El gobernador y su partido político en el México post

VOL 1 NUM. 1 (2015)
ISSN EN TRÁMITE
El gobernador y su partido político en el México post autoritario
Dr. Silvestre Licea Dorantes*
(Recibido: el 1 de julio del 2015; Aceptado para su publicación: 14 de julio del 2015)
1.- Los gobernadores en el México autoritario
El régimen autoritario en México configuró una dinámica peculiar del ejercicio del poder del
presidente. El ejercicio del poder ejecutivo estuvo enmarcado en un presidencialismo
deformado que permitía al presidente tomarse atribuciones extra-constitucionales, las cuales
lo llevaban a involucrarse en decisiones para elegir diputados, senadores, gobernadores,
funcionarios y hasta presidentes municipales (Carpizo 2006:197). El voto de los ciudadanos
para elegir al gobernador era un accesorio de mero formalismo electoral, la decisión de su
acceso y permanencia en el cargo provenía del ejecutivo. En esta línea de razonamiento los
gobernadores se hallaban en una situación vulnerable frente al poder del presidente, puesto
*
Profesor-investigador del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados “Ignacio Manuel
Altamirano”, Universidad Autónoma de Guerrero. Correo electrónico:
silvestre_licea_dorantes@hotmail.com. Dirección institucional: Avenida del espanto # 50, fraccionamiento
Hornos Insurgentes, Acapulco, Guerrero, c.p. 39350, teléfono: 01. 744. 44. 57. 504. Éste es un avance del
trabajo de tesis doctoral por presentar ulteriormente.
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que el gobernador dependía del respaldo del presidente para continuar en su cargo. Los
intereses del ejecutivo nacional se depositaban en la figura del gobernador, por lo que la
ecuación política con el presidente podía resultar compleja. Para mantenerse como jefe del
ejecutivo estatal el gobernador necesitaba de un equilibrio que combinara los intereses
propios del gobernador con los intereses del presidente; la situación se tornaba más compleja
y complicada cuando el presidente del país en turno no era quien los había elegido para el
cargo. Así, una situación de incertidumbre se hacía presente con la llegada de un nuevo
presidente de la república. En caso de que el presidente reciente no percibiera la disposición
de colaboración y coordinación requerida los gobernadores corrían el riesgo de ser
sustituidos. Los “… gobernadores tenían muy claramente un poder prestado; lo perdieron
cuando los desposeyó de él quien se los había dado o permitido que lo tuvieran” (Granados
1985: 84). No obstante, es difícil pensar en los gobernadores como mero reflejo de los
intereses del ejecutivo federal, algunos podían tener la fuerza suficiente para oponerse al
presidente1, sin embargo la regularidad es que se encontraran en una situación de franca
fragilidad en su relación de poder con el ejecutivo federal. Más aún, “cuando las relaciones
personales entre el ex presidente y el presidente en turno llegan a deteriorarse gravemente los
gobernadores son los primeros que sufren las consecuencias, con serio detrimento de la
1
Jorge Carpizo documenta que “Alberto Trueba Urbina, ex gobernador de Campeche (1955-1961) manifestó:
‘Yo goberné contra la voluntad del presidente. Y me negué a entregar el poder a mi sucesor porque me lo
impuso al federación…’ “ (Carpizo 2007: 198)
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autonomía y estabilidad políticas de los estados” (González Oropeza 1985:260). Ante la falta
de lealtad, cooperación o incompetencia2 los presidentes podían remover al gobernador.
El presidente remueve a los gobernadores que le molestan o que por algún motivo no desean
que continúen en su cargo. Los medios que se utilizan son desde insinuar la presentación de la
renuncia […] hasta la declaración de desaparición de poderes en la entidad federativa (Carpizo
2006: 198-199).
El abanico para remover un gobernador indeseable pasaba por la figura legal de desaparición
de poderes hasta medios indirectos pero igual de efectivos para quitar al gobernador: pedir la
renuncia, pedir licencia o castigar al ejecutivo estatal reduciendo drásticamente los recursos
para su estado.
La tabla 1 muestra las salidas de los gobernadores y las causas por las que abandonaron su
mandato. La tabla fue modificada para presentar los periodos presidenciales desde Luis
Echeverría (1970) hasta 1998, parte del periodo presidencial de Ernesto Zedillo.
2
Cuando Gustavo Díaz Ordaz se hizo cargo de la Secretaría de Gobernación se presentó el gobernador de
Chiapas, Samuel León Brindis en las oficinas de la Secretaría… ‘¿para qué cree que es gobernador?’, le
comentó Díaz Ordaz a [Luis M.] Farías [director de información de la Secretaría de Gobernación]. ‘Para
resolver problemas, no para venir a chismear aquí’ (Krauze 1997: 317).
Sobre este mismo punto Figueras (2009) expresa que: “En sistema político mexicano tradicional, los
gobernadores disfrutaban una independencia considerable para actuar dentro de sus jurisdicciones mientras
cumplieran tres condiciones: no poner en riesgo el sistema político de ninguna manera, garantizar el orden en
los territorios que gobernaban y proveer apoyo político para el partido.”
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Tabla 1
Causas de las salidas prematuras de los gobernadores 1970-1998
1970-1976
1976-1982
1982-1988
1988-1994
1994-1998
Echeverría
López Portillo
De la Madrid
Salinas
Zedillo
7
4
7
14
13
Muerte
1
0
0
0
1
Licencia
3
3
5
9
6
Desconocimiento
0
0
0
0
4
Renuncia
2
1
1
5
2
Desaparición de poderes
1/2
0
1
0
0
Salidas prematuras
Razones formales
Tabla tomada de Figueras (2009) y modificada por el autor
A pesar de todo lo anterior no es correcto ver a los gobernadores como meros administradores
del poder ejecutivo nacional. A la par de esto los gobernadores podían, localmente, ejercer
un férreo control de la vida política y económica de sus estados así como de la radio, prensa
y acceso social a las altas esferas de relaciones sociales y círculos empresariales (Vadillo
2000). Un ejecutivo estatal con poder significaba que tenía altas probabilidades de terminar
su periodo a pesar de los vaivenes políticos.
Además de existir una barrera para los gobernadores a continuar con sus carreras, en el sistema
político tradicional existía una probabilidad alta de que los ejecutivos estatales ni siquiera
completaran su período. Es decir que, a pesar de ocupar una posición política importante y de
decidir casi cualquier asunto en los territorios que gobernaban, los gobernadores eran
completamente vulnerables ante las decisiones del partido y del Presidente. Al respecto
Langston encontró que “... si el gobernador controla al sindicato de maestros, a los estudiantes,
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amas de casa, empresarios locales, negociando o por la fuerza, tendrá gran libertad para
gobernar y probablemente sobrevivirá su periodo completo. Si no lo hace, es fácilmente
reemplazado por el Presidente quien simplemente le pide su carta de renuncia y envía a alguien
de la Secretaría de Gobernación a recogerla, o incluso a dictarla al gobernador si es necesario”
(Langston 2002, citado en Figueras 2009)
5
En algunos casos los ejecutivos estatales no sólo podían manejar la situación de su estado
sino que podían llegar a acumular tanto poder local que removerlos o atentar contra sus
intereses conllevaría costos muy altos3 para el presidente. En este contexto el poder de los
gobernadores era “contenido” por el poder presidencial y sus reglas del juego en el
autoritarismo. Los gobernadores y el presidente podían servir de pesos y contrapesos a sus
sendos poderes, pero los instrumentos a disposición del ejecutivo federal son mayores y
únicos si los comparamos con los que cuentan los gobernadores. La configuración de los
Estados Unidos Mexicanos como una república federal coloca en posesión de la federación
medios de control sobre los estados4,
2. Control de los gobernadores a través de la transferencia de recursos
El ordenamiento de México como república federal también conlleva un ordenamiento fiscal
que ha favorecido al centro más que a los estados. Es entendible tal situación si se piensa en
todo el proceso de pacificación del país que incluyó restar poder a los caciques regionales o
3
El caso de Víctor Cervera Pacheco expone lo difícil que es para un presidente, de su mismo partido o no,
controlar personajes locales que han acumulado apoyos dentro de su estado y ejercen un control extenso en la
vida social y económica.
4
Hay una discusión sobre el papel de la configuración federal y su efecto en la democratización.
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estatales a la vez que fortalecer los de la federación, lo que implicó establecer candados o
limitantes de recursos propios de los propios estados..
En el periodo autoritario era posible controlar y someter a los gobernadores a partir de la
discrecionalidad en el control de los recursos públicos
6
“… los gobiernos estatales permanecen vulnerables frente al gobierno federal ya que éste (el
presidente) puede utilizar sus vastos poderes discrecionales para “castigar” gobernadores
indisciplinados. Puede restringir el flujo de recursos al estado, retrasar el pago de
participaciones (transferencias no condicionadas), abstenerse de invertir en proyectos
especiales, prohibir el acceso a recursos mediante numerosas restricciones y regulaciones, y
limitar el acceso de los funcionarios estatales a los miembros más altos del ejecutivo (directores
federales, secretarios)” (Mizrahi 1997:2 , citado en Figueras 2009)
A partir de 1997 las iniciativas de los partidos de oposición lograron disminuir el control
discrecional del presidente sobre los recursos públicos a los estados. Los estados ahora
reciben un mayor monto de recursos y un mayor número de partidas; esto no implicó que se
alterara la relación entre el centro y la periferia, los estados aún carecen de medios para captar
recursos propios, siguen dependiendo de la federación.
Es útil recordar que la creación de un sistema con tan alto grado de centralización sólo fue
posible gracias a la dependencia política de los gobernadores, presidentes municipales,
diputados y senadores locales y federales de un sistema jerárquico de ascenso creado por el
entonces régimen priísta hegemónico. El partido controlaba centralmente las nominaciones que
permitían ascender, mientras que protegía a sus miembros de los retos de la competencia
democrática (a veces por medios ilegales). El Presidente, en cuanto líder del partido, usaba su
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poder y sus recursos en la esfera federal para someter a la autonomía local. (Diaz-Cayeros
2004: 233)
Esta dependencia fiscal tiene una correlación que se traduce en una estrategia política para
los ejecutivos estatales: en la medida que posean menos control y recursos provenientes de
la recaudación estatal menos riesgo corren de afectar su carrera política. En la medida que
aumentan los espacios de recaudación y posean mayor control sobre estos recursos se colocan
en una posición de adoptar medidas fiscales antipopulares que afecten sus aspiraciones
políticas ulteriores. Si bien la reelección consecutiva no es posible en México esto no impide
que la trayectoria política del gobernador concluya una vez terminado su mandato. Víctor
Manuel Figueras Zanabria (2009) muestra que los gobernadores estaban limitados en su
trayectoria política, "a estos políticos, después de la gubernatura el sistema (el partido, el
presidente) no les permitía continuar hacia posiciones más altas". La trayectoria política para
ocupar puestos de mayor importancia que la gubernatura era muy estrecha, el último
gobernador que ocupó un puesto mayor fue Adolfo Ruiz Cortines (gobernador de Veracruz
1944-1948), esto no se repetiría sino hasta la alternancia partidista cuando Vicente Fox
(gobernador de Guanajuato 1995-1999) del PAN llegara a la presidencia.
3. El poder político de los gobernadores
En el aspecto político, el PRI logró converger los conflictos externos en el país en disputas
por la lucha por el poder dentro del partido. En este razonamiento el partido oficial operó
como una arena de enfrentamiento de grupos para obtener acceso legitimado a puestos
públicos. La forma de operar era piramidal en cuyo vértice se encontraba el presidente y cuya
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lógica se replicaba hasta los puestos más bajos de la administración pública o del partido. Así
la forma de acceder a puestos o escalar a mejores posiciones se lograba por medio de
lealtades al poder superior. En este contexto la competencia electoral era eliminada para
asegurar el acceso a los puestos públicos. El político, por lo tanto no tenía que invertir en
responder a los ciudadanos o sus electores. Como su carrera política no estaba asegurada ni
se basaba en estrategias de captación de votos éste tenía que invertir su tiempo en acumular
el mayor poder posible con el fin de tener más posibilidad de sobrevivir a los vaivenes
políticos y tratar de influir en la balanza de equilibrio de poderes con el presidente. Aunque
la autonomía política estatal era vista con desconfianza o amenaza esta podía permanecer en
la medida que el costo político de erradicarla fuera tan alto que el presidente se detuviera a
hacer cálculos más precavidos para ejecutarla. En esta ecuación el interés por captar el voto
de los ciudadanos junto con las elecciones libres y equitativas no importaba ya que no
significaban ningún beneficio. Las prioridades se centraban en cultivar y consolidar las
relaciones políticas con el centro con el fin de permanecer en su puesto y obtener apoyos para
su estado. El partido político era una antesala de turnos para apoyar a candidatos designados,
acceder a puestos públicos en virtud de su lealtad (y no de sus méritos) y una máquina de
organización corporativa del voto en momentos electorales (o de fraude si era necesario). El
partido político no escapaba de la estructura piramidal, los controles provenían del partido
nacional, el cual estaba controlado por el presidente. Dos casos de desafío al presidente se
presentaron en el periodo autoritario, el caso de Roberto Madrazo y el caso de Manuel Barlett,
Al principio de su mandato, Ernesto Zedillo (1994-2000) […] intenta interferir en los asuntos
electorales, cuando busca obtener la renuncia de dos caciques priistas, cuyas elecciones al
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puesto de gobernador en Tabasco y Puebla, respectivamente, fueron denunciadas como
fraudulentas por los demás partidos. Pero Roberto Madrazo y Manuel Barlett cuestionan la
injerencia presidencial, argumentando que las elecciones fueron ratificadas por los diputados
locales –con mayoría priista-, únicos habilitados constitucionalmente para emitir un fallo a este
respecto (Modoux 2006: 516-517)
9
Antes de este acto de indisciplina el PRI había tenido un cisma que dividió al partido
profundamente, la rebelión del ex gobernador de Michoacán Cuauhtémoc Cárdenas y
algunos otros miembros dirigentes del PRI decidieron separarse en protesta por el método de
selección de candidatos.
No obstante lo anterior, la consistencia del poder presidencial sobre el partido y los
gobernadores estaba presente. En el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari (19881994) fueron removidos 14 gobernadores. Esto pone de relieve la estructura vertical y
autoritaria prevaleciente en las relaciones políticas entre el presidente, el partido y los
gobernadores.
4. El papel de los gobernadores en el México post alternancia
Casi no existen estudios sobre la relación entre el presidente y su partido político y no hay
estudios sobre la relación entre el gobernador y su partido político. Los estudios referidos a
los gobernadores versan sobre la influencia del gobernador en los políticos estatales
representantes sean diputados o senadores (Langstone 2010), sobre su desempeño
gubernamental con base en los nuevos parámetros fiscales (Diaz-Cayeros 2004), la influencia
de los gobernadores en la votación en el congreso estatal (Bernik 1978), la relación entre
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alternancia y autonomía de los gobernadores (Modoux 2006) o la ganancia de poder de los
gobernadores quienes replican la forma autoritaria del presidencialismo nacional a nivel
estatal (Hernández s/a)
El estudio de los gobernadores por sí mismos es relevante en la ciencia política mexicana
10
puesto que se presentan fenómenos de autoritarismo subnacional conviviendo con procesos
de alternancia. Las formas de relación de los ejecutivos nacionales con el presidente de la
república mexicana, con el congreso local y nacional, con los otros gobernadores, sus
alianzas y sus aspiraciones políticas son un nuevo parámetro que antes no era relevante en
los estudios políticos en México debido a que en la época del autoritarismo priista los
gobernadores eran considerados meros ejecutores de los intereses del presidente.
La influencia de los gobernadores en la post alternancia contrasta con el papel reducido y
frágil que tenían anteriormente. El destino político reservado para ellos en el
presidencialismo tenía una alta probabilidad de ser irrelevante en sus carreras políticas (véase
Figueras supra), actualmente esta situación ha cambiado, los gobernadores pueden aspirar a
ser presidente de la república por méritos propios y no por designación de una autoridad
mayor. La alternancia derivó en nuevas oportunidades para aspirar a la presidencia de la
república, en éstas los gobernadores pueden reclamar un espacio como contendientes
factibles. A medida que han avanzado las elecciones presidenciales en México podemos
constatar que el perfil político más recurrente es el de gobernador. Las elecciones del año
2000 contendieron dos ex gobernadores (Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Jefe de Gobierno
del DF 1997-1999 y Vicente Fox Quesada, gobernador de Guanajuato 1995-1999) y un ex
funcionario federal (Francisco Labastida Ochoa). En las elecciones del año 2006 para
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presidente de la república participaron dos candidatos que fueron gobernadores (Andrés
Manuel López Obrador, Jefe de Gobierno del DF -2000 al 2005- y Roberto Madrazo Pintado,
gobernador de Tabasco -1999 al 2000) y un candidato que fue funcionario federal (Felipe
Calderón Hinojosa). Aunque el escenario para las elecciones del año 2012 no está asegurado
dos de los perfiles más recurrentes para participar como candidatos para las elecciones a la
presidencia de la república son el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, por
el PRI y el Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrad Casaubon, por el PRD. Esto es
consistente con estudios hechos en otros países acerca de la importancia del gobernador como
perfil para candidato en las elecciones presidenciales. En su análisis comparado “El rol de
los gobernadores opositores en las elecciones presidenciales” se muestra que el mejor perfil
posible para competir en las elecciones para presidente de un país es tener el antecedente de
haber sido gobernador, dado que existen referencias claras para el votante para poder
comparar desempeños (Schneider 2010)5.
Uno de los rasgos que permite visualizar el nuevo papel de los gobernadores, alejado de las
constricciones del presidencialismo, es el peso cada vez mayor que juegan éstos en el
escenario político estatal y nacional. Una muestra del papel que actualmente tienen es la
nueva relación con el ejecutivo federal y que se expresa con la constitución de la Conferencia
Nacional de Gobernadores, una agrupación de gobernadores “como una estrategia para
5
El modelo, derivado de un estudio comparado entre Argentina, Estados Unidos, Brasil y México, expone
que el gobierno tiende a presentar candidatos “riñón” o importantes dentro de la administración pública
federal mientras que la oposición tiene mayor probabilidad al postular un gobernador “de experiencia
probada” .
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negociar en grupo frente al gobierno federal” (Azzis 2009) y en donde exponen las
limitaciones que padecen los ejecutivos estatales para su ejercicio cotidiano y los medios de
superarlos, sobre todo en la dependencia fiscal.
No obstante, es posible que los gobernadores no estén comprometidos a fondo con este punto,
12
ya que tienen una serie de incentivos para no hacerlo. La población en los estados ha crecido
y las necesidades han aumentado considerablemente, por lo tanto es necesaria una inversión
considerable para solventar las carencias estatales, pero los gobiernos están limitados en
cuanto a recursos. Lo anterior impacta negativamente en la imagen de un gobernador, puesto
que se presenta como incapaz de resolver los problemas de la población, es válido pensar que
un manejo de recursos propios y autónomos daría amplio margen para que el gobernador
canalizara los recursos a las necesidades que él considere prioritarias. No obstante esto podría
no ser así, en la medida que una mayor responsabilidad fiscal y en el gasto público implica
también una mayor responsabilidad frente a los ciudadanos, quienes pueden evaluar al
gobernador y otorgarle una baja calificación por su desempeño, afectando negativamente su
imagen y sus futuras aspiraciones políticas (véase Figueras 2009), al respecto Diaz-Cayeros
(2004: 231) expone que
En México, el proceso de democratización presenciado en los últimos años ha
generado, sin duda alguna, gobiernos más sensibles a las necesidades y demandas de
los ciudadanos. Sin embargo, el desfase entre el gasto y las responsabilidades fiscales
en el ámbito local ha permitido a los gobiernos locales ser menos responsables de lo
que deberían ante sus ciudadanos. Puesto que la mayor parte del gasto local en las
actividades gubernamentales (tales como la protección policiaca, la provisión de
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infraestructura social, salud o educación) es financiada principalmente por las
transferencias del gobierno federal, los gobiernos locales no necesitan prestar atención
a la manera en que el gasto debería relacionarse, por lo menos en el margen, a la
disposición de los ciudadanos por pagar por esos bienes y servicios del gobierno. Por
otro lado, los ciudadanos no pueden saber fácilmente quién es culpable de las
deficiencias en la provisión de bienes y servicios públicos. El equilibrio político entre
la disposición a pagar impuestos y los beneficios de la acción gubernamental no se
observa en los gobiernos locales
La preocupación por trasladar los costos de una mala economía al ejecutivo nacional y
esquivar la responsabilidades de la captación fiscal y el gasto público sólo tiene sentido si
pensamos en las expectativas políticas de los gobernadores en un régimen post
alternancia. Todo indica que en el México del siglo XXI las conquistas de las gubernaturas
de los estados son una estrategia crucial para lograr triunfos mayores, especialmente el
triunfo de las elecciones para presidente del país. El éxito en la administración estatal suele
ser la carta de presentación de un gobernador para respaldar su experiencia y desempeño
como méritos para poder lograr alcanzar la presidencia. A la par del nuevo escenario posible
(la presidencia de México), los gobernadores han heredado una estructura autoritaria en sus
estados que ha sido afectada poco por los cambios democráticos a nivel federal.
A pesar de los avances de descentralizar el poder en términos federales “…, no han
desaparecido completamente los rasgos tradicionales que emparentan fuertemente a muchos
de ellos (los gobernadores) con prácticas políticas próximas con el caciquismo. Existen aún
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las influencias familiares o del grupo del terruño. Muchos de los gobernadores no han logrado
sustraerse a la dictadura del ego desplegado en sus acciones…” (Martínez Assad 2009:198).
Uno de los efectos del presidencialismo fue que desdibujó las funciones de los gobernadores.
Cuando así convenía a sus intereses el presidente tenía injerencia en las decisiones que le
14
correspondían al partido político, al poder legislativo, o al poder judicial, aun en contra de
los intereses del gobernador. Ello relegó el papel del gobernador a mero administrador del
presidente. Después de la alternancia los gobernadores enfrentan exigencias en las que deben
demostrar sus destrezas políticas y su capacidad para resolver problemas. El vacío de poder
dejado por la retirada del presidencialismo encara a los gobernadores con sus funciones como
tales. (A continuación se) exponen y describen en la tabla 1 las funciones de un gobernador6.
Con el propósito de resaltar las mismas se contrasta con las funciones del Ejecutivo Nacional
y posteriormente se destacan las funciones del gobernador que son incompatibles con el
primero debido a la competencia de poderes en el sistema federal.
Tabla 1 Funciones del Ejecutivo Nacional y funciones del Ejecutivo Estatal
Funciones del Ejecutivo Nacional

Jefe del Ejecutivo Nacional7
Descripción
6
Funciones del Ejecutivo Estatal

Jefe del Ejecutivo Estatal
Descripción
Tabla de elaboración propia, basada en la idea de Debow, Ken y John C. Syer (2008) Powers and
Politics in California. Longman, USA.
7
Art. 80 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos
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Protege los derechos de los individuos, Protege los derechos de los individuos,
realiza nombramientos del gabinete y realiza nombramientos del gabinete y
formula políticas públicas a nivel nacional
formula políticas públicas a nivel estatal

Jefe de las Fuerzas Armadas8
No tiene esa atribución
Descripción
Descripción
El presidente de la república es el
comandante supremo de las fuerzas
armadas.
 Propone ministros para ocupar cargo
 Propone magistrados para ocupar
en la Suprema Corte de Justicia de la
cargos en el poder judicial del
9
Nación
estado
8
Descripción
Descripción
El presidente de la república tiene la
autoridad de proponer una terna para
ocupar el puesto de magistrado de la
Suprema Corte de justicia, a consideración
del Senado.
 Jefe informal de su partido político a
nivel nacional
El gobernador tiene la facultad de proponer
magistrados a la cámara de diputados
estatal, para que ocupen puestos en el Poder
Judicial del Estado, en caso que se requiera.
Descripción
Descripción
A pesar de tener una jerarquía y
organización formal, el presidente asume un
liderazgo basado en el supuesto de que las
políticas que se diseñan e implementan son
afines a la ideología del partido. Supondría
una simpatía al candidato de su partido No
obstante existe una figura, el jefe formal del
partido (presidente nacional del partido)
quien dispone de la autoridad llevar adelante
los intereses del partido.
A pesar de tener una jerarquía y
organización formal, el gobernador asume
un liderazgo basado en el supuesto de que
las políticas que se diseñan e implementan
son afines a la ideología del partido.
Supondría una simpatía al candidato de su
partido. No obstante existe una figura, el
jefe formal del partido (presidente estatal
del partido) quien dispone de la autoridad
llevar adelante los intereses del partido.

Jefe informal de su partido político
a nivel estatal
Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, cap. 2, art. 11.
9
Constitución Política De Los Estados Unidos Mexicanos. Titulo Tercero. Capítulo IV del Poder
Judicial, Artículo 96
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
Factor de peso en el poder legislativo
nacional10
Descripción

Factor de peso
legislativo estatal
en
el
poder
Descripción
Puede modificar el contenido de una ley Tiene, con diversos grados de variabilidad,
emitida por el Congreso
poder de veto en las iniciativas de ley de los
diputados locales.
16
En cuanto que el presidente ejercía un control vertical del partido y los gobernadores estas
funciones del ejecutivo estatal fueron opacadas. No obstante, la alternancia en la presidencia
de la república, que implicó la remoción del presidencialismo, permite resaltar la figura del
gobernador con las funciones propias de su cargo, éste ha dejado de ser una figura pasiva y
se convierte en un actor con más control y responsabilidad sobre su estado, pero a la vez esto
conlleva mayor riesgo para su futuro político a causa de la evaluación de su capacidad para
gobernar por parte de los ciudadanos.
El ejercicio del gobierno estatal converge las habilidades de los políticos para formular
políticas públicas exitosas, evitar explosiones de descontento social, e impedir conflictos
políticos que pongan en riesgo la credibilidad de su capacidad como negociador.
Ante lo anterior, las actitudes de algunos gobernadores reflejan la línea de pensamiento
autoritaria en la que el control de los actores políticos del estado (que se basa en la lealtad al
gobernador más que al interés público) es clave para obtener beneficios. En esta línea, en el
sistema federal de representación, tanto los diputados como los senadores tienen lazos con el
10
Al aplicar el poder de veto. Art. 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
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gobernador -cuando han sido apoyados por éste para obtener su cargo- que lleva a aquéllos
a exponer intereses del propio gobernador en el Congreso o el Senado. De igual forma
algunos gobernadores se acercan a actitudes que reproducen los vicios del presidencialismo
pero en una escala estatal, un ejemplo de ello es el intento de influir en las decisiones de su
partido político.
…los gobernadores cada día son más influyentes en la toma de decisiones políticas que las
estructuras partidarias. Esto es especialmente notorio en el PRI y en menor grado en el PRD,
donde sus gobernadores buscan influir en las nominaciones de candidatos a cargos de elección
popular y, sobre todo en el nombre de sus sucesores, generando de esta forma distorsiones
institucionales que llegan alterar los mecanismos partidarios de participación y selección de
los candidatos a estos cargos (Hernández s/a)
La intención de algunos gobernadores de extender el alcance de su influencia sobre
diputados, senadores, su partido político, jueces puede provocar conflictos, surgidos como
reacción a tales intentos. Aun sin las formas autoritarias los gobernadores han tomado un
papel distinto al de años atrás; tienen una auténtica capacidad de decidir sobre las políticas
estatales y diseñan su estrategia para lograr ser ellos mismos una opción política para ocupar
la presidencia de la república. Pero ¿puede hacer el gobernador converger sus intereses con
los del partido? Aunque ambos se benefician de sus logros los caminos para acumular
beneficios políticos pueden tomar rumbos diferentes y dificultar la cooperación.
En términos del marco analítico la relación se vuelve compleja en el sentido de que se pasa
de una diada (presidente - partido político) a una triada (partido estatal - gobernador – partido
nacional). A diferencia del presidente de la nación el ejecutivo estatal se halla en una relación
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El gobernador y su partido político en el México post autoritario
DR. Silvestre Licea Dorantes
política que enfrenta los intereses del partido local y los intereses del partido nacional. Como
se expuso arriba, los casos de los gobernadores de Aguascalientes y Tlaxcala son una muestra
del grado de conflicto que puede alcanzar la relación entre el gobernador y su partido político.
En el estado de Guerrero la relación ha sido difícil y en algunos momentos se ha tornado
tensa entre el gobernador y su partido estatal. Un acercamiento al papel de los gobernadores
da más armas analíticas para construir una explicación sobre las relaciones con su partido. Si
bien hay muy poco que argumentar sobre lo importante que es el presidente para el análisis
político hay que aclarar por qué es importante enfocarse en la figura del ejecutivo estatal.
Modoux, Magali (2006) Geografía de la gobernanza: ¿la alternancia partidaria como factor
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