Javier González Valdivieso Presentación de la Arquitectura Tercer Año 2012 Renacimiento y la Ciudad Contemporánea Trascendencia de Principios Para comenzar es necesario referirse a la expresión de trascendencia (trascender). La RAE lo define como: “Aquello que está por más allá de los límites naturales”. Entiendo por lo tanto que trascender, es aquello que es, es propio del ser. El “renacimiento” de la cultura europea occidental (es importante diferenciar), apareció en el momento en que el hombre de esa época necesito de cierto respirar. Aunque como todo proceso en el ser humano, fue de forma paulatina. El comienzo del proceso es posible retrasarlo (del establecido Quattrocento – 1400 D.C.), hasta cerca del 1300 D.C. gracias a hombres como Dante Alighieri, Francesco Petrarca, o Gemisto Pletón, entre otros, todos grandes exponentes del humanismo. Ya desde esta época es posible encontrar ciertas expresiones de lo que será un arte más libre, liderado por el re-encuentro del mismo ser humano. ¿Porque hacer mención de todo esto? Al momento de estudiar el Renacimiento desde la anacronía, es difícil darse cuenta de la magnitud de lo que se esta hablando (quizás esto ocurre con todos los periodos históricos). Pero creo que es necesario hacer el verdadero intento de abstraerse del presente mismo y buscar una sintonía con la historia. Nada puede darse por hecho, nada es obvio al mirar hacia atrás a periodos de grandes cambios como este. Personalmente prefiero referirme más al Humanismo en si que al Renacimiento ya que este es la médula de todos los cambios que se originarán. El humanismo es la corriente filosófica que plantea la vuelta a lo clásico. Potencia y promueve el ser humano como elemento fundamental de la sociedad. Se ramifica en primera instancia a las letras y a la “política”, para luego comenzar a arraigarse en las demás artes. El hombre y distintas expresiones de su ser comienzan a aflorar. En una mezcla de revolución y vuelta la cultura Griega. La arquitectura también fue parte de esto. Retomando antiguos cánones de belleza basados en la proporcionalidad y tamaños. Trayendo las obras, esculturas, teorías, doctrinas, códices, etc., todo cuanto le pudiese permitir al arquitecto de la época comenzar y re-comenzar la ciudad, y en cierta forma el urbanismo. Esta especia de catarsis cultural del hombre trae consigo un cierto desorden de las estructuras existentes, tanto físicas como virtuales. El orden de las ciudades, como de las estructuras políticas centralizadas se sumerge en cambios imparables, cambios que son posibles seguir viendo hasta hoy en día. La ciudad en sus dos aspectos mencionados repiten el patrón, un fuerte núcleo y una segregación parcial en forma radial hasta llegar a tierra de nadie. (Esquemas círculos) Estructura de Ciudades Previo Renacimiento Pleno Luego, mediante el Renacimiento maduraba, la ciudad lentamente fue fragmentándose en su distribución esencial, cambiando y agregando lugares y elementos urbanos los cuales respondían a las nuevas necesidades del hombre de esa época. La arquitectura, me atrevo a decir, retomaría su curso (iniciado en la Grecia clásica y detenido en el periodo de Edad Media), explotando exponencialmente esta urgencia del ciudadano por tener un lugar que acoja sus respectivos quehaceres. Es en este renacer del hombre que vuelve a renacer la Arquitectura. Estructura Administrativa Previo Renacimiento Refiriéndome a esto quisiera trasladarme dentro renacimiento a lo que los historiadores ubican en el último periodo del Cinquecento: El manierismo. Esta corriente, si bien es algo corta en el estudio de la historia, es muy importante dentro del mismo Renacimiento, ocupando cerca de 80 años. (1520 App. - 1600 –Inicios del Barroco) ¿Porque traerlo a presencia? Por qué creo que es posible considerar el impacto del manierismo como el gatillante final del desorden a la estructura establecida, desordenando inclusive la vuelta a lo Clásico. Es este periodo el que establecerá el continuo cuestionamiento de las doctrinas artísticas desde esa época hasta la actualidad. El manierismo surge gracias a una de las tantas condiciones humanas de preguntarse los porque de los sistemas existentes y transformarlos mientras el hombre avanza. Es de alguna forma, la misma inquietud que crea el Renacimiento, en proceso de maduración. Comienzo con esta pequeña reseña sobre las corrientes filosóficas de la época para dar cierta medida del contexto, y los cambios a los cuales la Arquitectura se encontraba sujeta. Con esto, es posible volver a la trascendencia. La forma en que todo esto se mantiene en su escencia, sin embargo en constante estado de evolución al ser un elemento humano. Esto se relaciona mediante una hipótesis simple aun no completamente definida: Los avances tecnológicos van de la Estructura Urbana en Manierismo-Barroco mano de la inquietud del artista (en este caso Arquitecto). Cuanto más ambicioso el proyecto, nuevos avances ocurren (Digo no completamente definida porque ciertas observaciones hacen pensar que en la actualidad la situación a veces funciona al revés). Podemos decir entonces que gracias a la necesidad de tener nuevos lugares para los nuevos actos urbanos que aparecían mediante comenzaba a existir la ciudad como tal, la Arquitectura en una necesidad por dar abasto a esta petición urbana, obligó a avanzar en la tecnología (importantísimo no sintetizar tecnología en ingeniería o electrónica) Con la aparición de nuevos sitios como bibliotecas, escuelas, hospitales, teatros, vías, catedrales sin precedentes, frescos gigantes, etc., mas la revelación de la “maniera” se instauró una cierta autoridad en el artista que lo motivaba a continuar con esta “labor” de indagar y proponer lo nuevo. Casi como que el Arquitecto, para poder serlo tenía el deber inconsciente de innovar al menos en algún sentido. Casos específicos estudiados como la Basílica de Santa María de la Fiore, o bien El Teatro Olímpico de Vicenza, traen un gran sentido de visión del Arquitecto que revoluciona la forma de pensar dando pie a obras posteriores. Interior Teatro Olímpico de Vicenza En este caso el desafío de Brunelleschi por salvar la luz dejada para la cúpula de la basílica, logrado a cabalidad con su innovadora técnica de espina de pez. O bien la pasión de Palladio por el teatro y las humanidades (siendo miembro fundador de la Academia Olímpica de Vicenza) llevándolo a hacer el primer teatro cerrado de la época, sumado a su trabajo con las villas en las afueras de las ciudades del Véneto, trasladando la arquitectura residencial ya no solo al papado ni reyes, sino a familias, elemento mediante el cual la arquitectura comienza a expandir su campo de influencia. Campo que para nosotros sobrepasa lo obvio, fue en su momento, una total revolución del tipo de vivienda y contexto a la cual el “ciudadano” podía optar, haciendo comparación a la época del Medioevo donde esto era imposible de considerar. Ambas obras en periodos muy distantes del renacimiento, una (Catedral) marca el inicio de este, mientras que el fin de la construcción del teatro, esta estrechamente relacionado con los inicios Barroco. Es posible identificar entonces que en ambos periodos de quiebre artístico y de principios del hombre, la creatividad del artista se ve disparada. Existe Cúpula Catedral Santa María del Fiore una necesidad de saciar esa urgencia. La magnificencia de la obra Brunelleschi dio pie a trabajos aun más majestuosos como la Basílica de San pedro de Miguel Ángel, superando en altura a su predecesor. Mientras que Palladio, en su proyección del Teatro, finalizado por Vincenzo Scamozzi, sentó precedentes para otros artistas a construir nuevos teatros, revolucionando esta disciplina. Es en cierta forma el punto clave al cual llegar: el poder que tuvo la Arquitectura Renacentista en su relación con los oficios y pasiones del hombre, para modificar, adaptar y adaptarse a estos. Comenzando desde este oficio en particular el cual tiene la cualidad de dar forma a estos actos, actos frescos que empezaban a ponerse en marcha nuevamente después de siglos de ambigüedad en su proceder. Ahora ya comenzaban a tener libertad para evolucionar desde su interior mismo y sin ningún otro limitante que la pasión del artista en cuestión. Hago mención a Giordano Bruno, teólogo, poéta, astrónomo y filósofo de la época del Manierismo. La poesía, según él, no era mantenida por las reglas, sino que éstas se derivan de la poesía. El artista es, pues, el único autor de sus propias normas, existiendo tantas como artistas, ya que la libertad del verdadero poeta obedece a una necesidad interna. La arquitectura habiendo tomado ya estos principios en el mismo manierismo, sella lo que será la disciplina para el futuro. Actualmente es imposible pensar en ésta como limitada, o inscrita dentro de cánones. La belleza del arte, como dice Jaime Reyes Gil, no esta ligada al tiempo, ésta es posible de considerar como un plano atemporal distribuido a través de la historia humana. Postulado que traduzco como hijo directo del planteamiento de la Arquitectura en tiempos “manieristas”. Actualmente encontramos en la ejecución de la Arquitectura la libre disposición de elementos, luces, tamaños, proporciones, etc., heredadas del Manierismo. La ciudad ya no es posible concebirla como un elemento cerrado, concéntrico ni radial. Es amorfa, o quizás, solo limitada ya por la naturaleza (También tiene mucha importancia en esto el hecho que en la época “contemporánea”, las ciudad amuralladas ya no son posibles de concebir debido a las magnitudes de los conflictos, siendo irrelevante para estos si existe o no una separación entre ciudad y exterior). El hombre del Renacimiento-manierismo- comienza a concebir que la forma de la ciudad, esta ligada a lo que el ciudadano, y el vivir en ciudad requiere. Siendo también elemento de reorganización, el como se ordenan estos elementos dentro del espacio citadino. Plazas, museos, los mencionados teatros e iglesias, son desarticulados por el arquitecto renacentista del núcleo urbano. Cada nueva iglesia incorpora un punto de encuentro, cada teatro se antecede de su atrio, cada vía incorpora un paisaje, cada villa extiende los límites de la ciudad. El comercio de desprende lentamente de los pórticos de las catedrales góticas para encontrar su propio lugar. Ferias establecidas aparecen de a poco en el continente, mercados. Los gremios aportan con la instrucción del conocimiento, escuelas renacen y se extienden desde los claustros religiosos hasta la calle. Discrepando con Fernando Chueca Goitia (Breve Historia del Urbanismo, CAP VI La ciudad del Renacimiento, pág. 127: 2007) que dice: “(…) En el campo del urbanismo sus primeras contribuciones (Renacimiento) resultan insignificantes si se las compara con la arquitectura del mismo período (…)” Teniendo en cuenta que Arquitectura y Urbanismo no son lo mismo, me es difícil separarlos tajantemente teniendo en cuenta la realidad del período, donde ciertamente, ninguno de los dos conceptos se encontraba definido ni establecido en la sociedad. El arquitecto mientras exploraba su disciplina, terminaba haciendo ciudad. Ya que, ¿Qué es la ciudad sino el lugar donde se reúne la expresión arquitectónica del hombre? En la actualidad, la ciudad es el foco del desarrollo (económico) del hombre, sin considerar su es ventajoso o no, reparo en la relación entre la realidad de la sociedad en determinado tiempo, y su expresión mediante la obra arquitectónica. El principio renacentista evoluciona pero mantiene su centro: La ciudad, el hombre sus artes y bien la arquitectura, se mimetizan en una expresión plástica de lo que a este le urge. La exploración del diseño en materia arquitectónica esta tan vigente como en la antigüedad o el Cinquecento. El arquitecto debe, dar cabida al oficio del hombre y no viceversa. Conformándose la ciudad de la misma forma, tanto crezca la autoridad del ser humano sobre su espacio y su actuar, crecerán las artes, la Arquitectura y la tecnología. Si bien ahora el arquitecto se separa del ingeniero, creo que no ha dejado de pertenercerle la función de reinventar materiales y métodos en pos de llevar a cabo un proyecto u obra. Algo ha tener en cuenta es que esta libre disposición de la arquitectura y las artes, nuevamente como todo proceso humano en cambio, tiende a la estática. Por lo que el espíritu arquitectónico del manierismo se encontró ante ciertas limitantes en su decurso por la historia, para finalmente llegar a nuestra época contemporánea donde creo es posible considerar ha logrado una maduración donde la ciudad y la arquitectura, ya sólo están sujetas a la demanda interior del hombre y como ésta pasa por el “filtro” artístico y emocional del arquitecto. El cual persigue la misma premisa: el cuestionamiento constante de la ciudad, ¿cuál es el límite de su arquitectura y urbanismo?