Año XXIII Pamplona 24 de Febrero de 1917 Núm. 524 Con censura eclesiástica DIRECCIÓN V ADMINISTRACIÓN Biblioteca Católico-Propagandista TEJERÍA, 40, LA INTEGRIDAD DE LABANDERA quiere, de lo manco del programa que defendía, pues vino a sintetizar todas sus empresas fundando y sosteniendo hasta su muerte el periódico titulado La Libre Parole, que, como su nombre indica, arguye sobra de moderCABA de morir en Francia el famoso escritor y nismo y falta de docilidad, puesto que la palabra, como batallador periodista Eduardo Drumont, hombre la pluma, como la acción de un católico, no pueden ser conocido en el mundo de las letras hace muchílibres en e! sentido ordinario que se da a la palabra libre. simos años, pues fue escritor dramático, colaboMás expresivo era todavía el subtítulo del periódico, que rador y redactor en muchos periódicos y revisdecía La Francia para los franceses; lo cual es una getas, autor de libros y trabajos premiados por corporacionerosa idea cuando se ve y se palpa y se llora que la panes y academias, y hombre, enfin,que en el círculo de tria está en manos de enemigos, entre ellos los judíos, sus amistades y hasta donde pudo extender el radio de pero también es programa manco pasu actividad era conocido, estimado ra un católico de veras, en lo privado y temido cuanto puede serlo quien TIPOS Y COSTUMBRES DE NAVARRA y en lo público, que no puede conya se había distinguido por sus dotes tentarse con eso, y debe aspirar a de polemista. Pero cuando Eduardo más, completando el sentido de ía Drumont se hizo famoso fue cuando frase y santificando el patriotismo, comenzó a descubrir y execrar la inque, de suyo, sin la bendición de Dios, fluencia judía en el mundo, y sobre no pasa de ser una vanidad. En hora todo en Francia, su patria, poniendo buena, pues, que la Francia sea para de manifiesto las artes y mañas de los franceses, con tal de que los franlos descendientes, no de Abraham, ceses y la Francia vuelvan a ser para sino del pueblo que no podía sufrir Cristo Nuestro Señor, que eso quiea los Profetas, y que acabó por clare decirel Gesta? Dei per jrancos, var en una cruz al Santo de los sa ritos, pidiendo que su sangre cayese Y he aquí una circunstancia en que sobre él y sobre sus descendientes, deben fijarse los que, cansados de como así ocurrió para desventura caminos ásperos y de tribulaciones suya. Dispersos por la haz de la tiecontinuas, andan por ahí pretendienrra, sin poder constituir de nuevo do quitar lemas a banderas nobilísinación, los judíos han logrado en los mas, y persuadiendo a las gentes de tiempos modernos unainfluenciaefecque con eso se evitarán disgustos y tiva y desastrosa en otras naciones y lograrán bienes mayores. Lo cual es pueblos, de lo cual pueden dar testifalso de tejas abajo, pero lo es muUn pastor de ganado monio Rusia y Polonia, Austria y cho más de tejas arriba, y para de(Foto de D. Migue Francia, entre oirás. í así como Ka mostrarlo hoy, bástenos establecer nengieser escribió su notable obra Católicos y judíos una breve comparación entre dos franceses notables, en Austria-Hungría, Eduardo Drumont escribió sus Luis Veuillot, y el que acaba de morir, Eduardo Drunotables libros Elfinde un mundo y La Francia mont. ¿Qué quedará de la obra de éste, dentro de unos judía, que por esa especialidad de las empresas franmeses o de unos años? Nada, y quizá a estas horas su cesas, por la fama del autor y por la virulencia de sus mismo periódico haya desaparecido. En cambio, Luis ataques, se extendieron como un reguero de pólvora, Veuillot vivirá, mientras el mundo sea mundo, en la medando lugar a enconadas polémicas, a contiendas apasiomoria de los buenos, como astro de primera magnitud nadas, y hasta desafíos, que Eduardo Drumont tuvo la entre los periodistas católicos, enemigos del error franco debilidad de aceptar, a pesar de que se confesaba católiy del solapado, antiliberales convencidos y defensores co y reconocía que con ello-desacreditaba sus campañas. entusiastas de toda la verdad, sin dejar de ser por ello Pero así era el hombre, y no una, sino más de una vez excelsos patriotas. Sobre la tumba de Drumont hay que dio esos tristes ejemplos de inconsecuencia, y si mejor se rezar pidiendo al Señor haya acogido misericordiosamen- 38 LA AVALANCHA te su alma; pero la tumba de Veuillot en Francia, como en España la del Filósofo Rancio, la de Donoso, la de Aparisi, la de Mateos Gago, la de Nocedal, despide llamas de luz que iluminan a las generaciones presentes y venideras, y demuestran cómo las empresas que ellos defendieron no eran cuerpos sin alma, y tenían ese quid divino que las convierte en inmortales. ESTANISLAO. DIÁLOGOS CUARESMALES —Puea, digo, ¿y de qué se ha de hablar hoy sino de la santa Cuaresma y de las materias que trae consigo esta adusta señora, empeñada en repetirnos cada año los mismoa amargos tornee, a pesar del progreso de laa laces y de la civilización, que, al parecer, nada tienen que ver con ella, la muy nea y ultramontana? Hibiernos, pues —¿De qué, Sfñor mío? —Nada menos que de la Muerte, amigo; que pnr ahí, donde iodo acaba, he de empezar yo, como empezó la IgleBÍa Católica ha pocos días. —¡Sabroso plato, a fe mía, para postres de Carnaval —Sabroso, podrá no serlo; pero saludable y oportuno, sí; como lo es siempre la purga tras la indigestión, si me permites tan fea y vulgar comparanza. —Sea, pues, y vengan rPBponsos y De profanáis. —Nada de eso; ni siquiera Bermóa va a ser lo mío, que no es pulpito esta revista para hablar tan alto. —¿Hablabais, pues, de la Muerte? — Si; y por de pronto, te anticipo, a propósito de ella, una interesante noticia. —¿Cuál? —Que también tú vas a morir. —jBahl ni me sorprende, ni me conmueve. Sabido me lo tengo fifios há, como todo hijo de Adán. —Es verdad; sabido, sí; pero no comprendido ni meditado. Desmenucemos un poquito la idea, que, desmenuzado el granito de mostaza, dice un Padre espiritual, es como Be le encuentra el amargor, y pica al paladar y hace saltar lágrimas a los ojos. Vas a morir, te digo; y supon qne añado: Vas a morir dentro de cinco años jastos y cabales, a contar desde hoy, día de la fecha. ¿No te parecería ya más Eerio el recado? —Algo más, sin duda, y no pocas vueltas me haría dar al magín quien me trajese Begura y certi8cada tal intimación, como se la da un juez a un reo de muerte. —Pues, bien. Haz cuenta que eres tú el tal reo de pena capital. O mejor, figúrate que ves aquí a doB infelices reos de tal pena, a quienes ha de aplicarla, por sus delitos, la autoridad. Y supon que a loa dos se ha notificado ya el terrible fallo. Sólo que al uno se le ha dicho: serás ejecutado de aquí a veinticuitro horas. Y se le ha dicho al otro: tú lo serás a cualquiera hora que resuelva el juez; cuando menos lo pienses. Y ñgúrate que ves al primero resignado, pronto a disponer sus cosas espirituales y temporales, resuelto, en una palabra, a bien morir. Y que ©1 otro, en cambio, se está tan alegre y divertido, charlando como un bobo, jugando con los hierros de su cárcel, sin tomar providencia alguna para BÍ ni para sus hijos, riéndose de la sentencia, sólo porque no quedó fijada la hora de la ejecución de ella como para el otro, sino que la dejó el juez incierta aún e indeciaa. ¿No le calificarías a éste de necio y de insensato? ¿No procurarías, con buenas y eficaces razones, persuadirte de la necesidad de ocuparse en más serios pensamientos? ¿No le dirías: tPero, mirad, buen hombre, que el no haberse fijado hora a la ejecución no es ventaja para vos, Bino desventaja; mirad que, a lo menos el otro tiene humanamente seguro aquel plazo de veinticuatro horas, y vos ni ese tenéis, porque puede antojársele al juez enviaros aho- ra mismo el verdugo que, BÍn más preparativos ni ceremonias, os despache a la eternidad?» —Sf, es verdad; todo eso se le debería decir, y loco fuera si no lo tomase en cuenta. —Pues, bien; tú eres, amigo mío, el loco y el sin juicio; tú eres, y lo son contigo todos loa que con tal frescura decis que habéis de morir, pero que no os da pena eso, que es cosa ya vieja y sabida. Verdaderamente; para el mundo, que lo está presenciando desde Adán hasta acá, vieja cosa es: nueva, empero, y may nueva, y sin estrenar, para cada uno de los vivientes, ninguno de los cuales lo ha de pasar más que ana vez. ¡Y se eBtán ahi tan tranquilos, la mayor parte de ellos, sabiendo que han de morir, sólo porque ignoran, ]vea usted!, la hora y el minuto! Y ahí verás. No lo estarían si eBto Bupiesen; antes, B6 les vería andar mustios y cabizbajos, eia decidirse a empresa alguna, sin hallar alegría en ninguna diversión, sin que les interesase nada de lo que acá abajo ocurriese. Andarían contando y descontando meses y semanas y días, calculando la mayor o menor proximidad del plazo fatal. |Y eso que, de todos moios, sibrían que husta cumplirse él tienen asegurada la existencia! Ahora, no. No la tienen asegurada para cinco añ>s, ni para dos, ni siquiera para un mes, ni para una semana, ai para una hora; saben cierto que podemos todnH morir; por ejemplo, yo, antes que acabe de trazar esta línea empeza la, y vosotros, antes que la hayáÍB acabado de >fer; saben que del mismo modo que eatá expuesta la vida de un soldado en medio de un campo en donde se cruzan en todas direcciones las balas, asf eatá pendiente de un hilo nuestra vida en medio de este mundo, don le no hay un átomo dentro y fuera de nosotros que no not traiga un germen de muerte; eso saben, y no BÓIO por la fe (ya que tifnen en poco esa certeza), einu por la ciencia, y sobre todo, por la experiencia, que ee lo anda rep tiendo alrededor todoB los días; eso s«b-^n, y no obstante dime, por Dios, emigo mío, ¿se viviría de otro modo si se supiese que nunca se ha de morir? —¡Abl no, por cierto. La verdad es que se piensa muy poco eu eso. —Pero la verdad es que debiera pensarse muy mucho, y que muy otros andaríamos si en eso pensásemos algún tanto. Y no seria triste la vida, no, aunque la ocupásemos algo más en tan serios pensamientos, sino al revés, máB serena y máa despreocupada. Ni dejarían de cultivarse las ciencias, ni de moverse el comercio, ni d« trabajar las artes y la industria; sólo, sí, que no ee daría a esas cosas de acá importancia exclusiva o exagerada, como se la dan neciamente ahora tantísimos desventurados. Mira, ei no, los grandes héroes del catolicismo que han vivido siempre con la vista fija en la muerte, para hacer de ese pensamiento el regulador de la vida. No me dirás hayan sido todos frailes o anacoretas. Mira si les ha impedido ese pensamiento ser, según su estado o profesión, o inspirados artistas, o eiocuentes escritores, o valerosos guerreros, o hábiles hombres de Estado. Al revés, antea les ayudó. Porque el miserable apego a la pequenez de ia vida, eso, empequeñece el corazón del hombre; eso, le vuelve ruin, mezquino, egoísta. El pensamieuto grandioso de la muerte y de la eternidad, este le engrandece y le sublima; este le hace señor de sí mismo, obigáudoíe a ordenar, según ley, su conducta; este le hace independiente de los demás, enseñándole a mirar como nada todo poder y grandeza meramente humanos; este le inspira abnegación para cualquier sacrificio, bien sea en aras de la fe, de la patria, de la ciencia o de ta caridad. Más elevados caracteres ha formado la contemplación de la ceniza y de la calavera, que todas las máximas de los filósofos y de los políticos. Mira, pnes, si aaduvo atinada la Iglesia en dictar a sus hijos el pensamiento de la muerte antes que otra lección alguna les diese. Mira si está bien puesto, como en el atrio de la Cuaresma, el día de Ceniza. —Bien dijisteis al principio. Pues por ahí se acaba, por ahí hay que empezar. —(Dichoso tú si por ahí empiezas y por ahí sigues haata el finí F. S. T 8. LA AVALANCHA TRADICIONES NAVARRAS EL TESORO DE CASCANTE >v'~;' - , . Vuestro amor en esta altura ,-'. , , ; . ' . ¿ !'•"• •'.--:. alienta nuestra esperanza. ..'-•-,•''•'•*•!• .'j•*-.. "••••'.•'Í',"' V o ssois nuestra '.- ''~ • ••'' ;:; firme, constante, segura. (De los Gozos que se cantan.) '. •' confianza, OMO una defensa que no podrán jamás los siglos demoler como una corona de gloria, adornando las sienes de orgullosa matrona •como nube dorada que irradia luz y bellezas sobre quienes participan de su bienhechora influencia en una pequeña altura, junto a la ciudad de Cascante, se eleva el magnífico santuario del Romero. No está allí, imponente y severo, como castillo de tirano señor; no evocando a la mente funéreos, tristísimos recuerdos. Graciosa, derramando consuelos en los corazones apesarados y reverberando en ellos, con los primeros y últimos rayos del sol que le besan, esperanzas dulcísimas, aparece a los ojos del peregrino mariano, masque edificio material, una visión celeste y subiime donde entre resplandores y ángeles tiene su trono la Reina de todo lo creado, la protectora de todos los cristianos, dueña de nuestros cariños, María. Así es que a los pies de su Virgen, sentada como una hija junto a la madre querida que le vela, la ciudad de Cascante vive alegre, confiada, sin ningún temor, con esa tranquilidad que comunica la seguridad de una protección constante, intensa y guarnecida con todas las prerrogativas del poder y del amor. Confianza, alegría, tranquilidad, fundadas, no en vanas ilusiones, sino en realidades hermosas.... en plegarias fer CASCANTE.—Ntra. vientes que suben de los corazones constantemente, y en gracias que descienden a raudales sobre aquellos que la invocan. Prueba de todo esto es para mí la majestad, la hermosura, la riqueza del santuario, antiguamente parroquia; con sus tres naves espaciosas, sostenidas por columnas airosas y sueltas que llegan hasta la bóveda; con sus capillas por una y otra banda y las vidrieras policromas de formas geométricas y regulares; con su artística y elegan te decoración, que luce en todos los muros y bóveda, siendo en la cúpula donde más rica y graciosamente campea, y finalmente, con su pintoresca galería de 39 tramos, arcos laterales de medio punto y bóveda de ladrillo que sube en rampa desde el portal llamado de Santa María hasta la misma puerta del atrayente y por eso frecuentado templo. Sí; todo es allí bello; la galería, el santuario, el camarín convertido en oratorio, el pavimento de fino entari mado, la bien labrada verja que cierra el presbiterio, pe ro señaladamente la Virgen que, colocada en el centro del altar mayor, dorado y de buena talla, sorprende cuando se contempla envuelta en una aureola de luz cenital y expresando en su semblante la dulzura y la gracia. Cuánta satisfacción recibe el viajero que por vez pri mera visita este santuario, admirando su esbeltez y decoro, prueba de la piedad de un pueblo que ama a la Virgen y tuvo sus glorias en erigirle un trono, ante el cual dilatada planicie se despliega, fecundada por el Queiles, y se hallan como postrados, blanqueando entre huertos y olivares, Ablitas, Murchante, Monteagudo, Tufebras, hasta 17 pueblos, y por la parte occidental, el monte Moncayo, que aparece como un gigante, a veces cubierta la cabeza con niveo turbante y a veces circundada de crespones de espesa niebla, pero siempre misterioso, inspiran- do religiosidad, caído de rodillas, como quien adora al Dios creador de tanta magnificencia! * ** . * • \:'y-. .-'.-' - i • • > . '.'., . • : . > C u a n d o , como abeja pura, . ' - . - . > -~"V:~'.'.- ; •'"•"•'• e n el romero a p a r e c e s , -"•' • ' ' ; > . , * ' '•':'"•',;•:• . = de s u flor, labrar ofreces /••'.". :/f\ * • . ' -.;' '•' '. ." - nuestro panal d e dulrura. (De los Gozos.) Amor con amor se paga. Y e! amor suele producir grandes empresas, obras soberanas de virtud, de heroísmo, de arte. Este pensamiento acude en seguida a quien contempla el santuario de Ntra. Sra. del Romero. \. ; Pues en él ha tenido hermosa realización. Ahora bien; esa obra de arte que fabricó el amor mariano de los cascantinos, ha de reconocer algún hecho que la explique, y que engendrara en sus corazones tanto afecto. Y aquí viene la tradición, expresada en los versos más arriba consignados. Y nos cuentan que se apareció en el mismo lugar donde se venera, sobre un romero florido, a unos pastores que por allí apacentaban su ganado. Cuándo se efectuó esta manifestación prodigiosa, nadie nos lo dice con certidumbre. Se conjetura que fue a mediados del siglo XII, acaso después de haber sido reconquistada Cascante por D. Alfonso el Batallador. Por otra parte, la escultura de la imagen nada nos habla de esa época: está de píe sobre un romero, lleva en su mano derecha un ramo de la misma planta, y con la otra sostiene al Niño, que ostenta un libro abierto donde se leen las palabras latinas Ave María gratia plena, que, en romance, quieren decir "Dios te salve, María, llena de gracia,,. Esta imagen, con sus joyas, con sus coronas, con sus ropajes preciosos, es el encanto de los cascantinos y constituye el objeto más amable de su devoción. Y ha venido a conservarla y aun a darle nuevos aumentos los favores que, meSra. del Romero diante ese simulacro de la Virgen, el cielo, en el curso de varios siglos, les ha concedido. No fuá el menor la maravillosa preservación de las llamas, de las que nos hacen referencia los gozos impresos e! 1729, de este modo: : : - - " Una vela que cayó, ; el templo y altar quemó . sin poder ser socorrido; ' '.--.< el tesoro fue escondido - ' ' '.' y el cielo fue el tesorero... _ ' • -, Cascante, fino y amante, templo y altar restauró, ' y a media noche volvió la Virgen, fina y amante., CASCANTE.—Santuario de Nuestra Señora del Romero i - T " : . * 1 ' - . ' - " •"?>-> i"1 - • - - . . - . . - ¿ • • - * : • • * ~ • • • : • • . - . - . .• - 40 - - •- ? • _- - . : - , _ - - . • . . • . — _ • : . - . • „ * • , . ; ' . . . • • • • • - • . - . • . . . . . • . • LA AVALANCHA Así es como se ha conservado la memoria de este y otros muchos favores, de los cuales, por otra parte, no se hallan documentos que los acrediten, fuera de !a constante tradición. ; • ** • . • - • ; •-' ' ]'_,.'.' - ' •• • _ * -; - " : . , '.¿ .Aunque la cuesta es pesada iv-;_ para subir a este templo, -• : -- : '•-'•'"• la p i e d a d , c o n s a n t o e j e m p l o , lo frecuenta enamorada. A estos versos, que repite frecuentemente el pueblo fiel, responden las obras, dan valor y vida los hechos. Grande, tierna, emocionante es la devoción que hay en el pueblo navarro hacia la Reina de los ángeles, pero se exterioriza más y se manifiesta con cultos más brillantes en aquellas villas o ciudades donde existe algún templo a ella dedicado, de renombre por las romerías que allí acuden, por los favores que de gloria le han esplendoreado, o la historia de algunas hazañas que en sus contornos se realizaron. Por alguna de estas circunstancias, y en su tanto por todas ellas, es cierto que la ciudad de Cascante, siempre fiel, siempre noble, colocó en la Virgen del Romero el ideal de sus esperanzas y el centro de sus amores. De aquí que esa ciudad se presente ante mis ojos, bella, simpática, revestida de encantos. Se me presenta como un canastillo de flores en torno al altar de María, a quien ofrece su belleza y sus olores. J. CLAVERIA DE ARANGUA, C. M. F. EL FLAGO DE LA MUJER del Cardenal Belartnino, que, yendo en cierta ocasión a vnp'tar a un gran señor y ha láná Be en la antesala, vio siu querer unas pinturas at desnudo que le dieron mucha p na. Determinó avisar caritativamente a! sefior, e hízo'-o con mucha gracia. Porque, al despeiiree, le dij >: —Mire eu seBorfa que en la antesala tiene UQO3 pobres que muestran gran necesidad de qae loe vistan y abriguen, pues andan medio desnudos los pobrecitop. En seguida mandó aquel aefior que pintasen decorosamente las con^flbi las figuras, ya que no podían quitarse, pues eBtaban en la pared. jCuántae veces y de qué diversas maneras ee hacen parecí 1as reconvenciones a la mujer, respecto de su persooa, y se estrellan ante las exigeucins de! áltioao figurín trazado por un anónimo de anchas tragaderas! Porque: ¡este es el flaco de la mujerl La tiránica, la opresora, la despótica moda, que hace de ella lo qae el artífice de !a cera. Y sí fuera solamente la mujer vana, irreflexiva y poco seBuda la que cayese en los lazos de eea tiranuela, podría soportarse con relativa calma; pero qae haya damas devotas, virtuosas señoritas y doncellas piadosas que escuchen con agrado los cantos de esa envenenarla sirena y sigan a! pie de la letra las deletéreas «neefienzas de tan abominable maestra, es lo que pasma y aturde al que posee algún sentimiento religioso vivo. Incontables veces han oído a loa predicadores, que taleB y talea modas son escandalosas; en hartas ocasiones han sabido que I09 prelados abominan di tan locas novedades; la revista que lean, las ha censurado acremente; hasta la hojita del calendario las ha recordado que aquel modo de vestir es provocativo y causa do machos pecado? |inúú!mentel El predicador en esa parte es un visionario, los prelados en ese asunto exageran macho, la revista no sabe lo que se dice, y la hojita chochea indubitablemente. - Y es que, como escribe el sabio ex arcipreste de Huelva, la mola produce en U mujer obcecación y rebeldía, reBultaudo de aquí una o'eada de males que causan más estragos que la peste bubóaica y el cólera moibo. Ciertamente la obcecacióo. eB terrib'e. Porque se trata de personas dóciles en lo d^más a los consejos de sa director, a las excitaciones del ministro det Señor, a las insinuaciones del orador pagrado y a los imperativos de sa conciencia; personas que reciben asiduamente tos santos 8-iCramenUH, y adornadas de preciosas virtudes, y, ain embargo, en este punto concreto de la moda, ni los sabios ni toa libros ni loa directores saben dónde se andan, ven lo que no exiate, llaman pecaminoso a lo inocente, en una palabra, se equivocan miserablemente. Sólo ellas estáa en lo cierto, lo ven claro y Baben a ciencia cierta que n» f*it-m en lo más mínimo. ¿Quiérese más profunda obcecación? En la vida del insigne P. Oaver se lee que este santo tenía granie aversión a confesar mujeres qae traían galas inconvenientes; y juaga el que la escribió, que Be debía a la desconfianza que tenía de reducirlas a que se moieraaen. «V«rt>üensa da decirlo—escribe con energía, —y máe que se diga tan sin esperanza de remedio; tienen contra sí es »s abusos de la moda la censura de los Santos Padres, la de muchos doctores y teólogos, y uinguno hay que no censure a los que las introlujeron y que no aconseje a todis a que los reformen; pero defiéndanse unaa con la moda, como ei no fueia pecado escandalizar con elta; otras, con la intención que tienen, cotuo si con la buena intención salvarau del peligro a los demás cuando ellaB dan ocasión a que las miren.» La rebeldía tnircha paralela a la ceguera, como no puede meaos de suce ler. Si las desnudeces las consideran in ¡tensivas, ¿p'ir qué asuntarse de ellas? Si tal corte escandaloso no lo creen provocativo, ¿por qué apararse? Si los pecados a que da origen son fantasmas y sueños, como piensan erróneamente, ¿por qué eviUrloe? ¡Cosa extraQd Supongamos que el confesor IÉTB prescribiera, pura satisf-icrñón de sus pecadoB, que se vistieran de la menera estrafalaria con que a veces suelen hacerlo, y que la Iglesia les impusiera, para aplacar la ira de Dios, que atormentaran BUS cuerpos con la estrechez del traje, como acostumbran a hacerlo por seguir la corriente. ¡Sería de ver y de oír lo que respondieran!—¡Cómo! ¿8e nos exige qae hagamos el ridículo con semejantes arbitrariedades? ¿Quiérese que noa expongamos a enfermedades con tales presiones y ahogos? En cambio, exige latnoda por ventura que ae lleve un vestí lo diáfano, un cuerno en la frente, o un buitre en el sombrero ¡hay que Uevarlol ]no faltaba más! Ya no es ridículo ni molesto ni malo todo eso y otra cosa alguna desde el mismo momento en que lo prescribe la moda. II Si no fuera cosa tan seria y de tan horribles consecuencias, causarla hilaridad el diálogo vivo de última hora que se puede suponer entre la mujer ciegamente seguidora de la moda y el glorioso Príncipe de los Apóstoles. —Déjame pasar al cielo, santo Apóstol. —Veamos primeramente su hoja de servicios. —Muy buena, gracias a Dios; atienda usted unos momentos. —Eatoy atento. —Todoa los días oía la Santa Misa; confesaba y comulgaba una vez lo menos por semana; acudía a machas novenas y triduos; daba también copiosas limosnas; pertenecía a cinco asociaciones de piedad; rezaba el ros tirio diariamente; tenia mucha devoción a San José, patrono de la buena muerte en fin, con lo dicho me parece que basta y sobra. —Cuanto acaba usted de citar, es muy bueno y meritorio, señora mía; pero, ante todo, es condición indispensable para entrar eu la gloria y ocupar siquiera sea el último puesto, haber exhalado el postrer suspiro en gracia de Dios, esto es, con el alma libre de pecado mortal. ¿Ha sucedido con uated eso? —Indudablemente; ¿qaión puede comprobar lo con» trario? LA AVALANCHA —Yo, por lo pronto, y lo hago del modo siguiente. En eu manera de ves'ir no ha consultado usted nuuca a la moral, sino a lo que exigía la mod». Si eeta p< nía en circuición UQ vestido provocutivo, indec^ute, ridiculo, atentatorio at pudor y reñido con la modestia, no obstante todos estos defectos y cerrando ios oídos a 1>>S clamores de la conciencia, del predicador, del buea libro, del director, de loe obispo? y del Papa, usted vestía a<]uel traje lascivo, a pesar de los pesares y por encima de todo. De ahí ha resultado que ha faltado usted muy notab emente por escándalo y por desobediencia, y como ha muerto ueted ein verdadero dolor de tales pecados, pues m siquiera le ha ocurrido el confesarlos, vea có un m imposible que penetre usted eu este lugar donde nnda manchado puede entrar. ¿Verdad que esta eacena tiene un final uo esperado por machas damas? Pero el esperarlo o dejar de esperarlo no destruye la realidad de laB cosas eu <o más mínimo; es preciso, por consiguiente, que ealg«n de su obcecación, porqu*\ como dice San Viceute Ferrer, «algunas mujeres, aun de l«e que el mundo tiene por castas, limosneras y abstinentes, te condenan sólo por el profano tr*je y por la desnudez eecan )ato?a de cu cuerpo». EL PRIOR DE RONCESVALLES. HISTORIA DE MARG1LLA CAPÍTULO SEXTO Por el cual se declara quiénes fueron los Mosén Pierres, padre e hijo Al abrir este capítulo, exígenos la honradez literaria confesar que, en lo atinente a la genealogía de Jos protagonistas y sus descendientes en el marquesado de Falces, habernos seguido las huellas de nuestro respetabilísimo amigo y colega de Academia D. Francisco Fernández de Bethencourt en su obra magna Historia genealógica y heráldica de la monarquía española, &.a, quien agotó la materia con talento insuperable. Tronco genealógico de los marqueses de Falces, es por parte materna Mosén Pierres de Peralta I, llamado el Viejo, Rico hombre de Navarra, Señor de las villas de Peralta y Andosilla, de Marcilla y Villanueva, MaestreHostal o Mayordomo mayor del rey D. Carlos III y de su Consejo, Consejero y Secretario del Rey, que tenía su palacio en Peralta, y por escudo heráldico de gules el grifo de oro, alado y armado de azar, la bordura cosida de gules, los ocho sotueres rebajados de oro. Ignórase el pueblo donde nació. Creíaselo generalmente oriundo de otros padres, mas ya se ha dicho su verdadera filiación, según se saca del testamento suyo y del de García Martínez, su padre, quien lo otorgó en 1371. Mosén Pierres I recibió la dignidad de la rica-hombría, de Carlos III de Navarra, el año 1416, y fue la primera concedida en e! reino de Navarra. A su blasón heráldico añadió un cuarto de sus armas, o sea la cuarta parte de las cadenas de las Armas Reales, por concesión del mismo monarca, en reconocimiento de sus grandes servicios; uno de los cuales consistió en acompañar a la reina viuda D.a Blanca desde Sicilia hasta Navarra, gastando en obsequio de la Reina 10.475 florines, por lo cual mereció especialmente que el Rey lo exonerase de pagar las pechas correspondientes a Marcilla, Andosilla y Villanueva. En 6 de Agosto de 1433 consiguió en propiedad perpetua los lugares de Peralta y Funes, como tenía los de Marcilla y Andosilla: estos dos últimos los había obtenido ya a perpetuidad en 1430, por autoridad de los reyes D. Juan y D.a Catalina. Llegó a ser Mosén Pierres el primer personaje de la Corte, y como tal figura en muchos acontecimientos célebres, como la coronación de D. Juan II y de D.a Blanca en Pamplona, en el matrimonio de la infanta Isabel con el Conde d'Armagnac, en varios asuntos diplomáticos, en 41 tratados públicos con los reyes de Castilla y Aragón, en el matrimonio de la infanta D.a Blanca con el Príncipe de Asturias en Alfaro. Fundó en el año 1438 el mayorazgo de Marcilla, que fue el primer mayorazgo establecido en Navarra, con licencia del rey Carlos II, quien había fechado la licencia* en París el 1.° de Mayo de 1409; y se llevó la fundación' a cabo el dicho año, bajo su nombre de Peralta y con sus armas; en la cual fundación se incluía todo el señorío, con los terrenos y el palacio-fortaleza, así como también, el señorío y palacio de Peralta, el de Villanueva, el palacio y la torre de Andosilla, con los patronatos de las iglesias de varios pueblos, entre los cuales no figura la de Marcilla por pertenecer a los priores del monasterio de la Blanca. Guerrero y de gran significación militar, aun asistió Mosén Pierres a la batalla de Aibar contra el príncipe de Viana, en 1451. Desde que hizo su testamento, que está firmado el I.° de Mayo de 1438, dejó establecido y mandado en él que fuese enterrado en la iglesia de Santa María de la Blanca del monasterio de Marcilla, y allá se efectuó su enterramiento, satisfaciendo así la devoción que manifestó siempre a esta veneranda imagen. El mayorazgo de Marcilla lo estableció Mosén Pierres para su primogénito, pues estuvo casado desde 1406 con D.a Juana de Ezpeleta; pero Juan de Peralta, que nació a. los trece años del matrimonio y fue apadrinado por el rey D. Carlos III y por la Reina viuda de .Sicilia, murió en breve, por lo cual entró a poseer el mayorazgo de Marcilla Mosén Pierres II. Tuvo éste varios hermanos y hermanas, entre los cuales mencionaremos los siguientes: D.a Juana de Peralta,, que casó con Felipe de Navarra, primer Mariscal del Reino, nieto de aCarlos II, dando origen a los mariscales de Navarra; D. Margarita de Peralta, que fue abadesa de Tulebras; D. Martín de Peralta, que siguió la carrera eclesiástica y fue Deán de Tudela en 1423, después Obispo de Pamplona, consagrado en Olite el 10 de Noviembre de 1426, cuyo obispado fue de grande loa por espacio de 30 años; y otro Martín de Peralta, que llegó a ser Canciller mayor de Navarra, gran soldado y caballero, político leal, y casado tres veces. Cabe suponer fundadamente que alguno de los hijos de este Mosén Pierres nació en el magnífico palacio de Marcilla, el más vasto y rico de la comarca, donde veraneaban los dueños y pasaban largas temporadas. A la muerte de Mosén Pierres I, que acaeció el 18 de Septiembre de 1441 según documentos del archivo del palacio, el año 1442, quedó el hijo Pierres bajo la tutela del citado Obispo y del Canciller, sus hermanos. Mosén Pierres de Peralta II, llamado el Joven, Ricohombre de Navarra, Señor de Marcilla y de los pueblos comarcanos, primer Conde de Santisteban de Lerín, Gran Condestable de Navarra, Mayordomo Mayor del Rey D. Juan II y de su Consejo, y Capitán General de Navarra, heredó el mayorazgo de Marcilla fundado por su padre. Fue el principal personaje del reinado de Juan II, y su influencia duró más de 30 años, de modo que él fue, se puede decir, el verdadero soberano de Navarra. Desde joven fue inclinado a la milicia: de carácter violento, sanguinario, así como habilísimo político, y muy inteligente, supo ganarse las simpatías de Luis XI, rey de Francia, quien lo llamó a París dos veces para tratar asuntos relacionados con Navarra. A 1.° de Marzo de 1458, el rey Juan II erigió una baronía o señorío, según privilegio otorgado en Zaragoza, en la cual se comprendían varios pueblos y la villa de Marcilla, en cuyos términos entraba "la Casa Palacio, Torre y término de Coscolleta, y el término llano denominado la Planilla,,. Es bueno advertir que en el punto que hoy se llama la Venta de Arlas hubo pueblo en tiem • po del rey D. García Ramírez, según dice Moret, pero ese pueblo no figura después para nada. Tomó posesión de la baronía el 5 de Agosto de 1458, día de Nuestra Señora de la Blanca. Al frente de los marciileses, de los peralteses y de otros ribereños acometió las más bizarras hazañas militares: to- 41 LA AVALNACHA mó a Salinas de Anana contra el Prestamero Mendoza; la villa de Contrasta con todo su territorio; la villa de Briones, defendida por el usurpador, el Mariscal Sancho de Londoño, haciendo prisioneros a muchos castellanos; peleó en el sitio de Estella, donde estaba la Reina de Navarra, encargado de defender la puerta de San Vicente; y lo hizo con tal arrojo, que el Rey de Castilla hubo de levantar e! sitio y retirarse, y recobró a Cadreita y Valtierra, que habían sido tomadas por los soldados castellanos. Ya hemos dicho que al padre de este Mosén Pierres le concedió para sus armas el rey Carlos III un cuarto de las armas reales, o sea de las cadenas. Pues bien, refiere Aleson, que el Príncipe de Viana ordenó en 1455 que el hijo quitase de su escudo las cadenas, pero D.Juan II, en desagravio, hizo merced después al Condestable, no sólo de un cuarto, sino de la mitad de las cadenas reales, según carta real fecha en Barcelona a 2 de Abril del mismo año. do Chávarri o Echávarri; siendo de notar que el mismo Mosén Pierres, cuando estuvo de Embajador en Roma, como gozase de privanza con el papa Pío II, le había conseguido a Chávarri la dignidad episcopal. Fue ocasionado este horroroso crimen por intrigas políticas del Condestable, y sucedió a raíz de haberse celebrado en Tafalla las Cortes generales. La Princesa gobernadora en Tafalla, por carta de 29 del mismo mes, mandó apresarlo como a traidor é malvado caballero. El cabildo de Pamplona lo excomulgó, y a fuerza de penitencia y tras largas gestiones lo absolvió el papa Sixto IV, bajo la pena de que fundase por el alma del finado Obispo un aniversario, de que hiciese penitencia pública en la iglesia mayor de Valencia, y de que pelease contra los turcos tres años. Obedeció contrito Mosén Pierres, fue a Roma, se arrojó a los pies de Su Santidad, a quien pidió que le conmutase la pena de pelear contra los turcos por ia de pelear contra los moros de Granada. Y lo obtuvo. Quizá en castigo de este crimen privó a Pierres.de su condestablía, en 1479, D." Magdalena de Francia, regente de Navarra. ••-.. . t Véase cómo relata el sacrilego asesinato, con criterio más o menos creíble en los detalles, el P.Joaquín de la Santísima Trinidad, ex Lector de Artes y de Teología, en su Historia de la ciudad de Tafalla, &.a ' "La 4.a Basílica es la de San Nicolás, Obispo de Barí; sita en e! corto tránsito y camino que hay de la Ciudad al Convento de Padres Franciscos, y para hablar de su fundador y causa porque se fundó, es digno de saberse, que celebrando Cortes enTafalla la Princesa Doña Leonor, que governaba el Reyno de Navarra en vez y lugar del Rey Dn. Juan su Padre, sucedió un caso trágico y lamentable, y fue de esta manera. Tenían diversos vandos Dn. Nicolás Echavarri, Obispo de Pamplona, y el Condestable de Navarra Mosen Pierres de Peralta, de que PAMPLONA.—Brigada de obreros limpiando la nieve en la Plaza de la Constitución dimanó entre los dos una dis (Fotografía de D. Miguel Goicoeehea.) : cordia tan grande como se vio "Él fue quien—dice Bethencourt—sacó de Olite a la por el hecho: Quería la Princesa atajar y ocurrir á princesa D.a Blanca, la infortunada mujer de D. Enrilos males que podían sobrevenir y resultar de ella, y paque IV, y la llevó hasta el convento de Roncesvalles, para convenirlos y pacificarlos llamó al Obispo al Convensando por Marcilla, en cuyo Palacio fortaleza pernoctó to de San Francisco donde estaba hospedada, y aunque aquella señora; censurando bien duramente la Historia la con repugnancia tuvo de obedecerla, lo que sabido por el actitud del Condestable, severo cumplidor de las órdenes Condestable, salió de la Ciudad con el ánimo de vengardel padre ante las desdichas de la hija.,, En 1462 entró se, llevando en su compañía alguna gente armada y hacon las tropas navarras en la guerra de Cataluña; en 1463 ciendo con ella una emboscada ó celada cerca del dicho tomó a Estella y su castillo, y en 1469 desempeñó bien Convento, salió de repente contra el Obispo y dándole de la comisión de ajustar el casamiento de Fernando e Isalanzadas, le mataron alevosa, cruel é inhumanamente. Cabel, los Reyes Católicos. En 1474 acudió al socorro de yó á breves pasos el Obispo de la muía en que iba, y en D.Juan II, que estaba sitiado en Perpignan, y logró entrar el lugar que cayó se puso una columna de piedra, y en en la plaza vistiéndose de religioso franciscano, y así faella estampada la imagen del Mártir San Sebastian, que cilitó el triunfo; en el mismo año obligó al Conde de Ledespués se cubrió con un corto edificio en forma de Carín a levantar el cerco que tenía puesto a Mendigorría. pilla, y es digno se mantenga porque sus ruinas no sepulPor eso el rey Juan II le nombró en 1475 Conde de Santen caso tan memorable. Recogieron los Religiosos el tisteban de Lerín. cuerpo del Obispo y le dieron honorífica sepultura en su Convento. Horriblemente famoso fue el asesinato perpetrado por Mosén Pierres en la persona del Obispo de Pamplona. Luego que sucedió la muerte, que fue dia 23 de NoLa fecha del asesinato de este obispo está equivocada viembre del año de 1469 (Sandobal en su historia de en Madoz, que la tomó de Anales de Navarra, pues no los Obispos de Pamplona) se ausentó el sacrilego homisucedió el año 1469, sino un año antes, como se deduce cida Mosen Pierres, y arrepentido de su enorme, execrade la carta original de la princesa gobernadora D.a Leoble y atroz delito, procuró de su Santidad la absolución nor, en que manda hacer justicia contra el malvado cade él imponiéndole graves penitencias, mandándole entre ballero. 1 Así, pues, el 23 de Noviembre de 1468 mató ellas que edificase dos Iglesias ó Basílicas, y es tradición por su propia mano al limo. D. Nicolás de Eguía, llamaque en el lugar donde se emboscó para matar al Obispo,, 1 Arch. de Tudela, lib. 43, núm. 6. 1 Pamplona. Imprenta de M. J. de Rada. 1766. LA AVALANCHA srigió una que oy permanece y la dedicó al grande Obispo San Nicolás de Bari. Es su fábrica de mediana extensión, longitud y altura según el uso y modelo de aquellos tiempos, labradas sus paredes y bóveda de piedra sillería con tejado de losas contiguas é inmediatas á la misma bóveda, y es digno de advertirse y notarse que sobre el techo de ella un Almendro que hoy existe con robusto cuerpo y dilatadas Ramas que hacen sombra á mucha parte del camino real, y es tradición nació sobre dicho tejado en el mismo dia que murió el Obispo después de concluida la Basílica. Este raro milagro, objeto de los ojos de infinitos caminantes que transitan á vista de la Basílica, contiene peregrinas circunstancias dignas de toda atención y observación. La 1.a es que sin jugo ni humor de tierra se haya criado un Árbol de tan abultado tronco. La 2." que al mismo tiempo de aumentar su robustez creciendo sus raices han abierto las juntas de las piedras de la bóveda, extendiéndose por ellas sin falsear la fábrica ni conocerse mas latitud en ella que la que tenia antes de aver nacido. La 3. a que inducido de su mal genio ó de ver nueva extensión del Milagro, mandó un Alcalde de la Ciudad cortar el Almendro á raiz de las losas del tejado á los últimos años del siglo pdo., pero Dios, que quiere que se mantenga y subsista la maravilla, ó para darnos á entender el respeto, decoro y veneración que se debe al Sacerdocio, ó el mérito de la verdadera penitencia de las culpas, ha buelto á darle cuerpo y dilatar sus ramas, conservándolas frondosas y con copiosos y dulces frutos á sus tiempos. "Hoy no existe la ermita ni el almendro. Corre un dicho vulgar en los pueblos de la Ribera:— Y ajeno a todo interés, de pueblo en pueblo a través descalzo peregrinó. :; c. Y es tradición que al tornar de Roma, donde a buscar ;,, fue el perdón del Padre Santo, i W ¿ ' . aquel n o m b r e , q u e alcanzar "-',"• ^'; tanto p u d o y luchó tanto, f ¿-:'"/'. A ''L- ; -\ -^ vióse obligado en Valencia -t--' X'*'•'% a cumplir la penitencia "- •; '; • _.. v - yendo del Obispo en pos, ;..;•'\ '-.* -•'.•''•['• -"/"."• y pidiendo en su indigencia !;,",,v;. - '":; : una limosna por Dios. » - -• .- : En Tudela hizo testamento a 6 de Febrero de 1477, en el cual manda que se le dé sepultura ai lado de su padre, en la iglesia de Santa María de la Blanca, de Marcilla, y que allí sean trasladados dentro de los nueve días de su enterramiento los restos de D.ft Juana de Ezpeleta, su madre, los de D." Ana de Bravante, su mujer, que yacían en la parroquia de Peralta, y los de su hijo Pierres de Peralta, que yacía en Pamplona. Instituyó varias capellanías, entre otras una perpetua en Marcilla, poniendo como patronos y ejecutores de estas memorias al Señor que fuese de Marcilla y al de Peralta. Por este testamento instituyó también otro mayorazgo distinto del de Marcilla fundado por su padre, advirtiendo que, si se acabase la línea de su hija menor, a quien hace heredera del mayorazgo nuevo, se agregue éste al mayorazgo de Marcilla. Pasaron los años, y el magnífico Condestable hizo : -"-•(-.•.7; : .•.••"•"¿•.> X 5.v"";"'" -'-• í-r" V r - *. - V" - - - .—Vista, de la Puerta de Tejería durante el derribo (Fotografía de D. Aquilino García Deán.) Eres más malo que Pierres.—Y tiene relación con este •crimen. El meritísimo cantor de epopeyas navarras, Hermilio de Olóriz, escribió un poema en que desarrolla estos trágicos sucesos y le hace terminar en el castillo de Marcilla, adonde se retiró, según la leyenda, Mosén Pierres inmediatamente del asesinato, y donde tuvo horrendas pesadillas de remordimiento y de rabia. Mosén Pierres aparece en los salones de su palacio como el tipo del guerrero déspota, medioeval, entre místico y salvaje, acariciado por sus tres amables y bellísimas hijas que dulcifican sus desventuras. El banquete de Pierres y también la oración de sus hijas en la capilla del castillo son de sabor épico muy notable. El poema termina diciendo cómo Pierres, arrepentido, hizo penitencia: _ • . _; De su castillo huyó, pues, - -.. ' - ;;^; nombre y glorias olvidó. • /•: otro testamento, que fue el último, a 30 de .Septiembre de 1488, en su Palacio de Marcilla. Es de advertir que en él se llama por primera vez y castizamente Pedro. En dicho testamento renueva su voluntad de ser enterrado en Marcilla, ordena que se levante en Tafalla una basílica, y en ella funda una capellanía perpetua por el alma del obispo que asesinó. Murió antes del año 1492. Dos veces casó Pierres II; una, siendo todavía menor de edad, con Ana de Bravante, el día 27 de Diciembre de 1440, en el palacio de Tafalla, boda a que asistió la reina D.a Blanca. Ella murió joven. Las segundas nupcias se verificaron el 8 de Junio de !462, con D.a Isabel de Foix, de la familia real navarra, a quien los reyes llamaban la muy egregia y muy noble Isabel, que fue enterrada en el monasterio de Nuestra Señora de la Blanca, en Marcilla, a cuya iglesia había otorgado testamentariamente grandes legados. En este matrimonio hubo solamente 44 LA AVALANCHA en Cuaresma Guzmán, esta noche consagraremos Ia: velada a Cecilia haremos un poco de música, poca, porque estará cansada y querrá retirarse temprano. Os quedaréis todos a cenar, porque supongo que ninguno tenéis ocupaciones que lo impidan. —Por mí, ya sabes que nada tengo que hacer. —Y usted, Carlos, acepta? —Con mucho gusto. Ya dejé original bastante en la r e dacción, y no es allí necesaria mi presencia. —Tú, Pastora, nos acompañarás, y luego cantarás algo de tu vasto repertorio, no es así? —Como usted quiera, contestó la aludida amablemente, como si no le hubiera dicho toda una colección de inFR. P. FABO, (Continúala) AflUSTINO RECOLETO conveniencias, o las hubiere olvidado en el acto... música, clásica, en? —Üsto lo arreglarás con Magda y con Cecilia mis gustos, ya los sabes cosas que se peguen al oído, peropuedes prescindir en esta ocasión de mis aficiones otra noche cantarás couplets esos sí que me gustan. —También a usted le gusta divertirse. —Quién lo niega? —Es que cuando hablaba de Guzmán parecía ser us.(NOVELA)ted un modelo de caballeros serios y formales y si la POR RAQUEL (Matilde Troncoso de Oiz) buena Serafina no le tuviese a raya, todavía se permitiría usted alguna calaverada más propia de los años y circunstancias de Marcial que de las suyas. — Siempre me ha gustado divertirme. (Continuación —Bien lo sabemos. —Pues digo que es usted un guapo mozo, que tiene —Es por eso que dejo en libertad a mi familia para talento y no menos inspiración, pero que a veces dice que se diviertan cuanto puedan, y yo lo hago a mi modo. muchas mentiras dulces que gustan a las mujeres en No voy a la ópera porque ya no se cantan las que me sus crónicas de sociedad, todas son guapísimas, angelicaplacían en mis buenos tiempos, y me fastidia la música de les, encantadoras, divinas da patentes de virtudes y de Wagner, que está buena para los músicos, pero no para ciencias femeninas canoniza con mucha facilidad, sin los profanos; aunque muchos se deciden a alabarla sin pararse en procesos como la Iglesia, y acude a todas las sentirla ni entenderla, porque está de moda y da patente fiestas porque sabe que es el niño mimado de las mujede ser buen aficionado decir que encanta, aunque por res, que le halagan a cambio de unas líneas laudatorias dentro haya otra cosa debilidades humanas! llamándolas, poco menos o más, arcángeles y serafines — No deja de haber muchos así. es o no verdad, amigo Carlos? —La mayoría, dijo D. Juan. Pero a mí no me seducenÉste se sonrió, moviendo la cabeza, y no dijo nada. las mentiras ni las farsas en ningún terreno, y digo siem—De mis Mary sólo diré una cosa vive para comer. pre lo que entiendo ser verdad, aunque me juzguen atraLa inglesa se encogió de hombros. sado cuando he ido a oír música de Wagner, me he —Papá, y nosotras? preguntó Milagritos. dormido para eso me voy al cine, que me gusta mucho.—Monina, tú te ocupas en apurar la paciencia de to—Sobre todo si hay tonadilleras, eh? preguntó Carlos. dos, y tu madre y tus hermanos, en gastar mucho dinero —Sí, lo confieso, las hallo muy saladas y graciosas, y y divertirse cuanto puedan se padsce en esta casa una me encantan. fiebre de diversiones, pero yo, con tal que estén conten—Pero hay algunas muy descaradas. tos, lo estoy también que se diviertan! todo eso se —Sal y pimienta todo es bueno. Pero veo que Magllevan por adelantado si se mueren los tiempos malos da y Cecilia sostienen animada conversación, y piensovienen sin irlos a buscar; vale más aprovechar los bueque tal vez las estoy mareando. Queréis que dejemos a nos. Además, quiero ver gozar a los que quiero, y que las señoras y juguemos un poco al tresillo? disfruten de todas las ventajas que les puede proporcio—Nos parece muy bien. nar el dinero no quiero que aguarden a que me mue—Pastora, serás de la partida. ra para gastar y divertirse de este modo sentirán mi —De ningún modo no soy tan descortés me plamuerte en vez de desearla. ce más estar con Cecilia y con Lola. Daremos una vuelta - Qué cosas tienes, papá! exclamó Marcial, a quien no por el jardín y hasta por el bosque la tarde ha sido hacían ninguna gracia las inconveniencias del autor de hermosa y el aire es templado. sus días; cualquiera que te oiga, sin conocerte a fondo, —Ya está obscuro. pensará de nosotros desfavorablemente. —La luna alumbra hermosísima... podremos poetizar..,—No me he referido en concreto a vosotros, que no —Haced lo que gustéis. podéis sentir así. Pero no me negarás que cuando los pa—No les parece a ustedes bien lo que digo? preguntódres son avaros, los hijos sienten naturalmente su muerPastora, dirigiéndose a Cecilia y a Lola. te, pero se alegran de entrar en posesión de su herencia. —Sí, me gustan los jardines, contestó la joven, y por Y si por el contrario, el padre se desvive, procurándoles lo que he podido ver al llegar, el de esta casa es grande lujo, bienestar, comodidades, y siempre tiene la bolsa y hermoso. abierta, sin contar lo que sacan de ella, sienten más que Magda, que hablaba poco, cogió del brazo a su prima y les falte, y desean que les acompañe mucho tiempo... cose dirigió al jardín, seguida de Lola y de Pastora. Doña' mo vosotros, por ejemplo. Inés quedó en un extremo del comedor, con mis Mary, —Gracias a Dios que nos haces justicia, papá. porque le hacía daño el aire fresco del anochecer. TamSiempre la hago con todos. Precisamente, ese es mi bién quedó allí Marcial, ofreciendo a las jóvenes que en defecto, Mamar al pan, pan, y al vino, vino por eso albreve iría a reunirse con ellas. gunas veces lo que digo levanta ampollas. —Tía Inés, estaba ansioso de manifestar mis impresio—Pues vaya un gusto! exclamó D.' Inés. Lo mejor me nes me gusta la primita, me gusta! Qué preciosa muparece que es callar lo que no conviene acuérdate que jer es! sobre todo me encantan sus ojos, que parecen decía Larra: "no se debe decir lo que no se puede decir,,. penetrar suavemente hasta el fondo del alma. Es eleganSer tolerantes con los defectos del prójimo es buen motísima la blusita rosa que lleva, es un primor, y armodo de evitar que censuren duramente los nuestros. niza perfectamente con su blancura de azucena y sus c a —Bueno, Inesita, no nos prediques, que no estamos . bellos áureos. Me parece que me ha flechado. ." una hija llamada D.a Ana de Peralta, infanta de Navarra, para quien fundó el Condestable el segundo mayorazgo de que hemos hablado, y que se refundió en el primero porque falleció D.a Ana sin sucesión. De la primera mujer tuvo Mosén Pierres un hijo, Pierres III, que murió muy mozo, y una hija, D." Juana de Peralta, la cual fue heredera de todos los títulos y herencias y casó con D. Troilos Carrillo, Conde de Agosta, en Tarragona, a 22 de Noviembre de 1467. De esta unión resultó el escudo de ambas familias así: De gules el grifo de oro, y en punta la media lana de lo mismo; la bordura de Navarra. . -.• LOS CAMINOS DE LA .PROVIDENCIA LA AVALANCHA —Pues, manos a la obra tendrá muchos pretendientes, y serías muy tonto si dejases que te la arrebatasen. Viviendo con ella tienes la mitad del camino recorrido, porque puedes hablarle y oírla a todas horas, y demostrarle tus sentimientos con toda libertad. A ver si por fin sientas la cabeza, dedicándote a una sola y siendo un buen marido no sabes cuánto lo deseo! —Pídeselo a Dios. —Eso es; os burláis de mis continuos rezos, según decís, y apenas deseáis cualquier cosa, acudís a la tía Inés para que haga novenas y pida mucho. Esto prueba que tenéis fe. —Y acaso lo has dudado alguna vez? —Al ver el género de vida que hacéis, tentada me hallo a veces de creer que sois incrédulos. Os divertís demasiado, Marcial sabes que os quiero mucho, y lo que os digo siempre, es por vuestro bien. —Lo creo, tía; pero no te haces cargo de que somos jóvenes y tenemos que gozar de los bienes de !a tierra, de la juventud, del dinero —Es que se puede hacer todo sin excesos. Estás arruinando tu salud, y temo que cuando quieras detenerte en el camino que sigues, al borde del abismo, ya será tarde. Además, no hemos nacido para gozar, divertirnos y comprometer la salvación hemos sido criados para más altos destinos. —Tía Inés, por Dios, qué hacemos nosotros que no hagan todas las gentes de nuestra posición social? —Ahí está el mal os escudáis unos con otros, con que lo hacen todos pues todos faltáis, y a cada uno en particular pedirá cuentas el Señor de la conducta que haya observado, de la responsabilidad contraída por el mal ejemplo dado, del bien que pudo hacer y no hizo —Tú debiste ser predicador; pero creo que eres más papista que el Papa. Dios no se mete en tantas cosas; tiene más indulgencia que tú, y no nos va a condenar por un baile más. —Dices un disparate. Dios es misericordioso, pero también justiciero, y te pedirá cuenta de no observar sus santas leyes, de haber olvidado lo que te enseñaron tus maestros. ¿No te acuerdas, Marcial? ¿De qué sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? —Siempre dices lo mismo! Mira, tía, cada uno tiene su concieneia que le avisa s; he de ser franco, te diré que sé muy bien que la vida de calavera que llevo no es buena; que hago disparates, locuras, inconveniencias, pero me gustan; las llevo a cabo con perfecto conocimiento de «ausa, sabiendo que comprometo mi salud, que malgasto el patrimonio, que escandalizo a los timoratos.. .. pero esa es la vida que me gusta, y aunque supiese que me había de atraer grandes males, seguiría sin retroceder déjame gozar ahora que soy joven deja que mi barquilla surque los mares tempestuosos ya llegará al puerto y allí descansará. —Y si no llega? y si naufraga? crees tú, Marcial, que Dios está obligado a esperar que te canses de locuras y pecados, para darte una corona? Ay, hijo mío, ten juicio... por lo menos ten alguna devoción ve a misa los días de precepto; qué trabajo te cuesta? Reza a la Virgen, siquiera un Ave María al levantarte y al acostarte, y ella te alcanzará la gracia de la conversión. — Tía Inés, dijo Marcial entreabriendo la camisa y mostrando a la buena señora una medalla de oro pendiente de una cadena del mismo metal; esta es la medalla que me regalaste el díe de mi primera comunión. La llevo siempre. —Pues ella te amparará, que es buena Madre, Marcial, exclamó la piadosa señora con voz ahogada por la emoción y dejando correr por sus mejillas, arrugadas y pálidas, dos lágrimas como dos perlas todos los días, y muchas veces al día, pido al Señor que te saque del camino en que te encuentras y te lleve al estrecho de sus Mandamientos —Lo ves, tía? ya hablas de caminos estrechos a mí me gustan anchos muy anchos! —Pues, hijo mío, "angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que atinan con él». 45 —Yo también recuerdo textos santos, tía Inés *el cuerpo corruptible pesa sobre el alma,, "veo en mis miembros una ley que contradice a la ley de mi espíritu». —Tienes razón; pero no olvides que toda la vida habrás de luchar con las pasiones, y que no será coronado sino el que haya combatido con valor. —Ea! voy a reunirme con las niñas Milagritos no se aparta de Cecilia; parece que le ha sido simpática. Veremos si mejora sus rarezas con la comunión, porque de seguir como está, se haría odiosa. —Marcial, contestó D." Inés, levantándose de la mecedora y poniendo una mano sobre el brazo de su sobrino Milagritos es como una planta que brota con ímpetu salvaje sin el cuidado del jardinero no le han educado el corazón! . , ;y _ -.. . ( (Continuará.) PÜISHJE VESPERTINO Ya el crepúsculo plácido muere detrás de los cerros, y en el valle se duerme la aldea arrullada por flébiles céfiros... Por las faldas del alto collado los ganados se van recogiendo, las esquilas envían lejanas su débil acanto y las yuntas con paso tardío regresan al pueblo. " Es la hora quieta - _ del santo silencio, cuando suben a Dios las plegarias y en la tierra meditan los genios. Hora de dulzuras, hora de recuerdos, hora de nostalgias ~ . de Dios y del cielo... ! Sólo el ave que lleva a su nido ' ' -,' e! último insecto y la brisa que tímida mece los álamos viejos, o el arroyo que agita las jaras al besar juguetón el lindero, interrumpen la calma solemne con sus trinos, sus risas, sus besos... Allá en ía penumbra, y esparcidas por áspero cerro, cual bandada de blancas gaviotas que en las costas del cántabro piélago pusieron su nido y a! rumor de las oias crecieron, se descubren las pobres viviendas de un humilde y feliz lugarejo; y un poco más alto, aunque pobre y de rustico aspecto, aparece, velado en las sombras, de la iglesia el contorno severo: ¡Cabana sublime del divino Pastor de los pueblos! JUAN LAGUÍA LLITERAS. NUESTROS GRABADOS Brigada de obreros recogiendo la nieve, en Pamplona.—R^pivaenta miaatra f •< ografía un grupo de obreroa recociendo la niev^ e i u -o ie los ángalos de la Plaz-i de la Constitucó •, durante ta copiosa nevada del día 9 de Enero de 1917. : * . • ' . • • Vista, de la Puerta de Tejería, en Pamplona. —Hace poco tiemp J que 'ó co a, let enante demolida esta Puerta, con objeto de facilitar el tránsito y acceso a la población. UQO de los días de su ierribo—e> 15 de Noviembre de 1315—fue tomada, desde el interu- te la ciudad, la fotografí\ que publicamos. ....,., -..;•..,.„•„- . . , . LA AVALANCHA 46 A E S A REVUELTA L o s e s c r i t o s d e l P . E z e q u i e l Moreno.—El M. I. Sr. Vicario Capitular de Tarazona, De. D. Joato Gofii, publica UQ ed'cto en el ú t i n n número del Boletín Eclesiástico de dicha diócesis, haciendo saber que ha recibido por Letras pontificias, comisión y mándalo especial de la Sagrada Congregación de Ritos, para bnecar y recoger en la citada diócesis los escritos del siervo de Dios limo. P. Fr. Ezequiel Mo'eno Díaz, de la Orden de Religiosos Recoletos Descalzos de S. Agustín, obispo de Pasto, en América, natural de A!faro y fallecido en !a villa navarra de Monteagudo, perteneciente a aquel obispado. Asimismo, ordena y manda el mencionado Vicario Oapitular a los fieles diocesanos, qae si por ventura tuviesen en su poder o supiesen dónde se hallan escritos «tribuidos, bajo cualquier concepto o por cualquier razón, al eiervo de Dios limo. P. Fr. Ezequiel Moreno Díaz, lo participen y declaren, y loa presen ten ,*si los tienen en su poder, en el término de treinta días, que comenzarán a contarse desde el día 1.° de Marzo próxi'no, al citado Vicario Capitular Dr. D. Justo Gjfli, O al Fiscal eclesiástico Ledo. D. Bernardo Aroz, o a! Notario habilita lo, doctor D. Gregorio Modrego, o, para mayor facilidad, al respectivo cura párroco, quienes con el nombre y señas de residencia de los que tales impresos o manuscritos posean, lo manifestarán al tribunal nombrado al efecto, para que en vi*ta de ello se proceda a lo que haya lugar y deba hacerse conforme a la instrucción canónica que acompaña a las LetraB pontificias recibidas. U n c u r i o s o c a s o d e letargo.—Con este título publica lo que sigue la revista científica Ibérica. Ei profesor Verger ha comunicado a la Sociedad de Medicina y Cirugía de Bárdeos el siguiente curioso caso de letargo. Uu soldado, de edid de 31 a&os, desapareció el 6 de Septiembre de 1914, durante la batalla del Marne, y se le encontró al cabo de cuatro dias durmiendo profundamente, al parecer con sueno natural, en un vagón de un tren que se dirigía a la Bretaña. Desde entonces, es decir, hace más de 27 meses, no ha cesado de dormir. Sae párpadus eetán cerrados, la respiración ea regular, pero rápida, y el puso normal. To-ias las excitacioDes sensitivas provocan una débil reacción, aunque sin interrumpir el euefio, y es posible admioiatrar al durmiente una alimentación líquida suficiente. Mr. Verger opina que se trata de un letargo histérico, y añade que es probab'e que el euf^rmo despierte de él y pueda reanudar sus habituales ocupecionse. F a r a l o s incrédulos.—Un periódico francés ha publicado un suelto que reproducen algunos diarios españolea, y que dice así: «Hace algún túmpo fue profanada la iglesia de GHsySuisoe y vendidos en pública subasta todos los objetos del culto pertenecientes a la miema. Eutre los que más se distinguieron en aquel acto <ie pMaje profanador figuren Enrique.Lavigue, que adquirió, eutre otros objetos, el p»Oo negro que cubría el cat*fnlco en los funerales y en los oficios de difuntos, que ee complació en arrastrar en son de mefa por las callee, y otro individuo que d>jo querer comprar el crieto de tarnafio natural de ia igleeia, par» jugar a los bolos con su cabeza. Aquel ee suicidó poco después, y éste murió repentinamente antes de poder comprar el cristo. *é P r o y e c t o i n j u s t o y d i s p a r a t a d o . — E l Ministro de Gracia y Justicia ha presentado un proyecto de ley pidiendo a laa Cortes la Ciotiiad necesaria para aumentar hasta 1.000 pesetas las asignaciones del clero rural. El proyecto citado, realmente sectario, impone condiciones sumamente disparatadas y trata de envolver a la Santa Sede en las burdas mallas de un proyecto cuyas tendencias son demasiado transparentes. Si las negociaciones con la Santa 8e<ie se interrumpiesen, cesaría el aumento. Y p«ra burla suprema, se descontaiía & tos párrocos las cantidades que hubiesen percibidr. La amenaza no puede ser mái patente. Esperan nuestros liberales que, antp el temor que el Gobierno la cumpla, la Santa Sede se allanará a todo cuanto quieran pedir. N> cuentan con e' espíritu de sacrificio del clero, qne aceptará cuantas privaciones ee*m mceearias para que la Santa Sede proceda con toda libertad, según que los intereses de la Iglesia lo demanden. Tampoco tienen presente quienes proceden con tan escaso respeto hacia el Romano Pontífice, que el clero ea en España una gran fuerza que puede, en un momento dado, bteer sentir el peso de tola su iufl tercia a quienes quieren hacer pas-r «t<<K navegación submarma> un provecto a todas lucea injuato e inop >rtuu». No olvide el Gobierno anticlerical de Romanones, que es muy peligroso andar jugando con et fuego. Unamunadas,—Suponemos que los lectores estaráu enterados de laa palabras pronunciadas por el estrafalario Un a mu un en un banquete aliadófilo, y lo que ha eacritn eu un diario de la corin, para remachar el cavo. En el banquete *fi nao *iich" eefW, que se alegraba de! desastre de la Armada Invencible, que iba a castigar ft Inglaterra por Jaa innúmera* troperas cometidas en nuestras costas y en to las partea donde podía atacaba a núes* tíos buques y se apoderaba de lo q;e podía. |Muy patriótico! ¿verdad? Todo esto, que no merece otro calificativo que el de unamunadas, eetá próximo a ten^r un premio, porque hace dlrtB andan los periódicos de la cuerda pidiendo que se i>ponga a dicho señor en su cargo de Rector de la Universidad salmantina. La ocasión no puede ser más oportuna. ¿Q lé menos se le puede encargar a un hombre que an declara má j af cto a las naciones extranjeras que a la euya propi*? No cabe duda que sus alumnos aprenderán con su ejemplo a amar a su patria. ¿No les parece a ustedes que en premio ai antipatriotismo de este sectario y extravagante sujeto deberla mandársele, a ilustrar a los inglese?, ya que tanto los admira y los quiere, o si no, a las ialae Chinchas? RASGOS DE LA PATRIA LA NEUTRALIDAD DE ESPAÑA ir verdad que el camino del deber español es hoy, con la guerra mundial, bien áBpero y estrecho. Largo y solitario, penetra, proceloso mar adentro, unas veces tallado en roca dura, erizada de cortantes arietes, y otras, trazado en movediza arena, sembrada de puntiagudos guijarros. Los vientos de todos IOB cuadrantes lo barren; las oles de-todos los océanos lo azotan. Un fuerte torbellino puede derribar at caminante; una ola encrespada baeta para precipitarlo en el fondo de las eguae. Mente saua, mirada serena, corazón intrépido y pies firmes necesita el caminante español para arriesgarse por ese peligroso sendero. Ahora bien; el caminante español en general (elemento director y dirigido), ¿posee esa mente sana, esa mirada serena, ese corazón intrépido, eeoa pies firmes necesarios para destilar, sendero adelante, el peligro que a ambos lados pueie provocarle la furiosa tormenta de la guerra que devasta, que aniquila al mundo entero? No lo sé, ciertamente; pero debo creer que eí, so pena<- LA AVALANCHA 47 de creer también en el seguro y próximo JBinia Bispanim qne la guerra puf de traernos apenaB noB iDClinemoa bacía el aijiBmo, con cualquiera de sus ventoleras, de sus bandazos, de sus dentelladas, de BUS erupciones volcánica?. EL instinto de conservación exige, puee, que España evite, como mejor pueda, el peligro mayor qne le amenace. ¿De qué manera? . •=• N > es tarea fácil la de bascar, en medio de las filias y fobi a que nos dividen, y al través de los innumerables conflictos que puede crear el bloqueo, normas de conducta con eficacia bastante para evitar los peligros de la guerra; pero, afortunadamente, por encima de laa pasiones turbulentas sobrenada, como prenda del éxito, el pensamiento acertado de la neutralidad, que puede ser el faro de salvación para los españoles de arriba y para los p de abajo, puesto qu la unanimidad con que se manifiesta llena cr>n fuerza vivificante de opinión el vacío que difi"uUa siempre la obra de los gobernantes, y a la ves sirse de garantía a los gobernados para que loa poderes púhlicos sigan adelaute el camino del deber, sin claudicaciones ni flaquezas, eino con decisión, empujados y alentados por el pneblo. L* neutralidad es hoy la única esperanza de España; y debamos dar tnuchaB gracias a Dios porque, a pesar de nuestras discordias y divisiones, la ha grabado con caracteres iudelebles en el e razón patriota, en la inteligencia 'leapierta y en la voluntad firme de casi todos los s. peligro p'iede eatrañtr el ejemplo contagioso de E^t»dos Unidos al romper sus relaciones con Alemania, quizá como prólogo para una cercana declaración de guerra; pero, siendo buenos patriotas, más que de estímulo para inclinarnos hacia la intervención, la iniciativa yanqui debe servirnos como de empujón hacia la neutralidad. Con Yanquilandia no puede tener España más relaciones que las exigidas por la necesidad; pero no corrienteB de simpatía y afecto nacidas del corazón. Ln3 Estados Unido1!, después de haber recibido de Carlos III de Espina el favor, inmerecido para ellos y torpe e impolítico para nosotros, áe ayudarles en su emancipapación de Iuglaterra, fo neniaron las insurrecciones en las Antillas, especialmente en la última de Cuba; nos declararon una guerra deshonrosa para elloa, por lo desigual, y depput'a de vencernos al grito ca'umnioso de ¡Acordaos del Mainel, nos impusieron el tratado ignominioso de Paría, con et cual nos expulsó de América, nos arrebató el Archipiélago filipino, cargó sobre nuestras espaldas la deuda de Cuba y nos tlenó de toda clase de humil aciones. Bendita sea, pues, nuestra discrepancia; antes, con la nota yauqui sobre la puz, y ahora, cin la relativa a BU ruptura con los imperios centrales; así como siempre que la sepwación sea posible. Egpafiay Yanquilandia no pue- den estar uuidaa sino por la necesidad o el interés. Pero nada más. Mayores peligros puede haber en otras fases de esta guerra. Vendrán, sin duda, torpedeamientos emocionantes que alguien explotará para herir en lo máa vivo nuestra imaginación meridional, ya excitada por otros conflictos graves, y empujarla hacia la idea del castigo o venganza de la agresión injusta. Hay que rechazar esa idea, porque es la que más suavemente puede conducirnos a la guerra. Todas las sendas pueden conducir a España hacia la catástrofe: todas, menos la de la neutraüidad, la misma neutralidad que otras veces salvó también a España, segúa enseña la Historia. Como la salvó, por ejemplo, en el reinado de Fernando VI, por no ir más lejos. En efecto: pretendiendo eete rey desatar a Éepaña de la Francia, a la cual seguía encadenada, sobre todo en laa aventuras guerreras contra la Gran Bretaña, su eterna rival, y con gran perjuicio de nuestros intereses, proclamó su neutralidad en tas luchas entre ambas potencias. No es posible describir lae presiones insistentes que con tal motivo ejercieron sobre Madrid ambas naciones pr.r medio da sus embajadores, el francés Duras y el inglea Keene. Innumerables fueron los resortes qne tocaron para atraerse a España, pero inútilmente: súplicas, adulaciones, quejas, ofrecimientos, amenazas, todo se estrelló ante la firmeza del Gobierno español, a peBar de figurar en el mismo ministros de tan opuestas tendencias como el Marqués de la Ensenada, francófilo, y Carvajal, anglofilo; pero, en honor a la verdad, ambos hispanófilos entusiastas e incondicionales. El resultado fue que e) reinado de Fernando VI puede llamarse el de la neutralidad española, al calor de la cual España pudo reconstituir su hacienda, averiada por UB guerras; mejoró la agricultura, la industria y el comercio, y asombró al muudo construyendo una poderosa escuadra que colocó a la patria al nivel de las naciones más fuertes de Europa. Hoy, como ayer, debemos conservar con todo cuidado y atnnr la neutralidad bendita, a cuya sombra bienhechora se destaca gallarda la hermosa figura de la p-»tria. Y debemos obrar asi, aunque, como pudiera ser probable, aigúo grupo beligerante, descontento de nuestra tal vez ine^perida abstención en la contienda, rechazara mañana la mediación de España, y aunque, rencoroso e iracundo, tratara además de veügarse de ella en la hora de la p-iz, manchándola coa las salpicaduras de la guerra; razón por la cual sería muy cuerdo salir en lo p »stble al encuentro de este pe ig r o, preparando nuestra guerra para garantizar también nuestra paz. Biea, muy bien está, pues, que Navarra se constituya en antemural de Espafli para la defensa de la neutralidad. D. FERHAHDA OLAGÜE Y ABAURREA. D. BÁRBARA ZUBIRI MAZQUIRRIAIH "~ viuda de Irañeta JUAN P. ESTEBAN Y CHAVARRÍA. y soda de la 'Biblioteca Católico-Propagandista», socía de la «Biblioteca Católico-Propagandista», falleció en Pamplona el día 15 de Enero de 1917 falleció en Pamplona el día 21 de Enero de 1917 R. I. P. R. I. P. h% referida Sociedad y su órgano en la prensa LA AVALANCHA ruegan á los SOJÍOÍ, lectores y personas piadosas que ha gan la caridad de encomendarles á Dios en sus oraciones. Su Sntidii el Paoi León XII I, en Breve de 19 de Diciembre de 1890, concedió sesenta días de indulgencia por rezar cinco padrenuestros y avemarias en sufragio de laa alnas ée loi socios difuntos. PAMPLONA.—Imprenta, Librería y Centro de sascripGionaa da Jeaús García, calle de la Estafeta, número 31, LA AVALANCHA CAJA DE AHORROS DE "LA VASCONIA" ARRILLAGA; HUCHAS METÁLICAS Zapatería, 50, PAMPLONA LA VASCONIA, Sociedad anónima de Banca y Crédito, ha Implantado en au Caía de Ahorros las huchas metálicas que tanto éxito han alcanzado en el extranjero y en varias provincias de España, con cuyo sistema se fomenta la virtud del ahorro que tantos beneficios proporciona al qne la practica, Ee la primera Sociedad qne establece este servicio en Navarra. El dinero ingresado en estas huchas y depositado en la Caja de Ahorros de LA VASCONIA, produce al imponente un interéa'de tres por ciento anua) que se computa por decenas, y es dinero disponible á la vista todoe IOB diae laborables, mafiana y tarde. LA VASCONIA facilita gratis á sue clientes estas huchas en • condiciones que se darán á conocer al que lo desee. SOMBRERERÍA QB AZNURSZ Sombreros ^ara señores sacerdotes, desde 8 á 30 ptas. 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