A.R. 1030/2015. - Suprema Corte de Justicia de la Nación

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AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015.
RECURRENTE: **********.
PONENTE:
MINISTRO ALBERTO PÉREZ DAYÁN.
SECRETARIO:
RAFAEL QUERO MIJANGOS.
Vo.Bo.
Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
VISTOS, para resolver el amparo en revisión identificado al
rubro; y
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. Demanda de amparo. Mediante escrito presentado
el veintidós de agosto de dos mil catorce, ante la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia
Administrativa y de Trabajo en el Estado de Jalisco, **********, por su
propio derecho, demandó el amparo y protección de la Justicia
Federal, contra de las autoridades y por los actos que a continuación
se precisan:
"(...)
III. AUTORIDADES RESPONSABLES: Tienen tal carácter las
siguientes:
A) El Congreso de la Unión, conformado por la Cámara de
Senadores y por la de Diputados; y
B) Presidente de la República.
IV. ACTOS RECLAMADOS: Los cuales se hacen consistir en lo
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [2]
siguiente:
A) Del Congreso de la Unión, la expedición del artículo 122 de
la Ley del Seguro Social; y
B) Del Presidente de la República, la promulgación del citado
artículo 122 de la Ley del Seguro Social.
(...)
VI. PRECEPTOS QUE CONTIENEN LOS DERECHOS HUMANOS
Y GARANTÍAS CUYA VIOLACIÓN SE RECLAMA: De la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, los artículos 1, 123,
Apartado A, fracción XXIX y 133; de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, los ordinales I, XI, XVI y XVII; de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, los preceptos 1.1,
2, 3, 5.1, 5.2 y 26; del Protocolo Adicional a la Convención Americana
sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales ("Protocolo de San Salvador"), los numerales 1,
2, 9, 10 y 18; de la Declaración Universal de Derechos Humanos, los
dispositivos 1, 3, 6, 22, 25.1, y 28; y del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los artículos 2.1, 9, 11.1
y 12.
(...)".
SEGUNDO. Trámite y resolución del juicio de amparo. En
proveído de veintiséis de agosto de dos mil catorce, el Juez Tercero
de Distrito en Materia Administrativa y de Trabajo en el Estado de
Jalisco, admitió a trámite la demanda de garantías y la registró con el
número **********. Posteriormente, por auto de diez de noviembre de
dos mil catorce, conforme a lo ordenado en el oficio ********** de nueve
de diciembre de dos mil trece, el Secretario Técnico de Carrera
Judicial, Adscripción y Creación de Nuevos Órganos del Consejo de la
Judicatura Federal, remitió los autos del referido juicio de amparo a la
Jueza Sexto de Distrito del Centro Auxiliar de la Tercera Región, con
residencia en Uruapan, Michoacán, donde se registró como cuaderno
auxiliar **********; seguidos los trámites, el indicado juzgado auxiliar
dictó sentencia el quince de diciembre de dos mil catorce, en la
cual negó el amparo y protección de la Justicia Federal solicitados.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [3]
TERCERO. Trámite del recurso de revisión.
Inconforme con el fallo de referencia, el autorizado del
titular de la acción constitucional, mediante escrito
exhibido el dieciséis de enero de dos mil quince, ante la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia
Administrativa y de Trabajo del Estado de Jalisco, interpuso recurso de
revisión.
Mediante proveído de uno de junio de dos mil quince, el
Presidente del Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito, admitió a trámite el recurso de revisión, el cual registró
con el número de expediente **********; y, agotados los trámites de ley,
en sesión de catorce de agosto de dos mil quince, resolvió, que en la
materia de su competencia no había lugar a sobreseer; y, en lo relativo
al tema de constitucionalidad declara su legal incompetencia y ordenó
se remitieran los autos a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
para su conocimiento y resolución.
En proveído de ocho de septiembre de dos mil quince, este Alto
Tribunal asumió su competencia originaria para conocer el recurso de
revisión que se hiciera valer, el cual radicó como toca 1030/2015, y
ordenó turnar los autos al Ministro Alberto Pérez Dayán, para la
elaboración del proyecto de sentencia.
Por acuerdo de treinta de septiembre de dos mil quince, el
Presidente de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, determinó que ésta se avoca al conocimiento del asunto y
ordenó remitir el expediente a su propia ponencia para la elaboración
del proyecto.
CONSIDERANDO.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [4]
PRIMERO. Competencia. Esta Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, es competente para conocer y, resolver
este recurso de revisión, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, vigente a partir del tres de abril de dos mil
trece; 11, fracción V y 21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación y 81, fracción I, inciso e) de la Ley de
Amparo vigente, y conforme a lo previsto en los puntos primero y
segundo, fracción III, del Acuerdo General 5/2013 del Pleno de este
Alto Tribunal, de trece de mayo de dos mil trece, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el veintiuno del mismo mes y año, y vigente a
partir del veintidós siguiente, toda vez que se promueve contra una
sentencia dictada por un Juez de Distrito en un juicio de amparo
indirecto en materia administrativa en el que se analiza la
constitucionalidad de diversos artículos de la Ley de la Policía Federal,
y de su Reglamento, asunto que fue admitido a trámite con
posterioridad a la entrada de la Ley de Amparo en vigor.
SEGUNDO. Oportunidad del recurso de revisión. El Tribunal
Colegiado de Circuito del conocimiento, en el resultando tercero y
considerando cuarto de su resolución de catorce de agosto de dos mil
quince, determinó que el recurso de revisión fue interpuesto en tiempo
y por parte legitimada para ello. Consecuentemente, es innecesario
pronunciarse al respecto.
TERCERO. Antecedentes. Los elementos necesarios para la
resolución del presente asunto, son los siguientes:
1. Como se dejara sentado, el peticionario de amparo,
accionó la vía indirecta de amparo, por cuanto consideró
inconstitucional el artículo 122, de la Ley del Seguro Social;
y, como acto de aplicación la resolución negativa de
pensión con folio **********, de uno de agosto de dos mil
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [5]
catorce, suscrita por el Jefe del Departamento de
Pensiones Subdelegacional, del Instituto Mexicano del
Seguro Social, en Ocotlán, Jalisco, donde en lo
conducente se lee:
"(...)
II. CONSIDERANDO
Que el servicio de afiliación vigencia de derechos en
certificación del **********, certificó que el asegurado
únicamente tiene reconocidas 134 (sic), no cubriendo el
requisito del artículo 122 de la Ley del Seguro Social que
establece un período mínimo de espera de 150 semanas
de cotización, en virtud del porcentaje de invalidez
determinado por el servicio de salud en el trabajo
mediante dictamen médico elaborado en fecha **********.
III. RESOLUCIÓN.
SE NIEGA LA PENSIÓN DE: INVALIDEZ
SOLICITADA POR: **********.
EN VIRTUD DE NO CUMPLIR CON LO ESTABLECIDO EN
EL ARTÍCULO: 122 DE LA LEY DEL SEGURO SOCIAL.
(...)."
Sobre esta base se observa que el titular de la acción
constitucional, formuló un solo concepto de violación
donde, en lo medular, argumentó que:
● Conforme a lo previsto en el numeral 1 de la Carta
Federal, los derechos humanos contenidos en ésta y
en los tratados internacionales, forman parte del
control de regularidad constitucional. Y, de acuerdo al
principio ‘pro persona’ se otorgará al gobernado la
protección más amplia.
● En el ordinal 123, Apartado A, fracción XXIX, de la
Constitución General de la República, se contiene el
derecho humano a la seguridad social de manera que,
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [6]
bajo esta condición, habrá de concluir que el artículo
122, de la Ley del Seguro Social es inconvencional.
● En la sentencia de veintitrés de noviembre de dos
mil nueve, dictada por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, en el caso Radilla Pacheco
contra el Estado Mexicano, se dejó establecida: La
importancia del derecho humano a la dignidad e
integridad de las personas; el respeto a los derechos
humanos y civiles fundamentales; la obligación de los
estados de garantizar la efectividad de los derechos
humanos, mediante la adopción de la medidas
conducentes en su derecho interno; y, el deben de las
autoridades de interpretar y aplicar, con independencia
de las disposiciones en contrario, los derechos
humanos reconocidos en los tratados internacionales.
● Todo lo anterior, se corrobora en términos de lo
dispuesto en los siguientes preceptos: I, XI, XVI y XVII,
de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, los ordinales; 26, de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; 1,
2, 9, 10 y 18, del Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de
Derechos
Económicos,
Sociales
y
Culturales
("Protocolo de San Salvador"); 1, 3, 6, 22, 25.1, y 28,
de la Declaración Universal de Derechos Humanos; y
2.1, 9, 11.1 y 12, del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales.
2. Admitida la demanda de garantías, el Órgano de Control
Constitucional
auxiliar,
al
dictar
correspondiente, en lo medular, consideró:
la
sentencia
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [7]
● Que la pensión de invalidez constituye la prestación
económica que otorga el sistema de seguridad social
cuando un afiliado pierde su capacidad laboral al
grado que no puede procurarse su propio sustento
mediante el desempeño de un trabajo. Se contrata a
través de la institución de seguros que elija el
beneficiario, con base en el saldo acumulado en la
cuenta individual del asegurado. Corre a cargo de los
asegurados quienes deberán contratar una renta
vitalicia o efectuar retiros programados del saldo de su
cuenta individual. El saldo acumulado en la cuenta del
beneficiario constituye la prima que tiene obligación de
pagar por el seguro de invalidez, porque, se reitera, tal
saldo integra una parte del
monto constitutivo
necesario para la contratación del seguro respectivo.
● Que en el numeral 123, de la Ley del Seguro Social,
se limita la procedencia de la pensión por invalidez en
los casos en que el riesgo haya sido provocado
intencionalmente, o tenga como origen la comisión de
un delito intencional, o el estado de incapacidad sea
anterior a la afiliación al régimen obligatorio.
● Que atento lo dispuesto en el artículo 122 de la Ley
del Seguro Social, se desprende que para acceder a
una pensión de invalidez se requiere un mínimo de
doscientas cincuenta semanas de aportación al
sistema o ciento cincuenta (en caso de que la
incapacidad sea del setenta y cinco por ciento o
superior) antes de que se configure el estado de
incapacidad.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [8]
Luego, el periodo mínimo de cotización establecido se
convierte en el tiempo necesario para que el
asegurado pueda solventar la pensión de invalidez con
su cuenta individual.
"(...)
Lo anterior responde a una doble finalidad relacionada con la
sustentabilidad del sistema de seguridad social:
a) Establecer un periodo mínimo de aportaciones que
financien el otorgamiento de la pensión, partiendo de que en
el sistema cada uno de los asegurados solventa su pensión a
través de los fondos que se acumulen en cuentas
individuales.
b) Evitar actos fraudulentos al sistema de seguridad social, ya
que con dicho requisito se impide que personas que tengan
un estado de invalidez ingresen sólo para el efecto de
beneficiarse con las prestaciones en comento, sin que se
hubieren generado los recursos suficientes para financiarlas.
Así, la ley presume que una persona no puede conocer de su
estado de invalidez con una antelación mínima a doscientas
cincuenta o ciento cincuenta semanas, lo que desincentiva la
incorporación meramente para obtener los beneficios de
seguridad social.
La disposición anterior integra la materia de la presente
instancia constitucional, ya que con base en ella se negó al
amparista la pensión de invalidez que solicitó ante el Instituto
Mexicano del Seguro Social (foja 71). Por lo anterior, se
analizará la proporcionalidad de dicha medida en lo
concerniente a las pensiones en comento.
(a) En primer lugar, se analizará si la norma reclamada
persigue un fin constitucionalmente válido y es idónea para
alcanzarlo.
En ese sentido, el fin inmediato del precepto en estudio
consiste en establecer una prima mínima a pagar para la
obtención de las prestaciones de invalidez. El fin mediato
consiste en salvaguardar la sustentabilidad del sistema de
seguridad social.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [9]
En virtud de que los fines anteriores no se encuentran
prohibidos en la constitución, debe subsistir la presunción de
constitucionalidad de la que goza toda ley, ya que sostener lo
contrario implicaría prejuzgar la proporcionalidad de ésta, sin
que exista una disposición expresa que sirva de base objetiva
para tal efecto.
Por tanto, la disposición reclamada persigue una finalidad
constitucionalmente legítima.
(b) En segundo lugar, se analizará la idoneidad de la norma en
evaluación, es decir, si es apta y susceptible de alcanzar el fin
perseguido.
Este paso se realizará conforme la siguiente regla
argumentativa: un acto se presume idóneo para alcanzar su
fin, salvo que sea evidente lo contrario. Lo anterior, tomando
en consideración la presunción de legalidad de toda norma y
la complejidad para evaluar empíricamente su eficacia, siendo
que el legislador únicamente puede evaluar este último
aspecto sobre bases generales.
En ese sentido, entre los fines que persigue tal disposición,
existe un nexo de causalidad, es decir, el fin inmediato
(obtener una prima mínima a pagar para la obtención de las
prestaciones de invalidez) sirve como medio para alcanzar el
fin mediato (salvaguardar la sustentabilidad del sistema de
seguridad social basado en cuentas individuales), ya que
establece un monto mínimo en que el otorgamiento de la
prestación es sustentable por cada uno de los asegurados y
desincentiva el ingreso de personas con padecimientos de
incapacidad previos, que no se encuentran protegidos por la
pensión en comento (ya que, se reitera, tiene como sujetos a
personas que son económicamente activas).
Luego, el objetivo que busca conseguir el artículo en análisis
es adecuado para lograr el fin constitucionalmente legítimo, al
existir entre ellos una relación de medio-fin.
(c) En tercer término, se estudiará la necesidad de la medida
establecida en la norma impugnada.
En ese sentido, la necesidad de una disposición normativa
consiste en verificar que sea la más benigna de todas las
medidas idóneas o adecuadas para alcanzar el fin legítimo
que se persigue.
En el presente juicio no se encuentran acreditadas medidas
alternativas para proteger la sustentabilidad del sistema de
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [10]
seguro social en análisis, pues, como se expuso, las
pensiones son solventadas por los propios asegurados a
través de los recursos que acumulen en cuentan individuales.
Por lo que sostener una alternativa diferente, desnaturalizaría
el carácter de seguro individual del sistema, lo que no forma
parte de la litis constitucional.
Por tanto, al no existir alternativas plausibles, el normativo
impugnado resulta necesario.
(d) Por último, se procederá a evaluar la proporcionalidad de la
norma general reclamada. Es decir, se sopesará si el grado de
satisfacción de la finalidad constitucional perseguida por la
diferenciación establecida por el legislador en la norma
impugnada es, por lo menos, equivalente al grado en que
afecta el derecho a la seguridad social del quejoso.
Para lo anterior, se ponderarán los derechos involucrados a fin
de determinar cuál debe tener prioridad en el caso concreto.
Como se expuso, los límites a derechos fundamentales deben
responder a bases razonables y objetivas, estar previstas en
una ley formal, y responder a un interés general, con el
propósito para el cual han sido establecidos, en términos del
artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos
humanos.
En ese sentido, el precepto reclamado responde al interés
general relativo a que el sistema de pensiones sea sustentable
para cada uno de los asegurados.
Lo anterior, pues el sistema parte de la base de que cada uno
de los asegurados solventa su pensión a través de los fondos
que se acumulen en cuentas individuales, lo que implica que
debe existir un esfuerzo de cotización por cada uno de los
miembros
De tal suerte que, como se expuso, es necesario establecer un
periodo mínimo de aportaciones que financien el otorgamiento
de cada pensión en lo individual.
Además, se reitera, con dicho periodo se evitan actos
fraudulentos al sistema de seguridad social, ya que con tal
requisito se impide que personas que tengan un estado de
invalidez preexistente ingresen sólo para el efecto de
beneficiarse con las prestaciones en comento, sin que se
hubieren generado los recursos suficientes para financiarlas.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [11]
Ahora bien, el grado de incidencia en el derecho a la pensión
de invalidez de los trabajadores se estima menor al interés
general destacado.
En efecto, como se dilucidó, el seguro en comento parte de que
la persona se encuentra en posibilidad de trabajar, ya que
cubre el riesgo de que durante su etapa económicamente
activa sufra de algún accidente o enfermedad no profesional
que le impida seguir solventando su existencia.
De ahí que se trate de una pensión para la clase trabajadora y
no para la población en general.
Lo anterior, pues como se expuso, los servicios a
derechohabientes de instituciones públicas de seguridad
social difieren de los establecidos para la población en general.
En consecuencia, resulta razonable que se exija un periodo
mínimo de trabajo para sustentar el sistema de seguridad
social, porque de otra manera se solventaría el ingreso de una
persona sobre la que no existe certeza de que desde un inicio
podía ser económicamente activo.
Es así, pues, se reitera, el sistema parte de que el trabajador
estuvo en posibilidad de trabajar durante un tiempo mínimo
antes de que se configurara su estado de invalidez, por lo que
es necesario subsanar ese ingreso que se había consolidado
de manera razonable en su esfera jurídica.
Considerar una hipótesis diferente envolvería que sólo con
ingresar al sistema se generaría el derecho a la pensión en
comento, lo que no sería sostenible para todos los asegurados,
pues las pensiones son solventadas por cada uno de ellos en
lo individual.
Lo determinado tiene sustento en la circunstancia de que la
prestación en análisis no constituye, se insiste, una prestación
para la población en general, sino únicamente para los
derechohabientes del Seguro Social.
Por tanto, las personas que no cumplan con los requisitos
anteriores se encuentran protegidas por el Sistema de
Protección Social en Salud de conformidad con el artículo
cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que como se dilucidó, constituye el sistema de
salud universal y preferentemente gratuito contemplado en el
orden jurídico mexicano.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [12]
De ahí que la obligación del Estado en cuanto a la protección
de los derechos económicos y sociales relativos a la salud y a
la seguridad social no se cumple únicamente a través de las
prestaciones que brinda el Instituto del Seguro Social.
Por tanto, no es posible considerar que las prestaciones de
invalidez en análisis deban necesariamente tener un carácter
universal.
Máxime que el artículo en comento sigue un parámetro mínimo
para la subsistencia del trabajador, al establecer la devolución
en una sola exhibición de las aportaciones que se hicieron en
la cuenta individual del seguro de retiro, cesantía en edad
avanzada y vejez.
Ahora bien, en relación con la proporcionalidad particular del
periodo mínimo de espera establecido, debe decirse en el
marco del derecho internacional, únicamente existe como
parámetro el Convenio número 102 relativo a la norma mínima
de la seguridad social, de la Organización Internacional del
Trabajo, suscrito en 1952, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el treinta y uno de diciembre de mil novecientos
cincuenta y nueve, y ratificado por el Estado Mexicano el doce
de octubre de mil novecientos sesenta y uno.
En ese sentido, dicha normatividad establece en la Parte IX,
denominada Prestaciones de Invalidez, los requisitos mínimos
para acceder a dichas prestaciones.
En efecto, en el artículo 57 se acordó:
"(...)"
De los preceptos anteriores se sigue que el periodo mínimo
exigido para recibir las prestaciones de invalidez es de quince
años y de manera extraordinaria y reducida de tres años (sólo
cuando todas las personas económicamente activas estén
aseguradas).
De manera que el periodo mínimo de espera establecido en el
artículo reclamado (2.8 años -150 semanas-) es menor que el
periodo general convenido internacionalmente (quince años);
menor al que se prevé para la prestación reducida a que se
refiere el punto 2 de dicho precepto, cuando se esté
condicionada a un periodo mínimo de cotización de empleo
(cinco años); y substancialmente igual al periodo establecido
de manera extraordinaria para la prestación reducida aplicable
cuando todas la personas económicamente activas estén
protegidas (tres años).
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [13]
En consecuencia, la pensión de invalidez prevista en la
legislación nacional establece mejores condiciones que las
reguladas como mínimas en el marco legal internacional, por lo
que no existe un parámetro que beneficie en mayor grado a los
trabajadores sujetos de dicha prestación.
Sirve de apoyo a lo considerado, la tesis I.9o.T.13 L (10a.) del
Noveno Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer
Circuito, localizable en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Décima Época, Libro XVI, enero de 2013, Tomo 3,
página: 2107:
"PENSIÓN DE INVALIDEZ. LA PREVISTA EN LA LEGISLACIÓN NACIONAL
ESTABLECE MEJORES CONDICIONES QUE LAS REGULADAS COMO
MÍNIMAS EN EL MARCO LEGAL INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS
HUMANOS (...)"
Sin que sea posible dar un alcance mayor a la prestación en
análisis, pues, como se evidenció, los requisitos en comento
se encuentran dentro de los parámetros internacionales
convenidos y no existe un criterio jurisprudencial de la Corte
Internacional de Derechos Humanos que hubiera integrado un
estándar más beneficioso en la materia.
Por tanto, al tratarse de una prestación para la clase
trabajadora y no para la población en general, el precepto
reclamado es proporcional, al exigir un esfuerzo mínimo de
cotización para la sustentabilidad del sistema.
Lo anterior tomando en cuenta que considerar lo contrario
implicaría que el derecho a la seguridad social de los
trabajadores en lo individual sería absoluto, en detrimento del
mismo derecho pero en su dimensión general.
Sin que se pueda considerar al precepto reclamado como
violatorio del principio de progresividad que rige en materia de
derechos humanos, porque el alcance progresivo de los
derechos económicos, sociales y culturales, se encuentra
limitado a las posibilidades económicas del Estado, sobre la
base del máximo aprovechamiento de los recursos
disponibles.
Y en ese sentido, se reitera, el Estado Mexicano cuenta con un
sistema universal de protección a la salud. Por lo que el
cumplimiento de las obligaciones económicas y sociales en
materia de seguridad social no puede evaluarse de manera
aislada.
De manera que sobre el conjunto de la población existe una
cobertura general respecto del derecho a la seguridad social,
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [14]
por lo que no puede exigirse que a un seguro dirigido a un
sector
específico
de
la
población
(trabajadores
derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social) se
le dé un alcance general.
En esa línea, como se consideró, no es posible analizar las
condiciones individuales del quejoso en relación con los
sistemas de seguridad social en comento, debido a que la
progresividad de los derechos involucrados debe medirse en
su dimensión abstracta prevista en el sistema jurídico, por lo
que las circunstancias concretas de aplicación en relación con
el amparista no trascienden a la situación general regulada por
la norma. De tal suerte que el no apego a las disposiciones en
referencia transgrediría, en su caso, a tales preceptos, pero no
podría considerarse como regresivo su contenido.
Además, no se trata de una reforma legislativa que varíe las
condiciones de seguridad social a que tenía derecho el
amparista, por lo que no puede considerarse de carácter
regresivo, sino que se trata del sistema de seguridad social del
que fue derechohabiente el quejoso desde el inicio de su vida
laboral (régimen de la Ley del Seguro Social de 1997).
Por tanto, debe concluirse que el artículo reclamado establece
una restricción constitucional y convencionalmente válida, ya
que el grado de afectación al derecho a la pensión de invalidez
es menor que el interés general involucrado, y tratarse de una
disposición prevista en una ley formal.
En conclusión, al ser infundado el concepto de violación y no
existir alguna cuestión por la cual proceda suplir la deficiencia
de la queja en términos del artículo 79 de la Ley de Amparo, se
niega el amparo solicitado respecto del artículo 122 de la Ley
del Seguro Social.
(...)."
3. Disconforme con esta decisión, el titular de la acción
constitucional interpuso recurso de revisión que admitido
por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito, el cual determinó que carecía de
competencia
legal
para
resolver
el
problema
de
constitucionalidad planteado y, por ello, en función a la
competencia originaria de esta Suprema Corte de Justicia
de la Nación remitió los autos correspondiente.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [15]
CUARTO. Argumentos de agravio. La parte
disconforme, formuló cuatro conceptos de agravio que
pueden sintetizarse en los siguientes términos:
1. Se violentó lo dispuesto en el artículo 74, fracción II, de la Ley
de Amparo, ya que el Órgano de Control Constitución, omitió
pronunciarse en relación con: El derecho humano a la dignidad como
parámetro de control de regularidad constitucional; que la norma
cuestionada impide la consecución de la seguridad social, lo cual lleva
aparejado que se viole el derecho a la integridad y libre desarrollo de
la personalidad; la seguridad social es un instrumento de política
financiera; los estados tienen la obligación de acudir a la cooperación
internacional para solventar la obligaciones en comentario; lo cual
redunda en considerar que se está en presencia de una sentencia
incongruente.
2. También se transgredió lo previsto en el precitado numeral 74,
fracción IV, de la Ley de Amparo, pues en la sentencia recurrida se
dejaron de atender los principios ‘pro persona’ y progresividad, pues
se descuidó que estos consisten en otorgar mayor protección al
gobernado.
3. Se omitió fundar y motivar por qué era aplicable la
jurisprudencia titulada "GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL DESARROLLO DE
SUS LÍMITES Y LA REGULACIÓN DE SUS POSIBLES CONFLICTOS POR PARTE
DEL LEGISLADOR DEBE RESPETAR LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD Y
PROPORCIONALIDAD JURÍDICA", lo cual era necesario hacer, atento que
con la reforma del artículo 1 de la Constitución General de la
República, en dos mil once —la jurisprudencia data de dos mil siete—,
cambió el orden constitucional del país y con ello el tratamiento
inherente a los derechos humanos.
4. Homologa la resolutora de amparo el derecho a la salud con el
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [16]
diverso de seguridad social, donde el primero sólo es una vertiente del
segundo; en cuanto a la pensión, se limita a convalidar la norma, a
partir de su propio contenido y soslaya que dicho precepto entraña una
transgresión a
la obligación del Estado de promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos, pues de manera
superficial se basó "(...) en la consideración de que si no se tiene acceso al
derecho humano de la seguridad social, será solamente como consecuencia de
que con motivo de que el derechohabiente no cumplió con todo el tiempo de
cotización, entonces su cuenta individual no tendrá recursos suficientes (...)", y
de esta manera desatiende lo ordenado en el artículo 1 constitucional.
5. Resulta tendenciosa la alusión que hace del Convenio número
102 de la Organización Internacional del Trabajo, relativo a la norma
mínima de seguridad social, pues aun cuando ahí se prevén beneficios
mayores; sin embargo, se trata de una previsión más gravosa que su
similar del derecho nacional. Además, dejó de considerar la
Observación
General
Número
19
del
Comité
de
Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, donde existe un parámetro que
otorga un beneficio mayor. En el mismo sentido argumenta que no se
requiere exista una ley más favorecedora, pues basta con que se
inaplique la existente.
CUARTO. Análisis sobre la cuestión de fondo. Conforme a lo
arriba anotado y por las razones que de inmediato se exponen, esta
Segunda Sala arriba a la convicción de que no asiste razón a la parte
titular de la acción constitucional, pues aun cuando pudieran estimarse
fundados sus motivos de agravio, de cualquier manera resultarían
ineficaces.
En efecto, en cuanto a la delimitación del tema es de acotar que
el ahora recurrente, en su demanda de garantías propuso la
inconstitucionalidad del artículo 122, de la Ley del Seguro Social, por
cuanto considera que dicha norma trastoca el derecho humano a la
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [17]
seguridad social, en la medida de que niega la pensión
por invalidez cuando el trabajador no ha cubierto el
período mínimo de espera de ciento cincuenta semanas
de cotización; lo cual denuncia es contrario a los postulados a que se
contraen los artículos 1, 123, Apartado A, fracción XXIX y 133, de la
Constitución General de la República; I, XI, XVI y XVII, de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 26, de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 1, 2, 9, 10 y 18,
del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
"Protocolo de San Salvador"; 1, 3, 6, 22, 25.1, y 28, de la Declaración
Universal de Derechos Humanos; y 2.1, 9, 11.1 y 12, del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Antes de proseguir, cabe destacar que la normatividad aludida,
en lo que interesa, dice:
● Ley del Seguro Social.
"(...)
Artículo 122. Para gozar de las prestaciones del ramo de invalidez se
requiere que al declararse ésta el asegurado tenga acreditado el pago
de doscientas cincuenta semanas de cotización. En el caso que el
dictamen respectivo determine el setenta y cinco por ciento o más de
invalidez sólo se requerirá que tenga acreditadas ciento cincuenta
semanas de cotización.
El declarado en estado de invalidez de naturaleza permanente que no
reúna las semanas de cotización señaladas en el párrafo anterior
podrá retirar, en el momento que lo desee, el saldo de su cuenta
individual del seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez en
una sola exhibición.
(...)"
● Constitución General de la República.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [18]
"(...)
Art. 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas
gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución
y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no
podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de
conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales
de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la
obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia,
el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca
la ley.
Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los
esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán,
por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes.
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o
nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social,
las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias
sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad
humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y
libertades de las personas.
(...)
Artículo 123. Toda persona tiene derecho al trabajo digno y
socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la
organización social de trabajo, conforme a la ley.
El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes
deberá expedir leyes sobre el trabajo, las cuales regirán:
(...)
A. Entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y
de una manera general, todo contrato de trabajo:
XXIX. Es de utilidad pública la Ley del Seguro Social, y ella
comprenderá seguros de invalidez, de vejez, de vida, de cesación
involuntaria del trabajo, de enfermedades y accidentes, de servicios
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [19]
de guardería y cualquier otro encaminado a la protección
y bienestar de los trabajadores, campesinos, no
asalariados y otros sectores sociales y sus familiares.
(...)
Art. 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que
emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la
misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la
República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda
la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha
Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en
contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los
Estados.
(...)"
● Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre.
"(...)
Artículo I. Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la
seguridad de su persona.
(…)
Artículo XI. Toda persona tiene derecho a que su salud sea
preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas a la
alimentación, el vestido, la vivienda y la asistencia médica,
correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los de
la comunidad.
(...)
Artículo XVI. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que le
proteja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y de
la incapacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a su
voluntad, la imposibilite física o mentalmente para obtener los
medios de subsistencia.
Artículo XVII. Toda persona tiene derecho a que se le reconozca en
cualquier parte como sujeto de derechos y obligaciones, y a gozar de
los derechos civiles fundamentales.
(...)"
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [20]
● Convención Americana sobre Derechos Humanos.
"(...)
Artículo 26. Desarrollo Progresivo
Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a
nivel interno como mediante la cooperación internacional,
especialmente económica y técnica, para lograr progresivamente la
plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas
económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura,
contenidas en la Carta de la Organización de los Estados
Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la
medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros
medios apropiados.
(...)"
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
'Protocolo de San Salvador.
"(...)
Artículo 1. Obligación de Adoptar Medidas.
Los Estados partes en el presente Protocolo Adicional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos se comprometen a
adoptar las medidas necesarias tanto de orden interno como
mediante la cooperación entre los Estados, especialmente económica
y técnica, hasta el máximo de los recursos disponibles y tomando en
cuenta su grado de desarrollo, a fin de lograr progresivamente, y de
conformidad con la legislación interna, la plena efectividad de los
derechos que se reconocen en el presente Protocolo.
Artículo 2. Obligación de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno.
Si el ejercicio de los derechos establecidos en el presente Protocolo
no estuviera ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro
carácter, los Estados partes se comprometen a adoptar, con arreglo a
sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de este
Protocolo, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacer efectivos tales derechos.
(...)
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [21]
Artículo 9. Derecho a la Seguridad Social
1. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que la
proteja contra las consecuencias de la vejez y de la
incapacidad que la imposibilite física o mentalmente para obtener los
medios para llevar una vida digna y decorosa. En caso de muerte del
beneficiario, las prestaciones de seguridad social serán aplicadas a
sus dependientes.
2. Cuando se trate de personas que se encuentran trabajando, el
derecho a la seguridad social cubrirá al menos la atención médica y
el subsidio o jubilación en casos de accidentes de trabajo o de
enfermedad profesional y, cuando se trate de mujeres, licencia
retribuida por maternidad antes y después del parto.
Artículo 10. Derecho a la Salud
1. Toda persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute
del más alto nivel de bienestar físico, mental y social.
2. Con el fin de hacer efectivo el derecho a la salud los Estados
partes se comprometen a reconocer la salud como un bien público y
particularmente a adoptar las siguientes medidas para garantizar este
derecho:
a. la atención primaria de la salud, entendiendo como tal la asistencia
sanitaria esencial puesta al alcance de todos los individuos y
familiares de la comunidad;
b. la extensión de los beneficios de los servicios de salud a todos los
individuos sujetos a la jurisdicción del Estado;
c. la total inmunización contra las principales enfermedades
infecciosas;
d. la prevención y el tratamiento de las enfermedades endémicas,
profesionales y de otra índole;
e. la educación de la población sobre la prevención y tratamiento de
los problemas de salud, y
f. la satisfacción de las necesidades de salud de los grupos de más
alto riesgo y que por sus condiciones de pobreza sean más
vulnerables.
(...)
Artículo 18. Protección de los Minusválidos
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [22]
Toda persona afectada por una disminución de sus capacidades
físicas o mentales tiene derecho a recibir una atención especial con
el fin de alcanzar el máximo desarrollo de su personalidad. Con tal
fin, los Estados partes se comprometen a adoptar las medidas que
sean necesarias para ese propósito y en especial a:
a. ejecutar programas específicos destinados a proporcionar a los
minusválidos los recursos y el ambiente necesario para alcanzar ese
objetivo, incluidos programas laborales adecuados a sus
posibilidades y que deberán ser libremente aceptados por ellos o por
sus representantes legales, en su caso;
b. proporcionar formación especial a los familiares de los
minusválidos a fin de ayudarlos a resolver los problemas de
convivencia y convertirlos en agentes activos del desarrollo físico,
mental y emocional de éstos;
c. incluir de manera prioritaria en sus planes de desarrollo urbano la
consideración de soluciones a los requerimientos específicos
generados por las necesidades de este grupo;
d. estimular la formación de organizaciones sociales en las que los
minusválidos puedan desarrollar una vida plena.
(...)."
● Declaración Universal de los Derechos Humanos:
"(...)
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros.
(...)
Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad
de su persona.
(...)
Artículo 6
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [23]
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al
reconocimiento de su personalidad jurídica.
(...)
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la
seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la
cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los
recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos
económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al
libre desarrollo de su personalidad.
(...)
Artículo 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le
asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros
en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros
casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.
(...)
Artículo 28
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e
internacional en el que los derechos y libertades proclamados en
esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
(...)."
● Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales.
"(...)
ARTÍCULO 2
Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete
a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y
la cooperación internacionales, especialmente económicas y
técnicas, hasta el máximo de los recursos de que disponga, para
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [24]
lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive
en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad
de los derechos aquí reconocidos.
(...)
ARTÍCULO 9
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de
toda persona a la seguridad social, incluso al seguro social.
(...)
ARTÍCULO 11
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de
toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso
alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua
de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán
medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho,
reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación
internacional fundada en el libre consentimiento.
(...)
ARTÍCULO 12
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de
toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y
mental.
2. Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el
Pacto a fin de asegurar la plena efectividad de este derecho, figurarán
las necesarias para:
a) La reducción de la mortinatalidad y de la mortalidad infantil, el
sano desarrollo de los niños;
b) El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y
del medio ambiente;
c) La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas,
endémicas, profesionales y de otra índole, y la lucha contra ellas;
d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia
médica y servicios médicos en caso de enfermedad.
(...)."
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [25]
Como se puede apreciar de todo lo expuesto, el
citado disconforme reprocha inconstitucional el artículo
122, de la Ley del Seguro Social, por cuanto considera
que el hecho de excluirlo de una pensión de invalidez, por no colmar el
número mínimo de semanas de cotización previsto para ello, atenta
contra su derecho humano a la seguridad social, a que se contrae el
citado ordinal 123, Apartado A, fracción XXIX y 133, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; esto, en la medida de que a
partir de la reforma constitucional de dos mil once, se amplió el
espectro de protección a los derechos humanos y, con ello la
necesidad de otorgar la mayor protección posible al gobernado, atento
al principio 'pro personae'; argumento que apoya en la sentencia
dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso
Radilla Pacheco, donde se ponderó la importancia que representa el
derecho a la dignidad e integridad de las personas; la necesidad de
respetar los derechos humanos; la obligación de los estados de
garantizar, en su derecho interno, la efectividad de los derechos
humanos; el deber de las autoridades de interpretar y aplicar, con
independencia de las disposiciones en contrario, los derechos
humanos reconocidos por los tratados internacionales; sobre esta
base
concluye,
que
la
norma
citada
al
principio
deviene
inconvencional, por cuanto debe interpretarse en los términos
establecidos en los diferentes instrumentos internacionales que al
efecto cita.
En este orden de ideas, es de exponer lo siguiente:
Conforme al actual modelo constitucional, se tiene que en el
artículo 1, segundo y tercer párrafo, de la Constitución General de la
República, las normas relativas a los derechos humanos se
interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados
internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia, e impone a todas las autoridades,
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [26]
en el ámbito de sus competencias, la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad
con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los
términos que establezca la ley.
En este contexto se tiene que en el artículo 123, Apartado A,
fracción XXIX, de la Constitución General de la República, se enuncia
el conjunto de seguros mínimos tendentes a garantizar, en materia de
seguridad social, la asistencia del trabajador, a saber:
● Invalidez.
● Vejez.
● Vida.
● Cesación involuntaria del trabajo.
● Enfermedades y accidentes.
● Servicios de guardería. Y
● Cualquier otro encaminado a la protección y bienestar de los
trabajadores y sus familiares.
Comparado lo anterior, con el contenido del artículo 122, de la
Ley del Seguro Social, se observa que en éste se prevé, que para
gozar de las prestaciones del ramo de invalidez, se requiere que el
asegurado:
● Tenga acreditado el pago de doscientas cincuenta semanas de
cotización.
● No obstante, en caso de que el dictamen respectivo determine
el setenta y cinco por ciento o más de invalidez, sólo se requerirá una
acreditación de ciento cincuenta semanas de cotización. Y
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [27]
● En caso de invalidez permanente y no reunir el
mínimo de cotización requerido, podrá retirar el saldo
de su cuenta individual del seguro de retiro, cesantía en
edad avanzada y vejez en una sola exhibición.
En este sentido y al margen del contexto general a que se
contrae la Ley del Seguro Social, esto es, en lo que ve a su finalidad y
el tipo de seguros que comprende, en el caso se tiene que en el
numeral reprochado inconstitucional se recoge el derecho humano
previsto en la norma constitucional bajo el concepto de seguridad
social, de manera particular y en lo que interesa, el seguro de
invalidez.
Por otra parte, pero en el mismo orden de ideas, también es de
señalar que en el precepto constitucional no se proporcionan mayores
pormenores acerca de la forma en que habrá de integrarse y cubrirse
el preindicado seguro de invalidez; no obstante, sobre este particular
es menester considerar, según se desprende del texto de la Ley
Fundamental, que el Constituyente dejó a cargo del legislador federal
la facultad de establecer la regulación correspondiente que, en la
especie, fue la Ley del Seguro Social y en concreto la parte que
concierne al seguro de invalidez. En este contexto, tampoco es
susceptible estimar inconstitucional el artículo 122, de la Ley del
Seguro Social.
Precisado lo anterior, esto es, que el numeral cuestionado
resulta congruente con lo estipulado en la Carta Federal, es menester
examinarlo ahora desde la perspectiva internacional que alude el
peticionario de amparo, con el objeto de establecer si puede o no
considerarse inconvencional el precepto de mérito, por cuanto así lo
permiten los numerales 1 y 133, de la Constitución General de la
República.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [28]
Para este análisis habrá de partir y considerar los parámetros a
que se contrae el disconforme, tanto en su demanda de garantías
como en su escrito de agravios, que gravitan en torno a la importancia
que representa el derecho a la dignidad e integridad de las personas,
ponderados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el
caso Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexicanos, así como la
necesidad de acudir al auxilio internacional para garantizar la
seguridad social.
En este sentido es de acotar, por una parte, que en la normativa
internacional no se proporciona una definición acerca de lo que debe
entenderse por dignidad humana; y, por otra parte, que en el
Diccionario de la Real Academia Española1, se establece que por
dignidad se entiende la "(...) Cualidad de digno (...)", y por digno se
concibe al "(...) Merecedor de algo (...)".
No obstante, sobre el concepto motivo de comentario se tiene
que el Pleno del más Alto Tribunal de la Nación, ha sustentado el
siguiente criterio:
"DIGNIDAD HUMANA. EL ORDEN JURÍDICO MEXICANO LA
RECONOCE COMO CONDICIÓN Y BASE DE LOS DEMÁS DERECHOS
FUNDAMENTALES. El artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos establece que todas las personas son
iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna
por razones étnicas o de nacionalidad, raza, sexo, religión o cualquier
otra condición o circunstancia personal o social que atente contra la
dignidad humana y que, junto con los instrumentos internacionales
en materia de derechos humanos suscritos por México, reconocen el
valor superior de la dignidad humana, es decir, que en el ser humano
hay una dignidad que debe ser respetada en todo caso,
constituyéndose como un derecho absolutamente fundamental, base
y condición de todos los demás, el derecho a ser reconocido y a vivir
en y con la dignidad de la persona humana, y del cual se desprenden
todos los demás derechos, en cuanto son necesarios para que los
individuos desarrollen integralmente su personalidad, dentro de los
que se encuentran, entre otros, el derecho a la vida, a la integridad
física y psíquica, al honor, a la privacidad, al nombre, a la propia
1
Vigesimotercera edición.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [29]
imagen, al libre desarrollo de la personalidad, al estado
civil y el propio derecho a la dignidad personal. Además,
aun cuando estos derechos personalísimos no se
enuncian expresamente en la Constitución General de la
República, están implícitos en los tratados internacionales suscritos
por México y, en todo caso, deben entenderse como derechos
derivados del reconocimiento al derecho a la dignidad humana, pues
sólo a través de su pleno respeto podrá hablarse de un ser humano
en toda su dignidad."2
Así, bien podría definirse la dignidad humana como el conjunto
de derechos que permiten al individuo desarrollar plenamente su
personalidad.
En cuanto a los postulados I, XI, XVI y XVII, de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, se derivan entre
otros los derechos humanos a la vida, a la libertad, a la seguridad de
la persona, preservación de la salud y al bienestar, a la seguridad
social, así como al reconocimiento de la personalidad jurídica y de los
derechos civiles; correlacionados con los diversos 26, de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, referente al
desarrollo progresivo, y 1, 2, 9, 10 y 18, del Protocolo Adicional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales 'Protocolo de San
Salvador', en lo que ve a la adopción de las medidas necesarias en el
orden jurídico interno e incluso la posibilidad de solicitar la cooperación
de otros estados, el derecho a la seguridad social y a la salud así
como la protección a los minusválidos, se tiene que el artículo 122, de
la Ley del Seguro Social, no deviene inconvencional, por cuanto
observa los deberes y condiciones inherentes a la dignidad e
integridad humana.
En efecto, al margen del comparativo realizado entre la norma
constitucional y la reprochada inconstitucional, se tiene que de esta
2
Época: Novena Época; Registro: 165813; Instancia: Pleno; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo XXX, Diciembre de 2009; Materia(s):
Constitucional; Tesis: P. LXV/2009; Página: 8.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [30]
última se desprende la existencia de un derecho dirigido a preservar la
vida y con ello la libertad y seguridad de la persona, en la medida de
que prevé la existencia de un seguro que protegerá al gobernado bajo
dos vertientes, la primera, cuando hubiere acreditado el pago de
doscientas cincuenta semanas de cotización; más aún, en caso de
que no se actualizara dicha hipótesis, surge la segunda, al referir que
si la invalidez fuera al menos del setenta y cinco por ciento, se
disminuirían las semanas de cotización a ciento cincuenta; e incluso,
cuando ni siquiera esto último fuera cubierto, se establece la
posibilidad al trabajador de retirar el saldo de su cuenta individual del
seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, con la finalidad
de proporcionarle la mayor cantidad de recursos que le permitan una
subsistencia digna.
A todo esto debe añadirse, que el seguro de invalidez de
referencia, sin duda, se encuentra dirigido a preservar la salud del
gobernado a través de la seguridad social que lo protege de las
consecuencias de una incapacidad ajena a su voluntad que lo
imposibilite para obtener los medios de subsistencia. De hecho, no
debe perderse de vista, que para obtener el seguro y pensión
correspondiente, no se impone una incapacidad total, sino sólo
permanente y a partir del setenta y cinco por ciento; todo lo cual
redunda en el pleno reconocimiento de su persona y derechos civiles.
Todo lo cual así se encuentra reconocido en la legislación positiva.
Correlacionado con lo anterior y en lo que ve al hecho de que la
incapacidad debe provenir de causa ajena a la voluntad del
gobernado, en lo cual coincide el orden jurídico nacional –ordinales
123 y 124, de la Ley del Seguro Social3– e internacional –artículo XVI,
3
"(...)
Artículo 123. No se tiene derecho a disfrutar de pensión de invalidez, cuando el asegurado:
I. Por sí o de acuerdo con otra persona se haya provocado intencionalmente la invalidez;
II. Resulte responsable del delito intencional que originó la invalidez, y
III. Padezca un estado de invalidez anterior a su afiliación al régimen obligatorio.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [31]
de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre–, no obstante, conforme al
desarrollo progresivo –artículo 26, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos–, no es dable oponer excusas
de carácter técnico o la carencia de recursos económicos, pues existe
la posibilidad de solicitar la cooperación de los estados, puesto que
además, así se preceptúa en los numerales 1, 2, 9, 10 y 18, del
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
"Protocolo de San Salvador"; es de considerar, por una parte, que
esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
tesis 2a. XXXVII/2013 (10a.), sustentó el criterio que dice:
"SEGURO SOCIAL. EL ARTÍCULO 123, FRACCIÓN III, DE LA LEY
RELATIVA NO VIOLA EL DERECHO A LA NO DISCRIMINACIÓN. La
norma referida no viola el derecho a la no discriminación previsto en
el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, ya que si bien es cierto que establece que el asegurado
no tendrá derecho a disfrutar de pensión de invalidez cuando
padezca un estado de invalidez anterior a su afiliación al régimen
obligatorio, también lo es que ello encuentra justificación en que el
régimen de seguridad social tiende a proteger respecto de los
riesgos o las situaciones ocurridos con posterioridad a la afiliación,
porque en el nuevo régimen de la Ley del Seguro Social las
pensiones se financian con los recursos acumulados por los
trabajadores durante su vida laboral en su cuenta individual y, por
tanto, se encuentra a cargo de los propios asegurados. Además, el
derecho a la no discriminación proscribe cualquier distinción
motivada por razones de género, edad, condición social, religión o
cualquier otra análoga que atente contra la dignidad humana y tenga
por objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las
personas, y en el caso no se establece distinción alguna motivada
por esas razones, sino que se encuentra dirigida a todos los
En los casos de las fracciones I y II, el Instituto podrá otorgar el total o una parte de la pensión a
los familiares que tuvieran derecho a las prestaciones que se conceden en el caso de muerte y la
pensión se cubrirá mientras dure la invalidez del asegurado.
Artículo 124. Los asegurados que soliciten el otorgamiento de una pensión de invalidez y los
inválidos que se encuentren disfrutándola, deberán sujetarse a las investigaciones de carácter
médico, social y económico que el Instituto estime necesarias, para comprobar si existe o subsiste
el estado de invalidez.
Con la finalidad de evitar simulaciones en el otorgamiento de la pensión referida en el párrafo
anterior, cualquier irregularidad que se advirtiera sobre el particular por parte del Instituto, será
sancionada por la autoridad correspondiente de conformidad con lo dispuesto por las normas
penales que en su caso resulten aplicables.
(...)"
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [32]
asegurados que sufran un estado de invalidez anterior a su afiliación
al régimen obligatorio."4
Por otra parte, es de precisar que si lo que se hace valer es la
inconvencionalidad de un precepto a la luz de específicas normas de
instrumentos internacionales, referidas a la protección de derechos
humanos, donde en relación con las causas de invalidez se prevé que
toda persona tiene derecho a la seguridad social que le proteja contra
las consecuencias de la incapacidad "(...) proveniente de cualquier otra
causa ajena a su voluntad, la imposibilite (...) para obtener los medios de
subsistencia (...)" –en lo cual coincide la Ley del Seguro Social–,
entonces resultaría un contrasentido pretender a través del concepto
de desarrollo progresivo a que se refiere otro precepto también de talla
internacional, se rebase el lineamiento previsto en la primera, al grado
de soslayar que la condición impuesta para considerar la invalidez, es
que provenga de causa ajena a la voluntad del incapacitado; pensar
de otra manera significaría acudir a la cooperación de otros estados,
con el objeto de cubrir una invalidez autoinfligida sin más propósito
que el de obtener una pensión, que de esa manera colocaría al
gobernado en una situación de ventaja frente a otros trabajadores,
ubicados en una condición de invalidez acaecida por causa fortuita.
Con lo que se perdería la esencia de la seguridad social que se basa
en la protección de la clase trabajadora, como parte de un núcleo
social perfectamente diferenciado, contra los riesgos derivados del
trabajo.
De hecho, el seguro de invalidez a que se refiere el artículo 122,
de la Ley del Seguro Social, es acorde a la necesidad que se plantea
en el artículo 18, del "Protocolo de San Salvador", que radica en la
protección a los minusválidos.
4
Época: Décima Época; Registro: 2003411; Instancia: Segunda Sala; Tipo de Tesis: Aislada;
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro XIX, Abril de 2013, Tomo 2;
Materia(s): Constitucional; Tesis: 2a. XXXVII/2013 (10a.); Página: 1639.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [33]
En esta tesitura y conforme a todo lo hasta ahora
expuesto, es claro que el precepto analizado no resulta
inconvencional ni se le puede dar un alcance
interpretativo diferente al anotado, por cuanto se adecua a la
normativa internacional.
Por lo que toca los diferentes numerales 1, 3, 6, 22, 25.1, y 28,
de la Declaración Universal de Derechos Humanos; y 2.1, 9, 11.1 y 12,
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; revisados en su contenido y relacionados con los
argumentos propuestos en los conceptos de violación, se advierte que,
en suma, se reitera el contenido y alcance de los extremos ya
analizados, pues ahí de nuevo se destaca la importancia de proteger
la dignidad, seguridad y personalidad jurídicas, el esfuerzo nacional y
la cooperación internacional, así como que el seguro de invalidez, al
derivar de causas ajenas a la voluntad del gobernado, tiene rango de
derecho humano. Por lo tanto, en lo que a esta parte se refiere
imperan las mismas razones ya expuestas.
En este orden de ideas, es dable sostener, desde un contexto
objetivo que el numeral 122, de la Ley del Seguro Social, no es
inconvencional, ya que en nada atenta en contra de la dignidad
humana de los gobernados puesto que no se erige como limitante del
conjunto de derechos que le permiten desarrollar plenamente su
personalidad, entre ellos, el relativo a la seguridad social; por el
contrario, la contempla y regula en función a los diversos parámetros
establecidos en los diferentes instrumentos internacionales; así se
desprende del cotejo realizado, el cual revela que, promueve, respeta,
protege y garantiza los derechos humanos de seguridad social,
conforme con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad.
En este marco, es menester destacar también que el peticionario
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [34]
de amparo, se abstiene de proporcionar el instrumento internacional
donde se estableciera que cualesquiera que fuera el número de
semanas que hubiere cotizado era suficiente para concederle la
pensión de invalidez que solicitara. Esto es así, pues de la
normatividad que proporcionara no se colige el extremo en cuestión.
A continuación, y siempre en relación con la aplicación de la
normatividad internacional, se advierte que el peticionario de amparo
en su escrito de revisión argumenta que en la especie deviene
razonable, para inaplicar el artículo 122, de la Ley del Seguro Social,
lo dispuesto en los numerales 56, 57 y 58, del Convenio (Núm. 102)
Relativo a la Norma Mínima de la Seguridad Social5, atento que en el
artículo 57, punto 1, inciso a), se establece que la prestación a que se
refiere el diverso 56, estará al alcance, entre otras, para las personas
que hubieren cumplido con diez años de residencia, lo cual es desde
luego más beneficioso –y factible para alguien con una enfermedad
grave que le impida trabajar–, que quince años de cotización o
empleo, de manera que ante semejante disyuntiva, que incluso resulta
más favorable que la establecida en el derecho nacional, es factible
considerar la residencia de diez años.
Sobre este particular, cabe considerar que esta Segunda Sala en
sesión de cinco de septiembre de dos mil doce, al resolver el amparo
5
"(...)
Artículo 56
La prestación deberá consistir en un pago periódico calculado en la forma siguiente:
a) cuando la protección comprenda a categorías de asalariados o a categorías de la población
económicamente activa, de conformidad con las disposiciones del artículo 65 o con las del artículo
66;
b) cuando la protección comprenda a todos los residentes cuyos recursos durante la contingencia
no excedan de un límite prescrito, de conformidad con las disposiciones del artículo 67.
Artículo 57
1. La prestación mencionada en el artículo 56 deberá garantizarse, en la contingencia cubierta, por
lo menos:
a) a las personas protegidas que hayan cumplido, antes de la contingencia, según reglas
prescritas, un período de calificación que podrá ser de quince años de cotización o de empleo o de
diez años de residencia; o
(...)
Artículo 58
Las prestaciones previstas en los artículos 56 y 57 deberán concederse durante todo el transcurso
de la contingencia o hasta que sean sustituídas por una prestación de vejez.
(...)"
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [35]
en revisión 409/2012, correspondiente a la ponencia de
la Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos, abordó el
estudio
del
convenio
de
referencia
y
de
sus
disposiciones, esto es, de las que deriva la obligación del Estado de
respetar los derechos de las personas, entre estos el relativo a las
pensiones, para concluir que el impugnado numeral 122, de la Ley del
Seguro Social no contraviene los postulados a que se contrae el
artículo 123, Apartado, fracción XXIX y 133, de la Constitución General
de la República, ni el ya aludido Convenio Número 102; en la
ejecutoria de referencia, en lo toral, se sostuvo:
● El Convenio 102 de la Organización Internacional del Trabajo
obliga a los países miembros a regular el derecho a la
seguridad social bajo sus directrices, es decir, a establecer en
sus leyes el derecho de las personas a la seguridad social,
con los derechos mínimos en el convenio establecidos.
● El Estado Mexicano sí cumple con las previsiones del citado
Convenio, debido a que no está obligado a otorgar las
prestaciones de invalidez a todos los sujetos que se describen
en los artículos 55 y 57 del instrumento internacional en
estudio,
sino
que
para
cumplir
con
el
compromiso
internacional, el país miembro debe garantizar dichas
prestaciones, cuando menos, a una de las categorías que
comprenden los citados numerales en forma opcional.
● Esto es, si el artículo 55 establece que las personas
protegidas a quienes se les debe garantizar la prestación,
pueden ser: a) asalariados; b) población económicamente
activa; o, c) residentes en el país miembro; corresponde al
Estado determinar en su legislación qué categoría de sujetos
considera prudente proteger, decidiendo la categoría y, si optó
por las "personas económicamente activas", entonces deberá
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [36]
vigilar que la protección cubra cuando menos al cincuenta por
ciento de los asalariados, destacando que, en el caso, no optó
por las personas residentes.
● Luego, si el Estado cumple con proteger cuando menos a una
de las categorías descritas, con ello cumple el convenio
internacional, sin que pueda declararse la inconstitucionalidad
de una norma por el hecho de que el Estado no proteja a
todas las categorías descritas, debido a que no fue ese el
compromiso que adquirió al ratificar el multicitado instrumento
internacional.
● Por otra parte, el numeral 57 del convenio indicado contempla
un catálogo de sujetos que deben ser materia de la prestación
y las condiciones en las que debe otorgárseles, por lo que el
Estado únicamente está obligado, cuando menos a uno de los
supuestos que es a elección del país miembro, con la
condición de que deberá apegarse a los mínimos lineamientos
atendiendo a la hipótesis que elija.
● Por tanto, si con base en el referido artículo 57, el Estado
Mexicano determinó otorgar una pensión de invalidez a
quienes hayan cumplido, antes de la contingencia, un periodo
de casi cinco años para quienes tengan una invalidez menor
al 75% (doscientas cincuenta semanas de cotización) o casi
tres años de cotización para quienes su invalidez es igual o
mayor a ese porcentaje (ciento cincuenta semanas de
cotización), cumple la normatividad internacional, ya que la
norma permite garantizar la pensión a quienes cumplan un
periodo de calificación de quince años de cotización o de
empleo o de diez años de residencia; debiendo recordar que
en el caso, el país consideró pertinente señalar como
personas protegidas a los asalariados y no a los residentes.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [37]
● Además, cumple el inciso a) del punto 2 del
indicado artículo 57, porque estando condicionado el
derecho a recibir una pensión al cumplimiento de un
periodo mínimo de cotizaciones, está permitido un periodo de
espera de cinco años de cotización, siendo que el artículo 122
de la Ley del Seguro Social requiere poco menos, estimando
que un año cuenta con cincuenta y dos semanas, por lo que
cinco años serían doscientas sesenta semanas y el referido
artículo señala doscientas cincuenta y ciento cincuenta
semanas, respectivamente, las que equivalen a poco menos
de "tres" años.
● Aun cuando el artículo 29 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos prevé el principio pro persona consistente
en que al hacer una interpretación jurídica debe buscarse el
mayor beneficio para el hombre, acudiendo a la norma más
amplia o a la interpretación extensiva cuando se trata de
derechos protegidos, no redunda en otorgar un beneficio que
la ley nacional no otorga acorde con lo reconocido en un
convenio internacional.
● No procede estimar contrario al referido convenio internacional
el contenido del artículo 122 de la Ley del Seguro Social,
porque es a elección del Estado miembro determinar qué
condiciones o categorías proteger, en la medida que al
escoger una debe apegarse a los lineamientos establecidos
por el convenio y si en el caso, condicionó la procedencia a un
lapso de cotización, únicamente debe garantizarse dicha
prestación a quienes cumplan los parámetros establecidos en
el párrafo 2, excluyendo cualquier otro criterio, por no estar
obligado el país a proteger y garantizar todas las categorías y,
por tanto, es incuestionable que no contraviene el Convenio
102 de la Organización Internacional del Trabajo.
AMPARO EN REVISIÓN 1030/2015. [38]
De lo anterior se aprecia que esta Segunda Sala ya analizó el
artículo 122, de la Ley del Seguro Social a la luz de los diversos
numerales 55 y 57, del Convenio 102 de la Organización Internacional
del Trabajo, concluyendo que no transgrede dicho instrumento, debido
a que éste únicamente obliga al Estado Mexicano a proteger, cuando
menos, a una de las categorías descritas en el propio convenio
(asalariados, población económicamente activa o residentes); de
manera que si optó por proteger a los asalariados, el precepto legal
cuestionado al exigir, para el otorgamiento de la pensión de invalidez,
un periodo de casi cinco años para quienes tengan una invalidez
menor al setenta y cinco por ciento (doscientas cincuenta semanas de
cotización) o casi tres años de cotización para quienes su invalidez es
igual o mayor a ese porcentaje (ciento cincuenta semanas de
cotización), cumple la normatividad internacional.
Luego, si como se ha visto el Estado Mexicano eligió proteger a
la categoría de los asalariados, resulta evidente que no es factible
considerar un aspecto que involucra a otra categoría como lo es la de
los residentes.
Por las narradas consideraciones, esta Segunda Sala aunque
por distintas razones, arriba a la convicción de que, en lo que fue
materia de revisión, lo procedente es confirmar la sentencia de
amparo recurrida.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. En lo que fue materia de revisión, se confirma la
sentencia recurrida.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los
autos a su lugar de origen y, en su oportunidad archívese el toca
como asunto concluido.
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