* * * ano V * * * * * * Barcelona 5 de Junio de 1901 * * * * * Núm. 103 * - * ARQUITECTURA DECORACIÓN ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA D E L'A F A R M A C I A D E L D R . B O A T E L L A . - B A R C E L O N A Arquitecto: D. ANTONIO SERRALLACH La Botánica y la Quimica: Bajo - relieves de la fachada, por el escultor SR. CARRERAS i66 Arquitectura y Construcción la hora cn que eslas líneas vean la litz piíblica, eslarán exptieslos los bocetos de inonnmento á J). Alfonso XII, presentados á concurso, y próximo á recaer sobre ellos fallo, si ya no ha recaído. Publicáronse las bases vergonzantemente, escatimando en ellas los datos y los días necesarios d una acertada concepción del pensamiento artístico, como si se deseara por este medio alejar toda probabilidad de competencia en el concurso; esto no obstante, los proyectos presentados han sido diez y nueve, número bastante grande, habida cuenta de las dificultades con que se había de luchar desde el principio, y los decaimientos que había que vencer. Las consideraciones que d cada etapa del proyecto ha publicado esta Revista, no merecerán sin duda, d la Comisión ejecutiva atención alguna; así es que lo probable sigue siendo, d pesar de todo lo que se ha visto en la exposición de los trabajos presentados, que se encomiende la ejecución total d un escultor, prescindiendo de toda teoría artística de elevación de monumentos, con lo cual tendremos un monumento más que no nos dirá nada. / Si d lo menos se premiase la mejor idea arquitectónica presentada al concurso y la mejor escultórica, y se encomendase d los autores respectivos de común acuerdo la ejecución definitiva, atín cabría la posibilidad de acierto en el conjunto, pero nos tememos que tío caerá esa suerte para el arte, y eso que todos los bocetos que se presumen de arquitecto, están á mayor altura que los de los escultores, segitn confesión general y explícita de todo el mundo. Por cierto que en el terreno de estas presunciones, no deja de ser inmoderado y aiín insensato, el afán del público, de la prensa y de los que debían guardar más circunspección que estay aquél, dada stiposición en este caso, ante los artistas, por desentrañar el misterio del cojicurso, y querer en él adivinar ó premiar méritos personales, muy respetables, bajo todos conceptos, pero de modo inoportuno cuando se trata de luchas de esta clase. Sobre todo, si se qjtiere hacer eso, porqué 710 se hace el concurso sÍ7t el tapadillo del lema ? Entonces cada cual sabría d quién tiene e7tfre7ite : sabría que ha de luchar con sus inéritos, cotí su historia, cotí su itnportaticia artística, y tío le dolería verse vencido por ellos aunque su trabajo fuera superior. Pero ahora no: ahora se trata de juzgar bocetos, y éstos ni tienen historia ni 7t077tbre, esos la creatt para el porvenir si sus autores, aunque sean desconocidos, aciertaii en la itispiracióti exacta de la obra. De tío ser así, qué recurso les queda d los principiatites, siti gloria y siti fortuna, por grandes qtte sean sus facultades y sus alientos artísticos? Manuel Vega y March Arquitectura y Construcción\ 167 ASOMOS CRÍTICOS! Crónica mensual del Arte arquirecrónico A arijuitectura ])atria e.stá de enhorabuena. El acontecimiento de la reapertura de la Pulcra Catedral de León al culto, e s de una importancia sujirem.-i. El hecho, aunque prematuro, e s de proj)orciones grandiosas, y causa, motivo y razón para el regocijo más puro, aunque incompleto, de cuantos amamos á la patria y al arte. La maravilla ojival, el templo de la sutileza artística, la obra pasmosa de la orfebrería pétrea, alirici, aunque antes de tiempo, nueva- mente s u s puertas á las devotas muchedumbres y á l . i s [íasmadas gentes que en adelante la visiten. Mala embocadura hemos tomado ; especial y mal humorado modo de felicitación. Y sin e m b a r g o , bajo palabra de honor se nos puede creer : el entusiasmo que sentimos es vehemente y sincero ; la ctmmot edora alegría que experimentamos como españoles. Arquitectos y críticos incipientes, notable y feliz ; ¡)orque s e ha logrado mucho, ya que no sea todo ; [¡oríjue lo practicado es miraculoso y, juzgándolo á lo nacional, inaudito é i n u s i tado, lisos tildes y retintines, esos ])eros y r e t i cencias explican un t e m o r , resp<mden á una fundada suposición, (jue declararemos preliminarmente, antes de entrar en (d orden de las consideraciones de todo género que n o s sugiera ó pueda sugerirnos la vista del mtmumento, en gran parte resucitado. hemos intercalado en l o s primeros j)árrafos de nuestro jiláceme, y en consecuencia, evidenciado nuestro recelo ó sujiosiciim de tjue Lis cos.is q u e darán ;isí por síemj)re jamás amén. La preciosa ocasic'in de recuperar ¡lor completo nombre y consideración ante el mundo entero, lastimos.imente j)erd¡da. .Siemjire, aun en lo laud.able y levantado, nos hemos de parar á la mitad del camino, ó á los dos tercios, ó á h) m á s , á lo más, en los arrabales de la ciudad. No hay duda en que el Anjuitecto .afortunado y entendido que últimamente dirigió las faenas de la restauración, opina como nosotros, de Li misma manera que lo desearon sus dos ¡ireclaros antecesores inmediatos, Madr.izo y de los Ríos : al uno, se lo oímos indicar someramente á los c o mienzos de su gestión, en conversación que, ¡)or casualidad, tuvo ante nosotros con D . E u g e nio de la Chámara, y del otro lo sabemos ¡lor sus jiropios escritos. Sujiuesta esta unidad de sentimientos, alguien debe manifestarlos sin ambajes. Por obligación de nuestro cometido somos, aunque indignos, l o s llamados á propalar estas verdades, y las c o n signamos sin ergos ni distingos. N o s hacemos cargo de las res|)ectivas situaciones, comprendemos el génesis de estas ¡irecijiitaciones, no q u e remos inculjiar á nadie ; s(')lo pretendemos lamentarnos del hecho consumado y anotar el buen efecto que en el mundo artístico hubiera c a u s a Y basta de preámbulos, y digamos osadamente do la pública jirotesta de (juien quiera que a b o que ha faltado á todos la resolución de retardar g a s e [)or la demora del acto, ya hubiese sido el acto de la inauguración hasta lograr para la esa entidad individual, corjjorativa ó ministerial. Catedral la esencia y la presencia que, allá en los A cuahjuiera le cumjiliera y le honrara hacerlo; ensueños de su creación, \ i e r a ó entreviera el e s inclusive á última hora al Consejero de la Coclarecido é ignorado Arquitecto que la concibió. rona que por los asuntos de su Cartera le i n c u m A nuestro parecer, era prudente, l ó g i c o y valeben los de esta prosapia. Acerca de esta última roso continuar empleando caudales en la obra de contingencia oficial, (jueremos respetuosamente resurrección del edificio, porque el \ a l o r , la l ó insistir ; queremos declarar que en buena teoría gica y la prudencia reclamaban de consuno ])rocabía el veto ó cuando no, una oferta precisa de l.i seguirla hasta devolver á la joya el aislamiento ¡)rosecucíón de trabajos. Dentro del buen sentido por sus cuatro costados, hasta comjdetar la instagubernamental se ha de suponer (jue, en la p e r lación de vidrieras, construir los altares, restituir sona del Ministro de Instrucción y Obras jiúblil.is mermas ó corregir las equivocaciones Att las t o cas, concurren todas las condiciones de entendirres, depurar ó modificar los arbotantes, pinácumiento, de arte, de exíjuísito gusto, de previsión los y elementos, disonantes del lenguaje general, y de iniciativa que son menester para resolver los puro y castizo, en que está escrito el poema, hasta problem.is (jue le están confiados. Digamos en librar á la nave central del entorjiecimíento del honor de la \ erdad (jue en el actual se reúnen casi coro, y hasta dotar al edificio de la cubierta p e todas las circunstancias enumeradas, y añadamos raltada, alegrada y rejuvenecida con cresterías y en seguida (¡ue e s por l o mismo más de extrañar estiletes, (jue pide á voz en grito. \ la carencia por su parte de un proceder viril y .Ahí dejamos legalizados h)s calificativos de \ proporcionador de una victoria moral. Quizás el premadures, incumplimiento y anticipación tjue i68 Arquitectura asombro hubiera ofuscado á la multitud de los profanos ; ¡lero á los iniciados en el arte y á los amantes del m i s m o , hubiera satisfecho una visita ])revia del Ministro, gracias á la cual determinara, en vista de todo lo que viera, que en su concepto era preciso a[)urar las resurrecciones, y en consecuencia diferir la ostentosa devolución del monumento al culto. Una espera de algunos años Jjara hacer lo menos donde ya se hizo lo m.ás; la inversión continuada de sumas relativamente pequeñas al lado de las crecidas y a emjjleadas ; la p r o secución del sacrificio agradable del Ar(juitecto ó Arquitectos c o n s a g r a d o s al estudio y dirección por amor al arte más que por alicientes de lucro y de ganancias, nada imjjortaban ni significaban ante la magnitud del éxito y la trascendencia de los propósitos ; ante la seguridad de restituir, a n dando el tiempo, la integridad de sus estrofas y el lucimiento de su ritmo cabal al poema de L e ó n . E s t o no sucedió, y ni sicjuiera se compensó con la promesa solemne de insistir en la o b r a , más ó menos lentamente, conforme procedía, á pesar de (¡restar y;i el edificio los servicios ¡jrojjios de su destino. y Construcción del enfermo, ¡lese (si le ¡jesare) á la hermosura é integridad de sus formas ; restablecer la salud ¡jerdida, evitar que muriese el ser (juerido... Más tarde, si acaso, nacerían los d e s e o s de reintegrar al convaleciente la ¡)ureza de las líneas musculares, el desligado de vendas y de ¡jarches, la procura del brillo en la mirada, el renacimiento de los colores mejillares, el g a r b o de la postura y la fuerza bucal en la emisión de la palabra. Pero j u z g a m o s que una \ ez los doctores dieron ]ior desaj)arecido el j i e l i g r o , era inevitable (jue surgiesen, y efectivamente surgieron esos anhelos, (jue no han debido abandonarse. E n este supuesto se nos antoja jjensar (jue es sano jirincipio de las t e o r í . i s ó reglas de toda restauración, perfectamente ajdicable á este caso, el (jue aconseja mirar esos problemas á través de los cristales del artista, c(m predilección á los vidrios del arcjueólogo ó del historiador (con jiredilección, decimos, no con omisión absoluta, no con animadversión encimada). Bueno será, pues, retrotraer los fenómenos de la concepción restauradora, á los (jue hubieran dominado en el ánimo del inventor; bueno será sujioner una especie de transmigraPerdonen los lectores de la Revista estas c o n ción de las a l m a s ; b u e n o será admitir que el vulsiones de nerviosos histéricos, y perdcmen cjue artista restaurador se s o m e t e , ya (jue no á un les sirvamos primero el agraz, antes que l.is miecambio de esjjírítu, á una adajitación del s u y o , á les. R i g o r e s son estos de la tarea ingrata que una transformación, á una esclavitud que le haga nos impon(! nuestro forzoso pajjel de c r í t i c o s , es juzgar, pensar y trazar, del mismo modo (jue el decir, de Arijuítectos desabridos y descontentainiciador d é l a fábrica. b2s .así (jue, á n u e s t r o jiaredizos ; rigores son estos (jue trae ajiarejados la cer, el primer maestro de la pulcra leonesa, quiso índole de nuestros escritos, que han de ser, miencohicar cuidadosamente exenta en (d suelo l.i sutil tras no v e n g a otro vapuleador de más fuste, una filigrana de una cruz latina con toda magnificenilación de juicios bien intencionados, cernidos á cia revelada por su nave central, con todo e s través del g r o s e r o tamiz de nuestros labios. mero engarzada en sus naves laterales y giróla, L a hora de los e l o g i o s vendrá á su tiempo : y con mística expresión coronada ¡lor sus cajiillas cumplamos antes nuestra antijiática misión de a b s i d a l e s . . . luego la voluntad <\&\ arquitecto esclavo tildadores, razonando al efecto las afirmaciones debe limitarse á cumplir la imjiuesta por su amo que, como á t a l e s , anteriormente hemos sentado. y señor, l u e g o la éjjoca que tuvo en su mano la P e r o nótese bien, que cuanto d i g i m o s y h e m o s de jiosibilidad de realizar la jjrístina creación, debió decir no menoscaba ni disminuye el mérito de lo no desjjerdiciarla; luego los españoles del s i realizado ; ni merma la grandiosidad de lo a l c a n g l o XX han debido completar con la mencionada zado ; ni quita un ápice de importancia á lo e x exención la epopeya de semejante rehabilitación, celso de los efectos l o g r a d o s . A la I g l e s i a , al ganando para sí los reconocimientos de las futuE s t a d o , á los artistas, se deben alabanzas por lo ras g e n e r a c i o n e s y jirocurando á los espíritus c o n s e g u i d o y c a r g o s y diatribas por lo que han que encarnaron en las jiasadas, los g o c e s y fruiomitido emprender. ciones que en las esferas de la otra \i(la (jueA s e g u r a m o s que la restauración no debió c o n pan ó hubiere. Tamaña substracción se lograría siderarse consumada hasta desjjués de haber sin grande duelo ni dolo de la Ar(jueología ni de devuelto á la joya el aislamiento por sus cuatro la Historia, á l.is cu.ales, en lo jiosíble se ha de costailos. D e buen g r a d o r e c o n o c e m o s que no guardar cortesía y resjjeto, trasladando á resjiepudo ser este desiderátum el que informó los tuosa distancia la sacristía, escalera del T e s o r o y j)rimeros impulsos del mundo oficial ni del mundo Oratorio; suprimiendo del Ejido las míseras consartístico, allá por l o s años del 5 0 y 60 del s i g l o trucciones que lo invaden, y abriendo junto al jjasado, cuando s e cerró el templo y se (juiso claustro y á través de las capillas de S a n Andrés acudir á la curación de la ruina del edificio. E n Nuestra S e ñ o r a del Dado y Santa T e r e s a , á lo aquella ocasión de espanto y d e s a s o s i e g o procedía largo de la fachada N o r t e del templo, una calle la busca de la salud y era excusado discurrir nada de seis metros (anchura máxima que consiente que á otro fin mirase... salvar á toda costa la vida por aquel lado la galería claustral). Al poner en Arquitectura ARQUITECTURA y Construcción CONTEMPORÁNEA ESPAÑOLA DECORACIÓN DE LA FARMACIA DEL DR. BOATELLA. — BARCELONA Interior Arquitecto: D. ANTONIO SERRALLACH no Arquitectura planta e s o s recursos habríase de satisfacer, en lo p o s i b l e , á la Arqueolog-fa y á la H i s t o r i a , m o s trándoles las deferencias indispensabk's ¡jara no borrar jiara siempre las noticias que á la una ó á la otra convienen. D e ninguna manera jiretendemos (jue e s o s datos desaparezcan ; opinamos ( ¡ u e se han de mover en s u emplazamiento, y nada más ; p r o p o n e m o s (|ue se sometan á posterior! á las c(msider;uiones ipie importaba guardasen á l.a pidcjuérrima maravilla, en el tnomitnto ile su restauraciiin .allá en los s i g l o s xiv y x v . En este p.articular no es una aberracitín enmendar la [)lana á nuestros .antepas.ados, cuando se movieron por espíritu de escuela, por e g o í s m o ó comodidad y con olvido y desconocimiento com[)letos de las bellezas que perjudicaban ó descomponían. E s preciso a[)rovechar las felices ventajas (|ue los Arquitectos ó muchos Arquitectos de ahor.a llevan á los que vivieron en los días de Roh.an ó Ridán, de Benito, y A l o n s o X'alenciano, fuan Badajoz y Gavilán, para corregir los dislates y atentados d e lesa ar<|uitectura (|ue iuqiunemente laimeticr(ni. L o s de atrás opinaron ipie lo excelente era su prejuicio, su escuela ; los de ahora creen i|ue lo bueno, lo procedente, es la sumisión á lo priniitito ; los de atrás tendían á ])er¡)etuar su espi-cial manera d e \(*r, cuadrase ó no cuadrase, procediese ó n o ; éstos juzgan (jue hay que rehacer, rehabilitar y regenerar y comjjletar lo jirimitivo, usando v o c e s y frases projiias y geniu'nas d(d estilo primordial ; los de atrás se inclinaban á la satisfaccií'in de necesidades del ordeti m.aterial y c o n t i n g e n t e ; éstos se dedican á dar cumplimiento á las e x i g e n c i a s de í n d o l e es|)ir¡tu<al ó inmanente. D e tal suerte marchan las cosas y el caudal de los modernos intentos, tjue [).ara (d caso de una res— tauracitni (') consolidaci(Jn de un jjal.acio, morada ó monumento pLateresco, en los recursos de ese estilo )• en (d estudio del ¡irojiio v á g e n o s e j e m plares, buscaríanse los motivos, los recursos 3- los medios de lograrle (d brillo y la exención indígena, ajjlicando ,al j)roj)ósito las leyes y princijiios Jjreconizados en este texto, sustravén(l(do á los estorbos indebidos, y librándolo de los ataques atrevidos de otros movimientos y otras líneas, list.a e s la tendencia de los conqirofesores d e t.al e n t o , dis( reción y mesura, (jue son los m á s ; esta e s la tendencia sana y p r o ( a H l e n t e , y ])or fortuna gcn( ral ( n los (jue cultiv.an (d arte .ar(juitect(')ni— co. Caben, sin duda las e x c e i x i o n e s ; j)ero éstas no niodilican la r e g l a ; cabe (jue .alguno se resiste y se j)roclanie indejiendiente, y se subleve, y se erija á sí mismo e n g e n i o , y ente sujierior, y dictador único, y sostenedor del soberbio princi|)io, ])arodia de otro monár(iuico : « La .'\r(|intectura s o y yo » ; mas á ese ó á e s o s , sí alguno hubiere ( q u e no lo c o n o c e m o s ) , hay (jue abandonarhis á su j)roj)ia insensatez y á su j j r o j i i o p e c a d o , (|ue á la p o s t r e los castigará horriblemente. Así, p u e s , y Construcción es lastimoso (jue no se haya dado lugar á e s e aislatniento (jue hubicr.i completado la i l u s i ó n ; á esa depuración de aditamentos y terrazas tjue jierjudican los encantos de esa cruz cincelada, que ajiarecería entonces suelta y esjilendorosa como caída suavemente de lo alto, para posarse y reposar en la [ilanicie (jue ahora la sustenta. D e jjropí'isito nos hemos detenido en las ¡jrece(lentes consideraciones, al ¡pretender ajxiyar la [irimera de nuestras objeciones, porque sabíamos (jue la minuciosidad emj)lead;i, excusarí.a jiara los demás tildes las exj)licaciones y razon.aniientos. Dijimos también (jue no debié) considerarse consumada la restaitración hasta después de c o m j)letar la instalación de vidrieras y construcción de altares. Y fundando el aserto en las teorías (jue se han supuesto buenas, no hay duda en que es así con efecto. I^as vidrieras bajas laterales, algunas de las alt.as ¡¡endientes de colocación, g o zarían de los aciertos y distinciones (¡ue todas las instaladas disfrutan v.i, v a\udarían á los s o r ¡)rendentes matices )• cambiantes. Dcs¡)erdic¡ar las (l¡s¡)osiciones actuales es atentatorio á la ¡ i r o ¡lia v^ sabia sídución de estos particulares ; el i m ¡)uls() de sumisión )- de abnegación em¡)rendi(los, traerían (> a¡K)rtarían dibujos inspirados eti la hegemonía del estilo, así ¡jara los paneles como ¡)ara los retablos, y l.a discreci('in v ¡)arsimonia de los ¡irocederes serí.an gar.aiitía de la ínstalaciini de un reducido número de altares, casi exclusivamente de las corres¡)on(lientes á las ca¡)¡llas absidales. E s decir, (¡ue todo conspiraría á respetar las esenciales condiciones inijiuestas á la obra ¡)or el primer niaesti'o. Indudablemente, éste concibió el ámbito de la grandiosa cruz despejado y d e s ¡ ) r o visto, inclusive en sus ambulatorios laterales, de todo (demento completnentario, dedicado al culto ni á su s e r v i c i o ; bastábale á su intención el ¡)resbiterio y sus radios, á modo de lugar único de la adoracii'm á D i o s 3- á los es¡)lendores de su g l o riosa corona de esj)inas. Añadimos, igualmente, (jue corresjjondía tintes de considerar consumttdtt Iti restttiirtición, corregir Las equivocaciones de Lis torres, siempre con la V isttt fijti en los resiiltttdos convenientes al mavor esplendor d(d monuniento. Pttrtí nosotros e s o s errores no residen ttinto en Li ostinientti general de su construcción, algo disidente dtd resto de la Catedrtil, cutinto en Lis mutilaciones de tilgunos de sus miembros v en Iti ingerenciti de motivos inadecuados, á lo (¡ue ellas son en sí y á lo que es (d resto del edificio. Pero de todos modos, la o c a sión ertí jirojiicia ¡itira (Ittr stitisfacción á l o s fueros de la artjueohigía y de Li historia res¡ietándol¡is en lo princi¡)al, y mejorándoLis en lo a c ( e s o n o ; ¡lues hubiera sido atenttttorio al buen sentido meterse en los conqilicados dibujos de ada¡Jttirlas totalmente á Lis (hdineaciones getiuíntis d(d estilo. El resto de los óbices aducidos por nosotros se Arquitectur ARQLaTKCTURA a y ESPAÑOLA Construcción CON'l'EMPORÁNEA DECORACIÓN DE LA FARMACIA DEL DR. BOATELLA. Entrada á la rebotica Arquitecto: D. ANTONIO SERRALLACH BARCELONA Arquiiectura v Construcción defiende p o r sí mismo dentro de esa pauta de tes, (le la fachada principal y del hastial del Sur ; principios (ju(; á nuestro juicio ¡jrcsiden los p r o fácilmente se comprende (jue los siglos de los sicedimientos de las obras de restauración. Y si con g l o s admirarán entrambos á dos frontones, a c e r respecto á alguno fuese menester discurrir, no tadamente proyectados, inspiradísimas creaciones sería, ciertamente, acerca de la [irocedencia de de los Madrazos y Ríos, airosamente flanqueados libertar la N a \ e Central del Coro, (|ue la ;ifea y ¡)or sus torrecillas pináculas, con elegancia apundesvirtúa, á pesar de todas sus Ijellezas intrínsetados en peralte, con discreción jjerfiírados por cas, á pesar de todas sus liabladurías históricas, rosetones de luz y ventilación... los s i g l o s de los á pesar de todas las comodidades que proporciona siglos admirarán, repetimos, esas d o s exquisitas al cabildo. Cean Hermúdez y Ponz, y cuantos e x comjjosiciones de Arquitectura, convertidas en tranjeros haljlaron de al)usos parecidos, han c(mdos jiaredones inhiestos, sin oficio ni utilidad, (lenado á la una semejantes emplazamientos, y en como no sea el de recibir los embates de los vienla Catedral de L e ó n , toda armonía, toda grandiotos, ó el de servir (h; jjadrón de ignominia á los sidad, toda distinción, resalta más que en n i n g u presentes tiempos, que han estado faltos del valor n;i la monstruosidad del entor])ecimiento (jue comcívico y del amor artístico necesarios jiara jirob.itimos. E s de tanta monta el ])erjuicio que ocaporcionarles el arrimo de la cubierta general <jue siona á la visualidad y al disfrute de h)s efectos reclaman im|)eriosamente. armónicos del interior sublime ; de aquel aire Al correr de la pluma, hemos ido acumulando henchido de líneas y gr.indez.is, de esbelteces y opiniones y dictámenes (como nuestros, de ¡)oca proporciimes, de contrastes y sorpresas, de luces consistencia), y llenando el espacio de (jue podíay matices, que vale la pena de (jue se sacrifique mos dis])oner en este número con una parte de lo la comodidad al Arte y la historia á la belleza. L a que nos projjoníamos decir. El acontecimiento da integridad de los g o c e s estéticos merece el arr.inmateria jiara una felicitación general, (jue ya trans(jue de esas masas y paredes, de esas sillerías y cribimos; jiara discursos sobre lo que debe ser una escaños y su cuidadoso traslado (') trasplante á restauraciiin, (jue ya incluímos ; para un cajiítulo otro sitio y lugar en donde brillar y lucir p o r su (le cargos jior las obras (jue se han dejado de hacer, mérito propio (que no es ciertamente escaso). que ya dejamos redactado y ji.ira un estudio de lo 'ram¡)oco requiere disquisiciones la ¡jrobanza realiz.ado , con admiración del mundo del Arte, (1(1 ()bice final; fácilmente se. ve (JUIÍ no debiera que reservamos para un segundo artículo que cone.xponerse la Catedral de León á la perjietuidad tenga las odas y los encomios (jue merecen c u a n del defecto que ahora presentan sus dos imafrontos han contribuido á la realización de lo hecho. Barcclona i d e Junio de 1901. JOSÉ TORRES ARGULLOL. ^ ARQUITECTURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA D e c o r a c i ó n d e la r a r m a c i a d e l Dr. B o a t e l k i Arqulfecto: D. Anfonlo Serrollach GRABADOS: Bajo-relieves de la tachada, pág. i 6 5 ; Interior, pág. 169 Entrada á la rebotica, pág. 171; Fachada, pág. 173 L a farmacia del Dr. Roatella, de la cual reproducimos grabados en el jiresente número, ha sido comjiletamente restaurada y decorada por el conocido y notable arquitecto nuestro querido amigo D . .Antonio .Serrallach, (juien á la vez de desarrollar un problema puramente científico en el ensanche de local inutilizando muros de carga y substituyéndolos jior grandes jácenas de hierro logrando así mayor espacio, luz, V(mtilacíón, ha dado gallarda muestra de su numen artístico en la decoración, tanto interior como exteriormente. L o s d o s frisos en mosaico v e n e c i a n o , el a r t e - sonado techo, la escalera en hierro fiírjado y la estantería, no sólo son primorosos en dibujo y ejecución, sí (jue también sus tonos resultan s u mamente delicados. L a s diferentes entonaciones del mármol en la fachada emjileado, sus dos bajorelieves, y, en fin, todo en conjunto, resulta una obra bien estudiada (¡ue bastaría para acreditar á su autor. Felicitamos al S r . Serrallach ¡jor haber sabido resolver el gran poblema de c o n servar dentro de la nota modernista, la tranquilidad de líneas y la proporción en detalles que en la mentada restauración se observan. S. C. Arquitectura y Construcción '13 ARQliITECTURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA Dccoraci'in de la Farmacia del Dr. Boatella. — Fachada Arquitecto: D. ANTONIO SERRALLACH nonumenro (\ I). /Alfonso XII CI Concurso L a Junta instituida por Real decreto de 2S de F e b r e r o último, para la ejecución de la ley que dispone la erección de una estatua ecuestre de bronce, en honor y buena memoria del R e y don Alfonso X I I , ha tenido el buen acuerdo de e s c u char la voz de la pública opinión, abriendo un concurso entre Arcjuitectos y E s c u l t o r e s e s p a ñ o les , para presentar antejjroyectos de reducida escala, en relieve y del modo que mejor les ])ar e z c a p a r a rejiresentación de su pensamiento, dándoles al efecto un plazo de cuarenta y cinco días. Iva Junta lia dejado á los concurrentes comjileta libertad de iniciativa y am|)litud ¡jara agrupar figuras, relieves, b a j o - r e l i e v e s , emblemas, c u a dros heráldicos y cuanto pudieran estimar c o n ducente á la mayor belleza del conjunto, p e r o r e alzando la estatua ecuestre, objeto ¡irincipal del monumento, y debiendo ajustar su obra al dictado de Pacificador que adjudicó la voz pública al Monarca, y con disposición tal, que emplazado en lugar amjilío y á luz abierta, ofrezca la mayor suma de ¡luntos de \ í s t a . S e trata, ¡lues, de un verdadero monumento, y n4 Arquiteciura y Construcción no (le una simple estatua ecuestre en que debe brillar la idea de la Paz dada á líspaüa p o r el malogrado D . Alfonso X I I . pondiente número ; y, no sabiendo cual de l o s ] que faltan pertenece á cada uno, los c o l o c a m o s ' después de los numerados. , Por tales condiciones, más que por la cuantía (1(; los premios, creímos que el concurso sería muy lucido, por acudir á él numerosos artistas aportando ideas nuevas y saliéndose de los c a m i nos trillados ])ara esta clase de obras. Mas, por desgracia, hemos visto defraudadas nuestras e s jieranzas y, aparte de dos (') tres chispazos de genio, en general ios trabajos, en peípieño número presentados, si estimables algunos, no nos dicen nada nuevo, ni sintetizan, en nuestro C()nce])to, de manera clara y comiileta la idea de la Junta. Anteproyecto n.° i . Lema : « Rex eris si recta ! feceris » (dibujo). — Su aspecto es más bien d e i monumento funerario, con algo de tabernáculo, (jue de gloriosa ajjoteosis. Un templete ó balda-i (juino de estilo (jue (juiere parecerse á ojival, re-; matado [lor una aguja con ángeles bajo doseletes \ y coronado jxir una estatuilla de ia paz, cobija el i simulacro del Rey, sobre un basamento en forma de sarcófagos. Ni jjor su carácter, ni jior su e j e cución, es merecedor de aplauso. \ N.° 2 . Lema : « Sin recomendación ». — Res- i ¡)ecto á este proyecto, defectuosamente dibujado '\ y con más trazas de caricatura (jue de trabajo • serio, hasta en el escrito que le acomjiaña, nada J diremos, por no juzgarle acreedor á ocujíar la i atención de nuestros lectores. I N." 3. L e m a : «.A. mis reyes » (dibujo): — l i s t a ; bien rejjresentado en persjiectiva y consta de una ; escalinata interrumpida j)or grupos de figuras, y • sobre ellas el pedestal, con su Z()calo de lados ; convexos y su dado de frentes cóncavos ; c o m b i - i n;ic¡(')n ¡xico afortunada, cuyo objeto es, sin duda, ' dar esjiai io .á istatuas y bajo-relieves sejiarados ' Jior grujios de semícolumnillas abalaustradas (jue • decoran los ángulos. \ lin éstos vense también genios con escudos ; al j frente camjiea el de la nación, y en los costados j estatuas de la Paz y de la Historia. No se trata, á nuestro parecer, únicamente de un Rey guerrero, aclamado por sus victorias y sostenido únicamente [lor cañones y bayonetas, .sino del Pacificador, no si'do jior las armas, sino por sus actos políti^-os y sociales, por su carácter, por la jirotección al trabajo en todas sus manifestaciones. No (1( be, |)ues, dominar en el m o n u mento la nota puramente militar, sino ser e x p r e sión de todas las concausas de la jiaz obtenida en su reinado, y esta expresión ha de ser franca, asequible á todas las inteligencias, pues el m o n u mento es para el pueblo, página de su historia (pie debe leer de corrido, sin dudas ni vacilaciones ; y para conseguirlo el Arte tiene recursos. Bien e s verdad (|ue el tiempo dado para jiresentar los modelos es harto escaso, por(|ue s i e m pre hay un afán inex|ilicable de acortar estos plazos, como si fuese preciso iii.iugur.ir l.i obra en un plazo fatal. L o que debe procurarse es ()ue la cosa resulte bien, y hay (jue dar tiemjJo jiara concebir, {)ues no siempre está el artista en d i s posición de ello ; (lesjiués, para madurar su [ l e n samiento, para estudiarle y darle forma, y, finalmente, [lara ejecutarle de la manera más clara jjosible y no todos tienen facilidad ¡)ara hacer esto con rapidez. .Acaso esta brevedad de |)lazo ha retraído á algunos artistas apreciables, privando á la Junta (le sus ideas, y á otros les ha impedido corregir las suyas ó darlas el debido desarrollo ; todo lo cual [luede justificar las deficiencias (hd concurso, mas no [)or ello son menos lamentables. Y esto sentado, jiasemos á examinar los antejiroyectos expuestos al j)úblíco, acerca de cada uno de los cuales diremos brevemente lo (jue sentimos y jiensamos, sin (jue (jueramos tjue se vea en nuestras jialabras otra cosa (jue la manifestación de una imjjresión personal. -N." .S. Lema: « P a z y Caridíid». — Se jiresenta en dibuj(j este proyecto, comjiuesto de un robusto [ledestal con fuentes en sus frentes y figuras en sus ángulos, representando las consabidas Industrias, Comercio, etc. S o b r e él se eleva un segúndo cuerjio con reminiscencias árabes mal combinadas, y sobre éste un tercero de Renacimiento con estatuas en sus frentes. Hay, pues, falta de composición arquitectónica, y la escultura deja mucho que desear. N." 8. Lema : « 1 4 Enero 187.S ». — E l aspecto grandioso de este monumento y su notable ejecuci()n seducen desde luego y revelan á un gran artista. La hermosa estatua ecuestre del monarca se eleva sobre un pedestal rodeado de figur;is en (jue se simbolizan las jirovincias ó regiones esiiañolas, el ejército, etc., (jue aclaman al Pacificador, llevando en sus manos ramos de laurel y olivo. Piste pedestal descansa sobre (itro cuyos flancos ostentan bajo-relieves alusivos al nacimiento y la muerte del rey, y las siguientes inscripciones en su jjarte anterior y posterior : 1874; Diez y nueve son los jiroyectos pres( litados al Concurso y exjiuestos al jiúblico, y vamos á tratar de ellos por el orden de los números c(m que, además de los lemas, están señal.ados advirtiendo que algunos de ellos (tres), carecen de su corres- \ i : j ¡ i el i lil plinto de este jiedestal aparece sostenido en sus cuatro ángulos, jior sendos leones, y bajo él, aparece por el frente una barbacana. Pil zócalo general se halla fianqueado por bellas estatuas de \ : i ; pacificador, España reconocida. A Alfonso XII, ; ; ; • 187 s- Arquitectura la Paz y el Trabajo, la Caritlad y la Historia, y una am])I¡a escalinata, rodeada de cadenas que se sujetan en pedestales, en forma de morteros, la relaciona con el s u e l o . Como antes decíamos, la concepción es g r a n diosa, |)ero la parte artjuitectónica está d e s c u i dada y no es lo razonada (¡ue debiera ; aquellos leones sosteniendo la enorme masa no resultan lógicos ni oportunos, y ganaría mucho el m o n u mento si se colocaran en form.a más razon.id.i. I.a ejecución es perfecta. N.° 9. L e m a : « M a r . N i c » . — l i s t e jiroyecto no se distingue, ni por su novedad ni por su factura. Consta de un ¡ledestal rectangular con bajorelieves, e n (pie se re[)resent:in las v¡s¡t:is del Key á Aranjuez y Granada; y sobre (ístos un s e gundo pedestal, rodeado de figuras, al frente de las cuales se destaca una victoria ctm el león e s p:iñol. lín los ángulos del basamento se destacan pedestales con las estatuas de la Justicia, la Sabiduría, el Valor y la Caridad, lil caballo que monta el Rey va al paso, lin la composición y ejecución (le este proyecto se not;in inexperiencias. N." 1 0 . L e m a : « .Siempre vive ». — P o r c a r e cer de condición alguna recomendable, creemos (jue el mayor fa\ or (jue jiodemos hacer á su a u tor, es no decir nada de su trabajo. N." 1 1 . Lema : « E l .Arco de la Paz ». — (aimo dicho lema indica, este jiroyecto está constituido por un arco triunfal, y sobre <'l la estatua e c u e s tre. \ ambos lados macizos cubiertos jxjr cuj)Ulines, y flanqueados jior semicolumnas (¡ue so.stienen un entablamíento interrumjiido, así comtj el ático (jue le corona por el arco, resultando sin la debida correlación. Gru¡)os y bajo-relieves decoran los ex[)resados machones, exterior é interiormente, y [lequenas estatuas a(l(.)rnan el ático. .Sobre el arco un escudo tjue recuerda el de la jnierta de .•Alcalá y otras estatuas alegóricas. Parece (jue un arco triunfal se ha de destinar á un triunfador ; y, en el jjresente c a s o , no es este el carácter que debe darse al monumento. .Además, no ha de perderse de \ ista (jue el princij)al objetivo de éste e s la estatua ecuestre, y aíjuí, ésta ajiarece como decoración del arco, pues nunca tal construcción jiiiede ser un jiedestal. lil conjunto resulta algo jiesado, y en los detalles hay de varios g u s t o s . L;i ejecución, titnto la del dibujo como la del modelo, es esmerada. N." i->. Lema : « L a paz es el mayor bien que j)uede disfrutar una nación». — E s t e monumento está constituido por una amplia base formada en su ¡larte decorativa por los escudos de las provincias españolas, en representación de la idea de adhesión nacional que supone la descrijición; un cuerpo medio, donde tienen cabida las referencias escultóricas indisjjensables al recuerdo «juerido del monarca, bajo cuyo cetro prosperó el trabajo, y Contruccion florecieron las artes y llegaron á todas las comarcas españolas los beneficios del amor y la caridad, harto patentes en Murcia, cuando las inundacion e s , coronadas por la España (jue orla de laurel el nombre del monarca, en la vanguardia, y á retaguardia por la historia tjue inscribe en s u s eternos libros los gloriosos h e c h o s ; y un chapitel (') remate formado jior los emblemas heráldicos del estado español, y el a s i e n t o , convenientemente decorado y en.iltecido de la estatu.i ecuestre, tjue ha (le representar las formas mortales del m a l o grado rey. N.° 1 3 . L e m a : « C o n c h a » . — Más (jue himno á la Paz, es este numumento una elegía á los d e sastres de la guerra, ¡mes jior (hxjuier vense en él los resultados funestos de la misma: la camilla, los heridos, los c.iñones rotos, las armas d e s t r o zadas, (jue rodean á un pedestal flanqueado por columnas exentas, (jue sostienen la estatua ecuestre, cuyo caballo está en reposo. No cumple, juies, este antejiroyecto con las condiciones de la convocatoria, respecto á la idea (jue debió p r e s i dir á su concejición, ni tampoco la parte arquitectónica reúne cualidades recomendables. N." 1 4 . L e m a : « S o m o r r o s t r o » . — De c o n junto agradable, aun(jue no t;in severo como ftier;i de desear, este monumento revela más al .Ar(piitecto que al lisctiltor, y es obra estimable. Consta de un amjilio jiedestal con bajo-relieves, ostentando en su frente la estatu.i de l.t Paz, y en la parte ¡losterior la de la Historia. .Sobre e l p r i mer cuerjio un ¡jedestal decorado con escudos y resaltos y con las estatuas de la Libertad y la C a ridad, sostienen la ecuestre. Rodea al monumento fal menos así parece (jtie debe ser |)or más (jue no existe sino en uno de sus lados) una barandilla con las inscrijiciones de hechtjs realizados durante el reinado de Don .Alfonso, y en sus ángulos, pedestales con las estatuas de la Ciencia, .Arte, Comercio, etc. Sus dimensiones son modestas, resultando jior esto práctico, sí bien convendría hacer en él a l gunas modificaciones. N." i.S. L e m a : « P a z y Libertad». — Proyecto es este de corte original y de viril expresión. Un robusto basamento circtihir rodeado jior un banco y decorado, en su jiarte sujierior ])or bajorelieves representativos de varios sucesos notables de la vida del Monarca, á (juien se dedica, ¡iresta asiento á un haz de columnas truncadas, sirviendo de [jaso una serie de molduras, d e c o r a das con flores de lis é interrumpidas en su frente y trasdós por jiedestales lisos con inscri[ici()nes de las fechas del nacimiento y muerte del Rey, y sosteniendo estatuas alegóricas de estos sucesos, (|ue habrán de ser doradas ó policromadas. Entre los dichos troncos de columnas (jue re[ircsentan las regiones ó antiguos reinos de España, señalados por escudos, y que están provistos 176 ArquHectura y (le basas, vense cañones enlazados con palmas, cascos y laureles; en el remate, inscripcicmes formadas de letras en guirnaldas recuerdan fechas memorables, y cada columna sustenta un trípode ( h i r a d o , rodeando éstas un plinto circular que sostiene la estatua ecuestre en que aparece el R e y venciendo al carlismo, representado en un c a r lista á los pies del caballo, amparado jior la L i bertad, (jue tiene á su derecha, y a c o g i e n d o á la vez al trabajo, simbolizado en un ángel, (|ue c o n duce un arado. líl pensamiento general e s , realmente, grandioso, pero resulta demasiado grande su masa, y de tan extraordinarias dimensiones el conjunto, que aun situado en sitio muy desjiejado, sin edificios jin'iximos, exigiría gran distancia jiara jioder ver bien el grujió jirincipal. Creemos que reduciendo la masa, cosa factible, sin jierjudicar á la idea, ganaría mucho este proyecto (jue, jior otra jiarte, revela en su autor ajititudes jioco comunes y maestría de ejecución. N." i6. I^ema : «Ratria y G l o r i a » . — Cuatro jiroyectos s e ¡iresentan bajo el mismo lema, s e ñ.ilados resjiectívaniente con las cuatro jiiimeras letras dtd tilfabeto. Aun sin esta circunstancia, se comjirendería, desde l u e g o , (jue los cuatro eran obra de la misma m;iiio, }• ésta acre<lit,i la facilidad y fecundidad de un escultor rejietidas v e c e s laureado y cuya manera de hacer es c a r a c t e - rística. Pero jierdónenos si hoy, reconociendo todos sus méritos y admirando sus obras, nos permitimos manifestarle nuestra opinión ó creencia de que, llevado por la imaginación, no ha acertado en la expresión dt; la idea, ni aun en su ejecución con acusar ésta g r a n maestría. H<ay desde l u e g o en los cuatro b o c e t o s grandes cualidades, jiero también ausencia de p r o p o r c i o nes arquitectónicas, y por lo q u e á su concejición resjiecta, más jiarecen (singularmente el señalado con la letra glorificación de la Guerra que a p o t e o s i s de la Paz. Cuanto á su ejecución, delicada y nimia en parte, resulta á v e c e s v a g a , s e mejantlo más bien obra de jilatería que b o c e t o s para ser traducidos en piedra y b r o n c e s , sin p a tentizar cuales han de ser las partes c o r r e s p o n dientes á estas tan diferentes materias. líl señ.il.ido con la letra A es el más imjiortante de los cuatro; \ ése en él un ejército tjue parece ir al asalto del jiedestal, coronado por la victo- Construcción n.i este carácter; y su composición arquitectónica adolece del defecto, ó más bien e x c e s o , de una serie de cuerpos s o b r e p u e s t o s sin enlace l ó g i c o , en términos que puede d e s a p a r e c e r alguno de ellos, con lo cual, lejos de ¡perjudicarse el c o n junto, ganaría. P'alta en éste, como en los otros, el re¡joso n e cesario á un monumento á la Paz, y los cuatro caballos alados, (¡ue ocupan los á n g u l o s de la escalinata, no son propios de aquel sitio ni alcanz.imos su significado. Letra C (n." — E s más sencillo que el anterior, atintjue ¡iresidiendo siemjire la misma idea. El pedestal (¡u(; sostiene la estatua es demasiado elevado y tan estrecho, (jue parece un muro. Consta también de tres cuerpos y su escalinata. I^etra D (n." K;). — .Aun más reducido; el alto jiedestal de la estatua, visto de frente, parece una columna. Sin e m b a r g o de lo dicho, no hay que dudar (jue estos proyectos revelan g e n i o artístico y a l teza de miras. Sin número. Lema: «Ptiz y Justicia».—Ctirece este ¡iroyecto de novedad, como no se rejiute por tal la de presentar al R e y con casco y manto, dándole aspecto de em¡ierador alemán. A los lados de su pedestal, vense las estatuas de la Paz y la Justicia, y en los á n g u l o s del mismo las de las Ciencias, Arte, Comercio y Caridad; pero todas estas esculturas tqittrecen desligadas del conjunto. 'Pambién c a r e . e de número el proyecto q u e lleva por lema España y se distingue por la finu' r a y maestría de su ejecución, singularmente por lo (jue attiñe á l;i estatuaria. líl pedestal que sostiene la bella estatua del R e y , es recto en sus flancos y curvo en sus frentes; delante del mismo v é s e la estatua de la Paz y detrás la de la Historia, lín los costados, g r u p o s a l e g ó r i c o s de la Discordia y la Concordia clásicamente modeladas. L o están también las estatuas sedentes que simlioliztindo r e g i o n e s españolas, ocupan los á n g u los, si bien destacadas de los mismos. l í n el ¡ledestal, bien compuesto, se ven escudos y los nombres de Bilbao, Pístellti, Clavijo y S o m o r r o s t r o , con el escudo de E s p a ñ a al frente; y en los costadtis, relieves (¡ue representan la entrada del R e y en Madrid y su visita al llosjiital de c o léricos de Aranjuez. Como (jueda dicho, en este proyecto la estatuaria está admirablemente ejecutada, pero quita importancia á la figura principal y , en nuestro mina en él la nota militar, pareciendo tjue la paz c o n c e p t o , ganaría mucho el monumento si s e s u sólo se ha obtenido por el triunfo de las armas. L a s consecuencias de ella y las e s c e n a s m e - , primiesen las estatuas del frente y trasdós, toda vez que la Concordia del costado substituye á la morables de la vida del R e y , están como posterPaz, y la de la Historia no es indíspens.able. g a d a s y obscurecidas por aquella idea que campea Con esto y con que las sedentes de los ángulos en todos los más salientes detalles. se acercaran al pedestal para formar parte del E l señalado con la letra B (n." i6) no abandoria. S u descrijición es realmente difícil para h,acerla con brevedad, y como antes decíamos, do- Arquitectura y m i . s m o , s e conseguiría dar mayor importancia á lo q u e d e b e tenerla, c o m o e s la estatua ecuestre; y como las dimensiones del conjunto no son exageradas, resulta este proyecto e n el níimtíro d e los aceptables. T a m b i é n carece de número el p r o y e c t o (¡ue por lema María Cristina, y en el cual s e v e l.i m a n o de un arquitecto, pues más q u e nada la Construcción estanque con un Restaurant á la derecha y nuevo embarcadero á la iztjuierda. Pil proyecto está presentado en hermosos dibuj o s , especialmente la gran perspectiva en color y el costado y sección del jiedestal, admirablemente h e c h o s á pluma. lleva ( d j r a e s a r q u í t e c t c H i i c a y de altos v u e l o s . L a circunstancia de estar explicado en uno de los bastidores que constituyen e l trabajo y de r e partirse a l público la Memoria impresa del mismo, nos releva de liticer su descripción d e t a l l a d a , con su simbtdismo, c o n s t r u c c i ó n , imijortancia, ventajas del emplazamiento e l e g i d o , e t c . Por lo (jue á este último respecta, sólo diremos que el autor sitúa el monumento al borde del gran estanque del Paríjue de Madrid, frente al P a s e ó de las estatuas, y en el sitio (jue hoy ocupa el a n tiguo embarcadero, con lo cual dicho está (jue le da admirable punto de vista, realzado con s u r e flejo en las a g u a s . l í l monumento en cuestión no representa s o l a mente al Monarca, sino á la Patria personificada e n el R e y Constitucional de los tiempos m o d e r nos, como modelo d i g n o de imitación. S u estatua se eleva s o b r e alto pedestal, cruciforme en su arranque, q u e e s á la vez edificio con un recinto para depositar c o r o n a s , r e c u e r d o s , d e d i c a t o rias, e t c . , y acotni)añado de las estatuas de la Paz, la Patria, la Libertad y el P r o g r e s o y de emblemas de alto relieve de la Industria, C o m e r cío, Agricultura, N a v e g a c i ó n , Ciencias, Artes, e t c . , elementos de vida de l o s ¡jueblos. l í n planchas de c o b r e , situadas en el zócalo, s e representan los hechos culminantes del reinado ; y las órdenes militares y civiles tienen también rejiresentaciones a l e g ó r i c a s . Rodea el monumento, con extenso radio, una columnata con planta semicircular y coronada de su entablamiento, en tjue s e simbolizan por medio de escudos, las provincias espaiiolas. Dich.-i columnata t i e n e una e n t r a d a e n su c e n t r o y termina en s e n d o s p e d e s t a l e s c o n estatuas. .VI conjunto sirve de basamento una amplia escalinata con l e o n e s , tjue desciende hasta las a g u a s . L a idea de e s t e p r o y e c t o e s , en nuestra o p i nión, g r a n d i o s a , y s u s dimensiones imponentes, por lo cual su c o s t e ha de s e r e l e v a d o , p e r o n o está exento de lunares, y entre ellos p a r é c e n o s el de más bulto el de la columnata, q u e no resulta razonada, por no prestar servicio útil, y que d e bería substituirse ó ampliarse, f o r m a n d o un verdadero pí'jrtico. lil autor, a d e m á s , proyecta el arreglo del III H e c h a la resella de los jiroyectos jiresentados al Concurso y emitida ligeramente nuestra o j i i nitín acerca de los mismos, de ella s e des|)ren(le que no hay entre ellos ninguno exento de lun.ires, (jue descuelle por encima de todos y (jue, por sus condiciones e x c e p c i o n a l e s s e a señalado unánimemente por l;:s g e n t e s . L o s pareceres s e dividen entre tres ó cuatro, no fijándose acaso en algún otro d i g n o de c o n sider.ación, y desde l u e g o ¡dgunos son desechables sin ajielación. L a mayoría de ellos, aun de l o s más recomendables, jiarécenos que j i e c a n [)or e x c e s o de dimensiones y por ¡irofusión de figuras y símbolos que perjudican á l.a estatua princijial por distraer demasiado la atención hacia detalles y a c c e sorios. H u b i é r a m o s preferido más sobriedad, no olvidando (jue la ley s e hizo jiara erigir al R e y don Alfonso X I I una estatua ecuestre, considerándole como Pacijicador de Esjjaña, y por tanto, dicha estatua había de ser el princijial objetivo del monumento, y todo h) demás había d e a p a r e c e r s u bordinado á ello y expresando la Paz y sus efectos en la nación. L a idea está bien determinada y ¡lerfectamente expresada p o r la J u n t a , en su c o n v o c a t o r i a , siendo de lamentar (jue no todos los concurrentes la hayan interpret.'ido con fidelidad. L o s que han ajiortado s u s obras merecen bien de la ¡latría y dignos son de aplauso, p u e s , realmente, la cantidad ofrecida |i.ira premios no comjiensa los g.astos realizados ji.ara tr.abajos tan bien presentados ; y a l g u n o s de los bocetos han costado seguramente á s u s autores mucho más de lo que imiiorta el primer premio, jiues, cuando éstos se fijan, no se tiene en cuenta lo (jue cuesta realizar e s o s trabajos. Por esto la concurrencia e s e s c a s a , tjue no todos los artistas se hallan en disiiostción de hacer g a s t o s sin seguridad de ser reembolsados, cosa que no sucede ni aun en el ca.so más f.i\tir.able, cual es el de alcanzar el jirimer jiremio. A h o r a á la Junta toca decidir ; y comjioniéndose ésta de personas ilustradas, con alteza de miras y exentos de jirejuícios, su fallo será justo. N o hay (jue dudarlo. Pi. M . REPULLÉS Y VARGAS de la R. A. de B. A. de San Fernando Arquitectura y Cons truccion Próxima Exposición de Arres decorativas de Turín 2." La Comisión general (lermanente ele E x p o s i - D e c o r a c i ó n plástica figurada ú ornamental total ó parcial. c i o n e s , hace [)úhlico que en el próximo año de 1 9 0 2 y bajo el patronato de S . M. el R e y de Italia, con 3." la presidencia de S . A . R. el Duque de A o s t a , 4." f-erámica. tendrá lugar en T u r í n desde el mes de Abril hasta 5." Vidrios y cristales. Noviembre de dicho a ñ o , una líxposiciójn i n t e r - 6." Mosaicos. nacional de Arte 7." 'Pelas, tapices, g a l o n e s y pasamanería. decorativo moderno, que com- Puertas, ventanas, chimeneas, etc. prenderá las manifestaciones artísticas y los p r o - <S." Pincajes y bordados. ductos industriales que tengan relación con la 9.° P a p e l e s pintados, impresos, etc. estética de la calle, de la casa y de la habitación. 10. C'ueros y sus imitacítines. S e .idmitirán tan sólo dos productos originales 11. (Cestería artística. q u e manifiesten una tendencia bien marcada hacia 12. Metales. la renovación de la belleza de la forma, e x c l u - 13. Armas y sus a c c e s o r i o s . y é n d o s e , por tanto, las simples imitaciones de 14. .Aparatos de calefacción y sus a c c e s o r i o s . estilos antiguos y l o s productos industriales que i.S. .\p;ir;itos de alumbnado. no estén inspirados en un verdadero sentimiento 16. .Muebles. artístico. 17. Detalles de muebles. Podrán presentarse también modelos originales y |)royectos y dibujos. 18. Platería, joyería y esmaltes. 19. Medallas, m o n e d a s , placas decorativas y sellos. Las peticiones de admisión sujetas al modido que facilitará la (Comisión organizadora, deben 20. A r t e s gráficas. dirigirse á la misma antes del 31 de Julio del pre- 21. Impresos artísticos é Ilustraciones de obras. sente a ñ o . N o se pagará cantidad alguna por el esjiacio que ocupen los objetos. .Se satisfará tan sólo un derecho de inscripción individual por la tarjeta d e .admisión. Podos los demás g a s t o s concernientes á l o s productos de los e x p o s i t o r e s correrán á c a r g o de los mismos. 22. Pincuadernacíones. 23. Cuartos ó habitaciones completas. 24. P r o y e c t o s de edificios y de sus partes. 25. Planos de calles, plazas, jardines, puentes, ])órticos, etc. 26. D e c o r a c i ó n exterior de la casa y de la calle. Para más detalles, consúltese el R e g l a m e n t o de L a clasificación de objetos comprende las s e c ciones siguientes: soliciten por la (Comisión organizadora, así c o m o I . " D e c o r a c i ó n pintada ú ornamental total ó parcial. efecto en la Secretaría de dicha Comisión. la Pixposición, que será facilitado á los que lo se liarán también todas las noticias necesarias al INFORMACIONES líl Artiuitecto municipal de ("uenca ha p r e s e n tado bi dimisión del c a r g o , (jue le ha sido a c e | ) tada por el l í x c m o . .Ayuntamiento de aquella localidad, el cual anuncia la vacante con el sueldo anual de 3 , 0 0 0 [lesetas y 300 de material, señalando un i)lazo d e 30 días, á contar desde el 28 de Mayo próximo pasado en que aparece el anuncio en la Gaceta de Madrid, cuyos solicitantes d e b e rán acompañar co[)ia ó testimonio autorizado de sus respectivos títulos profesion.ales y de hoja ó certificación de sus méritos y servicios. Y NOTICIAS Cu;indo iba á entrar en prensa este n ú m e r o , recibimos la triste noticia del fallecimiento de nuestro ipierido y eminente amigo D . J o s é L u i s P e l l i c e r , ocurrido tras penosa y cruenta e n f e r medad (]ue le tuvo postrado en el lecho larga temporada. Hablar en este instante de sus m é r i t o s , de sus t a l e n t o s , de su valía artística es completamente o c i o s o , no sólo [jorque los han r e c o r d a d o , con mayor prolijidad que la que n o s otros podríamos emjjlear, otros periódicos y R e vistas más directamente c o n s a g r a d o s á su arte ó que disponen de mayor e s p a c i o , sino porque s o n ArquHeciura tan recientes y tan g r a n d e s sus triunfos, que todos los recordamos con v i g o r y los lloramos perdidos con inmensa pena. Baste decir que era una de las figuras más salientes del arte actual, y que p o r t a l era reconocido por los eximios de todos los p a í s e s . y Construcción '79 Consten estas frases como expresión de nuestro dolor por su fallecimiento y reciban el A r t e , su familia y las Sociedades á que dio vida con sus c o n d i c i o n e s , el pésame que de corazón les env iamos. Concurso de fachadas de París. — Casa en la calle de Edmond-Valcntin , premiada en el concurso Arquitecto : MR. SI.NELL ARQUITECTURA EXTRANJERA Concurso de fachadas en París Acaba de dictarse fallo en el concurso de fachadas, relativo á las construcciones urbanas erigidas en la gran capital, durante el año 1 8 9 9 . .Seis han sido las elegidas, y auntjue cada una de carácter distinto, todas son notables por algún concepto, y ofrecen la muestra interesante de algún adelanto en la arquitectura francesa. L a más suntuosa y espléndida de todas es la erigida por la Com|)añía de A g u a s « N e w - Y o r k » , en el Boulevard de los Italianos, según los planos y dirección facultativa del artjuitecto M. MorínGostiaux, cuya reputación es universal y env idiable. El efecto de este edificio, conocido de todo el mundo hoy por la decoración del Café-Riche, Arquitectura i8o y Construcción ARQITTECTrRA EXTRANJERA C o n c u r s o de fachadas de Paris. — Casa de la N e w - Y o r k . p r e m i a d a en el C o n c u r s o A r q u i t e c t o : M . MORIN-ÜOSTIAUX instalado en su planta baja; e s de majestad y armonía, y aun(|ue no se substrae — como es n a t u ral — á los vicios generales de la composiciiín francesa, e s , dentro de ella, una de las más admirables obras que se hayan producido, en su g é n e r o . ción de casas de gran lujo, y que ha subido en ésta, (jue no lo e s , y está situada en el barrio d'affains, según lo llaman los franceses, dar prueba de (jue en todo c a s o inspira á su artjuitectura un sello de elegancia y distinción. Otra de las premiadas está situada en la calle lidmond-Valentin, y es debida al Arquitecto M. Linel. K s de buen g u s t o y elegante, así .en el conjunto como en los detalles decorativos C)ue le com])letan. E n la calle de L o t a está emplazada la (juinta, obra de M. Bouvans van der Boyen, de composición reposada y serena, exenta casi en absoluto de cultura, pero felicísima en la combinación de m;iteriales coloreados y en el est;iblecimiento de su preparación. L a tercera, situada en la avenida Rreteuil, e s obra del Arquitecto M. Marcel. E s de notar en la misma la alianza felizmente realizad;! de los dos estilos franceses de l;i ar(|u¡tectura del s i g l o xviii, los llamados Luis X V y Luis X V I . L a cuarta está situada en la calle del C h á t e a u d'eau, y e s obra de M. R í v e s , cuya reputación le acredita de Arquitecto inspirado en la construc- Por las mismas circunstancias ha obtenido también el premio [)ara la suya, situada en el Boulevard Rasjiail, M. Bruneau. L a combinación de colores en los ladrillos e s hermosa y bien d i s puesta, y el conjunto e s sencillo pero agradable. H o y publicamos una de ellas y sucesivamente daremos las demás. B. P . , Tipografía * La Académica*, de Serra hermanos y Russell: Ronda de la Universidad, número 6; Barcelona. — Teléjono H6l