FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA HERMENÉUTICA FENOMENOLÓGICA PARA EL ANÁLISIS DEL TEXTO LITERARlO GUSTAVO VELÁSQUEZ CASTELBLANCO UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE EDUCACIÓN MAESTRIA EN COMUNICACIÓN EDUCACIÓN LÍNEA LITERATURA Bogotá, D.C. 2016 ii FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA HERMENÉUTICA FENOMENOLÓGICA PARA EL ANÁLISIS DEL TEXTO LITERARlO Tesis de grado para optar por el título de Magister en Comunicación Educación línea literatura GUSTAVO VELÁSQUEZ CÓDIGO 20131191041 Director de tesis CARLOS GUEVARA AMORTEGUI UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DECALDAS MAESTRIA EN COMUNICACIÓN EDUCACIÓN LÍNEA LITERATURA FACULTAD DE EDUCACIÓN Bogotá, D.C. 2016 iii NOTA DE ACEPTACIÓN __________________________________________ __________________________________________ __________________________________________ Director de tesis __________________________________________ CARLOS GUEVARA AMORTEGUI __________________________________________ Evaluador 1: __________________________________________ Evaluador 2: Bogotá, D.C., Marzo de 2016 iv Acuerdo 19 del Consejo Superior Universitario: Artículo177: La Universidad Distrital “Francisco José de Caldas no se hará responsable por las ideas propuestas en esta tesis”. v TABLA DE CONTENIDO RESUMEN 1 INTRODUCCIÓN 5 Planteamiento Del Problema 7 Justificación 9 Objetivos 12 Objetivo General 12 Objetivos Específicos 12 Tras Las Huellas, Hallazgos. Estado Del Arte 13 Marco Teórico 16 Metodología 20 Del Método Del Trabajo De Investigación 20 Desde La Pedagogía Y De La Relación Docente Estudiante 21 CAPÍTULO I 1. De Las Correlaciones Teóricas Entre Hermenéutica Y 24 Fenomenología 2. Sobre La Categoría Del Lenguaje En La Interpretación 38 3. Conclusión Anticipada Entre Fenomenología Y Hermenéutica 40 CAPÍTULO II 1. Desde La Hermenéutica Fenomenológica, Hacia Una Didáctica 42 Posible 2. Consideraciones Acerca Del Concepto De Didáctica 42 3. Comprensión, Explicación E Interpretación. Un Solo propósito 43 4. Aspectos De La Didáctica De La Fenomenología Hermenéutica 48 4.1 Ir A Las Cosas Mismas 49 4.2 El Distanciamiento. Un Paréntesis 50 4.3 La Historia Efectual 51 4.4 El Tematizar 52 vi 5. Esferas de navegación en la interpretación de un texto literario 53 6. Conclusión 57 7. Proyección para una buena interpretación 58 BIBLIOGRAFÍA 1 RESUMEN En estas breves notas se ofrece una síntesis de los fundamentos que a partir de las ciencias eidéticas y hermenéuticas se han seleccionado en esta investigación, con el fin de brindar una plataforma conceptual que plantee categorías de análisis a quien desee incursionar con esta alternativa en la interpretación del texto literario; todo ello, frente a las dificultades que se detectan en la comprensión de la lectura y en la composición de textos de los estudiantes de educación básica y media del bachillerato. De las teorías enunciadas, la fenomenología, considerada la ciencia de las ciencias, tiene como objetivo principal la investigación directa desde la propia perspectiva, es decir, asumir la primera persona para la descripción de los fenómenos que el sujeto experimenta desde su conciencia histórica, ya que según la teoría de la verdad, expuesta por Gadamer, ésta funda el procedimiento que permite expresar la universalización de la capacidad interpretativa desde la personal y específica historicidad, categoría que contribuye a caracterizar sólidamente el fenómeno o el texto en cuestión, descartando las teorías sobre sus explicaciones causales o su realidad objetiva; en tanto, la hermenéutica preciada como el arte de la interpretación representa la actividad vital del ser humano determinada por la necesidad de comprender el mundo, se entiende que el sujeto no solo busca la comprensión sino también el entendimiento, más aun cuando existen varios sentidos y respuestas posibles en lo que se trata de comprender. Es así que se expone, como resultado de la convergencia de estas disciplinas, una selección de sus postulados teóricos, advirtiendo que ellos, más que un orden riguroso, constituyen una guía a manera de sugerencia en el proceso de la comprensión del mundo o los mundos de la vida presentes en el texto, pues no se trata de fijar las normas del proceso interpretativo, sino sacar a la luz las estructuras trascendentales del comprender, es decir, clarificar los modos de ser del fenómeno interpretativo. 2 Una condición inicial exige “ir a las cosas mismas¨” que implica no aceptar llanamente lo que han dicho los sabios, sino asumir la primera persona, es decir recuperar definitivamente el valor de la subjetividad, como fuente del sentido del mundo; pero con la condición de El distanciamiento (epojé), concepto del que debe tener conciencia todo lector, que intente interpretar el mundo propio de una obra literaria, en otras palabras despojarse, a través de la revisión, reducción y la corregibilidad, de las condiciones que imponen la lógica formal propias de la razón instrumental que pretende explicar el mundo desde perspectivas unidireccionales y verticales; tales procedimientos, conducen necesariamente a tematizar, o mejor desplegar y describir el eidos o la esencia del fenómeno, cuando se requiere la búsqueda del sentido. Así, se destacan los diferentes aportes que generan los estudiosos y filósofos desde el origen y desarrollo hasta la fenomenología contemporánea; contribución que ofrece el profesor filósofo Vargas Guillen en una exhaustiva y didáctica presentación: tesis como “que la comprensión no es uno de los modos del comportamiento del sujeto sino el modo de ser del propio estar ahí”, expresada por Heidegger y reafirmada por Gadamer, porque según éste, la comprensión del texto escrito, igual que lo hablado, suscita preguntas que exigen respuestas y sólo el diálogo puede garantizar el mutuo entendimiento, tal como acontece en la apropiación del conocimiento. Por su parte Ricoeur intenta, a través de sus reflexiones, legitimar la hermenéutica frente a otras disciplinas; para él interpretar es extraer el ser-en-el-mundo que se halla en el texto; de esta manera se propone estudiar el problema de la «apropiación del texto» y en tanto, la revelación de la historicidad intrínseca de la función narrativa. A la postre, dados estos principios, entre otros, es nuestra obligación asumir el rol como formadores y orientar al estudiante, a partir del diálogo y de la pregunta motivadora, a apropiarse de sus experiencias y de expresarlas; forjar en aquel la tarea que tiene todo sujeto de comprometerse, de tener conciencia crítica con el conocimiento de la realidad y del mundo de la vida, sin desconocer que cada interpretación, no es suficiente y está constantemente alimentada y corregida por otros sujetos. 3 Palabras claves: Hermenéutica, fenomenología, ir a las cosas mismas, historicidad, tematizar, distanciamiento, mundo de la vida, Dasein. SUMMARY These brief notes provide a synthesis of the fundamentals that based on eidetic and hermeneutics sciences have been selected in this research, in order to offer a conceptual support that lays out analysis ranks to whom wishes to make an incursion with this alternative on literary text interpretation; all that in the presence of difficulties detected on high school students in relation with reading comprehension and text working. Of formulated theories, phenomenology, considered the science of sciences, has as a main purpose the direct research from itself point of view, it is to assume the first person to describe the phenomenon experienced by the subject as of his historical conscience, since that according to Truth and Method theory presented by Gadamer, which determine the method allowing to express the universalization of the interpretative ability from the personal and specific historicity, a category that contributes to typify solidly the phenomenon or the text in matter, ruling out the theories about its causal explanations or unbiased reality while hermeneutics, valued as the interpretation exemplifies the vital activity of human being determined by the necessity of understanding the world; it is understood that subject not only is looking for comprehension but rather understanding, moreover when there are several feasible meanings and answers concerning to what is intended to know. Is this way that is exposed, as a result of the convergence of these disciplines, a theoretical postulates choice, advising that further being a strict order, make up a guide as a suggestion on world’s comprehension understanding, or the life’s world present in the text, since it is not about to set the regulations of the interpretative process but instead of that, bringing to light the significant structures of understanding, that is to say, to clarify the modes of being of the interpretative phenomenon. An initial condition demands “going to things by themselves”, which involves not simply accept what wise persons have said, in its place, to assume the first person, 4 and more properly, recovering in a definitive way the value of bias as a sort of the world’s sense; taking into account The distancing (epojé), a notion that every reader attempting to interpret the own’s literary work world must be awareness of, in other words, depriving of conditions imposed by conventional logic inherent to instrumental reasoning that expects to explain the world beginning in unidirectional and vertical perspectives by means of review, reduction and corrigibility; those procedures lead necessarily to thematize (propose), in other words, to display and describe eidos or the phenomenon’s essence, when searching of sense is being required. In this form, there are outlined the different contributions that scholars and philosophers generate from origin and development to contemporary phenomenology; contribution that philosophy professor Vargas Guillen offers in an exhaustive and didactic presentation: a thesis like “that understanding is not one of the ways of subject’s behavior but the way of being there by himself”, expressed by Heidegger and asserted by Gadamer, because according to him, the understanding of the written text, as the spoken, raises questions that demand answers, and just the dialog is able to guarantee the mutual understanding, as takes place in the knowledge appropriation. On the other hand, Ricoeur tries by means of his reflections to legitimate hermeneutics before other disciplines, for him, to interpret is to extract the being-in-world that is present in the text; like this he proposes himself to study the problem of «text appropriation», and thereafter, the revelation of narrative function essential historicity. In the end, and given this principles, among others, it is our duty to assume the role as formers and to direct students based on dialog and the motivating question, to take unlawfully of their experiences and express them; to forge in them the task that everyone has of promise, of having a critical awareness regarding to reality knowledge and life’s world, not being unknown that each interpretation is not enough and is constantly nourished and corrected by others. Key words: Hermeneutics, phenomenology, going to things by themselves, historicity, thematize, distancing, life’s world, Dasein. 5 INTRODUCCIÓN Son diversas y de gran valor las propuestas de análisis de las que se puede hacer acopio de aspectos que ayudan al docente o al lector que pretende interpretar una obra literaria; sin embargo, pocas veces se queda satisfecho de los resultados en la aplicación de estos estudios, pues, con frecuencia representan un punto de vista parcial de la totalidad significativa que se puede encontrar en un texto narrativo. En esta investigación me propongo presentar a manera de síntesis los Fundamentos de la Hermenéutica Fenomenológica para el Análisis de Textos literarios; se intenta mostrar una alternativa que despliegue las relaciones de los ámbitos, de las categorías y los problemas socioculturales que permean el mundo o los mundos que se mueven al interior de un texto narrativo, más que dar cuenta de aspectos formales y estructurales desde teorías que giran en torno a la poética y a la estilística, es decir el texto como una estructura lingüística fija y el significado (el concepto), constructo humano, como un producto artificial y muy variable o ambivalente; de ahí que la intención de ésta reside en adecuar las categorías de la ciencia fenomenológica y del arte de la interpretación, la Hermenéutica, para comprender el fenómeno estético literario. Pero antes de aludir a las correlaciones pertinentes y las posibles disgregaciones que en sus principios comportan las teorías enunciadas, es importante anticipar, para beneficio de la claridad de la investigación, que el sentido y la intención aquí expuestos no se orientarán hacia la reflexión filosófica de la fenomenología y de la hermenéutica, sino más bien a hacer acopio de los mencionados fundamentos teóricos en beneficio de la interpretación de textos literarios; también es cierto que este propósito no representa una novedad, pues ya existen propuestas en este sentido, pero se intenta ofrecer nuestra propia perspectiva, esto es, allegar y promover estrategias para la comprensión e interpretación de textos literarios, con base en estos fundamentos, vale decir, tomar los postulados que puedan devenir en aspectos metodológicos, que nos aproximen 6 a la interpretación del texto literario, sin que se pretenda dar una salida definitiva o una solución al problema en cuestión; en consecuencia es necesario destacar las condiciones que imponen estas teorías, con el fin de hacer más entendible en la relación profesor estudiante los conceptos claves de ellas. 7 Planteamiento Del Problema La insuperada deficiencia que se detecta en la actualidad en los procesos de la lectura y de la escritura de los estudiantes, particularmente en los colegios oficiales, tiene que ver con la carencia de herramientas conceptuales apropiadas en la comprensión y en la composición de textos narrativos y argumentativos; dicha carencia se manifiesta en las diferentes productos escriturales que presentan los estudiantes y viene generada, entre otras causas, por la inexperiencia propia del docente, que exige trabajos que pocas veces tienen como base un modelo de referencia creado por él mismo, o que si se realiza adolece de la calidad del análisis y de la narrativa requerida en el discurso, particularmente en el texto escrito. El resultado es que las composiciones de los estudiantes, cuando se logran encauzar en esta práctica, presentan incorrecciones en aspectos como la coherencia, la cohesión y el orden estructural del texto escrito, además de que no hay un asomo de producción auténtica, debido principalmente a que no se hace una apropiada interpretación del texto, salvo en algunos casos. Los modelos de análisis hasta ahora utilizados, para la comprensión de textos narrativos, solo pueden “explicar” algunos de los elementos de la organización estructural del relato, del género y de los recursos estilísticos que se practican en la producción del cuento, la novela o el texto objeto de estudio. Son pocos los análisis que se comprometen con una aproximación a la visión o el sentido de la vida que se desprende de una historia, desde la manera como los personajes conciben su propio mundo y como lo idealizan. Es así que la comprensión apenas inicia el proceso y el resultado es un estudiante insatisfecho por los logros que el esquema propuesto por el docente le aporta. Además porque el objetivo generalmente va acompañado de la carga que impone el cumplimiento del seguir un programa académico o realizar la actividad de lectura. Mientras se mantienen dichas experiencias escolares que están sujetas a una serie de estrategias didácticas coercitivas, que amedrentan la posibilidad del sujeto creador de ejercer su libertad de pensamiento, que restringen la posibilidad de sentir y de disentir, lo que se observa son trabajos que escasamente imitan los 8 ya deficientes modelos empleados por el profesor y que frecuentemente obedecen a los programas instituidos por las directivas, que los docentes y aún algunos estudiantes consienten, a fuerza del hábito del ejercicio tradicional, caracterizado por lo instruccional e impositivo. Es por ello que en la búsqueda de alternativas surgen preguntas como: ¿Existen maneras, si no innovadoras, por lo menos favorables que permitan a los estudiantes la comprensión y la interpretación de textos narrativos? ¿Pueden estas teorías ofrecernos principios que permitan entender la lectura de textos literarios, sus mundos posibles y cómo se nos dan a los lectores? ¿Estas posibles alternativas, pueden ampliar el campo de acción en lo que tiene que ver con la capacidad creativa del estudiante? Específicamente ¿La hermenéutica fenomenológica y sus alcances metodológicos pueden constituirse en una posibilidad didáctica en la comprensión y producción de textos literarios? A estos y a otros interrogantes se tratará de dar respuesta en el proyecto propuesto. 9 Justificación Un interrogante que todo docente, particularmente de la formación de literatura en el bachillerato, se ha planteado, cuando aplica los métodos tradicionales de interpretación en la tarea de análisis de textos, ya sea con modelos que se inscriben en los presupuestos teóricos desde el estructuralismo o del formalismo, es ¿en qué medida, cuando se hace una “disección” (desglose de los diferentes elementos del texto narrativo), se está desarrollando la capacidad de comprensión, de reflexión y,en últimas, de construcción de conocimiento del estudiante? Y de otra parte ¿hasta qué punto se hace una verdadera interpretación del alma del texto, del descubrimiento de sus mundos posibles? La respuesta, estoy seguro, siempre será desconsoladora. En lo que corresponde al propósito del trabajo, debo expresar que aunque no se examinan en profundidad los postulados aquí propuestos desde la fenomenología y la hermenéutica, pues no poseo una formación específicamente filosófica, igual que un dominio en toda su extensión, de los principios más concretos que caracterizan esta corriente del pensamiento, orientaré mi investigación a partir de los presupuestos teóricos formulados por expertos y estudiosos de las propuestas que determinan esta alternativa de análisis; elementos conceptuales que tomaré como referencia y que me permitirán de alguna manera ir en una dirección acertada en la demostración de los objetivos que me propongo. En este sentido es probable que atienda los principios más generales de la fenomenología y de la hermenéutica, pero al mismo tiempo los aspectos más pertinentes para el propósito de la investigación que me ocupa. En efecto, el objetivo central consiste en allegar y promover estrategias para la comprensión e interpretación de textos literarios, con base en estos fundamentos, y más allá, sugerir algunas de las posibilidades didácticas que surgen después de una revisión de la diada hermenéutica-fenomenología. De ahí que el propósito de ésta reside más bien en tomar las categorías de la ciencia fenomenológica y del arte de la interpretación, la Hermenéutica, para comprender el fenómeno estético 10 literario; se trata entonces de proponer desde sus principios, materiales inteligibles que favorezcan los procesos pedagógicos en el aula, vale decir, tomar los postulados que puedan devenir en aspectos metodológicos, que nos aproximen a la interpretación del texto literario para generar desde ellos estrategias didácticas, o mejor propiciar procesos que vayan desde la conversación y el diálogo a través de la pregunta abierta, hasta la interpretación y comprensión del texto, en la relación profesor estudiante, toda vez que la intención es propiciar elementos claves, tanto a docentes como estudiantes. Al respecto surgen algunos interrogantes, de los que se obtendrán respuestas en la medida de la puesta en práctica de esta perspectiva de análisis. Reparemos, preguntas como: ¿Cuáles son los beneficios que se derivarán de ella? ¿Podemos pensar en que, producto de la revisión histórica, el lector conozca con más detalle y con más certeza los avatares que se ocultan, consciente o inconscientemente, tras los acontecimientos que son pretexto de la narración ficcional de la obra, y que en consecuencia, experimente la satisfacción que genera el valorar la propia perspectiva de la lectura de una obra literaria? Estas son algunas de las cuestiones, entre otras, que exigen respuestas para llevar a buen término esta propuesta. De ahí, que en la consecución de unas apropiadas respuestas, es posible que en el discurso aquí expuesto incurra en la utilización de terminología que hayan utilizado los autores que me sirven de referencia, pero trataré de orientar, de la forma más despejada, la terminología acorde con los fines de este ejercicio. Es así que en el análisis literario desde la perspectiva hermenéutica-fenomenológica, implica en principio “ir a las cosas mismas”, ir al mundo o los mundos en que se mueven los personajes de un texto narrativo; en otras palabras ir a la obra misma. Diremos entonces inicialmente, para responder a la primera pregunta, que provoca en el lector el deleite de poder dar por cuenta propia, con autosuficiencia, sin conformarse con lo que proponen las “autoridades” del análisis literario, la razón del sentido de la obra; además de que involucra la relación entre interpretación y la consecuente descripción, una operación que despliega los elementos intrínsecos 11 más relevantes de la obra, pues parte desde la intuición, otorgando así fundamentación a la subjetividad. Por todo lo anterior, aunque hay trabajos que proponen el análisis de textos literarios en esta dirección, no encuentro ningún argumento que invalide la realización de esta investigación, toda vez que es una propuesta que, de una parte, contribuye y apunta a ofrecer y sobre todo valorar una perspectiva, si se quiere más aproximada, a lo que corresponde al mundo de la vida y de los mundos posibles presentes en la obra, y de otra porque por su carácter de autenticidad, permite desplegar y relacionar el mundo de la obra con el sentido del mundo que le otorga el lector desde su propia perspectiva, aun a pesar del presupuesto de que en este tipo de análisis, ya todo está dicho. 12 Objetivos En términos globales, tanto los objetivos generales como específicos se han trazado de manera coherente respecto a las preguntas generadoras que se incluyen en el planteamiento del problema, las respuestas apuntan a resolver aspectos relacionados especialmente con las estrategias pedagógicas y sugerencia didácticas posibles que surgen de la propuesta que aquí se despliega; procesos que tienen que ver con la capacidad de interpretación de textos, en los contextos disciplinares significativos enunciados. Los objetivos se articulan de manera pertinente con la problemática, el enfoque cualitativo de la propuesta y los elementos teóricos que la sustentan. Objetivo general • Elaborar una síntesis de los fundamentos de la hermenéutica fenomenológica para el análisis del texto literario. Objetivos específicos • Reflexionar acerca de las correlaciones teóricas que surgen entre hermenéutica y fenomenología en su aplicación al estudio del texto literario. • Proponer categorías de análisis de textos narrativos en el proceso didáctico a partir de las posibilidades de las ciencias eidéticas y hermenéuticas. 13 Tras Las Huellas, Hallazgos. Estado Del Arte En este apartado, en lo que concierne a trabajos de investigación o guías de análisis de textos, trabajos de grado o tesis específicos en el análisis e interpretación de textos narrativos desde la perspectiva fenomenológica-hermenéutica son pocos los encontrados; sin embargo en las fuentes del material hasta ahora revisado, se observa que existen algunas propuestas, de las cuales he seleccionado algunos estudios y ensayos que me permiten ampliar el marco de mi propia perspectiva en el análisis de textos literarios, lo cual reviste especial atención en este trabajo, para el logro del propósito propuesto pues indirectamente involucran aspectos que fortalecen esta iniciativa; a continuación reseño algunos de ellos: Sobre investigaciones en la teoría de la hermenéutica, de la fenomenología y en particular estudios de la hermenéutica en América Latina; en el ensayo, el autor Romo Feito Fernando en La hermenéutica la aventura de comprender exterioriza con un lenguaje sencillo, claramente dirigido a neófitos en el tema, su propósito inicial sobre la recuperación de lo que hasta ahora “pertenecía” a la alta academia, en contraste con lo que en realidad significa, entender el mundo en que vivimos. Con una intención didáctica el autor realiza un recorrido por el pensamiento de autores que van desde Platón a Heidegger, comparando y contrastando las posiciones de estos filósofos, próximos con Schleiermacher y Gadamer, entre otros, para delimitar el objeto de estudio, pero finalmente apuntando a la idea, su tesis central, de que no son más que diferentes modalidades de un solo principio y fin, interpretar y comprender los textos; con el énfasis desde una perspectiva histórica y en un reiterado cuestionamiento muestra las diferentes vertientes: bíblica, jurídica y literaria, hasta llegar a las apreciaciones de la nueva hermenéutica, es decir la hermenéutica como método de las “ciencias del espíritu” y con las miradas de Freud, Marx y Nietzsche que coinciden en la actitud de sospecha frente a los discursos hegemónicos. 14 De seguida el escritor y literato español, desde una perspectiva filosófica y específicamente ontológica, se pregunta por el ser; lo que conduce al problema de la verdad, y a la relación entre el sujeto y el mundo real, verdad que a pesar de lo cuestionado se insiste en mostrar desde un punto de vista objetivo, científico, matemático y resistente a lo cuestionable; luego dedica en forma más particular, una disertación sobre diferencias en el tratamiento lingüístico y hermenéutico del lenguaje, así como las relaciones texto-contexto y oralidad y escritura; al final culmina con las reflexiones propias de la validez de las interpretaciones y el problema del intérprete en el sentido de que él crea su propio discurso que es igualmente viable interpretar. De otra parte, a manera de epítome he considerado presentar las apreciaciones que se esbozan en Hermenéutica literaria. Prolegómenos hacia la propuesta exegética como método de interpretación de textos literarios cuyo volumen presenta las conclusiones del trabajo investigativo de diferentes autores sobre el arte de la interpretación y de la hermenéutica, en particular del coordinador Alberto Ortiz, como producto de los estudios realizados en encuentros académicos, con estudiantes y maestros de la universidad de Guadalajara y de la universidad Autónoma de Zacatecas. Con la consideración inicial de que la interpretación de textos literarios nace en el ámbito de los estudios literarios y que por lo tanto debe regresar a ellos después de consolidar los valiosos aportes que han surgido de estos encuentros, de igual forma se pretende la inaplazable construcción de una hermenéutica literaria moderna, que como método flexible pueda dar cuenta de la esencia tradicional del arte y al mismo tiempo involucre las fortalezas de otras formas de análisis contemporáneos. Merece especial atención en las mencionadas conclusiones, el hecho de validar los aportes de diferentes áreas que como la semiótica y la propia hermenéutica moderna, inducen a la interdisciplinariedad, en la interpretación de textos literarios que hablen más de la búsqueda de verdades en el propio hombre y se desprendan del simple registro de información de eventos y elementos del texto literario; en este sentido se observa en algunos ensayos el hecho de que en los mundos literarios siempre perdura el entrecruzamiento de subjetividades que modifican y enriquecen continuamente “el mundo de la vida”. 15 Así mismo, con la premisa de que consiente e inconscientemente, no solo alteramos el universo literario con nuestra lectura y con el análisis, sino que frecuentemente estamos ejercitando la hermenéutica y en tanto lo que hacemos es reactualizarla a partir de los continuos reajustes, para que no corra el riesgo de dogmatizarse, se concluye que por profunda y rigurosa que sea la interpretación y comprensión de la realidad literaria, el conocimiento sigue siendo parcial desde el momento en que queda “definido”, esta afirmación conduce a la obligatoriedad de revisar continuamente el evento y el saber de ese evento, pues ellos tienen su propia dinámica, su propio devenir, por tanto el conocimiento de los fenómenos no se posee, se reconoce y recomprende en un continuum; además, que la búsqueda de “la verdad” en el acontecer literario siempre estará manifiesta y abierta a la interpretación, desde el comienzo de su realización y en su desarrollo, por el vehículo transportador, el lenguaje; se entiende de otra parte que de éste se desprenden formas más complejas y elaboradas: la metáfora, el mito, el símbolo, y las múltiples modalidades figurativas del lenguaje, las cuales conducen y determinan los “indicios” que constituyen el problema que el lector debe indagar, cuando ellos llaman su atención. Posteriormente, otro acuerdo destacable de estos encuentros y trascendental por su implicación con el ser, deviene de la afirmación de que no somos los mismos después de que comprendemos un desvío o un acierto, o cuando surge la duda en el camino de la interpretación, de ahí que, al entender la literatura como parte de la historia de la identidad y del quehacer del hombre, entramos en ese juego inevitable de la transformación de dicha identidad. 16 Marco Teórico El marco referencial teórico para este estudio se origina esencialmente en los aportes que ofrecen los estudios de los filósofos más destacados en el campo de la fenomenología y de la hermenéutica; por eso, de acuerdo con la temática y la configuración de este trabajo, se exige abordar, para un buen comienzo, la exploración de las teorías relacionadas con la tradición de la fenomenología, con el origen de la hermenéutica y las posibles divergencias y correlaciones que se han fraguado a partir de los estudios sobre estas disciplinas y de sus resultantes en el transcurso de la historia reciente; pero principalmente para que sirva de plataforma conceptual en la consecución de los fines de ésta investigación, por ello aludo previamente a la caracterización de la hermenéutica desde su realización temprana, quizás “inmadura”, para referenciar luego las concepciones asignadas en la historia ilustrada, hasta allegar los conceptos y postulados de los estudios más elaborados en la historia más reciente, la nueva hermenéutica, la cual no trata al sujeto como individuo, desde su sicología únicamente, sino desde las intersubjetividades que encarnan este proceso en la búsqueda de la verdad. Una consideración inicial nos lleva al origen tanto de la fenomenología como de la hermenéutica y de su convergencia; es a partir de lo incuestionable del método de las ciencias del espíritu, que a pesar de la influencia de la ciencia moderna, por su origen fundamentalmente humanista, se deslinda de los géneros de investigación empírica-positivista y su alcance que va más allá de ésta y por tanto comprende la misma esencia del arte. (…) las ciencias del espíritu históricas, tal como surgen del romanticismo alemán y se impregnan del espíritu de la ciencia moderna, administran una herencia humanista que las señala frente a todos los demás géneros de investigación moderna y las acerca a experiencias extracientíficas de índole muy diversa, en particular a la del arte. (Gadamer, 2012, p.10) Se destaca como referencia inicial los aportes de Hans George Gadamer en su obra principal Verdad y Método, donde, a través de la disertación con filósofos como Dilthey, Husserl y Heidegger, desde una actitud crítica, se cuestiona sobre las 17 variantes del entender. Su programa de una hermenéutica filosófica, que es más de carácter filosófico antes que metodológico, destaca entre otros aspectos los siguientes: No trata de fijar las normas del proceso interpretativo, sino sacar a la luz las estructuras trascendentales del comprender, es decir, clarificar los modos de ser del fenómeno interpretativo. Como Kant con la ciencia, Gadamer se propone suscitar el debate filosófico respecto a las condiciones de posibilidad de la comprensión, y especialmente responder a cómo es posible el comprender. De este modo intenta demostrar que la hermenéutica se refiere a algo que concierne a la existencia en su totalidad, ya que la comprensión es el modo de ser de la existencia misma como tal, y no una de tantas posibles actitudes del sujeto. Y finalmente como ya se enunció, la experiencia del comprender que es irreductible al método del pensamiento científico moderno, que busca un saber exacto y objetivo, fruto de la investigación de un objeto por un sujeto neutral, es decir ajeno a cualquier implicación existencial. Así, el título de su obra, muestra una relación de tensión entre sus dos términos: el método científico es insuficiente para explicar el comprender propio de las ciencias del espíritu. Ahora bien, frente a las pretensiones de universalidad de la ciencia, Gadamer cree poder demostrar zonas de verdad fuera del área científica y fundamentales para el hombre, indudablemente estas zonas de verdad coinciden con las estructuras del comprender; es así que desde su perspectiva, la teoría de la verdad constituye el procedimiento que permite expresar la universalización de la capacidad interpretativa desde la personal y específica historicidad, categoría que a ciencia cierta contribuye a caracterizar sólidamente el fenómeno o el texto en cuestión; en este sentido son de gran valor sus apreciaciones en Estética y hermenéutica en donde plasma su pensamiento según el cual el arte es no sólo comprensión del mundo sino, más aún, acontecer de la verdad. Pero especialmente pertinentes son las apreciaciones en el capítulo II del volumen I “Fundamentos para una teoría de la experiencia Hermenéutica” en donde deja una clara posición sobre la historicidad de la comprensión como un principio hermenéutico, recupera lo fundamental del problema hermenéutico y realiza un análisis de la conciencia de la historia efectual. También del tomo II en el capítulo 18 III “Complementos”, se destaca su dedicada reflexión, que en diferentes ensayos, elabora acerca de la importancia de La continuidad de la historia y el instante de la existencia; de la misma manera las relaciones Hombre-lenguaje, semánticahermenéutica y lenguaje-comprensión, particularmente importantes para este trabajo. De otra fuente, en el marco referencial teórico de este proyecto, acogemos los principios de la hermenéutica fenomenológica sobre la que profundiza Paul Ricoeur especialmente en el análisis en que sus ensayos de hermenéutica recuperan con rigurosa disertación, las reflexiones para legitimar la hermenéutica frente a otras disciplinas, especialmente como propuesta que abre las vías de la historicidad intrínseca de la función narrativa. Por ello, he tomado como material de apoyo Los dos primeros capítulos de Del texto a la acción Ensayos de Hermenéutica II, que de sí, teje en forma clara y notable el origen y desarrollo de la fenomenología y de la hermenéutica, veamos: En el capítulo I “Para una fenomenología de la hermenéutica”, el autor, en constante diálogo con otros autores, organiza y entrecruza con acierto los presupuestos teóricos, de lo que podríamos llamar el origen y desarrollo de los planteamientos sobre estas teorías, que van desde autores como Husserl, Schleiermacher, Dilthey, Heidegger, hasta Hans George Gadamer. Inicialmente explora de acuerdo con el principio de “ir a las cosas mismas” de Husserl, si se quiere llegar a la verdad en sentido estricto, luego se enfoca en el sicologismo en el que enfatiza Scleiermacher, de igual manera inscribe el círculo hermenéutico que reelabora y propone Heidegger; posteriormente acentúa el trabajo de la hermenéutica filosófica de Gadamer que destaca la historicidad como actitud indispensable en la comprensión, igual que la propia perspectiva, condición ineludible en dicho proceso. Finalmente, en el capítulo II “De la hermenéutica de los textos a la Hermenéutica de la acción”, expone y argumenta las propias apreciaciones de Ricoeur en cuanto a la historicidad intrínseca y su estudio sobre las relaciones entre explicación y comprensión de textos con “pretensiones de verdad” y la independencia de la comprensión con respecto a las ciencias naturales. En otras 19 palabras nos deja dicho que en toda obra artística y particularmente literaria está expresada, si no en forma abierta, implícitamente, los acontecimientos que son el basamento del fenómeno ficcional; también precisa que aún las obras de carácter técnico o científico son susceptibles, no solo de la explicación, sino de la comprensión, pues allá debe llegar todo proceso de interpretación. Otro material de gran calidad, que merece especial atención y que todo hermeneuta debe operar, por su orden, la sencillez del lenguaje y los recursos en la presentación de los fundamentos de estas dos disciplinas es: Fenomenología, formación y Mundo de la vida. “Problemas teóricos y metodológicos de la fenomenología” del escritor, filósofo y docente Germán Vargas Guillén. Allí recoge en forma precisa el concepto y el significado de los postulados de los principales exponentes de estas corrientes, aspectos como: Ir a las cosas mismas. Desconexión de la actitud natural (epojé). Correlación. Tematizar. Las variaciones. Descripción del eidos o de la esencia. Principio de la corregibilidad, entre otros, son expuestos con gran precisión y constituyen el bagaje suficiente para emplearlo en el ejercicio de la interpretación. No menos importante es el trabajo realizado por Pedro Juan Aristizabal Hoyos, en su libro Subjetividad Historia y Cultura: Estudios Fenomenológicos. Cap. V “Juego y pedagogía: ¿Qué es lo enseñable?”, el sentido del juego y la relación con el arte. La tensión entre pedagogía y juego. Fenomenología sobre el mundo de la vida latinoamericano. Debo indicar que aunque las referencias mencionadas que tienen que ver con la Hermenéutica, son esenciales en la investigación que me ocupa, no se puede en este proyecto agotar toda la información sobre la investigación de algunos de los principales estudiosos y por ende de la extensión que nos ofrece estas complejas teorías. Esto significa que sólo acogeré las premisas quizás más generales pero que son de gran sustento al propósito planteado, desde: La literatura, la pedagogía en su relación texto, escritor, lector; la comunicación, la propia epistemología, y aún, la misma didáctica que apenas se enuncia en este trabajo. 20 Metodología Del Método Del Trabajo De Investigación La investigación involucra un método del tipo cualitativo y descriptivoexploratorio; a la vez, considerará un método interpretativo y de conceptualización; es decir, se basa en un esquema de interpretación desarrollado de acuerdo con las preguntas planteadas, el cual, con el rigor de dicha metodología y las respuestas de ellas en el desarrollo del trabajo, nos llevará a un análisis detallado de los problemas en cuestión y del propio texto narrativo. Inicialmente se ha determinado a través de las lecturas exploratorias, las fuentes que pueden resultar trascendentes en el marco teórico de la investigación y que de igual manera nos orientará en los aspectos metodológicos, pero particularmente, como se ha enunciado, centrándose en las temáticas más pertinentes que favorecen la investigación. Es de resaltar que en el ejercicio de la lectura exploratoria se intentan aplicar los propios conceptos que de estas teorías se derivan; esto con la intención de caracterizar la propia perspectiva en la investigación; en la misma dirección también se indaga sobre los principios acerca de la didáctica y lo que puede ser factible y pertinente para nuestro propósito. El modelo es derivado de los estudios investigativos de carácter cualitativo. De la forma cómo está enunciado, se contemplan dimensiones filosóficas, de alguna manera fines educativos, así como los diferentes ámbitos que inciden y orientan la práctica escolar: Aspectos relacionados a ¿cómo el estudiante se apropia de los saberes, del mundo sensible?, en la búsqueda de sus posibilidades de éxito y de las infaltables dificultades u obstáculos con los cuales se encuentra en el mundo escolar, laboral y en el mundo de la vida. 21 Desde La Pedagogía y De La Relación Docente Estudiante El docente debe tener plena conciencia de que antes que ser el “orientador” que lo sabe y explica todo, debe empaparse del mundo experimentado por el estudiante en la calle y en la familia; debe inmiscuirse con el rol propio, del entorno de todos y cada uno de los estudiantes; esto se logrará en alguna medida cuando el profesor gana un acercamiento afectivo, de confianza; estimulando en ellos la formación y la valoración de sus propios modos de expresarse y de interpretar el mundo; de igual forma motivar el respeto mutuo a partir del respeto del docente hacia ellos, mostrar efectivamente prácticas y formas de relacionarse, percibir y construir conocimiento con ellos desde el principio y tratar de entender el mundo del adolescente antes que hacerse comprender. Establecer el diálogo constante en las clases, inducido por la pregunta motivadora que conduzca al estudiante a apropiarse de sus experiencias y a expresarlas. El estudiante debe entender que la interpretación del mundo de la vida desde el sujeto, del lector frente al texto y el receptor frente al “maestro”, siempre estará afectada erróneamente por sus propios prejuicios (opiniones preconcebidas) entre tanto no haya revisado la historia y los diferentes intereses que se fraguan dentro de ella, esto exige que debe de apropiarse de sus propios métodos para evitar el error. La investigación constituye una guía para los docentes que tomen esta ruta en el ejercicio de la interpretación de textos literarios, pero se espera, por la sencillez del lenguaje utilizado, que cualquier lector pueda acometer esta operación que lo transporta conscientemente al mundo de la vida o mundos posibles que se agitan al interior de cualquier texto literario, particularmente narrativo, llámese: novela, cuento, relato, crónica, mito, leyenda. Se trata de que el hermeneuta pueda atestiguar una verdad que está más allá de lo que él conoce, de lo que su experiencia le permite percibir, o mejor que pueda discernir y desplegar su propia y verdadera realidad desde su conciencia histórica. De acuerdo con lo expuesto, y desde una aproximación pedagógicadidáctica, cito inicialmente los trabajos de Henry Giroux, sobre todo en lo que tiene que ver con la teoría de “Los estudios culturales”, que rescatan entre otros factores 22 el reconocimiento de los estudiantes como portadores de diversas memorias sociales, con derecho a hablar y apersonarse del aprendizaje y su propia determinación en la búsqueda del conocimiento, también afirma que en las relaciones entre estudiantes y maestro, éste es quien tiene el papel de facilitar y guiar el proceso de adquisición de nuevos conocimientos, más aun cuando el quehacer del docente enfrenta, las condiciones estructurales de la sociedad que imperan y logran permear por todos los medios, los procesos educativos, agravado este fenómeno por la actitud de bastantes educadores que continúan reafirmando las prácticas institucionales; liberamos, frente a ello, el meritorio papel de los educadores que emprenden, desafían y subvierten las prácticas educativas que riñen con los procesos democráticos y las esperanzas y oportunidades con que los profesores proveemos a los estudiantes. Otro aspecto que destaca es el constituyente espacial, en donde el autor asume el concepto de contexto como el entorno donde las personas viven, “espacio geográfico donde los sujetos realizan sus acciones, donde contemplan las redes de significados e interactúan con los tejidos de voces que corresponden a –espacios culturales que incluyen elementos históricos, religiosos, sicológicos, ideológicos” (Giroux, 2005, p. 57 ) sobre lo cual, en una revisión ligera podemos anotar algunas de las prácticas más comunes presentes en las aulas de nuestras instituciones, en las que los estudiantes expresan localmente esta multipluralidad de experiencias culturales: las llamadas tribus urbanas, las hoy populares barras bravas y los círculos sociales llamados parches, que prevalecen en nuestro entorno educativo, el tristemente célebre matoneo y todas las formas de socialización fragmentaria, que no son más que manifestaciones de la diversidad cultural, de género, de raza, cultural e ideológica, que reconocen y aceptan los sujetos que comparten esos espacios físicos. Es conveniente y oportuno dejar despejado el camino para dar cabida a otra de las modalidades pedagógicas apropiadas para esta perspectiva literaria; me refiero en principio al encuentro de algunos postulados de la pedagogía crítica con la hermenéutica fenomenológica, en aspectos que resultan relevantes y por demás pertinentes en la aplicación de la iniciativa aquí expuesta; ya que la pedagogía 23 crítica reconoce en la teoría crítica una nueva forma de leer la realidad y propone entonces que a partir de la pregunta abierta, la reflexión consciente y responsable, el diálogo y el enfoque crítico, el sujeto puede entender y en tanto responder en beneficio de su propia formación y por ende en la trasformación del entorno en que se mueve; más aún, si nos atenemos a los elementos que entre otros requiere la pedagogía crítica: la participación, la comunicación, la significación, la humanización, la transformación y la contextualización, encontramos que hay una apropiada convergencia con los principios que surgen en la fenomenología hermenéutica. De esta manera y con igual importancia se procura, dar el requerido valor a las características de las actividades didácticas y a cada uno de los procesos de interpretación que se involucren en esta metodología; las “operaciones mentales”, aunque parezca que “provienen” de otras escuelas pedagógicas, son procesos que indefectiblemente están conectados con los principios de interpretación que exige la hermenéutica fenomenológica. En este sentido toda estrategia que posibilite la aproximación a la obra y facilite el despliegue del mundo o los mundos posibles presentes en ella se constituye en un recurso que debemos acoger para nuestro propósito; estos procesos contribuyen en dejar definida la naturaleza del texto literario como extensión de la vida y como objeto de estudio, pero también y ante todo, como la expresión sensible de seres humanos que en el arte, comparten sus subjetividades y dejan abiertos sus mundos a la interpretación de los posibles lectores. 24 CAPÍTULO I 1. De Las Correlaciones Teóricas Entre Hermenéutica Y Fenomenología Al hablar de los “fundamentos teóricos de la hermenéutica fenomenológica para el análisis de textos literarios”, antes que pensar en sus posibilidades didácticas y por ende del carácter metodológico. En lo que atañe a la construcción de un método, al contrario de lo que nos ha heredado la cultura occidental, desde la modernidad y producto de la razón: buscar siempre respuestas finales y definitivas, es preciso aclarar, desde la perspectiva propuesta a desarrollar, que éste no es un método concluyente ni axiomático para la comprensión de textos narrativos; de acuerdo con lo mencionado, Zirión, (citado por Vargas, 2012, p. 11) afirma que “(…) el famoso método fenomenológico no existe. No existe un método único, cabal bien definido, que haya sido formulado por Husserl o por el movimiento fenomenológico en torno suyo, y al cual quepa darle con sentido el apelativo de fenomenológico (…)”, acudo solamente, a los principios de la fenomenología que nos puedan permitir un aproximación a la comprensión del “mundo de la vida” o a los mundos posibles que perviven y persisten en la obra literaria, particularmente en los textos narrativos; rescato las posibilidades de estas corrientes del pensamiento en tanto, a partir de sus fundamentos teóricos, nos permitan la interpretación de los diferentes textos narrativos, tomando siempre en consideración el carácter de Reducción, de revisión, de corregibilidad y de permanente construcción; en otras palabras lo que es obligación del verdadero hermenéuta de textos literarios, constatar cada expresión y proposición, distanciarse y ligar lo que considera necesario, para lograr arribar a su interpretación, no a la verdadera en el sentido absoluto del término, pero sí a la correcta en tanto todas las interpretaciones y comprensiones se acercan más o menos a la verdad del texto. Es pertinente, antes de reseñar las correlaciones entre las teorías enunciadas y las posibles disgregaciones que éstas comportan en sus principios, instaurar en este escrito la acción y el rol que involucra las experiencias del sujeto- 25 lector en dicho proceso; características y acciones que puestas en juego, es decir concertadas con el texto literario, nos permitan desplegar y en alguna medida “separar” sin desvincular, los elementos de cada una de las partes que lo constituyen, así como las correlaciones de éstas con el todo; en otras palabras se trata de fenomenologizar, la operación que permite a cualquier sujeto, dar sentido, encontrar el significado del mundo de la obra, o mejor dicho que el lector “vuelva a recorrer o efectuar la operación para desplegar” (Vargas, 2012, p.19) o descubrir las categorías, los elementos y sus correlaciones que hacen parte del texto para acercarse al sentido de la obra en estudio. En consecuencia, la temática y la configuración de esta trabajo, exigen la exploración de las teorías relacionadas con la tradición de la fenomenología, con el origen de la hermenéutica, desde donde surgen las posibles divergencias y correlaciones que se han fraguado a partir de los estudios de estas disciplinas en el transcurso de la historia reciente, desde la perspectiva del desarrollo y de las resultantes de su estudio; pero principalmente para que sirva de plataforma conceptual en la consecución de los fines de ésta investigación. Es por ello que previamente aludo a la caracterización de la hermenéutica desde su realización temprana, quizás “inmadura”, para referenciar luego las concepciones asignadas en la historia ilustrada, hasta allegar los conceptos y postulados de los estudios más elaborados en la historia más reciente. Las siguientes son quizás las etapas más destacadas: una primera manifestación que vale la pena considerar, floreció con Giordano Bruno quien analizaba los textos clásicos para tratar de recuperar el sentido original de ellos, pero más que eso, su labor como un patrón laico cuya vida ha inspirado a hombres y mujeres que están verdaderamente abiertos a generar una nueva forma de ver el mundo y de relacionarse con él desde su propia perspectiva: “en cada hombre, en cada individuo, se contempla un mundo, un universo” Bruno (s.f. citado en Harrison,2004, p.87) aforismo que nos deja como saldo desde ese entonces, la posibilidad de la validez de la interpretación sobre el mundo y el universo que hay en cada humano, por humilde e “inculto” que éste sea; también se destaca, la defensa de su teoría de la infinitud del espacio, del universo y de la animación de 26 éste, postura que se resume en la idea de que el universo es un todo interconectado y definido vivo, incluyendo los seres inanimados. Posteriormente, desde el punto de vista de la fenomenología de la religión, localizamos a Martin Lutero, democratizando los textos sagrados y sugiriendo la propia interpretación, es decir la que nace de cada individuo; esta visión, más bien provocación, es claramente una revolución, pues es desde la propia religión un desafío a los postulados de la religión católica, es una herejía en su época, considerar que las escrituras son inteligibles para todos los creyentes y que cada uno, libremente, puede examinarlas. Lutero busca transformar a cada creyente, aún con lo inculto e ignorante que pueda ser, en su propio sacerdote; invita al conocimiento de la verdad, por el amor a esta “y en el afán de sacarla a la luz”. Lutero (s.f. citado en Escobar, 2011, p. 247) Lo que nos deja esta primera revisión, es que éstas y otras hermenéuticas específicas estaban dedicadas a interpretar los textos legales, sagrados y literarios en general. Sin embargo, es el teólogo alemán Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher (1768-1834), quien impone un giro decisivo en su juicio de la teoría, ya que propuso la sistematización de la hermenéutica general como arte del comprender mismo, que sirviera de base a las teorías y metodologías para la interpretación de textos. Sin pretender elaborar un canon de reglas, este filósofo Schleiermacher trata de enmarcar el tema de la comprensión, en el ámbito de la expresión, del pensar y del sentir de un autor, pero además rescata la dimensión objetiva y considera que se debe tener en cuenta los elementos de la construcción del contexto del autor, es decir trasladarse al lugar del autor, quitándole el sentido exclusivo de subjetividad a la interpretación. Con Schleiermacher, nace según Dilthey, la perspectiva de una teoría general de la ciencia y del arte de la interpretación. Es así que desde ella, la conjugación de la filología, la historia y la filosofía, se constituye la iniciación de un saber que tenía por objeto al hombre y sus producciones espirituales; el arte y por tanto la comprensión del sentido y la intención de un texto dado, son el objeto de estudio de la hermenéutica. La comprensión correcta de un discurso o un escrito es el resultado de un arte, y exige consiguientemente una ‘teoría del arte’ (Kunstlehre) o técnica, que 27 nosotros expresamos con el nombre de hermenéutica. Una tal teoría del arte se da solamente en la medida en que las prescripciones forman un sistema fundamentado en principios claros derivados de la naturaleza del pensamiento y del lenguaje (Schleiermacher, 1961, p. 132). Para Scheleiermacher, la tarea de la hermenéutica era “(…) entender el discurso tan bien como el autor, y después mejor que él” Scheleiermacher (1961 citado en Ricoeur, 2010, p. 75); según él, intentó presentar una teoría coherente sobre el proceso de interpretación de los textos, por esto se lo considera como el padre de la hermenéutica moderna, porque desarrolla ciertas opiniones acerca de que el conocimiento humano se encuentra mediado por la comprensión previa del sujeto; entender, para este autor, no implica solamente leer el texto, sino que involucra el conocimiento del contexto histórico del texto, así como de la psicología del autor. La problemática fundamental de Schleiermacher se centró constantemente en la relación de dos formas de interpretación, la gramatical y la técnica, en las cuales, la primera se apoya en las características de un discurso que son comunes a una cultura y la interpretación sicológica (técnica) que se centra en la singularidad, e “incluso en la genialidad del mensaje que genera quien escribe”. (Ricoeur, 2010, p.75). Ya a finales del siglo XIX también conocemos los aportes de Guillermo Dilthey quien inspirado en el trabajo de Scheleiermacher, sitúa el ámbito de la hermenéutica en los textos escritos y es quien en filosofía señala especialmente el término hermenéutica en el "Origen de la hermenéutica" (1900); siempre puso mucho énfasis en que el intérprete puede emplear su capacidad de comprensión y penetración en combinación con el contexto cultural e histórico del texto abordado para así obtener el sentido original del texto; Dilthey igual que su antecesor define la filología, la explicación de textos, como la etapa científica de la comprensión, por ello, a diferencia de otros autores, sitúa a la inteligibilidad de lo histórico como la reflexión filosófica no para explicar al estilo de las ciencias empíricas, el mundo natural, sino como un método propio del conocimiento de lo histórico, la comprensión desde la sicología, o la capacidad de conocer al otro porque se puede conocer así mismo; de ahí la convergencia, “el pacto” entre hermenéutica e historia, 28 en contra del historicismo que entroniza el sistema y desprecia el cambio, así como realza la sincronía y excluye la diacronía. También reclama para las ciencias del espíritu la misma objetividad y universalidad que para las ciencias naturales y por tanto señala la necesidad de la validez universal de la interpretación, su argumento se centró en torno a la idea de que las ciencias naturales explican los fenómenos en términos de causa y efecto; por el contrario, en las ciencias humanas el mecanismo fundamental para comprender los fenómenos no es el principio de causa y efecto sino el empleo de la comprensión y penetración humana, “busca en la sicología el rasgo distintivo de la comprensión” (Ricoeur, 2010, p.78); este postulado que Dilthey coloca en términos de competencia, quizás de rivalidad entre las ciencias del espíritu y las ciencias naturales, es el aporte que va más allá de la comprensión definida ampliamente por su antecesor, la capacidad de colocarse en el mundo del otro, reafirmando la idea de que es el hombre el centro de las ciencias humanas, como ser social, pero esencialmente en su singularidad; al igual que su antecesor, conserva el aspecto sicológico de “la comprensión, definida como la capacidad de colocarse en el lugar del otro y el paso de ésta a la interpretación en el sentido preciso de la comprensión de las expresiones de la vida fijadas por la escritura” (Dilthey citado por Ricoeur, 2010, p. 79). Una postura sicologista como dio en llamarse y es la que Ricoeur cuestionará más adelante: no puede reducirse el fin hermenéutico al mero conocimiento del siquismo del otro y así dar cuenta del texto, ya que desde este punto de vista. (…) implica que la hermenéutica es una variedad de la teoría del conocimiento y (…) habrá que renunciar a vincular la suerte de la hermenéutica con la noción puramente sicológica de transferencia hacia una vida psíquica ajena y desplegar el texto, ya no hacia su autor, sino hacia un sentido inmanente y hacia el tipo de mundo que él abre y descubre (Ricoeur. 2010, p. 83). Posteriormente encontramos a Martín Heidegger quien plantea en sí el problema de la hermenéutica filosófica, a saber: como una determinación ontológica del hombre, cuando nos explica que: “Ser es siempre el ser de un ente. El todo del ente, según sus diferentes sectores, puede convertirse en ámbito del 29 descubrimiento y la delimitación de determinadas regiones esenciales” (Ricoeur, 1997, p.106); pensamiento que refleja que desde la metafísica y las filosofías anteriores, la pregunta siempre ha sido por el ente en sí mismo, no por el sentido del ser; más bien por el ser en cuanto es, por el hecho de estar ahí, el DASEIN, para indicar el modo de existir propio del ser humano. El sentido literal de la palabra Da-sein es 'ser-ahí', que más bien sería el estar haciendo algo ahí como expresa el uso del gerundio en latín. Según Ricoeur, en Dilthey el problema de la comprensión estaba ligado a comprender al otro, la necesidad de comprender la historia a través del siquismo del autor, en Sein und Zeit el problema de la comprensión está desligado del problema de esa comunicación; allí la pregunta que trasciende es sobre el sentido del ser “(…) y que se refiere a la manera en que un ser se encuentra con el ser, antes mismo de que se le oponga como un objeto que enfrenta a un sujeto.” (Ricoeur. 2010, p. 84). Pero finalmente es Gadamer, considerado el padre de la hermenéutica filosófica, quien se propuso desarrollar una nueva teoría de la experiencia hermenéutica en toda su extensión, recogiendo los hallazgos de Schleiermacher y revisando los tratados de pensadores, como Wilhelm Dilthey y del mismo Martin Heidegger. De una parte fue crítico con los enfoques modernos que buscan modelar el método de las ciencias humanas con base en el método científico, y de otra con el método tradicional de las humanidades cuyo enfoque se hace explícito en la obra de Dilthey, quien afirmó que para lograr una interpretación correcta de un texto era necesario desentrañar la intención original que manejaba el autor cuando lo escribió. Gadamer en toda su reflexión se propone fundamentar y justificar una perspectiva filosófica general que alcance a ser caracterizada como hermenéutica y que pueda dar “razón”, no solamente de la intención del autor, sino de todos los fenómenos de la vida humana; nutre la idea de que la interpretación debe evitar la arbitrariedad y las limitaciones surgidas de los hábitos mentales, centrando su mirada en las cosas mismas, en los textos. Asegura que siempre que nos acercamos a un texto, lo hacemos a partir de un proyecto, con alguna idea previa de lo que allí se dice; a medida que profundizamos la lectura, este proyecto va variando y se va reformulando según la lectura nos vaya confirmando o alterando 30 nuestra comprensión inicial, ya que ésta es substancial e ineludiblemente de carácter intersubjetivo; además como este proceso puede prolongarse al infinito, nunca podemos afirmar que hemos dado la interpretación última y definitiva, es decir que como todo saber tiene carácter provisional y se va construyendo, está en constante transformación. (Gadamer, 2010, p.106). En lo que corresponde a la hermenéutica filosófica, consecuentemente asumimos ésta, como el arte del entendimiento, particularmente en la filosofía de Gadamer, es decir como la teoría de la verdad y el método que expresa la universalización del fenómeno interpretativo desde la concreta y personal historicidad o más bien, la reflexión sobre la temporalidad de los acontecimientos, propia y exclusiva de los seres humanos, pues: El ser de la existencia humana es un ser histórico. Pero esto significa que no está ahí dado como la existencia de los objetos de la ciencia natural, sino de modo más precario y cambiante. La historicidad, es decir, la temporalidad, significa ser en un sentido más originario que el estar ahí dado y que la ciencia natural trata de conocer.” (Gadamer. 2010, II, p.39). En ese sentido la interpretación de la historia, es relativa y transitoria y está en constante renovación; sin ir más allá, la historicidad no se queda en la respuesta de lo que pasó realmente, sino en cómo podemos acceder a ese conocimiento; en la interpretación y comprensión de textos escritos, la podemos entender como la capacidad que activada nos permite incursionar en el o los mundos que están manifiestos en la creación literaria, también es método particular y especial de interpretación, porque es teoría y praxis a la vez, vital para el ser humano que como ser interpreta con libertad, pues su razón de ser es comprender el mundo, actividad que realiza desde la escucha de una palabra o de la observación de una imagen y que la tradición nos transmite a través de un texto. Si la hermenéutica es al mismo tiempo método y disciplina que se ocupa de la interpretación, comprensión y aplicación del sentido de un texto; la necesidad de ésta se justifica, dadas las complejidades del lenguaje que frecuentemente conducen a conclusiones diferentes e incluso contrapuestas en lo que respecta al sentido de un texto, pero que finalmente residen en él y nos permiten reconocer 31 como principio supremo el dejar abierto el diálogo; como la hermenéutica intenta descifrar el significado detrás de la palabra en los contextos en que se halla inmersa, el hermeneuta debe bucear en tales contextos hasta encontrar la interpretación acertada. Por otra parte, como tampoco se trata de pormenorizar los principios de la hermenéutica, pues ésta se orienta por unos cánones que terminan por instrumentalizarse, lo cual apuntaría más a la explicación, categoría que ha correspondido hasta ahora a las ciencias naturales, más que a la comprensión del objeto estético literario; nos acogemos entonces a la hermenéutica, para la interpretación de textos, desde la perspectiva que ella nos brinda a partir de la subjetividad que es parte esencial de la fenomenología, en tanto está en relación directa con el objeto de estudio, ventaja que hace de la literatura, como objeto, la representación simbólica de “el mundo de la vida”. De igual forma se impone, con la misma intención enunciada, definir cada término y cada expresión para cumplir así con el propósito que se persigue, es por esto que desde el mismo título se harán las precisiones pertinentes; inicialmente diremos que se ha afirmado que la pregunta por el método en la fenomenología tiene varias direcciones: Una de ellas es determinar la fenomenología como ciencia estricta o rigurosa, pero también ciencia falible (Nenon,2011), otra es estipular, y aquí enfatizo en ello, que esta ciencia como método, tiene principios pero no procedimientos, sobre la base de que ir a las cosas mismas “indica que la fenomenología es esencialmente método” (Vargas, 2012, p. 14), luego en este sentido, en cuanto posee principios es que es método y acentúa, refiriéndose a Husserl, que en las propias exposiciones de este autor se encuentran formas sistemáticas cuando se trata de Ir a las cosas mismas, desplegando de esta manera una especie de recreación del método; pero método que no es único, ni unidireccional, tampoco excluyente, ni acabado, pues desde sus principios se entiende que éste está en constante formación por su carácter dialéctico. Entonces la fenomenología se constituye, por decirlo así, en el permanente e ininterrumpido, pero al mismo tiempo variante y cada vez más amplio devenir, enriquecido por la 32 experiencia humana, por el intercambio de las subjetividades y las intersubjetividades. Por todo lo anterior rescato prioritariamente los principios de la fenomenología y de la hermenéutica que nos puedan permitir un acercamiento a la comprensión del “mundo de la vida” o a los mundos posibles que perviven y persisten en la creación literaria y específicamente, en los textos narrativos. Destaco las posibilidades de estas corrientes del pensamiento en tanto, a partir de sus fundamentos teóricos, nos permitan interpretar los diferentes textos narrativos, tomando siempre en consideración el carácter de Reducción, de revisión, de corregibilidad y de permanente construcción, que caracterizan los procesos de comprensión propios de la hermenéutica fenomenológica. De acuerdo con ello y como la interpretación nos trasfiere a la búsqueda de sentido presente en la obra motivo de estudio, debo referirme inicialmente al problema de la Reducción, lo cual implica rescatar la función cardinal que adquiere la subjetividad cuando se trata de buscar el sentido de lo dado, pues no es el mundo objetivo el que le da sentido a la vida, es la conciencia la que nos lleva a conocer el mundo y la vida. “Por eso también se puede decir que la operación esencial o fundamental de la fenomenología, el punto de partida de ella, es reducción fenomenológica”. Entonces: Reducción lo que indica es la operación esencial de reconducción (reducere) de lo objetivo a lo subjetivo. Pero esta operación trae consigo la suspensión o desconexión o epojé de la actitud natural: actitud en la cual, sin más, se da por establecido, objetivo y estable el sentido, como si no dependiera de un quién que tiene que volver a poner en movimiento su despliegue. (Vargas, 2012, p.15) En este orden de ideas y continuando con las necesarias aclaraciones sobre estas aparentes ambigüedades se reitera que, no se pretende determinar los vínculos más profundos que los estudiosos, sobre el tema, nos han aportado. Sólo se relacionan las apreciaciones, que pueden ser de beneficio para los fines del trabajo de investigación propuestos desde el comienzo, pero que en últimas nos determinan quizás la correlación fundamental entre fenomenología y hermenéutica. 33 (…) ésta fenomenología hermenéutica; se limita a mostrar su posibilidad, estableciendo, por una parte, que más allá de la crítica del idealismo husserliano la fenomenología sigue siendo el presupuesto insuperable de la hermenéutica; y por otra, que la fenomenología no puede ejecutar su programa de constitución sin constituirse en interpretación de la vida del ego. (Ricoeur, 2010, p. 54) Pues es claro que para poder acceder a cualquier tipo de conocimiento, es imprescindible interpretar y para alcanzar este proceso acudimos frecuentemente a lo que constituye uno de los principios de la fenomenología, esto es, intervenir cada problema, no solamente filosófico, apelando a la experiencia intuitiva y evidente, que es aquella en la que las cosas se muestran de la manera más originaria o más patente, pero más que eso, y es aquí donde la eidética adquiere trascendental importancia en la interpretación, la capacidad de recordar cosas oídas y/o vistas con un nivel de detalle muy preciso, es decir el conocimiento intuitivo de la esencia. La diferencia en la posibilidad de conocimiento que constituye la apariencia (el fenómeno) y la cosa en sí, el noúmeno es una discusión en la que se puede añadir que la distinción entre el conocimiento de la cosa en sí y el conocimiento de nuestra percepción de la cosa es el tema fundamental de la corriente de la fenomenología, a partir de Husserl , es decir el concepto de eidética, el eidos como la evidencia trascendental, o mejor la descripción de la esencia que puede darse a través de la reducción fenomenológica, cuando se requiere la búsqueda de sentido, y ya que: La fenomenología es --desde sus comienzos-- un retorno a la subjetividad como fuente de la constitución del sentido. Que éste recaiga sobre lo lógico, sobre lo fáctico, lo cultural, lo subjetivo mismo es, sin más, campo de referencia, pero no altera el hecho de que es la subjetividad la que en todos los casos despliega el sentido de lo dado. (Vargas Guillen, 2012, p. 15). Es en ésta operación fundamental, que nos encontramos constantemente con una condición paralela a cada supuesto; en este caso se trata de la desconexión de la actitud natural, sin la cual se incurriría desde el comienzo en un error, por tanto para no caer en éste, como Gadamer lo ha afirmado, es ineludible 34 tomar la propia perspectiva. Esto no es más que, antes de emprender cualquier esbozo de interpretación, adjudicarse la primera persona, solo de esta forma se garantiza la constitución de sentido; se trata entonces de protegerse de la dogmatización que a toda costa busca entronizarse, es pues necesario permanecer con la coraza antihegemónica para envestir el poder. Y conexo con esta apreciación ir “a las cosas mismas” resulta ser la operación que considero aséptica, pues solo de esta forma podemos emprender una “verdadera” interpretación, auténtica, desprendida de la verdad impuesta por las instituciones; interpretación que reconoce en la experiencia subjetiva, la inauguración de todo conocimiento y que ratifica que sólo a partir de la experiencia del sujeto es que se encuentra el sentido a lo objetivo. (Vargas, 2012, p. 15). Ya que en la hermenéutica el objetivo es, “(…) rastrear la experiencia de la “verdad” (…) allí donde se encuentre, e indagar su legitimación” (Gadamer, 2012, p. 24); es de esta manera que confirmamos la que quizás sea la principal correlación entre estas dos corrientes, ya se dijo que sólo a partir de la fenomenología es que el mundo objetivo adquiere sentido. Por todo lo anterior, desconocer que “el mundo de la vida” está generado por la conciencia, es prescindir de la idea de que el mundo objetivo tiene su primer basamento en el mundo subjetivo y que, para el conocimiento de aquel, éste está determinado desde el inicio del tiempo del hombre por el tejido intuitivo del pensamiento; sólo desde esta perspectiva es que podemos afirmar que percibimos las cosas y los objetos en el mundo tal como aparecen; sólo con la conciencia plena, no afectada por preconcepciones ajenas, el sujeto puede enfrentar, inicialmente y de una manera genuina, el mundo. Este es el procedimiento factible, el camino de la fenomenología que persigue esta propuesta didáctica. Consecutivamente en este espacio resulta oportuno presentar la diferencia conceptual entre el “mundo” y el “mundo de la vida”. Mientras aquel está compuesto de las plantas, los bosques nativos, las piedras, los ríos, los planetas, las galaxias, esto es, la pura facticidad (Mundo-Uno); el segundo indica: ámbito de experiencia del sujeto, lugar de las operaciones vitales del sujeto y la comunidad (Lebenswelt) (…) Mundo de la vida, pues, es mundo 35 del sentido experimentado por mí y por los otros, por nosotros. (Vargas, 2012, p. 51) Así como la hermenéutica no pretende «descubrir» significados, algo que está allí pero que hay que encontrar, sino conjeturar significaciones, extraer interpretaciones, estimarlas, así como compararlas con otras, desde esta perspectiva se reivindica antes que nada la sospecha de lo dado, de lo predefinido, de lo anticipado como seguro en términos de conceptualización; en este orden pareciera necesario “temer” a los significados predeterminados, no para desconocerlos, sino para revisar las definiciones, así como es necesario compartir la interpretaciones a las que se llega, lo que seguramente provocará una mejor comprensión, en tanto más profunda; es cierto que existe la posibilidad de equivocarse, pero sólo se trata de cotejar las distintas interpretaciones para llegar a la más adecuada y allí continúa la tarea. Pues tampoco la fenomenología pretende ser una explicación ni única, ni acabada de la realidad, menos aún en el componente del universo literario, al contrario cada interpretación se enriquece y fortalece con otras y trascienden en un devenir constante que va ampliando el círculo de la comprensión. Por otra parte según Heidegger en la descripción del círculo hermenéutico, que expresa más que la aplicación de la comprensión, la forma de la interpretación comprensiva, afirma: El círculo no debe ser degradado a círculo vicioso, ni siquiera a uno permisible, en él yace una posibilidad positiva del conocimiento más originario, que por supuesto solo se comprende realmente cuando la interpretación ha comprendido que su tarea, primera, última y constante consiste en no dejarse imponer nunca por ocurrencias propias ni por conceptos populares la posición, ni la previsión ni la anticipación, sino en asegurar la elaboración del tema científico desde la cosa misma. (Citado por Gadamer, 2010, p. 332). De esta manera despeja el real sentido de la comprensión con la consigna de distinguir entre los juicios verdaderos y los juicios falsos y eso solo es posible a través de la conciencia histórica; es decir a través de la confrontación del prejuicio con la tradición; esto es lo que justifica «El círculo hermenéutico», que se muestra 36 como una necesidad que va del todo a la parte y viceversa; se pueden conocer las partes porque se conoce el todo y se conoce al todo porque se conocen sus partes, sin embargo, es importante considerar que estos segmentos en los que se divide la información, por llamarla de esta manera, sólo adquieren significado como constituyentes de un todo, pero en resumen la hermenéutica lo que busca es encontrar los aspectos que le son comunes al fenómeno en cuestión, es decir encontrar una especie de acuerdo. El círculo hermenéutico es a grandes rasgos, en la esfera de la tradición del conocimiento, la constitución del proceso interpretativo que inicia desde el momento en que se determina el objeto de estudio, cuando se va a “las cosas mismas” que en nuestro caso es el texto, y que involucra todas las operaciones sin las cuales no llegaríamos a la correcta comprensión de un texto determinado, operaciones que estamos exponiendo y argumentando en el desarrollo del presente trabajo. Por consiguiente una interpretación de cualquier tipo de texto no puede concebirse como algo dado, definitivo y menos aún estático, aunque provenga de una autoridad especializada, pues ésta es tan solo una posibilidad que requiere y se complementará con y de otros puntos de vista; es así que la comprensión se enriquece, es cada vez más completa, sin que lo sea definitivamente, pues cambia constantemente con el desarrollo interpretativo del asunto. Se desprende entonces, aunque parezca obvio, que en los procesos de comprensión de lectura que induce el docente debe ser una constante, llamar la atención, de una parte, en el hecho de que la significación depende, más allá de las palabras, de las ideas y que éstas hacen parte de una esfera más amplia, del mundo del texto; del mismo modo que cada interpretación de cada estudiante entrará a configurar los elementos que nos conducen a una interpretación de una obra, como mundos que se complementan, pero que estos y los que ofrece el profesor, así como los ya “determinados” por la crítica especializada, no serán más que otra apreciación; nunca una interpretación concluyente e irreversible, dado que siempre habrá nuevos lectores que contribuyan en este proceso. Ahora bien, si convenimos que la hermenéutica es la ciencia de la interpretación, más aún, la capacidad y la actividad vital del ser humano, pues su 37 razón de ser está determinada por la necesidad de comprender el mundo y si la hermenéutica contemporánea recupera la experiencia del hombre en el mundo de la vida en toda la tradición, entonces como instancia legítima de la comprensión, ésta es parte esencial de la filosofía del siglo XX, ya que da razón del mundo de la vida (lebenswelt); ahora, si concertamos que la fenomenología es la ciencia de las ciencias, y que ésta se constituye como tal por un presupuesto hermenéutico, así con la afirmación, “Por presupuesto hermenéutico entiendo esencialmente la necesidad que tiene la fenomenología de concebir su método como una “Auslegung”, una exégesis, una explicitación o una interpretación” (Ricoeur, 2010, p. 60); Se entiende que no hay ni puede existir un fenómeno de las ciencias naturales como de las ciencias eidéticas que no sea del interés del sujeto por conocer los rasgos más característicos de su esencia, de ahí que la hermenéutica se constituye en una herramienta indispensable de análisis, que no sólo busca la comprensión sino también el entendimiento, más aun cuando existen varios sentidos y respuestas posibles en lo que se trata de comprender. En efecto podemos sin duda afirmar que no se requiere de un sujeto sabio o con una gran experiencia académica para determinar que desde el momento en que el sujeto se detiene a recordar, o a pensar lo vivido, allí comienza otro estadio de su actividad fenomenológica, pues su experiencia como tal se inicia en el momento en que intuitivamente, en su edad temprana, intenta comprender el mundo; por eso de acuerdo con el supuesto según el cual se aclara que: Ante todo quiero llamar la atención sobre cómo “fenómeno”, “mundo”, “vida”, “intuición”, “lenguaje”, entre otros títulos, ni son propiedad de la filosofía, ni de ninguna de las vertientes filosóficas que en la historia son y han sido. Conjeturo, incluso, que nunca llegarán a ser de ninguna vertiente teórica y tampoco de un campo particular de experiencias humanas. Así como. Presupongo, igualmente que el título fenomenología --que designa un tipo de ejercicio filosófico-- aunque menciona una vertiente particular de la filosofía, no es un dominio exclusivo de ninguna filosofía en particular; quiero decir: fenomenología es el nombre de una filosofía particular, pero la práctica fenomenológica no es dominio de los filósofos de esa vertiente (Vargas Guillen, 2012, p. 28). 38 En el mismo sentido, tampoco son propiedad de la fenomenología, ni de ninguna otra corriente del pensamiento, las prácticas que en su intento por comprender el mundo de la vida realiza cualquier sujeto: operaciones como observar, comparar, contrastar, clasificar, analizar, sintetizar, entre otras, términos de los que se han apropiado ciertas corrientes; Estas no son más que facultades, producto de experiencias inherentes a la condición humana, en la búsqueda de conocimiento. Ahora bien, en el viraje de la perspectiva racionalista hacia lo aquí propuesto; es decir, en un avance de la mirada de la hermenéutica interpretativa, sobre la que se centra este trabajo, quiero enfatizar en el requerimiento según el cual todo sujeto tiene la responsabilidad de estar en la permanente búsqueda de su propia subjetividad o por lo menos de deshacerse de todo indicio de naturalización, en otras palabras, debe tener la conciencia plena de que solo su propia subjetividad lo conducirá por un camino seguro, más no definitivo; esta es la tarea que el docente debe emprender en el proceso de interpretación con los estudiantes en el aula, en la búsqueda de la comprensión, no de la explicación. La lucha de las Investigaciones lógicas es un intento de superar el sicologismo y, con ello fundar la fenomenología en la que se asegura el polo objetivo o la objetividad de la lógica; pero, al mismo tiempo, es un intento de establecer al sujeto como fuente de la constitución de sentido. (Vargas, 2012, p. 15). 2. Sobre La Categoría Del Lenguaje En La Interpretación En razón a las diversas complejidades del lenguaje presentes en el momento de la lectura, la hermenéutica adquiere una función relevante, en especial cuando en el intento por comprender nos encontramos frecuentemente con conclusiones disímiles y contrapuestas respecto del significado del texto, es por ello que nos vemos obligados a tener en cuenta, desde el comienzo de una práctica lectora, no sólo el carácter polisémico de las palabras en las lenguas naturales, simultáneamente: 39 Lo que me interesa es que la polisemia de las palabras exige como contrapartida el papel selectivo de los contextos para poder determinar el valor actual que toman las palabras en un mensaje determinado, dirigido por un hablante preciso, a un oyente ubicado en una situación particular (Ricoeur, 2010, p. 72) Afirmación válida desde la hermenéutica, ya que intenta penetrar más allá del significado, es decir en el sentido que cada palabra trae consigo en cada contexto, bien sea económico, social, cultural, histórico, religioso o de otro tipo; entiéndase además, la interpretación de cada leyente como lectura autónoma, sin descuidar la carga significativa que este le imprime. Ahora bien, dado que un planteamiento fundamental de la hermenéutica, opuesto al positivismo, afirma que no existe un lenguaje observacional puro y que todo lenguaje es interpretación, así como todo conocimiento es interpretación, lo que nos conduce a tratar con una de las problemáticas que frecuentemente ha sido defendida por la gramática tradicional y es que solamente las lenguas oficiales o “las lenguas bien hechas” se pueden sostener como el modelo o el racero a partir de las cuales se puede hablar de “la medida de las pretensiones de sentido y verdad de todos los empleos no lógicos del lenguaje”; Se trata de alguna de las preocupaciones que Ricoeur plantea en Freud una interpretación de la cultura y es la de preservar la amplitud, la diversidad y la irreductibilidad de los usos del lenguaje. Como es de suponer, la afirmación anterior puede parecer “lógica”, pero también sabemos que existen en la actualidad culturas que son frecuentemente cercenadas de la esfera cultural dominante y por tanto no aceptadas válidas, o simplemente son desconocidas sus propias cosmovisiones. Esto justifica que desde el manejo crítico del lenguaje, y en extensión algunas formas de comunicación estéticas, la hermenéutica centre su interés en los datos cualitativos, en rechazo a lo cuantitativo, en tanto enfatiza la diferencia importante entre las ciencias naturales y las ciencias del espíritu; además de que todo texto, incluidos los no lingüísticos, son susceptibles de leer, es decir están dispuestos para ser interpretados, así como se interpreta el mundo de la vida. Finalmente en lo que concierne a la producción de textos, y apuntando en la dirección que persigue esta investigación, es preciso determinar las categorías de 40 textos narrativos que pueden ser susceptibles de un análisis de este alcance; me refiero a las posibles composiciones que se presume pueden ser parte del texto escrito y que hacen parte de los relatos de ficción: desde la epopeya clásicas, hasta la novela moderna, incluidos el cuento, el mito, la leyenda, la crónica literaria; se incluyen aquí también otras formas narrativas como el cine, la pintura, que aunque además emplean sus propias formas de lenguaje; guardan en común todas ellas una unidad funcional narrativa: la temporalidad. (Ricoeur. Del texto a la acción, p. 16). En efecto no hay hecho, acción o acontecimiento que no ocurra afectado por el tiempo: la época, la durabilidad, la periodicidad etc. Son “marcas” y aún cargas que desde la conciencia que determina nuestra experiencia están abocadas en la existencia. 3. Conclusión Anticipada Entre Fenomenología Y Hermenéutica El objetivo de la fenomenología es la investigación directa, desde la propia perspectiva, asumir la primera persona, para la descripción de los fenómenos que el sujeto experimenta desde su conciencia histórica, descartando las teorías sobre sus explicaciones causales o su realidad objetiva; por lo tanto trata de comprender cómo las personas construyen el significado o cómo generan su propia interpretación del fenómeno o del texto literario. Como ya se ha enunciado, el propósito, por extensión, gira en torno a exponer las relaciones teóricas entre el pensar husserliano, el heideggeriano y gadameriano. Cada uno de estos representantes fundamenta su filosofía desde perspectivas diferentes y distintas; pero, al mismo tiempo confluyen en afinidades determinantes. Parten, por ejemplo, de la cosa misma por diversas vías; Husserl (1985b), por la intuición, Heidegger (2005), por el “ser ahí” [Dasein] y; Gadamer (2005), por el ser, la verdad y su lingüisticidad. Finalmente, al incorporar las relaciones entre las proposiciones de estos autores se pretende orientar a quienes muestren intenciones de recorrer el camino de la fenomenología y la hermenéutica a lo largo de un proceso de investigación en las ciencias sociales y humanas, y la 41 aplicabilidad de tales principios en la interpretación y comprensión de textos literarios. En cualquier caso desde este punto de vista prevalece la gran esfera, El mundo de la vida, que rescata el mundo subjetivo y funda los conocimientos generados en el mundo objetivo; lo sustancial del mundo de la vida es que además de ser previo a todo conocimiento científico, abarca un mundo que las ciencias de la naturaleza habían dejado en el olvido y que siempre se había realizado anónimamente, y es el de la subjetividad. Ahora bien, como el mundo de la vida es esencialmente intuitivo, presenta la cosa tal como aparece, por tanto, la conciencia no maneja ninguna determinación que provenga de alguna preconcepción del mundo. Esta es la única manera que el sujeto puede abordar el mundo desinteresadamente para lograr un conocimiento autentico de él. Este es el único método viable y sólo lo puede realizar la fenomenología. 42 CAPITULO II 1. Desde La Hermenéutica Fenomenológica, Hacia Una Didáctica Posible En la presentación que sigue, de lo que consideramos principios o postulados como condiciones para una apropiada interpretación de un texto narrativo, se exponen en una secuencia arbitraria o más bien siguiendo el “orden” que algunos estudiosos ya han implementado, concepciones en las que su presentación obedece a una disposición metodológica y que lo importante es ver que tales postulados entran en el juego de la interpretación en una suerte de simultaneidad y que, potencialmente, cada uno de ellos son momentos en la realización de la comprensión según la necesidad que requiera la obra en cuestión hasta llegar a la obtención de la pregunta correcta. 2. Consideraciones Acerca Del Concepto De Didáctica Sin detenernos a precisar el origen de este saber práctico, ni en el sentido de los griegos como el “arte de enseñar”, menos aún en la concepción que pretende designar el proceso de la enseñanza a partir de reglas, pues no es relevante, ese no es el sentido del término en la aplicación de este trabajo; subrayamos en la didáctica lo que implica su concepto y función, es decir, ante todo, nos fijaremos en ella como la actividad que nos “guía” o nos permite, ya no desde fuera como espectadores, la aproximación a la comprensión y producción de textos narrativos que es nuestra meta final. Inicialmente se señala que aquella está lejos de la definición original, según la cual alguien enseña a alguien, equivale decir, lejos de la “teoría de enseñar correctamente”, o de la “teoría de la enseñanza.” Nos quedamos con el sentido práctico de ella, desde sus principios, más como un modo de comprensión que deviene constantemente, y que persigue plasmar en la realidad áulica las pautas para la comprensión de textos desde la hermenéutica fenomenológica. En este sentido, nos interesa además de la enseñanza y el 43 aprendizaje, el conocimiento conjunto, intersubjetivo y permanente del objeto de estudio a partir de la vivencia que se desprende de la lectura de textos narrativos. Se advierte que las sugerencias aquí proyectadas están desplegadas con la condición de la constante y correspondiente revisión, corrección y complementación en la búsqueda de la correcta interpretación. En consecuencia la argumentación que se maneja es esencialmente subjetiva, prevalece la argumentación basada en la experiencia de la vida, es decir fortalecida en lo vivido y vivenciado, no sustentada simplemente en la razón aunque esta sea válida por lo demostrable, puesto que se trata de comprender el objeto no de explicarlo; por esta razón el diálogo y la pregunta constituyen el “dispositivo” que pueden ofrecer mayores garantías en este ejercicio, ya que a partir de la pregunta abierta, la reflexión consciente y responsable desde el diálogo y el enfoque crítico, el sujeto puede entender y en tanto responder en beneficio de su propia formación y por ende en la trasformación del entorno en que interactúa. En tal sentido la dinámica del desarrollo en la interpretación de textos literarios desde esta perspectiva, involucra cualidades que se desgajan necesariamente desde el mundo sensible de los sujetos, aunque en cada uno de ellos se contemple su propio universo, pues son universos en el que convergen experiencias vivenciales en común; en otras palabras elementos del talante, de la manera como los sujetos asumen el mundo y cómo se correlacionan con los mundos expresados en las obras literarias. 3. Comprensión, Explicación e Interpretación. Un Solo Propósito Dado que el asunto de esta investigación está en conexión directa con los conceptos de la explicación, la interpretación y la comprensión, queda abierto el compromiso de puntualizar las posibles convergencias, correlaciones y divergencias que vinculan estos términos y que corresponden a la intención y las exigencias de esta investigación. Este es un ejercicio que el docente debe estar aclarando constantemente, frente a los estudiantes, cuando de interpretar una obra de arte se hable y el texto narrativo lo es. Ahora cuando en este trabajo se afirma 44 de las posibilidades de la fenomenología hermenéutica en la interpretación del texto narrativo, se debe entender que en el avance de las proposiciones aquí introducidas hasta el final de este trabajo, éstas no pueden ir más allá, es exactamente eso, no hay pretensión de concluyente y la tarea entonces continúa en el sentido de confirmar, rechazar o corregir esas posibilidades y determinar lo que se puede tener en cuenta; en otras palabras se trata de definir la aplicabilidad desde éstas, de acuerdo al acontecimiento, o texto narrativo motivo de la interpretación; la pretensión de didáctica fenomenológica se queda en las posibilidades y es una tarea que debemos desarrollar e implementar permanentemente los profesores, solo mediante la práctica hermenéutica. Respecto de las precisiones de los conceptos enunciados, de una parte, cuando la interpretación es comprensión, es, podríamos anticipar, un estado en el que la cualidad de interpretación adquiere el grado de comprensión del fenómeno suscitado, pero al mismo tiempo, en el que se inicia un proceso en donde la comprensión abre nuevas dilataciones que exigen ser interpretadas. Otro asunto es que en esta operación permanente del interpretar y del comprender nos encontramos de una manera más acertada cuando formulamos las preguntas igualmente acertadas, ya que solo así alcanzamos el nivel de la comprensión; este operar constituye el valor de la pregunta en la comprensión y de esta manera podemos dar posibilidad a la comprensión. Pero es Gadamer en el prólogo a la segunda edición quién nos deja ver, a partir del análisis de la temporalidad, del estar ahí “Dasein” de Heidegger, “que la comprensión no es uno de los modos del comportamiento del sujeto sino el modo de ser del propio estar ahí”. (Gadamer, 2010, p.12). Además, como afirma: Creo haber mostrado de modo fehaciente que la comprensión de lo hablado debe concebirse desde la situación dialogal, y esto significa, en definitiva, desde la dialéctica de pregunta y respuesta que permite el mutuo entendimiento y la articulación del mundo común (…) La cosa suscita preguntas. Por eso la pregunta y la respuesta se dan también en el texto y su intérprete. La escritura como tal no modifica en nada la situación (…) Otro tanto sucede con el libro, que aguarda la 45 respuesta del lector, la apertura de un diálogo. Algo tiene aquí que ver con el lenguaje (Gadamer, 2010, p.12). Con lo anterior expuesto, se reafirma que no es discutible la propiedad que es inherente a la naturaleza del hombre, la del conocimiento y de allí la naturaleza interpretativa, en la búsqueda de la comprensión, que siempre va de la mano con la formación -no en el sentido positivista- del hombre por el solo hecho de ser, de estar en el mundo. (Ricoeur, 2010) Indicando como primer escaño la importancia y relevancia dada a la temática como punto de referencia para el cambio de paradigma. En segundo lugar está lo complejo de la hermenéutica, según lo cual no se trata de un paso a paso, sino una integración de actitudes, por ello advierte nuevamente en referencia a Husserl y Heidegger de la trascendencia de la hermenéutica como existenciario: La interpretación pasa a ser, así, un componente de la estructura existencial humana -un existenciario- de modo que, entra de por sí en las notas definitorias del ser humano en cuanto habita el mundo, del Dasein. Interpretar no es algo que el hombre puede hacer o dejar de hacer a voluntad sino algo que lo constituye en su situación y lo que, por ende, no puede prescindir pues se le impone sin que caiga bajo su control. Conocer humanamente es interpretar, o lo que es lo mismo, el conocimiento es estructuralmente interpretación. Así, cuando un hombre se niega a interpretar, está interpretando. (Moreno, 2011, p. 23) Estas reflexiones también nos conducen a determinar que en la interpretación nunca será un buen procedimiento si pretendemos aislar cada principio de lo fenomenológico, sino que al contrario estos principios actuarán en constante interacción unos con otros, por eso cuando nos enfrentamos con la historicidad, estamos diciendo que no es suficiente para el análisis referirnos al hecho histórico como tal, sino al efecto de esos hechos en la historia. Por su parte el fenómeno de la comprensión tradicionalmente ha sido explicado en el sentido de lo expuesto por quien se supone comprende el mundo, es decir por el sabio, o el hombre culto, el que ha estudiado, en el sentido positivista, el que está relacionado con el conocimiento desde el espacio escolástico, desde el 46 juicio que otorga al mundo la órbita académica; dado que la escolástica también es un método de trabajo intelectual, según el cual todo pensamiento debe someterse al principio de autoridad, y la enseñanza se limita en principio a la repetición de los textos antiguos o al establecimiento de los postulados patentados por la fe y por la razón, prácticas desafortunadamente aún vigentes, aunque se promuevan las escuelas críticas en la educación. Lo que queda por aclarar, inicialmente en términos de la comprensión, es hasta qué punto el conocimiento que tienen las personas que no asisten a un colegio, a una escuela o a la universidad, tendrá la veracidad o la validez, que puede tener un estudioso de la academia. Entre tanto, la tarea de establecer la diferencia o las relaciones que se pueden presentar entre Comprensión e Interpretación resulta aparentemente un tanto difusa, pues en sentido general, estos conceptos se suelen utilizar indistintamente. Sin embargo se puede decir en lo que la experiencia nos deja, que estos procesos en gran medida se complementan cuando se trata de entender o rescatar las ideas importantes en el fenómeno que se busca conocer, pero esta especulación intuitiva no es suficiente; parece necesario anticipar la aclaración sobre la dualidad explicación-comprensión, veamos: En “De la dialéctica explicación-comprensión”, se cita a Dilthey quien afirma que “(…) se explica, a la manera del (…) naturalista, o (…) se interpreta, a la manera del historiador” (Vargas, 2012, p.38). Tesis que en comienzo parece útil por lo que aclara, las dos acciones responden a dos esferas del conocimiento. En efecto, en el campo científico, las teorías deben ser rigurosamente analizadas y criticadas, sus conceptos deben ser puestos a prueba, sus procedimientos deben ser revisados sistemáticamente y sus explicaciones o predicciones deben ser evaluadas objetivamente; pero esta condición no es sólo válida para las ciencias naturales, también lo es para las ciencias del espíritu, así como tampoco es válido desdeñar una teoría simplemente porque no coincide con las creencias, las convicciones predeterminadas o los conocimientos actuales, esto último sería negarla; para rechazar una teoría, es preciso agotarla, esto es, demostrar racionalmente sus limitaciones o, si es el caso, su falsedad o hasta su inutilidad. Sin embargo, yendo más allá, Vargas de acuerdo con (Ricoeur, 2010, p.132.), aclara la necesidad de “una renovación de los dos 47 conceptos de explicación y de interpretación”, al contrario del presupuesto excluyente de Dilthey: o bien se explica o bien se interpreta, según sea el ejercicio del naturalista o del historiador. En el ensayo II ¿Explicación o comprensión? interpretando a Dilthey sobre la afirmación de que “La comprensión es ese traslado hacia el interior de un psiquismo ajeno” (Ricoeur, 2010, p.77), aclara que dicha comprensión puede entenderse en tales términos, sobre la base de los signos, siempre y cuando estos han sido fijados por la escritura, considerando que solo así se prestan a la objetivación que reclama la ciencia, entre tanto, pondera la relación dialéctica entre comprensión y explicación y concluye: La comprensión reclama la explicación desde que ya no existe la situación de diálogo, donde el juego de las preguntas y las respuestas permite verificar la interpretación en situación a medida que se desarrolla (…) La situación es totalmente distinta en obras escritas que han roto su vínculo inicial con la intención del autor, con el auditorio primitivo y con la circunstancia común a los interlocutores. (Ricoeur, 2010, p.153.) De cualquier manera, no se puede encasillar con el mismo parámetro, los argumentos de las ciencias naturales, con las cuestiones de las ciencias del espíritu, en este momento se entendería desde un punto de vista dialéctico que éstas dos: la explicación y la comprensión no son más que momentos del proceso denominado interpretación, sin embargo, así, el planteamiento retorna al punto en donde éste como proceso, pasa a ser un momento inicial de la comprensión; entre tanto la explicación, hace parte del dominio que corresponde al análisis estructural del texto, es decir de la explicación de sus relaciones internas, pero que en últimas es parte de ese proceso, la interpretación. Otro asunto es que aunque “el sentido (Sinn) se da en la esfera de la experiencia subjetiva, esto es, es vivido en primera persona” (Vargas, 2012, p.39) al ser expuesto para todos, al ser criticado, corregido, complementado, tiende a la objetividad cuando vale para uno y vale para todos. En lo que corresponde a la interpretación, ésta es un estadio, es una parte de la comprensión, en determinado momento, y es de su atinencia esclarecer las 48 particularidades y los signos que se dan en el proceso psíquico de la comprensión: las manifestaciones fijadas de una manera perdurable a través de los signos en la escritura. Por su parte, la comprensión, en el proceso del conocimiento, es un momento que se relaciona continuamente con la interpretación para determinar un sentido cada vez más completo del fenómeno o del texto que se intenta comprender. En otras palabras son procesos que se entrelazan permanentemente en niveles más complejos, pero con la consigna siempre de enriquecer la esencia del objeto de estudio, la aproximación a los mundos que se encuentran inmersos en el texto. En este orden de ideas, la “renovación” a la que se alude tiene consistencia en el presupuesto de qué en una «hermenéutica de la distancia», lo que hace que surja una interpretación es el hecho de que haya una distancia entre el emisor y el receptor. De esta hermenéutica surge una teoría cuyo paradigma es el texto, es decir, “todo discurso fijado por la escritura” (Ricoeur, 2010, p.153). Al mismo tiempo este discurso sufre, una vez emitido, un desarraigamiento de la intención del autor y cobra independencia con respecto a él. El texto ahora se encuentra desligado del emisor, y es una realidad metamorfoseada en la cual el lector, al tomar la obra, se introduce. Pero esta misma realidad metamorfoseada propone un «yo», un «Dasein», que debe ser extraído por el lector en la tarea hermenéutica. Para Ricoeur interpretar es extraer el ser-en-el-mundo que se halla en el texto. De esta manera se propone estudiar el problema de la «apropiación del texto», es decir, de la aplicación del significado del texto a la vida del lector. La reelaboración del texto por parte del lector es uno de los ejes de la teoría de Paul Ricoeur. 4. Aspectos De La Didáctica De La Fenomenología Hermenéutica A continuación se presentan en un orden sugerido, las que hemos denominado “condiciones postulado” y de las cuales ya hemos expresado la suficiente interpretación; esta exposición está organizada más a manera de ilustración para tratar de seguir, según las necesidades que exige el fenómeno a interpretar. Reparemos: 49 4.1 Ir a las cosas mismas “¡Ir a las cosas mismas!” de alguna manera ya esbozado, implica no aceptar llanamente lo que han dicho los sabios, sino asumir la primera persona, es decir recuperar definitivamente el valor de la subjetividad. La correlación que está emparentada con la estructura intencional de la conciencia, en otras palabras asumir el hecho de que existe una reciprocidad entre el pensar y lo pensado, el amar y lo amado, la espera y lo esperado, aspectos sobre los cuales puede enfatizar o inclinarse cualquier investigación: La noesis o el noema, términos acuñados y ampliamente explicitados por Husserl. Si nos enfocamos en este principio, la tarea permanente, primera y última exige, igualmente desde el comienzo, adoptar un punto de vista crítico, si estamos de acuerdo en que, para llegar a la verdad en sentido estricto hay que atenerse a los hechos, a los puros fenómenos. Ahora en lo que corresponde a la verificación, es ineludible aclarar el origen de la información desde el principio, la fuente y/o el contexto en que surge el acontecimiento, para garantizar su estabilidad y que no se resista al análisis; conjuntamente incrementar y contrastar la información aportada con otros autores es una manera excelente de ayudar a darle solidez al proyecto o al fenómeno en cuestión, sin desconocer que para garantizar la calidad, diríamos veracidad de los juicios, después de deshacerse de los prejuicios, es necesario fundamentarse en fuentes fiables y verificables, aceptándose como referencias solamente los trabajos de autores acreditados en la materia en cuestión; no son suficiente las opiniones personales de los intérpretes, estas deben someterse a la confrontación, con el mismo fin, es además preferible emplear contenido firmado a aquel sin firmar. De modo similar no olvidar el devenir constante a que están expuestos los acontecimientos y la historicidad, que se enmarca sobre el modo de ser del hombre que está en la historia, que tiene conciencia histórica, no sobre el hecho o el acontecimiento en sí mismo como una estructura procesual; el acontecer define la realidad y a través, de la forma como ese devenir se desarrolla y del grado de conciencia que se alcanza en la historicidad de cada concepto se representa en la figura del espíritu, esa es la autoconciencia libre. (Gadamer, 2010, p.135). 50 4.2 El Distanciamiento. Un Paréntesis Conceptos como el distanciamiento (epoje) del que debe tener conciencia todo lector, que intente interpretar el mundo propio de una obra literaria, en otras palabras despojarse de las condiciones que imponen la lógica formal propias de la razón instrumental que pretende explicar el mundo desde perspectivas unidireccionales y verticales, desconociendo la capacidad de interpretación de los sujetos que participamos en la configuración del mundo. Esta actitud conduce al principio que es ampliamente planteado por los fenomenólogos, el principio de la corregibilidad que implica que lo que se me da a mí como horizonte, desde mi propia perspectiva, no es definitivo y por tanto es incompleto, ya que otras subjetividades pueden ver vicisitudes que yo no pueda interiorizar, eso encarna el fenomenologizar: lo que no sea visto por mí , pueda ser visto por otro y de igual forma que lo visto por mí sea también visto por otro, como lo presenta (Vargas, 2012, p. 12). Son irrelevantes de igual manera, categorías como: la tematización o mirar en determinada dirección, fijar la atención en algo, o sea contraponer la experiencia subjetiva frente al mundo formal de lo instituido de lo convencional, sin desconocer desde luego la mirada de la objetividad cultural presente en los mitos, en los ritos, en las creencias, etc. Otro principio igualmente importante es el zigzag en la tematización, que indica no sólo vislumbrar, las correlaciones de los principios expuestos, sino de asumir que éstas establecen por decirlo así un ciclo infinito en constante construcción sin desconocer las variaciones que imponen las diferentes perspectivas subjetivas del mundo, sino el devenir que impone las transformaciones culturales y la descripción del eidos o de la escencia que conlleva necesariamente al carácter intrínseco de la fenomenología como la “ciencia” de la descripción de esencias, esto es dar cuenta de por ejemplo las variaciones que se pueden dar de los objetos, en los cuales su concepto no pierde su esencia como tal, o cuando sus variaciones están determinadas y son válidas, por tanto, sólo en el campo de la imaginación. 51 La descripción fenomenológica por su carácter subjetivo, aunque puede abarcar un gran campo de las características de la obra, siempre estará pendiente en algunos aspectos, aun cuando en ella confluyen las intersubjetividades, pero esa incompletud será más probable desde la perspectiva de lo material que desde la mirada espiritual, que acoge además la intuición. Otra de las condiciones postulado que implica esta perspectiva tiene que tener presente la: 4.3 Historia Efectual Un concepto válido, esencialmente aplicable y que intentamos presentarlo en un lenguaje lo más sencillo posible; acerca de la historia efectual, diremos en principio que esta condición es de capital importancia en la hermenéutica, pues se trata de mostrar “a cielo abierto” (Gadamer, 1996, p. 370) “la situación en que nos encontramos, frente a la situación que queremos comprender” (Gadamer, 1996, p. 372); la historia efectual, sin más dilación, es tal en tanto supera la mirada histórica que limita la perspectiva en la reproducción del horizonte histórico desde el pasado frecuentemente sincrónico, va más allá, al mirar el presente e incluso el futuro; de esta manera el comprender se justifica bajo la fusión de horizontes a través de las imágenes, pensamientos, sensaciones, ideologías y concepciones que se entrelazan y que resultan ser diferentes en cada momento, de allí la importancia de una mirada de carácter diacrónico en el que el intérprete al poner en juego su conciencia histórica asume de manera crítica su propia perspectiva y la hace valedera. Se advierte que en ningún caso, en ningún momento se debe generalizar pues cada momento histórico tiene sus propios acontecimientos distintivos. De igual modo la conciencia histórica debe permitirnos dilucidar que la búsqueda de la verdad no está en el fenómeno histórico en sí, el fenómeno como tal no es toda la verdad; en otras palabras que la historia efectual está presente en todo ejercicio de comprensión querámoslo o no, y nuestro trabajo consiste en no desconocerla. 52 4.4 El Tematizar Así como en las ciencias naturales se debe tener clara la identidad del objeto de estudio, “En fenomenología más que objeto u objetividad lo que se tiene es un proceso de tematización que lleva a objetivar la experiencia que el objeto despliega de o sobre o en el mundo (in der Welt), con el ser (mitsein).” (Vargas, 2012, p. 22). Un sentido inicial refiere el tema como la información dada, lo conocido, en la oración gramatical; la tematización en tanto, como fenómeno, consiste en dar a un sintagma la posibilidad enfática de ser la información primaria del texto o de la situación; tematizar es tomar, desde el comienzo mismo, la sustancia del contenido, que bien puede ser una época histórica o un acontecimiento dentro de la misma. Debemos apersonarnos de esa realidad y desenmarañar no el hecho en sí, sino asumirlo como propio (para sí) y descifrar los pormenores de lo dado. Es de destacar que cada mirada en esta operación, es decir en la revisión de este suceso de la realidad, es variada, es complementaria y está expuesta a ser complementada y corregida en el presente y en los tiempos venideros. Nuestra labor como docentes consiste en invitar a nuestros estudiantes a disponerse a asumir en su propia experiencia el mundo de la vida. En conclusión en la narración, por ejemplo, en este universo simbólico, se trata de mundanizar un acontecer histórico. Un cuadro de un estudio fenomenológico menudo que sintetiza las “condiciones postulado” podría representarse así: Distanciamiento (paréntesis) Subjetividad (Intuición) Interpretación (Análisis) Tematización (Descripción) Y Su caracterización obligatoriamente será explicitada y especificada en profundidad en la medida que se vayan implementando, cada uno de los aspectos, en casos específicos de análisis e interpretaciones y cuando la exigencia de cada interpretación lo amerite. 53 5. Esferas De Navegación En La Interpretación De Un Texto Literario Cualificada la literatura como la experiencia del hombre que le permite a través del lenguaje crear mundos -conjuntos infinitos de posibilidades de sentidos que le proporciona cada individuo- lo que implica, a su vez, no ser abordada desde lo formal, sino al contrario, descubrir y expresar su riqueza desde los pliegues ocultos de la propia condición humana e ir más allá del divertimento, o de la mera entretención como lo ha determinado en gran parte la tradición oficial. Consideradas las categorías como, pautas que nos ayudan a explicar las cualidades, las dimensiones y los sentidos del arte, y particularmente, disciplinas fundamentales que permiten develar las facetas más generales y esenciales de los fenómenos de la realidad ficcionada en las diferentes creaciones literarias; condiciones teóricas que conceden descubrir a través de ellas los períodos del conocimiento en tanto resultado en constante crecimiento del desarrollo histórico de las prácticas sociales del hombre, de su conducta, de la vida y de los acontecimientos que generan las relaciones consigo y con la naturaleza. Entendido que este proceso no es un acto reflejo donde la realidad simplemente se manifiesta en la conciencia del hombre. Se desprende que en la labor de producción estética, política, profesional, o de cualquier índole, siempre hay una intención o una actitud consciente o inconsciente de parte del autor; por tanto, la interpretación de una obra de arte, requiere revelar y establecer dichas categorías que, como elementos cardinales, presentes en ésta, son las que le dan sentido a la producción estética, además de la esencial elaboración de las interpretaciones de las posibles intenciones del autor en su actividad creadora. Se asume que las categorías abordadas en el proyecto de investigación referenciado, ya sean de orden socioeconómico, filosófico religioso, sociológica sicológica, histórico política y estética, despliegan la intersubjetividad del creador narrador, dan cuenta de la particularidad de cada escrito, y retratan en sí mismas una serie de problemas específicos que las determinan, pero que de igual forma comparten y trascienden entre sí. En consecuencia, resulta difícil e improcedente establecer una frontera rigurosa; tal delimitación sólo obedece a imperantes 54 metodológicos, que facilitan vislumbrar la autonomía y el tratamiento de dichas categorías propias en cada obra, pero que permanentemente se cruzan en los acercamientos que se hagan a la obra en cuestión. A pesar de ello se hace imprescindible deslindar los principios teóricos que puedan justificar tales categorías, así como los elementos que permiten entrever los propios principios, esto es, la perspectiva fenomenológica desde la cual se puede profundizar en la obra como un acontecimiento generador de sentidos que configuran al ser en su mundo de la vida. De hecho, desde esta perspectiva es importante destacar que existe una gama de problemas que frecuentemente están presentes en la obra de arte y que son propios de la condición humana, por ser parte del devenir del sujeto en su interacción perenne en el acontecer histórico social de la humanidad. Problemas como, la violencia, la desigualdad social en los diferentes ámbitos de las necesidades básicas y de formación del hombre, el sentido del amor, la ciencia misma y sus desarrollos técnicos y tecnológicos; y particularmente en el caso de la cultura latinoamericana: la inseguridad, la corrupción, la exaltación de los valores y antivalores, todo ello con las variantes propias de cada mundo, y esferas locales, que en últimas dan sentidos y forjan una conciencia de sí. En el análisis reflexivo que implica una trabajo como éste, por su talante, resulta imprescindible dar especial importancia al carácter intrínseco que refleja la obra en lo que concierne a la conciencia histórica y al papel del lector en el posible encuentro con el mundo de la novela o de cualquier género narrativo; en este sentido el componente socioeconómico estará presente manifiesta o latentemente, y ello se confirma en las problemáticas que transcurren en los acontecimientos narrados: es el caso de los problemas que generan la desigualdad social y la pauperización de las condiciones de vida de la sociedad, que se niega a pasar la página de la historia política corrupta que aun así, sigue eligiendo a los mismos que se han encargado de desangrar los pueblos y al hombre en particular. Desde esta perspectiva en una novela o en un cuento pueden vislumbrarse las variadas formas de desenmascarar a los agentes de poder hegemónico, poniendo en evidencia que lo acontecido en la obra no se queda como mero relato 55 histórico-cronológico, sino que pasa a la temporalidad del ser. De igual forma el valor cultural, político-social en la obra de arte, trasciende como una de las pocas fuentes o como la voz que proclama reivindicación de la conciencia social, aunque de hecho aquella se haya intentado silenciar en diferentes épocas, con el fin de destruir la herencia cultural, y generar la pérdida de identidad y solidaridad. Así mismo aunque en algunas obras aparentemente no esté manifiesta, una categoría estrechamente relacionada con la anterior, como es la dimensión sociológicosicológica; se detecta que tales problemas, alimentan la miseria, hasta llevar a los personajes a la propia alienación, cada vez más dilatada y reflejada en diferentes sectores de la población marginada por estos flagelos; de allí que se encuentren personajes-tipo resentidos, rebeldes y violentos o en algunos casos ingenuos, desalojados o aislados del mundo; en contraposición, frente a esta problemática se observan novelas donde los protagonistas, o los propios personajes comunes, se presentan como sujetos que preocupados por lo que ello significa para sus comunidades, procuran y buscan los cambios que, desde cada individuo, justifican la razón de ser de su existencia. Otro asunto es, aparentemente, cómo el posmodernismo desde su perspectiva al reforzar el concepto del solipsismo salvaje y su tesis de “lógralo tú mismo”, plantea una construcción de identidad sustentada en la autonomía, desligada de un grupo social, pero qué más lejano a la realidad que esta percepción, si la interacción con el otro y el mismo entorno es lo que constituye al individuo al convertirse en el horizonte del pasado que acontece; en ese orden de ideas, es importante reconocer que parte de la esencia literaria surge de la evocación de aquellos lugares perdidos, arrasados y desaparecidos por el “progreso”, la resurrección de instantes del pasado, de vivencias ya idas. El secreto de este encanto, tanto para el escritor como para su lector, quizá derive que toda evocación constituye una regresión a los instantes de la fundación del sujeto, ligada a lugares y situaciones vividas que aportan elementos importantes para la definición del ser. Aquellas imágenes de lugares por donde estuvimos un día, objetos que nos acompañaron, casas habitadas, calles recorridas, en fin, constituyen un pasado sin 56 el cual el sujeto a veces siente que se desvía de su punto de partida. Desposeído por la demolición modernizadora, el sujeto empieza a sentir que la literatura se convierte en la única herramienta que le permite mediante maneras sugestivas, retornar no sólo a las imágenes del pasado, sino proyectar su propia existencia. Por tanto, la evocación no es, pues, sólo recordar como pasatiempo o simple ejercicio escritural, ante todo, es fundamento del sujeto, volver sobre los instantes fundadores; es también recabar alrededor de los acontecimientos y lugares que por algún motivo en la vida se tornaron cardinales. No solamente el hombre con sus actos se modifica así mismo, sino al otro, lo que implica asumir una sociedad solidaria, que no progrese desde individualidades -algo utópico-; sino una sociedad donde el dolor y la necesidad del otro, sea también el propio, lo que exige que el sentido de la existencia surja desde la sensibilidad, que permita la constitución humana; es allí donde la esencia surge de la conciencia espacio-temporal, siendo el sujeto quien configura al mundo y no al contrario, pues lo que se constituye históricamente es lo que nos sustenta, el olvido del ser una vez más se recupera a través de la novela, nos saca de la ingenuidad que enmarca una sociedad como la colombiana que sufre de amnesia. Ahora bien, las variadas formas como se ve simbolizada la realidad en la obra de arte, hasta el punto que en ella de alguna manera nos vemos reflejados como sujetos históricos, representan una universalización de ese mundo de intersubjetividades, inclusive desde las soledades, que confluyen generando tristes identidades decadentes; en términos fenomenológicos, se simboliza la realidad bajo los parámetros de la violencia y sus diferentes manifestaciones. Asimismo en nuestra labor pedagógica, estas reflexiones nos remiten a la necesidad imperiosa de renovar las formas de abordar la literatura desde las prácticas escolares; nos invitan a una aproximación real de la condición de los estudiantes, de tal manera que a su vez posibilite en ellos una retrospección sobre su propia existencia y la misma realidad que les rodea, pasando de ser testigos de la historia a creadores de la misma, y no quedarse en la socialización de esquemas formales de escritura que nada aportan a la constitución de individuos comprometidos con su entorno; es a través de la problematización y no de la 57 naturalización de la realidad, ni de la indiferencia ante los problemas sociales, en proyectos pedagógicos, donde el conocimiento se reduce a la simple instrucción; es desde la constante crítica reflexiva, de repensar constantemente el mundo y no aceptarlo como nos ha sido dado, como podemos interpretar de una forma imperecedera nuestra visión del mundo de la vida y el de la obra literaria. 6. Conclusiones La fenomenología hermenéutica se configura como una alternativa de interpretación que despliega el mundo de la vida o los mundos posibles inmersos y sedimentados en la obra literaria, en tanto supera las diferentes modelos de análisis que revelan el contenido del texto literario, más en el aspecto formal o estructural; de una forma parcial y frecuentemente superficial. En efecto los fundamentos de estas teorías se constituyen en herramientas conceptuales que dan cuenta de las experiencias, vivencias y acontecimientos del mundo al interior de la obra y cómo se nos da a cada uno en el mundo circundante. La fenomenología hermenéutica representa la visión más completa de análisis del mundo, del arte y en particular de la literatura, pues permite a través de la intuición y de la reflexión crítica del sujeto, constituir y dar sentido a los hechos, a los fenómenos que acontecen; el mundo no existe solamente en sí, sino que adquiere sentido para quien le asigna unos valores en tiempos y espacios delimitados. Desde esta perspectiva, las esferas presentes en el mundo ficcional se constituyen en categorías que, como pautas, nos ayudan a explicar las cualidades, las dimensiones y los sentidos del arte; la sociología, la sicología, los valores político-culturales y la propia estética, manifiestas o latentes son particularmente, disciplinas fundamentales que permiten develar las facetas más generales y esenciales de los fenómenos de la realidad ficcionada en las diferentes creaciones literarias; condiciones teóricas que conceden descubrir a través de ellas los períodos del conocimiento en tanto resultado en constante crecimiento del desarrollo histórico de las prácticas sociales del hombre, de su conducta, de la vida y de los acontecimientos que generan las relaciones consigo y con la naturaleza. 58 La reflexión sobre la obra no se queda como mero relato histórico-cronológico, sino que pasa a la temporalidad del ser. Deviene en un proceso diacrónico, es decir asume los hechos del pasado, los confronta con el presente y aún con el futuro cercano. Las prácticas desde esta perspectiva, motivan al estudiante en la creación y recreación del texto literario, desarrollando su capacidad de comprensión y composición de textos escritos; de igual forma que inducen a la elaboración de guías por parte del profesor, que faciliten y sobre todo le den más sentido a estas actividades escolares Y para una “didáctica” de la lectura y de la composición de textos, tanto para el docente como el estudiante, entender que fenomenológica, ésta encarna de manera desde la hermenéutica indiscutible una especie de autodeterminación que, con la debida orientación y valoración del profesor de lengua castellana, le confiere al lector un reconocimiento sobre su tarea en la búsqueda de la verdad presente en el texto literario. 7. Proyección Para Una Buena Interpretación Aunque el propósito de este trabajo se centra en el análisis del texto literario, es preciso anticipar que la interpretación desde esta perspectiva es válida para cualquier tipo de texto, esto es los textos en imágenes: las pinturas o sus réplicas, la caricatura, la historieta, y también para los textos técnicos y ciéntificos, sin desconocer la rigurosidad de las demostraciones y justificaciones que estos exigen; como también es cierto que al acudir a los textos de contextualización para la verificación es imprescindible la seriedad e imparcialidad de los textos de referencia, esto implica además evidenciar la propia perspectiva con otros textos en relación de similitud u oposición, ya sean precedentes o actualizados, pero siempre teniendo presente de propia cuenta , la seriedad y el reconocimiento de dichas fuentes; también es ineludible tener presente que no hay verdad única, pues ésta siempre es una búsqueda y su finitud es apenas el indicio de una nueva reinterpretación, expuesta a ser revisada y complementada. De otro orden es 59 igualmente importante auxiliarse de las nuevas tecnologías a través de los textos multimodales, con la consigna de estar atentos a la revisión de la información. Asimismo, es de sentido común, no desconocer que en la relación del mundo de la obra con el mundo del lector, el punto de vista de cada uno siempre será una perspectiva importante, aún desde la respuesta o la apreciación aparentemente absurda, pues ésta siempre estará abierta al diálogo. Finalmente queda el compromiso de cada docente en tratar de orientar acciones que, desde la práctica interpretativa de textos; producto del trabajo concertado y en permanente confrontación, debate y complementación, proporcione aspectos que sirvan de guía, para fortalecer está cada vez más en la búsqueda de la verdad que está inmersa en cada obra artística, en cada texto literario. 60 BIBLIOGRAFÍA Escobar M. (2011). Matar a Lutero. España: Grupo Nelson. Gadamer, H. G. (2002). Complementos. En III. Vol. II. Verdad y Método. 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