PUENTE DE ALCANTARA (CÁCERES) M. CARMEN VALERO BUSO HISTORIA Y GESTION DEL PATRIMONIO ARTISTICO Curso 2012-2013 PUENTE DE ALCANTARA (CÁCERES) Autor : JULIO CAIO LACER Fecha finalización obra: Año 103 d.C Puente dedicado a los dioses de Roma y al Cesar. Denominado Alcántara que proviene de Al Qantaraty que significa “el puente”, lo que nos muestra una curiosidad de la historia, pues nos encontramos ante una construcción romana, cuyo nombre procede de la lengua árabe. Siguiendo las características principales que los romanos emplearon en la construcción, el puente se compone de 6 grandes arcos de medio punto, realizado con sillares almohadillados de granito. Dos grandes estribos refuerzan la construcción en sus extremos. Alcanza una longitud de 214 metros y la anchura de la obra llega hasta 8 metros, con lo cual se ponía en práctica el uso al que estaba destinada la construcción ya que permitía en su momento, el cruce de carros y carruajes. Es por tanto, técnicamente, una obra de grandes dimensiones y calidad extraordinaria que refleja las 3 cualidades que exigía Vitrubio en toda construcción: Firmitas, Utilitas y Venustas, es decir: firmeza, utilidad y hermosura. En su lado sur, a la izquierda desde aguas arriba, se encuentra ubicado un templete in antis, precedido por una pequeña escalera, en cuyo dintel aparece una inscripción con el nombre de Cayo Julio Lacer y la leyenda : durará tanto cuanto el mundo durare. El puente de Alcántara, es sin duda, una obra maestra de la ingeniería romana en Hispania, solo comparable al acueducto de Segovia, cuyo objetivo se ve cumplido por su permanencia en los siglos del mundo. Hacia el centro del puente todavía se conserva un gran arco de triunfo, aunque también ha sido muy retocado en épocas posteriores, que mantiene la siguiente inscripción en mármol conmemorativa de su construcción: AL EMPERADOR CESAR, HIJO DEL DIVINO NERVA, NERVA TRAJANO GERMÁNICO DÁCIDO, PONTÍFICE MÁXIMO, EN SU TRIBUNICIA POTESTAD POR OCTAVA VEZ, EN SU IMPERIO POR QUINTA VEZ, PADRE DE LA PATRIA. Cayo Julio Lacer, hizo dejar 4 lápidas escritas que fueron colocadas en los laterales del arco de triunfo, rindiendo homenaje a todos los pueblos romanizados que con sus tributos, contribuyeron a la construcción del puente, lo que evidencia no solo hacer justicia a su aportación, sino también añadir la publicidad que la obra conlleva. Otra inscripción latina rezaba en el puente: El puente destinado a durar por siempre en los siglos del mundo, lo hizo Lácer, famoso por su divino arte”. Construido sobre las aguas del río Tajo, el puente se halla cercano a la localidad que le da nombre, en el noroeste de la provincia de Cáceres y próximo a la frontera con Portugal, lo que nos lleva a contemplar diversos usos del puente. En principio, salvar las dificultades que suponía el cruce de una vía fluvial como es la del río Tajo, facilitando por tanto la comunicación entre esa parte de la provincia de Cáceres, que estaba cercana a la famosa Vía de la Plata y la Lusitania portuguesa. Por otra parte, y con el paso del tiempo, esta construcción fomentó el asentamiento en el cerro de la margen izquierda del río, de los primeros habitantes de la actual Villa de Alcántara. A lo largo del tiempo, la convulsa historia del puente, con varias destrucciones parciales, ha dado lugar a sucesivas reconstrucciones. En 1.213 fue parcialmente destruido por los musulmanes. En 1.475 durante las luchas de Castilla y Portugal. En 1.543 Carlos I mandó su modificación colocando almenas en el arco central, dejando constancia de esta restauración mediante un escudo imperial que corona el arco de triunfo. En 1707 durante la Guerra de Sucesión el arco de la entrada de poniente es destruido. Posteriormente hubo un intento de restauración por parte de Carlos III, aunque al parecer solo quedo en proyecto. En 1.809 durante la Guerra de Independencia contra las tropas napoleónicas también sufre daños el segundo arco del puente, que es sustituido por una estructura de madera en 1.818, lo cual propició su incendio en 1.836 por las tropas isabelinas para impedir el paso a los carlistas. En 1969 se construye el Embalse de Alcántara, situado a unos 600 metros aguas arriba del puente. Actualmente desde el puente, situándonos aguas abajo, podemos contemplar una visión similar al panorama que vería un romano hace casi dos milenios. Sin embargo en sentido contrario, la perspectiva cambia considerablemente, ya que en la época del franquismo durante cuyo régimen proliferó la construcción de pantanos, se colocó una presa hidráulica formada por un gigantesco muro de contención. Desde un punto de vista artístico, esta nueva situación, abre un punto de debate si consideramos la estética de una obra de ingeniería del siglo XX, fruto de la circunstancia política del momento de su construcción, frente a la belleza de una obra arquitectónica romana. Hemos visto inscripciones, usos, huellas que han ido dejando testimonio de la historia del conjunto arquitectónico, en ocasiones con intenciones de distinta índole y casi siempre en función de los intereses de cada momento. Habida cuenta de las restauraciones, destrucciones, diferentes usos e intervenciones que ha sufrido el conjunto a lo largo de la historia, nos encontramos con una obra artística, que ha sido sometida a una serie de circunstancias diversas, así como también con diferentes actitudes frente al Patrimonio, por lo que resultaría probable que tras las huellas de distintas épocas y los diferentes criterios que se hayan podido tener en cuenta a la hora de las restauraciones, posiblemente no se haya devuelto a la construcción del conjunto arquitectónico, su imagen original. El Puente de Alcántara no puede entenderse por tanto, ni siquiera desde el punto de vista artístico, si no estuviera formando parte de una red de comunicación en función de un proceso, acontecido a lo largo de la historia, ocasionado por momentos históricos, intereses políticos, económicos y de colonización, que van unidos a la obra arquitectónica del conjunto. Bibliografía: www.artehistoria. Consultada 10/10/2012. EL PAIS. La enciclopedia. Tomo I. Salvat Editores. Madrid 2003. Nueva Enciclopedia Larousse, tomo 16. Editorial Planeta. Barcelona 1981. www.spanishart. Consultada 13/10/2012. UNESCO. Historia de la Humanidad. Volumen II. Editorial Planeta. Barcelona 1977.