ANÁLISIS PERIÓDICO (Del 11 al 18 de noviembre de 2011) ELECCIONES 2011 1 1. INTRODUCCIÓN Las elecciones del pasado mes de Octubre implicaron varios elementos novedosos en el mapa político del país y sobretodo abrieron la puerta de discusión a retos desconocidos para la gobernabilidad del país y las estrategias de una consolidación democrática. Estas elecciones vieron la ruptura de la izquierda institucionalizada en el partido de oposición, el abstencionismo endémico, la política personalizada, el triunfo de los candidatos soportados solamente en firmas y la derrota de los partidos de la unidad nacional así como los candidatos apoyados por el otrora gran elector, el ex presidente Uribe. Sin duda, el comportamiento electoral va a significar una nueva lectura en las relaciones de representación política en Colombia y va a debilitar aún más el concepto de partido político dentro del sistema político colombiano 2. LA DERROTA DE LA OPOSICIÓN POLÍTICA EN COLOMBIA Las elecciones pasadas significaron una gran derrota para el Polo Democrático. En las elecciones regionales pasadas, el Polo Democrático se perfiló como una fuerza de oposición organizada que controlaba cuando menos el segundo cargo popular de importancia en Colombia como es la Alcaldía de Bogotá, a la cual accedió con cerca de 700.000 votos. Adicionalmente contaban con la Gobernación de un Departamento de importancia vital para la dinámica del conflicto armado, por su posición fronteriza, rodeado del Cauca y Putumayo, y adicionalmente con participación importante en el narcotráfico como es Nariño. En las elecciones de 2011, por el contrario, no solo perdió la alcaldía de Bogotá y la Gobernación de Nariño, 1 Este documento forma parte de la serie “Análisis Político” del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada. Su elaboración final estuvo a cargo del asesor Luís Alexander Montero Moncada. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Militar Nueva Granada. sino que retrocedió como fuerza política al no lograr ninguna alcaldía o gobernación de importancia y al pasar en Bogotá de 700.000 votos a tan solo poco mas de 30.000. El factor “Moreno”, o en otras palabras, el descalabro de la administración de Samuel Moreno, junto con el factor “Petro”, o la división del Polo, solo ofrece una explicación parcial a la problemática del partido ya que permiten entender tan solo el comportamiento de los electores y sus consecuencias en la elección de alcalde para Bogotá. Los resultados en el resto del país posiblemente se deban al desgaste mismo del partido, el cual carece de figuras de peso regional, esquemas funcionales de renovación generacional o un discurso único o coherente que impida la posibilidad de fraccionamientos o disidencias. El problema de este serio revés de la oposición en Colombia es que queda en evidencia la dificultad para que la izquierda construya eficientemente partidos políticos duraderos, de manera que se puedan utilizar como herramientas de canalización de demandas sociales ante una posible negociación con grupos como las FARC. Si bien es cierto que Petro puede ser utilizado como un símbolo de las ganancias para un ex guerrillero al optar por la vía política, no se deben equivocar los análisis y sugerir fortaleza partidista en la izquierda colombiana. En ese sentido la ecuación es muy simple. Gustavo Petro ganó unas elecciones no porque estuviera inserto dentro de un sistema de partidos maduro, que garantiza entre otras cosas la eficacia en al representación popular, sino que obtuvo su victoria a través de la sumatoria de factores como el “voto castigo” o la popularidad personalista. 3. LA DERROTA DEL URIBISMO Por otro lado, el balance de las elecciones de 2011 muestra otro gran perdedor. El gran elector durante ocho años ya no tiene el musculo político de sus años presidenciales. Estas elecciones vieron como nunca la participación decidida de Álvaro Uribe apostando por candidatos a alcaldías o gobernaciones de primera línea como por ejemplo la Alcaldía de Bogotá, Medellín o Bucaramanga. 2 La derrota se puede analizar desde diferentes enfoques. Por un lado, se puede interpretar que el musculo político de Álvaro Uribe era logrado sobre la base de favores políticos que ya no los tiene luego de haber dejado la Presidencia de la República. Por otro lado, es posible interpretar esta derrota como un castigo del electorado colombiano, el cual está acostumbrado a sentir el peso y el poder de los ex presidentes de una manera muy diferente y sutil a la que ha desarrollado Álvaro Uribe. Una tercera interpretación radica en el hecho que el efecto “teflón” al cual nos había acostumbrado el ex presidente, cuando innumerables escándalos estallaban a su alrededor sin que le afectasen directamente, está por fin desgastándose. Una cuarta interpretación sugiere que la derrota puede haber sido un pulso perdido por el ex presidente a la hora de intervenir en el gobierno de su sucesor, el actual presidente Santos. Una última interpretación puede ser simplemente error de cálculo del ex presidente a la hora de seleccionar candidatos fieles a su línea pero con serios compromisos y debilidades ante la opinión pública. Sea cual fuere a razón, el interrogante central recae en la sostenibilidad de un gobierno de unidad nacional, de inspiración uribista, que se plegó a un presidente elegido bajo las banderas uribistas, cuando ese mismo motor ya no funciona y se corre el riesgo de una atomización de la otrora unidad nacional ante la falta de pegamento que representaba en buena medida el ex presidente. 4. PARTIDOS TRADICIONALES Y PARTIDOS NACIONAL, ¿DERROTADOS O RESTITUIDOS DE UNIDAD Los partidos tradicionales y los partidos de la Unidad Nacional sufrieron también una derrota significativa en las elecciones de octubre. En este balance, el partico Cambio Radical solo obtuvo una Gobernación, el Partido de la U, 4 gobernaciones, el Partido Verde 2, y el Partido Conservador, al igual que MIRA, solo obtuvieron 1 Gobernación cada uno. La gran discusión que puede solucionar parcialmente este paupérrimo balance de los partidos tradicionales y de la Unidad Nacional, es el análisis que se hace sobre los resultados del Partido Liberal. Tanto la Registraduría como el Partido Liberal coinciden a la hora de totalizar en 8 las Gobernaciones logradas por candidatos liberales. La diferencia esta cuando se suman las victorias de candidatos independientes que tuvieron o no el apoyo del partido Liberal. Así las cosas, para el mismo partido, el total de sus Gobernaciones, incluyendo candidatos propios o 3 respaldados, fue de 16. La Registraduría por su lado, totaliza en 15 las Gobernaciones obtenidas por candidatos independientes desligándolos de cualquier tipo de apoyo de algún partido. No obstante, sea cualquiera el camino a tomar, tan solo el Partido Liberal obtuvo un número significativo de triunfos electorales en Gobernaciones, logrando el mayor botín político regional. Ahora bien, lo preocupante de este escenario es su impacto sobre la Unidad Nacional. Este impacto muestra un panorama donde los partidos que componen tamaña unidad tienen una muy escasa presencia en la asignación de poder político regional, lo cual sin duda se verá reflejado en las próximas elecciones al Congreso de la República. Casi es posible afirmar que el concepto de “Unidad Nacional” como tal, está llegando a su fin, lo cual no quiere decir, per se, que la disciplina a la hora de considerar proyectos de ley de iniciativa del ejecutivo vaya a verse afectada por ahora. 5. EL PAPEL DEL GOBIERNO NACIONAL COMO GARANTE DE LA DEMOCRACIA Y LAS INSTITUCIONES A diferencia de las elecciones anteriores, al menos en los últimos ocho años, el papel desempeñado por el Gobierno Nacional fue vital a la hora de consolidar efectivamente la democracia. Tanto sectores académicos, como la misma Misión de Observación Electoral coinciden en afirmar que el Gobierno del presidente Santos estuvo presto a facilitar controles en las campañas, restringiendo avales y haciendo seguimiento a candidatos con antecedentes relacionados con grupos armados ilegales. Para esto, el Ministerio del Interior dispuso de un mecanismo de consulta de los candidatos que estuvo a mano de los partidos políticos, de manera que se podía establecer con alguna facilidad los diferentes vínculos, no necesariamente con implicaciones legales, que tenían algunos candidatos avalados con grupos armados ilegales, facilitando las purgas en las listas para su inscripción 4 No obstante, dos fenómenos sucedieron a este esfuerzo presidencial. En primer lugar, se evidenció en esta elección la proliferación de candidatos que lograron inscribir sus candidaturas solo con firmas de respaldo. Esta acción deja sin alguna eficiencia los esfuerzos del gobierno por evitar la influencia de la criminalidad sobre la política. Adicionalmente favorece la indisciplina partidista, los personalismos políticos, la ausencia de bases ideológicas o filosóficas, la corrupción y los problemas de representatividad. En segundo lugar, apareció el “fenómeno Bello”. En este caso, el voto en blanco fue mayoría frente a los votos obtenidos por el único candidato a la alcaldía municipal. Esta acción obliga a repetir la selecciones con candidatos diferentes. El triunfo del voto en blanco se debió al masivo rechazo al único candidato inscrito a la alcaldía por ser considerado dentro del electorado, como un representante de intereses criminales al interior de la alcaldía. 6. COMENTARIOS FINALES Los resultados de las elecciones regionales de Octubre de 2011 en Colombia traen unos retos significativos para la gobernabilidad en Colombia. Es tal vez, el momento de quiebre a las formas tradicionales de representación política tradicional en el país. Es el tiempo de construir ciudadanía y una cultura política sólida que permita la consolidación democrática sobre una base real y no sobre una Unidad Nacional hecha con partidos volátiles que pueden sucumbir ante la ausencia de disciplina de filiación por parte de sus integrantes, o ante el independentismo, cada vez más trascendental en la política colombiana. En ese sentido, el gran triunfador de las elecciones es el presidente Santos, quien logra, en mayor o menor medida, estimular la participación popular, combatir la influencia de grupos terroristas en la política y poner las bases de una cultura de voto en blanco como mecanismo de protesta ante los tradicionales vicios de la política nacional. Falta ver si el balance a largo plazo sigue favoreciendo al presidente Santos, otorgándole mayor margen de gobernabilidad y legitimidad para enfrentar los retos de seguridad nacional. 5