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CRISTO PARA TODAS
LAS NACIONES
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St. Louis, Missouri 63141-8557
1-800-972-5442 • www.lhm.org
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660 Mason Ridge Center 1-800-972-5442 • www.lhm.org
HONOR
LA LUCHA ESPIRITUAL CONTRA LA PORNOGRAFÍA
AS
CRISTO PARA TOD
LAS NACIONES
CRISTO PARA TODAS
LAS NACIONES
Reverend Dr. Steve Hokana
Introducción
Gracias por leer este folleto. Es mi oración que el mismo le ayude a considerar el desafío que la pornografía representa en su
vida. Esto lo lograremos conversando acerca de lo que dice Dios con respecto al sexo, a la pornografía, y a su impacto en la
persona. Concluiremos con una sección final en la que le daremos un plan de acción.
No hay mejor manera de hablar acerca de la pornografía, su impacto sobre usted y quienes le rodean, que con las Sagradas
Escrituras. “Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo
admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza” (Filipenses 4:8 NTV).
No existe mejor representante que lleve la luz de Cristo hasta los confines más oscuros de este mundo enfermo por el pecado,
que el gran apóstol Pablo. Inicialmente, fue una persona con un propósito singular en la vida—exterminar el cristianismo
por todos los medios necesarios. El libro de los Hechos nos dice cómo Pablo apoyó la muerte del primer cristiano perseguido:
Esteban. Pero Dios tenía un plan al hacer que este hombre se
inclinara hacia la destrucción del cristianismo: él habría de
LA INDUSTRIA PORNOGRÁFICA
convertirlo en suportavoz número uno. Así, Cristo fue llevado por
(¿Está seguro que quiere invertir su tiempo y dinero
Pablo a un mundo amado por Dios y terriblemente perdido. Gracias en ella?)
a sus viajes a lugares como Filipo, Atenas y eventualmente a Roma,
Pablo estaba al tanto de la enfermedad del pecado del mundo antiguo, 1. Según fue estimado en el 2006, es una industria
especialmente de su lucha con el sexo. Él sabía acerca de las
mundial de $97.000 millones de dólares, de los
religiones del mundo, y de cómo adoraban a la creación en lugar
cuales $13.000 millones son gastados en los Estados
de al Creador.
Unidos.
Cuando los cristianos abordamos el tema de la pornografía, es
importante que busquemos agresivamente a Dios y su divina
misericordia y ayuda. No debemos limitarnos a detener algo; en este
caso el estar mirando material gráficamente pornográfico, sino que
debemos hacer algo: debemos concentrarnos en todo lo que es
verdadero, honorable, justo, puro, bello y admirable. Entonces,
vamos a adentrarnos de lleno en el tema de la pornografía. Una
gran parte de esto implica hablar sobre lo que significa concentrarnos
en la vida del cristiano. Pero, antes de seguir, unas reglas básicas:
1
2. Está plagada de enfermedades venéreas. Se estima
que el 66% de los actores pornográficos tienen
herpes (incurable). Otras estimaciones dicen que
hay alrededor de 3.500 personas con enfermedades
venéreas sólo en los EE.UU. De éstas, el 70% son
mujeres.
1. Internetsafety101.org/Pornographystatistics.htm
2. http:/www.businesswire.com
Reglas Básicas:
1. Este folleto ofrece una perspectiva cristiana, Cristo-céntrica y basada en la fe, para la guerra espiritual contra la
pornografía. Como tal puede complementar el tratamiento, pero no pretende sustituir el cuidado del paciente.
2. Si está preocupado por un ser querido que está luchando con la pornografía, no use este panfleto como un arma en contra
de esa persona. Por más enojado y frustrado que se sienta, el avergonzarle con este folleto sólo va a agravar su desgracia y
empujarle más hacia la pornografía.
3. Si se siente prisionero de la pornografía, ponga su fe, confianza y esperanza en Aquél que “pone en libertad a los cautivos”
(Salmo 146:7b). Jesús le ama. Aun cuando usted no se sienta como alguien que puede ser amado, usted es redimido por Cristo
y sólo por él. Su obra en la cruz—y no las nuestras—nos salva del pecado.
4. No entraremos en una extensa discusión acerca de aberraciones sexuales, perversiones o fetiches. El asunto aquí es la
pornografía y lo que está causando al corazón y a la relación con Dios y con los demás.
5. Le presentaremos un plan de acción para que usted persevere ante la adicción a la pornografía.
6. Si en algún momento se siente deprimido, suicida u homicida, por favor busque ayuda.
¿Por qué un folleto sobre la pornografía?
Los argumentos para no entrometernos con la pornografía son predominantes, pero flojos.
1. La pornografía ha estado con nosotros por miles de años. Encontramos evidencia de arte erótico/pornográfico en cada
civilización antigua. Entonces, ¿cuál es el problema? Los antiguos griegos y romanos, los imperios chinos e indios y otros, tienen
representaciones gráficas de hombres y mujeres envueltos en comportamiento sexual. ¿Es algo cultural, cierto? Entonces, ¿será
que no podemos hacer nada y tenemos que dejar todo a la biología? Bueno, no tan rápido. Jesús lo dejó muy claro en sus
predicaciones: “Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en
el corazón” (Mateo 5:28).
2. La pornografía mejora el matrimonio. Puede que no haya escuchado
esto muy seguido, pero es proclamado en muchos lugares. Se alega
que permite a las parejas explorar sus fantasías sexuales, aumentando
así la pasión. Suena muy bien, en teoría pero su falla es abismal. En la
reunión anual de la Academia Americana de Abogados Matrimoniales
del 2003—una reunión nacional de abogados de divorcio—los asistentes
revelaron que el 58 por ciento de los divorcios suceden como resultado
de que uno de los esposos miraba pornografía en línea excesivamente
(www.thepinkcross.com).
ALGUNOS DATOS
• El grupo que más consume pornografía a
través de Internet son jóvenes de 12 a 17 años
de edad.
• Más de 11 millones de adolescentes ven
pornografía por Internet en forma regular.
• Hay:
4.2 millones de sitios web de pornografía
420 millones de páginas web de pornografía
68 millones de búsquedas de pornografía
por día
3. La pornografía no hace daño. En este punto quiero dejar de lado
los datos y los análisis tácticos. Como capellán formal de una cárcel de
• El 50% de los hombres que van a la iglesia y el
máxima seguridad, he servido como pastor a hombres que han
20% de las mujeres que van a la iglesia en forma
cometido felonías y ofensas, crímenes horrorosos de naturaleza sexual
regular consumen pornografía.
en contra de mujeres, adolescentes, niños y bebés. Muchos vienen de
hogares en los que sufrieron terrible abuso y negligencia. Todos los
• El 31% de las mujeres jóvenes dicen que
presos que conocí sirviendo una pena por un crimen sexual, tenían un
consumen pornografía.
gran hambre y lujuria por la pornografía. Si pudiera ver la tristeza en
sus ojos mientras pasan, en algunos casos, décadas en prisión por sus
crímenes. Algunos le llaman a su tiempo de condena un “periodo de redención,” pero saben que eso nunca reparará lo que
hicieron a sus víctimas. Algunos todavía están en negación y culpan al alcohol o las drogas por su comportamiento. Pero todos
sufren, lloran y caen en la tristeza que los atrapa cuando pierden su libertad; pierden su buen nombre, sus ingresos, su familia.
2
La segunda característica de los ofensores sexuales presos es que sentían que nunca los atraparían, al menos al principio.
Después de un tiempo admitieron que la prisión era la única manera de dejar de lastimar a sus víctimas. Por favor, tome
entonces en cuenta estos dos puntos de mi experiencia: la pornografía es absolutamente destructiva para la persona que
la consume, como para sus seres amados. Segundo, será atrapado, será expuesto, y lo perderá todo. Porque cuando sale de
prisión, su familia no quiere saber de usted. No puede acudir a una boda; no es invitado a las reuniones familiares, en Navidad,
ni a las fiestas, la cena de Acción de Gracias, etc. Está acabado. Claro, esto no quiere decir que Dios ya haya acabado con
usted. Como creyente, usted tiene todos los derechos del Reino de Dios como miembro del cuerpo de Cristo. Pero la vida
entre las demás personas, mientras tanto, puede ser un camino difícil y sin perdón.
¿La pornografía como arte?
Estoy seguro que ha escuchado algo similar a esto: “¡La pornografía es arte!” Bueno, puede que la llame “arte” si a éste lo
considera como corrosivo, opresivo, violento, destructivo, una violación de los límites, y la puerta a un comportamiento
criminal. Ahora pues, tal vez la pornografía tiene cualidades que la ligan al arte como la adicción a las drogas, el abuso a
la pareja, la depresión, el aislamiento y la soledad, los cuales le dan una belleza estética. La pornografía puede hasta ser
considerada como una forma aceptable de arte posicionada a la par o por encima de la moral enseñada en los Diez
Mandamientos, en el milagro de la vida humana como se muestra en la creación de Dios, y en la obra redentora de Cristo—
con un pensamiento creativamente vago, eso es lo que es. Pero la realidad es que la pornografía es dañina al usuario y a otros,
roba la inocencia y es un amo horrendo. Es algo brutal y personifica el pecado en su estado más crudo, y terrible.
No, la pornografía no es arte. Al contrario, explota a todos aquellos envueltos en la industria—desde productores y
consumidores, hasta aquellos conectados a amigos y seres queridos adictos. A aquellos frente a la cámara hace descender a
un mundo sin límites. La mayoría de nosotros tenemos límites sanos, y sabemos cuando alguien los está violando—ya sea con
un comentario insensible, un toque inapropiado, o cuando sentimos las malas ondas de alguien. Dios creó los límites. Es parte
de su plan para nosotros. Así como dice el libro de los Salmos, “¡Te alabo porque soy una creación admirable!” (vea el Salmo
139:14). El plan de Dios para nosotros al ser creados a su imagen, viene con límites. Dichos límites establecen orden en un
mundo lleno de caos, y llevan a la felicidad.
Uno de esos límites es el matrimonio, en el cual las parejas se entregan voluntariamente el uno al otro. Es saludable y
apropiado que la intimidad, el gozo sexual y la satisfacción tengan este límite. Por supuesto que hay otros límites aparte del
matrimonio: entre padres e hijos, entre compañeros de trabajo, entre estudiantes y profesores, y entre entrenadores y atletas.
Piense en lo caótica que se convierte una situación cuando se violan los límites: se destruye la esencia de nuestro ser, causando
trastornos en nuestras iglesias, escuelas y familias. El sólo hecho de leer o escuchar sobre la violación a los límites nos hace
sentir amenazados.
Naturalmente, cuando vemos amenazados nuestros límites, reaccionamos. A Dios le interesa que mantengamos los límites.
Su Santa Palabra está llena de límites, como es el caso de las claras prohibiciones encontradas en Levítico 25:18: “Pongan
en práctica mis estatutos y observen mis preceptos, y habitarán seguros en la tierra”, y en Deuteronomio 32:8: “Cuando el
Altísimo dio su herencia a las naciones… les puso límites a los pueblos”. Por otro lado, el apóstol Pablo habla de no respetar
los límites cuando un cristiano se casa con un no creyente: “No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la
justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? (2 Corintios 6:14).Y también habla con respecto
al asociarse con prostitutas: “¿No saben que el que se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues la Escritura
dice: ‘Los dos llegarán a ser un solo cuerpo’” (1 Corintios 6:16).
La pornografía destruye los límites. La pornografía es una puerta a la adicción que, si se abre, lleva a un comportamiento
horrible y demente. Si usted piensa que esto no se aplica a usted, debo decirle que la mayoría de los ofensores sexuales que
se encuentran en la cárcel están en desacuerdo con esto. Lo admitan o no, ellos saben que la pornografía es una fuerza
corrosiva que inflige miseria en el alma y destruye las relaciones más íntimas. En realidad, la batalla contra la pornografía
es una guerra: una guerra espiritual. La pornografía ataca directo al corazón de nuestra humanidad caída, que es la base de
nuestra naturaleza pecaminosa.
3
¿Es adictiva la pornografía?
De acuerdo con el diccionario, una adicción es un hábito dañino o una dependencia a un comportamiento o sustancia,
persistente y compulsiva. La definición de adicción ha sido incluso extendida para incluir comportamientos o actividades que
alteran el estado de ánimo. Algunos investigadores hablan de dos tipos de adicciones: a las sustancias (como el alcoholismo,
drogas y tabaco); y la adicción a procesos (como apostar, gastar dinero, hacer compras, comer y actividad sexual). En un libro
de oraciones encontré una petición especial para quienes sufren de adicciones. Decía: “Señor, oramos por quienes han perdido
la libertad,” lo cual es realmente muy apropiado.
A la adicción se la llama con términos técnicos, y también con términos comunes y corrientes. Hoy día sabemos que ciertos
cambios químicos ocurren en el cerebro, causando una descarga de placer y euforia.
En la adicción a la pornografía, los usuarios sienten que tienen que tener más. Así como otros adictos necesitan su próximo
golpe, copa o inhalación, los cautivos de la pornografía necesitan su próximo vistazo, su próxima impresión visual; si no,
también pueden caer en la desesperación, en donde son acosados por sentimientos de depresión y desesperanza. Si se deja
abierta la puerta a la pornografía, uno desciende rápidamente al abismo del pecado, lo cual es demasiado peligroso. La
adicción a la pornografía y la saturación de imágenes pornográficas pueden desencadenar en actos sexuales violentos o en
pedofilia—ambos actos criminales y pervertidos. Busque la información que existe, y vea qué tan peligrosa es la pornografía.
En el 80 por ciento de los crímenes de violencia sexual se encontró material pornográfico en las casas de los agresores. La
pornografía es usada y/o imitada en el 41 por ciento de los crímenes sexuales.
Si usted es un adicto a la pornografía, ya no le es suficiente ver solamente fotos y actividad heterosexual. Alimentado por
nuestra naturaleza pecadora, el apetito pronto nos domina y el deseo sexual nos atropella. Muchos presos culpan sus crímenes
a su adicción a la pornografía. ¡Ahora usted se convierte en un peligro para su familia, sus vecinos y para la sociedad! La
actividad sexual ya no tiene la finalidad de gozar y expresar amor.
Llegando a un acuerdo consigo mismo
Ahora vamos a hablar de usted. Primero, ¿cómo lo ve Dios? Dios siempre ha querido que nos expresemos por medio de
nuestras identidades, como hombre o mujer. Usted se expresa y expresa su relación con Dios y los demás como hombre o
mujer, todos creados a la imagen de Dios. Él sabe esto. Frecuentemente Dios usa la relación entre el esposo y la esposa como
una imagen de la relación que tenemos con él. Es una relación hermosa e íntima. El lenguaje de la sexualidad para expresar
esta intimidad está sujeto e inmerso en su amor. Cuando tenga oportunidad, lea sobre esta intimidad en el Cantar de los
Cantares de Salomón, un libro del Antiguo Testamento.
En el libro del profeta Oseas vemos también la opinión de Dios acerca de la infidelidad. Dios permite que el profeta Oseas se
case con una prostituta, con quien luego tiene hijos. Este libro es realmente conmovedor y trágico, pero concluye con un final
feliz. La Biblia nos dice que el Señor creó nuestra sexualidad y las relaciones sexuales, con la intención de que la expresión
sexual sea un gozo dentro de la relación de matrimonio y compromiso. Sin duda alguna, el sexo es increíble—un verdadero
tesoro que debe ser compartido entre un hombre y una mujer en el matrimonio.
Ahora fíjese en lo que es la pornografía. La pornografía es tiránica. Impacta nuestra fe, actitudes y principios, y ejerce influencia
en las relaciones profesionales en el trabajo y en la familia. Nos arrastra a un callejón sin salida. En muchas maneras, la
pornografía tiene los mismos efectos que el apostar tiene en el adicto al juego—cada vez que cometemos el acto, nos ahorca
un poco más.
El sexo visto por Dios
“Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas
palabras: ‘Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla’” (Génesis 1:27a, 28a).
4
El propósito de Dios siempre ha sido que su sexualidad, sea hombre o mujer, sea una pieza clave de su identidad humana.
Como hijo de Dios, usted expresa su relación con él y con los demás como hombre o como mujer. Él sabe esto, y nos habla
en el lenguaje de la sexualidad para expresar la intimidad de su amor. Por el libro de Génesis sabemos que el Señor nos
diseñó como seres sexuales. Las palabras de la Escritura nos ayudan a ver la imagen de una pareja tierna en la cual ambos
se conocían, y cuya intención era formar una familia juntos. “Y (Adán) se unió a su mujer (Eva), y ella concibió y dio a luz
a Caín. Y dijo, ‘Con la ayuda del Señor, he tenido un hijo varón’” (Génesis 4:1).
La intención de Dios nuestro Señor es que las relaciones sexuales sean una forma única de unión, recordando a cada individuo
de su compromiso total hacia el matrimonio y también su obligación de honrar exclusivamente al otro con nuestros cuerpos.
¡Increíble! La intención de Dios de la expresión sexual de un hombre o una mujer es dar placer a su compañero—y a la vez
unirlos aún más profundamente a través del amor sexual que comparten.
El avance de la pornografía
Entonces, ¿cuál es el problema? Hoy en día no hay nada más generalizado que la sexualidad. El sexo ha sido utilizado para
vender desde carnes frías hasta Lamborghinis. Está tan generalizado—y funciona a tal grado—que nos preguntamos si el
uso tan frecuente del sexo acaso puede ser algo malo. Quizás esto habla sobre la manera en que las imágenes constantes e
insinuantes sobre el sexo han debilitado nuestra resistencia, haciéndonos querer más de lo mismo—no importa cuán poco
creativas o repetitivas sean. La pornografía y su corrosión destruyen el alma, derrumban matrimonios, destrozan nuestras
relaciones con los demás y, más importante aún, nuestra relación con Dios.
Los límites relajados de nuestra sociedad empujan a las personas hacia tremendos peligros en el matrimonio y decadencia
moral. El encanto del sexo se encuentra a cada vuelta de esquina. Lo vemos en propagandas en todas partes—en la tele,
por la radio, en la imprenta, y en Internet. La televisión en horarios clave ofrece regularmente escenas sexuales para
mantener enganchadas a ciertas audiencias, sin importar los posibles efectos ni tener en cuenta lo sagrado de la intimidad
y la privacidad del matrimonio.
Todo esto puede verse como una guerra en ascenso. Realmente ilustra la manera en la que estamos viviendo en una era en
que la sexualización de la sociedad, donde el manejo público de los medios y la cultura cubre todo con imágenes sexuales, se
ha convertido en parte ordinaria e incuestionable de nuestra vida diaria. Pero, aun así, debemos resistir. Tal vez no podremos
ir en contra de la cultura, pero sí podemos tener éxito en eliminar la pornografía de nuestras vidas.
Derrotando la adicción a la pornografía
Cuando vamos a la guerra, debemos conocer a nuestro enemigo y sus puntos fuertes. En este conflicto, descansamos
únicamente en la gracia de Dios por medio de su hijo Jesucristo. “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la
fe--esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios--no por obras, para que nadie se jacte. Porque somos hechura
de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en
práctica” (Efesios 2:8-10). Usted es salvo por fe en lo que Jesús hizo por usted en la cruz, a través de la gracia de Dios, y para
un propósito y con una misión para su vida.
El Reino de Dios tiene un propósito para usted. Con respecto a este propósito, por favor considere los siguientes puntos:
1. Pregúntese: “¿Tengo un problema? ¿Soy adicto a la pornografía?” Hay muchas maneras de determinar esta adicción. Tal
vez la más fácil es no usar pornografía por 14 días seguidos. Si es adicto, pronto experimentará el síndrome de abstinencia.
Aún así, trate de mantenerse alejado de la pornografía. Al cerebro le toma tiempo vivir sin la “fijación” de la pornografía.
2. Pregúntese: “¿Qué me lleva a consumir pornografía?” Puede que descubra que no es primordialmente el sexo. Puede ser
fatiga, enojo, rechazo, aburrimiento. Si se trata de llenar un vacío, reconózcalo, llámelo por lo que es, y decida que es tiempo
de dejar de lado la pornografía.
3. ¡Déjela de una vez! NO intente hacerlo gradualmente. Aquí hay unas ideas para ayudarle a liberarse de la pornografía:
evite todas las aéreas de tentación; tome un camino diferente hacia su casa; vigile su tiempo libre; apague la computadora
5
o, al menos, no la use cuando se encuentre solo. De nada sirve deshacerse de una adicción y dejar la puerta abierta para que
regrese.
4. Encuentre un confidente con quien poder conversar y en quien poder encontrar apoyo moral. Superar la pornografía no
es una victoria simple. Hay otros que pueden ayudarle a encaminarse, y mantenerse en el camino.
5. ¡Advertencia sobre su pareja! Su adicción a la pornografía ya ha desplazado a su pareja del centro de su vida. Por lo
tanto, piénselo muy bien antes de hacer de su pareja su confidente. Si le confiesa su adicción, puede ser interpretado de
muchas maneras negativas. Primero, puede herirle, pues puede sentir que no fue suficiente para usted. El que usted admita su
adicción, le dice a su ser amado que él o ella es un ciudadano de segunda clase en su corazón. Además, lo más probable es que
su pareja no pueda competir con las imágenes pornográficas. Si usted es un hombre casado, su esposa no puede competir en
su mundo de fantasía hecho a medida. Su pareja puede considerar su adicción a la pornografía igual a infidelidad. Esto puede
acabar en altercados físicos, consecuencias legales o divorcio. Busque a un especialista en este asunto, y permita que su pareja
sea sólo su pareja.
6. El poder del perdón es una excelente arma contra la adicción, incluyendo la adicción a la pornografía. La formula RCAC
siempre es efectiva: Remordimiento—Confesión—Absolución—Enmiendas.
a. Remordimiento. Uno no puede salir de la oscuridad sin sentirse legítima y honestamente arrepentido por lo que está o ha
estado haciendo. Un sentimiento aplastante de culpa es un paso positivo en la dirección correcta.
b. Confesión. Mantener el dolor atrapado en el corazón no lo hará desaparecer. En su lugar, hable con un confesor confiable
sobre su adicción a la pornografía. Puede orar fervientemente en voz alta sobre la lucha por la que está pasando. Puede
escribirle una oración a Dios acerca del pecado de la adicción a la pornografía, destruyendo luego el papel. Pero debe sacarlo
hasta el punto en que pueda ver y sentir la admisión de su corazón quebrantado.
c. Absolución. Llega un punto en el que se entrega a Dios. Y cuando usted pone en sus manos su pecado de adicción a la
pornografía, Dios lo limpia de su pecado. (¡Qué increíble Dios servimos!) Este es un acto de fe para usted. Créale que él le
perdona, tal como lo promete en su Palabra.
d. Enmiendas. En este punto usted está listo para avanzar. Lo hace cambiando su comportamiento y, como resultado, su vida.
Intencionalmente hace todo lo que puede para matar la adicción, sofocando en su mente las tentaciones y sus vestigios. Hay
otras enmiendas que también puede hacer: orar por otros perdidos en la adicción; hacer una donación a instituciones
cristianas que luchan en contra de esto; intencionalmente apartar 15 minutos de su día para leer la Biblia y enfocarse en
la meditación; motivar a otros en su lucha. Quizás usted puede agregar sus propias ideas.
7. El poder de la gracia de Dios no debe minimizarse. De hecho, es lo que le ha salvado. Hay grupos en los que las personas
hacen pactos unos con otros con respecto a sus adicciones. Generalmente, prometen morir antes de caer de nuevo en el pecado.
Aunque esto puede sonar atractivo, es muy peligroso cuando lidiamos con adicciones. Usted está luchando contra carne y
espíritu. Este no es solamente un asunto de integridad personal, fuerza y voluntad, o una prueba de carácter. Se trata de una
adicción altamente traicionera. Dios entiende la condición humana y nuestra necesidad de gracia. Sólo por su inmerecido amor
demostrado por Jesús en su muerte y resurrección es que somos realmente libres. Además, nos es dada una nueva identidad,
una identidad plena, limpia, animada y fortalecida, por la cual salimos adelante mediante la gracia de Dios—su gratuita gracia
que transforma vidas.
Al seguir combatiendo exitosamente la pornografía, quiero dejarle con un claro entendimiento de su lucha contra la
pornografía.
6
El aislamiento: una herramienta efectiva del enemigo
Cuando las legiones romanas se preparaban para enfrentar al enemigo, comprendían un elemento vital para obtener la
victoria. Antes de la primera salva de flechas, o el primer toque de la trompeta, el primer lanzamiento de la catapulta, se
miraban uno al otro a los ojos, y decían, “Fortidio et honor” (“Fuerza y honor”). ¡Qué apropiado cuando se va a la guerra!
No hay mejor manera de enfocar el tema de la guerra espiritual en contra de la pornografía que mirándose uno al otro a los
ojos y decir: “¡Fuerza y honor!”
Al pelear la guerra espiritual contra la pornografía, es mi oración que usted encuentre un nuevo entendimiento de lo que
significa ser un hombre de fe, un hombre que se expresa a través de una sexualidad sana. No es desatinado decir que muchos
hombres de principios del siglo 21 se están perdiendo; algunos por completo. La imagen del hombre amoroso y temeroso
de Dios está distorsionada gracias a las influencias sociales que muchas veces son manipuladoras, en el mejor de los casos,
y criminales, en el peor. Las fuerzas culturales muchas veces definen al hombre de moda como un bebedor, de buena labia,
mujeriego, encantador y animal de fiesta, cuya única preocupación es pasar un buen rato. Ahora, podríamos sentarnos a
lamentar estos hechos, echando la culpa a otros. Pero, al final del día, así no llegaremos a ningún lado. Yo digo, ¡asuma su
responsabilidad, hágase cargo! Marque una diferencia ahí donde está hoy en la batalla en contra de la carne.
En 2 Corintios 10, el apóstol Pablo anima al lector a tomar las armas necesarias para enfrentar—y vencer—al enemigo.
“Aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo,
sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas” (2 Corintios 10:3-4). ¡Gracias a Dios por Dios! Es en él que
encontramos nuestra identidad. Es en su Palabra que encontramos nuestro verdadero carácter como hombres. ¡La Biblia
habla, y nosotros sentimos el aliento justo de Dios!
Durante siglos las naciones han entrenado ejércitos para enfrentar las amenazas aniquiladoras de ejércitos invasores.
Nosotros necesitamos hacer lo mismo. La pornografía es una invasión: se infiltra en nuestra cultura, en nuestros hogares y en
nuestras mentes. Necesitamos tratar este cáncer como a un ejército invasor. Los hoplitas griegos, los legionarios franceses, la
infantería norteamericana y todo aquel alineado hombro con hombro para detener al enemigo, sabía que su vida no eran tan
importante como aquéllas por las cuales estaba luchando: su esposa, su novia, sus padres, sus hijos y el futuro de su pueblo.
Considere también al enemigo y el lugar donde se dio el encuentro destructor. Para los griegos fue Termópilas, en contra de
los persas. Para el Rey David fue un valle solitario lleno de filisteos. Para los franceses, durante La Primera Guerra Mundial,
el lugar fue Verdún en contra del Imperio Alemán. En la historia moderna, la fecha fue el 11 de Septiembre; el lugar, la cuidad
de Nueva York. Al caer las torres, la determinación de la nación se mantuvo firme. El enemigo espiritual que enfrentamos
ahora es sucio y astuto. Sabe quiénes somos, conoce nuestra naturaleza caída, y la usa aptamente en contra nuestra.
Para el enfrentamiento cara a cara contra la pornografía no hay nada mejor que la “Espada del Espíritu,” tal como se
encuentra en Efesios 6:10-20. Por favor note que las armas de guerra descritas en estos versos no son para hacer guerra
contra la carne; son armas diseñadas para destruir al mismo Satanás. La pornografía juega con el cableado que Dios ha
instalado en nosotros, poniéndolo fuera de control. El diablo conoce nuestra sexualidad y cuán fácilmente nuestro deseo de
intimidad puede ser atacado, especialmente cuando tenemos problemas de auto estima, adicción, relaciones problemáticas,
finanzas y demás.
Por lo tanto, en este folleto nos paramos hombro con hombro para encarar al enemigo—un maestro de la mentira adepto al
fraude y la guerra psicológica. Satanás quiere que usted vea su profana variedad, desplegando su estandarte para atemorizarlo
hasta los huesos. Hay miles y miles de ellos que quieren matarlo, dejarlo al desnudo, y tomar no solamente su vida, sino
también todo aquello que usted ama.
Eso es la guerra espiritual. ¡Deténgase ahora mismo! Apague la computadora. Salga de esos sitios de Internet. Deje de visitar
tiendas que venden pornografía. Manténgase alejado de sitios de chats que lo tientan y arrastran a la sucia fosa séptica de la
pornografía. Satanás está peleando por usted y sus armas van tras su destrucción, para arrancarlo a usted del Reino de Dios.
No siga el camino de quienes, aun sabiendo bien, despreciaron la Palabra de Dios. “Así también Sodoma y Gomorra y las
ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos,
inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza” (Judas 1:7).
7
Derrotar la pornografía en nuestras vidas es una guerra espiritual, una batalla en la que necesitamos a nuestro Señor guiando
al frente, protegiendo nuestro flanco, y no permitiendo al enemigo atacar nuestras aéreas vulnerables. Cuando enfrentamos
al enemigo, es importante conocer nuestra propia fuerza y las armas de nuestro arsenal. Cuando vea al enemigo, no se quede
mirándolo, sino muéstrese indiferente. Los ejércitos victoriosos no ganan simplemente por tener mejores flechas, rifles,
artillería o lanzas; ganan porque están bien entrenados, son seguros y disciplinados. Los ejércitos que destruyen a su enemigo
saben cómo usar efectivamente sus armas y poseen la mayor disciplina. Así debe ser con cada uno de nosotros, guerreros de
la cruz. Confíe en su Comandante, su Señor y Salvador Jesucristo, Su bandera es la que ondeamos. ¡Déjelo pelear y ganar su
victoria! En su nombre derrotamos fortalezas, incluyendo aquellas construidas alrededor del engaño y la esclavitud de la
pornografía.
El Comandante Steven C. Hokana es capellán en servicio activo del Ejército de los
Estados Unidos con más de 25 años de servicio a nuestra nación. También es ministro
ordenado de la Iglesia Luterana del Sínodo de Missouri, y Diplomático de la Academia
Americana de Expertos en Estrés Traumático. Es conocido por su vasta experiencia en
el manejo de crisis, su trabajo con sobrevivientes de eventos traumáticos, y su conocimiento,
entrenamiento y nivel de educación. Hokana es también miembro activo de la
Asociación de Educación Pastoral Clínica.
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