Nº 20 08 En la ciudad de Venado Tuerto, a los días del mes de Marzo del Año Dos Mil Diez, se reunieron en Acuerdo los Señores Vocales de la Cámara de Apelación en lo Penal de esta ciudad, Dres. Gustavo García Méndez, Tomás Orso y Héctor López, con el fin de dictar sentencia definitiva en el proceso seguido a A. B. R., alias “Tangarica”, argentino, soltero, de escasa instrucción, sin ocupación, nacido el día 06 de Marzo de 1985 en Venado Tuerto, hijo de B. Melian y e María del Carmen Albornoz, con domicilio en calle Strenizi (Ex 43) Nº 1171 de Venado Tuerto, con D.N.I. Nº 31.501.860, como presunto autor del delito de HOMICIDIO SIMPLE (Artículo 79 del Código Penal) en Causa Nº 211/2009 de esta Cámara. Estudiados los autos, se resolvió plantear las siguientes cuestiones: 1º)ES JUSTA LA SENTENCIA APELADA? 2º)QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN DEFINITIVA? Practicado el sorteo de ley, resultó que la votación debía efectuarse en el siguiente orden: Dres. Tomás Orso, Gustavo García Méndez y Héctor López. A la primera cuestión planteada, el Dr. Orso, manifestó: I) Contra el Fallo Nº 276 del 29 de Octubre de 2009 del Señor Juez en lo Penal de Sentencia de Melincué, por el que CONDENÓ a A. B. R., por el delito de Homicidio Simple a la pena de Once años de Prisión de Ejecución Efectiva, accesorias legales y las costas del proceso, interpuso recurso de apelación la Sra. Defensora General, Dra. Elena Sales por la totalidad del Fallo, el que fue concedido a fs. 136 de autos. 1.Defensora Corrido General, representación manifestó de que controvierte razonabilidad la lo y Dra. el A. B. M. traslado Elena Ramírez, de construir más elementales crítica, la Sra. Sales, en expresó forma sana a agravios la sentencia criterios lineamientos y de esenciales para valorar la prueba rendida en autos, los cuales han sido evidentemente controvertidos haciendo de esta sentencia una pieza jurídica arbitraria. Al formular la defensa del acusado se advirtió una situación, y ese cuestionamiento no ha sido revertido por el acusador público, el cual peticiona la condena. El A-quo al acoger este pedido no ha hecho más que consagrar el arbitrario razonamiento de su consorte procesal, sin ningún tipo de apoyo probatorio. El a-quo dice que el planteo respecto a que no se ha demostrado la intención de su defendido de dar muerte al occiso no puede tener sustento, porque el puntazo fue asestado con fuerza y profundidad, y no fue un acto defensivo o dirigido a repeler una agresión previa. Aquí puede advertirse el grado de arbitrariedad del fallo, en tanto no ha tenido en cuenta prueba relevante producida por esta defensa. La madre del imputado ha declarado y dice que ella realmente temió por su vida y que su hijo concurrió en su auxilio, además se han acreditado las agresiones de todo tipo e incluso lesiones físicas. Por lo tanto se puede tener por acreditado que la situación de “agresión ilegítima” existió y que en ese contexto ocurrió el hecho. En ese contexto su defendido no hizo más que defenderse y utilizó para ello un medio racional, cual fue un cuchillo para amedrentar al grupo de gente que estaba hostigando y maltratando a su madre y que luego se fue contra él mismo. El desenlace y la muerte nunca fue querida por su defendido, nunca fue su objetivo. Eso fue advertido en las defensas y alegatos. Se refiere concretamente al testimonio del Dr. Raposo que da concluyente opinión al respecto. El mismo dice que la muerte de la víctima se produjo por una sola puñalada y que el preciso lugar por donde ingresó el cuchillo fue determinante para ocasionar la muerte. Lo que no advierte el a-quo es que si la muerte fue casual o se debió a la habilidad o precisión del acusado. Esta defensa puso en cuestión que su defendido haya querido en ese contexto dar muerte a esa persona y haya conducido su accionar en ese sentido. Se debe sumar que la víctima era muy amigo de Ramírez, siempre estaba en su casa, etc. Por lo que mal pudo éste haber querido matar a su amigo. No puede escaparse que la posibilidad de dar muerte a una persona con una sola puñalada está reservada a quienes más saben de armas y que el dolo que se pretende de su defendido no puede verse acreditado solo y exclusivamente con el resultado. Todo ello no basta con decir que su defendido debió haber podido prever ese resultado. Tal evento no puede configurarse como homicidio simple, por lo que solicita revoque la sentencia apelada y en su lugar absuelva a su pupilo de culpa y cargo. 2. - Corrido el traslado al Sr. Fiscal de Cámaras Subrogante, Dr. Fernando Palmolelli, contestó los deviene agravios de ineluctable participación Ramírez en directa su la Defensa, concluir en el declaración manifiesta que hecho admite Ramírez de que tuvo “HOMICIDIO”. haberle pegado una puñalada a la víctima, porque tanto ésta como Frede, le pegan un palo en la cabeza a su madre. Surge contradicción, primero precisa que ambos le pegan con un palo a su madre, circunstancia de muy difícil producción, dado que ambos no pueden ejercer el dominio sobre un palo, como lo sindica el acusado. Segundo no hay un solo encartado. El testimonio que testimonio avale de la lo dicho por progenitora el luce atendibilidad restringida, la misma cree que su hijo no estaba alcoholizado, cuando todos los testimonios y el informe médico indican que había ingerido alcohol. Tampoco se verificó lesión alguna en la zona en donde adujo ser agredida. Aquí la coartada se desvanece por la sencilla razón, de que en autos abundan testimonios que indican al imputado en una actitud agresiva y en busca de pelea en forma permanente. En consecuencia los parámetros a los cuales alude la Defensa no encuentran correlato dentro sentenciado por de el las presentes a-quo, se actuaciones ajusta a y derecho. lo Cita Jurisprudencia. En cuanto a la falta de intención de causar la muerte, la Defensa toma como sustento los dichos del Dr. Raposo, quien indicó que el lugar en donde recayó la puñalada fue causal y que no es habitual que se produzcan en dicho sitio, por ello quiere, la Defensa, transpolar los dichos del Forense. Una cosa es el lugar del cuerpo en donde habitualmente se producen heridas de armas blancas y otra muy distinta es que dicha puñalada de manera alguna no pudiera quitarle la vida a la víctima. La representación del resultado muerte, estuvo presente en el accionar del imputado, dado que una cuchilla de 30 cm de hoja como lo relatan los diversos testimonio s colectados en autos y la zona de impacto debió seguramente representar en una ecuación mental, que tal conducta podía producir un resultado letal para la víctima. Basta con leer las declaraciones, las cuales apuntan sin hesitación alguna al grade de agresividad que revestía el imputado, como así también a la cuchilla que portaba en todo momento. Se cree que no se puede estar hablando de una legítima defensa o si se quiere de un exceso de ésta última. La mera circunstancia de encontrarse alcoholizado el encartado, ha quedado verificado en los testimonios, de alguna forma pude ello encasillarlo en la inimputabilidad. Cita Doctrina. Por lo tanto, tales indicios incriminantes, se muestran concordantes y analizados en su conjunto permiten determinar la responsabilidad penal de Ramírez. Cita Jurisprudencia. Por todo lo expuesto, esta Fiscalía de Cámaras planteados requiere y el rechazo solicita, al de los resolver, agravios confirme íntegramente el decisorio alzado por resultar ajustado a derecho, demostrados en la causa y conforme el derecho aplicado. II) Corresponde en las presentes actuaciones resolver el recurso de apelación interpuesto por la Dra. Melincué- en María Elena Sales representación de -Defensora A. B. R., General de contra la sentencia n° 276, dictada en fecha 29 de Octubre de 2009 por el Dr. Federico Longobardi, interinamente a cargo del Juzgado en lo Penal de Sentencia de Melincué, mediante la cual el imputado fue condenado, como autor penalmente responsable del delito de Homicidio (Arts. 45 y 79 del Código Penal) a una pena de once años de prisión, accesorias legales y las costas del proceso (Arts. 5, 12 y 29 -inc. 3°- del Código Penal). Examinando los agravios expresados por la Defensa contra la sentencia condenatoria dictada en primera instancia, a la luz de los elementos probatorios obrantes en autos, normativa legal aplicable y réplica del actor penal, considero que los mismos no llegan a conmover el fallo recurrido, el que resulta congruente con los elementos probatorios colectados durante el proceso y se encuentra lógica y jurídicamente fundado. En función de ello el pronunciamiento debe ser confirmado en su totalidad, por las siguientes razones: como cuestión aclaratoria y a los fines de facilitar la lectura del presente voto entiendo dable resumir la plataforma fáctica sobre la cual pivoteó la teoría del caso del actor penal y la condena del juzgador. En este sentido se atribuyó, acusó y condenó al imputado por haber dado muerte a Jonatan José Bonetto, mediante la utilización de un elemento filoso (cuchillo) con el que perforó el abdomen del premencionado quien falleció horas después tras estar internado en el hospital local. El episodio mortal sucedió en horas de la noche del 24 de Marzo de 2009, oportunidad en la que el causante participaba, junto a otras personas, en una reyerta acaecida en el barrio conocido como “Ciudad Nueva” de Venado Tuerto y en la que el malogrado joven Bonetto intercedió para separar a personas que se estaban agrediendo. En dicha ocasión es atacado por R. quien le aplicó un letal cuchillazo en la zona abdominal. Ante valoración dicho probatoria interviniente, la sentenciante, la cuadro de efectuada que fuera Defensa situación por hecha -en su la y la Fiscalía propia escrito por de el fojas 144/145- señala que la condena resulta incorrecta ya que no se apoya en pruebas contundentes y objetivas que neutralicen el estado de inocencia de su pupilo y que este actuó en defensa propia y la de su madre ante una situación de personas. Agrega plenario por hostigamiento el que del médico por parte de testimonio forense se un grupo prestado desprende de en el que su pupilo no tuvo intenciones de provocar la muerte de la víctima. Finalmente encuadre la excesiva de y a conducta la todo del legítima evento justiciable defensa (art. plantea que se en la figura 35 del Código Penal). Examinando precedentemente reseñado, el planteo entiendo –tal recursivo como ya adelantara- que no logra poner en tela de juicio la condena recurrida, apareciendo la misma construida de un modo sólido, lógico y compatible con los elementos probatorios recogidos durante el transcurso del proceso. Entiendo que ello es así a partir de los abundantes elementos incriminatorios recogidos durante la instrucción, a través de los cuales puede reconstruirse con bastante aproximación –debe recordarse que el estado de certeza necesario para condenar no requiere acceder a un grado de verdad-correspondencia, sino que basta una de tipo aproximativo- lo sucedido en horas de la noche del 24 de Marzo de 2009. Ante la atribución delictiva que se le efectuara, el imputado -al declarar a fojas 43- dice que todo derivó de una pelea callejera en la que participaron unas 40 personas. Indica que su madre fue atacada por Jorgito Frede y Jonatan Bonetto y recibió un golpe en apuñaló la al cabeza último con un palo, mencionado. a Dice raíz que de lo previo cual a lo expuesto había tenido un incidente, unos minutos después de haber terminado un partido de fútbol, con Mariano Escorihuela tras lo cual el imputado es perseguido por varias personas dirigiéndose ocasión en la que ese se produciéndose en primeramente descripta. por ello hacia su casa, encuentra momento la Señala con secuencia que su madre, de todos hechos estaban alcoholizados, que era amigo de Bonetto, que éste iba a su casa y que ambos concurrían juntos a la cancha. Analizando la versión precedente -sobre la cual la defensa monta su estrategia pugnando encuadrar causal el de accionar del justificación claramente sometido (legítima a proceso defensa)- en una surge que la misma no se compadece con la prueba incorporada, especialmente declaraciones testimoniales, informes de todo médicos lo cual y se desprende la responsabilidad penal plena del sometido a proceso y la consecuente corrección del pronunciamiento de condena impugnado. Veamos: * Del relato del menor Facundo Rodri­ guez, primer testigo deponente (fojas 13), surge que la lesión mortal que padece la víctima se la asesta el impu­ tado cuando Bonetto intentaba separar a jóvenes que pro­ tagonizaban una gresca. Dicho relato luego tiene su co­ rrelato y se complementa, en lo esencial, con los testi­ monios proporcionados por las restantes personas decla­ rantes en autos, algunos de los cuales se reseñan a con­ tinuación. * A fojas 28 y 65 Mariano Escorihuela dice que tuvo un incidente con el imputado –apodado “Tangarica”- a quien ya había visto alcoholizado y exhi­ biendo una cuchilla en la cancha de “Ciudad Nueva”, con la cual le lanzó varios puntazos. Señala que se gestó una gresca generalizada y que el “chino” y el “ojón” R., hermanos del imputado, estaban agrediendo a Jorgito Fre­ des y que interviene Bonetto con intención de separar­ los, resultando atacado en dicha momento por el imputado quien hace unos treinta metros hacia el lugar donde es­ taba Yonatan y lo apuñala en la zona abdominal. * María Valeria Carabal, quien presen­ cia la riña, brinda similar versión (fojas 33 y 69) acerca de cómo el imputado atacó a la víctima cuando ésta intentaba apartar personas que se estaban peleando. * A fojas 34 y 66 el adolescente A. Scorihuela dice que un hermano suyo estaba siendo ataca­ do por los hermanos R. cuando interviene Fredes para de­ fenderlo comenzando éste a ser agredido, interviniendo en dicha circunstancia Bonetto –con intenciones de sacar a Fredes del lugar- siendo ese el momento en que es apu­ ñalado por el imputado. * Idéntica versión proporciona Gonzalo Ojeda a fojas 35. De la totalidad de las testimoniales precedentes –que no son las únicas ya que existen otras similares- las que no provienen de familiares o personas allegadas a la víctima surge que antes del incidente mortal el imputado se presentaba irascible, provocador, belicoso y portador de un arma blanca, que fue la que utilizó para ultimar al menor Bonetto cuando éste intentaba separar a jóvenes que estaban protagonizando una pelea, con lo cual queda claro que el único agresor fue R. y que la víctima no tenía armas y en momento alguno lo provocó o de algún modo generó la reyerta. La versión introducida por el sometido a proceso cuando señala que apuñaló a la víctima porque ésta agredía junto a Fredes a su madre no tiene asidero ni apoyo probatorio alguno ya que no solo colisiona con la secuencia fáctica perfectamente reconstruible a partir de los testimonios claros, precisos, detallados y concordantes suministrado por varios testigos, sino que tampoco se compadece con la ausencia de lesiones en el lugar (nuca) en el que la madre –quien al declarar lógicamente intenta mejorar la situación procesal de su hijo y corrobora la versión- del imputado habría recibido un golpe con un palo, conforme informe forense de fojas 63. Por todo ello considero que el permiso legal invocado por la Defensa, cuando señala que su pupilo actuó luego de que le pegaran a su madre y ante el hostigamiento que ambos padecían, carece de sustento probatorio por lo que la situación del mismo para nada encuadra en la causal de justificación invocada por la defensa ni en la variante excesiva de la misma. Ergo: los agravios deben ser rechazados. Respecto justificación la a la jurisprudencia señalada indicó que causal de “para la configuración de la legítima defensa se requiere que medie un peligro ilegítimo suficiente para el que la esgrime con debida actualidad entre el acto de agresión y la defensa... (ST Chubut, 7 de Noviembre de 1979, “Gómez, Zenón, CP comentado, Sarrulle-Caramutti, Ed. Universidad, 1992, pag. 278). Por otra parte y en orden al planteo que la defensa proporcionada declaración ensaya por a el durante la partir médico etapa de una respuesta forense al prestar probatoria del plenario considero que de tal afirmación del facultativo –dijo que no es habitual que se elija esa zona (abdomen) para causar la muerte- no puede inferirse que el hecho haya resultado fortuito preterintencional o del producto de imputado, un ya obrar que culposo resulta o de conocimiento común el carácter altamente peligroso que genera la agresión con un arma blanca, máxime si se trata de un cuchillo de importantes dimensiones, se lo dirige hacia zonas vitales de un cuerpo humano y se lo utiliza con mucha violencia –extremo que puede deducirse de la importante herida que le causó a la víctima (conforme a dichos de testigos Bonetto fue prácticamente eviscerado por el accionar del causante) y que epilogó a las pocas horas con la vida de la misma- todo lo cual permite tener suficientemente acreditado el dolo homicida discutido por la apelante. Por lo tanto tales agravios corren igual suerte que los anteriores y deben ser rechazados. Respecto a la prueba del dolo y sus implicancias la jurisprudencia señaló que “configura el delito de homicidio en grado de tentativa la acción del imputado que, al tomar conocimiento del suicidio de su hermano, ingresó al domicilio de la pareja del fallecido y, mediante la utilización de un cuchillo le ocasionó lesiones de gravedad en su abdomen… por cuando la conducta desplegada por el causante puso en riesgo el bien jurídico tutelado por la norma, extremo del que da cuenta la entidad de las lesiones ocasionadas; el sitio vital en el que se produjera la lesión principal –la zona abdominal- y el medio empleado a tales fines – cuchillomuerte amerita de cuchillo la en sostener víctima. el vientre que pretendía Así, quien clava no puede dejar causar a otro de la un prever seriamente la posibilidad de que esa persona muera; si, no obstante ello, lo hace, cualquiera sea su finalidad directa, tomó a su cargo tal resultado posible y aceptó el riesgo que implicaba realizar su acción, al menos con dolo eventual.” (CCC, Sala Sexta, 8 de Mayo de 2003, “Fennema, Maximiliano Ezequiel, causa 21.157, citado en Revista de Derecho Penal, La Prueba en el Proceso Penal I, 2009-1, Rubinzal-Culzoni, pags. 482 y 483). Finalmente punitivo aplicado adecuado y al y imputado debidamente fundado en orden considero el al que escogido monto resultó por el juzgador, motivo por el cual el decisorio –respecto a dicha cuestión- tampoco ofrece reparo alguno. A la misma cuestión el Dr. García Méndez dijo: Estimo correcta la solución que da el Dr. Orso a la cuestión planteada, por lo que adhiero a la misma y voto en consecuencia, de igual forma. A la misma cuestión el Dr. López dijo: Habiendo dos votos concordantes, me abstengo de votar. (Art. 26 L.O.P.J). A la segunda cuestión planteada el Dr. Orso manifestó: Por todo lo argumentado, doctrina y jurisprudencia citada propongo confirmar íntegramente la sentencia venida en apelación, mediante la cual A. B. R. fuera condenado, como autor penalmente responsable del delito de Homicidio (Art. 79 del Código Penal) a una pena de Once años de prisión, accesorias legales y las costas del proceso. (Arts. 5, 12 y 29 inc. 3° del Código Penal) A la misma cuestión el Dr. García Méndez dijo: Estimo correcta la solución que da el Dr. Orso a la cuestión planteada, por lo que adhiero a la misma y voto en consecuencia, de igual forma. A la misma cuestión el Dr. López dijo: Habiendo dos votos concordantes, me abstengo de votar. (Art. 26 L.O.P.J). En definitiva, leídas que han sido las partes, la Cámara de Apelación en lo Penal RESUELVE: Confirmar íntegramente la sentencia venida en apelación, mediante la cual A. B. R. fuera condenado, como autor penalmente responsable del delito de Homicidio (Art. 79 del Código Penal) a una pena de once años de prisión, accesorias legales y las costas del proceso. (Arts. 5, 12 y 29 inc. 3° del Código Penal). Insértese copia autorizada, hágase saber y bajen. Dr. Tomás Orso Dr. Gustavo García Méndez Dr. Héctor López (Art. 26 L.O.P.J) Dr. Sergio Fenice