiento por parte del segundo, en este sentido y a juicio de los que aquí resolvemos, efectivamente el A quo debió considerar tal situación, ya que si bien es cierto del documento fundatorio se advierte que no hubo acuerdo de voluntades para pactar intereses moratorios en caso de incumplimiento, sin embargo el que se condene a la parte demandada al pago de los intereses moratorios legales, no vulnera el principio de congruencia, habida cuenta que el demandante a la postre está haciendo valer un derecho que la ley autoriza, por lo que si no se pactó un interés moratorio, pero sí hubo reclamo por este concepto, lo que procede es condenar al pago de los intereses legales a partir de la fecha en la que debió realizar el pago el demandado, esto es, el día en que fue desmantelado y desinstalado el anuncio unipolar (espectacular). Cobra aplicación a lo anterior la tesis sostenida por el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito, publicado en la página 436 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo III, Febrero de 1996, Novena Época, de rubro y texto: “INTERESES MORATORIOS LEGALES. NO SE VULNERA EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA SI EN LA SENTENCIA DEFINITIVA SE CONDENA A LOS.” No obstante que el actor haya solicitado el pago de los intereses moratorios pactados, si de las constancias del procedimiento se advierte que no hubo acuerdo de voluntades en ese sentido, el que se haya condenado a la parte demandada al pago de los intereses moratorios legales, no vulnera el principio de congruencia que en toda sentencia debe privar, habida cuenta que el demandante a la postre está haciendo valer un derecho que la ley autoriza por el ejercicio de la acción cambiaria, como lo es el cobro de los intereses moratorios; y aun cuando es cierto que los reclama como si éstos hubieran sido pactados, sin embargo ello no libera al juzgador de hacer condena al respecto porque, se insiste, el actor en suma está haciendo un reclamo: el pago de sus intereses moratorios; si su monto no se acredita, no trae como consecuencia la liberación de cubrir esa obligación, sino la de ajustarla a lo que por derecho corresponde al actor; pues cosa distinta sería que no se reclamaran intereses y que el juzgador, de propio derecho, hiciera condena al respecto. Así, debe precisarse que el artículo 362 del Código de Comercio dispone: "Los deudores que demoren el pago de sus deudas deberán satisfacer desde el día siguiente al del vencimiento, el interés pactado para este caso, o en su defecto el seis por ciento anual."; por su parte, el artículo 174 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, establece: "Los intereses moratorios se computarán al tipo estipulado para ellos; a falta de esa estipulación, al tipo de rédito fijado en el documento, y en defecto de ambos, al tipo legal." Por lo que si no se acreditó el tipo al que se computarían los intereses moratorios, pero sí que hubo reclamo por este concepto, lo que procede es condenar al pago de los intereses legales. En segundo término se duele el apelante de que en la Resolución Judicial impugnada, el A quo absolvió del pago de gastos y costas a la parte demandada, aduciendo que se actualizaba la excepción prevista por la Fracción II, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco, determinación que a juicio de los que aquí resolvemos resulta acertada, ya que efectivamente dicho numeral prevé como excepción de la condena en costas el caso en que se ejercite una acción y esta solo se estime procedente en parte, al efecto y contrario a lo razonado por el apelante, si bien es cierto la acción principal que este promovió fue la rescisión del contrato fundatorio de la presente controversia, sin embargo es indubitable, que este también intentó la acción de daños y perjuicios, la cuál resulta diversa de la acción principal, esto se deduce de que ambas cuentan con diversos elementos sine qua non para su comprobación, es decir para obtener resolución favorable, para la procedencia de su acción de rescisión de contrato, este tuvo que acreditar en primer término la existencia del acuerdo de voluntades, y en segundo lugar el incumplimiento por alguna de las partes, situación que quedó debidamente sustanciada en el juicio de origen, acción diversa resulta ser la de daños y perjuicios en la cuál los elementos de procedencia son la comprobación de la existencia de una merma patrimonial y la privación de ganancias del demandante, originadas por el incumplimiento de las obligaciones, de lo cuál evidentemente se desprende que se trata de dos acciones diversas, y tomando en consideración que la resolución no resultó favorable en todas y cada una de sus pretensiones ya que el promovente no logró justificar su acción de daños y perjuicios, luego entonces es innegable que se actualiza la causal prevista por el referido numeral, y en esa tesitura es procedente confirmar el razonamiento del Aquo en el sentido de absolver a la parte demandada por lo que se refiere al pago de gastos y costas derivadas del juicio de origen. Las anteriores consideraciones encuentran sustento en el criterio localizable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXI, Junio de 2005, Página 793 y que a la letra dice: “COSTAS EN SEGUNDA INSTANCIA. ES IMPROCEDENTE LA CONDENA A SU PAGO, SI LA SENTENCIA DE PRIMER GRADO ABSOLVIÓ DE ALGUNA PRESTACIÓN RECLAMADA Y ES CONFIRMADA POR EL TRIBUNAL DE APELACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).” El artículo 142 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco en vigor, en lo conducente, establece: "Siempre serán condenados en costas, cuando así lo solicite la contraria: I. El litigante condenado en juicio y el que lo intente si no obtiene resolución favorable; II. El que fuere condenado por dos sentencias conformes de toda conformidad en su parte resolutiva. En este caso la condenación comprenderá las costas de ambas instancias ..."; por su parte, el numeral 143 del mismo ordenamiento legal, en lo que interesa, dispone: "Se exceptúan de lo prevenido en el artículo anterior: ... II. Cuando ejercitada una acción sólo se estime procedente en parte ...". La interpretación armónica de los aludidos preceptos, conduce a estimar que el concepto "condenado", empleado por el legislador jalisciense, debe entenderse en el sentido de que es aquel sobre el cual pesa la condena de la totalidad de las prestaciones reclamadas, ya que si alguna de éstas no prospera, se actualiza el caso de excepción que contempla el último de los artículos en cita, lo que significa que si en la especie no hubo condena en costas en primera instancia en razón de que no procedieron todas las prestaciones reclamadas (se absolvió al demandado del pago de daños y perjuicios), es evidente que, para los efectos de las costas, no puede conceptuarse como condenado a la parte reo; de ahí que, aun cuando existan dos sentencias conformes de toda conformidad, no procede la referida condena por lo que ve al trámite de la segunda instancia. Como tercer agravio, señala el apelante y parte actora del juicio de origen que le ocasiona agravios el razonamiento del A quo mediante el cuál la parte demandada resultó absuelta por lo que ve a la acción de daños y perjuicios intentada por este, al respecto los que aquí resolvemos consideramos acertada la resolución del juzgador por lo que respecta al párrafo en el que resolvió que el actor no justificó dicha pretensión, esto en razón que tal y como lo refiere el primigenio “La parte actora en ningún momento del procedimiento hizo saber en qué consistía esta prestación, pues no acreditó con medio de prueba alguna que el incumplimiento de la obligación de parte del otorgante o arrendador le haya ocasionado algún perjuicio o daño cesionario, dado que en la especie los daños y perjuicios son una prestación accesoria de la reclamación principal y por ende, la sociedad actora estuvo obligada, a efecto de no dejar en estado de indefensión al demandado, a narrar sucintamente los hechos que los originaron, y asimismo debe acreditar que se generaron como una consecuencia inmediata y directa a la falta de cumplimiento parcial de la obligación principal……” En este orden de ideas el apelante pretende justificar su responsabilidad de no acreditar la procedencia de la multireferida acción de daños y perjuicios, en que su acción principal era la de rescisión del contrato de origen, y que como tal los daños debieron ser condenados de forma genérica y para tal efecto invoca diversas tesis aisladas, que no resultan aplicables al caso que nos ocupa, y que incluso la señalada en segundo término bajo rubro DAÑOS Y PERJUICIOS RECLAMADOS COMO PRESTACIÓN ACCESORIA Y DE MANERA ILÍQUIDA. SU CUANTIFICACIÓN EN EJECUCIÓN DE SENTENCIA PROCEDE CUANDO SE DEMOSTRÓ EL INCUMPLIMIENTO A LA OBLIGACIÓN Y SE DAN LAS BASES PARA ELLO. Resulta contraria a sus manifestaciones ya que del texto de la misma se desprenden como requisito de la propia condena genérica el que la actora aporte pruebas idóneas para demostrar que de haberse cumplido cabalmente con la obligación, se hubiera ingresado al patrimonio del afectado determinada prestación de carácter pecuniario o susceptible de valuarse en dinero, situación que en la especie no aconteció, ya que el apelante no aportó al sumario ningún medio probatorio tendiente a acreditar la acción de daños y perjuicios y en este sentido ya la Corte se pronunció, resolviendo que no basta acreditar la acción principal para sostener que se materializaron los daños y perjuicios, ya que estos deben probarse en forma independiente, pues sostener lo contrario conduciría a decretar una condena en forma automática aún en aquellos casos en que no se resintió ninguna de las afectaciones a que se hizo mérito, por tal motivo los que aquí analizamos el asuntos, estimamos procedente confirmar la resolución emitida por el A quo por lo que respecta a la determinación de que la parte actora no logró justificar la acción de daños y perjuicios intentada. Cobran aplicación a lo anterior los siguientes criterios jurisprudenciales sostenidos por el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, respectivamente: DAÑOS Y PERJUICIOS. EL DERECHO A ELLOS DEBE DEMOSTRARSE EN FORMA AUTÓNOMA AL INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN EN QUE SE FUNDEN, EN TANTO ESTA ÚLTIMA NO IMPLICA QUE NECESARIA E INDEFECTIBLEMENTE SE CAUSEN. Si bien conforme a lo dispuesto por el artículo 2110 del Código Civil Federal, tales renglones deben ser el resultado del incumplimiento de una obligación, no puede sostenerse que ante tal supuesto el afectado forzosa y necesariamente sufra pérdida o menoscabo en su patrimonio o se vea privado de cualquier ganancia lícita de acuerdo con los artículos 2108 y 2109 del propio ordenamiento, pues casos habrá en que aun ante el deber incumplido ninguna afectación de aquella índole traiga consigo. De lo anterior se sigue que no basta con demostrar el extremo aludido para sostener que se materializaron los daños y perjuicios, que por lo mismo deben probarse en forma independiente, ya que sostener lo contrario conduciría a decretar una condena en forma automática aun en aquellos casos en que no se resintió ninguna de las afectaciones a que se hizo mérito. Tal es el sentido de la jurisprudencia que puede verse en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1985, Cuarta Parte, página 357, que dice: "DAÑOS Y PERJUICIOS. CONDENA GENÉRICA.-Los artículos 85, 515 y 516 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, y los códigos procesales de los Estados de la República que tienen iguales disposiciones, permiten concluir que si el actor en un juicio que tiene por objeto principal el pago de daños y perjuicios, probó su existencia y su derecho a ser indemnizado, pero no rindió pruebas que permitan precisar su importe, ni establecer las bases con arreglo a las cuales debe hacerse la liquidación, la condena al pago genérico de los mismos es procedente, reservándose la determinación de su cuantía para el procedimiento de ejecución de sentencia.". Desde el momento en que el criterio exige las pruebas del derecho a ser indemnizado, éste no puede ser otro que la presencia de la pérdida, menoscabo o privación que ya quedaron mencionados y, por tanto, si no quedan acreditadas no habrá lugar a la condena por daños y perjuicios, aunque prevalezca la relacionada con que la obligación debe cumplirse. Visible en la página 727 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XVII, Junio de 2003, Novena Época. DAÑOS Y PERJUICIOS. ETAPA EN QUE DEBEN PROBARSE. La acción de pago de daños y perjuicios tiene como elemento sine qua non la comprobación de la existencia de una merma patrimonial o la privación de ganancias del demandante originada por el incumplimiento de obligaciones, de manera que necesariamente debe probarse durante la instrucción del procedimiento de conocimiento, y de no ser así, el Juez debe emitir fallo absolutorio sobre el mérito del asunto. Empero, aunque la cuantificación económica que importan los daños y perjuicios causados no es un elemento indispensable para acoger la pretensión, el legislador consideró altamente conveniente que la demandante allegara de una vez el material probatorio para que se fijara dicha cuantía desde la sentencia definitiva, y se decretara condena en cantidad líquida, que ahorrara el incidente de liquidación en el proceso de ejecución, pero dispuso, a la vez, que si se prueban los daños y perjuicios, pero no su cuantía, procede la condena genérica, e impuso al Juez la obligación de fijar las mayores y mejores bases posibles, para hacer liquidación en ejecución de sentencia, como prevé el artículo 85 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal. Visible en la página 2820 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXI, Febrero de 2010, Novena Época. III.- En segundo término se procede analizar los agravios esgrimidos por el apelante y parte demandada del juicio de origen, el cuál en esencia señala como único agravio una violación al artículo 271 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco, el cuál dice: (sic) Siempre que conforme a la ley deba denunciarse el juicio a un tercero para que le perjudique la sentencia que en él se dicte, el demandado, al contestar la demanda, pedirá al juez que se haga la denuncia, señalando el nombre y el domicilio donde deba ser emplazado el tercero. Con la Petición presentará copia del escrito de denuncia, así como de la demanda y de los documentos con los que se le corrió traslado. Con la petición y los documentos antes señalados el juez mandará llamar al tercero, emplazándolo para que en un término de ocho días si el juicio fuere ordinario y cinco si el juicio fuera sumario, salga al juicio y apercibiéndolo que no hacerlo le perjudicará la sentencia que se dicte. Al respecto el apelante manifiesta que le ocasiona agravio el hecho de que el A quo haya resuelto absolver al tercero llamado a juicio (sic) bajo el falso e infundado argumento que era obligación procesal de la parte que representó acreditar la denuncia realizada esto es, que tenía la obligación procesal en términos del artículo 283 del Enjuiciamiento Civil Local, de demostrar que mi patrocinado y el tercero llamado a juicio habían pactado que el nuevo propietario del terreno donde se encontraba el espectacular tenía que respetar el arrendamiento,” y en este orden de ideas señala el apelante que de conformidad con el artículo 271 del Código Procesal Civil, y toda vez que el tercero no había comparecido a juicio y por ese simple hecho le debía perjudicar la sentencia, razonamiento que a juicio de los que aquí resolvemos resulta totalmente desafortunado, ya que el numeral de mérito, no refiere en su sentido literal que la sentencia deba ser perjudicial para él, sino que lo que el legislador evidentemente quiso plasmar fue que en caso de que la sentencia no fuera favorable a los intereses del tercero declarado en rebeldía efectivamente esta tendría imperio sobre su persona, esto es, le sería aplicada en sus términos y no así como lo pretende razonar el apelante que por el sólo hecho de que un tercero perjudicado no comparezca a juicio la sentencia debe de perjudicarle, ya que esto equivaldría a generar de forma automática una condena a todos aquellos terceros declarados en rebeldía en los diversos juicios. Por lo anterior no resulta fundada la manifestación del apelante en el sentido de que el tercero perjudicado y nuevo propietario de la finca materia del litigio, era quien se encontraba obligado a cumplir con la obligación que fue pactada en el contrato de fecha 17 diecisiete de Septiembre del 2008 dos mil ocho, máxime que tal y como se desprende del mismo y concretamente en su cláusula séptima se estableció que en el caso de que el propietario transmitiera la propiedad del predio en comento, era el otorgante o parte demandada el que tenía obligación de devolver a la concesionaria y parte actora de este juicio el importe de la renta no devengada debidamente actualizada con el índice nacional de precios al consumidor (INPC). En seguimiento a lo narrado y como se desprende de la propia resolución emitida por el A quo la obligación de cumplimiento del contrato le correspondía a la parte demandada, y este solo se limita a manifestar en todo su escrito de demanda, que quien debió cubrir lo no devengado fue el nuevo comprador, sin embargo, nunca logró acreditar que la obligación originalmente adquirida por éste, hubiera sido derivada al tercero perjudicado, y no ofreció ningún medio de convicción tendiente a acreditar tal circunstancia, luego entonces quien verdaderamente incumplió con la obligación requerida fue la parte demandada en este juicio, ya que el accionante principal del juicio de origen sí logró acreditar los elementos de la acción de rescisión del contrato y la procedencia de su acción de conformidad con el artículo 286 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, pues justificó en primer término, la existencia del contrato firmado con la parte demandada y en segundo lugar, el incumplimiento por parte de este último, en este orden de ideas, el A quo motivó correctamente la resolución impugnada, al especificar de manera clara en indubitable, los razonamientos que le hicieron arribar a la conclusión de determinar la procedencia de la acción y asimismo señaló los numerales previstos para el caso concreto, fundamentando debidamente la mencionada resolución, luego entonces es de concluir que la misma sí cuenta con los requisitos de motivación y fundamentación que prevé nuestra Carta Magna en su artículo 16 Constitucional. Cobran aplicación a lo anterior los siguientes criterios Jurisprudenciales: FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. SU DISTINCIÓN ENTRE SU FALTA Y CUANDO ES INDEBIDA. Debe distinguirse entre la falta y la indebida fundamentación y motivación; toda vez que por lo primero se entiende la ausencia total de la cita de la norma en que se apoya una resolución y de las circunstancias especiales o razones particulares que se tuvieron en cuenta para su emisión; mientras que la diversa hipótesis se actualiza cuando en la sentencia o acto se citan preceptos legales, pero no son aplicables al caso concreto y se exponen las razones que la autoridad tuvo para dictar la resolución, pero no corresponden al caso específico, objeto de decisión, o bien, cuando no existe adecuación entre los motivos invocados en el acto de autoridad y las normas aplicables a éste. Visible en la página 2127 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXV, Enero de 2007, Novena Época, Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. SENTENCIAS. FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. No puede decirse que una sentencia carezca de fundamentación y motivación, en términos del artículo 16 constitucional, si los preceptos legales de cuya aplicación se trata están precisados en alguna parte de la misma, que es un todo, ya sea en los resultados, en las referencias a los razonamientos legales hechas por la parte, los considerandos, o antes de los puntos resolutivos, de modo que no haya duda razonable sobre los preceptos legales cuya aplicación se razona y examina, y si en dicha sentencia se contiene la parte sustancial de los razonamientos que se refieren a los hechos del caso, para determinar si encajan en las hipótesis normativas. Visible en la página 202, Volumen 109-114, Sexta Parte, Séptima Época, Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito. La resolución se clasifica como sentencia definitiva y se ha pronunciado dentro del término legal, por consecuencia, no es menester notificar personalmente a los interesados en base a lo que previenen en lo conducente los numerales 109 fracción VI, 419 y 439 del Código de Procedimientos Civiles. No procede condena en costas, al actualizarse el supuesto previsto por la fracción II del artículo 143 del Enjuiciamiento Civil del Estado, al no haber sido procedentes la totalidad de las prestaciones reclamadas por el accionante, aunado a que no se actualiza la hipótesis de dos sentencias conformes y coincidentes en su parte resolutiva. Además, con fundamento en lo que disponen los diversos numerales 83, 85, 89D, 435 a 444 de la Ley procesal, se resuelve con las siguientes: PROPOSICIONES PRIMERA.- La Sala estimó y consideró fundado y atendible uno de los agravios esgrimidos por la parte actora, en tanto que el único agravio expuesto por el demandado resultó inatendible, en consecuencia se modifica la proposición cuarta de la sentencia pronunciada por el Aquo el * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , para quedar como sigue: SEGUNDA.- De igual forma, ********************* se condena al demandado a pagar los intereses legales que se generaron ante el incumplimiento del contrato base de la acción, cuyo monto deberá calcularse en ejecución de sentencia conforme lo establecido en el artículo 1976 del Código Civil del Estado de Jalisco. En tanto que se absuelve al condenado de las prestaciones marcadas con los incisos E) y F) de la demanda inicial. TERCERA.- Sin condena en costas en esta instancia. CUARTA.- Con testimonio de la presente resolución, devuélvanse autos y documentos al juzgado de su procedencia. NOTIFÍQUESE Así lo resolvió la Cuarta Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, integrada por *********************, los Magistrados Licenciados ********************* y * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , actúa en la Secretaría de Acuerdos la Licenciada * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , quien autoriza y da fe. ***************************************************** *******************************