Pieza destacada marzo 2014 Chifla de Campoo Se puede decir que no existe ni existió pueblo que de alguna manera no se asocie con la música, siendo el canto y el baile una actividad inherente al ser humano. Desde tiempos inmemoriales, influenciado por el lugar donde desarrollaba su vida, el ser humano creó infinidad de instrumentos musicales con los que interpretar un amplio repertorio de melodías, canciones populares y romances, aplicando la música a múltiples finalidades que iban desde enriquecer espiritualmente al individuo hasta divertirle sin más. Dentro de la diversidad de instrumentos musicales, dedicamos el mes de marzo a la chifla, a modo de enfatizar la música en sí misma y referirla a su función social, sin dejar de considerarla un vestigio del quehacer pastoril. La labor del pastor, más allá del cuidado de los rebaños, ha sido un importante medio de transmisión y desarrollo de la expresión de los sentimientos. Su paso por la vida se esfuma y nos deja el rastro de sus cabañas, sus seles, sus veredas y unas costumbres que evocan las largas y serenas horas en solitario en los collados y vastos pastos alejados del pueblo, tierra de poetas que cantan al amor, a la tierra y a las costumbres. En sus ratos de ocio, junto al rebaño en el pasto, o en los ratos de descanso, por la noche, en el chozo, bajo la luz del candil, recrea historias y leyendas mediante la entonación de coplillas y romances, improvisadas o no, acompañadas de baile y amenizadas por el sonido de algún instrumento. Aquí no existe el nerviosismo acuciador que acelera la vida. Existe una pequeña, pero variada tipología de estos sencillos instrumentos aerófonos, siendo la flauta de hueso de buitre, el silbo, la berrona o la chifla los instrumentos más utilizados por los pastores en los momentos de distracción. Sus técnicas de construcción e interpretación se fueron transmitiendo de generación en generación. Su estrecho contacto con la naturaleza ha desarrollado en ellos especiales habilidades en un sinfín de trabajos artesanales a base de navaja y, sobre todo, un sentido auditivo capaz de distinguir, por su cántico, las diferentes especies de pájaros, por el son, el campano de cada oveja, o los variados timbres del viento silbante en las brañas. Nº INVENTARIO: CE01343 CLASIFICACIÓN GENÉRICA: Instrumentos musicales OBJETO: Chifla AUTOR/TALLER: Tomás García Alcalde MATERIA: Madera de saúco TÉCNICA: Tallado DIMENSIONES: Longitud = 25 cm; Diámetro máximo = 4,2 cm DESCRIPCIÓN: Instrumento aerófono que consta de dos piezas: el cuerpo y la lengüeta. El cuerpo consiste en un tubo cilíndrico de saúco que se ensancha en ambos extremos. El mayor, llamado campana o pabellón, sirve para amplificar el sonido. El extremo opuesto, de menor tamaño, es la boquilla. El interior de la pieza se encuentra perforado longitudinalmente presentando, de cara al exterior, siete orificios circulares alineados en una de sus paredes y, cada uno, en el centro de un rebaje, también circular, para facilitar la posición de los dedos. La lengüeta está compuesta por un pequeño canuto de madera, también de saúco, ahuecado y obstruido en su extremo con un pequeño tapón. Esta pieza va inserta en la boquilla, constituyendo el órgano sonoro del instrumento. DATACIÓN: 1999 PROCEDENCIA: Reinosa (Campoo (c), Cantabria) CLASIFICACIÓN RAZONADA: El canto y la música popular fueron elementos esenciales en innumerables actividades festivas, sociales y religiosas de la sociedad rural de Cantabria. Los instrumentos aerófonos son muy abundantes en el folklore montañés. Los materiales utilizados para su construcción solían ser: la madera, las cornamentas de vacuno o cabrío, la piel curtida, etc. Existe una gran variedad tipológica, siendo la flauta de hueso de buitre, el silbo, la berrona o la chifla los instrumentos más utilizados por los pastores y campesinos en los momentos de distracción. La chifla es un instrumento pastoril, de la familia de los aerófonos, arraigado principalmente en la comarca de Campoo. Podríamos decir que se asemeja a una flauta, pero ciertos rasgos caracterizan y resaltan su particularidad. Suele estar hecha de saúco, madera fácil de manipular y de una dureza ejemplar, así como de unas cualidades acústicas idóneas. Recoge Payne en una entrevista realizada a Tomás García, que las chiflas inicialmente eran de seis agujeros, pero que él, Tomás, añadió el séptimo para ampliar la escala. TIPO COLECCIÓN: Colección estable FUENTE INGRESO: García Alcalde, Tomás [El vendedor es el artífice de la chifla] LUGAR DE ADQUISICIÓN Reinosa (Campoo (c), Cantabria) FECHA DE INGRESO: 7 de abril de 2000 BIBLIOGRAFÍA: ESCAGEDO SALMÓN, Mateo. Costumbres pastoriles cántabro-montañesas. Santander (c): Imprenta Provincial, 1921. PAYNO RODRÍGUEZ, Luis Ángel: "La chifla de Campoo". Revista Valdeolea. Cantabria. (s.f.) PAYNO RODRÍGUEZ, Luis Ángel. Temas didácticos de cultura tradicional: Juguetes infantiles. Instrumentos musicales de construcción sencilla. Valladolid (m): Ediciones Castilla, 1995. POLO SÁNCHEZ, Julio J. Catálogo del Patrimonio Cultural de Cantabria III: Santander y su entorno. Santander (m): Gobierno de Cantabria. Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, 2002. VALLEJO CISNEROS, Antonio. "Sobre algunos sonadores e instrumentos musicales de tradición en los ambientes pastoriles". Centro de Investigación y Animación Etnográfica. Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.. Rioja (La). 1991.