searle y los actos de habla

Anuncio
FACULTAD DE EDUCACION
LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA E INGLÉS
PRAGMÁTICA
 SEARLE Y LOS ACTOS DE HABLA
GUIA 4de Educación
Facultad
John Rogers Searle (Denver, Colorado, 31 de julio de 1932) profesor de filosofía en la Universidad de
California, Berkeley, célebre por sus contribuciones a la filosofía del lenguaje, a la filosofía de la mente y de la
conciencia, a las características de las realidades sociales frente a las realidades físicas, y al razonamiento
práctico. Le fue concedido el premio Jean Nicod en 2000 y es miembro de la Academia Europea de Ciencias y
Artes.
Después de la muerte de Austin el trabajo más importante sobre la teoría de los actos de habla fue el de Searle
“Speech Acts” (1969). Sus disertaciones están encaminadas a detallar las reglas que gobiernan la producción
efectiva de los actos de habla y en establecer la distinción entre actos de habla directos e indirectos.
Las primeras obras de Searle continuaron los trabajos de su maestro John Langshaw Austin. En su obra: “Actos
de habla” Searle desarrolla el análisis de Austin sobre los enunciados de acción o "performativos". Searle se
centró en lo que Austin había llamado actos ilocutivos, actos que se realizan diciendo algo. En estas oraciones
1.
2.
3.
4.
Pedro corre en el parque todas las mañanas.
¿Corre Pedro en el parque todas las mañanas?
Pedro, corre en el parque todas las mañanas.
Ojalá Pedro corriese en el parque todas las mañanas.
cada una tiene el mismo contenido proposicional (Pedro corriendo), aunque difieren en su fuerza ilocutiva, ya
que son, respectivamente, una aseveración, una pregunta, una orden y una expresión de deseo.
Searle asume que las fuerzas ilocutivas de una oración pueden describirse siguiendo reglas o condiciones
específicas. Estas reglas establecen las circunstancias y el propósito de diferentes actos ilocutivos.
Por lo general una ilocución tendrá cierto contenido proposicional. Por ejemplo, una petición tendrá cierta
acción futura en su contenido. Algunas ilocuciones, como los saludos, no disponen de contenido proposicional.
Son necesarias ciertas condiciones previas para el éxito de cada tipo de ilocución. Por ejemplo, para realizar
correctamente una petición es necesario que el oyente pueda realizar la acción solicitada y que el hablante
crea que el oyente puede realizar dicha acción. Para que un saludo sea exitoso el oyente y el hablante bien
acaban de encontrarse o acaban de haber sido presentados. Searle llama a esto condiciones preparatorias.
Un saludo puede no ser sincero, pero para agradecer realmente algo a alguien, es necesario que el hablante
sea sincero, y para realizar una pregunta sincera el hablante ha de querer conocer la respuesta. Searle llama a
esto la condición de sinceridad.
Para Searle, la descripción de la fuerza ilocutiva basada en reglas es un caso específico de intencionalidad. De
otra parte, desarrolla el término trasfondo (Background), entendido como el contexto dentro del cual ocurre el
acto intencional. De forma significativa incluye la comprensión del mundo por parte del actor, así como la
participación de otros en las actividades intencionales.
Searle crea la base teórica para el uso de la noción de intencionalidad en un contexto social. La intencionalidad
es un término técnico filosófico que significa dotación de contenido. La intencionalidad indica que alguien
asocia cierto significado a un objeto, tal como una creencia acerca de él: su posesión, su desprecio, etc. La
teoría de la intencionalidad junto a la noción de trasfondo puede explicar la intencionalidad colectiva.
La concepción de Searle acerca de la Intencionalidad de las llamadas actitudes proposicionales (creencias y
deseos) está constituida por un contenido proposicional (una representación proposicional) en un cierto modo
psicológico. El contenido proposicional determina sus condiciones de satisfacción, como por ejemplo, la
proposición ‘La nieve es blanca’ tiene las siguientes condiciones de satisfacción: es verdadera si y solo si existe
un objeto que cae bajo la extensión del concepto ‘Nieve’ y este objeto que cae bajo la extensión del concepto
‘Blanco’. Mientras que, el modo psicológico determina la dirección de ajuste de la mente en relación con el
mundo, esto es, las creencias tienen dirección de ajuste mente-mundo; los deseos tienen dirección de ajuste
mundo-mente y existen estados intencionales sin dirección de ajuste como las disculpas.
Es así que para Searle:
“[…] la Intencionalidad es aquella propiedad de muchos estados y eventos mentales en virtud de la cual éstos
se dirigen a, o son sobre o de, objetos y estados de cosas del mundo. Si, por ejemplo, tengo una creencia, debe
ser una creencia de que tal y tal es el caso; si tengo un temor debe ser de algo o de que algo ocurrirá; si tengo
un deseo, debe ser un deseo de hacer algo, o de que algo suceda o sea el caso; si tengo una intención, debe
ser una intención de hacer algo. Y así con muchos otros casos”.3
A partir de estas consideraciones, Searle plantea una de sus principales tesis, señalando que el vínculo con el
objeto se realiza mediante el contenido Intencional que posee el estado Intencional. Así, propone que el
lenguaje se relaciona con la realidad a través de los actos ilocutorios. Para el autor, realizar un acto ilocutorio
significa un enunciado con fuerza ilocutoria, donde esta última es definida como una intención comunicativa.
“Prometer, hacer votos, amenazar o dar palabra de honor (de que A) cuenta con una expresión de intención
(de hacer A)”. Visto desde esta perspectiva, la relación entre el lenguaje y la realidad es un caso, entre otros,
de la relación de la mente y el mundo.
¿Qué tiene Intencionalidad y qué no?
La Intencionalidad es el rasgo mediante el cual los procesos mentales se dirigen a, o son sobre, o se refieren a
objetos y estados del mundo que son distintos a ellos mismos; es decir, las intenciones comprenden deseos,
sentimientos, creencias, etc. En otras palabras, encierra la totalidad de los procesos mentales que se refieren a
algo.
Para Searle no todos los estados mentales tienes Intencionalidad. Aunque los estados mentales tales como:
creencias, deseos, intenciones, expectativas, miedos y alegrías, tienen intencionalidad, no la tienen los
dolores, nerviosismos, o las angustias.
“Intencionalidad es aquella característica de la mente mediante la cual lo estados mentales se dirigen a, o
tratan de, o se refieren a, o apuntan a estados de cosas en el mundo. Es una característica peculiar en la
medida en que en realidad no es preciso que el objeto exista para ser representado por nuestro estado
intencional. Así, un niño puede creer que los Reyes Magos vendrán en Navidad incluso aunque los Reyes
Magos no existan”.
Paralelismo entre actos de habla y estados mentales.
Searle sostiene que es necesario distinguir entre los actos ilocutorios, que son los vinculados a la
Intencionalidad, y los efectos o consecuencias que este tipo de actos tienen en quienes los escuchan.
Efectivamente, se puede lograr que el oyente haga lo que se está pidiendo o bien, al discutir con alguien,
puedo persuadirlo. A esto Austin, lo definió como actos perlocutorios. Sin embargo, Searle propone ir más allá
de los efectos inmediatos en el que escucha el enunciado, vislumbrando las ulteriores consecuencias o efectos
de las acciones. Por lo tanto, los actos ilocutorios tienen que ser realizados intencionalmente, a diferencia de
los actos perlocucionarios. Se podría persuadir a alguien de algo o molestarlo sin tener la intención de hacerlo
necesariamente.
“El hecho de que los actos ilocutorios sean esencialmente intencionales, mientras que los actos
perlocucionarios pueden serlo o no, es una consecuencia del hecho de que el acto ilocucionario es la unidad de
significado de la comunicación”.
Además de la distinción anterior, Searle afirma que es preciso distinguir al interior del acto ilocucionario un
contenido del acto y el tipo de acto y esto es correlativo a los estados intencionales, en el sentido que también
posee un contenido proposicional y un tipo de estado mental.
Los estados mentales intencionales se refieren a lo que expresamos por medio de nuestros actos de habla. Por
ejemplo, cuando decimos: ¡Váyase, Señor Pérez! lo que hacemos es expresar el deseo que el Sr. Pérez se vaya.
También si pregunto ¿Se va, Señor Pérez?, estoy manifestando el deseo de saber si el Sr. Pérez se va o no. De
igual manera, si afirmo ‘El Sr. Pérez se va’, lo que estoy diciendo expresa la creencia que el Sr. Pérez se va. Los
actos ilocucionarios, el significado y la intención están mutuamente vinculados.
Dirección de ajuste y condiciones de satisfacción
Una de las principales características que propone Searle respecto de la mente es su capacidad de
relacionarnos con el mundo mediante la Intencionalidad. Así, plantea que de la misma forma en que todo acto
de habla tiene una dirección de ajuste entre la mente y el mundo, todo estado mental intencional tiene
igualmente una.
En los actos de habla existen enunciados como afirmar, describir, negar, etc. en los cuales la dirección de
ajuste es desde la mente hacia el mundo. “Por expresarlo así, es responsabilidad de la creencia concordar con
un mundo que existe de forma independiente”.
En los estados intencionales, hay algunos cuya dirección es de mente-mundo, como por ejemplo las creencias
y de mundo a mente en el caso de los deseos; también existen estados intencionales sin dirección de ajuste,
del tipo cuando uno se lamenta o está contento respecto de algo.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede sostener que tanto con los estados intencionales como con los actos
de habla, cuya dirección de ajuste es de mente-mundo, lo que hacemos es acercarnos a cómo es el mundo. En
cambio, en el caso de la dirección mundo-mente lo que buscamos es ‘construir’ el mundo o más bien
aproximarnos a cómo deseamos que él sea.
“Las creencias, percepciones y recuerdos tienen direcciones de ajuste mente-a-mundo, porque su objetivo es
representarse cómo son las cosas; los deseos e intenciones tienen la dirección de ajuste palabra-a-mundo
porque su objetivo no es representarse cómo son las cosas, sino cómo desearíamos que fueran o cómo
planeamos que sean”.
Para comprender de manera más íntegra las diferentes opciones de dirección de ajuste en el caso de la
Intencionalidad en el Lenguaje, se pueden observar los siguientes ejemplos: palabra-a-mundo: el enunciado ‘El
Sr. Pérez se va’, se refiere a una creencia, mundo-al-lenguaje/pensamiento: órdenes, promesas, ruegos,
‘¡Váyase Sr. Pérez!’. Por último, la dirección nula: felicitar o disculparse, ‘Me excuso, Sr. Pérez’.
Searle (2001), plantea que la clave para comprender la intencionalidad son las condiciones de satisfacción:
“Un estado intencional queda satisfecho si el mundo es tal como el estado intencional representa que es. Las
creencias puede ser verdaderas o falsas, los deseos cumplirse o frustrarse, las intenciones llevadas a cabo o
no. En cada caso, el estado intencional es satisfecho o no dependiendo de si existe de hecho una adecuación
entre el contenido proposicional y la realidad representada”.
El contenido proposicional del acto de habla y de un estado intencional es una proposición. ¿qué representa
ese contenido proposicional?. Desde la perspectiva de Searle, el contenido proposicional representa las
condiciones de satisfacción del acto o estado por el mundo, con base en su dirección de ajuste. Según Searle
existen dos clases de condiciones. Las condiciones donde el acto/estado es verdadero o falso: representa una
situación o estado de cosas apropiada o inapropiadamente y en segundo término, las condiciones bajo las
cuales el acto/estado es satisfecho o insatisfecho: obedecido, cumplido, culminado, mantenido, etc. Por lo
anterior, las condiciones de satisfacción son lo que el acto y el estado mental representan.
El que un estado tenga determinadas condiciones de satisfacción es inseparable de que otros muchos estados
tengan las suyas, por ejemplo, no puedo querer ir a mi casa sin creer que podré abrir la puerta de entrada, que
el pasillo de entrada no se haya hundido, que lleve la llave correspondiente, etc.
Causación Intencional
En la estructura de la Intencionalidad la causación cumple un rol determinado y así lo señala el autor:
“Es esencial para el funcionamiento de la intencionalidad, y sin duda esencial para nuestra supervivencia en el
mundo, que la capacidad de representación de la mente y las relaciones causales con el mundo se combinen
de alguna forma sistemática. La forma en que lo hacen es la causación intencional”.
Para Searle, es posible abarcar los estados mentales como efecto y como causa y son resultado de los estados
físicos. Para entender esto, es necesario modificar la idea dominante sobre la causalidad. En este sentido, el
autor propone que la causación mental es un supuesto del actuar humano en la interacción con las demás en
los diversos contextos de la vida.
“La intención queda satisfecha sólo sí la propia intención causa el resto de sus condiciones de satisfacción.
Lograré llevar a efecto mi intención de levantar el brazo si: a) levanto de hecho el brazo y b) mi intención de
levantar el brazo causa que levante el brazo”.
En la propuesta se Searle (2001), la causación intencional es crucial para comprender la explicación de la
conducta humana y por ende entender las diferencias entre las ciencias naturales y lo que son las ciencias
sociales.
Trasfondo de la Intencionalidad
Searle parte de la base que los estados intencionales no funcionan de manera aislada y esta tesis la ha
desarrollado en su texto “La construcción de la realidad social”. Aquí reafirma su tesis que los estados
intencionales sólo funcionan dado un conjunto de capacidades del trasfondo, capacidades que no consisten
ellas mismas en fenómenos intencionales.
Hay dos formas de saber:
 Saber-qué: un conocimiento proposicional, de verdades por ejemplo, Santiago está en Chile, 4 más 5 es 9,
etc.
 Saber-cómo: una posesión o dominio de habilidades, por ejemplo cómo hablar en inglés, cómo levantarse
de la mesa, cómo ir al baño, etc.
Intencionalidad y Significado. ¿Cómo se entiende la relación entre pensamiento y lenguaje?
El estudio del significado en el marco de la teoría de la Intencionalidad involucra que la noción de significado
puede ser concebida como una forma de Intencionalidad más primitiva o que no sea intrínsecamente
lingüística, como las creencias, los deseos y las intenciones. Searle basa las nociones de significado y de actos
de habla en una teoría más general de la mente y refuta la idea que las intenciones que importan para el
análisis son aquellas que producen efectos en la audiencia.
Para el autor: "En nuestro análisis de los actos ilocucionarios debemos capturar tanto los aspectos
convencionales como los intencionales y especialmente las relaciones entre ellos". Esto quiere decir que es
necesario crear un puente entre el significado intencional que manifiesta un sujeto al pretender comunicarse y
el uso que este sujeto realiza, a través del manejo de las reglas de uso de una lengua y que se manifiesta en las
expresiones convencionalizados por el uso.
Descargar