El Bautismo de Jesús Hablamos de Juan el Bautista: Mensajero de Dios engendrado en el vientre de la anciana Sara Su primer encuentro con Jesús fue a los 6 meses en el vientre materno Su aspecto: diferente a los demás hombres que hablaban en nombre de Dios Vestido con pelo de camello y una correa a la cintura Su alimentación: con miel y flor silvestre y saltamontes Su misión: preparar el camino del Mesías Preludio providencial de la acción salvadora de Dios. Su acción: por el bautismo con agua. Su mensaje: convertíos esta cerca el día del señor Una voz clama en el desierto Allanad el camino Detrás de mi viene uno mas fuerte que yo Yo bautizo con agua él bautizará con Espíritu y Fuego Su denuncia: Raza de víboras a los fariseos y saduceos Hijos de Abrahán pueden salir de las piedras (refiere a los gentiles) El JORDAN Es un valle en la región montañosa de Judea. Acuden al bautismo todo tipo de personas que quieran cambiar su vida sin importar si son o no judíos. Publicanos, pecadores, soldados etc. Jesús: Se hace bautizar por Juan Jesús sabía que aquel era el mejor momento, cuando los hombres movidos por sus propias cargas y condición pecaminosa, descendían arrepentidos y confesos por sus culpas. Cuando Jesús entra en las aguas y Juan baña su cabeza, son sumergidos todos los pecados de los hombres. . Aspectos Importantes de este rito en Jesús 1 Asume el bautismo no de conversión sino más bien como preparación a la misión encomendada. El bautismo de Jesús simbolizaba la muerte por los pecados de la humanidad pero también simbolizaba la resurrección. 2 Con la entrada en el río Jordan Jesús santifica las aguas del universo 3 No tiene pecado alguno pero asume todo el pecado de la humanidad 4 Recibe del Padre una Manifestación a su favor 1-La misión encomendada a Jesús esta dada desde el Gen. La promesa del padre de un descendiente de la mujer aplastará tu cabeza, es Jesús como el nuevo Adán que va a reconciliar al ser humano con Dios, le permite el regreso a la casa del Padre. Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 2-San Agustín dice que al contacto de Jesús con las aguas del Jordán se santificaron todas las aguas de la tierra. El agua es signo de muerte en la escritura, lo vemos en el cruce del mar Rojo donde los egipcios quedan atrapados por las aguas, Lo vemos en el diluvio donde es borrada la humanidad de la faz de la tierra reservando la vida solo a Noe y su familia. El ser sumergido en el agua asumimos la muerte del hombre viejo para renacer al hombre nuevo con Cristo. 3-Jesús asume el pecado de la Humanidad. Que misión mas grande y sublime decidir rescatar al hombre del fango del pecado y de la muerte, bien lo dice el ladrón en la cruz nosotros merecemos el castigo pero Jesús es inocente porque ha de pagar por lo que no cometió. Ya no hay excusa para el hombre porque ahora es libre no con sus fuerzas sino por gracia en Jesús que le ha liberado. 4-Recibe del Padre una Manifestación en su favor. Se Abrió el cielo, visión de los secretos celestes Is 63,19 ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses ante Tu Faz los montes se derretirían. La voz del Padre. Tú eres mi hijo amado en Ti me he complacido; Afirma la divinidad del Jesús. Jesús como siervo de Yahvé Ungido por el Espíritu profético La paloma: Es un símbolo escatológico del amor del Padre. Representa de alguna manera la presencia del Espíritu de Dios, al principio revoloteaba sobre las aguas. Espíritu que desciende: Is 63 11. 14. El paso por el mar rojo Moisés (hacia la libertad) El paso del Jordan con Josué (hacia la tierra prometida) Jesús encarna el nuevo pueblo (hacia la casa Paterna) Fuego Manifestación de Dios en diferentes momentos En la zarza ardiendo En el monte Sinaí En la columna de fuego que acompañaba al pueblo de Israel En las lenguas en Pentecostés También el fuego que destruye donde será echado lo que no sea elegido para el Reino. Mensaje Benedicto XXVI en su viaje al río Jordán. Queridos hermanos obispos, Queridos amigos: Con gran alegría espiritual vengo a bendecir las primeras piedras de las dos iglesias católicas que se edificarán más allá del río Jordán, un lugar marcado por muchos acontecimientos memorables en la historia bíblica. El profeta Elías, el Tisbita, procedía de esta área que no está lejos del norte de Galaad. Aquí cerca, frente a Jericó, las aguas del Jordán se abrieron ante Elías, a quien el Señor se lo llevó en un carro de fuego (Cf. 2 Reyes 2, 9-12). Aquí el Espíritu del Señor llamó a Juan, hijo de Zacarías, a predicar la conversión de los corazones. Juan Evangelista enmarcó también en esta área el encuentro entre el Bautista y Jesús, que con motivo del bautismo fue "ungido" por el Espíritu de Dios, descendido como una paloma, y fue proclamado Hijo amado del Padre (Cf. Juan 1, 28; Marcos 1, 911). Alegrémonos al reconocer que estos dos edificios, uno latino y otro grecomelquita, servirán para edificar, cada uno según la tradición de la propia comunidad, la única familia de Dios. La primera piedra de una iglesia es símbolo de Cristo. La Iglesia se apoya en Cristo, está sostenida por Él y no se puede separar de Él. Él es el único cimiento de toda comunidad cristiana, la piedra viva, rechazada por los constructores pero preciosa a los ojos de Dios y elegida por Él como piedra angular (Cf. 1 Pedro 2, 45.7). Con Él, también nosotros somos piedras vivas construidas como edificio espiritual, lugar de morada para Dios (Cf Efesios 2, 20-22; 1 Pedro 2, 5). A san Agustín le gustaba hacer referencia al misterio de la Iglesia como al Christus totus, el Cristo entero, el Cuerpo de Cristo pleno y completo, Cabeza y miembros. Esta es la realidad de la Iglesia: es Cristo y nosotros, Cristo con nosotros. Él es con nosotros como la vid con sus sarmientos (Cf. Juan 15, 1-8). La Iglesia es en Cristo una comunidad de vida nueva, un realidad dinámica de gracia que procede de Él. A través de la Iglesia, Cristo purifica nuestros corazones, ilumina nuestras mentes, nos une con el Padre y, en el único Espíritu, nos conduce a un ejercicio diario del amor cristiano. Confesamos esta gozosa realidad como Iglesia Una, Santa, Católica, y Apostólica. Entramos en la Iglesia a través del Bautismo. La memoria del bautismo mismo de Cristo está vivamente presente ante nosotros en este lugar. Jesús se puso en la fila con los pecadores y aceptó el bautismo de penitencia de Juan como un signo profético de su misma Pasión, Muerte y Resurrección para el perdón de los pecados. la muerte y resurrección de Cristo, será considerado particularmente por las comunidades cristianas que se reunirán en las nuevas iglesias. Que el Jordán os recuerde siempre que habéis sido lavados en las aguas del Bautismo y que os habéis convertido en miembros de la familia de Jesús. Vuestras vidas, en obediencia a su palabra, son transformadas en su imagen y semejanza. Al esforzaros por ser fieles a vuestro compromiso bautismal de conversión, testimonio y misión, sabéis que sois fortificados por el don del Espíritu Santo. Seguid dando gracias a quienes os guían y sirven fielmente como ministros de Cristo. Hacéis bien al aceptar su guía en la fe, sabiendo que al recibir la enseñanza apostólica que transmiten, acogéis a Cristo y acogéis al Único que le ha enviado (Cf. Mateo 10, 40). Queridos hermanos y hermanas: nos disponemos ahora a bendecir estas dos piedras, el inicio de los dos nuevos edificios sagrados. Que el Señor sostenga, refuerce e incremente las comunidades que en ellos elevarán su culto. Y que os bendiga a todos vosotros con su don de paz. ¡Amén! Dei Verbum 4. Después que Dios habló muchas veces y de diferentes maneras por los profetas, últimamente, en estos días, nos habló por su hijo(Heb 1,1-2) Pues envió a su Hijo, es decir, El Verbo eterno, que ilumina a todos los hombres. Para que viviera entre ellos y les manifestara la intimidad de Dios (cf. Jn 1,1-18): Jesucristo, pues, ek Verbo hecho carne ´´hombre enviado a los hombres´ habla palabras de Dios (Jn 3,34) y lleva a cabo la obra de la salvación que el Padre le confió(cf Jn 5,36; 17,4) por tanto, Jesucristo –ver al cual es ver al Padre (cf Jn 14,9) con toda su presencia y manifestación personal, con palabras y obras, señales y milagros, y , sobre todo, con su muerte y resurrección gloriosa de entre los muertos, finalmente, con el envió del Espíritu de la verdad, completa la revelación y confirma con el testimonio divino que vive Dios con nosotros para liberarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resucitarnos a la vida eterna. La economía cristiana, por tanto, como alianza nueva y definitiva nunca cesará y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la manifestación gloriosa de nuestro señor Jesucristo (cf 1 tim 6,14; tit 2,13)