RITA MARINA GARCÍA AJQUIJAY - AVANCES DEL ACCESO DE LOS DERECHOS... 815 Rita Marina García Ajquijay (Guatemala) * Avances del acceso de los derechos de los pueblos indígenas en Guatemala Con la evolución del derecho internacional en materia de derechos humanos, los pueblos indígenas cada vez cobran mayor espacio de discusión dentro de la temática en una forma más específica, porque pese a que existen importantes instrumentos jurídicos internacionales de derechos humanos, aplicables a todas las personas, sin distingo de ningún tipo, por su carácter de universal, la desigualdad real con relación a los otros sectores de la población evidenciaba que tales derechos no se hacían efectivos, lo que demandaba una protección legal especial de estos pueblos. Uno de los instrumentos jurídicos internacionales importantes de reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas es el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que constituye el marco jurídico de reconocimiento y protección de los derechos de pueblos indígenas, complementado por otros instrumentos internacionales de derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención Para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, a los que se suman la Declaración sobre la Raza y Prejuicios Raciales y la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural. Guatemala, por su carácter pluricultural, multiétnico y multilingüe, con un alto porcentaje de la población indígena, al igual que otros países, no podía dejar de suscribir, aprobar y ratificar el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Lo aprobó a través del decreto 9-96 del Congreso de la República y entró en vigencia el 5 de junio de 1997, sin que lo precediera una discusión desde diversos puntos de vista. Unos sectores no estaban de acuerdo en que fuese aprobado y ratificado, lo cual motivó que el Congreso de la República, antes de la aprobación, solicitara opinión consultiva sobre la constitucionalidad de este Convenio a la Corte de Constitucionalidad. Ésta concluyó que * Magistrada de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal, Guatemala. <ritag@itelgua.com> 816 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2006 las disposiciones de ese instrumento no entran en incompatibilidad con el texto constitucional, sino que desarrollan los artículos constitucionales que reconocen, respetan y promueven las formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social, uso del traje en hombres y mujeres, idiomas y dialectos de los pueblos indígenas. 1 El Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas influyó para que el Convenio 169 de la OIT fuese ratificado por el Estado de Guatemala, lo cual se dio un año después de su suscripción. En él se reconocen los derechos económicos, sociales y políticos de los pueblos indígenas, que por mucho tiempo fueron ignorados, y ha ido generando algunos cambios de actitudes en la administración pública, incluso en lo que respecta a la administración de justicia. Inicialmente este acuerdo y los demás suscritos tenían el carácter de acuerdos políticos, sin ningún marco jurídico que diera carácter coercitivo a su cumplimiento. Sin embargo, a mediados del 2005 se aprobó la ley marco de cumplimiento, a lo que debe sumarse el recurso financiero necesario para ello y la voluntad política para el cumplimiento de otros compromisos —por ejemplo, la aprobación de la ley para ratificar la vigencia de la competencia del Comité contra la Discriminación Racial. Este acuerdo se ha cumplido en forma mínima, según informe de verificación de la Misión de las Naciones Unidas para Guatemala (Minugua), del año 2001, en relación con algunos derechos económicos, sociales y culturales. Entre ellos se cuentan la creación del fondo de tierras —que tiene como fin resolver el problema de tierras, pero que hasta la fecha no ha incidido significativamente en su solución—, la regulación de lugares sagrados, la creación de una defensoría de la mujer indígena, y otros en cuya discusión no ahondamos porque escapan del tema principal de esta presentación. Este contexto nos lleva a revisar algunos avances del acceso de los derechos de los pueblos indígenas en materia de administración de justicia penal, para lo cual me referiré a algunas experiencias, en el siguiente orden: 1. Derechos de los pueblos indígenas legislados en el Código Procesal Penal. 2. Casos de reconocimiento de su derecho a la identidad cultural. 3. Resoluciones judiciales emitidas con relación a conflictos penales resueltos por el derecho indígena: 1. Derechos de los pueblos indígenas legislados en el CPP 1.1. Asistencia de intérpretes El Código Procesal Penal guatemalteco en vigencia regula la asistencia de intérpretes en casos de sindicados pertenecientes a pueblos indígenas, pues en su artículo 90 prescribe el derecho del imputado a elegir un traductor o intérprete de su confian1 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos: Recopilación de instrumentos, Guatemala, 2004, p. 20. RITA MARINA GARCÍA AJQUIJAY - AVANCES DEL ACCESO DE LOS DERECHOS... 817 za, para ser asistido en su calidad de sindicado, el cual le debe ser designado de oficio a falta de ejercicio de este derecho. Por otro lado, el artículo 142 del mismo código establece que los actos procesales deberán realizarse en idioma español, cuando fuere el caso, o bien en lengua indígena con traducción simultánea al español, en cuyo caso las actas y resoluciones deben redactarse en ambos idiomas. 2 Los dos derechos encuentran fundamento legal en primer término por reconocimiento constitucional, a través del artículo 66 de la Constitución, el cual establece que el Estado reconoce, respeta y promueve sus idiomas y dialectos, entre otros derechos. En segundo término, el Convenio 169 de la OIT y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, instrumentos jurídicos de los que el Estado es parte, garantizan respectivamente el derecho de toda persona a ser asistida en su propio idioma, por medio de un intérprete, para comprender y hacerse comprender en los procedimientos legales, y de ser informada sobre la naturaleza y las causas de la acusación que se formula en su contra en un idioma que comprenda. 1.2. Usos y costumbres como medios de desjudicialización del proceso penal La exposición de motivos del Código Procesal Penal guatemalteco indica que los usos y costumbres indígenas deben ser aplicados mediante mecanismos adecuados, dado el carácter multiétnico, pluricultural y plurilingüe de la nación guatemalteca. Es requisito esencial de su aplicación que no violen preceptos constitucionales ni tratados internacionales de derechos humanos. Debe indicarse que estos usos y costumbres se han de aplicar llenando determinados requisitos; entre ellos, que no se trate de delitos graves, de compleja investigación, de criminalidad organizada o que amenacen o afecten la seguridad colectiva; que la culpabilidad del imputado sea atenuada o culposa, en todo caso, no caracterizada por circunstancias agravantes, etcétera. Hemos de indicar que la incorporación de usos y costumbres en la finalización de los conflictos penales en Guatemala constituye un paso importante; sin embargo, el reconocimiento expreso de los usos y costumbres indígenas en las normas procesales no se hace sino en la exposición de motivos, únicamente, lo cual invita a plantear una discusión con el objeto de posibilitar su regulación en forma más amplia y clara. 2. Casos de reconocimiento constitucional de elementos de la identidad cultural La identidad social y cultural es uno de los derechos colectivos de los pueblos indígenas reconocido en muchas Constituciones Políticas y en instrumentos jurídicos 2 Código Procesal Penal de Guatemala. 818 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2006 internacionales de derechos humanos. En una afirmación simple, puede decirse que la identidad implica la actitud de pertenencia a una cultura, y por ello la persona hace suyos un idioma, una religión, un derecho, una forma de vestir, etcétera, que deben respetarse dentro del conglomerado social. Al presente, se tiene conocimiento sobre dos fallos que reconocen elementos de la identidad cultural, dictados dentro de procesos penales. 2.1. Derecho al uso del traje indígena En la Constitución Política de la República de Guatemala, el artículo 66 reconoce, respeta y promueve el uso del traje indígena en hombres y mujeres. Sin embargo, este reconocimiento constitucional aún no se concreta en la vida cotidiana, pues se han dado diversos casos en los que niñas o señoritas han tenido que dejar de usar su traje indígena en establecimientos educativos o de servicio público, ante los cuales se han hecho pronunciamientos de protesta de carácter administrativo, en orden a que se respete el derecho de su uso. En el año 2003, la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones, constituida en Tribunal de Amparo, conoció de una acción de amparo planteada por el procurador de los Derechos Humanos a favor de Lorenza Quej, mujer indígena del pueblo maya K’ekchí que fue obligada a despojarse de su traje indígena en el centro reclusorio de detención preventiva del sistema penitenciario, para utilizar el uniforme consistente en overol color naranja. Ello fue considerado una imposición que viola el derecho del uso del traje indígena, consagrado en el artículo 66 de la Constitución Política y desarrollado en el Acuerdo de Paz de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, suscrito en 1995, así como una violación a la dignidad de la persona humana de los privados de libertad, en relación con el artículo 19 de la Constitución Política, 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que garantizan el derecho el trato respetuoso del privado de libertad, por respeto a su dignidad humana, y el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que regula que nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. El tribunal de amparo resolvió la procedencia de la acción promovida, razonando que la Constitución Política establece en sus artículos 2 y 58, respectivamente, el deber del Estado de garantizar a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona, lo cual implica que los ciudadanos guatemaltecos deben ver respetados sus derechos culturales y su seguridad personal, de conformidad con el artículo 58 de la Constitución Política. El hecho de uniformar a reclusos o reclusas pertenecientes a los pueblos mayas, como el caso de conocimiento, constituye a criterio del tribunal de amparo una flagrante discriminación del artículo 2 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, instrumento del que Guatemala es parte, y esa discri- RITA MARINA GARCÍA AJQUIJAY - AVANCES DEL ACCESO DE LOS DERECHOS... 819 minación contraviene la disposición constitucional que prescribe que el Estado reconoce, respeta y promueve las formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres, y las lenguas de los pueblos indígenas. La declaración de procedencia de esta acción constitucional de amparo trajo como consecuencia que se dejara sin efecto la disposición administrativa del uso del overol color naranja para las personas privadas de libertad que pertenezcan a los pueblos indígenas y utilicen el traje de su región. 3 Este fallo es el primero que se dictó en esta materia en Guatemala, y sienta precedente en lo que respecta al respeto que se ha de tener a las personas reclusas pertenecientes a pueblos indígenas, en conservar su traje indígena mientras permanezcan privadas de libertad, tanto en forma preventiva como en el cumplimiento de la pena de prisión dictada dentro de un debido proceso. 2.2. Derecho a la libertad de culto La constitución Política de la República de Guatemala, en su artículo 36, garantiza la libertad de religión, preceptuando que toda persona tiene derecho a practicar su religión o creencia, tanto en público como en privado, por medio de la enseñanza, el culto y la observancia, sin más límites que el orden público y el respeto debido a la dignidad de la jerarquía y a los fieles de otros credos. El Convenio 169 de la OIT, en su artículo 2.b, y el artículo 27 del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, también reconoce este derecho. El Juzgado de Primera Instancia Penal de Santiago Atitlán, departamento de Sololá, emitió el 14 de abril de 2003 un fallo por medio del cual decidió sobreseer el proceso penal abierto contra Pablo Antonio Tumax Tzoc, indígena del pueblo K’iche, por el delito de comercialización ilícita de licor clandestino. El Juzgado emitió el fallo con el argumento de no encontrar fundamento serio y concreto para plantear acusación y promover el juicio público, porque en el desarrollo de la fase de investigación del proceso la defensa demostró que el transporte del licor no se hizo con el ánimo de comercializarlo, sino que obedecía a motivos de culto religioso. En efecto, en Santiago Atitlán se rinde culto al dios tz’utuhil Maximón, y ese licor se entrega como ofrenda. En este caso, desempeñó un papel primordial el peritaje cultural, con el cual se probó que los hechos imputados a Pablo Antonio Tumax Tzoc no eran reales. El órgano jurisdiccional sobreseyó el caso invocando el artículo 46 de la Constitución Política, que se refiere a la preeminencia de los convenios y tratados internacionales en materia de derechos humanos, entre éstos el Convenio 169 de la OIT —aprobado 3 Organismo Judicial: Recopilación de 24 resoluciones dictadas con fundamento en usos y costumbres indígenas, Guatemala, 2004, pp. 44-49. 820 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2006 y ratificado por el Estado de Guatemala—, cuyo artículo 8 reza que al aplicar la legislación nacional a los pueblos interesados deberán tomarse en consideración sus costumbres y su derecho consuetudinario. Por lo tanto, el fallo debía dictarse en el sentido en que se pronunció, pues se había demostrado que el sindicado no había incurrido en ilícito penal alguno, y mediante el peritaje cultural se estableció que el licor que transportaba estaba destinado para el culto a Maximón. Este fallo, a su vez, es el primero en Guatemala en el que se practica el peritaje cultural, lo cual constituye un avance y una base en el reconocimiento de valores culturales que el derecho penal oficial no toma en consideración —pese al reconocimiento constitucional del respeto y la promoción de la vida, costumbres, tradiciones y formas de organización social de los pueblos indígenas—, por lo que suele dictar fallos violatorios de los derechos humanos de estos pueblos. 3. Resoluciones judiciales emitidas con relación a conflictos penales resueltos por el derecho indígena Dentro de la organización de los pueblos indígenas en Guatemala, existen autoridades legitimadas que tienen la facultad de conocer y recoger el sentir y las opiniones colectivas respecto a un hecho considerado delito, que rompe la armonía en la comunidad, y proceder conforme a la líneas dominantes de opinión o encontrar la solución que permita restaurar el equilibrio dentro de su conglomerado social. 4 3.1. Caso cantón Chiyax, Totonicapán El 25 de junio de 2003, el Juzgado de Primera Instancia Penal del departamento de Totonicapán resolvió sobreseer el proceso penal iniciado contra Sebastián Poz Hernández, Julián Cutz Vicente y Miguel Álvarez Sontay, por el delito de robo agravado, a petición del Ministerio Público, sobre la base de que la comunidad indígena conocida como cantón Chiyax, del municipio de Totonicapán, había conocido y juzgado los hechos imputados y había aplicado una sanción consistente en realizar trabajos comunitarios durante treinta días. La sanción quedó plasmada en un acta y el juez de garantía consideró que el contenido de dicho documento no contraviene disposiciones relativas al derecho internacional en materia de derechos humanos ni de la Constitución Política de la República, y sobre la base de las consideraciones de derecho relacionadas con el Convenio 169 de la OIT, a las que se suman los principios de no intervención o de mínima intervención del derecho penal —que en esencia consiste en intervenir en ultima ratio—, junto con el principio non bis in idem —que estable- 4 Coordinación de Organizaciones del Pueblo Maya de Guatemala: Más allá de la costumbre. El derecho del pueblo Maya de Guatemala, Guatemala, 1999, p. 44. RITA MARINA GARCÍA AJQUIJAY - AVANCES DEL ACCESO DE LOS DERECHOS... 821 ce que una persona no puede ser juzgada más de dos veces por el mismo hecho—, estimó pertinente aprobar y reconocer legalmente el documento. Si bien es cierto que este fallo viene a sumarse a casos que promueven el reconocimiento de derechos de pueblos indígenas dentro del sistema oficial de justicia penal, hemos de indicar que no se pronuncia en un sentido de reconocimiento pleno del derecho indígena en la solución del conflicto, sobre la base de un reconocimiento constitucional y en aplicación del Convenio 169 de la OIT. Se apoya en cambio en otros razonamientos que hacen viable la conclusión del conflicto penal con intervención del derecho indígena, como la intervención mínima del derecho penal o la aplicación del non bis in idem, lo cual no es necesario invocar, pues el Estado reconoce y respeta su aplicación sin necesidad de justificarlo con principios propios de un derecho ajeno. En ese sentido, se hace necesario que los fallos de los administradores de justicia tiendan al reconocimiento pleno del derecho indígena. 3.2. Caso de la comunidad de Payajxit, departamento del Quiché En contra del indígena k’iche’ Francisco Velásquez López, el Juzgado de Instancia Penal del departamento del Quiché dictó sentencia condenatoria por el delito de robo agravado, después de haber sido juzgado desde el derecho indígena. Esta sentencia fue apelada ante la Sala Novena de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal, que profirió sentencia de segundo grado confirmatoria del fallo. El acusado recurrió este fallo en casación, por motivo de fondo, e invocó el caso de procedencia contenido en el inciso 5 del artículo 441 de Código Procesal Penal. Señaló como infringidos los artículos 46 y 66 de la Constitución Política de la República, 8.4 de la Convención Americana de Derechos Humanos, y 8, 9 y 10 del Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes. Argumentó que la Sala interpretó erróneamente el artículo 46 constitucional, al no darle preeminencia debida a la Convención Internacional de Trabajo sobre Pueblos Indígenas ni a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, los que obligan a Guatemala al respeto debido de los métodos, costumbres e instituciones propios de los pueblos indígenas por parte de los tribunales y autoridades del Estado que deben pronunciarse en materia penal para juzgar los delitos que cometen los miembros de aquéllos. El recurrente señaló que el error del tribunal de alzada fue admitir que no había hecho punible a perseguir por la justicia oficial, ya que en la comunidad de Pyajxit, a la que él pertenece, de conformidad con sus instituciones propias, el caso ya había sido resuelto en aplicación de su justicia tradicional, en asamblea pública, en el mes de mayo del 2002, con la participación de las comunidades de Payajxit y Pamesebal I y II y en presencia de las autoridades tradicionales, situación en la cual él aceptó su participación en el hecho, se arrepintió, pidió perdón, se comprometió a no volver a cometer hechos punibles, etcétera. La Corte, al resolver procedente el recurso, se fundamentó en lo que pre- 822 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2006 ceptúa el artículo 8.4 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que prohíbe juzgar a una persona dos veces por el mismo hecho. La sentencia dictada en este recurso de casación se basó fundamentalmente en el principio de non bis in idem, lo cual es positivo. Sin embargo, a efectos de un reconocimiento del derecho indígena en Guatemala, desde la base del instrumento jurídico internacional de derechos humanos de los pueblos indígenas y tribales, los fallos judiciales deberían basarse en el Convenio 169 de la OIT.