Nueva etapa en Libia con el inminente anuncio de su liberación y el fin de la misión de la OTAN El CNT deberá unificar el país tras la guerra y convocar elecciones El riesgo, otro conflicto tras el objetivo común de acabar con Gadafi Se aboga por un mayor papel de la ONU en la transición Encontrar las armas y controlar las milicias de Gadafi, más retos La OTAN concluirá su misión el día 31 tras consultar con ONU y el CNT LAURA RIESTRA 21.10.2011 ¿Y ahora qué? Es la pregunta que surge en un país que, tras más de 40 años de férrea dictadura, amanece con la posibilidad de dibujar un nuevo futuro tras la muerte de su exlíder, Muamar Gadafi. Sin embargo, la tarea no es sencilla ya que las protestas contra el régimen han puesto de manifiesto la división que existe entre los libios, existe el riesgo de represalias, la economía del país se ha visto gravemente dañada por el conflicto y aún quedan reformas para hacer para que la tan ansiada "nueva" Libia se convierta en una verdadera democracia. El Consejo Nacional de Transición se enfrenta ahora a todos estos retos que, además, tienen un plazo: los ocho meses que se ha dado para celebrar unas elecciones parlamentarias. De momento, no estará solo ya que la comunidad internacional ha anunciado su colaboración en la transición. El primer paso lo ha dado la OTAN al anunciar este viernes el fin de su misión en Libia el 31 de octubre. El secretario general Rasmussen ha anunciado el acuerdo tras consultar con la ONU y el CNT. El segundo se dará el próximo domingo: el anuncio de la liberación del país, que se producirá en Bengasi y no en Trípoli, la capital. A partir de aquí empieza el verdadero camino de construcción del nuevo futuro libio. La OTAN da el primer paso y concluirá su misión el día 31 Tras la muerte del ex líder libio, Muamar el Gadafi, a manos de los rebeldes, Rasmussen ha pedido que las nuevas autoridades libias cumplan sus obligaciones de respeto a los derechos humanos y al estado de derecho. Mientras llegan el final definitivo de las operaciones a finales de mes, la Alianza Atlántica irá reduciendo progresivamente las capacidades de su misión, si bien seguirá controlando la situación y con medios "para responder a las amenazas a los civiles si fuera necesario", añadió. El anuncio se produjo tras una disputada reunión, solo un día después de la muerte de Gadafi, y en la que las diferencias entre los aliados hicieron que el acuerdo llegara cuatro horas más tarde de lo previsto. El comandante supremo de la OTAN en Europa, el general estadounidense James Stavridis, había anunciado justo antes del inicio de la reunión que iba a proponer a los países de la Alianza el fin de la misión militar en Libia. Sin embargo, en la reunión hubo distintas posturas entre los aliados: desde los que apoyaban concluir ya la misión hasta los que pedían continuar un tiempo más hasta que la situación en Libia se haya estabilizado. Rasmussen ha restado importancia a estas diferencias y recalcó que las decisiones de la OTAN se toman por consenso entre todos sus miembros. "Hemos acordado que nuestra misión en Libia está muy cerca de estar completa", afirmó el político danés, quien justificó las largas discusiones necesarias para lograr un acuerdo en que se trata de una cuestión "muy seria". Los retos del CNT "La muerte de Gadafi va a tener grandes efectos en Libia, como la eliminación de la incertidumbre sobre la autoridad del país, y la preparación de elecciones democráticas y la redacción de una nueva Constitución", explica en RNE Oladirán Bello, investigador de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE). Tras establecer un gobierno interino en la capital, Trípoli, el CNT determinó que tras las elecciones el congreso resultante deberá elaborar un proyecto de constitución que abra el camino a unas elecciones multipartidistas que, si se cumplen los plazos dados, serían en 2013. Pero para ello habrá que terminar con las fracturas existentes en el poder libio, algo que podría representar un riesgo de conflicto entre diferentes grupos e intereses ya que en el CNT están representados grupos muy diferentes, incluidos exiliados del régimen de Gadafi y combatientes de distintas etnias que, tras dar por superado su objetivo común de acabar con el régimen, se enfrentan al reto de conseguir seguir unidos sin dejarse llevar por sus opuestos, o al menos diferentes, intereses que puedan generar un nuevo conflicto. Pero en el plano más inmediato, y en lo que al conflicto en sí respecta, el anuncio del final de la operación militar de la OTAN supone lo que la Alianza lleva más de un mes anunciando: su su objetivo militar se ha completado, ya que, además del evidente avance del CNT, el riesgo para los civiles ha sido cada vez menor. Tras conocerse la muerte de Gadafi, la OTAN ya hadía anunciado que colaborarían con el nuevo Gobierno libio y la ONU en la fase de transición en la que todos los líderes mundiales han apelado a la "unidad", conscientes de los retos a los que se enfrentaban. "Creo que se puede decir que la operación militar ha terminado, que todo el territorio libio está bajo control del CNT y que, a falta de alguna medida transitoria esta semana, la operación de la OTAN ha llegado a su fin", anunciaba antes de la reunión de la OTAN el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé. Misión de la ONU En esta misma línea se manifestaba este viernes la ministra de Defensa, Carme Chacón, quien ha declarado en el programa de TVE Los desayunos que comienza "una nueva fase porque el CNT controla el territorio". "Sirte era el último lugar de combate (...) ahora el CNT debe trasladar a la ONU y la OTAN el nivel de control del territorio y empezar el proceso significa que Libia rige su propio destino (...) es un proceso que debe liberar la ONU, no ya la Alianza", ha explicado. De momento, Naciones Unidas solo ha comunicado que pedirá una investigación sobre la muerte de Gadafi que, un día después, arroja múltiples dudas. Estados Unidos, por su parte, ha alentado al CNT a que tenga en cuenta "el fuerte sentido de urgencia de que avance hacia la creación de un Gobierno de transición" así como establecer un control fuerte sobre las milicias y hallar los misiles libios perdidos del exlíder, tarea a la que EE.UU. ha destinado ya 40 millones de dólares. Por otro lado, no hay que olvidar que en esa transición un factor determinante es la economía, gravemente perjudicada. Hay que tener en cuenta que la economía libia se sustenta principalmente en el petróleo, uno de sus recursos naturales más preciados, y hace ha hecho que, históricamente, el país sea clave para la comunidad internacional. De hecho, aproximadamente el 80% de su producción se destinada a países de la Unión Europea. Otros países árabes El CNT debe afrontar también el reto de devolver la estabilidad económica al país y gestionar bien sus recusos naturales para volver a ser la potencia económica que, históricamente ha sido. Para todo ello, Libia puede emplear la experiencia que dejan ya los dos países en los que se ha derrocado también al régimen: Túnez y Egipto. Y, asu vez, la propia Libia pasa a convertirse en un ejemplo para otros países que siguen sumidos en protestas. Tal y como están las cosas, los más inmediatos son Siria y Yemen. Estados Unidos, consciente de ello, no ha dejado escapar la oportunidad para lanzar un claro mensaje: su muerte muestra que "a un puño de hierro suele esperarle un final amargo", ha declarado el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner.