14-c.qxd 14 27/08/03 11:12 p.m. Página 1 Interés general Vigilia. En México llevaron los telescopios a la playa La Plata, jueves 28 de agosto de 2003 Telescopio. Con este se ve mejor Buenos Aires. Padre e hijo, anoche, en el Planetario de Palermo UN PLANETA FASCINANTE, MISTERIOSO, QUE FUE ADORADO COMO UN DIOS Marte, más rojizo y brillante que nunca Símbolo del fuego y de la guerra El máximo acercamiento a la Tierra permitió a los astrónomos platenses profundizar los estudios sobre el particular relieve y los océanos. Por primera vez revelaron sus últimas exploraciones marcianas. La posibilidad de vida extaterrestre sigue siendo el eje principal de las observaciones Marte ya está más cerca que nunca de la Tierra, y se lo puede divisar fácilmente en los cielos platenses como un lucero brillante y luminoso. Y si se cuenta con un telescopio, el blanco de los casquetes polares y la tonalidad rojiza de su particular relieve componen un paisaje sorprendente. Se trata de un momento clave en la historia de la humanidad que recién en el año 2287 se volverá a repetir. La fascinación en torno al “planeta rojo” es bien conocida por Ricardo Brunini, profesor e investigador del Observatorio Astronómico de La Plata, quien asegura que la curiosidad natural hacia Marte fue fomentada a lo largo de los últimos dos siglos por la especulación de posible vida extraterrestre. Además, “entender las diferencias que existen entre Marte y la Tierra, siendo tan cercanos, puede llevarnos a comprender mejor cómo se originó nuestro planeta, nuestro hábitat” explicó Brunini, quien desde el lunes recibe en el Observatorio del Bosque a cientos de visitantes platenses. Dioses y mitos “El motivo de la exploración marciana en la actualidad pasa por otro lado: Marte es un planeta cercano, con recursos minerales seguramente impor-tantes, y por lo tanto potencialmente colonizable y explotable desde el punto de vista económico. Esa es la principal razón. Si bien hoy no están dadas las condiciones para llevar a cabo estas empresas, en el futuro hacerlo se- rá sin dudas rentable”, enfatizó Brunini, quien junto al astrónomo Eduardo Fernández Lajus lideran las investigaciones sobre Marte en la Facultad de Muchas culturas asociaron a Marte con la sangre y el fuego. Y fue el símbolo de la guerra y de la muerte Astronomía y Geofísica de la UNLP. A lo largo de la historia muchas culturas asociaron al planeta rojo con la sangre y el fuego, por lo que para ellas fue el símbolo de la guerra y de la muerte. Para los babilonios, Marte era hace 3.000 años Nergal, el dios de la muerte. Los egipcios lo llamaban Hor Desher, el rojo. En China simbolizaba a Huoxing, el fuego. La mitología hinduísta identifica el planeta rojo con Karttikeya, el dios de la guerra. Para griegos y romanos era también el dios de la guerra: Ares, o Marte. Pero el cambio de nombre no se trata de un problema de asimilación, dado que es una divinidad de raíces etruscas: Maris. Tras su descubrimiento en 1877, las dos lunas de Marte fueron bautizadas correspondientemente co- mo Phobos y Deimos, los hijos del dios Marte: Miedo y Terror. El día martes estaba dedicado por los romanos al dios de la guerra, al igual “Es potencialmente colonizable y explotable desde el punto de vista económico” que el mes de marzo. De esta forma, en Europa, era el mes señalado para los inicios de las campañas guerreras, una vez que quedaba atrás el duro invierno. La designación germánica Ziu (Tyr) para Marte dio su nombre al día martes en alemán o en inglés: Dienstag o Tuesday. Y todavía hoy todo lo perteneciente a la guerra o los militares es algo marcial. No obstante, en la actualidad se sabe ya con certeza que el planeta Marte no debe su color rojizo a la sangre ni al fuego, sino al óxido. El suelo marciano contiene diversos óxidos de hierro, como el mineral llamado magnetita, que envuelve al planeta en un manto de color rojo intenso. Tormentas espaciales Marte tiene mucha menos gravedad que la Tierra, y por lo tanto su capacidad de retener gases livianos es muy limitada. Por ello, pierde paulatinamente parte de su atmósfera primitiva que se escapa al espacio. Al tener una atmósfera muy tenue, es decir, muy “liviana” fácilmente movilizable, se producen fuertes vientos y tormentas. De todas las misiones enviadas a Marte, el profesor Adrián Brunini destacas a “las primeras”, que fueron en “la década del 70 y que permitieron, entre otras cosas, poner límites bastantes estrictos a la posible presencia de vida en el planeta”. “Fueron la base para planear las futuras misiones. La sonda geológica Mars Pathfinder aportó, sin dudas, valiosos datos sobre el pasado geológico del planeta, que permite reconstruir parcialmente su historia”. Para la geofísica no caben dudas de que en Marte existe agua en estado sólido. “Y si existe agua, seguro hay vida”, conjetura Brunini.