Dossier Conforti web_spagnolo_mo

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Conforti
santo
dos grandes amores
POR MARIO MENÍN
El pasado día 23 de octubre (2011), Jornada Misionera Mundial, Guido María Conforti (1865-1931) ha
sido proclamado santo. Nacido en la provincia de Parma (Italia), Conforti desde siempre pensó en ser misionero pero, a causa
de su salud enfermiza, no logró realizar su sueño. Por esta razón concibió el audaz proyecto de dar vida a una Congregación
misionera –los Javerianos– para que fueran hasta los confines del mundo a anunciar, con las palabras y las obras de Jesús,
el amor de Dios para todos. Este audaz designio manifiesta el primer gran “amor” de Conforti, la misión ad gentes (a todos
los pueblos) que él vivió de forma atípica, sin salir a “misiones”, pero siendo fiel a la Iglesia local, su segundo gran “amor”,
a la que se entregó, como sacerdote diocesano y obispo, hasta la muerte. La Iglesia local y la Iglesia universal son las dos
orientaciones de la vida de Conforti, los dos grandes “amores” que consideró siempre como complementarios, incluso cuando
parecían excluirse recíprocamente. La grandeza de su santidad brilla sobre todo en este entramado fecundo entre particular
y universal –“pastor de dos rebaños”, lo definió el Padre Vittorino Callisto Vanzín, aludiendo a la Iglesia de Parma y a las
misiones en China– que el fundador contempló desde niño en el Cristo crucificado, “enviado” por Dios en un contexto
particular, Israel, para la salvación y la reconciliación de todos los pueblos de la tierra.
Misionero
atípico
POR: RINO BENZONI
Esta colección de artículos y
entrevistas fue publicado
originalmente como un
suplemento especial de la
revista Misioneros
Javerianos "italiano
Missione Oggi. Los autores
reflexionan sobre la figura y
la vida de Guido Maria
Conforti, después de leer la
reciente biografía escrita
por el padre
Angelo Manfredi,
Guido Maria Conforti, EMI,
Bologna, 2010.
Fotografía de la portada:
Conforti viajando con dos
Javerianos, el obispo Luigi
Calza y el Padre. Eugenio
Pelerzi, durante su visita a
China en 1928.
L
a santificación de Mons. Conforti es para los
javerianos, y para mí en particular, motivo de
un gran gozo y de una grave responsabilidad.
En efecto, el hecho de ser el sucesor de un santo
me interpela profundamente y me da la posibilidad de comprender mejor hacia donde debería
caminar la congregación, el secreto de sus éxitos
así como la causa de sus fracasos y dificultades.
Preparando este acontecimiento, me pareció
importante no detenerme en el hecho externo o
en la celebración en cuanto tal, con el peligro de
transformarla en una auto-celebración, sino descubrir el significado que tiene para los javerianos
de hoy. Estoy convencido, por lo tanto, que todo
lo que hace la Iglesia – también en el caso de la
santificación –, no es simplemente recordar hechos del pasado, incluso gloriosos, sino la celebración de la inspiración de Dios que ha obrado
Rino Benzoni, misionero javeriano, nacido
en San Lorenzo di Rovetta (Bérgamo Italia). Después de unos años como
formador en Italia fue destinado a la R.D.
del Congo. En 1995 fue elegido consejero
general y. sucesivamente, en 2001,
elegido superior general del Instituto, y
reelegido en 2007.
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Missione Oggi | octubre 2011
en Conforti y puede continuar obrando en nosotros, a condición de encontrar la misma apertura
y correspondencia.
LO ATÍPICO SIGUE SIENDO ACTUAL
Conforti ha sido un gran misionero, aunque
atípico. Sin él el rostro misionero de la Iglesia
italiana y de la Iglesia universal, sería diferente.
Pero ¿en qué consiste este ser atípico? Estuvo
en misiones tan solo por un breve periodo – 40
días – para visitar a sus misioneros en China;
Conforti no tiene nada de todo lo que típicamente
ha caracterizado la figura del misionero, visto
como un héroe; no ha luchado contra animales
salvajes; no tenía la barba larga y descuidada;
no ha construido grandes obras sociales ni sufrió
persecución ni tampoco padeció el martirio.
A pesar de no haber ido a misiones, Conforti
ha sido un misionero completo. Es significativo
el hecho que haya emitido su profesión religioso-misionera a perpetuidad, aunque en forma
privada, el mismo día de su consagración episcopal (11 de junio de 1902) en la basílica de San
Pablo, en Roma. En el mismo momento en que
la Iglesia le vinculaba de forma definitiva a sí a
través del gobierno de una diócesis – Rávena –
haciéndole imposible salir a misiones, él reafirma
delante de Dios su compromiso de dedicar toda
su vida a la misión en la Congregación javeriana.
Al contrario de lo que acontece con un religioso
Cronologia
Guido Maria Conforti nasce dia
30 de março de 1865 em
Casalora de Ravadese (Parma) de
Rinaldo e Antonia Adorni, oitavo
de dez filhos; è batizado no
mesmo dia.
Em 1876 ingressa no Seminário
de Parma.
Em 1887 é nomeado vice-reitor e
professor no Seminário.
Dia 22 de setembro de 1888 é
ordenado presbítero.
Dia 15 de novembro de 1895 faz
privadamente sua Primeira
Profissão dos votos religiosos.
Dia 16 de novembro de 1895 abre
em Borgo Leon d’Oro a primeira
casa do Instituto.
Dia 4 de março de 1896 doutorase em teologia em Roma.
Conforti fue una gran, pero atípico
misionero. Sin él, la identidad
misionera de la Iglesia italiana
y de la Iglesia universal,
no sería el mismo
Dia 7 de março de 1896 é
nomeado vigário geral.
Dia 4 de março de 1899 envia
para a China, na região do
Shansi, os primeiros dois
missionários.
Dia 9 de junho de 1902 é
nomeado arcebispo de Ravenna.
que es nombrado obispo y que, en cierto sentido,
pone entre paréntesis sus votos para que no sean
obstáculo al servicio que le debe a la Iglesia
local para la que es consagrado, Conforti se comprometió con voto a la misión. A esta opción
permanecerá fiel a lo largo de toda su vida, no
escatimando esfuerzos para ser misionero desde
el lugar designado por la obediencia, siendo al
mismo tiempo padre de misioneros y animador
misionero.
Los javerianos – y todos – encuentran en
Conforti, por lo tanto, una enseñanza muy sencilla: que no es el lugar, a pesar de ser muy im-
Dia 11 de junho de 1902 faz
privadamente sua Profissão
Perpétua dos votos religiosos e
é sagrado bispo em São Paulo
fora dos muros.
Dia 18 de janeiro de 1904 envia
quatro missionários para a
região do Henan ocidental
(China).
Dia 15 de maio de 1906 a região
apostólica do Henan é entregue
aos cuidados dos Missionários
Xaverianos.
Dia 24 de setembro de 1907 é
nomeado bispo auxiliar de
Parma com direito de sucessão.
Dia 12 de dezembro 1907, depois
do falecimento de Dom Magani,
toma posse da diocese de Parma.
Dia 21 de abril de 1912 na
catedral de Parma ordena o
primeiro bispo xaveriano, Dom
Luigi Calza, vigário apostólico da
região do Henan ocidental (China).
Dia 31 de agosto de 1918 é
nomeado primeiro presidente da
União Missionária do Clero da
Itália, que ele contribuiu a criar
em 1916: permanecerá
presidente da mesma até 1927.
Dia 6 de janeiro de 1921 a Santa
Sé aprova definitivamente as
Constituições do Instituto de São
Francisco Xavier para as Missões
Estrangeiras.
Em 1928 visita as missões
xaverianas da China: na ida (19
de setembro) viaja de navio, na
volta (28 de dezembro) de trem
pela Transiberiana.
Em 1929 a região apostólica de
Luoyang (China) é entregue aos
cuidados dos Missionários
Xaverianos.
Dia 28 de outubro de 1931 é
acometido pela doença.
Dia 5 de novembro de 1931 falece
em Parma aos 66 anos de idade.
Dia 6 de outubro de 1904 o Papa
Pio X aceita as demissões de
arcebispo por causa da saúde.
Dia 17 de março de 1996 é
proclamado bem aventurado
pelo Papa João Paulo II, junto ao
fundador dos missionários
combonianos, Daniele Comboni.
Dia 4 de março de 1906 o
Instituto recebe o decretum
laudis tornando-se Instituto de
direito pontifício.
Dia 23 de outubro de 2011 é
proclamado santo pelo Papa
Bento XVI, junto ao fundador dos
guanellianos, Luigi Guanella.
Missione Oggi | octubre 2011
3
As estatísticas
dos Missionários
Xaverianos
Bispos
Presbíteros
Diáconos Pernanentes
Irmãos
Estudantes já professos
Total
1
633
1
29
128
792
Os Xaverianos no mundo
Bangladesh
Brasil Norte
Brasil Sul
Burundi
Camarões-Chade
Colômbia
Congo RD
Delegação Central
Delegação Chinês
Filipinas
Japão
Indonésia
Itália
México
Moçambique
Reino Unido
Serra Leoa
Espanha
Estados Unidos
Total
31
45
48
19
53
15
47
57
09
29
34
76
164
88
12
12
25
12
16
792
Os Xaverianos de acordo
com a nacionalidade
Bangladesh
Brasil
Burundi
Camarões
Chade
Colômbia
Congo RD
Espanha
Estados Unidos
Filipinas
Indonésia
Itália
México
Reino Unido
Serra Leoa
Total
SOURCE: MISSIONARI SAVERIANI,
STATO DEL PERSONALE 2011.
4
Missione Oggi | octubre 2011
03
28
04
18
01
01
34
26
02
02
67
478
114
10
04
792
portante, lo que define al misionero, sino el
corazón. Es lo mismo que definió el Concilio
Vaticano II y que retomó Juan Pablo II: “La
misión atañe a todos los cristianos” (Redemptoris missio 2), cada cual en los compromisos
propios de su vida y en las condiciones en
las que la providencia le llama a vivir.
OBISPO MISIONERO
A pesar de no haber ido a misión, Conforti
fue un obispo “misionero”, modelo para todos
los obispos y, en cierta manera, precursor de
las enseñanzas conciliares: “Todos los Obispos... están consagrados no sólo para una diócesis, sino para la salvación de todo el mundo”
(Ad gentes 38). Sus orientaciones, como las
que propuso a su clero, debían privilegiar “a
los que más necesidades tienen [...], a los pobres [...], a los que luchan contra males físicos
y están desanimados [...], a los niños [...], y
en particular a los descarriados, a los que
fuera de la casa del Padre, nos odian [...]. A
todos debemos llegar con nuestro ministerio y con solicitud, desinterés y amor,
ofrecernos a todos” (Carta al Clero de la Diócesis de Parma, 2 de agosto de 1913).
Es impresionante su actividad, a pesar de su delicada salud y los tiempos difíciles
(socialismo ateo y propaganda anticristiana; primera guerra mundial, llegada al
poder del fascismo, etc.). Obispo de una extensa diócesis – Parma – la recorrió de
extremo a extremo en cinco ocasiones con motivo de las visitas pastorales y con
todos los medios que tenía entonces a su disposición. Organiza congresos eucarísticos,
semanas catequéticas, sínodos diocesanos. Recibe a las personas, visita a los enfermos
y a los pobres. A todo esto hay que añadirle la preocupación constante por la con-
gregación javeriana y el desarrollo de la misión
en China. Y como si todo esto no fuera suficiente,
fue invitado a presidir la recién nacida Unión
Misionera del Clero (UMdC) durante diez años,
recorriendo Italia para difundir entre el clero la
urgencia de la colaboración con las misiones.
UN SANTO EXTRA-ORDINARIO
Hay muchas otras facetas significativas en
la proclamación de Conforti como santo. En primer lugar quisiera subrayar que la santidad de
Conforti está basada en cosas ordinarias vividas
de forma extraordinaria. Lo afirma él mismo:
“Unos concentran la santidad en las oraciones,
otros en las penitencias y otros en los dones extraordinarios. La perfección está en una sola
cosa: cumplir la voluntad de Dios” (s. d). Es una
enseñanza que vale para todos, no sólo para los
misioneros.
La vida cristiana, en efecto, es eficaz sólo en
la medida en que Dios obra en ella, como protagonista. Es lo que cuenta particularmente para
el hombre moderno que, a pesar de vivir alejado
de Dios, es tan sensible hacia quien manifiesta
su presencia, hasta el punto de quedar seducido.
Lo confirma uno de los primeros biógrafos de
Conforti, el padre Vittorino Callisto Vanzín:
“Conforti no ha hecho cosas extraordinarias. No
ha pronunciado o escrito cosas originales o impresionantes [...]. No hacía nada extraordinario
y decía sólo cosas conocidas. ¿Por qué su gesto
educado y su voz amable tenían siempre un significado y una potencia superior que se percibían
a primera vista? Porque todos los que se le acercaban, aunque por breves instantes, exclamaban:
¡Es un santo! Y a pesar de ello, no hacía milagros,
no improvisaba discursos, no tenía ninguna manifestación que revelara profundidades insospechadas”. (Un pastore due greggi, Parma 1950,
pág 6). Juan Pablo II sintetiza esta sensibilidad
con una frase de mucha precisión: “El verdadero
misionero es el santo” (RMi 90). El servicio que,
desde hace años, ejerzo visitando las misiones y
encontrando a los misioneros, me ha convencido
de que la misión no depende tanto de nuestras
obras o de nuestras organizaciones, siempre necesarias e importantes, cuanto de las obras que
Dios realiza a través nuestro, o sea en proporción
de nuestra santidad.
“Algunos dicen
que la santidad
está en la
oración, otros
en la
penitencia,
otros en dones
extraordinarios.
La perfección
consiste en una
sola cosa: el
cumplimiento
de La voluntad
de Dios”
(G. M. Conforti)
LA EXTRAÑA LÓGICA DE LOS SANTOS
Otra característica de la santidad de Conforti
es su extraordinaria confianza en la Providencia.
Es lo que encontramos en todos los santos, por
ejemplo también en don Luigi Guanella (18421915) que ha sido canonizado junto a Conforti.
En 1899, cuando se trataba de empezar la
construcción de la que ahora es la Casa Madre
de los Javerianos, en Parma, Conforti se sirvió
de la ayuda de unos políticos para organizar a
nivel nacional una lotería. El proyecto fracasó.
Pero Conforti sacó una conclusión: “El Señor
ha querido, tal vez, hacerme comprender que en
las obras para su gloria hay que confiar más en
su divina Providencia, que si es necesario hace
milagros, que en los recursos humanos” (Cenni
storici dell’Istituto). “En esto he conocido la voluntad del Señor que ha permitido que no se alcanzara el fin deseado porque deseaba, en nosotros, mayor confianza en su admirable Providencia [...]. Casi como penitencia por mi poca
confianza en la divina Providencia, he decidido
empezar cuanto antes la construcción del Instituto” (Carta al P. Rastelli, 17 agosto 1899). ¡Esta
es la peculiar lógica de los santos!
Los dibujos que acompañan
este artículo son obra de la
artista Parma Matteoli y se
toman del libro de
V. C. Vanzin,
Un pastore por greggi,
ISME, Parma, 1950.
Izquierda: el Templo del
Cielo en Pekín.
Página anterior, desde
arriba: la Catedral Basílica,
el Baptisterio y la
residencia del obispo, la
finca en Casalora, donde
nació Conforti, el instituto
misionero javeriano, el
interior de la Basílica de
San Vitale (Rávena), los
Apeninos Parma.
En la página 19:
esbozo de Conforti.
Missione Oggi | octubre 2011
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Hoy, ¿fundaria
Conforti
una congregación?
Entrevista a:
Pier
Giordano
Cabra
Pier Giordano Cabra, de la
Congregación de los
Piamartini, ha sido superior
general de su Congregación
y Presidente de la
Conferenza Italiana
Superiori Maggiori (Cism).
Es autor de numerosos
escritos de espiritualidad
traducidos a diferentes
lenguas.
6
Missione Oggi | octubre 2011
Guido María Conforti ha fundado una congregación
religiosa de misioneros. ¿Por qué? ¿Era necesario dar
vida a otra congregación para alcanzar el fin de la
misión? Escuchemos la opinión de uno de los más
competentes expertos de la vida religiosa, el padre
Pier Giordano Cabra.
Padre Pier Giordano, ¿por qué
tantos fundadores de congregaciones religiosas son proclamados santos? Si Conforti hubiese sido “sólo” obispo de Parma ¿sería hoy santo?
La respuesta la encontramos en
el hecho de que una congregación
religiosa es algo así como una familia en la que la santidad es considerada muy importante y, por
lo tanto, favorece el reconocimiento de la santidad de todos sus
miembros. No podemos saber si
Conforti habría alcanzado el reconocimiento de su santidad sin ser
el fundador de una congregación,
pero el hecho de que sus hijos hayan favorecido este reconocimiento, muestra cuanto aprecian el ideal de la santidad en su familia misionera que ha aceptado este ideal,
lo ha estudiado, lo ha hecho propio
y lo ha difundido, asumiendo para
sí todos los sacrificios necesarios
para alcanzar esta codiciada meta. Roma no inventa a los santos.
Examina y reconoce a los que son
propuestos, antes de presentarlos
como modelos para la Iglesia Universal.
Conforti pertenece a una época
en la que si alguien se proponía
servir al pueblo de Dios, fundaba una congregación. Según su
parecer, Conforti ¿fundaría hoy
una congregación religiosa?
Sí. Conforti pertenece a ese tiempo
en el que las congregaciones religiosas, para alcanzar la finalidad
de servir al pueblo de Dios, aseguraban seriedad en el compromiso,
ahorro de gestión y fidelidad a la
Iglesia. Con todo, la veo una respuesta muy apresurada, y sólo
desde un punto de vista sociológico, sobre el por qué de muchas
congregaciones que se dedican a
la caridad, a la asistencia y a las
mismas misiones. Pero usted me
pregunta si hoy, en un tiempo en
que los problemas se pueden resolver de manera diferente, Conforti fundaría una congregación
religiosa. Hay que notar, aunque
de forma resumida, que Conforti
en ningún momento fue animado
a fundar una congregación con
votos. Incluso tuvo que superar
las dificultades que le ponía Roma.
Él, que emitió su profesión religiosa, a perpetuidad, la misma mañana de su consagración como
obispo de Rávena, tenía en mucha
estima la vida religiosa. Conforti
insistió con firmeza para que su
congregación de misioneros, fuera
una familia religiosa.
Y no por razones prácticas y operativas, sino por estar convencido
de que la vida religiosa forma parte de la gran realidad de la vida
apostólica, o sea de la misma vida
de los apóstoles quienes, para responder a la llamada del Señor a
seguirle, lo han dejado todo.
Pero, según su parecer, ¿no es
ésta una visión de élite de la
misión?
Conforti no afirma que, para ser
misionero, hay que consagrarse
con votos, sino que aquel que se
consagra con votos puede vivir “a
la manera de los apóstoles” que
Arriba: Parma, el "inacabado" Casa Madre,
que fue completado por Conforti entre 1900 y 1921;
Arriba, izquierda: Conforti en una visita pastoral;
abajo: el obispo de Parma, Evasio Colli, preside el
proceso diocesano informativo sobre la santidad
Conforti en 1942.
Todas las fotografías en el expediente pertenece
al Parma CSCS / Archivio Saveriano.
lo han dejado todo (trabajo, familia y proyectos futuros) para seguir
a Jesús; además, han promovido
‘comunidades apostólicas’ cuando
el ideal era tener un solo corazón,
una sola alma e, incluso, una única economía. Y después han estado disponibles para ir a anunciar
el Evangelio por el mundo entero.
El Nuevo Testamento refleja muy
bien esta llamada a seguir a Cristo,
reservada a los apóstoles y a pocas
personas más. La “vida apostólica”
está determinada por la llamada
a convivir con Jesús, a compartir
su vida, a poner en primer lugar
sus prioridades, a enfrentarse a la
realidad con sus intenciones y, sobre todo, con su libertad.
Los Hechos de los Apóstoles presentan unas cuantas comunidades misioneras que difunden detalladamente el Evangelio y que
aprecian a los que, como Pablo y
Bernabé “han donado toda su vida” (o “arriesgado” su vida) por el
nombre del Señor Jesús.
¿Qué visión tenía Conforti de
la vida apostólica? Y ¿cuál es
el rol de los laicos?
La visión de Conforti se inspira en
el Nuevo Testamento: apóstol es
aquel que ha sido llamado a vivir
en sintonía de vida con el Señor,
hasta el punto de dejarlo todo para
seguirle (discípulo). Y así, hecho
semejante a él en la intención de
dedicarse a Dios, puede decir con
mayor autoridad moral las palabras de Jesús, manifestar con acciones la salvación y anunciar el
Reino que viene.
Por el hecho de que el mundo actual sea más bien sordo a esta dimensión, no quiere decir que ésta
esté excluida de la misión cristiana. Deberá ser completada con los
deberes, las responsabilidades y la
espiritualidad de los laicos. Con
todo, esta llamada particular sigue
válida y sigue siendo repetida allá
donde se anuncia el Evangelio, sin
omitir nada, opportune et importune, para que la vida del apóstol
de Cristo no sea olvidada. Cuando
Conforti centra su espiritualidad
y la de sus hijos en los votos de
pobreza, castidad y obediencia, a
pesar de utilizar un lenguaje propio de su tiempo, comprende bien
su significado de “don total de sí
a Dios”, como premisa de total disponibilidad a la misión.
En su Carta Testamento del 1921
– exactamente hace 90 años –
presenta la característica de sus
religiosos “como resultado de estos
factores: espíritu de fe viva que
nos haga ver a Dios, buscar a
Dios y amar a Dios en todas las
cosas avivando en nosotros el
anhelo de propagar por todas
partes su reino; espíritu de obediencia [...], espíritu de amor intenso a nuestra familia religiosa
[...] y de caridad a toda prueba
para los miembros que la componen” (nº 10).
Es interesante subrayar aquí que
el deseo de la difusión del reino de
Dios surja de un corazón seducido
por Dios, que ha hecho la experiencia de su amor y por eso se
siente lanzado a darlo a conocer
a fin de que otros puedan gozar
de su amor.
La misión, antes de ser una entrega al hombre y a su promoción
humana, es la participación en la
pasión del “corazón adorable de
Cristo” que ha venido a traer la
vida que no sólo humaniza al
hombre, sino que lo introduce en
la misma vida divina.
En los primeros siglos el obispo
que vivía al estilo de los apóstoles,
era llamado vir apostolicus. Conforti fue un “vir apostolicus” no
solo por haber vivido a la manera
de los apóstoles, sino por haber
considerado este ideal como algo
constitutivo de la misión de sus
hijos. Un ideal que es algo incandescente capaz de madurar e implicar otras energías en beneficio
de la misión, como consecuencia
del ser cristiano.
Es natural que alrededor de su familia religiosa hayan crecido otras
formas de compromiso misionero,
así como en la Iglesia primitiva
surgieron alrededor de los apóstoles, comunidades cristianas y cristianos particulares que se han preocupado del anuncio del Evangelio
en las diferentes formas de vida.
Yo mismo he podido constatar la
fecundidad misionera del espíritu
de Conforti, hecho realidad por sus
hijos en las diferentes partes del
mundo. Y me alegro con ellos por
haber mantenido viva la consigna
de su fundador: para “hacer lo que
han hecho los apóstoles”, hace falta “vivir como los apóstoles”. Y
les agradezco su testimonio de vida religiosa que tanto honra el
nombre cristiano, incluso en las
más complejas situaciones. El árbol de profundas raíces ha dado y
sigue dando frutos sustanciosos.
El Santo Obispo, su fundador, puede estar orgulloso de ellos.
(ENTREVISTÓ: MARIO MENÍN)
Missione Oggi | octubre 2011
7
Actualidad pastoral
y misionera
Entrevista a: Ángel Manfredi
Conforti fue
formado y
entrenado en la
tradición
teológica y
espiritual de su
época. Él vivió
una vida de
total dedicación
a la Iglesia que
le fue
asignado
a él.
Han sido publicadas tantas biografías de
Conforti, pero la suya tiene una característica
particular, es una biografía “científica”. ¿Qué
significa “científica” en el caso de Conforti?
Las interesantes biografías de los Padres Bonardi, Vanzín, así como la última ampliada del
Padre Luca, fundamentadas en documentos, son
más bien divulgativas y, por lo tanto, no están
cargadas con todo lo que transforma una biografía
en un texto considerado científico. También la
amplitud y los detalles de la reconstrucción son
importantes para la rigurosidad científica. Por
lo tanto, se puede decir que se trata de una biografía que no sólo quiere ofrecer un cuadro de
la vida del santo, sino que la inserta en el contexto
histórico y abre nuevas posibilidades de búsqueda. También hemos tenido en cuenta el hecho
de que habrá lectores que no serán italianos sino
de culturas y países lejanos y no podíamos dar
por conocidos los acontecimientos del Renacimiento italiano y del Estado unitario, de la Guerra
Mundial y del fascismo que encuentran aquí
unas breves explicaciones.
Angelo Manfredi, presbítero de la Iglesia
de Lodi (Italia), doctor en Historia de la
Iglesia por la Gregoriana de Roma.
Enseña Historia de la Iglesia en los
seminarios de Lodi, Crema, Cremona y
Vigevano. Es coordinador de la Pastoral
Juvenil en la diócesis de Lodi.
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Missione Oggi | october 2011
¿Qué tipo de santidad resalta de la biografía de Conforti? ¿Puede presentarla en
pocas palabras?
¿Es irreverente decir que Conforti es un santo
“normal”? Espero que no, aunque puede ser válido el principio que nadie, visto de cerca, es normal. Conforti no inventa un nuevo modelo de
misión, no escribe textos que marcan caminos
nuevos en la vida espiritual. Es un hombre que
en su formación asimila los conceptos propios
de la teología y de la espiritualidad de su tiempo,
los hace propios con total convicción y los vive
en una entrega total a la Iglesia que le viene asignada – antes en Rávena y después en Parma –
intentando unir a este servicio pastoral su pasión
por la misión, que fue una verdadera llamada.
Conforti no es un santo “profeta”, según el sentido
de este término, ni siquiera un gran e incomprendido innovador, sino un hombre que se ha hecho
don, en una pastoral cotidiana vivida en términos
tradicionales pero con mucha profundidad.
Conforti tenía el deseo de ser misionero
pero la salud no se lo permitió. ¿Qué idea de
misión emerge de su biografía?
Quiero distinguir entre la idea “consciente”
de misión que Conforti aprendió en su formación
y la forma efectiva en que después evolucionó.
La primera está encerrada en el título de la revista
que él fundó: “Fede e Civiltà” (“Fe y civilización”). Efectivamente a lo largo de todo el siglo
XIX el misionero estaba llamado a llevar a las
tierras de los “infieles” el patrimonio único de
la fe cristiana y, al mismo tiempo, la civilización
cristiana. En ese tiempo tanto los infieles como
los no-cristianos, eran sencillamente “bárbaros”.
Heredad de la antigüedad clásica, eurocentrismo
y mentalidad colonial se unían en lo que hoy
llamaríamos promoción humana o intercambio
cultural. Durante el conflicto de la Primera Guerra Mundial, Conforti afirmaba que la “civilización” de ninguna manera podía identificarse con
la barbarie del conflicto. Poco a poco, gracias a
su espiritualidad, su apertura cultural y su capacidad de escuchar a sus misioneros y a algunos
“expertos”, como al beato Paolo Manna del Pontificio instituto misiones extranjeras (Pime) o al
representante del vaticano en China, Mons. Celso
tán capacitadas para esto, que no es un privilegio
para unos, sino un don para toda la Iglesia. Aclarado esto, Conforti, según mi parecer, es un santo
completo y su santidad es una conquista espiritual, un verdadero caminar detrás de aquel Cristo
que, en su niñez, y según le pareció, le habló
desde la cruz. Decir que si su destino y su elección no le hubiesen hecho fundar los Javerianos
su santidad no habría sido reconocida es, a fin
de cuentas, una hipótesis bastante inútil. Todos
sabemos que con los “si”, con las hipótesis...
nunca se hace historia.
¿Cuáles son las características pastorales
y misioneras que se pueden entrever en la biografía de Conforti?
SAVERIANI / F. RAFFAINI
"El crucifijo es el gran libro que se formaron los santos y que debe ser el
mismo para nosotros. Todas las enseñanzas contenidas en el Santo
Evangelio se resumen en el Crucifijo. Se nos habla con elocuencia sin igual,
con la elocuencia de la sangre. Se nos inculca la humildad, la pureza, la
humildad, desapego de las cosas terrenales, la uniformidad a la voluntad
divina y, sobre todo, el amor a Dios ya los hermanos. San Alfonso ha hecho
bien en escribir estas palabras a los pies de un crucifijo: Este es el verdadero
amor! Por esta razón, el misionero que se va a tierras lejanas a anunciar la
Buena Nueva, no se da ninguna otra arma que el Crucifijo, ya que este posee
el poder de Dios ya través de él triunfará sobre todas las cosas y todas las
personas después de haber triunfado sobre a sí mismo "
(G. M. Conforti).
Costantini, Conforti elabora la idea de una misión
plenamente universal, que promueva la cultura
y de la que puedan aprovecharse también las
Iglesias que envían los misioneros. Personalmente estoy convencido que de la Unión Misionera del Clero (UMdC) mana una de las fuentes
que han llevado a la actual visión de “cooperación
entre las Iglesias”.
Alguien afirma que si Conforti no hubiese
fundado una congregación misionera nunca
habría llegado a santo. ¿Es verdad?
Vamos por partes: hay santos “oficiales”, porque son canonizados después de un proceso y
hay santos “anónimos”. Puede ser que una congregación religiosa siga mejor que una diócesis
un proceso canónico aunque, por mi experiencia,
encuentro que también las Iglesias locales ya es-
Lo primero que se puede decir es que Conforti, como todos los hombres del pasado, parece
atado a un tiempo que nosotros ya no comprendemos. Conforti es más bien un obispo del “Concilio de Trento”, con la típica pastoral episcopal
que incluye visitas pastorales y sínodos, mientras
nosotros vivimos después del Vaticano II...
Después, a través de los documentos, conocemos y comprendemos a la persona y su contexto histórico y nos damos cuenta que la manera
con la que Conforti acepta los desafíos es interesante y nos hace pensar, a pesar de la diversidad. En su ministerio pastoral descubriría una
gran capacidad de relaciones humanas, una real
atención educativa y una presencia constante en
su territorio. En particular: es un hombre que
conoce su país y su gente y la defiende, sin ser
El crucifijo que Conforti
visitaba regularmente en su
camino a la escuela. Se
llevó a cabo en el Oratorio
di Santa Maria della Pace,
en Borgo delle Colonne, de
Parma. Cuando él llegó a
ser obispo, Conforti había
restaurado y colocado en la
casa del obispo.
Hoy en día, es en el
Santuario de Conforti a la
izquierda del ábside.
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FOR MORE INFORMATION
Augusto Luca
Guido Maria Conforti Bishop and missionary
CSAM-Brescia, 2011
248 pgs, 10,00 Euro
libreria@saveriani.bs.it
Angelo Manfredi
Guido Maria Conforti
EMI, Bologna 2010
pp. 734, 28,00 Euro
libreria@saveriani.bs.it
Parma, Casa Madre,
09 de enero 1927:
Conforti con Celso
Costantini, el delegado
apostólico en China, de
visita en la comunidad
Javeriana.
10
Missione Oggi | octubre 2011
una persona de poder. En cuanto al tema misionero se puede subrayar la centralidad de Cristo,
la apertura cultural y, una vez más, la unión apasionada y muy rica entre el mundo que desde
hace siglos ha sido alcanzado por el anuncio
evangélico y los “aguiluchos” que van a misiones
ad gentes.
¿Qué ha significado para usted, por su experiencia académica, sacerdotal y pastoral,
escribir la biografía de Conforti?
Algunos de los lectores de “Missione Oggi”
recuerdan seguramente el nombre de Jacques
Loew, dominico, sacerdote obrero entre los descargadores del puerto de Marsella que fundó
una “escuela de misioneros”. En uno de
sus textos afirma que la historia es siempre
un encuentro entre personas (y añade: de
otra forma estaríamos siempre al nivel del...
¡derecho canónico!). Bien: yo diría que una
biografía es precisamente el encuentro con
una persona. Anteriormente había estudiado
la realidad de Parma y la región, el territorio
y su gente y, por lo tanto, la comunidad.
Por el contrario un trabajo biográfico se
transforma, poco a poco, en un diálogo vivo
con una persona, su formación, sus elecciones, los problemas con que se ha enfrentado y sus sensaciones. También con
sus sentimientos aunque, en esto, Conforti
ha sido siempre extremadamente reservado.
Desde el punto de vista de la búsqueda, se ha
tratado de un trabajo apasionante, ya que supone
comprender a una persona, a través de la lectura
de los documentos, para ver como se movió el
personaje en el escenario de la historia. Entre
otras cosas la documentación sobre Conforti es
muy abundante, recogida con entusiasmo por el
padre Franco Teodori en unos treinta grandes
volúmenes y conservados con inteligencia y esmero en el Centro Studi Confortiani Saveriani
(Cscs), en Parma, dirigido por el padre Ermanno
Ferro, coautor del libro aunque no figure en la
cubierta. Referente a mi ministerio sacerdotal,
el diálogo con Conforti me ha permitido encontrar elementos esenciales, evidentemente de otros
tiempos aunque todavía siguen válidos, que él
ha vivido como presbítero y como obispo: una
espiritualidad sencilla compuesta de escucha y
de adoración, capaz de verlo todo a la luz de Jesucristo, rebosante de impulsos misioneros ad
gentes, pero también hacia aquellos que Primo
Mazzolari, en aquellos años, empezará a llamar
“los lejanos”; una pastoral de presencia constante,
de conocimiento del país y de la gente, de comprensión y valorización de las personas; una visión cultural firme, fundada en el sano realismo
de los filósofos cristianos de la Edad Media y,
no obstante, abierta a los problemas y a las riquezas del mundo moderno; un uso impresionante del tiempo, entregado a todos, abierto a
varios frentes: desde la diócesis a la congrega-
ción, desde la misión en China a la UMdC, a las
orientaciones de la Santa Sede y a la enseñanza
de la religión reintroducida en la escuela por el
régimen fascista.
Y añado: ha sido y sigue siendo una riqueza
grande mi encuentro con los Misioneros Javerianos, tanto con los que viven en la casa madre
de Parma, que siempre me han recibido amablemente, como con los que vuelven de las misiones
por un periodo de descanso; tanto con los superiores y responsables como con los misioneros
que he encontrado en sus misiones en los diferentes continentes... Y sigo preguntándome: desde
el cielo, Conforti, siempre tan reservado en lo
que se refería a su persona, ¿no estará enfadado
conmigo por haberlo colocado en el centro de
atención de todos?
ENTREVISTÓ: MARIO MENÍN
Obispo
y misionero
POR: SAVERIO XERES
L
Saverio Xeres es profesor de Historia
de la Iglesia en la Facultad Teológica
del Norte de Italia (Milán)
y en el seminario de Como.
Ha escrito varios libros entre los
cuales destacamos:
La Chiesa corpo inquieto (2003);
Chiaro di luna (2008);
y con G. Campanini:
Manca il respiro; Un prete e un
laico riflettono
sulla Chiesa italiana (2011).
Arriba: Conforti de regresar de
China, el uso de ropa protectora
contra el frío del ferrocarril
transiberiano.
Derecha: el P. Javerianos.
Pío Pozzobon con algunos
niños chinos.
a biografía de Conforti publicada recientemente por Angelo Manfredi y
elaborada desde una perspectiva científica, nos presenta la figura del obispo y
misionero en toda su complejidad y profundidad. En particular este trabajo nos
permite comprender en toda su amplitud
la doble aportación a la vida de la Iglesia
que constituye una característica propia
de Conforti. Él fue plenamente fiel a la
Iglesia local de la que fue hijo y pastor
y a la Iglesia universal a la que enriqueció con una nueva congregación de misioneros ad gentes. No se trata, sin embargo, de dos orientaciones que caminan
paralelas como dos vías férreas una al
lado de la otra, sino de dos dimensiones
íntimamente unidas y enlazadas.
por lo tanto con el vivo deseo de entregarse al servicio de aquella Iglesia local,
como sacerdote diocesano. Después, al
conocer a través de una biografía la vida
de san Francisco Javier, se abrió a un
horizonte más amplio. Ordenado sacerdote en 1888, Conforti se quedó en el
seminario como sustituto del rector, también por su precaria salud que puso a
prueba incluso su misma ordenación sacerdotal. Mientras tanto iba tomando
forma precisa y determinada su “pro-
IGLESIA LOCAL E IGLESIA UNIVERSAL
Conforti nació en la provincia de Parma (Italia) en 1865. Desde el seno de su
familia pasó al seminario de su ciudad,
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Su compromiso
con los
laicos
POR: GIOVANNI FALSINA
Giovanni Falsina, leigo, casado, de
Brescia trabalhou por mais de vinte
anos na redação da Editora La Scuola.
Durante sete anos tem sido
presidente diocesano da Ação
Católica (1995-2002), Depois
conselheiro nacional da mesma
(2002-2007). Desde novembro 2010
é secretário do Conselho Pastoral
diocesano.
yecto misionero”: no como directa actividad apostólica – precisamente a
causa de su mala salud – pero sí como
formador de misioneros. Hay que notar
que el entonces obispo de la diócesis,
Andrea Miotti, no veía la oportunidad
de esta idea. Será su sucesor, Francesco
Magani, quien apoyará positivamente
y animará la fundación de un seminario
regional para las misiones extranjeras,
particularmente para Asia. De esta manera Conforti podrá dar vida a su iniciativa que, a los pocos años, se transformará en una congregación religiosa,
la de los Misioneros Javerianos, religiosos a través de la profesión de los
tres votos tradicionales (castidad, obe-
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D
esde hace años admiro la imagen de Conforti en las casas y en las
revistas de los Misioneros Javerianos. Es un rostro a la vez serio y
sereno: serio como todo lo que ha construido en su vida, en primer
lugar la “familia” javeriana; sereno como el obrero del Evangelio que
lo ha dado todo y que siempre ha confiado en la voluntad de Dios.
Por razones familiares (el hermano Vittorio, javeriano, murió en un
accidente de carretera en los Estados Unidos, en 2001: ndr) he conocido y apreciado a los Javerianos antes de conocer a su fundador
aunque el aprecio hacia su persona me fue adelantado de forma discreta por mi padre, quien – hablando del Instituto de Conforti –
añadía siempre con voz conmovida, que el fundador “era obispo de
Parma”. Una realidad que resalta la primera característica de Conforti:
su ser sacerdote hasta la plenitud del ministerio episcopal.
La biografía de Angelo Manfredi resalta muy bien los momentos que
han forjado en Conforti la disponibilidad para ofrecer toda su vida –
entre fracasos y reinicios del camino – a su Iglesia local, como obispo
de Rávena y de Parma, sin arrinconar su vocación misionera hacia
los no cristianos. Desde un punto de vista laical, este círculo vicioso
de docilidad al Espíritu y de fidelidad a sus dos grandes “amores” –
la diócesis (Iglesia local) y la misión ad gentes (hasta los últimos confines) – es lo primero que emerge en la biografía de Conforti.
ATENCIÓN POR LOS JÓVENES
Desde mi punto de vista como comprometido en la Iglesia de Brescia,
quisiera decir dos palabras para comentar, sobre todo, el compromiso
eclesial de Conforti como obispo. Su ministerio se ha distinguido ante
todo por su relación con el clero, las visitas pastorales, la catequesis
y la formación de los laicos. En su “proyecto pastoral” resalta la convicción de que la catequesis y la formación religiosa de los jóvenes y
diencia y pobreza) y con un cuarto voto
particular de dedicarse a la “conversión
de los infieles”.
Mientras tanto, Conforti, que aún
no había cumplido los 30 años, fue
nombrado por el nuevo obispo vicario
general de la diócesis. En esos mismos
años, los últimos del siglo, salían para
China los dos primeros javerianos; un
envío que tendría un prematuro final.
Pero ya está en marcha el doble programa de vida de Conforti a través de
años de muy intensa actividad, visitando cotidianamente la casa de formación de los futuros misioneros y desarrollando sus actividades en el despacho de la curia episcopal.
SEPARACIONES Y RE-UNIONES
El prometedor comienzo de las dos
orientaciones se interrumpió de forma
repentina en 1902 por el inesperado (y,
acaso, inoportuno) nombramiento del
aún joven sacerdote como arzobispo
de Rávena. El papa León XIII le había
designado a aquella noble pero difícil
Iglesia, seguramente por sus dotes de
equilibrio y de mediación que había
demostrado como vicario general. De
hecho, Conforti se encontró al mismo
tiempo aislado en su nueva diócesis –
por la compleja situación local y una
fuerte división entre su clero – y lejano
de su fundación que se quedó en la ciudad de Parma. Se rompieron como por
de los adultos, es el camino privilegiado para re-evangelizar una
Italia que estaba perdiendo la fe. Las cinco visitas pastorales a la diócesis de Parma y el enorme patrimonio de sus homilías, responden a
esta exigencia. No me atrevo a afirmar que Conforti se haya dado
plenamente cuenta de este proceso de alejamiento de la fe en Italia
(empezando por su ciudad de Parma). No obstante, es interesante observar como él sigue proponiendo la fe como una realidad “benéfica”
para la vida de las personas y de la sociedad, “viático de civilización”
por ser lo único que puede humanizar a la sociedad. Por otro lado,
era indudable su convicción de que Italia era un país de “civilización
cristiana” comparada con las “tierras de misión”. Merced a su optimismo en la “siembra”, entre los primeros años del novecientos y el
fascismo, aumentó la vivencia de la fe sobre todo entre los campesinos
y los habitantes de los valles de la provincia.
Me parece obligado destacar el interés del obispo Conforti hacia los
jóvenes. Catequesis y Círculos juveniles son los instrumentos para
una “pastoral juvenil” que unía el aprecio de una educación integral
y la vivencia de su fe. Los Círculos juveniles, que Conforti promueve
en las parroquias, son instrumentos necesarios para la educación y
la conservación de la fe de los jóvenes, además de su preparación
para la “misión” en la sociedad. No son únicamente lugares de catequesis: en ellos se reza, se forma en la liturgia (otra intuición propia
de Conforti), en el compromiso caritativo y social; más tarde, después
del non expedit, también en campo político. Sobre todo son lugares
de crecimiento de la relación entre coetáneos y de protección contra
las iniciativas – tanto socialistas ateas como fascistas - cuyos resultados, desgraciadamente, ya son historia.
Conforti no es un miedoso ni tampoco un provocador. Su relación
con el poder político - y con el fascismo en particular – está caracterizada por la prudencia y la reducida relación, consecuencias de su
carácter y de las finalidades esencialmente “religiosas” de sus obras.
Esto no le impide amar y promover la Acción católica y sus movimientos juveniles, defendiendo con autoridad a sus protagonistas,
su autonomía y sus estructuras, incluso cuando en 1931 – en Parma
y en toda Italia – el Régimen ordena cerrar las sedes de esta asociación
y persigue a sus líderes.
En una sociedad y en una cultura que en ese territorio estaban empapadas de corrientes que prescindían de la fe, Conforti construye el
edificio espiritual de su diócesis al tiempo que, de forma paralela, realiza el sueño de una familia religiosa de misioneros que, también en
la actualidad, es apreciada por sentar juntos a la mesa profesores y
alumnos, rectores y educadores, obispos diocesanos y... misioneros
de 14 nacionalidades en 20 diferentes países del mundo.
Poggio San Marcelo (Ancona), 23 de mayo de 1931,
Conforti con los estudiantes misioneros del Seminario Menor.
encanto los dos “amores” que, hasta
aquel momento, habían caracterizado
su vida. Todo esto caló tan fuerte en
su ánimo que su salud, ya delicada y
frágil, empeoró y le causó un fuerte
sufrimiento interior de “impotencia”
hasta el punto de presentar su dimisión
a la sede arzobispal de Rávena, después
de sólo 20 meses de episcopado. El
triste regreso a Parma fue, a estas alturas, un hecho providencial ya que le
permitió al joven obispo estabilizar su
fundación, obtener el reconocimiento
pontificio y darle nueva vida a la misión de China con el envío de nuevos
misioneros. Pocos años después, a la
muerte de Mons. Magani, Conforti le
sucedió en su misma diócesis permitiéndole recomponer su doble servicio
a la Iglesia local y a la Iglesia universal.
En cuanto a la Iglesia local procedió
según el tradicional modelo de obispo
descrito por el concilio de Trento, añadiéndole las exigencias de los nuevos
tiempos, sobre todo en el campo social,
con iniciativas para el compromiso lai-
cal y con una particular atención al clero numéricamente insuficiente y, a menudo, en situaciones problemáticas.
En cuanto a la misión en China,
Conforti se encontró implicado en un
contexto social y político difícil (son
los años de la revolución que terminará,
en 1912, con la proclamación de la república); además, las dificultades internas en el joven instituto misionero
fueron tales, que aconsejaron al Fundador ir personalmente a China con el
fin de solucionar ciertas divisiones que
se habían producido, y profundizar y
consolidar los contactos con la Casa
Madre. Fue un viaje que contribuyó
también a consolidar su vocación mi-
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sionera que, desde hacía unos diez
años, se manifestaba aceptando, en
1918, ser el primer presidente de la
Unión Misionera del Clero. Esta iniciativa había nacido por una intuición
del padre Paolo Manna. Hacía falta implicar intensa y constantemente a los
sacerdotes diocesanos en el trabajo de
animación misionera entre los fieles.
Era una idea que encajaba perfectamente en la estrecha relación existente
entre pastoral “ordinaria” y apertura
misionera que Conforti, el primero, ya
había iniciado durante su ministerio.
Izquierda: el P. Javerianos. Mario
Lanciotti con algunas personas
de edad avanzada de China, a
continuación: Zhengzhou
(Henan), noviembre de 1928, el
Seminario para el clero local
(primera fila, de izquierda a
derecha): un sacerdote chino, el
Giovanni Javerianos Gazza
(rector), Luigi Calza (obispo) y
Giovanni Bonardi con Conforti.
UNA PROFECÍA PARA LA IGLESIA
De lo anteriormente dicho, podemos concluir que Conforti dio vida en
su persona a la nueva idea de misión
como “colaboración entre las Iglesias”
que alcanzaría su aceptación oficial sólo con Pío XII (en la Fidei donum
[1957] para el envío del clero diocesano, sobre todo, a África) y después con
el Vaticano II. En general, esta disponibilidad del obispo de Parma de abrir
la Iglesia local a la Iglesia universal,
se sitúa, de manera muy significativa,
en el largo itinerario de la Iglesia contemporánea que va abriéndose más y
más a la Iglesia universal, no sólo en
cuanto extensión geográfica, sino también como comprensión de sí misma..
Además, no hay que olvidar que la
inserción cada vez más amplia de los
diferentes elementos eclesiales – sacerdotes y obispos, además de los religiosos; laicos e Iglesias locales – ha constituido una característica típica de la realidad contemporánea de la misión.
Conforti, por lo tanto, interpreta y da
crecimiento a una sensibilidad presente
en la Iglesia de su tiempo que se había
manifestado, hacia mediados del siglo
XVIII, en diferentes instituciones como:
la Obra de la propagación de la fe, la
Santa Infancia, la Obra de San Pedro
apóstol para el clero nativo. Ahora bien,
captando y asumiendo la creciente sen-
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Missione Oggi | octubre 2011
sibilidad misionera, Conforti expresa
lo que es una típica actitud episcopal:
hacerse intérprete e instrumento de síntesis de las riquezas que el Espíritu derrama en el Cuerpo de la Iglesia.
LA CRUZ COMO SÍNTESIS SUPREMA
Hemos recordado las dos tensiones
complementarias que Conforti mantiene
unidas con dificultades y sacrificios,
incluso cuando parecen excluirse recíprocamente. ¿Cómo podía pensar en la
misión un joven seminarista enfermizo
a quien se le había pospuesto la Ordenación precisamente por su poca salud?
¿Cómo podía pensar en gobernar una
familia misionera orientada al difícil
mundo asiático si no había podido llevar
adelante la compleja situación de Rávena? Pero Conforti no se desalienta
ante los fracasos y busca posibilidades
de revisión y de corrección de sus proyectos; en pocas palabras, sabe descubrir la fecundidad escondida.Se intuye
aquí la raíz última de las dos dimensiones constantes de la vida de Conforti:
la centralidad de Cristo crucificado en
su tensión universal y la universalidad
expresada de forma clara en su lema
episcopal tomada de san Pablo (In omnibus Christus: Col 3,11) e idealmente
identificada con aquel Cristo crucificado de una Iglesia de Parma que, desde
niño, le había seducido y que, más adelante, quiso colocar en su obispado. Es
este el motivo profundo por el que esta
síntesis tuvo siempre en Conforti el sabor del sufrimiento y el perfume de la
caridad: los dos requisitos esenciales
de la santidad.
Relaciones
con los presbíteros
POR: FLAVIO SALERI
D
ando un vistazo a la biografía de Conforti con la mirada de un párroco,
me ha impresionado su modus operandi con los sacerdotes, sobre todo
desde su autoridad de obispo. Fue impresionante también su capacidad
de aguantar tensiones sicológicamente fuertes, en particular en el periodo
de su presencia en Parma y de cultivar relaciones humanas positivas con
sus sacerdotes (y con su gente). Esto dice mucho sobre la necesidad, actualmente muy sentida, de humanizar la pastoral y de invertir en la
calidad de las relaciones humanas, para quedar encajonados, lo queramos
o no, en el rol de curas u obispos funcionarios.
La humanidad, lo sabemos, se expresa también en la estructura pastoral
de una diócesis. Pues bien, Conforti se enfrentó a la grave insuficiencia de
clero en su diócesis – había muchas parroquias de montaña sin párroco
– nombrando a curas de confianza y capaces de relaciones humanas,
para el servicio pastoral de más parroquias, pidiéndoles también que
acompañaran a los de otras parroquias – a menudo jóvenes – que vivían
solos o aislados.
También hoy la disminución de clero hace imposible la presencia de un
sacerdote en cada parroquia por lo tanto, en forma experimental, se están
organizando las Unidades Pastorales, un modelo que deja a un lado la relación parroquia-párroco para pasar a otro de parroquias-equipos pastorales integrados por sacerdotes y operadores pastorales.
Otro aspecto significativo de la biografía de Conforti, fue la animación espiritual y cultural del clero a través de cursos regulares de Ejercicios Espirituales y la institución de Círculos culturales para sacerdotes con temas
de actualidad filosófica, histórica, moral, etc. Desgraciadamente la guerra
interrumpió esta laudable iniciativa.
También hoy la formación permanente sigue siendo el secreto para que el
clero esté al día y responda a los desafíos de un mundo que cambia. Y a
esto no sólo está llamado el sacerdote de forma individual, sino el presbiterio
diocesano en cuanto tal.
Perlaro di Pagazzano-Berceto (Parma),
2 hasta 3 ag 1927.
Conforti disfruta de un paseo con sus alumnos durante
el misionero sus vacaciones de verano.
Flavio Saleri, presbítero de la iglesia
de Brescia (Italia), Sacerdote Fidei
Donum en Uruguay (1982-1992),
además de director del CMC de
Brescia (1992-2002) y del CUM de
Verona (2002-2005). De 2005 al
2009 ha sido Rector del Seminario
diocesano. Actualmente es párroco
de Sta. Ángela Merici, en la misma
ciudad de Brescia.
Y por último sorprende en la biografía de Conforti su preocupación para
que sus sacerdotes se formaran en la dimensión misionera. Por esto, se
dedicó personalmente a la difusión de la Unión Misionera del Clero
(UMdC), iniciativa ideada por el padre Paolo Manna, del PIME, y que pasará
después a ser una Obra Pontificia. Se trataba de implicar a los obispos y
a los sacerdotes en una más articulada y sistemática animación misionera
de todos los cristianos, para una ayuda más activa a la obra misionera
por parte de todos. Fue un anticipo de las enseñanzas que el Vaticano II
nos ha dejado en el documento sobre la animación misionera y la cooperación entre las Iglesias, como cumplimiento de la pastoral ordinaria. De
hecho, después de casi un siglo (1916), el mensaje de la UMdC aún no ha
entrado de lleno en los sacerdotes diocesanos. Nadie duda de que en ellos
haya una mayor sensibilidad misionera ad gentes, pero aun es escasa la
cooperación entre las Iglesias. Estamos aún muy lejos de pensar y realizar
una pastoral integrada en la que el ad gentes sea adoptado como nueva
actividad de la pastoral. Decididamente es un punto en el que hay que insistir más en los cursos de formación permanente y en las propuestas
que puedan hacer la diócesis, tal vez, precisamente recordando el ejemplo
del obispo misionero Conforti.
Dos cosas que me han impresionado
de Conforti
POR: LUCIANO MONARI
N
o hay acontecimientos impresionantes en
la vida de Conforti, ni originalidades extraordinarias, ni tampoco aventuras que nos
emocionen. Conforti se parece a la encarnación
de la santidad que Pío XI definió como un “no
hacer cosas extraordinarias, sino hacer extraordinariamente bien las cosas ordinarias”. Tiene
un compromiso pastoral muy claro en sus programas: catequesis, grupos juveniles, animación misionera. Empeño fuerte pero, también
aquí, sin cosas excepcionales. Y con todo hay
dos cosas que me han impresionado.
La primera es que todo lo que Conforti ha logrado crear con lo que cree, conoce y hace, lo
ha realizado de forma congénita. Leer y com-
Luciano Monari, biblista, desde 1995 hasta
2007, obispo de Piacenza/Bobbio además
de vicepresidente de la Conferencia
Episcopal Italiana (CEI) (2005-2010). Desde
2007 es obispo de Brescia. También ha
impartido clase de exégesis del Evangelio
de San Juan a los estudiantes Javerianos
en el Instituto teológico de Parma. El texto
que publicamos está tomado de la
“Presentación” del libro de Angelo
Manfredi: Guido María Conforti (EMI
Bologna 2010, pág 11-14).
prender un estudio de Santo Tomás, es problema
de inteligencia; pero no siempre – más bien raramente – lo que se comprende se transforma
en algo capaz de plasmar deseos y sentimientos.
Conforti pudo con eso: la teología y la moral
que ha estudiado se han transformado en su
mundo interior, en sus pensamientos y en sus
deseos. Hasta el punto que su pastoral podría
ser acusada de un exceso de “intelectualismo”,
convencido de que si los cristianos estuvieran
instruidos en la fe, el problema de la perseverancia estaría prácticamente resuelto. De hecho,
así ha vivido él: seguro de una verdad, ésta se
transforma en parte integrante de su vida.
La segunda es una gran capacidad de “volver
a empezar”, de fusionar acontecimientos nuevos e imprevistos en el camino de su vida. La
vida de Conforti no fue como él la había imaginado. No obstante, a través de situaciones
críticas y difíciles, fracasos y desilusiones, ha
llegado donde le dirigía su experiencia inicial.
Se siente misionero y no puede ir a misiones
por motivos de salud; entonces será padre y
maestro de misioneros. Presenta al obispo su
proyecto de formación misionera pero recibe
una negativa; entonces esperará y será lo que
Dios quiera. De esta forma su vida avanza siempre a través de nuevas renuncias a las que Conforti tendrá que acomodarse. Y lo hace serenamente como quien está totalmente convencido
de que las cosas deben ir por ese camino. Por
lo menos es lo que aparece. Lo que le haya supuesto esta actitud de “santa indiferencia”,
nunca lo sabremos. Tenía un pudor este hombre
que no le permitía manifestar demasiado sus
sentimientos. Pero su capacidad de transformar
sus fracasos en oportunidad de crecimiento,
era algo sorprendente.
Brevemente: Conforti es una persona “normal”,
con muchas capacidades pero sin ser genial.
Su actitud frente a la cuestión romana, a la
guerra y al fascismo es equilibrada y sabia; no
tiene nada de lo que, hoy en día, denominaríamos “profético”. Sus elecciones pastorales se
sitúan algo más por encima de las actitudes
de los demás obispos de su tiempo: óptimas,
sin ser novedosas o extraordinarias. No percibe
muy bien la revolución “cultural” que se está
preparando, pero no es sólo un problema suyo.
Muy pocas personas, en aquellos años, se daban
cuenta de que el mundo estaba recorriendo caminos nuevos y que se alejaba, cada vez más,
de la Iglesia.
Su vida es una verdadera obra maestra de fe.
Conforti es un hombre auténtico. Ha previsto
su vocación y la ha realizado con constante fidelidad a través de los momentos fáciles o difíciles de su vida. Y siempre ha sido una persona
libre; se ha dejado conducir por los acontecimientos o, mejor, se ha dejado conducir por
Dios a través de los acontecimientos. Por ejemplo, me ha impresionado su actitud frente a
las severas críticas, según mi punto de vista,
poco nobles de algunos misioneros de China.
Cuanto le hayan hecho sufrir es difícil de imaginar; no obstante, en su actitud no aparenta
resentimiento: no se queja, no acusa ni se defiende; busca solamente conocer qué alternativa
pueda responder mejor a los problemas reales.
Lo restante no depende de él y él, con corazón
libre, lo entrega al Señor.
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