juventud rebelde JUEVES 07 DE MAYO DE 2015 ESPECIAL 03 Moscú de fiesta por LETICIA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ MOSCÚ.— Caminar la ciudad por estos días es, sin dudas, un privilegio. A la cercanía de una fecha que trastocó la vida de millones de personas en el mundo,se une un clima primaveral que enfría, pero no tanto, y calienta solo lo justo para enchufar energías al que —como quien escribe estas líneas— llega por primera vez a la capital rusa de la que tanto escuchó hablar allá en una isla del mar Caribe. ¿Dónde queda la Plaza Roja? preguntamos, porque es imposible pasar por aquí sin llegarse hasta el sitio más famoso de Moscú, incluida también entre las plazas más visitadas del mundo. Y resulta que esta mañana lucía diferente, mágica como siempre, gigantesca, colmada de tantas personas, pero esta vez marcada por una historia heroica que suma 70 años de haberse vivido. En el aire de la Plaza Roja y sus alrededores puede sentirse un orgullo rotundo por haber sido derrotada en esta patria una de las peores ignominias con la que carga la humanidad: el fascismo. «Esta es la tierra de la victoria», anuncia un enorme cartel que se repite, con más o menos palabras, por todos los lugares. Son cientos los estandartes que colman la Plaza y flanquean el río Moscova, el afluente que atraviesa la ciudad y Niños que esta mañana del miércoles observaban los medios de combate utilizados durante la Gran Guerra Patria. Turistas en la Plaza Roja. pasa a poco más de 500 metros de la Plaza Roja, que no es de ese color por los ladrillos de sus edificaciones o por asociaciones con el comunismo sino porque el adjetivo proviene del ruso antiguo, cuando la palabra «krásnaya» significaba «bonita». Cuentan que este lugar, declarado desde el año 1990 como Patrimonio de la Humanidad, estaba poblado originalmente por cabañas de madera, entonces era una zona habitada por comerciantes, deambulantes y borrachos. Fue a Iván III de Rusia a quien se le ocurrió la idea de «limpiarla» pues era susceptible de arder con facilidad. Pero por fortuna los años pasan y allí sobreviven al tiempo, en medio de una modernidad impresionante, el Mausoleo de Lenin, la icónica Catedral de San Basilio, el Museo Nacional de Historia y la Catedral de Kazán. De una plaza para el mercadeo ha llegado a ser escenario de acontecimientos trascendentes, como aquel de noviembre de 1941 cuando por sus adoquines desfilaron, en medio de una fuerte nevada y bajo la amenaza de ser bombardeadas, las unidades del distrito militar que se dirigieron directamente al frente de batalla. Siete décadas después esa historia parece que renace en la Plaza Roja, en las miles de personas que este miércoles caminaban los alrededores de la zona, en los niños en fila con sus maestros, en las ancianas con pañuelos a la cabeza y las arrugas llenas de vivencias, en los turistas que lo preguntaban todo, en los veteranos con sus uniformes llenos de medallas, en los monumentos que amanecen con flores, en las enormes fotografías de aquellos héroes y heroínas que nos salvaron del horror, en los medios de combate utilizados en la Gran Guerra y que esta mañana lucían como nuevos allí. El ajetreo inunda en estos días la Plaza, llena de grúas, vallas, unifor- mados, a la espera de un sábado luminoso para celebrar cuando más de 15 000 soldados y unos 200 medios de combate den fe de una nación que se levantó del polvo, reverenció su historia y se muestra orgullosa de lo que hoy es. Moscú, en su cotidianidad, está de fiesta, aun cuando algunos quieran minimizar el inmenso aporte y los millones de muertos en la contienda antifascista. Basta caminar la ciudad para palpar la alegría de la gente cuando 70 años después Rusia crece sin desconocer su glorioso pasado, poniendo en el sitio justo a los hombres y mujeres que ofrendaron la vida por ella y la trajeron inmensa hasta este sol de hoy. «Los cubanos: los amigos más fieles» Como un diálogo entre dos pueblos pueden considerarse los discursos de Ulises Rosales del Toro y del Presidente de la Duma Estatal rusa en el acto por los aniversarios de la victoria sobre el fascismo, y del restablecimiento de relaciones diplomáticas por ENRIQUE MILANÉS LEÓN UN encuentro de amigos: eso fue el acto que en la Sala Universal de las FAR reunió a personalidades de Cuba, Rusia y muchas otras naciones para homenajear los 70 años de la victoria sobre el fascismo y los 55 del restablecimiento de relaciones entre La Habana y Moscú, que se conmemoran el 9 y el 8 de mayo, respectivamente. Encabezada por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, la velada contó con la presencia del presidente de la Duma Estatal rusa, Serguei Naryshkin, quien concluyó este miércoles su visita a Cuba. También asistieron al acto Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dirigentes del Partido, jefes de las FAR y el MININT y representantes de los cuerpos diplomático y diplomático militar acreditados en La Habana. En las palabras de conclusiones, Ulises Rosales del Toro, vicepresidente del Consejo de Ministros, afirmó que la humanidad entera está en deuda con los hombres y mujeres de varias nacionalidades que la libraron del fascismo, y destacó en esa victoria el heroico papel del Ejército Rojo y de las mujeres, ancianos y niños rusos. «Por ello —afirmó— resultan incomprensibles y condenables los intentos de falsificar la Historia, restarle méritos al papel de la URSS y reivindicar la ideología fascista, xenófoba y anticomunista». Rosales del Toro apuntó la admiración que la Cuba revolucionaria siempre ha sentido por el heroísmo y patriotismo demostrados por el pueblo soviético y, en particular, ruso en la Gran Guerra Patria. «El restablecimiento de las relaciones En su programa en Cuba, Naryshkin y su delegación rindieron tributo en el Memorial al soldado internacionalista soviético. Foto: Calixto N. Llanes diplomáticas, en 1960, fue un hito importante en el desarrollo de la Revolución Cubana», subrayó. Antes, el Presidente de la Duma Estatal rusa había comentado que todos sabemos que la segunda mitad del siglo pasado estuvo llena de la amistad sincera y franca entre los dos pueblos. «En mi país, la imagen de Cuba está vinculada estrechamente con el nombre del Comandante Fidel Castro y hoy día, cuando atravesamos tiempos muy difíciles, adquieren mayor actualidad sus palabras de que la vida sin ideas no vale nada», reconoció Naryshkin. El Presidente de la Duma Estatal rusa señaló que su país y Cuba son partidarios de los arreglos pacíficos y el diálogo abierto para resolver las disputas internacionales. «Los valientes cubanos siguen siendo de los amigos más fieles de Rusia», comentó. En una confesión muy emotiva, el alto dirigente parlamentario afirmó que muchas melodías rusas recogen el valor de los habitantes de «la Isla de la libertad» y en ese sentido reveló que el martes,durante las conversaciones de su delegación con los colegas parlamentarios de la Isla, los rusos interpretaron «Cuba, mi amor», una canción de su país. «Estoy muy alegre de estar en tierra cubana en vísperas del 9 de mayo, aniversario de la gran victoria», afirmó el visitante, quien además prometió que los rusos «nunca vamos a olvidar el aporte de los voluntarios cubanos que combatieron junto a los soldados soviéticos». Naryshkin declaró el respeto de sus compatriotas por las aspiraciones y elevados ideales de los cubanos y elogió enfáticamente que el Presidente Raúl Castro Ruz decidiera participar, en Rusia, en las actividades por el aniversario 70 de la victoria sobre el fascismo. «En los tiempos más difíciles, Moscú y La Habana siempre estuvieron como amigos fieles y socios estratégicos», recordó el visitante. A continuación, los asistentes apreciaron una gala artística a la altura del talento desarrollado en el país. El Coro Nacional de Cuba, dirigido por la maestra Digna Guerra, los primeros bailarines del Ballet Nacional (BNC) Anette Delgado y Danny Hernández, el Cuarteto de clarinetes de La Habana y la Compañía Habana Clásicos, dejaron claro por qué Cuba quiere una paz sin fascismo, al regalar un programa que mereció el único «bombardeo» justificado: un aplauso atronador.