Aladi S.A. alumnos

Aladi S.A.
El caso
En el año 2001, Aladi S.A., como franquiciante, celebró un contrato de franquicia
con Miguel Ángel Olaciregui, este último en carácter de franquiciado. El contrato entró en
vigor el 1 de julio de 2001, tenía una duración de cinco años, y contemplaba la apertura de
cuatro locales franquiciados, en las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Córdoba y
Mendoza.
La franquicia tenía por objeto la comercialización de indumentaria para niños.
Respondía al esquema típico de este tipo de contratos. En particular, el franquiciado se
obligaba a: a) mantener abiertas durante el período de vigencia del contrato las cuatro
tiendas objeto de la franquicia; b) explotar los puntos de venta bajo el rótulo “Aladi”, con
los distintivos, colores, métodos de decoración, escaparates y servicios de venta fijados por
la franquiciante, que constituían su know how; c) vender exclusivamente productos Aladi;
d) pagar a Aladi los suministros en un plazo no mayor a los sesenta días, tras su recepción;
y, e) pagar mensualmente a Aladi una regalía del 4% de la facturación bruta de cada uno de
los locales franquiciados.
En abril de 2002, Miguel Ángel Olaciregui solicitó el registro de la marca “Nick &
Nick” en la clase 251. La marca fue concedida el 5 de mayo de 2004.
Poco después de la concesión de la marca, e invocando graves incumplimientos por
parte de Aladi S.A., Olaciregui dejó de pagar las prestaciones a su cargo. Por su parte,
Aladi dejó de proveerle de mercadería, alegando, a su vez, incumplimientos de su
franquiciado.
Pocas semanas más tarde, Olaciregui removió de sus locales la insignia de Aladi,
reemplazándola por la propia, y comenzó a comercializar en los ex locales franquiciados el
mismo tipo de productos y modelos que los comercializados por Aladi S.A. La línea de
productos estaba claramente inspirada en la de la sociedad franquiciante, aunque no se
utilizaba su marca, sino la registrada por Olaciregui. El ex franquiciado también conservó
los empleados que tenía mientras estuvo vigente el contrato con Aladi, incluidos los
encargados de cada uno de los locales. Gracias a este nuevo emprendimiento comercial,
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La clase comprende vestidos, calzados y sombrerería. Olaciregui acotó su solicitud a vestimenta infantil.
Olaciregui logró captar la clientela que antes compraba en los locales franquiciados que le
pertenecían.
En una primera etapa, Olaciregui se limitó a competir a través de esos cuatro
locales, que eran propios. Sin embargo, dado el éxito logrado, pocos meses después otorgó
franquicias para dos ciudades: Paraná y San Nicolás. Además, abrió otros dos locales
franquiciados, en la ciudad de Buenos Aires. Por cierto, la “nueva” franquicia también
estaba claramente inspirada en la franquicia de Aladi S.A.
Interrogantes directrices
1) ¿Cuáles son los hechos relevantes?
2) ¿Qué información relevante podría estar ausente del texto?
3) ¿Cuál es el problema principal? ¿Existen problemas secundarios?
4) Realice un catálogo de las principales cuestiones e institutos jurídicos que se debaten en
el caso.
5) ¿Qué alternativas de solución se presentan?
6) ¿Qué principios y normas jurídicas, legales o jurisprudenciales, son aplicables al caso?
7) ¿Cómo asesoraría a Aladi S.A.? Si el conflicto se judicializase, ¿qué argumentos
utilizaría en su favor?
8) ¿Cómo replicaría los argumentos de Aladi, si fuese abogado de Olaciregui?
9) ¿Qué solución concreta adoptaría? Analice la cuestión desde dos perspectivas: a) como
árbitro de equidad; y b) como juez que debe aplicar el Derecho positivo.
10) Si prosperase la demanda, ¿cuál sería el daño resarcible?
11) ¿Cómo hubiese asesorado a Aladi S.A., si le hubiese consultado antes de firmar los
contratos de franchising?
12) ¿Cómo hubiese asesorado al Olaciregui, si lo hubiese consultado cuando aún no había
abandonado la franquicia?