RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE DESARROLLO PSICOLÓGICO EN EL ESTABLECIMIENTO DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Actualmente en Colombia entrara en vigencia el nuevo código penal acusatorio en el cual se implanto el sistema de responsabilidad penal para adolescentes, señalado en el código de la Infancia y la Adolescencia o Ley 1098 en la que se establece la privación de libertad para delitos graves en adolescentes de 14 a 17 años afirmando que a esta edad la madurez psicológica y los procesos cognoscitivos complejos ya están completamente desarrollados y por ello ya tienen la capacidad de discernir las conductas adecuadas o inadecuadas por lo que son considerados punibles ante la ley, según esta determinación el púber se encuentra en la capacidad de tomar sus propias decisiones y afrontarlas con lo cual no estoy totalmente de acuerdo en dicha presunción pues hasta hace poco los estudios presentados por los psicólogos sobre el tema indicaban que el adolescente prescindía de esa abstracción de contenidos y aun las investigaciones puntúan una falta de madurez psicológica por parte de adolescentes por lo menos en edades comprendidas entre 14 y 16 años . Es por esta razón que este trabajo se encamina hacia las condiciones a las que esta sometido un adolescente para incurrir en una conducta delictiva lo cual es poco claro dentro de la normatividad. En este orden de ideas nos podemos preguntar si un adolescente tiene la suficiente determinación y poder de decisión para dar un juicio propio con suficiente madurez y determinación cuando generalmente el joven a esta edad esta influido por la demanda del grupo, las condiciones del medio, por la sociedad de consumo y hasta por la imponencia de sus propios pares lo cual vemos a diario en los MAS MEDIA, entonces¿ será que el adolescente es el verdadero culpable de las conductas o será que es el “conejillo de indias” de su propia sociedad y el instrumento bancario de sus propios padres?. Por esta razón considero imprescindible el desarrollo de este ensayo porque que así como el comportamiento influye en el establecimiento de la ley, la ley puede modificar nuestras conductas y por lo tanto se debe tener en cuenta el RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE desarrollo biopsicosocial de una persona y en este caso del adolescente para tipificar una conducta criminal. El problema de la mayoría de edad penal con respecto a los menores ha sido objeto de muchas discusiones, empezando por las reglas mínimas impuestas en las Naciones Unidas para la administración de justicia de menores, quienes señalan que se deben tener en cuenta las circunstancias que acompañan a la madurez emocional, mental e intelectual, para establecer una conducta delictiva pues éstos aspectos son muy difíciles de determinar para toda la población adolescente entonces no se puede fijar la edad mínima en que pueda imputársele a un menor la culpabilidad de un delito sino que mas bien implicaría la necesidad de analizar en cada caso, las condiciones de madurez, psico-emocional y cognoscitiva que permitan afirmar, no solo que el adolescente conoce la ilicitud de su acto, sino que posee la suficiente madurez para determinarse libremente, sin la presión del ambiente familiar, social y cultural que lo rodea, es lo que penalistas llaman capacidad psíquica de culpabilidad. Contextualizando dichas premisas a la realidad Colombiana se observa a diario que la mayoría de las conductas de los adolescentes son consecuencia de muchos factores socio-familiares caracterizado por una crisis socioeconómica donde las desigualdades sociales se acentúan, crece el desempleo y aumenta la pobreza. Al interior de la familias, los lazos familiares se debilitan ocasionando, como consecuencia, efectos negativos sobre la socialización de los adolescentes y el surgimiento de ciertos fenómenos como el de los niños de la calle, la drogadicción, conductas antisociales, incluido el, tráfico y prostitución todo lo cual ha acrecentado la situación de riesgo de éstos en el aumento de la delincuencia, pero no quiero decir que entonces el delito pueda ser justificado por estas mismas circunstancias pero si deben ser tenidas en cuenta en la ley puesto que se habla de unas condiciones mínimas que se le deben ofrecer al menor para su pleno RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE desarrollo personal, afectivo y cognitivo sin perturbar el proceso de avance de madurez y desarrollo integral del la persona. En este orden de ideas esta medida de rebajar la edad de la imputabilidad contrasta con la doctrina de la protección integral de los niños y adolescentes que busca, convertir a las legislaciones para la infancia en “instrumentos eficaces de defensa y promoción de los Derechos Humanos puesto que se somete exponer al adolescente a un proceso que no entiende y que a pesar de tener las mismas garantías procesales de los adultos, no tienen la garantía de una vida mejor ni dentro de la institución carcelaria, ni fuera de ella puesto que no se investigan las causas que llevaron al adolescente a cometer la falta y peor aun no se castiga a los verdaderos culpables de la conducta imputable pues se percibe que en la mayor parte de los delitos los culpables directos o como suele llamársele jurídicamente los autores intelectuales son los mismos padres los cuales obligan al adolescente ya sea por cohesión, amenaza, chantaje, castigo o aun así por identificación del propio adolescente pues recordemos que a esta edad los modelos a seguir prevalecen en el menor y pueden llevarlo a cometer el delito. Lo cual significa que el adolescente no esta actuando por su propia voluntad y suficiente comprensión de los hechos pues actúa por presión o por evasión. Entonces no se puede juzgar a un menor como delincuente si ellos son las victimas directas en la mayoría de los casos de sus propios pares y aun de terceros. En este sentido Zafaroni, E. (1999) sostiene que “la capacidad psíquica de culpabilidad el requerimiento o exigencia de comprensión de la antijuidicidad, pero no se agota en ella, puesto que también es necesario que el autor tenga la capacidad psíquica necesaria para adecuar su conducta a esta comprensión, añadiendo que la incapacidad de adecuar la comprensión a la antijuidicidad se verifica en supuestos en que el agente sufre un estrechamiento, en el ámbito de la autodeterminación es decir de tomar sus propias decisiones lo que hace imposible el requerimiento razonable de un comportamiento conforme a derecho” .de acuerdo a esta afirmación RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE la incapacidad para adecuar la conducta a la comprensión puede obedecer a la insuficiencia de facultades o alteración de ellas de acuerdo a esto entonces el adolescente es una persona que está en evolución no ha llegado a su pleno desarrollo psíquico lo que significa que la esfera de su autodeterminación está limitada, especialmente los adolescentes comprendidos entre doce y catorce años. Este criterio ha prevalecido siempre para mantener fuera del sistema penal a los adolescentes recomendado que el menor de 18 años quede excluido de la legislación penal común. Esta premisa está fundada en el principio de que, por lo general, antes de esa edad no se tiene el modo de pensar ni a la conducta del adulto y que por el contrario, las medidas de asistencia, protección y reeducación en esta etapa de la vida pueden ser muy beneficiosas para el menor ante esto Cuello Calón(2000) sostiene “que a los menores le falta la madurez mental y moral no pudiendo comprender la significación moral y social de sus actos y por consiguiente no poseen capacidad para responder penalmente”. La doctrina penal moderna exige, como se dijo anteriormente, la comprensión del hecho punitivo y la capacidad de ajustar su conducta a esa comprensión. Comprender el hecho requiere que lo que el autor del mismo capte no sólo el sentido de las cosas sino también el valor negativo de su acto y por consiguiente, la posibilidad de motivarse en la norma “lo que está en juego es la capacidad de la persona para captar las consecuencias de su acción en el ámbito normativo” (Donna, E. 1995). Pero además, para ser capaz de culpabilidad el sujeto debe ser capaz de dirigir sus actos, de modo que esa capacidad será relevante a los efectos de la inimputabilidad, cuando el autor no haya podido adecuar su voluntad y comprensión, y adecuarse a la misma en este aspecto es decisivo determinar si el autor ha podido contrarrestar sus impulsos a través de sus inhibiciones. De acuerdo con esta posición doctrinaria la imputabilidad consiste en “un conjunto de condiciones biopsicológicas emergentes de la concreta personalidad del agente en el momento del hecho, es la aptitud o capacidad personal para comprender lo injusto o antijurídico del hecho y para dirigir las RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE acciones conforme a esa comprensión” (Frías, J. 1993). De lo anterior surge la interrogante si los adolescentes tienen la suficiente madurez para tener la capacidad de comprensión y la capacidad para dirigir sus actos a fin de considerarlos culpables de los ilícitos que cometan, así como para asimilar el juicio al que pueda ser sometido. Para contribuir al esclarecimiento de esta interrogante es necesario acudir a nuestra área profesional de la psicología para darle un esclarecimiento a la conducta delictiva adolescente. De lo expuesto surge, como consecuencia, que en materia de culpabilidad juvenil se deben delimitar dos campos conceptuales, a fin de aclarar, a fondo, la naturaleza jurídica de la culpabilidad. El primer campo conceptual corresponde al ámbito de lo subjetivo o psicológico y el segundo, al ámbito de lo normativo en sí., el referente subjetivo o psicológico debe considerarse como el factor humano-social que determinará la “capacidad de culpabilidad”, esto concuerda con lo que dice DEL Barrio, C. (2000) , que hace referencia al requisito de un dato psicológico en el hecho punible que se podía manifestar como dolo o culpa. Este dato psicológico se identifica precisamente con la culpabilidad. Al ámbito normativo en sí le corresponde la valoración que se hace sobre el comportamiento que ha dado lugar a un juicio de valor sin reprobación; en este ámbito, según Shaffer, D. (2000) “el concepto de culpabilidad ha de concebirse como un concepto más complejo del que forman parte la imputabilidad, el dolo, la culpa y las circunstancias en que el sujeto actúa. Y a objeto de determinar de qué manera incide la Psicología Evolutiva en el campo de la culpabilidad juvenil, debe señalarse que esta especialidad psicológica, ya puesta de manifiesto por juega un papel muy importante en la determinación de la “medida de la culpabilidad” del adolescente, por ser ella la rama de la Psicología que estudia, científicamente, el desarrollo psicológico tanto del niño como del adolescente y en qué medida estos sujetos comprenden la realidad social donde transcurre su vida. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE En este orden de ideas, Piaget J. (1982) afirma que: “Entre los once y los doce años aproximadamente, tiene lugar una transformación fundamental en el pensamiento del niño que marca su final con respecto a las operaciones construidas durante la segunda infancia: el paso del pensamiento concreto al pensamiento ‘formal’ o, como se dice con un término bárbaro pero claro, hipotético deductivo” La transformación referida por Piaget y retomada por Santroch, J.. (2004) , permite comprender el momento en que el adolescente inicia su experiencia en el campo de las “operaciones lógicas”, “reflexiona sobre la realidad” y se representa “acciones posibles” , pero estas “acciones posibles” se encuentran determinadas fuertemente por el Yo, marcadas por un “egocentrismo intelectual” que hace su aparición en el adolescente y que es tan fuertemente determinante en su conducta que le permite desarrollar comportamientos totalmente transgresivos de la realidad y que pueden comprometer punitivamente la comprensión de sus acciones frente al universo social. En otras palabras, el adolescente, actúa desde su Yo y no desde su comprensión del entorno, desde la comprensión del mundo real, lo cual puede comprometer su comportamiento con la Ley Penal. Lo importante del reconocimiento que hace la Psicología Evolutiva de las transformaciones psicológicas que experimenta el adolescente es que las mismas son progresivas y son sometidas, incesantemente a los cambios que la evolución biopsicológica va generando en su persona. A este respecto Moreno, A. (1997) señala que la adolescencia representa en sus comienzos “…la edad metafísica por excelencia: El Yo es lo suficientemente fuerte como para reconstruir el universo”; pero que luego ese “egocentrismo metafísico” del adolescente encuentra poco a poco su corrección en una reconciliación entre el pensamiento formal y la realidad: el equilibrio se alcanza cuando la reflexión comprende que la función que le corresponde no es la de contradecir sino la de anticiparse e interpretar la experiencia” . RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Con este instrumento científico, la jurisdicción penal de adolescentes, a través de los estudios que les proporcionen los servicios auxiliares puede obtener un conocimiento objetivo del grado de comprensión y de la madurez psicológica del adolescente comprometido con la ley penal, conocimiento este que le permitirá a su vez, medir el grado de culpabilidad del adolescente, al reprocharle sus acciones delictivas y establecer la responsabilidad penal correspondiente. Hay una nueva visión del problema que ha llevado a propuestas de disminución de la edad para responder penalmente, en consideración, entre otras, “a la vida impuesta por la tecnología creciente que modifican mediante un proceso de interacción lo social y lo cultural, así como éste acelera el desarrollo de aquel, han cambiado la situación antropológica-cultural relativa a los sectores de la juventud, dentro de la estructura social" no obstante ésta posición, autores como Cepal (2000) considera que “el hombre cuya madurez no es meramente biológica, sino también psico-espiritual, alcanza la plena madurez psico-corporal sólo desde el momento en que se verifica el tránsito de la edad juvenil a la edad adulta, que tiene lugar generalmente entre los 20 y 25” las investigaciones de Weschles, Nyssen y Delys(1999) llegan a conclusiones análogas claro está, se debe tener en cuenta que la división de los períodos de la vida del hombre, plantea siempre grandes dificultades por las múltiples diferencias individuales, además de la influencia del ambiente social y cultural. Aspectos como el control de sí mismo, ideas acerca de la justicia del bien y el mal estudiadas por la psicología, evidencian notables diferencias entre los individuos, así como la dificultad que existe para un adolescente comprender la ilicitud de un hecho y dirigir sus acciones conforme a ella. Otro aspecto del dominio de sí mismo lo constituye la conducta moral, cuya congruencia ha sido estudiada. En este sentido Marchioni, M. (1997) hace hincapié en la relativa especificidad de las reacciones y en su subordinación a los detalles de la situación estimuladora demostrando la RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE especificidad relativa de la conducta moral. La mayor parte de la investigación dedicada al dominio de sí mismo y a la conducta moral se ha centrado en tres áreas: juicio moral, normas morales del bien y del mal, resistencia a la tentación en ausencia de restricciones externas y sentimiento de culpabilidad después de cometer una trasgresión. En todas ellas, las conductas muestran una interdependencia mínima. “En cada subtipo de moral la especificidad tiende a ser elevada, y así lo que una persona hace en una tarea moral no está necesariamente relacionado con lo que hará en otra. Los datos sobre el dominio de sí mismo y la conducta moral no apoyan la existencia de una agencia moral intrapsíquica y unitaria semejante al super ego, ni la existencia de un rasgo unitario de conciencia y honradez”. En base a esta afirmación, los aspectos del dominio de sí mismo más que depender de una conciencia homogénea depende de discriminaciones adquiridas o partir de diversas circunstancias entre éstas y el aprendizaje. Las personas difieren también, en sus actitudes e ideas acerca de la justicia, el bien y el mal y la naturaleza de la conciencia, Santroch, J. (2004) tomando las observaciones de Piaget sobre la moral infantil y los resultados de pruebas aplicadas a niños y adolescentes, estudió las actitudes acerca de la justicia y el bien y el mal, afirma que las personas que conocen la justicia obran con más equidad. Su aseveración parece razonable en el terreno abstracto, pero las relaciones precisas entre el pensamiento y el acto moral requieren estudios empíricos mucho más detenidos y casi nunca son estrechas las asociaciones que se han encontrado. estas consideraciones demuestran que las complejas relaciones entre los diversos aspectos del dominio de si mismo en la persona, y las interrelaciones específicas de la conducta humana con las condiciones psicológicas en que se realiza impiden, hacer generalizaciones globales sobre el carácter y las causas generales de los actos morales e inmorales Miquel S. (2000) defiende el absolutismo moral relativo, en el cual “las normas morales son reglas que hacen posible la vida social, no principios universales que se apliquen a las personas en cualquier sociedad”. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE La sumisión a las normas de regulación de la sociedad implica un alto grado de aprendizaje. Mediante discriminación, los adolescentes tienen que aprender a distinguir entre las circunstancias en que pueden manifestar ciertas conductas por ser éstas socialmente aceptadas de las que no lo son, desde este punto de vista Moreno, A. (1997) dice que “el ejercicio del autocontrol implica abstenerse de formas lesivas de ataque, incluso ante una instigación persistente y atenuar los tipos de agresión más nociva” o que dependerá del grupo de referencia al que se pertenezca, así, ante la presencia de trabas a gratificaciones sociales y materiales se supone que la persona frustrada debe mantener su aspiración de lograr esas gratificaciones esforzándose por obtenerlos por medios legítimos. Sin embargo, otras personas intentan superar las trabas por medios ilegítimos, que apenas requieren esfuerzo, conducta que pudiera ser reforzada si su grupo de referencia aprueba y recompensa la conducta, igualmente puede ser imitada por otros. ”Los adolescentes que observan como se recompensa a un modelo por ejecutar un acto prohibido son más propenso a la trasgresión. Del mismo modo, la observación de modelos agresivos puede servir a los observadores de nuevas formas de trasgresión. Bandura y Ross (1993) demostraron que “los niños que observaban a un modelo al que se premiaba su agresividad exhibían respuestas imitativas de agresión que anteriormente no habían aparecido en su repertorio de conducta”. Es indudable que un medio social así no puede contribuir al desarrollo de un sistema fuerte de autocontrol. Estas consideraciones evidencian que la adolescencia es una etapa de cambios psicológicos importantes para que pueda analizarse a la luz del derecho penal, la posibilidad de autodeterminación y responsabilidad penal de los adolescentes. El crecimiento físico rápido y la nueva madurez genital alertan a la gente joven de su inminente edad adulta, y comienzan a preguntarse acerca de sus papeles en la sociedad adulta. Erikson RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE ,E.(1993) ve “el principal riesgo de esta etapa es la confusión de identidad la cual explica la naturaleza volátil y caótica de muchos de sus comportamiento, también considera al pandillismo y la intolerancia de diferencias como defensas contra la confusión de identidad” por esta razón los esfuerzos de muchos adolescentes se centran en la búsqueda de compromisos a los cuales pueden ser fieles y esto determina su habilidad para resolver la crisis de esta etapa. Así la virtud que surge de esta crisis es la fidelidad, lealtad o sentido de pertenencia de los amigos y compañeros o a un grupo de valores. En paralelo con su desarrollo mental el adolescente tiñe su vida afectiva de una fuerte emotividad que va de la exaltación a la depresión y que suele producir frecuentemente frustraciones, angustias, desajustes, conflictos complejos, situaciones estas que han llevado a algunos autores a afirmar que la adolescencia constituye una edad crítica, y señalan el hecho de que las modificaciones psicológicas de la pubertad predispone fácilmente a un comportamiento antisocial de allí la importancia de la orientación y guía de los padres o representantes en esta etapa. Estas consideraciones hacen insuperable la identificación del adolescente con la imputabilidad elemento indispensable del delito. Al faltar la imputabilidad no puede hablarse de responsabilidad o culpabilidad del autor, en consecuencia, el sistema de reacción ante estos actos no puede ser la de los adultos. No obstante, ha optado por bajar la imputabilidad del menor a doce años, ante tal circunstancia es importante hacer una revisión sucinta del proceso penal del adolescente. Schone W (2000) señala que: “el reproche por un comportamiento antijurídico se da cuando el autor al realizarlo es capaz de conocer el injusto del hecho y comportarse de acuerdo a este conocimiento. El adulto se considera plenamente “desarrollado”.El Derecho Penal Juvenil, por su parte, no puede valerse de este presupuesto, digamos que de la estadística del grado de madurez del sujeto; por esta razón la reprochabilidad no se concibe por la vía negativa, sino por vía positiva RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE en el caso de un menor, el Juez tiene que establecer positivamente que el desarrollo moral e intelectual haya producido la madurez necesaria para la capacidad de motivación delictiva.” lo cual sirve de referencia inobjetable para considerar la particularidad en la que el Juez debe determinar la responsabilidad penal del adolescente a partir de la capacidad de entender y de obrar conforme a su comprensión, si existe un proceso de maduración que permita reprocharle el daño moral que cause imponiéndole la sanción que constituye una medida con finalidad educativa.” De acuerdo a lo expresado por Schone en la norma los adolescentes responderán por los delitos que cometieron en la medida de su culpabilidad señalando, que tal culpabilidad se entenderá como el reproche que merece cada comportamiento delictivo, de acuerdo con el desarrollo psicológico que hayan adquirido los adolescentes y que se manifestará por la capacidad que ellos tengan de comprender sus propias acciones criminosas. En la adolescencia se da un proceso intenso de socialización, especialmente relativo a todo lo que tiene que ver con el descubrimiento y comprensión de la sociedad adulta y de sus reglas de funcionamiento. La adolescencia es un proceso de transición pues dejan de ser niños y caminan hacia la vida adulta. Así, los diversos adolescentes son el producto directo de cada medio social, que producen maneras de ser adolescente. Por eso, donde se concentran múltiples dificultades para vivir, aparecen con facilidad adolescencias llenas de dificultades sociales. De acuerdo a lo mencionado los adolescentes expresan sus dificultades y conflictos en términos sociales, en términos de conductas y comportamientos problemáticos en el área social: las tensiones se expresan en conductas de vandalismo, las inquietudes en actuaciones arriesgadas, la afirmación en transgresión de las normas, la demostración de la diferencia en estilos de vida poco integrados. No representan infracción la tensión, las inquietudes, la demostración de la diferencia, sino que estos son características evolutivas marcadas en la adolescencia. Pero sí representan RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE infracción o pueden llegar a serlo la traducción en delitos, actuaciones arriesgadas, trasgresión de las normas o los estilos de vida poco integrada. Parece paradójico que en la adolescencia, época en la que se produce un gran avance en el razonamiento moral, se manifiesta estas conductas antimorales. Pero se han de tener en cuenta otras limitaciones cognitivas que aparecen como la hipocresía aparente es decir tendencia a pensar que no tienen que aceptar las mismas normas que consideran apropiadas para los demás, así como las discrepancias entre el razonamiento moral y su traducción en conductas acordes. Al desarrollar nuestras propias fuerzas, capacidades y predisposiciones individuales, éstas son afectadas por influencias ambientales. Estas influencias nos hacen actuar de una determinada manera, lo que aportará nuevas experiencias. Así las características internas, se mezclan constantemente con factores externos, y nos encontramos a nosotros mismos en una espiral sin fin de acción y reacción. Teniendo en cuenta las hipótesis del proceso evolutivo, a la hora de hablar de características de la personalidad en la adolescencia, debemos tener en cuenta las características generales de carácter evolutivo. Marchioni, M. (1997) en su teoría de la contención da gran importancia a las características o cualidades personales del individuo que pueden aislarse y protegerle de los impulsos internos y de las influencias criminológicas del entorno. Estos mecanismos de controles son internos y externos. Los externos proceden del control ejercido por los diversos grupos sociales, pero especialmente de los grupos significativos e incluyen sentimientos de pertenencia a comunidad, código morales, roles sociales coherentes y refuerzo de los valores y objetivos convencionales. Los internos se refieren a un buen autoconcepto, tolerancia a la frustración, metas claras y realistas, y en general todos aquellos aspectos que se hagan de la personalidad de una estructura sólida. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Entretanto Goleman (1995) no describe una investigación llevada a cabo en la Universidad de Washington, en el que se analizaron las formas en que los padres manejan las interacciones con sus hijos, descubriendo que las parejas emocionalmente más maduras eran también las más competentes para ayudarles a hacer frente a sus altibajos emocionales de los adolescentes. Fundamentándose en el trabajo de Clemente, M. (1997) este autor plantea como tesis principal que la conducta delictiva sirve de escape a una situación emocional temporalmente insoportable que surge cuando las necesidades del menor no son satisfechas. Una de ellas es la necesidad básica la auto-realización pues el adolescente busca sentirse competente y valorado por otros miembros del grupo y la de recibir afecto, cuidado y protección por algún adulto. La insatisfacción de cualquiera de ellas produce desasosiego e intentos desesperados de resolver la frustración. Cuando estos fallan, el sujeto siente ansiedad, y se dispara su sistema de reacción de emergencia en forma de conductas delictivas. Los adolescentes son personas en busca de identidad, ensayando y probando diferentes identidades con sus lenguajes, expresiones, gustos musicales, estéticas y comportamientos. Una de las formas de construcción de la identidad en la adolescencia es oponiéndose y negando al adulto, provocándole. Gran parte de esa identidad se construye a partir del grupo de pertenencia, de las prácticas grupales. Destruir puede ser un elemento de afirmación dentro del grupo y de identificación del grupo. En algunos casos, incluso, la violencia es el núcleo justificador de su agrupación. Además, en un proceso de definición de la identidad por negación de la otra, aparecen los amigos y los enemigos, y la necesidad de enfrentarse y de eliminar a los diferentes grupos. En algunos casos y especialmente en nuestro país las conductas violentas aparecen como reacción colectiva ante un panorama sin salida. Por ejemplo jóvenes de las periferias de que arrasan un entorno de la sociedad acomodada, dominados por la sensación de que todo les da igual, de que su vida tiene escaso futuro. Es como una reacción de impotencia que les permite recordar que existen, RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE comprobando además que la sociedad adulta acomodada solo reacciona si aparece el panorama urbano de la violencia. Una parte importante de las infracciones son prácticas y conflictos de diversión en horas intempestivas, altercados y enfrentamientos entre personas y grupos que se producen en los tiempos y lugares de ocio nocturno de los fines de semana. Son como una manera de diversión: buscar el enfrentamiento con el contrario, destruir el entorno físico que les rodea. Aunque nosotros encontramos absurdo que destrocen las señales de tráfico a las cuatro de la mañana; ellos y ellas lo encuentran divertido a esa hora, una forma de hacer algo cuando los bares cierran, y si además consiguen que alguien les persiga es más divertido. Las conductas violentas aquí son un componente más de la aventura de la diversión. El contexto social y el establecimiento de grupos adquieren gran importancia durante la adolescencia. Según Brown (1990, citado por Caldwell y Darling, 1999), los adolescentes parecen tener el instinto de ir en manada. En la adolescencia temprana incrementa el involucramiento, la atracción e identificación con los pares. Se encuentra el consejo en amigos quienes los entienden y con los que simpatizan pues están en la misma posición que ellos. Se sienten más seguros por medio del ensayo de nuevos valores y poniendo a prueba sus ideas con sus pares. El término presión de pares es definido por Adelson, J., Green, B. (1985, citados por Ungar, 2000) como “hacer o dejar de hacer algo, sin importar si uno personalmente quiere hacerlo o no”. Este término ha sido usado para explicar las conductas delictivas, entre otras. La susceptibilidad a la presión de los pares ha sido definida como la tendencia del adolescente a sucumbir a la presión es decir, seguir una actividad dirigida por los pares o imitar el comportamiento de los mismos. No se trata simplemente de condenar o salvar a los adolescentes, sino de sentar las bases para la convivencia de todos los seres humanos. De reconocer de una vez y para siempre, que a pesar de RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE las diferencias y la maravillosa heterogeneidad de los seres humanos, nuestro tardío reconocimiento de los derechos como base de la igualdad de todos, es la base para avanzar en la conquista de la dignidad, la justicia y la igualdad de oportunidades La psicología aporta conocimiento y evidencias para sostener la convicción de que la comprensión de la norma y el logro de la autonomía son procesos y conquistas construidas en el curso del desarrollo, conquistas del sujeto a través de su continua interacción consigo mismo y con el mundo social. De acuerdo a esto se infiere que se puede incidir en las determinaciones del adolescente quien esta en la búsqueda de su independencia y quien cree que si actúa en contra de la normatividad puede alcanzar su propia autonomía pues recordemos que en la teoría de Piajet retomada Santroch, . W. (2004) “ los adolescentes están en búsqueda de reconocimiento social”y en este orden de ideas dentro de sus representaciones mentales ese reconocimiento y esa independencia se consiguen a través de la rebeldía entonces se ven encaminados a cometer el delito pues son mas influenciables y por lo tanto se expresan agresivamente a su entorno social y los pares además aprovechan esa busque da de autonomía para subordinarlos y ponerlos como los autores del delito y como estos hasta hace poco no eran castigados por la ley entonces aprovechan para explotarlos y que sean ellos los autores materiales de la conducta delictiva. Es por esta razón que la ley busca castigarlos con la idea clara de que estos no la repitan las conductas. Pero a lo que voy es si esto es lo adecuado lo mas viable para solucionar el problema. Teniendo la psicología esto seria un trabajo multidisciplinario y mas desde el punto de vista socioeducativo desde la familia no solo del adolescente sino también de del núcleo familiar y social en el cual se desenvuelve pues son los factores precipitantes de la conducta. Me refiero a que si existe una familia funcional no existiría o por lo menos los entes antijurídicos se disminuirían. Tal como plantea Schone, W. (2000), " cuando encaramos al adolescente como sujeto de derechos exigibles contemplados en la ley, RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE tenemos que admitir que los derechos implican también deberes, o sea, que existe una relación de reciprocidad entre unos y otros. Dentro de esta perspectiva, la des-responsabilidad del adolescente corresponde, en realidad, a su objetivación, a la negación de hecho, de su condición de sujeto de derechos". Como bien lo plantea Carretero, M. (1990). en su articulo sobre garantismo y proceso penal: " este derecho constituye un sistema artificial de garantías constitucionalmente preordenado a la tutela de los derechos fundamentales... el sentido de la garantía propio de un derecho que no proclama sólo sus formas de producción de normas a través de reglas procedí mentales sobre la formación de las leyes y demás disposiciones, sino, además los contenidos substanciales de ellas..... No se trata de garantizar únicamente reglas del juego, sino sobre todo el respeto real y profundo de los valores en juego, con los que ahora ya no cabe jugar" "Las garantías deben operar tanto en la puesta en marcha del proceso como dentro de éste y miran a la protección de quien podría llegar a ser y de quien ya es sujeto pasivo/objeto de actos de poder por ese inevitable componente de la violencia. Es decir, protección del ciudadano frente a la eventual imputación y del imputado frente al proceso mismo y frente al poder del juez, como forma de asegurar que nadie será sometido a aquel sino en presencia de determinadas condiciones, un trato humano y digno durante el curso del mismo, y la justicia en la imposición de la pena. Carretero, M. (1990). Cuando se trata de juzgar y comprobar si un determinado acto humano ha tenido realmente lugar en la realidad empírica, no cabe duda que el saber, la obtención de conocimiento, la acumulación y valoración de las pruebas debe ocupar un lugar central en la economía del proceso. Pero el sistema de justicia, no puede indefinidamente jugar al cambio de las reglas de juego: creerle a todos para decidir al final de cuentas por la incredulidad y la confusión, y terminar condenando de todas formas. Es precisamente por esta razón, que no podemos aceptar la RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE discrecionalidad como criterio de decisión y por ello mismo que reclamos para los adolescentes un sistema de justicia con plenas y mejores garantías: Que reconozca al sujeto procesado como persona aún en formación, que reconozca su dignidad como persona, y en consecuencia reaccione con penas y medidas atenuadas en relación con los adultos, que se niegue a recluir a los adolescentes en las cárceles ordinarias. Pero que no los prive de sus derechos so pretexto de "protegerlos". Se ha hecho mención solo a la imputabilidad o inimputabilidad del menor si se hace alusión al seguimiento que se realiza antes y después del delito se observa el incumplimiento de la ley referente a ello pues se ofrecen garantías que se incumplen en la mayoría de los casos. Lo que implicaría la necesidad que plantea Clemente, M. (1997) quien señala “el sistema de justicia de menores debe hacer hincapié en el bienestar del adolescente lo que garantizará que cualquier respuesta a los menores delincuentes será en todo momento proporcionada a las circunstancias del delincuente y del delito. El bienestar del adolescente, y el interés superior del mismo estará en una solución distinta al internamiento, por lo tanto, debe quedar bien establecido si el delito cometido puede realmente reprochársele porque conociendo y comprendiendo su ilicitud pudo adecuar su conducta a esa comprensión, es decir, tuvo la capacidad para no cometer el delito y sin embargo lo realizó. Se habla entonces en la constitución nacional y aun en el mismo código del menor de los derechos humanos y de la dignidad humana pero hasta que punto se hace respetar dicho derechos lo cual aporta a la injusticia social y influye en el comportamiento delictivo de muchos menores no se trata de juzgar la ley sino por el contrario de retomar la normatividad teniendo en cuenta las condiciones psicoafectivas de las personas para que estas se conviertan en infractoras de la ley. Ya es hora de cambiar el paradigma: superar las leyes que inducen a las personas y a las autoridades a considerar a los niños y adolescentes como incapaces. Para acceder a leyes que reconozcan a los adolescentes con capacidad, como sujetos sociales, éticos y jurídicos en sí RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE mismos y no meras extensiones de los padres, o del Estado cuando faltan los padres. Un nuevo paradigma donde los padres, tutores y autoridades no hacen lo que quieren en sus relaciones con los niños y adolescentes, sino que pasan someterse a reglas claras y consensuadas, porque todos ellos hacen parte del mundo de la ciudadanía. (Miquel S. 2000) En conclusión, la sociedad debe proponer mecanismo que hagan de los niños, niñas y adolescentes, personas incluidas en el sistema de convivencia social, no porque son ciudadanos del futuro, sino por ser ciudadanos aquí y ahora. Se busca plantear una nueva doctrina para combatir la exclusión social como camino más seguro para construir una sociedad justa. Por lo tanto se quiere una nueva ética, en la que se reconozca a las personas como sujetos, y mantener las condiciones que ayudan a vivir mejor: con equidad, respeto y equilibrio entre los derechos y las obligaciones. Por último proclamar una preocupación personal puesto que tenemos el conocimiento psicológico y normativo básico para comprender la conducta humana, hoy hemos dejado de creer a ciegas en los determinismos a ultranza y reconocemos que las dimensiones psicológica y jurídica de la responsabilidad no son antagónicas ni divergentes sino convergentes y complementarias. No obstante, por algunas razones a veces oscuras, todavía nos falta para el caso del afrontamiento de la problemática de la delincuencia juvenil, la consolidación de una perspectiva conceptual y práctica coherente con este conocimiento. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Adelson, J., Green, B. (2000). El desarrollo de la idea de ley en la adolescencia.. Vol 2. Madrid: Alianza. Bandura, A. y Ross, R.(1993) Aprendizaje Social y Desarrollo de la Personalidad. Madrid, Alianza Editorial S.A. . Calón, E. (2000) Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal”. Introducción a la Ley orgánica de Protección del Niño y del Adolescente. Ed. Universidad Católica Andrés tomo I. Ed. Bosch. Barcelona. España.Página 16 de 17 capitulo-32(3) Carretero, M. (1990). Desarrollo cognitivo y aprendizaje en la adolescencia. En Palacios, J., Marchesi, A, & Coll, C. (Comps.), Desarrollo psicológico y educación, I. Psicología evolutiva. (pp. 311-326). Madrid: Alianza. Cepal (2000) “Adolescencia y juventud en América Latina: problemas oportunidades y desafíos en el comienzo de un nuevo Siglo” (ed). Santiago, Publicación de Naciones Unidas. Clemente, M. (1997): Psicología Jurídica del Menor, Madrid: Fundación UniversidadEmpresa. Donna, E. (1995). Teoría del Delito y de la Pena. Buenos Aires. Editorial Astrea. DEL Barrio, C. (2000) La experiencia adolescente: A la búsqueda de un lugar en el mundo. Buenos Aires: Aique. Erikson E. (1993) en papalia, Desarrollo Humano “psicologia del desarrollo”. Santa Fé de Bogotá, Mc Graw-Hill.. Erikson, E (1990). Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires: Paidós, p. Biblioteca de Psicología Social y Sociología: Serie mayor; 42 Frías, J (1993). Imputabilidad Penal en el adolescente Caracas, ED Livorca. Goleman, D. (1995) . La inteligencia emocional, José Vergara Editor. Marchioni, M. 1997 Influencia del grupo familiar en el proyecto vocacional ocupacional del adolescente. San Luis: Universidad Nacional de San Luis, Facultad de Ciencias Humanas. 107 p. Miquel S. (2000) “La intervención en medio abierto: un reto para la justicia de menores” Madrid, Editorial Síntesis. Moreno, A. (1997) La adolescencia como tiempo de cambios. En . Psicología evolutiva. Vol. 2. Madrid: UNED. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Piaget, J. (1982). La evolución intelectual entre la adolescencia y la edad adulta. Lecturas de Psicología del niño. Madrid: Alianza (pp. 208-213) Santroch, J. W. (2004) Psicología del desarrollo en la adolescencia. (9na. Ed.) Madrid: McGraw Hill Internacional. Shaffer, D. (2000) Psicología del desarrollo: infancia y adolescencia (5ta. Ed.). México: Internacional Thomson Editors. Schone, W. (2000). “El Derecho Penal Juvenil Derecho Penal y Criminología. Revista del Instituto de Ciencias Penales y Criminológicas. Universidad Externado de Colombia. N°29. Bogotá. Colombia. Weschles, Nyssen y Delys(1999)Psicología evolutiva. México: Nueva Editorial Interamericana, 1985.371 p. Zafaroni, E.R. (1999) Derecho Penal General. Buenos Aires. Edicer. 2000. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE ESTADO DEL ARTE Szabo, Denis - Gagne, Denis - Parizeau, Alice. El adolescente y la sociedad. Barcelona: Herder, 1979.300 p. (Biblioteca de Psicología; 64) Este libro es fruto de la colaboración entre una jurista especializada en el tratamiento de jóvenes delincuentes y dos sociólogos interesados en las causas y características de la inadaptación juvenil contemporánea. Se trata más de una convergencia de intereses que de un proyecto único realizado en conjunto. Los autores de la presente obra tratan el fenómeno de la delincuencia en un plan singular: el de la actividad de la sociedad respecto de los adolescentes, la diferencia entre la infancia desdichada y la Infancia delincuente. La delincuencia juvenil es para os sociólogos y los criminólogos un campo de estudio de los más apasionantes, ya que se trata de encontrar soluciones a una enfermedad social que es, al propio tiempo, una de las principales fuentes de la criminalidad adulta. Las principales cuestiones a las que tratan de responder con respuestas adecuadas los autores de este libro son : la responsabilidad de la sociedad con respecto a los millares de jóvenes que, faltos de un medio familiar sano, han conocido la desesperación, el odio y la angustia, nuestra responsabilidad colectiva, la no superación del drama de la infancia por parte de los adolescentes Sherif, Muzafer - Sherif, Carolyn W. Problemas de la juventud : estudios técnicos de la transición a la edad adulta en un mundo en cambio. México : Trillas, 1970.384 p. (Biblioteca Técnica de Psicología 1 dirigida por Rogelio Díaz Guerrero). El presente libro empieza y termina recalcando principios generales comunes a la buena y mala conducta de los jóvenes, ya sea que la juventud obre bien o mal, que establezca aspiraciones o altos ideales, que se conforme a los valores de los adultos, o que se revele contra ellos, debe ser comprendida de acuerdo a los principios psicológicos comunes que operan en los diversos ambientes sociales. Incluye una variedad de temas como : actividades y metas del adolescente, semejanzas y diferencias en los valores o normas actuales de la juventud en las diversas socioculturas y clases y estudio de los contrastes de las oportunidades para la juventud en distintas clases sociales, el problema de las actitudes de la juventud relacionadas con la familia, las variaciones de los problemas de la juventud de acuerdo con sus antecedentes socio-económicos y culturales de desarrollo y conducta, el mundo de la juventud negra en los EEUU, la juventud en general de la clase baja en cualquier situación. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Schiff de Scheimberg, Rosa. Adolescencia como período de cambios. p. 87-90. En Etcheverry, Delia. Gran Enciclopedia de Ciencias de la Educación. Buenos Aires: Bibliográfica Argentina, 1969. v. 1. En este artículo se mencionan los cambios físicos característicos de todo el proceso de maduración y la repercusión que ellos provocan en el joven; pero se agregan otros cambios que se producen no a nivel biológico, sino psíquico. La esfera psíquica acompaña al cuerpo en su modificación íntimamente unida a él, ya que es imposible disociar ambos aspectos de un individuo. El cambio es intenso y angustiante. El adolescente presenta características psicológicas externas que son la expresión visible de sus variaciones, su inestabilidad emocional, su conducta general, su inseguridad, rebeldía y sumisión. Carretero, Mario - Palacios, Jesús - Marchesi, Alvaro. Psicología evolutiva. Madrid: Alianza, 1995.3 v. (Alianza Psicología) El objeto de estudio de la psicología evolutiva está constituido por los procesos de cambio psicológico que ocurren en las personas a lo largo de su vida. Esta especialidad se propone describir esos procesos de cambio y explicar por qué ocurren; la psicología evolutiva debe dar cuenta del hecho de que las personas difieren unas de otras en su proceso de cambio evolutivo. Finalmente, describir y explicar los procesos de cambio individual y las diferencias interindividuales. La psicología evolutiva suministra las bases para intervenir sobre el desarrollo, enriquecerlo y optimizarlo. En los últimos años se ha ido haciendo evidente que los procesos de cambio duran toda la vida; los psicólogos evolutivos no son ya sólo los que se ocupan de " las cosas de los niños ", sino que orientan su atención de forma creciente a todo el espectro de la vida humana. Este libro está dirigido a psicólogos, pedagogos, profesores y estudiantes universitarios. La mayoría de los capítulos han sido escritos por autores españoles. No se abordan las posibilidades y campos de aplicación práctica de la psicología evolutiva; no significan que no existan, por el contrario, una de las mayores manifestaciones de la vitalidad de la psicología evolutiva sea el hecho de que no deja de aportar constantemente datos básicos sobre el desarrollo que luego son utilizados para la intervención en campos tan diversos como clínica infantil, reforma de la enseñanza, trabajos con adolescentes y ancianos, etc . Contenido : v. 1. Teorías y métodos. V. 2. Desarrollo cognitivo y social del niño. v. Adolescencia, madurez y senectud. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Crespo, Osvaldo Víctor. Psicopedagogía de la afectividad adolescente : investigación en grupos escolares. Buenos Aires: Kapelusz, 1963. 114 p. (Biblioteca de Cultura Pedagógica; 78). Esta obra se propone poner en evidencia las diversas corrientes afectivas que se establecen entre los educandos adolescentes durante el curso escolar. Para ello, el autor hace uso de dos métodos operacionales: uno previo, que tiene por objeto descubrir las corrientes afectivas dentro del aula, determinando en ella grupos y subgrupos, y un método posterior que procura obtener resultados prácticos del descubrimiento de esa dinámica grupal. "Creemos que con ambas técnicas - dice Floreal Ferrara en el prologo - se ha puesto en marcha una interpretación emocional muy profundamente analizada de la enseñanza. Y estamos seguros de que con este trabajo se inicia la tarea integral de darle a la educación un amplio sentido analítico y sociológico". Dennis, Lorraine Bradt - Hessol, Joan. Psicología evolutiva. México: Nueva Editorial Interamericana, 1985.371 p. Este libro muestra un panorama del desarrollo humano con un enfoque especial sobre las influencias psicosociales y la madurez, señalando las implicaciones de la teoría del desarrollo para los profesionales del servicio de la salud. El marco de referencia se proporciona a través de "Ocho etapas del hombre" de Erik Erikson, que describe la labor de desarrollo para cada etapa de la vida que hace posible que la siguiente etapa proceda en forma apropiada. El énfasis está en el desarrollo normal como medida contra la cual pueda determinarse la deficiencia, pero, aún de mayor importancia, como la meta de un enfoque holístico hacia el funcionamiento humano. También se hace referencia a los resultados que pueden esperarse si algo sale mal. El texto tiene por objeto introducir a los estudiantes en los distintos temas relacionados con la salud en los cuales estos papeles se desempeñan en el diario devenir de la vida profesional. No se piensa en la salud como algo estático, en cada etapa de la vida existen medios diversos para definir la salud. Los aspectos de la salud se analizan en cada etapa del desarrollo humano, con un enfoque muy particular sobre el desarrollo normal y la prevención. Dolto, Francoise. La causa de los adolescentes. Buenos Aires: Seix-Barral, 1993.283 p. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Examina el período de la vida humana que va de los 10 a los 16 años : época de la "muerte de la infancia", del arduo recorrido que lleva a los umbrales de la existencia adulta, y en la que la autora ve un verdadero purgatorio y un duro tiempo de prueba para cada individuo. Enfrentada a los síntomas principales de la adolescencia en nuestra sociedad en crisis (alto índice de suicidios, droga, fracaso escolar, sexualidad), Dolto, basándose en los datos de una rigurosa encuesta internacional, entabla un combate para dar voz a quienes no la tienen todavía e introducir en la educación el amor y el respeto por los demás y por uno mismo. Este libro inaugura una era de nuevas relaciones con la juventud y encierra un proyecto global de sociedad nueva. Erikson, Erik H. Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires: Paidós, 1968.260 p. (Biblioteca de Psicología Social y Sociología: Serie mayor; 42) En el uso popular y científico, los términos "identidad" y "crisis de identidad" suelen designar en ocasiones algo tan vasto y aparentemente tan evidente por sí que casi parecería superfluo exigir una definición, mientras que otras veces definen algo tan difícil de medir que el significado general se pierde y los conceptos podrían denominarse de cualquier otra manera. La conceptualización de la identidad ha conducido a una serie de investigaciones válidas que, si bien no esclarecen qué es la identidad, han demostrado la utilidad de esta noción para la psicologia social. El concepto y el proceso de identidad se han convertido en tarea de investigación para los sociólogos, historiadores sociales, psicólogos y educadores. Su interés se debe a que la juventud contemporánea, los grupos marginados, el hombre están viviendo problemas de identidad. El libro trata de los siguientes temas: génesis de la identidad, infancia, la reciprocidad, el reconocimiento, la edad temprana, el desarrollo, la edad escolar, la adolescencia. . Geselí, Arnold - llg, Frances L. - Ames, Louise Bates. El adolescente de 10 a 16 años. Buenos Aires: Paidós, 1956.540 p. (Biblioteca de Psicología Evolutiva; 3). Serie de cuadros vivos y concretos del desarrollo biopsicosocial de los 10 a los 16 años. En cada caso se describe el "perfil de madurez" y los rasgos particulares de cada uno de los niveles evolutivos en los que se refiere al sistema de actividad, intereses, emociones, conciencia del yo, autovaloración, relaciones interpersonales y sexuales, vida y trabajo escolares, sentido ético, hábitos, juegos, etc. Este es el último volumen que completa la trilogía sobre la evolución del niño hasta llegar a joven. Se mantiene el concepto general de desarrollo, como establecimiento progresivo de pautas evolutivas y el procedimiento objetivo de investigación para determinar los rasgos típicos y su clasificación seriada año por año. Es una obra para psicólogos, pediatras, padres y educadores. Contenido: Primera Parte: Reseña de nuestro estudio. Segunda Parte: Perfiles y rasgos de madurez. Tercera Parte: Tendencias de madurez y gradientes de crecimiento. RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Grinder, Robert E. Adolescencia. México: Limusa, 1976.579 p. Este libro está dirigido a los profesores, alumnos de psicología, consejeros y a todos los que busquen una visión completa del desarrollo personal que tiene lugar en la segunda década de la vida. Cada generación de adolescentes ha de decidir qué aspectos de la sociedad y qué estándares de los adultos reafirmará o tratará de desechar. Fija la atención en la dinámica de ser un adolescente de hoy, y no en su transformación en un adulto de mañana. El material de estudio se trata temáticamente aunque se concede especial atención a las correlaciones existentes entre los factores trascendentales de la evolución de los adolescentes. Contenido: Estudios sobre el desarrollo del adolescente. El desarrollo físico durante la adolescencia. Amenazas para la salud de los adolescentes. Desarrollo cognoscitivo y adolescencia. El ser iguales y la cultura joven. Amistades y relaciones heterosexuales. La identificación con la familia y los antecedentes familiares de la formación de identidad. Los adolescentes y la escuela secundaria. Planeación y toma de decisión respecto a la carrera u ocupación. Hurlock, Elizabeth B. Psicología de la adolescencia. 4a. ed. rev. y ampl. Buenos Aires: Paidós, 1980.572 p. (Paidós Psicología Evolutiva. Serie; 2). La autora abarca el desarrollo total - físico, intelectual, emocional y social - de este período de la vida. Describe y examina los factores biopsicosociales que modelan la personalidad y la conducta del adolescente, así como sus conflictos y formas de resolverlos. Se incluyen meritorios estudios sobre el desarrollo cognitivo durante la adolescencia, particularmente desde el punto de vista de su vinculación con el desarrollo moral y el de las relaciones familiares. En esta edición revisada se ha agregado un capítulo sobre los inconformistas adolescentes, así como diversos cuadros y resúmenes, con el propósito de facilitar la consulta de estudiantes y profesores. Lidz, Theodore - Shapiro, Roger L. El adolescente y su familia. Buenos Aires : Paidós 1972.93 p. (Biblioteca del Educador Contemporáneo 1 dirigida por Gilda L. de Romero Brest, Jaime Bernstein; 151. Serie menor). RESPONSABILIDAD PENAL DEL ADOLESCENTE Sus autores exponen es ente libro algunos de los temas de mayor actualidad: el enfrentamiento de los adolescentes, los conflictos entre el adolescente y los miembros de la familia, dependencia y autonomía del adolescente en el grupo familiar, la necesidad de límites coherentes, Interacción familiar de los adolescentes perturbados, los hijos adoptivos. Todos ellos tratados desde un enfoque actualizado por las nuevas comprobaciones y encuadres. Mead, Margaret. Adolescencia y cultura en Samoa. 2a. ed. Argentina: Paidós, 1961. 194 p. (Biblioteca de Psicologia Social y Psicología). Este libro está constituido por una serie de estudios realizados desde 1925 hasta 1933, acerca de algunos pueblos primitivos de los Mares del Sur, y además expresa un punto de vista único aunque progresivo y es el resultado de un común método de enfoque. Se considera en él la estructura de esta sociedad primitiva, sus miembros de una edad determinada con el propósito de ver la cultura a través de su mentalidad. En Samoa, la autora, se especializa en la joven adolescente y en el estudio del grupo de edad preadolescente como escalón inicial para la comprensión del desarrollo del carácter en función de la cultura.