leer - Sociedad Rodoniana

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El Mirador de Rodó
Junio de 2011
Volumen II – Número 5 – pág. 1
UN HOMBRE ES MUCHOS HOMBRES, LA FINA CAPTACIÓN DEL RODÓ MÁS FILOSÓFICO.
Vigencia de José Enrique Rodó en los Estados Unidos
NOTICIAS RODONIANAS
Carta abierta
Convocatoria del
Concurso Internacional
de Ensayo
“José Enrique Rodó”
Alejandro Cáceres
Estimados colegas de la Sociedad Rodoniana:
Les agradezco profundamente el haberme pedido que escribiera la nota principal para el
próximo boletín del mes de Junio, 2011 de la sociedad. Y digo esto porque mis andanzas académicas
y personales durante toda mi vida, pero especialmente durante los últimos 34 años en que he estado
viviendo en los Estados Unidos, me han permitido aprender muchas cosas, compartir otras, y
enseñar… bueno espero que eso haya sido lo mejor de todo y que los estudiantes reciban mi humilde
legado como yo he recibido con orgullo y admiración el de los profesores que me formaron a mí,
algunos ya ausentes de este mundo. Para esta contribución a la Sociedad Rodoniana, me he decidido
a utilizar el modelo Carta Abierta, ya que voy hacer comentarios coloquiales respecto a mis
estudiantes y referirme a algunas cosas relacionadas con las clases que pueden ser de interés para
todos.
Pasemos ahora si, a nuestro ilustre intelectual modernista, quien nos ha dejado un legado eterno
que nunca podrá ser arrinconado porque cada vez aprendemos más de él, y nos enseña cosas
nuevas: las que no habíamos leído con demasiada atención, o las que parecían cosas del pasado, o
que éramos niños de escuela, inocentes y aprendices de lo que nos daban, pero que ahora de adultos
nos damos cuenta que son también del presente, y están vigentes en lo humano y en lo intelectual.
Son relecturas de infancia, que de adulto se las interpreta de otra manera, y cobran un sentido
profundo, más allá de la narrativa descriptiva. “La pampa de granito”… “Mirando jugar a un niño”…
Miembro de la “Generación del 900” en el Uruguay, José Enrique Rodó, nacido en Montevideo
el 15 de julio de 1872, y fallecido en Palermo, Italia, el 1ro. de mayo de 1917, representa una de las
figuras más destacadas del modernismo de la época.
Filósofo, educador, escritor, poeta, político y periodista, este hombre de letras uruguayo está
considerado por muchos como el filósofo más importante de Latinoamérica, cuya visión de una
América hispana unificada inspiró a todo un continente. Su filosofía, resumida en la frase
reformarse es vivir, y su devoción hacia la gente de las Américas, colman e invaden sus escritos.
Como es sabido, su obra literaria constituye un vasta y variada colección de obras, de las cuales se
destacan, entre otras, los Motivos de Proteo, El mirador de Próspero, Parábolas, Páginas
escogidas, obras sobre prohombres americanos como José Gervasio Artigas y Simón Bolívar, un
estudio sobre La tradición intelectual argentina, y una colección de ensayos sobre temas
controvertibles en la época, como por ejemplo dos importantes ensayos, publicados en 1896 “El que
vendrá” y “La novela nueva”, seguidos por un tercer ensayo publicado al año siguiente, en 1897 con
el título “La vida nueva”.
Como es sabido, en estos ensayos Rodó se propone analizar algunos de los aspectos que
contribuyen al sentido de malestar prevaleciente en su época. Ofrece una alternativa espiritual con
la esperada llegada de un redentor que pueda establecer una nueva vida basada en el amor, la
armonía y la paz. Evidentemente, los cambios que el fin de siglo trajo no solamente a la sociedad
uruguaya de la época, sino también al resto del mundo, eran temas de interés, especulación y
preocupación para todos los individuos en general, y más para los intelectuales, quienes siempre
observan los movimientos políticos, sociales, culturales con ojos diferentes, y una inquietud
hurgadora.
Anterior a la publicación de estos ensayos mencionados, Rodó había fundado conjuntamente
con otros intelectuales de la época la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales, que
permanece funcionando entre 1895 y 1897.
Contemporáneo de Don José Batlle y Ordóñez, figura máxima de la vida política del Uruguay, y
quien como es sabido presidió la república durante dos períodos, 1903 a 1907, y luego de 1911 a 1915,
Rodó pasa a formar las filas del Partido Colorado, iniciando así su actividad política, la cual lo lleva
como diputado por Montevideo a la Cámara en 1902, renunciando luego en 1905, al sentirse
desilusionado de la realidad política de su país. Es justamente en 1906 cuando escribe su
memorable ensayo “Liberalismo y Jacobinismo” y el momento en que a consecuencia de diversos
antagonismos se distanció de Batlle. En 1907 vuelve a la política otras dos veces cuando es elegido
diputado en 1908 y en 1910. Su participación política durante estos tres períodos en los que sirvió
como diputado en la Cámara de Representantes, ha quedado preservada en la obra José Enrique
Rodó, actuación parlamentaria, publicada en 1972, con compilación, introducción y notas de Jorge
A. Silva Cencio. Sin duda, esta publicación monumental debe haber sido parte de los festejos para
conmemorar los cien años del nacimiento del escritor, en 1971.
Pero aparte de esta profusa labor de escritura y publicaciones que sostenía constantemente, y es
bueno aquí recordar que Rodó comenzó a leer a los 4 años de edad, asistido por su hermana, su
nombre ha quedado inmortalizado en la historia de la civilización occidental, con la publicación de
Sociedad Rodoniana
Zelmar Michelini 1220 (CLAEH) - Montevideo, Uruguay
(598 ) 2900 71 94 - rodoniana@gmail.com
Horarios de atención a socios: Lunes de 9.30 a 12.30 hs
El día martes 5 de julio a las 11.30 hs, se
celebró la Convocatoria del Concurso
Internacional de Ensayo “José Enrique
Rodó” en la Biblioteca Nacional.
Abrió el acto el director de la Biblioteca,
Dr. Carlos Liscano, quien hizo mención
a la figura de Rodó como antiguo
Director de la Institución y explicó la
importancia para la misma de apoyar la
Convocatoria.
Luego, el Presidente de la Sociedad
Rodoniana, Dr. Romeo Pérez Antón
presentó la iniciativa que cuenta con el
patrocinio de la DIRECCIÓN DE CUL
TURA del Ministerio de Educación y
Cultura
de
Uruguay,
Biblioteca
Nacional de Uruguay, EMBAJADA DE
MÉXICO en Uruguay, BIBLIOTECA
VIRTUAL “MIGUEL DE CERVANTES”,
GRUPO DE DIARIOS DE AMÉRICA
(GDA), UNIVERSIDAD NACIONAL DE
LANÚS, Delegación permanente de
Brasil ante ALADI y MERCOSUR.
Presentó además a quienes junto a él
integrarán el jurado, el Dr. Javier
Garciadiego y la Dra. Belén Castro
Morales.
Peréz Antón destacó el afán de la
Sociedad por trabajar sobre Rodó en un
presente que se nutre de sus aportes
mediante reflexiones e incluso críticas.
Una numerosa concurrencia acompañó
el lanzamiento de este Concurso
Internacional que dará a conocer sus
ganadores en marzo del año entrante.
El Mirador de Rodó
Junio de 2011
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su célebre ensayo Ariel, que apareció en el primer año del nuevo siglo, el albor del siglo XX, cuando el mundo entero entraba en una época
fundamental de cambio, y en un contexto histórico socio-político y cultural de extremada tensión. A través del siglo precedente, el imperio
español había perdido gradualmente su estatus de dominio con las guerras de independencia a través de sus colonias. La caída del imperio quedó
fundamentalmente marcada y definida con la derrota durante la guerra de España y los Estados Unidos en 1898, cuando el imperio español que
alcanzara su máximo apogeo durante el reinado del emperador Carlos V, y su famoso lema en mi reino jamás se pone el sol, debe asumir la
pérdida total, en 1898, de sus últimos baluartes: Cuba, las Filipinas, Puerto Rico, y Guam. Al mismo tiempo que España se hundía para siempre, y
la famosa “Generación del 98” española, en cuyo trono se sentaba don Miguel de Unamuno, le exhortaba al espíritu nacional español…
“Despiértense, que la gloria y el sueño español se han acabado”, el gigante del norte de las Américas se alzaba amenazante como un Goliat
ensombreciendo la figura pequeña de David. Los Estados Unidos, ya había afirmado su poder en el norte al apoderarse del territorio de los
estados de Tejas, Nuevo México, y California, pertenecientes hasta ese momento a México. Y fue entonces, en medio de este cambiante y nuevo
orden global y geopolítico, que José Enrique Rodó alerta a la América Latina, de la imperiosa necesidad de encontrar su propia identidad, en
lugar de estirar la mano buscando alcanzar una ayuda que llenara el vacío dejado por España!
Por las circunstancias que sucedían en el continente hispanoamericano en esta época, Rodó quería advertir de los efectos negativos del
utilitarismo sobre el espíritu latino americano porque éste se basaba principalmente en el materialismo. Según el autor, para que el continente
hispanoamericano recuperara sus valores espirituales, se debería seguir los ideales estéticos de la cultura de Grecia como modelo del buen gusto
por el uso del arte como una actividad mental que enriquece el espíritu; también considerar al cristianismo como fuente del idealismo. De esa
manera los países hispanoamericanos se defendían de la dominación cultural estadounidense mediante el idealismo espiritual. Además, según
Rodó la responsabilidad de los jóvenes reside en preservar una civilización de origen griego.
Como es sabido, Ariel, fue inspirado en la obra de William Shakespeare, titulada La tempestad, en la cual Ariel representa la América Latina, y
Calibán representa la América Anglo-Sajona, ambas debatiéndose entre sí, el curso y destino futuros de la historia! En medio de este debate, la
intención de Rodó a través de esta obra es el que actúe como una arenga, un sermón secular laico exhortando a la juventud de la América Latina,
exaltando, y exultando, la tradición helenística de occidente!
Evidentemente, lo que más le preocupaba a nuestro pensador era el riesgo del efecto debilitante para el espíritu del individuo, al automecanizarse con la creación de la assembly line, inventada por Henry Ford, para producir automóviles masivamente, a cambio de tener a los
obreros dando vuelta una tuerca una y otra vez, como la única tarea ejecutada durante doce horas por día, todos los días! En otras palabras, algo
conducente a la deshumanización del espíritu humano!
Ya han pasado más de un siglo y una década desde la publicación de Ariel, ensayo socio-político y cultural, y su contenido ha tenido una
influencia extraordinaria en las letras latinoamericanas, debido a una combinación de circunstancias culturales, literarias y políticas, así como
también por su adhesión a los valores clásicos, y también por su carácter de denuncia al utilitarismo, y lo que Rodó califica de “nordomanía”,
entendida como la atracción de todo lo norteamericano, todo lo cual ha transformado esta obra en algo de un carácter universal, y por lo tanto,
vigente.
En 1915, cuando su salud se quebranta, emprende el siempre soñado viaje a Europa designado como corresponsal de la revista argentina
"Caras y caretas". Entre 1916-1917, las impresiones de sus viajes por España, Francia e Italia se publican en la revista. Los artículos publicados
tenían un tono melancólico, llenos de desilusión y tristeza. Muere abandonado en un hotel en Palermo, Sicilia, y sus restos fueron trasladados a
Montevideo en 1920. El movimiento latinoamericano de la Reforma Universitaria en 1918, consideró a Rodó como uno de los "maestros de la
juventud".
En los Estados Unidos, en la mayoría de las universidades estatales o privadas, las obras de Rodó aparecen en los programas de literatura
hispanoamericana, particularmente en el segundo nivel Master´s Degree y en el tercero, PhD, o Philosophy Degree, o sea el doctorado en
literatura española e hispanoamericana.
Personalmente yo he incluido el estudio de Ariel en dos cursos del nivel de la maestria que tenían como tema el ensayo en latinoamérica
durante el siglo XIX, y justamente por haber sido este ensayo de Rodo publicado en 1900, coronaba y contrastaba con el resto de las obras leídas
durante el curso como”La carta de Jamaica”, de Simón Bolívar, la “Gramática”, de Andrés Bello, el “Facundo” de Domingo Faustino Sarmiento, y
el “Ideario” de José Gervasio Artigas. Los estudiantes que han participado en estos cursos vienen de procedencia diversa y de diferentes edades.
Algunos vienen de Centroamérica, como Honduras, Costa Rica, Panamá y El Salvador, otros son norteamericanos de diferentes estados, y otros
vienen de Colombia, Ecuador y Venezuela, y también otros de España. Otro grupo proviene de países asiáticos, y también los he tenido de
Alemania, estudiantes de la universidad Johannes Gutenberg, en Mainz, Alemania. Y creo poder afirmar sin equivocarme, que cualquiera de mis
colegas académicos rodonianos, estarían profundamente impresionados con el nivel de español de estos estudiantes alemanes. Y la razón por la
cual quería explicar la variedad de orígenes de todas estas chicas y muchachos de edades diversas, entre los veinte y los cincuenta años, es porque
siempre me asombra cómo reciben este ensayo de Rodó, lo fascinados que están con el modernismo y la generación del 900, y yendo más hacia
atrás el proceso de gestación de nuestra república, y la doble gesta para alcanzar la independencia. Los estudiantes norteamericanos aprenden
como ese gigante del norte era visto por los pensadores del cono sur. Los centro y latinoamericanos comparan el propio desarrollo de sus países
con el proceso intelectual uruguayo, y los de España, lo ven como el resultado de lo propio que ellos iniciaron! Pero unos y otros encuentran en
Ariel un mensaje estético y poético del pensamiento moderno. El pasado mes de marzo, asistí a unas jornadas literarias en Georgia Southern
University, cerca de la ciudad de Savannah, Georgia. Conocí allí a un joven estudiante que presentaba un trabajo muy interesante combinando el
pensamiento de Confucio con la obra literaria de varias mujeres, entre otras Delmira Agustini. Al enterarse de que yo era uruguayo, me buscó
para conversar conmigo, y entonces me preguntó…”¿Dr. Usted que viene de Uruguay, qué piensa del señor Rodó”? Y antes de que yo pudiera
responder nada, este chico empezó a recitar pasajes de Ariel de memoria! Y me habló de que había varios otros estudiantes muy interesados en la
obra de nuestro pensador insigne. El nombre de este chico es William Lake, y durante la reunión plenaria de la Sociedad, el pasado 1ro. de Junio,
después de contar la anécdota, les propuse a los colegas el aceptarlo como un nuevo miembro de la Sociedad Rodoniana. El voto fue unánime, el
cual fue seguido por la voz de Agustina quien expresó: “Esto baja el promedio de edad de los miembros de la sociedad, dramáticamente.” Al día
siguiente, cuando recibí la respuesta de William a mi mensaje de la noche anterior, podía ver al muchacho saltar en la misma letra que escribía, y
expresó que no había podido dormir en toda la noche. Y también dijo… “ya que Ariel fue escrito por el señor Rodó para la juventud, prometo
firmemente que voy a reclutar otros jóvenes para la causa.” De esta anécdota se deducen dos cosas: primeramente que Rodó, sí, está vigente en los
Estados Unidos; y parecería que ahora más que nunca. Y la segunda es que aquella evaluación moral sobre el pensador uruguayo, expresada por el
movimiento latinoamericano de la Reforma Universitaria, que en 1918 consideraba a Rodó como uno de los “maestros de la juventud”…sigue
siendo cierta! Y en lo académico personal, el próximo mayo de 2012 durante el congreso de LASA (Latin American Studies Association) en San
Francisco, presentaré un trabajo titulado “El Ariel de José Enrique Rodó, con una perspectiva histórica de 112 años.” Sigamos transitando,
entonces, por los caminos que Rodó iniciara y nos dejara!
Alejandro Cáceres, Ph.D
Southern Illinois University
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