UN BREVE APUNTE HISTÓRICO José Folgado Blanco* La primera quincena de mayo de 1996 encierra motivos suficientes para ser el referente más importante de la España moderna en Europa y en el mundo. Echaba a andar el nuevo Gobierno presidido por José María Aznar, quien había manifestado la firme determinación de hacer los deberes para entrar en el euro a pesar de que en aquellos momentos, a poco más de año y medio para la fecha límite, no cumplíamos ninguno de los cinco criterios exigidos, lo que provocaba una lógica incredulidad en los países europeos más importantes. Tuve el privilegio de * Secretario de Estado de Presupuestos y Gastos, período 1996-2000. Texto revisado de su colaboración en la Jornada sobre “Décimo aniversario del acceso de España al euro”, Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Madrid, 19 de mayo de 2008. 113 Diez años de España en el euro ser llamado para formar parte de aquel equipo económico dirigido por Rodrigo Rato, al frente de la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, desde la que había que instrumentar las medidas de política presupuestaria coherentes con los objetivos macroeconómicos del Gobierno; en particular, los de déficit y deuda pública exigidos por el Tratado de la Unión Europea para ser país miembro del euro. Es reconocida en la sociedad española la imagen de solvencia del mencionado equipo económico en la etapa de los Gobiernos de Aznar, que tenía detrás el apoyo técnico de muchos y muy buenos funcionarios profesionales. Quiero aprovechar para hacer un público reconocimiento a la inmensa labor que pude comprobar desde las distintas áreas adscritas a la Secretaría de Estado, en particular las de Presupuestos, Intervención General, Planificación y Costes de Personal. La primera medida que adoptó el primer Consejo de Ministros del Gobierno Aznar, en aquel mayo de 1996, consistió en establecer un recorte de 200 mil millones de pesetas en el conjunto de gastos de los Presupuestos Generales del Estado del año 1996. La cuantía era relevante, tratándose de unos presupuestos prorrogados, pero lo verdaderamente importante era el significado de la misma en un contexto económico de muy baja actividad económica y gran volumen de paro, que afectaba a más del 23% de la población activa. Reflejaba una verdadera ruptura con los planteamientos imperantes durante décadas en las aulas universitarias y con la práctica generalizada por los Gobiernos de llevar a cabo una polí- 114 Un breve apunte histórico • JOSÉ FOLGADO BLANCO “ tica hacendística comEspaña ha dado pensatoria de la activipasos de gigante en dad privada. Tal planteadinamismo miento venía a propugnar que mientras hubieeconómico y ra paro, y en España batíaprosperidad social mos el récord en aquellas fechas, no debía importar el déficit público, es decir, ampliar el gasto del Estado por encima de los ingresos para animar así la demanda y las iniciativas empresariales. Sin embargo, el Gobierno de Aznar se identificó plenamente con quienes defendían una revisión crítica del papel del sector público en las economías para optimizar el bienestar de los ciudadanos, porque aquella expansión del gasto y del déficit público provocaba elevaciones en los tipos de interés, menores inversiones empresariales y menores iniciativas creadoras de las personas, porque lo que más cuenta traía era buscarse la forma de “colgarse” del presupuesto. ” El planteamiento de Maastricht (1991) –exigir el cumplimiento de unos criterios en materia de déficit, deuda, tipos de interés, inflación y tipo de cambio– representaba ya una ruptura con el pensamiento presupuestario tradicional, porque se asume que los elevados desequilibrios presupuestarios no contribuyen al crecimiento ni a la creación de empleo sino todo lo contrario, como se estaba viendo en los distintos países –y particularmente en España– en la primera mitad de los noventa. Cuando lle- 115 Diez años de España en el euro gamos a las responsabilidades de Gobierno en España, en aquella primavera del 96, ya se veía próxima la fecha del examen (31 de diciembre de 1997) para el inicio de la tercera fase de la Unión Monetaria, y esto actuó como determinante para la búsqueda de la consolidación y saneamiento de las finanzas públicas por parte de los diferentes países de la Unión Europea. En España, para sorpresa de muchos compatriotas y europeos, se llevó a cabo una política presupuestaria que ha sido considerada ejemplar por las características del ajuste realizado en aquellos dos años (1996 y 1997) y que pueden sintetizarse en las cinco siguientes: la reducción del déficit fue mucho más intensa que la alcanzada por el conjunto de países de la UE; esa reducción del déficit se concentró en un 75% en la contención del gasto y no en el aumento de impuestos; además, la mayor parte de la reducción del déficit alcanzada en aquellos dos años lo fue por el ajuste en el componente estructural del mismo –es decir, medidas estructurales de contención del gasto (80%)– y mucho menos debido a factores favorables de la coyuntura; el saldo primario (diferencia de ingresos y gastos, excluidos los de pago de intereses de la deuda) pasó de ser negativo en 1995 (-1,8% del PIB) a ser positivo en 1997 (1,9%); por último, se recuperó el cumplimiento de la regla de oro de la Hacienda Pública, que no se lograba desde 1992, de que el déficit público sea en todo caso inferior a la inversión realizada por las administraciones públicas. 116 Un breve apunte histórico • JOSÉ FOLGADO BLANCO “ Transcurrido el primer Se logró que las año de gobierno, es deprimeras agencias cir, en la primavera de de rating dieran a 1997, ya era bien visible el efecto de generación España la más alta de confianza en los concalificación de sumidores y en las decisolvencia para las siones empresariales. En realidad los mercados ya inversiones empezaron a descontar que la nueva y correcta política económica española iba en serio y que lograríamos cumplir los criterios de entrada en el euro. Ello significó una rápida reducción de los tipos de interés, lo que a su vez estimulaba las iniciativas empresariales. En los años siguientes de los Gobiernos de Aznar, se siguió con la misma filosofía de consolidación presupuestaria con determinación política plasmada en leyes que dieran permanencia a la estabilidad presupuestaria y a la contención del gasto público. De esta forma se logró que, después de varios años (había que ganarlo a pulso), las principales agencias de rating dieran a España la más alta calificación de solvencia para las inversiones. Por primera vez en la historia, con datos conocidos, un inversor español –sea particular, empresa o Gobierno– no tenía que pagar más que los correspondientes en Alemania por su crédito bancario, lo que resultó esencial para la competitividad y el bienestar de los ciudadanos. Es importante resaltar que se ha asumido también esa filosofía presupuestaria por los Gobiernos posteriores, habiendo cambiado afortunadamente res- ” 117 Diez años de España en el euro pecto a planteamientos programáticos anteriores del partido socialista y en concreto los expresados por Rodríguez Zapatero en sede parlamentaria. Cuestión distinta es la discusión sobre intensidades en el ajuste presupuestario así como en las medidas a adoptar, y no sólo de política presupuestaria, para salir de la actual crisis económica. En mi opinión, habría que centrarse en estos momentos en medidas de prudencia en el gasto público cuyo coste financiero y fiscal puede arruinar la confianza empresarial. Por el contrario, habría que tratar de recuperar la competitividad empresarial y su penetración en los mercados mundiales, porque esa es la fuente de creación de empleos, además de proporcionar más recursos para la Hacienda Pública. Pero para ello habría que pensar en aligerar el impuesto de Sociedades y las cuotas empresariales a la Seguridad Social, seguir impulsando los gastos públicos y privados en I+D+i, potenciar la flexibilidad y transparencia de los mercados reforzando el papel de los órganos reguladores, y profundizar en las adaptaciones pactadas en el mercado de trabajo en cuanto a formación, tipos de empleo y condiciones de trabajo, entre otras medidas de carácter más sectorial, pero estratégicas, como las referidas al sector energético. De la experiencia de estos diez años cabe extraer una lección clara: España ha dado pasos de gigante en dinamismo económico y prosperidad social, ha venido siendo un país con grandes iniciativas empresariales y de opor- 118 Un breve apunte histórico • JOSÉ FOLGADO BLANCO tunidades para los propios españoles y para una importante masa de inmigrantes. Ello se ha debido a grandes y valientes decisiones de política económica y, en particular, las relativas a las finanzas públicas. El deterioro tan drástico en expectativas de los consumidores y en inversiones empresariales nacionales e internacionales en nuestro país durante el último año me temo que va mucho más allá de los efectos adversos previsibles del final de la expansión inmobiliaria, de la crisis financiera internacional y de los muy altos precios del petróleo. Tendríamos que ver en qué medida errores y sobre todo omisiones e inhibiciones en política socioeconómica no están agravando en intensidad y duración un proceso de deterioro que en parte ya era inevitable. 119