DERECHOS HUMANOS Y GÉNERO Lic. Alicia Soldevila1

Anuncio
DERECHOS HUMANOS Y GÉNERO
Lic. Alicia Soldevila1
-Agradecimiento al Programa de Genero de la Secretaria de Extensión
Universitaria (UNC) por la invitación a compartir y participar del espacio
“PRIMER FORO DE “MORTALIDAD MATERNA Y DERECHOS HUMANOS”,
organizado por la Universidad, la Provincia y la Municipalidad.
- Enmarcar el tema señalando, la importancia de este día histórico donde será
leída la sentencia a Luciano Benjamín Menéndez y otros responsables del
genocidio en la ultima dictadura.
INTRODUCCION
Según el programa del día, estoy ubicada en el primer lugar por lo cual claramente
me dieron la tarea de iniciar el dialogo en este prestigioso panel -situación que
implica una gran responsabilidad - en el marco Primer Foro de Mortalidad Materna y
Derechos Humanos.
Las expectativas transmitidas por las organizadoras se traducen en que en lo
posible pueda aportar algunos elementos para el debate sobre la perspectiva de
género y los derechos humanos.
Como punto de partida diré que es una Importante definición poner en este espacio
como tema central “El derecho a la vida de las mujeres” y entender que de lo
que estamos hablando es de los “derechos humanos de las mujeres”.
Es en el año 2003, cuando Naciones Unidas dicta una resolución donde se integra
los DDHH de las mujeres ha todo el sistema de Naciones Unidas, imprimiéndose el
concepto que “Los Derechos de las Mujeres son Derechos Humanos”.
Hay quienes se preguntaran porque es necesario definirlo, acaso las mujeres no son
Humanas? O bien Los DDHH no son inherentes a todos los seres humanos?; ocurre
que no siempre ha sido así.
1 Miembro del Equipo Docente, Cátedra de Trabajo Social con Familias y el Seminario de Genero, Escuela de Trabajo Social,
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad nacional de Córdoba.
La abogada feminista costarricenses y Consultora Internacional Alda Facio2, plantea
que “Las mujeres hemos tenido que luchar por nuestra humanidad durante quizás
miles de años” y en este proceso histórico al menos seis conceptos fueron
necesarios que se instituyeran y fueran posibilitando que los derechos humanos
internacionales de las mujeres pudieran ser reconocidos:
1.-Las personas individuales tuvieron que adquirir derechos frente al estado
bajo leyes internacionales. ( siglo XIX, se lograron tratados internacionales que
conferían derechos que los protegía con respecto a la esclavitud y la guerra, que las
personas podían interponer frente a los estados, logros estos que dieron pie a las
Convenciones de 1904 y 1910, destinadas a combatir el tráfico de mujeres).
2.-El concepto de derechos humanos internacionales tenía que ser aceptado.
(Se establece posterior a la segunda guerra mundial, la Carta de las Naciones
Unidas en 1945 y la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948).
3.- Se tenía que considerar a las mujeres capaces de tener derechos legales.
(Un obstáculo muy real de las mujeres refiere a un lugar desigual asignado con
respecto al varón, en los diferentes espacios en la sociedad, expresado en la
negación en las leyes de sus derechos durante siglos).
4.- La idea de que hombres y mujeres podían tener iguales derechos tuvo que
ser aceptada. (En concordancia con lo anterior, el estatus de persona individual,
autónoma, emancipada, con igualdad de derechos ha implicado un proceso largo y
dificultoso en la historia de las mujeres).
5.- El feminismo tenía que desarrollar metodologías y teorías que pusieran las
vidas de las mujeres en primera fila y que borraran la distinción artificial entre
las esferas pública y privada. ( demostraron que el género no solo refiere a los
modos en que se construyen culturalmente los lugares, funciones, relaciones entre
varones y mujeres en las sociedades, sino que también esta categoría funda
instituciones sociales como el derecho, el control social, la familia, el imaginario, la
2 Facio A. , “Los Derechos Humanos desde una Perspectiva de Genero y las Políticas Publicas”,
Revista Otras Miradas, Grupo de Investigación en Género y Sexualidad, GIGESEX. Facultad de Humanidades y Educación
Universidad de Los Andes Mérida-Venezuela, Volumen 3 Nº 1, Junio 2003. http://www.saber.ula.ve/gigesex/ gigesex@ula.ve
religión, la ideología, etc., que tiende a reproducir las desigualdad en las relaciones
de genero. Al decir de Rubin (1986)3 “el genero organiza socialmente y constituye
asimismo la subjetividad de los sujetos de tal manera que produce individuos
adaptados a esa organización. (...)”. En nuestras sociedades complejas, los sujetos
sociales se constituyen en la esfera de lo público y el estado a través de sus
organización jurídica determina quienes son sujetos de derecho, ciudadanos/as,
cuáles sus garantías y responsabilidades y cuáles los procedimientos para ponerse
en acción para su defensa. Esto plantea ámbitos de disputa por el reconocimiento y
ejercicio real de los derechos por parte de las mujeres que incluye la esfera pública
como espacio de disputa en la ampliación de sus derechos (en las legislaciones, las
políticas públicas entre otras). La perspectiva de genero permitió visualizar las
relaciones de poder entre los sexos y por lo tanto las discriminación y opresión
ejercida hacia las mujeres en las diferentes esferas y culturas.
de perspectivas de género ayudó a visibilizar las relaciones de poder entre los sexos
y, por lo tanto, la increíble discriminación padecida por las mujeres en todas las
esferas a través de todo el mundo).
6.- El sesgo androcéntrico en la teoría y práctica de los derechos humanos
internacionales tenía que ser develada. (Hacia el final de la década de los 80, a
partir del camino recorrido, las pensadoras feministas fueron incorporando una
mirada crítica al modo y lugar (androcéntrico) de construcción del paradigma de los
derechos humanos. Esta crítica fue acompañada de una propuesta mas inclusiva
que contenga a las mujeres de diferentes edades, capacidades, etnias, prácticas
sexuales, religiosas, culturales, sectores sociales, entre otras. Es decir una visión
que contenga la diversidad).
En este sentido podemos reconocer que aunque parezca un simple juego de
palabras el reconocimiento de los derechos de las mujeres como derechos humanos
es producto de luchas y disputas de sentidos e interpretaciones que se produce en
el espacio público y que
“las interpretaciones – no-
son simplemente
4
representaciones… Son, mas bien, actos e intervenciones ”.
3 Rubin, Gayle. 1986 La economía política del sexo. Notas sobre el sistema sexo-género. En: Nueva Antropología N. 30,
México
4 Fraser Nancy “La lucha por las necesidades. Esbozo de una teoría critica socialista – feminista de la cultura política del
capitalismo tardío”. Tomado de Unruly Practices, Universidad de Minessola, 1989.
Entonces:
1) A QUE
NOS
ESTAMOS
REFIRIENDO
CUANDO
HABLAMOS
DE
PERSPECTIVA DE GÉNERO?
En muchas oportunidades se habrá escuchado hablar de perspectiva de género a
partir de la cual se ha intentado precisar las miradas, interpretaciones (teóricas,
políticas, éticas, ideológicas) predominantes en torno a las relaciones sociales de
género en una sociedad. Dichas interpretaciones son productos de debates,
disputas que se vienen dando en diferentes momentos históricos, contextos y
esferas públicas, cuyos avances, cambios, retrocesos se traducen en prácticas y
modos de hacer concretos.
La incorporación de la perspectiva de género en el análisis de las relaciones
sociales en nuestra sociedad nos permite reconocer que las mismas son relaciones
sexuadas y que por lo tanto reproducen un ordenamiento social que también es
sexual.
Afirmación que rompe con una concepción neutral de sujeto o agente y pone de
relieve la existencia de concepciones hegemónicas de sujeto que han estado y están
presentes (varón, blanco, propietario, heterosexual) y que han hegemonizado no
solo en el genero sino también en clase, etnia, religión , identidad sexual, entre
otros.
A partir de la incorporación de la perspectiva de género en los análisis de los
múltiples espacios y relaciones sociales han ido emergiendo múltiples realidades
que han estado ocultas, invisibles en la historia oficial y en la historia cotidiana. Así
se fueron construyendo conceptos, categorías teóricas (género, división sexual del
trabajo, estereotipos sexuales, identidad de género, sexismo, entre otras) que han
permitido objetivar y nombrar realidades antes invisibles, otorgando entidad propia a
las mujeres como sujetos y a situaciones no reconocidas y naturalizadas (el trabajo
familiar; la doble y triple jornada de trabajo, la socialización de genero, el acceso
diferenciado a espacios de decisión, la expropiación del cuerpo y la sexualidad, la
violencia de género ,la “mortalidad de las mujeres” el cual amplia y
problematiza el de mortalidad materna).
Una distinción necesaria a realizar
es la referida a la diferenciación entre el
concepto sexo y el concepto genero; el primero hace referencia a la diferencia
sexual inscripta en el cuerpo (cuerpo sexuado) y la segunda alude a la significación
y valoración que la sociedad atribuye a esas diferencias.
Los dos conceptos son necesarios: no se puede ni debe sustituir sexo por género.
Son cuestiones distintas. El sexo se refiere a lo biológico, el género a lo construido
socialmente, a lo simbólico.
En segundo lugar, estas significaciones, atributos son instituidos desde
sociedades concretas que se caracterizan por
construir sus relaciones sociales
desde una ideología patriarcal. Entendiendo por patriarcado al sistema de relaciones
sociales que se caracterizan por la dominación que los varones ejercen sobre las
mujeres.
El patriarcado articulado al capitalismo instituye relaciones desiguales entre los
géneros; generación, clase, etnia, posiciones que definen jerarquías expresadas en
binomios superior/ inferior, fuerte/ débil, produciendo fragmentaciones, divisiones,
oposiciones en términos excluyentes entre lo masculino y lo femenino que se
naturalizan y reproducen en todos los espacios sociales.
Este sistema (que combina patriarcado y capitalismo) se sostiene en dos pilares
fundamentales:
-
La división sexual del trabajo (que también es social) y
-
La socialización de género.
Esta división se alimenta asignando funciones, espacios diferenciados a varones y
a mujeres, que poseen
relaciones de poder-
valoraciones y jerarquías sociales – en términos de
incorporándose como mandatos sociales que refieren a una
esencia –femenina /masculina-;
a fundamentos biológicos – capacidad de
reproducción biológica- e históricos, que naturaliza y universaliza estas divisiones y
sus principios.
Es decir que el lugar de mujeres y varones no es producto –en sentido directode las cosas que hace sino del significado y valoración de sus actividades en
cuanto varón/ mujer, clase, edad, etnia, entre otros.
- Tomando criterios descriptivos y analíticos para la presentación conceptual de la
categoría género se plantea:
Desde lo descriptivo genero se
define como “Red
de creencias, rasgos de
personalidad, actitudes, valores, conductas y actividades que diferencian a mujeres
de varones (y viceversa)”5.
Estas diferencias son productos de procesos históricos de construcción social e
implican desigualdades y jerarquías conformadas desde una lógica binaria (lógica
que conceptualiza las
diferencias
en
términos
de oposiciones
de pares
opuestos/excluyentes y complementarios una/otro) que las naturaliza y universaliza.
Esto produce un ordenamiento social de la desigualdad de género, dejando marcas,
huellas en las subjetividades masculinas y femeninas.
Genero como categoría de análisis presenta varios rasgos característicos, es
siempre relacional, definida en el encuentro con el/la otro/otra, cuyos contenidos
varían según donde se encuentren esos/as, otros/as.
-Estas relaciones –desde el presente enfoque- son definidas como relaciones
de poder (entendiendo los mecanismos de poder puestos en marcha, al decir de
Foucault pueden ser tanto impositivos, como productivos) pudiéndose definir este
encuentro como de enfrentamiento, subordinación, dominación o como de
reconocimientos,
búsquedas
y
nuevas
construcciones
(que
requieren
de-
construcciones).
-Genero como categoría de análisis refiere a
una construcción social
implicando diferentes agentes con diferentes posiciones que
construyen sus
discursos desde lugares legitimados o lugares opositores al discurso dominante.
El discurso histórico sobre el lugar, espacios y jerarquías presentes en el
ordenamiento social
subordinación
de desigualdad de genero “ha implicado relaciones de
en las significaciones del genero con un peso muy importante
otorgado a instituciones tales como la religión, - la educación-
criterios
6
médicos/científicos, apartados jurídicos” , entre otros.
La categoría género no es un concepto totalizador sino que permite visibilizar la
diversidad de posiciones, condiciones, determinaciones con que nos vamos
construyendo como sujetos (etnia, clase, generación, opción sexual, entre otras).
5 Burin. M. y Meler I, “Genero y Familia , “Poder amor y sexualidad en la construcción de la subjetividad” . Buenos Aires,
Piados 2001.
6 Idem
Todos estos se articulan y cruzan en la constitución de nuestra identidad, de nuestra
subjetividad que plantean discriminaciones (negativas) específicas. Se conjugan
estos diferentes aspectos que permiten analizar y dar cuenta de las diferentes
realidades rompiendo con concepciones esencialistas, biologisistas (asociada a la
capacidad reproductora: mujer, cuerpo de mujer, instinto maternal, cuidar, nutrir,
alteridad) y a-históricas que ocultan y/o niegan las transformaciones en la posición
de los sujetos, suponen un “eterno femenino”, inmutable en el tiempo.
Es por ello que las perspectivas de genero se ligan a múltiples campos de acción
tanto en la salud, educación, producción, legislación
entre otros ampliando las
miradas en torno a donde y como operar los conocimientos de genero en las
distintas disciplinas, campos de intervención, estudios, prácticas.
Es así que se reconoce esta categoría incluye entre otras una dimensión socio
cultural expresada en los roles, actitudes, valores construidos socialmente como una
dimensión política que plantea las relaciones entre los sexos en términos de
relaciones de poder.
Estas relaciones de poder se materializan en las posibilidades y obstáculos en el
ejercicio de sus derechos, el control de su cuerpo y su sexualidad.
Miremos más detenidamente:
2) DERECHOS SEXUALES Y DERECHOS REPRODUCTIVOS: DERECHOS
HUMANOS DE LAS MUJERES7
La(s) sexualidad (es) alberga múltiples y complejos contenidos, tanto sociales como
políticos, culturales, económicos e ideológicos, que nos refieren a procesos
históricos y a luchas que se han ido (y van) librando en tono al control y apropiación
de los cuerpos y las vidas de las mujeres.
7
Contenidos publicados de mi autoria Revista La Fuente. Revista de Psicología y Ciencias
Humanas. Cuestión de Genero. Año X – N° 32. Univers idad Nacional de Córdoba, Facultad de
Psicología. Autora Articulo: “Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos”. Pagina 6 y 7.
Los cuerpos de las mujeres se constituye así, en un “campo de fuerzas”, tomando el
sentido dado por Gramsci8 a la sociedad, campo “en el que se dirimen conflictos por
las hegemonías de la construcción del sentido común dominante”.
En estas disputas se han ido incorporando nuevos sentidos en torno a la
sexualidad, emergiendo discursos y acciones que la conciben como derecho
humano y ciudadano y a las mujeres como sujetos de derecho. A modo de ejemplo
se puede mencionar temas referidos al control de la fecundidad; la interrupción
voluntaria el embarazo, las diversidades sexuales, entre otras que están puestas (no
sin dificultades) en la esfera de lo publico y cuyos debates están abiertos. En este
proceso se alimentan “nuevas subjetividades sociales y amplía los espacios de
transformación, generando en el imaginario de las personas y la sociedad nuevas
dimensiones ciudadanas9.
Tomando aportes de Nancy Fraser10;
quien en su texto “las políticas de
interpretación de las necesidades”, plantea que existen tres grandes tipos de
discursos en las sociedades capitalistas desarrolladas , las formas “opositoras” del
discurso, es decir, cuando las necesidades se politizan desde abajo; los discursos
de la “reprivatización” como respuesta a los primeros y designa iniciativas dirigidas a
desmantelar o reducir los servicios de bienestar social, significa despolitización; y los
discursos de los “expertos” que vinculan a los movimientos populares con el estado;
sus discursos son los medios para traducir las necesidades fugitivas ya politizadas
en objetos de potencial intervención estatal. Dado cuenta que en ningún caso, las
interpretaciones son representaciones, son más bien actos e intervenciones.
Es así que, las definiciones e interpretaciones sobre los sentidos en torno a la/s
sexualidad(es) y la reproducción están en constante pugna, y los avances y/ o
retrocesos
existentes implican concretamente avances y/ o retrocesos en el
reconocimiento y ejercicio de los derechos. Por lo tanto aporta u obstruye la
constitución de los sujetos como sujetos de derechos y en definitiva la
democratización de nuestra sociedad.
En este punto, se hace imprescindible explicitar que las diferencias en las posiciones
que ocupan los sujetos, en este caso de las mujeres, operan como condicionantes
8 Eduardo Grüner, Las Fronteras del (des) orden. Apuntes del estado de la sociedad civil bajo el menemato.
9 Manifiesto por una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos Septiembre de 2006,
Lima Peru.
10 Fraser Nancy “La lucha por las necesidades. Esbozo de una teoría critica socialista – feminista de la cultura política del
capitalismo tardío”. Tomado de Unruly Practices, Universidad de Minessola, 1989.
para el acceso y ejercicio de sus derechos, profundizándose las desigualdades,
discriminaciones y subordinaciones existentes. Es así que la trama de posiciones
entre las que destacamos, genero, clase, generación, etnia, identidad sexual, no
hegemónicas, y la
cultura,
religión, entre otras, traducen puntos de partidas
desiguales entre mujeres y varones y de mujeres entre si. Puntos que expresan
condiciones materiales y simbólicas desde las cuales estos producen y reproducen
sus relaciones sociales y en particular las prácticas sexuales y reproductivas en
esta sociedad.
Estas condiciones, producidas y reproducidas por un sistema patriarcal y su
asociación al neoliberalismo, generan y profundiza las situaciones de opresión que
se expresan en múltiples expropiaciones, como las del cuerpo (la explotación, el
desconocimiento, el no control); de la experiencia de la propia sexualidad (reducida
a la genitalidad y procreación); del lenguaje (la significaciones hegemónicas dadas y
la ausencias de otras);
de los espacios de participación (planteándola como
dimensión privada e individual).
Las condiciones de pobreza, el analfabetismo, la desocupación, profundizan estas
desigualdades inhabilitando el real ejercicio de la ciudadanía.
En esta línea, H. Birgin, plantea que “Las Oportunidades de vida, son algo más que
opciones y están vacías dichas oportunidades de elección si faltan las coordenadas
que le dan sentido. Las coordenadas consisten en profundas vinculaciones,
“ligaduras”, que significan pertenencias, filiaciones, fuertes vínculos sociales
fundadores de sentido.
De lo que se trata es que, para alcanzar la “igualdad de oportunidades”
debe
lograrse la “igualdad en el punto de partida”, igualdad entendida como derecho”. 11
Como podemos ver, abordar la sexualidad y reproducción entendidas como
derechos involucra una perspectiva integral que compromete y relaciona diferentes
niveles de estructuras, sectores y ámbitos; dando cuenta que sobre los cuerpos
intervienen tanto el estado, como la sociedad, las religiones, las familias, el mercado,
constituyéndose los cuerpos de las mujeres “en expresiones de relaciones de poder.
11 Dra. Haydeé B. Birgin, Ciudadanía: Una Tarea de Advocacy, 1997 Cita Ralf Dharendorff. Las oportunidades de la crisis.
pag.97
De esta manera, los cuerpos de las mujeres y las diversidades sexuales están en el
centro de proyectos autoritarios o democráticos”. 12
La concepción de los derechos sexuales y los derechos reproductivos como
derechos humanos, implica reconocerlos como universales (es decir que abarcan a
todos los seres humanos en los diferentes momentos de su curso de vida); son
interdependientes (están en conexión con todos los demás derechos humanos)y son
indivisibles (integrales).
La incorporación del termino derechos reproductivos, se produce ya finalizando la
década del 70, en el marco13 de una campaña contra la esterilización forzada y el
derecho a la contracepción en Estados Unidos,
y en 1984 en una reunión en
Amsterdan (paralela a la Conferencia de Naciones Unidad de Población realizada en
México en el mismo año), se comienza a utilizar de manera publica este concepto,
junto a otros “como es el de Salud de la mujer, la salud integral, el derecho al
aborto, derecho a la anticoncepción, entre otros”.
Las Conferencias Internacionales, y en ellas el accionar de los movimientos
feministas y de mujeres han aportado significativamente a la constitución de la
perspectiva de derechos, y de derechos sexuales y reproductivos. Implicando en su
proceso profundos debates (en términos de disputas por las interpretaciones) y
diferenciación de los términos que se han venido utilizando en su historia y cuyos
sentidos son diferentes. En este proceso se utilizaron conceptos como el control de
la natalidad (vinculada a políticas de estado); la salud sexual (incorporando aspectos
psicosociales y comunicacionales); salud reproductiva, la Planificación Familiar, la
procreación
responsable
(centrada
en
la
procreación).
Conceptos
cuyas
interpretaciones implicaron e implican intervenciones especificas en la vida de las
mujeres y acceso a determinadas políticas públicas.
En este sentido, se entiende a los derechos sexuales y a los derechos reproductivos
como dos campos (el de la sexualidad y el de la reproducción) que se tocan en
algunos puntos pero refieren a aspectos y derechos que requieren ser reconocidos
y visualizados en su especificidad.
12 Hancourt y Escobar
13 Revista Reproductive Health Matter
En este marco, se pueden entender los derechos sexuales como el conjunto de
derechos humanos inalienables que tienen las personas de tomar decisiones libres,
sin violencia, sin coacción ni discriminación de ningún tipo, sobre su propia
sexualidad, tanto en sus aspectos corporales y relacionales como en sus aspectos
reproductivos y a los derechos reproductivos a aquellos derechos sexuales que
implican la libre determinación sobre la propia fertilidad, que incluyen el derecho a no
tener hijos y a tenerlos en el número, con el espaciamiento y en el momento que las
personas, solas o en pareja así lo decidan, sin ningún tipo de coacción,
discriminación ni violencia14.
Desde esta perspectiva de los derechos, se intenta poner de relieve la complejidad y
el dinamismo que contienen en si los conceptos de sexualidad y reproducción;
atendiendo aspectos relacionados con el cuerpo, el deseo, el placer, la decisión de
tener o no hijos, del momento de tenerlos, con quienes tenerlos, de decidir
interrumpir un embarazo no deseado, atender las situaciones de discriminaciones,
con la situación de abuso sexual, de violación, de violencia en todo sentido, con las
mujeres y niños/as en situación de prostitución, con atender las necesidades de
los/as jóvenes, de los/as adultos/as mayores, de las personas con capacidades
diferentes, y así podríamos seguir enumerando situaciones que hacen a la vivencias
y la vida cotidiana de todas las personas15.
Los derechos sexuales y los derechos reproductivos, al decir de Correa y Petchesky
se definen en términos de poder y recursos; implicando poder para tomar decisiones
y recursos para llevar a las mismas a la práctica. En este sentido,
16
la distribución
(en términos de redistribución de los recursos y poder) y el reconocimiento (igual
derecho de perseguir el logro de la estima social bajo condiciones justas de igualdad
de oportunidades) se constituyen en condiciones necesarias para la paridad
participativa en el ejercicio de los derechos.
A modo de cierre, diremos que para el pleno ejercicios de los derechos se hace
necesario revertir las condiciones de exclusión y desigualdad en la que se viene
desarrollando la vida en nuestra región, entendiendo que al referirnos a los derechos
14 Aportes de Lic. Alejandra Domínguez “Nosotras en el Mundo” (2006).
15 Op cit Documento “Nosotras en el Mundo”
16 Nancy Fraser “ Políticas redistributivas o de reconocimiento?
sexuales y los derechos reproductivos entramos directamente al terreno de los
derechos humanos y a la recuperación del cuerpo como espacio político.
Descargar