PROYECTO CUBA-VENEZUELA Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos Universidad de Miami Octubre, 2007 LOS CONVENIOS CUBA-VENEZUELA: ENTENDIMIENTOS, INTENCIONES E INCONVENIENTES Dr. Eugenio Yáñez* Los análisis superficiales sobre la reciente visita de Hugo Chávez a Cuba señalan las carreras y sudores del Comandante Ramiro Valdés junto a Hugo Chávez, y la colección de disparates que se pronunciaron en el “Aló, Presidente”: desde la referencia de Ramiro Valdés a las “decenas de miles de millones de seres humanos” que está matando el imperialismo hasta declaraciones del presidente venezolano sobre la unión de los dos países bajo un solo gobierno. Menos impacto noticioso representaba el análisis del hecho de que Raúl Castro no acompañó a Chávez en su recorrido: demasiado ocupado en otras cosas para dar carreras junto al visitante que fue a Cuba dice que para transmitir su programa radial desde Santa Clara. Se presentó todo como un viaje a La Habana del presidente Chávez para hablar durante horas en un maratónico “Aló, Presidente” desde el monumento a Ernesto Che Guevara en Santa Clara, en ocasión del 40 aniversario de su muerte-fracaso. Pero el teniente coronel quería declarar en Cuba la intención de confederar a varios países en algo así como una Unión Soviética Bolivariana, que pudiera recibir la bendición del Comandante en Jefe antes de que su vida termine. Haber mencionado eso mismo años atrás en Caracas, diciendo que Cuba tenía dos presidentes, le costó a Carlos Lage la mala cara y la pérdida del poco favor que recibía de los militares cubanos, y nunca ha podido resarcirse de este desliz. Ahora fue el mismísimo presidente Hugo Chávez quien lo dijo, y delante de Raúl Castro: con un Fidel Castro senil y agonizando, pero vivo, y dependiendo el país de 92,000 barriles diarios de petróleo dícese que subsidiado, pero en verdad gratuito, el General Sustituto tuvo que soportar estoicamente ese trago amargo, mostrando una habilidad y un sentido de la oportunidad que no debe ser subestimado. Sin embargo, en la ceremonia de la firma de los convenios, mientras Hugo Chávez alucinantemente fundía los dos gobiernos en una sola intención, Raúl Castro se refería a lo positivo de la integración… y nada más. Como se hablaba en el difunto Consejo de Ayuda Mutua Económica entre los países del “socialismo real”. Hugo Chávez, en un interminable y desordenado discurso con muy poca gramática, de esos que ahora se les llama “carismáticos”, recalcó que “Cuba y Venezuela perfectamente pudiéramos conformar en un futuro próximo una confederación de repúblicas, una confederación, dos repúblicas en una, dos países en uno”. Raúl Castro, por su parte, pronunció breves palabras, y dijo simple y protocolarmente: “Con la firma de estos acuerdos hacemos una significativa contribución al creciente proceso de unión e integración entre Cuba y Venezuela, que se inició con el Convenio Integral de Cooperación suscrito por los líderes de ambos pueblos el 30 de octubre del 2001, y cuyos términos expresan nuestra voluntad de avanzar resueltamente hacia la integración de América Latina y el Caribe”. Nada de confederación, de dos repúblicas en una, de dos países en uno, sino unión e integración de América Latina y el Caribe. Consiguientemente, nada de exclusividad con Venezuela, pues caben muchos más en el proyecto de integración: y el haberlo recalcado desde el primer párrafo dejaba claro, de manera muy elegante pero inequívoca, el rechazo al descocado proyecto de fusión chavista. En medio de este alucinante circo, parte de la información terminó destacando lo menos importante, señalando que al abrazo chavista esta vez se engullía a la Cuba de Raúl Castro, y dejando pasar inadvertidos los puntos más relevantes: • Cinco convenios quedaron sin ir más allá de intenciones, entendimientos o proyectos de evaluación: dos sobre el cemento, además de tres memoranda de entendimiento para 1) estudio y desarrollo de la petroquímica, 2) diseño y construcción de facilidades para regasificar gas natural licuado, y 3) evaluación de la construcción de un mejorador de crudo pesado en Cuba. • Se le suman otros tres que se refieren a aspectos puntuales muy concretos: un acuerdo de colaboración tecnológica entre Petróleos de Venezuela (PDVSA) y Cuba Petróleo (CUPET), así como estatutos y convenios para el funcionamiento de una empresa mixta de minerales serpentiníticos niquelíferos; y para la creación de una empresa mixta para la construcción y explotación de un hotel en Cayo Paredón Grande. Los verdaderamente importantes, y que, curiosamente, en la información de la prensa oficial cubana aparecen al final del reportaje, fueron un contrato para la exploración y explotación de los recursos hidrocarburíferos en cuatro bloques de aguas profundas de la zona Económica Exclusiva (ZEE), otro para la exploración y explotación de los recursos hidrocarburíferos en un -2- bloque de aguas someras al norte de Pinar del Río, y otro más para la exploración y explotación de los recursos hidrocarburíferos en tierra. El espectro completo de la exploración petrolera fue convenido vinculado a la provincia de Pinar del Río: 8,130 Km2 (3,219 millas2) en bloques de aguas profundas de la Zona Económica Exclusiva, en el Golfo de México, al occidente de Pinar del Río; en 2,900 Km2 (1,119 millas2) de las aguas someras de la parte noroccidental de la provincia de Pinar del Río, y en tierra, 2,400 Km2 (926 millas2) también en la parte noroccidental de Pinar del Río. Con estos convenios, Venezuela entra de lleno en la prospección de la zona cubana de aguas profundas, donde ya el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) señala la existencia de entre 4,600 y 9,200 millones de barriles, con un hipotético potencial de hasta 50,000 millones de barriles y 9.8 trillones de pies cúbicos de gas, donde ya están involucradas empresas de Canadá, España, Noruega, China, India y Malasia, entre otras, y donde las grandes compañías energéticas norteamericanas están excluidas por las restricciones del embargo. Además de estos tres convenios para prospección y extracción petrolera, el presidente Chávez firmó un Decreto Presidencial autorizando crear una empresa mixta para instalar, operar y mantener el Sistema Internacional de Telecomunicaciones entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba. Siendo un decreto y no un convenio, significa que Venezuela corre con la creación y funcionamiento de esta empresa. Como se verá, la verdadera importancia de los acuerdos radica en los que “Granma” puso al final de la lista: prospección petrolera en mar y tierra, así como telecomunicaciones internacionales a través de un cable submarino. Cuba se beneficia con estos convenios, sobre todo los de prospección petrolera y el cable submarino, incrementa las posibilidades de que finalmente se pongan en explotación yacimientos petrolíferos importantes, y recibiría además los beneficios de un sistema de comunicación internacional más avanzado, a cambio de casi nada. Venezuela, por su parte, paga con la chequera de Hugo Chávez, lo que no es problema… todavía. Basta que el precio del barril aumente un poco en el mercado internacional, y en pocos días se cubren estos gastos. Son también proyectos de largo alcance: ni los más acelerados y eficientes constructores del mundo podrían instalar un cable submarino antes de los funerales de Fidel Castro, y la prospección petrolera puede dar sorpresas, tanto en los bloques venezolanos como en los de los competidores. Cuando Fidel Castro finalmente ya no esté, el cemento que consolida estos convenios será mucho más comercial y menos ideológico: tal vez ese cable submarino nunca llegue a completarse, o tal vez se haga en condiciones muy diferentes. Si las prospecciones y extracciones petroleras en los bloques no venezolanos dan resultados promisorios, la importancia relativa de los 92,000 mil barriles diarios del oleoducto Chávez-Fidel Castro se reduciría, aunque Cuba nunca los rechazará mientras sigan entrando en las condiciones actuales de favoritismo. -3- Y si se dieran las dos cosas simultáneas en el tiempo histórico, los funerales del faraón e importantes descubrimientos y explotación petrolera en algunos bloques no venezolanos, y simultáneas no quiere decir el mismo día, entonces nunca más podría Hugo Chávez hablar de la federación bolivariano-chavista de naciones, unidas bajo un solo gobierno, al menos en lo que respecta a Cuba. Sin embargo, Raúl Castro podría volver a repetir, como hizo ahora durante esta visita de Chávez, que esos convenios representan “una significativa contribución al creciente proceso de unión e integración entre Cuba y Venezuela”, y también la voluntad del régimen “de avanzar resueltamente hacia la integración de América Latina y el Caribe”. * Eugenio Yánez, PhD en Economía, Lic.Ciencias Políticas, ex-Profesor de la Universidad de La Habana. Coautor de "Jaque al Rey: La muerte de Fidel Castro" y "Secreto de Estado: Las primeras doce horas tras la muerte de Fidel Castro". Editor de Cubanálisis-El Think-Tank (www.cubanalisis.com) -4-