TRABAJO FIN DE GRADO Título Valoración de la eficacia de la Terapia Cognitivo Conductual en pacientes esquizofrénicos desarrollada como terapia grupal enfermera Autor/es Miriam Palacios Fernández de Arroyabe Director/es Ivan Santolalla Arnedo Facultad Escuela Universitaria de Enfermería Titulación Grado en Enfermería Departamento Curso Académico 2014-2015 Valoración de la eficacia de la Terapia Cognitivo Conductual en pacientes esquizofrénicos desarrollada como terapia grupal enfermera, trabajo fin de grado de Miriam Palacios Fernández de Arroyabe, dirigido por Ivan Santolalla Arnedo (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright. © © El autor Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2015 publicaciones.unirioja.es E-mail: publicaciones@unirioja.es UNIVERSIDAD DE LA RIOJA ESCUELA UNIVERSITARIA DE ENFERMERÍA TRABAJO FIN DE GRADO Valoración de la eficacia de la Terapia Cognitivo Conductual en pacientes esquizofrénicos desarrollada como terapia grupal enfermera Autora: Miriam Palacios Fernández de Arróyabe Tutor: Iván Santolalla Arnedo Logroño. 24 De febrero de 2015 Curso académico 2014-2015 Convocatoria marzo 2015 1 1. RESUMEN El Trastorno Mental Grave (TMG) engloba múltiples trastornos, siendo la esquizofrenia uno de los más prevalentes, afectando a más de 21 millones de personas en el mundo en edades comprendidas entre los 10-25 años según la OMS y en España la cifra de los pacientes diagnosticados supera los 400.000. Entre los problemas a los que se enfrenta la enfermera en la intervención sobre esta patología están la alta tasa de incumplimiento que presenta este colectivo; cerca del 50% abandona el tratamiento en el primer año, haciendo que el proceso de mejora se estanque; un mayor deterioro cognitivo; empeoramiento de la sintomatología tanto positiva como negativa y la dificultad de reinserción socio- laboral que presentan estos pacientes. Este estudio valora la terapia cognitivo conductual como complemento al tratamiento psicofarmacológico, verificando su eficacia en estos pacientes. Palabras clave: Esquizofrenia, eficacia, terapia cognitiva, resultados, enfermera ABSTRACT The severe mental disorder encompasses multiple disorders, schizophrenia remains one of the most prevalent, affecting over 21 million people worldwide aged 10-25 years according to WHO and in Spain the number of patients diagnosed exceeds 400,000. Some of the problems that the nurses have to deal with, they are the high default rate in this collective; nearly 50% drop out of treatment in the first year, making the process of improvement stalled; bigger cognitive impairment; deterioration of both positive and negative symptoms and the difficulty of social and work reinsertion of these patients. This study assesses cognitive behavioral therapy as an adjunct to psychopharmacological treatment, verifying its effectiveness in these patients. Keywords: schizophrenia, effectiveness, cognitive therapy, nurse therapeutic and outcomes. 2 2.- INTRODUCCIÓN 2.1.- Salud mental Según la Organización mundial de la salud se define la salud mental como no sólo la ausencia de trastornos mentales, sino como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad (1). En este sentido positivo, la salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad. Disfrutar de salud (mental) es, hoy día, un indicador principal de la calidad de vida de las personas y su entorno. La pérdida de la salud (mental) tiene importantes e inmediatas consecuencias negativas: cargas no sólo personales y clínicas, sino también familiares, sociales, profesionales, laborales y económicas. La OMS señala que una de cada cuatro personas padece alguna enfermedad mental a lo largo de su vida. Unos 450 millones de personas en todo el mundo y suponen el 40% de las enfermedades crónicas y la mayor causa de los años vividos con discapacidad (1). En Europa los trastornos neuropsiquiátricos son la segunda causa de carga por enfermedad, sólo por detrás de las enfermedades cardiovasculares (1). El 20% del gasto sanitario en los sistemas sanitarios de la Unión Europea lo ocupan los procesos de tratamiento y rehabilitación de la enfermedad mental (5). El coste social y económico de la enfermedad mental se calcula en torno al 4% del PNB de la Unión Europea, sobre los 182.000 millones de euros (2). En los países europeos, el presupuesto para salud mental supone el 5,8% del presupuesto total en salud (1). En muchos países europeos, las enfermedades mentales son la causa del 45-55% del absentismo laboral (1). 3 En España el 9% de la población española padece en la actualidad una enfermedad mental (2); algo más del 19% de la población padecerá un trastorno mental a lo largo de su vida, cifra que se incrementará considerablemente en el futuro (2). Más de la mitad de las personas que necesitan tratamiento no lo reciben y de las que están en tratamiento, un porcentaje significativo no recibe el adecuado (2). Los trastornos mentales que más porcentaje de aparición tienen son: la depresión , a la cabeza con una cifra de un 26% los españoles padeciéndola, trastornos de Ansiedad, un trastorno que afecta al 15% de las personas en nuestro país y la esquizofrenia que afecta acerca de 400.000 personas en España y se calcula que hay muchas más sin diagnosticar. Es uno de los trastornos más graves, y multiplica por nueve el riesgo de suicidio y su prevalencia es del 1,02% (8). El impacto de los trastornos mentales en la calidad de vida es superior al de las enfermedades crónicas como la artritis, la diabetes o las enfermedades cardiacas y respiratorias (2). La asociación mundial de psiquiatría (AMS) proporciona unos valores más elevados acerca del nivel de población con algún trastorno mental, entorno al 20% y el 25% de la población española lo padece. En relación a la esquizofrenia, un 1% de la población desarrollará alguna forma de esquizofrenia a lo largo de su vida. La tasa de mortalidad por suicidio ajustada para la edad y el sexo de las personas que padecen un trastorno esquizofrénico, es 9 veces mayor que la de la población general (6). Como consecuencia de la pérdida de la salud mental se dan una larga lista de trastornos o disfunciones: adicciones, estrés, depresión, ansiedad, fobias, trastornos de personalidad, conflictos de pareja o familiares... Todos ellos conllevan un sufrimiento intenso y producen alteraciones de la conducta como la incomunicación, la agresividad, el comportamiento desorganizado, la imposibilidad de concentrarse o plantear objetivos, así como sentimientos de infravaloración, culpa, angustia, impotencia... (3). 4 La repercusión social que sufren estas personas es muy elevada y se puede ver reflejada en el porcentaje de las personas con enfermedad mental crónica con pareja estable, apenas un 14% y un 18% afirma no tener ninguna amistad (6). El 18% de la población general, el 28% de los familiares e incluso el 20% de las personas con enfermedad mental crónica creen que las personas con enfermedad mental suponen un riesgo si no se las hospitaliza en contraposición al 99% de los y las profesionales que no lo cree (6). Un estigma que tienen que soportar es que el 56% de la población general confunde la enfermedad mental con el retraso mental (6). La AMS indica que el principal ámbito de discriminación para las personas con enfermedad mental es el laboral donde sólo el 5% de las personas con enfermedad mental tiene un empleo regular, según un estudio en la Comunidad de Madrid (8). La asociación Feafes denuncia que además, más del 44% asegura haber sufrido algún tipo de discriminación laboral (7). Las personas con enfermedad mental, como sus familiares y los profesionales que las atienden, consideran que existen estereotipos “de peligrosidad” asociados a la enfermedad mental (2). 2.2. La esquizofrenia como trastorno mental grave Entre los trastornos mentales graves, la esquizofrenia es un trastorno psicótico que afecta a más de 21 millones de personas en el mundo en edades comprendidas entre los 10-25 años según la OMS (1); caracterizada por una alteración sustantiva del funcionamiento mental, que ha sido llamado alternativamente «demencia precoz», «discordancia intrapsíquica» o «disociación autística de la personalidad».Con el término esquizofrenia se designa a un conjunto de trastornos psicóticos, caracterizados todos ellos por la presencia de síntomas psicóticos positivos en algún momento de su desarrollo, y donde los síntomas negativos y cognitivos se asocian, a su vez, a un grado variable de discapacidad. Sus manifestaciones básicas consisten en una mezcla de signos y síntomas característicos. Los síntomas afectan a múltiples procesos 5 psicológicos, como la percepción (alucinaciones), ideación, comprobación de la realidad (delirios), procesos de pensamiento (asociaciones laxas), sentimientos (afecto plano, afecto inapropiado), conducta (catatonia, desorganización), cognición (atención, concentración), motivación y juicio. No hay ningún síntoma que sea, por sí solo, patognomónico de la esquizofrenia (9,11). Los síntomas positivos son comportamientos psicóticos que no se ven en personas sanas. Las personas con síntomas positivos frecuentemente "pierden contacto" con la realidad. Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer, a veces son intensos y otras veces casi imperceptibles; dependiendo si el individuo está recibiendo tratamiento o no. Los síntomas positivos incluyen: Las alucinaciones, Los delirios, Los trastornos del pensamiento, Los trastornos del movimiento. Los síntomas negativos se asocian con la interrupción de las emociones y los comportamientos normales. Estos síntomas son más difíciles de reconocer como parte de este trastorno, ya que muchas veces se confunden con los de la depresión u otras condiciones. Estos síntomas incluyen: "Afecto plano". Falta de satisfacción en la vida diaria. Falta de habilidad para iniciar y mantener actividades planificadas. Falta de comunicación, incluso cuando la persona se ve forzada a interactuar. 2.2.1 Diagnóstico de la enfermedad El diagnóstico de la esquizofrenia paranoide en la actualidad sigue unos criterios consensuados por expertos, que se agrupan en dos grandes clasificaciones, el Diagnostic and Status tical Manual of Mental Disorders (DSM) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). 6 Según la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10, se incluirá a las personas que cumplen los criterios diagnósticos de por lo menos una de las siguientes categorías diagnósticas de (OMS, 1992) (11). 1. Eco, robo, inserción o difusión del pensamiento. 2. Ideas delirantes de control, influencia o pasividad, o ideas delirantes extrañas de otro tipo y percepción delirante. 3. Alucinaciones auditivas que comentan la conducta del paciente, que discuten entre ellas o con un significado similar. 4. Ideas delirantes persistentes de otro tipo que no son adecuadas a la cultura del individuo o que son completamente imposibles. 5. Alucinaciones persistentes de cualquier modalidad, cuando se acompañan de ideas delirantes no estructuradas y fugaces sin contenido afectivo claro, o ideas sobrevaloradas persistentes, o cuando se presentan a diario durante semanas, meses o permanentemente. 6. Interpolaciones o bloqueos en el curso del pensamiento, que dan lugar a un lenguaje divagatorio, disgregado, incoherente o lleno de neologismos. 7. Manifestaciones catatónicas, como excitación, posturas características o flexibilidad cérea, negativismo, mutismo, estupor. 8. Síntomas "negativos" como apatía marcada, empobrecimiento del lenguaje, embotamiento o incongruencia afectiva. Ha de quedar claro que estos síntomas no se deban a depresión o a medicación neuroléptica. 9. Un cambio consistente y significativo de la cualidad general de algunos aspectos de la conducta personal, que se manifiestan como pérdida de interés, falta de objetivos, ociosidad y aislamiento social. 7 2.2.2 Duración de la enfermedad Se ha utilizado como criterio para establecer el TMG una evolución de trastorno de 2 años ó más, o deterioro progresivo y marcado en el funcionamiento en los últimos 6 meses (abandono de roles sociales y riesgo de cronificación), aunque remitan los síntomas persisten signos continuos de la alteración durante al menos 6 meses. Este período de 6 meses ha de incluir al menos 1 mes de síntomas que cumplan el criterio A (o menos si se ha tratado con éxito) y puede incluir los períodos de síntomas prodrómicos y residuales. El criterio de duración del trastorno intenta discriminar al grupo de personas que presentan trastornos de duración prolongada y descartar los casos que, aunque puedan presentar síntomas o diagnósticos de gravedad, aún tienen un tiempo corto de evolución y por tanto un pronóstico todavía no muy claro. 2.2.3 Presencia de discapacidad. La presencia de la discapacidad viene definida mediante la afectación de moderada a severa del funcionamiento personal, laboral, social y familiar, y que se mide a través de diferentes escalas, como la Escala de Evaluación de la Actividad Global (EEAG), con puntuaciones <50; y la escala de evaluación de la discapacidad de la OMS (DAS-I), con puntuaciones >3 en todos sus ítems. Según la definición del Nacional Institute of Mental Health (NIMH), ésta discapacidad produce limitaciones funcionales en actividades importantes de la vida y al menos incluye dos de los siguientes criterios de forma continua o intermitente: Desempleo, o empleo protegido o apoyado, habilidades claramente limitadas o historia laboral pobre. Necesidad de apoyo económico público para mantenerse fuera del hospital y es posible que precise apoyo para procurarse dicha ayuda. Dificultades para establecer o mantener sistemas de apoyo social personal. Necesidad de ayuda en habilidades de la vida diaria, como higiene, preparación de alimentos o gestión económica. 8 Conducta social inapropiada que determina la intervención del Sistema de Salud Mental o del Sistema Judicial. 2.2.4 Historia natural y curso El inicio de la esquizofrenia se puede producir durante la adolescencia e incluso en la infancia o al entrar en la edad adulta y afecta de forma similar a ambos sexos. Sin embargo, en los varones, la edad de inicio más frecuente es a comienzos de la tercera década de la vida, mientras que en las mujeres lo es a finales de la segunda década de la vida o comienzos de la tercera. Dicho inicio puede producirse de forma aguda o bien presentarse de forma insidiosa. La mayor parte de los pacientes alternan en su curso clínico episodios psicóticos agudos con fases estables de remisión total o parcial (9). Fase aguda (o crisis). Fase de estabilización (o postcrisis). Fase estable (o de mantenimiento). Antes de que un paciente que se encuentra en la fase estable presente una recaída, habitualmente se produce un período prodrómico en el que pueden manifestarse síntomas disfóricos no psicóticos, formas atenuadas de síntomas positivos o conductas idiosincrásicas. Este período prodrómico es la fase en la vida de la persona que se produce antes del desencadenamiento de la enfermedad y hay una serie de síntomas que nos pueden ayudar en algunos casos ha detectarlas: tensión y nerviosismo, pérdida del apetito o desorganización en las comidas, dificultad para concentrarse, dificultad en dormir, disfruta menos de las cosas, no recuerda con precisión, depresión y tristeza, preocupado con una o dos cosas... (13). 2.2.5 Tipos de esquizofrenia (13,14) 9 Esquizofrenia paranoide: ideas delirantes, alucinaciones del tipo auditivas, comienzo entre los 20-30 años y es la más frecuente y con mejor evolución. Esquizofrenia catatónica: presenta un estupor catatónico, no reacciona a los intentos de contacto no expresa sus sentimientos o inquietudes. Esquizofrenia desorganizada o hebefrénica: hay un afecto absurdo, no apropiado y una falta de interés y de participación. Esquizofrenia indiferenciada: es una mezcla de los anteriores y no predomina un síntoma concreto. Esquizofrenia residual: existe un episodio de esquizofrenia anteriormente, actualmente no hay síntomas psicóticos y en esta fase los síntomas negativos son más evidentes. 2.2 6 Etiología A. Factores genéticos: El riesgo de desarrollar esquizofrenia está directamente asociado al parentesco o al nivel de carga biológica compartida, esto es, los familiares de primer grado de un paciente esquizofrénico presentan un mayor riesgo de sufrir un trastorno del espectro del patrón esquizofrénico que la población general y los pacientes de segundo grado. Así mismo es mayor el riesgo para los gemelos monocigóticos que para los dicigóticos (15,16). Los modelos de transmisor genética han sido varios: Modelo monogénico: Todos os tipos de esquizofrenia comparten el mismo gen pero distinto grado de penetrancia según un estudio realizado por Rich y Baron en1984. Modelo heterogenético: La esquizofrenia consiste en varias patologías, cada una de las asociadas a un loci mayor que se transmite por herencia dominante, recesiva o por el cromosoma X. Hasta ahora no hay estudios a favor de este modelo. Modelo poligenético: Resulta de la combinación de múltiples genes defectuosos con eventuales interacciones con el ambiente. 10 Aunque como hemos visto la etiología de la esquizofrenia implica factores genéticos, el 60% de los pacientes no tienen antecedentes clínicos en su familia, por lo que podemos concluir que para que se manifieste expresión clínica de la enfermedad no es suficiente le riesgo genético (9, 11, 15,16). B. Factores prenatales En los casos que no exista un desorden esquizofrénico en la historia familiar de una persona esquizofrénica, es muy probable encontrar una historia de complicaciones en o alrededor del momento del nacimiento, tales como infecciones por virus durante el primer trimestre del embarazo, desnutrición materna, o asfixia perinatal, teniendo como resultado mayor probabilidad de presentar los síntomas de esa enfermedad. Otro factor muy investigado es la posibilidad de una migración neuronal anormal durante el neurodesarrollo resultante en un defecto estructural que ocurre temprano en la vida y produce deficiencias que, junto con precipitantes ambientales, por ejemplo, el estrés, llevan a síntomas esquizofrénicos en la adolescencia y la edad adulta (9, 11, 15, 16). C. Factores sociales Se ha encontrado que el vivir en un medio urbano puede ser un factor de riesgo que puede contribuir al desarrollo de la esquizofrenia. Otro factor de riesgo es la desventaja social, tal como la pobreza y la migración relacionada con la adversidad social, la discriminación, la exclusión social, la disfunción familiar, el desempleo o las deficientes condiciones de vivienda. Ciertas experiencias vividas durante la infancia, incluyendo el abuso o traumatismos, también han sido implicadas como factores de riesgo de un diagnóstico de esquizofrenia más tardía. (9, 11,15, 16). Se puede decir a modo de conclusión sobre este factor, que existe un nexo común que es el desarrollo de factores estresantes o traumáticos. 11 D. Drogodependencia Las correlaciones biológicas entre toxicomanía y esquizofrenia tienen una base más clara en el caso de las drogas alucinógenas que en las opiáceas. Comorbilidad n la esquizofrenia y consumo de tóxicos El término comorbilidad describe dos o más desórdenes o enfermedades que tienen lugar en le individuo bien simultáneamente o una detrás de la otra. También implica las interacciones entre las enfermedades que pueden agravar el curso de las mismas (23). El abuso de la droga incrementa el riesgo de desarrollar psicosis, como es el caso de la marihuana. La propia enfermedad puede llevar al abuso mediante la ”automedicación” para aliviar los síntomas o el males. Las personas que padecen esquizofrenia presentan el consumo frecuente de una gran variedad de drogas como son el tabaco, el alcohol, la cocaína y el cannabis. Los pacientes con esquizofrenia consumen drogas en parte por motivaciones similares al resto de la población y, por otro lado, por motivaciones específicas, así suelen referir la búsqueda de sensaciones placenteras, la presión de grupo o el alivio de malestar psíquico. Dicho estudio realizado en población general señala que un 47% de los sujetos con esquizofrenia presentaban una drogodependencia asociada. Las muestras clínicas de esquizofrénicos coinciden al indicar que la mitad de estos pacientes presentan dependencia de drogas incluido el alcohol y excluyendo el tabaco (NIMH). Las drogodependencias más frecuentes en pacientes psicóticos son, en orden descendente, la de nicotina, alcohol y cannabis. Estas dos últimas dependencias afectan cada una aproximadamente a un 25% de estos pacientes, siendo la concurrencia entre las distintas dependencias lo habitual. En una revisión reciente se calcula que la dependencia de cannabis a lo largo de la vida en sujetos psicóticos es de 22.5%. 12 Esto sugiere que el consumo de cannabis no es secundario a la toma de medicación antipsicótica ni que se consuma en su mayor parte como automedicación para alivio de los síntomas psicóticos, aunque no puede descartarse el consumo como consecuencia o para alivio de los síntomas prodrómicos de las psicosis. Hay dos explicaciones apeladas para la causalidad son que son: el uso de sustancias induce o predispone la aparición de la esquizofrenia o que el uso de sustancias es una consecuencia de la esquizofrenia, y es posible que ambas sean correctas. Un estudio del 2007 calcula que el consumo de cannabis está estadísticamente asociado con un aumento dosis-dependiente del riesgo de desarrollo de trastornos psicóticos, incluyendo la esquizofrenia, siendo un problema cada vez más evidente en la sociedad actual (9, 17,18). Este estudio muestra que las personas vulnerables (con antecedentes de psicosis) tienen un riesgo mucho mayor de esquizofrenia que los consumidores de cannabis sin antecedentes. La diferencia de riesgo (DR) del uso o no uso de cannabis es de 2,2 % para los que no tienen antecedentes de psicosis (24,25). Existen tres grandes hipótesis para explicar la relación entre consumo de cannabis y esquizofrenia: La hipótesis de la automedicación. La hipótesis de la vulnerabilidad. La hipótesis etiológica: Defiende que el consumo de cannabis por sí sólo provocaría una esquizofrenia. Esta teoría es la que ha recibido más sustento experimental en los últimos años en relación con la publicación de una serie de estudios de cohortes en revistas de impacto y con resultados consistentes entre ellos. El consumo puede estar indicándonos una vulnerabilidad a la esquizofrenia o ser una manifestación precoz de la misma. Uno de los hallazgos de estas cohortes que merece ser destacado, es que cuando el consumo de cannabis era más precoz, el riesgo de psicosis era claramente superior. En relación con esta hipótesis se ha observado que la denominada psicosis inducida por cannabis puede ser el antecedente de una 13 esquizofrenia y la edad de inicio de esta última era más precoz en los sujetos consumidores, apoyando dicha relación causal . El riesgo de padecer cuadros psicóticos a medio o largo plazo se relaciona también con la edad de inicio del consumo de cannabis (15 años o antes). El consumo repetido y precoz de cannabis en sujetos genéticamente predispuestos puede producir esquizofrenia cuyo primer episodio aparece tras uno o varios años de su uso. Los trastornos por uso de cannabis son muy comunes en pacientes con un primer episodio psicótico y se relacionan con un peor seguimiento en estos pacientes, influyendo negativamente en la respuesta a la medicación antipsicótica. Los esquizofrénicos crónicos con abuso/dependencia de cannabis presentan un mayor grado de incumplimiento terapéutico, peor respuesta a los antipsicóticos, más recaídas y aumento del número de hospitalizaciones, aunque dichos reingresos no son tanto por exacerbación de la psicosis como por aumento de los trastornos de conducta. La prevalencia de intentos de suicidio también es mayor. Cuentan con peor historial laboral, mayor inestabilidad en sus patrones de vida y de vivienda, mayor necesidad de ayudas sociales y mayor frecuencia de atención en los servicios de urgencia. La duración de las hospitalizaciones también es mayor. Las familias de estos pacientes presentan una mayor carga económica y emocional y las relaciones familiares pueden llegar a romperse con más frecuencia. Todo esto ocurre en el contexto de un menor cumplimiento del tratamiento y de las visitas ambulatorias programadas, así como menor vinculación a los recursos de salud mental comunitarios (26,27) E .Modelo etiológico de la vulnerabilidad-estrés El Modelo de Vulnerabilidad-Estrés plantea dos condiciones necesarias para la aparición de la esquizofrenia, una predisposición a desarrollar la enfermedad (vulnerabilidad) dada por factores biológicos, psicológicos y sociales (las características de personalidad patogénicas pueden actuar como factores predisponentes) y la presencia de eventos que alteren el funcionamiento del sujeto (estresores), que pueden ser acontecimientos vitales concretos (ej: 14 pérdida de seres queridos) o eventos estresantes cotidianos (ej: emoción expresada). Además, este modelo postula que el efecto del estrés sobre la vulnerabilidad se encuentra mediado por factores moderadores o protectores ambientales (apoyo social) y personales (medicación antipsicótica, rasgos de personalidad) (21). Ninguno de los dos factores por separado son suficientes para desencadenar el primer episodio o una recaída. Este modelo postula la existencia de factores desencadenantes aunque no aporta información clara sobre el peso específico de cada uno de los factores que se proponen en el desarrollo del trastorno y el origen de los mismos (22). 2.2.7 Tratamiento de la esquizofrenia Tratamiento farmacológico Los tratamientos farmacológicos son un elemento habitualmente indispensable tanto en el tratamiento de los pacientes con esquizofrenia como en los primeros episodios psicóticos. Las medicaciones se utilizan para el tratamiento de los episodios agudos, para la prevención de futuros episodios y para la mejoría de 15 los síntomas entre episodios. Los fármacos antipsicóticos son el principal tratamiento farmacológico de estos pacientes. Sin embargo, otros medicamentos, como los estabilizadores del estado de ánimo y otras medicaciones coadyuvantes, también resultan útiles en determinados subgrupos de pacientes (9). A) Medicaciones antipsicóticas La medicación principal en el tratamiento de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos está constituida por los fármacos antipsicóticos, introducidos en la práctica clínica desde los años cincuenta del pasado siglo. Por sus características, efectos sobre los síntomas psicóticos y por sus perfiles de efectos adversos, se los ha clasificado en dos grandes grupos: antipsicóticos de primera generación o convencionales, y antipsicóticos de segunda generación o atípicos. (9, 32 ,37). Antipsicóticos de primera generación (o convencionales) - Los fármacos antipsicóticos de primera generación agrupan a un conjunto de especialidades farmacéuticas que se caracterizan por actuar frente a los síntomas psicóticos.: clorpromazina, clotiapina, haloperidol, levomepromazina, perfenazina, periciazina, pimozida, sulpirida, tioproperazina, trifluoperazina y zuclopentixol. - Son eficaces para reducir la mayor parte de los síntomas positivos de la esquizofrenia (alucinaciones, delirios, conductas extrañas), y en menor medida los síntomas negativos (apatía, embotamiento afectivo, alogia, abulia), frente a los que son relativamente ineficaces. Antipsicóticos de segunda generación (o atípicos) En la actualidad están autorizados: clozapina, risperidona, olanzapina, paliperidona, sertindol, quetiapina, ziprasidona, amisulpride y aripiprazol. 16 Aproximadamente del 3% de la muerte súbita en pacientes tratados con antipsicóticos sería, según un nuevo estudio, del 3 por 1.000. B ) Otras medicaciones coadyuvantes a) Litio. b) Benzodiacepinas. c) Anticonvulsivantes. d) Antidepresivos. Tratamiento no farmacológico: Terapia electroconvulsiva La terapia electroconvulsiva (TEC) es siempre un tratamiento de segunda elección en la esquizofrenia, indicado tras el fracaso de los antipsicóticos; las indicaciones más frecuentes son: esquizofrenia catatónica, casos graves que cursan con intensa agitación y/o desorientación, contraindicación de antipsicóticos. Los principales efectos adversos de la TEC son de tipo cognitivo, asociándose a un estado confusional postictal transitorio y a un período más prolongado de alteración de la memoria anterógrada y retrógrada, que se resuelve habitualmente a las pocas semanas del cese del tratamiento. Intervenciones psicosociales Las intervenciones psicosociales engloban una serie de medidas encaminadas a minimizar la vulnerabilidad del paciente ante las situaciones de estrés, facilitar los procesos de recuperación, reforzar su adaptación y funcionamiento familiar, social y formativo-laboral, así como a aumentar sus recursos para hacer frente a los conflictos, problemas y tensiones interpersonales 17 Las utilizadas son: a) Psicoterapia de apoyo. b) Psicoterapia psicodinámica. c) Psicoeducación. d) Intervenciones familiares. e) Rehabilitación cognitiva. f) Entrenamiento en habilidades sociales. g) Entrenamiento en actividades de la vida diaria. h) Actividades expresivas (arteterapia, musicoterapia, etc.). i) Terapia cognitivo conductual (TCC). 2.3 Adherencia terapéutica La mayoría de estudios cuando hablan de adherencia al tratamiento hacen referencia al tratamiento médico o farmacológico. En este sentido, se define la adherencia como la forma correcta/incorrecta en que el paciente sigue las prescripciones médicas. Sin embargo, algunos autores resaltan la importancia de incluir las intervenciones o los tratamientos psicosociales en el concepto global de adherencia/cumplimiento.(39) Asimismo, existen diversos autores que han planteado un cierto debate conceptual entorno a la definición y significado propiamente del término adherencia. Para unos, adherencia es sinónimo de cumplimiento. Mion Junios en 1994, define la adherencia al tratamiento como la medida del grado de coincidencia entre el comportamiento del paciente y la prescripción del profesional de salud, que incluye medidas farmacológicas o no (34). Existe una diferencia significativa entre “adherencia” y “cumplimiento”, para el informe de salud de la OMS del año 2007 la diferencia entre “adherencia” y “cumplimiento” es que la adherencia requiere el consentimiento del paciente en cuanto a las recomendaciones y, por tanto, le otorga un papel más activo. Diferentes autores amplían este concepto y lo definen como el grado en el cual la “conducta” de una persona coincide con las recomendaciones de los 18 médicos/sanitarias, en relación a los fármacos o tratamiento prescrito, incluyendo además toda una serie de hábitos higiénico-sanitarios, como pueden ser no tomar café, alcohol u otros tóxicos, no fumar o hacerlo con moderación, entre otros. Una publicación del Reino Unido "From compliance to concordance" ("Del cumplimiento a la concordancia") deja claro que implicar al paciente es tan importante como lo es la necesidad del tratamiento. La no adherencia es uno de los retos prioritarios en todas las áreas de la salud pero es responsabilidad principal del profesional de enfermería al ser ellos los encargados de la administración de la medicación y del posterior seguimiento. La mejora de la adherencia repercutiría en una mejor evolución clínica y menores costes sanitarios (33). Los fallos en el cumplimiento exacerban los problemas de salud y la progresión de la enfermedad (43). Por otro lado, se incrementa la probabilidad de cometer errores en el diagnóstico y tratamiento, con repercusiones sobre el coste sanitario al implicar un número innecesario de visitas, revisiones u hospitalizaciones. Aunque algunos estudios han señalado un mayor cumplimiento con los antipsicóticos atípicos frente a los clásicos, no ha existido homogeneidad en el conjunto de los estudios; la diferencia ha sido mínima y los atípicos pueden tener también efectos adversos que pueden tener un impacto negativo en la adherencia, como los metabólicos y el aumento de peso. Aunque no todos han mostrado los mismos hallazgos, la mayoría de ellos sí han señalado un mayor cumplimiento en pacientes con tratamiento intramuscular, depot o inyectables de larga duración, respecto al hallado para el tratamiento oral, y menores tasas de recaídas y rehospitalizaciones (33, 34). Según datos del Ministerio de Sanidad, aproximadamente de un 4 a 12% de los pacientes con Trastornos Mentales, siguen de forma rigurosa su tratamiento farmacológico; el resto prefiere no ingerir fármaco alguno, ya sea porque cree no necesitarlos o porque dejan de tomarlos después de sufrir síntomas indeseables a causa de los efectos colaterales, por lo que creemos que el principal factor de 19 contribución para el control efectivo de este tipo de enfermedades es la adherencia del paciente al tratamiento y la concienciación de la necesidad del mismo (34). En esta línea plantean unos intervalos de medición con tres clasificaciones: paciente cumplidor (sigue el 75% del tratamiento). paciente cumplidor parcial (deja de tomar entre el 25-75% del tratamiento). paciente no cumplidor (aquel que deja de tomar más del 75%) (6). Hay que diferenciar entre los diferentes tipos de incumplimiento: Incumplimiento parcial y/o esporádico: la causa más frecuente es el olvido de dosis. Descanso farmacológico o vacaciones terapéuticas: los pacientes no cumplen con su tratamiento los fines de semana, descansan varios días y, si aparecen síntomas, retoman el tratamiento. Cumplimiento de bata blanca: los pacientes sólo toman la medicación días antes o días después de la visita al médico. Incumplimiento total: es frecuente en pacientes con enfermedades crónicas, y supone el abandono del tratamiento de manera indefinida. Las tasa de incumplimiento en la esquizofrenia se ha estimado en un 50%, con un rango que oscila entre un 4% hallado en un estudio con neurolépticos depot, hasta un 72% (1, 32, 34, 37) y se ha estimado que sólo un tercio de los pacientes son completamente cumplidores. Aproximadamente entre un 30 y un 60% de los pacientes diagnosticados e inicialmente medicados, abandonan el tratamiento en el primer año, produciéndose la mayoría de estos abandonos antes de las cuatro primeras visitas en los centros de salud (1, 38). El abandono del tratamiento farmacológico hace que el proceso de mejoría se estanque o, lo que es peor, que involucione con las consiguientes descompensaciones y nuevos ingresos, repitiéndose toda una serie de procesos 20 sanitarios, apareciendo el fenómeno de la “puerta giratoria”, tan frecuente en este colectivo. El incumplimiento pasa a ser por lo tanto un problema importante de ámbito comunitario que se suele acompañar de un alto coste económico, siendo preciso detectar qué pacientes no lo cumplen y el porqué de su proceder. Esto hace que veamos necesaria la puesta en marcha de “programas educativos” que tengan como fin informar, concienciar de las patologías y de su tratamiento, fomentando la aceptación y el aprendizaje y el saber manejar los fármacos que disminuyen la sintomatología, ya sean estos “programas” puestos en marcha desde las unidades de agudos, unidades de subagudos o cualesquiera de los diferentes dispositivos extrahospitalarios. La falta de adherencia al tratamiento farmacológico aumenta de manera significativa el riesgo de recaídas y hospitalizaciones, la aparición de síntomas resistentes y el riesgo de suicidio y supone un alto coste tanto económico como familiar y social. El riesgo de recaída psicótica en pacientes esquizofrénicos y esquizoafectivos incumplidores se multiplica casi por cinco, y alcanza el 81,9% a los 5 años según Robinson et al en 1999. Los costes anuales de la esquizofrenia suponen casi 400 millones £ en el Reino Unido y más de 10 billones $ en los EEUU según un estudio realizado por Perkins en 2002, y se considera que un 40% de los costes que genera el tratamiento de las personas con esquizofrenia es atribuible al incumplimiento.Los déficits cognitivos, según el DSM-IV, alteran las funciones ejecutivas, la memoria verbal y la atención; y tales alteraciones se dan tanto en los pacientes con inicio temprano de la enfermedad como en los de inicio tardío, presentando unos y otros déficits de atención acentuándose sobre todo en la no adherencia al tratamiento. La memoria es una función que se encuentra alterada en los pacientes a los seis meses del primer episodio de psicosis, y después de que los pacientes se encuentren estables sintomatológicamente. Pero son los esquizofrénicos los que peor rendimiento muestran en las pruebas, teniendo alterada la memoria demorada. 21 Se ha señalado que la falta de eficacia frente a síntomas psicóticos y síntomas negativos puede constituir un factor de riesgo para el incumplimiento, los efectos adversos se han relacionado con un mayor incumplimiento. La presencia de efectos adversos con el tratamiento, actuales o en el pasado, se asoció a una peor actitud frente al tratamiento antipsicótico y a peor adherencia. En un estudio prospectivo sobre pacientes esquizofrénicos ambulatorios la razón principal alegada por los pacientes para el incumplimiento fue la aflicción por efectos adversos. El profesional sanitario debe evaluar regularmente la presencia de efectos adversos y otorgarles importancia a la hora de la toma de decisiones respecto al tratamiento a seguir (32, 34,37). Por su parte, dichos pacientes tras sus primeros episodios psicóticos puntúan más alto en la Escala de Hamilton para la Depresión (42) y en la Escala de Desesperanza de Beck (41). También registran puntuaciones superiores en el ítem de alucinaciones y en la evaluación de la acatisia, mediante la Escala de Efectos Adversos UKU (43). Presentan también un mayor tiempo hasta conseguir la remisión, peor pronóstico, pérdida de trabajo y peligrosidad para sí mismo y otros. En un estudio prospectivo a 3 años, el incumplimiento se asoció también a arrestos, violencia, consumo de drogas y alcohol, más urgencias psiquiátricas, peor función mental y menor satisfacción con la vida. Son muchas las comunicaciones y ponencias presentadas en distintos Congresos de Enfermería en Salud Mental que coinciden en asegurar que uno de los principales problemas que se da entre la población con Trastornos Mentales es el abandono del tratamiento, por lo que cada vez cobra más interés este hecho directamente relacionado con la prevención de recaídas. Se hace patente centrar la atención asistencial en la psicoeducación farmacológica de este colectivo, que la llevará a cabo el profesional de enfermería, al ser el más idóneo para ello, no sólo por sus conocimientos y capacidades sino por la cercanía y el contacto que tiene con el paciente, donde en muchos casos hay ya una relación de confianza muy propicia para realizar estas terapias. 22 2.4 Terapia Cognitivo Conductual ( TCC) A fin de mejorar el cumplimiento hay un consenso global en que los pacientes que reciben psicoeducación, independientemente de la patología, aumentaban las probabilidades de mantener el tratamiento frente a aquellos que no la recibían, reforzando la idea general de que un adecuado soporte de psicoeducación y terapia cognitiva ayuda a aumentar el cumplimiento (54). En la última década se ha observado un interés creciente por aplicar las técnicas de la Terapia cognitivo-conductual (TCC) a personas con esquizofrenia, especialmente aquellas que siguen presentando síntomas psicóticos a pesar de recibir un tratamiento farmacológico adecuado. Una vez detectada la psicosis, el tratamiento debe basarse en una perspectiva multimodal que incluya intervenciones farmacológicas y de carácter psicosocial (47,51). Esta terapia intenta ayudar al paciente a aceptar los cambios que la enfermedad conlleva y mostrarle la necesidad de tomar su medicación y seguir el tratamiento adecuado. Desde el pionero trabajo de Beck, ha ocurrido un cambio teórico en la TCC estos últimos quince años con el desarrollo de los modelos cognitivos de “segunda generación” dirigidos a constructos como el afecto, el vínculo, los procesos interpersonales y la relación terapéutica (47,52). Estos modelos de segunda generación han incorporado dos conceptos como son el racionalismo y el constructivismo. En el modelo racionalista, la realidad es conceptualizada como externa, estable y puede ser confirmada y validada. En este modelo, la lógica y la razón valida el conocimiento, y se prioriza el pensamiento sobre el afecto. Aún más, el foco está en que controlando el pensamiento se controlan las emociones. Se entiende que el cambio procede por examinar la causa y efecto de los componentes de los pensamientos, humor, comportamiento, reacción fisiológica y ambiente. Para los constructivistas, la realidad es subjetiva, idiosincrásica, y se pone énfasis en la creación activa o construcción de la realidad por el individuo. En estos modelos, el conocimiento se obtiene mediante la integración de la experiencia cognitivo comportamental afectiva (47). Además ya no se trató de terapias psicológicas que actuaban como tratamientos o compensatorios de las secuelas psicosociales del trastorno, sino de un tratamiento de los síntomas 23 psicóticos en sí mismos. Segundo, se diseñaron terapias específicas para los pacientes con esquizofrenia. Se tiende a hablar de TCC en plural, pues aunque comparten elementos fundamentales, no existe una estandarización de las terapias con variaciones importantes en algunos de sus componentes (duración, individual frente a lo grupal, número de sesiones, etc.)(54). El hecho de defender la TCC como tratamiento psicológico en la esquizofrenia, particularmente en los primeros episodios, es porque existe evidencia sobre la eficacia de ésta sobre los síntomas psicóticos (9 ,47,48); también porque desde su primera concepción se han desarrollado enormemente aspectos teóricos que han dado respuesta a las necesidades de pacientes jóvenes que se han recuperado de su primer episodio psicótico (PEP) y, por último, no solamente ha contribuido a aliviar lo más florido de la sintomatología psicótica sino que ha sido enfocada a resolver otros aspectos tanto o más problemáticos que ésta ya que uno de los temas que han sido poco explorados en individuos que se han recuperado de su PEP es la merma de bienestar psicológico, uno de los componentes subjetivos de la calidad de vida. (47,51). El fin de la terapia es evitar las recaídas y proporcionar al paciente medios suficientes para enfrentarse y solucionar los problemas. Por lo general, se trata de cuestiones como el estilo de razonamiento, el auto concepto, aislamiento social, las evaluaciones de la psicosis y los procesos emocionales (49). La TCC para la psicosis mostró ser un tratamiento efectivo en más del 50% de los casos (48). Es una intervención psicológica específica que estimula al paciente a establecer relaciones entre sus pensamientos, sentimientos o acciones en relación a síntomas actuales o pasados (9). Las intervenciones se centran en la exploración racional del carácter subjetivo de los síntomas psicóticos, cuestionando la evidencia para éstos, y sometiendo tales creencias y experiencias a pruebas de realidad. También se utilizan técnicas dirigidas a reducir la implicación emocional asociada a la omnipotencia de las creencias delirantes y experiencias alucinatorias mediante explicaciones normalizadoras de 24 los síntomas o procedimientos que aumenten las estrategias de afrontamiento adaptativas, que pueden estar siendo utilizadas ya por el paciente (46). Enfermería y la TCC En estos últimos años uno de los problemas más graves a los que se enfrentan y en el que coinciden la mayoría de los profesionales de la salud mental, es el seguimiento del tratamiento que tienen los pacientes con un trastorno metal, en este caso la esquizofrenia, y la correcta administración de la medicación. Por lo tanto, el paciente tiene una responsabilidad que cumplir en el proceso de su enfermedad y es aquí donde se aplica el modelo del autocuidado que plantea Dorothea Elizabeth Orem. Ella definió la teoría del autocuidado basándose en tres teorías relacionadas que son la del Autocuidado, la del déficit de autocuidado y la de sistemas de enfermería. Los cuidados enfermeros representan un servicio especializado que se distingue de los otros servicios de salud ofrecidos porque está centrado sobre las personas que tienen incapacidades para ejercer el autocuidado. La enfermera completa los déficits de autocuidado causados por la diferencia que se plantean entre las necesidades de autocuidado y las actividades realizadas por la persona (45). La enfermera como colectivo asistencial se ha formado y ha adquirido conocimientos sobre los tratamientos, sus efectos secundarios, sobre la necesidad de no abandonarlos, de cómo manejar diversas situaciones que se dan en el transcurso de la enfermedad, de métodos que sirven de complemento al tratamiento farmacológico (relajación, técnicas de respiración, control del stress, hábitos de salud, etc.), 25 La relación paciente/enfermera compone un sistema interpersonal muy importante en el tratamiento de la enfermedad y en la adherencia al tratamiento. Diversas experiencias aseguran que, cuando esta relación es óptima, los pacientes adoptan una actitud diferente ante los tratamientos terapéuticos. Por lo tanto, este es un factor importante que normalmente no es tenido demasiado en cuenta a menudo en la evaluación del cuidado (38). La información debe ser suministrada de una forma asequible para el enfermo y ha de ser de interés para el paciente, quien ha de estar preparado para poder asimilarla y comprender que recibirá más ventajas que inconvenientes. Hildegard Elizabeth Peplau estableció un modelo de cuidados que actualmente lleva su nombre y se le considera la madre de la psiquiatría enfermera. Peplau hace hincapié en cuatro términos vitales para ella que son la persona, el entorno la salud y la propia enfermería; constituyendo así uno de los ejes centrales de la provisión del cuidado de enfermería. Es aquí donde radica la base de una buena adherencia terapéutica, haciéndoles partícipes de su enfermedad y los procesos que conlleva, y de su tratamiento para hacerlos responsables de su cumplimiento. Las terapias son llevadas a cabo por la enfermera; las cuatro primeras sesiones consisten en un entrenamiento previo a la terapia, donde se recogen los datos del paciente sus antecedentes, sus pensamientos, los sentimientos que tiene acaezca de su enfermedad y sus comportamientos. El psiquiatra hace un formulario individual donde señala las metas que el paciente debe alcanzar y donde la enfermera deberá apuntar cualquier incidente así como su evolución tras cada sesión y ver si cumple los objetivos previamente citados. Otras de las competencias de la enfermera son, ayudar a mejorar la autoestima de los pacientes y reconducir los pensamientos disfuncionales y negativos que puedan surgirlos, encaminándolos a un nivel de bienestar (55). La relación terapéutica es muy importante para abordar el inicio del tratamiento. El terapeuta, en este caso la enfermera tiene una doble función: como guía, ayudando al paciente a entender la manera en que las cogniciones influyen en 26 sus emociones y conductas disfuncionales y como catalizador, promoviendo experiencias correctivas o nuevos aprendizajes que fomenten, a su vez, pensamientos y habilidades más adaptativas. Se crea una alianza entre la enfermera y el paciente (49,53). El modelo parte de varias premisas (53): El paciente tiene “áreas libres” de psicosis que pueden ser aprovechadas en la terapia. Las alucinaciones y los delirios no son impermeables a las intervenciones psicológicas. Los síntomas pueden ser exacerbados o atenuados por cambios ambientales y pueden ser puestos en un contexto con significado para el paciente (53). En consecuencia la inversión en formación de los profesionales de la salud mental, ha aumentado y se ha reconocido la eficacia de la TCC y se ha abogado por que las intervenciones de la familia y la terapia cognitivo-conductual deben ser habitualmente disponibles para los usuarios con esquizofrenia y su familias o cuidadores, así se logra un efecto positivo en el cumplimiento con el tratamiento y las re-hospitalizaciones (52,54). Objetivos de la TCC (9, 46). Trabajando con los pacientes que se recuperan de un PEP no solamente nos hemos de dirigir al tratamiento de los síntomas de la enfermedad sino también al impacto que éstos producen en el individuo. Así, los objetivos de la TCC son: incrementar la comprensión del trastorno psicótico en el paciente. promover la adaptación a la enfermedad. aumentar la autoestima, estrategias de afrontamiento y funcionamiento adaptativo. reducir la alteración emocional y la comorbilidad. reducir el estrés asociado a las alucinaciones y delirios y proveer de estrategias y habilidades para manejarlos en el día a día. prevenir futuras recaídas. monitorización de los pensamientos, sentimientos o conductas en relación a los síntomas. 27 promoción de vías alternativas de afrontamiento de los síntomas. Descripción de la terapia El proceso de la TCC incluye los siguientes pasos y componentes: Establecer una alianza terapéutica y una relación terapeuta-paciente positiva. Explicar o plantear discusiones encaminadas a normalizar las experiencias y síntomas. Estas buscan disminuir el recelo que tiene el paciente a hablar y cuestionarse acerca de estos fenómenos y así permitir generar hipótesis alternativas acerca de sus síntomas. Lo anterior si se tiene en cuenta que las creencias y experiencias peculiares se presentan en un importante número de personas no afectadas por problemas de salud mental. Compartir con el paciente una formulación de caso basada en el modelo diátesis-estrés. Trabajar en atenuar la ira, la depresión o la ansiedad que pueda desencadenar o mantener los síntomas psicóticos. Para los delirios, generar un proceso muy gradual de desconfirmación y someter a prueba los delirios, por medio de experimentos conductuales y atención a las explicaciones alternativas. Para las alucinaciones, proponer estrategias conductuales de afrontamiento y autoayuda, a fin de disminuir la frecuencia de las voces, la respuesta emocional, el temor o la ira frente a las voces, o cuestionarlas. Trabajar acerca de la adhesión/ cooperación con el tratamiento: explorar actitudes y creencias frente a los medicamentos o a las dificultades para cumplir con lo prescrito, y cómo se pueden mejorar. Sugerir estrategias para identificar y prevenir exacerbaciones del trastorno (54). Dentro de la TCC encontramos diferentes intervenciones que se han utilizado con mayor o menor éxito para mejorar los niveles de insight en pacientes esquizofrénicos: 28 La Entrevista Motivacional (EM) es una intervención que fue originalmente diseñada para ayudar a las personas a identificar los beneficios y costes relacionados con sus objetivos personales, así como las ventajas e inconvenientes de servicios que ayudan a conseguir esos objetivos . Se basa en el análisis conductual y ayuda a las personas a identificar y evaluar posibles ventajas (ganancias) e inconvenientes (pérdidas) que afectan a varias conductas. La entrevista se apoya en cinco principios básicos que ayudan al profesional a mantener un estilo colaborador en EM: a) expresar empatía. b) promover el cuestionamiento. c) evitar la confrontación. d) manejar la resistencia. e) apoyar la percepción de competencia. Esta técnica tiene en cuenta diferentes causas que provocan la falta de insight y de cumplimiento terapéutico tales como los déficits neurocognitivos y los mecanismos de afrontamiento psicológico y tiene en consideración las diferentes etapas del modelo de cambio. La EM permite varias modificaciones necesarias para su aplicación a personas con esquizofrenia, intentando superar posibles problemas como pueden llegar a ser: anhedonia, apatía, retardo psicomotor,etc y permitiendo pasar por alto cuestiones más generales para centrarse en las consecuencias particulares de las conductas problemáticas que tienen un fuerte impacto en la persona. Aunque diversos estudios empíricos apoyan la evidencia de que la EM puede aumentar el insight y el cumplimiento terapéutico en la esquizofrenia, es recomendable su uso combinado con otras intervenciones psicosociales que refuercen su efecto. La terapia de Cumplimiento Terapéutico La terapia de Cumplimiento Terapéutico es la terapia más evaluada hasta el momento en el manejo de los trastornos psicóticos. Se ha comprobado que aumenta el insight del paciente, el cumplimiento terapéutico y que reduce las tasas de ingresos hospitalarios. Es una intervención cognitivo-conductual que ha adaptado técnicas de la Entrevista Motivacional y de otras terapias cognitivas así 29 como de las intervenciones psicoeducativas. El objetivo de esta terapia es el desarrollo de un dialogo abierto sobre la medicación y la promoción de la discusión sobre los pros y los contras del tratamiento. Los principios de esta terapia incluyen trabajar en colaboración con el paciente, enfatizar conceptos como “elección personal” y “responsabilidad” y centrarse en las inquietudes y preocupaciones del paciente sobre el tratamiento. Esta terapia se divide entres fases. a) En la primera fase se trabaja con las experiencias de los pacientes con el tratamiento haciendo un repaso de la historia de su enfermedad. b) En la segunda fase se discuten las preocupaciones e inquietudes del paciente sobre el tratamiento y se valoran las cosas positivas y negativas que éste conlleva. c) En la tercera fase se trabaja la prevención a largo plazo y se presentan estrategias para evitar las recaídas. En conjunto, esta terapia se encuadra dentro de un modelo de coherencia que intenta involucrar al paciente en la toma de las decisiones que son positivas para él, en vez de confiar en que sean obedientes y hagan lo que les dice su terapeuta. Recomendaciones sobre terapia cognitivo-conductual Tratamiento de síntomas psicóticos persistentes a pesar de recibir un tratamiento farmacológico adecuado. Como opción de tratamiento para ayudar en el desarrollo del insight y para incrementar la adherencia al tratamiento. Evitar la progresión a psicosis en intervención precoz. Como opción de tratamiento para prevenir la prescripción de fármacos y reducir la sintomatología en la atención a la psicosis incipiente. En fase aguda junto con los cuidados estándar para acelerar la recuperación y el alta hospitalaria. Debería considerarse para el tratamiento del estrés, ansiedad y depresión en pacientes con esquizofrenia; para lo que debieran ser necesarias algunas adaptaciones a las técnicas utilizadas en otras poblaciones (9). 30 Duración terapia No hay un consenso generalizado en torno a la duración exacta de las terapias para que muestren los resultados, sino que varían según el tipo de pacientes que tenga cada grupo, sus necesidades, o la gravedad de sus síntomas (1, 46, 53). Según varios artículos, la media de duración de la terapias es de entre 2 a 5 meses, con sesiones de 120 minutos dos o tres veces a la semana (50, 52, 5760). Cada 6 semanas, el psiquiatra se reúne con el paciente para revisar su evolución y ver si se van cumpliendo los objetivos previamente marcados (58) Las calificaciones se hicieron al inicio del estudio, al final del tratamiento y transcurrido un periodo que varia, desde los 4 meses al año de terminar la terapia (59). Las sesiones tienen una duración de 120 minutos con un ratio no superior al 3:1 paciente enfermera (60). Dificultades para implementar la TCC en esquizofrenia La principal dificultad mencionada en la literatura sanitaria se deriva de la necesidad de que los expertos en el tema entrenen a los terapeutas, pues se trata de una terapia compleja, cuyas particularidades la diferencian de los tratamientos en TCC para otros pacientes, y donde la experiencia clínica y la supervisión son importantes. Esto limita la oferta de esta terapia de manera extendida, pues son pocos los terapeutas que pueden certificar dicho entrenamiento. Además, es llamativa la poca difusión e implementación de esta terapia por fuera del Reino Unido, a pesar de la cantidad de estudios que muestran su eficacia (54). 31 2.5 Justificación EL TMG engloba múltiples trastornos, siendo la esquizofrenia uno de los más prevalentes, afectando a más de 21 millones de personas en el mundo en edades comprendidas entre los 10-25 años según la OMS y en España la cifra de los pacientes diagnosticados supera los 400.000. Los cuidados de estos pacientes con el objeto de estabilizar al paciente, evitar recaídas, reducir la incapacidad psicosocial y mejorar la calidad de vida son los objetivos prioritarios de la intervención de enfermería. Uno de los problemas a los que se enfrenta la enfermera en la intervención sobre esta patología es la alta tasa de incumplimiento que presenta este colectivo; cerca del 50% abandona el tratamiento en el primer año, haciendo que el proceso de mejora se estanque. Otros handicaps a los que tiene que hacer frente son el deterioro cognitivo que presentan estos pacientes, el aumento de la sintomatología tanto positiva como negativa y la reinserción no solo laboral sino también social. Todo este cúmulo de problemas hace que aparezcan nuevos episodios de psicosis, aumente el número de ingresos hospitalarios, y por consiguiente que se reduzca la calidad de vida del paciente. La enfermera, entre otros cuidados, es responsable de la administración del tratamiento farmacológico y no farmacológico, y el profesional clave para liderar estrategias dirigidas a mejorar la adherencia desde intervenciones como la terapia cognitiva y psicosocial. Conocer la efectividad de este tipo de terapias es esencial para una intervención en cuidados de calidad. 3. OBJETIVOS El objetivo general de este trabajo fin de grado es valorar la efectividad de diferentes terapias de base cognitiva en la intervención de enfermería sobre estos pacientes como complemento del tratamiento psicofarmacológico. Como objetivos específicos he marcado los siguientes: 32 1. Evaluar la reducción de sintomatología positiva y negativa en los pacientes esquizofrénicos a los que se les aplica la terapia cognitivo conductual. 2. Evaluar la adherencia al tratamiento farmacológico a los que se les aplica la terapia cognitivo conductual. 3. Comprobar si hay un menor deterioro cognitivo a los que se les aplica la terapia cognitivo conductual. 4. Evaluar una mayor posibilidad de reinserción socio-laboral para estos pacientes a los que se les aplica la terapia cognitivo conductual. 4 METODOLOGÍA 1.- Revisión sistemática (RS) Las RS son investigaciones científicas en las que la unidad de análisis son los estudios originales primarios, a partir de los cuales se pretende contestar a una pregunta de investigación claramente formulada mediante un proceso sistemático y explícito. Por eso se las considera investigación secundaria («investigación sobre lo investigado»). Desde un punto de vista formal, las RS sintetizan los resultados de investigaciones primarias mediante estrategias que limitan el sesgo y el error aleatorio. Estas estrategias incluyen: La búsqueda sistemática y exhaustiva de todos los artículos potencialmente relevantes. La selección, mediante criterios explícitos y reproducibles, de los artículos que serán incluidos finalmente en la revisión. La descripción del diseño y la ejecución de los estudios originales, la síntesis de los datos obtenidos y la interpretación de los resultados. El trabajo consiste en realizar una revisión sistemática sobre la eficacia de las terapias cognitivas centrándose concretamente en su efectividad como 33 tratamiento coadyuvante al farmacológico en pacientes esquizofrénicos .Con el objeto de conocer la situación actual, la importancia del tema a tratar, dar respuesta a los objetivos planteados e identificar estudios relacionados; se realizó una búsqueda bibliográfica en las principales bases de datos de ciencias de la salud: PUDMED, ,COCHRANE LIBRARY, MEDLINE, OVID, SCIELO y DIALNET, con el objeto de conocer la literatura escrita a cerca del tema, que ayudará a definir el objetivo que se pretende conseguir. Antes de iniciar la búsqueda, se identificaron las palabras clave en los diferentes tesauros. Estas palabras se encontraban tanto en castellano como en inglés, en función de la base de datos utilizada. Se establecieron unos criterios de inclusión y exclusión para acotar la búsqueda bibliográfica y conseguir artículos que pudiesen dar respuesta al objetivo. Antes de comenzar es necesario definir el término eficacia, que se refiere a los resultados en relación con las metas y cumplimiento de los objetivos organizacionales. Es el grado en que un procedimiento o servicio puede lograr el mejor resultado posible. Se entiende por la relación objetivos/resultados bajo condiciones ideales. La eficacia de un procedimiento o tratamiento en relación con la condición del paciente, se expresa como el grado en que la atención/intervención ha demostrado lograr el resultado deseado o esperado. Para evaluar la eficacia de las terapias cognitivas en los pacientes con esquizofrenia como complemento del tratamiento farmacológico he fijado unos objetivos específicos que deberán cumplirse. 1. Evaluar la reducción de sintomatología positiva y negativa en los pacientes esquizofrénicos. 2. Evaluar la adherencia al tratamiento farmacológico. 3. Comprobar si hay un menor deterioro cognitivo. 4. Evaluar una mayor posibilidad de reinserción socio-laboral para estos pacientes. 34 Criterios de inclusión: Tipo de publicación: limitado a revisiones sistemáticas, guías de práctica clínica y estudios recogidos en meta-análisis. Del mismo modo, sólo se cogieron aquellos textos que apareciesen a texto completo accesible. Tipo de participantes: pacientes esquizofrénicos en tratamiento. Tiempo: no lo he usado como criterio de inclusión ya que algunos de los artículos cuentan con más de diez años. Idioma: limitado a publicaciones en inglés o español. Otros aspectos temáticos: limitado a artículos cuyo tema principal fuese la eficacia de las terapias ocupacionales como mejora del tratamiento farmacológico previo, aunque en algunos casos ha sido necesario abarcar temas más generales para encontrar artículos relacionados. Criterios de exclusión: Tipo de publicación: se descartaron artículos de literatura gris y ensayos clínicos sin constancia acerca de su eficacia en la práctica clínica. Aquellos artículos que requerían pago también fueron excluidos. Tipo de participantes: se excluyeron los pacientes pediátricos, y al resto de pacientes de salud mental que no estén diagnosticados de esquizofrenia. Otros aspectos temáticos: se excluyeron artículos cuyos temas principales fuesen médicos o aspectos relacionados con técnicas médicas y tratamiento farmacológico exclusivamente. Los distintos descriptores se combinaron para formar ecuaciones de búsqueda que se fueron afinando hasta lograr la más acertada para acceder a la literatura de cada base de datos. El proceso de búsqueda así como los resultados se fueron registrando a medida que se realizaban estas en las distintas fuentes (ANEXO 1). Se realizó una primera lectura del resumen o abstract para ir desechando aquellos artículos que no tratasen la temática buscada e ir obteniendo una idea general de los textos. 35 Finalmente, con los artículos que se seleccionaron como válidos se llevó a cabo una lectura con el fin de valorar si el contenido y los subtemas se adecuaban a los objetivos. A la hora de realizar la lectura crítica se tuvieron en cuenta los criterios CASPe para meta-análisis y para revisiones sistemáticas, no con el fin de excluir el artículo sino con el fin de valorar su calidad. 5. DESARROLLO 3.1. La terapia cognitivo conductual y la reducción de sintomatología positiva y negativa Ya en la década de los 90, Tarrier y cols encontraron diferencias significativas entre tres grupos, de los cuales el que recibió terapia cognitiva-conductual presentó menos síntomas positivos, de menor intensidad, y ocho veces más probabilidad de presentar una mejoría del 50% de sus síntomas, además de que más personas de este grupo alcanzaron tal mejoría. El grupo que tuvo consejería y apoyo no demostró una mejoría significativa y al que se le suministró únicamente el tratamiento de rutina presentó una tasa de recaídas mayor y más días de hospitalización (53). Til Wykes en un estudio llevado a cabo en el instituto de psiquiatría del King´s Collage en Londres (49) encontró que esta terapia surgió más efecto en los grupos con resistencia terapeútica al tratamiento y además apoya el uso de la TCC no sólo para reducción de los síntomas positivos y negativos, siendo más efectiva para los síntomas positivos (49, 54, 65, 66); sino también para tratar las ilusiones y las alucinaciones obteniendo mejores resultados con las ideas delirantes que con las alucinaciones auditivas(46). 36 Narsimha R. Pinninti et al; (59) recalcan que para que sea eficaz lo ideal es una combinación farmacológica e intervenciones psicosociales siendo más efectiva con aquellos pacientes cuyo tratamiento farmacológico son los antipsicóticos de segunda generación, persistiendo la mejora hasta 3 meses después del fin de la terapia (59). Morrison et al19 demostró con éxito el tratamiento con TCC como coadyuvante al tratamiento farmacológico, reduciendo en un 20% la sintomatología positiva y negativa, siendo más evidente en la negativa (49,65). Van der Gaag et al demostraron que las intervenciones basadas en la TCC reducen la transición a la psicosis con un número necesario a tratar (NNT) de 13 a las 12 meses de comenzar con la misma, sin embargo Hutton y Taylor encontraron menos de transición a las 6, 12 y 18 meses, con un NNT de 20. El number needed to treat (NNT), es una importante medida acerca de la relevancia clínica de un tratamiento, se ha calculado entre 5 y 10 para la TCC, dependiendo de los síntomas evaluados. Esto significa que se necesita tratar entre 5 y 10 pacientes para encontrar uno que tenga buena respuesta. De manera preliminar, hay resultados favorables para la TCC en pacientes de primer episodio, pacientes que nunca han recibido tratamiento con medicamentos y pacientes con comorbilidades (depresión, ansiedad y diagnóstico dual (54). En el año 2000, Sensky y cols mediante la escala de depresión de MontgomeryAsberg, la escala de medición de síntomas negativos (SANS), la Comprehesive Psychiatric Rating Scale (CPRS) y la PANSS concluyeron que tanto la TCC como el tratamiento habitual produjeron reducciones significativas en las escalas de síntomas positivos y negativos, así como en la de depresión, pero a los nueve meses de seguimiento sólo el grupo que recibió la terapia cognitiva-conductual continuó mejorando (63). En ese mismo año otros autores Turkington y Kingdon , corroboraron los resultados de los anteriores en relación a los valores emitidos en la escala CPRS (53). Mark van der Gaag y A. Dennis Stant siguiendo la línea de discusión anterior, mostraron que implantando la TCC en la rutina de cuidados se puede aliviar el 37 sufrimiento de los pacientes con psicosis persistente y traerlos al rango de funcionamiento normal, con niveles bajos de estrés y un impacto mínimo en su vida diaria por sus síntomas. Dicho estudio concluyó que los síntomas psicóticos pueden perseverar, pero la valoración de la persona acerca de la psicosis se puede cambiar con la TCC (49, 58,66). Otro estudio llevado conjuntamente entre la universidad de granda y el departamento de psiquiatría de la misma encontró que la TCC, aplicada a pacientes esquizofrénicos ambulatorios mejoró los síntomas psicóticos más que la terapia de apoyo o los cuidados rutinarios; y disminuyó las exacerbaciones y el número de días en el hospital, más que los cuidados habituales (46). Se ha mostrado más eficaz con los síntomas psicóticos residuales que con los síntomas agudos. En contraposición a los datos anteriores uno de los handicaps mencionados en los estudios realizados es que la terapia individual parece no ser efectiva en la reducción del nº de recaídas o rehospitalización en la psicosis temprana, e incluso algunos descubrimientos sugieren que las ganancias en el tratamiento precoz tampoco se sostienen al cabo del tiempo (47,53). No hay evidencia sobre qué estrategia cognitivo conductual puede ser más efectiva con los síntomas psicóticos (46). La mayoría de estudios han sido realizados en el Reino Unido desde mediados de los años 80 donde el Servicio Nacional de Salud recomienda dicho tratamiento a los pacientes con esta enfermedad. En contraste con EEUU, la American Psychiatric Association describe esta terapia como una técnica añadida que “puede beneficiar” a los pacientes. Esta evidencia anecdótica refleja la diferencia del uso y de la visión que tienen los clínicos ingleses y americanos en cuanto a la actitud y práctica de la TCC en su ámbito de influencia. Mientras que los pacientes ingleses valoran mucho el tratamiento psicológico, los americanos otorgan supremacía al tratamiento farmacológico (47). 38 3.2. La terapia cognitivo conductual y la adherencia al tratamiento farmacológico No hay estudios concluyentes acerca de la eficacia de la TCC respecto a la adherencia al tratamiento farmacológico; algunos autores sugieren una leve mejoría pero la mayoría, como el caso de O’Donnell C, Donohoe G, Sharkey L, Owens N, Migone M, Harries R et al. concluyeron que la terapia de adherencia no confirió mayor ventaja sobre la terapia no específica en la mejora de la adherencia en un año pudiendo no ser beneficiosa a los pacientes con esquizofrenia. La actitud del paciente frente al tratamiento al inicio fue un factor predictivo de la adherencia un año después y puede ser una herramienta clínicamente útil (64). Óscar Vallina y Serafín lemos (53) expusieron que las terapias cognitivas diseñadas específicamente para mejorar la adherencia al tratamiento (por ejemplo, la conocida como entrevista motivacional y la compliance therapy o terapia de adherencia), si que han arrojado datos esperanzadores pero la falta de homogeneidad en la recopilación de resultados los hacen inconsistentes. 3.3. La terapia cognitivo conductual y deterioro cognitivo Cuando hablamos del deterioro cognitivo, nos referimos a la pérdida de capacidad en funciones tan primarias de la mente como son la atención, la memoria, el razonamiento y la planificación, la flexibilidad mental, la psicomotricidad o la fluidez verbal y el lenguaje. Como es de suponer, el deterioro en cualquiera de estas áreas (ya sea en una especifica, o como sucede más normalmente, en varias) se verá reflejado, interfiriendo en mayor o menor grado, en la capacidad intelectual general del sujeto e influyendo en su calida de vida. Janet Landeen, RN, PhD et al. indican que la TCC tiene como objetivo mejorar la cognición en todo su alcance (atención , memoria, cognición social o metacognición) así de cómo mejorar la vida cotidiana de los pacientes y sus relaciones personales con el objetivo de durabilidad y generalización siendo 39 efectivo en más del 50% de los casos (48). Es seguro concluir que dicha terapia tiene un efecto moderado de duración en relación a la rehabilitación cognitiva, siendo necesario tras el fin de la misma continuar con sesiones más distanciadas en el tiempo pero que permitan seguir su evolución, adaptándola a cada paciente y a cada situación (48,52). Bowie, McGurk, Mausbach, ET al. añaden a lo descrito anteriormente que la terapia cognitiva es un tratamiento eficaz mejorando la transferencia de comportamiento al mundo real. Para evaluar dicha transferencia se utilizó los niveles específicos de Escala de Funcionamiento *. Las puntuaciones se hicieron por un observador en una escala Likert de 5 puntos para cada elemento basado en la frecuencia de la conducta o la cantidad de la asistencia requerida para el sujeto para realizar habilidades del mundo real, como ir de comparas quedar con amigos, situaciones de estrés.. Los pacientes con puntuación más alta son los que tienen un mejor comportamiento (50). Las principales conclusiones son que la remediación cognitiva produce mejoras sólidas en la cognición como es en el caso de la atención y la memoria, en más de un 30 % (50). Otro dato a destacar de este estudio fue que los pacientes que recibieron la terapia cognitiva adquirieron unas habilidades sociales, que como narraron posteriormente a la enfermera en las entrevistas personales, les ayudaban en su día a día. Para Wykes, huddy, cellard, et al los resultados de su meta-análisis afirmaron que para que la TCC sea eficaz en la mejora de los déficits cognitivos es necesarios combinarla con otras intervenciones psicológicas enfocadas a aquellas áreas que se desean tratar o mejorar, como por ejemplo la memoria (57). Según Shaun M., Eack,et al., la TCC tiene mejoras significantes a medio y largo plazo en disfuncionalidad cognitiva y la cognición comparando con el grupo que recibió el tratamiento habitual. Tras dos años de tratamiento, se demostró mejora 40 en la composición neurocognitiva (memoria, atención) Es importante remarcar el efecto cognitivo más largo fue en la cognición social. En otro estudio realizado por Shaun M. Eack, Ph.D. et al los resultados sugieren que la aplicación temprana de esta terapia aporta significativos beneficios y la exposición suficiente a la rehabilitación cognitiva puede ser un componente vital en las intervenciones tempranas para la recuperación de los diferentes desordenes (51,62). Según Emmerson et al mejorar las conductas funcionales representa un cambio significativo cambio en la calidad de vida de los individuos con esquizofrenia, así como un tratamiento de relevancia social objetivo, especialmente para las personas mayores que generalmente tienen síntomas más estables y menos hospitalizaciones, pero todavía tener mal funcionamiento(63). Los análisis mostraron que la reducción de desesperanza ligada podría haber influido en el efecto positivo de TCC en funcionamiento en comparación (63,67). Esta terapia parece ser un método eficaz para la rehabilitación de los déficits cognitivos en la temprana esquizofrenia que pueden ayudar a reducir la discapacidad en esta población. La mejora de esos déficit debe ser un componente integral de principios programas de intervención que tratan a pacientes ambulatorios con esquizofrenia psiquiátricamente estables. Prácticamente la mayoría de los autores coinciden en destacar los beneficios reales de esta terapia para la rehabilitación cognitiva siendo visible su eficacia. Sin embargo, Wykes, huddy, cellard et al., acuñaron la falta de homogeneidad en la recopilación de información como un gran impedimento para una correcta revisión acerca de la TCC de cara al futuro. 3.4. La terapia cognitivo conductual y la reinserción socio-laboral Muchos desempleados o adultos discapacitados con esquizofrenia desean volver a trabajar aun dudando de su habilidad para realizarlo con éxito. Como 41 resultado de diferentes factores, incluyendo el estigma, expectativas negativas, y déficits asociados con una enfermedad mental grave; muchos de los pacientes se veían así mismos como competentes mínimos, de bajo valor social y seguramente sin posibilidad de ayuda (46,56). Como consecuencia acerca de estas afirmaciones, las creencias negativas sobre la autoeficacia, predicen un desempleo mayor. Incluso después de controlar los síntomas negativos, un estudio prospectivo llevado a cabo por Lysaker et al. (56) señaló que cuando los pacientes se encuentras con dificultades, sus creencias acerca de rendirse indican un resultado bajo de rehabilitación. Las personas con esquizofrenia aparte de adquirir nuevas habilidades y técnicas, necesitan nuevas formas de pensar acerca de si mismos como trabajadores. Las sesiones están centradas en mejorar los pensamientos sobre uno mismo y en unas experiencias laborales que constan de 26 semanas bajo la supervisión de un profesional médico con un horario de 20 horas semanales y durante ese tiempo deberán adaptarse al funcionamiento de la empresa, a seguir órdenes etc., y mientras tanto se les va evaluando (48,56). El resultado fue muy favorable mostrándose efectiva en más del 50% de los casos (48). Los pacientes trabajaron más semanas, lograron mejores medias y mantuvieron unos buenos niveles de esperanza hacia el futuro y pensamientos sobre sí mismos. Los participantes de la terapia cognitiva tuvieron una menor tasa de abandono, en parte gracias a las sesiones de motivación y de enseñarles a buscar soluciones a los problemas que se les pueden plantear y recanalizar sus pensamientos hacia algo positivo y mejorable (56,60). Para medir la eficacia se usaron tres escalas que son (ANEXO 2) : Beck Hopelessness Scale, que consta de 20 preguntas para testar sus expectativa de éxito o fracaso, mediante T o F, la puntuación más alta corresponde a un mayor nivel de esperanza y positivismo. The rosenberg Sef-Esteem Schedule, 10 preguntas según su agrado o desagrado hacia ellos mismos y auto desprecio. The Possitive ad Negative Syndrome. The Work Behavior Inventory 35 preguntas que evalúan de forma específica el comportamiento en el trabajo de personas con problemas mentales (56). 42 Shaun M., Eack,et al. Sugieren que la aplicación temprana de esta terapia aporta significativos beneficios y que la exposición suficiente a la rehabilitación cognitiva puede ser un componente vital en las intervenciones tempranas para la recuperación de los diferentes desordenes que afectan a la vida cotidiana y a las relaciones interpersonales (51). Siguiendo esta línea, Ewer et al., recalcaron no sólo la eficacia en la rehabilitación social de estos pacientes, sino que recogieron las opiniones de los pacientes acerca de la enfermera de salud mental y todos coincidieron en destacar su importante labor y su gran implicación en todo su proceso de rehabilitación (52). 6. CONCLUSIONES El problema principal al que se enfrentan los profesionales de enfermería con los pacientes esquizofrénicos es la baja adherencia que estos presentan al tratamiento farmacológico, el deterioro cognitivo que sufren, además del agravamiento de la sintomatología tanto positiva como negativa, sin olvidarnos de la estigmatización que sufren tanto social como laboralmente. De ahí que surja la necesidad de combinar diferentes intervenciones psicológicas para remedia dichos problemas. Este estudio está centrado en las terapias cognitivas como terapia coadyuvante y se ha valorado su eficacia en los diferentes aspectos sobre los que se aplica. Las terapias cognitivas han ido evolucionando a lo largo de los años siendo cada vez más específicas y eficaces; en países como Inglaterra, se llevan usando desde hace varios años probando su eficacia en los pacientes que la reciben de continuo junto a su tratamiento habitual, sin embargo en España apenas hay estudios fiables que corroboren su eficacia. Cada vez más se van incorporando al tratamiento de estos pacientes pero aún quedan muchos años hasta que esté implantada en la mayoría de los servicios de salud mental. En relación a la reducción de síntomas positivos y negativos, ya desde la década de los 90 se empiezan a realizar estudios comparativos entre varios grupos de pacientes, unos recibiendo el tratamiento habitual y los que recibían la TCC, 43 notándose una mejoría significativa en la reducción de ambos síntomas, sobre todo en los positivos, una disminución del número de recaídas y de días de hospitalización. Esta terapia tiene más efecto en aquellos pacientes que tiene una resistencia al tratamiento farmacológico, disminuyendo además las alucinaciones y las ilusiones. Los estudios indican que hay un resultado más positivo en aquellos pacientes que tiene como tratamiento farmacológico los antipsicóticos de 2 generación. Prácticamente todos los estudios concuerdan en verificar su eficacia no sólo durante el proceso de rehabilitación, sino una vez terminada la terapia, manteniendo unos buenos resultados entre los 3 meses hasta los 18 meses. Sin embargo en contraposición a lo anterior, existen algunos handicaps a la hora de evaluar su eficacia como son que la terapia individual parece no ser eficaz en la reducción de recaídas y días de hospitalización en psicosis temprana, y algunos autores sostienen que los efectos no se sostienen a lo largo del tiempo en dichos pacientes. A parte, no existe un consenso global acerca de qué terapia conductual es la más efectiva debida a la falta de homogeneidad en los estudios revisados. En cuanto a su eficacia mejorando la adherencia, ciertos autores si que respaldan una leve mejoría para la mayoría de ellos concluyeron que la TCC no confiere mayor ventaja sobre la terapia no específica, y al cabo de n año los resultados para ambos pacientes se equiparan. Sí que se destaca que una herramienta útil para mejorar esta adherencia es la predisposición con la que le propio paciente vaya a la terapia. Sin embargo, sí que existen unas terapias que parecen arrojar mejores resultados, como la entrevista motivacional y la compliance therapy o terapia de adherencia. Ambas han arrojado datos esperanzadores, pero como he dicho anteriormente, la falta de recopilación de resultados y la poca homogeneidad de los estudios hacinen dicho resultados inconsistentes. Otra de las áreas sobre las que la TCC actúa es sobre el deterioro cognitivo, este deterioro se ve reflejado en una clara disminución de la calidad de vida de estos pacientes. Es seguro concluir que la TCC tiene un efecto moderado de 44 duración en relación a la rehabilitación cognitiva siendo necesario mantener sesiones más distanciadas en el tiempo para controlar la evolución del paciente, adaptándola a cada paciente y cada situación. La TCC es un tratamiento muy eficaz en la transferencia al mundo real, coincidiendo la mayoría de los autores en que aquellos pacientes que se someten a esta intervención obtiene mejores puntuaciones y adquieren habilidades del mundo real como son ir de compras, manejo de situaciones de estrés, etc., mejorando su calidad de vida considerablemente. El área sobre la que ejerció una mejora mayor fue en la memoria, y en las habilidades sociales, mintiéndose los resultados positivos hasta dos años tras el fin la de terapia. Varios estudios han llegado a la conclusión de que la TCC aplicada en la fase temprana de la esquizofrenia, disminuye el deterioro cognitivo significativamente y reduce la discapacidad de estas personas, permitiéndoles adaptarse al mundo real de manera muy aceptable. En relación con la posibilidad de reinserción socio-laboral que proporciona esta terapia, varios autores afirman que la aplicación temprana de esta terapia aporta beneficios, recuperándose de los diferentes desordenes que afectan a la vida cotidiana, y a las relaciones interpersonales. Uno de los estudios les propuso a los pacientes un periodo de practicas bajo vigilancia, en una empresa para poder ver cómo se desenvuelven en el mundo laboral y ver como se enfrentan a posibles problemas que pueden surgirles, discusiones, despidos etc... Se usaron varias escalas, en las cuales las puntuaciones mas altas suponen mejores resultadazo de adaptación. Todos los estudios están de acuerdo en la importancia de implantar esta terapia para ayudar a los pacientes esquizofrénicos a que recuperen su nivel de vida anterior y puedan mantener una calidad de vida alta. Quiero destacar las buenas impresiones que los pacientes tienen de las enfermeras que llevan a cabo las terapias, recalcando su implicación y su trato con ellos, haciéndoles el proceso mucho más llevadero en un ambiente de 45 confianza. Este tipo de terapia parece potenciar la buena interrelación enfermera-paciente. Tras el análisis realizado se puede concluir que la terapia cognitiva como tratamiento coadyuvante al farmacológico en los pacientes esquizofrénicos es eficaz, observando las mejorías en prácticamente todas las áreas sobre las que se aplica y obteniendo unos resultados muy positivos y alentadores. La intención es ir implantando esta terapia, que tan buenos resultados está dando en otros países, en los planes de cuidados desarrollados en nuestro país. 46 ANEXOS ANEXO 1 BASE DE DATOS ECUACIÓN Nº ARTICULOS OBTENIDOS OBSERVACIONES CINAHL 1 Schizophrenia AND 8 resultados cognitive therapy AND effectiveness Me quedo con 3, los otros 5 excluidos por no cumplir los criterios CINAHL 2 Schizophrenia AND 57 resultados cognitive therapy AND outcomes Finalmente escojo 3 de ellos, los otros 54 no cumplen los criterios de inclusión o se alejan de mi trabajo MEDLINE 1 Schizophrenia AND 50 resultados cognitive therapy AND effectiveness ( FULL TEXT) Considero de utilidad 4 de ellos MEDLINE 2 Schizophrenia AND 70 resultados cognitive therapy AND outcomes ( FULL TEXT) 5 artículos se ajustan a los criterios de inclusión DIALNET 1 Eficacia terapia cognitiva en esquizofrenia 0 resultados En esta base de datos no he encontrado ningún artículo con estos términos, por lo que tuve que descentralizar mi búsqueda a términos más generales DIALNET 2 Esquizofrenia terapia cognitiva 28 resultados Que se centren en lo que busco solamente encontré 4 artículos 47 ANEXO 2 Work behaviour inventory Name of user: Code: Service: Name of informant: Name of Interviewer: Date of interview: Code: Code: Code: Scale A: Social skills A1 Does not seem too distant or withdrawn 1 2 3 4 5 A2 A3 A4 A5 A6 A7 Seems at ease when others approach Likes to socialise whenever he/she can Seems interested in others Expresses positive feelings in an appropriate manner Has a positive relationship with work mates Expresses negative feelings in an appropriate manner 1 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 3 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 5 5 5 5 5 5 Scale B: Cooperation B1 Works comfortably in the presence of others 1 2 3 4 5 B2 B3 B4 B5 B6 B7 Accepts constructive criticism without showing anger Listens closely to instructions Follows the instructions received without resistance Listens to instructions without interrupting Cooperates with workmates Asks when he/she doesn't understand something 1 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 3 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 5 5 5 5 5 5 Scale C: Work Habits C1 Arrives at work on time 1 2 3 4 5 C2 C3 C4 C5 C6 C7 Starts tasks promptly Follows the rules laid down for the job Only takes the official rest breaks Carries out his/her individual tasks in the time given Keeps up the pace of work once he/she gets going Shows initiative at work whenever possible 1 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 3 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 5 5 5 5 5 5 48 Scale D: Quality of Work D1 Carries out work accurately 1 2 3 4 5 D2 D3 D4 D5 D6 D7 Carries out work effectively The quality of products is satisfactory Searches out and identifies his/her own mistakes Does not need frequent encouragement Corrects his/her own mistakes Learns to do tasks in the time set 1 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 3 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 5 5 5 5 5 5 Scale E: Personal Presentation E1 Does not become nervous or aggressive 1 2 3 4 5 E2 Does not seem to tire easily 1 2 3 4 5 E3 Avoids jokes or unsuitable humorous remarks 1 2 3 4 5 E4 His/her personal hygiene is satisfactory 1 2 3 4 5 E5 Comes to work suitably dressed 1 2 3 4 5 E6 Avoids making irrelevant comments 1 2 3 4 5 E7 Pays attention to the work 1 2 3 4 5 Scale F: Global assessment of work behaviour F1 Overall score 1 2 3 4 49 5 Beck Hopelessness Scale: 50 The Rosenberg Self- Esteem Schedule 51 7. 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BJP. 1 de enero de 2011. 57 COMPETENCIAS ADQUIRIDAS El estudio que aquí expongo me ha permitido adquirir capacidades tales como el análisis y la síntesis de datos, gestionando y valorando los mismos a través de diferentes bases de datos y otras fuentes de información relacionadas con las Ciencias de la Salud. Dicha gestión me ha permitido ser capaz de interpretar la información y que con el paso del tiempo me han sido de ayuda, para desarrollar tanto una capacidad crítica de la información obtenida en base a mis conocimientos adquiridos durante estos años de carrera, así como una capacidad autocrítica de mi propio trabajo y habilidades. Además he adquirido nuevas habilidades relacionadas con la utilización del lenguaje científico, no solo en lengua española sino en inglés también, necesarias para razonar, exponer, desarrollar mi capacidad crítica en la selección de artículos o argumentar r el compendio de mis conocimientos y de la información obtenida con el fin de elaborar un estudio a la altura. La realización de este estudio ha sido un camino difícil, pero he aprendido a utilizar las diferentes herramientas y a usarlas de forma responsable y eficaz para la gestión de la información y la resolución de los problemas que se me han presentado durante este tiempo, con el objetivo de la consecución con éxito de mi fin: la elaboración y exposición de el Trabajo Fin de Grado de Enfermería. 58 Agradecimientos En primer lugar quiero dar las gracias a mis padres, ya que sin su ayuda y constante apoyo nada de esto habría sido posible. Por estar ahí en los momentos difíciles, por darme la oportunidad de elegir mi futuro y por la paciencia que han tenido estos años de la carrera. A mis hermanas Marina y Clara, que han sido un pilar muy importante no sólo estos cuatro años, sino toda mi vida, por ello gracias. A todos los que se han convertido en personas importantes para mí, mis compañeros de residencia, mis amigos de la universidad y mis amigas de casa. Al servicio de prematuros del hospital San Pedro, que gracias a ellas he descubierto lo que realmente me gusta y a lo que quiero dedicarme. Por último quiero agradecer sinceramente el esfuerzo y la dedicación de mi tutor, Iván Santolalla, que sin él no habría sido posible. 59 ÍNDICE 1.- RESUMEN ..................................................................................................... 2 2.- INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 3 2.1.- Salud mental ............................................................................................ 3 2.2. La esquizofrenia como trastorno mental grave .......................................... 5 2.2.1 Diagnóstico de la enfermedad ............................................................. 6 2.2.2 Duración de la enfermedad ................................................................. 8 2.2.3 Presencia de discapacidad.................................................................. 8 2.2.4 Historia natural y curso ........................................................................ 9 2.2.5 Tipos de esquizofrenia ........................................................................ 9 2.2 6 Etiología ............................................................................................ 10 2.2.7 Tratamiento de la esquizofrenia ........................................................ 15 2.3 Adherencia terapéutica ........................................................................... 18 2.4 Terapia Cognitivo Conductual ( TCC) ...................................................... 23 2.5 Justificación ............................................................................................. 32 3. OBJETIVOS .................................................................................................. 32 4 METODOLOGÍA ............................................................................................ 33 5. DESARROLLO .............................................................................................. 36 3.1. La terapia cognitivo conductual y la reducción de sintomatología positiva y negativa ......................................................................................................... 36 3.2. La terapia cognitivo conductual y la adherencia al tratamiento farmacológico ................................................................................................ 39 3.3. La terapia cognitivo conductual y deterioro cognitivo .............................. 39 3.4. La terapia cognitivo conductual y la reinserción socio-laboral ................ 41 6. CONCLUSIONES .......................................................................................... 43 ANEXOS ........................................................................................................... 47 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 52 COMPETENCIAS ADQUIRIDAS ....................................................................... 58 AGRADECIMIENTOS ........................................................................................ 59 60 61