Introducción al derecho ambiental mexicano. Eugenio Ursúa Cocke

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INTRODUCCIÓN AL DERECHO AMBIENTAL MEXICANO
Eugenio Ursúa Cocke
En 1976 la prensa mundial se ocupó de los efectos dañinos y aún mortíferos que provocó en
Italia el escape de una nube tóxica de dioxina en la fábrica Icmesa, en Seveso, localidad cerca
a Milán.1 Los destrozos materiales fueron enormes, pero lo más grave es que sólo con el
transcurso del tiempo se podrán determinar los peligros de futuros escapes químicos desde un
punto de vista científico. Por lo pronto, la firma Roche ofreció una compensación temporal (que
las autoridades italianas rechazaron), y el gobierno auspició una legislación especial para el
caso. Entre las características esenciales de dicha legislación se encontraba la obligación de
cumplimentar un control medico estricto de los habitantes afectados por un periodo largo
después del accidente y la determinación de una serie de asistencias económicas e
indemnizaciones para las victimas.
Muchos otros ejemplos pueden citarse a partir de entonces, incluyendo la quema fuera
de control del pozo petrolero mexicano Iztoc I en las aguas del Golfo de México.
Sin embargo, la ecología se ocupa de mucho más que de accidentes en mayor o
menor medida espectaculares y aislados: trata nada menos que de determinar “las relaciones
entre los organismos y su medio ambiente, o sea que analiza el intrincado funcionamiento de la
biósfera”2 que envuelve al ser humano.
Esa biósfera está compuesta de distintos ecosistemas, que a su vez están sujetos a
tres leyes generales: a) la ley de la interdependencia (cada individuo o elemento del
ecosistema está relacionado con todos los demás); 2) la ley de la limitación (nada crece
infinitamente -en el hombre la limitación puede ser natural o artificial, como la contaminación o
un bombardeo atómico); y 3) la ley de la complejidad (las interrelaciones que hacen posible la
subsistencia de la biosfera forman una red intrincada y frágil).3
En su carrera desenfrenada por explotar los recursos de su medio ambiente, el ser
humano ha violado esas leyes ecológicas y sólo recientemente empieza a tomar conciencia de
los daños materiales y espirituales que ha causado. Por ejemplo, se dijo que entre los
principales daños socioeconómicos que produce un ecosistema inadecuado, se encuentran
incrementos en las enfermedades y el consecuente ausentismo en el trabajo, mayores costos
para preservar los centros recreativos, contracción económica en el renglón de turismo, daños
psicológicos y modificación del comportamiento social. Quienes vivimos en la ciudad de México
nos debatimos entre “problemas gastrointestinales, infecciones, parasitosis, infecciones de las
vías respiratorias, tensiones nerviosas, enfermedades cardiovasculares y desnutrición“.4
Antes de seguir con el catalogo de calamidades que vienen tras las alteraciones del
ecosistema que nos toque habitar, es necesario subrayar que sólo separamos esos males por
conveniencia expositiva; si algo puede aportar el enfoque ecológico es el concepto globalizador
del medio ambiente. Es decir, una alteración del ecosistema jamás se da en forma aislada, sino
que afecta de una manera u otra todos los demás elementos presentes en ese ecosistema y,
eventualmente, la calidad misma de la vida.
La fauna ha sufrido en México los embates indiscriminados de los cazadores. Las cinco
especies de ballenas que llegan a reproducirse en sus litorales amenazan extinguirse por las
excesivas cuotas de captura, el saqueo de los nidos y la desvinculación de los programas de
conservación.5 Se ha descubierto que la caza ilegal amenaza también a los patos migratorios
que llegan principalmente al estado de México desde Canadá. En el estado de Chiapas se han
depredado principalmente aves canoras y de ornato por el excesivo comercio, principalmente
con Estados Unidos, “acompañado de la destrucción de miles de hectáreas”6 de bosques.
Estos factores, junto con la desaparición de su ambiente natural, la introducción de ganado, la
colonización, la roza, la tumba y la quema, la construcción de presas hidroeléctricas y la
explotación petrolera, han provocado la extinción paulatina del 80 por ciento de las 614
especies de aves, 169 especies de serpientes y saurios y de todas las especies mayores del
bosque.
La contaminación ambiental también se manifiesta en la disposición insensata de
desechos sólidos. El río Valles, en el estado de San Luis Potosí, “está totalmente muerto y
jamás volverá a regenerarse“.7 Según estudios de la Secretaría de Desarrollo Urbano y
Ecología (Sedue) y del estado de Morelos,8 los ríos Yautepec y Cuautla se encuentran
gravemente contaminados por las descargas del drenaje municipal de Oaxtepec y Cocoyoc,
que provocan excesiva concentración de bacterias y déficit de oxigeno (que ocasiona el
exterminio de peces y algas) en el primero, y por el ingenio de Casasano y algunas industrias
que vierten directamente sus desechos líquidos, aunado esto a los numerosos tiraderos de
basura en el segundo río. En el valle del Mezquital, del estado de Hidalgo, se ha encontrado
una paradoja.9 Desde 1900 ese distrito de riego ha recibido aguas negras destinadas al riego
de sus tierras tepetatosas. Las aguas negras han provocado la “extinción total de la fauna en
las corrientes del Río Tula” y la vida piscícola que se había empezado a desarrollar en la presa
Endhó también ha desaparecido ya. El lirio acuático en cambio prospera desmesuradamente.
Paradójicamente, aunque “estas aguas residuales son altamente contaminantes en virtud de
que además de los residuos domésticos reciben descargas industriales “incluyendo metales
pesados como mercurio, cadmio, plomo y arsénico, las condiciones especiales de las tierras
aparentemente han permitido la aparición de una región agrícola irrigada con aguas negras.* El
agua del lago de Chapala, proveniente del río Lerma, es bacteriológicamente impotable y
químicamente peligrosa para riego y consumo humano.10 El exceso de nutrientes (más de 2 mil
toneladas anuales de nitrógeno y de 600 toneladas de fosfato) preocupa a los científicos. El
propio río Lerma presenta una gran contaminación bacteriológica ya que11
presentó valores superiores a los cien mil, de coliformes fecales por cada cien mililitros,
cuando la legislación relativa al agua y su contaminación establece que la adecuada
para uso recreativo, conservación de la flora y la fauna, así como para usos
industriales, debe tener un valor promedio mensual de 2 mil, sin exceder los 4 mil
coliformes. . .
En términos nacionales,12 los presupuestos municipales dedican el 10 por ciento a los servicios
de limpia (20 por ciento en el Distrito Federal). A pesar de ello, sólo se colecta el 70 por ciento
de los desperdicios o residuos sólidos producidos.13 Los residuos pueden ser tratados en
cuatro plantas en todo el país (Guadalajara, Monterrey, Toluca y el Distrito Federal), en las que
sólo pueden procesarse 7 mil toneladas. Los tiraderos a cielo abierto pueden producir
contaminación, pérdida del suelo y contaminación subterránea. La aparente economía de esos
sistemas se pierde y rebasa con costos indirectos.
La contaminación ambiental se muestra espectacularmente en los mares, en particular
con respecto a la explotación y transporte petroleros. Este tipo de contaminación va desde
aquélla causada por barcos aceiteros en los puertos, hasta colisiones entre buques como los
de Amoco Cádiz o el Torrey Canyon14
en (los) que grandes cantidades de combustible han caído al mar y aniquilado
poblaciones enteras de peces, moluscos y crustáceos valiosísimos, matando a miles de
aves acuáticas y causando daños graves a playas turísticas.
Los peores desastres ecológicos se han derivado de pozos descontrolados que arrojan sobre
el mar, directamente, su producto letal.15
Hasta muy recientemente, nuestro Iztoc I conservó la primacía destructora. Hoy,
aunque no se han publicado cuantificaciones precisas, seguramente ya ha sido
rebasado por los pozos bombardeados en la guerra Irán-Iraq, que están cubriendo las
ricas aguas del Golfo Pérsico con abrumadoras cantidades de hidrocarburos.
La llamada “lluvia ácida” ocurre cuando el bióxido de carbono (producido, en el Valle de
México, por cerca de 2.5 millones de vehículos) llega a la atmósfera y se revuelve con el vapor
de agua para convertirse en ácido sulfúrico que después se precipita, provocando la muerte
paulatina de zonas boscosas y áreas de cultivo y pastoreo, así como, a un plazo más o menos
largo, efectos sobre la salud humana, sea directamente o a través de productos consumidos.16
Aún en zonas relativamente “limpias” (como se había considerado a la Ciudad Universitaria, al
sur del Distrito Federal), se ha confirmado que se han alcanzado concentraciones de 450 a 500
partes por millón -en vez de las 340 partes de una atmósfera “medianamente limpia”.17 Se ha
estimado que sobre todo en el Valle de México la utilización de hidrocarburos resultó (1982) en
4 mil 75 toneladas de monóxido de carbono, 530 toneladas de bióxido de azufre, 397 toneladas
de hidrocarburos y 343 toneladas de óxidos de nitrógeno.18
La altitud del Valle de México multiplica el efecto de las emisiones atmosféricas, de
modo que se ha llegado a estimar que los 2.5 millones de vehículos realmente tienen el efecto
de 6.5 millones.19 Por supuesto, no sólo los vehículos automotrices amenazan, y de hecho
alteran ya, el ecosistema del Valle de México. Se ha informado20 que el consumo de energía
eléctrica equivale a la cuarta parte de la generación nacional; la zona metropolitana produce
solamente el 30 por ciento de ese requerimiento y el 70 restante tiene que traerse de algún
punto distante. En un ciclo alarmante, el incremento de la población implica un aumento de
consumo eléctrico y ello a su vez un uso mayor de derivados líquidos de petróleo -de ahí la
mayor contaminación atmosférica. El consumo de hidrocarburos líquidos por día por habitante
es de 2.3 litros; la población crece a razón de 4.7 por ciento anual y la demanda de
hidrocarburos al 5 por ciento. La otra gran causa de contaminación es la existencia de 30 mil
fábricas en el Distrito Federal y 130 mil en toda la zona metropolitana, incluyendo once
municipios del Estado de México. Ni siquiera está claro en este momento que las autoridades
apropiadas están en condiciones de lograr un monitoreo efectivo de la calidad del aire en el
Valle de México.21 Finalmente, el deterioro de la calidad atmosférica no se limita a las grandes
ciudades mexicanas. Por ejemplo, se ha dicho que Tepic, Nayarit, empieza a mostrar
similitudes alarmantes: 22
las enfermedades oftálmicas y pulmonares ocasionadas por la contaminación del aire
han aumentado 60 por ciento en relació6n a 1980... El incremento de la contaminación
es producido por el creciente número de automóviles y autobuses que circulan en el
estado, principalmente en Tepic y los cuales no son sometidos periódicamente a
afinación, además de no estar dotados de ninguna clase de equipo anticontaminante...
Otro de los causantes de la contaminación del aire es el ingenio azucarero El Molino, el
cual se encuentra ubicado dentro del área poblada y lanza enormes cantidades de
desperdicios industriales.
Aquí nuevamente se aprecia la íntima relación entre diversos factores que actúan
paralelamente para provocar contaminación: si bien en Tepic ha habido aumento de tráfico y
está presente un ingenio azucarero, también se practica la deforestación a gran escala. De
hecho, la deforestación ha sido considerada el factor más importante allí,23 ya que el cerro de
San Juan es depredado a causa de la explotación intensiva” de minas de arena y grava. Como
resultado de la tala inmoderada para fabricar empaques para fruta de exportación, el mangle y
el “paplillo” están a punto de extinguirse. Por otra parte, “la deforestación ocasiona (en Tepic
como en otras partes) una modificación en el china de (la) ciudad” con tendencia al aumento
del calor, entre otros factores.24 Miles de hectáreas de bosques en seis estados -México,
Michoacán, Hidalgo, Guerrero, Zacatecas y Oaxaca- han sido devastadas por la tala
inmoderada y la clandestina que se han realizado en años recientes.25
Ante la ineficiencia y a veces la complacencia de las autoridades forestales federales y
estatales; además, las concesiones ventajosas otorgadas por el gobierno a particulares
han servido para convertir en desérticas tierras que en otros tiempos estaban cubiertas
con encinos, pinos, caobas y otras especies. Y ante este panorama hay un epilogo
paradójico: los campesinos que vien allí, los verdaderos dueños de esas riquezas
forestales, no reciben -casi en ningún caso- beneficio alguno.
En nuestro país se pueden observar los efectos negativos de la deforestación con gran claridad
en el Valle de México: 26
. . . el arbolado de la urbe y su región desaparece conforme se incrementa el deterioro
de nuestro medio ambiente. Con la vegetación, estamos perdiendo un invaluable aliado
en la lucha por la salud pública y por condiciones de vida digna; y creando un círculo
vicioso. . .
Esa deforestación se debe a que en la mayoría de los bosques y los parques nacionales que
rodean al Distrito Federal, los árboles sufren plagas que los están acabando por el abandono
en que se les tiene. La tala es inmoderada. Están sujetos a la lluvia ácida.27 Se ha calculado28
que en los últimos 15 años el crecimiento urbano del Distrito Federal ha invalidado más de 40
mil hectáreas de zonas boscosas. Esto se puede apreciar patéticamente en el Desierto de los
Leones (parte del cual fue recientemente expropiado) y en el Parque de los Remedios.29 El
impacto del crecimiento ha afectado también a antiguas selvas, como en el caso de Chiapas: 30
. . .el costo del desarrollo del país mediante la explotación de los recursos naturales –
energéticos, hidroeléctricos y silvícolas-, ha sido la destrucción de sus bosques y
selvas. (Se estima) que en 15 años más la selva lacandona, que junto con las selvas
de Centroamérica, Brasil, India, Himalaya y Vietnam forma parte del cinturón tropical,
desaparecerá.
Según esa misma fuente, en Chiapas existía una superficie de 3 millones 543 hectáreas de
bosques y selvas (40 por ciento de la superficie total del Estado), de las cuales habían sido
extinguidas en el periodo mencionado por incendios forestales, explotación de energéticos y
colonización anárquica, 1 millón 500 mil. Otra causa señalada para esa perdida ha sido la
explotación ganadera. Se ha presentado una situación general semejante en otros muchos
puntos del país, incluyendo el estado de San Luis Potosí31 y la Huasteca Potosina.32
Quizá la contaminación ambiental más seria provenga de los desechos nucleares,
debido al largísimo tiempo por el cual permanece nociva la radioactividad (sin mencionar, por
supuesto, los increíbles daños que se producirían por explosiones nucleares militares). México
aún no inicia formalmente la producción en gran escala de materiales nucleares. El Capitulo
Segundo de esta obra, Fuentes, escrito por el Dr. Mario García Laguardia, usa el tema nuclear
como hilo conductor en su análisis jerárquico de la legislación mexicana.33 Aquí se dirá
simplemente que el problema de los desechos naturales ya se ha presentado para nuestro país
por el tiradero de desechos nucleares contemplado por los Estados Unidos para su estado de
Nuevo México, “donde se depositarán materiales radioactivos con una vida de hasta 200 mil
años”, que podrían afectar las corrientes subterráneas que corren de norte a sur y que se
podría reflejar en aguas mexicanas, incluyendo quizá hasta las de Monterrey.34
La contaminación ambiental ha perjudicado muchos otros aspectos de la vida nacional,
incluyendo centros turisticos35 y el patrimonio cultural de la nación, esto último en combinación
con sismos, incendios e inundaciones.36
Así como existe una tensión entre los diferentes factores de contaminación
(atmosférica, subterránea, lluvia ácida, etc.), también existe un conflicto entre propósitos
nacionales, recursos naturales y modelos de desarrollo elegidos. Este conflicto se refleja en
términos humanos en nuestro país, principalmente en el efecto sobre las grandes zonas
metropolitanas (Ciudad y Valle de México, Guadalajara y Monterrey y, en menor grado, Puebla,
León, Ciudad Juárez y Tijuana).37 Es claro que son las poblaciones menos privilegiadas y las
marginales que ocupan la periferia de esas ciudades quienes sufren en un sentido más
inmediato y directo los efectos de la contaminación.
Hemos creído demostrar arriba dos tipos de interrelaciones: entre los diversos factores
de la contaminación y entre la contaminación y el desarrollo económico. Ahora pasamos a una
tercera característica de los fenómenos ecológicos: su universalidad. Puesto que las aguas y la
atmósfera de nuestro planeta forman un conjunto que es indivisible, los problemas ecológicos38
son problemas globales de la humanidad que requerirían una forma nueva de
solidaridad. Requeriría una superación de la actitud típica de hombres producto de la
sociedad capitalista, por otra más pacifica y más fraternal.
En 1982 se celebró en Nairobi la Sesión Conmemorativa del Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente y se tuvo que declarar con cierto pesimismo que39
. . .
las recomendaciones del Plan de Acción adoptado en Estocolmo se aplican sólo
parcialmente, los resultados son insatisfactorios, debido principalmente a una
inadecuada planificación y a una insuficiente comprensión de los beneficios a largo
plazo que se obtienen de la protección del medio ambiente humano, a la inadecuada
coordinación de los enfoques y esfuerzos, así como a una insuficiente e inapropiada
distribución de los recursos financiero.
Por otra parte, en esa ocasión el Consejo Directivo del Programa para el Medio Ambiente
enumeró como resultados positivos de los diez años siguientes a la reunión de Estocolmo lo
siguiente:40 mayor actividad legislativa a nivel nacional; proliferación de actividades científico
investigativas y educacionales, nuevas organizaciones ecológicas gubernamentales y no
gubernamentales; numerosas convenciones internacionales de cooperación ecológica;
numerosas propuestas de protección de océanos, bosques, mares, atmósfera e intercambio de
información a través de INFOTERRA y progresos en el ordenamiento urbano y los programas y
proyectos sectoriales.
Cuando se piensa, por ejemplo, en los problemas ecológicos acumulados en las
grandes urbes como el Valle de México, tal vez se tienda a no justipreciar la recomendación del
mencionado Consejo Directivo en el sentido de que “el enfoque preventivo de los problemas
ecológicos es mucho más racional que el corregir las consecuencias de un desarrollo
inadecuado”.41 Por ello resulta especialmente atractivo mencionar la Convención de Barcelona
de 1976, sobre la protección del Mediterráneo de la contaminación. Todos los países
mediterráneos de Europa la han suscrito, excepto Albania. Las cada vez más ramificadas
actividades iniciadas y posibilitadas por esa Convención “trascienden cada vez más los marcos
estrictamente ecológicos, presentándose como un posible modelo de colaboración regional
polivalente”.42 que incluye un Plan de Acción para el Mediterráneo. También el acuerdo bilateral
para prevenir, reducir y eliminar la contaminación fronteriza entre México y Estados Unidos
deja atrás el concepto de línea fronteriza para incorporar el de región fronteriza... comprendida
dentro de los cien kilómetros próximos a cualquier lado de la frontera, ya que
En términos ecológicos, no existen fronteras; se trata de ecosistemas cuya situación no
depende de ningún país, sino de ambos. No importan qué hagan por su propia cuenta
México o Estados Unidos para mejorar la calidad ambiental, pues sin la contribución del
otro no habrá resultados positivos.
Ese mismo autor señala cómo la Environmental Protection Agency de los Estados Unidos
decidió declarar la ciudad de El Paso, Texas, como área de no atención ante la imposibilidad
de coordinar las inversiones realizadas allí para la protección ambiental con los problemas
ecológicos presentados a través de la frontera, en Ciudad Juárez, Chihuahua. Tales problemas
incluyen la obtención indiscriminada de agua de las escasas reservas subterráneas que por
necesidad han de servir a ambas ciudades. Por supuesto, ese planteamiento no pretende
ignorar las dificultades de lograr que tal coordinación, indispensable, sea también equitativa,
vistas las diferencias de capacidades económicas y tecnológicas. No por ello, sin embargo, ha
de ignorarse que los problemas ecológicos entre El Paso y “Ciudad Juárez también incluyen las
industrias contaminantes que tienden a desplazarse de los Estados Unidos hacia nuestro país
por la mayor facilidad percibida de cumplir con requisitos anticontaminantes menos rígidos; la
exportación a México de plaguicidas prohibidos en Estados Unidos; y los tiraderos de basura a
cielo abierto en el lado mexicano.”43
El lector podrá haber sospechado (correctamente) que las medidas administrativas a
nivel nacional rara vez (si es que alguna) pueden asumir toda la responsabilidad por la
protección del ambiente. Así, por ejemplo, la experiencia española no es enteramente
satisfactoria.44
En suma, la Ley recientemente aprobada de Protección al Ambiente, ha sido una
oportunidad no utilizada para la implantación de un sistema de gravámenes de la
actividad contaminadora. En vez de ello, se ha hecho uso del sistema de regulación
directa en combinación con el establecimiento de una serie de ayudas. No se logrará,
por consiguiente, una internalización plena del costo de la contaminación atmosférica,
ni la adecuada aseguración de los servicios ambientales, pero puede ser ciertamente
un instrumento valioso en la solución parcial del problema. . .
En esta línea de razonamiento, se ha llegado a proponer45 que se “flexibilicen” las
disposiciones legales en materia de contaminación ambiental, para hacerlas acordes con la
realidad técnico-económica de la industria mexicana. Sin embargo, este enfoque parece haber
llevado en los Estados Unidos a una liberalización excesiva en favor de las industrias y en
detrimento de la población en general. En todo caso, muchos países han tenido que elegir
entre los modelos a escoger para superar la tradicional sectorización de las competencias
ministeriales para poder acomodar el nuevo enfoque globalizador de los problemas
ambientales. Puede decirse que adoptaron uno de los siguientes cuatro modelos: 1) Un
departamento ministerial específico (Suecia, Austria, Hungría) que ofrece ciertas ventajas
sectoriales pero adolece de la posibilidad de enfoques interdisciplinarios; 2) La Comisión
Intersecretarial (Turquía, Portugal, España) que se reserva las decisiones básicas e
ingenuamente teóricas, dejando la práctica a los distintos Ministerios; 3) La Agencia o Comisión
Central (Estados Unidos, República Federal Alemana, Japón) que se ocupa de los problemas
ecológicos fundamentales, pero frecuentemente queda sujeta a obstáculos burocráticos; y 4)
Ministerio del Medio Ambiente (Canadá, Reino Unido, Venezuela), que es el sistema más
avanzado y puede tener las variantes de ser exclusivamente coordinador, funcionar como un
superministerio o como ministerio especializado. En México existe una Secretaría de Desarrollo
Urbano y Ecología.
La creciente conciencia de los temas ecológicos ha sugerido la atractiva idea de que el
derecho todo debe cambiar de derecho antropocéntrico (es decir, ocupado con relaciones entre
seres humanos entre sí o con la autoridad) a un derecho cosmocéntrico, de modo que la
explotación del universo por el hombre no llegue a la destrucción de éste y por lo tanto de
aquél.46 La Organización Mundial de la Salud apuntó desde 1962 el carácter delictivo de la
contaminación ambiental, es decir
... la presencia en el medio ambiente de materia o energía producidos naturalmente o
vertidos por el hombre, en cantidades o durante un tiempo suficiente para perjudicar,
causar molestias, amenazar la salud o la vida de las personas, animales o plantas;
dañar los bienes y obstaculizar el disfrute razonable de la naturaleza.
El nuevo derecho ambiental tiene por lo menos las siguientes características:47 1) hay un
sustratum ecológico donde se da la interacción entre elementos naturales y las actuaciones del
hombre; 2) su espacialidad queda ampliada pues “el Derecho ambiental pone en entredicho...
las disposiciones organizativas generales (imperium) nacionales y subnacionales”; 3) se pone
un énfasis preventivo porque la coacción a posteriori resulta particularmente ineficaz; 4) existe
una determinación tecnológica del ambiente regulado; 5) por tener una vocación redistributiva,
el derecho ambiental debe corregir las deficiencias del sistema de precios [pues de otra
manera se tendría que llegar al absurdo de poner precio a la salud o la vida humanas]; y 6) se
ha de afirmar la primacía de los intereses colectivos, aunque sin excluir el concurso del
ordenamiento privado. Por lo que respecta al ámbito constitucional nacional, hay que partir de
la base de que casi todas las constituciones se redactaron antes de que se subrayaran los
aspectos ecológicos, es decir, antes de los mil novecientos sesenta. Así: 48
entre los países socialistas abundan las referencias constitucionales al medio
ambiente, aun cuando no siempre se utilicen esos términos.
Los países que no hacen referencia al disfrute del medio ambiente como derecho, consagrando
sólo el deber de protegerlo, son la Unión Soviética, Bulgaria, República Democrática Alemana,
Hungría, Albania, Polonia y Yugoslavia si incluyen una referencia especifica al derecho de
ciudadanos al disfrute del medio ambiente. En los países europeos occidentales las referencias
son más escasas (limitándose prácticamente a Grecia, Suiza y Portugal). En cambio, el Articulo
45 de la Constitución Española de 1978, incluido en el Capitulo Tercero “De los principios
rectores de la política social y económica”, se dice que 1) todos tienen el derecho a disfrutar de
un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de
conservarlo; 2) los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos
naturales con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio
ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva; y 3) para quienes violen lo
dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije, se establecerán sanciones
penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado. Sin
embargo, se ha interpretado48 que el derecho al disfrute del medio ambiente no tiene un
carácter “fundamental”, aunque la defensa y restauración del medio ambiente “han de informar
la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos”.
Es frecuente en nuestra experiencia diaria encontrarnos con una visión muy pesimista
acerca del futuro ambiental del país. En México, 49
la población aumenta sin freno, nuestras ciudades prometen ser las más grandes del
mundo, la basura amenaza con inundarnos, las fábricas tienen a México para
contaminar, los bosques van disminuyendo, los esfuerzos y presupuestos de las
dependencias oficiales son mínimos, el tomar banderas verdes y las campañas verdes
tienen todas las características de promesas demagógicas colocadas en un callejón sin
salida.
Los juristas tienen que enfrentar el hecho de que la contaminación ambiental tiene que
combatirse con medios tecnológicos que sienten ajenos a sus instrumentos tradicionales; sin
embargo, queda la posibilidad de comprometerse en un ambicioso trabajo de lege ferenda.50
Además, no todo en nuestro país son las grandes ciudades (y aún éstas están compuestas de
zonas tal vez separables para el efecto del control de la contaminación). En todo caso, estas
unidades más pequeñas, acertadamente llamadas “unidades ecocidas” pueden identificarse los
datos necesarios para evitar el ecocidio y dejar de adoptar una actitud paralizante ante la
magnitud del problema, alegando ignorancia. Utilizando el ejemplo de la comunidad que rodea
la mina de Cananea en Sonora, se nos dice que se conocen ya el sitio, el origen de la
contaminación, la cantidad de personas afectadas, la enfermedad producida y la solución. Se
puede contar con una movilización productiva de la comunidad afectada como sucedió en
Uruapan51 o en el barrio de la Conchita en Coyoacán, Distrito Federal.52 Siempre queda alguna
opción individual. Se ha dicho bien que53
El problema básico radica en que como individuos no nos sentimos responsables. Nos
encontramos en una situación en donde es más fácil actuar el papel de victimas...
ninguno se culpa y propone disminuir sus costumbres ecocidas, siguen tirando en
donde sea sus desperdicios... Siguen sin ejercer presiones en sus áreas de influencia
para que se implanten prácticas que protejan al ambiente ya sea en la familia, en la
escuela, en las oficinas, en las fábricas, o en el campo.
Ciertamente se necesita un plan ecológico general, pero54
tenemos que responsabilizarnos en todos los niveles, desde el individual e inmediato
hasta el que debe ser manejado desde las plataformas industriales y del Estado.
NOTAS
* Se dice que el mercurio daña el sistema nervioso; el plomo el celular; y que el níquel puede ser
clasificado como cancerígeno.
1
Eduardo A. Pigretti, “La protección jurídica del ambiente natural” en Revista del Derecho Comercial y de
las Obligaciones. Buenos Aires, Argentina, Año 12, No. 67, pp. 45-52 (febrero de 1979), p. 47.
2
Andrea Cataño, “No tenemos un planeta de repuesto: ecología y sobrevivencia” en Solidaria. México,
IMSS, No. 1, pp. 15-18, (1983), p. 15.
3
4
Ibidem.
“Rezagada, la legislación en materia de contaminación en México, se dijo en una mesa redonda de la
UNAM”, Uno más Uno, México, D. F., 3 de diciembre de 1983, p. 5. En ese mismo número se anunció
la creación de un “Proyecto Interdisciplinario e Interinstitucional de Salud Ambiental” a través del
Programa Universitario de Investigación Clínica de la UNAM.
5
Rosa Rojas, “Se reducen las arribazones de tortuga en las playas mexicanas”, Uno más Uno, 29 de
agosto de 1983.
6
Juan Balboa, “Extinción paulatina de la fauna de Chiapas por el comercio ilegal con EU y
Centroamérica”, Uno más Uno, 1 de diciembre de 1983.
7
“Destrucción de bosques en la Huasteca potosina”, Uno más Uno, 23 de diciembre de 1983.
8
“Grave la contaminación de dos ríos en Morelos: Sedue”, Uno más Uno, 29 de agosto de 1983.
9
Anselmo Estrada Albuquergue, “Valle del Mezquital: las lagunas negras matan la fauna y dan vida
agrícola”, Uno más Uno, 15 de agosto de 1983. En el mismo articulo se dice que “en el documento de
programas estratégicos de la Subsecretaria de Ecología, se señala que para regular la explotación y
aprovechamiento del recurso y fomentar la reutilización de aguas residuales es necesario actualizar el
reglamento para la prevención y control de la contaminación de aguas, así como formular los
reglamentos para descargas de aguas residuales en los alcantarillados y la reutilización del agua
residual.”
10
“El agua del Lago de Chapala, peligrosa para consumo humano y riego agrícola”, Uno más Uno, 4 de
septiembre de 1983.
11
Ibidem.
12
Rosa Rojas, “Sistemas de limpia deficientes: Sedue”, Uno más Uno, 15 de agosto de 1983.
13
Ibidem.
14
“Petróleo y ecología: otras visiones”, Uno más Uno, 29 de agosto de 1983.
15
Ibidem. Petróleos Mexicanos habría informado en un comunicado de prensa (Uno más Uno, “Estudia
Pemex daños marinos por explotación”, 12 de diciembre de 1983) que “continúa realizando esfuerzos
no sólo para reparar los daños ambientales que ocasionalmente pudiera originar en el desarrollo de sus
funciones, sino también para apoyar la investigación científica y tecnológica mediante el estudio
sistemático de la zona económica exclusiva, en las costas del país”. El comunicado mencionaría en
seguida dos “barcos oceanográficos” y en estudio sobre impacto atmosférico de un futuro complejo
petroquímico. Por su parte, la Armada de México puso en marcha (Uno más Uno, 16 de diciembre de
1983) un Plan Nacional de Contingencias para Combatir y Controlar Derrames de Hidrocarburos.
Desgraciadamente, se presentó una controversia sobre si el país contaba con los medios suficientes y
eficientes para combatir en un momento dado una contingencia como la presentada en el simulacro,
consistente en 8 mil litros de combustible falso. Ciertamente la emergencia originada en el Iztoc I fue
considerablemente mayor.
16
Jorge Reyes Estrada, “Control del uso del suelo en el D. F. para terminar con la deforestación”, Uno
más Uno, 5 de enero de 1984.
17
Rosa Rojas, “La lluvia ácida amenaza al valle de México”, Uno más Uno, 24 de agosto de 1983. La
subsecretaría de Ecología habría asegurado que “se ha empezado a controlar la contaminación que
producen las unidades de la Ruta 100 mediante turbocargadores y dispositivos lavadores de humo”.
Además, se habría “iniciado un control de las emisiones de los quemadores” de la refinería 18 de
marzo, ubicada en Atzcapotzalco, ya que reubicarla fuera del Valle de México “sería muy costoso”; se
buscaba la colaboración y concientización popular; se requieren acciones a largo plazo, pues Inglaterra
y Japón, por ejemplo, “se llevaron en ello más de 15 años”; se realizarán programas de capacitación en
el nivel de delegaciones estatales; se afinarán los vehículos oficiales y se publicarán manuales de
aotoafinación; se estudia la posibilidad de sustituir el combustóleo por gas natural e incrementar el uso
de disel; puesto que se desean “industrias limpias y no industrias cerradas”, se buscan convenios con
las “cementeras y otras fuentes fijas contaminantes” con plazos fijos para disminuir la contaminación.
Roda Rojas, “Ya se controla la contaminación que producen los autobuses de la Ruta 100. . . " en Uno
más Uno.
18
Ver supra, nota 4.
19
Ibidem. El vocal ejecutivo de la Comisión de Ecología del Departamento del Distrito Federal anunció la
puesta en servicio de cuatro nuevos laboratorios del Sistema de Diagnóstico y Verificación de Fuentes
Móviles (anteriormente de la entonces Dirección de Policía y Tránsito) “para que los propietarios de los
vehículos los conserven en mejores condiciones mecánicas a efecto de que contaminen menos.
Primero se buscará controlar las emisiones de gases de los propios vehículos del DDF, para después
continuar con los del sector público y posteriormente los particulares”. “Se inició campaña contra la
contaminación en el D. F.”, Uno más Uno, 1 de octubre de 1983.
20
Ver supra, nota 4.
21
Ver supra, nota 17.
22
Alejandro Pineda, “Aumenta la infición en Tepic”, Uno más Uno, 29 de agosto de 1983.
23
Ibidem.
24
Id.
25
Se puede consultar un reportaje muy completo sobre esto en “Devastan los bosques en seis estados”,
Uno más Uno, 21 de agosto de 1983.
26
Editorial “Naturaleza”, Uno más Uno, 23 de septiembre de 1983.
27
Ver supra, nota 16. La Sedue anunció una inversión de 600 millones de pesos para proteger parques y
reservas ecológicas a través de un Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas que seleccionará
aquellas regiones y áreas ecológicas del país que representen las diversas provincias bióticas y
ecosistemas, tratando de conservar la diversidad biológica existente; construirá infraestructura en
parques nacionales y reservas ecológicas en diez estados; y otros programas. Rosa Rojas, “600
millones de pesos. . .” Uno más Uno, 5 de enero de 1984, p. 9.
28
Teresa Weiser, “La ciudad invadió en 15 años 40 mil hectáreas de bosques del Distrito Federal”, Uno
más Uno, 16 de diciembre de 1983. Por su parte, el párroco del Pedregal de San Nicolás pidió
comprensión para los habitantes de asentamientos irregulares señalando que son creados por
campesinos emigrados a la ciudad o por capitalinos “expulsados a la periferia”. Dijo que se trataba de
un proceso irreversible y que se desalojo sólo provocaría problemas más graves. Aseguró que la
principal fuente de contaminación en esos asentamientos irregulares la constituyen las letrinas (muchas
de ellas a cielo abierto) por la naturaleza del tipo de suelo que se transmina “Pérdidas irreparables al
patrimonio cultural del país a causa de la contaminación: Sedue”, Uno más Uno, 3 de diciembre de
1983.
29
Jorge Reyes Estrada, “Arrasan el parque Los Remedios para fraccionar ilegalmente”, Uno más Uno, 19
de agosto de 1983. Aquí se trata de una situación diferente al Pedregal de San Nicolás, pues los
“invasores” son personas de clase media o acomodada (como en el Desierto de los Leones).
30
Juan Balboa, “En treinta años desaparecerá la selva lacandona: el director de Historia Natural de
Chiapas”, Uno más Uno, 30 de noviembre de 1983.
31
Gustavo Rodríguez, “Contaminada, 75% del agua que beben los potosinos”, Uno más Uno, septiembre
21 de 1983.
32
“Destrucción de bosques en la Huasteca Potosina”, Uno más Uno, 23 de diciembre de 1983.
33
Sólo se encontraron dos ejemplos de jurisprudencia de la Suprema Corte de la Nación en materia de
contaminación ambiental, ambas sobre asuntos que podrían llamarse menores.
34
Rosa Rojas, “Propone Ortiz Monasterio una comisión México-EU que vigile el medio ambiente en la
frontera”, Uno más Uno, agosto de 1983.
35
Amalia Frías Santillán, “Programa entre la Sedue y Sector para abatir la contaminación en los
principales centros turísticos”, Uno más Uno, 12 de agosto de 1983, P. 8.
36
“Pérdidas irreparables al patrimonio cultural. . .”, supra, nota 28(2).
37
Rosa Rojas, “Hay que incorporar criterios ecológicos en la planeación del uso del suelo: Sedue”, Uno
más Uno, 21 de septiembre de 1983, p. 9. El articulo continua con un buen catálogo de los males que
aquejan al área metropolitana de la ciudad de México, “con más de 17 millones de habitantes, se hace
evidente la anarquía en el uso del suelo, lo que se manifiesta en una problemática ambiental que
comprende degradación de bosques, invasión de zonas agrícolas de alta productividad, inadecuada
ubicación de zonas industriales, y desarrollo de asentamientos precarios e irregulares en áreas
carentes de servicios públicos [además de] establecimiento de tiraderos de desechos domésticos a
cielo abierto en distintos habitacionales, déficit de áreas verdes y espacios abiertos, especulación del
suelo, y destrucción por fraccionadores de áreas ecológicas protegidas”.
38
Fernando de Terán Troyano, “Sobre el control del medio ambiente y otras utopías” Revista de derecho
administrativo y fiscal, Segovia, España, Año XIV, No. 41, p. 315.
39
Momcilo Peles, “Diez años desde la Primera Conferencia de la ONU sobre el medio ambiente humano”,
Política Internacional, Belgrado, Yugoslavia, Volumen III, No. 779, 20 de septiembre de 1982, PP. 2930.
40
Id., p. 29.
41
Id., p.30.
42
Vatroslav Vekaric, “Ejemplo de la exitosa colaboración intermediterránea: actividades en cumplimiento
de la Convención de Barcelona”, Política Internacional, Vol. XXXII, No. 779, 20 de septiembre de 1982.
43
Fernando Ortiz Monasterio P., “Eje político de la distensión: lo ambiental”, Uno más Uno, 31 de agosto
de 1983. En el mismo articulo se menciona el hecho de que las fronteras El Paso Ciudad Juárez pierde
1.25 metros de reservas acuíferas subterráneas.
44
Ver supra, nota 34.
45
Ver supra, nota 17.
46
Pedro de Miguel, “El medio ambiente y la administración del Estado: aspectos culturales” en Luis
Rodríguez Ramos, Derecho y Medio Ambiente, Madrid, CEOTMA, 1981, PP. 88 y ss.
47
Manuel Trenzado Ruiz, Técnicas e instrumentos jurídicos tradicionales y nuevos” en Rodríguez Ramos,
Derecho y Medio Ambiente, p. 66.
48
Ramón Martín Mateo, “El ambiente como objeto de Derecho”, en Rodríguez Ramos, Derecho y Medio
Ambiente, pp. 2 1-29.
49
Luis Rodríguez Ramos, Derecho y Medio Ambiente, p. 35.
50
Ibid, p.33.
51
Fernando Césarman, “Unidades ecocidas”, Uno más Uno, 28 de noviembre de 1983.
52
Ver supra, nota 50, p. 63.
53
Ver supra, nota 54.
54
“Demandan evitar la construcción de un club campestre en bosques michoacanos”, Uno más Uno, 12
de diciembre de 1983.
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