Dr. Carlos Israel Linares Loera Neurocirujano Ciudad de México Valoración Radiológica del Traumatismo Craneoencefálico Presentación: En el campo de la Medicina las patologías traumatológicas conforman cada vez un mayor número de ingresos a los servicios de Urgencias de las diferentes unidades hospitalarias siendo los adultos jóvenes los que estadísticamente resultan más afectados. El avance tecnológico en el ámbito de vehículos motorizados que alcanzan cada vez una mayor velocidad, un mayor número de distracciones y la falta de respeto a las medidas de seguridad son algunas de las causas de esta alta incidencia del trauma. El Traumatismo Craneoencefálico (TCE) es, dentro de los diferentes subtipos de trauma el que mayor repercusión vital, funcional, familiar y socioeconómica tiene debido a las consecuencias devastadoras que están relacionadas directamente con la cinemática del trauma, los diferentes tipos de daño orgánico y no en pocas ocasiones de lo oportuno del diagnóstico que se relaciona directamente con su tratamiento. Contenedor y Contenido. Cráneo, encéfalo y compartimentos. Para comprender los fenómenos físicos y biológicos que se desarrollan a partir del trauma craneal es necesario recordar la anatomía del cráneo (CONTENEDOR), del sistema nervioso central (SNC) proximal con sus diferentes componentes (cerebro, vasos sanguíneos y líquido cefalorraquídeo) (CONTENIDO) y una serie de irregularidades y tabiques que son propios de ésta región anatómica incluyendo los pisos anterior, medio y posterior de la base del cráneo así como los dobleces de duramadre que dividen el espacio intracraneal en diferentes COMPARTIMENTOS. Resulta de lo anterior que cualquier fenómeno físico que implique un intercambio brusco de energía en el que participe la región craneal tendrá inevitablemente repercusiones diversas sobre cada uno de los componentes de contenedor, contenido y compartimentos que son los principales focos de estudio en la valoración radiológica del TCE. La Radiología y la Evolución del Estudio del TCE. El Sistema Nervioso Central, a diferencia de cualquier otro sistema orgánico del cuerpo humano, tiene una conformación anatómica de precisiones matemáticas que a lo largo del llamado “NEUROEJE” nos divide a este sistema en 2 mitades perfectamente simétricas con la aparición progresiva de proximal a distal de diferentes nervios (craneales y raquídeos, dependiendo de su origen) y vías de ida ó vuelta a la porción craneal de dicho sistema; esto nos convierte al SNC en un sistema matemático capaz de ser estudiado clínica y anatómicamente como un Plano Cartesiano tridimensional que puede avisar, mucho antes que cualquier otro sistema, cuando está sufriendo algún tipo de daño. En el pasado la única forma de inferir la localización del daño era a base del conocimiento anatomo-fisiológico de este complejo sistema así como las respectivas manifestaciones de sus fallas. Con el advenimiento de los Rayos X en 1895 por el físico alemán Wilhelm Conrad Röntgen se contó por primera vez con una nueva forma de estudias y visualizar el cuerpo humano sin necesidad de ser invasivos. La evolución de los diferentes tipos de métodos de imagen pasando desde las llamadas radiografías simples, neumoencefalografías, estudios contrastados como las angiografías cerebrales, la tomografía simple y contrastada de cráneo, la Angiotomografía, la resonancia magnética simple y contrastada así como sus múltiples herramientas actuales, PET y estudios nucleares han llevado a un avance sin precedentes en la valoración radiológica del Sistema Nervioso y en el caso de trauma, a un tratamiento cada vez más oportuno. En una población como la nuestra en la que aún existen lugares aislados de los grandes centros hospitalarios o de la accesibilidad a un método de estudio oportuno en los casos de TCE es importante tener los conocimientos básicos de la anatomía de la región, las manifestaciones clínicas que nos están representando datos de alarma y la identificación de las principales alteraciones asociadas al trauma en los estudios radiológicos de primera línea, ya que éste conocimiento, nos llevará como personal de salud a justificar un estudio más sofisticado, a acelerar el traslado de un paciente lesionado a un centro de mayor nivel ó a mantener una conducta expectante. La Radiología Simple. Los llamados rayos X, son un recurso con el que se cuenta en la mayoría de los centros de hospitalarios del país y representan los estudios de primera línea en muchos casos de trauma craneal. Recordando que este método de estudio nos permite impresión sobre placa fotográfica de las diferentes densidades de las estructuras, es de esperar que lo que se valora de forma más fidedigna con éste método son las estructuras óseas, siendo las fracturas de la base del cráneo y de la bóveda craneal los principales hallazgos relacionados al trauma, y por consiguiente, las principales alteraciones que hay que descartar al contar sólo con este método de estudio. Las diferentes estructuras intra y extra craneales no son valorables por este método de estudio por lo que ante el hallazgo de una fractura habrá que estar al pendiente de las manifestaciones clínicas, potencial deterioro y la realización de un estudio más sofisticado. La Tomografía La tomografía craneal es a la fecha el estudio de primera línea y de mayor utilidad para la valoración radiológica del traumatismo craneoencefálico ya que sigue los mismos principios de los rayos X midiendo densidades y gracias a las mejoras progresivas en los equipos que en la actualidad nos permiten estudios muy completos con cortes finos en lapsos de tiempo muy cortos, la posibilidad de reconstrucciones axiales, coronales y sagitales; se ha convertido en una herramienta invaluable para el estudio del TCE. En los estudios tomográficos es posible la visualización del cráneo óseo exclusivamente y con reconstrucciones 3D, la visualización de las estructuras extra e intracraneales teniendo por este método de imagen la ventaja de poder identificar sangrados agudos, subagudos y crónicos en los diferentes estratos de las estructuras extra e intracraneales dándonos un aspecto y distribución características de cada una de ellas (Subgaleal, Epidural, Subdural, parenquimatoso y Subaracnoidea). El uso tan difundido y la utilidad de la Tomografía Craneal la han convertido en la piedra angular del estudio y valoración radiológica del TCE siendo los hallazgos de la misma criterios vitales en las actuales Normas Internacionales del Tratamiento Quirúrgico y Médico del Traumatismo Craneoencefálico. (Neurosurgery). La realización de estudios tomográficos contrastados de cráneo no está justificada en la valoración de primera línea salvo en casos especiales en los que el estudio inicial muestre “hallazgos” potencialmente relacionados con otro tipo de patologías no relacionadas al trauma (tumores, malformaciones, infecciones, etc) ó cuando el trauma pueda ser consecuencia de un evento cerebral vascular previo para lo cual si estaría justificada la Angiotomografía ó la TAC contrastada. En el caso de hemorragia subaracnoidea que potencialmente no tenga un origen traumático estaría justificada la realización de angioTAC vs Panangiografía Cerebral en búsqueda de malformaciones vasculares ó ruptura de aneurismas que pudieran haber llevado a Ictus y TCE secundario. Resonancia Magnética La Resonancia Magnética sigue principios físicos diferentes a la radiación ioniazante de los rayos X, por este método de estudio obtenemos a través de diferentes intensidades de señal la visualización (más clara que con los otros métodos de estudio) de las estructuras craneales intra y extracraneales incluyendo el encéfalo (sustancia gris y blanca), los vasos sanguíneos, nervios de forma individual, líquido cefalorraquídeo y meninges. En el caso del TCE la resonancia magnética no se considera estudio de elección y se justifica sólo en casos especiales como en el Daño Axonal Difuso ó en casos muy especiales en los que contusiones petequiales del tallo cerebral no son visibles por otro método de imagen. Importancia de una Valoración Oportuna En los casos de TCE severo una valoración radiológica oportuna derivará invariablemente en un tratamiento médico vs quirúrgico también oportuno con consecuencias que pueden ir desde salvar la vida del paciente hasta dejar de secuelas permanentes e incapacitantes que repercutirán en la dinámica familiar y social de este tipo de población.