Vacuna frente a Haemophilus influenzae tipo b Prof. Ángel Gil de Miguel, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad Rey Juan Carlos, Comunidad de Madrid Previo al empleo sistemático de la vacuna conjugada, el Haemophilus influenzae tipo b era el principal agente de meningitis bacteriana y el causante de gran número de infecciones como epiglotitis, neumonía, celulitis, bacteriemia y otitis media en menores de 5 años, con mayor incidencia entre los 6 y los 12 meses. En EEUU se han llegado a notificar alrededor de 2000 casos al año de enfermedad invasora por Hib con 1000 fallecimientos. Actualmente, se dispone de una vacuna conjugada, de gran poder inmunogénico, que ha logrado disminuir de forma significativa la incidencia de la enfermedad en aquellos países donde se realiza la vacunación de forma sistemática. Epidemiología de la infección por Haemophilus influenzae La enfermedad invasiva por Hib tiene una distribución universal y suele presentarse con carácter endémico. La mayoría de los casos que se producen son primarios, es decir, se producen por contacto con un portador asintomático. Desde la introducción de la vacuna en los calendarios de vacunación el número de enfermos ha descendido de forma drástica y apenas se notifican casos, esta en la situación en España desde el año 1998 año en el que se introdujo la vacuna en el calendario de vacunación sistemático. Control de la enfermedad invasiva causada por Hib. Vacuna conjugada frente a Hib Con el fin de superar los problemas de la vacuna polisacárida se procedió a conjugar el polisacárido capsular purificado polirribosil-ribitol-fosfato (PRP) con una proteína transportadora que posibilitara transformar esta vacuna polisacárida en timo- dependiente, lo que permite obtener una respuesta de inmunidad de memoria en los niños menores de 18 meses, consiguiendo de esta forma una elevada respuesta inmunológica a partir de los 2 meses de edad y memoria inmunológica. Composición de la vacuna conjugada Se dispone de varias vacunas: Vacuna Compañia Tipo de vacuna Conjugada PRP/Toxoide tetánico Hiberix® (PRP-T) GlaxoSmithKline Monocomponente Toxoide tetánico 10 µg / 25 µg Infanrix IPV+Hib® GlaxoSmithKline Combinada pentavalente (DTPa-VPI-Hib) Toxoide tetánico 10 µg / 30 µg Infanrix Hexa® GlaxoSmithKline Combinada hexavalente (DTPa-VPI-Hib-HB) Toxoide tetánico 10 µg / 25 µg Pentavac® Sanofi Pasteur MSD Combinada pentavalente (DTPa-VPI-Hib) Toxoide tetánico 10 µg / 30 µg Hexyon® Sanofi Pasteur MSD Combinada hexavalente (DTPa-VPI-Hib-HB) Toxoide tetánico 12 µg / 22 - 36 µg Inmunogenicidad y eficacia Las vacunas frente a Hib son eficaces para la prevención de la enfermedad invasora por este microorganismo, pero no lo son para la profilaxis de enfermedades invasoras originadas por otros serotipos de cepas capsuladas, ni infecciones (otitis, conjuntivitis…) causadas por cepas no capsuladas. Reducen el número de portadores nasofaríngeos. Una concentración de anticuerpos de 0,15 µg/ml se considera protectora (valor de protección natural o concentración mínima de protección inmediata) y una de 1 µg/ml proporciona protección a largo plazo (valor de protección de la vacuna o concentración mínima protectora a largo plazo), manteniéndose esta concentración con la administración de la dosis de refuerzo. 2 La persistencia de los anticuerpos en los niños durante las edades en las que están sometidos a más riesgo se alcanza con la administración de dosis de refuerzo a los 12-15 meses de edad en los que recibieron la primo-vacunación cuando eran menores de 12 meses. La gran eficacia de estas vacunas ha sido ampliamente demostrada tras numerosos estudios y especialmente por la drástica disminución de casos en los países donde se ha vacunado de forma sistemática. En un estudio llevado a cabo en EEUU, la vacuna administrada a los 2, 4 y 6 meses de edad, demostró una eficacia del 100% después de la segunda y tercera dosis (siendo la eficacia solamente del 26% tras la primera dosis). También un estudio llevado a cabo en Finlandia, la administración a los 4, 6 y 18 meses de edad, demostró eficacia del 89%, 95% y el 100% después de la primera, segunda y tercera dosis, respectivamente. Estudios similares con la vacuna PRP-T han demostrado eficacia entre el 95-100%. Fallos de las vacunas y vacunaciones incompletas La vacuna es muy inmunógena y eficaz cuando se usan las tres dosis recomendadas en lactantes y una dosis de refuerzo entre los 12 y 18 meses de edad. Una dosis de vacuna es muy inmunógena en niños a partir de 15 meses de edad. En niños pequeños, la inmunogenicidad depende de la edad de la dosis inicial: la primera dosis a los 2 o 3 meses de edad no induce una respuesta importante de anticuerpos, pero después de una segunda dosis, a los 4 o 5 meses de vida se produce una respuesta significativa que alcanza títulos de anticuerpos entre 15 y 22 veces más elevados, y tras la tercera dosis, a los 6 o 7 meses, se logran altas concentraciones de anticuerpos en casi todos los niños. La eficacia de la vacuna se inicia entre 1 y 2 semanas después de su administración, es decir, cuando ya se han empezado a producir anticuerpos. Los fallos que pueden aparecer con las vacunas conjugadas frente a Hib son infrecuentes. Valdheim, en un estudio realizado en Los Ángeles, obtuvo 16 casos de infecciones por Hib después de una única dosis de vacuna, 6 casos tras dos dosis y 3 después de las tres primeras dosis. Estos fallos pueden deberse a una respuesta inmunitaria deficiente al no haberse administrado todas las dosis requeridas o la revacunación, por una deficiencia inmunitaria del niño vacunado (déficit de IgG2), por una hipo-reactividad al PRP o por la presencia de anticuerpos maternos elevados. 3 En caso de no poder administrar alguna dosis, no es necesario la primo-vacunación, basta con completar la dosis ausente tan pronto como sea posible. Indicaciones, pautas y vías de administración a) Vacunación sistemática entre los 2 y 59 meses, a los 2, 4 y 6 meses con una dosis de refuerzo en el 2º año de vida, generalmente entre los 15 y 18 meses. En los mayores de 6 meses no vacunados, 2 dosis con un intervalo de 4-8 semanas y una dosis de refuerzo entre los 15 y 18 meses. En los de 12-14 meses, 2 dosis con un intervalo de 2 meses y en los de 15 a 59 meses 1 sola dosis. Vacunar antes de la 6ª semana de vida puede inducir tolerancia a Hib. b) Embarazadas (tercer trimestre) o mujeres en edad fértil (en caso de no haber contraído la enfermedad de forma natural). c) Niños menores de 24 meses con enfermedad invasora por Hib, se deben vacunar un mes después del comienzo de la enfermedad, siguiendo la pauta de vacunación de acuerdo a su edad. Los niños mayores de 24 meses con Hib no necesitan vacunación (inmunidad natural). d) Contactos de menores de 5 años con un enfermo por enfermedad invasora por Hib. Quimioprofilaxis y vacuna si no están vacunados o lo están de forma incompleta. No se recomienda en niños mayores de 5 años de edad salvo: a) Niños mayores de 5 años o adultos no vacunados y con riesgo de presentar una enfermedad invasora por Hib (asplenia, VIH, inmunodeficiencias…), así como aquellos que estén siendo tratados con quimioterapia o que hayan recibido un transplante de médula ósea. Los niños mayores de 12 meses con riesgo de padecer enfermedad invasiva por Hib y los niños mayores de 5 años en los que esté indicada la vacuna recibirán una dosis de recuerdo meses después de ésta. El intervalo mínimo entre dosis debe ser de 4 semanas y el óptimo 2 meses. 4 Contraindicaciones a) Hipersensibilidad a cualquier componente de la vacuna, para lo cual hay que tener en cuenta la proteína con que se ha conjugado y los conservantes, ya que éstos son diferentes en cada tipo de vacuna conjugada frente a Hib. b) Embarazo. No se recomienda vacunar a embarazadas durante el primer trimestre de embarazo. En relación a las interacciones, la vacuna frente a Hib puede ser administrada a la vez que otras vacunas pero siempre en diferente lugar y con jeringas diferentes. Reacciones adversas La vacuna frente a Hib no ha originado ningún efecto secundario grave ni secuelas, por lo que se la considera una vacuna segura. Las reacciones adversas son poco frecuentes, leves y transitorias. Su incidencia varía entre el 5% y el 25%, y se trata principalmente de reacciones locales como dolor, eritema, tumefacción o induración en el lugar de la inyección. Otras reacciones generales suelen ser fiebre o irritabilidad. Son poco frecuentes y desaparecen en las 24 horas posteriores a la vacunación. 5