1 Un laberinto de caminos Propuesta didáctica Propuesta 1 Investiga el origen del juego de la Oca. Seguro que eres capaz de localizar obras en las colecciones del Museo que te ayuden a construir un juego de la Oca. Es un trabajo que podéis hacer en equipo. Nosotros ya os hemos propuesto algunas obras, pero sabemos que se pueden encontrar más. Hay otras obras con escenas en las que aparecen un pozo, ocas, puentes, calaveras; también está representada la cárcel y seguro que puedes localizar pinturas que representen un laberinto. André Derain El puente de Waterloo, 1906 Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid Propuesta 2 Propuesta 3 ¿Qué relación puede tener el juego de la Oca con el nautilus? Te damos una pista: es necesario que veas la imagen del interior del nautilus para entender la relación con el juego. El juego está presente como tema en muchos cuadros. Con frecuencia son obras que esconden diferentes interpretaciones. Dos casillas representan los dados en el juego de la Oca, son la 26 y la 56. Los dados simbolizan la suerte y el azar. Sacar un nueve al tirar los dados supone avanzar y evitar los obstáculos del pozo y la calavera. Aquí te mostramos un ejemplo con una pintura de la Colección en la que unos personajes están jugando a las cartas. Nuestra propuesta es que localices más obras en las que los juegos están presentes y te preguntes qué significado tiene el juego en cada una de ellas. Willem Kalf Bodegón con aguamantil, frutas, copa nautilo y otros objetos, c. 1660 (detalle) Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid Balthus La partida de naipes, 1948-1950 Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid Propuesta 4 Muchos peregrinos continuaban el camino después de llegar a Santiago. Se dice que seguían las estrellas de la Vía Láctea por la noche y el camino migratorio de los ánsares durante el día hasta llegar al lugar que los antiguos romanos consideraban el fin de la tierra. Investiga sobre el significado de esta obra de Joseph Cornell. ¿Crees que se puede establecer una relación entre Burbuja de jabón azul y el Camino de Santiago? ¿Y con el juego de la Oca? Joseph Cornell Burbuja de jabón azul, 1949-1950 Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid Organiza: Colabora: Museo Thyssen-Bornemisza Los cuentos del camino ¿Y qué es el Museo sino un laberinto? Un espacio en el que cada visitante traza su camino y, en definitiva, un cruce de caminos. Si imaginamos un viaje en el Museo, un recorrido desde la planta segunda a la planta baja, estaremos trazando un itinerario en el tiempo con forma de espiral, un viaje en bucle ilustrado con las imágenes de los cuadros. Algunos estudiosos aseguran, que las principales rutas del Camino de Santiago son a su vez herederas de rutas mucho más antiguas, como la de las estrellas que coincide con la Vía Láctea y que los viajeros seguían por la noche; y el camino migratorio de las ocas que podían seguir durante el día. Se dice que ambos caminos conducían al Finisterrre o finis terrae, donde se situaba el ara solis, por donde se ponía el sol. Allí se situaba el fin del mundo conocido. Un laberinto de caminos Emil Nolde Puente en la marisma, 1910 (detalle) Isaack van Ostade Caminante a la puerta de una cabaña, 1649 (detalle) Duccio di Buoninsegna Cristo y la samaritana, c. 1310-1311 (detalle) Frank Stella Sin título, 1966 (detalle) Theo van Rysselberghe La puerta de Al-Monsour, Mequinez, Marruecos, 1877 (detalle) Edvard Munch Gansos en un huerto, c. 1911 (detalle) Emil Nolde Puente en la marisma, 1910 Óleo sobre lienzo. 73 x 89,5 cm Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid Utilizando nuestra imaginación, la estructura del museo se convierte en un gran tablero de la oca. Para darle forma se han seleccionado una serie de obras que se pueden relacionar con los motivos principales del juego. El puente está en las casillas 6 y 12, permite salvar los obstáculos, significa cruzar una barrera, une lo que está separado o alejado, pero este aprendizaje tiene un precio a pagar. La idea de puente también está presente en la historia del arte. En 1905 surgió en Alemania un grupo de jóvenes pintores que se denominaron Brücke [Puente]. Su objetivo era rebasar el curso de la época y alcanzar la otra orilla del arte. Emil Nolde se incorporó al grupo en 1906, en el que permaneció aproximadamente un año. La técnica de Nolde y su temática centrada en el paisaje resultó una aportación importante para el grupo. Puente en la marisma recoge el paisaje de la Frisia septentrional, lugar en el que Nolde pasaba por entonces los veranos. El elemento central de la composición es el camino que avanza en diagonal, atraviesa el puente y se pierde en el horizonte. La manera en la que se ha planteado el camino invita al espectador a adentrarse en el paisaje y recorrerlo. Un laberinto de caminos Isaack van Ostade Caminante a la puerta de una cabaña, 1649 Óleo sobre tabla. 48,3 x 39,4 cm Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid La posada es la casilla 19 y simboliza el descanso para reponer fuerzas y poder emprender de nuevo el camino. El descanso también implica un retraso en nuestro viaje, en alcanzar el final del mismo. También se entiende como un lugar placentero que nos puede distraer de nuestro objetivo. En esta obra titulada Caminante a la puerta de una cabaña podemos ver una sencilla escena de una conversación entre el caminante y los habitantes de la cabaña. Rodeada de una exuberante vegetación, en la cabaña vive una familia formada por una mujer, que está sentada a la entrada con su labor a un lado, un niño que esconde la cabeza en su regazo y el hombre que se asoma por el quicio de la puerta doble. El hombre que se para a conversar con la familia de campesinos ha de ser un viajero, un peregrino o un temporero, que va allá donde encuentra trabajo. Su sencilla indumentaria, zurrón y mochila a la espalda, y el calzado desgastado dan cuenta de su estatus social. Un laberinto de caminos Duccio di Buoninsegna Cristo y la samaritana, c. 1310-1311 Temple y oro sobre tabla. 43,5 x 46 cm Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid El pozo es la casilla 31. Caer en ella supone permanecer en él hasta que alguien caiga y te rescate. El pozo simboliza el error y el perdón, y aparece antes de la oca. Para nuestro tablero hemos elegido esta tabla de Duccio di Buoninsegna titulada Cristo y la samaritana. Esta obra recoge un episodio del Nuevo Testamento en el que se narra el encuentro de Jesús con una mujer en la ciudad de Sicar, en Samaria. Jesús estaba sentado en el brocal del pozo de Jacob esperando a sus discípulos, que habían entrado en la ciudad buscando alimentos. Allí discurre el diálogo entre Jesús y la samaritana. Jesús le dice: “Dame de beber” y ella se sorprende de que siendo judío le pida agua a ella, que es samaritana. Jesús habla del agua viva, el agua que él ofrece y que proporciona la vida eterna. Duccio ha utilizado la comunicación a través de los gestos de las manos, para plantear el dialogo entre Jesús y la samaritana. Un laberinto de caminos Frank Stella Sin título, 1966 Pintura acrílica sobre lienzo. 91,5 x 91,5 cm Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid El laberinto es la casilla 42. El que se ha perdido en él tiene que saltar a la casilla 30, justo antes del pozo y a punto de alcanzar la oca. Se ha querido ver en el laberinto la Torre de Babel, la confusión de los caminos físicos, idiomas e ideas. Encontramos la forma de un laberinto en la obra abstracta de Frank Stella Sin título. La composición es muy sencilla, son cuadrados concéntricos que a través de los cambios de color generan un movimiento en espiral que puede continuar más allá de los límites del cuadro. El cuadro es sencillo también en cuanto a los colores: blanco, negro y distintas tonalidades de gris. Aparecen marcadas en color ocre las líneas que delimitan los lados y las que establecen las diagonales. El juego de alternancia de colores provoca un efecto óptico que nos da sensación de profundidad en el lienzo y hace que nuestra vista se dirija hacia el centro del cuadrado. Un laberinto de caminos Theo van Rysselberghe La puerta de Al-Monsour, Mequinez, Marruecos, 1877 Óleo sobre lienzo. 40,5 x 61 cm Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid La casilla 63 es la puerta del jardín, es la entrada al jardín de la oca, y en nuestro particular viaje es la entrada a la ciudad de Santiago. Para entrar hay que obtener el número exacto, es el final del viaje. Llegar al Pórtico de la Gloria, la puerta principal de la catedral de Santiago, era llegar a la Civitas Dei, la Jerusalén celeste en la tierra. Atravesar esa puerta significaba que se había alcanzado otro nivel y que comenzaba otro viaje. El pintor belga Theo van Rysselberghe viajó en numerosas ocasiones a Marruecos, atraído por la luz y los colores de este país. El objetivo de este viaje a Marruecos era acompañar a un escritor y tomar apuntes para ilustrar un libro con litografías. Desconocemos si esta pintura la realizó del natural o en el estudio basándose en sus apuntes. Quizá lo que más destaca en este lienzo es la luz cegadora que surge del mismo, reforzada por la presencia de las sombras en la puerta y en la muralla de la ciudad. El equivalente del umbral esperado por el peregrino a Santiago, en quienes se desplazan a la ciudad histórica de Mequinez, es sin duda la cercana ciudad de Moulay Idriss que acoge el santuario del fundador de la dinastía Idrisida, Moulay Idriss I, descendiente de Mahoma. Un laberinto de caminos Edvard Munch Gansos en un huerto, c. 1911 Óleo sobre lienzo. 90 x 68 cm Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid La gran oca está en la casilla 64, pero nunca se numera, ella guarda la sabiduría secreta, es el final del camino. Acaba el camino de un iniciado para comenzar el de alguien a quien el trayecto en el tiempo y en el espacio ha convertido en más sabio. El tema de los animales de granja y concretamente los gansos aparecen en varias obras de Edvard Munch. Gansos en un huerto es una obra realizada en una época en la que el pintor vuelve a utilizar un colorido luminoso y vivo, y sus pinceladas se hacen ligeras, trabajando más bien la mancha de color. En esta obra utiliza un fuerte contraste de colores, entre el negro y el blanco y entre el verde y el morado. Un laberinto de caminos Edita Fundación Colección Thyssen-Bornemisza Textos Alberto Gamoneda Coordinación Ana Moreno Diseño gráfico Sánchez/Lacasta Preimpresión Lucam Impresión Brizzolis Todos los derechos reservados © de los textos: sus autores © de la presente edición: Fundación Thyssen-Bornemisza Para las normas del juego de la Oca hemos consultado A. Fuentes ©juegodelaoca.com