> [entrevista] Con nombre propio / Juan Velarde > JUAN PREMIO REY JUAN CARLOS DE ECONOMÍA 2002 El espíritu 68 BOLSA DE MADRID OCTUBRE 2002 [Con nombre propio] > Juan Velarde / Con nombre propio >< VELARDE FUERTES El catedrático Juan Velarde Fuertes ha sido recientemente galardonado con el premio Rey Juan Carlos de Economía como reconocimiento a su distinguida trayectoria profesional en el ámbito de la economía. No ha sido el primer o de los r econocimientos públicos que ha tenido este asturiano que llegó al mundo de la economía en busca de más vacaciones escolares y al que el destino le deparó un papel relevante en el proceso de aper tura exterior de la economía española desde el modelo autárquico surgido tras la Guerra Civil. Inteligente y entusiasta, J u a n Ve l a r d e s e d i s t i n g u e p o r h a b e r s a b i d o c ó m o n a d i e p r o p u l s a r cambios de gran calado propugnando el debate desde las tribunas de la prensa. Un hombre que se confiesa conser vador. Un economista, en fin, constr uctivo y crítico, comprometido con el trabajo bien hecho y ajeno a las estridencias que, desde su eter na vocación docente y por encima de opciones políticas, sigue hoy, a sus 75 años impulsando el avance de la Ciencia económica en España. crítico de un conservador convencido Carlos Humanes y Rafael Alba Periodistas l flamante Premio Juan Carlos I de Economía llegó a la profesión como consecuencia de los caprichos del destino y de su afición por el cine. Juan Velarde debía andar cambiando el pantalón corto por los bombachos, según la moda de la época, cuando en setiembre de 1943, y con el premio extraordinario del examen de Estado calentito debajo del brazo, decidió entrar en el madrileño cine Callao a ver una película de su "rubia favorita", Jean Arthur. En la butaca inmediata se encontraba un compañero E suyo de aula que le recomendó estudiar una nueva carrera, Ciencias Económicas. Velarde recuerda perfectamente aquella casualidad que definió la trayectoria profesional de su vida: "Yo me había pasado todo el verano preparando el examen de Estado. Iba al Instituto Ramiro de Maeztu y allí aprobé en junio el séptimo grado. Es decir aprobé el Bachiller, pero como no tenía los 16 años cumplidos no me podía presentar al examen de Estado que era imprescindible para ingre- > OCTUBRE 2002 BOLSA DE MADRID 69 > Con nombre propio / Juan Velarde > sar en cualquier Facultad. Así que tuve que esperar hasta septiembre y de paso me quede sin vacaciones a pesar de haberlo aprobado todo en junio", recuerda un profesor Velarde, inquieto, dicharachero y con sus habituales gafas cargadas de dioptrías deslizándose hacia la punta de la nariz mientras unos cuantos cabellos rebeldes se erizan ajenos a la disciplina del severo cepillado capilar. Quizá no esperase una entrevista de tono tan personal - tras la concesión del nuevo galardón se ha prodigado en los medios - pero entre divertido y curioso acepta nuestra invitación al recuerdo y se va entusiasmando con su propio relato. "Imagínense, un muchacho de 15 años sin vacaciones de verano a pesar de haberlo aprobado todo. Yo me sentía víctima de una injusticia. No sabía muy bien qué hacer pero aquello no podía quedar así, así que cuándo me tropecé con aquel compañero en el cine y me dijo que por qué no hacía Ciencias Económicas no le presté mucha atención, pero cuando insistió diciéndome que las clases no empezarían hasta enero, porque aún no estaban habilitados los locales para las aulas, comencé a tomarme la sugerencia muy en serio. Era mi oportunidad de revancha. Tres meses de vacaciones aunque fueran en otoño siempre serían tres meses de vacaciones". Con un gesto de travesura cómplice, Juan Velarde sigue rescatando recuerdos a la memoria "en mi casa no había antecedentes en esto de la economía. Mis abuelos habían tenido una fábrica de mantequilla en Asturias pero poco más. Así que me tuve que esmerar a la hora de explicar en casa las grandes posibilidades que tenía una carrera universitaria que todavía no existía, porque yo soy de la primera promoción de la Facultad de Económicas", subraya sin disimular su orgullo. DEL "RAMIRO" AL PARANINFO DE SAN BERNARDO P rimero el Instituto Ramiro de Maeztu, el centro de enseñanza media en la que la España oficial de la posguerra se esmeraba en cuidar. Su peligrosa proximidad física, en los Altos del Hipódromo, con la entonces denostada Institución Libre de Enseñanza debió constituir un fuerte estímulo para que los adalides de la educación franquista se volcaran en los extensos pabellones que coronan la calle de Serrano. Después el curso inaugural de Económicas en una España que de ciencia económica no sabía más de lo necesario para sobrevivir con la cartilla de racionamiento, el gasógeno y el extraperlo. Un camino muy singular, el del profesor Velarde para acceder a la vida profesional. "Cuando llegué a la Facultad, que estaba en el Paraninfo de San Bernardo, yo tenía algunas ventajas frente a mis compañeros. En el Ramiro - es la forma en la que los alumnos se 70 BOLSA DE MADRID OCTUBRE 2002 refieren al instituto- existía la asignatura de Economía. Lorenzo Vilas era el director y explicaba economía. Así que yo en aquel otoño del 43 ya sabía que era eso de la oferta y la demanda, quienes eran los fisiócratas o que el sistema ferroviario español estaba centrado en Madrid". Ventajas que le serían de notable utilidad en una Facultad de Económicas poblada por una abigarrada colección de gentes de cierta edad. "Yo era un chico jovencillo y de pronto me doy cuenta de que soy el único que llega directamente del bachillerato. Los demás alumnos de aquel primer curso venían de otras carreras. Incluso algunos ya eran profesionales de alguna otra disciplina. Me acuerdo, por ejemplo de Juan Arespacochaga, que era ingeniero de caminos, pero sobre todo me acuerdo de un matrimonio que acudía a clase con una criatura de meses. Cuando el niño se ponía a llorar, la madre salía a toda prisa del aula, y buscaba algún refugio discreto para amamantarlo. Para mí fue un choque muy extraño. Esa fue mi primera impresión, pero no fue la única enseñanza de aquellos días, porque pronto me di cuenta que la economía que nos enseñaban no tenía nada que ver con la que aparecía en los periódicos. Allí se nos ensalzaban las ventajas del mercado libre, lo pernicioso del proteccionismo, la necesidad de una arquitectura fiscal ortodoxa, en fin todo lo contrario de lo que era la política económica oficial de la época". EL NACIMIENTO DE LA FACULTAD DE ECONÓMICAS L legados a este punto no podemos evitar la tentación de pedir al profesor Velarde que nos describa el nacimiento de la Facultad de Económicas. Según nos relata la facultad se construye a partir de dos grupos de economistas de escuelas encontradas. "En primer término estaban los discípulos de Flores de Lemus que no se habían exilado. Ahí aparecen Ramón Carande, Alberto Ullastres o José Castañeda. Por otra parte estaban José María Zumalacárregui y sus discípulos. Este era catedrático de Valencia y enemigo de Flores de Lemus. De una u otra forma Fernando Maria Castiella, que fue el primer decano, consigue ir aglutinando a unos y otros hasta formar el claustro. De todas formas yo tengo un recuerdo muy especial de un profesor alemán, Heinrich Freiherr von Stackelberg que era uno de los grandes de la economía de la época." Stackelberg, según el relato de Juan Velarde, fue uno de los primeros economistas en estudiar la competencia imperfecta. Había sido combatiente en el Caúcaso con el ejército alemán y una extraña enfermedad, que terminaría revelándose como un cáncer, le apartó de la vida militar. "Como buen aristócrata prusiano era nacionalista- apunta Velarde- y a su llegada a España estaba metido en conspiraciones contra aquel cabo loco llamado Hitler. Los nacionalistas alemanes se aliaron inicialmente con el nazismo, pero al darse cuenta de que iban directos a la destrucción comenzaron a conspirar. Ahí está la conjura de Rommel donde estaba metido Stackelberg que es quien hace el plan económico para la reconstrucción alemana tras la pérdida de la guerra. Un plan que pone en marcha Ludwig Erhardt. Stackelberg era amigo de Miguel Paredes, un “ >< Cuando llegué a la Facultad pronto me di cuenta que la economía que nos enseñaban no tenía nada que ver con la que aparecía en los periódicos. Allí se nos ensalzaban las ventajas del mercado libre, lo pernicioso del proteccionismo, la necesidad de una arquitectura fiscal ortodoxa, en fin todo lo contrario de lo que era la política económica oficial de la época”. “ miembro importante del Instituto de Estudios Políticos, y como Castiella estaba empeñado en traer a la facultad de económicas a algún economista de prestigio internacional le contactan y el alemán se viene encantado. La verdad es que de alemán sólo tenía el aspecto. Su madre era argentina y hablaba muy bien el castellano, además le gustaban las tapas y la siesta. No tuvo ningún problema para adaptarse". A medida que transcurre la descripción del alumbramiento de aquella primera facultad de económicas aumentan los interrogantes. ¿Profesor, en su opinión cuáles son los motivos por los que un régimen tan marcado por la autarquía como el inicial del general Franco se decide a crear la primera Facultad de Económicas?. Juan Velarde no se lo piensa dos veces. Vuelve a sonreir con picardía y con su énfasis característico enhebra el argumentario, "hay tres razones para que se decida crear la facultad de económicas. La primera es de orden puramente histórico. En 1931, Fernando de los Ríos inicia el proceso de gestación y se establece un debate en foros académicos. Entonces, en las facultades de derecho se hacían unos cursos superiores de Economía. Desde el 32. Son unos cursos muy activos que se impartían en horario nocturno. Este proceso lo interrumpe la guerra, pero queda en el recuerdo universitario. El segundo motivo es la escisión que se produce en el mundo académico. José María Zumalacárregui se ha colocado abiertamente al lado del régimen franquista. Tenía un hijo marino que asesinan en Cartagena, eso le supone una acreditación adicional, así que le hacen presidente del Consejo de Economía Nacional. Pero además Zumalacárregui había tenido como alumno a José Ibáñez Martín que había llegado a ministro de Educación, y sobre el que tenía bastante ascendiente, así que Zumalacárregui, en la reapertura de la Universidad de Valencia hizo un discurso en el que ya hablaba de la futura apertura de una Facultad de Económicas. En tercer lugar aparece la influencia del grupo que estaba en la sección de Economía del Instituto de Estudios Políticos (una especie de think-thank de la época). Ellos influyen sobre Fernando Castiella que a su vez consigue el padrinazgo de la Secretaria General del Movimiento. Curiosamente este grupo estaba integrado por liberales y republicanos que habían encontrado un cierto refugio en el Instituto. La suma de estos tres elementos, junto con las recomendaciones a Franco para que promueva la > Juan Velarde / Con nombre propio formación de buenos economistas para el futuro del régimen son los referentes básicos en que se apoya la fundación de la Facultad de Económicas". Con su exposición torrencial el profesor Velarde pasa como una apisonadora sobre lo que debieron ser juegos de intereses enfrentados en la aguerrida corte franquista de la posguerra. Pero eso a él no parece importarle. Al contrario se ufana de que de siempre recibió una formación liberal, y proclama con énfasis una fe inquebrantable en "su santidad " el mercado que corre paralela a la profunda aversión que le inspira el proteccionismo. PRIMER EMPLEO EN EL CONSEJO SUPERIOR BANCARIO H echo el inciso corresponde seguir la pista de un Juan Velarde ya licenciado en Económicas en la segunda mitad de los años cuarenta. Su primer puerto de arribo profesional lo va a constituir el Consejo Superior Bancario. Las exorbitantes quinientas pesetas mensuales de la época que constituyen su salario, no son la causa principal de satisfacción que le proporciona aquel empleo. "Eran los libros y las revistas. Había muchísimos. Todos los imaginables. El Banco de Bilbao pagaba su aportación al Consejo Superior Bancario en libras esterlinas depositadas en Londres. Y una buena parte de aquel dinero se invertía en adquirir en la capital británica publicaciones especializadas en economía. Así que probablemente éramos los que mejor surtidos estabamos de información económica en la España de aquella época. Esa biblioteca, y el hecho de que trabajar, lo que se dice trabajar, se circunscribiera a los días inmediatamente anteriores a la publicación de las estadísticas bancarias trimestrales, le daban a aquel trabajo un concepto pleno. Hasta tal punto es así que atraídos por el imán de aquella abundante selección de publicaciones solían visitarnos en la sede del Consejo, en la calle Marqués de Cubas, personajes como Carlos Muñoz Linares o OCTUBRE 2002 BOLSA DE MADRID 71 > Con nombre propio / Juan Velarde > Enrique Fuentes Quintana, que era de un curso posterior al mío en Económicas y con los que luego terminaríamos formando un grupo que, desde diversos medios de comunicación, propugnábamos un cambio en las políticas económicas del régimen". ESPECIALISTA EN EL USO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN PARA PROPUGNAR CAMBIOS L a habilidad para usar los medios de comunicación como soportes para la difusión de sus posturas ha sido una de las características que han marcado la trayectoria profesional de Juan Velarde. Desde aquella teorizante "De Economía", donde sostuvo su primera polémica profesional nada mas y nada menos que con el entonces poderosísimo Pedro Gual Villalbí, el profesor Velarde ha conseguido mantener siempre una tribuna abierta con balcones a la opinión pública. Así, en 1951, y con la oposición de Inspector Técnico de Previsión Social ya ganada, se produce la irrupción en el Arriba, el diario de Falange. "Llamó Ismael Herraiz para encargarnos la sección de economía del periódico. Nada mas llegar chocamos con una "vaca sagrada" del periodismo económico de la época, Pedro Rico, director de El Economista, la revista de cabecera en aquellos años. Rico estaba absolutamente en contra de nuestros planteamientos. Nosotros abogábamos por la apertura de los mercados, la estatificación del Banco de España, la creación de un impuesto sobre la renta. En definitivamente éramos unos locos, aunque fíjese, el grupo lo componíamos Enrique Fuentes, García Quintana, Cesar Albiñana, José Mira, Gonzalo Arraiz, Juan Plaza Prieto y yo mismo. No éramos un grupo homogéneo, lo que fundamentalmente nos unía era la amistad", concluye el profesor. La facilidad con que el Juan Velarde de la época transitaba por los espacios falangistas le permitió construir un grupo crítico al modelo autárquico imperante desde los órganos de la propia formación. De todas formas el experimento no duró mucho tiempo. "Hay una cuestión que no se ha estudiado históricamente. En el congreso de Falange de 1953 se abandona el nacional sindicalismo y se adoptan posturas propias de la socialdemocracia. Prácticamente nadie ha hablado de aquello". En esta parte de la conversación el profesor se mueve con menos soltura. No elude hablar sobre sus pasadas relaciones con el falangismo, pero lo hace con desgana, como si se tratase de un episodio trasnochado sin excesiva importancia. "Nuestra relación con Falange pivotaba en torno a la figura de Francisco Torras que luego sería director General de Estadística y llegaría a ocupar la dirección general del Banco Hispano-Americano. Torras fue Secretario Nacional de Provincias de Falange y terminó convirtiéndose en uno de los grandes del mundo sindical de la época. Comulgaba con nuestros planteamientos. También comulga- 72 BOLSA DE MADRID OCTUBRE 2002 ba con nuestras ideas el propio director del Arriba Ismael Herráiz. Precisamente cuando falleció empezaron los problemas. Recuerdo una entrevista con Jesús Florentino Pueyo que era el Delegado Nacional de Prensa. Me dijo que nuestra postura era intolerable, que no hacíamos mas que lanzar críticas feroces, que no veíamos nada bueno. Y claro pensamos que había llegado la hora de hacer las maletas periodísticas, así que dejamos el Arriba y terminamos en la revista Anales de Economía". APERTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: "EL GRUPO" S iempre en busca del altavoz mediático, siempre bordeando la delgada línea de la intransigencia miope de un régimen en busca de la perpetuación. Se trataba de abrir una vía casi inverosímil entre la aceptación del modelo político y la respuesta a un modelo económico claramente ineficaz que era necesario cambiar, pero desde dentro, desde un discreto segundo plano profesional en su condición de alto funcionario, por oposición, del Ministerio de Trabajo. En eso llega el Plan de Estabilización y el tránsito de la autarquía económica franquista hacia modelos más ortodoxos. Ahora los recuerdos brotan con renovada viveza. "A mí me nombra Jesús Romeo Gorría vicesecretario de Estudios del Ministerio de Trabajo y a Enrique Fuentes le reclama Alberto Ulastres, él estaba en el Ministerio de Comercio, con Varela y con Rojo y yo andaba asesorando la elaboración de la ley de Seguridad Social. Estábamos ya casi todos en la Administración, pero seguíamos siendo críticos, aunque ya nos comenzaban a hacer caso. Fuentes funda Información Comercial Española que era una revista de combate. Allí estaban Valentín Andrés, Juan Sardá y Malpaso, que era nuestro dibujante. Estaba yo, y también nos acompañaba Pablo Ortega, un nieto de Ortega y Gasset que terminó yéndose a la banca. Entre nosotros nos llamábamos "el Grupo". Eran años de cambios profundos. Toda esta generación de economistas jóvenes, procedentes de las primeras hornadas de la Facultad de Económicas son los encargados de ir gestando el tránsito desde el modelo de economía cerrado con férreos controles hacia fórmulas mas abiertas, donde la ley de la oferta y la demanda vaya > Juan Velarde / Con nombre propio “ Me fui a ver a Almunia -primer ministro de Trabajo del Gobierno Socialista- para anunciarle mi renuncia, pero él va y me dice que de eso nada, que él me cesa. Así que de ahí en adelante siempre he puesto en mi currículo que fui cesado por los socialistas en 1982. Hombre, yo con los socialistas “ nunca he tenido nada que ver. Su política económica siempre me pareció desafortunada y así lo he expresado, pero yo tenía amigos en el PSOE. ganando protagonismo. Son además tiempos de mutación en el modelo social del país. Juan Velarde se recuerda a sí mismo inmerso en el proceso de fijación del primer salario mínimo. Corría el año 1961 y el dólar comenzaba a brillar en aquella España tintada en grises, y un dólar fue la primera referencia sobre la percepción mínima que deberían recibir los trabajadores. Eran también años de abandono del aislacionismo. De repente el país necesitaba conocer las referencias exteriores. Son también estos jóvenes economistas los encargados de ir "traduciendo" a un lenguaje asumible por la tecnocracia las corrientes de pensamiento económico y los modelos de política fiscal que se desarrollaban en Europa y Estados Unidos. La relación con Laureano Lopez Rodó y sus equipos de tecnócratas pulidos por la disciplina del Opus Dei comienzan a hacerse mas frecuentes. Se inicia la incorporación de miembros del "Grupo" a las primeras líneas de la Administración. Mariano Navarro Rubio nombra secretario general técnico del Banco de España a Cesar Albiñana y con la misma denominación Manuel Varela se incorpora al equipo de Alberto Ullastres. Juan Velarde recuerda divertido su aportación personal a los Planes de Desarrollo "a mí, Lopez Rodó me metió en el Plan de Desarrollo de Guinea. Fue una pura casualidad. En la oposición a la cátedra de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona yo puse como ejemplo de lo que era subdesarrollo el caso guineano. Lo había leído en el Boletín de la Sociedad Geográfica. Entre el público que asistía al examen estaba Enrique Fuentes y él fue quien dio mi nombre a Lopez Rodó. Lo dudé mucho, pero al final acepté el encargo, y lo cierto es que durante un montón de años la única estadística que ha podido dar Naciones Unidas sobre el Producto Interior Bruto de Guinea fue la que nosotros elaboramos". LA REVOLUCIÓN DESDE DENTRO H abían pasado los años y los miembros del "Grupo" ya no eran unos jóvenes economistas contestatarios. Casi todos habían ganado cátedras, se habían casado, y tenían hijos, pero mantenían sus inquietudes por el futuro. "Nosotros estábamos convencidos de que la salida de España tenía que ser a la occidental. Creí- >< amos que eso se podía lograr desde dentro. Esa era nuestra apuesta. En el año 64 o 65, en las primeras elecciones que hubo para procuradores familiares yo me presenté. Hice campaña en Asturias apoyado en un grupo de gente que eran antiguos miembros del Frente de Juventudes. Yo comprendí que no iba a ganar el día en que, cuando iba a dar un mitin en Gijón vi que estaban pidiendo en la puerta del local el carné de identidad a los asistentes" el recorrido por la memoria resulta muy concreto. Hay un punto de socarronería en la voz del profesor Velarde cuando recuerda que como respuesta a aquella presión policial se le ocurrió desafiar al poder establecido, eso sí, con red de protección. " Cogí los comentarios que había realizado Franco contra la Política del general Primo de Rivera en las que decía que el que critica negativamente con el deseo de mejorar hace un servicio. Y ahí arranco mi intervención. Bueno pues me llamó el entonces Gobernador Civil de Asturias, Mateo de Ros y me dijo que como me atrevía a meterme con Franco. Yo le respondí que eran las mismas palabras del Jefe del Estado y que si quería censurarlas allá él. Como era natural, no salimos elegidos", concluye. FUGAZ PASO POR EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN: EL NACIMIENTO DE LA SELECTIVIDAD C umplida la experiencia política a golpe de mitin, Juan Velarde decide replegarse hacia territorios mas conocidos y retorna a sus clases y a la Administración. En el Ministerio de Trabajo "reinaba" Licinio de la Fuente cuando el profesor Velarde recibe la llamada de Cruz Martínez Esteruelas para que se incorpore a su equipo en el Ministerio de Educación. Cruz Martínez Esteruelas era uno de los astros emergentes en el sistema satelital que en aquellos días conseguían imponer en la cúpula de la política española los discípulos de San José María Escrivá de Balaguer. Había conocido a Juan Velarde en la Fundación Juan March de donde era máximo responsable ejecutivo mientras el catedrático se encargaba de la secretaría económica. Velarde relaciona su incorporación al Ministerio de Educación con una curiosa anécdota "Cuando Martinez Esteruelas me hace la propuesta yo le digo que existe la posibilidad de comprar el retrato que Goya le hizo a Jovellanos. Me constaba que estaba siendo ofrecido, y además a buen precio. Le puse la condición de que lo comprara para que yo me fuera con él. Y lo compró. Con Martínez Esteruelas pusimos en marcha desde el Ministerio de Educación la "selectividad". Allí estuve hasta que llega al Ministerio Carlos Robles Piquer y yo declino la invitación a continuar. Regreso al Ministerio de Trabajo". TRANSICIÓN AL LADO DE LAS APUESTAS CONSERVADORAS allí continuó hasta la llegada de los socialistas al poder. Su acendrada vocación conservadora le lleva a plantear la dimisión "Me fui a ver a Almunia - primer ministro de Trabajo del Gobierno Socialista - para anunciarle mi renuncia, pero él va y me dice que de eso nada, que él me cesa. Así que de ahí en adelante siempre he puesto en mi currículo que fui cesado por los socialistas en 1982". El profesor Velarde insiste, con la benevolencia que siempre aporta la distancia del tiempo transcurrido, en restar importancia a aquel episodio "hombre, yo con los socialistas nunca he tenido nada que ver. Su política económica siempre me pareció des- Y OCTUBRE 2002 BOLSA DE MADRID 73 Con nombre propio / Juan Velarde > afortunada y así lo he expresado, pero yo tenía amigos en el PSOE. Estaba Ernest Lluch con quien coincidía en el Consejo de Investigaciones Sanitarias, y estaba Enrique Barón a quien yo había tenido de ayudante y que, haciendo honor a una promesa previa, me invitó a comer cuando le hicieron ministro. Es que yo, aparte de con los separatistas, me llevo bien con todo el mundo", sentencia con un énfasis muy medido. Durante la Transición política española Juan Velarde cumple sus inquietudes políticas participando en la fundación del Alianza Popular. El más conservador de los partidos democráticos y el más acorde con la ideología de Velarde que piensa que son los conservadores quienes apuntalan los avances. El viejo partido que fundaran Fraga y Areilza era el destino lógico para quien como él, estuviera convencido de que el futuro de la política española debería construirse sobre una evolución mas o menos lineal de las instituciones heredadas del franquismo. Su otro flanco vital, la presencia en medios de comunicación la cubría con su incorporación al consejo editorial del extinto diario Ya, después de haber mantenido una fluida colaboración con el también desaparecido Arriba, donde firmó durante los setenta , una sección diaria que se llamaba "Las Libretillas". Y desde ahí, en los albores de los noventa, a las páginas del semanario Epoca, nacido bajo la dirección de un viejo conocido el periodista Jaime Campmany que también había velado sus armas profesionales en el falangista Arriba. “ Las regulaciones crean pocos amigos y quitan muchos partidarios. Ahí está el ejemplo de las “punto com”. No se puede dejar que los emisores campen por sus respetos. Las reglas son u concepción del mercado es bastante tradicional. La noción de que debe existir un orden regulado se refuerza con las últimas experiencias negativas que han vivido los inversores. "Las regulaciones crean pocos amigos y quitan muchos partidarios. Ahí está el ejemplo de las "punto com". No se puede dejar que los emisores campen por sus respetos. Las reglas son antipáticas, pero están para respetarlas. Miren si no lo que les ha ocurrido a los pequeños accionistas: les han hecho una mamola". 74 BOLSA DE MADRID OCTUBRE 2002 ECONÓMICO E l futuro económico inmediato presenta, en opinión del profesor Velarde, un buen cúmulo de peligrosas incógnitas. "La situación está definida por cuatro referentes muy graves: un Japón que tiene que dejar que sus bancos quiebren por muy doloroso que resulte; Estados Unidos con un déficit comercial y una deuda externa monstruosos a lo que suma una población endeudada peligrosísimamente, castigada por las caídas bursátiles y metida hasta las cejas en hipotecas. Eso ha provocado un incremento en el déficit público y el desarrollo de la política armamentística; luego está Europa, con Alemania que no ha metabolizado su reunificación porque hizo un disparate. Eso de integrar a los landers orientales multiplicando por diez el valor de su moneda es como si nosotros hubiéramos entrado en la Unión Monetaria a 16,7 pesetas por euro. No habría actividad en España que siguiera en pié. Pero ahí siguen, y van a introducir nuevas complicaciones con la ampliación a los países del Este, así que es lógico que necesiten fondos de todo tipo; y luego está lo de Hispanoamérica. A los gestores de las grandes empresas españolas les dio por pensar que no había riesgo. Mas de uno ha ido a por lana y ha salido trasquiladísimo. Ahora, con este escenario tenemos que tener una solidez en la política económica extraordinaria. Tenemos que hacerlo muy bien", y tras una breve reflexión sentencia: "todo es mejorable en este mundo, pero lo estamos haciendo bien. Hay que tener cuidado. Los economistas somos los tíos antipáticos, pero tenemos que señalar a los políticos las carencias de sus estrategias económicas. Eso sí, con cordialidad..." El encuentro toca a su fin. Han sido mas de dos horas de conversación distendida. A la hora de las despedidas una niña con sonrisa vivaracha y una aureola de rizos dorados nos contempla divertida desde sendas fotografías. Es Alicia, la nieta del profesor, su actual debilidad, que comparte espacio gráfico con su abuela en el confortable habitáculo del profesor. Y en el recibidor una sorpresa: Luis Martinez Noval y Ciriaco de Vicente ocupan los despachos contiguos en la sede del Tribunal de Cuentas. ¿Habrá recibido el profesor algún influjo de vecinos tan socialistas o habrá sucedido justamente lo contrario?. Tal vez si las paredes hablasen... antipáticas, pero están para respetarlas. Miren si no lo que les ha ocurrido a los pequeños accionistas: les han hecho una mamola LOS MERCADOS NECESITAN REGULACIÓN S EL JUAN VELARDE ANALISTA “ >