CAPÍTULO IV ANÁLISIS DE VALSES VENEZOLANOS Resulta oportuno explicar que el estilo musical parte de un conjunto de características específicas en particular, que le dan un carácter propio a la interpretación de esta música, ya sean las características de una época o de una región específicamente. (De Laynez, 2010) Dentro del género “valse venezolano” también son notables los cambios de estilo basados según la época, el compositor y la formación musical de cada uno, la influencia musical por región, sus ritmos y melodías, entre otros factores. Los siguientes cuatro valses fueron escogidos con la finalidad de hacer un análisis musical pianístico, basado en las dificultades técnicas presentes en cada uno de ellos. Los mismos se estudiarán en un orden cronológico para mostrar las diferentes características según la época en la que se encontraba el compositor. Durante el proceso de análisis se espera mostrar las particularidades de manera individual como por ejemplo la influencia de nuevas tendencias y formas musicales las cuales pueden apreciarse al realizar un estudio detallado de los mismos. De la misma manera se hablará brevemente acerca de la obra musical en general de los cuatro compositores de estas obras venezolanas. El objetivo principal es demostrar las dificultades pianísticas presentes en cada uno de los valses y manifestar que la ejecución de los mismos puede representar un gran compromiso para el músico debido a las características que lo componen. A la vez se buscará señalar las habilidades de la técnica pianística que se pueden llegar a desarrollar con el estudio y la interpretación de los mismos. Como es sabido, para este tipo de análisis es necesario hacer un estudio previo general acerca de la forma musical, el ritmo y la armonía de las obras de estudio, cuyas particularidades serán mencionadas posteriormente con la idea de conocer la estructura musical de cada valse. Además, se mostrará la 1 correspondencia de las obras escogidas con los rasgos característicos del valse venezolano basándose en la investigación realizada por Mariantonia Palacios (1997). Valse venezolano: Sublime Amor De Ramón Delgado Palacios (Caracas 1863 – 27.07.1902) Este maestro y pianista venezolano es conocido como uno de los mejores compositores venezolanos. Walter, Guido y José Peñín (1998, p.505), citados por Peña, I., confirman que se trata de “uno de los representantes más relevantes de la generación de compositores-pianistas románticos.” (1955, p. 20). Estudió piano inicialmente con Francisco M. Tejera, y también con George Mathias (alumno de Chopin también en Paris) en el Conservatoire Nationale de Musique et de Déclamation de Paris. De sus obras para piano se conocen 45, y entre obras para orquesta, de cámara, música vocal sacra y profana 17 composiciones. También trató de llevar el arte de tocar valses de dos manos a cuatro manos visto para la época como una innovación dentro de la música venezolana. Con respecto a las obras de Ramón Delgado Palacios en general, son conocidas como obras para las cuales se debe tener un nivel artístico elevado; en este caso, una sólida técnica pianística. Según investigadores como Juan Francisco Sans “Ningún otro compositor venezolano ha alcanzado tan unánime reconocimiento, y sus obras para el instrumento constituyen un paradigma en su estilo”. (Sans J. 2011). En sus investigaciones realizadas, Sans menciona que Delgado Palacios combina una completa expresión musical junto a los más altos detalles pianísticos, sin perder el contacto con las más legítimas raíces de la música popular venezolana. De acuerdo con la información recopilada, el valse Sublime amor fue escrito en el año 1902, el mismo año de su muerte, pero es importante mencionar que luego de la pérdida física de Delgado Palacios, su esposa la compositora y pianista Rosario Silva Simonovis, editó tres de las obras que él había escrito para ella como son “Lucila” (tres valses en uno), “Si tú me amaras” (vals apasionado) y el siguiente valse a ser analizado “Sublime amor”. En esta obra musical de Ramón Delgado Palacios también se mostrarán las características del valse venezolano 2 que se encuentran en la misma. A la vez se resaltarán las dificultades técnicas existentes allí y el desarrollo pianístico que se puede adquirir con el estudio de valses venezolanos como este. Análisis formal: De acuerdo con el análisis de la forma, se aprecia que este valse comienza con una introducción de 16 compases, los cuales conducen a las tres secciones o partes de la obra. Posee un paréntesis volta primer y segundo final, mejor conocido como casilla uno y casilla dos al final. La primera sección (A), comienza en Mi Mayor como tónica. También tiene un paréntesis volta primer y segundo final, al concluir. Se aprecia que durante (A), la tonalidad inicial se mantiene sin haber algún cambio en la estructura armónica del acompañamiento en relación con la introducción. La sección (B) está formada por 17 compases en los que se aprecia una modulación directa hacia La Mayor como tónica pero después retoma a Mi Mayor. Esta última tonalidad se mantiene hasta el final de la obra. Posteriormente aparece (A’) la cual destaca por ser una reexposición tonal (9 compases en total). Cabe destacar que no es exacta a (A), si no que usa una estructura similar en cuanto a la organización armónica y melódica. Para finalizar, lo hace con una cadencia auténtica conclusiva. Por su estructura es una forma ternaria sencilla (A, B C). Forma del valse venezolano Sublime Amor: Ternaria Sencilla A B A’ 58 Compases Introducción A Exposición B Sección central A’ Reexposición o Desarrollo 16 Compases 16 Compases 17 Compases 9 compases Figura 7. Análisis formal del valse Sublime Amor. Características generales de la forma musical observada en la partitura del mismo. Análisis armónico En cuanto al aspecto armónico, se puede apreciar que el compositor hace uso de acordes fundamentales (tres notas I, III y V grado) o con inversiones (1ra y 3 2da inversión), evidenciando una armonía tradicional que consiste en el uso de acordes de este tipo, los cuales son utilizados por el autor durante toda la composición. Esta característica es muy común en la armonización de los valses de los compositores del S XIX. La armonía se mueve en los grados tonales I, IV y V. También es evidente la progresión armónica D T D T, particularidad de los valses venezolanos la cual forma parte de los rasgos característicos del mismo (Palacios, M. 1997). Anteriormente se expone que la obra comienza en Mi Mayor como tónica, tonalidad en la que se mueve la melodía principal. La misma se mantiene durante la introducción y la sección (A). Al llegar a (B), el compositor desarrolla la tonalidad pasando de Mi Mayor a La Mayor como tónica durante ocho compases y luego regresa a la tonalidad inicial, Mi mayor, para finalizar con una reexposición tonal (A’) compuesta por un desenlace con cadencia auténtica conclusiva. Análisis Armónico Valse Sublime Amor Introducción A Exposición B Sección central o A’ Reexposición Desarrollo 27 Compases 16 Compases (D T D D/V D) 16 Compases (sII D T sII D T) 1 – 16 Mi M 17 – 32 Mi M 8 (T sII D T) 33 – 40 La M 9 (T sII T S D/II DV) 41 - 45 Mi M 9 Compases 9 (… S T D T) 46 – 58 Mi M Figura 8. Análisis armónico del valse Sublime Amor. Características generales del tipo de armonía utilizada para el acompañamiento observada en la partitura del mismo con sus progresiones armónicas. Análisis Rítmico Según lo que se aprecia a simple vista, Ramón Delgado Palacios para esta obra hace uso del bajo tradicional del valse venezolano formado por negra con puntillo, corchea y negra. También se hace notar que la estructura de la contraposición de voces que utiliza el compositor en esta obra musical, tiene la finalidad de armonizar algunos fragmentos con los que se destacan algunos ritmos venezolanos. Por ejemplo, pueden aparecer pasajes en los que la métrica se asemeja a un cuatro acompañante que hace el ritmo de valse, de igual manera 4 sucede con otras figuras rítmicas que están allí presentes, que según su ubicación en el pentagrama pueden ser relacionadas con diversos instrumentos musicales. Figuras 9, 10 y 11 (respectivamente). Ritmo de la mano izquierda, bajo tradicional venezolano valse Sublime Amor. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases N°2, N°6 y N°10 parte (A). Análisis Pianístico De acuerdo con el orden de aparición en la obra, las dificultades técnicas presentes en este valse son las siguientes. • Notas dobles: a simple vista dentro de la obra se enfatiza la presencia de notas dobles como las terceras, las sextas y las octavas dobles. Los pasajes con notas dobles constituyen una importante dificultad técnica que amerita de un adiestramiento específico. Las mismas requieren del uso de una digitación determinada para lograr una correcta ejecución pues se debe acentuar la línea melódica principal existente en cualquiera de las voces (superiores o inferiores). El estudio y perfeccionamiento de esta dificultad tiene gran importancia, ya que esto representa el desarrollo de una habilidad técnica pianística significativa, que servirá al intérprete para el abordaje del repertorio en general, mejorará las digitaciones al momento de ejecutar fragmentos con notas dobles en legato y permitirá la precisión y el fortalecimiento de los dedos en ambas manos. 5 Figuras 12, 13 y14 (respectivamente). Sextas terceras y octavas dobles, valse Sublime Amor. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases N°1, N°2 y N°5 parte (A), y N° 54 al 55 parte (C). • Cruzamientos y saltos: anteriormente se menciona el cruce de las voces las cuales construyen una melodía no concreta denominada por algunos autores como melodía virtual (Sans, 2011). Pero es necesario mencionar que en los valses de Delgado Palacios no son solo las Líneas melódicas las que se cruzan, sino que también las manos deben cruzarse según las indicaciones de la partitura. Es un cruzamiento no solo textual, sino también gestual. En la obra “Sublime Amor” aparecen los dos tipos de cruzamientos (textual y gestual), ambos se indican en la partitura. El primero se identifica con el cambio de las claves en los pentagramas. El compositor indica el cruzamiento de las voces haciendo una colocación específica de las plicas y las claves, con el fin que la lectura de las melodías sea clara para el instrumentista. El segundo cruzamiento se indica con las letras m.d. (mano derecha) y m.i. (mano izquierda) para anunciar al intérprete acerca del cruce gestual correspondiente. Figura 15. Cruzamiento de voces indicado por claves y plicas, valse Sublime Amor. Ejemplos observados en la partitura del mismo. Parte (A), compases del N°1 al N°17. 6 Figura 16. Cruzamiento de voces indicado por letras, valse Sublime Amor. Ejemplos observados en la partitura del mismo. Parte (B), compases del N°18 al N°34. Cabe destacar que la contraposición de las voces hace que la obra posea amplia riqueza armónica. Como la melodía no está expuesta de manera clara, todas las voces se complementan para hacer una especie de acompañamiento rítmico y armónico basado en los ritmos y melodías tradicionales del valse venezolano, y en la imitación de instrumentos acompañantes. Es importante recordar que pasajes como estos son catalogados como significativas dificultades técnicas de ejecución pianística, ya que la línea melódica debe seguir la conducción indicada aun cuando esta pase de una mano a la otra. Además estos fragmentos implican el movimiento y cruce de los brazos para lo cual es necesario poseer rapidez y agilidad física, se requiere de la ubicación visual en las teclas, habilidad para la conducción auditiva de las líneas melódicas existentes y una memoria muscular adiestrada para poder realizar saltos en el teclado con éxito. Figura 17. Cruzamientos y saltos, valse Sublime Amor. Ejemplos observados en la partitura del mismo. Parte (C), compases del N°50 al N°58. 7 • Polifonía armónica: la mezcla o el cruzamiento de todas las líneas melódicas evidencian la existencia de polifonía en la obra. Se cataloga como una dificultad técnica y a la vez interpretativa ya que es necesario darle la importancia a cada voz escrita en el texto musical según su importancia. Las diferentes voces o líneas melódicas existentes en el discurso musical pueden ejecutarse de tal modo que cada una puede representar un instrumento musical acompañante de la melodía, lo que permite la recreación de diversos planos sonoros durante la interpretación. Para lograr lo anteriormente mencionado y la conducción de las voces, es recomendable hacer un estudio detallado de las líneas existentes con el fin de darle la conducción indicada a cada voz (en especial a la melodía principal). El adiestramiento de esta dificultad enriquece y desarrolla al músico para la audición, el análisis y la ejecución de las líneas melódicas que se presenten en cualquier pasaje con estas características. También esto permite la implementación de nuevos planos sonoros. A la vez esto desarrolla la habilidad de interpretar otras obras como por ejemplo las invenciones, preludios y fugas de Johann Sebastián Bach, entre otras obras ya sean contemporáneas o no, que poseen este tipo de características polifónicas armónicas o contrapuntísticas. • Melodía con acompañamiento de acordes: se evidencia la presencia de estos mayormente en la parte (C). Esta dificultad técnica requiere de habilidad tanto para la ejecución e interpretación así como para el análisis polifónico. Allí también es necesario destacar la línea melódica principal ya que en el acorde existen varias voces. Es necesario el uso de determinadas digitaciones que permitan su correcta ejecución pero a la vez estas se desarrollan con el estudio y la práctica de pasajes con dificultades como estas. Figura 18. Acordes acompañando la melodía, valse Sublime Amor. Ejemplos observados en la partitura del mismo. Parte (C), compases del N°33 al N°35. 8 • Melodía no tradicional: a lo largo del análisis del valse “Sublime Amor” se evidencia la carencia de una melodía tradicional tal cual como se conoce en la mayoría de los valses venezolanos. Esta está estructurada de manera interrumpida, es decir, aparece entrecortada por otras frases musicales. Por ejemplo, se muestra un fragmento de dos compases en los que se puede apreciar claramente la melodía principal, pero entre esa línea y la siguiente frase correspondiente hay uno o dos compases de separación en los que se observa una especie de acompañamiento o adornamiento para luego retomar la línea principal. No es una línea melódica consecutiva como sucede en otros valses en los que la melodía lleva una conducción hasta de 8 compases en un solo pasaje musical. Es difícil hacer una conducción de la melodía principal cuando esta no se muestra claramente en el discurso musical. Melodías con estas características dan la impresión de disiparse en el texto musical escrito. Esta es una característica del estilo de Ramón Delgado Palacios. De hecho este es solo uno de sus valses en los que aparece la melodía con dichas características. Sans (2011) afirma que: En otros valses como Delicias, Gentileza, Mi Aplauso, Vals, Sublime amor, Si tú me amaras (segunda parte) no hay pasajes que se puedan cantar o tararear, porque no hay de dónde agarrarse para hacerlo. Lo que encontramos allí son apenas motivos fragmentados que aparecen y desaparecen en la polifonía textural. No resulta por ende extraño que en la música de RDP encontremos rara vez escalas diatónicas o cromáticas como recurso compositivo, un elemento que forma parte inherente de la construcción de la música romántica. Esta característica deja al descubierto un aspecto muy propio de lo popular venezolano, cual es el énfasis en un complejo entramado polirrítmico, en la imbricación de niveles que se privilegia por encima de otros parámetros como la melodía o el acompañamiento armónico (s.p.) La cita anterior tomada de una crítica realizada por el profesor Juan Francisco Sans llamada Técnica, expresión y gestualidad en la obra de RDP, explica que Delgado Palacios utiliza algunos recursos compositivos para demostrar más que la melodía y el acompañamiento en la obra musical, la complejidad de los patrones rítmicos venezolanos, esto a su vez destaca el virtuosismo del pianista durante la ejecución del valse. No obstante se encuentran las dificultades técnicas presentes y la habilidad que se requiere para la ejecución de la misma. 9 Retomando el tema de la melodía, investigadores como el musicólogo Juan Francisco Sans denominan a este estilo de composición de melodías “melodías virtuales” (resultan de la colaboración de todas las partes vocales gracias al cruzamiento de voces y al juego rítmico de silencios), las cuales se basan en la percepción de acuerdo con las leyes gestálticas de la contigüidad, la similitud y la buena forma. Menciona que la mejor forma para explicar esta técnica es haciendo un análisis con el hoquetus de los motetes isorrítmicos medioevales, ya que el hoquetus termina generando una melodía virtual, porque a pesar de que no se puede leer en ninguna parte vocal específica, se escucha efectivamente en la ejecución. Es muy probable que Delgado Palacios, basado en esta forma de composición haya escrito estos valses que resultan con estas características, pero con un grado de complejidad mucho mayor que el hoquetus medioeval. Para muchos ejecutantes, las melodías virtuales representan una significativa dificultad interpretativa en vista de que hay que lograr la conducción de la línea melódica principal aun cuando esté interrumpida. Se considera un reto al momento de la interpretación ya que aparte de la conducción de las melodías también intervienen los diversos planos sonoros aplicados a cada una de ellas, los cuales deben mantenerse como una característica o identidad y permanecer así durante toda la obra en cada línea. Es necesario hacer un estudio detallado de las melodías presentes con el fin de darle una particularidad a cada una y lograr la conducción de todas a la vez. Además se requiere el amplio adiestramiento auditivo para poder darle diversos timbres a las líneas y ubicar a cada frase en los diferentes planos sonoros del instrumento durante la interpretación de la obra. Es aquí donde aparece otro recurso interpretativo aplicable a la obra es la diversidad tímbrica, la cual juega un papel importante en algunas frases dentro de este valse. Con esta se busca aprovechar los saltos y las diferentes alturas de las notas para dar una sonoridad diferente según las mismas, y hacer la interpretación más interesante. La polifonía mencionada anteriormente compuesta por el cruzamiento de las voces y las distancias, le permite al intérprete hacer un mejor aprovechamiento de los saltos en el teclado con el fin de buscar diferentes planos sonoros que le proporcionarán a la obra una riqueza en cuanto a sentido musical e interpretación. 10 • Dificultades interpretativas: De acuerdo con los razonamientos que se han venido realizando, los recursos interpretativos son elementales para el momento de la ejecución instrumental, (en este caso la ejecución pianística) ya que sin ellos la obra musical no tendría sentido ni transmitiría alguna emoción. Estos parten desde el sentimiento musical hasta el uso de las dinámicas, la agógica y los diversos cambios de tempo que se crean durante la interpretación. El uso de esos recursos le aportan a la interpretación un interesante carácter musical, pero es importante mencionar que al sumar estos a la ejecución instrumental la obra es mucho más elaborada y por ende la convierten en una obra difícil de tocar. Sin embargo algo que resalta en este valse es que no aparece ningún tipo de indicación en cuanto a las dinámicas o el tempo para su ejecución. Esto da a entender que el intérprete de la misma ya posee una sólida formación pianística como para ser capaz utilizar su intuición musical, realizar las dinámicas de la manera más adecuada y dar el sentido musical a la obra en general. Es importante destacar que con el estudio y la ejecución de los valses venezolanos se desarrolla significativamente la musicalidad y la expresividad interpretativa. Asimismo es necesario profundizar en el análisis del contexto histórico cultural y sus características principales para poder construir una interpretación musical lo más parecida a la idea principal del compositor y la época en la que se desarrollaba el mismo. • Rasgos característicos del valse venezolano: Entre los más destacados en el valse los que se mencionan son: ritmo de negra con puntillo, corchea y negra en el bajo (mano izquierda), las terceras, sextas y octavas dobles o paralelas, los ritmos hemiolados, las apoyaturas melódicas y breves, la sucesión de bajos seguidos en cuatro grados consecutivos y la progresión armónica y melódica D T D T. 11 Figura 19. Ritmos hemiolados, valse Sublime Amor. Ejemplos observados en la partitura del mismo. Parte (B), compases del N°18 al N°28. Figura 20. Apoyaturas melódicas y breves, valse Sublime Amor. Ejemplos observados en la partitura del mismo. Parte (C), compases del N°41 al N°44. Valse tachirense: Quejas del Alma “Estrenado el 21 de octubre de 1915”. De Antonio María Delgado Briceño (Táriba 1869 – Caracas, 16.08.1921) Es conocido como pianista violinista y compositor. Fue bisnieto de María del Carmen Ramírez de Briceño, la heroína del Táchira. Fue el fundador del liceo Táchira en el que organizó, dirigió y doto de instrumentos musicales a la banda de dicha institución. Entre sus obras se conocen algunas como una Marcha Militar, sueño de artista (valse), y Quejas del alma (vals sometido a análisis) el mismo fue estrenado en la retreta de la banda del estado un jueves 21 de octubre de 1915. Esta obra ha contado con las grabaciones de artistas venezolanos como Aldemaro Romero y su banda de salón. Este compositor parece ser un personaje importante en el Táchira, no solo se debe a su música sino también a su genealogía y su papel como abogado, funcionario público e institutor. Generalmente sus obras no son muy conocidas y al mismo tiempo estas son pocas según lo demuestra el Diccionario de la Música Tachirense. La razón por la 12 cual fue escogido este valse de Antonio María Delgado Palacios es para el análisis, es que posee la característica que es el único valse tachirense escrito propiamente para piano. Los demás son adaptaciones de valses tachirenses escritos para otro tipo de instrumentación tanto solista como acompañante las cuales fueron realizadas por Emilio Bigi e Isabel Aretz conocida como etnomusicóloga, folcloróloga, compositora y pianista. (Hernández, 1999. p. 91, 92). Otras informaciones recopiladas revelan que el valse que se analizará, era una pieza habitual en los conciertos de la Orquesta Típica Nacional y que actualmente existen dos transcripciones muy bien logradas de la misma. Una para guitarra realizada por Teófilo León, y de esta surge un arreglo para piano por parte de Isabel Aretz (De L. Hernández, comunicación personal, marzo, 2011). A continuación se mostrarán las características generales de este valse “Quejas del Alma” y las dificultades pianísticas presentes en el mismo, con el fin de demostrar la habilidad que se requiere para su ejecución, pero también se busca exponer la destreza que se puede desarrollar en cuanto a la técnica pianística con el estudio y la interpretación de obras musicales como esta. Análisis formal: Según se aprecia, este valse inicia con una introducción lenta en fa menor la cual conduce a la primera de sus tres partes. (A) permanece en do menor y posee paréntesis volta primer y segundo final en su parte central y al final de esta determinando así dos sub períodos. En esta parte (A) la melodía se mueve siempre en la tonalidad inicial. Al llegar a la parte (B), el compositor también mantiene la tonalidad pero ahora cambia la progresión armónica y retoma la primera parte con algunas variaciones en la estructura final de la misma (A’).La coda está compuesta por 24 compases los cuales se muestran gráficamente en la partitura determinando que los primeros cuatro compases de la misma son parte de la variación final de (A’). Para finalizar utiliza una cadencia auténtica conclusiva t D t. Este valse presenta una forma ternaria sencilla: Introducción A B A’ Coda. 13 Forma del valse venezolano Quejas del Alma: Forma Ternaria Sencilla INTRODUCCIÓN, A B A’ Y CODA 87 compases gráficamente A’ Introducción A Exposición B Desarrollo Reexposición Coda 15 Compases 32 Compases 16 Compases 12 Compases 24 Compases Figura 21. Análisis formal del valse Quejas del Alma. Características generales de la forma musical observada en la partitura del mismo. Análisis armónico Como puede observarse, el compositor mantiene la tonalidad durante toda la obra. (A) tiene en sus dos sub períodos la siguiente progresión armónica: t D t s D t S del II grado y D, solo cambia la línea melódica del segundo en relación con el primero. Al llegar a (B) aunque el compositor mantiene la tonalidad, ahora cambia la progresión armónica pasando a ser D t D t D; anteriormente se mencionó que estas progresiones de D t D t son uno de los rasgos característicos del valse venezolano. Retomando el análisis armónico (A’) mantiene fa menor como tónica y va a la coda la cual se mueve en la misma progresión D t D t hasta finalizar con la cadencia auténtica conclusiva mencionada en el párrafo anterior. Tal como se ha visto la armonía es tradicional formada por acordes de tres notas (triadas I, III V) duplicando la quinta o la primera del acorde, y se mueve en los grados tonales fundamentales I IV y V. También aparece un acorde si disminuido con 7ma menor que se repite dos veces en la obra, acorde que es común en la armonía de composiciones con estructura de origen europeo. El bajo de la mano izquierda solo cumple función de acompañamiento, no hay una evidencia de polifonía como es el caso de otros valses. 14 Análisis Armónico Valse Quejas del Alma Introducción A Exposición B Desarrollo A’ Reexposición Coda 15 Compases (t s D t D/V D) 32 Compases (t D t s D t DV D) 16 Compases (D t D t D…) 12 Compases (T D t D t s D t DV D) 20 Compases (D t D t D/V D t) Fa menor Figura 22. Análisis armónico del valse Quejas del Alma. Características generales del tipo de armonía utilizada para el acompañamiento observada en la partitura del mismo con sus progresiones armónicas. Análisis Rítmico Según se ha visto, el compositor destaca el bajo tradicional del vals de origen europeo en vez del bajo tradicional del valse venezolano (negra con puntillo, corchea y negra). Esta es la característica rítmica más resaltante a simple vista. Otro elemento rítmico a destacar es el comienzo acéfalo por cada frase musical, las cuales normalmente no comienzan en el primer tiempo del compás sino a mitad del primero o en el segundo. [Rasgo característico del valse venezolano. (Mariantonia Palacios 1997)] Figura 23. Comienzo acéfalo y bajo tradicional del vals europeo, valse Quejas del Alma. Ejemplos de comienzo acéfalo observados en la partitura del mismo, compases Nº 4, Nº 8, Nº 10, Nº 12 y Nº 14 parte (A) Análisis pianístico Mencionando las dificultades técnicas pianísticas según el orden de aparición en la obra se tienen: 15 • Arpegios en función melódica: la primera vez que se observa la presencia de estos es al comienzo, las cuales son considerados como dificultad ya que es necesario lograr una conducción de la melodía de manera cantábile hacia la nota de reposo superior o inferior y también se requiere de precisión en los dedos, ubicación visual, fluidez y velocidad. El estudio detenido de estos procesos permiten el desarrollo del desplazamiento en el teclado y ayudan al conocimiento del mismo. Desarrollan la memoria muscular permitiendo que la realización de estos se haga de manera precisa sin necesidad de calcular la distancia espacial que existe entre una nota y otra. Figura 24. Arpegios en función melódica, valse Quejas del Alma. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases Nº 12 y Nº 13 de la introducción. • Trinos: son catalogados como dificultad técnica principalmente por la velocidad que se necesita para la ejecución correcta de estos. A lo largo de la obra se puede apreciar la aparición constante de trinos; por ejemplo en la mayoría de las frases de la introducción se aprecia la existencia de estos. La ejecución de estos requieren de independencia manual y concentración ya que normalmente van acompañados por una melodía en la otra mano escrita con diferentes figuras y notas. También es importante mencionar que se debe lograr y mantener la relajación y la fluidez para la perfecta ejecución de arpegios. Se debe conservar el sentido de pertenencia a la línea melódica cuando hay arpegios cortos acompañando a la melodía en la misma mano. Además de todo lo anterior mencionado se requiere del estudio de digitaciones específicas para que la ejecución sea cómoda y sobretodo clara en cuanto a la sonoridad. El aprendizaje, estudio y práctica de la ejecución de trinos a través de valses venezolanos como estos desarrollan la velocidad dedal y la libertad de ejecutar dos cosas totalmente diferentes a la vez dentro de un mismo pasaje musical. 16 Figura 25. Trinos, valse Quejas del Alma. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases del Nº 5 al Nº 11 de la Introducción Figura 26. Trinos, valse Quejas del Alma. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases del Nº 8 al Nº 14 Parte (A). En el estudio detenido de la melodía, se puede apreciar que esta cuenta con la presencia de apoyaturas tanto melódicas como breves, las cuales frecuentemente aparecen durante todo el recorrido interpretativo. Figura 27. Apoyaturas breves, valse Quejas del Alma. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases del Nº 1 al Nº 6 Parte (C) • Notas dobles: en este existe gran cantidad de notas dobles en especial en intervalos de tercera terceras. También aparecen las sextas y las octavas dobles pero en menor grado las cuales constituyen una importante dificultad técnica que requiere de adiestramiento y digitación específica para acentuar la línea melódica principal en las voces superiores o inferiores. La práctica de estas desarrollan la habilidad técnica pianística a tal punto que preparan para el abordaje del repertorio en general, mejora las digitaciones y permite la precisión y el fortalecimiento de los dedos en ambas manos. 17 Figura 28. Notas dobles en intervalos de tercera, valse Quejas del Alma. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases Nº 8, Nº 10 y Nº 11 Parte (A) y compases Nº 19 y Nº 20 Parte (B). Figura 29. Notas dobles en intervalos de octava, valse Quejas del Alma. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases Nº 23 parte (B) y Nº 44 Parte (C). • Melodía con acompañamiento de acordes y acordes: esta característica se hace presente durante toda la obra en ambas manos; la izquierda ejecuta acordes en el bajo acompañante y la derecha destaca la melodía acompañada por acordes. Los trozos con acordes acompañando la melodía se catalogan como dificultad debido a que también requieren de una técnica pianística sólida por parte del intérprete. Su ejecución consiste en el destaque de cada voz escrita en el texto musical, y para ello es necesario estudiar detalladamente las líneas existentes para que cada voz lleve una conducción melódica específica, en especial la melodía principal. La ejecución de acordes permite el desarrollo del análisis y estudio de las voces a la hora de abordar repertorio con características como estas. A la vez se adiestra la habilidad de 18 escuchar claramente las líneas presentes e interpretarlas, destacando a cada una de acuerdo con su importancia en el mapa interpretativo. Figura 30. Melodía con acompañamiento de acordes, valse Quejas del Alma. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases Nº 1, Nº 2 y Nº 3 Parte (A). Continuando con la ejecución de los acordes aparece otra característica y es que en la parte (B) el compositor plantea la melodía acompañada por acordes pero esta vez los mismos van arpegiados. Para ejecutar este tipo de acordes arpegiados se requiere de la firmeza individual de cada dedo y al mismo tiempo conocer las distancias exactas entre una tecla y otra. Además la velocidad puede ser una dificultad importante si el compositor indica en el pasaje que debe hacerse forte y con rapidez. Figura 31. Acordes acompañando la melodía, valse Quejas del Alma. Melodía principal, nota superior mano derecha, ejemplos observados en la partitura del mismo, Compases del Nº 16 y Nº 17. Compases Nº 24 y Nº 25 parte (A) • Dificultades interpretativas: Puede observarse claramente que una de las características interpretativas en el valse venezolano es el uso de la agógica. Algunos estudiosos de los géneros venezolanos afirman que solo el hecho de adelantar y retrasar el tiempo durante la ejecución instrumental en el valse venezolano ya puede ser considerado como una de las principales dificultades interpretativas (De Sans, 2011). 19 También es importante mencionar que según Federico Vollmer, la partitura de los valses venezolanos es solamente un boceto o una guía con la que el intérprete cuenta para conocer la idea del compositor, pero partiendo de allí, el resto de la interpretación debe construirse con las herramientas musicales que deben tenerse de manera previa (J. Sans, correo electrónico, 15 de enero, 2012). Debe experimentarse con los diferentes recursos interpretativos como por ejemplo los diversos timbres que pueden surgir del instrumento, es por eso que necesario conocer el mecanismo y funcionamiento del mismo para así hacer una sublime interpretación que sea agradable al momento de ejecutarla, interesante para el público oyente y de igual forma, poder mostrar la fidelidad en cuanto a la época y el contexto en el que esta se escribió. Los recursos interpretativos hacen que la ejecución instrumental obtenga amplio interés musical, lo que permite que la obra se convierta en un desafío para el intérprete al unir todos los elementos que se requieren. En líneas generales se aprecia que este valse posee la estructura compositiva típica de los valses venezolanos del siglo XIX. Esto permite que puedan tomarse elementos e ideas de otros valses similares para la ejecución del mismo. • Rasgos característicos del valse venezolano: Entre los más destacados en el valse los que se mencionan son: las terceras, sextas y octavas dobles o paralelas, la progresión armónica y melódica D T D T y el comienzo acéfalo. Valse venezolano: Noches de luna en Altamira “Compuesto aproximadamente entre 1947 y 1952” De María Luisa Escobar (Caracas 1903 – Caracas 14.05.1985) Esta ilustre compositora es conocida internacionalmente en América y Europa, como una de las más grandes creadoras musicales de Hispanoamérica. Su obra más conocida es “Desesperanza”. Estudió en París con dos músicos discípulos de Gabriel Fauré: Charles Koechlin y Roger Duchase (1928-1931); este último mencionado le heredó un toque del estilo impresionista que resulta muy agradable y también, un poco de la expresión romántica. Escobar recibió la influencia de Artur Honegger entre los años 1892 y 1955, quien destaca por ser un 20 prolífico compositor de obras con sentido atonal, sin embargo en sus composiciones, su atonalidad desembarca luego en una cantábile creación completamente tonal. María Luisa Escobar, es una de las primeras en hacer música orquestal para piano en Venezuela, destacando entre sus temas, "La Princesa Girasol", "Murachi" y "Upata", "Concierto Sentimental" para piano y orquesta, (estrenado por la Orquesta Sinfónica de Varsovia) y su suite "Guaicaipuro". Su obra es bastante amplia. En cuanto al piano se enfoca en los diferentes estilos de la música nacional, con una diversidad de valses, y sobretodo, boleros y canciones. La obra de María Luisa Escobar en general manifiesta una tendencia neorromántica. Usualmente pueden observarse algunas características del período romántico, como por ejemplo el hecho de componer numerosos boleros y canciones con temas alusivos a los sentimientos y emociones así como en el romanticismo, además hace un frecuente uso de la agógica y de las dinámicas donde cambia la intensidad de los sonidos para darle un interés diferente a cada trozo musical así como la mayoría de los compositores románticos. Se considera neorromántica ya que incorpora nuevos elementos a la romántico, y entre lo novedoso de su obra neorromántica se aprecia una influencia impresionista, cuyas muestras se ilustrarán en mayor detalle posteriormente. Esta compositora tiene varias obras con carácter nocturno cuyas características provienen del romanticismo, pero aun así, no deja de un lado los rasgos representativos de la música del país ni el estilo o el toque del espíritu venezolano. En este valse venezolano, además de las características adquiridas por el género en el país, se pueden observar otras particularidades que la asemejan a los grandes valses de concierto de origen europeo que a la vez presentan dificultades técnicas y requieren de un desarrollo técnico pianístico. Análisis formal: Es preciso explicar que en el siglo XVIII se le daba la connotación “nocturno” a las obras escritas especialmente para ser tocadas en la noche, así como las serenatas. Los nocturnos, no necesariamente debían ser obras inspiradas o evocadas en la esencia del anochecer, sino que se presentaban en reuniones y 21 fiestas nocturnas. Este es un valse nocturno ya que propiamente la compositora en el título hace alusión a la noche, además en su título ella lo especifica. En general esta obra presenta 3 secciones o partes; la primera parte (A), está dividida en dos fragmentos: el primero en La Mayor y el segundo en do# menor. Esta segunda sección (B), comienza escrita en mi menor y se desarrolla. Al llegar a (A’) que es la tercera sección, retoma la tonalidad inicial La Mayor y reexpone el tema casi de igual forma siendo ahora (A’). Es una forma ternaria compleja A (fts: a - b – a’) B A’. Forma del Valse Noches de luna en Altamira: Forma Ternaria Compleja A B A’. 90 Compases A Exposición: Forma Ternaria Sencilla B A’ Sección central o Episodio Reexposición General 22 Compases 16 Compases a – b – a’ a (17 c) b (16 c) 52 Compases a’ (19 c) Figura 32. Análisis formal del valse Noches de luna en Altamira. Características generales de la forma musical observada en la partitura del mismo. Análisis armónico Como se puede observar, la parte (A a’) comienza en La Mayor como tónica y luego modula a do#m (A b), tonalidad en la que mantiene el tema principal hasta que hace una reexposición con cambio de modo en mi menor (a’). Con todo este proceso de modulación se llega a la segunda parte (B), en la que la una diletante melodía con base en escalas asciende y desciende en mi menor hasta llegar a Fa# Mayor para luego hacer su última y tercera parte llamada reexposición general (A’) en La mayor, su tonalidad inicial. Para esta obra la compositora hace uso de una armonía tradicional aunque es una figura importante de la música en el siglo XX. No hace uso de armonías y melodías con nuevas influencias como el jazz, entre otros géneros, como sucede con obras de algunos compositores venezolanos del siglo XX. Básicamente la armonía se mueve en los grados tonales I IV y V. En este valse se presenta una melodía con acompañamiento, que según estudios realizados, este tipo de 22 armonización es muy propio de los grandes valses venezolanos para piano donde cada voz representa un instrumento solista o acompañante. Esto basándose en lo mencionado por Luis Felipe Ramón y Rivera acerca del acompañamiento del valse popular o de tradición oral. (De M. Laynez, comunicación personal, octubre, 2010). Análisis Armónico Valse Noches de luna en Altamira a: 1 - 18 La M A B A’ Exposición Sección central o Episodio Reexposición General 52 Compases (T sII D T) 22 Compases 17 Compases (T sII D T) b: 19 - 34 do# m a’: 35 - 52 mi m 53 - 68 mi m – sol M 69 - 74 La M 75 - 91 La M – la m Figura 33. Análisis armónico del valse Noches de luna en Altamira. Características generales del tipo de armonía utilizada para el acompañamiento observada en la partitura del mismo con sus progresiones armónicas. Análisis Rítmico De acuerdo con las características rítmicas se evidencia que el bajo de este valse está compuesto únicamente por blanca con puntillo en cada compás. También se puede apreciar otra cualidad que es una de las características rítmicas del valse venezolano: esta es el “comienzo acéfalo” (Palacios, M 1997). Esta puede verse claramente en las voces superiores continuas al bajo. En el ejemplo siguiente, la melodía comienza con un silencio de corchea y de manera anacrúsica en vez de comenzar con una nota fuerte en el primer tiempo. Al mismo tiempo la tercera voz repite el mismo patrón al comienzo de cada compás. Figura 34. Comienzo acéfalo, valse Noches de luna en Altamira. Ejemplos de comienzo acéfalo observados en la partitura del mismo, compases del Nº 1 al Nº 4 23 Análisis pianístico Haciendo mención a las dificultades pianísticas que aparecen en este valse “Noches de luna en Altamira”, a continuación se enumerarán de acuerdo con el orden en el que aparecen en la obra. • Melodía con acompañamiento de acordes: la presencia de acordes acompañando la melodía se cataloga como dificultad ya que requieren de un desarrollo técnico pianístico en el intérprete. Para su perfecta ejecución es necesario darle la importancia que merece a cada voz escrita en el texto musical, y para ello se recomienda hacer un estudio detallado de las líneas existentes con el fin de darle la conducción indicada a cada voz (en especial a la melodía principal), así el resto del acompañamiento se puede hacer polifónicamente como se indica en la escritura musical. El estudio y ejecución de acordes permiten el desarrollo del análisis de las voces en obras con polifonía, a la vez se incrementa la habilidad de escuchar e interpretar claramente las líneas presentes, destacando a cada una de acuerdo con su importancia en el mapa interpretativo y con los elementos rítmicos característicos de la composición. Esto es válido para cualquier pasaje en el que se presenten varias voces de manera armónica o contrapuntística en las que se debe dar una importancia al canto de las voces como la voz superior, a la vez se desarrolla la habilidad de interpretar obras con polifonía. Es importante mencionar que de acuerdo con lo que el compositor indica en la composición y el pasaje, los acordes necesitan de un carácter interpretativo específico. Figura 35. Melodía con acompañamiento de acordes, valse Noches de luna en Altamira. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases del Nº 40 al Nº 45. 24 • Notas dobles: estas son otra de las dificultades técnicas presentes en este valse venezolano. Usualmente en el valse venezolano aparecen este tipo de notas dobles en intervalos de tercera, sexta y octava (Palacios, M 1997), pero en esta obra también aparecen notas dobles con intervalos de cuarta y quinta, las cuales constituyen una importante dificultad técnica para la que se requiere adiestramiento. Estas exigen el uso de una digitación correcta para lograr su perfecta ejecución y así conseguir el destaque de la línea melódica principal existente ya sea en las notas superiores o inferiores. Es importante el estudio y dominio de las notas dobles ya que esto representa el desarrollo de una habilidad técnica pianística significativa, que servirá al momento de toparse con el repertorio en general para el instrumento. El perfeccionamiento de esta destreza permite el mejoramiento de las digitaciones al momento de ejecutar notas dobles en legato en cualquier obra; al igual permite la precisión y el fortalecimiento de los dedos. Figuras 36 y 37 (respectivamente). Notas dobles diversos intervalos, valse Noches de luna en Altamira. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases Nº 15 y Nº 22 al Nº 24 (Parte A) • Escalas y arpegios: este tipo de dificultades técnicas como son las escalas y los arpegios hacen referencia a la técnica pianística digital, para la cual es necesario el desarrollo técnico general con el fin de poder ejecutar con profundidad y de manera clara los sonidos en cada pasaje musical. Esta obra presenta en su parte B una serie de escalas ascendentes y descendentes en figura de fusas (compases 53 al 68) las cuales deben ejecutarse de una manera rápida y fluida. Para lograr la ejecución de pasajes como estos es necesario poseer una destreza técnica sólida con el fin de lograr la sonoridad plena en cada nota de la escala. 25 Los arpegios al igual que las escalas son dificultades técnicas que requieren de una firmeza en los dedos de manera individual para que cada nota posea un sonido definido. Para interpretar fragmentos musicales de este tipo es recomendable la creación de una imagen musical con la finalidad de crear una nueva sonoridad que permita la transmisión y percepción de una atmósfera diferente a la que se viene presentando durante la interpretación de la obra. Figura 38. Escalas, valse Noches de luna en Altamira. Ejemplos con tendencia impresionista observados en la partitura del mismo, compas Nº 62 (Parte B) Figura 39. Arpegios, valse Noches de luna en Altamira. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases Nº 51 al Nº 53 (Parte B) Figura 40. Acordes arpegiados, valse Noches de luna en Altamira. Ejemplos de la mano izquierda observados en la partitura del mismo, compases Nº 54 y Nº 55 (Parte B). Es importante mencionar que en este momento la compositora demuestra una tendencia impresionista que se asemeja a algunos pasajes de las composiciones de Debussy o de Ravel, en los que el intérprete tiene la libertad de darle la sonoridad que prefiera y hacer uso de la agógica. Al igual tiene una mayor libertad para el uso del pedal. 26 Figura 41. Fragmento de la Isla alegre de Debussy. Ejemplo de la similitud impresionista en relación con los pasajes anteriores, compases Nº 100 al Nº 105. Figura 42. Fragmento de la Isla alegre de Debussy. Ejemplo de la similitud impresionista en relación con los pasajes anteriores, compases Nº 115 al Nº 120. • Dificultades interpretativas: entre las dificultades interpretativas existentes en este valse se mencionan la diversidad tímbrica. Es una dificultad en la que el intérprete tiene la libertad para hacer uso de los diferentes tocos como el portato, estacato y legato, con el fin de obtener otra sonoridad al utilizar los tres pedales del piano: el unicordio (pedal izquierdo), el tonal (pedal del centro) y el de resonancia (pedal derecho). La diversidad tímbrica ayuda al intérprete a descubrir nuevos sonidos en el instrumento; esto permite resaltar diversos pasajes con algo más que forte y piano y también prepara al estudiante para abordar otros estilos musicales como es el caso de obras totalmente impresionistas. Además se hace un frecuente uso de la agógica. • Rasgos caracteristicos del valse venezolano: según la investigación realizada por Mariantonia Palacios en 1997, los rasgos característicos del valse 27 venezolano que aparecen en esta obra son: la presencia de terceras y sextas paralelas o notas dobles, los retardos en la melodía y el comienzo acéfalo. Figura 43. Retardos en la melodía, valse Noches de luna en Altamira. Ejemplos de la mano izquierda observados en la partitura del mismo, compases Nº 2, Nº 3 y Nº 4 (Parte A) Valse venezolano: El diablo preso De Miguel Astor (Caracas - 1958) Según algunos datos recopilados por el mismo compositor se conoce que es egresado de la Universidad Central de Venezuela como doctor en Historia (2008), licenciado en Artes, (1989) y Magister en Musicología Latinoamericana (2000). Maestro Compositor, Director Coral y Profesor. También es ejecutante de Piano egresado del Conservatorio Nacional de Música "Juan José Landaeta" y de la Escuela de Canto Coral de la Orquesta Nacional Juvenil, siendo dos de sus maestros de composición Antonio Mastrogiovanni y Modesta Bor, de quienes recibió una completa formación con aspectos bastante académicos y a la vez muy nacionalistas. Miguel Astor estudió dirección coral con el maestro Alberto Grau y su maestra de piano fue Teresa Cos. Algunas de sus obras han obtenido galardones en el desaparecido Concurso Nacional de Composición y en el Premio Municipal de Música. En 2000, obtuvo el Premio a la Investigación Profesoral conferido por la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela. En 2006 obtuvo el Premio “Lina Parenti” de Pedagogía Musical otorgado por la Alcaldía de Caracas. Entre sus composiciones escritas para piano se conocen 12 valses, de los cuales el más conocido es “Adriana”, un valse escrito en Caracas en el año 1987 dedicado a su esposa. En la recopilación de estos valses, Astor muestra una influencia de la música contemporánea de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, y al igual que María Luisa Escobar, retoma algunos patrones 28 característicos del valse venezolano y los une a sus ideas compositivas. En el valse “El diablo preso” de Miguel Astor, se procura hacer el estudio detallado de la presencia de los rasgos característicos del género que aparecen en el mismo. Miguel Astor se considera neorromántico al igual que María Luisa Escobar, Modesta Bor y otros compositores vigentes del siglo XX, por utilizar elementos y patrones del romanticismo a los cuales incorpora lo novedoso de la música contemporánea. Astor utiliza particularidades de la música venezolana a las que le incorpora nuevas armonías y elementos del siglo XX, con el fin de dar una nueva impresión con la música folklórica del país y mostrar su evolución, pero siempre tomando en cuenta los rasgos característicos de la misma. La siguiente obra que será analizada requiere de un carácter interpretativo interesante por parte del instrumentista, y a la vez permite el estímulo y desarrollo de la musicalidad. También se presta para el uso de numerosos elementos que le permitirán conducir una misma línea melódica de manera diferente cada vez. Análisis formal La estructura de este valse la determina la melodía principal y no las secciones que aparecen durante la obra pues no hay un esquema específico de las mismas. No existe una especificidad en cuanto a las secciones o partes como usualmente se aprecia en la mayoría de los valses venezolanos, en los que las cadencias o semicadencias indican el final de las diferentes secciones. Al principio se puede apreciar una introducción de 4 compases para luego comenzar con el tema único y principal de toda la composición. La melodía protagonista está formada por 8 compases, la cual se repite de manera constante durante toda la obra, pero cada vez que aparece, está escrita con la inclusión de nuevos elementos que la hacen parecer diferente. Al poseer esta característica se determina que el compositor tomó la forma de una Pasacalle o Passacaglia para la escritura de esta obra. El maestro Miguel Astor lo plantea como una Passacaglia-valse “si cabe el término” (M. Astor, correo electrónico, 15 de febrero, 2012). La característica principal de esta forma es realizar variaciones de una melodía corta sobre un bajo, con ritmo de 3/4 y reexponerla repetidas veces a lo largo de la obra. Puede parecer un tema con variaciones los cuales están 29 constituidos por períodos enteros mayores a 16 compases en los que la melodía presenta cambios en la estructura principal, pero a diferencia del tema con variaciones, estas reapariciones melódicas son mucho más pequeñas (entre 8 a 10 compases). En el análisis de la obra se observa que se mantiene la misma tonalidad y solo se aprecia de manera determinante un drástico cambio de tempo de allegretto a allegro en el compás Nº 42, para generar otro carácter interpretativo al momento de la ejecución de este fragmento musical. Al terminar este pasaje, se retoma el tempo inicial para terminar con la misma melodía pero esta vez con otro elemento compositivo, cuyas características de este y todos los demás serán expuestas en detalle más adelante. Forma del Valse El diablo preso: Forma Pasacalle o Passacaglia 85 Compases Introducción 4 Compases Melodía Patrón I Compases del Nº 5 al Nº 12 Melodía patrón II Compases del Nº 14 al Nº 22 Melodía patrón III Compases del Nº 24 al Nº 31 Encadenamiento Compases del Nº 32 al Nº 41 Melodía patrón IV Compases del Nº 42 al Nº 54 Melodía patrón V Compases del Nº 55 al Nº 67 Encadenamiento Compases del Nº 68 al Nº 73 Melodía patrón VI Compases del Nº 74 al Nº 85 Figura 44. Análisis formal del valse El diablo preso. Características generales de la forma musical observada en la partitura del mismo. Análisis armónico Durante toda la obra se aprecia que utiliza como tónica la menor en cuya tonalidad se muestra el tema principal, que se repite de manera frecuente con pequeñas variaciones y allí permanece. En las diferentes reexposiciones del tema el compositor utiliza diversas herramientas de composición como por ejemplo las 30 mixturas, la politonalidad y la polimodalidad, las cuales serán señaladas próximamente. Al principio se presenta la melodía en terceras dobles con el bajo acompañante. La segunda vez, también está estructurada en terceras dobles pero ahora a la distancia de una octava superior en comparación con la vez anterior y la acompañan algunas notas inferiores para darle otro carácter melódico. Continuando con el análisis armónico, se observa que vuelve a aparecer el tema con una Mixtura, la cual consiste en acompañar una melodía con dos o más notas que mantienen la misma relación interválica durante todo el fragmento. El encadenamiento aparece como previo aviso del cambio de tempo y aquí la melodía posee unas características brumosas pues la estructura está compuesta con base en escalas. El bajo de la mano izquierda se mantiene hasta la siguiente reexposición donde el tema es ejecutado de nuevo en terceras dobles pero esta vez las escalas se ejecutan en ambas manos, o sea que no hay un bajo acompañante en la mano izquierda. Al final de la obra, el tema se presenta con otra característica denominada politonalidad, cuya cualidad principal es acompañar a la melodía con acordes ya sean todos mayores o todos menores, los cuales llevan diferentes alteraciones sin respetar la armadura o la tonalidad que aparece como tónica. Luego de esto termina con una semicadencia sobre la subdominante con un acorde de Re mayor. 31 Análisis Armónico Valse El diablo preso 85 Compases: a m Introducción 4 Compases Melodía Patrón I Tema terceras dobles Melodía patrón II Tema terceras dobles con acompañamiento melodico Melodía patrón III Tema con mixturas Encadenamiento Escalas m.i. Acordes m.d. Melodía patrón IV Tema con base en escalas Melodía patrón V Tema con base en escalas y terceras dobles: ambas manos Encadenamiento 4 compases Melodía patrón VI Tema con politonidad Figura 45. Análisis armónico del valse El diablo preso. Características generales del tipo de armonía utilizada para el acompañamiento observada en la partitura del mismo con sus progresiones armónicas. En este valse puede observarse la presencia de las nuevas tendencias musicales y las diferentes herramientas compositivas utilizadas tanto para instrumentos solistas como para grandes obras orquestales. Presenta una armonía compuesta por acordes con séptima menor, acordes con novena y con sexta. Además la melodía junto a esta armonía acompañante utiliza notas extrañas al acorde (apoyaturas) las cuales crean una sonoridad interesante basada en una armonía más compleja. Cabe destacar que el uso de apoyaturas en la melodía es uno de los rasgos característicos del valse venezolano (De Mariantonia Palacios, 1997). Figura 46. Apoyaturas melódicas, valse El diablo preso. Ejemplo en la voz superior de la mano derecha observada en la partitura del mismo, compases del Nº 1 al Nº 4. Introducción Valse el diablo preso. 32 Es evidente que solo se presenta una melodía principal ubicada en la línea superior, que es acompañada por una armonía bastante interesante en cuanto a la estructura y la composición de los acordes. En líneas generales se evidencia la presencia de una armonía acompañante. Análisis Rítmico Como ya se ha mencionado, el bajo característico del valse venezolano está compuesto por las figuras de nota negra, silencio de corchea, corchea y negra. También existe otra variante como lo es presencia de negra con puntillo en vez de negra con silencio de corchea en el primer tiempo, luego corchea y negra. En la obra “El diablo preso” aparece el segundo ejemplo de bajo, (negra con puntillo, corchea y negra) que finalmente produce el mismo efecto de sonido y prolongación de las notas en el bajo acompañante. A continuación se muestra un ejemplo del típico bajo del valse venezolano, el cual es mencionado como otro de los rasgos característicos del género según Mariantonia Palacios (1997), y también un ejemplo del bajo del valse sometido a análisis. Figura 47. Bajo característico del valse venezolano, valse El diablo preso. Ejemplos observados en la partitura del mismo, (negra con puntillo, corchea y negra) compases del Nº 43 al Nº 46. Análisis pianístico A continuación se mencionarán las dificultades técnicas pianísticas presentes según el orden en el que aparecen en la obra El diablo preso. 33 • Notas dobles: se observa a simple vista la presencia de notas dobles en terceras, (melodía principal) ya se ha mencionado antes lo importante del adiestramiento de esta significativa dificultad técnica. Se necesita de una digitación correcta para lograr la buena ejecución de estas y así lograr destacar la línea melódica principal. El estudio y dominio de esta dificultad prepara al intérprete para la ejecución de cualquier otra obra musical con esta característica. Además es importante recordar que esta particularidad es uno de los rasgos característicos del valse venezolano (Palacios, M 1997). Figura 48. Notas dobles en intervalo de tercera, valse El diablo preso. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases del Nº 14 al Nº 18. • Escalas y arpegios: Las escalas pueden convertirse en un reto para el instrumentista pues las mismas requieren de rapidez, fluidez y precisión en los dedos para lograr el sonido claro y brillante en cada nota de manera individual. Dificultades como esta se pueden apreciar en el primer encadenamiento existente en el valse. En el siguiente ejemplo se aprecia una escala en la mano izquierda la cual acompaña a la melodía principal en el encadenamiento. Figura 49. Escalas mano izquierda, valse El diablo preso. Ejemplos observados en la partitura del mismo, compases del Nº 32 al Nº 36 Existe otro fragmento en el que la melodía principal ahora está acompañada por escalas en semicorcheas de manera ascendente. Hay una interesante propuesta de la melodía en negras las cuales deben ejecutarse con el pulgar mientras las semicorcheas hacen un acompañamiento. Es preciso mencionar que este pasaje representa una importante dificultad técnica ya que se necesita de varias 34 habilidades como saber conducir las diversas líneas melódicas existentes aunque estén interrumpidas, además las negras y las semicorcheas ambas requieren de un timbre diferente y ambas deben plantearse sin enturbiar la línea principal. Es necesario poseer velocidad y fluidez para la ejecución de figuras de las rápidas, aplicar un uso adecuado de los pedales del instrumento y también se requiere de una musicalidad interna previamente desarrollada. Esto desarrollará al músico para poder ejecutar cada nota repetida de manera diferente cada vez y así construir un pasaje con unas características interpretativas que le dan un carácter musical mucho más interesante. En este fragmento el compositor cambia el tempo de un allegreto a un allegro para destacar la variación de carácter existente entre uno y otro pasaje musical. Este también es uno de los rasgos característicos del valse venezolano según Mariantonia Palacios (1997), “el cambio del tempo en la segunda parte”. Figura 50. Escalas con brumosa melodía escrita en negras y cambio de tempo, valse El diablo preso. Ejemplos observados en la mano derecha de la partitura del mismo, compases del Nº 42 al Nº 48 Cabe destacar que en este pasaje mencionado recientemente, el compositor presenta unas características en las que la sonoridad melódica y armónica es similar a la que se aprecia en composiciones de músicos del siglo XX como por ejemplo Heitor Villalobos. Son fragmentos donde el intérprete tiene libertad para abordar una atmósfera diferente en relación con la música tradicional venezolana y permite crear otro ambiente durante la interpretación. Puede jugar con la 35 sonoridad, también hacer uso de la agógica y tiene mayor libertad en el uso del pedal. La manera en la que aparecen los arpegios en esta obra es acompañando a la melodía, la mano derecha canta la línea principal y la izquierda la acompaña con arpegios lo cual obliga al interprete a tener una independencia en ambas manos. Además de esto, es necesario mantener la conducción melódica, se requiere de precisión en los dedos y de ubicación visual, fluidez y velocidad para la ejecución de arpegios, por eso son catalogados como una significativa dificultad técnica. Es importante mencionar que el estudio detenido de los mismos permite el perfeccionamiento del desplazamiento en el instrumento y ayuda al conocimiento del teclado. Desarrolla la memoria muscular permitiendo que la realización de los arpegios se haga de manera precisa sin necesidad de calcular la distancia espacial que existe entre una nota y otra. Figura 51. Arpegios en la mano izquierda, valse El diablo preso. Ejemplos observados en la mano derecha de la partitura del mismo, compases del Nº 26 al Nº 29. • Melodía con mixturas y politonalidad: en este valse el compositor utiliza un patrón de composición llamada mixtura. Allí la melodía es acompañada por tres notas con la misma relación interválica, lo cual le da una riqueza armónica al unir a la melodía con los arpegios acompañantes de la misma. Este fragmento se cataloga como dificultad técnica pianística debido a que nuevamente se debe dar la importancia a la línea melódica principal aun cuando esta esté compuesta por varias notas, pero a la vez es necesario mencionar que la ejecución de pasajes como estos desarrollan la habilidad para el análisis polifónico y su interpretación. 36 Figura 52. Melodía con mixtura, valse El diablo preso. Ejemplos observados en la mano derecha de la partitura del mismo, compases del Nº 24 al Nº 27. También podría decirse que la melodía está acompañada por acordes en el ejemplo anterior al igual que el ejemplo que se muestra a continuación, pero anteriormente en el análisis armónico se menciona que a este tipo de acompañamiento de la melodía se le denomina politonalidad, la cual destaca por conformar una serie de acordes con diferentes alteraciones ajenas a la tónica. La dificultad en este pasaje se debe a que es necesario aplicar una digitación correcta que permita el buen desplazamiento de la mano con el fin de lograr la conducción de la línea melódica principal sin que esta sea opacada por las demás notas acompañantes. Figura 53. Politonalidad, valse El diablo preso. Ejemplos observados en la mano derecha de la partitura del mismo, compases del Nº 74 al Nº 78. • Dificultades interpretativas: entre ellas puede destacar como principal la diversidad tímbrica, la cual juega un papel importante durante la interpretación de esta obra que presenta la influencia de nuevas tendencias musicales. Ya antes se ha mencionado que esta se logra al hacer uso de los diferentes tocos (portato, staccato y legato) y con los pedales del piano. Es importante recordar que entre las habilidades que desarrolla el uso de la diversidad tímbrica está el descubrimiento de nuevos sonidos en el instrumento, el destaque de los pasajes con algo más que la intensidad y la preparación del estudiante para abordar otros estilos musicales. • Rasgos Característicos del valse venezolano: los que figuran en este valse son: la presencia del bajo característico del valse venezolano, el uso de 37 terceras y sextas paralelas o notas dobles, las apoyaturas melódicas y el cambio de tempo en la segunda parte. Para finalizar con el análisis musical pianístico, se mostrarán las imágenes de algunos fragmentos de obras de origen europeo en los que se observa la similitud entre las dificultades técnicas más comunes presentes en el valse venezolano, las cuales también suelen aparecer en los valses de origen nacional. Figura 54. Fragmento del valse Op. 34 No 8 de Chopin. Imagen donde se muestra el uso de arpegios en la mano izquierda; ilustración extraída de la página de partituras Classicalscores. Figura 55. Fragmento del valse No 3 de Bramhs. Imagen donde se muestra el uso de notas dobles en intervalos de sexta; ilustración extraída de la página de partituras Classicalscores. Figura 56. Fragmento del valse No 12 de Bramhs. Imagen donde se muestra la melodía acompañada por acordes; ilustración extraída de la página de partituras Classicalscores. 38 Los siguientes cuadros muestran de manera resumida las características principales de todo el análisis musical y pianístico que se llevó a cabo. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ANÁLISIS VALSES FORMA ARMONÍA Ritmo Bajo tradicional valse venezolano: Sublime Amor ABC Tradicional negra con puntillo, corchea y negra. (Ramón D. Palacios) Ternaria sencilla Quejas del alma A B C A’ Coda (Antonio María Delgado Briceño) Ternaria sencilla Noches de Luna en Altamira A B A’ Tradicional. Trozos con tendencia Bajo acompañante con características (María Luisa Escobar) Ternaria compleja impresionista más melódicas Ritmos de instrumentos acompañantes. Tradicional Bajo tradicional valse europeo. Tres negras. Bajo tradicional valse venezolano: El diablo preso Passacalle o Passacaglia-valse (Miguel Astor) Nuevas tendencias armónicas. negra con puntillo, corchea y negra. Influencia Música contemporánea. Cambio de tempo parte B Figura 57. Características generales del análisis musical. Datos extraídos del análisis de contenido y análisis documental que se llevó a cabo. 39 CARACTERÍSTICAS DEL ANÁLISIS PIANÍSTICO RASGOS CARACTERÍSTICOS VALSES DIFICULTADES TÉCNICAS E DEL VALSE VENEZOLANO INTERPRETATIVAS Mariantonia Palacios Notas dobles; melodía no tradicional (virtual); Bajo tradicional valse venezolano (negra con puntillo, Sublime Amor (1902) cruzamientos de voces y manos; saltos; polifonía; corchea y negra); terceras, sextas y octavas dobles o (Ramón D. Palacios) melodía con acompañamiento de acordes; carencia paralelas; ritmos hemiolados; apoyaturas melódicas y de dinámicas impresas en la obra; diversidad breves; la progresión armónica y melódica D T D T. tímbrica; agógica. Quejas del alma Arpegios; trinos; notas dobles; melodía con Terceras, sextas y octavas dobles o paralelas; progresión (Antonio María Delgado Briceño) acompañamiento de acordes; acordes; agógica. armónica y melódica D T D T; comienzo acéfalo. Melodía con acompañamiento de acordes; notas Noches de Luna en Altamira dobles; escalas y arpegios; diversidad tímbrica; Terceras y sextas paralelas o notas dobles; retardos en la (María Luisa Escobar) agógica. melodía; comienzo acéfalo. Bajo tradicional valse venezolano (negra con puntillo, El diablo preso Notas dobles; escalas y arpegios; melodía con corchea y negra); terceras y sextas paralelas o notas (Miguel Astor) acompañamiento de acordes; diversidad tímbrica; dobles; apoyaturas melódicas; cambio de tempo en la agógica. segunda parte. Figura 58. Características del análisis Pianístico. Datos extraídos del análisis de contenido y análisis documental que se llevó a cabo. 40 41