AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. RECURRENTE: **********. PONENTE: MINISTRO ALBERTO PÉREZ DAYÁN. SECRETARIO: RAFAEL QUERO MIJANGOS. Vo.Bo. Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día VISTOS, para resolver el amparo en revisión identificado al rubro; y R E S U L T A N D O: PRIMERO. Demanda de amparo. Mediante escrito presentado el veintidós de agosto de dos mil catorce, ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia Administrativa y de Trabajo en el Estado de Jalisco, **********, por su propio derecho, demandó el amparo y protección de la Justicia Federal, contra de las autoridades y por los actos que a continuación se precisan: "(...) III. AUTORIDADES RESPONSABLES: Tienen tal carácter las siguientes: A) El Congreso de la Unión, conformado por la Cámara de Senadores y por la de Diputados; y B) Presidente de la República. IV. ACTOS RECLAMADOS: Los cuales se hacen consistir en lo AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [2] siguiente: A) Del Congreso de la Unión, la expedición del artículo 122 de la Ley del Seguro Social; y B) Del Presidente de la República, la promulgación del citado artículo 122 de la Ley del Seguro Social. (...) VI. PRECEPTOS QUE CONTIENEN LOS DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS CUYA VIOLACIÓN SE RECLAMA: De la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los artículos 1, 123, Apartado A, fracción XXIX y 133; de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, los ordinales I, XI, XVI y XVII; de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, los preceptos 1.1, 2, 3, 5.1, 5.2 y 26; del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ("Protocolo de San Salvador"), los numerales 1, 2, 9, 10 y 18; de la Declaración Universal de Derechos Humanos, los dispositivos 1, 3, 6, 22, 25.1, y 28; y del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los artículos 2.1, 9, 11.1 y 12. (...)". SEGUNDO. Trámite y resolución del juicio de amparo. En proveído de veintiséis de agosto de dos mil catorce, el Juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa y de Trabajo en el Estado de Jalisco, admitió a trámite la demanda de garantías y la registró con el número **********. Posteriormente, por auto de diez de noviembre de dos mil catorce, conforme a lo ordenado en el oficio ********** de nueve de diciembre de dos mil trece, el Secretario Técnico de Carrera Judicial, Adscripción y Creación de Nuevos Órganos del Consejo de la Judicatura Federal, remitió los autos del referido juicio de amparo a la Jueza Sexto de Distrito del Centro Auxiliar de la Tercera Región, con residencia en Uruapan, Michoacán, donde se registró como cuaderno auxiliar **********; seguidos los trámites, el indicado juzgado auxiliar dictó sentencia el quince de diciembre de dos mil catorce, en la cual negó el amparo y protección de la Justicia Federal solicitados. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [3] TERCERO. Trámite del recurso de revisión. Inconforme con el fallo de referencia, el autorizado del titular de la acción constitucional, mediante escrito exhibido el dieciséis de enero de dos mil quince, ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia Administrativa y de Trabajo del Estado de Jalisco, interpuso recurso de revisión. Mediante proveído de uno de junio de dos mil quince, el Presidente del Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, admitió a trámite el recurso de revisión, el cual registró con el número de expediente **********; y, agotados los trámites de ley, en sesión de catorce de agosto de dos mil quince, resolvió, que en la materia de su competencia no había lugar a sobreseer; y, en lo relativo al tema de constitucionalidad declara su legal incompetencia y ordenó se remitieran los autos a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación para su conocimiento y resolución. En proveído de ocho de septiembre de dos mil quince, este Alto Tribunal asumió su competencia originaria para conocer el recurso de revisión que se hiciera valer, el cual radicó como toca 1030/2015, y ordenó turnar los autos al Ministro Alberto Pérez Dayán, para la elaboración del proyecto de sentencia. Por acuerdo de treinta de septiembre de dos mil quince, el Presidente de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinó que ésta se avoca al conocimiento del asunto y ordenó remitir el expediente a su propia ponencia para la elaboración del proyecto. CONSIDERANDO. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [4] PRIMERO. Competencia. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es competente para conocer y, resolver este recurso de revisión, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigente a partir del tres de abril de dos mil trece; 11, fracción V y 21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y 81, fracción I, inciso e) de la Ley de Amparo vigente, y conforme a lo previsto en los puntos primero y segundo, fracción III, del Acuerdo General 5/2013 del Pleno de este Alto Tribunal, de trece de mayo de dos mil trece, publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno del mismo mes y año, y vigente a partir del veintidós siguiente, toda vez que se promueve contra una sentencia dictada por un Juez de Distrito en un juicio de amparo indirecto en materia administrativa en el que se analiza la constitucionalidad de diversos artículos de la Ley de la Policía Federal, y de su Reglamento, asunto que fue admitido a trámite con posterioridad a la entrada de la Ley de Amparo en vigor. SEGUNDO. Oportunidad del recurso de revisión. El Tribunal Colegiado de Circuito del conocimiento, en el resultando tercero y considerando cuarto de su resolución de catorce de agosto de dos mil quince, determinó que el recurso de revisión fue interpuesto en tiempo y por parte legitimada para ello. Consecuentemente, es innecesario pronunciarse al respecto. TERCERO. Antecedentes. Los elementos necesarios para la resolución del presente asunto, son los siguientes: 1. Como se dejara sentado, el peticionario de amparo, accionó la vía indirecta de amparo, por cuanto consideró inconstitucional el artículo 122, de la Ley del Seguro Social; y, como acto de aplicación la resolución negativa de pensión con folio **********, de uno de agosto de dos mil AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [5] catorce, suscrita por el Jefe del Departamento de Pensiones Subdelegacional, del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Ocotlán, Jalisco, donde en lo conducente se lee: "(...) II. CONSIDERANDO Que el servicio de afiliación vigencia de derechos en certificación del **********, certificó que el asegurado únicamente tiene reconocidas 134 (sic), no cubriendo el requisito del artículo 122 de la Ley del Seguro Social que establece un período mínimo de espera de 150 semanas de cotización, en virtud del porcentaje de invalidez determinado por el servicio de salud en el trabajo mediante dictamen médico elaborado en fecha **********. III. RESOLUCIÓN. SE NIEGA LA PENSIÓN DE: INVALIDEZ SOLICITADA POR: **********. EN VIRTUD DE NO CUMPLIR CON LO ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO: 122 DE LA LEY DEL SEGURO SOCIAL. (...)." Sobre esta base se observa que el titular de la acción constitucional, formuló un solo concepto de violación donde, en lo medular, argumentó que: ● Conforme a lo previsto en el numeral 1 de la Carta Federal, los derechos humanos contenidos en ésta y en los tratados internacionales, forman parte del control de regularidad constitucional. Y, de acuerdo al principio ‘pro persona’ se otorgará al gobernado la protección más amplia. ● En el ordinal 123, Apartado A, fracción XXIX, de la Constitución General de la República, se contiene el derecho humano a la seguridad social de manera que, AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [6] bajo esta condición, habrá de concluir que el artículo 122, de la Ley del Seguro Social es inconvencional. ● En la sentencia de veintitrés de noviembre de dos mil nueve, dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Radilla Pacheco contra el Estado Mexicano, se dejó establecida: La importancia del derecho humano a la dignidad e integridad de las personas; el respeto a los derechos humanos y civiles fundamentales; la obligación de los estados de garantizar la efectividad de los derechos humanos, mediante la adopción de la medidas conducentes en su derecho interno; y, el deben de las autoridades de interpretar y aplicar, con independencia de las disposiciones en contrario, los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales. ● Todo lo anterior, se corrobora en términos de lo dispuesto en los siguientes preceptos: I, XI, XVI y XVII, de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, los ordinales; 26, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 1, 2, 9, 10 y 18, del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ("Protocolo de San Salvador"); 1, 3, 6, 22, 25.1, y 28, de la Declaración Universal de Derechos Humanos; y 2.1, 9, 11.1 y 12, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. 2. Admitida la demanda de garantías, el Órgano de Control Constitucional auxiliar, al dictar correspondiente, en lo medular, consideró: la sentencia AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [7] ● Que la pensión de invalidez constituye la prestación económica que otorga el sistema de seguridad social cuando un afiliado pierde su capacidad laboral al grado que no puede procurarse su propio sustento mediante el desempeño de un trabajo. Se contrata a través de la institución de seguros que elija el beneficiario, con base en el saldo acumulado en la cuenta individual del asegurado. Corre a cargo de los asegurados quienes deberán contratar una renta vitalicia o efectuar retiros programados del saldo de su cuenta individual. El saldo acumulado en la cuenta del beneficiario constituye la prima que tiene obligación de pagar por el seguro de invalidez, porque, se reitera, tal saldo integra una parte del monto constitutivo necesario para la contratación del seguro respectivo. ● Que en el numeral 123, de la Ley del Seguro Social, se limita la procedencia de la pensión por invalidez en los casos en que el riesgo haya sido provocado intencionalmente, o tenga como origen la comisión de un delito intencional, o el estado de incapacidad sea anterior a la afiliación al régimen obligatorio. ● Que atento lo dispuesto en el artículo 122 de la Ley del Seguro Social, se desprende que para acceder a una pensión de invalidez se requiere un mínimo de doscientas cincuenta semanas de aportación al sistema o ciento cincuenta (en caso de que la incapacidad sea del setenta y cinco por ciento o superior) antes de que se configure el estado de incapacidad. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [8] Luego, el periodo mínimo de cotización establecido se convierte en el tiempo necesario para que el asegurado pueda solventar la pensión de invalidez con su cuenta individual. "(...) Lo anterior responde a una doble finalidad relacionada con la sustentabilidad del sistema de seguridad social: a) Establecer un periodo mínimo de aportaciones que financien el otorgamiento de la pensión, partiendo de que en el sistema cada uno de los asegurados solventa su pensión a través de los fondos que se acumulen en cuentas individuales. b) Evitar actos fraudulentos al sistema de seguridad social, ya que con dicho requisito se impide que personas que tengan un estado de invalidez ingresen sólo para el efecto de beneficiarse con las prestaciones en comento, sin que se hubieren generado los recursos suficientes para financiarlas. Así, la ley presume que una persona no puede conocer de su estado de invalidez con una antelación mínima a doscientas cincuenta o ciento cincuenta semanas, lo que desincentiva la incorporación meramente para obtener los beneficios de seguridad social. La disposición anterior integra la materia de la presente instancia constitucional, ya que con base en ella se negó al amparista la pensión de invalidez que solicitó ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (foja 71). Por lo anterior, se analizará la proporcionalidad de dicha medida en lo concerniente a las pensiones en comento. (a) En primer lugar, se analizará si la norma reclamada persigue un fin constitucionalmente válido y es idónea para alcanzarlo. En ese sentido, el fin inmediato del precepto en estudio consiste en establecer una prima mínima a pagar para la obtención de las prestaciones de invalidez. El fin mediato consiste en salvaguardar la sustentabilidad del sistema de seguridad social. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [9] En virtud de que los fines anteriores no se encuentran prohibidos en la constitución, debe subsistir la presunción de constitucionalidad de la que goza toda ley, ya que sostener lo contrario implicaría prejuzgar la proporcionalidad de ésta, sin que exista una disposición expresa que sirva de base objetiva para tal efecto. Por tanto, la disposición reclamada persigue una finalidad constitucionalmente legítima. (b) En segundo lugar, se analizará la idoneidad de la norma en evaluación, es decir, si es apta y susceptible de alcanzar el fin perseguido. Este paso se realizará conforme la siguiente regla argumentativa: un acto se presume idóneo para alcanzar su fin, salvo que sea evidente lo contrario. Lo anterior, tomando en consideración la presunción de legalidad de toda norma y la complejidad para evaluar empíricamente su eficacia, siendo que el legislador únicamente puede evaluar este último aspecto sobre bases generales. En ese sentido, entre los fines que persigue tal disposición, existe un nexo de causalidad, es decir, el fin inmediato (obtener una prima mínima a pagar para la obtención de las prestaciones de invalidez) sirve como medio para alcanzar el fin mediato (salvaguardar la sustentabilidad del sistema de seguridad social basado en cuentas individuales), ya que establece un monto mínimo en que el otorgamiento de la prestación es sustentable por cada uno de los asegurados y desincentiva el ingreso de personas con padecimientos de incapacidad previos, que no se encuentran protegidos por la pensión en comento (ya que, se reitera, tiene como sujetos a personas que son económicamente activas). Luego, el objetivo que busca conseguir el artículo en análisis es adecuado para lograr el fin constitucionalmente legítimo, al existir entre ellos una relación de medio-fin. (c) En tercer término, se estudiará la necesidad de la medida establecida en la norma impugnada. En ese sentido, la necesidad de una disposición normativa consiste en verificar que sea la más benigna de todas las medidas idóneas o adecuadas para alcanzar el fin legítimo que se persigue. En el presente juicio no se encuentran acreditadas medidas alternativas para proteger la sustentabilidad del sistema de AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [10] seguro social en análisis, pues, como se expuso, las pensiones son solventadas por los propios asegurados a través de los recursos que acumulen en cuentan individuales. Por lo que sostener una alternativa diferente, desnaturalizaría el carácter de seguro individual del sistema, lo que no forma parte de la litis constitucional. Por tanto, al no existir alternativas plausibles, el normativo impugnado resulta necesario. (d) Por último, se procederá a evaluar la proporcionalidad de la norma general reclamada. Es decir, se sopesará si el grado de satisfacción de la finalidad constitucional perseguida por la diferenciación establecida por el legislador en la norma impugnada es, por lo menos, equivalente al grado en que afecta el derecho a la seguridad social del quejoso. Para lo anterior, se ponderarán los derechos involucrados a fin de determinar cuál debe tener prioridad en el caso concreto. Como se expuso, los límites a derechos fundamentales deben responder a bases razonables y objetivas, estar previstas en una ley formal, y responder a un interés general, con el propósito para el cual han sido establecidos, en términos del artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos humanos. En ese sentido, el precepto reclamado responde al interés general relativo a que el sistema de pensiones sea sustentable para cada uno de los asegurados. Lo anterior, pues el sistema parte de la base de que cada uno de los asegurados solventa su pensión a través de los fondos que se acumulen en cuentas individuales, lo que implica que debe existir un esfuerzo de cotización por cada uno de los miembros De tal suerte que, como se expuso, es necesario establecer un periodo mínimo de aportaciones que financien el otorgamiento de cada pensión en lo individual. Además, se reitera, con dicho periodo se evitan actos fraudulentos al sistema de seguridad social, ya que con tal requisito se impide que personas que tengan un estado de invalidez preexistente ingresen sólo para el efecto de beneficiarse con las prestaciones en comento, sin que se hubieren generado los recursos suficientes para financiarlas. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [11] Ahora bien, el grado de incidencia en el derecho a la pensión de invalidez de los trabajadores se estima menor al interés general destacado. En efecto, como se dilucidó, el seguro en comento parte de que la persona se encuentra en posibilidad de trabajar, ya que cubre el riesgo de que durante su etapa económicamente activa sufra de algún accidente o enfermedad no profesional que le impida seguir solventando su existencia. De ahí que se trate de una pensión para la clase trabajadora y no para la población en general. Lo anterior, pues como se expuso, los servicios a derechohabientes de instituciones públicas de seguridad social difieren de los establecidos para la población en general. En consecuencia, resulta razonable que se exija un periodo mínimo de trabajo para sustentar el sistema de seguridad social, porque de otra manera se solventaría el ingreso de una persona sobre la que no existe certeza de que desde un inicio podía ser económicamente activo. Es así, pues, se reitera, el sistema parte de que el trabajador estuvo en posibilidad de trabajar durante un tiempo mínimo antes de que se configurara su estado de invalidez, por lo que es necesario subsanar ese ingreso que se había consolidado de manera razonable en su esfera jurídica. Considerar una hipótesis diferente envolvería que sólo con ingresar al sistema se generaría el derecho a la pensión en comento, lo que no sería sostenible para todos los asegurados, pues las pensiones son solventadas por cada uno de ellos en lo individual. Lo determinado tiene sustento en la circunstancia de que la prestación en análisis no constituye, se insiste, una prestación para la población en general, sino únicamente para los derechohabientes del Seguro Social. Por tanto, las personas que no cumplan con los requisitos anteriores se encuentran protegidas por el Sistema de Protección Social en Salud de conformidad con el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que como se dilucidó, constituye el sistema de salud universal y preferentemente gratuito contemplado en el orden jurídico mexicano. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [12] De ahí que la obligación del Estado en cuanto a la protección de los derechos económicos y sociales relativos a la salud y a la seguridad social no se cumple únicamente a través de las prestaciones que brinda el Instituto del Seguro Social. Por tanto, no es posible considerar que las prestaciones de invalidez en análisis deban necesariamente tener un carácter universal. Máxime que el artículo en comento sigue un parámetro mínimo para la subsistencia del trabajador, al establecer la devolución en una sola exhibición de las aportaciones que se hicieron en la cuenta individual del seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez. Ahora bien, en relación con la proporcionalidad particular del periodo mínimo de espera establecido, debe decirse en el marco del derecho internacional, únicamente existe como parámetro el Convenio número 102 relativo a la norma mínima de la seguridad social, de la Organización Internacional del Trabajo, suscrito en 1952, publicado en el Diario Oficial de la Federación el treinta y uno de diciembre de mil novecientos cincuenta y nueve, y ratificado por el Estado Mexicano el doce de octubre de mil novecientos sesenta y uno. En ese sentido, dicha normatividad establece en la Parte IX, denominada Prestaciones de Invalidez, los requisitos mínimos para acceder a dichas prestaciones. En efecto, en el artículo 57 se acordó: "(...)" De los preceptos anteriores se sigue que el periodo mínimo exigido para recibir las prestaciones de invalidez es de quince años y de manera extraordinaria y reducida de tres años (sólo cuando todas las personas económicamente activas estén aseguradas). De manera que el periodo mínimo de espera establecido en el artículo reclamado (2.8 años -150 semanas-) es menor que el periodo general convenido internacionalmente (quince años); menor al que se prevé para la prestación reducida a que se refiere el punto 2 de dicho precepto, cuando se esté condicionada a un periodo mínimo de cotización de empleo (cinco años); y substancialmente igual al periodo establecido de manera extraordinaria para la prestación reducida aplicable cuando todas la personas económicamente activas estén protegidas (tres años). AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [13] En consecuencia, la pensión de invalidez prevista en la legislación nacional establece mejores condiciones que las reguladas como mínimas en el marco legal internacional, por lo que no existe un parámetro que beneficie en mayor grado a los trabajadores sujetos de dicha prestación. Sirve de apoyo a lo considerado, la tesis I.9o.T.13 L (10a.) del Noveno Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito, localizable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XVI, enero de 2013, Tomo 3, página: 2107: "PENSIÓN DE INVALIDEZ. LA PREVISTA EN LA LEGISLACIÓN NACIONAL ESTABLECE MEJORES CONDICIONES QUE LAS REGULADAS COMO MÍNIMAS EN EL MARCO LEGAL INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS (...)" Sin que sea posible dar un alcance mayor a la prestación en análisis, pues, como se evidenció, los requisitos en comento se encuentran dentro de los parámetros internacionales convenidos y no existe un criterio jurisprudencial de la Corte Internacional de Derechos Humanos que hubiera integrado un estándar más beneficioso en la materia. Por tanto, al tratarse de una prestación para la clase trabajadora y no para la población en general, el precepto reclamado es proporcional, al exigir un esfuerzo mínimo de cotización para la sustentabilidad del sistema. Lo anterior tomando en cuenta que considerar lo contrario implicaría que el derecho a la seguridad social de los trabajadores en lo individual sería absoluto, en detrimento del mismo derecho pero en su dimensión general. Sin que se pueda considerar al precepto reclamado como violatorio del principio de progresividad que rige en materia de derechos humanos, porque el alcance progresivo de los derechos económicos, sociales y culturales, se encuentra limitado a las posibilidades económicas del Estado, sobre la base del máximo aprovechamiento de los recursos disponibles. Y en ese sentido, se reitera, el Estado Mexicano cuenta con un sistema universal de protección a la salud. Por lo que el cumplimiento de las obligaciones económicas y sociales en materia de seguridad social no puede evaluarse de manera aislada. De manera que sobre el conjunto de la población existe una cobertura general respecto del derecho a la seguridad social, AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [14] por lo que no puede exigirse que a un seguro dirigido a un sector específico de la población (trabajadores derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social) se le dé un alcance general. En esa línea, como se consideró, no es posible analizar las condiciones individuales del quejoso en relación con los sistemas de seguridad social en comento, debido a que la progresividad de los derechos involucrados debe medirse en su dimensión abstracta prevista en el sistema jurídico, por lo que las circunstancias concretas de aplicación en relación con el amparista no trascienden a la situación general regulada por la norma. De tal suerte que el no apego a las disposiciones en referencia transgrediría, en su caso, a tales preceptos, pero no podría considerarse como regresivo su contenido. Además, no se trata de una reforma legislativa que varíe las condiciones de seguridad social a que tenía derecho el amparista, por lo que no puede considerarse de carácter regresivo, sino que se trata del sistema de seguridad social del que fue derechohabiente el quejoso desde el inicio de su vida laboral (régimen de la Ley del Seguro Social de 1997). Por tanto, debe concluirse que el artículo reclamado establece una restricción constitucional y convencionalmente válida, ya que el grado de afectación al derecho a la pensión de invalidez es menor que el interés general involucrado, y tratarse de una disposición prevista en una ley formal. En conclusión, al ser infundado el concepto de violación y no existir alguna cuestión por la cual proceda suplir la deficiencia de la queja en términos del artículo 79 de la Ley de Amparo, se niega el amparo solicitado respecto del artículo 122 de la Ley del Seguro Social. (...)." 3. Disconforme con esta decisión, el titular de la acción constitucional interpuso recurso de revisión que admitido por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, el cual determinó que carecía de competencia legal para resolver el problema de constitucionalidad planteado y, por ello, en función a la competencia originaria de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación remitió los autos correspondiente. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [15] CUARTO. Argumentos de agravio. La parte disconforme, formuló cuatro conceptos de agravio que pueden sintetizarse en los siguientes términos: 1. Se violentó lo dispuesto en el artículo 74, fracción II, de la Ley de Amparo, ya que el Órgano de Control Constitución, omitió pronunciarse en relación con: El derecho humano a la dignidad como parámetro de control de regularidad constitucional; que la norma cuestionada impide la consecución de la seguridad social, lo cual lleva aparejado que se viole el derecho a la integridad y libre desarrollo de la personalidad; la seguridad social es un instrumento de política financiera; los estados tienen la obligación de acudir a la cooperación internacional para solventar la obligaciones en comentario; lo cual redunda en considerar que se está en presencia de una sentencia incongruente. 2. También se transgredió lo previsto en el precitado numeral 74, fracción IV, de la Ley de Amparo, pues en la sentencia recurrida se dejaron de atender los principios ‘pro persona’ y progresividad, pues se descuidó que estos consisten en otorgar mayor protección al gobernado. 3. Se omitió fundar y motivar por qué era aplicable la jurisprudencia titulada "GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL DESARROLLO DE SUS LÍMITES Y LA REGULACIÓN DE SUS POSIBLES CONFLICTOS POR PARTE DEL LEGISLADOR DEBE RESPETAR LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD JURÍDICA", lo cual era necesario hacer, atento que con la reforma del artículo 1 de la Constitución General de la República, en dos mil once —la jurisprudencia data de dos mil siete—, cambió el orden constitucional del país y con ello el tratamiento inherente a los derechos humanos. 4. Homologa la resolutora de amparo el derecho a la salud con el AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [16] diverso de seguridad social, donde el primero sólo es una vertiente del segundo; en cuanto a la pensión, se limita a convalidar la norma, a partir de su propio contenido y soslaya que dicho precepto entraña una transgresión a la obligación del Estado de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, pues de manera superficial se basó "(...) en la consideración de que si no se tiene acceso al derecho humano de la seguridad social, será solamente como consecuencia de que con motivo de que el derechohabiente no cumplió con todo el tiempo de cotización, entonces su cuenta individual no tendrá recursos suficientes (...)", y de esta manera desatiende lo ordenado en el artículo 1 constitucional. 5. Resulta tendenciosa la alusión que hace del Convenio número 102 de la Organización Internacional del Trabajo, relativo a la norma mínima de seguridad social, pues aun cuando ahí se prevén beneficios mayores; sin embargo, se trata de una previsión más gravosa que su similar del derecho nacional. Además, dejó de considerar la Observación General Número 19 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, donde existe un parámetro que otorga un beneficio mayor. En el mismo sentido argumenta que no se requiere exista una ley más favorecedora, pues basta con que se inaplique la existente. CUARTO. Análisis sobre la cuestión de fondo. Conforme a lo arriba anotado y por las razones que de inmediato se exponen, esta Segunda Sala arriba a la convicción de que no asiste razón a la parte titular de la acción constitucional, pues aun cuando pudieran estimarse fundados sus motivos de agravio, de cualquier manera resultarían ineficaces. En efecto, en cuanto a la delimitación del tema es de acotar que el ahora recurrente, en su demanda de garantías propuso la inconstitucionalidad del artículo 122, de la Ley del Seguro Social, por cuanto considera que dicha norma trastoca el derecho humano a la AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [17] seguridad social, en la medida de que niega la pensión por invalidez cuando el trabajador no ha cubierto el período mínimo de espera de ciento cincuenta semanas de cotización; lo cual denuncia es contrario a los postulados a que se contraen los artículos 1, 123, Apartado A, fracción XXIX y 133, de la Constitución General de la República; I, XI, XVI y XVII, de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 26, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 1, 2, 9, 10 y 18, del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador"; 1, 3, 6, 22, 25.1, y 28, de la Declaración Universal de Derechos Humanos; y 2.1, 9, 11.1 y 12, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Antes de proseguir, cabe destacar que la normatividad aludida, en lo que interesa, dice: ● Ley del Seguro Social. "(...) Artículo 122. Para gozar de las prestaciones del ramo de invalidez se requiere que al declararse ésta el asegurado tenga acreditado el pago de doscientas cincuenta semanas de cotización. En el caso que el dictamen respectivo determine el setenta y cinco por ciento o más de invalidez sólo se requerirá que tenga acreditadas ciento cincuenta semanas de cotización. El declarado en estado de invalidez de naturaleza permanente que no reúna las semanas de cotización señaladas en el párrafo anterior podrá retirar, en el momento que lo desee, el saldo de su cuenta individual del seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez en una sola exhibición. (...)" ● Constitución General de la República. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [18] "(...) Art. 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece. Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley. Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. (...) Artículo 123. Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley. El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes deberá expedir leyes sobre el trabajo, las cuales regirán: (...) A. Entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una manera general, todo contrato de trabajo: XXIX. Es de utilidad pública la Ley del Seguro Social, y ella comprenderá seguros de invalidez, de vejez, de vida, de cesación involuntaria del trabajo, de enfermedades y accidentes, de servicios AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [19] de guardería y cualquier otro encaminado a la protección y bienestar de los trabajadores, campesinos, no asalariados y otros sectores sociales y sus familiares. (...) Art. 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados. (...)" ● Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. "(...) Artículo I. Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. (…) Artículo XI. Toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda y la asistencia médica, correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los de la comunidad. (...) Artículo XVI. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que le proteja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y de la incapacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la imposibilite física o mentalmente para obtener los medios de subsistencia. Artículo XVII. Toda persona tiene derecho a que se le reconozca en cualquier parte como sujeto de derechos y obligaciones, y a gozar de los derechos civiles fundamentales. (...)" AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [20] ● Convención Americana sobre Derechos Humanos. "(...) Artículo 26. Desarrollo Progresivo Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados. (...)" Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 'Protocolo de San Salvador. "(...) Artículo 1. Obligación de Adoptar Medidas. Los Estados partes en el presente Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos se comprometen a adoptar las medidas necesarias tanto de orden interno como mediante la cooperación entre los Estados, especialmente económica y técnica, hasta el máximo de los recursos disponibles y tomando en cuenta su grado de desarrollo, a fin de lograr progresivamente, y de conformidad con la legislación interna, la plena efectividad de los derechos que se reconocen en el presente Protocolo. Artículo 2. Obligación de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno. Si el ejercicio de los derechos establecidos en el presente Protocolo no estuviera ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de este Protocolo, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos. (...) AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [21] Artículo 9. Derecho a la Seguridad Social 1. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que la proteja contra las consecuencias de la vejez y de la incapacidad que la imposibilite física o mentalmente para obtener los medios para llevar una vida digna y decorosa. En caso de muerte del beneficiario, las prestaciones de seguridad social serán aplicadas a sus dependientes. 2. Cuando se trate de personas que se encuentran trabajando, el derecho a la seguridad social cubrirá al menos la atención médica y el subsidio o jubilación en casos de accidentes de trabajo o de enfermedad profesional y, cuando se trate de mujeres, licencia retribuida por maternidad antes y después del parto. Artículo 10. Derecho a la Salud 1. Toda persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel de bienestar físico, mental y social. 2. Con el fin de hacer efectivo el derecho a la salud los Estados partes se comprometen a reconocer la salud como un bien público y particularmente a adoptar las siguientes medidas para garantizar este derecho: a. la atención primaria de la salud, entendiendo como tal la asistencia sanitaria esencial puesta al alcance de todos los individuos y familiares de la comunidad; b. la extensión de los beneficios de los servicios de salud a todos los individuos sujetos a la jurisdicción del Estado; c. la total inmunización contra las principales enfermedades infecciosas; d. la prevención y el tratamiento de las enfermedades endémicas, profesionales y de otra índole; e. la educación de la población sobre la prevención y tratamiento de los problemas de salud, y f. la satisfacción de las necesidades de salud de los grupos de más alto riesgo y que por sus condiciones de pobreza sean más vulnerables. (...) Artículo 18. Protección de los Minusválidos AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [22] Toda persona afectada por una disminución de sus capacidades físicas o mentales tiene derecho a recibir una atención especial con el fin de alcanzar el máximo desarrollo de su personalidad. Con tal fin, los Estados partes se comprometen a adoptar las medidas que sean necesarias para ese propósito y en especial a: a. ejecutar programas específicos destinados a proporcionar a los minusválidos los recursos y el ambiente necesario para alcanzar ese objetivo, incluidos programas laborales adecuados a sus posibilidades y que deberán ser libremente aceptados por ellos o por sus representantes legales, en su caso; b. proporcionar formación especial a los familiares de los minusválidos a fin de ayudarlos a resolver los problemas de convivencia y convertirlos en agentes activos del desarrollo físico, mental y emocional de éstos; c. incluir de manera prioritaria en sus planes de desarrollo urbano la consideración de soluciones a los requerimientos específicos generados por las necesidades de este grupo; d. estimular la formación de organizaciones sociales en las que los minusválidos puedan desarrollar una vida plena. (...)." ● Declaración Universal de los Derechos Humanos: "(...) Artículo 1 Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. (...) Artículo 3 Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. (...) Artículo 6 AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [23] Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica. (...) Artículo 22 Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad. (...) Artículo 25 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. (...) Artículo 28 Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos. (...)." ● Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. "(...) ARTÍCULO 2 Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que disponga, para AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [24] lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos. (...) ARTÍCULO 9 Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la seguridad social, incluso al seguro social. (...) ARTÍCULO 11 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento. (...) ARTÍCULO 12 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. 2. Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de asegurar la plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para: a) La reducción de la mortinatalidad y de la mortalidad infantil, el sano desarrollo de los niños; b) El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente; c) La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra índole, y la lucha contra ellas; d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de enfermedad. (...)." AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [25] Como se puede apreciar de todo lo expuesto, el citado disconforme reprocha inconstitucional el artículo 122, de la Ley del Seguro Social, por cuanto considera que el hecho de excluirlo de una pensión de invalidez, por no colmar el número mínimo de semanas de cotización previsto para ello, atenta contra su derecho humano a la seguridad social, a que se contrae el citado ordinal 123, Apartado A, fracción XXIX y 133, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; esto, en la medida de que a partir de la reforma constitucional de dos mil once, se amplió el espectro de protección a los derechos humanos y, con ello la necesidad de otorgar la mayor protección posible al gobernado, atento al principio 'pro personae'; argumento que apoya en la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Radilla Pacheco, donde se ponderó la importancia que representa el derecho a la dignidad e integridad de las personas; la necesidad de respetar los derechos humanos; la obligación de los estados de garantizar, en su derecho interno, la efectividad de los derechos humanos; el deber de las autoridades de interpretar y aplicar, con independencia de las disposiciones en contrario, los derechos humanos reconocidos por los tratados internacionales; sobre esta base concluye, que la norma citada al principio deviene inconvencional, por cuanto debe interpretarse en los términos establecidos en los diferentes instrumentos internacionales que al efecto cita. En este orden de ideas, es de exponer lo siguiente: Conforme al actual modelo constitucional, se tiene que en el artículo 1, segundo y tercer párrafo, de la Constitución General de la República, las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia, e impone a todas las autoridades, AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [26] en el ámbito de sus competencias, la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley. En este contexto se tiene que en el artículo 123, Apartado A, fracción XXIX, de la Constitución General de la República, se enuncia el conjunto de seguros mínimos tendentes a garantizar, en materia de seguridad social, la asistencia del trabajador, a saber: ● Invalidez. ● Vejez. ● Vida. ● Cesación involuntaria del trabajo. ● Enfermedades y accidentes. ● Servicios de guardería. Y ● Cualquier otro encaminado a la protección y bienestar de los trabajadores y sus familiares. Comparado lo anterior, con el contenido del artículo 122, de la Ley del Seguro Social, se observa que en éste se prevé, que para gozar de las prestaciones del ramo de invalidez, se requiere que el asegurado: ● Tenga acreditado el pago de doscientas cincuenta semanas de cotización. ● No obstante, en caso de que el dictamen respectivo determine el setenta y cinco por ciento o más de invalidez, sólo se requerirá una acreditación de ciento cincuenta semanas de cotización. Y AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [27] ● En caso de invalidez permanente y no reunir el mínimo de cotización requerido, podrá retirar el saldo de su cuenta individual del seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez en una sola exhibición. En este sentido y al margen del contexto general a que se contrae la Ley del Seguro Social, esto es, en lo que ve a su finalidad y el tipo de seguros que comprende, en el caso se tiene que en el numeral reprochado inconstitucional se recoge el derecho humano previsto en la norma constitucional bajo el concepto de seguridad social, de manera particular y en lo que interesa, el seguro de invalidez. Por otra parte, pero en el mismo orden de ideas, también es de señalar que en el precepto constitucional no se proporcionan mayores pormenores acerca de la forma en que habrá de integrarse y cubrirse el preindicado seguro de invalidez; no obstante, sobre este particular es menester considerar, según se desprende del texto de la Ley Fundamental, que el Constituyente dejó a cargo del legislador federal la facultad de establecer la regulación correspondiente que, en la especie, fue la Ley del Seguro Social y en concreto la parte que concierne al seguro de invalidez. En este contexto, tampoco es susceptible estimar inconstitucional el artículo 122, de la Ley del Seguro Social. Precisado lo anterior, esto es, que el numeral cuestionado resulta congruente con lo estipulado en la Carta Federal, es menester examinarlo ahora desde la perspectiva internacional que alude el peticionario de amparo, con el objeto de establecer si puede o no considerarse inconvencional el precepto de mérito, por cuanto así lo permiten los numerales 1 y 133, de la Constitución General de la República. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [28] Para este análisis habrá de partir y considerar los parámetros a que se contrae el disconforme, tanto en su demanda de garantías como en su escrito de agravios, que gravitan en torno a la importancia que representa el derecho a la dignidad e integridad de las personas, ponderados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexicanos, así como la necesidad de acudir al auxilio internacional para garantizar la seguridad social. En este sentido es de acotar, por una parte, que en la normativa internacional no se proporciona una definición acerca de lo que debe entenderse por dignidad humana; y, por otra parte, que en el Diccionario de la Real Academia Española1, se establece que por dignidad se entiende la "(...) Cualidad de digno (...)", y por digno se concibe al "(...) Merecedor de algo (...)". No obstante, sobre el concepto motivo de comentario se tiene que el Pleno del más Alto Tribunal de la Nación, ha sustentado el siguiente criterio: "DIGNIDAD HUMANA. EL ORDEN JURÍDICO MEXICANO LA RECONOCE COMO CONDICIÓN Y BASE DE LOS DEMÁS DERECHOS FUNDAMENTALES. El artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que todas las personas son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razones étnicas o de nacionalidad, raza, sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social que atente contra la dignidad humana y que, junto con los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos suscritos por México, reconocen el valor superior de la dignidad humana, es decir, que en el ser humano hay una dignidad que debe ser respetada en todo caso, constituyéndose como un derecho absolutamente fundamental, base y condición de todos los demás, el derecho a ser reconocido y a vivir en y con la dignidad de la persona humana, y del cual se desprenden todos los demás derechos, en cuanto son necesarios para que los individuos desarrollen integralmente su personalidad, dentro de los que se encuentran, entre otros, el derecho a la vida, a la integridad física y psíquica, al honor, a la privacidad, al nombre, a la propia 1 Vigesimotercera edición. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [29] imagen, al libre desarrollo de la personalidad, al estado civil y el propio derecho a la dignidad personal. Además, aun cuando estos derechos personalísimos no se enuncian expresamente en la Constitución General de la República, están implícitos en los tratados internacionales suscritos por México y, en todo caso, deben entenderse como derechos derivados del reconocimiento al derecho a la dignidad humana, pues sólo a través de su pleno respeto podrá hablarse de un ser humano en toda su dignidad."2 Así, bien podría definirse la dignidad humana como el conjunto de derechos que permiten al individuo desarrollar plenamente su personalidad. En cuanto a los postulados I, XI, XVI y XVII, de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, se derivan entre otros los derechos humanos a la vida, a la libertad, a la seguridad de la persona, preservación de la salud y al bienestar, a la seguridad social, así como al reconocimiento de la personalidad jurídica y de los derechos civiles; correlacionados con los diversos 26, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, referente al desarrollo progresivo, y 1, 2, 9, 10 y 18, del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 'Protocolo de San Salvador', en lo que ve a la adopción de las medidas necesarias en el orden jurídico interno e incluso la posibilidad de solicitar la cooperación de otros estados, el derecho a la seguridad social y a la salud así como la protección a los minusválidos, se tiene que el artículo 122, de la Ley del Seguro Social, no deviene inconvencional, por cuanto observa los deberes y condiciones inherentes a la dignidad e integridad humana. En efecto, al margen del comparativo realizado entre la norma constitucional y la reprochada inconstitucional, se tiene que de esta 2 Época: Novena Época; Registro: 165813; Instancia: Pleno; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo XXX, Diciembre de 2009; Materia(s): Constitucional; Tesis: P. LXV/2009; Página: 8. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [30] última se desprende la existencia de un derecho dirigido a preservar la vida y con ello la libertad y seguridad de la persona, en la medida de que prevé la existencia de un seguro que protegerá al gobernado bajo dos vertientes, la primera, cuando hubiere acreditado el pago de doscientas cincuenta semanas de cotización; más aún, en caso de que no se actualizara dicha hipótesis, surge la segunda, al referir que si la invalidez fuera al menos del setenta y cinco por ciento, se disminuirían las semanas de cotización a ciento cincuenta; e incluso, cuando ni siquiera esto último fuera cubierto, se establece la posibilidad al trabajador de retirar el saldo de su cuenta individual del seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, con la finalidad de proporcionarle la mayor cantidad de recursos que le permitan una subsistencia digna. A todo esto debe añadirse, que el seguro de invalidez de referencia, sin duda, se encuentra dirigido a preservar la salud del gobernado a través de la seguridad social que lo protege de las consecuencias de una incapacidad ajena a su voluntad que lo imposibilite para obtener los medios de subsistencia. De hecho, no debe perderse de vista, que para obtener el seguro y pensión correspondiente, no se impone una incapacidad total, sino sólo permanente y a partir del setenta y cinco por ciento; todo lo cual redunda en el pleno reconocimiento de su persona y derechos civiles. Todo lo cual así se encuentra reconocido en la legislación positiva. Correlacionado con lo anterior y en lo que ve al hecho de que la incapacidad debe provenir de causa ajena a la voluntad del gobernado, en lo cual coincide el orden jurídico nacional –ordinales 123 y 124, de la Ley del Seguro Social3– e internacional –artículo XVI, 3 "(...) Artículo 123. No se tiene derecho a disfrutar de pensión de invalidez, cuando el asegurado: I. Por sí o de acuerdo con otra persona se haya provocado intencionalmente la invalidez; II. Resulte responsable del delito intencional que originó la invalidez, y III. Padezca un estado de invalidez anterior a su afiliación al régimen obligatorio. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [31] de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre–, no obstante, conforme al desarrollo progresivo –artículo 26, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos–, no es dable oponer excusas de carácter técnico o la carencia de recursos económicos, pues existe la posibilidad de solicitar la cooperación de los estados, puesto que además, así se preceptúa en los numerales 1, 2, 9, 10 y 18, del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador"; es de considerar, por una parte, que esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis 2a. XXXVII/2013 (10a.), sustentó el criterio que dice: "SEGURO SOCIAL. EL ARTÍCULO 123, FRACCIÓN III, DE LA LEY RELATIVA NO VIOLA EL DERECHO A LA NO DISCRIMINACIÓN. La norma referida no viola el derecho a la no discriminación previsto en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que si bien es cierto que establece que el asegurado no tendrá derecho a disfrutar de pensión de invalidez cuando padezca un estado de invalidez anterior a su afiliación al régimen obligatorio, también lo es que ello encuentra justificación en que el régimen de seguridad social tiende a proteger respecto de los riesgos o las situaciones ocurridos con posterioridad a la afiliación, porque en el nuevo régimen de la Ley del Seguro Social las pensiones se financian con los recursos acumulados por los trabajadores durante su vida laboral en su cuenta individual y, por tanto, se encuentra a cargo de los propios asegurados. Además, el derecho a la no discriminación proscribe cualquier distinción motivada por razones de género, edad, condición social, religión o cualquier otra análoga que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas, y en el caso no se establece distinción alguna motivada por esas razones, sino que se encuentra dirigida a todos los En los casos de las fracciones I y II, el Instituto podrá otorgar el total o una parte de la pensión a los familiares que tuvieran derecho a las prestaciones que se conceden en el caso de muerte y la pensión se cubrirá mientras dure la invalidez del asegurado. Artículo 124. Los asegurados que soliciten el otorgamiento de una pensión de invalidez y los inválidos que se encuentren disfrutándola, deberán sujetarse a las investigaciones de carácter médico, social y económico que el Instituto estime necesarias, para comprobar si existe o subsiste el estado de invalidez. Con la finalidad de evitar simulaciones en el otorgamiento de la pensión referida en el párrafo anterior, cualquier irregularidad que se advirtiera sobre el particular por parte del Instituto, será sancionada por la autoridad correspondiente de conformidad con lo dispuesto por las normas penales que en su caso resulten aplicables. (...)" AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [32] asegurados que sufran un estado de invalidez anterior a su afiliación al régimen obligatorio."4 Por otra parte, es de precisar que si lo que se hace valer es la inconvencionalidad de un precepto a la luz de específicas normas de instrumentos internacionales, referidas a la protección de derechos humanos, donde en relación con las causas de invalidez se prevé que toda persona tiene derecho a la seguridad social que le proteja contra las consecuencias de la incapacidad "(...) proveniente de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la imposibilite (...) para obtener los medios de subsistencia (...)" –en lo cual coincide la Ley del Seguro Social–, entonces resultaría un contrasentido pretender a través del concepto de desarrollo progresivo a que se refiere otro precepto también de talla internacional, se rebase el lineamiento previsto en la primera, al grado de soslayar que la condición impuesta para considerar la invalidez, es que provenga de causa ajena a la voluntad del incapacitado; pensar de otra manera significaría acudir a la cooperación de otros estados, con el objeto de cubrir una invalidez autoinfligida sin más propósito que el de obtener una pensión, que de esa manera colocaría al gobernado en una situación de ventaja frente a otros trabajadores, ubicados en una condición de invalidez acaecida por causa fortuita. Con lo que se perdería la esencia de la seguridad social que se basa en la protección de la clase trabajadora, como parte de un núcleo social perfectamente diferenciado, contra los riesgos derivados del trabajo. De hecho, el seguro de invalidez a que se refiere el artículo 122, de la Ley del Seguro Social, es acorde a la necesidad que se plantea en el artículo 18, del "Protocolo de San Salvador", que radica en la protección a los minusválidos. 4 Época: Décima Época; Registro: 2003411; Instancia: Segunda Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro XIX, Abril de 2013, Tomo 2; Materia(s): Constitucional; Tesis: 2a. XXXVII/2013 (10a.); Página: 1639. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [33] En esta tesitura y conforme a todo lo hasta ahora expuesto, es claro que el precepto analizado no resulta inconvencional ni se le puede dar un alcance interpretativo diferente al anotado, por cuanto se adecua a la normativa internacional. Por lo que toca los diferentes numerales 1, 3, 6, 22, 25.1, y 28, de la Declaración Universal de Derechos Humanos; y 2.1, 9, 11.1 y 12, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; revisados en su contenido y relacionados con los argumentos propuestos en los conceptos de violación, se advierte que, en suma, se reitera el contenido y alcance de los extremos ya analizados, pues ahí de nuevo se destaca la importancia de proteger la dignidad, seguridad y personalidad jurídicas, el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, así como que el seguro de invalidez, al derivar de causas ajenas a la voluntad del gobernado, tiene rango de derecho humano. Por lo tanto, en lo que a esta parte se refiere imperan las mismas razones ya expuestas. En este orden de ideas, es dable sostener, desde un contexto objetivo que el numeral 122, de la Ley del Seguro Social, no es inconvencional, ya que en nada atenta en contra de la dignidad humana de los gobernados puesto que no se erige como limitante del conjunto de derechos que le permiten desarrollar plenamente su personalidad, entre ellos, el relativo a la seguridad social; por el contrario, la contempla y regula en función a los diversos parámetros establecidos en los diferentes instrumentos internacionales; así se desprende del cotejo realizado, el cual revela que, promueve, respeta, protege y garantiza los derechos humanos de seguridad social, conforme con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En este marco, es menester destacar también que el peticionario AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [34] de amparo, se abstiene de proporcionar el instrumento internacional donde se estableciera que cualesquiera que fuera el número de semanas que hubiere cotizado era suficiente para concederle la pensión de invalidez que solicitara. Esto es así, pues de la normatividad que proporcionara no se colige el extremo en cuestión. A continuación, y siempre en relación con la aplicación de la normatividad internacional, se advierte que el peticionario de amparo en su escrito de revisión argumenta que en la especie deviene razonable, para inaplicar el artículo 122, de la Ley del Seguro Social, lo dispuesto en los numerales 56, 57 y 58, del Convenio (Núm. 102) Relativo a la Norma Mínima de la Seguridad Social5, atento que en el artículo 57, punto 1, inciso a), se establece que la prestación a que se refiere el diverso 56, estará al alcance, entre otras, para las personas que hubieren cumplido con diez años de residencia, lo cual es desde luego más beneficioso –y factible para alguien con una enfermedad grave que le impida trabajar–, que quince años de cotización o empleo, de manera que ante semejante disyuntiva, que incluso resulta más favorable que la establecida en el derecho nacional, es factible considerar la residencia de diez años. Sobre este particular, cabe considerar que esta Segunda Sala en sesión de cinco de septiembre de dos mil doce, al resolver el amparo 5 "(...) Artículo 56 La prestación deberá consistir en un pago periódico calculado en la forma siguiente: a) cuando la protección comprenda a categorías de asalariados o a categorías de la población económicamente activa, de conformidad con las disposiciones del artículo 65 o con las del artículo 66; b) cuando la protección comprenda a todos los residentes cuyos recursos durante la contingencia no excedan de un límite prescrito, de conformidad con las disposiciones del artículo 67. Artículo 57 1. La prestación mencionada en el artículo 56 deberá garantizarse, en la contingencia cubierta, por lo menos: a) a las personas protegidas que hayan cumplido, antes de la contingencia, según reglas prescritas, un período de calificación que podrá ser de quince años de cotización o de empleo o de diez años de residencia; o (...) Artículo 58 Las prestaciones previstas en los artículos 56 y 57 deberán concederse durante todo el transcurso de la contingencia o hasta que sean sustituídas por una prestación de vejez. (...)" AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [35] en revisión 409/2012, correspondiente a la ponencia de la Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos, abordó el estudio del convenio de referencia y de sus disposiciones, esto es, de las que deriva la obligación del Estado de respetar los derechos de las personas, entre estos el relativo a las pensiones, para concluir que el impugnado numeral 122, de la Ley del Seguro Social no contraviene los postulados a que se contrae el artículo 123, Apartado, fracción XXIX y 133, de la Constitución General de la República, ni el ya aludido Convenio Número 102; en la ejecutoria de referencia, en lo toral, se sostuvo: ● El Convenio 102 de la Organización Internacional del Trabajo obliga a los países miembros a regular el derecho a la seguridad social bajo sus directrices, es decir, a establecer en sus leyes el derecho de las personas a la seguridad social, con los derechos mínimos en el convenio establecidos. ● El Estado Mexicano sí cumple con las previsiones del citado Convenio, debido a que no está obligado a otorgar las prestaciones de invalidez a todos los sujetos que se describen en los artículos 55 y 57 del instrumento internacional en estudio, sino que para cumplir con el compromiso internacional, el país miembro debe garantizar dichas prestaciones, cuando menos, a una de las categorías que comprenden los citados numerales en forma opcional. ● Esto es, si el artículo 55 establece que las personas protegidas a quienes se les debe garantizar la prestación, pueden ser: a) asalariados; b) población económicamente activa; o, c) residentes en el país miembro; corresponde al Estado determinar en su legislación qué categoría de sujetos considera prudente proteger, decidiendo la categoría y, si optó por las "personas económicamente activas", entonces deberá AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [36] vigilar que la protección cubra cuando menos al cincuenta por ciento de los asalariados, destacando que, en el caso, no optó por las personas residentes. ● Luego, si el Estado cumple con proteger cuando menos a una de las categorías descritas, con ello cumple el convenio internacional, sin que pueda declararse la inconstitucionalidad de una norma por el hecho de que el Estado no proteja a todas las categorías descritas, debido a que no fue ese el compromiso que adquirió al ratificar el multicitado instrumento internacional. ● Por otra parte, el numeral 57 del convenio indicado contempla un catálogo de sujetos que deben ser materia de la prestación y las condiciones en las que debe otorgárseles, por lo que el Estado únicamente está obligado, cuando menos a uno de los supuestos que es a elección del país miembro, con la condición de que deberá apegarse a los mínimos lineamientos atendiendo a la hipótesis que elija. ● Por tanto, si con base en el referido artículo 57, el Estado Mexicano determinó otorgar una pensión de invalidez a quienes hayan cumplido, antes de la contingencia, un periodo de casi cinco años para quienes tengan una invalidez menor al 75% (doscientas cincuenta semanas de cotización) o casi tres años de cotización para quienes su invalidez es igual o mayor a ese porcentaje (ciento cincuenta semanas de cotización), cumple la normatividad internacional, ya que la norma permite garantizar la pensión a quienes cumplan un periodo de calificación de quince años de cotización o de empleo o de diez años de residencia; debiendo recordar que en el caso, el país consideró pertinente señalar como personas protegidas a los asalariados y no a los residentes. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [37] ● Además, cumple el inciso a) del punto 2 del indicado artículo 57, porque estando condicionado el derecho a recibir una pensión al cumplimiento de un periodo mínimo de cotizaciones, está permitido un periodo de espera de cinco años de cotización, siendo que el artículo 122 de la Ley del Seguro Social requiere poco menos, estimando que un año cuenta con cincuenta y dos semanas, por lo que cinco años serían doscientas sesenta semanas y el referido artículo señala doscientas cincuenta y ciento cincuenta semanas, respectivamente, las que equivalen a poco menos de "tres" años. ● Aun cuando el artículo 29 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos prevé el principio pro persona consistente en que al hacer una interpretación jurídica debe buscarse el mayor beneficio para el hombre, acudiendo a la norma más amplia o a la interpretación extensiva cuando se trata de derechos protegidos, no redunda en otorgar un beneficio que la ley nacional no otorga acorde con lo reconocido en un convenio internacional. ● No procede estimar contrario al referido convenio internacional el contenido del artículo 122 de la Ley del Seguro Social, porque es a elección del Estado miembro determinar qué condiciones o categorías proteger, en la medida que al escoger una debe apegarse a los lineamientos establecidos por el convenio y si en el caso, condicionó la procedencia a un lapso de cotización, únicamente debe garantizarse dicha prestación a quienes cumplan los parámetros establecidos en el párrafo 2, excluyendo cualquier otro criterio, por no estar obligado el país a proteger y garantizar todas las categorías y, por tanto, es incuestionable que no contraviene el Convenio 102 de la Organización Internacional del Trabajo. AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [38] De lo anterior se aprecia que esta Segunda Sala ya analizó el artículo 122, de la Ley del Seguro Social a la luz de los diversos numerales 55 y 57, del Convenio 102 de la Organización Internacional del Trabajo, concluyendo que no transgrede dicho instrumento, debido a que éste únicamente obliga al Estado Mexicano a proteger, cuando menos, a una de las categorías descritas en el propio convenio (asalariados, población económicamente activa o residentes); de manera que si optó por proteger a los asalariados, el precepto legal cuestionado al exigir, para el otorgamiento de la pensión de invalidez, un periodo de casi cinco años para quienes tengan una invalidez menor al setenta y cinco por ciento (doscientas cincuenta semanas de cotización) o casi tres años de cotización para quienes su invalidez es igual o mayor a ese porcentaje (ciento cincuenta semanas de cotización), cumple la normatividad internacional. Luego, si como se ha visto el Estado Mexicano eligió proteger a la categoría de los asalariados, resulta evidente que no es factible considerar un aspecto que involucra a otra categoría como lo es la de los residentes. Por las narradas consideraciones, esta Segunda Sala aunque por distintas razones, arriba a la convicción de que, en lo que fue materia de revisión, lo procedente es confirmar la sentencia de amparo recurrida. Por lo expuesto y fundado, se resuelve: PRIMERO. En lo que fue materia de revisión, se confirma la sentencia recurrida. SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege. Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos a su lugar de origen y, en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido.