LEYENDAS ARAGONESAS EL TROVADOR DE LA ALJAFERÍA El Palacio musulmán de la Aljafería de Zaragoza no sólo es una joya artística de primer orden a nivel español, sino que además en sus estancias se ubica la trama de una de las óperas más famosas de Verdi. Pocos son los zaragozanos y aragoneses que saben que el origen de la famosísima ópera Il Trovatore de Giuseppe Verdi tuvo lugar en el castillo de la Aljafería de Zaragoza, y más concretamente en el torreón de planta rectangular conocido como Torre del Trovador. La leyenda es una trama completamente inventada que dramatizó el escritor Antonio García Gutierrez, cuyo texto sirvió como base para el libreto de la ópera de Verdi. La historia cuenta la vida del doncel Manrique de Lara, el cual durante su adolescencia se había cultivado en facetas como el canto o la poesía, o sea, se convirtió en un trovador. Su vida fue de lo más azarosa, ya que por casualidades de la vida fue criado por una gitana, aunque en la realidad era hijo de un noble zaragozano. Cuando llegó a la juventud se enamoró perdidamente de una joven de la corte de la Aljafería llamada Leonor, de la que también estaba enamorado Antonio de Artal, hermano de Manrique, si bien ambos eran desconocedores de tal circunstancia. Leonor favorecía los amores con Manrique, por lo que Antonio de Artal hizo que ésta fuese encerrada en un convento. Sin embargo, el Trovador la raptó y huyó con ella, durante un tiempo vivieron juntos y felices, hasta que los encontraron y fueron castigados. Así, el doncel Manrique de Lara fue encerrado en el torreón de la Aljafería al que ha dado nombre y Leonor se suicidó ante tal desgracia.