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Audiencia Provincial de Islas Baleares (Sección 3ª).Sentencia núm.
771/2000 de 27 noviembreJUR\2001\52945
Audiencia Provincial de Islas Baleares (Sección 3ª).
Sentencia núm. 771/2000 de 27 noviembre
JUR\2001\52945
COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES ESPAÑOLES:
IMPROCEDENCIA: Demanda por intromisión
ilegítima del derecho al honor: publicación realizada en el extranjero: ausencia de sumisión expresa o
tácita a los Tribunales españoles: domicilio de los demandados en el extranjero; COMPETENCIA
TERRITORIAL: sumisión tácita: improcedencia: formulación de la declinatoria internacional antes de
contestar a la demanda.
Jurisdicción: Civil
Recurso de Apelación núm. 637/2000
Ponente: Ilmo. Sr. D. guillermo rosselló llaneras
La Audiencia declara no haber lugar al recurso de apelación interpuesto por don Michael D.
contra la Sentencia de fecha 19-6-2000, dictada por el Juzgado de Primera Instancia núm. 15
de Palma.
Palma de Mallorca, a veintisiete de noviembre de dos mil.
VISTOS por la Sección 3ª de esta Audiencia Provincial, en grado de apelación, la presente declinatoria
internacional, dimanante de los autos seguidos por el Juzgado de Primera Instancia núm. 15 de Palma,
bajo el núm. 59/2000, Rollo de Sala núm. 637/2000, entre partes, de una como actora-apelante D.
MICHAEL KIRK D., representada por el Procurador D. Juan María C. F., y de otra, como
demandada-apelada MIRROR GROUP LIMITED, MGN LIMITED, D. IAN H. y D. COLIN M., representada
por el Procurador D. Miguel S. R., asistidas ambas de sus respectivos letrados. Ha sido parte adherida a
la apelación el MINISTERIO FISCAL.
ES PONENTE el Ilmo. Sr. Magistrado D. Guillermo Rosselló Llaneras.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO
Por el Ilmo. Sr. Magistrado Juez del Juzgado de Primera Instancia núm. 15 de Palma, en fecha 19 de
junio de 2000, se dictó sentencia, cuyo Fallo dice: "Se estima la solicitud de declinatoria internacional y se
declina el conocimiento de la demanda en favor de la competencia de los tribunales de Londres como
lugar en que se editó o distribuyó el ejemplar correspondiente al 11 de julio de 1999 del periódico Sunday
Mirror. Cada parte soportará sus costas y por mitad las comunes del pleito".
SEGUNDO
Contra la anterior sentencia se interpuso recurso de apelación por la representación de la parte actora,
que fue admitido a ambos efectos, y seguido el procedimiento por sus trámites se adhirió a la apelación
el Ministerio Fiscal, y se celebró Vista el día 23 de noviembre del presente año, con asistencia de las
representaciones y defensas de las partes y Ministerio Público, informando en dicho acto los letrados y
Ministerio Fiscal en apoyo de sus respectivas pretensiones; quedando el presente recurso concluso para
sentencia.
TERCERO
En la tramitación de este recurso se han observado las prescripciones legales.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Se aceptan los fundamentos jurídicos de la sentencia apelada en lo que no se opongan a los que
siguen
PRIMERO
Antes de entrar en el estudio y resolución de los concretos motivos de impugnación de la sentencia de
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instancia se hace preciso puntualizar:
A.–Que la impugnación de la competencia de los juzgados de Palma para conocer de la demanda
sobre protección del derecho al honor, intimidad y propia imagen, se fundamenta en que el hecho
causante de la supuesta intromisión tuvo lugar fuera del territorio nacional, concretamente en la ciudad
de Londres donde se edita y publica el periódico Sunday Mirror, y de ahí que la declinatoria de
jurisdicción interpuesta por los codemandados no sea encuadrable en la regulada como cuestión de
competencia territorial en los artículos 72 y siguientes de la
Ley de Enjuiciamiento Civil ( LEG 1881) , sino
en la denominada cuestión de competencia internacional, carente de regulación especifica tanto en la
Ley Orgánica del Poder Judicial ( RCL 1985, 1578, 2635 y ApNDL 8375) , que regula los supuestos de
competencia de los tribunales españoles para conocer los litigios con elementos de extranjería –artículos
21 a 25–, como en la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil, siendo doctrina científica y jurisprudencial la
que admite tanto la procedencia de su formulación en nuestro ordenamiento jurídico como su invocación
como la primera excepción del artículo 533 de la LEC, o, con mejor técnica procesal, como incidente
previo e independiente, como se ha seguido en el caso que se enjuicia, lo que supone la aplicación de
normas jurídicas que rebasan el ámbito de nuestro derecho y su interpretación jurisprudencial para dar
preferencia a las de derecho internacional privado y doctrina legal emanada de los tribunales
internacionales europeos.
B.–Ser notorio que el demandante, don Michael Kirk D., es un actor cinematográfico estadounidense
de fama internacional con residencia habitual fuera de nuestro territorio nacional, visitando
esporádicamente esta isla para descansar en la finca denominada 5 Estaca, del término municipal de
Valldemossa y partido judicial de Palma, mientras que todos los demandados tienen su domicilio en el
Reino Unido.
C.–El problema de la verificación de la competencia judicial internacional, con independencia de la
imprevisión normativa actual, debe ser necesariamente resuelto por los órganos jurisdiccionales por
imperativo del axioma según el cual ningún juez español puede conocer de un asunto sin poseer
competencia judicial internacional, sin perjuicio de que sea la parte demandada la que, conforme a sus
intereses, proceda o no a alegar la incompetencia internacional del juzgador ante el que es demandado,
o, en los casos de competencias exclusivas, sea directamente apreciada de oficio por el órgano judicial.
D.–El artículo 21 de la L.O.P.J., al regular la extensión de la jurisdicción, establece que "los juzgados y
tribunales españoles conocerán de los juicios que se susciten en territorio español entre españoles, entre
extranjeros y entre españoles y extranjeros con arreglo a lo establecido en la presente Ley y en los
tratados y convenios internacionales en los que España sea parte", y en el orden civil señala el artículo
22 que serán competentes con carácter exclusivo en las materias que relaciona, entre las que no se
encuentran los ataques al derecho al honor, y, con carácter general, cuando las partes se hayan
sometido expresa o tácitamente a los juzgados o tribunales españoles, así como cuando el demandado
tenga su domicilio en España, y, en su defecto y en materia de obligaciones extracontractuales, cuando
el hecho del que deriven haya ocurrido en territorio español o el autor del daño y la víctima tengan su
residencia habitual en España.
E.–Señalar, por último, que la parte demandante opuesta a la declinatoria internacional no propuso el
recibimiento a prueba del incidente promovido por los codemandados, con domicilio fuera de España, y
que el juzgador de instancia, al amparo de lo dispuesto en el artículo 752.2° de la LEC no estimó
procedente acceder al recibimiento a prueba solicitado por la parte promotora del incidente, por lo que la
parte actora, ahora recurrente, debe pechar con las negativas consecuencias de la falta absoluta de
prueba con la que se encuentra este tribunal a la hora de decidir sobre los concretos motivos de
impugnación alegados por dicha parte apelante.
SEGUNDO
Sentado lo anteriormente expuesto, en el primer motivo de impugnación de la sentencia que puso fin al
anterior grado jurisdiccional se insiste por la parte demandante, ahora recurrente, y por el Ministerio
Fiscal, en la competencia de los juzgados y tribunales de esta ciudad de Palma para conocer de la
demanda al haberse sometido tácitamente los demandados a los mismos, conforme a lo dispuesto en el
artículo 58.2° de la Ley de Enjuiciamiento Civil, ya que se personaron en los autos solicitando, al amparo
de lo dispuesto en el artículo 601 de la indicada Ley Procesal, la traducción al idioma castellano de la
demanda y documentos acompañados redactados exclusivamente en inglés al ser emplazados, así como
que el cómputo del plazo para contestar se iniciara tras la entrega de los indicados documentos
debidamente traducidos y el correcto emplazamiento de los mismos, lo que supone, según entienden los
recurrentes, haber realizado gestiones distintas a la de proponer en forma la declinatoria que, como
forma de sumisión tácita, contempla el citado artículo de la Ley de Enjuiciamiento Civil y doctrina
jurisprudencial que lo ha venido interpretando.
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Siendo cierto que el Tribunal Supremo tiene dicho que existe sumisión tácita de la parte demandada
cuando, después de personada en el juicio, hiciera cualquier gestión que no sea la de proponer en forma
la declinatoria – STS de 21 de diciembre de 1987 ( RJ 1987, 9591) –, considerándose bastante al efecto
de producirla y por constituir o implicar una gestión a esos efectos, el mero hecho de solicitar la prórroga
para contestar a la demanda – SSTS de 11 de febrero de 1981 ( RJ 1981, 561) , 9 de mayo de 1983 ( RJ
1983, 2677) , 25 de septiembre y 29 de octubre de 1987 ( RJ 1987, 6273 y 7485) , entre otras–, no lo es
menos que también tiene proclamado en más recientes resoluciones que la sumisión tácita, no ha de
interpretarse con rigorismo formal, sino con la necesaria adecuación que la realidad jurídica material y
procesal presente y en consonancia con el ideario que se recoge en el artículo 24.2 de la
Constitución
Española ( RCL 1978, 2836 y ApNDL 2875) –SS.TS. de 23 de marzo de 1991 y 23 de febrero de 1993 (
RJ 1993, 1229) –, y de ahí que le asista razón al juzgador de instancia al considerar que no es razonable
exigir a los demandados el planteamiento de la declinatoria sin antes conocer, al menos formalmente, los
términos de la demanda. Pero es que, además, no puede olvidarse que nos encontramos ante una
declinatoria internacional, y en la interpretación del artículo 18 del Convenio de Bruselas, ratificado por
España por el Convenio de San Sebastián de 26 de mayo de 1989 ( RCL 1991, 217) , el Tribunal de
Justicia de la Comunidad Europea tiene reiteradamente declarado que lo debe ser "en el sentido de
permitir al demandado impugnar no sólo la competencia, sino presentar al mismo tiempo y a título
subsidiario, defensas de fondo, sin que por ello pierda el derecho de promover la excepción de
incompetencia y se entienda sumisión tácita" –SSTJCE de 22 de octubre de 1981, 31 de marzo de 1982
y 14 de julio de 1983, por todas–, lo que supone que sólo cuando el demandado comparece a los solos
efectos de defenderse respecto del fondo o cuando, junto con las alegaciones de fondo, alega
subsidiariamente la incompetencia internacional, habrá de considerársele sometido tácitamente ex
artículo 22 de la LOPJ, y en el caso formularon los demandados la declinatoria antes de contestar la
demanda y por ello no puede entenderse que se sometieron tácitamente a los juzgados de esta capital.
En este sentido se regula la declinatoria internacional por primera vez en la nueva Ley de Enjuiciamiento
Civil al disponer "que el demandado podrá denunciar mediante declinatoria la falta de competencia
internacional..." –artículo 39– y que "la declinatoria se habrá de proponer dentro de los diez primeros días
del plazo para contestar a la demanda..." –artículo 64–. Por todo lo expuesto procede desestimar el
motivo.
TERCERO
En cuanto al fondo propiamente dicho reiteran las partes recurrentes la competencia de los juzgados
de esta ciudad de Palma puesto que los hechos denunciados en la demanda constitutivos de sendos
ataques al honor, intimidad y propia imagen del Sr. D., tuvieron lugar durante una estancia en su
residencia de esta isla, invadiendo su domicilio para tomar fotografías y el periódico que las publicó
acompañadas de textos soeces y groseros es adquirible igualmente en esta isla.
Las sentencias del Tribunal Supremo de 16 de marzo y 30 de abril de 1990 ( RJ 1990, 1699 y 2808) ,
que cita expresamente la más reciente de
2 de junio de 1999 ( RJ 1999, 4120) , declaran que la
transgresión del derecho al honor está catalogada dentro de los llamados delitos civiles y de ahí que para
determinar la competencia territorial se atienda al principio del "forum delicti comissi", "habiendo
entendido esta Sala del Tribunal Supremo supuestos en los que el medio utilizado para llevar a cabo
agresiones atentatorias al derecho al honor, ha sido mediante la prensa escrita, por lo que la
competencia se ha decidido a favor del órgano judicial del lugar donde se efectuó la edición y distribución
de la publicación correspondiente, ya que predomina el hecho causante de la supuesta intromisión". Pues
bien, aunque este tribunal desconoce el contenido de la demanda y consecuentemente de los hechos
atentatorios al honor que se denuncian, lo cierto es que, según afirma la sentencia de instancia, las
fotografías del demandante y textos infamantes se publicaron en el ejemplar correspondiente al día 11 de
julio de 1999 del periódico "Sunday Mirror", editado y distribuido en la ciudad de Londres, y fue
precisamente en dicha ciudad y país extranjero donde primera y primordialmente se conoció la noticia y
se divulgó en el idioma inglés y se causó el posible daño al demandante, por lo que, conforme a lo
expuesto, el lugar de la comisión de la supuesta intromisión ilegítima al honor, intimidad y propia imagen
del actor lo fue fuera del territorio nacional, no ha existido sumisión expresa o tácita a los juzgados y
tribunales españoles, los demandados tienen su domicilio en Inglaterra y el supuesto autor del reportaje y
ofendido no tienen su residencia habitual en España, se tendrá que concluir, de conformidad con lo
dispuesto por el juez a quo, que no concurre fuero alguno para atribuir la competencia a los jueces
españoles y, consecuentemente, deberá desestimarse los recursos y confirmar la sentencia apelada por
sus propios fundamentos, sin necesidad de rectificar el fallo que declina, innecesariamente, la
competencia a los tribunales de Londres al no haber sido objeto de impugnación por ninguna de las
partes.
CUARTO
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Que con respecto a las costas y de acuerdo con lo previsto en el artículo 896 de la L.E.C. procede
imponer las de esta alzada a la parte apelante, al ser la sentencia confirmatoria de la de primera
instancia.
FALLAMOS
1)
QUE DEBEMOS DESESTIMAR Y DESESTIMAMOS el RECURSO DE APELACION interpuesto por el
Procurador D. Juan María C. F., en nombre y representación de D. MICHAEL KIRK D. y el formulado por
vía de adhesión por el MINISTERIO FISCAL, contra la sentencia de fecha 19 de junio de 2000, dictada
por el Ilmo. Sr. Magistrado Juez del Juzgado de Primera Instancia núm. 15 de Palma, en los autos Juicio
sobre el derecho al honor, intimidad y propia imagen de los que deriva la declinatoria internacional, y de
los que trae causa el presente Rollo, y, en consecuencia, DEBEMOS CONFIRMARLA y la
CONFIRMAMOS en todos sus extremos.
2)
Se imponen las costas de esta alzada a la parte apelante.
Así por esta nuestra sentencia, de la que se llevará certificación al Rollo de la Sala definitivamente
Juzgando, la pronunciamos, mandamos y firmamos.
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