su relevancia para la América Latina del siglo XXI

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ESTUDIOS
UTOPÍA Y PRAXIS LATINOAMERICANA ~ AÑO 19. Nº 65 (ABRIL-JUNIO, 2014) PP. 13 - 35
REVISTA INTERNACIONAL DE FILOSOFÍA IBEROAMERICANA Y TEORÍA SOCIAL
ISSN 1315-5216 ~ CESA – FACES – UNIVERSIDAD DEL ZULIA. MARACAIBO-VENEZUELA
El pensamiento de Raya Dunayevskaya:
su relevancia para la América Latina del siglo XXI
The Thought of Raya Dunayevskaya: Its Relevance for Latin America
in the Twenty-First Century
Eugene GOGOL*
Investigador invitado del Centro de Investigaciones sobre América Latina,
Universidad Autónoma de México, México.
RESUMEN
ABSTRACT
En este estudio se examina la obra de la filósofa marxista-humanista Raya Dunayevskaya. Relevante es su investigación de las tesis de Lenin en sus Cuadernos Filosóficos sobre Hegel, de Marx sus Manuscritos Económicos-Filosóficos de 1844 y “La dialéctica
del Plan de Marx” párrafo de El Capital, así también La
dialéctica hegeliana (“los absolutos hegelianos como
nuevo comienzo”). Problemáticas que se discuten en
el contexto del momento actual en la lucha por la liberación de América Latina.
Palabras clave: Humanismo-marxista, dialéctica hegeliana, América Latina, Raya Dunayevskaya.
In this study, the work of the Marxist-humanist
philosopher, Raya Dunayevskaya, is examined. Relevant documents include her investigation of Lenin’s
thesis in his Philosophical Notebooks on Hegel, Marx’s
Economic-Philosophical Manuscripts of 1844 and
“The Dialectic of Marx’s Plan” a paragraph from Das
Capital, as well as The Hegelian Dialectic (“Hegelian
absolutes as a new beginning”). These issues are discussed in the current context of the struggle for the liberation of Latin America.
Keywords: Marxist humanism, Hegelian dialectic,
Latin America, Raya Dunayevskaya.
*
Eugene Gogol fue uno de los secretarios de Raya Dunayevskaya.
Recibido: 26-10-2013 F Aceptado: 18-04-2014
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Eugene GOGOL
El pensamiento de Raya Dunayevskaya: su relevancia para la América Latina...
1. ENFRENTANDO EL MOMENTO ACTUAL
Los tiempos actuales, a finales de la primera década del siglo XXI, son muy diferentes de
aquellos que Raya Dunayevskaya enfrentó en la primera mitad del siglo XX. Ya ha colapsado el imperio ‘capitalista de estado’ soviético, que había surgido con posterioridad a la Segunda Guerra
Mundial, desafiando a los Estados Unidos durante cuatro décadas en el dominio hegemónico del
mundo. Ya no estamos más en presencia del mundo bipolar que Dunayevskaya constantemente estudió, sino en un mundo unipolar regido por una superpotencia hegemónica. Se ha disipado la posibilidad de la subjetividad revolucionaria, como fue expresada en los movimientos sociales y revoluciones de izquierda, vibrantes en las décadas del cincuenta, sesenta y setenta, mientras que muchos movimientos religiosos fundamentalistas están en auge. A diferencia de la época en la cual las
ideas del marxismo eran debatidas abiertamente y con entusiasmo, mucho del pensamiento posmoderno refuta la idea de la revolución, censura cualquier cometido revolucionario del pensamiento
dialéctico y se cuestiona la existencia de la subjetividad revolucionaria.
Si examinamos brevemente las tres dimensiones que caracterizan los tiempos actuales: 1) un
desenfrenado capitalismo globalizado bajo la Pax Americana; 2) la amenaza de un oscurecimiento
del pensamiento dialéctico y 3) la falta aparente de un concepto de la subjetividad revolucionaria, entonces el ‘nuevo comienzo’ que Dunayevskaya estuvo forzada a buscar seis décadas atrás, parece
ser necesario para estos tiempos.
El capitalismo globalizado bajo bandera neoliberal se ha mezclado con la Pax Americana en
su más reciente manifestación: la guerra contra el terrorismo. Aprovechando la coyuntura creada por
el horror inhumano del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, la administración Bush –primero con el aniquilamiento de los Talibanes en Afganistán y luego con la invasión y la ocupación de
Irak– completó el movimiento que a lo largo de una década pasó de “la guerra contra el comunismo”
a “la guerra contra el terrorismo”, como principio organizativo para el establecimiento de un dominio
incuestionable de los Estados Unidos en el exterior, mientras se socavan las libertades civiles en su
propio país. El presidente Obama ha dado continuidad a la guerra contra el terrorismo,
incrementando la guerra en Afganistán y nuevos ataques en Pakistán.
El capitalismo globalizado dirigido por los Estados Unidos es desenfrenado y constituye el
centro del esfuerzo estadounidense por lograr el dominio único del mundo. La invasión económica
en cada continente, en particular en los países tecnológicamente menos desarrollados y la forma
neoliberal virulenta del capital imponen fuerzas privatizadoras de “libre” mercado sobre todas y cada
una de las actividades de ellos. La mercantilización de todas las dimensiones de la vida y del trabajo
humanos y de cada expresión de la diversidad de la naturaleza ha alcanzado una intensidad nunca
antes imaginable.
En el “primer mundo”, una tecnología de orientación capitalista continuamente transforma la
producción industrializada, automatizada y computarizada. El trabajador vivo cada día se convierte
más en el otro, en un desecho del capital, ya sea despedido del trabajo, o atrapado en uno de tipo rutinario, fragmentario y alienado. La apariencia constantemente transformada del capital, unido este
en matrimonio con la tecnología, enceguece a algunos teóricos en lo que a la esencia del capital se
refiere, la extracción del valor y de la plusvalía del trabajo vivo del obrero. La así llamada “era de la información”, como opuesta a la era de la industrialización, o a la era de la automatización, ha intensificado la ilusión de que la creación de valores por parte de los obreros y su excedente ya no es el núcleo central de la acumulación de capitales. Y no solamente los pensadores burgueses, sino los pretendidos pensadores radicales y científicos sociales se han alejado del punto de vista de que son las
condiciones materiales del trabajo y la producción las determinantes principales de nuestra existencia social. La gran recesión de 2008-10 ha dado muestras una vez más de la falsedad del capitalismo
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especulativo, hacedor de dinero. No es de extrañar que incluso la burguesía a vuelto a la lectura de
Marx.
El dominio neoliberal del capital en el “Tercer Mundo” ha significado que centenares de millones de seres humanos queden relegados a una existencia marginal, envueltos en la extrema pobreza, en una degradación del otro. Y mientras el capital se desarrolla por sí mismo, enormes áreas del
“mundo en vías de desarrollo” –las villas indígenas en Chiapas y las barriadas de Lima, vastas zonas
de África Sub-sahariana y los barrios de chabolas de África del Norte, los campos de Bangladesh y
las fabelas de Nueva Delhi– han quedado estancadas y purulentas. El capitalismo globalizado, en la
medida que se engulle los recursos del mundo, parece ser incapaz de proporcionar agua potable,
una nutrición adecuada, asistencia sanitaria, educación y un trabajo significativo a gran parte del
mundo africano, asiático y latinoamericano. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
los principales forzadores de la letanía neoliberal de los ajustes estructurales mediante la privatización, la desregulación, el movimiento libre del capital y los bajos impuestos, han asignado su “lugar”
en el capitalismo globalizado, a las naciones y pueblos del Tercer Mundo.
La naturaleza también se convierte en un objeto degradado por el capitalismo. La depredación de los terrenos, del agua y del aire, se agudiza bajo el dominio del capital con alcance global.
Cada vez más, la flora y la fauna se convierten en una mercancía. No hay recurso natural en el globo
terráqueo que parezca inmune a la transformación en capital. La naturaleza ha devenido un otro del
capitalismo. Así de atado está el capitalismo a la lógica de la ‘producción por la producción’ que aun
el calentamiento global –que amenazará la vida de millones de seres humanos en décadas futuras–
no le da a sus gobernantes por hacer una pausa, como lo atestigua la debacle reciente de la Cumbre
sobre el cambio climático en Dinamarca.
Algunos comentaristas, tanto burgueses como radicales, ven el momento actual de la globalización como indicador de la desaparición del estado-nación. Olvidan que históricamente las globalizaciones del capitalismo han estado bajo el alcance internacional de un poder estatal u otro, y señalan el alza de las corporaciones multinacionales en el mundo de posguerra como algo específico del
mundo de hoy. Los tiempos actuales de capitalismo globalizado, lejos de manifestar una disminución
del papel del estado-nación, serían mejor caracterizados como tiempos de una intensificación del
poder del Estado militarizado con alcance de dominio global, lo cual es indudablemente cierto con
respecto a la realidad de los Estados Unidos en la actualidad. De hecho, su alcance global intensificado es conducido precisamente por el hecho objetivo de la cada vez mayor globalización del capital. El poder del Estado y el libre mercado con sus fórmulas neoliberales y las corporaciones multinacionales no son opuestos irreconciliables, sino instantes de un todo. En este sentido, la teoría del
capitalismo de estado tiene sentido después del colapso de aquellos regímenes capitalistas de
estado que se llamaron a sí mismos comunistas.
Enfrentados al desenfrenado capitalismo globalizado bajo la Pax Americana surge la necesidad de un modo de pensar que rompa con la inviabilidad de la realidad actual y logre forjar un camino
hacia una nueva sociedad humana. La dialéctica en manos de los activistas y pensadores revolucionarios ha seguido históricamente ese camino. No obstante, hoy vivimos en tiempos que amenazan
con oscurecer el pensamiento dialéctico. Varias corrientes intelectuales –el estructuralismo, el
pos-estructuralismo, el pragmatismo, el deconstruccionismo, el pos-marxismo y el marxismo vulgar,
los pos-modernismos– desde diferentes perspectivas han asestado golpes a la idea del pensamiento dialéctico. Dentro del posmodernismo algunos han adoptado el punto de vista de que la realidad
es tan compleja y fragmentada que no hay una visión general sobre el mundo que pueda dar comienzo a la comprensión del movimiento del capital, no solamente en la esfera económica, sino en las esferas culturales y sociales. Para ellos la filosofía y la teoría dejan de importar para el mundo de hoy. El
intento por oscurecer el pensamiento dialéctico amenaza con dejarnos filosóficamente sin dirección
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en los movimientos de esta realidad opresiva en que vivimos. De este modo nuestra crisis es filosófica así como económica, política y militar –una crisis en las propias entrañas de la existencia social de
la humanidad. Doscientos años después la publicación de la primera presentación exhaustiva de la
filosofía de Hegel, la Fenomenología del Espíritu, casi tres décadas después del centenario de la
muerte de Marx, ¿podría el pensamiento dialéctico renacer del abandono y el rechazo a que fue
sometido por muchos pensadores sociales?
El asunto no es planteado por razones de interés académico, sino porque vivir dentro de un
vacío de pensamiento revolucionario, no es solo parte del estado de confusión que atraviesan las izquierdas en cuanto a la esencia del capitalismo (si bien fue discernido casi un siglo y medio atrás con
gran profundidad) sino también que ellos han quedado atrapados y enceguecidos por la propia noción del capitalismo –el fetichismo de la mercancía. La necesidad de los activistas y pensadores radicales de librar dos batallas interrelacionadas –contra el capitalismo y contra la amenaza de oscurecer el pensamiento dialéctico– permanece ante nosotros. ¿Tiene entonces algo que decir el poder
de la negatividad, corazón de la dialéctica hegeliana?
La amenaza de oscurecer el pensamiento dialéctico no está desligada de la ausencia del concepto de una subjetividad humana revolucionaria. Donde anteriormente el marxismo vulgar había
desechado el punto de vista de Marx de las masas como razón, reduciendo la subjetividad al partido
elitista dirigente, partes significativas del posmodernismo de hoy declaran la fragmentación del sujeto y niegan las posibilidades de un concepto de subjetividad humana revolucionaria. Lo que Marx
hubo de restablecer para el pensamiento dialéctico –el sujeto humano– es hoy negado por muchos
intelectuales. Algunos reconocen la subjetividad humana pero le niegan cualquier valor desde el
punto de vista dialéctico. Otros desechan tanto el pensamiento dialéctico como al sujeto revolucionario. Y todo ello a pesar del surgimiento de una riquísima subjetividad revolucionaria dentro de los
movimientos sociales de América Latina a lo largo de las últimas dos décadas.
La problemática de una organización revolucionaria también aparece de modo desordenado.
Mientras que el partido dirigente de vanguardia está hoy en descrédito, la alternativa que a menudo
se valora, la espontaneidad en sí y por sí misma, limita la discusión al tema de la forma de la organización. Tan importante como son el rechazo al elitismo del partido de vanguardia y el reconocimiento
de la actividad de las masas desde abajo, es la necesidad de integrar también una esfera diferente,
no solamente la forma de la organización sino la filosofía misma de la organización. Desarrollar una
dialéctica de la organización inseparable de una dialéctica de la filosofía es un asunto urgente y en la
actualidad permanece como una vía inexplorada para el movimiento, una forma de organización
revolucionaria que surja de una dialéctica de la organización y de la filosofía.
EL MARXISMO HUMANISTA DE RAYA DUNAYEVSKAYA PARA AMÉRICA LATINA
Al explorar el trabajo de la filósofa marxista-humanista Raya Dunayevskaya, frente a la realidad actual del capitalismo globalizado, a la amenaza de oscurecimiento del pensamiento dialéctico,
a la carencia de un concepto sobre la subjetividad revolucionaria y el vacío en la creación de una organización revolucionaria vinculada a la filosofía dialéctica, no estamos indicando una relación directa entre las tareas actuales y aquellas que ella abordó. Más bien estamos analizando la labor que
emprendiera una filósofa revolucionaria durante casi medio siglo al desarrollar nuevamente la dialéctica. El estudio de su trayectoria en el proceso de desarrollo de la idea marxista-humanista nos
puede ayudar a comprender y a poner en práctica el pensamiento dialéctico en la actualidad.
En este estudio analizaremos el marxismo humanista de Dunayevskaya analizando su interpretación del pensamiento de Lenin, de Hegel y de Marx. Terminaremos con una breve mirada sobre
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“América Latina y el marxismo de Dunayevskaya”. Nos preguntamos: ¿Podría decirle algo a la América latina de hoy, el marxismo-humanista de Dunayevskaya?
II. EL LENIN DE DUNAYEVSKAYA
La traducción realizada por Dunayevskaya de los cuadernos de Lenin sobre la Ciencia de la
Lógica1 de Hegel entre 1914 y1915 y sus indagaciones iniciales en este texto, se convirtieron para
ella en un catalizador de por vida en su inmersión en la dialéctica hegeliana y, al mismo tiempo, fueron su perspectiva principal en el estudio de la práctica revolucionaria de Lenin, líder de la Revolución Rusa y del primer estado de obreros. Su interpretación del desarrollo filosófico de Lenin y su relación con su práctica política revolucionaria posterior a 1914 representa una de sus contribuciones
singulares al pensamiento marxista.
En Marxismo y libertad escribió sobre las condiciones objetivas que rodearon a Lenin en 1914
y le hicieron volverse a Hegel:
El holocausto de la Primera Guerra Mundial, desencadenado abruptamente después de un siglo aproximado de paz y de optimismo general, conmovió al mundo hasta sus cimientos. Ocasionó la caída de la organización socialista mundial conocida como la Segunda Internacional.
La socialdemocracia alemana había votado a favor de la obtención de créditos para la guerra
del káiser y tan increíble resultaba esto, tan completamente inesperado, que el Vorwärts, que
anunció el hecho, fue considerado por Lenin como una falsificación de la Oficina Imperial Alemana. Cuando se probó su veracidad, se tambaleó la base teórica sobre la cual se había apoyado la misma y en la cual se había creído tan inconmoviblemente2.
Con anterioridad a agosto de 1914, todos los marxistas estaban de acuerdo en que las condiciones materiales creaban la base para la nueva sociedad; que entre más avanzadas eran las
condiciones materiales, mejor preparado estaría el proletariado para tomar el poder. Ahora,
esos mismos partidos de masas trabajadoras –en los países más avanzados, en donde la tecnología se había desarrollado más y el proletariado era el más organizado– tomaban una acción que precipitaba a las masas de trabajadores a través de las fronteras nacionales para masacrarse mutuamente “en nombre de la defensa de la patria”. Alemania fue sólo el primer país.
Los marxistas de los otros países europeos en guerra, pronto siguieron su ejemplo. La socialdemocracia alemana no era una organización de liberales burgueses o de reformistas desviacionistas, era fundamentalmente, una organización de revolucionarios marxistas declarados.
Anterior al desencadenamiento de la guerra, habían tomado una posición firme, nada ambigua, contra cualquier guerra imperialista que pudiera desencadenarse. Tan pronto como la
guerra había sido declarada, ya ellos formaban parte de la movilización en pro de la destrucción. ¿Por qué? Si, traicionaron, pero la traición no fue un mero “venderse”. ¿Cuáles fueron las
causas objetivas para ese colapso ideológico tan general? El hecho fue abrumador, imprevisto
e incontrovertible. Lenin enfrentando la aparición de una contrarrevolución en el seno mismo
del movimiento revolucionario, se dio a la búsqueda de una filosofía capaz de reconstituir sus
propias razones. Empezó a leer la Ciencia de la lógica de Hegel 3.
1
2
3
Dunayevskaya se había encargado de presenciar las traducciones de partes de los Cuadernos de Lenin a inicios de los
años cuarenta. Esta primera traducción completa en inglés fue publicada como apéndice de la primera edición de Marxismo y libertad (1958).
DUNAYEVSKAYA, R (2009a). Marxismo y libertad. México, Fontamarra. p. 203.
Ibíd., pp. 203-204.
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A medida que Dunayevskaya terminaba las traducciones de cada una de las tres secciones
principales de los comentarios de Lenin sobre la doctrina del ser, la esencia y el concepto de la Ciencia de la lógica de Hegel, escribió cartas haciendo comentarios en cada sección.
En su carta del 18 de febrero de 1949, enviada con su traducción de los comentarios de Lenin
sobre la introducción, los prefacios y la doctrina del ser, Dunayevskaya comenzó por señalar los comentarios de Lenin en el clímax de la doctrina del ser, la categoría de medida: “la calidad de gradual
no explica nada sin saltos”, y las anotaciones siguientes hechas por Lenin de “¡saltos!”. Después
mencionó el comentario de Lenin de que la “transición del ser a la esencia es analizada de forma doblemente oscura” y añadió su propio comentario: “¡Cuánto sabía este hombre y cuánto más estaba
buscando!”4.
A posteriori podría ser visto, en la perspectiva de Dunayevskaya que sobre la concepción del
“salto” de Lenin, no estaba solamente el comentario sobre Hegel de Lenin, sino que se basaba en la
realidad profunda del recorrido de Lenin por la obra de Hegel entre los años 1914-1915. Los epígrafes de Marxismo y libertad caracterizan los cuadernos de Lenin: “Una ruptura dentro del propio pensamiento de Lenin”; “Lenin y la dialéctica: un pensamiento en acción” y “La línea divisoria en el marxismo”. A lo largo de su vida, volvió a debatir sobre los Cuadernos filosóficos de Lenin donde se trataba la dialéctica de Hegel. Comentarios significativos sobre Lenin pueden ser encontrados en cada
uno de sus trabajos más importantes: Marxismo y libertad; Filosofía y revolución y Rosa Luxemburgo, la liberación femenina y la filosofía marxista de la revolución, así como en sus últimos escritos
sobre “La dialéctica de la organización y la filosofía”.
En su carta del 18 de febrero, Dunayevskaya volvió a las primeras notas de Lenin sobre la
doctrina del ser, elogiando aquello que ella denominó “su firme comprensión de la dialéctica según
ésta es de simple”, y citó las observaciones de Lenin sobre la apariencia y esencia después de haberse leído la sección de Hegel sobre “La objetividad de la apariencia y la necesidad de la contradicción”. “¿No es ésta la idea de que la apariencia es también objetiva a partir del momento en que es
uno de los lados del mundo objetivo? No sólo la [esencia] Wesen sino también [la apariencia] Schein
son objetivas. Inclusive la distinción entre lo objetivo y lo subjetivo tiene sus límites”. Luego comentó:
“¡No es de extrañarse que este hombre pudiera escribir de las apariencias con tanta profundidad! El
imperialismo: Un perfil popular5. Yo necesitaría insistir en mi queja favorita: compare este análisis de
la apariencia con el análisis de Rosa [Luxemburgo] sobre la esencia en su Acumulación de El Capital”6.
Dunayevskaya retomó los estudios de Lenin, en particular el problema del método: “Otra cosa
que me impresionó nuevamente fue el énfasis en el método, ‘la dialéctica que tiene [comprendida] en
sí misma’”. Abordó las referencias de Lenin a El Capital cuando Lenin citaba a Hegel acerca de no
plantear un simple universal abstracto, sino uno que “comprendiera en sí mismo una cantidad ingente de particulares”. Ella comentó que Lenin estaba leyendo la Lógica, mientras tenía en mente tanto
las condiciones económicas –El Capital más El imperialismo que estaba terminando– y las ideológicas –en términos de Bernstein, Kautsky, “y sí, a Rosa Luxemburgo, ya que en ese mismo período, él
4
DUNAYEVSKAYA, R (2002). Power of Negativity, Lanham, Maryland, Lexington Books p. 346. DUNAYEVSKAYA, R
(2009b). El Poder de la negatividad. México, Juan Pablos Editor. (Esta edición no tiene este documento).
5
El título completo del libro de Lenin es el siguiente: “El imperialismo como fase superior del capitalismo: un perfil popular
(1916)”, in: Obras Escogidas. Tomo 1 (1961) Moscú, Progreso [ingles –Imperialism, the Highest Stage of Capitalism– A
Popular Outline (1963). Selected Works, Progress Publishers Moscow, Volume 1, pp. 667-766.
DUNAYEVSKAYA, R (2002). Op. cit., p. 346.
6
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también hizo notas sobre su libro. ¡Que ricos fueron esos años de 1914-1916 para Lenin en su “sala
de estudio!”
Después de unos breves comentarios sobre la evidente comprensión de Lenin de cuan “materialista” pudo haber sonado Hegel, Dunayevskaya terminó esta carta sobre la doctrina del ser,
apuntando mediante citas de Lenin sobre el movimiento y la multifacética flexibilidad universal de los
conceptos en Hegel, cuando lo objetivo “es la dialéctica, es la reflexión correcta del movimiento eterno del mundo”7.
En la carta de Dunayevskaya que acompañaba su traducción de las notas de Lenin sobre la
doctrina de la esencia (25 de febrero de 1949) se ve que ella no fue solamente la traductora, sino una
activa participante en un “diálogo”, en particular con Lenin, así como con Hegel y Marx. Empezaba
por señalar la combinación existente entre la “profunda riqueza” y la “absoluta simplicidad” de las notas de Lenin y citaba los comentarios de Lenin sobre Hegel al desarrollar la dialéctica como “lógica
pura” en relación con la inducción y deducción en El Capital. Más tarde añadió: “Ni por un instante él
[Lenin] le permite a usted pensar que comparar la dialéctica ‘simplemente’ con el método inductivo-deductivo de El Capital es ‘estrecho’, porque el comentario tuvo lugar como una adición a: ‘La
continuidad del trabajo de Hegel y Marx debe consistir en el desarrollo dialéctico de la historia del
pensamiento humano, la ciencia y la técnica”8.
En respuesta a la distinción realizada por Lenin sobre el movimiento universal y el cambio, primero en la Ciencia de la lógica (1813), luego en el Manifiesto comunista (1847) y finalmente en el Origen de las especies (1859), Dunayevskaya escribirá: “Cualquiera que aún se aventure a buscar una
‘primera causa’, lo podría hacer si tiene suficiente tiempo que perder; Lenin no estaría de acuerdo
con esto –tendría solamente la totalidad y el movimiento, la terminación y el movimiento”9.
Dirigiendo su atención a la totalidad de la doctrina de la esencia, Dunayevskaya propuso un
“resumen” en tres palabras –“Si las tres secciones de la doctrina de la esencia tuvieran que ser resumidas en tres palabras, yo diría multilateralidad por demostrar (reflexión), ley por apariencia y totalidad por realidad.”– y apuntó la importancia de la multilateralidad al considerar que “Lenin escribió
sus notas cuando el mundo estaba siendo despedazado”10.
Esta breve carta no se presta para ser resumida. En ella abandonó la ley de la contradicción,
resume los comentarios sobre la causalidad de Lenin con sus propios puntos de vistas sobre el imperialismo, retornando a la fenomenología y relacionando la ley como relación esencial con la “ley general absoluta” de Marx de la acumulación capitalista. De lo que uno sí puede ser testigo es de los
propios saltos de Dunayevskaya en el conocimiento, su disposición a afrontar “la ley del movimiento
de la sociedad capitalista en términos filosóficos, más que en términos de valor”, conforme tradujo y
comentó sobre los saltos de Lenin.
Finalizó la carta, refiriéndose a Lenin: Está repleto del carácter de ‘multilateralidad e interrelación en la conexión del mundo’. Siempre ello es: conexión, relación, mediación, necesidad, movi-
7
8
9
Ibíd., p. 348.
Ibíd., p. 348.
Ibídem.
10
Ibídem.
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miento, unidad de los contrarios, ruptura de la identidad, transición y movimiento, movimiento y transición, y todo es la totalidad. Yo creo que estoy lista para seguirlo en el concepto”11.
La traducción de Dunayevskaya de las notas de la doctrina del concepto fue completada a inicios de marzo. Dunayevskaya resumió las lecturas de Lenin sobre la doctrina del concepto:
Tal y como el SALTO caracterizó la comprensión de Lenin de la doctrina del ser y la LEY, como
relación esencial de su comprensión de la doctrina de la esencia, de tal modo la PRÁCTICA caracteriza su análisis muy profundo de la doctrina del concepto y es la causa de su elección de
distinguir la sección sobre la idea.
Lenin comienza con el hecho que “El camino dialéctico del conocimiento de la verdad va de la
contemplación viva al pensamiento abstracto y de ahí a la práctica” y nunca se separa de ello ni
por un segundo12.
Prosiguió con la presentación de una serie de comentarios de Lenin sobre la “práctica, la práctica y la práctica” y concluyó: “Todo su énfasis en el fin y en el concepto de lo subjetivo está en que la
finalidad del hombre está generada por el mundo objetivo, pero que el cambio desea subjetivamente
cambios y actúa; allí llega al extremo de llamar al mundo objetivo no real y los deseos del hombre
reales, y la razón por la que se opera a la idea es que ‘no solamente tiene la dignidad de un universal
sino también la de la simple realidad’”13.
Para enfatizar la creatividad de Lenin al leer el capítulo de Hegel sobre “la idea” en la doctrina
del concepto, Dunayevskaya prosiguió con la presentación de sus propias lecturas de lo que ella llamó las diecisiete definiciones de Lenin, “mas correctamente, multilateralidades: (¡qué palabra acabo
de fabricar!”) de la idea. Aunque sacadas de Lenin, las definiciones fueron también expresión de Dunayevskaya de la “idea”. En la traducción y comentarios sobre los resúmenes de Lenin sobre la Ciencia de la lógica de Hegel, Dunayevskaya misma leyó a Hegel del modo más creativo y concreto posible. Mediante su labor en los cuadernos de Lenin, la propia interiorización en Hegel por parte de
Dunayevskaya encontró un punto de partida profundo.
Terminó su comentario refiriéndose a la observación de Lenin de que ningún marxista había
entendido El Capital. Esto era en relación con la expresión de Lenin de no “haber estudiado y comprendido la totalidad de la Lógica de Hegel”14. Luego Raya expresó su propio deseo de concentrarse
en dos áreas que manan de la traducción y los comentarios que había acabado: “1) la economía de
los Estados Unidos… 2) El Capital ”.
En su correspondencia entre 1949 y 1951, la interiorización (comprensión) de Hegel por Dunayevskaya, se expresa en sus comentarios sobre Lenin en las etapas anteriores y posteriores a
1914. Entre enero y finales de agosto de 1949, Dunayevskaya escribió varias cartas indagando sobre los avances filosóficos de Lenin. Aunque había estudiado extensamente muchos de los trabajos
de Lenin con anterioridad, su nueva correspondencia ya tenía la perspectiva de los Cuadernos filosóficos. En las cartas de Dunayevskaya posteriores a la traducción de los Cuadernos, somos testi-
11
12
Ibíd., p. 351.
Ibíd., p. 352.
13
14
Ibíd., p. 353.
LENIN, VI (1976). Collected Works, 4th Edition, Moscow, Vol. 38, p.180. “Conspectus of Hegel’s book The Science of
Logic”.
gos de su ‘pensamiento en voz alta’ para clarificar el significado de los avances filosóficos de Lenin.
Su propósito fue “seguir hasta los ‘descubrimientos’ principales de la dialéctica de Lenin”, en particular sus actividades posteriores a 191415.
En una carta del 27 de enero de 1949, que acompañaba algunos fragmentos de la Filosofía de
la historia, había dos puntos particularmente interesantes: 1) Dunayevskaya destacó los comentarios de Lenin de que a pesar de los escritos de aproximadamente mil páginas sobre filosofía de Plejánov, ellos no tenían nada respecto a la Ciencia de la lógica, ni sobre la dialéctica misma como ciencia
filosófica. Y añadió: “En otras palabras, Lenin ha decidido que no solamente se puede entender El
Capital sin la Lógica, sino que no se puede entender a la filosofía sin la Lógica”16; 2) Dunayevskaya
señaló que el trabajo de Lenin sobre la propia dialéctica significa ver la contradicción no sólo en las
apariencias, sino en la esencia. Añadió que esto puede ser visto con bastante facilidad cuando es
aplicado al capitalismo. –el valor de uso y el valor, el trabajo concreto y el abstracto– “pero cuando se
trata de aplicar este mismo principio a la revolución, nosotros [los revolucionarios] evitamos esta
contradicción en esencia y queremos luchar sólo contra el capitalismo17. Esta comprensión ayudaría
a clarificar el análisis de la tendencia Johnson-Forest acerca del trotskismo.
Los conceptos que Lenin (enfatizó) particularizó en su lectura de la Lógica de Hegel –el inmanente surgimiento de la diferencia, la necesaria interconexión de todos los lados de un fenómeno
dado, la transformación en su opuesto– Dunayevskaya los vio caracterizados en el desarrollo realizado por Lenin acerca de la aparente oposición de la competencia y el monopolio, del imperialismo
naciente del monopolio y del surgimiento de la diferencia en dos tendencias fundamentales dentro
de la clase obrera. Lenin apreció la contradicción en la esencia del capitalismo monopolista, el cual
divide al proletariado en una aristocracia del trabajo y la masa en general.
Dunayevskaya resumió ocho referencias distintas de El Capital. Aparecidas en los cuadernos
de Lenin sobre la Ciencia de la lógica, para interpretar la nueva lectura de El Capital realizada por Lenin, en la medida que este fue incursionando en Hegel.
... para asociar lo nuevo en su Imperialismo con su conclusión de que ningún marxista había
entendido El Capital y en particular su primer capítulo, porque es imposible comprenderlo sin la
comprensión de la totalidad de la Lógica de Hegel. Me parece que lo que Lenin quería decir con
eso es que ninguno había visto al imperialismo “originarse del” capitalismo, específicamente la
15
16
17
DUNAYEVSKAYA, R (1949-1951). The Raya Dunayevskaya Collection, Raya Dunayevskaya, C.L.R. James y Grace
Lee (Boggs) 1949-1951, nº.1608-1734. Esta colección se encuentra disponible en microfilme en los archivos “The Raya
Dunayevskaya Collection”, en la Biblioteca de Asuntos Laborales y Urbanos de la Wayne State University (5401 Cass
Ave. Detroit, MI 48202).
Ibíd., nº. 9213.
Ibídem.
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concentración de la producción, “de la cual” devendrían los monopolios, al igual que no se habían dado cuenta de la unidad de los opuestos en las mercancías (17 de mayo de 1949)18.
En algunas de sus cartas, los escritos de Lenin posteriores a 1914 fueron tomados y comentados en sus avances filosóficos: 1) sus abultados cuadernos sobre el imperialismo, el contenido de los
cuales ella enumeró detalladamente; 2) el propio folleto Imperialismo; 3) los artículos en Junius y sobre la caída de la Segunda Internacional; 4) “Las cartas desde lejos”; 5) las “Tesis de abril”; 6) El
Estado y la revolución.
En una extensa carta del 6 de julio de 1949, Dunayevskaya enumeró un grupo de categorías
debatidas en los escritos de Lenin –el imperialismo, la fase económica del capitalismo, la socialización del trabajo, el oportunismo en el movimiento, la autodeterminación de los pueblos y las naciones, la dialéctica- y luego dividió cada categoría en pequeños resúmenes de los puntos de vista de
Lenin anteriores y posteriores a 1914.
Al enfrentarse a los cuadernos realizados por Lenin sobre Hegel, Dunayevskaya plantó una
vasta colección de semillas. A lo largo de los meses y años siguientes, cultivaría un número significativo de éstas hasta llegar a lo que luego denominó “La gran línea divisoria en el marxismo” (Marxismo
y libertad). Estos retornos al rico huerto del pensamiento de Lenin se convirtieron en un suelo
decisivo para su propio crecimiento filosófico.
III. EL HEGEL DE DUNAYEVSKAYA
“En la dialéctica hegeliana, el momento filosófico [de relevancia filosófica],
es un factor determinante, incluso cuando la persona que fue impulsada a
la articulación de la idea de ese “momento” se hallaba casi inconsciente
de su profundidad y sus consecuencias, ese “momento” continuó siendo
el elemento que dirigía la concreción que sigue al difícil nacimiento que, a
pesar de eso, sale como un torrente. De modo muy específico, y
concretamente, el momento al cual me refiero en nuestro caso, son los
días 12 y 20 de mayo de 1953.19 En la desmitificación del absoluto, la idea
es como Dios o una ontología cerrada, como la unidad que yo
particularicé, como un movimiento dual, de la teoría a la práctica así como
también de la práctica a la teoría.”
DUNAYEVSKAYA, R (2002). Op. cit.
A) LA COMPULSIÓN OBJETIVO-SUBJETIVA POR TRATAR DE LLEGAR
A LOS ABSOLUTOS DE HEGEL
En cierto sentido Dunayevskaya comenzó a ocuparse de Hegel tras haber dado los primeros
pasos del primer Marx, y luego Lenin, para quienes los análisis de Hegel fueron decisivos en su de-
18
Ibíd.., nº.1595-1734.
19
Ver en el capítulo 2º de DUNAYEVSKAYA, R (2002). Op. cit., los dos textos de las cartas de 1953. En castellano:
DUNAYEVSKAYA, R (2009), pp. 6-7.
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 19, No. 65 (2014), pp. 13 - 35
23
sarrollo como pensadores y activistas revolucionarios. Al mismo tiempo, Dunayevskaya llegó a Hegel en un momento histórico diferente, que vio como si le obligaran a un análisis de sus absolutos.
La aparición de una nueva etapa del capitalismo, el capitalismo de estado, tuvo su manifestación más impactante en la transformación en su contrario de la primera revolución obrera exitosa: la
Revolución Rusa de 1917. El ascenso al poder de Stalin como la personalización de la transformación desde dentro del estado de obreros en un monstruoso estado capitalista y el fallo de gran parte
de la izquierda anti-estalinista, (de Trotsky y de los diversos grupos trotskistas), por buscar nuevos
comienzos para el marxismo revolucionario que fueran más allá del análisis político, se convirtió en
un movimiento marxista fracturado y desorientado.
¿Cómo empezar a restablecer el marxismo de Marx, que al mismo tiempo desafiara el capitalismo de estado como un estadio del desarrollo económico mundial, y a su vez, hacerle frente a la intoxicación ideológica del estalinismo, para transformar la dialéctica de Marx, su visión humanista, en
su contrario: el comunismo vulgar y estadista? Esto se convirtió en la cuestión central que enfrentaran los revolucionarios en medio de la horrorosa destrucción de la Segunda Guerra Mundial. O al
menos Dunayevskaya y un pequeño grupo de colegas dentro del movimiento marxista lo vio como
tal, y se sintió obligada a emprender la tarea de repensar el marxismo para su tiempo. A inicios de la
década del cuarenta y hasta inicios de los años cincuenta, ellos: (a) llevaron a cabo un estudio económico-filosófico del marxismo de Marx, (b) buscaron una práctica organizativa nueva que incluyó el
análisis de capitalismo de estado como un fenómeno mundial, por medio de la búsqueda, la traducción y el estudio de los ensayos de 1844 de Marx conocidos como Manuscritos económico-filosóficos y de los Cuadernos filosóficos de Lenin sobre la Ciencia de la Lógica de Hegel, (c) leyeron El Capital de Marx, de nuevo con los ojos de la dialéctica; (d) encontraron y se centraron en la subjetividad
revolucionaria del proletariado y las luchas de masas del pueblo negro en Estados Unidos, y (e )
empezaron a leer y a comentar sobre la dialéctica hegeliana, incluidos los absolutos.
Para Dunayevskaya esta década de investigación y actividad alcanzó su punto culminante en
1953, empezando por la muerte de Stalin (5 de marzo de 1953). En lo político, ella respondió de inmediato escribiendo un análisis donde hizo hincapié en que “espíritu maligno [un íncubo] se había levantado de las mentes de las masas como de los teóricos”.
En lo filosófico, Dunayevskaya como teórica intensificó su estudio de Hegel, sumergiéndose a
plenitud en los absolutos de Hegel. Sus dos cartas del 12 y el 20 de mayo, se centraron en la idea absoluta de la Ciencia de la lógica y el espíritu absoluto de la Filosofía del espíritu20.
B) DE LA NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN EN GENERAL A LA ESPECIFICIDAD
DE LOS ABSOLUTOS DE HEGEL
Las lecturas de Hegel realizadas por Dunayevskaya se debían en gran medida a los estudios
filosóficos sobre la dialéctica, llevados a cabo en primer lugar por Marx y luego por Lenin, mientras
que al mismo tiempo, estudió los absolutos de Hegel de una manera que constituyó un nuevo comienzo para el marxismo revolucionario. Su camino no fue solamente seguir a Marx cuando situaba
la dialéctica de la negatividad en general en el mundo del aquí y el ahora, que está en la lucha de clases del capital y el trabajo, sino en relación con todas las “nuevas pasiones y las nuevas fuerzas”
necesarias para la reconstrucción de la sociedad.
20
Publicadas en DUNAYEVSKAYA, R (2002). Op. cit., pp.15-31. Estas dos cartas significaron su avance en los absolutos
de Hegel.
24
Eugene GOGOL
El pensamiento de Raya Dunayevskaya: su relevancia para la América Latina...
Tampoco ella se limitaba a seguir la revolucionaria lectura de Lenin a Hegel, donde se destaca el concepto de “la transformación en su contrario” como fundamental para su comprensión de la
situación objetivo-subjetiva, en medio de la Primera Guerra Mundial21.
El regreso de Dunayevskaya en 1953 a la dialéctica hegeliana, estuvo dirigida a la especificidad de los absolutos de Hegel –al saber absoluto, la idea absoluta y el espíritu absoluto– y a concretar, hacer renacer esos absolutos en el contexto de la post-Segunda Guerra Mundial. Por más de
tres décadas, ahondó en ello, concretó y trató de analizar los universales revolucionarios inherentes
a esta nueva visión de los absolutos. En su Filosofía y la Revolución (1973), caracterizó de nuevo
esta especificidad en la comprensión de los absolutos: la negatividad absoluta como nuevo
comienzo.
¿Cuál es el significado de esta especificidad, de esta concreción de los absolutos de Hegel
como nuevo comienzo? Cuando Dunayevskaya especificó que dentro de los absolutos de Hegel hay
un doble movimiento, un movimiento desde la práctica a la teoría que es en sí mismo una forma de
teoría, y un movimiento desde la teoría a la práctica que es en sí mismo y que llega a la filosofía, ¿qué
significa esto?
C. LA RUTA EN DOS DIRECCIONES DE LOS ABSOLUTOS DE HEGEL A
“LA ESPECIFICIDAD DE LA AUTO-LIBERACIÓN, EL HUMANISMO DEL SER HUMANO”
La negación de la negación no va a ser una generalidad, ni siquiera la
generalidad de una nueva sociedad para lo viejo, sino lo específico de la
liberación propia, que es el humanismo del ser humano, así como su
filosofía. (Comentarios sobre la Ciencia de la lógica).
DUNAYEVSKAYA, R (2009b). El poder de la negatividad. Ed. cit., p. 97.
Dunayevskaya decía que este motor de la transformación revolucionaria: la negación de la
negación, la destrucción dialéctica de lo viejo, inseparable de la construcción de lo nuevo, necesita
ser trabado como especificidad que reúne a la idea que se piensa a sí misma del pensamiento dialéctico y la idea que pone de manifiesto la libertad de las masas en movimiento. Esto es lo que ella desarrolló en los absolutos de Hegel: El doble movimiento desde la práctica y desde la teoría y su
unificación.
Además, argumentó que esta unificación no era algo que había que llevar a la dialéctica de
Hegel. Más bien podría ser apropiado desde dentro, si se zambullera uno en los absolutos de Hegel.
La especificidad de la auto-liberación era al mismo tiempo, “el humanismo del ser humano, así como
su filosofía”, un camino de doble sentido, en la vida y en la filosofía dialéctica. La negativa a separar el
pensamiento y la acción, la filosofía y la revolución, era dentro de la vida y dentro de la filosofía dialéctica misma, no solo como una generalización, sino concretamente manifiesto en los absolutos.
Dunayevskaya se esforzaba por encontrar la concordancia del pensamiento dialéctico y el
movimiento desde abajo que habían surgido en el mundo posterior a la II Guerra Mundial. Este era
21
Dunayevskaya, aun cuando destacó la profundidad del recorrido de Lenin por Hegel, más tarde caracterizará que en
los Cuadernos filosóficos de Lenin ha quedado lo filosófico en el umbral de los absolutos.
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 19, No. 65 (2014), pp. 13 - 35
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un movimiento que abarcaba no solo al proletariado, sino todas las “nuevas pasiones y las fuerzas
que surgieron en el seno de la sociedad” (expresión de Marx). Mientras que la negación de la negación, “la dialéctica de la negatividad como principio del movimiento y la creación” (Marx), ciertamente
habló con profundidad de esto, existía la necesidad de encontrar una más concreta y, al mismo tiempo, la manifestación universal de esto, un nuevo universal concreto. Esto es lo que encontrara Dunayevskaya en los absolutos de Hegel. Esta unificación de un movimiento desde la teoría y la práctica
que expresara como una categoría filosófica nueva: la negatividad absoluta como nuevo comienzo.
Después de su gran avance en 1953 con los absolutos de Hegel, el cuerpo de ideas que desarrolló, el humanismo-marxista, se concretó de manera política, periodística y de organización como
una organización de pensamiento que determinó la vida organizativa determinada. Su expresión
más completa se puede encontrar en la Colección Raya Dunayevskaya.
Mi interpretación del avance de Dunayevskaya sobre los absolutos de Hegel, podrían encerrar lo siguiente:
La dialéctica misma abarca el movimiento desde abajo. La dialéctica de la negatividad absoluta está tanto en el seno del movimiento desde la práctica como de la teoría. La dialéctica de los absolutos está en la vida y no sólo en la filosofía. No hay necesidad de “aplicar” la dialéctica al movimiento
desde abajo en una especie de partido de vanguardia. La responsabilidad de los intelectuales no es
“dar” conciencia a las masas. La dialéctica ya reside dentro de ese movimiento de la práctica. Hay un
movimiento desde la práctica hacia la teoría que es en sí mismo una forma de teoría. Es decir, la dialéctica, no sólo un idealismo abstracto que tiene su movimiento, su espíritu, fuera del impulso de la
humanidad por la libertad. Esta se encuentra a sí misma, se da cuenta de sí misma, en la vida
concreta de la humanidad.
Al mismo tiempo, hay un movimiento de la idea de libertad que es la propia dialéctica. La filosofía dialéctica en sí misma se encuentra en la Fenomenología del espíritu, en la Ciencia de la lógica,
en la Filosofía del espíritu –lo que Hegel llamaba la idea que se piensa a sí misma. Hegel ha podido
expresar el movimiento del pensamiento fuera de la mujer y el hombre corporal, pero la autenticidad
de la dialéctica hegeliana se alcanza más allá de Hegel. Los absolutos de Hegel, creados a partir de
una visión histórica del mundo, son la fuente para hacer la dialéctica de la negatividad, explícita en el
mundo del aquí y el ahora, para recrear la dialéctica, que es lo que le da su actualidad. Este es el movimiento desde la teoría a la práctica, una forma de la teoría enraizada y que va a ella, a la filosofía
dialéctica.
En este tipo de teoría que se mueve hacia la práctica, está la responsabilidad de los teóricos
revolucionarios, una responsabilidad que es lo contrario de cualquier partido de vanguardia que lleva
el concepto. Si bien la dialéctica reside en el movimiento desde la práctica, en primera instancia se
presente de forma implícita y no necesariamente en su totalidad en la conciencia del movimiento
desde abajo. La tarea de los activistas-teóricos revolucionarios es ayudar a discernir y hacer explícita la dialéctica que se encuentra dentro del movimiento de masas, como lo es en la expresión teórica.
En el encuentro del movimiento de la práctica, que es tratar de realizar plenamente la dialéctica de la
libertad, no es cosa de ver la dialéctica como una “herramienta” aplicable desde el exterior al movimiento. Más bien, la dialéctica está dentro del propio movimiento. Un movimiento desde la teoría, y
aquellos revolucionarios que se esfuerzan por ello, sólo pueden hacerlo, sólo pueden fundirla plenamente con el movimiento de la práctica, si se basan en ella misma (el movimiento desde la teoría) y
ellos mismos (los revolucionarios / teóricos) se basan en la filosofía dialéctica.
Cuando Dunayevskaya, en su ponencia de 1987 sobre la dialéctica de la organización y la filosofía, destacó la categoría de momento filosófico del humanismo-marxista, se estaba dirigiendo a
sus colegas en una organización revolucionaria marxista-humanista, a los Comités de News and
26
Eugene GOGOL
El pensamiento de Raya Dunayevskaya: su relevancia para la América Latina...
Letters. Su audiencia no fue accidental. Ella estaba estudiando la dialéctica de la organización y la filosofía en términos del movimiento revolucionario, históricamente, mientras que al mismo tiempo, de
forma muy concreta y específica se centraba en la organización marxista-humanista que había
fundado: los Comités de News and Letters.
Ella se preguntaba cuál es la función de una agrupación “pequeña como la de nosotros”, aunque la vio como un desafío objetivo-subjetivo para el movimiento revolucionario en su totalidad. Un
movimiento desde la teoría, y los revolucionarios vivos que se esfuerzan por comprender la teoría,
sólo pueden hacerlo, sólo pueden fundir plenamente con el movimiento desde la práctica, si el movimiento desde la teoría y los revolucionarios/teóricos que buscan su praxis, tienen ellos mismos sus
raíces en la filosofía dialéctica.
Esta es la tarea de nuestros días –no sólo la filosofía en general, ni siquiera la filosofía dialéctica de la negación de la negación. Más bien, es la especificidad de la filosofía dialéctica cuando se
manifiesta así misma como el nivel de los absolutos, –la negatividad absoluta como nuevo comienzo–, que se necesita. Esta es una responsabilidad de la organizativa que Dunayevskaya planteara.
Ciertamente, para su propia organización, los comités de News and Letters, pero también, para el
movimiento revolucionario en su conjunto. Es la tarea que queda por hacer.
IV. EL MARX DE DUNAYEVSKAYA
A) ESCRITOS SOBRE EL CAPITALISMO DE ESTADO EN RELACIÓN
CON LOS TEXTOS DE MARX
En el año 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial. Entre los principales catalizadores de esta
guerra se pueden mencionar: el “pacto de no agresión”, rápidamente negociado y firmado el 23 de
agosto, unos días posteriores al estancamiento de las negociaciones que Rusia había estado sosteniendo con Inglaterra y Francia, la invasión de Alemania a Polonia el 1 de septiembre y la entrada de
Inglaterra y Francia a la guerra dos días después.
El hecho de que un país ostensiblemente comunista abriera las puertas a la guerra y firmara
un pacto con un estado fascista fue una conmoción para el movimiento revolucionario. La mayor
oposición de izquierda a Stalin, el trotskismo, se opuso al pacto. No obstante, para Trotsky el pacto
no señalaba la necesidad de cambiar su análisis económico sobre la Unión Soviética. Durante el año
1939, antes de ser asesinado a manos de agentes de Stalin, Trotsky continuó con sus ideas sobre
Rusia como un estado obrero.
Dentro del propio movimiento trotskista había revolucionarios que sentían que ningún estado
auténticamente obrero podía firmar un pacto con la Alemania nazi. Entre ellos se encontraba Dunayevskaya, quien empezó a estudiar entonces la naturaleza de la economía rusa.
A partir de la perspectiva que nos ofrece el presente, cuando Rusia ya no es rival en términos
ideológicos, ni tampoco en lo económico o militar, para los Estados Unidos, nos podría parecer que
sólo tiene interés de archivo prestar atención a los análisis innovadores hechos por Dunayevskaya
sobre Rusia como una sociedad capitalista de estado. No obstante, tres dimensiones de su análisis
demuestran la relevancia actual de sus estudios de los años cuarenta. En primer lugar, aunque su
atención principal estaba en la naturaleza económica de la Unión “Soviética”, su estudio inscribe el
capitalismo de estado como un fenómeno de tipo mundial, que afloraba en los años treinta en ámbitos tan diversos como el nazismo alemán, el New Deal en los Estados Unidos y la esfera de la
Co-prosperidad en Japón. La unión de la economía con la política, incluyendo lo militar mediante el
estado, se vincula con la campaña actual de los Estados Unidos por lograr la dominación
hegemónica en un mundo de retórica neoliberal y de superpotencia única.
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 19, No. 65 (2014), pp. 13 - 35
27
En segundo lugar, la teoría de Dunayevskaya sobre el capitalismo de estado no estuvo jamás
limitada a un análisis estrictamente económico. La teoría abarcaba lo opuesto al capitalismo de estado: las fuerzas humanas de la rebelión. Esto se puso de manifiesto en el reconocimiento a la oposición dentro de Rusia frente al terror del capitalismo de estado estalinista y a su gobierno dictatorial;
también se hizo extensivo a la oposición existente en los Estados Unidos –el rival capitalista de estado de Rusia–. Durante la Segunda Guerra Mundial, Dunayevskaya escribió varios artículos sobre la
problemática del negro en los Estados Unidos a raíz de los levantamientos ocurridos en Detroit y
Harlem, así como sobre una huelga de mineros en la cual participaron numerosos mineros negros.
Su metodología fue la de buscar, escuchar y analizar las fuerzas de la sublevación opuestas a la fase
en desarrollo del capitalismo.
En tercer lugar, la teoría de Dunayevskaya sobre el capitalismo de estado tenía dentro de sí,
implícitamente al principio y luego de forma completamente explícita, las categorías filosóficas de
Marx como parte integral de su economía política. El humanismo de Marx fue el embrión de su teoría
del capitalismo de estado, que más tarde se convertiría en la filosofía del humanismo-marxista.
Mientras que la teoría del capitalismo de estado de Dunayevskaya partía del análisis de la
realidad económica de la Unión Soviética de mediados del siglo XX, la misma se desarrolló abarcando una perspectiva mundial, un concepto sobre la subjetividad revolucionaria y una expresión
filosófica del humanismo de Marx.
En el centro de los estudios sobre la Rusia estalinista que Dunayevskaya realizó a inicios de
los años cuarenta, había dos cuestiones esenciales: 1) ¿Qué tipo de sociedad era entonces Rusia si
no constituía un estado de obreros? 2) ¿Qué era entonces un estado de obreros si ya Rusia no era tal
estado?
Al examinar la sociedad rusa ella utilizó las categorías económicas que Marx había distinguido en El Capital –a) el hecho de que el trabajo vivo toma la forma de una mercancía, la fuerza de trabajo; b) el predominio de la producción de los medios de producción sobre la producción de los medios de consumo; c) la composición orgánica del capital que refleja la dominación del trabajo muerto
(las máquinas) sobre el trabajo vivo (los obreros)– hasta llegar a la conclusión de que Rusia era una
sociedad capitalista de estado.
Al investigar a fondo lo que era un estado de obreros, Dunayevskaya examinó los trabajos de
Marx sobre la Comuna de París, su Crítica al Programa de Gotha y examinó textos de lo que luego
fue conocido como los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844.
A inicios de los años cuarenta tradujo algunos fragmentos de los manuscritos de Marx: “La
propiedad privada y el trabajo”, “La propiedad privada y el comunismo” y “La crítica de la dialéctica
hegeliana”22. En su ensayo “La sociedad y el trabajo” el cual sería la introducción a su análisis económico de Rusia, había empezado a investigar la cuestión de qué era un estado de obreros desde el
punto de vista de su lectura de los primeros escritos humanistas de Marx. El análisis de Dunayevskaya sobre la realidad de la sociedad rusa en medio de los planes quinquenales de Stalin no estaba limitado exclusivamente a las estadísticas económicas de Rusia. Al volverse a la economía política de
Marx, ella descubrió que estaba dando los primeros pasos sobre el terreno filosófico humanista de
Marx.
B) “LA DIALÉCTICA DEL PLAN DE MARX PARA EL CAPITAL”
22
DUNAYEVSKAYA, R (1949-1951). Op. cit., nº. 8845.
28
Eugene GOGOL
El pensamiento de Raya Dunayevskaya: su relevancia para la América Latina...
La traducción e investigación de los resúmenes de Lenin sobre la Ciencia de la lógica de Hegel no sólo enriquecieron a profundidad la opinión de Dunayevskaya sobre Lenin, sino que fueron un
importante catalizador para nuevas investigaciones sobre El Capital desde la perspectiva de la Lógica de Hegel.
En su naciente indagación filosófica, Dunayevskaya estaba decidida a no separar la dialéctica
del materialismo en su lectura de El Capital. En una carta del 5 de octubre de 1949 expresaba su deseo de escribir “mis notas del primer capítulo de El Capital a partir del nuevo punto de vista dialéctico
de éste”.
A lo largo de los años cuarenta Dunayevskaya había escrito sobre El Capital, trabajando intensamente con esta obra mientras preparaba su análisis sobre Rusia como una sociedad capitalista de estado. A mediados de los años cuarenta había preparado un Esbozo de El Capital, tomo uno;
una serie de 14 conferencias que cubrían las ocho partes de El Capital para el Departamento Docente del Partido de los Trabajadores23; un Esbozo del Capital, tomo dos; le siguió como parte de una
clase que impartió24. También había traducido algunos números de escritos previos no disponibles
de Marx, incluyendo el “Capítulo VI”, la parte final, original y no publicada de El Capital. Y todavía
ahora, en el curso de su trabajo con los Cuadernos filosóficos de Lenin, Dunayevskaya sintió la
necesidad de volver a Marx con nuevos ojos filosóficos.
A partir de 1949-1950 hay una docena de cartas de Dunayevskaya en las cuales el principal
impulso es una lectura de El Capital con la Lógica de Hegel en las manos. Predominaron dos temas:
1) La distinción de un grupo de categorías hegelianas que Dunayevskaya encontró en las secciones
de El Capital; 2) Un rastreo de los cambios que hizo Marx en la estructura de El Capital a través de varios borradores –“la dialéctica del plan de Marx para El Capital”– tomados en parte de las relecturas
de Hegel hechas por Marx. Ambos temas fueron desarrollados en la medida que Dunayevskaya determinó las circunstancias históricas que rodearon la redacción de El Capital.
En la carta del 5 de enero de 1949, en la que proponía una correspondencia sobre El Capital,
Dunayevskaya retomó las categorías de “lo abstracto”, “lo particular estable” vs. “lo universal”, así
como las categorías hegelianas del ser, la esencia y el concepto dentro de una lectura filosófica de El
Capital. Contrastó brevemente la “abstracción violenta” (expresión de Marx) de David Ricardo en su
tasa de transformación de la plusvalía en tasa de ganancia, con lo que ella denominó la “abstracción
verdadera” de Marx, quien encontró la transformación concreta de la plusvalía en ganancia. Dunayevskaya no hizo esto para demostrar las diferencias entre las dos, sino para mostrar la necesidad
de la categoría de la plusvalía. Más tarde, Dunayevskaya dirigió su atención a Rosa Luxemburgo
para apuntar su sustitución de imperialismo –lo cual llamó como su “particular estable”– por el universal de Marx del capitalismo. En la carta planteó una posible lectura de diferentes partes del tomo
uno de El Capital en relación con las categorías del ser, la esencia y el concepto, así como la lectura
del tomo tres de El Capital en términos del concepto.
Después de unas semanas, en su carta del 1 de febrero de 1949, continuó integrando las categorías hegelianas con las de El Capital. Relacionó el debate de Marx sobre “crisis” con “realidad”,
la “ley de acumulación” con la idea de Hegel de “concepto”, “esencia sin forma” tal vez como valor; y
“apariencia inestable” posiblemente como prosperidad y ruina. Dunayevskaya también retomó el “infinito en lo finito” de Hegel donde “para mí esto parece decir: si la producción infinita es la real, enton-
23
Ibíd., p. nº.324.
24
Ibíd., p. nº.385.
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 19, No. 65 (2014), pp. 13 - 35
29
ces la finitud de la producción capitalista es aquella que no puede ser real, que no puede ser planificada, porque ésta está condicionada en: 1) las relaciones de clases; 2) la auto-expansión de los valores existentes. En otras palabras, la planificación, la planificación social, puede solamente existir
cuando no está basada en las relaciones de clases”.
Nuestro fin no es presentar en detalle el desarrollo de Dunayevskaya en cada una de estas
lecturas de Marx con los ojos de la dialéctica hegeliana. Muchas de sus lecturas fueron desarrolladas
solamente de un modo preliminar por ella. Otras resultarían centrales para su primera discusión pública de los tres volúmenes completos de El Capital en Marxismo y libertad. Lo que resalta en estas
cartas es el reconocimiento de cómo la dialéctica se fue convirtiendo en algo inserto profundamente
en las lecturas de Dunayevskaya sobre Marx. Un regreso crítico a los estudios tempranos, al Marx
primigenio, pero con sus ojos sumergidos en Hegel y en las lecturas que hiciera Lenin de Hegel, la
llevó a nuevos saltos y a una nueva comprensión de estos “viejos” textos de Marx.
C) “EL MOMENTO FILOSÓFICO DE MARX”–LOS MANUSCRITOS
ECONÓMICOS-FILOSÓFICOS DE 1844
A inicios de los años cuarenta del siglo pasado, cuando Dunayevskaya escribía sus estudios
iniciales sobre la naturaleza de la economía rusa, se encontró y comenzó a traducir fragmentos de
los Manuscritos de 1844 de Marx. Ellos constituyeron la base de la dimensión filosófica de su crítica
de la sociedad rusa: Si Rusia no es un tesado de obreros, ¿cuál era el concepto de Marx de una
nueva sociedad humana?
No obstante, no fue hasta después de su primera traducción de los Cuadernos filosóficos de
Lenin, y hasta después de sus avanzados estudios de 1953 sobre los absolutos de Hegel que volvió
de nuevo a los primeros trabajos económicos y filosóficos de Marx, denominándolos como “un nuevo
humanismo”. Ella consideró estos manuscritos como tan primordiales en el desarrollo de Marx y tan
relevantes para el movimiento radical contemporáneo, que tradujo al inglés dos ensayos de los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. “La crítica de la dialéctica hegeliana” y “Propiedad privada y comunismo” fueron publicados como apéndices de la primera edición de Marxismo y libertad.
En 1844 Marx escribió sobre la dialéctica hegeliana con mucha profundidad al tiempo que denominaba a su propia visión un “exhaustivo naturalismo o humanismo”. Para Dunayevskaya, este
período no fue una simple “fase” que el joven Marx “superó”. Más bien sus escritos de 1844 fueron
“los fundamentos del materialismo histórico”. Ella vio estos ensayos muy estrechamente ligados con
El Capital y tituló posteriormente un capítulo, “El humanismo y la dialéctica de El Capital, tomo uno”.
El razonamiento de Dunayevskaya sobre los Manuscritos se centró, en primer lugar, en la integridad de la respuesta de Marx a los nuevos impulsos del proletariado aparecidos en los años cuarenta del siglo XIX con su inmersión en la dialéctica de Hegel:
El año 1844 divisó nuevos impulsos del proletariado que literalmente sobrevenían del mundo
de los turbulentos años cuarenta… Fue en el mismo año de 1844 que Marx escribió los Manuscritos económicos y filosóficos. Aquí Marx planteó dialécticamente el problema fundamental,
qué tipo de trabajo… [El] planteó esta misma cuestión fundamental, la nueva respuesta teórica
a la sublevación de los trabajadores contra la tiranía del trabajo fabril… Y ahora advertía lo
30
Eugene GOGOL
El pensamiento de Raya Dunayevskaya: su relevancia para la América Latina...
esencial del método hegeliano, el automovimiento que es inherente, necesario porque es la
forma de desarrollo del propio organismo, en la actividad propia del proletariado25.
Respecto a la “Crítica de la dialéctica hegeliana”, Dunayevskaya señalaba:
Marx critica el idealismo de Hegel… Pero Marx elogia, adopta y desarrolla el método dialéctico… absorbió y recreó el principio de la “negación de la negación” –o la superación revolucionaria de las contradicciones reales, es decir, las fuerzas de clases opuestas–, no sólo en sus
primeros escritos sino en El Capital mismo”26.
El segundo tema abordado por Dunayevskaya a partir de estos ensayos fue la crítica de Marx
a los comunistas utópicos de su tiempo por su visión unidimensional de ligar toda forma de enajenación al hecho de la existencia de la propiedad privada. Ella demostró que cuando Marx aprehendió la
“trascendencia como movimiento objetivo” y la “negación de la negación” de la Fenomenología de
Hegel y miró hacia la realidad de su tiempo, fue capaz de distinguir entre “el comunismo vulgar”, limitado a la simple negación de la propiedad privada y su propia filosofía del “humanismo positivo que
parte de sí mismo”. “O sea que se necesita de otra trascendencia, después de la abolición de la propiedad privada, para llegar a una verdaderamente nueva sociedad humana”.
Cuando Dunayevskaya retomó el ensayo de Marx “Propiedad privada y comunismo”, continuó el debate sobre el concepto de Marx de una nueva sociedad humana en contraposición a la
“preocupación total con el asunto de la propiedad privada” de los comunistas utópicos. Citando a
Marx: “En la alienación del objeto de trabajo solamente se cristaliza la enajenación en la propia actividad del trabajo”, volvió una y otra vez al punto de vista de Marx sobre la emancipación necesaria del
trabajo antes que el mero cambio de las formas de propiedad. Ella sintió la necesidad de hacer esto
no sólo para corregir inexactitudes respecto a las ideas de Marx, también para quitar de la basura
que se había amontonado sobre este concepto de Marx en los años transcurridos desde que él había
escrito sus ensayos. La visión emancipadora de Marx se proyectó hasta mediados del siglo veinte y
fueron “los comunismos totalitarios de nuestros días” a los cuales ella combatió.
Dunayevskaya se esforzó en mostrar el proceso de formación de Marx como intelectual revolucionario radical a inicios y mediados de los años cuarenta del siglo XIX, discerniendo lo que le distinguía de otros intelectuales radicales de este mismo período: su dominio y re-creación de la dialéctica hegeliana en unión con la actividad revolucionaria del proletariado que se descubría a sí mismo
como clase. El hegelianismo y el humanismo de Marx fueron inseparables. Los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 fueron tanto el proceso como el resultado de ello. Más adelante
Dunayevskaya llamaría a este período entre 1843 y 1844, “El momento filosófico” de Marx.
V. AMÉRICA LATINA Y EL MARXISMO DE DUNAYEVSKAYA
Las relaciones de Raya Dunayevskaya con América Latina mantenidas por un período de medio siglo tuvieron sus inicios en 1937, cuando con 27 años de edad vino a la ciudad de México a encontrase con León Trotsky y trabajar como su secretaria de idioma ruso. En aquellos tiempos,
Trotsky en su forzado exilio, enfrentaba dos retos inmediatos: 1) Stalin llevaba a cabo los amañados
25
DUNAYEVSKAYA, R (2009a). Op. cit., p. 81.
26
Ibíd., p. 83.
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 19, No. 65 (2014), pp. 13 - 35
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procesos de Moscú contra el Estado Mayor de la Revolución Rusa; 2) La Guerra Civil Española se
recrudecía cada vez más. Él se dispuso a responder estos retos y denunciaba las falsificaciones de
las pruebas presentadas en los procesos y compartía las experiencias tanto de la Revolución Rusa
como de la posterior guerra civil en relación con la revolución española en marcha.
Dunayevskaya (Rae Spiegel) fue integrante de aquel pequeño grupo de camaradas que vivió
y trabajó con León y Natalia Trotsky, asistiendo a este último en su lucha por representar y llevar adelante la herencia de la Revolución Rusa, al mismo tiempo que intentaban protegerlo de los secuaces
de Stalin, empeñados en asesinarle.
Dunayevskaya tradujo varios escritos de Trotsky al inglés entre los que se encontraban algunos dedicados a Rusia y en particular sus discursos de la época de la Guerra Civil sobre el Ejército
Rojo, los cuales fueron enviados a España en el contexto de la revolución española en curso. También Raya traducía y transcribía varios de los artículos escritos por Trotsky sobre la revolución española27.
Más tarde Dunayevskaya rompió con Trotsky debido a sus discrepancias en torno a la naturaleza de la Unión Soviética. A mediados de 1938 volvió a los Estados Unidos y después del llamado
Pacto de no agresión suscrito entre Hitler y Stalin (1939), sintió entonces que Rusia no podía ser defendida ya más como un estado de trabajadores. Al analizar la economía rusa desarrolló una teoría,
la del capitalismo de estado y vio a este no solo como un fenómeno ruso, sino como algo que poseía
manifestaciones globales. Con posterioridad, la teoría del capitalismo de estado fue desarrollada por
ella dentro de su filosofía del humanismo-marxista. Este desarrollo surgió de sus indagaciones sobre
los Cuadernos filosóficos de Lenin, el absoluto de Hegel y el humanismo de Marx, todo unido a la
subjetividad revolucionaria en marcha que ella veía surgir de las luchas de masas a nivel mundial,
incluidas las de América Latina.
Aquí queremos separar tres derivaciones del marxismo de Dunayevskaya las cuales tienen
importancia para el humanismo latinoamericano y su dimensión revolucionaria28: 1) su crítica y actividad contra la intrusión del imperialismo norteamericano en América Latina y el Caribe; 2) su creación de la categoría “Un movimiento desde la praxis que es, en sí mismo, una forma de la teoría” en
relación con América Latina; 3) su análisis y su crítica de la naturaleza inacabada de las revoluciones
latinoamericanas.
Los escritos de Raya Dunayevskaya sobre América Latina y el Caribe, constituyeron una crítica feroz al imperialismo económico, político y militar de los Estados Unidos. Desde el golpe de estado patrocinado por la CIA en Guatemala durante la presidencia de Eisenhower (1954), hasta la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba durante el mandato de Kennedy (1961), seguida de la Crisis de
los Misiles o Crisis de Octubre (1962) –cuando la misma supervivencia de la humanidad estuvo en
juego mientras las superpotencias nucleares maniobraban– hasta la ocupación de la República Dominicana por el gobierno de Johnson (1965), la participación de Nixon y Kissinger en el derrocamiento de Allende en Chile y la instalación de la dictadura de Pinochet (1973), las actividades contrarrevolucionarias iniciadas por Carter contra los revolucionarios nicaragüenses a finales de los setenta e
intensificada por Reagan con su sangriento patrocinio a los Contra, el apoyo en la guerra de El Salvador a los militares derechistas, la invasión a Panamá y la ocupación de Granada en los ochenta. A
27
28
Dunayevskaya deseaba viajar a España para luchar en la Guerra Civil Española, pero fue rechazada por ser mujer.
Más tarde ella se fue a México a trabajar con Trotsky.
La inmensa mayoría de los escritos y conferencias de Dunayevskaya sobre América Latina pueden ser encontrados en
sus archivos The Raya Dunayevskaya Collection, ya mencionados.
Eugene GOGOL
El pensamiento de Raya Dunayevskaya: su relevancia para la América Latina...
32
todos estos actos provocativos y sangrientos en los que estaban involucrados los Estados Unidos,
Dunayevskaya respondió con numerosos ensayos y conferencias.
Los artículos y las columnas principales del periódico marxista-humanista News and Letters
sobre América Latina fueron escritos por ella, al mismo tiempo que publicó las Cartas políticas y filosóficas en estos tiempos en que la contrarrevolución intentaba asfixiar a la revolución. Dunayevskaya dio conferencias ante los colegas de su organización política, los comités de News and Letters e
hizo presentaciones públicas, particularmente en recintos universitarios, abordando variados
aspectos de las intromisiones del imperialismo norteamericano.
Un ejemplo de sus actividades fue la conferencia dada en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles (abril de 1981), intitulada “El Salvador:
La guerra genocida de Reagan y las inacabadas revoluciones americanas” (Raya Dunayevskaya
Collection29. Al atacar la política de Reagan y a su militarista Ministro de Relaciones Exteriores Alexander Haig, ella primero hizo referencias al año 1932, cuando la revolución campesina salvadoreña
fue sofocada con el asesinato de decenas de miles de campesinos. La violencia de la oligarquía salvadoreña gobernante, que estaba apuntalada por los Estados Unidos en los ochenta, tenía también
sus raíces en la masacre de 1932.
Además de ello, Dunayevskaya denunció la contrarrevolución diseñada por los Estados Unidos en Guatemala en 1954:
Nosotros no debemos consentirles repetir lo que ellos lograron en 1954 y que hemos sufrido
hasta el día de hoy. Ni debemos permitirles que olviden quienes son los verdaderos contrarios:
los obreros contra los capitalistas, en lugar de decir que los dos contrarios son Rusia y los Estados Unidos.
Los Estados Unidos y Rusia son solo dos variantes de la misma sociedad explotadora, una del
capitalismo privado y la otra del capitalismo de estado30.
Más adelante Dunayevskaya retrocedió aun más en el tiempo:
América Latina ha sido el coto de caza del imperialismo americano desde su nacimiento. La primera ocasión en que intervenimos a gran escala fue a finales del siglo XIX, con la Guerra Hispano Americana, cuando el pueblo cubano estaba luchando por su independencia de España
y nosotros le anunciamos que iban a tener una gran isla, preciosa, totalmente libre, pero la realidad fue que nosotros simplemente echamos fuera a España, de modo tal que los Estados Unidos, solos, pudiesen reinar en el gallinero31.
Advertía que el imperialismo de los Estados Unidos desde sus inicios estaba conectado con el
racismo, no solamente en el extranjero sino contra la población negra en su propia casa.
El enfrentamiento de Dunayevskaya al imperialismo era inseparable de: 1) Su búsqueda de
un nuevo comienzo revolucionario. Ella desarrolló un concepto sobre la subjetividad revolucionaria
de las masas en movimiento, que expresó como “un movimiento desde la práctica era en sí mismo,
29
DUNAYEVSKAYA, R (1949-1951). Op. cit., nº. 7202.
30
31
Ibídem.
Ibídem.
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 19, No. 65 (2014), pp. 13 - 35
33
una forma de la teoría” y que ella veía surgir a nivel global, incluyendo las Américas; 2) Su análisis y
crítica de la naturaleza inacabada de revoluciones latinoamericanas de la última mitad del siglo XX,
como son Bolivia (1952); Cuba (1959); Chile (1970-1973) o América Central y Granada en los
ochenta.
La insistencia de Dunayevskaya en ver a las masas trabajadoras no sólo como fuerza o
músculos de la revolución, sino como mente o razón de las transformaciones sociales, significó una
ruptura con el concepto de “partido dirigente de vanguardia” aceptado por muchas de las fuerzas de
izquierdas que veían a los obreros como fuerza decisiva de la revolución pero carentes de “conciencia revolucionaria”. Tal conciencia sería supuestamente aportada por el partido.
En agudo contraste, Raya formuló un concepto de masas como razón de la revolución basado
en dos principios: 1) Filosóficamente, en 1953 ella encontró en el absoluto de Hegel un movimiento
dual, no solamente un movimiento de la teoría a la práctica, sino un movimiento de la práctica a la
teoría, que era en sí mismo una forma de la teoría32; 2) Antes que ella percibiera los orígenes filosóficos de este concepto en Hegel, sus actividades como observadora-participante en la huelga general
de los mineros de 1949-195033 y su seguimiento de la Revolución Boliviana de 1952 la prepararon
para este salto filosófico y la fundación de una tendencia marxista humanista.
En 1984, Dunayevskaya reevaluó los orígenes de la tendencia marxista-humanista que ella
fundara en los años cincuenta y escribió sobre la influencia que la Revolución Boliviana tuvo para su
desarrollo filosófico:
Volvamos atrás, a 1952, a la Revolución Boliviana y a su singularidad. Aquí están sus éxitos: 1)
Ella no fue solamente la primera revolución nacional de la posguerra en América Latina, lo cual
por si solo le concedía una suficiente importancia histórica; 2) Tampoco fue solamente una revolución agraria, lo cual también le podía haber granjeado un lugar destacado, desde su punto
de vista histórico-concreto; 3) Realmente, su más sobresaliente e inigualable rasgo fue que los
mineros en huelga y los campesinos en sus revueltas –en conjunto desafiando al gran monstruo imperialista de los Estados Unidos tanto como a sus propios gobernantes– hicieron una revolución de tal importancia mundial que junto con todas las nuevas pasiones y fuerzas existentes en 1950 y con la ruptura final con el trotskismo [en la tendencia que ella co-dirigía] en 1951,
la dimensión latinoamericana nos impulsó hacia esa nueva y segunda gran vertiente en el marxismo pos-Marx, el humanismo-marxista34.
Raya encontró este apasionado movimiento de masas como motivo de muchos momentos de
la América Latina posterior a la Segunda Guerra Mundial. La Revolución Cubana de 1959 fue vista
por ella como una línea divisoria crucial para toda la América Latina, y encontró muchos puntos de
partida de importancia para la emancipación en las luchas en Nicaragua, Guatemala y El Salvador
en los años setenta e inicios de los ochenta, así como en el primer período del movimiento de “La
nueva joya” en Granada. Ella enfatizó la dimensión desempeñada por las mujeres, los campesinos,
mineros y pueblos indígenas en las batallas por la libertad de América Latina.
32
Ver la primera parte de mi libro: GOGOL, E ((2006). Raya Dunayevskaya, filósofa del humanismo marxista, México, Editorial Juan Pablos, en particular el capítulo 3, pp. 75-94, para la discusión de este concepto.
33
34
Ibíd., ver el capítulo 2, pp. 51-74.
DUNAYEVSKAYA, R (2009b).”No solo por la practica: el movimiento desde la teoría,” in: DUNAYEVSKAYA, R (2009b).
Op. cit. p. 266.
34
Eugene GOGOL
El pensamiento de Raya Dunayevskaya: su relevancia para la América Latina...
El impacto de estos movimientos revolucionarios en el pensamiento de Dunayevskaya puede
ser observado, también en su análisis y en su crítica de la naturaleza inacabada de las revoluciones
latinoamericanas. Para ella, la responsabilidad por esa naturaleza inacabada se encuentra, no solamente en la intromisión casi permanente de la bestia del norte, sino también radica en las contradicciones, en el vacío filosófico que existe dentro de las revoluciones y los propios movimientos
revolucionarios.
Desde muy temprano ella planteó la pregunta “¿qué sucederá después?” con la Revolución
cubana, saludando la identificación inicial que hacía Fidel Castro de su revolución como “humanista”
y apoyando las luchas de Cuba por ser libre del imperialismo de los Estados Unidos, pero al mismo
tiempo cuestionándose si Fidel Castro veía a las masas como la razón revolucionaria, una vez que él
toma el poder. Ella criticó su rápido alineamiento con la Unión Soviética y su plan capitalista de estado, así como el reemplazo por una mentalidad administrativa del despertar de la creatividad de las
masas trabajadoras en la elaboración de un camino adelante luego de la expulsión revolucionaria de
Batista.
En respuesta a Revolución en la Revolución de Regis Debrey, publicado con el visto bueno de
Castro, Raya escribió una aguda crítica sobre la teoría del foquismo, al reducir éste a la revolución a
una forma elitista de estrategia y táctica, la cual dista de la necesidad de desarrollar una filosofía de la
revolución en América Latina.
Después de la muerte del Che Guevara en Bolivia, Dunayevskaya escribió sobre esta tragedia a manos de la CIA y de los militares bolivianos, alegando que el fracaso también se debía al modo
cómo el Che Guevara, a pesar de ser un gran activista revolucionario, redujo la teoría revolucionaria
a la estrategia y la táctica aplicada aisladamente, en lugar de ser este un proceso que surgiera a partir de las masas bolivianas y alcanzara la plenitud de una visión emancipadora del futuro.
Dunayevskaya también escribió sobre la poco duradera victoria electoral socialista de Salvador Allende en Chile, donde las ilusiones del Frente Popular acerca de la neutralidad de los militares,
dejó a las masas mal preparadas para enfrentar el empeño norteamericano de destruir cualquier
nuevo comienzo a través de sus relaciones con el golpe militar- fascista de Augusto Pinochet.
¿En qué consistía el concepto y la crítica de Dunayevskaya de lo que ella llamaba “Las revoluciones inacabadas de América Latina”?
Su carta político-filosófica “Las revoluciones inacabadas de América Latina” (del 15 de mayo
de 1978) merece nuestra atención. En este ensayo se analizan varias ideologías y prácticas, el foquismo y la guerra de guerrillas, el tercermundismo, varias tendencias del trotskismo y los frentes populares, en relación con el carácter incompleto de las revoluciones latinoamericanas. Sus escritos
comienzan con el hecho de que a mediados de los setenta la visión acrítica casi total que sobre Cuba
tenían muchos revolucionarios ya no era el único enfoque que se manejaba. Algunos de los que habían apoyado a Cuba se cuestionaban ahora sus relaciones con el comunismo ruso y con ello, el
apoyo a regímenes represivos a los cuales Rusia apoyaba, tales como el gobierno de Mengistu H.
Mariam en Etiopía.
Este nuevo cuestionamiento coincidía con la tendencia a dejar de lado mucho del tercermundismo de los sesenta, que había intentado hacer de la guerra de guerrillas una de las reglas universales en la erradicación de cualquier sociedad de clases. Dunayevskaya se refirió al trabajo del “ob-
Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 19, No. 65 (2014), pp. 13 - 35
35
servador-participante” de las izquierdas, Gérard Chaliand35. Ella toma nota de su llamado a no evadir
más “lo conceptual” al pensar sobre la revolución en el Tercer Mundo. Dunayevskaya criticaba su reducción de “lo conceptual” solamente al “terreno social y político” sin llegar a alcanzar la plenitud de
una filosofía de la liberación.
De esta manera el vacío teórico permanecía en el movimiento. De acuerdo con Dunayevskaya se podían encontrar profundas manifestaciones de este vacío en las diferentes facciones del
trotskismo en América Latina, en el “ortodoxo” y en otras variantes. Algunas permanecían acríticas
ante el alineamiento de Cuba con Rusia, llamando todavía a Cuba como “el baluarte de la revolución
mundial” en 1970, mucho después de que la Crisis de los Misiles había mostrado a las dos superpotencias dispuestas a arriesgar la supervivencia de la humanidad, e incluso “después que la muerte
del Che pusiera al descubierto que mucho más serio que el fracaso del foquismo o del ‘partido de
vanguardia’ era el total aislamiento de las masas. El Che mismo se refirió a esto en su diario: ‘ningún
campesino se ha unido al grupo de la guerrilla’”.
Muchos de los trotskistas no sólo siguieron a Castro acríticamente durante un largo período
de tiempo, sino que fallaron al examinar críticamente sus responsabilidades en una de las revoluciones inacabadas de América Latina, la de Bolivia de 1952, donde el trotskismo desempeñó un papel
principal. Y este fue un papel dentro de un “frente popular que solo allanó el camino para el
retroceso”.
Esa clase de frente popular fue visto nuevamente después de la victoria de Allende en Chile,
cuando los trotskistas demandaron la creación de un “partido único marxista de masas” mediante la
fusión de los partidos socialistas, comunistas y trotskistas”.
En contra de estas falsas alternativas Dunayevskaya proponía “el retorno a la teoría de Marx
de la revolución como un movimiento de masas que demanda nuevas relaciones humanas, empezando por una nueva relación entre la teoría y la práctica asentada en el movimiento desde la praxis
misma”.
Ella no ve este concepto de Marx como algo impuesto a América Latina desde afuera, sino
más bien como algo nativo del continente. De ese modo llamó la atención sobre el revolucionario argentino Silvio Frondizi quien en los años cincuenta e inicios de los sesenta, empezó a profundizar en
el nuevo humanismo de Marx. Dunayevskaya citó su comentario sobre los Manuscritos económicos
y filosóficos de 1844 y agregó la correspondencia de los sesenta de ella con Frondizi a su “carta político-filosófica”. Si bien los fascistas argentinos dieron muerte a Frondizi en 1974, ella sostuvo que el
tipo de diálogo que él inició sobre las ideas de Marx en el contexto de las revoluciones latinoamericanas era el tipo de diálogo al que los nuevos revolucionarios latinoamericanos necesitaban dar
continuidad.
Al tomar conciencia de las relaciones de Dunayevskaya con la dimensión revolucionaria de
América Latina, yo quisiera añadir que el poder de sus ideas descansa tanto en la visión marxista-humanista y dialéctica del mundo que ella misma creó y desarrolló en la última mitad del siglo XX, como
en la especificidad de su análisis de los sucesos de América Latina durante décadas. Lo que este
35
CHALIAND, G (1977).Revolution in the Third World New York: Viking. “La inflación guerrillera: la teoría del foco como la
teoría del fracaso”, in: DUNAYEVSKAYA, R (1978). Las revoluciones latinoamericanas incompletas. Detroit, News and
Letters.
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