RESOLUCION Nº 323/01 En Buenos Aires, a los 24 días del mes de octubre del año dos mil uno, sesionando en la Sala de Plenario del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación, con la Presidencia del Dr. Diego J. May Zubiría, los señores consejeros presentes VISTO: El expediente 341/00, caratulado “Azaretto, Roberto c/ titular del Juzg. Crim. y Correcc. Fed. Nº 6 - Dr. Rodolfo Canicoba Corral” y su acumulado, expediente 80/01, caratulado “Bonadío, Claudio (Juez Fed.) - Remite documentación por orden de la Sala II Crim. Corr. Fed.”, del que RESULTA: I. Expediente 341/00: A) Se inician estas actuaciones con la presentación efectuada por el Sr. Roberto Angel Azaretto -quien manifiesta ser presidente de la Asociación Civil Defensa del Usuario de Servicios Públicos-, en la que solicita la apertura del procedimiento de remoción del titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 6, Dr. Rodolfo Canicoba Corral, por las causales de mal desempeño y comisión de delitos en el ejercicio de su función, en los términos del artículo 53 de rutas nacionales a un grupo de empresas privadas, cobrando por la reparación, mantenimiento y repavimentación, peaje a los usuarios y estableciendo tarifas diferenciales” para los distintos tipos de vehículos. Relata que se preveía el pago de un canon al Estado Nacional partiendo de una tarifa alta con indexación y que no se habrían realizado estudios para determinar el valor de la tarifa, de conformidad con lo establecido en la ley 17.520 en cuanto dispone “que la misma no puede superar el beneficio que recibe el usuario” (fs. 2). Manifiesta que especialistas locales y del exterior criticaron la aplicación del peaje como mecanismo de financiación para la reparación de rutas con antiguo diseño, dado que “[este] sistema fue ideado para promover la construcción de autopistas, puentes sobre grandes ríos y otras obras de envergadura” (fs. 3). Explica que la polémica se extendió también a la metodología empleada, ya que “el sistema fue ideado por las empresas constructoras que además redactaron los pliegos licitatorios”, siendo luego beneficiarias de las licitaciones. Detalla en forma pormenorizada cuales habrían sido los funcionarios, los empresarios y las empresas que participaron de estos procesos, indicando también diversas publicaciones de las que -a su criterio- se deduciría la fidelidad de dichos datos. Sostiene que en los pliegos constaban cláusulas que de las licitaciones con precios acordados de antemano y distribución de los negocios entre las empresas de la Cámara Argentina de denominándose la a Construcción, este sistema sin en competencia los distintos alguna”, medios periodísticos “Club del Peaje”, resaltando las declaraciones formuladas en tal sentido por el Sr. Estanislao Kocourek – integrante de la Unión Argentina de la Construcción- (fs. 6). Por otra parte, destaca que una vez obtenidas las adjudicaciones las empresas “querían perpetuar el sistema, mediante una prórroga de los contratos de peaje”, motivo por el que gestionaron el dictado del decreto 489/95 por el cual el Poder Ejecutivo se “autorizaba a sí mismo a prorrogar los plazos, en abierta violación a las(...) leyes 17.520 y 13.064 que le obligaban a convocar a licitación pública”. Afirma que, mediante el decreto referido, se prorrogó la concesión de la ruta 14 hasta el año 2018, con incremento de tarifas, por lo que la concesionaria “cobraría 1.507 millones de dólares por una inversión en obra nueva de apenas 45 millones”, con una utilidad promedio del 182% anual en moneda constante (fs. 7). Expresa que “(s)emejante abuso provocó(...) alarma [en] las fuerzas de producción nucleadas en el Comité de Defensa del Usuario Vial [que] realizó una intensa labor de esclarecimiento público oponiéndose a la prórroga de los contratos en forma directa y su licitación pública”, por lo que las empresas gestionaron la sanción de una ley especial que autorizaba al Poder Ejecutivo Nacional a otorgar las prórrogas Indica que ni el Dr. Dromi ni sus sucesores cumplieron con lo previsto en el artículo 8 de la ley 17.520, en el sentido de destinar el 0,5% de la recaudación para financiar una auditoría técnica y económica que controlase el cumplimiento de las prestaciones en tiempo oportuno y calidad adecuada. Manifiesta que la causa penal fue iniciada el 16 de abril de 1999, permaneciendo “inmóvil” hasta el 9 de septiembre de ese año, oportunidad en que fue publicado un artículo en el diario “La Nación”, dando cuenta de declaraciones efectuadas por el Sr. Guillermo Laura en las que se daban “precisiones sobre el monto de los sobornos pagados a Dromi por las empresas constructoras para conseguir los contratos de peaje”. Relata que, aparecida esa publicación, por decreto 1001/99 el Poder Ejecutivo Nacional ordenó al entonces Procurador del Tesoro, Dr. Rodolfo Díaz, que se presentara como parte querellante en las actuaciones. Indica que ello fue “una simple maniobra que buscaba solamente proteger a los involucrados, basamento de la política de entonces fundada en la dependencia del Poder Judicial”, resaltando que esta afirmación había sido parte de una declaración formulada al diario “Clarín” por el Sr. Luis Montes de Oca (fs. 9). Expone que la demora en citar a declarar a los testigos en la causa posibilitó a los imputados ejercer presión sobre ellos para obtener la modificación de sus testimonios. En ese sentido, manifiesta que el arquitecto Kocourek reconoció correspondiente a su empresa- del soborno pagado al Dr. Dromi por la preadjudicación de la Red de Accesos Metropolitanos de Buenos Aires; que ello surge de la grabación de los dichos del arquitecto efectuada el 19 de septiembre de 1999 y que, pese a ello, el Sr. Alejandro Kocourek no fue llamado a declarar como testigo. Afirma que no fue citado el Sr. Jaime Smart, quien habría participado de la reunión en la que el Sr. Kocourek habría contado “con lujo de detalles como se pagó el soborno de Dromi” (fs. 11) y que tampoco se citó al Sr. Diputado Nacional, Dr. Alberto Natale, miembro de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones, quien habría afirmado que la licitación de las concesiones viales habría sido “uno de los actos más corruptos del menemismo”, que las “licitaciones fueron amañadas y adjudicadas en forma irregular” y que los peajes fueron “uno de los más escandalosos negociados que se hicieron en el país”. el Dr. Juan Alemann, Agrega que lo mismo habría ocurrido con quien habría sido citado pero que finalmente no declaró porque el Dr. Dromi habría desistido de su declaración. Manifiesta que se agregaron a la causa dos grabaciones telefónicas hechas ante escribano público en las que el Dr. Alemann habría relatado el pedido de “coima” hecho por el Dr. Dromi al Sr. Spadone con el objeto de adjudicarle la ruta 5 (fs. 11). Sostiene que tampoco fueron citados el Sr. Bernardo Loitegui, el Sr. Diputado Nacional Rubén Gustiniani -quien testigos” (fs. 12), por lo cual no pudo haberse evaluado la seriedad y utilidad de la prueba. Afirma que tampoco se efectuaron pruebas obvias como determinar si las llamadas telefónicas habían existido ni se efectuó una pericia técnica para determinar si estaban adulteradas. Por otra parte, refiere que “(l)a investigación se condujo sobre la base de evitar ahondar aquellos aspectos que eran comprometedores para Dromi”, citando como ejemplo la grabación de una conversación sostenida con el Sr. Paul Leclerq, presidente del consorcio norteamericano Bell Atlantic, en supuesta referencia al caso de la privatización de la empresa telefónica pública (fs. 13). Expresa que el mencionado empresario habría sostenido que fue “sondeado por Dromi para pagar coima”, que luego de consultar con sus superiores en Estados Unidos esta posibilidad fue rechazada “de plano” y que sabía que “los otros dos pagaron pero no [tiene] pruebas” (fs. 13). Manifiesta que en la causa se citó a declarar como testigo al Sr. Leclerq quien, sin haber escuchado la cinta, dijo que estaba editada. Aduce que este episodio trajo aparejada la formulación de una denuncia por falso testimonio contra el Sr. Guillermo Laura -que tramitó ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3-, en la que se probó que la conversación telefónica existió, que tuvo una duración compatible con lo informado por la empresa Telecom y que mediante una pericia se determinó que no presentaba esta circunstancia, “remendando su omisión” con una certificación que daba cuenta de la presencia en el acto de los Dres. Francisco D’Albora (h), Federico Medina Fernández y Alejandra Zizzias. Expone que esta aclaración “no subsanó la falsedad ideológica por la naturaleza formal del delito(...) además no permite saber quienes formularon las preguntas”, lo que sería de importancia por haber denunciado el escribano “que las preguntas fueron reiterativas” con el afán de hacerlo incurrir en contradicciones (fs. 14). Agrega que el juez “se dio por satisfecho con la tardía e incompleta certificación del Fiscal quien confesaba la verdad de la denuncia del escribano” (fs. 14). Indica que se hizo “caso omiso” de la solicitud de investigación de la compra simultánea efectuada por el Dr. Dromi de cuatro departamentos “de lujo”, por valor de quinientos mil pesos cada uno, para establecer su relación con los hechos que eran objeto de la denuncia. Asimismo, tampoco se habrían solicitado las declaraciones del impuesto a las ganancias y al patrimonio neto del Dr. Dromi y de su esposa. Remarca que el “único acusado”, ingeniero Eduardo Baglietto, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, “se defendió recurriendo al tiempo transcurrido”, habiéndose declarado “la prescripción de la causa penal [a su] respecto(...) en el mes de diciembre de 1999”. Indica que el fiscal no apeló esta resolución pese a que se había opuesto al planteo y que tampoco interpuso recurso el Sr. Procurador del peticiones de los imputados que eran atendidas de inmediato”. Agrega que la Procuración del Tesoro de la Nación, constituida en querellante, “no demostró interés alguno por la investigación a diferencia del imputado Dromi a cuyos abogados, sin estar debidamente legitimados (jamás aceptaron cargo alguno por lo que carecían de capacidad para actuar, tampoco aportaron el bono correspondiente) se les extendió permanentemente copia de lo que se iba actuando”; que se les permitió participar de audiencias testimoniales que “les eran notificadas (no así a la querella) [y] hasta desistían de las audiencias que consideraban inconvenientes” y que, en definitiva, el trámite del expediente se manejó “discrecionalmente a favor del imputado Dromi” (fs. 16/17). D) De las constancias de la causa caratulada “NN s/ administración fraudulenta, incumplimiento de autoridad y violación de los deberes de funcionario público y cohecho” (autos 3.961/99) del registro de la Secretaría Nº 12 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 6, remitidas en copia certificada a requerimiento de la Comisión de Acusación, surge: a) El 16 de abril de 1999 los Sres. Roberto Angel Azaretto y Luis Guillermo Montes de Oca promovieron denuncia a fin de que se investigaran “los graves hechos de corrupción y las irregularidades que han rodeado los contratos de concesión de peajes en las principales rutas nacionales –corredores viales-(...) tanto los actos vinculados a la licitación y administración pública, y además del posible incumplimiento de los deberes del funcionario público que se evidencia en la falta de un adecuado sistema de fiscalización y control tal como lo establece la ley de Concesión de Obra Pública” (fs. 1). En términos similares a los expuestos en la presentación que originó estas actuaciones, los denunciantes expresaron que las licitaciones fueron “amañadas” y “colusivas”, constituyendo un “verdadero negociado”. Señalaron, además, que las tarifas eran exageradas y que las opiniones del Banco Mundial y de las distintas personalidades del quehacer político habrían descalificado tanto las primitivas concesiones como su renegociación (fs. 2/25 de la causa). Agregaron como prueba distintos informes y documentos, así como también recortes periodísticos referidos al tema y siguientes ofrecieron personas: la Ing. declaración Enrique testimonial Sargiotto, de apoderado las de “Covicentro S.A.”; Ing. Luis Aragón, presidente de “Concanor S.A.”; Sr. Patricio Gerbi, presidente de “Caminos del Abra S.A.”; Ing. José Alberto Balzano, vicepresidente de la “Comisión del Abra S.A.”; Ing. Darío Clebañer, presidente de “Nuevas Rutas S.A.”; Ing. José Chediack, vicepresidente de la misma sociedad; “Kocourek Arq. Estanislao Construcciones”; Ing. Kocourek, Eduardo R. presidente de Baglietto, de “Techint” y presidente de “Caminos del Oeste S.A.”; Ing. Angel C.A. Rabuffetti, director de “Caminos del Oeste S.A.”; Ing. Luis Freixas Pinto, vicepresidente de “Dycasa”; Ing. Angel A. Nacional de Defensa del Usuario Vial; Ing. María I. Pluss, director del órgano de control de Vialidad Nacional y los Sres. Diputados Nacionales Alberto Natale, Rubén Giustiniani, Alejandro Nieva, Gustavo Gutiérrez y José Recio (fs. 26/29 del expediente citado). b) Ratificada la denuncia y agregada la documental presentada por los denunciantes, el 26 de abril de 1999, se ordenó correr vista al Ministerio Público Fiscal en los términos del artículo 180 del Código Procesal Penal de la Nación. El 29 de abril de 1999 el Sr. Fiscal solicitó que, como medida previa, se requiriera a la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones del H. Congreso de la Nación las actuaciones relativas a la renegociación de los corredores viales (fs. 36/37 de las mencionadas actuaciones). El 14 de mayo de ese año la Comisión referida hizo saber la gran voluminosidad de las actuaciones que se solicitaban y pidió precisiones acerca de la documentación que debía remitir. Por ello, se ordenó requerirle el envío de la documental emanada de la autoridad administrativa y de los dictámenes emitidos, referidos a la “renegociación de los contratos de concesión de peajes en las principales rutas nacionales –corredores viales-, comprendiendo las licitaciones y adjudicaciones durante el período 1990-1999, las referidas a la renegociación de los contratos prevista en el decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 489/95 y a la que haya sido acordada El 30 de junio de 1999 se dispuso requerir a la Secretaría de Obras Públicas y Transporte de la Nación que informe la cantidad de corredores viales –rutas nacionalesexistentes en el territorio nacional y, respecto de cada uno de ellos, cuáles habían sido objeto de concesión, debiendo indicar a qué empresa o entidad se habían adjudicado (fs. 63 del expediente). El 2 de julio de ese año se recibió la documental requerida a la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones. Asimismo, el 2 de agosto de 1999 se ordenó la reiteración del oficio librado a la mencionada Secretaría ante la falta de respuesta. La dependencia aludida hizo saber -el 19 de ese mes- que se encontraba recabando la totalidad de la información y la documentación solicitada a los organismos pertinentes (fs. 69 de las actuaciones). El 10 de septiembre de 1999, ante publicaciones periodísticas relacionadas con el objeto de la investigación, se ordenó recibir declaración testifical al Sr. Azaretto en audiencia que se fijó para el 16 de ese mismo mes (fs. 75 de la causa). Cabe agregar que el Estado Nacional, a través del entonces Procurador del Tesoro de la Nación, Dr. Rodolfo Díaz, se presentó como parte querellante en las actuaciones el 13 de septiembre de 1999, teniéndolo como tal el juzgado interviniente en la misma fecha (fs. 76/81). d) En audiencias celebradas los días 14 y 24 de 128). Solicitó, asimismo, que se investigara al “grupo liderado por el ex Ministro de Obras Públicas, Dr. Roberto Dromi e integrado por sus colaboradores Dr. Rodolfo Barra, Ingenieros Mario Guaragna, Roberto Ramallo y Rodolfo Perales”, a quienes imputó haber incurrido en los delitos de asociación ilícita, negociaciones incompatibles con la función pública, administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública, malversación de caudales públicos y pago y percepción de sobornos (fs. 128 del expediente). Ofreció como testigos al Dr. Guillermo D. Laura, al ingeniero Víctor Pellegrino, al arquitecto Estanislao Kocourek, al Dr. Teodoro Kreckler y al ingeniero Moisés Fontenla. En el petitorio solicitó que se tuviera “por presentada la(...) denuncia”, que se lo citara para su ratificación y que, oportunamente, se condenara a los responsables de los delitos a la pena máxima establecida (fs. 130 vta.). La causa caratulada “Dromi, Roberto - Barra, Rodolfo - Guaragna, Mario s/ asociación ilícita, negociaciones incompatibles (art. 265), defraudación contra la administración pública y malversación de causales públicos (art. 260)” quedó radicada bajo el número 11.227/99, en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 5. El Dr. Gabriel Cavallo, interinamente a cargo del juzgado, ordenó certificar las constancias del sumario –causa 3.961/99- en trámite ante el Juzgado Nº 6 del mismo fuero y, luego de comprobarse que los Guillermo Insúa, en su calidad de vicepresidente del Directorio y presidente de Construcciones “Caminos y del Concesiones Uruguay Sociedad Viales” (fs. Anónima 49 y de 52, respectivamente); Rodolfo Perales (fs. 82); Roberto Righini (fs. 142); Roberto Dromi (fs. 144) y Eduardo Baglietto (fs. 158). Por su parte, el Sr. Insúa hizo saber que uno de los denunciantes había concurrido, acompañado por un escribano público, a distintas sedes entidades bancarias de la ciudad a fin de notificarles los términos de la denuncia (fs. 53). g) Luego de realizadas numerosas medidas probatorias, el 22 de diciembre de 1999 el Dr. Gerardo Di Masi, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 8 -en una presentación que se agregó a fs. 697/709- determinó los hechos que eran objeto de investigación, los trámites cumplidos y encontraban la prueba configurados producida los y delitos concluyó que no por que fueron los se denunciados los Sres. Dromi, Guaragna, Ramallo, Perales y Baglietto, solicitando su sobreseimiento. En relación con la cuestión relativa a la renegociación de los contratos, la Fiscalía pidió continuar con la investigación. Entre las medidas de prueba producidas, el Sr. Fiscal destacó las declaraciones testificales recibidas a los Sres. Teodoro E. Kreckler (fs. 195), Lucía Falabella (fs. 255 y 439), Pablo M. Leclerq (fs. 434), Víctor Pellegrino Testoni (fs. 441), Luis R. Freizas Pinto (fs. 446), Oscar A. Vicente (fs. que las casetes le fueron proporcionados por el Sr. Laura y que fueron envueltas en papel de plomo que él mismo adquirió luego de la primera conversación. Agregó que también fue él quien efectuó las transcripciones de las conversaciones y que el nombre de la persona con la que supuestamente éstas eran mantenidas se lo suministró el Sr. Laura. Finalmente, indicó que la mayoría de las grabaciones se realizaron en un recinto perteneciente a una escribanía cuyo titular desconocía el procedimiento realizado y que no se le explicó que serían utilizadas como prueba en un proceso penal. El acta que da cuenta de la declaración del escribano se agregó a fs. 559/567 y, el 30 de noviembre de 1999 se dejó constancia a fs. 568 de que en el acto, debido a un error material e involuntario, se omitió dejar constancia de la presencia de los Dres. D’Albora (h), Fernández y Zizzias, en su calidad de abogados de los imputados, Sres. Dromi y Baglietto, “conforme lo autoriza el art. 200 del Código Procesal Penal de la Nación”. En la misma fecha se dejó constancia de la entrega de una copia del acta al escribano Chacra Larrory (fs. 570 de las actuaciones mencionadas). Los testigos que participaron, de algún modo, en el proceso de adjudicaciones de los corredores viales desconocieron los hechos alegados en las respectivas denuncias. De ellos, quienes fueron confrontados con las actas notariales en las que se volcaron los dichos contenidos en las grabaciones aportadas por el Sr. Laura, manifestaron que no tenían y Servicios Públicos de la Nación, a la Sindicatura General de la Nación y a la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones. También se recibieron copias de las resoluciones dictadas en los expedientes caratulados “Cafiero, Juan Pablo y Montes de Oca, Luis Guillermo s/ denuncia” (autos 25.245), del registro del Juzgado Federal Nº 2 de San Nicolás (fs. 470/480), y “Fiscal Federal Dr. Mariano Ciaffardini s/ dcia. por infracción art. 268 del C.P.” (autos 4.199) del registro del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 5 (fs. 154/157). En el primero de ellos se investigó una supuesta evasión de tributos por parte de la empresa “Servicios Viales S.A.”, concesionaria de rutas por peaje, habiéndose concluido que no se encontraba acreditado el ilícito denunciado a pesar de los “ingentes esfuerzos llevados a cabo(...) por el órgano persecutor”, razón por la cual se ordenó el archivo de las actuaciones en los términos del artículo 195 del Código Procesal Penal de la Nación (fs. 480). El segundo de los expedientes se inició en base a la documentación aportada al entonces Fiscal, Dr. Ciaffardini, por los Sres. Diputados Nacionales Juan Pablo Cafiero y Germán Abdala, acumulándose luego la denuncia realizada por los Sres. Diputados Nacionales César Jaroslavsky, Luis Osovnikar, José A. Furque, Lorenzo J. Cortese y Melchor R. Cruchaga. El objeto de la causa fue determinar si en las licitaciones referidas a ordenó la devolución de las actuaciones al fiscal para que se expidiera sobre los hechos relativos a la renegociación de los contratos (fs. 710). En consecuencia, el 29 de septiembre de ese año, el Dr. Di Masi solicitó al Sr. Secretario de Obras Públicas y Transporte de la Nación que informara sobre el estado de dichas negociaciones (fs. 714). En la respuesta recibida el 17 de enero del año 2000, el ingeniero Máximo Fioravanti -a cargo de la dependencia- hizo saber que los expedientes formados como consecuencia de las Actas Acuerdo de Reformulación de los Contratos de Concesión suscriptos por el Dr. Costamagna habían cumplido con todas las instancias administrativas requeridas (dictámenes de la Dirección General de Asuntos Jurídicos, elevación y dictámenes de la Sindicatura General de la Nación y dictámenes de la Comisión Bicameral, entre otros), encontrándose ad referendum del Poder Ejecutivo Nacional, no suscripto hasta ese entonces, el decreto correspondiente (fs. 717/718). Con relación al corredor vial Nº 18, indicó que su renegociación fue realizada “sobre la base de la normativa del Decreto 489/95” y que, el acta acuerdo del 12 de abril de 1996, fue convalidada por el Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto 1019/96 (fs. 724). Teniendo en cuenta esos informes la Fiscalía determinó que, dándose en el caso la intervención de los organismos de control competentes sin que se hubieran formulado acontecimientos “demostrando haber estado en el lugar de los hechos, y dando muestras contundentes de su credibilidad, lo cual sumado a la abundante documentación obtenida(...) aunado a los dichos vertidos por Liliana Isabel Gurdulich, quien fuera en su momento Seguimiento de presidente las de la Comisión Privatizaciones, Bicameral conforman un de plexo probatorio que permite inferir(...) que no han ocurrido los hechos denunciados” (fs. 738 vta.). Por el mismo auto se ordenó extraer testimonios de las partes pertinentes de la causa a efectos de remitirlas a la Cámara del fuero, para la determinación del juzgado que debía intervenir en la investigación de la conducta del Sr. Laura (fs. 740). k) El 6 de marzo del año 2000 se notificó el Sr. Fiscal y, al día siguiente, el Sr. Luis A. Ugarte, Director Nacional de Asuntos Judiciales de la Procuración del Tesoro de la Nación, con el patrocinio letrado del Sr. Procurador del Tesoro de la Nación, Dr. Ernesto Alberto Marcer, efectuó una presentación en la que manifestó que se encontraba compelido a acompañar los pasos procesales que adoptase el representante del Ministerio Público, destacando lo previsto en la ley 24.946 y en las instrucciones contenidas en el decreto 1.001/99 que había impuesto coadyuvar en el ejercicio de la acción penal pública (fs. 744). l) Se encuentra agregado a fs. 748/796 el “Incidente de prescripción de la acción penal” interpuesto por el resolvió aconsejar al Plenario de este Consejo la desestimación del pedido de apertura del procedimiento de remoción del juez cuestionado. Con posterioridad, el denunciante solicitó que esa Comisión interviniera nuevamente a los efectos de considerar lo resuelto por la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de esta ciudad, en la causa caratulada “Laura, Guillermo s/ falso testimonio” (autos 2658/00), por la que se ordenó la remisión de copias de la sentencia, del 19 de diciembre del año 2000, que revocaba el procesamiento sin prisión preventiva del imputado. II. Expediente 80/01: A) Por oficio del 5 de marzo del año en curso el Dr. Claudio Bonadío, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, remitió testimonios de la resolución dictada el 19 de diciembre del año 2000 por la Sala II de la Cámara de Apelaciones del fuero -mencionada por el Sr. Azaretto en la presentación comentada en el punto anterior- y de las piezas procesales y documentación afectadas a la causa que motivó esa sentencia, señaladas en el punto IX de los considerandos, a los fines de lo dispuesto en el punto V de la parte resolutiva (fs. 15). En el considerando IX se indicó: “en virtud de lo solicitado por la Defensa oficial de Guillermo Laura(...) C) Entre las copias remitidas a este Cuerpo se encuentra el acta que da cuenta de la indagatoria del Sr. Laura en la causa 2.658/00, que se formó a fin de investigar si había incurrido en falso testimonio al declarar en el expediente 3961/99, iniciado por denuncia del Sr. Azaretto y tramitado ante el Juzgado del fuero Nº 6, a cargo del Dr. Canicoba Corral. En esa declaración indagatoria el Sr. Laura negó haberse pronunciado con falsedad al prestar testimonio y se explayó sobre la forma en que se habían producido las grabaciones de las conversaciones de las que se ha dado cuenta al efectuar el análisis de la causa 3.691/99. También efectuó comentarios críticos acerca del modo en que se había llevado a cabo la investigación conducida por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 8, a cargo del Dr. Di Masi, y aportó diversa documentación en apoyo de sus dichos. Sus expresiones en tal sentido son similares al contenido de la denuncia que dio origen al expediente 341/00 de este Consejo. También manifestó que el escribano Chacra Larrory había denunciado, ante la Procuración General de la Nación, lo acontecido al prestar declaración testifical ante el Dr. Di Masi. D) Se encuentra agregado, asimismo, el informe del artículo 454 del Código Procesal Penal de la Nación que presentó el Defensor Oficial que asistía al Sr. Laura en el “N.N. s/ delito de acción pública” (autos 3.096/01), del registro de la Secretaría Nº 11 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 6 de esta ciudad, de cuyas constancias surge que: a) Corrida la vista que prevé el artículo 180 del Código Procesal Penal de la Nación, a la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, a cargo del Dr. Montenegro, se solicitó como medida previa a expedirse, que se requirieran a la Procuración General de la Nación las actuaciones tramitadas con motivo de la denuncia efectuada por el escribano Chacra Larrory y que se hiciera correr por cuerda al expediente la causa 3.691/99 (fs. 3). b) Se agregó al expediente copia de la resolución 24 de la Procuración General de la Nación, del 9 de marzo del año 2000, por la cual el Dr. Becerra dispuso su archivo “por no advertir irregularidad alguna en la actuación del señor Fiscal Nacional en lo Criminal y Correccional Federal a cargo de la Fiscalía Nº 8, doctor Gerardo Di Masi en la causa nro. 3961/99(...) en las cuestiones a[llí] tratadas” (fs. 10 vta.). c) querellante, El Sr. efectuó Laura un solicitó relato de ser tenido por parte los hechos, en forma concordante con lo expuesto en los demás documentos que se han detallado en el presente y, además, recusó al Dr. Canicoba Corral, por entender que “la mayor parte del objeto procesal” ya había sido resuelto por el magistrado, lo que constituiría “técnicamente un prejuzgamiento” (fs. 35 vta.). circunstancias que posean una entidad tal que autoricen al apartamiento del juez a partir de la mera invocación de un infundado temor de parcialidad” (fs. 69 vta.). d) El 15 de agosto del presente año el Sr. Fiscal, Dr. Montenegro, solicitó el archivo de las actuaciones. Se expresó en tal dictamen que si bien la cámara, al ordenar la formación de causa, no había especificado cuáles serían los hechos objeto de investigación, se hace referencia al memorial presentado por la defensa del Sr. Laura, por lo que se desprendía que debían investigarse aquellos que no habían sido objeto de pesquisa en la causa 3.961/99. Refirió el Dr. Montenegro que “(d)el análisis de las irregularidades señaladas por Laura en confrontación con la lectura del expte. 3961/99 cuya instrucción se cuestiona, sólo cabe concluir que las aseveraciones efectuadas por el denunciante obedecen a apreciaciones particulares que no se condicen con lo actuado en aquellos autos(...) no puede calificarse de delictual la supuesta ‘demora’ en que se habría incurrido originalmente en la instrucción del sumario ni la falta de adopción de medidas probatorias que, a criterio de Laura, debieron realizarse por cuanto no sólo no se vislumbra demora alguna en la instrucción(...) sino que además la adopción de las diligencias probatorias resultan de exclusivo arbitrio del instructor -en est(e) caso el Sr. Agente Fiscaly su negativa a su producción resultan irrecurribles”. Añadió que, más allá de la opinión que pudiera e) El 16 de agosto del año en curso el Dr. Canicoba Corral resolvió de conformidad con lo dictaminado por la Fiscalía y dispuso el archivo de los autos por inexistencia de delito. Además. no hizo lugar al pedido de ser tenido por parte querellante formulado testimonios de la por el totalidad Sr. de Laura las y ordenó actuaciones extraer para ser agregados a la causa 3.961/99 (fs. 82/82 vta.). En igual fecha se dejó nota actuarial de la extracción de testimonios, de su agregación a aquella causa y de la reapertura de la investigación (fs. 82 vta.). Cabe agregar que la resolución referida fue notificada al Sr. Laura el 23 de agosto del corriente año. F) También se compulsó la causa caratulada “Laura, Guillermo Domingo s/ falso testimonio” (autos 12.156/99), del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, Secretaría Nº 21. Los autos se iniciaron con la denuncia del Dr. Dromi contra el Sr. Laura por declaraciones que éste efectuó en relación con presuntos ilícitos vinculados con el presupuesto de la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (fs. 1/4). Más adelante se amplió el objeto de la investigación a declaraciones del Sr. Laura, relativas a la conversación mantenida con el Sr. Paul Leclerq (fs. 40/44), hecho por el cual se decretó la falta de mérito prevista en el artículo 309 del Código Procesal Penal de la Nación (fs. 242/252). Indicó el denunciante que la causal de mal desempeño se funda en el trámite irregular de la causa 3.961/99; que finalizó mediante resolución del 28 de febrero del año 2000 y que los mismos hechos configurarían, además, el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público por la omisión de realizar diligencias procesales tendientes al esclarecimiento de los hechos investigados. Del detalle efectuado acerca de la tramitación de la causa surge, del que -por lo demás- surge que se encontraba delegada en el fiscal, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 196 del Código Procesal Penal de la Nación, que no se advierten irregularidades que justifiquen la continuación de las presentes actuaciones. Por otra parte, la resolución dictada por el Dr. Canicoba Corral disponía el archivo y, por ende, no implicó el cierre definitivo de la investigación. Tanto es así que, como se consigna supra, ha sido reabierta. 2º) Que, en su extenso memorial, el Sr. Azaretto señaló que el juez omitió convocar a personas cuyo testimonio habría sido de fundamental importancia y que, por otra parte, la demora en citar a declarar a algunos testigos habría posibilitado a los imputados ejercer presión sobre ellos. Esta imputación no puede corroborarse de las constancias de la causa, que dan cuenta de que en el trámite se recibieron numerosos testimonios, que los imputados efectuaron 1001/99) habría sido “una simple maniobra que buscaba solamente proteger a los involucrados”, no constituye una imputación que pueda ser atribuida al juez cuestionado. Por lo demás, corresponde poner de relieve que a la primigenia presentación efectuada por el Dr. Díaz le sucedieron las realizadas por funcionarios de dicha dependencia durante la gestión del actual Poder Ejecutivo Nacional y que, incluso, se hizo lugar al pedido de extraer fotocopias de las actuaciones efectuado por la Oficina Anticorrupción. 5º) Que el denunciante endilga al magistrado no haber profundizado en la investigación, a la que calificó de “superficial e insuficiente”, haciendo hincapié en que le habría bastado introducidas que como los testigos dijeran que las cintas prueba estaban editadas para obviando efectuar consideraciones restarles validez. Al respecto, y relativas a la forma en que fueron obtenidas las grabaciones, es del caso destacar que el contenido de las cintas, que se encontraba volcado en actas notariales, se impuso a los testigos que fueron interrogados sobre el punto. 6º) Que la imputación al juez de haber soslayado “la falsedad ideológica” en la que habría incurrido el Sr. Fiscal interviniente, en el acta que da cuenta de la declaración testimonial del escribano Chacra Larrory, tampoco resulta viable pues, de conformidad con lo señalado precedentemente, se lo tuviera por parte querellante y, el 16 de noviembre del mismo año, el juez resolvió no hacer lugar a lo peticionado, por cuanto entendió que el denunciante carecía del elemento primordial para constituirse como tal, toda vez que no poseía la condición de persona particularmente ofendida y tampoco era titular del bien jurídico tutelado. 8º) Que en mérito de las consideraciones efectuadas en los puntos precedentes y no advirtiéndose, en el trámite de la causa, la comisión de irregularidades que justifiquen efectuar reproche alguno al Dr. Canicoba Corral, corresponde concluir que las manifestaciones formuladas por el denunciante sólo trasuntan una discrepancia de criterio respecto de lo resuelto por el magistrado en el expediente judicial. En consecuencia, al no configurarse alguna de las causales de remisión previstas en el artículo 53 de la Constitución Nacional -y de conformidad con lo propuesto por la Comisión de Acusación (dictamen 81/01)- corresponde desestimar la denuncia formulada. Por ello, SE RESUELVE: 1º) Desestimar el pedido de apertura del procedimiento de remoción del Dr. Rodolfo Canicoba Corral, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 6 de la Capital Federal.