2 BABELIA EL PAÍS, SÁBADO 25 DE AGOSTO DE 2007 ARQUEOLOGÍA, ARTE E HISTORIA L En C valle cavac JOSÉ E Momia de la reina Hatshepsut, de hace 3.400 años, almacenada humildemente en los sótanos del Museo Egipcio de El Cairo hasta su reciente descubrimiento. Los avances tecnológicos están transformando el trabajo del arqueólogo. Entre los “puntos calientes” del planeta para estos aventureros pacientes se encuentran Egipto, China, Centroamérica y Suramérica. Tumbas de reinas, guerreros y ruinas de antiguas ciudades. Hatshepsut, Nefertiti y Cleopatra marcan especialmente el momento actual en la arqueología en Egipto. En busca de las reinas perdidas JACINTO ANTÓN a arqueología en Egipto es trabajo minucioso, sudor, paciencia y atención a los detalles aparentemente más nimios. Sin embargo, también está hecha de oro, leyenda, suerte y extraordinarios hallazgos. Miles de profesionales, egipcios y de muchos otros países, entre ellos el nuestro, trabajan sobre el terreno en el país del Nilo y en los laboratorios, museos y bibliotecas de todo el mundo para ir desovillando la enrevesada madeja de la gran civilización faraónica. Su labor abarca todo el espectro de la vida en el antiguo Egipto, incluidos los aspectos más humildes, y en numerosos terrenos se están haciendo descubrimientos de importancia. No obstante, el estimulante momento presente lo marcan de manera especial tres reinas, y tres de las más grandes, tres auténticos iconos: Hatshepsut, Nefertiti y Cleopatra (por orden de antigüedad). Las tres han sido —y parece que lo seguirían siendo— noticia en los últimos tiempos, y con sus nombres insignes, como lo hizo y no ha dejado de hacerlo The golden boy, el chico de oro, Tutankamón, arrastran la mirada del público hacia Egipto con su soberano brillo. L A las tres reinas perdidas, pues de ninguna teníamos el cuerpo, la poderosa gran faraona Hatshepsut (que vivió hace unos 3.500 años), la bella esposa del faraón hereje Nefertiti (hace unos 2.300 años) y la seductora e intrigante Cleopatra (la más jovencita: 2.050 años) se las ha buscado insistentemente desde la infancia de la egiptología. La actual conjunción de sus nombres se debe a que una al menos parece haber sido por fin hallada, Hatshepsut, algunos creen que también otra, Nefertiti, y hay pistas que conducen a creer que Cleopatra —la más perdida de todas, y valga la polisemia— está asimismo a tiro. La momia de Hatshepsut fue presentada por todo lo alto el pasado junio por el ínclito gran responsable de las antigüedades faraónicas de Egipto, Zahi Hawass, omnipresente en cualquier actividad arqueológica en su país y cuyo nombre está vinculado también a la pesquisa sobre las otras dos reinas. El hallazgo no se produjo en un contexto de tumba perdida, pico y pala sino en los almacenes del viejo Museo Egipcio de El Cairo, en cuyas no menos polvorientas reservas seguramente hay más para excavar que en algunas necrópolis. El descubrimiento de la momia de Hatshepsut es de hecho una reidentificación. Esto puede sorprender, pero está sucediendo cada vez más a menudo, a medida que la panoplia científica ofrece más y mejores medios de análisis —como la tomografía computarizada, que desenvuelve virtualmente las momias— , que los materiales de la antigüedad (con todo el respeto para los restos de la reina) son reconsiderados y recalificados, con grandes sorpresas. La que ha sido identificada como Hatshepsut —ya algunos estudiosos habían adelantado tal posibilidad— era hasta ahora la momia anónima, aunque con el brazo izquierdo doblado sobre el pecho, como solía enterrarse a las reinas, de una mujer anciana y gorda hallada por Carter en una pequeña tumba sin inscripciones (KV 60) del Valle de los Reyes en 1903. Junto a esa momia había otra: la de la nodriza de la propia Hatshepsut, Sitre In. Las recientes imágenes de la rutilante presentación pública de la momia de la reina la han mostrado calva, pero había tenido el pelo largo, que apareció suelto debajo de la cabeza cuando se encontró el cuerpo a principios de siglo. La clave definitiva en la identificación, de tintes policiaco-forenses, ha sido un fragmento de muela hallado en una caja con el sello de Hatshepsut que contenía otros restos de la reina, como el hígado momificado. Dicho fragmento molar encaja, por lo visto, en la boca de la ajada soberana (uno intenta imaginar a Hawass abriéndole la boca a la momia y se le antoja una escena gótica de la Hammer). ¿Tenemos pues ya a la gran mujer, quizá la más poderosa de la antigüedad, que reinó como faraón con atavío masculino, hizo la guerra, edificó el templo de Deir el Bahari, renovó cultos y disponía de guepardos como mascotas? (véase la formidable biografía de Christine Desroches Noblecourt Hatshepsut, la reina misteriosa, Edhasa, 2004). “Sí, se puede decir que tenemos otra momia real identificada”, señala el británico Barry Kemp, uno de los más prestigiosos egiptólogos del mundo, autor del canónico El antiguo Egipto (Crítica, 2005). “En estos casos nunca estás absolutamente seguro, al ciento por ciento, resulta muy difícil, pero la de Hatshepsut es una identificación más segura, incluso, que la de otras momias reales”. Kemp, que señala la dificultad de obtener ADN de los cuerpos embalsamados, que suele estar muy contaminado, recuerda que la peripecia de esas momias de la realeza, con saqueos de sus tumbas, traslados a lo largo de los siglos por los sacerdotes para su preservación, revendado y reaprovechamiento de sarcófagos, ha convertido en un verdadero juego de pistas, enrevesado pero apasionante, la identificación. El caso de la supuesta momia de Nefertiti es parecido al de la de Hatshepsut, aunque mucho más discutible. La que la estudiosa británica Joann Fletcher asegura desde 2003 que es la gran esposa de Akenatón —véase su libro El enigma de Nefertiti, Crítica, 2005— es una momia que también había sido descubierta anteriormente, en 1898, en la tumba de Amenofis II en el Valle de los Reyes (KV 35). Esa tumba fue convertida en la antigüedad en un escondite de momias de la realeza rescatadas de sus propios sepulcros. Había una docena de reyes y en una pequeña cámara —donde siguen depositadas— aparecieron tres momias anónimas y desnudas, una de las cuales, con la que se habían ensañado los saqueadores, Fletcher considera, basándose en diversas pruebas bastante circunstanciales, que es la de Nefertiti. “No estoy convencido”, dice al respecto Kemp, “pero la investigación es muy interesante; hay que seguir haciendo pruebas, de momento, considerar que se trata de Nefertiti es un acto de fe”. Kemp recuerda al respecto que en Egipto hay muchísimas reinas y princesas que no han sido halladas y que son “candidatas potenciales” a ese cuerpo. Hawass se puso furioso con la identificación lanzada a bombo y platillo por Fletcher, que considera errónea. De hecho, varios estudiosos opinan que la tumba de Nefertiti está aún por encontrar. La reina —cuyo famoso busto policromado es también noticia por la nueva reclamación de Egipto para que Alemania lo devuelva— es un personaje clave de la época de Amarna, una NOVEDADES La revolución de la arqueología. Ian Morris. Edhasa, 2007. Descubriendo la tumba de Tutankhamon. Howard Carter. J. J. Olañeta, 2007. La casa de las águilas. Un ejemplar de la arquitectura religiosa en Tenochtitlán. Leonardo López Luján. Fondo de Cultura Económica, 2007. La fotografía en la arqueología española. Susana González Reyero. Real Academia de la Historia, 2006. Villa de los Misterios de Pompeya. Linda Fierz-David. Atalanta, 2007. Los templos griegos. Tony Spawforth. Akal, 2007. Léxico de arqueología. Gonzalo Águila Escobar. Universidad de Granada, 2007. Perú Antiguo. María Longhena. Folio, 2007. La necrópolis de Medellín I. Martín Almagro-Gorbea. Real Academia de la Historia. de las más convulsas y trascendentales de la historia de Egipto. El hallazgo de su cuerpo podría arrojar luz sobre su desaparición repentina de la historia, uno de los grandes enigmas del Antiguo Egipto. ¿Fue repudiada Nefertiti por Akenatón? ¿Murió alejada del poder? ¿O subió ella misma al trono bajo el nombre de Smenkere, el sucesor de su marido? “Simplemente no lo sabemos, no hay datos”, reflexiona Kemp. “Personalmente, soy escéptico con la teoría de que se convirtió en faraón”. De la tercera reina, Cleopatra, el propio Hawass ha anunciado que cree haber encontrado la tumba en la que fueron depositados ella y Marco Antonio, en el área del templo de Taposiris Magna, en el delta, a 45 kilómetros al oeste de Alejandría, aunque el acceso es complicado porque está inundada. Una moneda y una estatua probarían que se trata del sepulcro de la más célebre soberana de Egipto. Las investigaciones se reanudarán en octubre, hasta entonces sólo queda confiar en el olfato de Hawass para las momias, que es mucho. Taposiris Magna es la actual Abusir, junto al lago Mareotis. Las ruinas de la antigua ciudad, que incluyen el templo de Osiris, cubren más de un kilómetro cuadrado y están casi completamente por excavar. La localización que propone Hawass parece un poco lejana, pues la tradición quiere que el Mnema, la tumba de Cleopatra, esté en la misma Alejandría, al norte, en la zona de los palacios y el viejo Mouseion en la que se encontraban las tumbas de los demás Ptolomeos —y posiblemente también el Sema (o Soma, “el Cuerpo”), la perdida tumba de Alejandro Magno. Encontrar la momia de Cleopatra, algo con lo que de momento sólo podemos soñar, serviría para arrojar luz sobre el enigma de su muerte (la leyenda del áspid), por no hablar de su nariz. “Es un momento interesante, con esas tres reinas”, recapitula Kemp. “Pero”, advierte, “hay que recordar que ellas sólo formaban parte del pequeño grupo que dirigía Egipto. Yo trato de entender cómo funcionaba la vida cotidiana y eso no se encuentra en las necrópolis reales y en las momias de los soberanos, aunque sean las cosas que más despiertan el interés del público”. provi del p traro ment corre fallec rios p y obj porce El conju dos e que d Orien to), y traña mada cuerd de loe había estan Se sarcó en un lo que res a c arque año”. 2,5 y metro ban t calcu La te in con u co gig na qu de su cias a gos o na de vivien salpic El G ment descu 2005 neolí la pro hasta dinas tes de gón, aristo en Sh El una r histó bajo t hace el mu te, do pued queol época Alem Rusia dos y jaron algun bajar locale zar el encon objeto ticos muse met d tish M La china siguie pones los n Chian comu EL PAÍS, SÁBADO 25 DE AGOSTO DE 2007 BABELIA 3 ARQUEOLOGÍA, ARTE E HISTORIA Luz al pasado de China En China se ha descubierto que los asentamientos prehistóricos no se circunscribían sólo al valle del río Amarillo como piensan los arqueólogos occidentales. Y desde entonces las excavaciones, con fuerte impulso estatal, están sacando a la luz espectaculares vestigios. Jane Portal “La tumba de Qin es inigualable” JOSÉ REINOSO l pasado 1 de julio, los arqueólogos chinos abrieron un extraño sarcófago en un pueblo de la provincia de Jiangxi, en el sur del país. En su interior, encontraron un esqueleto relativamente completo, tejido humano correspondiente al cerebro del fallecido —con los dos hemisferios perfectamente marcados—, y objetos de bronce, oro, seda, porcelana y jade. El féretro forma parte de un conjunto de 47 ataúdes exhumados en una tumba que se cree que data de la dinastía Zhou Oriental (770-221 antes de Cristo), y fue construido con una extraña madera muy duradera llamada nanmu, atado con una cuerda, y cubierto con una capa de loess (limo muy fino). El loess había sido quemado para hacer estanco el interior. Se trata del mayor grupo de sarcófagos jamás encontrado en una única tumba en China, lo que ha llevado a los investigadores a calificarlo como “el proyecto arqueológico más importante del año”. Las cajas mortuorias, entre 2,5 y 2,8 metros de largo y 0,5 metros de ancho, se encontraban tres metros bajo tierra, y se calcula que tienen 2.500 años. La noticia pasó prácticamente inadvertida. China cuenta con un patrimonio arqueológico gigantesco, y rara es la semana que no salen a la luz vestigios de su extenso pasado, ya sea gracias a la labor de los arqueólogos o de las excavadoras de alguna de las innumerables obras de viviendas o infraestructuras que salpican la geografía. El British Museum inaugura el 13 de septiembre, en Londres, una gran muestra sobre los guerreros de terracota. E FIETTA JARQUE a muestra titulada The First Emperor dará cuenta de los más recientes descubrimientos en la tumba del emperador Qin Shihuang (259-210 antes de Cristo), el unificador de China. Ahí se encontró en 1974 el famoso ejército de figuras de terracota en tamaño natural. La mayor parte de la tumba todavía no ha sido excavada y se cree que guarda aún inmensos tesoros. El British Museum dedicará su recién renovada sala de lectura, con su inmensa cúpula, a la presentación de 120 objetos con los que se reconstruye la vida cotidiana del emperador. La comisaria de la exposición, Jane Portal, explica su contenido. PREGUNTA. ¿Los últimos descubrimientos en la tumba del emperador tendrán su reflejo en la muestra? RESPUESTA. Afortunadamente podremos mostrar algunos de los más recientes descubrimientos en esta exposición, cuyo objetivo es la revaloración del primer emperador chino en la historia. Entre las novedades hay figuras de civiles y animadores de la corte, que eran tan buenos compañeros en el inframundo como los guerreros. P. ¿Las ideas de la vida eterna eran importantes en la antigua China? R. El emperador Qing quería ser, sin duda, inmortal porque pretendía seguir gobernando toda la eternidad. Exigió sin éxito a sus sa- L Arquero de terracota (221-206 antes de Cristo). dong) puso fin a las excavaciones. Con la creación de la República Popular China (1949), la arqueología se convirtió en una actividad regulada por el Estado, y las exploraciones fueron reanudadas, aunque a un ritmo muy lento. Antes de 1949, no había ni una sola cátedra de arqueología en el país. Más de medio siglo después, con gran inversión por parte del Estado, y la colaboración también de instituciones extranjeras, la actividad ha hecho grandes avances. Cientos de miles de objetos de cerámica, jade, bronce, terracota, lacados, oro, plata y tumbas han sido desenterrados durante estos años, lo que ha permitido volver a evaluar la historia China. Los arqueólogos occidentales se concentraron en el valle del río Amarillo y el norte del país. Trabajaban bajo la premisa errónea de que la cultura china se había desarrollado a partir de seres humanos que emigraron del Oeste al Este. Hoy se sabe que en China se desarrollaron civilizaciones prehistóricas en muchos lugares al mismo tiempo. Durante los años cincuenta y BRITISH MUSEUM sesenta, se retomaron los trabajos iniciados en la década de 1920 en Zhoukoudian (donde fueron encontrados los restos del hombre de Pekín) y Yinxu (en Henan), una de las cunas de la cultura china. Y comenzaron otros. Pero fue tras el fin de la Revolución Cultural (1966-1976) cuando la arqueología nacional vivió un rápido crecimiento. En 1979 fue establecida la Asociación China de Arqueología, y el país, lanzado en un veloz proceso de apertura y reforma, multiplicó el número de expertos para responder a las demandas planteadas por su ingente patrimonio. El Gobierno publica anualmente una lista con los mayores descubrimientos. La del año 2005 incluye desde restos del neolítico de hace 9.000 años en la provincia costera de Zhejiang hasta hornos de cerámica de la dinastía Shang (1600-1100 antes de Cristo) con forma de draEn la actualidad, la recuperación de los vestigios se ve afectagón, en Fujian, o tumbas de la da por diferentes problemas. aristocracia de la dinastía Zhou, Por un lado, la gran cantidad de en Shaanxi, hace 2.800 años. restos exige una gran inversión El Imperio del Centro posee por parte de los gobiernos locauna riqueza y variedad de restos les o central, que, en ocasiones, históricos enormes, la mayoría no están dispuestos a destinar bajo tierra. Esto es lo que atrajo los fondos necesarios si no ven hace un siglo a expertos de todo un retorno económico. Por otro el mundo a esta zona de Orienlado, el desarrollismo que vive te, donde hasta el siglo XX se el país saca a la luz reliquias, puede decir que no existía la arque, a veces, los constructores queología científica. En esta intentan ocultar para que no época, académicos de Francia, sean paralizadas las obras, o los Alemania, Reino Unido, Japón, extraen sin avisar a Rusia, Estados Unilas autoridades y los dos y otros países viavenden en el mercado jaron a China para, en negro. Al mismo tiemalgunas ocasiones, trapo, el Gobierno niega bajar con arqueólogos en algunos casos el locales, y, en otras, hopermiso para excavar zar el suelo y rapiñar lo —como en el palacio encontrado. Miles de subterráneo de la tumobjetos milenarios asiába del emperador Qin ticos acabaron así en Shihuang (260-210 museos como el Guiantes de Cristo), artífimet de París o el Brice de los guerreros de tish Museum. terracota en Xian— La agitada historia china en los años que porque, según asegusiguieron (invasión jara, no existe la tecnoponesa, guerra entre logía necesaria para los nacionalistas de garantizar la conserChiang Kai-shek y los Grulla en bronce (221-206 antes de Cristo) de la dinastía vación de lo que puecomunistas de Mao Ze- Qin. da aparecer. bios que buscaran hierbas y plantas que le permitieran evadir la muerte. Su solución fue encargar la construcción de este gran complejo funerario para asegurarse de mantener el poder tras el último viaje. P. ¿Cómo era el emperador Qing? R. Consiguió grandes logros en su vida; conquistó varios Estados y los unió bajo la idea de uno solo, lo que llamamos China. Inició la construcción de la Gran Muralla e impuso la estandarización de un lenguaje escrito común como base de la nación. Fue también un hombre muy ambicioso, obsesionado con seguir gobernando hasta la eternidad. P. ¿Es la riqueza y complejidad de esta tumba algo excepcional o podría encontrarse otra similar? R. Esta tumba es uno de los hallazgos más importantes en la historia de la arqueología. Es poco probable que se encuentre otra igual. P. ¿Hasta qué punto se puede considerar la arqueología como una aventura, además de una ciencia? R. La arqueología es una disciplina que sirve para comprender el pasado. En el caso del primer emperador de China, esto tiene especial relevancia porque da una idea muy clara de la forma en que vivió, tanto él como sus súbditos, así como de sus grandes sueños de poder. The First Emperor. China’s Terracotta Army. British Museum. Great Russell Street. Londres. Del 13 de septiembre de 2007 al 6 de abril de 2008. Jane Portal, comisaria de la muestra ‘The First Emperor’. 4 BABELIA EL PAÍS, SÁBADO 25 DE AGOSTO DE 2007 ARQUEOLOGÍA, ARTE E HISTORIA Oro (y demás tesoros) de Perú Un feroz terremoto acaba de asolar la zona sur de este país suramericano, donde existe un valioso tesoro arqueológico. Varias iglesias coloniales han desaparecido y han sido afectados algunos museos del lugar. Pero el rastro de 5.000 años de historia está todavía allí, con su telúrica y mágica riqueza. RAMIRO ESCOBAR a sacudida más terrible ocurrió el miércoles 15 de agosto, a las 18.41, cuando el sol ya se ocultaba en la costa peruana. Hacia la noche de ese día se supo que había numerosos muertos y heridos, así como algunas llagas histórico-culturales. En Pisco, la ciudad más flagelada por el sismo, se cayó la iglesia de San Clemente —tumba de muchas víctimas— y quedó afectada la Casa del Libertador José de San Martín. En Ica, la urbe principal de la zona, se desplomó el templo del Señor de Luren. También resultó afectado el museo provincial, donde se guardan valiosas piezas prehispánicas. Algunas de ellas, según Cecilia Bákula, directora del Instituto Nacional de Cultura (INC), pertenecientes a las culturas Nazca y Paracas, se habrían estropeado. No parecen haber sufrido daños las famosas Líneas de Nazca, pero el patrimonio cultural ha acusado el golpe. Todavía no se ha hecho una evaluación real de los daños. Aun así, el maravilloso tesoro arqueológico vive. Y sigue ofreciendo sorpresas al mundo. El pasado 3 de julio una noticia hizo temblar las redacciones y los gabinetes científicos: en Huaca Rajada, cerca de Chiclayo (780 kilómetros al norte de Lima), se anunció el hallazgo de otra fastuosa tumba real de la cultura moche (100 a 800 después de Cristo). Estaba a escasos 25 metros del recinto funerario del Señor de Sipán, el legendario monarca hallado en 1987 por el arqueólogo Walter Alva. El fardo mortuorio no se había destapado, pero se presume que alberga a otro noble moche. L Un año atrás, por si no bastara, en mayo de 2006, los moches revelaron una nueva faceta prehispánica. En el complejo arqueológico El Brujo, cerca de Trujillo, a unos 580 kilómetros al norte de Lima, se encontró un entierro también lujoso. Albergaba numerosos collares de oro, lapislázuli, cuarzo y turquesa, además de 30 narigueras de cobre. Pero la sorpresa mayor fue que… ¡era una mu- Gráfico de la tumba de la Señora de Cao, en el complejo arqueológico de El Brujo (Trujillo), Perú. jer!, a la que bautizaron como la Señora de Cao. La equidad de género había hallado un genuino antecedente. Sorprendente, pero no para Perú. Según Luis Lumbreras, ex director del INC y reputadísimo arqueólogo, existirían en el país unos 100.000 sitios arqueológicos. De todo calibre, desde pequeños recintos hasta colosales fortalezas. Él mismo emprendió, en 2003, un programa denominado Qapaq Nan (en quechua, camino del inca o En Perú hay unos cien mil sitios arqueológicos. Desde pequeños recintos hasta colosales fortalezas TUNALKAN señor) para recuperar las rutas diseñadas por el imperio prehispánico. Sólo en 2005, sus arqueólogos lograron localizar unos 5.000 sitios arqueológicos. “Éste era un territorio ampliamente ocupado cuando llegaron los españoles”, sostiene Lumbreras. Bákula, en medio del pesar por la actual tragedia, coincide con él y además nos ofrece una panorámica de los hallazgos más recientes. Aparte de las momias de Puruchuco y la Señora de Cao, encontraron dos tumis Del ‘huaqueo’ al ninguneo EL HUAQUEO (palabra que proviene del quechua waka —templo— y que luego, castellanizada, pasó a designar al saqueador furtivo de piezas arqueológicas) ha sido un lucrativo negocio en Perú desde hace siglos. Un país que sigue expuesto al expolio de sus antiguos tesoros, al ninguneo de algunos coleccionistas e instituciones y a la constante amenaza de los traficantes de bienes arqueológicos, tan poderosos como mafiosos. Actualmente, el país lleva adelante 180 procesos judiciales y diplomáticos para recuperar miles de piezas precolombinas. Según el Instituto Nacional de Cultura, para 2007 retornarían a Perú unos 900 objetos, pero sólo en Miami habría otros 400 esperando su rescate. En Tejas hay otras 200 piezas y el resto se reparte en diversos Estados norteamericanos y otros países. En 2004, por ejemplo, en Argentina se decomisaron, en varios operativos, cerca de 50.000 piezas arqueológicas. Más de 20.000 de ellas eran peruanas. Uno de los más importantes reclamos que hizo el presidente del Gobierno anterior, Alejandro Toledo, fue el de las 5.000 piezas que Hiram Bingham, “descubridor” (en rigor, fue llevado allí por gente del Imagen de la exposición ‘Oro de Perú’, en Alicante en 2004. lugar) de Machu Picchu, se llevó en 1912, y que dejó en el museo Peabody de la Universidad de Yale, en calidad de “préstamo” por 18 meses. Ya han pasado 95 años. La amenaza de la vía judicial ha sido PEPE OLIVARES desestimada de momento tras la disposición de Yale de dar al Gobierno de Alan García un inventario de las piezas como primer paso a una negociación. La lucha por el patrimonio (cuchillos ceremoniales de cobre) en el bosque de Pómac del norteño departamento de Lambayeque; un templo, de 2.300 años de antigüedad, en Casma, también en el norte. Otro hallazgo interesante con las momias de Leymebamba (cultura chachapoyas, siglos XIII al XV), en el departamento de Amazonas (nororiente). Descubiertas en 1997, se inauguró un museo en 2000, y en 2006 se organizó una exposición que fue a Italia y Austria. En Caral (180 kilómetros al norte de Lima), la ciudad más antigua de América (3.000 años antes de Cristo), dada a conocer en 1999, siguen las excavaciones. Cerca de allí, en Huaral (60 kilómetros al norte de la capital), el arqueólogo Walter Tosso encontró, en mayo de 2006, un pequeño recinto enterrado. Su antigüedad, según el Carbono 14, está en torno a 2.850 años antes de Cristo. Al sitio lo llamaron Las Shicras, nombre dado en el mundo andino a unas cuerdas con las que se envolvían las piedras y que parecen una metáfora de la situación del tesoro arqueológico peruano: mucha riqueza, pero demasiadas amarras, especialmente financieras. Según Bákula, el actual Gobierno muestra un mayor interés en la conservación del patrimonio. Hasta el punto de que recientemente dispuso 20 millones de soles (casi tres millones de euros) adicionales al siempre magro presupuesto del INC. Pero es sólo una golondrina. Se requeriría de una agresiva política de Estado para conservar esta riquísima materia que yace bajo el territorio peruano. No basta con que cualquier proyecto de infraestructura tenga que contar con un CIRA (certificado de identificación de restos arqueológicos), pero parece que no todas las empresas cumplen con esta norma sagrada. Se necesitaría, además, como sostiene Ulla Holmquist, experta museóloga peruana, “musealizar” más sitios arqueológicos. Es decir, señalizarlos bien, ordenarlos, valorarlos. Un lugar como Machu Picchu, increíblemente, no está aún musealizado. Otros sitios importantes, como Túcume (al norte del país) o Kuélap (al nororiente), sí lo están. Pero, agrega Holmquist, para este trabajo se debe contar también con conservadores, museógrafos, gestores culturales, arquitectos, museólogos. No sólo arqueólogos. La tarea es faraónica, digna de los señores o señoras de Cao, Sipán, Caral. La amenaza de hoy es el saqueo cultural y, ciertamente, los fenómenos naturales que, al parecer, los ancestros de los actuales peruanos enfrentaron de forma más creativa. arqueológico involucra, además y fuertemente, a la sociedad civil. En el país, el 80% de las investigaciones arqueológicas está financiado por el sector privado. La fundación Wiese, por ejemplo, tuvo que ver con la Señora de Cao. La revista Perú Explorer, por su parte, lleva adelante, junto con otras entidades, una campaña en defensa del patrimonio. El pasado 29 de junio, la casa Christhie’s, de Nueva York, anunció la suspensión de subastas de piezas de origen precolombino tras el escándalo suscitado por la venta de 24 objetos arqueológicos peruanos. El tráfico, sin embargo, continúa y ya se habla de un valioso manto prehispánico en una vitrina de Broadway. R. E.