Revolución Mexicana de 1910-1917 en los documentos del Archivo

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Estudios Latinoamericanos 6, p. II (1980), pp. 107-116
Revolución Mexicana de 1910-1917 en los documentos del
Archivo de la política exterior de Rusia.
Nicolai M. Lavrov
La Revolución Mexicana de 1910-1917 estremeció el mundo entero. No
quedaban indiferentes a la revolución los países de Europa y entre
ellos Rusia. Esto lo confirman los nuevos materiales encontrados por
el autor en el Archivo de la política exterior de Rusia.
La Revolución estallada en el noviembre de 1910 bajo el mando de
Francisco Madero le prestaban mucha atención los diplomáticos
rusos en México. Las simpatías de los funcionarios zaristas no
estaban al lado de la Revolución: para ellos el régimen dictatorial de
Porfirio Díaz que gobernaba en México durante los 30 años se
parecía al sistema absolutista de la Rusia zarista. No obstante hasta
ellos atestiguaron el auge del movimiento de todo el pueblo
mexicano contra el dictador Porfirio Díaz.
«La simpatía de la mayoría del pueblo del Estado de Chihuahua y de
otros Estados norteños – informaba el 10 de marzo de 1911 a
Petersburgo el Ministro ruso en México, A. Stalevsky – está al lado
de los revolucionarios pues se acumuló el rencor en demasiado
contra los gobiernos locales y contra dos o tres personas que poseen
los enormes espacios de tierra en estos Estados y que explotaban a
los habitantes rurales debajo de la protección de algunos miembros
del Gobierno Central, aprovechando los lazos de parentesco»1. Sin
embargo el derrocamiento de Díaz en mayo de 1911 A. Stalevsky lo
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calificó como el gran desastre, pues según su punto de vista «México
podía florecer sólo disponiendo de un gobierno fuerte».
Expresando la compasión con motivo de que México «perdió este
hombre notable» A. Stalevsky escribía entretanto: «No obstante no
se puede decir que el general Díaz no tenía alguna culpa en su
desgracia sucedida. El no podía comprender que su sistema del
gobierno no correspondía más al tiempo nuevo, tenía que despedirse
de sus colaboradores y ministros más o menos de mala fe y sobre
todo del vice-presidente Ramon Corral odiado por todos»2. A.
Stalevsky ha caracterizado sobriamente al dirigente de la Revolución
Francisco Madero subrayando: «No se puede negar que tiene la
energía, el sincero deseo de trabajar honestemente para el bien de su
patria»3.
Es sabido que el gobierno de Madero no podía resolver el problema
principal de la Revolución – el problema agrario que despertó las
nuevas rebeliones de los campesinos-mestizos y los indios. En su
telegrama a Petersburgo del 8 de marzo de 1912 A. Stalevsky
informaba: «La situación en el país toma mal cariz. La excitación
contra el presidente Madero acusado primordialmente de
incumplimiento de la promesa de repartir la tierra entre los indios,
acrecenta»4.
Contra el gobierno se ha levantado una parte de los intelectuales
revolucionarios descontentos de que Madero dilataba con
cumplimiento de las promesas dadas en vísperas de la revolución de
1910. Los círculos reaccionarios aspirando a restaurar el régimen
porfirista se aprovecharon del debilitamiento de las posiciones de
Madero. En febrero de 1913 como resultado del golpe de Estado
dirigido por el ex-general porfirista Victoriano Huerta el gobierno de
Madero fue derrocado. Madero y el vice-presidente Pino Suárez han
sido muertos.
El embajador de los EE.UU. Genry Lane Wilson jugó el papel fatal en
el derrocamiento del gobierno maderista y en el asesinato de Madero
y de Pino Suárez. Según la expresión de Stalevsky Wilson tomo
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parte en estos acontecimientos «con evidencia marcada». La línea de
la conducta del embajador norteamericano representaba la posición
enemiga de los círculos más expansionistas de los EE.UU. con
relación a la revolución mexicana pues desde el principio se ha
manifestado su tendencia antiimperialista.
Al final se ha prorrumpido el odio largamente contenido por pueblo
mexicano hacia los monopolios norteamericanos que mangonearon
en el país ajeno. En cuanto a esto A. Stalevsky escribía: «Además de
que los mexicanos no pueden olvidar por completo el año 1847 (la
guerra de conquista de los EE.UU. contra México en 1846-1848»)5.
Como atestiguan los documentos del Archivo de la política exterior de
Rusia, los Estados Unidos comenzaron preparar la intervención
contra México ya antes del derrocamiento Madero. Todavía el 11
marzo de 1911 Stalevsky informaba: «La movilización inesperada de
los veinte mil hombres estadounidenses, la distribución de ellos en la
frontera mexicana, el envío de los acorazados a los puertos del
Pacífico y del Golfo mexicano, los más cercanos a México, como
resultado han tenido aquí la alarma grande»6.
Entretanto el encargado de negocios de los EE.UU. en México –
Deering por encargo de su gobierno aseguraba al gobierno mexicano
que las acciones de las fuerzas armadas norteamericanas estaban
ligadas «exclusivamente con las maniobras y no debían inquietar de
algún modo a los mexicanos – amigos y buenos vecinos de los
Estados Unidos»7
En cuanto a esto Stalevsky comunicaba a Petersburgo: «No obstante de
esas expliciaciones calmantes del gobierno de los EE.UU. aquí
continuan considerando que las maniobras son sólo pretexto para la
ocupación de los Estados norteños de México y de la California del
sur si las circunstancias lo favorecen. Tales circunstancias pueden
aparecer con ligereza si el Gobierno mexicano no estará capaz de
aplastar rápidamente el movimiento revolucionario»8.
En el curso de la revolución y sobre todo en relación con la política del
gobierno de Madero que limitaba la actividad del capital extranjero
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(sobre todo el norteamericano) los círculos imperialistas de los
EE.UU. se han activado aún más. El principal realizador de esta
política era ya mencionado embajador Wilson. Como escribía en la
información ordinaria a Petersburgo Stalevsky la opinión pública
mejicana empezaba «a temer más y más la intervención de los
Estados Unidos Norteamericanos. La invocación del embajador
Wilson a los ciudadanos norteamericanos con la propuesta abandonar
México al comienzo del marzo del año 1912 produjo, según la
expresion de Stalevsky, «la impresión abatida». Esta invocación fue
calificada como «la última prevención ante la intervención militar».
«Muchos consideraban, escribía Stalevsky, que esta declaración del
embajador tenía la significación secreta; recuerden, subrayaba
Stalevsky, que un consejo semejante fue dado por el cónsul
norteamericano en La Habana algún rato antes de la declaración de la
guerra contra España»9.
Desde luego la preparación de la agresión estaba camuflada con las
aseveraciones pacíficas. El embajador ruso en Washington Bajmetjev
que seguía atentamente la política de los EE.UU. con relación a
México revolucionario el 13 de febrero de 1912 informaba a
Petersburgo que el gobierno de los EE.UU. recomendaba a su
embajador en México informar que el gobierno de los EE.UU. estaba
muy lejos de la idea de la intervención y que sentía la amistad sincera
hacia México y el pueblo mexicano y que esperaba que la bendición
de la paz vendrá pronto; los asuntos políticos interiores no interesan
al gobierno de EE.UU. que demanda sólo la defensa y la protección
de la vida y de los bienes de los ciudadanos norteamericanos en la
república vecina»10. En el mismo mensaje el embajador Bajmetjev
agregaba: «Pero las preparaciones militares iban por sus pasos
contados. 10 mil pueden mobilizarse durante una hora y después más
de 24 mil de las tropas regulares, sin contar cerca de 60 mil de
milicianos, y los barcos de guerra pueden aparecer dentro 36 horas
en las aguas del Golfo Mexicano». Pasados dos meses, el 15 de abril
de 1912 Bajmetjev informaba desde la capital de los EE.UU. a
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Petersburgo: «Las armas están enteramente listas para el combate
que los círculos militares esperan pronto»11.
No obstante la intervención no ha tenido lugar. Suponían que si el
gobierno de Madero fuera derrocado y un dictador tal como Porfirio
Díaz tomara por fuerza el poder se podría resultar sin la intervención.
Por eso el embajador norteamericano Wilson muy activamente
coayudó a favor de Huerta. Pero Huerta en su política exterior
inesperadamente empezó orientarse a las potencias de Europa.
Considerando este problema Stalevsky escribía que el gobierno de
Huerta «apoyaba con evidencia los intereses de los capitalistas
europeos en perjuicio de un trust americano y como resultado la
sociedad petrolera inglesa de A. Pirson, que fue perseguida durante
en el gobierno de Madero ha podido subsanar sus asuntos de nuevo.
Actualmente dos grupos principales el Americano de Rocefeller y el
Inglés de Pirson rivalizan entre sí12.
Sin duda alguna el problema del petróleo mexicano interesaba mucho a
las potencias imperialistas que preparaban la guerra por el nuevo
reparto del mundo. Pero no sólo Inglaterra. y los EE.UU. soñaban
con la toma del petróleo mexicano: Alemania también, escribía
Stalevsky, «comenzó interesarse por los yacimientos petrolíferos en
México; el departamento naval ha influido sobre el grupo de
capitalistas alemanes quienes ahora han prestado atención a esta
industria y trataban de adquirir los pozos petrolíferos» 13.
El gobierno norteamericano de Woodrow Wilson, comprendiendo que
Huerta se orientaba hacia Inglaterra – rival principal de los EE.UU.,
rechazó reconocer el gobierno provisional de Huerta motivando su
decisión, según las palabras de Stalevsky por lo que «este gobierno
se formó sobre la base del pronunciamento sangriento y no sobre la
base de las elecciones»14.
El gobierno de Wilson se ha combinado la preparación de la
intervención en México con los intentos de aprovechar en sus
intereses el movimiento constitucionalista de V. Carranza y también
con los demarches diplomáticos de todo género, con el envío de
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varias representantes personales del presidente de los EE.UU. a
México para «el estudio del ambiente».
A mediados de agosto de 1913 el gobierno de los EE.UU. se dirigió al
gobierno ruso con la petición de apoyar las propuestas que llevó a
México D. Lind, el representante personal del presidente W. Wilson.
En su carta el secretario del Estado de los EE.UU. – Brayan al
ministro de Relaciones Exteriores de Rusia Sazonoff señalaba con
hipocresía que sólo una cosa que inquietaba al gobierno de EE.UU.
en este caso esto era «la soberanía y la independencia de México, la
paz, la felicidad y la prosperidad del todo el, pueblo mejicano».
Brayan comunicó al ministro ruso las condiciones de resolución de la
crisis mexicana y entre ellos la principal era la demanda del rechazo
del general Huerta de la promoción de su candidatura al puesto del
presidente de México durante las proximas elecciones»15.
El 20 de agosto de 1913 el ministro de las Relaciones Exteriores
de.Rusia Sazonoff despachó un telegrama secreta a los representantes
de Rusia en París, Londres, Berlín, México y Washington sobre la
petición del gobierno de los EE.UU. de apoyar a través del
embajador ruso en México las propuestas americanas de «los buenos
servicios». Al final del telegrama Sazonoff ordenaba: «Haga el favor
de telegrafiarme si el Gobierno de este país ha recibido el mensaje
semejante y en el caso positivo cual es su reacción»16.
Al día siguiente Stalevsky ya informaba desde México: «Las propuestas
hechas por los EE.UU. al México considero irreales». Un poco más
tarde el comunicó que las propuestas americanas fueron rechazadas
por el gobierno mexicano.
El 22 de agosto en el telegrama de Bajmetjev desde Washington se
decía: «Como los consejos amistosos del gobierno norteamericano al
General Huerta tienen un punto que el general aceptará con muy
poca probabilidad es decir la demanda del rechazo de la candidatura
al puesto presidencial a mi me parece que los representantes de las
potencias que apoyarán esta demanda serán colocados en una
posición desfavorable»17.
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El encargado provisional de negocios de Rusia en Berlín Bronevsky ha
dado la respuesta análoga indicando que Alemania se ve obligada a
rechazar la propuesta del gobierno de los EE.UU. «Simultáneamente
– continuaba Bronevsky – está indicado al Gobierno norteamericano
que sería muy deseable el reconocimiento por el al Presidente
Huerta»18. Sobre la reacción negativa de los gobiernos de Inglaterra y
de Francia informaron los embajadores rusos desde Londres y París.
Al fin el mismo gobierno ruso comunicó al gobierno de los EE.UU.
que no podía apoyar sus propuestas19.
Como estaba claro que las simpatías de los Estados europeos estaban al
lado de Huerta el gobierno de. W. Wilson empezó a tratar de
conseguir a toda costa su derrocamiento «para conducir México»
según las palabras de Stalevsky de su información al Petersburgo del
25 de octubre de 1913 – «a la dependencia completa de los
EE.UU.20.
Casi simultáneamente con esta información de Stalevsky de México el
28 de octubre de 1913 Bajmetjev escribía desde Washington sobre su
conversación con el secretario del Estado: «Brayan me ha dicho que
las noticias desde México son sumamente poco insatisfactories.
Huerta no quiere irse, el presidente Wilson no se conforma de
ninguna manera con su reconocimiento, por eso hay que hacer alguna
acción activa en forma que aun no está definida con el objeto obligar
al dictador indeseable de sujetarse a las demandas del Gobierno
norteamericano y ceder el puesto al otro.
El estado del animo público y de la prensa estaban alarmante y lo
comparan con aquel que existía en víspera de la guerra con España».
Bajmetjev agregaba que en su obstinación contra Huerta «el
presidente ha ido tan lejos que le queda ahora sólo la intervención
militar».
En este tiempo la guerra civil en México ha obtenido la escala enorme.
La revolución no sólo derrocaba los latifundistas, los porfiristas, los
partidariós de Huerta sino ponía bajo amenaza las posiciones del
capital extranjero en México. Desgarrados por las contradicciones en
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vísperas de la primera guerra mundial los imperialistas estaban
unidos en su posición enemiga hacia la revolución mejicana.
El 27 de noviembre en su telegrama a Petersburgo Stalevsky
comunicaba: «En Veracruz están ahora siete acorazados
norteamericanos, acabo de llegar por allá el crucero francés “Condé”
y el alemán “Bremen”; esperan dentro al poco tiempo la llegada de
los tres acorazados ingleses – ”Suffolk”, “Lancaster”, “Berweek” y
aun más buque de guerra militar italiano. En los puertos mejicanos
del Pacífico están también los buques de guerra de los EE.UU. y
esperan llegada del crucero japonés “Itzumi”»21.
Al finales de 1913 y al comienzo de 1914 con más claridad se
manifestaron los indicios de la caída inevitable de Huerta y de la
victoria del movimiento constitucionalista.
Los mónopolios norteamericanos que querían bajo pretexto de la lucha
contra Huerta aplastar la revólución mejicana con las armas daban
prisa.
El 20 de abril de 1914 Stalevsky despacho desde México a Petersburgo
el telegrama secreta en la que comunicaba que «se esperan pronto
muchos barcos y los acontecimientos serios»22. Puede ser él sabía
algo sobre las preparaciones del gobierno de Wilson para la
intervención armada contra México revolucionario que comenzó por
la ocupación de Veracruz el 21 de abril de 1914. El 22 de abril
Stalevsky informo al gobierno ruso: «Sin previa declaración de
guerra los norteamericanos ocuparon ayer Veracruz»23.
Así describía las cosas el testigo de vista, el vice-cónsul ruso en
Veracruz Wendhausen: «Cerca de las once del día 21 de abril de los
acorazados americanos “Florida” y “Juta” que estaban en la rada
interior se han desatracado las lanchas con los soldados. La decisión
del almirante Eletcher sobre la ocupación de Veracruz estaba
transmitida al comandante de la ciudad al general Maz por el cónsul
norteamericano 15 minutos antes de la llegada del primer escalón»24.
Los poderes huertistas no prepararon la ciudad para la defensa, no
tomaron las medidas para rechazar el asalto aunque sobre la posible
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intervención escribían los periódicos, hablaban en las calles, todos la
esperaban. El general Maz dio la orden de la retirada a la guarnición
en vez de defender la ciudad y los ciudadanos de la intervención
norteamericana. Pero los ciudadanos mismos se levantaron a la
defensa de su ciudad. «La primera resistencia oponían a las tropas
americanas los obreros de alijo y estibo del puerto y los pescadores
quienes poco después agregaban un pequeño- destacamento de
infantería que fue aniquilado en el tiroteo posteriom, comunicaba el
vice-cónsul ruso25.
El teniente José Azueta encabezó el destacamento de los cadetes de
marina de guerra que opuso la más tenaz y organizada resistencia a
los intervencionistas norteamericanos. El destacamento americano
que ha recibido la orden de atacar el edificio de la Academia Militar,
comunicaba el vice-cónsul ruso – «fue encontrado por el fuego denso
y se vió obligado a retirarse. No obstante pequeño número de los
cadetes, los oficiales y los soldados dejados en el edificio – cerca de
150 hombres el grupo atacante no consiguió tomar la posición; a
causa de que fue dado la orden de cañonear el edificio que fue
cumplido por el crucero “Montana” y por la cañonera “Prerye” que
estaban anclados cerca de 500 metros del edificio»26.
No obstante del fuego de la artillería naval y de los ataques de los
intervencionistas los cadetes resistían hasta la noche causando al
enemigo «las bajas considerables, y se habían retirado al amparo de
la noche». En este combate el teniente José Azueta fue herido de
muerte. Los grupos dispersos de la guarnición de Veracruz que no
tenían tiempo de unirse con las partes retirantes o no conocían la
orden del general Maz, resistieron a los invasores norteamericanos
durante todo el día posterior.
El 22 de abril los norteamericanos ocuparon la ciudad, pero no acabaron
con la resistencia de los patriotas mejicanos. Como informaba el
vicecónsul ruso «por las noches se oyen los tiros aislados de los
habitantes predestinados a los centinelas americanas. No obstante de
los registros y de la amenaza del fusilamiento las matanzas de los
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centinelas no cesaban. Fue declarado el estado de guerra en la ciudad
y en toda región ocupada por los norteamericanos».
Los invasores intentaban de romper la resistencia de los patriotas con la
ayuda del terror. Fueron fusilados algunos centenares de los
mejicanos. Pero en su información del 25 de abril Stalevsky
atestiguaba que «a pesar del terror y de los fusilamientos la agitación
contra los norteamericanos en el país continuaba creciendo»27.
El presidente W. Wilson consideraba que los constitucionalistas le
interpretarán como un aliado en la lucha contra Huerta. Pero el jefe
de los constitucionalistas Venustiano Carransa en nombre del
gobierno revolucionario provisional ha demandado la evacuación de
todas las tropas norteamericanas de Veracruz, acusando a los EE.UU.
en la agresión contra México.
En julio de 1914 bajo los golpes de la división de Fr. Villa del norte y
del Ejército Libertador de Zapata del sur, el gobierno de Huerta
decayó. Al fin y al cabo W. Wilson se vió obligado de evacuar las
tropas norteamericanas desde Veracruz.
La primera guerra mundial había desviado la atención de los Estados
imperialistas de los asuntos mejicanos. Es verdad que los EE.UU.
trataron una vez más en el 1916 después del conocido ataque de
Francisco Villa a Columbus de efectuar de nuevo la intervención
pero esta vez ellos encontraron la resistencia aun más fuerte que tenía
lugar antes.
Con motivo de eso el embajador ruso en Washington Bajmetjev escribía
a Petersburgo: «La expedición punitiva enviada al norte de México
con la orden de captar Villa vivo o muerte no sólo no ha podido
efectuar este encargo cándido pues fue recibida de modo más
desfavorable por el pueblo y por el gobierno mexicano sino ahora
está en la situación muy crítica. El gobierno federal tiene que
resolver el problema sumamente difícil [...] Todos los mexicanos a
pesar de las diferencias partidarias están listos de sublevarse
unánimemente contra los norteamericanos odiados; el destacamento
del general Pershing que consiste de los 11 miles de hombres puede
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ser cercado y aniquilado con ligereza. Los norteamericanos escapan
de México»28.
Teniendo en cuenta este auge de los sentimientos patrióticos y
antiamericanos de todo el pueblo mexicano y temiendo que la
aventura con la «expedición punitiva» con el general Pershing a la
cabeza podría convertirse en una gran guerra con México, el
presidente Wilson ordenó evacuar sus tropas, las últimas unidades de
las cuales abandonaron el territorio mexicano a comienzo de febrero
de 1917. Esta vez Wilson no estaba interesado en la guerra con
México porque el gobierno de los EE.UU. terminaba las
preparaciones para intervenir en la primera guerra mundial.
Estados Unidos aun trataron de ejercer preción sobre el México de otras
maneras. Pues, los documentos citados del Archivo ruso confirman la
posición enemiga de los monopolios norteamericanos y del gobierno
de los EE.UU. hacia lucha del pueblo mexicano por la libertad y por
la independencia de su patria durante la Revolución Mexicana de
1910-1917.
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