Limpieza en la cúspide militar Limpieza en la cúspide militar El gobierno de España dispondrá cambios en la cúspide del ejército este viernes, aunque no está claro aún el alcance de los mismos, provocados por las declaraciones políticas del número dos de esa fuerza. El teniente general José Mena Aguado dijo el viernes en un acto con motivo de la pascua militar que el proyecto estatutario de Cataluña había desatado en sus subordinados "una gran preocupación por el futuro de la unidad de España". Mena Aguado es el jefe de la Fuerza Terrestre, uno de los tres núcleos orgánicos del Ejército de Tierra. En un clima crispado, que enfrenta a políticos de todas las tendencias, el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero está negociando un nuevo estatuto de autonomía para Cataluña, comunidad gobernada por el también socialista Pasqual Maragall. El gobierno catalán, una coalición en la que tiene mucha fuerza el nacionalismo de izquierda, reclama que a esa comunidad se le reconozca el rango de nación y se le cedan algunas prerrogativas del gobierno central. El reclamo es considerado inconstitucional por el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y por la principal fuerza de oposición, el Partido Popular (PP). Tras analizar los aspectos polémicos del proyecto, el militar recordó que la carta magna española marcaba límites infranqueables, que "si fuesen sobrepasados, lo cual en estos momentos parece impensable, sería de aplicación el artículo octavo de la Constitución". A continuación, Mena Aguado leyó dicho artículo: "Las fuerzas armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad y el ordenamiento constitucional". Además, el general mencionó el juramento prestado de guardar y hacer guardar la Constitución, y finalizó afirmando que "para los militares, cualquier juramento o promesa constituye una cuestión de honor". El texto del artículo es similar al número 37 de la Ley Orgánica aprobada en 1967 bajo la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), que rigió hasta la entrada en vigor de la Constitución de 1978. Ese artículo establecía que "Las Fuerzas Armadas de la Nación, constituidas por los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y las Fuerzas de Orden Público, garantizan la unidad e independencia de la Patria, la integridad de sus territorios, la seguridad nacional y la defensa del orden institucional". El ministro de Defensa, José Bono, citó a Mena Aguado el sábado en su despacho, lo suspendió en el cargo y decretó su arresto domiciliario durante ocho días. Mientras transcurre ese plazo, se reunirá este viernes el Consejo de Ministros para resolver sobre la propuesta de destitución que presentará el jerarca. Todas las fuentes indican que la decisión de cesar al militar es unánime, pero hay dudas sobre su sucesor, ya que el más nombrado hasta ahora para ocupar su cargo, el teniente general Joaquín Tamarit Navas, apoyó el frustrado golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, transmitiendo una contraseña ("La Bandeja está grabada") a los complotados. Fernando Reinlein, un coronel retirado que durante la dictadura franquista fue uno de los líderes de la clandestina Unión de Militares Demócratas (UMD), se mostró totalmente de acuerdo con la destitución de Mena Aguado, pero también disconforme con el arresto, que consideró "corto". 1/2 Limpieza en la cúspide militar Reinlein dijo a IPS que los uniformados pueden pensar y opinar libremente "pero en privado, nunca en público, ya que las palabras de un alto mando tienen trascendencia y deben limitarse a lo que su condición de militar" autoriza. Según Reinlein, el arrestado se arrogó la representación de todos sus subordinados, "algo que no debe hacerlo nadie". Pero concluyó que Mena Aguado "no es cabeza de iceberg de ningún tipo", pues los militares demostraron muchas veces su respeto a la democracia y al gobierno del que dependen. En el seno de las fuerzas armadas se plantean dos posiciones, una defendiendo a Mena Aguado y otra criticándolo con dureza. La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME, nacida a la sombra de la disuelta UMD), apoyó las medidas adoptadas por Bono y se congratuló por la rapidez de su reacción. El secretario general de AUME, Mariano Casado, estimó necesario reforzar la idea de que las fuerzas armadas "saben que están subordinadas al gobierno y a la soberanía popular". Actitudes como las de Mena Aguado son contraproducentes, porque dan la sensación de que las fuerzas armadas no se acomodan a la realidad democrática, añadió. Por el contrario, el coronel José Conde Monge, presidente de la Asociación de Militares Españoles (AME), aplaudió las palabras polémicas y criticó al ministro por el arresto. Mena Aguado mostró valentía para hablar "ante una situación peligrosa, que los políticos no quieren ver y que puede llevar a soslayar la Constitución, y hasta al desmembramiento de España" si se aceptan las reclamaciones de los nacionalistas catalanes, dijo Conde Monge. Ese desmembramiento, explicó, se produciría si se aceptan las reclamaciones de los nacionalistas catalanes y de su parlamento autónomo, que ya envió el proyecto de estatuto al Congreso de los Diputados, en Madrid, donde comenzará a ser discutido en las próximas semanas. El líder del PP, Mariano Rajoy, declaró que los militares no podían hacer el tipo de declaraciones del sancionado, pero habría que hacer caso al "componente político" de las mismas, cuya emergencia atribuyó al "silencio sepulcral" de Zapatero sobre el conflicto estatutario. Ese silencio "produce inquietud, incertidumbre, divisiones y tensiones", dijo. Con todos estos antecedentes, el Consejo de Ministros deberá decidir este viernes sobre la propuesta de Bono de destituir a Mena Aguado. La designación de su sucesor permanece incógnita. Tito Drago http://ipsnoticias.net © CCOO SERVICIOS 2015 Logos y marcas propiedad de sus respectivos autores Se permite la reproducción total o parcial de todos los contenidos siempre que se cite la fuente y se enlace con el original 2/2